Documentos Del MRI 1980 - 2000.

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1 DOCUMENTOS DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO INTERNACIONALISTA, MRI. (1980 2000) A LOS MARXISTA-LENINISTAS, A LOS OBREROS Y A LOS OPRIMIDOS DE TODOS LOS PAISES [“DECLARACION DE OTOÑO”]- 1980 (*) Hoy, el mundo se encuentra en el umbral de sucesos muy importantes. La crisisdel sistema imperialista está creando rápidamente las condiciones que llevan alpeligro de que estalle una nueva guerra mundial, la tercera; condiciones que dantambién perspectivas reales para la revolución en todo el mundo. Durante estosúltimos años, han estallado luchas revolucionarias en varios países, incluso enalgunas regiones que tienen importancia estratégica. Todas las potenciasimperialistas se preparan a comprometer a los obreros y a los pueblos oprimidosen una masacre reciproca sin precedentes, a fin de poder defender y extender aúnmás sus imperios basados en las ganancias y en la explotación de todos lospueblos. Las potencias imperialistas y las clases dominantes reaccionarias se hanagrupado en dos bandas rivales de asesinos y esclavistas, en dos bloques queestán dirigidos por los imperialistas yanquis y por la

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DOCUMENTOS DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO

INTERNACIONALISTA, MRI. (1980 – 2000)

A LOS MARXISTA-LENINISTAS, A LOS OBREROS Y A LOS OPRIMIDOS

DE TODOS LOS PAISES

[“DECLARACION DE OTOÑO”]- 1980 (*)

Hoy, el mundo se encuentra en el umbral de sucesos muy importantes. La crisisdel

sistema imperialista está creando rápidamente las condiciones que llevan alpeligro

de que estalle una nueva guerra mundial, la tercera; condiciones que dantambién

perspectivas reales para la revolución en todo el mundo. Durante estosúltimos años,

han estallado luchas revolucionarias en varios países, incluso enalgunas regiones

que tienen importancia estratégica. Todas las potenciasimperialistas se preparan a

comprometer a los obreros y a los pueblos oprimidosen una masacre reciproca sin

precedentes, a fin de poder defender y extender aúnmás sus imperios basados en las

ganancias y en la explotación de todos lospueblos. Las potencias imperialistas y las

clases dominantes reaccionarias se hanagrupado en dos bandas rivales de asesinos y

esclavistas, en dos bloques queestán dirigidos por los imperialistas yanquis y por la

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Unión Soviética igualmenteimperialista. Esta guerra que se perfila en el horizonte

estallará a menos que lalucha revolucionaria de las masas, la toma del poder político

por la clase obrera ypor los pueblos oprimidos, pueda impedirla. Pero si la guerra se

produce, representará una crisis extraordinariamente concentrada del sistema

imperialistaque agudizará las condiciones objetivas para las luchas revolucionarias,

lo que debe ser aprovechado por los marxista-leninistas.

Pero, en el mismo momento en que los obreros y los oprimidos de todos los paísesse

encuentran amenazados por tales peligros, enfrentan los desafíos de lasituación, las

posibilidades que ésta ofrece, las filas de los marxista-leninistas quetienen la

responsabilidad de dirigir a la clase obrera y a los pueblos para hacer larevolución

atraviesan por una grave crisis. Los marxista-leninistas sufrieron unduro golpe

después que el revisionismo llegó claramente al poder en la Unión Soviética dirigido

por Jruschov; y nuevamente en 1976 después de la muerte del camarada Mao Tse-

tung, en que una nueva burguesía contrarrevolucionaria tomóel poder en China

socialista y arrastró nuevamente a un cuarto de la humanidadal camino capitalista. A

esta gran pérdida se han agregado los ataques a lasgrandes contribuciones que Mao

Tse-tung ha hecho al marxismo-leninismo, laciencia revolucionaria de la clase

obrera. Estos ataques no han sido lanzadossolamente por los nuevos dirigentes

reaccionarios de China, sino también poraquéllos que han desertado de las filas de la

revolución, y evidentemente losrevisionistas soviéticos mismos están mezclados en

estos ataques.

Ante esta situación que se hace cada vez más aguda, y reconociendo la

urgentenecesidad de recoger el gran desafío que implica esta situación,

representantes devarios partidos y organizaciones marxista-leninistas se han reunido

para discutircómo salir de esta crisis; cómo avanzar sobre la base de forjar una justa

líneaideológica y política para el Movimiento Comunista Internacional y unirse en

torno a esta línea. Durante la reunión se llegó a la unidad con respecto a las

cuestionessiguientes, que los partidos y organizaciones que firman estiman ser

elementosimportantes para el desarrollo de esta línea.

I. La situación actual

El imperialismo es la guerra. Esta verdad fundamental que había analizado Lenin,

reviste una importancia muy particular en la situación actual, en que una

nuevaguerra mundial se prepara. Esta guerra no es consecuencia de la voluntad de

tal ocual dirigente burgués, sino que deriva de las leyes mismas del sistema

imperialista.

En la coyuntura histórica actual, sólo las dos potencias imperialistas más fuertes, los

Estados Unidos y la Unión Soviética, son capaces de ponerse a la cabeza de

losbloques imperialistas para lanzarse a una guerra mundial. Estas dos

potenciasimperialistas son también los más fuertes bastiones de la reacción en el

mundoactual.

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Todas las otras potencias imperialistas, son también empujadas por su naturaleza a

lanzarse a una guerra ya que son también grandes explotadores, enemigos

sumamente reaccionarios y agresivos del proletariado y de los pueblos del mundo.

Ante el peligro de guerra mundial en ascenso, el proletariado y los pueblos

oprimidos deben desarrollar su lucha revolucionaria contra el imperialismo y

todaforma de reacción. Si tal guerra estalla deben esforzarse por transformar la

guerraimperialista en guerra revolucionaria con el objetivo de derrocar a las

clasesdirigentes reaccionarias.

Durante estos últimos años, poderosos movimientos revolucionarios han tenido

lugar en numerosos países, movimientos que han dado duros golpes y que

hanincluso derrocado a regímenes reaccionarios, estremeciendo el sistema

imperialista. Aunque ninguno de estos movimientos revolucionarios haya

llevadoaún a la dictadura del proletariado, indican una vez más, la clara posibilidad

deinstaurarla.

Las condiciones objetivas para la revolución están madurando a través del mundo.

En algunos países estas condiciones están dadas. Pero las condiciones subjetivas, en

especial el desarrollo del movimiento marxista-leninista, están seriamenteretrasadas

respecto de las primeras.

II. Las tareas de los marxista-leninistas

Es necesario rescatar y aplicar los principios fundamentales del marxismo-

leninismo, que los oportunistas y los revisionistas han tratado de camuflar oenterrar

de múltiples maneras.

—La dictadura del proletariado. Desde la época de Marx hasta nuestros días,

esteprincipio siempre ha sido pisoteado por los revisionistas. Luchar o no

porestablecer la dictadura del proletariado y la cuestión de defender y de

reforzardicha dictadura allí donde ha sido establecida, han sido siempre piedras de

toquefundamentales para los marxista-leninistas.

No sería justo, y de hecho sería particularmente perjudicial en las

condicionesactuales, desconocer la importante experiencia (positiva y negativa a la

vez) adquirida por el proletariado desde la época de la Revolución de Octubre,

conrespecto a la dictadura del proletariado. En particular, las grandes enseñanzas de

Mao Tse-tung sobre la cuestión de la continuación de la revolución bajo ladictadura

del proletariado y la experiencia de la Revolución Cultural que éldirigiera, son de

vital importancia. El camarada Mao Tse-tung, hizo notar justamente, que durante

todo el periodo del socialismo, es decir durante latransición al comunismo, las clases

y la lucha de clases existen aún. Señaló elhecho de que la burguesía no sólo

continuaba existiendo sino que eracontinuamente engendrada dentro del socialismo.

Señaló las bases materiales eideológicas de esta burguesía al igual que los medios

para combatirla. Maodemostró claramente, por primera vez en la historia de la

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ciencia del marxismoleninismo, que los jefes y la sección más importante de la

burguesía (después quela transformación socialista del sistema de propiedad haya

sido terminada agrandes rasgos) son los responsables que siguen el camino

capitalista en elinterior del partido y del aparato del estado. Mao dejó en claro que

durante todo elperíodo socialista de transición serían necesarias reiteradas luchas de

masascomo la Revolución Cultural, contra la nueva burguesía. La Gran

RevoluciónCultural Proletaria fue un movimiento revolucionario de masas sin

precedentes, movimiento que logró durante diez años impedir una restauración

capitalista, queformó sucesores revolucionarios que luchan actualmente contra los

nuevosdirigentes capitalistas en China, y que contribuyó a difundir el

marxismoleninismo en el mundo. El hecho de que a fin de cuentas la Gran

RevoluciónCultural Proletaria no haya podido impedir el derrocamiento de la

dictadura delproletariado no aminora en modo alguno su importancia histórica, ni

laimportancia de las lecciones que de allí puede sacar el proletariado mundial.

—"La toma del poder por la fuerza de las armas, la solución de la cuestión a

travésde la guerra, es la tarea central y la forma más elevada de la lucha de clases".

Estoes universalmente verdadero para todos los países. La "vía pacífica al

socialismo"está sembrada de los cadáveres de quienes han confiado en este camino

siguiendolos consejos traidores de los revisionistas.

El principio de la lucha armada de las masas ha sido también abandonado porotros

revisionistas que lo reemplazan por tesis y prácticas putchistas, o por frases vacías

ya que renuncian a todo tipo de preparación política y organizativa.

Cualquiera que sean las etapas que la revolución pueda atravesar, hay quepropagar

ampliamente entre las masas populares el hecho de que es necesariotomar el poder

político por la fuerza de las armas, los marxista-leninistas debenhacer los

preparativos necesarios en los terrenos ideológico, político y organizativo, teniendo

en vista este objetivo y deben esforzarse por desencadenar la luchaarmada por la

toma del poder desde que las condiciones para ello estén maduras.

En una frase, los comunistas son partidarios de la guerra revolucionaria.

La lucha armada debe ser llevada a cabo de forma tal que se trate de una guerrade

masas, y a través de esta lucha armada, las masas deben ser preparadas en

loideológico, político y organizativo para ejercer el poder político.

Cualquiera que sean las fuerzas y las etapas necesarias del proceso revolucionario,

hay que trabajar principalmente para constituir las fuerzasarmadas de las masas,

dirigidas por el partido, aunque es necesario tambiéndesarrollar un trabajo político

en las fuerzas armadas del enemigo para facilitar ladesintegración de esas fuerzas

armadas y para poder ganar a tantos soldadoscomo sea posible durante la lucha

revolucionaria.

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—La existencia y el papel dirigente del partido del proletariado es otro principio

fundamental. Esto se traduce en una organización de vanguardia del proletariadoque

debe asumir una línea ideológica, política y organizativa revolucionariamarxista-

leninista frente a los principales problemas de la revolución; quecombata en todo

momento, dentro y fuera de sus filas, contra todas las influenciasburguesas y

revisionistas; que practique permanentemente la crítica y laautocrítica; el

centralismo basado en la democracia; que tenga una férrea disciplina conciente, todo

ello para ligarse estrechamente a las masas, para elevar,generalizar y coordinar sus

luchas, especialmente políticas, conduciéndolas aarrebatar el poder a las clases

dominantes. Con este objetivo, el partido debe dargran importancia a formular y

difundir, de acuerdo a los principios, unaestrategia, una línea y políticas concretas de

acuerdo a las condiciones del país ylos intereses y deseos de las masas por liberarse.

El partido debe prestar granatención a las formas ilegales de lucha y organización

para conservar suindependencia y educar a las masas en la lucha contra sus

enemigos. Estasformas ilegales, desde un punto de vista estratégico son las

fundamentales. Almismo tiempo el partido debe aprovechar las posibilidades legales

para ampliar suinfluencia, sin caer ni promover ilusiones en la democracia burguesa

y debeprepararse para la inevitable represión de los reaccionarios.

La dirección de la lucha de masas y de la revolución, el Partido debe ganarla en

lapráctica aplicando correctamente la línea de masas. El partido debe

reforzarcontinuamente su rol dirigente logrando que las masas y la clase obrera

elevenconstantemente su nivel político y organizativo y asuman una parte cada vez

másimportante de las tareas de la revolución. De esta manera, el partido irá

creandolas condiciones para una auténtica dictadura del proletariado y la extinción

finaldel partido junto a la extinción de las clases en el comunismo.

El capitalismo llegó desde hace tiempo a su última etapa, la del imperialismo. Unade

las características más importantes de ésta es la sumisión y el saqueo de lospaíses

dominados y la explotación de los pueblos oprimidos. El imperialismodesarrolla y

refuerza al hacer ésto a los sepultureros destinados a derrocarlo.

En la época del imperialismo, la revolución proletaria mundial, como lo

analizóLenin, abarca dos grandes corrientes aliadas la una a la otra y dirigidas contra

elsistema imperialista: la revolución socialista proletaria en los países capitalistas yla

revolución de nueva democracia en los países semifeudales, coloniales, semi (o neo)

coloniales. La revolución en estos dos tipos de países tiene aspectos encomún:

principalmente, en los dos casos la revolución debe ser dirigida por laclase obrera y

por un partido marxista-leninista y lleva, cualesquiera que sean lasetapas que deba

atravesar, a la dictadura del proletariado y al socialismo; pero elcamino de la

revolución en los dos tipos de países tiene también diferenciasimportantes.

Los países coloniales y dependientes

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En los países semi-feudales, coloniales, semi (o neo) coloniales, la revolución

debeen general atravesar dos etapas: primeramente la de revolución de

nuevademocracia dirigida por el proletariado y luego la etapa socialista. Aquellos

quequieren saltarse absolutamente esta etapa por principio, mezclando de

maneraecléctica la revolución democrática y la revolución socialista, causan gran

daño ala causa revolucionaria.

Aunque el camino preciso de la revolución en un país en particular dependa de

lascondiciones concretas que allí existan, las enseñanzas de Mao Tse-tung sobre la

guerra popular prolongada son muy pertinentes en este tipo de países.

Losrevisionistas que atacan la teoría de Mao sobre cercar las ciudades desde

elcampo, con el pretexto de que ella significó renunciar al papel hegemónico

delproletariado, o aquellos que insisten dogmáticamente en que la insurrección en

lasciudades es la única forma de tomar el poder en este tipo de países, de hecho

atacan la lucha revolucionaria.

La experiencia ha demostrado el hecho de que no es posible liberar este tipo

depaíses del yugo imperialista, y aún menos avanzar en el camino al socialismo,

sinla dirección del proletariado y de una línea verdaderamente marxista-leninista.

Aunque en general sea posible y necesario desarrollar un frente unido muy amplioen

este tipo de países, frente unido que puede incluso a veces abarcar sectores delas

clases explotadoras, la experiencia ha subrayado mucho hasta qué punto

esimportante que los marxista-leninistas conserven la dirección y su

independenciapolítica y organizativa; que eduquen ampliamente a las masas en el

hecho de quees necesario avanzar hasta el socialismo y finalmente hasta el

comunismo; queluchen contra las tendencias al nacionalismo estrecho al mismo

tiempo que llevanadelante la lucha por la liberación nacional; que desenmascaren y

combatan a laburguesía con los medios apropiados, incluso en lo que respecta a los

sectores dela burguesía con los cuales pueden estar aliados en la lucha contra

elimperialismo extranjero y las clases reaccionarias en el poder.

Existe una tendencia innegable a que el imperialismo introduzca

elementosimportantes de relaciones capitalistas en los países que domina. En

algunos países dependientes este desarrollo capitalista ha alcanzado tal importancia

queya no sería correcto caracterizarlos como países semi-feudales; sería mejor

calificarlos como países predominantemente capitalistas, aunque se puedanencontrar

todavía elementos o vestigios importantes de relaciones de producción semifeudales

y que éstos se reflejen todavía a nivel de la superestructura.

En tales países, es necesario hacer un análisis concreto de esas condiciones ysacar

las conclusiones apropiadas en lo que respecta al camino a seguir, a lastareas, al

carácter y el alineamiento de las fuerzas de clase. En todos los casos, elimperialismo

extranjero sigue siendo un blanco de la revolución.

Los países imperialistas

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En el Manifiesto Comunista, Marx y Engels dijeron que, "los obreros no

tienenpatria". Lenin subrayó que lo anterior se aplica particularmente a los

paísesimperialistas. Siendo éste un principio cardinal del marxismo-leninismo, que

esnecesario salvaguardar por haber sido deformado por los revisionistas

durantedecenas de años, es también un principio que reviste una importancia

muyparticular en la coyuntura actual en que se avecina una tercera guerra mundial.

Los comunistas luchan contra toda forma de chovinismo nacional en el seno de

laclase obrera y de otros sectores de las masas oprimidas. Esto significa lucharcontra

toda tendencia a identificar los intereses del proletariado con los interesesde "su

propia" clase dirigente imperialista, ya sea con respecto al saqueo de lospaíses

coloniales y dependientes, o bien, en particular, en la situación actual, conrespecto a

la cuestión de lanzarse a una guerra para defender los intereses de laburguesía. Si

estalla una tercera guerra mundial el proletariado debe trabajaractivamente para la

derrota de su propia burguesía, tratando de transformar laguerra imperialista en

guerra civil para derrocar a la burguesía y para establecerla dictadura del

proletariado.

Aunque el camino de la Revolución de Octubre tenga una aplicación universal enel

sentido de que hay que hacer la revolución por la fuerza de las armas, que hayque

establecer la dirección de un partido proletario de vanguardia, establecer ladictadura

del proletariado, construir el socialismo, etc., (lo que es válido paratodos los países),

en los países capitalistas e imperialistas, la Revolución deOctubre sigue siendo la

principal referencia para la estrategia y táctica de losmarxista-leninistas. Estos deben

reconocer que en cada país la revolución tomaráformas específicas, deben analizar

las condiciones concretas y hacer el balance dela experiencia de lucha de las masas,

al mismo tiempo que siguen básicamente lalínea leninista en cuanto a las medidas

políticas y organizativas a tomar, que sonnecesarias para preparar la conquista y

ejercicio del poder por el proletariado. Unavez más, el hecho de que los revisionistas

hayan deformado y renegado de losprincipios fundamentales del leninismo

constituye, no solamente un hechohistórico, sino que un problema actual. Al mismo

tiempo que se preste atención alanálisis concreto de las condiciones concretas de

cada país, es necesario estudiary aplicar correctamente las tesis de Lenin con

respecto a la cuestión de laimportancia de elevar la conciencia política de la clase

obrera y de llevarla haciasu misión histórica, y de desarrollar su lucha política y

revolucionaria, laimportancia de la prensa comunista y de combatir la influencia del

economicismoprestando atención a los deseos y condiciones de vida de las masas.

Debemostambién estudiar y aplicar las enseñanzas de Mao Tse-tung de basarse en

losprofundos anhelos de las masas de cambiar sus condiciones de vida.

III. Sobre la unidad de los marxista-leninistas

El proletariado es una sola clase mundial, cuyo único interés histórico consiste

enemancipar a la humanidad de toda la explotación y opresión y en abrir el camino

ala época histórica del comunismo en todo el mundo. Es por eso que

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elinternacionalismo proletario no puede ser separado del marxismo-leninismo y

quees una necesidad permanente para la clase obrera y su vanguardia

marxistaleninista en todos los países. Además de esta verdad que es evidente, pero

quemuchas veces ha sido olvidada, la coyuntura actual exige también que se

hagangrandes esfuerzos para desarrollar la unidad de los marxista-leninistas y de

losrevolucionarios de todos los países, para poder enfrentar las pruebas y

lasposibilidades que están ante nosotros. De hecho, la unidad de los

marxistaleninistas no es sólo objetivamente necesaria, sino que también es algo que

exigencada vez más los revolucionarios y las masas a través del mundo. En este

proceso,como en todo, lo decisivo es la línea ideológica y política.

Lenin subrayaba el hecho de que "la unidad es una cosa muy importante y unagran

consigna. Pero lo que necesita la causa de los obreros es la unidad de losmarxistas, y

no la unidad entre los marxistas y aquellos que se oponen almarxismo y lo

deforman".

En nuestra opinión, la unidad sólo puede lograrse sobre la base de líneas

dedemarcación neta y firmemente trazadas con respecto al revisionismo y

aloportunismo en todas sus formas. Esas líneas de demarcación no han caído

delcielo ni han sido inventadas por gente sectaria, tampoco pueden ser objeto

dedebates estériles y académicos: esas líneas de demarcación reflejan las

formasesenciales y decisivas con las cuales el revisionismo enfrenta al

proletariadorevolucionario y al movimiento marxista-leninista en el mundo actual.

La defensa de las contribuciones de Mao Tse-tung a la ciencia del

marxismoleninismo constituye una cuestión particularmente importante, actual y

urgenteen el Movimiento Comunista Internacional y entre los trabajadores

conscientes. Elprincipio en cuestión es nada menos que saber si hay que defender o

no lascontribuciones decisivas de Mao a la revolución proletaria y a la ciencia

delmarxismo-leninismo y avanzar sobre esa base. Mao Tse-tung ha desarrollado el

marxismo-leninismo en los terrenos de la revolución democrática antimperialistaque

llevan al socialismo; de la guerra popular y de la estrategia militar en general;de la

filosofía, en la cual hizo importantes contribuciones al análisis de

lascontradicciones—esencia de la dialéctica—y sobre la teoría del conocimiento,

suslazos con la práctica y con la línea de masas; también aportó en el terreno de la

revolucionarización de la superestructura y de la continuación de la revoluciónbajo

la dictadura del proletariado y en la lucha contra el revisionismo en losterrenos

teórico y práctico. Se trata entonces, nada menos que de defender elmarxismo-

leninismo mismo. La dirección teórica y práctica de Mao constituye undesarrollo

cuantitativo y cualitativo del marxismo-leninismo en numerosos frentes,y la

concentración teórica de la experiencia histórica de la revolución proletaria enestas

últimas décadas. Vivimos en la época del leninismo, esto es, la delimperialismo y la

revolución proletaria. Al mismo tiempo afirmamos que la obra de Mao Tse-tung es

una nueva etapa en el desarrollo del marxismo-leninismo. Sindefender las

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contribuciones de Mao y sin construir sobre la base que constituyen,no es posible

derrotar al revisionismo, el imperialismo y la reacción en general.

Ligado muy íntimamente a lo dicho anteriormente está la necesidad de

oponersevigorosamente a los nuevos dirigentes revisionistas en China, que han

derrocadola dictadura del proletariado y que están restaurando el capitalismo.

Hancapitulado completamente ante el imperialismo y piden que los demás les sigan

eneste camino; hoy lo hacen bajo su teoría estratégica "de los tres mundos",

teoríareaccionaria que tratan ante los ignorantes de hacer pasar

fraudulentamentecomo si fuese obra del propio Mao.

Los revisionistas soviéticos y los partidos revisionistas que tienen lazos con

ellos,siguen siendo feroces enemigos del proletariado. Durante estos últimos años,

losrevisionistas soviéticos han tomado una actitud más decidida con respecto a

laspotencias imperialistas occidentales. Esto es consecuente con sus necesidades

entanto que gran potencia imperialista a la cabeza de un bloque imperialista rival.

En varias ocasiones, para tratar de extender su dominio imperialista, hanintervenido

directamente con sus fuerzas militares o han utilizado a los revisionistas vietnamitas

o cubanos que forman parte de su bloque. Esto se hahecho muchas veces bajo la

máscara del "internacionalismo". Los partidosrevisionistas históricamente ligados a

la URSS han preconizado líneas contrarrevolucionarias como la de la "vía pacífica"

y del "compromiso histórico"con la burguesía. En otras oportunidades los partidos

revisionistas preparangolpes de estados militares y acciones armadas aisladas de las

masas. Esnecesario estudiar y analizar más a fondo el papel y la naturaleza de los

partidosrevisionistas hoy en día, a la vez en particular y en general, pero en todo

caso escompletamente claro que constituyen enemigos feroces de la revolución

proletariay que el hecho de desenmascararlos y de derrotarlos, debe ser un

elementoesencial del desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado y de

lamovilización de las masas en la lucha revolucionaria.

El Partido del Trabajo de Albania y su dirección, han caído completamente en

losbajos fondos del revisionismo. Poco después del golpe de

estadocontrarrevolucionario en China, el PTA atrajo un cierto número de

verdaderosrevolucionarios porque se oponía a ciertos aspectos de entre los más

grotescos de la camarilla de Teng Siao-ping y Jua Kuo-feng en China, en particular

en lo querespecta a la línea internacional. Muy rápidamente sin embargo han

superado incluso a Teng y a Jua en la virulencia de sus ataques contra Mao y contra

el pensamiento de Mao Tse-tung. Los dirigentes del PTA han tomado posiciones

trotskistas clásicas sobre un cierto número de cuestiones, incluso sobre lanaturaleza

de la revolución en los países semi-feudales y semi-coloniales, excluyendo la guerra

popular como forma de lucha revolucionaria, etc. Lo que es aún más importante, es

que su posición se acerca cada día más a la línea revisionista soviética sobre una

cierta cantidad de cuestiones importantes y desucesos mundiales determinantes

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como apareció en la invasión de Camboya por Viet-nam, en el levantamiento de los

obreros de Polonia y en sus ataques contraMao similares a los de los soviéticos.

La influencia trotskista se ha visto reforzada con el revisionismo en general y

particularmente en el último tiempo con el ascenso de los revisionistas en China y

las posiciones revisionistas del PTA. Las organizaciones y partidos que

suscribeneste comunicado llaman a ligar la lucha contra el revisionismo a la lucha

contralas posiciones aparentemente izquierdistas de los trotskistas pero

profundamentederechistas en su esencia. Especialmente llaman a oponerse: a su

línea "purista","obrerista", de negarse a toda alianza con el campesinado u otras

fuerzas noproletarias, en particular a la política de frente único contra las

clasesreaccionarias en el poder; al rechazo de la posibilidad de tomar el poder e

iniciar elperíodo de transición socialista en un sólo país; a la forma economicista de

ver lasluchas de masas y en cuanto a concebir la transición al comunismo

básicamentecomo un desarrollo de las fuerzas productivas.

Las organizaciones y partidos signatarios destacan el aumento del peligro de la

socialdemocracia que se encuentra en el poder en varios países y que sigue siendoun

Caballo de Troya de los intereses imperialistas occidentales. Además de sustácticas

habituales de conciliación, la socialdemocracia busca en algunos paísesformar o

influir en grupos armados para incidir en una situación de cambio. Losmarxista-

leninistas deben combatir firmemente su influencia de masas ydenunciar todas sus

tácticas. Hoy en día, no es solamente posible, sino que esuna necesidad vital, tomar

medidas importantes para unificar a los auténticos marxista-leninistas en base a las

líneas de demarcación claras que han aparecido,y ante las tareas urgentes del

movimiento internacional. También es necesariocontinuar el estudio, la discusión y

la lucha en forma colectiva sobre muchas cuestiones importantes. Esto es

particularmente evidente en relación con lanecesidad de desarrollar una comprensión

mucho más amplia y profunda del Movimiento Comunista Internacional. Como lo

dijera el Partido Comunista de China en 1963, cuando era un verdadero partido

comunista, en su polémica conlos revisionistas soviéticos, en lo que respecta a la

historia del Movimiento Comunista Internacional (y del movimiento de liberación

nacional): hay "muchaslecciones y experiencias que sacar: hay experiencias de las

cuales hay quealegrarse, y otras de las cuales hay que lamentarse. Los comunistas y

losrevolucionarios de todos los países tienen que abordar esas experiencias de

éxitosy fracasos y estudiarlas seriamente para sacar conclusiones correctas y

lecciones útiles". Hoy a la luz de las experiencias positivas y negativas aún

mássignificativas que han acaecido desde esa época, y teniendo en vista la

situaciónactual y las posibilidades futuras, esta orientación adquiere una

significación mayor. Es más decisiva la necesidad de atreverse a pensar y analizar en

forma más profunda y penetrante para actuar de manera más audaz.

Antes que el revisionismo moderno se sacase la máscara abiertamente en la URSS y

en diferentes países, existían ya en el seno del Movimiento Comunista Internacional

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diferentes concepciones erróneas que facilitaron el desarrollo de eserevisionismo.

Junto a los innegables aportes que prestó la III Internacional a launidad del

proletariado internacional, a la creación de partidos comunistas y asus luchas; y al

gigantesco rol de la Revolución de Octubre que inició la época delas revoluciones

proletarias y abrió paso a la construcción del socialismo en laUnión Soviética, nos

concierne a los comunistas hacer un balance crítico de estas experiencias, que

permita explicar a la luz del marxismo-leninismo la toma delpoder por la burguesía

en dicho país y otras naciones socialistas así comoaprender también de los errores y

desviaciones que se dieron y valorar el grado deinfluencia de ellos en la corrupción

oportunista de la mayor parte del Movimiento Comunista Internacional. Frente a la

desmoralización que estos hechos hanproducido en vastos sectores de masas y frente

al aprovechamiento que hacen deellos los sectores burgueses, presentándolos como

muestras del "fracaso" del marxismo, nos compete a los comunistas demostrar que

no es el socialismocientífico el que ha fracasado y que, por el contrario, él nos

permite dar cuenta delos factores objetivos y subjetivos que los han generado. Entre

otras cosastenemos que investigar y debatir las experiencias de la III Internacional y

las razones que condujeron a su auto-disolución; la manera como fue resuelta

durante la última guerra mundial, la relación entre la lucha revolucionaria contrala

burguesía y el imperialismo y la consigna de formar un frente unido antifascista,así

como la justificación misma de esta consigna; el origen de tendencias revisionistas,

como el browderismo, que sembraron la confianza en que podríalograrse una paz

duradera y un mejoramiento de las condiciones de vida de las masas, sobre la base

de acuerdos entre la Unión Soviética y las potencias imperialistas que combatieron

contra los estados fascistas, así como de lastendencias conciliadoras a que ellas

dieron lugar;las raíces profundas que condujeron a la restauración del capitalismo en

la URSS y otros países socialistas, prestando atención especialmente al tratamiento

que enellos se dio al desarrollo de la lucha de clases y a una aplicación consecuente

de ladictadura del proletariado, a las relaciones entre política e ideología, política

yeconomía y técnica, a la línea de masas, a la correcta solución de

lascontradicciones en el seno del pueblo y con el enemigo sobre la base de movilizar

a las masas, a la relación entre centralismo y democracia en el seno del partido y ala

relación de éste con las masas. Esclareciendo estos problemas, al margen de las

calumnias de los trotskistas y otros enemigos de la revolución, lograremos

importantes enseñanzas para el desarrollo de la revolución.

En resumen, pensamos que para la unidad de los marxista-leninistas es esencial

profundizar el estudio para hacer un balance de la actividad teórica y práctica de los

comunistas en el período de la III Internacional, la segunda guerra mundial, y en

especial las causas de la llegada al poder de los revisionistas en los países enque el

proletariado llegó al poder, especialmente en la Unión Soviética y en China.

Los partidos y organizaciones que firman han recibido y discutido un importante

proyecto de texto preparado en conjunto por el Partido Comunista Revolucionariode

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Chile y por el Partido Comunista Revolucionario de los Estados Unidos. Los

signatarios estiman que el texto es, a grandes rasgos, una contribución positivahacia

la elaboración de una correcta línea general para el Movimiento Comunista

Internacional. En esta perspectiva, el texto debería ser difundido y discutido,

nosolamente en el seno de las organizaciones que firman este comunicado, sino

también en las filas del Movimiento Comunista Internacional en su conjunto.

Para llevar a cabo la lucha contra el revisionismo en su conjunto y para ayudar al

proceso de desarrollo y de lucha por una línea general correcta en el Movimiento

Comunista Internacional, los firmantes acordaron publicar una revista internacional.

Esta revista puede y debe ser un arma muy importante para ayudara unir ideológica,

política y orgánicamente a las fuerzas de los auténticos marxista-leninistas.

Los partidos y organizaciones que suscriben este comunicado, insisten en

lanecesidad de no solamente conservar el contacto, continuar la discusión y lalucha

entre ellos, sino también en buscar activamente a otros verdaderos marxista-

leninistas en el mundo y desarrollar relaciones con ellos, en llevar a cabola lucha

ideológica y el trabajo político para ganar sectores aún más amplios del Movimiento

Comunista Internacional para consolidar la posición revolucionaria yreforzar sus

luchas.

La coyuntura actual en el mundo y en el Movimiento Internacional ponen al

proletariado revolucionario, a los pueblos oprimidos y a los marxista-leninistas

frente a grandes tareas, grandes pruebas, y sobre todo frente a grandesoportunidades.

El marxismo-leninismo, ciencia del proletariado revolucionario, hasido siempre

forjado y templado en la fragua de la lucha de clase. Hoy debemosenfrentar este

desafío, ponernos a la altura de las condiciones objetivas, reconstituir la unidad de

los marxista-leninistas sobre la base de una correctalínea política y hacer el balance

de las experiencias del pasado, luchar por elinternacionalismo proletario, y

haciéndolo avanzaremos hacia el comunismo entodo el mundo.

CeylonCommunistParty

GroupeMarxiste-Léniniste du Sénégal

Grupo para la Defensa del Marxismo-Leninismo (España)*

Mao Tsetung-Kredsen (Dinamarca)

Marxist-Leninist Collective (Bretaña)

New Zealand Red Flag Group

Nottingham Communist Group (Bretaña)

Organizzazione Comunista Proletaria Marxisla-Leninista (Italia)

Partido Comunista Revolucionario de Chile

Pourl'InternationaleProlélarienne (Francia)

13

Reorganization Committee, Communist Party of India (Marxist-Leninist)

RevolutionaryCommunistParty, USA

Unión Comunista Revolucionaria (República Dominicana)

otoño 1980

---------------

Primera Edición: Otoño de 1980

Segunda Edición: Enero de 1981

* Posteriormente se llamó Unión de Lucha Marxista-Leninista (España). Esta

corrección se hace de acuerdo ala segunda edición de este folleto.

DECLARACIÓN DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO

INTERNACIONALISTA

Nota a la edición de 1998

Desde hace algún tiempo hacía falta una nueva edición de la Declaración del

Movimiento Revolucionario Internacionalista. Adoptada en 1984 en la conferencia

de formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, la Declaración ha

sido la base política sobre la cual el MRI se ha desarrollado y avanzado. El avance

más importante en la vida del MRI ha sido la adopción formal del documento ¡Viva

el Marxismo-Leninismo-Maoísmo!, en 1993, según los principios de organización

del MRI. Desde que se tomó esa decisión, anunciada con motivo del Centenario de

Mao (26 diciembre 1993), el documento ¡Viva el Marxismo-Leninismo-Maoísmo!,

en combinación con la Declaración, constituye la base política del MRI. En

conformidad con este importante paso adelante que el MRI ha dado en su

comprensión y unidad, en esta segunda edición de la Declaración se ha reemplazado

la expresión "marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung" por "marxismo-

leninismo-maoísmo" y la expresión "marxismo-leninismo" por "marxismo-

leninismo-maoísmo" (excepto en los casos en que se utilice la anterior expresión en

un contexto histórico).

Además de la adopción del marxismo-leninismo-maoísmo, otros sucesos han hecho

indispensable la publicación de una nueva edición de la Declaración. La descripción

de la situación mundial refleja el período en que se adoptó la Declaración (1984).

Desde ese entonces, han ocurrido importantes cambios en la situación internacional,

siendo lo más notable el derrumbe del socialimperialismo soviético y del bloque del

Este encabezado por él. En vista de esos cambios, el MRI adoptó una resolución,

"Sobre la Situación Mundial", al mismo tiempo que lo hizo con ¡Viva el Marxismo-

Leninismo-Maoísmo!. Esa resolución, la cual guía la valoración general del MRI

14

sobre la situación mundial, se incluye como apéndice a esta edición de la

Declaración.

Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista

agosto de 1998

Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista

"Hoy, el mundo se encuentra en el umbral de sucesos muy importantes. La crisis del

sistema imperialista está creando rápidamente las condiciones que llevan al peligro

de que estalle una nueva guerra mundial, la tercera; condiciones que dan también

perspectivas reales para la revolución en todo el mundo". La exactitud científica de

estas palabras del Comunicado Conjunto de nuestra Primera Conferencia

Internacional en el otoño de 1980 no sólo ha sido cabalmente comprobada por el

curso de los acontecimientos en el mundo; además la situación mundial se ha

intensificado y agravado aún más desde ese entonces.

Así que el movimiento marxista-leninista-maoísta confronta la responsabilidad

excepcionalmente seria de unificar y preparar aún más sus filas para los tremendos

retos y batallas trascendentales que se preparan. La misión histórica del proletariado

exige con suma urgencia una preparación resuelta para cambios repentinos y saltos

en los hechos; particularmente en esta coyuntura actual, cuando los sucesos a escala

mundial ejercen un efecto más profundo sobre los acontecimientos nacionales, y

cuando se preparan perspectivas inauditas para la revolución, debemos agudizar

nuestra vigilancia revolucionaria e intensificar nuestra preparación política,

ideológica, organizativa y militar para poder manejar estas oportunidades de la

mejor manera posible para los intereses de nuestra clase y para conquistar las

posiciones más avanzadas posibles para la revolución proletaria mundial.

Armados con las enseñanzas científicas de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao

Tsetung, estamos netamente conscientes de las tareas que se esperan de nosotros en

la situación actual y estamos orgullosos de aceptar y obrar de acuerdo con esta

responsabilidad histórica.

El movimiento marxista-leninista-maoísta sigue confrontando una crisis profunda y

grave, que alcanzó su punto crítico después del golpe de Estado reaccionario en

China tras la muerte de Mao Tsetung y con la traición pérfida de EnverHoxha. Sin

embargo, a pesar de estos reveses, existen marxista?leninistas?maoístas auténticos

en todos los continentes que han rehusado abandonar la lucha por el comunismo.

El movimiento comunista internacional se está desarrollando a través de un proceso

de una unidad y un avance más consolidados según los principios científicos del

marxismo-leninismo-maoísmo1. En comparación con el otoño de 1980, hemos

15

desarrollado nuestra fuerza y aumentado nuestra capacidad de ejercer una influencia

sobre los hechos y dirigirlos. Nuestra Segunda Conferencia de Partidos y

Organizaciones Marxista-Leninistas, que se celebró exitosamente a pesar de

condiciones desfavorables y difíciles, representa un salto cualitativo en la unidad y

maduración de nuestro movimiento. Y las tareas que claman por que se cumplan

pueden cumplirse, y serán cumplidas, forjando una barricada invencible contra las

ideologías revisionistas y todas las ideologías burguesas, proveyendo liderazgo

científico a las surgientes olas revolucionarias y colocándose a su vanguardia, lo que

requiere una aplicación consciente de los principios del marxismo-leninismo-

maoísmo en la práctica y en la valoración científica de nuestra práctica y experiencia

enriquecidas en el verdadero crisol de la lucha de clases revolucionaria.

La siguiente Declaración ha sido forjada a través de meticulosas y comprensivas

discusiones y lucha de principios por los delegados y observadores que participaron

en la Segunda Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-

Leninistas que formó el Movimiento Revolucionario Internacionalista.

La Situación Mundial

Todas las contradicciones más importantes del sistema imperialista mundial se están

acentuando rápidamente: la contradicción entre las distintas potencias imperialistas;

la contradicción entre el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidos; y la

contradicción entre la burguesía y el proletariado en los países imperialistas. Todas

estas contradicciones tienen un origen común: el modo de producción capitalista y

su contradicción fundamental. La rivalidad entre los dos bloques de potencias

imperialistas, encabezados por los EU y la URSS respectivamente, inevitablemente

conducirá a la guerra, a menos que la revolución la impida; esta rivalidad está

ejerciendo un gran efecto sobre los acontecimientos mundiales.

El mundo heredado a raíz de la II Guerra Mundial se está desmoronando

rápidamente2. Las relaciones económicas y políticas internacionales - el "reparto del

mundo" - que se establecieron mediante la II Guerra Mundial y como resultado de

ella, ya no corresponden a las necesidades de las distintas potencias imperialistas de

extender y ensanchar "pacíficamente" sus imperios de ganancias. Aunque es cierto

que el mundo de la post-guerra ha experimentado cambios importantes como

resultado de conflictos entre los imperialistas y, especialmente, como resultado de

las luchas revolucionarias, hoy día es toda esa red de relaciones económicas,

políticas y militares lo que está en tela de juicio. Se está viniendo abajo la relativa

estabilidad de las principales potencias imperialistas y la relativa prosperidad de un

puñado de países, fruto de la sangre y la miseria de la mayoría explotada de los

pueblos y naciones del mundo. Las luchas revolucionarias de las naciones y pueblos

oprimidos están en ascenso una vez más, asestándole nuevos golpes al orden

imperialista mundial.

16

Es en este contexto que la declaración de Mao Tsetung: "O la revolución impide la

guerra o la guerra desata la revolución", resuena tanto más claramente y adquiere

importancia apremiante. La lógica misma del sistema imperialista y de las luchas

revolucionarias está preparando una nueva situación. En el período entrante, es

probable que todas las contradicciones mundiales - la contradicción entre las bandas

rivales de imperialistas, entre los imperialistas y las naciones oprimidas, y entre el

proletariado y la burguesía en los países imperialistas, todas estas contradicciones -

se expresen por la fuerza de las armas en una escala sin precedentes. Como dijo

Stalin respecto a la I Guerra Mundial:

La importancia de la guerra imperialista desencadenada hace diez años estriba, entre

otras cosas, en que juntó en un haz todas esas contradicciones y las arrojó sobre la

balanza, acelerando y facilitando con ello las batallas revolucionarias del

proletariado.

La agudización de las contradicciones está atrayendo al vórtice de la historia

mundial a todos los países y regiones del mundo y a sectores de las masas

previamente adormecidos o indiferentes a la vida política, y lo hará aún más

dramáticamente en el futuro. Así que los comunistas revolucionarios tienen que

prepararse y preparar a los obreros conscientes de clase y a los sectores

revolucionarios del pueblo e intensificar su lucha revolucionaria.

Los comunistas son enemigos resueltos de la guerra imperialista y deben movilizar y

dirigir a las masas en la lucha contra los preparativos para una tercera guerra

mundial, que sería el mayor crimen en la historia de la humanidad; pero los

marxista-leninista-maoístas jamás ocultan la verdad a las masas: sólo la revolución,

la guerra revolucionaria que los marxista-leninista-maoístas y las fuerzas

revolucionarias están dirigiendo, o preparándose a dirigir, puede impedir este

crimen. Los marxista-leninista-maoístas deben aprovechar las posibilidades

revolucionarias que se están desarrollando rápidamente y dirigir a las masas en

intensificar la lucha revolucionaria en todos los frentes, en iniciar la guerra

revolucionaria en donde sea posible, y en apresurar los preparativos allí donde las

condiciones para tal guerra revolucionaria no han madurado aún. De esta manera, la

lucha por el comunismo avanzará y es posible que la victoria del proletariado y los

pueblos oprimidos en el curso de batallas decisivas haga añicos los actuales

preparativos de los imperialistas para la guerra mundial, establezca el Poder de la

clase obrera en varios países y cree una situación mundial más favorable al avance

de la lucha revolucionaria. Si, por el contrario, la lucha revolucionaria no llega a

prevenir una tercera guerra mundial, los comunistas y los sectores revolucionarios

del proletariado y de las masas deben estar en condiciones de movilizar la furia que

engendrará semejante guerra y el sufrimiento que inevitablemente la acompañará,

dirigir esa furia contra la fuente de la guerra -el imperialismo - y aprovechar que el

17

enemigo se encuentre debilitado para transformar una guerra imperialista

reaccionaria en una guerra justa contra el imperialismo y la reacción.

Desde que el sistema imperialista ha integrado al mundo en un solo sistema global

(y lo está haciendo cada vez más), la situación mundial ejerce más y más influencia

sobre los acontecimientos de cada país; de modo que las fuerzas revolucionarias en

todo el mundo tienen que basarse en una valoración correcta de la situación mundial

de conjunto. Esto no niega las tareas cruciales de hacer una valoración de las

condiciones específicas en cada país, formular estrategias y tácticas específicas y

desarrollar la práctica revolucionaria. A menos que los marxista-leninista-maoístas

capten correctamente esta relación dialéctica entre la situación de conjunto a nivel

global y las condiciones concretas en cada país, no podrán aprovechar la situación

sumamente favorable a nivel global a favor de la revolución en cada país.

Hay que luchar contra las tendencias en el movimiento internacional a considerar la

revolución en un país separada de la lucha de conjunto por el comunismo. Lenin

señaló que: "Existe una clase y sólo una de internacionalismo verdadero, y es

trabajar abnegadamente para desarrollar el movimiento revolucionario y la lucha

revolucionaria en el propio país, y apoyar (con propaganda, solidaridad y ayuda

material) esta lucha, ésta y sólo esta línea, en todos los países sin excepción". Lenin

subrayó que los revolucionarios proletarios deben enfocar la cuestión de su trabajo

revolucionario no desde el punto de vista de "mi" país, sino "desde el punto de vista

de mi contribución en la preparación, en la propaganda y en la aceleración de la

revolución proletaria mundial".

Sobre las Dos Partes Componentes de la Revolución Proletaria Mundial

Ya hace tiempo, Lenin hizo un análisis de la división del mundo entre un puñado de

países capitalistas avanzados y la gran cantidad de naciones oprimidas que

constituyen la más extensa parte del territorio y la población del mundo que los

imperialismos despojan parasíticamente, manteniéndolas a la fuerza en un estado de

dependencia y atraso. De esta realidad surge la concepción leninista que la historia

confirma, de que la revolución proletaria mundial se compone esencialmente de dos

corrientes: la revolución proletaria socialista librada por el proletariado y sus aliados

en las ciudadelas imperialistas, y la liberación nacional o revolución de nueva

democracia, librada por las naciones y pueblos subyugados por el imperialismo. La

alianza entre estas dos corrientes revolucionarias sigue siendo la piedra angular de la

estrategia revolucionaria en la época imperialista.

En el período transcurrido desde la II Guerra Mundial hasta hoy, las luchas de los

pueblos y naciones oprimidos han sido los centros de la tempestad de la lucha

revolucionaria mundial. La intensificación de la explotación y la miseria de las

masas en los países oprimidos ha servido de moneda para comprar y pagar la

18

prosperidad, estabilidad y "democracia" en varios Estados imperialistas. Lejos de

eliminar la cuestión nacional y colonial, el desarrollo del neocolonialismo ha

significado una subyugación mayor de naciones y pueblos enteros a las exigencias

del capital internacional y ha llevado a toda una serie de guerras revolucionarias

contra la dominación imperialista.

La actual intensificación de las contradicciones mundiales, si bien pone de

manifiesto más amplias posibilidades para estos movimientos, también los pone

frente a nuevos obstáculos y nuevas tareas. A pesar de que las potencias

imperialistas se han esforzado con cierto grado de éxito por subvertir y pervertir las

luchas revolucionarias de las masas oprimidas, especialmente con la esperanza de

transformarlas en armas de rivalidad interimperialista, estas luchas siguen

asestándole golpes poderosos al sistema imperialista y aceleran el desarrollo de

posibilidades revolucionarias en el mundo entero.

En los países imperialistas del bloque occidental, el período desde el fin de la II

Guerra Mundial hasta la fecha se ha caracterizado esencialmente por una situación

no revolucionaria que refleja la relativa estabilidad de la dominación imperialista en

tales países, ligada inseparablemente a la intensa explotación de los pueblos

oprimidos por estos Estados imperialistas. Con todo, las perspectivas

revolucionarias en dichos países son más favorables hoy de lo que se haya visto en

largo tiempo. La historia ha demostrado que en estos tipos de países se presentan

raramente situaciones revolucionarias y que generalmente lo hacen en conexión con

la intensificación aguda de las contradicciones mundiales, como la coyuntura que se

está conformando en el mundo en la actualidad.

Las luchas revolucionarias de masas que se desarrollaron en la mayoría de los países

imperialistas de Occidente, especialmente durante los años 60, demuestran de

manera contundente la posibilidad de la revolución proletaria en estos países, no

obstante el hecho de que a esas alturas las condiciones no eran favorables para una

toma del Poder y que esos movimientos declinaron de concierto con el reflujo

general del movimiento mundial. Hoy en día, la intensificación de la situación

mundial se refleja más y más en estos países, como lo indican por ejemplo, las

importantes rebeliones de las capas bajas del proletariado en algunos países

imperialistas, así como el crecimiento de un poderoso movimiento contra los

preparativos de guerra imperialista en varios países, incluyendo un sector más

revolucionario.

En los países capitalistas e imperialistas del bloque del Este se están haciendo más y

más evidentes importantes grietas y fisuras en la relativa estabilidad de la

dominación de la burguesía capitalista de Estado. En Polonia, el proletariado y otros

sectores de las masas se han levantado en lucha, asestando golpes poderosos contra

19

el orden establecido. En dichos países también se están desarrollando posibilidades

para la revolución proletaria, posibilidades que se intensificarán con el

desenvolvimiento y agudización de las contradicciones mundiales.

Es importante educar a los elementos revolucionarios de ambos tipos de países para

que comprendan la naturaleza de la alianza estratégica entre el movimiento

proletario revolucionario en los países avanzados y las revoluciones democrático-

nacionales en las naciones oprimidas. La posición social-chovinista que busca negar

la importancia de la lucha revolucionaria de los pueblos oprimidos o su potencial,

bajo el liderazgo del proletariado y un partido marxista-leninista-maoísta auténtico,

de llevar al establecimiento del socialismo, sigue siendo una desviación peligrosa

contra la cual hay que luchar. Los revisionistas modernos, encabezados por la

URSS, que sostienen que una lucha de liberación nacional sólo puede ser exitosa si

su "aliado (imperialista) natural" le otorga "ayuda", y los trotskistas, que por

principio niegan la posibilidad de la transformación de una revolución democrático-

nacional en una revolución socialista, son ejemplos de esta perniciosa tendencia. Por

otro lado, en estos últimos tiempos, un problema importante ha sido otra desviación

que ignora la posibilidad de que surjan situaciones revolucionarias en los países

avanzados, o considera que tales situaciones revolucionarias sólo podrían ocurrir

como resultado directo de los avances en las luchas de liberación nacional. Ambas

desviaciones minan la fuerza del proletariado, puesto que no toman en cuenta el

desarrollo de la coyuntura mundial y las posibilidades de avance revolucionario en

varios tipos de países, y a escala mundial, que ella conlleva.

Algunas Cuestiones Respecto de la Historia del Movimiento Comunista

Internacional

En el espacio de poco más de un siglo desde que se publicó el Manifiesto Comunista

y su llamado "Obreros de todos los países, uníos", el proletariado internacional ha

acumulado un inmenso caudal de experiencia. Esta experiencia abarca el curso del

movimiento revolucionario en diferentes tipos de países durante los grandiosos días

de victorias decisivas y de entusiasmo revolucionario, como también los períodos de

la reacción y el retroceso más sombríos. La ciencia del marxismo-leninismo-

maoísmo se ha ido formando y desarrollando durante las vueltas y revueltas del

movimiento, a través de una lucha constante contra aquellos que le arrancan su

esencia revolucionaria y/o la transforman en un dogma enmohecido e inerte.

Encarnizadas luchas en la esfera ideológica entre el marxismo y el revisionismo y el

dogmatismo han acompañado invariablemente los puntos críticos en el desarrollo de

la historia mundial y la lucha de clases. Este fue el caso de la lucha que Lenin libró

contra la II Internacional (que correspondió al estallido de la I Guerra Mundial y el

desarrollo de una situación revolucionaria en Rusia y otros lugares) y en la lucha de

Mao Tsetung contra el revisionismo soviético moderno, una gran lucha que reflejó

eventos históricos mundiales (el restablecimiento del capitalismo en la URSS, la

20

intensificación de la lucha de clases en la China socialista, el desarrollo de un

repunte de la lucha revolucionaria mundial dirigida en particular contra el

imperialismo EU). Del mismo modo, la profunda crisis por la cual está pasando

actualmente el movimiento comunista internacional es un reflejo de la revocación

del dominio proletario en China y el ataque general a la Revolución Cultural en

China a raíz de la muerte de Mao Tsetung y del golpe de Estado de DengXiaoping y

HuaKuo-feng, como también de la agudización general de las contradicciones

mundiales que acentúan el peligro de guerra mundial y las perspectivas de

revolución. Hoy en día, como en las otras grandes luchas, las fuerzas que luchan por

una línea revolucionaria son una pequeña minoría cercada y atacada por

revisionistas y apologistas burgueses de toda calaña. Sin embargo, estas fuerzas

representan el futuro, y los avances ulteriores del movimiento comunista

internacional dependen de su capacidad de forjar una línea política que trace el

camino hacia adelante para el proletariado revolucionario en la compleja situación

actual. Esto se debe a que si se tiene una línea correcta, aunque no tenga ni un solo

soldado inicialmente, habrá soldados, y aunque no se tenga el Poder político, se

ganará el Poder. La experiencia del movimiento comunista internacional, desde los

tiempos de Marx, lo comprueba.

Un elemento extremadamente importante en la elaboración de tal línea general para

el movimiento comunista internacional es una valoración correcta de la experiencia

histórica de nuestro movimiento. Sería sumamente irresponsable, y contrario a la

teoría marxista del conocimiento, no prestar suficiente importancia a la experiencia

ganada y a las lecciones aprendidas en el curso de las luchas revolucionarias de

masas de millones de personas y pagadas por innumerables mártires.

Hoy, el Movimiento Revolucionario Internacionalista junto con otras fuerzas

maoístas, son los herederos de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao, y deben basarse

firmemente en este patrimonio. Pero deben también, sobre la base de este

patrimonio, atreverse a criticar sus deficiencias. Hay experiencias que hay que

elogiar y hay experiencias que se deben lamentar. Los comunistas y los

revolucionarios en todos los países deben reflexionar sobre estas experiencias de

éxitos y fracasos, y estudiarlas seriamente para sacar conclusiones correctas y

lecciones útiles.

El balance de nuestro patrimonio es una responsabilidad colectiva que tiene que

realizar el movimiento comunista internacional en conjunto. Hay que hacer tal

balance de un modo implacablemente científico, basándolo en los principios

marxista-leninista-maoístas y tomando completamente en cuenta las condiciones

históricas que existieron y los límites que éstas le pusieron a la vanguardia

proletaria, y basándose sobre todo en el principio de hacer que el pasado sirva al

presente, con el objeto de obviar los errores metafísicos de medir el pasado con los

21

criterios de hoy, desconociendo las condiciones históricas. No cabe duda que tomará

bastante tiempo hacer tal balance cabal, pero la urgencia de los acontecimientos, la

oportunidad de posibilidades revolucionarias, exige que se saquen ciertas lecciones

claves hoy para que las fuerzas de vanguardia del proletariado estén mejor

capacitadas para cumplir con sus responsabilidades.

La valoración de la experiencia histórica en sí, siempre ha sido un terreno de aguda

lucha de clases. Desde la derrota de la Comuna de París, oportunistas y revisionistas

siempre se han valido de las derrotas y fallas del proletariado para revertir lo

correcto e incorrecto, confundir lo secundario con lo principal y de esta manera

sacar la conclusión de que el proletariado no ?debía haber empuñado las armas?.

Muy a menudo el surgimiento de nuevas condiciones ha sido usado como excusa

para negar principios fundamentales del marxismo, so pretexto de que se trata de un

"desarrollo creativo" de él. Pero también es incorrecto e igualmente perjudicial

abandonar el espíritu crítico del marxismo, no sacar un balance tanto de las

deficiencias como de los éxitos del proletariado y quedar satisfechos con defender o

rescatar posiciones consideradas correctas en el pasado. Tal enfoque volvería al

marxismo-leninismo-maoísmo frágil e incapaz de resistir los ataques del enemigo o

de dirigir nuevos avances en la lucha de clases y sofocaría su esencia revolucionaria.

De hecho, la historia ha comprobado que el desarrollo creativo auténtico del

marxismo (y no falsas distorsiones revisionistas), siempre ha estado vinculado

inseparablemente a una fiera lucha por defender y sustentar los principios

fundamentales del marxismo-leninismo-maoísmo. La doble lucha que Lenin libró

contra los revisionistas abiertos y contra aquellos que, como Kautsky, se oponían a

la revolución disfrazados de "ortodoxia marxista", y la gran batalla que libró Mao

Tsetung contra los revisionistas modernos y contra la negación de la experiencia de

la construcción del socialismo en la URSS bajo Lenin y Stalin, llevando a cabo

simultáneamente una crítica cabal y científica de las raíces del revisionismo, son

evidencia de esto.

Hoy en día es necesario un enfoque similar a las espinosas cuestiones y problemas

de la historia del movimiento comunista internacional. Un grave peligro proviene de

aquellos que ante los reveses que ha sufrido el movimiento comunista internacional

desde la muerte de Mao Tsetung, declaran que el marxismo-leninismo-maoísmo ha

fracasado o que es anticuado y que toda la experiencia acumulada por el proletariado

se tiene que poner en tela de juicio. Esta tendencia niega la experiencia de la

dictadura del proletariado en la Unión Soviética, elimina a Stalin del conjunto de

líderes proletarios y, de hecho, ataca las tesis leninistas fundamentales sobre la

naturaleza de la revolución proletaria, la necesidad de un partido de vanguardia y la

dictadura del proletariado. Como Mao lo expresó poderosamente: "A mi juicio,

existen dos `espadas': Una es Lenin y la otra, Stalin"; una vez que se abandona la

22

espada de Stalin, "Abierta esta compuerta, el leninismo ha sido prácticamente

abandonado". La experiencia del movimiento comunista internacional desde 1956 -

cuando Mao hizo esta declaración - hasta hoy, ha comprobado la validez de esta

declaración. También se atacan o se transforman en algo irreconocible las

verdaderas contribuciones de Mao Tsetung a la ciencia de la revolución. De hecho,

todo esto es una "nueva" versión de un revisionismo muy viejo y gastado y de la

socialdemocracia.

Este revisionismo más o menos abierto, así venga de los tradicionales partidos pro-

Moscú o su corriente "Eurocomunista", de los usurpadores revisionistas de China, o

de los trotskistas y los críticos pequeño-burgueses de Lenin, continúa siendo el

peligro principal para el movimiento comunista internacional. A la vez, el

revisionismo en su forma dogmática continúa siendo un enconado enemigo del

marxismo revolucionario. Esta corriente, cuya expresión más aguda es la línea

política de Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania, ataca el maoísmo, el

camino de la revolución china, y sobre todo la experiencia de la Gran Revolución

Cultural Proletaria. Disfrazados de defensores de Stalin (cuando en realidad muchas

de sus tesis son trotskistas), estos revisionistas manchan el legado auténticamente

revolucionario de Stalin. Estos impostores se aprovechan de las limitaciones y los

errores del movimiento comunista internacional, y no de sus más grandes hazañas,

para reforzar su línea revisionista-trotskista, y exigen que el movimiento comunista

internacional siga su ejemplo en base a un retorno a una "pureza doctrinal" mística.

Los muchos rasgos que comparte esta línea hoxhista con el revisionismo clásico,

inclusive la habilidad del revisionismo soviético (además de la reacción en general)

de promover y/o sacar provecho tanto del "Eurocomunismo" abiertamente

antileninista como del antileninismo disimulado de Hoxha simultáneamente, dan

testimonio de la base ideológica burguesa que comparten.

Defender el desarrollo cualitativo de Mao Tsetung de la ciencia del marxismo-

leninismo representa una cuestión particularmente importante y urgente en el

movimiento internacional y entre los obreros conscientes de clase y otra gente de

inclinación revolucionaria en el mundo de hoy. Aquí, el principio en cuestión es

nada menos si se han de defender o no las contribuciones decisivas que hizo Mao

Tsetung a la revolución proletaria y a la ciencia del marxismo-leninismo y avanzar

sobre esta base. Así que se trata nada menos que de una cuestión de si defender o no

el marxismo-leninismo mismo.

Stalin dijo: "El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y la

revolución proletaria". Esto es completamente correcto. Desde la muerte de Lenin, la

situación mundial ha pasado por muchos cambios. Pero, la época no ha cambiado.

Los principios fundamentales del leninismo no han perdido vigencia, siguen

formando la base teórica que guía nuestra concepción hoy.

23

Afirmamos que el maoísmo es una nueva etapa en el desarrollo del marxismo-

leninismo. Si no se defiende y se construye en base al marxismo-leninismo-

maoísmo, no es posible derrocar al revisionismo, al imperialismo y a la reacción en

general.

La URSS y la Comintern

La revolución de octubre en Rusia y el establecimiento de la dictadura del

proletariado abrieron una nueva etapa en la historia del movimiento de la clase

obrera internacional. La revolución de octubre fue la confirmación viva del

desarrollo vital de Lenin de la teoría marxista de la revolución proletaria y la

dictadura del proletariado. Por primera vez en la historia, la clase obrera tuvo éxito

en hacer añicos el viejo aparato estatal, establecer su propia dominación, repeler los

esfuerzos de los explotadores para estrangular al régimen socialista en su infancia, y

crear las condiciones políticas necesarias para el establecimiento de un nuevo orden

económico, el socialista. En este proceso, se demostró el papel central de un partido

político de vanguardia de un nuevo tipo, el partido leninista.

El impacto internacional de la revolución rusa, sobre todo al ocurrir durante la

coyuntura mundial marcada por la I Guerra Mundial y el repunte de actividad

revolucionaria que la acompañó, fue inmenso. Desde el comienzo, los líderes y

obreros conscientes de clase en el nuevo Estado socialista, consideraron que la

victoria de la revolución allí no era un fin en sí mismo, sino el primer avance

decisivo en la lucha mundial para derrocar al imperialismo, arrancar de raíz la

explotación y establecer el comunismo en el mundo entero. A raíz de la revolución

rusa, asimilando las lecciones vitales de la revolución bolchevique y haciendo una

ruptura con el reformismo y la socialdemocracia que envenenaron y eventualmente

caracterizaron a la gran mayoría de los partidos socialistas de la II Internacional, se

formó una nueva Internacional, la Internacional Comunista. Por primera vez en la

historia, la revolución rusa y la Comintern, en conexión con los cambios objetivos

que produjo la I Guerra Mundial, convirtieron la lucha por el socialismo y el

comunismo, de un fenómeno esencialmente europeo, a una lucha auténticamente

mundial.

Lenin y Stalin desarrollaron la línea proletaria sobre la cuestión nacional y colonial,

enfatizando la importancia de las revoluciones en los países oprimidos en el proceso

general de la revolución proletaria mundial y altercando contra aquellos como

Trotsky que sostenían que la revolución en estos países dependía de la victoria del

proletariado en los países imperialistas y negaban la posibilidad de que el

proletariado llevara a cabo una revolución socialista sobre la base de dirigir primero

la etapa democrático-burguesa de la revolución en este tipo de países.

24

Inmediatamente después de la revolución rusa siguió un período marcado por

fermento revolucionario a escala mundial y por conatos de establecer el Poder

político de la clase obrera en varios países. A pesar de la inflexible ayuda de la

recientemente establecida URSS a los movimientos revolucionarios a escala

mundial y a pesar de la atención política que les puso Lenin, la resolución temporal

de la crisis que la I Guerra Mundial concentró y la fuerza restante de las potencias

imperialistas, así como las debilidades del movimiento de la clase obrera

revolucionaria, resultaron en la derrota de la revolución fuera de las fronteras de la

URSS.

Lenin y su sucesor, Stalin, enfrentaron la necesidad de salvaguardar los logros de la

revolución en la URSS y establecer un sistema económico socialista en una Unión

Soviética aislada.

Después de la muerte de Lenin, Stalin libró una importante lucha ideológica y

política contra los trotskistas y otros que sostenían que el bajo nivel de las fuerzas

productivas, la existencia de un inmenso campesinado y el aislamiento internacional

de la URSS hacían imposible llevar a cabo la construcción del socialismo. Esta

concepción errónea y capitulacionista fue refutada tanto teóricamente como, lo más

importante, en la práctica, cuando decenas de millones de obreros y campesinos se

incorporaron a la lucha para arrancar de raíz el viejo sistema capitalista, colectivizar

la agricultura y crear un nuevo sistema económico que no se basara más en la

explotación del hombre por el hombre.

Estas enaltecedoras batallas y las importantes victorias que conquistaron,

expandieron enormemente la influencia del marxismo-leninismo y realzaron el

prestigio de la URSS por todo el mundo. Los obreros conscientes de clase y los

pueblos oprimidos consideraban correctamente a la URSS socialista como propia,

regocijándose con las victorias de la clase obrera soviética y acudiendo a su defensa

ante las amenazas y ataques de los imperialistas.

Con todo, en retrospectiva, es posible ver que aun durante el período de las grandes

transformaciones socialistas de fines de la década de los 20 y en los años 30, el

progreso de la revolución socialista en la URSS tuvo serias fallas y deficiencias. La

falta de experiencia histórica de la dictadura del proletariado (fuera de la efímera

Comuna de París) como también el severo bloqueo y agresión que los imperialistas

dirigieron contra la URSS, pueden explicar algunas de estas fallas. Importantes

errores teóricos y políticos multiplicaron y reforzaron estos problemas. Mao

Tsetung, si bien defendió a Stalin de las calumnias de Jruschov, hizo serias y

correctas críticas de sus errores. Mao explico la base ideológica de los errores de

Stalin: "En Stalin hubo mucho de metafísica; además, él enseñó a mucha gente a

ponerla en práctica", "a Stalin se le escapó la conexión existente entre la lucha y la

unidad de los contrarios. La mentalidad de ciertas personas en la Unión Soviética es

metafísica; es tan rígida que, para ellas esto es esto y lo otro es lo otro, sin que

25

reconozcan la unidad de los contrarios. De ahí sus errores en lo político". El error

más fundamental de Stalin fue no aplicar a fondo la dialéctica en todas las esferas y,

de este modo, sacó conclusiones seriamente equivocadas sobre la naturaleza de la

lucha de clases bajo el socialismo y los medios de prevenir la restauración

capitalista. Si bien Stalin libró una encarnizada batalla contra las viejas clases

explotadoras, en teoría negó el surgimiento de una nueva burguesía del seno de la

sociedad socialista misma, reflejada de manera concentrada por los revisionistas al

interior del partido comunista en el Poder; de allí su afirmación errónea de que "las

contradicciones antagónicas de clase" habían sido eliminadas en la Unión Soviética

como resultado del establecimiento en lo esencial de la propiedad socialista en la

industria y la agricultura. Similarmente, al no aplicar a fondo la dialéctica al análisis

de la sociedad socialista, el liderazgo soviético concluyó que ya no existía la

contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción bajo el

socialismo, y no le prestó suficiente atención a llevar a cabo la revolución en la

superestructura y a seguir revolucionando las relaciones de producción aun después

del establecimiento, en lo esencial, del sistema de propiedad socialista.

Este análisis incorrecto del carácter de la sociedad socialista también contribuyó al

error de Stalin de no distinguir adecuadamente las contradicciones entre el pueblo y

el enemigo, y las contradicciones en el seno del pueblo. Esto a su vez contribuyó a

una marcada tendencia a recurrir a métodos burocráticos para el tratamiento de estas

contradicciones y le dio más oportunidades al enemigo.

En el período siguiente a la muerte de Lenin, Stalin dirigió la Internacional

Comunista, que continuó jugando un importante papel en el fomento de la

revolución mundial y en el desarrollo y consolidación de los recientemente

formados Partidos Comunistas.

En 1935, se celebró un congreso de la Internacional Comunista sumamente

importante, en medio de una grave crisis económica mundial, la creciente amenaza

de una guerra mundial y ataques imperialistas contra la Unión Soviética, la llegada

al Poder del fascismo en Alemania y el aplastamiento del Partido Comunista

alemán, y el establecimiento del fascismo o la amenaza del mismo en varios países.

Fue necesario y correcto que la Internacional Comunista intentara desarrollar una

línea táctica respecto a todas estas cuestiones.

Puesto que el VII Congreso de la Comintern ha tenido tan profunda influencia sobre

la historia del movimiento internacional, es necesario hacer una valoración serena y

científica del informe de este congreso a la luz de las condiciones históricas

existentes en ese entonces. En particular, las razones de la derrota del Partido

Comunista alemán se deben estudiar profundamente. No obstante, ahora es posible

sacar ciertas conclusiones, y más, es necesario a la luz de las actuales tareas de los

26

marxista-leninista-maoístas de hoy, identificando tres claras desviaciones.

Primero, la distinción entre el fascismo y la democracia burguesa en los países

imperialistas, ciertamente de real importancia para los partidos comunistas, se trató

de una manera que tendió a hacer un absoluto de la diferencia entre estas dos formas

de dictadura burguesa y también a hacer de la lucha contra el fascismo una etapa

estratégica aparte. Segundo, se desarrolló una tesis que sostenía que la creciente

pauperización del proletariado crearía la base material para remediar la escisión en

la clase obrera en los países avanzados y la consecuente polarización en el seno de la

clase obrera que Lenin había descrito tan poderosamente en sus obras sobre el

imperialismo y el colapso de la II Internacional. Mientras que es realmente cierto

que la profundidad de la crisis socavó la base social de la aristocracia obrera en los

países capitalistas avanzados, y trajo reales posibilidades que los partidos

comunistas necesitaban usar para unirse con amplios sectores de los obreros

previamente bajo la hegemonía de los socialdemócratas, no fue correcto pensar que,

en cualquier sentido estratégico, la escisión en la clase obrera se pudiera remediar.

Tercero, cuando el fascismo se definió como el régimen del sector más reaccionario

de la burguesía monopolista en los países imperialistas, esto le dejó la puerta abierta

a la peligrosa tendencia reformista y pacifista de identificar a un sector de la

burguesía monopolista como progresista.

Mientras es necesario hacer el balance de estos errores y aprender de ellos, es

igualmente necesario reconocer a la Internacional Comunista, inclusive durante este

período, como parte del patrimonio de la lucha revolucionaria por el comunismo y

rechazar los intentos liquidacionistas y trotskistas de aprovechar los errores reales

para sacar conclusiones reaccionarias. Aun durante este período, la Internacional

Comunista movilizó a millones de obreros contra sus enemigos de clase y dirigió

heroicas luchas en contra de la reacción, como la organización de las Brigadas

Internacionales para combatir contra el fascismo en España y en la cual derramaron

su sangre muchos de los mejores hijos e hijas de la clase obrera en ejemplo

inspirador de internacionalismo.

La Internacional Comunista también le dio gran énfasis, correctamente, a la defensa

de la Unión Soviética, la tierra del socialismo. Pero cuando la Unión Soviética hizo

ciertos compromisos con varios países imperialistas, los líderes de la Comintern, las

más de las veces, no comprendieron el punto crítico que Mao viniera a resumir en

1946 (en relación con los compromisos que se hicieron entre la URSS y los EU,

Gran Bretaña y Francia): "Tales compromisos no requieren que los pueblos de los

países del mundo capitalista hagan iguales compromisos en sus respectivos países".

Además, tales compromisos deben tener en cuenta, antes que nada, el desarrollo

general del movimiento revolucionario mundial, en el cual, por supuesto, juega un

papel importante la defensa de los Estados socialistas.

27

En circunstancias de cerco imperialista a un Estado (o Estados) socialistas, la

defensa de estas conquistas revolucionarias es una tarea muy importante para el

proletariado internacional. Debe ser también necesario, para los Estados socialistas,

llevar a cabo una lucha diplomática y, a veces, entrar en diferentes tipos de acuerdos

con una u otra potencia imperialista. Sin embargo, la defensa de los Estados

socialistas siempre debe subordinarse al progreso en su conjunto de la revolución

mundial y nunca debe verse como el equivalente (y por cierto, no el substituto) de la

lucha internacional del proletariado. En ciertas situaciones, la defensa de un país

socialista puede ser lo principal, pero es así precisamente porque su defensa es

decisiva para el avance de la revolución mundial.

Es necesario sintetizar las experiencias del movimiento comunista internacional

durante todo el período de la II Guerra Mundial a la luz de esas lecciones. La II

Guerra Mundial no puede considerarse como una mera repetición de la I Guerra

Mundial, porque, aunque la misma lógica sanguinaria del sistema imperialista fue la

responsable, fue una compleja combinación de contradicciones. En sus comienzos,

en 1939, fue, como Mao lo señaló: "Injusta, rapaz y de carácter imperialista". Pero

un importante cambio con implicaciones globales tuvo lugar cuando la Alemania de

Hitler volvió sus tropas contra la Unión Soviética. Esta guerra justa de parte de la

Unión Soviética trajo el apoyo y la solidaridad de la clase obrera y los pueblos

oprimidos del mundo, que fueron profundamente inspirados por la heroica

resistencia del Ejército Rojo y la clase obrera y el pueblo soviéticos. Esto no fue

meramente cuestión de solidaridad hacia una víctima de la agresión, sino de la

profunda convicción de que la defensa de la Unión Soviética era a la vez la defensa

de la base de apoyo socialista para la revolución mundial. De igual manera también

se desarrolló la guerra librada por el pueblo chino, bajo el liderato del Partido

Comunista de China contra la agresión japonesa, siendo ésta definitivamente una

guerra justa y una parte componente de la revolución proletaria mundial.

En particular, con la entrada de la Unión Soviética en la guerra, ésta tomó un

carácter más complejo. Se convirtió en una combinación de cuatro partes

componentes: la guerra entre el socialismo y el imperialismo; la guerra entre los

bloques imperialistas; las guerras de los pueblos oprimidos contra el imperialismo; y

la contradicción entre el proletariado y la burguesía, que en algunos países se

desarrolló hasta el nivel de la lucha armada.

Estos diferentes aspectos condujeron, por un lado, al crecimiento de las fuerzas

socialistas, a la derrota de las potencias imperialistas fascistas, al debilitamiento del

imperialismo y a que se apresurara el paso de las luchas de liberación nacional; y,

por otro lado, dieron lugar al reordenamiento de la división imperialista del mundo,

en que EU asumió el puesto de mandamás entre los gángsters imperialistas.

28

Hubo grandes logros revolucionarios en el transcurso de la II Guerra Mundial. Al

mismo tiempo es imposible no ver graves errores y se debe comenzar el proceso

colectivo de sintetizarlos profundamente, de tal manera que se esté mejor preparado

para las tormentas venideras. En particular, podemos señalar el error de combinar

eclécticamente las anteriores contradicciones. En términos políticos y prácticos, la

lucha diplomática y los acuerdos internacionales de la Unión Soviética se

confundieron cada vez más con las actividades de los partidos comunistas que

conformaban la Comintern. Este problema también contribuyó a fuertes tendencias

de pintar a las potencias no fascistas como algo diferente de lo que realmente eran:

imperialistas a los que había que derrocar. En los países europeos ocupados por las

tropas fascistas alemanas, no era incorrecto que los partidos comunistas

aprovecharan tácticamente los sentimientos nacionales desde el punto de vista de la

movilización de las masas, pero se cometieron errores debido a que se elevaron tales

medidas tácticas al nivel de estrategia. Las luchas de liberación en las colonias bajo

la dominación de las potencias imperialistas aliadas, también se refrenaron debido a

tales enfoques erróneos.

Mientras apreciamos y defendemos las monumentales luchas y victorias

revolucionarias que tuvieron lugar en este importante período y en los años

inmediatamente siguientes, los marxista-leninista-maoístas de hoy tenemos que

profundizar nuestra comprensión de estos errores y sus fuentes.

El campo socialista que emergió de la II Guerra Mundial jamás fue sólido. En la

mayoría de las Democracias Populares de Europa Oriental se llevó a cabo poca

transformación revolucionaria. En la misma Unión Soviética, poderosas fuerzas

revisionistas desencadenadas entrando a la II Guerra Mundial, durante y después de

ella, cobraron mayor fuerza e influencia. En 1956, después de la muerte de Stalin,

estas fuerzas revisionistas encabezadas por Jruschov lograron capturar el Poder

político, atacaron el marxismo-leninismo en todos los frentes y restauraron el

capitalismo en ese país.

Ahora está claro que el golpe de Estado de Jruschov y los revisionistas en la Unión

Soviética, fue también el golpe de gracia al movimiento comunista tal y como había

existido previamente. El cáncer extensamente propagado del revisionismo ya había

carcomido a muchos de los partidos de la Comintern (entre ellos algunos de los más

influyentes). En muchos otros apenas el más superficial de los barnices cubría

partidos que rápidamente iban degenerándose, cayendo en posiciones del

revisionismo moderno mientras que se sofocaba a los elementos revolucionarios. En

la misma Unión Soviética, después de la muerte de Stalin, los marxista-leninistas

auténticos y el proletariado soviético, debilitados por la guerra y desarmados por los

graves errores políticos e ideológicos, demostraron la incapacidad de replicar

seriamente a los traidores revisionistas.

29

Mao Tsetung, la Revolución Cultural y el Movimiento Marxista-Leninista-

Maoísta

Inmediatamente después del golpe de Estado de Jruschov, Mao Tsetung y los

marxista?leninistas en el Partido Comunista de China, comenzaron a analizar los

acontecimientos en la Unión Soviética y el movimiento comunista internacional y a

luchar contra el revisionismo moderno. En 1963, la publicación de la Proposición

Acerca de la Línea General del Movimiento Comunista Internacional (La Carta de

los 25 puntos) fue una condena omnímoda y pública del revisionismo, y un llamado

a los marxista?leninistas auténticos de todos los países. El movimiento marxista-

leninista-maoísta contemporáneo tiene su origen en ese llamado histórico y en las

polémicas que lo acompañaron.

En la Proposición y las polémicas, correctamente, Mao y el Partido Comunista de

China:

• defendieron la posición leninista sobre la dictadura del proletariado y refutaron la

teoría revisionista del "Estado de todo el pueblo";

• defendieron la necesidad de la revolución armada y se opusieron a la estrategia de

la "transición pacífica al socialismo";

• apoyaron y estimularon el desarrollo de guerras de liberación nacional de los

pueblos oprimidos, denunciando la falsa independencia del "neo-colonialismo" y

refutando la posición revisionista según la cual había que evitar las guerras de

liberación porque ponían en peligro "la paz mundial";

• sacaron un balance positivo, en términos generales, de Stalin y la experiencia de la

construcción del socialismo en la URSS y refutaron las calumnias de "asesino" y

"tirano" dirigidas a Stalin, haciendo simultáneamente algunas críticas importantes a

sus errores;

• se opusieron a los esfuerzos de Jruschov de imponerle una línea revisionista a otros

partidos, además de criticar a Thorez, Toggliatti, Tito y otros revisionistas

modernos;

• presentaron en forma embrionaria las tesis en desarrollo de Mao Tsetung sobre el

carácter de clase del socialismo y la continuación de la revolución bajo la dictadura

del proletariado;

• exhortaron a un estudio omnímodo de la experiencia del movimiento comunista

internacional y de las raíces del revisionismo.

Estos y otros puntos de la Proposición y las polémicas eran y siguen siendo

elementos vitales para distinguir el marxismo-leninismo-maoísmo del revisionismo.

A través de estas polémicas, Mao y el Partido Comunista de China alentaron a los

marxista-leninista-maoístas a separarse de los revisionistas y a formar nuevos

partidos revolucionarios proletarios. Las polémicas representaron una ruptura radical

con el revisionismo moderno y una base suficiente para que los marxista-leninista-

30

maoístas avanzaran en el campo de batalla. Sin embargo, sobre varias cuestiones, la

crítica al revisionismo no fue suficientemente a fondo y se incorporaron algunas

concepciones erróneas a pesar de que se criticaban otras. Precisamente debido al

importante papel histórico que estas polémicas, Mao y el Partido Comunista de

China desempeñaron en el nacimiento de un nuevo movimiento marxista-leninista-

maoísta, es correcto y necesario examinar el aspecto negativo, secundario, de las

polémicas y de la lucha que libró el Partido Comunista de China en el movimiento

comunista internacional.

Con respecto a los países imperialistas, la Proposición planteó la opinión de que:

"En los países capitalistas que controla, o intenta controlar el imperialismo EU, la

clase obrera y el pueblo deben dirigir sus ataques principalmente contra el

imperialismo EU, pero también contra sus propios capitalistas monopolistas y otras

fuerzas reaccionarias que están traicionando los intereses nacionales". Esta

concepción, que afectó gravemente el desarrollo del movimiento marxista-leninista-

maoísta en estos tipos de países, oscurece el hecho de que en los países imperialistas

los "intereses nacionales" son intereses imperialistas y que no son traicionados sino

al contrario son defendidos por la clase dominante monopolista, a pesar de cualquier

otra alianza que pueda establecer con otras potencias imperialistas y a pesar del

carácter inevitablemente desigual de tal alianza. Así que al proletariado de estos

países se le anima a esforzarse por sobrepujar a la burguesía imperialista como los

mejores defensores de los intereses de ésta. Esta concepción tiene una larga historia

en el movimiento comunista internacional y hay que romper con ella.

Mientras que el PCCh prestó gran atención al desarrollo de partidos marxista-

leninista-maoístas en oposición a los revisionistas, no encontró las formas ni los

modos necesarios para desarrollar la unidad internacional de los comunistas. A pesar

de las contribuciones a la unidad ideológica y política, esto no se reflejó en

esfuerzos por construir la unidad organizativa a escala mundial. El PCCh tenía una

concepción exagerada de los aspectos negativos de la Comintern, principalmente de

los que fueron causados por la demasiada centralización, lo que llevó a aplastar la

iniciativa y la independencia de los partidos comunistas constituyentes. Aunque el

PCCh criticó correctamente el concepto de partido padre, señalando la influencia

nociva que había tenido en el seno del movimiento comunista internacional y

enfatizando los principios de relaciones fraternales entre partidos, la falta de un foro

organizado para debatir opiniones y llegar a una concepción común no ayudó a

resolver este problema sino que de hecho lo exacerbó.

Si la lucha teórica contra el revisionismo moderno desempeñó un papel vital en la

reconstrucción del movimiento marxista-leninista-maoísta, fue especialmente la

Gran Revolución Cultural Proletaria, una nueva forma de lucha sin precedentes, en

gran parte fruto de este combate contra el revisionismo moderno, lo que dio origen a

31

una generación completamente nueva de marxista-leninista-maoístas. Las decenas

de millones de obreros, campesinos y jóvenes revolucionarios que se lanzaron a la

batalla por derrocar a los seguidores del camino capitalista atrincherados en el

partido y el aparato de Estado, y para revolucionar más ampliamente la sociedad, le

infundieron ánimo e inspiración a los millones que se levantaban en rebelión por

todo el mundo como parte del repunte revolucionario que barrió el mundo en la

década de los 60 y comienzos de los 70.

La Revolución Cultural representa la experiencia más avanzada de la dictadura del

proletariado y de la revolucionarización de la sociedad. Por primera vez, los obreros

y otros elementos revolucionarios estaban armados con una clara comprensión del

carácter de la lucha de clases bajo el socialismo, de la necesidad de levantarse y

derrocar a los seguidores del camino capitalista que inevitablemente surgen de

dentro de la sociedad socialista, y que están concentrados especialmente en los más

altos niveles del partido, de luchar para hacer avanzar más la transformación

socialista y minar el terreno que da origen a estos elementos capitalistas. Durante la

Revolución Cultural se ganaron grandiosas batallas que impidieron la restauración

del capitalismo por los revisionistas en China durante una década y que resultaron

en extraordinarias transformaciones socialistas en la educación, la literatura y el arte,

la investigación científica y otros elementos de la superestructura. Millones de

obreros y otros revolucionarios profundizaron enormemente su conciencia de clase y

su dominio del marxismo-leninismo-maoísmo en el curso de una implacable lucha

ideológica y política, y su capacidad para manejar el Poder político se incrementó

ampliamente. La Revolución Cultural se libró como parte de la lucha internacional

del proletariado y sirvió de terreno de entrenamiento del internacionalismo

proletario, manifestado no solamente por el apoyo dado a las luchas revolucionarias

por todo el mundo, sino también por los inmensos sacrificios del pueblo chino para

prestar ese apoyo. De allí brotaron lideres revolucionarios como ChiangChing y

Chang Chun-chiao, que tomaron posición junto con las masas y las dirigieron en la

batalla contra los revisionistas, continuando en la defensa del marxismo-leninismo-

maoísmo, luchando contra su más amarga derrota.

Lenin dijo: "Sólo es marxista quien hace extensivo el reconocimiento de la lucha de

clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado". A la luz de las

inestimables lecciones y avances logrados mediante la Gran Revolución Cultural

Proletaria dirigida por Mao Tsetung, este criterio planteado por Lenin ha sido más

ampliamente desarrollado. Ahora se puede declarar que sólo es marxista quien hace

extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura

del proletariado y al reconocimiento de la existencia objetiva de las clases, de las

contradicciones antagónicas de clase y de la continuación de la lucha de clases bajo

la dictadura del proletariado, durante todo el período del socialismo hasta el

comunismo. Y como Mao lo declaró tan poderosamente: "La falta de claridad al

32

respecto conducirá al revisionismo".

La Revolución Cultural fue la prueba viviente de la vitalidad del marxismo-

leninismo-maoísmo. Demostró que la revolución proletaria era diferente de todas las

anteriores revoluciones cuyo único posible desenlace es el reemplazo de un sistema

de explotación por otro; y fue una fuente inusitada de inspiración para los

revolucionarios de todos los países. Por todas estas razones, la Revolución Cultural

y Mao Tsetung se hicieron acreedores a los constantes y sucios ultrajes de todos los

reaccionarios y revisionistas, y por las mismas razones la Revolución Cultural sigue

siendo una parte indispensable del patrimonio revolucionario del movimiento

comunista internacional.

No obstante las formidables victorias de la Revolución Cultural los revisionistas al

interior del partido y el Estado chinos retuvieron posiciones importantes y

fomentaron líneas y políticas que causaron un daño considerable a los esfuerzos,

todavía frágiles, para reconstruir un auténtico movimiento comunista internacional.

Los revisionistas en China, que controlaban en gran medida la diplomacia y las

relaciones del Partido Comunista de China con otros partidos marxista-leninista-

maoístas, le volvieron la espalda a las luchas revolucionarias del proletariado y los

pueblos oprimidos o trataron de subordinarlas a los intereses estatales de China.

Calificaron falsamente de "anti-imperialistas" a déspotas reaccionarios y cada vez

más, bajo la bandera de una lucha mundial contra el "hegemonismo", pintaron a

ciertas potencias imperialistas del bloque occidental como fuerzas intermedias o

hasta positivas en el mundo. Incluso durante este período, muchos de los partidos

marxista-leninista-maoístas pro-chinos, apoyados por los revisionistas en el PCCh,

comenzaron a andar vergonzosamente a la cola de la burguesía y hasta a apoyar o a

acceder a aventuras y preparativos bélicos imperialistas dirigidos contra la Unión

Soviética, considerada cada vez más como el "enemigo principal" en el mundo

entero. Todas estas tendencias florecieron completamente con el golpe de Estado en

China y la posterior elaboración por los revisionistas de la "Teoría de los Tres

Mundos", que intentaron hacerle tragar al movimiento comunista internacional. Los

marxista-leninista-maoístas han refutado correctamente las calumnias revisionistas

de que fue Mao Tsetung quien planteó la "Teoría de los Tres Mundos". Sin

embargo, esto no es suficiente. Hay que profundizar la crítica a la "Teoría de los

Tres Mundos", criticando los conceptos que en ella subyacen, y hay que investigar

sus orígenes. Aquí es importante señalar que los usurpadores revisionistas tuvieron

que condenar públicamente a los más cercanos compañeros de armas de Mao que se

opusieron a esta teoría contrarrevolucionaria.

Una de las contradicciones o rasgos esenciales de la época del imperialismo y la

revolución proletaria es la contradicción entre Estados socialistas y Estados

imperialistas. Si bien en el momento actual esta contradicción ha sido

33

temporalmente eliminada como resultado de la transformación revisionista de varios

Estados otrora socialistas, no es menos cierto que hacer un balance del tratamiento

de esta contradicción en la experiencia del movimiento comunista sigue siendo una

importante tarea teórica, porque el proletariado inevitablemente se encontrará una

vez más en una posición en que uno o varios Estados socialistas confrontarán la

existencia de rapaces enemigos imperialistas.

En 1976, poco después de la muerte de Mao Tsetung, los seguidores del camino

capitalista en China lanzaron un feroz golpe de Estado que revocó los veredictos de

la Revolución Cultural, derrocó a los revolucionarios en posiciones de liderazgo del

PCCh, instituyó un programa revisionista total y capituló ante el imperialismo.

Este golpe de Estado se encontró con la resistencia de los revolucionarios en el

Partido Comunista de China, quienes han seguido luchando por la restauración de la

dominación proletaria en ese país. Internacionalmente, los comunistas

revolucionarios de muchos países captaron la esencia de la línea revisionista de

HuaKuo-feng y DengXiaoping y criticaron y desenmascararon a los seguidores del

camino capitalista en China. Esta resistencia al golpe de Estado, tanto en China

como internacionalmente es un testimonio del presciente liderazgo revolucionario de

Mao Tsetung, quien trabajó incansablemente para armar al proletariado y a los

marxista-leninista-maoístas con una apreciación científica de la lucha de clases bajo

la dictadura del proletariado, y de la posibilidad de una restauración capitalista. El

trabajo teórico desempeñado por el cuartel general proletario guiado por Mao

Tsetung, también desempeñó un papel importante en dotar a los marxista-leninista-

maoístas con una comprensión correcta del carácter de las contradicciones en la

sociedad socialista y sigue siendo una elaboración importante del maoísmo. Esto

dejó al movimiento marxista-leninista-maoísta mejor preparado ideológicamente

para los trágicos acontecimientos de 1976, que lo que estaba cuando ocurrió el golpe

revisionista en la Unión Soviética 20 años atrás, a pesar de tener que enfrentar ahora

dicha situación ante la inexistencia de un país socialista.

Con todo, era inevitable que la restauración del capitalismo en un país que abarca

una cuarta parte de la población mundial y la captura revisionista del partido

marxista-leninista-maoísta que fuera la vanguardia del movimiento internacional,

ejerciera un profundo efecto en la lucha revolucionaria mundial y el movimiento

marxista-leninista-maoísta. Muchos partidos que hacían parte del movimiento

comunista internacional aceptaron a los revisionistas de China, abrazaron su "Teoría

de los Tres Mundos" y abandonaron la lucha revolucionaria por completo. Como

resultado de esto, estos partidos difundieron cierta desmoralización y, de otra parte,

perdieron la confianza de los elementos revolucionarios y han experimentado una

gran crisis o se han desintegrado totalmente.

34

Incluso entre otras fuerzas marxista-leninista-maoístas que rehusaron seguir el

liderazgo de los revisionistas chinos, cundió la desmoralización con la pérdida de

China y pusieron en tela de juicio el marxismo-leninismo-maoísmo. Esta tendencia

se exacerbó más ampliamente cuando EnverHoxha y el PTA lanzaron un virulento

ataque contra el maoísmo.

Aunque era de esperarse cierta crisis en el movimiento comunista internacional

después del golpe de Estado en China, la profundidad de esta crisis y la dificultad de

acabar con ella indicaron que el revisionismo, de diferentes formas, ya era fuerte en

el seno del movimiento marxista-leninista-maoísta en 1976. Los marxista-leninista-

maoístas deben seguir investigando y estudiando las raíces del revisionismo tanto en

el período más reciente como en anteriores períodos del movimiento internacional,

continuar luchando contra la persistente influencia revisionista y defendiendo y

desarrollando los principios fundamentales que el proletariado internacional y el

movimiento comunista han forjado en los avances revolucionarios a través de su

historia.

Las Tareas de los Comunistas Revolucionarios

La tarea de los comunistas revolucionarios en todos los países es apresurar el

desarrollo de la revolución mundial - el derrocamiento del imperialismo y la

reacción por el proletariado y las masas revolucionarias, el establecimiento de la

dictadura del proletariado de acuerdo con las etapas y alianzas necesarias en

diferentes países, y la lucha por eliminar todos los vestigios materiales e ideológicos

de la sociedad explotadora y así llegar a la sociedad sin clases, el comunismo, en el

mundo entero. Primero y ante todo los comunistas deben recordar cuál es su razón

de ser, y actuar en consecuencia, de lo contrario no le son útiles a la revolución y, lo

que es peor, degeneran en obstáculos en su camino.

La experiencia ha demostrado que la revolución proletaria sólo puede alcanzar la

victoria y seguir adelante bajo el liderazgo de un partido proletario auténtico basado

en la ciencia del marxismo-leninismo-maoísmo, construido de acuerdo a los

principios leninistas, capaz de atraer y preparar a los mejores elementos

revolucionarios del proletariado y otros sectores populares. Hoy en día no existe un

partido así en la mayoría de los países del mundo, e incluso allí donde sí existen,

generalmente no son lo suficiente fuertes ni ideológica ni organizativamente para

responder a las demandas y oportunidades del período que tenemos por delante. Por

estas razones, el establecimiento y fortalecimiento de partidos marxista-leninista-

maoístas auténticos es una tarea vital para la totalidad del movimiento comunista

internacional.

En los países donde no existe un partido marxista-leninista-maoísta, la tarea que

enfrentan los comunistas revolucionarios en lo inmediato es la de construir dicho

35

partido con la ayuda del movimiento comunista internacional. El elemento clave

para establecer el partido es el desarrollo de una línea y un programa político

correctos, tanto en lo que respecta a las particularidades de un país dado como de la

situación mundial en su conjunto. Hay que construir el partido marxista-leninista-

maoísta en estrecha relación con trabajo revolucionario entre las masas,

implementando la línea de masas revolucionaria y, en particular, dirigiéndose a las

cuestiones políticas urgentes y resolviéndolas para el avance del movimiento

revolucionario. Si esto no se hace, la tarea de la construcción del partido puede

volverse estéril, divorciada de la práctica revolucionaria, y llevar a un camino sin

salida. De otra parte, es igualmente incorrecto hacer que la formación del partido

dependa de reunir a cierto número de miembros o de insistir en que hay que lograr

cierto grado de influencia cuantitativa entre las masas antes de formar el partido. En

la mayoría de los casos cuando se acaba de formar el partido, éste se compondrá de

un número de miembros bastante reducido; de todos modos, la tarea de reunir a los

elementos revolucionarios bajo la bandera del partido y de profundizar la influencia

del partido entre las masas y el proletariado es una tarea constante.

El partido marxista-leninista-maoísta se debe construir y fortalecer en el curso de

una activa lucha ideológica contra la influencia burguesa y pequeño-burguesa en sus

filas. En la construcción del partido de vanguardia, los marxista-leninista-maoístas

deben aprender de la Revolución Cultural a través de la cual Mao luchó para

asegurar el carácter proletario del Partido y su papel de vanguardia. La concepción

de Mao sobre la lucha entre dos líneas en el partido, sus críticas a las ideas erróneas

de un "partido monolítico" y su énfasis sobre la necesidad de la reeducación

ideológica de los miembros del partido, enriquecieron el concepto fundamental del

partido de vanguardia, desarrollado por Lenin. Es importante crear una situación

política en la que haya tanto centralismo como democracia, tanto disciplina como

libertad, tanto unidad de voluntad como tranquilidad mental y vivacidad.

La práctica es ciega si no está guiada por la teoría revolucionaria. Los partidos

marxista-leninista-maoístas y el movimiento comunista internacional en su conjunto

deben profundizar su comprensión de la teoría revolucionaria, a la vez que hacer un

análisis concreto de las condiciones concretas en la sociedad y el mundo. Los

marxista-leninista-maoístas no deben abandonar el campo de análisis de nuevos

fenómenos a otros y deben librar activamente la lucha teórica respecto a todos los

problemas y cuestiones vitales del debate en el movimiento revolucionario y en la

sociedad en general.

El partido marxista-leninista-maoísta se debe construir y organizar teniendo

firmemente presente el objetivo fundamental de tomar el Poder y debe acometer la

tarea de prepararse a sí mismo, al proletariado y a las masas revolucionarias,

organizativa, política e ideológicamente. Como lo expresó el Comunicado Conjunto

36

de Otoño de 1980: "En una frase, los comunistas son partidarios de la guerra

revolucionaria". Esta guerra revolucionaria y otras formas de lucha revolucionaria

deben llevarse a cabo como un terreno clave para el entrenamiento de las masas

revolucionarias en la capacidad de manejar el Poder político y de transformar la

sociedad. Aun cuando todavía no existan condiciones para la lucha armada de las

masas, los comunistas deben llevar a cabo el trabajo necesario de preparación para

cuando tales condiciones se presenten. Este principio tiene toda una serie de

implicaciones para los partidos marxista-leninista-maoístas, irrespectivamente de las

diferencias en tareas y etapas por las que atravesará la revolución en los diferentes

países, incluyendo que el partido, cuya columna vertebral tiene que estar organizada

sobre una base ilegal, debe prepararse para contrarrestar la represión de los

reaccionarios que jamás tolerarán pacíficamente, por mucho tiempo, un partido

revolucionario auténtico.

Mientras libra la lucha armada por el Poder, o se prepara para ella, el partido

marxista-leninista-maoísta debe utilizar diversas formas de trabajo legal o abierto.

La historia ha demostrado que tal trabajo, aunque es importante y a veces crítico en

un período dado, tiene que ir acompañado con denuncias de la naturaleza de clase de

la democracia burguesa y, bajo ninguna circunstancia, los comunistas deben bajar la

guardia y dejar de adoptar las medidas necesarias para asegurar la continua

capacidad del partido para realizar el trabajo revolucionario cuando las diferentes

posibilidades legales desaparezcan. Las pasadas experiencias del tratamiento de la

contradicción con las posibilidades de trabajo legal y abierto - sin caer en el

legalismo y el cretinismo parlamentario - deben sintetizarse, sacando de allí las

lecciones apropiadas.

Para realizar sus tareas revolucionarias, preparar a las masas para la toma del Poder,

el partido marxista-leninista-maoísta debe armarse con una prensa comunista de

aparición regular, aunque la prensa tuviese un papel diferente en relación a las tareas

planteadas por la vía de la revolución en los dos tipos de países. La prensa

comunista no debe ser ni trivial y estrecha, ni árida y dogmática. Debe esforzarse

por armar al proletariado consciente de clase y a otros con una concepción

omnímoda de la sociedad y el mundo, principalmente por medio del análisis y la

denuncia política que siguen de cerca todos los acontecimientos.

En todo país, el partido marxista-leninista-maoísta se debe construir como un

contingente del movimiento comunista internacional y debe desarrollar su lucha

como parte de la lucha mundial por el comunismo y subordinada a ella. El partido

debe imbuir en sus propios militantes, en los obreros conscientes de clase y en las

masas revolucionarias, el espíritu del internacionalismo proletario, reconociendo que

el internacionalismo no es simplemente el apoyo que el proletariado de un país le da

al de otro sino, lo que es más importante, un reflejo del hecho de que el proletariado

37

es una clase única a escala mundial, con un solo interés de clase y que enfrenta al

sistema mundial del imperialismo y tiene la tarea de liberar a toda la humanidad.

Tal educación y propaganda internacionalista es una parte indispensable de la

preparación del partido y el proletariado para seguir haciendo avanzar la revolución

después de conquistar el Poder político en un país dado. Conquistar el Poder político

e inclusive establecer un sistema socialista no basado en la explotación no se debe

considerar como un fin en sí mismo, sino como parte de un largo período de

transición lleno de vueltas y revueltas e inevitables reveses, además de avances,

hasta alcanzar la meta del comunismo mundial.

Las Tareas en los Países Coloniales, Semi (o Neo) Coloniales

Los países coloniales (o neo-coloniales) subyugados por el imperialismo han

constituido el principal terreno de la lucha revolucionaria del proletariado a nivel

mundial, desde la II Guerra Mundial hasta la fecha. En este intervalo se ha obtenido

un gran cúmulo de experiencias en la lucha revolucionaria, incluyendo guerra

revolucionaria. El imperialismo ha sufrido derrotas sumamente graves y el

proletariado ha ganado imponentes victorias, entre ellas el establecimiento de países

socialistas. Al mismo tiempo, el movimiento comunista ha obtenido amargas

experiencias cuando las masas revolucionarias de estos países han librado luchas

heroicas, incluyendo guerras de liberación nacional, que no han llevado al

establecimiento del Poder político del proletariado y sus aliados, sino a la

usurpación de los frutos de las victorias del pueblo por nuevos explotadores,

generalmente en alianza con una u otra potencia imperialista, o con varias de ellas.

Todo esto demuestra que el movimiento comunista internacional tiene una muy

importante tarea: hacer un balance crítico de las varias décadas de la experiencia de

librar la revolución en estos tipos de países.

La teoría desarrollada por Mao Tsetung en los largos años de la guerra

revolucionaria en China sigue siendo el punto de referencia para elaborar la

estrategia y tácticas revolucionarias en los países coloniales, semi (o neo) coloniales.

En países de este tipo, el blanco de la revolución es el imperialismo extranjero y la

burguesía burocrático-compradora y los feudales, que son clases íntimamente

ligadas al imperialismo y dependientes de él. En estos países, la revolución debe

pasar por dos etapas: primero la revolución de nueva democracia que conduce

directamente a la segunda etapa, la revolución socialista. El carácter, el blanco y las

tareas de la primera etapa de la revolución le permiten y exigen al proletariado

formar un amplio frente unido de todas las clases y capas que puedan ser ganadas

para apoyar el programa de nueva democracia. Sin embargo, esto tiene que hacerse

sobre la base de desarrollar y fortalecer las fuerzas independientes del proletariado,

incluso de sus propias fuerzas armadas bajo las condiciones apropiadas, y

estableciendo la hegemonía del proletariado entre otros sectores de las masas

38

revolucionarias, especialmente los campesinos pobres. La piedra angular de esta

alianza es la alianza obrero-campesina, y la realización de la revolución agraria (es

decir, la lucha contra la explotación semi?feudal en el campo y/o el cumplimiento de

la consigna "la tierra para el que la trabaja") ocupa una parte central del programa de

nueva democracia.

En estos países, la explotación del proletariado y las masas es severa, los atropellos

de la dominación imperialista son constantes, y las clases dominantes, por lo

general, ejercen su dictadura descarada y brutalmente, y aun cuando utilizan la

forma democrático-burguesa o parlamentaria, su dictadura está apenas bajo la

superficie. Esta situación conduce a luchas revolucionarias frecuentes de parte del

proletariado, los campesinos y otros sectores de las masas, que a menudo adoptan la

forma de lucha armada. Por todas estas razones, incluyendo el desarrollo

desequilibrado y deformado de estos países (que suele dificultarle a las clases

reaccionarias mantener un gobierno estable y consolidar su Poder en todo el país),

con frecuencia, la revolución adopta la forma de guerra revolucionaria prolongada,

en la que las fuerzas revolucionarias pueden establecer bases de apoyo de un tipo u

otro en el campo y llevar a cabo la estrategia fundamental de rodear la ciudad desde

el campo.

La clave para realizar una revolución de nueva democracia está en el papel

independiente del proletariado y su capacidad, mediante el partido marxista-

leninista-maoísta, de establecer su hegemonía en la lucha revolucionaria. La

experiencia ha demostrado una y otra vez que, aun en los casos en que un sector de

la burguesía nacional se una al movimiento revolucionario, ésta no debe y no puede

dirigir una revolución de nueva democracia, por no decir nada de llevar la

revolución a su culminación. Similarmente, la historia demuestra la bancarrota de un

"frente anti-imperialista" (o similarmente un "frente revolucionario") que no sea

dirigido por un partido marxista-leninista-maoísta, por más que tal frente o las

fuerzas dentro de él adopten una coloración "marxista" (en realidad seudo-marxista).

Si bien tales formaciones revolucionarias han dirigido luchas heroicas y hasta han

asestado golpes poderosos contra los imperialistas, han demostrado su incapacidad

ideológica y organizativa de resistir las influencias imperialistas y burguesas.

Incluso donde tales fuerzas han tomado el Poder, han sido incapaces de realizar una

transformación revolucionaria completa de la sociedad y, tarde o temprano acaban

derrocadas por los imperialistas o transformadas ellas mismas en una nueva fuerza

dominante reaccionaria aliada con los imperialistas.

En condiciones donde la clase dominante ejerce su dictadura brutal o fascista, el

partido comunista puede utilizar las contradicciones a que esto da lugar en favor de

la revolución de nueva democracia, comprometiéndose en acuerdos o alianzas

temporales con otras fuerzas de clase. Sin embargo esto sólo puede realizarse

39

exitosamente si el partido mantiene su liderato, aprovechando tales alianzas dentro

de la tarea global y principal de llevar la revolución hasta su culminación, sin que la

lucha contra la dictadura se convierta en una etapa estratégica, ya que el contenido

de la lucha anti-fascista no es otro que el contenido de la revolución de nueva

democracia.

El partido marxista-leninista-maoísta debe armar al proletariado y a las masas

revolucionarias no sólo con una comprensión de la tarea inmediata de llevar a cabo

la revolución de nueva democracia y del papel y los intereses incompatibles de

diferentes fuerzas de clase, amigos y enemigos por parejo, sino también de la

necesidad de preparar la transición a la revolución socialista y a la meta final, el

comunismo mundial.

Para los marxista-leninista-maoístas, es un principio que el partido debe dirigir la

guerra revolucionaria de tal manera que sea una auténtica guerra de masas. Los

marxista-leninista-maoístas deben esforzarse, aun bajo las difíciles circunstancias de

librar tal guerra, por realizar una amplia educación política y elevar el nivel teórico e

ideológico de las masas. Para esto, es necesario mantener y desarrollar una prensa

comunista regular, además de llevar a cabo la revolución en la esfera cultural.

En los últimos tiempos, la desviación principal en los países coloniales, semi (o neo)

coloniales ha sido, y sigue siendo, la tendencia a negar o anular esa orientación

fundamental para el movimiento revolucionario en estos tipos de países: la negación

del papel dirigente del proletariado y del partido marxista-leninista-maoísta; el

rechazo o distorsión oportunista de la guerra popular; el abandono de la construcción

de un frente unido, basado en la alianza obrero?campesina y bajo el liderazgo del

proletariado.

Esta desviación revisionista ha adoptado en el pasado tanto formas de "izquierda"

como abiertamente de derecha. Los revisionistas modernos predicaban,

especialmente en el pasado, la "transición pacífica al socialismo" y promovían el

liderazgo de la burguesía en la lucha de liberación nacional. Sin embargo, este

revisionismo derechista, abiertamente capitulacionista, siempre coexistió y se ha

entrelazado progresivamente con un tipo de revisionismo armado de "izquierda",

fomentado a veces por el liderazgo cubano y otros que separan la lucha armada de

las masas y predican una línea de combinar las etapas revolucionarias en una

revolución "socialista" única, lo que de hecho significa atraer a los obreros en base a

sus intereses más estrechos, y negar la necesidad de que la clase obrera dirija al

campesinado y a otros sectores en la completa eliminación del imperialismo y de las

retardatarias y deformadas relaciones económicas y sociales, gracias a las cuales

prospera el capital extranjero y que a su vez éste refuerza. Hoy esta forma de

revisionismo es una de las más importantes plataformas del esfuerzo

40

socialimperialista de penetrar y controlar las luchas de liberación nacional.

Para que el movimiento revolucionario se desarrolle en una dirección correcta en los

países coloniales, semi (o neo) coloniales, es necesario que los marxista-leninista-

maoístas continúen y redoblen la lucha contra los revisionistas de todo tipo y

defiendan la obra de Mao Tsetung como una base teórica indispensable para seguir

analizando las condiciones concretas en diferentes países de este tipo, y para

desarrollar la línea política apropiada.

Al mismo tiempo, es necesario tener en cuenta otras desviaciones secundarias que

afectan fuerzas revolucionarias auténticas que se han esforzado por desarrollar una

línea revolucionaria en los países coloniales y dependientes. Primero que todo, es

necesario observar que los países que comprenden las naciones oprimidas de Africa,

Asia y América Latina no son un bloque monolítico y tienen considerables

diferencias en cuanto a su composición de clase, la forma de dominación

imperialista, y su posición vis-à-vis la situación mundial de conjunto. Las tendencias

a no llevar a cabo un estudio concienzudo y científico de estos problemas, a copiar

mecánicamente la experiencia previa del proletariado internacional o a no tener en

cuenta los cambios en la situación internacional y en países particulares, sólo pueden

perjudicar la causa de la revolución y debilitar a las fuerzas marxista-leninista-

maoístas.

En la década de los 60 y a comienzos de los 70, las fuerzas marxista-leninista-

maoístas de muchos países, bajo la influencia de la Revolución Cultural en China, y

como parte del repunte revolucionario mundial, se unieron con sectores de las masas

para librar la guerra armada revolucionaria. En varios países, las fuerzas marxista-

leninista-maoístas llegaron a reunir sectores considerables de la población en torno a

la bandera de la revolución, y conservaron el partido marxista-leninista-maoísta y las

fuerzas armadas de las masas a pesar de la salvaje represión contrarrevolucionaria.

Era inevitable que estas primeras tentativas de construir nuevos partidos marxista-

leninista-maoístas y de embarcarse en la lucha armada se caracterizaran por cierto

primitivismo y que se manifestaran debilidades ideológicas y políticas y, por

supuesto, no sorprendió el que los imperialistas y revisionistas se aprovecharan de

esos errores y debilidades para condenar a los revolucionarios de "ultraizquierdistas"

o peor. Con todo, en general estas experiencias deben ser defendidas como una parte

importante del legado del movimiento marxista-leninista-maoísta que ayudó a sentar

las bases para ulteriores avances.

En los países oprimidos de Asia, Africa y América Latina, existe generalmente una

continua situación revolucionaria. Pero es importante entender esto correctamente:

la situación revolucionaria no se desarrolla de manera rectilínea; tiene sus flujos y

reflujos. Los partidos comunistas deben tener en cuenta esta dinámica. No deben

41

caer en la unilateralidad en la forma de aseverar que el inicio y la victoria final de la

guerra popular dependen totalmente del factor subjetivo (los comunistas), un

concepto asociado a menudo con el "linpiaoísmo". Aunque en todo momento alguna

forma de lucha armada es generalmente tanto deseable como necesaria para

desempeñar las tareas de la lucha de clases en estos países, puede ser que en ciertos

períodos la lucha armada sea la forma principal de lucha y que en otros no lo sea.

Cuando la situación revolucionaria está en reflujo, los partidos comunistas deben

determinar tácticas apropiadas y no caer en avances precipitados e impacientes. En

tales situaciones, los preparativos políticos y organizativos necesarios para llevar a

cabo la guerra popular prolongada no deben olvidarse por ningún motivo y se debe

determinar las formas de lucha y de organización adecuadas a las condiciones

concretas para acelerar el desarrollo de la revolución mientras se esperan

condiciones favorables para posteriores avances. Es necesario combatir cualquier

concepción errónea que pretenda postergar el inicio de la lucha armada o la

utilización de toda forma de lucha armada hasta que las condiciones para la guerra

revolucionaria se hagan favorables en todo el país. Esta concepción niega el

desarrollo desigual de la revolución y de las situaciones revolucionarias en estos

países, en oposición a la declaración de Mao de que "una sola chispa puede

incendiar la pradera". También es importante anotar que la situación internacional de

conjunto ejerce una influencia sobre la revolución en un país en particular; el no

tener esto en cuenta, deja a los marxista-leninista-maoístas desprevenidos para

aprovechar la oportunidad cuando los eventos a escala mundial aceleran el proceso

revolucionario.

Hoy día, en la medida en que se desarrolla rápidamente el peligro de una nueva

guerra imperialista, los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas en los

países neo-coloniales están también enfrentando la urgente tarea de prestar atención

a la lucha contra la guerra imperialista. Los comunistas también deben tener en

cuenta la posibilidad de que muchos de estos países puedan ser arrastrados a la

guerra imperialista de acuerdo con la posición que tengan en relación con los

diferentes bloques imperialistas. Los partidos comunistas deben considerar las

distintas situaciones concretas que pueden surgir en medio de tal guerra imperialista

y desarrollar su concepción en relación con estas situaciones. Dadas las condiciones

objetivas en estos países, las masas están generalmente menos enteradas del peligro

y las consecuencias de una guerra imperialista, y los marxista-leninista-maoístas

deben educarlas. En caso de una guerra imperialista, la tarea más importante de los

marxista-leninista-maoístas es aprovechar las oportunidades favorables surgidas de

dicha guerra para intensificar la lucha revolucionaria y convertir la guerra

imperialista en una guerra revolucionaria contra el imperialismo y la reacción.

Como lo indicara el Comunicado Conjunto de Otoño de 1980:

42

Existe una tendencia innegable a que el imperialismo introduzca elementos

importantes de relaciones capitalistas en los países que domina. En algunos países

dependientes este desarrollo capitalista ha alcanzado tal importancia que ya no sería

correcto caracterizarlos como países semi-feudales; sería mejor calificarlos como

países predominantemente capitalistas, aunque se puedan encontrar todavía

elementos o vestigios importantes de relaciones de producción semi-feudales y que

éstos se reflejen todavía a nivel de la superestructura.

En tales países, es necesario hacer un análisis concreto de esas condiciones y sacar

las conclusiones apropiadas en lo que respecta al camino a seguir, a las tareas, al

carácter y el alineamiento de las fuerzas de clase. En todos los casos, el

imperialismo extranjero sigue siendo un blanco de la revolución.

El análisis de las implicaciones de la creciente introducción de relaciones capitalistas

en los países dominados por el imperialismo, así como el caso específico de aquellos

países oprimidos que se pueden calificar correctamente de "predominantemente

capitalistas", sigue siendo una tarea importante para el movimiento internacional.

Sin embargo, ya hoy se pueden sacar algunas conclusiones importantes.

Es incorrecto y peligroso pensar que la combinación de independencia política

formal e introducción de extensivas relaciones capitalistas ha eliminado la necesidad

de la revolución de nueva democracia en la mayoría de las antiguas colonias directas

o en muchas de ellas. Esta concepción que auspician varios trotskistas, social-

demócratas y críticos pequeño-burgueses del marxismo revolucionario, sostiene que

no existe distinción cualitativa entre el imperialismo y las naciones oprimidas por él,

eliminando así de un solo golpe uno de los rasgos más importantes de la época del

imperialismo.

De hecho, el imperialismo sigue siendo una traba para las fuerzas productivas de los

países que explota. El "desarrollo" capitalista, que en mayor o menor grado

innegablemente introduce, no lleva a un mercado nacional articulado, ni a un

sistema económico capitalista "clásico", sino a un desarrollo supremamente

desequilibrado, dependiente del capital extranjero y que responde a sus intereses.

Aun en los países oprimidos predominantemente capitalistas, el imperialismo

extranjero junto con sus puntales en esos países, siguen siendo el blanco principal de

la revolución en la primera etapa. Mientras que la vía de la revolución en estos

países a menudo será considerablemente diferente que en aquellos en donde

prevalecen las relaciones semifeudales, sigue siendo necesario en general que la

revolución pase a través de una etapa democrática anti-imperialista antes de poder

iniciar la revolución socialista.

43

El peso relativo de las ciudades en relación al campo, tanto política como

militarmente, es una cuestión sumamente importante que plantea el creciente

desarrollo capitalista de algunos países oprimidos. En algunos de estos países es

correcto iniciar la lucha armada con insurrecciones en la ciudad, y no siguiendo el

modelo de cercar las ciudades desde el campo. Además, incluso en los países donde

la vía de la revolución es la de rodear las ciudades desde el campo, pueden ocurrir

situaciones en las que un levantamiento de masas conduce a sublevaciones e

insurrecciones en las ciudades y el partido debe estar preparado para aprovechar

tales situaciones como parte de su estrategia de conjunto. Sin embargo en ambas

situaciones, para que la revolución tenga éxito es crítico que el partido sea capaz de

movilizar a los campesinos a participar en la revolución bajo el liderazgo proletario.

Debido al establecimiento de una estructura estatal central anterior al proceso de

desarrollo capitalista, los países semi (o neo) coloniales, principalmente, tienen en su

interior formaciones sociales de múltiples nacionalidades; en un gran número de

casos estos Estados han sido creados por los mismos imperialistas. Además, las

fronteras de estos Estados han sido determinadas como consecuencia de las

ocupaciones y maquinaciones imperialistas. Así es como se presenta generalmente

el caso que dentro de las fronteras estatales de los países oprimidos por el

imperialismo - las naciones oprimidas - existe la desigualdad nacional y la

implacable opresión nacional. En nuestra época, la cuestión nacional ha dejado de

ser una cuestión interna de países particulares y se ha convertido en subordinada de

la cuestión general de la revolución proletaria mundial, en la que su resolución

completa ha pasado a depender directamente de la lucha contra el imperialismo. En

este contexto, los marxista-leninista-maoístas deben defender el derecho de

autodeterminación de las naciones oprimidas en los Estados semi-coloniales donde

existen múltiples nacionalidades.

De modo que se puede decir que los marxista-leninista-maoístas en los países

coloniales y neo-coloniales confrontan una doble tarea en el frente ideológico y

político. De una parte, deben continuar en la defensa y apoyo de las enseñanzas

fundamentales de Mao sobre el carácter y la vía de la revolución en esos tipos de

países, así como defender y construir sobre la base de las experiencias

revolucionarias que (para parafrasear a Lenin) acompañaron los "años de locura" de

la década de los 60. Al mismo tiempo, los comunistas revolucionarios deben aplicar

el espíritu crítico marxista al análisis de la experiencia pasada, así como de la

situación y acontecimientos actuales que afectan el curso de la revolución en estos

países.

Los Países Imperialistas

Como señalara el Comunicado Conjunto, en los países imperialistas "la Revolución

de Octubre sigue siendo la principal referencia para la estrategia y táctica de los

44

marxista-leninistas". Es necesario reafirmar y profundizar este punto porque los

principios leninistas fundamentales sobre la preparación y la práctica de la

revolución proletaria en los países imperialistas llevan mucho tiempo enterrados

bajo un alud de distorsiones revisionistas.

Lenin enfatizó correctamente la necesidad de que los comunistas desarrollen un

movimiento político omnímodo de los obreros capaz, cuando las condiciones

maduren, de conducir a las fuerzas revolucionarias de la sociedad en una

insurrección dirigida contra el reaccionario poder del Estado. Señaló correctamente

que tal movimiento revolucionario no podía brotar espontáneamente a partir de la

lucha económica cotidiana de los obreros, y que, además, tales luchas no eran el

terreno más importante de trabajo revolucionario. Sostuvo que los revolucionarios

deben "desviar" el movimiento espontáneo de las masas lejos de la estrecha lucha

por las condiciones y venta de la fuerza de trabajo. Para hacerlo, hay que dotar de

conciencia política a los obreros desde "fuera" de su experiencia inmediata, sobre

todo mediante denunciaspolíticas y análisis de todos los eventos más importantes de

la sociedad en todas las esferas: política, cultural, científica, etc. Esta es la única

manera de poder formar un sector del proletariado consciente de clase - consciente

de sus tareas revolucionarias y del carácter y el papel de todas las demás fuerzas de

clase en la sociedad.

Lenin enfatizó también que a pesar de lo crucial que son la agitación y la

propaganda, no son suficientes. Sólo a través de la lucha de clases, en especial la

lucha política y revolucionaria, las masas pueden desarrollar completamente su

conciencia revolucionaria y su capacidad de lucha. De este modo, y junto con el

trabajo omnímodo de los comunistas, las masas aprenden a través de su propia

experiencia y se educan al calor de la lucha de clases.

Lejos de predicar la "unidad monolítica de la clase obrera", Lenin demostró que el

imperialismo llevó inevitablemente a un "cambio en las relaciones de clases", a una

escisión en la clase obrera de los países imperialistas, entre el proletariado explotado

y oprimido y un estrato superior de los obreros que se benefician de la burguesía

imperialista y se alían con ella.

Lenin también se opuso vigorosamente a todos los que, de una manera u otra,

pretendían identificar los intereses del proletariado con los de ?su propia? burguesía

imperialista. Luchó enérgicamente por una línea de derrotismo revolucionario en

relación a la guerra imperialista, y defendió sin cejar la bandera del

internacionalismo proletario en oposición a la andrajosa "bandera nacional" de la

burguesía.

De su análisis, Lenin concluyó que la posibilidad de hacer la revolución en los

45

países capitalistas estaba ligada al desarrollo de situaciones revolucionarias que

aparecen en estos países rara vez, pero que concentran las contradicciones

fundamentales del capitalismo. Examinó el error de la II Internacional de hacer

depender todo de la acumulación gradual y pacífica de la influencia socialista entre

las masas; y afirmó en cambio que en tiempos de "paz" relativa, la tarea de los

comunistas era hacer preparativos para los momentos excepcionales de la historia

en los que es posible efectuar transformaciones revolucionarias en estos tipos de

países y en los que las actividades de los revolucionarios ponen su sello en la

sociedad y el mundo "por décadas enteras".

A pesar de la claridad de Lenin sobre estos puntos, y de lo claves que son en el

cuerpo de la teoría del socialismo científico, en la mayoría de los casos los leninistas

han optado por ignorarlos.

Desde comienzos de la III Internacional, en ciertos partidos comunistas, aparecieron

concepciones erróneas de "partidos de masas" en situaciones no revolucionarias, así

como desviaciones economicistas. Estas tendencias cobraron fuerza y pasaron a ser

artículos de fe en el movimiento comunista, junto con otras tendencias erróneas y

extremadamente peligrosas, a abogar por los intereses nacionales burgueses en los

países imperialistas.

Desafortunadamente la ruptura con el revisionismo moderno durante los 60 fue

notablemente incompleta, especialmente con respecto a la estrategia y tácticas de los

comunistas en los países imperialistas. Aunque se rechazó y criticó la "vía pacífica"

y se propagó la necesidad de un eventual levantamiento armado, se prestó poca

atención a sacar un balance de las raíces históricas del revisionismo en el

movimiento comunista en los países capitalistas y, en general, las fuerzas marxista-

leninista-maoístas adoptaron un método de trabajo basado más bien en las

experiencias negativas de los partidos de la Comintern durante la década de los 30

que en ?el Camino de Octubre? forjado bajo el liderazgo de Lenin.

En la mayoría de los países imperialistas durante este período, un sector

significativo de las recién nacidas fuerzas revolucionarias se desvió hacia políticas

de aventurerismo o sectarismo de izquierda. Pero especialmente al transcurrir el

tiempo, los nuevos partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas

generalmente adoptaron una línea de hacer que el centro de su trabajo se concentrara

en las luchas cotidianas de los obreros, disputándole a los revisionistas y a los

representantes de los sindicatos burgueses el liderazgo de estas luchas. Este culto al

"obrero medio" y la obsesión con la lucha económica produjeron pocos resultados

en términos de atraer realmente a los obreros a una posición revolucionaria y hacia

los partidos marxista-leninista-maoístas, pero desafortunadamente esto tuvo un

efecto corrosivo en los partidos marxista-leninista-maoístas y en sus militantes. La

46

línea economicista que dominaba el movimiento marxista-leninista-maoísta en estos

países contrastaba agudamente con los principios revolucionarios en los que éste se

basaba. Los militantes jóvenes, que constituían la mayoría de estos partidos, se

integraron a ellos porque querían contribuir al proceso revolucionario mundial,

porque querían luchar por el comunismo. El deseo de difundir el movimiento

revolucionario de los 60 al proletariado y de fusionarse con los obreros, inspirado no

en poco grado por la experiencia de la juventud revolucionaria en la Revolución

Cultural, fue un sentimiento poderoso y correcto que, sin embargo, la influencia del

economicismo acabó por sofocar y distorsionar. A medida que decaía el repunte

revolucionario mundial, los partidos y las organizaciones marxista-leninista-

maoístas tendieron a virar más y más hacia la derecha en su afán de obtener masas

de seguidores en base a criterios no revolucionarios. Los militantes de estas

organizaciones vieron cada vez menos conexión entre la preparación para la

revolución y las tareas que realmente hacían, lo que resultó en desorientación,

desmoralización y en el fortalecimiento del oportunismo.

La confusión de los marxista-leninista-maoístas con respecto a las "tareas

nacionales" (o más precisamente, la carencia de éstas) en los países imperialistas,

agravó más todo esto. Como ya se mencionó, las polémicas del Partido Comunista

de China contenían graves errores al respecto, errores que absorbió el movimiento

marxista-leninista-maoísta. El deseo correcto e internacionalista de luchar contra el

imperialismo EU (singularizado correctamente en ese tiempo como el principal

bastión de la reacción mundial), se enlazó progresivamente con el fomento de los

intereses nacionales de los Estados imperialistas cuando éstos entraban en conflictos

con EU y (especialmente a partir de comienzos de los años 70) con la Unión

Soviética. Muchos partidos marxista-leninista-maoístas adoptaron posiciones cada

vez más erróneas sobre los asuntos mundiales, contrarias al internacionalismo y que

alinearon objetivamente a tales partidos, en relación a esos asuntos, con los

preparativos bélicos imperialistas y con la represión contrarrevolucionaria. Como ya

lo señalamos, algunos partidos marxista-leninista-maoístas de los países

imperialistas ya habían adoptado una línea profundamente social-chovinista, aun

antes del golpe de Estado en China en 1976.

Estos dos serios errores interrelacionados, el economicismo y el social-chovinismo

(incluyendo la embrionaria revisionista "Teoría de los Tres Mundos"), fueron los

principales factores subjetivos que contribuyeron al virtual colapso del movimiento

marxista-leninista-maoísta en Europa tras el golpe de Estado en China. Para

construir y fortalecer los partidos marxista-leninista-maoístas auténticos, los

comunistas de los países capitalistas avanzados deben darle gran énfasis a la lucha

contra la influencia de estas desviaciones.

Mientras que el movimiento marxista-leninista-maoísta daba tumbos en la mayoría

47

de los países capitalistas avanzados, algunos sectores de la juventud revolucionaria

intentaron buscar una "nueva ideología" y un camino diferente. La atracción del

anarquismo y otras formas de radicalismo pequeño?burgués para importantes

sectores de la juventud revolucionaria, reflejaba un deseo de efectuar un cambio

revolucionario. No obstante, estas fuerzas son incapaces de desempeñar un papel

plenamente revolucionario por cuanto carecen de la única ideología íntegramente

revolucionaria: el marxismo. En algunos países, un pequeño número de personas

han optado por el terrorismo, una línea ideológica y política que no se apoya en las

masas y sin ninguna perspectiva correcta del derrocamiento revolucionario del

imperialismo. Aunque a estos movimientos terroristas les gusta parecer muy

"revolucionarios", también han incorporado, en la mayoría de los casos, toda una

serie de desviaciones revisionistas y reformistas tales como la "lucha de liberación

nacional" en los países imperialistas, la defensa de la imperialista Unión Soviética, y

cosas por el estilo. Estos movimientos comparten con el economicismo el error

fundamental de no captar lo esencial que es el elevar la conciencia política de las

masas y dirigirlas en la lucha política, como preparación para la revolución.

Si bien la "excavación" de los principios fundamentales del leninismo es el punto de

partida para la elaboración de una línea revolucionaria en los países imperialistas,

con todo, es sólo un primer paso. Los países imperialistas de hoy en día difieren en

importantes aspectos de la Rusia de fines del siglo pasado y de otros países

imperialistas de ese entonces, y desde la Revolución de Octubre se ha acumulado

mucha experiencia (positiva y negativa) sobre la construcción de un movimiento

revolucionario en estos países.

El proceso de desarrollo imperialista ha llevado a varios cambios importantes en

estos países - entre ellos la virtual eliminación del campesinado en algunos de ellos,

el rápido crecimiento de nuevos sectores de la pequeña burguesía, etc. De todos

ellos, el cambio más importante ha sido la intensificación del parasitismo de los

Estados imperialistas basado en el saqueo de las naciones oprimidas y la mayor

polarización de la clase obrera que esto conlleva.

En los países imperialistas existe una aristocracia obrera grande, bien atrincherada e

influyente, que se beneficia del imperialismo y sirve de buena gana a sus intereses.

El imperialismo agudiza la contradicción entre estos obreros e importantes sectores

de la clase obrera (entre ellos, su ejército obrero de reserva - los desempleados)

empobrecidos, que desean y se inclinan a luchar por un cambio radical. En los

principales Estados imperialistas occidentales, esta capa inferior de la clase obrera se

compone en gran parte de obreros inmigrantes procedentes de los países dominados

así como, en algunos casos, de minorías nacionales y naciones oprimidas dentro de

esos mismos Estados imperialistas. Esta capa inferior de la clase obrera debe

constituir el sector más importante de la base social del partido del proletariado en

48

los países imperialistas.

Entre estos dos sectores de obreros existe un gran número, incluso a veces una

mayoría de obreros que, aunque no se benefician del imperialismo como la

aristocracia obrera, han sido muy influenciados por un largo período de relativa

prosperidad, y en tiempos ordinarios su disposición no es revolucionaria. La lucha

por la lealtad de las amplias masas de estos obreros que pondrá en marcha la

profundización de la crisis, y especialmente a medida que se desarrolle una situación

revolucionaria, será un elemento importante en la lucha entre los proletarios

revolucionarios conscientes de clase encabezados por el partido marxista-leninista-

maoísta, y la reaccionaria aristocracia obrera y sus expresiones políticas. Si bien el

partido marxista-leninista-maoísta no debe abandonar el trabajo entre los sectores

aburguesados de la clase obrera en los países imperialistas, debe basar

principalmente su trabajo entre los sectores más potencialmente revolucionarios de

los obreros.

No es posible construir el movimiento revolucionario y conducirlo a la victoria si no

se presta atención a las batallas en torno a la supervivencia de la clase obrera y de

otras capas de las masas. Aunque el partido no debe dirigir su atención ni la de las

masas principalmente hacia tales luchas ni promover la disipación de sus propias

fuerzas y energías, ni las de las masas, en ellas, tampoco puede el partido dejar de

trabajar en relación a estas luchas. Dirigir luchas económicas no es lo mismo que

economicismo. El partido proletario debe tener seriamente en cuenta estas luchas,

sobre todo aquellas que tienen el potencial de ir más allá de los límites

convencionales. Esto significa llevar a cabo trabajo relacionado con estas luchas de

tal manera que facilite el desplazamiento de las masas hacia posiciones

revolucionarias, especialmente a medida que van madurando las condiciones para la

revolución.

El partido marxista-leninista-maoísta debe esforzarse por hacer realidad el llamado

de Lenin de convertir las fábricas en fortalezas del comunismo. Esto no es sólo una

cuestión política importante para la preparación de la revolución, sino que también

tiene importantes implicaciones para la insurrección armada del proletariado.

A no ser que los partidos marxista-leninista-maoístas en los países imperialistas se

arraiguen profundamente entre las masas revolucionarias por medio del desarrollo e

implementación de una línea de masas revolucionaria, se debilitarán gravemente los

esfuerzos de aprovechar las situaciones revolucionarias. En todo esto, las tácticas y

el estilo de trabajo desarrollado por el Partido Bolchevique y sintetizado por Lenin,

siguen siendo la guía fundamental. Sin embargo, con el objeto de desarrollar una

línea de masas y un estilo de trabajo revolucionarios, los marxista-leninista-maoístas

en los países imperialistas deben dejar a un lado el culto a las formas "correctas" de

lucha y organización y todo ese tipo de dogmas; analizar las características

49

específicas del imperialismo contemporáneo y la naturaleza de las luchas que libran

las masas; buscar nuevos terrenos favorables para la práctica revolucionaria; y

desarrollar nuevas formas de lucha y nuevas organizaciones de masas.

Como lo expresó tan vivamente Lenin, el ideal comunista "no debe ser un secretario

del tradeunión, sino un tribuno popular".

El partido marxista-leninista-maoísta mientras se basa principalmente en los sectores

más potencialmente revolucionarios del proletariado, debe esforzarse por realizar

trabajo revolucionario entre otros sectores de la población, incluyendo elementos de

la pequeña burguesía.

Otro factor potencialmente muy favorable para la revolución proletaria en no pocos

países imperialistas es la existencia de naciones oprimidas y minorías nacionales en

las entrañas de estos monstruos. A menudo, como ya se señaló, gran número de

proletarios de estas nacionalidades forman una parte importante de un proletariado

multinacional allí. Pero, además de esto, también abarca una cuestión nacional más

amplia, que encierra a otras clases y capas de estas nacionalidades oprimidas. De

tales situaciones emanan a menudo agudas luchas nacionales en el seno de los

Estados imperialistas, y si estas luchas son tratadas correctamente por los partidos

proletarios allí, que deben apoyar tales luchas y defender el derecho de

autodeterminación en donde sea aplicable, esas luchas pueden desempeñar un papel

significativo en la lucha por derrocar a los Estados imperialistas.

En los países de Europa Oriental, los marxista-leninista-maoístas enfrentan la tarea

de formular estrategia y tácticas correctas para la revolución socialista, teniendo en

cuenta la dominación del socialimperialismo soviético y las tareas concretas que

esto plantea, sin minimizar o descuidar la tarea central del derrocamiento del poder

de Estado de su propia burguesía burocrática.

La marcha de los acontecimientos actuales hacia una guerra mundial y los peligros y

oportunidades revolucionarias que presenta, requieren que los partidos marxista-

leninista-maoístas en los países imperialistas le den gran importancia a la cuestión

de la guerra mundial y la revolución. El partido marxista-leninista-maoísta debe

denunciar los preparativos bélicos imperialistas y especialmente, los intereses y las

maniobras de su "propia" clase dominante imperialista. Debe demostrarle a las

masas que tal guerra surge de la naturaleza misma de la explotación capitalista y que

es una continuación de la economía y política imperialistas, y que sólo el avance de

la revolución mundial puede parar la guerra que se prepara y atacar su fuente. Los

comunistas deben librar una lucha constante contra todo intento de identificar los

intereses del proletariado con los de la burguesía imperialista, y deben preparar al

proletariado consciente de clase y a otros a reconocer la naturaleza imperialista y

sanguinaria de la bandera nacional.

50

Los comunistas deben organizar entre las masas el apoyo a las luchas

anti?imperialistas de los pueblos y naciones oprimidos, aun cuando los marxista-

leninista-maoístas no dirijan tales luchas. El partido debe infundir consecuente y

concretamente el internacionalismo al proletariado.

Las masas en los países imperialistas están sintiendo ahora agudamente el creciente

peligro de guerra y los comunistas deben prestarle gran atención a los movimientos

de masas contra los preparativos bélicos y abordar las cuestiones planteadas por

estos movimientos. El partido marxista-leninista-maoísta debe apoyar a los

elementos revolucionarios de esos movimientos y esforzarse por incorporarlos a sus

filas. El partido debe unirse a los sentimientos antibélicos de las masas, pero al

mismo tiempo debe combatir las ilusiones de que "un movimiento por la paz" pueda

impedir la guerra imperialista, y especialmente las concepciones de chovinismo

nacional que buscan evitar la devastación de la guerra para una nación imperialista u

otra a expensas del resto del mundo.

Al unirse con las masas en lucha contra los preparativos bélicos imperialistas, el

partido marxista-leninista-maoísta no debe plantear o apoyar demandas por "zonas

libres de armas nucleares", nociones ilusorias de abolir bloques imperialistas y cosas

por el estilo, en los países imperialistas. Hasta en los Estados menores no nucleares,

los comunistas deben recalcarle constantemente a las masas que el imperialismo

engendra la guerra mundial, que todas las clases dominantes imperialistas están

comprometidas en la preparación de este crimen contra la humanidad, y que la única

solución real reside en la revolución y no en ilusorias, y en última instancia

reaccionarias, estratagemas de "neutralidad".

El partido marxista-leninista-maoísta debe prepararse a sí mismo y al proletariado

revolucionario de modo que si la revolución no llega a impedir la guerra mundial,

éste se encuentre en las mejores condiciones para aprovecharse de la debilidad de los

imperialistas, debe cultivar el inevitable y extendido odio a la guerra, dirigirlo contra

los imperialistas y esforzarse por transformar la guerra imperialista en una guerra

civil. Los marxista-leninista-maoístas de todos los países imperialistas deben adoptar

la posición del derrotismo revolucionario.

En los países imperialistas, la prensa comunista juega un papel particularmente

importante en la preparación de la revolución proletaria. La prensa debe constituirse

en el propagandista, agitador y organizador colectivo del partido.

Los marxista-leninista-maoístas en los países capitalistas avanzados enfrentan la

tarea de seguir combatiendo la perniciosa influencia del revisionismo y el

reformismo en sus filas. La clave para hacerlo sigue siendo la lucha por los

principios desarrollados por Lenin en el transcurso de la preparación y dirección de

la Revolución de Octubre. Al mismo tiempo, los marxista-leninista-maoístas deben

51

hacer un balance de la experiencia previa, luchar contra el dogmatismo, ser firmes

en principios y flexibles en tácticas, y emprender un estudio científico de los

acontecimientos en los países imperialistas en las últimas décadas y de los cambios

en estrategia revolucionaria que de ellos se desprende.

Para la Unidad Ideológica, Política y Organizativa de los marxista-leninista-

maoístas

El movimiento comunista es y sólo puede ser un movimiento internacional, pues al

mismo inicio del socialismo científico el Manifiesto Comunista declaró "¡Obreros de

todos los países, uníos!". Con el éxito de la Revolución de Octubre, la conformación

de la Internacional Comunista y la subsiguiente difusión del marxismo-leninismo a

todo rincón del globo, la unidad internacional de la clase obrera adquirió una

significación aún más profunda.

Hoy día, en medio de una crisis profunda en el seno de los marxista-leninista-

maoístas, se siente de una manera muy aguda la necesidad de la unidad internacional

y de una nueva organización internacional.

En la construcción de su propia organización a nivel internacional el proletariado ha

adquirido experiencia positiva y negativa. Hay que evaluar el concepto de partido

mundial y la subsiguiente sobre-centralización durante la época de la Comintern

para sacar el balance de ese período tanto como de los éxitos positivos de la Primera,

Segunda y Tercera Internacionales. También hay que aprender de la reacción

exagerada del Partido Comunista de China frente a los aspectos negativos de la

Comintern, que lo llevó a rehusar jugar el papel dirigente necesario en la

construcción de la unidad organizativa de las fuerzas marxista-leninista-maoístas a

nivel internacional.

Frente a la coyuntura actual de la historia mundial, le toca al proletariado

internacional recoger el desafío de la conformación de su propia organización, una

internacional de un nuevo tipo basada en el marxismo-leninismo-maoísmo,

asimilando la experiencia importante del pasado. Hay que proclamar esta meta

frente al proletariado internacional y los pueblos oprimidos del mundo con la misma

audacia revolucionaria que nuestros antepasados, desde los Comuneros de París

hasta los rebeldes proletarios de Shanghai, quienes se atrevieron a asaltar los cielos y

resolvieron cumplir "lo imposible" - la construcción de un mundo comunista. Es

muy probable que el proceso de la construcción de tal organización sea prolongado.

La tarea clave que los marxista-leninista-maoístas enfrentan a este respecto es el

desarrollo de una línea general y de una forma organizativa correcta y viable

conforme a la realidad compleja del mundo actual y sus desafíos.

52

Esa nueva Internacional tendrá como meta continuar y profundizar el balance de las

experiencias, desarrollar la línea general en que se funde y desempeñar el papel de

un centro político dirigente en general. Estas tareas, de hecho, necesitan una forma

de centralismo democrático basado en la unidad ideológica y política de los

marxista-leninista-maoístas. Pero no puede ser un funcionamiento del tipo de un

partido a nivel de un solo Estado, pues a la organización internacional la conforman

partidos distintos, cada uno con igualdad de derechos y la responsabilidad de dirigir

la revolución en cada país, en el sentido de la contribución de cada partido a la

preparación y aceleración de la revolución mundial.

En vista del nivel de unidad ideológica y política alcanzado por los partidos y

organizaciones marxista-leninista-maoístas en la Segunda Conferencia, hay que dar

los siguientes pasos preliminares hacia el cumplimiento de las elevadas tareas arriba

mencionadas:

1) Se tiene que desarrollar una revista internacional como un arma vital en la

reconstrucción del movimiento comunista internacional. Debe ser un órgano de

análisis y comentario político, como también un foro para debatir los interrogantes

del movimiento internacional. Se debe traducir a cuantos idiomas sea posible,

distribuir vigorosamente al interior de los partidos marxista-leninista-maoístas y a

otras fuerzas revolucionarias. Los partidos marxista-leninista-maoístas deben

mantener una nutrida correspondencia con la revista y contribuir con artículos y

críticas.

2) Ayudar en la formación de nuevos partidos marxista-leninista-maoístas y el

fortalecimiento de los existentes es la tarea común del movimiento comunista

internacional. Hay que encontrar los modos para que el movimiento internacional

pueda ayudar a los marxista-leninista-maoístas de diferentes países a ejecutar esta

tarea crucial.

3) Los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas deben llevar a cabo

campañas conjuntas y coordinadas. Las actividades del 1° de Mayo se deben realizar

bajo consignas unificadas.

4) Los diferentes partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas deben poner

en práctica la línea política y las decisiones adoptadas por las Conferencias

Internacionales y acordadas por estos partidos, aun cuando continúen realizando

lucha de principios sobre las discrepancias.

5) Todo partido y organización marxista-leninista-maoísta debe, en la medida de sus

capacidades, contribuir financiera y prácticamente a las tareas necesarias para

impulsar la unidad de los comunistas.

53

6) Se debe establecer un comité provisional, o sea un centro político embrionario,

para dirigir el proceso general de impulsar la unidad ideológica, política y

organizativa de los comunistas, incluyendo la preparación de un proyecto de texto

para la línea general del movimiento comunista.

La constitución del Movimiento Revolucionario Internacionalista, en base al nivel

más elevado de unidad ideológica y política de los marxista-leninista-maoístas

alcanzado mediante lucha de principios, representa un paso supremamente

importante para el movimiento comunista internacional. Pero sigue siendo evidente

que hay que correr para ponerse a la altura de los hechos objetivos mundiales. La

lucha revolucionaria de las masas populares de todos los países clama por un

liderazgo auténticamente revolucionario. La responsabilidad de proveer tal liderazgo

recae sobre las fuerzas marxista-leninista-maoístas auténticas en cada país y a escala

mundial, aun cuando sigan luchando para consolidar y elevar el nivel de su unidad.

De esta manera, la línea ideológica y política correcta formará nuevos soldados y se

transformará en una fuerza material cada vez más poderosa en el mundo. Las

palabras del Manifiesto Comunista resuenan tanto más claramente hoy: "Los

proletarios no tienen nada que perder más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un

mundo que ganar".

marzo de 1984

1 La edición original de la Declaración utilizó la expresión "marxismo-leninismo-

pensamiento Mao Tsetung". El cambio aquí (en esta segunda edición) refleja el

avance en la comprensión y la unidad del MRI. Véase "Nota a la edición de 1998? y

¡Viva el Marxismo-Leninismo-Maoísmo!.

2 Este pasaje y algunos otros no corresponden completamente a la actual situación

mundial. Véase la resolución ?Sobre la Situación Mundial?, incluida como apéndice

a esta edición.

VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!

Introducción

En 1984 se fundó el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI),

agrupando los núcleos de los revolucionarios maoístas de todo el mundo que estaban

decididos a llevar adelante la lucha por un mundo sin explotación ni opresión, sin

imperialismo, un mundo en el que la misma división de la sociedad en clases será

superada: el mundo comunista del futuro. Desde la formación de nuestro

54

Movimiento hemos continuado avanzando y hoy, con ocasión del Centenario de

Mao Tsetung, con un profundo sentido de nuestra responsabilidad, declaramos ante

el proletariado internacional y las masas oprimidas del mundo que la ideología que

nos guía es el marxismo-leninismo-maoísmo.

Nuestro Movimiento fue fundado sobre la base de la Declaración del Movimiento

Revolucionario Internacionalista adoptada por la Segunda Conferencia de Partidos

y Organizaciones Marxista-Leninistas en 1984. La Declaración defiende la ideología

revolucionaria proletaria y sobre esa base, en lo principal, aborda correctamente las

tareas de los comunistas revolucionarios en los diferentes países y a escala mundial,

la historia del movimiento comunista internacional, y varias otras cuestiones vitales.

Hoy reafirmamos que la Declaración es la sólida base de nuestro Movimiento sobre

la que estamos erigiendo una nueva claridad y más profunda comprensión de nuestra

ideología así como la más sólida unidad de nuestro Movimiento.

La Declaración hace énfasis correctamente en "el desarrollo cualitativo de Mao

Tsetung de la ciencia del marxismo-leninismo" y afirma que él lo elevó a "una

nueva etapa". Sin embargo, el uso del término "marxismo-leninismo-pensamiento

Mao Tsetung" en nuestra Declaración reflejaba una comprensión aún incompleta de

esta nueva etapa. En los últimos nueve años nuestro Movimiento ha estado

comprometido en una larga, rica y completa discusión y lucha para comprender más

cabalmente el desarrollo del marxismo hecho por Mao Tsetung. Durante este mismo

período los partidos y organizaciones de nuestro Movimiento y el MRI en su

conjunto han estado comprometidos en lucha revolucionaria contra el imperialismo

y la reacción. Lo más importante ha sido la avanzada experiencia de la Guerra

Popular dirigida por el Partido Comunista del Perú que ha logrado movilizar a las

masas por millones, barriendo al Estado en muchas partes del país y estableciendo el

Poder de obreros y campesinos en estas zonas. Estos avances, en teoría y práctica,

nos han permitido profundizar más nuestra comprensión de la ideología proletaria y

sobre esa base dar un paso trascendental, el reconocimiento del marxismo-

leninismo-maoísmo como la nueva, tercera y superior etapa del marxismo.

Nueva, Tercera y Superior Etapa del Marxismo

Mao Tsetung elaboró muchas tesis sobre toda una serie de cuestiones vitales de la

revolución. Pero el maoísmo no sólo es la suma total de las grandes contribuciones

de Mao. Es el desarrollo comprehensivo y omnímodo del marxismo-leninismo a una

nueva y superior etapa. El marxismo-leninismo-maoísmo es un todo integral; es la

ideología del proletariado sintetizada y desarrollada a nuevas etapas, de marxismo a

marxismo-leninismo a marxismo-leninismo-maoísmo, por Carlos Marx, V.I. Lenin y

Mao Tsetung, sobre la base de la experiencia del proletariado y la humanidad en la

lucha de clases, la lucha por la producción y la experimentación científica. Es el

arma invencible que le permite al proletariado comprender el mundo y transformarlo

55

mediante la revolución. El marxismo-leninismo-maoísmo es una ideología

universalmente aplicable, viva y científica, en constante desarrollo y enriquecida

más ampliamente mediante su aplicación en hacer la revolución así como mediante

el avance del conocimiento humano en general. El marxismo-leninismo-maoísmo es

el enemigo de todas las formas de revisionismo y dogmatismo. Es todopoderoso

porque es verdad.

Carlos Marx

Carlos Marx fue quien primero desarrolló el comunismo revolucionario hace casi

150 años. Con la colaboración de su íntimo compañero de armas Federico Engels,

desarrolló un sistema filosófico completo, el materialismo dialéctico, y descubrió las

leyes fundamentales que definen el curso de la historia humana.

Marx desarrolló como ciencia la economía política que reveló la explotación del

proletariado y la anarquía inherente así como las contradicciones del modo

capitalista de producción. Carlos Marx desarrolló su teoría revolucionaria en

estrecha relación con la lucha de clases del proletariado internacional y al servicio de

ésta. Formó la I Internacional y escribió, junto con Engels, el Manifiesto Comunista

con su resonante llamado " ¡Obreros de todos los países, uníos!". Marx prestó gran

atención a las lecciones de la Comuna de París de 1871, el primer gran intento del

proletariado para tomar el Poder, e hizo la síntesis de éstas.

Armó al proletariado internacional con una comprensión de su misión histórica:

tomar el Poder político mediante la revolución y utilizar este Poder la - dictadura del

proletariado - para transformar las condiciones sociales hasta que sean eliminadas

las bases mismas de la división de la sociedad en clases.

Marx dirigió la lucha contra los oportunistas en el movimiento proletario que

buscaban limitar la lucha de los obreros a mejorar las condiciones de esclavitud

asalariada sin cuestionar la existencia misma de esta esclavitud.

En conjunto, la posición, el punto de vista y el método vinieron a llamarse

marxismo, y representan el primer gran hito en el desarrollo de la ideología del

proletariado.

V. I. Lenin

V. I. Lenin desarrolló el marxismo a una etapa completamente nueva en el curso de

dirigir el movimiento revolucionario proletario en Rusia y la lucha en el movimiento

comunista internacional contra el revisionismo.

Entre muchas otras contribuciones, Lenin analizó el desarrollo del capitalismo a su

etapa superior y final, el imperialismo. Mostró que el mundo estaba dividido entre

un puñado de potencias imperialistas y la gran mayoría, las naciones y pueblos

oprimidos, y mostró que las potencias imperialistas serían obligadas a ir

56

periódicamente a la guerra para redividirse el mundo entre ellas.

Lenin describió la época en la que vivimos como la época del imperialismo y la

revolución proletaria. Lenin desarrolló el partido político de nuevo tipo, el Partido

Comunista, como el instrumento indispensable del proletariado para dirigir a las

masas revolucionarias en la toma del Poder.

Lo más importante, Lenin elevó la teoría y práctica de la revolución proletaria a un

nivel completamente nuevo al dirigir por primera vez al proletariado en la toma y

consolidación del Poder político, su dictadura revolucionaria, con la victoria de la

Revolución de Octubre en la antigua Rusia zarista en 1917.

Lenin libró una lucha de vida o muerte contra los revisionistas de su tiempo dentro

de la II Internacional que habían traicionado la revolución proletaria y habían

llamado a los obreros a defender los intereses de sus amos imperialistas en la I

Guerra Mundial.

Las "salvas de Octubre" y la lucha de Lenin contra el revisionismo esparcieron más

el movimiento comunista por todo el mundo, uniendo las luchas de los pueblos

oprimidos a la revolución proletaria mundial, y se formó la III Internacional (o

Internacional Comunista).

El comprehensivo y omnímodo desarrollo de Lenin al marxismo representa el

segundo gran salto en el desarrollo de la ideología proletaria.

Después de la muerte de Lenin, José Stalin defendió la dictadura proletaria contra

los enemigos de dentro así como de los invasores imperialistas durante la II Guerra

Mundial, y llevó adelante la causa de la construcción y transformación socialistas en

la Unión Soviética. Stalin luchó por que el movimiento comunista internacional

reconociera al marxismo-leninismo como el segundo gran hito en el desarrollo de la

ideología proletaria.

Mao Tsetung

Mao Tsetung desarrolló el marxismo-leninismo a una nueva y superior etapa en el

curso de sus muchas décadas de dirigir la Revolución China, la lucha mundial contra

el moderno revisionismo y, lo más importante, al proporcionar en teoría y práctica el

método de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado para impedir la

restauración del capitalismo y continuar el avance hacia el comunismo. Mao

Tsetung desarrolló de forma considerable todas las tres partes componentes del

marxismo: la filosofía, la economía política y el socialismo científico.

Mao dijo, "el Poder nace del fusil". Mao Tsetung desarrolló comprehensivamente la

ciencia militar del proletariado mediante su teoría y práctica de la Guerra Popular.

57

Mao enseñó que la gente y no las armas son lo decisivo al librar la guerra. Señaló

que cada clase tiene sus propias formas específicas de guerra, con su carácter,

objetivos y medios específicos. Observó que toda la lógica militar puede ser

reducida al principio "ustedes combaten a su manera, nosotros a la nuestra", y que el

proletariado debe forjar estrategia militar y tácticas que puedan poner en juego sus

ventajas particulares, desencadenando la iniciativa y el entusiasmo de las masas

revolucionarias y confiando en ellas.

Mao estableció que la política de conquistar bases de apoyo y establecer

sistemáticamente el Poder político era clave para desencadenar a las masas y

desarrollar el poder armado del pueblo y la expansión en oleadas de su Poder

político. Insistió en la necesidad de dirigir a las masas en llevar a cabo

transformaciones revolucionarias en las bases de apoyo y de desarrollarlas política,

económica y culturalmente al servicio del avance de la guerra revolucionaria.

Mao enseñó que el Partido debe controlar al fusil y que nunca debe permitir que el

fusil controle al Partido. El Partido debe construirse como un medio capaz de iniciar

y dirigir la guerra revolucionaria. Enfatizó que la tarea central de la revolución es la

toma del Poder político mediante la violencia revolucionaria. La teoría de Mao de la

Guerra Popular es universalmente aplicable en todos los países, aunque ésta debe

aplicarse a las condiciones concretas de cada país y, en particular, tener en cuenta

los caminos revolucionarios en los dos tipos generales de países - países

imperialistas y países oprimidos - que existen hoy en el mundo.

Mao solucionó el problema de cómo hacer la revolución en un país dominado por el

imperialismo. El sendero básico que trazó para la revolución en China representa

una inestimable contribución a la teoría y práctica de la revolución y es la guía para

lograr la liberación en los países oprimidos por el imperialismo. Esto quiere decir

Guerra Popular prolongada, rodear las ciudades desde el campo, siendo la lucha

armada la forma principal de lucha y el ejército dirigido por el Partido la forma

principal de organización de las masas, movilizar al campesinado, principalmente

los campesinos pobres, llevando a cabo la revolución agraria; construir un frente

unido bajo el liderato del Partido Comunista para llevar a cabo la Revolución de

Nueva Democracia contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo

burocrático y establecer la dictadura conjunta de las clases revolucionarias dirigidas

por el proletariado como el preludio necesario a la revolución socialista que debe

seguir inmediatamente a la victoria de la primera etapa de la revolución. Mao

planteó la tesis de que las "tres armas mágicas" - el Partido, el Ejército y el Frente

Unido - constituyen los instrumentos indispensables para hacer la revolución en

todos los países según sus condiciones específicas y el camino específico para la

revolución.

58

Mao Tsetung desarrolló de forma significativa la filosofía proletaria, el materialismo

dialéctico. En particular, resaltó que la ley de la contradicción, la unidad y lucha de

contrarios, es la ley fundamental que gobierna la naturaleza y la sociedad. Señaló

que la unidad e identidad de todas las cosas es temporal y relativa, mientras que la

lucha entre contrarios es incesante y absoluta, y da lugar a rupturas radicales y saltos

revolucionarios. Aplicó magistralmente esta concepción al análisis de la relación

entre teoría y práctica, resaltando que la práctica es a la vez la única fuente y el

criterio último de la verdad y haciendo énfasis en el salto de la teoría a la práctica

revolucionaria. Con esto Mao desarrolló más ampliamente la teoría proletaria del

conocimiento. Dirigió el llevar la filosofía a millones de las masas popularizando,

por ejemplo, que ?uno se divide en dos? en oposición a la tesis revisionista de que

"dos se integran en uno".

Mao Tsetung desarrolló más ampliamente la concepción de que "el pueblo, y sólo el

pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia mundial". Desarrolló la concepción

de la línea de masas "recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y

resumirlas (transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizadas mediante el

estudio) para luego llevarlas a las masas, propagarlas y explicarlas, de modo que las

masas se apropien de ellas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción; al mismo

tiempo, comprobar en la acción la justeza de sus ideas". Mao resaltó la profunda

verdad de que la materia puede ser transformada en conciencia y la conciencia en

materia, desarrollando más ampliamente la concepción del papel dinámico

consciente del hombre en todos los campos del esfuerzo humano.

Mao Tsetung dirigió la lucha internacional contra el revisionismo moderno dirigido

por los revisionistas jruschovistas. Defendió la línea ideológica y política comunista

contra los revisionistas modernos y llamó a los auténticos revolucionarios

proletarios a romper con ellos y forjar partidos basados en los principios marxista-

leninista-maoístas.

Mao emprendió un penetrante análisis de las lecciones de la restauración del

capitalismo en la URSS y de las deficiencias así como de los logros positivos de la

construcción del socialismo en ese país. Si bien Mao defendió las grandes

contribuciones de Stalin, también sintetizó los errores de Stalin. Sintetizó la

experiencia de la revolución socialista en China y la reiterada lucha de dos líneas

contra el cuartel general revisionista dentro del Partido Comunista de China. Aplicó

magistralmente la dialéctica materialista al análisis de las contradicciones de la

sociedad socialista.

Mao enseñó que el Partido debe jugar el papel de vanguardia - antes, durante y

después de la toma del Poder - en dirigir al proletariado en la lucha histórica por el

comunismo. Desarrolló la concepción de cómo preservar el carácter revolucionario

59

proletario del Partido por medio de librar una activa lucha ideológica contra las

influencias burguesas y pequeño burguesas en sus filas, el remoldeamiento

ideológico de los miembros del Partido, la crítica y la autocrítica y librando la lucha

de dos líneas contra las líneas oportunista y revisionista en el Partido. Mao enseñó

que una vez el proletariado toma el Poder y el Partido se convierte en la principal

fuerza dentro del Estado socialista, la contradicción entre el Partido y las masas se

convierte en expresión concentrada de las contradicciones que caracterizan a la

sociedad socialista como una sociedad de transición entre el capitalismo y el

comunismo.

Mao Tsetung desarrolló la concepción proletaria de la economía política, del papel

contradictorio y dinámico de la producción misma y de su interrelación con la

superestructura política e ideológica de la sociedad. Mao enseñó que el sistema de

propiedad es decisivo en las relaciones de producción pero que, bajo el socialismo,

debe prestarse atención a que la propiedad pública es socialista en contenido así

como en forma. Resaltó la interacción entre el sistema de propiedad socialista y los

otros dos aspectos de las relaciones de producción, las relaciones entre las personas

en la producción y el sistema de distribución. Mao desarrolló la tesis leninista de que

la política es la expresión concentrada de la economía, mostrando que bajo la

sociedad socialista lo correcto de la línea ideológica y política determina si el

proletariado realmente posee los medios de producción. A la inversa, señaló que el

ascenso del revisionismo significa el ascenso de la burguesía, que dado el carácter

contradictorio de la base económica socialista sería fácil para los seguidores del

camino capitalista erigir el sistema capitalista si llegan al Poder.

Criticó profundamente la teoría revisionista de las fuerzas productivas y concluyó

que la superestructura, la conciencia, puede transformar la base y con el Poder

político desarrollar las fuerzas productivas. Todo esto tomó expresión en la consigna

de Mao, "Empeñarse en la revolución, promover la producción".

Mao Tsetung inició y dirigió la Gran Revolución Cultural Proletaria que representó

un gran salto adelante en la experiencia de ejercer la dictadura del proletariado.

Centenares de millones de personas se levantaron para derrocar a los seguidores del

camino capitalista que habían surgido desde dentro de la sociedad socialista y que

estaban especialmente concentrados en el liderato mismo del Partido (tales como

LiuShao-chi, LinPiao y DengXiaoping). Mao dirigió al proletariado y a las masas en

cuestionar a los seguidores del camino capitalista e imponer los intereses, punto de

vista y voluntad de la gran mayoría en todas las esferas que, incluso en la sociedad

socialista, habían seguido siendo el coto privado de las clases explotadoras y su

forma de pensamiento.

Las grandes victorias logradas en la Revolución Cultural impidieron la restauración

60

capitalista en China durante una década y llevaron a grandes transformaciones

socialistas en la base económica, así como en la educación, la literatura y el arte, la

investigación científica y otras partes de la superestructura. Bajo el liderato de Mao

las masas estudiaron profundamente el terreno que engendra el capitalismo - como

el derecho burgués y las tres grandes diferencias entre ciudad y campo, entre obreros

y campesinos, y entre trabajo intelectual y trabajo manual.

En el curso de feroz lucha ideológica y política, millones de obreros y otras masas

revolucionarias profundizaron de manera significativa su conciencia de clase y

dominaron el marxismo-leninismo-maoísmo y fortalecieron su capacidad para

ejercer el Poder político. La Revolución Cultural se libró como parte de la lucha

internacional del proletariado y fue un campo de entrenamiento en el

internacionalismo proletario.

Mao comprendió la relación dialéctica entre la necesidad de liderato revolucionario

y la necesidad de levantar a las masas revolucionarias desde abajo y confiar en ellas

para implantar la dictadura del proletariado. De esta forma, el fortalecimiento de la

dictadura del proletariado fue también el más extenso y profundo ejercicio en

democracia proletaria logrado hasta hoy en el mundo, y surgieron heroicos líderes

revolucionarios tales como ChiangChing y Chang Chun-chiao quienes se

mantuvieron del lado de las masas y las dirigieron en la batalla contra los

revisionistas y continuaron enarbolando la bandera del marxismo-leninismo-

maoísmo ante la amarga derrota.

Lenin dijo, "Sólo es marxista quien extiende el reconocimiento de la lucha de clases

al reconocimiento de la dictadura del proletariado". A la luz de las invaluables

lecciones y avances logrados mediante la Gran Revolución Cultural Proletaria

dirigida por Mao Tsetung, esta línea divisoria ha sido mejor demarcada. Ahora

puede plantarse que sólo es marxista quien extiende el reconocimiento de la lucha de

clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado y al reconocimiento de la

existencia objetiva de las clases, de contradicciones antagónicas de clase, de la

burguesía en el Partido y de la continuación de la lucha de clases bajo la dictadura

del proletariado durante todo el período del socialismo hasta el comunismo. Como

tan profundamente lo planteó Mao, "La falta de claridad al respecto, conducirá al

revisionismo".

La restauración capitalista luego del golpe de Estado contrarrevolucionario dirigido

por HuaKuo-feng y DengXiaoping en 1976, de ninguna manera niega el maoísmo ni

los históricos logros y las tremendas lecciones de la Gran Revolución Cultural

Proletaria; por el contrario esta derrota confirma las tesis de Mao sobre el carácter de

la sociedad socialista y la necesidad de continuar la revolución bajo la dictadura del

proletariado.

61

Claramente, la Gran Revolución Cultural Proletaria representa una epopeya

histórico- mundial de la revolución, una victoriosa cumbre para los comunistas y

revolucionarios del mundo, un logro imperecedero. Aunque tenemos todo un

proceso por delante, esa revolución nos dejó grandes lecciones que ya estamos

aplicando, como, por ejemplo, el punto de que la transformación ideológica es

fundamental para que nuestra clase tome el Poder.

Marxismo-leninismo-maoísmo: El Tercer Gran Hito

En el curso de la revolución china Mao había desarrollado el marxismo?leninismo

en muchos campos importantes. Pero fue en el crisol de la Gran Revolución Cultural

Proletaria que nuestra ideología dio un salto y emergió por completo el tercer gran

hito, el marxismo-leninismo-maoísmo. Desde el plano superior del marxismo-

leninismo-maoísmo los comunistas revolucionarios podrán comprender aún más

profundamente las enseñanzas de los anteriores grandes líderes e incluso las

primeras contribuciones de Mao Tsetung adquirirán un más profundo significado.

Hoy, sin maoísmo no puede haber marxismo-leninismo. En realidad, negar el

maoísmo es negar el marxismo-leninismo mismo.

Cada gran hito en el desarrollo de la ideología revolucionaria del proletariado ha

encontrado encarnizada resistencia y sólo ha logrado reconocimiento mediante

intensa lucha y mediante su aplicación en la práctica revolucionaria. Hoy el

Movimiento Revolucionario Internacionalista declara que el marxismo-leninismo-

maoísmo debe ser mando y guía de la revolución mundial.

Centenares de millones de proletarios y masas oprimidas del mundo están cada vez

más empujadas a la lucha contra el sistema mundial imperialista y toda reacción. En

el campo de batalla contra el enemigo ellos buscan su propia bandera. Los

comunistas revolucionarios debemos enarbolar nuestra ideología universal y

difundirla entre las masas para desencadenarlas más y organizar sus fuerzas, para

tomar el Poder por medio de la violencia revolucionaria. Para lograr esto, deben

formarse partidos marxista-leninista-maoístas, unidos en el Movimiento

Revolucionario Internacionalista, donde no existan y los existentes deben

fortalecerse con el fin de preparar, lanzar y llevar a la victoria la Guerra Popular para

tomar el Poder para el proletariado y el pueblo oprimido. Debemos enarbolar,

defender y, lo más importante, aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo.

Debemos acelerar nuestra lucha por la formación de una Internacional Comunista de

nuevo tipo, basada en el marxismo-leninismo-maoísmo. La revolución proletaria

mundial no puede avanzar hasta la victoria sin forjar tal arma porque, como enseñó

Mao Tsetung, habremos de llegar todos en la tierra o nadie entra al comunismo.

62

Mao dijo, "El marxismo consiste de miles de verdades, pero en últimas todas se

reducen a una: es justo rebelarse". El Movimiento Revolucionario Internacionalista

toma la rebelión de las masas como su punto de partida, y llama al proletariado y a

los revolucionarios de todo el mundo a asumir el marxismo-leninismo-maoísmo.

Esta ideología liberadora y partisana tiene que ser llevada al proletariado y a todos

los oprimidos porque sólo ésta puede permitir que la rebelión de las masas arrase

miles de años de explotación de clases y dar a luz el nuevo mundo del comunismo.

¡Enarbolar la Gran Bandera Roja del marxismo-leninismo-maoísmo!

26 de diciembre de 1993

Sobre la Situación Mundial

En 1984, la Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista señaló,

"El mundo heredado a raíz de la II Guerra Mundial se está desmoronando

rápidamente. Las relaciones económicas y políticas internacionales - el `reparto del

mundo' - que se establecieron mediante la II Guerra Mundial y como resultado de

ella, ya no corresponden a las necesidades de las distintas potencias imperialistas de

extender y ensanchar `pacíficamente' sus imperios de ganancias. Aunque es cierto

que el mundo de la posguerra ha experimentado cambios importantes como

resultado de conflictos entre los imperialistas y, especialmente, como resultado de

las luchas revolucionarias, hoy día es toda esa red de relaciones económicas,

políticas y militares lo que está en tela de juicio. Se está viniendo abajo la relativa

estabilidad de las principales potencias imperialistas.... Las luchas revolucionarias

de las naciones y pueblos oprimidos están en ascenso una vez más, asestándole

nuevos golpes al orden imperialista mundial.... La agudización de las

contradicciones está atrayendo al vórtice de la historia mundial a todos los países y

regiones del mundo y a sectores de las masas previamente adormecidos o

indiferentes a la vida política, y lo hará aún más dramáticamente en el futuro. Así

que los comunistas revolucionarios tienen que prepararse y preparar a los obreros

conscientes de clase y a los sectores revolucionarios del pueblo e intensificar su

lucha revolucionaria".

El análisis de la Declaración sobre el carácter temporal del actual orden mundial y

su llamado a hacer preparativos urgentes para repentinos cambios y saltos en los

acontecimientos ha sido corroborado por los acontecimientos mundiales, aunque no

pudo anticipar el giro exacto de los acontecimientos - el colapso del campo

socialimperialista soviético y el mitigamiento de la aguda disputa entre los bloques

imperialistas dirigidos por EU y la URSS que había llevado al mundo al borde de la

guerra mundial.

En el contexto de la crisis cada vez más profunda del sistema imperialista, las

principales características de la actual situación mundial incluyen: el ascenso de las

luchas en las naciones oprimidas del mundo, particularmente los gloriosos logros de

63

la Guerra Popular en el Perú, el estallido de rebeliones incluso en las entrañas de las

repugnantes bestias imperialistas, el resurgimiento del imperialismo norteamericano

como el máximo gendarme del orden imperialista, la intervención y agresión

imperialistas contra las naciones oprimidas y la intensificada explotación y ataques

contra las masas en las naciones oprimidas y en los mismos países capitalistas, y el

realineamiento que está teniendo lugar entre las potencias imperialistas.

Ilusiones Imperialistas de "Un Nuevo Orden Mundial"

Tras el colapso del campo imperialista soviético, que de hecho fue sólo una

importante manifestación de la grave crisis que afronta todo el sistema imperialista

del cual la Unión Soviética era un importante pilar, los imperialistas

norteamericanos declararon con arrogancia la imposición de un "Nuevo Orden

Mundial". Para sus propios seguidores en su país y para los más crédulos, este nuevo

orden fue escasamente disfrazado con promesas de "respeto por la ley

internacional", una "nueva era de paz", "democracia", "combate a la tiranía y la

dictadura" e incluso "derechos humanos". Las potencias imperialistas que sólo ayer

estaban agarrados del cuello dan un espectáculo de abrazos. La ONU y otros cuerpos

mundiales imperialistas similares fueron presentados como los guardianes de la

"nueva era de paz mundial". Los imperialistas tenían vanas esperanzas de ocultar el

verdadero carácter del colapso del bloque socialimperialista soviético y utilizarlo

para desarmar de la ideología revolucionaria del comunismo a las masas oprimidas.

Sus ideólogos, junto con los reaccionarios y revisionistas de todos los matices,

lanzaron una ofensiva contrarrevolucionaria, proclamando el fin de la visión

comunista de un mundo libre de explotación e incluso proclamando el "fin de la

historia". El imperialismo, la reacción y el revisionismo fanfarronearon para ondear

la andrajosa y lánguida bandera de la ?democracia?, este inhumano dominio del

capital empapado de sangre, y la presentaron como la única alternativa. Fue en

verdad una siniestra conspiración, pero los sórdidos y sangrientos resultados son

demasiados evidentes.

El acto inicial de este "nuevo" orden mundial fue la brutal violación de Irak por los

EU, ayudados por otras potencias imperialistas y con una moderna legión extranjera

compuesta de soldados de los países que ellos dominan. Esto apuntaba a forjar

imperios y a aterrorizar a los oprimidos hasta someterlos. Pero sólo sirvió para

arrancarles sus máscaras de ?paz? y para subrayar una vez más que los regímenes

compradores en las naciones oprimidas nunca pueden asestar golpes resueltos e

inflexibles a sus amos imperialistas. Los imperialistas pusieron en escena un

espectáculo de desarme, pero la paz nunca provendrá de las salas de banquete de

estos chupasangres. Después de todos sus pactos y tratados ellos, particularmente los

imperialistas norteamericanos y rusos de hoy, todavía mantienen mortíferos

arsenales capaces de destruir el mundo cualquier cantidad de veces. Los

imperialistas hablaban de una "nueva era de desarrollo y cooperación", pero el único

64

resultado ha sido el aumento de la intensa explotación de las masas en las naciones

oprimidas y en los mismos países imperialistas - el arruinamiento de los verdaderos

productores. En los países del antiguo bloque soviético, incluyendo Rusia, el abierto

dominio del capital está haciendo trizas cada vez más las ilusiones de prosperidad y

crecimiento libre de crisis. Y los sueños de los imperialistas occidentales de superar

su crisis se han convertido en pesadillas a medida que se empantanan cada vez más,

creando problemas y siendo rechazados, y ahora enfrentan la furia de los oprimidos

incluso en sus propios países. El curso de los acontecimientos ha sido rápido,

subrayando una vez más la volatilidad de la situación mundial. Las trompetas de la

contraofensiva reaccionaria, tan fuertemente oídas hace sólo un par de años, están

cada vez más cayendo en oídos sordos. Más y más sectores de las masas en muchos

rincones del mundo continúan viéndose incitados a la resistencia, la rebelión y la

revolución, conscientes cada vez más de la bancarrota de los demacrados

revisionistas, saludando el brillante ascenso del Poder rojo en las montañas del Perú,

y buscando más poderosas formas de asestar golpes a sus propios opresores.

El "Gran Desorden" es Excelente

Mao Tsetung, el gran líder del proletariado mundial, nos ha enseñado que los

imperialistas siempre levantan enormes piedras para lanzárselas a los oprimidos y

acaban soltándolas sobre sus propios pies. Esto es completamente cierto en la actual

situación mundial. Los grandes alardes sobre su "nuevo" orden mundial y el curso

actual de los acontecimientos sólo han servido para demostrar más allá de toda duda

que nada bueno puede provenir de este sistema devorador de seres humanos. Sus

instituciones, lacayos reaccionarios e instrumentos revisionistas están quedando

desenmascarados más y más. La Guerra Popular en el Perú ha creado bases de apoyo

en las que nuestra clase ha establecido una vez más el poder popular. En las

naciones oprimidas del mundo, los "centros de la tormenta" de la revolución, las

luchas y resistencia de las masas contra el imperialismo y sus lacayos reaccionarios

están en ascenso. Están dejando de lado a los líderes vendidos de antaño y nuevas

generaciones están afrontando las tareas de avanzar sus luchas. Hay fermento y

rebelión, en grados variables, entre todos y cada uno de los sectores de oprimidos,

entre las mujeres, los jóvenes, y las capas más profundas de las masas encadenadas

durante siglos por la reacción en todas sus monstruosas formas. El temible matón

norteamericano acaba de recibir una sonora paliza dentro de su propio territorio por

parte de las víctimas de su opresión racial y de clase. Y los tigres de papel

imperialistas siguen siendo pinchados por las afiladas lanzas de las masas oprimidas

en todos los países contra los que se atreven a cometer agresión. Una gran oleada de

"desorden revolucionario" está en marcha, y es excelente.

A la luz de la crisis en profundización del sistema imperialista mundial, todas las

principales contradicciones - la contradicción entre las naciones oprimidas y las

potencias imperialistas, la contradicción entre el proletariado y la burguesía en los

65

países capitalistas e imperialistas, y la contradicción entre las potencias imperialistas

mismas - están experimentando nuevo desarrollo. Entre ellas, la contradicción entre

las naciones oprimidas y las potencias imperialistas y a un grado significativo,

aunque de forma secundaria, la contradicción entre el proletariado y la burguesía en

los países imperialistas, se están intensificando. El colapso del campo imperialista

soviético llevó a una mitigación de la contradicción interimperialista de su anterior

nivel de intensidad. Pero la colusión imperialista está basada en la contienda, que se

está manifestando hoy en los realineamientos y nuevas disputas que están teniendo

lugar entre las potencias imperialistas ante la profundización de su crisis y el

ascenso de las luchas del pueblo.

Reiterando las palabras de la Declaración de 1984, en estos momentos en que se

perfilan perspectivas sin precedentes para la revolución, "debemos agudizar nuestra

vigilancia revolucionaria e intensificar nuestra preparación política, ideológica,

organizativa y militar para poder manejar estas oportunidades de la mejor manera

posible para los intereses de nuestra clase y para conquistar las posiciones más

avanzadas posibles para la revolución proletaria mundial". La existencia del

Movimiento Revolucionario Internacionalista y los partidos maoístas reagrupados en

él proporciona una poderosa base para lograr este objetivo, y debe lograrlo. En

particular los comunistas deben llevar el arma del marxismo-leninismo-maoísmo a

los millones de las masas oprimidas, perseverar en la feroz lucha contra todos los

matices de revisionismo, nuevo o viejo, formar partidos maoístas donde no existen y

fortalecer los existentes, con el fin de preparar, lanzar, desarrollar y llevar a la

victoria Guerras Populares para destruir al imperialismo y la reacción para siempre y

marchar hacia el glorioso futuro del comunismo.

26 de diciembre de 1993

¡POR UN SIGLO DE GUERRAS POPULARES!

¡Adelante hacia la victoria del socialismo y del comunismo!

La siguiente declaración la adoptaron formalmente los partidos y organizaciones

participantes en el Movimiento Revolucionario Internacionalista:

Así que los imperialistas y sus lacayos quieren que celebremos la llegada de un

nuevo milenio. Muy bien, pero ¿el milenio de quiénes? ¿De estos parásitos o del

pueblo que ha creado todo? ¿Y cómo debemos celebrar? ¿Atendiéndoles en sus

salones de banquetes mientras se ceban de los frutos de nuestro trabajo y bailan

sobre pisos regados con los huesos de sus víctimas al son de las máquinas de guerra

que aun ahora vomitan muerte y destrucción? ¿Debemos dejar de lado sus siglos de

explotación infrahumana, guerras de conquista, saqueo, la condena de miles de

millones de personas a una inimaginable miseria, genocidio, Auschwitzes e

66

Hiroshimas? ¿Debemos reverenciarles, como ellos quisieran, admirando sus

cachivaches, aturdidos por la estridente propaganda de promesas para los sumisos?

Para todos los opresores, la historia comienza con su propio reino de opresión. De

modo que buscan en vano inmortalizar su fugaz existencia paralizando el tiempo e

imponiéndole su voluntad arbitraria. Pero la marcha de la humanidad es inexorable.

La historia nos muestra que la necesaria agenda de la lucha de clases se ha impuesto

inevitablemente por medio de vueltas y revueltas, barriendo bruscamente tanto

coronas como calendarios. Así es como ha sido y así es como será hasta que se

eliminen de una vez para siempre la explotación y la opresión.

¿Y qué es lo que muestra este calendario? Las heroicas epopeyas de los condenados

de la tierra, no de emperadores ni santos. Las rebeliones y sublevaciones de aquí y

allá, aplastadas y crucificadas, pero no obstante estallando una y otra vez.

Descuartizando las mentiras de los pacificadores religiosos. Haciendo añicos la paz

de los gobernantes. Durante siglos, los oprimidos soñaban y esperaban el fin de su

miseria y sufrimiento. En medio de la abyecta existencia y la penosa labor abrigaban

recuerdos de lejanas sociedades libres de explotación. Con sus sueños de una nueva

alborada latían vivas expresiones de arte y música. Se rebelaban contra la opresión,

combatían a los amos y anhelaban una nueva vida. Que no se olvide: fue esta lucha,

estos incesantes esfuerzos de acabar con la terrible explotación y la inhumana

existencia lo que impulsaba el avance de la humanidad. Pero los frutos de sus luchas

nunca fueron suyos. Apropiados por nuevos explotadores, los mismos vientos de la

libertad se convirtieron en nuevas cadenas de servidumbre.

Se requirieron muchos milenios de lucha y reconstitución violenta de sociedades

antes de que se produjera la respuesta final: el proletariado, nacido del capitalismo y

destinado a sepultarlo. Es la última clase, una clase internacionalista, una clase que

puede liberarse a sí misma sólo emancipando a toda la humanidad. La aparición del

proletariado y de sus luchas también engendró su ideología, el marxismo, una

magistral síntesis de las luchas, ideas y experiencias, al servicio de esta clase y de su

misión histórica. Entonces, el tortuoso curso de la historia humana se reveló en todo

su esplendor lógico: la historia de la lucha de clases. Las declaraciones sobre la

permanencia de los explotadores quedaron al descubierto como viles pretensiones de

un orden moribundo. La marcha de la humanidad podía convertirse ahora en asaltos

conscientes y audaces contra los bastiones de la reacción. Recordemos algunos hitos

rojos de este calendario hasta finales del siglo 19: el Manifiesto Comunista, la

fundación de la I Internacional, la edición de El capital que puso al desnudo los

resortes del sistema capitalista y su inevitable fin, la heroica Comuna de París, la

fundación de la II Internacional la cual declaró el 1º de mayo el Día Internacional

del Trabajador y el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, y la lucha por la

jornada de 8 horas. ¡Todo eso sucedió en apenas 50 años! ¿En toda la historia qué

clase ha logrado tanto en tan poco tiempo? Y estas eran sólo las primeras salvas.

67

¿Y qué de los imperialistas y sus lacayos quienes, al igual que hoy, celebraron con

arrogancia la llegada del siglo 20? A su alrededor, los imperialistas veían un mundo

bajo su bota: sus bayonetas desgarraban a Africa, Asia y América Latina en rapaces

arremetidas del capital financiero. La guerra ya había desaparecido en Europa. Los

revisionistas de la II Internacional trabajaban en componendas con los amos y

ataban la furia de la clase obrera. Se anunció una época sin precedentes de

superganancias y crecimiento. Así fue como los imperialistas vieron el mundo en

1900.

Menos de dos décadas después, todo ello se les reventó en la cara. Una guerra azotó

a Europa y las coronas rodaron en las calles. La Revolución de Octubre dio a luz la

Unión Soviética socialista y sus salvas llevaron el marxismo-leninismo, la segunda

etapa del marxismo, a los pueblos oprimidos del mundo. Se fundó la III

Internacional despejando la confusión colaboracionista de clase impulsada por los

revisionistas. Con el Poder en las manos, los obreros y campesinos de la Unión

Soviética comenzaron a construir un sistema socio-económico completamente nuevo

el que desencadenó el explosivo crecimiento de las fuerzas productivas. Las fábricas

y los campos ya no eran cadenas sobre las masas trabajadoras sino herramientas en

sus manos para transformar la sociedad. La construcción socialista en la Unión

Soviética comenzó a abrir el camino a una sociedad libre de explotación.

Los imperialistas lograron apagar las llamas de revolución y liberación nacional en

la mayor parte de los países. Se jactaban de haber contenido la revolución. Pero no

les esperaba una paz duradera sino depresión, fascismo, otra guerra mundial y más

revoluciones. El triunfo de la revolución china liberó a una cuarta parte de la

humanidad, trazó el camino hacia la revolución de nueva democracia en los países

oprimidos y aportó a los proletarios del mundo su ciencia militar desarrollada, la

guerra popular. El campo socialista se formó con una tercera parte de la población

del mundo. Aunque los imperialistas y sus lacayos buscaron aplastar las luchas de

liberación de los pueblos oprimidos y engañarlos con el cuento de la

"independencia", las naciones oprimidas seguían siendo el centro de la tormenta de

la revolución proletaria mundial. Con la dirección de Mao Tsetung, se dio un

levantamiento revolucionario sin precedentes, la Gran Revolución Cultural

Proletaria, en que decenas de millones de obreros, campesinos y jóvenes

revolucionarios hicieron retroceder a los seguidores del camino capitalista y dieron

grandes pasos en la transformación de la sociedad hacia el futuro comunista, cuando

se eliminarán completamente todas las diferencias de clase y los vestigios de la

explotación de clase.

El imperialismo, la reacción y el revisionismo chillan al unísono: pero todo eso ya es

historia. Primero, les arrebatamos su Unión Soviética y luego la China Roja, dicen.

Miren, ahora el mundo-y también los siglos venideros-nos pertenecerán a nosotros,

se jactan los imperialistas. Pero no es primera vez que hayamos oído esas arrogantes

fanfarronadas. ¿No dijeron lo mismo después de masacrar a los comuneros de París,

68

pero apenas unas décadas después, tuvieron que salir corriendo de los campos de

batalla del Octubre Rojo en Rusia? ¿No dijeron lo mismo cuando los canallas

revisionistas usurparon el Poder en la Unión Soviética socialista? ¿Y no huyeron,

ensangrentados de pies a cabeza, cuando las poderosas tempestades de la Gran

Revolución Cultural Proletaria de China esparcieron el marxismo-leninismo-

maoísmo, la nueva, tercera y superior etapa de la ideología proletaria, por todo el

mundo y provocaron una marejada de levantamientos y rebeliones revolucionarios?

Hoy, mientras los imperialistas y los reaccionarios se jactan con arrogancia de sus

triunfos, guerras populares maoístas asestan golpes contundentes, avanzando por

medio de vueltas y revueltas. Y se preparan más guerras populares. Los marxista-

leninista-maoístas, unidos en el Movimiento Revolucionario Internacionalista,

marchan inconteniblemente a imponer el maoísmo como mando y guía de la nueva

ola de la revolución proletaria mundial que viene. El maoísmo está encarnándose en

los partidos comunistas para impulsar y encabezar esta nueva gran ola. El

Movimiento Revolucionario Internacionalista está presente mediante sus partidos y

organizaciones participantes, organizaciones candidatas y simpatizantes en todo el

mundo: de Irán a Colombia, de Bangladesh y Sri Lanka a los Estados Unidos e

Italia, de Turquía y Afganistán a la India, así como en partes de Africa, el Caribe,

América Central y Europa. En el Perú y en Nepal el proletariado dirigido por

partidos de vanguardia maoístas unidos en el MRI otra vez ha establecido el poder

político rojo de las masas en extensas zonas rurales.

¿Remotas? ¿Insignificantes? Claro que no para el proletariado consciente de clase y

los oprimidos y explotados en todo el mundo. Estas inspiradoras victorias en el Perú

y Nepal son sólo tan remotas como Yenán lo fue en su momento. Se obtuvieron por

medio de feroz lucha para enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-

maoísmo, derramando sangre por la causa del pueblo y derrotando las brutales

campañas de cerco y aniquilamiento del enemigo. En las batallas de

"reestablecimiento y contrarreestablecimiento" en el Perú y Nepal, los reaccionarios

buscan aplastar el poder político rojo del pueblo, y guerras populares luchan por

defender y ampliar las bases de apoyo donde prevalece el poder popular.

Fusiles rugen en manos de guerrilleros campesinos encabezados por los maoístas del

TKP(ML) que se esfuerzan por establecer bases rojas en Turquía. En los países

oprimidos, se forman y se fortalecen partidos maoístas unidos en el Movimiento

Revolucionario Internacionalista. Hay luchas armadas revolucionarias encabezadas

por maoístas y revolucionarios, de fuera como de dentro del MRI, en las Filipinas, la

India, Bangladesh y otros países. El "topo revolucionario" avanza horadando en las

entrañas de las bestias imperialistas, construyendo y fortaleciendo partidos maoístas

ahí. Son claras las señales para quienes quieran ver.

Las perspectivas son brillantes, pero por supuesto el camino es tortuoso. Los

maoístas no tenemos miedo a esto. Somos discípulos de Mao Tsetung, quien nos

enseñó: "Nada es imposible en el mundo si uno se atreve a escalar las alturas". Los

69

gloriosos logros de nuestro destacamento avanzado en el Perú son vital testimonio

de esas palabras. El Partido Comunista del Perú enfrentó una difícil situación luego

de la captura de su Presidente en 1992. Pero el propio Presidente Gonzalo despedazó

el regocijo del enemigo con su poderoso e inspirador discurso del 24 de septiembre

de 1992 desde la jaula. Con un despliegue de la fuerza materialista de optimismo

revolucionario y moral comunista, subrayó que su captura no era más que "un

recodo en el camino" y que "el camino es largo y a ése llegaremos, y,

¡triunfaremos!". El PCP ha perseverado en el sendero de la guerra popular, en las

narices de la represión enemiga; ha aplastado los viles ataques de la Línea

Oportunista de Derecha que colabora con el enemigo y llama a poner fin a la guerra

mediante un "acuerdo de paz", así como la propaganda enemiga que dice que el

Presidente Gonzalo mismo pidió los "acuerdos de paz", una aseveración sin pruebas

que el PCP ha denunciado como una patraña.

Ante el aislamiento cruel y total del Presidente Gonzalo, el Movimiento

Revolucionario Internacionalista, en su Llamamiento de marzo de 1995,

"Agrupémonos todos en defensa de nuestra bandera roja que ondea en el Perú",

rechazando la Línea Oportunista de Derecha, dijo: "....nadie puede aceptar

comunicaciones indirectas y no comprobadas atribuidas al Presidente Gonzalo y

presentadas como representativas de su pensamiento. La lucha por poner fin a su

aislamiento debe continuar". Las masas revolucionarias del mundo entero están muy

conscientes de que el régimen de Fujimori, denunciado por el PCP como fascista,

genocida y vendepatria, es tristemente célebre por su genocidio, mentiras fabricadas,

etc.

Con la línea roja del Presidente Gonzalo, el PCP ha defendido, persistido y

desarrollado la Guerra Popular y hoy, debido a la captura del Camarada Feliciano, el

Camarada Julio encabeza su Comité Central. Ha anunciado que la Guerra Popular ya

está saliendo del "recodo" dentro de la etapa del equilibrio estratégico y sigue su

incontenible marcha hacia la conquista del Poder en todo el país. El Movimiento

Revolucionario Internacionalista ha organizado campañas mundiales de apoyo a la

Guerra Popular en el Perú, en defensa de la vida del Presidente Gonzalo y de

repudio a la Línea Oportunista de Derecha. En vista de informes sobre el creciente

peligro a la vida del Presidente Gonzalo, el Movimiento Revolucionario

Internacionalista se une al PCP y al pueblo peruano en exigir que el régimen de

Fujimori lo presente ante los medios televisivos nacionales e internacionales, y que

se le permita hacer una declaración en vivo. Reafirma su determinación de llevar

adelante la lucha en apoyo a la Guerra Popular y en defensa de la vida del Presidente

Gonzalo, y, ahora, de la vida del Camarada Feliciano.

Los imperialistas y sus lacayos soñaban con que pudieran contener la Guerra

Popular en el Perú, pero ahora hay otro fantasma: los Himalayas están en llamas. La

Guerra Popular iniciada por el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) con la

dirección del Camarada Prachanda, avanza pujante en feroz combate con el

70

enemigo. Todos los monstruos y sus lacayos se han unido, desesperados, para

conjurar la caída del reaccionario gobierno de Nepal. El imperialismo yanqui y la

India expansionista desempeñan un destacado papel siniestro apoyando al gobierno

nepalés y sus genocidas campañas de represión. Los reaccionarios Estados de Israel,

Sri Lanka y Perú son copartícipes. Pero sigue avanzando la Guerra Popular. Dos

millones de personas ya han comenzado a forjar el nuevo futuro en vastas zonas

donde se ha roto el control enemigo. Dirigidos por el Partido, construyen nuevos

órganos de poder, defendiéndolos y desarrollándolos con fusiles arrebatados al

enemigo. Sin duda, el camino por delante no será fácil. Ningún avance trascendental

en la historia jamás ha sido fácil. Dotada con el arma del marxismo-leninismo-

maoísmo, la Guerra Popular persistirá y triunfará, inspirando a su vez al pueblo de

otros países, particularmente en el Sur de Asia, a librar guerras contra el

imperialismo y la reacción.

Así que, ¿cómo quedaron los imperialistas y sus lacayos? Ah sí, su futuro, sus

promesas, sus fanfarronadas sobre la derrota del marxismo, la dictadura del

proletariado, el socialismo y el partido comunista tras el derrumbe de la Unión

Soviética socialimperialista, su afirmación de que la democracia occidental y el

capitalismo auguran una nueva era de prosperidad. Pero ¿pueden negar el hecho de

que lo que se desintegró en la Unión Soviética socialimperialista no fue sino

revisionismo en bancarrota, que la promesa del capitalismo no ha dado sino más

miseria a los millones que el socialimperialismo ya había triturado? Lo que ha

resultado no ha sido la paz sino guerras desatadas por reaccionarios y atizadas por

rivalidades imperialistas. Lo que está surgiendo no es la paz mundial sino nuevos

centros de rivalidad imperialista.

De las dos tendencias de revolución y guerra mundial, la revolución es la tendencia

principal en el mundo actual. La principal contradicción es entre el imperialismo y

los pueblos y naciones oprimidos. En medio de inestabilidad, guerras y rebeliones,

los imperialistas se apresuran a controlar territorio y acumular ganancias. Pero

nosotros los comunistas vemos nuevas oportunidades para que el proletariado y las

masas recobren su patrimonio socialista forjando nuevos partidos maoístas para

iniciar, desarrollar y llevar a la victoria guerras populares. Lo haremos en los dos

tipos de países, en los países dominados por el imperialismo y en las ciudadelas

imperialistas, según las condiciones específicas de cada país. Eso se hará.

¿Y qué de sus hipócritas declaraciones de que el mercado libre esté generando una

nueva era de paz y prosperidad? Analicemos los hechos. A comienzos del siglo 19,

los países más ricos tenían un nivel de vida promedio tres veces mayor que el de los

países más pobres, y en 1900, seis veces mayor. Hoy, es cerca de 20 veces mayor.

Los voceros imperialistas hablan de mejoras de los servicios de salud y del

promedio de vida, pero sólo los ricos del Occidente pueden disponer de los

tratamientos costosos y avanzados mientras que en el tercer mundo 40 mil niños

mueren cada día de enfermedades prevenibles. En los Estados Unidos más de uno de

71

cada diez niños viven en la miseria absoluta y más de 35 millones de personas pasan

hambre de diversos grados.

¿Y qué de su revolución de tecnología de punta? ¿Ha dado resultados? Bueno, sí,

una persona, Bill Gates, ha amontonado una fortuna equivalente al PIB combinado

de decenas de los países más pobres del mundo. Veamos la Internet. Mucha gente se

ilusionaba de que la red traería una nueva era de democracia global pueblo a pueblo.

Pero se ve con cada vez mayor claridad que la red sirve abrumadoramente para

entretejer un enorme mercado capitalista de alta velocidad. Bajo este sistema, la

tecnología y el conocimiento que la humanidad ha creado durante innumerables

generaciones no llevarán a la liberación de la humanidad sino al enriquecimiento de

aquellos que se apoderan de esa tecnología. La riqueza y los conocimientos creados

por los pueblos del mundo jamás servirán a la humanidad mientras una minoría

posea y controle los recursos del mundo, mientras esta minoría de explotadores

tenga el Poder.

Hay un viejo poema de un revolucionario irlandés, "Sólo queremos el mundo". Eso

es. Esto es lo que el proletariado y las masas trabajadoras exigen. ¿Es eso injusto?

Veamos las fuerzas ciegas del imperialismo: trituran los seres humanos y destrozan

el mundo entero en su avaro afán de ganancias. Veamos a los gobernantes

reaccionarios de los países oprimidos: venden al pueblo y la tierra a amos

imperialistas para poder forrarse los bolsillos y revolcarse en sucios lujos. Veamos

la situación de la humanidad: opresión de clase, nación, género, raza, etnia y casta,

chovinismo, intolerancia religiosa, mano de obra infantil, comercio de humanos,

brutales formas de servidumbre feudal, vidas condenadas a una indecible miseria.

Veamos el poder creador del pueblo, la inmensa capacidad de las fuerzas

productivas que se tensa contra las trabas de un sistema inhumano e irracional. Basta

ya. Queremos el mundo, todo, y eso es justo. Nosotros los maoístas, unidos en el

Movimiento Revolucionario Internacionalista, declaramos nuestra firme

determinación de ponernos a la altura y asumir nuestras responsabilidades como nos

exige esta justa demanda de las masas explotadas y oprimidas de todo el mundo. Sí,

junto con las masas, apoyándonos en ellas y sirviéndolas, tomaremos la delantera

para transformar el siglo 21 en uno de guerras populares, marchando hacia el

glorioso futuro del comunismo.

¡VIVA LA REVOLUCION PROLETARIA MUNDIAL!

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOISMO!

¡VIVAN LAS GUERRAS POPULARES!

¡MOVER CIELO Y TIERRA PARA DEFENDER LA VIDA DEL

PRESIDENTE GONZALO!

¡ESTABLECER AL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO

INTERNACIONALISTA EN EL CORAZON DE LOS OPRIMIDOS!

72

Movimiento Revolucionario Internacionalista

1º de mayo de 2000

Grupo Comunista Revolucionario de Colombia

Organización Comunista de Obreros Rojos [Italia]

Organización de Comunistas Marxista-Leninistas de Túnez

Partido Comunista de Afganistán

Partido Comunista de Bangladesh (Marxista-Leninista) [BSD(ML)]

Partido Comunista de Ceilán (Maoísta)

Partido Comunista del Perú

Partido Comunista de Nepal (Maoísta)

Partido Comunista de Turquía Marxista-Leninista [TKP ML]

Partido Comunista Revolucionario, EE.UU.

Partido Proletario de PurbaBangla (PBSP) [Bangladesh]

Unión de Comunistas de Irán (Sarbedarán)

Además de esta lista de partidos y organizaciones participantes en el MRI, en varios

países hay candidatos a participar en el MRI que luchan por formar partidos de

vanguardia marxista-leninista-maoístas.

Ediciones Vanguardia Proletaria

Enero - 2013