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    DROGAS EN ASUNCIN MS ALLA DEL MIEDO

    HUGO DUARTE MANZONI

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    *Arte Nuevo Editores Serie Ensayos N12 * Arte Nuevo Editores Montevideo 166 82 736 Asuncin-Paraguay 1989 * 1 Edicin Mil quinientos ejemplares.

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    Tiendo mi mano a veces y est sola, y est ms sola cuando no la tiendo. (Mario Benedetti) Necesito agradecer a mis amigos, locos y no locos, a mi familia a mis hijos a todo el mundo que en algn momento pas la mano para sobrellevar la angustia de llegar al final, al final del principio del camino. Gracias. Miro a travs de la ventana, me preguntan cmo estoy me quedo pensando me quedo recordando miro a mis hijos miro mis amigos busco alrededor: en mi escritorio, veo qu pasa y cmo pasa. No puedo describir con palabras la sensacin que me produce el estar dndome cuenta constantemente de cunta gente pasa vive pendiente de su desconocida mentira, pendiente de su cotidiana racin de droga para seguir viviendo; y no es que preocupe precisamente el hecho que en si significa esa porcin diaria, lo que me apena es la total inconciencia con que cada uno la consume, y es an peor, pues como bien se puede ver (para nuestra mayor desgracia), seguir siendo as, irreversiblemente, hasta que la muerte nos separe.

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    A TRAVES DE LA VIDA AL MAXIMO EN LA BUSQUEDA DE LA MUERTE Y qu es la vida al mximo? Es la bsqueda de la felicidad.*1 Pero qu pasa cuando la bsqueda de la felicidad es una obsesin que no encuentra lmites, tan fuerte que nos hace olvidar que existen pasos previos que debern sustentar aquello que nos puede mantener eufricos, ausentes de la realidad.

    La felicidad, el momento cumbre, no es un momento real constante. El hombre obsesionado por esa posibilidad de soar, se olvida del momento que le divide de la muerte, la muerte es el lmite de la felicidad; ella, la muerte, est nada ms a un paso, a un instante: una bala, un accidente de trnsito, una jeringa, un shock elctrico, una sorpresa, un infarto

    * La felicidad tomada en el sentido ms vulgar que implica la meta del mundo occidental

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    DROGAS EN PARAGUAY: QU HACER?

    Siguiendo el estilo prevalentemente usado por mi amigo Hugo Duarte en este su libro, tratar de hilvanar para el lector, sin cuidar mucho el orden, una serie de pensamientos o reflexiones a propsito (del tema drogas y del libro en s).

    En realidad, este libro no precisa de prlogo alguno que sirva de aditamento, de condimento o de enganche para su lectura. Por su tema en s, y por la forma en que su autor lo desarrolla, muy directo, muy cotidiano, muy confesional, es de por s pan caliente, objeto de consumo fcilmente previsible como voraz, no slo por su valenta, sino sobre todo el espacio vaco oscuro que existe al respecto en nuestro pas, que el mismo viene a llenar.

    En verdad, como es tantas otras cosas, este libro de Hugo no es ms que una punta, una puntita del iceberg. Vivimos en un medio no slo pacato y opaco, sino tambin y sobre todo, bastante crudo. En nuestro pas se da an el extrao privilegio que puede implicar, casi para cualquier que se lo proponga, la aventura de abrir camino, desbrozar picadas en el monte. Y Hugo nos est develando en este libro una realidad ms, de entre las existentes en nuestro medio y que por innmeras razones no ha sido considerada analizada todava.

    Despus de todo: porqu no habramos de tener en circulacin las drogas peligrosas en nuestro pas? Acaso somos en realidad un pozo, una isla perdida en medio de la civilizacin, aislados del mundo y de nuestros vecinos?: y si no lo somos ms ahora, despus de nuestro golpe moderno y democrtico del 2 3 /2/89; lo fuimos en realidad en la poca de Stroessner? Habra que verlo, habra que demostrarlo. Yo no lo creo, tanto al menos, y pienso que este trabajo de Huguito corrobora mis teoras al respecto. A favor de la universalidad real de nuestro pas, aunque siempre a la tranca, con una alta dosis de esa droga llamada caigetismo y con una enorme sobredosis de orgullo anticultura antitodo (antdoto?) capaz de liquidar el ms pintado, empedernido y sobado drogadicto. En fin.

    Ser paraguayo, ser un ser-humano hoy, aqu y en todas partes, tiene sus bemoles, sus riesgos, sus problemas. La-fcil no existe, porque en realidad nunca existi. No nos jodamos. Que como pas nos tocan y nos tocaron siempre variantes ms jodidas, de lo peorcito, es cierto; y que siempre nos jodieron y/o trataron de jodernos al mximo, tambin es cierto; pero an todo eso no justifica la inanicin, la dejadez total y absoluta; con esa filosofa todos somos o seremos (a la corta o a la larga) drogadictos, como dice Hugo, de mentiras, hipocresa, TV, alcohol o drogas peligrosas.

    Un Paraguay moderno y democrtico? Como ya lo dijo alguien, y bueno, de (r?) mocrtico podr-podra ser (y acotara yo: antes nos jodan con la dictadura y ahora nos van a joder con la democracia), pero moderno? Si algo a bulto- puede significar modernidad, es competencia, racional, crtica, anlisis, asumirse. Y San Fernando?, empezando por el teatro, el arte, la historia. Habr que ver, de todos modos y a luces

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    vista, nos falta mucho. Reconocer nuestra pequeez, nuestras miserias, debera ser el primer paso: pero voluntad de encarar el problema as, de frente, sin subterfugios ni eufemismos, es lo que todava no se nota, no se ve.

    La droga es un mal? Hugo la define as. En todo caso, es o se constituye (y el libro es claro al respecto) en toda una opcin de vida, y por lo tanto valdra la pena aclarar un poco ms el asunto. Creo que l se refiere a los excesos. Y as, puede que todo exceso no sea un bien, pero para quin?, para el sujeto?, para la sociedad? La droga es un camino peligroso, pero como podemos ver bien a lo largo del libro, es la aventura, un camino tentador porque en primer lugar da gusto, y si el sujeto no est preparado, no podr prever los peligros, los riesgos que implica.

    Para los que no vivimos tan en la luna, el problema al menos parece no tan difcil, al menos de ser planteado, pero y para el gran pblico?: llegamos a las conclusiones del autor, a nuestros grandes flagelos: ms que la pobreza, la ignorancia y ms que la miseria (agregara yo) el caigetismo. Eso de tranquilopa, no pasa nada, vamos a procurar, jae ichup. Mentiras. Para qu cambiar, instruirse, pensar? No hacer olas, parece seguir siendo la consigna de la hora, el momento.

    El consumo de drogas peligrosas, y sobre todo la cocaina, extensamente estudiada en este trabajo, es un problema universal. Cabe preguntarse, qu busca el mundo hoy en da con esta consumicin masiva de estimulantes, y sobre todo por qu?, por qu?. Obvian preguntas como: qu somos? qu queremos?, hacia dnde vamos?, y todo eso sirve o servir para algo? Caemos en un reclamo de todo drogadicto: denme una razn, una causa para vivir. Y a quin toca, a quin reclamar?

    La droga, adems de ser aventura y prohibicin, da gusto y en el fondo, a pesar de todo, es lo ms cmodo, lo ms fcil. Peligroso, ms que latente: patente, para una sociedad como una sociedad como la nuestra donde las escala de valoraciones est trastocada, acomodada, alterada o directamente no existe. Esa maldita frase de que en nuestro pas nadie gana ni pierde reputacin, lastimosamente sigue siendo verdad. El mrito, el esfuerzo y sobre todo nuestra competitividad internacional no pasan de ser mitos, fantasmas groseros, grotescos: y en esto, o sea para lo peor, seguimos abusando de las ventajas del aislacionismo.

    Lo primero es conocer, saber e informar: esta es la preocupacin primera y principal de Hugo. Y s, por algo, alguna vez tendremos que comenzar, no sea despus el edificio caiga sobre nuestra pequea humanidad porque no le pusimos cimientos. Y despus habr que formar a la gente, a los hijos y a los padres al respecto. Coincido con el autor en que lo primero es desterrar el miedo y la represin; eso de que mir que si te drogas te pego. Con eso no fuimos ni vamos a ir ningn lado.

    Despus tendr que venir, mal que bien, cierta sabidura al respecto y que cada quin se vea con su cuerpito. Tambin coincido con Hugo con eso de que drogarse es bsicamente un problema individual y que cada uno tendr que saber qu y por qu lo

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    hace. y la sociedad, y el trfico y los grandes negociados? Eso dejmosle a los polticos. Y la seduccin? Seores: estamos casi en el siglo 21, dejmosnos pues ya de macanas!, con eso de ser siempre los desvalidos, los pobrecitos; y con esa moral o poltica hipcrita (coincido una vez ms con mi amigo), perseguir a los comunistas, a los putos, a los drogadictos, a los degenerados, etc., etc. Aunque no querramos darnos cuenta y mal que nos pese, somos o somos considerados (que a la postre es lo mismo) como grandes, como adultos; y puesto es esa ley de jungla (que no son benvolas a las leyes del juego en el mundo actual) cada cual tiene que defenderse como puede, y lo que propone Hugo no me parece mal: primero rompamos la ignorancia.

    Somos un pas? A veces hay tantas cosas, tantas falencias que nos tientan a pensar de que an no hemos llegado. Puede ser. De todos modos nos seguiremos jodiendo con tanto caigetismo, tanta anticulturalidad inconsistente, con tanta ignorancia. Algn da tendremos que emprender siquiera un mnimo vuelo para romper la cscara de nuestras ignorancias. Este libro apunta a un punto clave, difcil, doloroso? La inocencia, la inocentada, no nos valdr, no servir para exculparnos una vez que estemos (y bien que ya lo estamos) bien jodidos. Y como lo demuestra cabalmente su autor, el tema drogas no es moco de pavo; para enfrentarlas hay que estar preparado, preparados filosficamente, y a los paraguayos es justamente eso lo que nos falta: lectura, ideas, criterios.

    Operaciones o razones para vivir? Mal que bien, creo que la cultura es y ha sido siempre (y sobre todo el arte) una de las opciones que puedan apuntalar nuestro vivir. Pero para llegar a ello hay que pelarse el culo o quemarse las cejas. Esfuerzo? Y caemos otra vez en la fcil, el cortocircuito del que habla Hugo Duarte hacia la muerte ya o antes o pronto o no me importa La vida es elegir y/o saber elegir, por la sencilla razn de que nos dar el cuero para hacerlo todo. Hay que estar en tema, elegirlo y si se puede ser uno el lector y no a la (vice?) inversa.

    Disiento con los optimistas, y de entre ellos tambin con el autor del libro, en esa su afirmacin de que es necesario-imprescindible para poder seguir (sobre) viviendo, el tener ilusiones, esperanzas. Yo, modestamente y sin hacer escptico, creo ms en los hechos concretos, en la accin (hubiera podido ser un buen poltico?), en los recursos y en los valores. El resto es oropel que cae con el primer soplo. Dira con el psicoanlisis que no es drogadicto cualquiera, que no llega a ser drogadicto quien quiere sino quien puede. Y a esa cuenta van las generaciones anteriores, la educacin y el soporte cultural que pueda agenciarse cada uno. Por eso tal vez la culpa, la sensacin de culpa familiar y social que produce.

    Vicios, qu es, qu son los vicios? Exageracin, sensualismo, desidia, toxicidad tal vez? Los seres humanos (lo ensea le psicoanlisis y lo repiten los grandes poetas de todos los tiempos) es-somos seres bsicamente desquiciados, desmedidos, lcidos descastados? Y es por eso del doloroso? camino del aprendizaje. Si hasta a comer, a coger, a convivir, a todo tenemos que aprender! Y si, pero no hay otra, siempre fue as, y el hacerse-hacernos los otarios no mejorar el problema, la situacin.

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    No slo nuestro pas sino el mundo todo vive en esta poca, un perodo, una era de vacuidad, y creo arriesgo que a eso se le puede deber la gran divulgacin masificacin del fenmeno droga, que debe incluir no solamente a las sustancias qumicas supuestamente peligrosas para nuestro cuerpo. Tambin TV y mentiras, para no ir ms lejos.

    Drograrse significa buscar la muerte, como afirma su autor en el libro?, habra que verlo. Matarse, de cualquier modo es una opcin valiente, aunque la valenta a lo mejor no es de entre las virtudes humanas, la ms deseable. Pero de todos modos, est visto tambin en el texto, que el suicidio no es precisamente la variante buscada por los drogadictos. Y la muerte si se d, como en el caso de Lul, aparece ms bien por error; como los accidentes de trnsito con el alcohol.

    Y creo que ya es ms que suficiente. Como vern, el tema entusiasma, toca las fibras ms hondas de nuestra humanidad?, y uno corre el riesgo de alargarse de perderse, enviciarse?, salirse de la medida; pero no, mi misin era escribir, escribirle un prlogo a mi amigo Hugo, un prlogo jodido pero tentador para un libro sobre drogas en paraguay; pero as es la vida, unos piden y otros dan, y as seguimos-seguiremos girando y girando hasta nunca acabar?. Espero haber cumplido cabalmente con mi misin, pues creo (una vez ms con el autor) que para eso estamos o fuimos puestos en esta vida.

    Jorge Kanese

    Asuncin, julio / 89

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    RECORRIENDO ESTA HISTORIA

    Es la educacin consumista el primer elemento agravante: el principal creador del consumo de drogas en la sociedad.

    Cuando el material estuvo listo para entrara en imprenta me volv a mirara al espejo: Qu pasar cuando este engendro salga a luz?

    Bien, estoy a prueba, y en esta sociedad prejuiciosa donde todo el mundo busaca lavarse las manos, puede que me sealen con el dedo. Me cerrarn las puertas pero es posible tambin que otros se den cuenta qu es lo que quise y quiero en relacin con este tema. Merece cualquier sacrificio, cualquier riesgo, que nos ensuciemos las manos y con las mangas de la camisa recogidas puedo decir que la forma en que concibo el compromiso con mi sociedad es darle a ella parte de mi y sin querer pecar de mrtir ni de melodramtico ofrezco este trabajo y espero por lo menos que aquel desconocido, que puede estar a mi lado, o al suyo, pueda aprovecharlo

    Cuando descubr que mi posicin era una mentira

    Claro, como toda persona normal, para mi hasta el ao 1980 la droga era un tab. Todo aquel que afirmaba que no era esa la verdad, para mi era drogadicto, un ser enajenado que era en principio enemigo de la sociedad y por consiguiente yo tena que salvarlo ya.

    Hoy sentado frente a estas hojas en blanco puedo decir que he aprendido muchsimos de todos ellos, de la vida de la gente que anda o anduvo en eso. Estuve en diferentes lugares del mundo, conoc mucha gente. Vi que la realidad no era, no es fcil, no habitamos el mundo solamente los buenos y los malos: todos ramos tan buenos o tan malos como la vida nos iba permitiendo y entre lo bueno y lo malo tambin estaba lo feo y lo lindo y en el debatir entre lo uno y lo otro he visto bastante y luego escrito esto, que a continuacin les presento y que se refiere a mi experiencia sobre las drogas peligrosas en Asuncin.

    Con el devenir, he llegado a la conclusin que primeramente tena que referirme a lo ms usado en Asuncin, y por consiguiente me refiero aqu, principalmente al consumo de marihuana y cocana. Existen desde luego otras drogas en uso, por un lado las permitidas, por otro las rarezas, y tambin las que son historia, estn las drogas que nos alienan, las que nos deprimen, las que nos distraen, stas tambin son una realidad diaria, hay que contar adems las que son manejadas sobre todo por mdicos y siquiatras.

    Pero cre que era conveniente destacar que lo ms importante que podra aportar con esta obra, era el testimonio real de mi experiencia, que confo pueda servir como un aporte til para cualquier persona, para la gente de la calle, para el padre o la madre que no tuvo antes quizs la posibilidad de acceder a este tema, y que sin embargo se ha vuelto, junto con el progreso, un asunto de importancia trascendental para el cotidiano vivir dentro de nuestro mundo actual.

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    Podremos notar que la ignorancia, el miedo y los prejuicios nos hacen frgiles al consumo de drogas.

    Veremos en este trabajo, una descripcin de las caractersticas del consumo de la Cannabis y de la Cocana, as como algunos detalles que hacen al mundo de los consumidores y al hecho mismo en s.

    Pero lo ms significativo es la forma con que est conceptualizada (hoy por hoy en nuestra sociedad) la cuestin global. Es decir que si bien se puede asimilar un conjunto de informacin tambin se podra disponer de una serie de conceptos que tienden a la aclaracin de los POR QU y los CMO del consumo de elementos nocivos para la salud y sus diferentes caractersticas.

    Es importante tambin la aclaracin que brinda nuestro trabajo al dejar al desnudo que la realidad de nuestro medio se caracteriza por la total falta de informacin en relacin con el tema droga.

    Pocos saben qu productos se consumen y de ellos cules son nocivos.

    Pocos saben cules son sus efectos y caractersticas.

    Para la mayora de la gente la droga es un tab.

    En general todos por accin u omisin estimulamos al consumo de drogas.

    Ninguno ha conseguido hasta hoy una respuesta vlida a los diferentes cuestionamientos del problema en s.

    A pesar, sin embargo, de todas estas consideraciones cada uno de nosotros cree engaosamente que sabe todo al respecto y ello no nos permite mirar la realidad objetivamente.

    Aparentemente la cartula del expediente DROGA en el concepto de cada uno lleva como subttulo el preconcepto LA DROGA ES MALA BASTA CON UN NO como si furamos animalitos o robotitos yanquis.

    Debo y quiero agradecer otra vez todos aquellos que durante estos ltimos diez ao me han apoyado, tolerado, bancado y por sobre todo comprendido. Ms de un loco se ver aqu retratado y quizs puedan an recordar alguna zapada con Paqui, diminutivo de paquidermo, mi marcante entre los locos.

    En fin, en la esperanza de ser comprendido les dejo este material, que pretende ser, antes que nada, una toque de alerta a la estupidez del medio que cree, sigue creyendo, en las mentiras del prejuicio y la ignorancia, caractersticas tan nuestras como el pan de cada da, ignorancia que de no corregirse, lamentablemente seguir mantenindose en el ms profundo agujero, representado por nuestro alto ndice de subdesarrollo, no solamente econmico, sino tambin cultural y poltico.

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    Captulo 1

    Ms all del miedo, el final del camino

    LULU, EL FRANCES

    Lul ya haba pasado por todos aquellos momentos increbles para el resto. El ya haba vivido los caminos comunes de la supervivencia. Aquella noche era suya. Una vez ms como tantas se senta inmerso en la locura del sueo de tener al alcance de la mano ese momento especial de significa llegar al mximo, al sumum.

    Y cual es la diferencia, Lul?

    Los das de verano en Asuncin se vuelven cada vez ms pesados, la lluvia ausente nos deja e merced del calor agobiante que nos presiona desde todos los costados, a travs de todos los poros y sentidos. En su departamento todo est calmo. Su mujer, un raro espcimen de hembra y de pecado conjugados con el verbo de la locura, estaba tirada al lado del equipo de msica curtiendo un balada inentendible que contaba la ausencia del amor y la prdida del placer de tener a dos almas confundidas. Lul en la ventana, mirando pasar platos voladores encendidos de luces y abajo la calle, la realidad enviciando el ambiente con los autos tocando sus bocinas en la esquina.

    Aquella tarde descubri, una vez ms, que el sueo de volar lejos del mundo estaba en sus manos, le record quizs ese momento en que hace muchos aos, all en Marsella, lleg a su casa y encontr a toda la familia compungida alrededor del lecho de su padre enfermo. El llegaba del colegio, lleno de vida, mientras en su casa sta se iba lentamente, casi imperceptiblemente. Dejando se su padre nada ms que un recuerdo. Record que eran las siete de la noche fue larga y sintise solitario, lejos del mundo y de la penosa realidad. Pero, hoy, ahora, qu lejos y qu cerca estaba de su padre!, lejos porque haban pasado tantos aos y a tanta distancia, y cerca porque l, Lul, tena en sus manos la posibilidad de estar en ese mismo momento junto a l.

    La jeringa era la misma siempre, la blanca una compaera que cumpla fielmente los preceptos necesarios para ser la mejor amiga.

    Un pico, medio gramo, el acceso a la felicidad total. Graciela tumbada en la alfombra, con los ojos duros mirando el techo se dio cuenta, a pesar de todo, que Lul se estaba yendo: medio gramo ms, la cuchara, el agua, la jeringa y chau: se estaba yendo. Y los miembros se le tensaron y ella que se acerca para el auxilio y l que empuja contra la ventana, el vidrio que se rompe y la puerta corrediza que est abierta, el balcn y l que se golpea contra la pared y grita en xtasis.

    Pero qu pasa que el corazn me sale por la boca, que mis piernas se endurecen, que mis recuerdos me estiran y que el balcn me espera. No aguanto ms, esto se est yendo. Me estoy yendo. Y la vida de Lul se va mientras Graciela se queda, un pedazo de camisa en las manos, la espalda cortada de vidrios y Lul volando hacia esa ansiada eternidad que significa la muerte, all abajo en plena calle, suspendiendo la circulacin de los autos.

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    As empieza esta historia tan conocida por algunos y tan desconocidas por otros. El camino para llegar a los por qu, el camino para llegar a los cmo, cundo y con quin, a veces es el mismo pero las ms de las veces es variado. De Principio la cosa viene con quin. Cuando se cree que el camino aparentemente no es tan peligroso, entonces se va abriendo la puerta para entrar en ese mundo especialmente ajeno, de exclusiva propiedad de algunos, quienes temerariamente han decidido hacerlo parte suya.

    Y en ese mundo qu encontramos? Encontramos por ejemplo que tanto aqu como en cualquier lugar, los actores estn diversamente motivados para su mantenimiento en ese mundo. Existen aquellos, quienes utilizan la experiencia para alejarse de la realidad. Estn quienes la usan para volar: sienten y se dan cuenta. Estn los enfermos. Estamos todos implicados de alguna manera. Lo estamos desde el momento en que el consumo de productos que pueden alterar el fsico, el sentido y la conciencia son, muchos de ellos, aceptados por nosotros y por todos como algo normal: el alcohol, el caf, las aspirinas, el cigarrillo, el juego, la televisin, el ftbol, la poltica, son algunos de los productos que consiguen separar al hombre de la realidad en muchos de sus aspectos. Pero no nos engaemos, aunque todos esos productos fueran prohibidos, el hombre igualmente recurrira a ellos a fin de hacer que su bsqueda de la muerte llegue a su fin.

    Pero, por qu una afirmacin tan tajante. Pues es simple, dos Valium por da, una cerveza cada noche o TV durante el poco tiempo que tengo para pensar, o un whisky para festejar, o el ftbol o la mentira, o cualquier cosa, son elementos que nos acercan siempre (o nos alejan) del otro lado de nosotros mismos. Cada uno de nosotros lo nico que busca es el fin del camino, es eso, el final, el punto ltimo. Puede ser que tomemos vehculos los diferentes, porque en principio parecemos todos diferentes, pero en esencia, el fin es siempre el ltimo puerto y eso lo sabemos todos: la muerte, y eso no tiene remedio: es as.

    Una realidad

    En el cine, en la TV, en los libros, revistas y peridicos del mundo local y exterior se ven una serie de situaciones presentadas a nosotros como si no fueran de aqu pero si de all,

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    allende las fronteras, sin embargo no es as: En Asuncin todo es tan igual a Londres, New York o Miami, respetando las distancias.

    En Asuncin corren las drogas peligrosas de todas la calidades (o casi; no he visto evidencias de herona por ejemplo, aunque eso no quiere decir que sea utilizada) Y qu quiero decir con esto? Bien, quiero decir con esto, que por ejemplo la marihuana, la que si bien no se ofrece an en los colegios como vemos en las series de TV, es un producto de consumo cotidiano entre una variada gama de personas que pblica o privadamente hace de ella un elemento a veces importante y otras veces ms o menos importante en sus vidas. Pero Qu sabemos de ellas? Quin sabe de ellas? Acaso los padres de familia, los profesores, los maestros, la gente comn sabe cules son sus caractersticas? Sabe acaso alguna de estas personas cmo est alguien que consume marihuana? Qu caractersticas fsicas presenta?, eso no es de pblico conocimiento y no alcanza con afirmar que drogarse es malo o que la droga es mala. No es de pblico conocimiento, lo que afirmo porque lo he comprobado entre mucha gente, de diferente clase, en diferentes momentos. En estos aos solamente una vez (quizs dos veces) alguno me dijo: pero qu olor a macoa tiene tu alcohol! y an as, la respuesta tajante, lo que pasa es que es tabaco holands mezclado con hierbas y huele as, mir

    Y as, das convivimos con consumidores normales de la hierba maldita, como la llaman en los diarios.

    Aparate que no sabemos en general cmo acta, cmo y en que qu afecta la marihuana o cualquier otra droga al consumidor, pocos tienen idea real de cmo, en qu, para qu, por qu: poca gente tiene alguna mnima informacin en su programa mental El nico principio es: la droga es mala. La bibliografa a disposicin aqu, no podemos afirmar que sea vasta. A parte de que leer no est precisamente dentro de las actividades cotidianas, ni siquiera casuales del paraguayo. No obstante, aunque usted no lo crea, quienes ms informados e ilustrado estn son los propios consumidores, quienes acosados por la insistente presin de la sociedad contra las drogas peligrosas buscan a veces insistentemente informacin para ir cotejando sus experiencias con lo afirmado por la literatura que consiguen.

    Se consumen en Asuncin muchas clases de drogas

    Pero, acaso se consume en Asuncin solamente marihuana? No, aqu se consumen anfetaminas, depresivos, cocana, hongos, cafena, cigarrillos, alcohol y mentiras; y volvemos a las mismas preguntas: Saben el padre, la madre, los profesores, las maestras cmo actan cada uno de estos elementos?

    Cmo es cada uno de estos consumidores. Cmo se mueven, cul es el tope, en qu hacen mal o bien estas drogas? Para qu sirven? LA DROGA ES MALA, es la nica afirmacin. No, esto no es as de sencillo, parece as porque realmente nadie cree, nadie se imagina que a su lado est un potencial consumidor de alguna de las prohibidsimas drogas dainas o de las no prohibidas pero tambin destructivas drogas socialmente permitidas.

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    Objetivos

    Siempre entre estas generalidades quiero ir dndole sentido a mis afirmaciones, tratando de enfocarlas hacia la bsqueda de una visin general: qu drogas se consumen, cmo son, quin consume, por qu, cmo se distribuye, cunto cuesta, qu efectos produce, qu efectos se ve que produce, cmo llega el hbito, cmo se podra hacer para el uso y abuso de las drogas cause menos estragos

    La historia

    La principio, recorrer el mundo de las drogas peligrosas fue para m nada ms que una ocasin, un pretexto, que significaba un elemento ms para definir mi supuesta diferencia del resto. Pero cuando estuve adentro, cuando es realidad empez a permitirme conocer a fondo su composicin, recin entonces comenc a encararla con otras miras y desde diferentes puntos de vista.

    En lo que se refiere a este trabajo, el primer escollo est en que en Asuncin todo el mundo ya lo sabe todo. Nadie puede aportar nada. Y no hablamos de la gente que por casualidad estuvo alguna vez en el exterior o que tuvo algn trato con alguna familia con problemas relacionados con las drogas: esto supuestamente- le da dar, derecho a decir que sabe cul es el problema y que cosa es as o asado, prejuiciando de punta a prtigo, alejndose sin medida de la realidad. Lo mismo ocurre tambin generalmente con los familiares de drogadictos o ex-drogadictos, los cuales se convierten en abanderados de la lucha anti-droga cerrando toda posibilidad de conversacin o conclusin real cobre el tema.

    Y son esas afirmaciones, originadas en diferentes grupos opinantes, condicionados por su diferente condicin cultural, las que tenemos que poner en consideracin cautelosamente antes de procesar los diferentes puntos de vista de la gente que se refiere a este conflictivo tema.

    Sin embargo, el prejuicio, literalmente entendido, es el elemento ms comn en la conceptualizacin de los asuntos que hacen a l vida humana. Consider por ello fundamental, para el tema al que me refiero, conocer y manejar el material en cuestin y no convertirme en un hablador ms. Me reafirmo ente el prejuicio afirmado que para manejar una cuestin es imprescindible eso, manejarla y para ello es fundamental primero no temerla. Sabemos que una bala disparada a quemarropa en el lugar adecuado mata, pero podemos deducir que si sta no llega al lugar adecuado puedo no matar.

    Creo por consiguiente que con este criterio deben manejarse las cuestiones que en este escrito nos ataen.

    Se dicen muchas cosas

    La droga constituye un estilo se vida difcil de romper. No obstante los imposibles no existen y dependen del tipo de droga, as como la posibilidad del individuo de dejar de relacionarse con el medio que frecuenta para que ste pueda o no desprenderse del habito o la drogadiccin.

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    En este escrito se compilan una serie de apreciaciones sobre el consumo de drogas. La compilacin abarcar conceptos vertidos en forma general y particular buscando alguna propuesta positiva.

    Las conclusiones sern personales. Las particularidades de nuestra Asuncin, hacen que su realidad pueda ser, las ms de las veces, especial. An as su similitud con el resto del mundo, es notable. Se puede decir desde luego que existe un trmino medio de caractersticas en comparacin con los ejemplos del resto del mundo.

    Cuando gente que no conoce realmente el tema opina, hace que los consumidores y/o supuestos adictos tomen a modo de burla los esfuerzos por una lucha en contra de la droga. Por consiguiente consiguen en efecto negativo. El sensacionalismo y los prejuicios no funcionan. Todo consumidor de droga generalmente entiende perfectamente lo que ocurre. Lo que pasa es que no sabe cmo desligarse de sus costumbres (si es que quiere no puede), por consiguiente sus actitudes tienden a ser muy variadas. De hecho, sin embargo, en general se pueden encasillar ciertos comportamientos, pero ninguno pude decirse que es precisamente la forma de ser de un drogadicto. En muchos casos el clich del drogadicto es un mito.

    Este escrito pretende aclara conceptos y hacer llegar un verdad no manejada por la gente que se est ocupando del problema a nivel nacional, o por lo menos esa gente no deja de ver que lo entiende, pues sus opiniones a mi criterio son las ms de las veces equivocas. (Por ejemplo los videos sobre drogadiccin, donde el criterio primario es atemorizar mostrando cuadros de resultados que no necesariamente coinciden con la realidad).

    No se puede pretender que cualquier supuesto ex-adicto dicte clase sobre drogadiccin o dependencia. Estos testimonios deben ser utilizados en privado como parte de un dossier. No cualquiera puede hablar en pblico de su experiencia. Los mensajes de la gente comn a los adictos deben estar mejor planeados.

    Tampoco se pueden hacer decir cosas a cualquiera. El consumidor de drogas conoce bastante el tema y en las primeras treinta palabras, como ya ocurri, se cae en total contradiccin con la realidad. No es cierto que un cigarrillo de marihuana equivale a trescientos cigarrillos de tabaco.

    No se puede pretender manejar a la gente a travs del miedo como lo hacen ciertas organizaciones y sectas religiosas, principalmente las venidas del norte. En cuanto a los mensajes dirigidos a prevenir, es fundamental evitar que el sujeto objeto de la prevencin piense que lo que se le sta advirtiendo es mentira. Si por casualidad tiene acceso a alguna situacin en la que se est consumiendo droga (cualquiera) podr pensar que no es tan mala como la pintan, esto a causa de las exageraciones e inexactitudes a las que se recurren para atemorizar en las campaas. Imagnese a una persona que est consumiendo un cigarrillo de marihuana y el sujeto que no conoce lo ve y se da cuenta de lo que est haciendo: inmediatamente se dar cuenta que este cigarrillo no est causando, el efecto de 300 cigarrillos o tabaco.

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    Tanto mdicos como psiquiatras, profesores o padres de familia deberan hacer un examen de conciencia antes de hablar o afirmar en pblico cosas que no conocen suficientemente.

    Existen muchos mitos sobre las diferentes drogas, pero ojo, cada una es diferente. En general los mitos son solo eso, mitos. No sirven para considerar seriamente la realidad.

    No se deben utilizar elementos emocionales para orientar un problema que tiene cuestiones qumicas y por consiguientes cientficas de por medio. El problema de la droga no debe plantearse solamente como un problema moral de la sociedad porque no lo es. Actualmente la sociedad crece de asidero moral para considerar cosa alguna. La droga no es problema moral porque en principio no se refiere a la tica, no siempre el consumidor de droga es en otros aspectos de su conducta un amoral o un inmoral. El problema de la droga es un problema que tiene que ver solamente con cada persona y su mundo personal. En principio deben plantearse las bsquedas se solucin en cada persona. En Asuncin la droga no est envuelta en los problemas de la moral. Asuncin es mucho ms amoral en muchas de sus otras cuestiones.

    Por qu las drogas peligrosas como tema

    El criterio que prim para que ocupara de las drogas como tema de estudio fue la preocupacin. La preocupacin hizo que me ocupara. Cuando estuve adentro vi que fcilmente el asunto droga podra destruir y destrua a mucha gente. Not que el problema principal y fundamental era la desinformacin de muchos de los consumidores y sobre todo de aquellos que haban llegado a una situacin peligrosa. Me di cuenta que en principio, tanto aqu como en el resto del mundo el problema de la droga arranca de la dbil educacin o preparacin de que dispone el individuo. El cual adems generalmente es un joven. Cuando el individuo afectado por este problema es un nio (generalmente se da en adictos a disolventes y cola), ste con mayor razn est inerme ante la situacin. Mi primera y fundamental educacin (aunque desde luego no slo ma) es que se necesario abocarse a la bsqueda de una educacin libertadora, que estimule el inters y la capacidad de crecer desde el punto de vista humano y cultural.

    En los pases desarrollados los mayores consumidores de drogas nacen de los estratos ms pobres de la sociedad, los cuales son siempre en esos pases los sectores menos instruidos.

    Por eso debemos saber cuales son los alcances de cada droga, que no todas son iguales, y que la realidad en definitiva no debe ser eludida sino enfrentada y para ello debemos contar con los elementos para sobrevivir en este mundo.

    Cada individuo debe disponer de los elementos necesarios para sobrevivir, qu comer, cmo vivir, cmo amar, cmo relacionarse, cmo y en qu pasar el tiempo, disponer de los medios para ello, cmo encontrar la felicidad, o a lo sumo cmo buscarla.

    Si miramos la historia de la humanidad, sta ha consumido droga desde siempre y justamente qu se destaca del pasado?, se estaca eso: la ignorancia, la desinformacin, la falta de alternativas y posibilidades.

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    Pero insistiendo an ms podemos mirar hacia el oriente y aqu s que la ignorancia demuestra ser la madre de esta realidad llamada droga.

    Sin los elementos anteriormente citados, los jvenes pueden ser en cualquier momento presas de problema y como se ver no hace falta droga prohibidas, pues para ello alcanza el alcohol, la poltica de gua, la dejadez, la mentira, la TV, o el ftbol

    Si, de hecho, las cosas ya estn planteadas as, la droga, la qumica, crece en campo frtil. El hombre siempre est esperando que llegue algo que le ayude, que supuestamente le d la ayuda o la fuerza o el medio necesario para enfrentar la dura realidad.

    Y como no existen realmente medios vlidos que otorguen al joven las herramientas necesarias para enfrentar la vida, no queda otra. La general ausencia de medios para enfrentar con xito la vida es el primer escollo que debemos derribar para poder decir que no a cualquier elemento que podamos concientemente denominar como droga.

    Por lo general el problema de la droga en nuestro medio no acarrea una cuestin delictiva, con perjuicio de la propiedad ajena especficamente (por ejemplo adictos que roban para poder conseguir medios para poder drogarse). Esto ocurre aparentemente en lugares donde la droga que circula es de caractersticas tales que crea fuerte dependencia fsica y no solamente psquica como las que usualmente se consumen en Asuncin.

    A pesar de que no quise ver qu est haciendo especficamente la gente que est en la lucha antidroga antes de terminar este trabajo, (y ojo que lo hago aclarndolo antes); quiero prejuiciar que, a la vista de las experiencias, poco de lo que han hecho o pretenden hacer podr conseguir un buen resultado. Lo afirmo porque despus de haber conocido el sub-mundo de la droga en Asuncin, puedo asegurar sin dudas, que lo que hacen o hicieron, como lo haba advertido antes, causa hilaridad.

    Todos somos igualmente responsables

    Mucha de la gente que conoc en ltimos aos viviendo la experiencia de la droga sabe lo que se hace, cmo y cundo. Lo notable sobre todo es que, en muchos casos, es gente de gran notoriedad pblica, xito profesional y social. Sin embargo a veces nos toca escuchar a la gente normal, que consuetudinariamente se droga con alcohol, mentiras y sueos, apuntando con el dedo a otro, sin conocer realmente qu est pasando y ms, sobre todo, engandose en la idea de que fumar, alcoholizarse, tomar caf, aspirinas, o dejarse engaa, es diferente a cualquier otro alterador del organismo que modifica sus funciones (de la definicin de la OMS sobre las drogas).

    Cabe aclarar que por regla elemental de supervivencia, en momento alguno dar nombres reales ni har alusin a personas ni a instituciones ligadas directa o indirectamente con este asunto. S aclaro que dicha informacin existe y es comprobable fcilmente por cualquiera que tuviese inters en averiguarlo.

    En nuestro pas todo es fcil de saber. Sin embargo creo que el problema no es una cuestin en la que culpa la tiene precisamente los otros, en el sentido de que cualquier

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    manera trafique quien trafique- siempre estar a disposicin de quien quiera cualquier tipo de droga, tanto aqu como en cualquier parte del mundo.

    La finalidad ltima de este escrito es buscar que el gran pblico tenga acceso a una realidad que es de todos los das y que segn como se la mire no es, necesariamente, dramtica si se toman medidas adecuadas para que no nos afecten personalmente. Quiero decir con esto que pretendo atar cabos para que luego podamos guiar a quienes consideramos nos necesitan o dependen de nosotros, para que cuando se presente el caso estemos debidamente informados.

    Adelanto que no pretendo dictar ctedra desde los puntos de vista ni mdicos, ni morales, sino solamente transmitir experiencias, las cuales, aunque matizadas por alguna otra emocin fuerte, puedo afirmar que fueron llevaderas. Tambin es importante tener en cuenta que no estar en este escrito todo lo que uno debe saber. Pretendo, sin embargo, ser lo ms completo y claro posible a fin de brindar una informacin introductoria adecuada, y concientizante desde un punto de vista comprometido con la libertad.

    Quiero estacar que si tuviera que definir por qu debe ser manejado el problema de la droga, definitivamente me inclinara a afirmar que la prdida ms importante del hombre ante la droga es la prdida de la libertad. La prdida de su libertad en el sentido de que cualquier droga generalmente le obliga a dejar de ser humano para convertirse en un cazador que diariamente saldr en bsqueda de algo que no lleva a ningn lugar ms que hacia la muerte. Pero no hace falta morir, simplemente esta actitud de cazador es la muerte misma, porque con ella se pierde la posibilidad de ser y uno se convierte en alguien que quiere ser pero no tiene tiempo, porque se pasa la vida cazando, buscando esa mentira que mientras la busque no lo dejar vivir.

    Definir la bsqueda que lleva el consumo de drogas es una tarea relativamente fcil mirada desde el punto de vista formal. Es decir que es fcil definir o casi notar que algunos que algunos de los consumidores est motivado por su necesidad de evasin, pero no se puede sin embargo generalizar.

    En el Paraguay los estmulos son varios, por un lado las costumbres, la publicidad o en contraposicin la falta total de informacin. Por otro lado estn las cuestiones que hacen que individuo busque alguna forma de evasin: el desempleo. Los problemas econmicos, los problemas familiares, los hogares inhspitos, la total falta de alternativas polticas, culturales o artsticas. Algunas de estas otras desazones que nos impulsan y allanan la bsqueda del camino hacia las drogas, las que nos harn sentir mejor ms fcilmente, se es el promisorio resultado que nos impulsar hacia ellas.

    A mi criterio cabe destacar que las tres primeras razones son las ms comunes en nuestra sociedad, ya que cuando existen las otras que son existenciales, las primeras se convierten en casuales: Existieron desde siempre: las costumbres, la publicidad y la desinformacin son simplemente realidades que apoyarn el conflicto de turno para que el individuo caiga en el camino de las drogas peligrosas.

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    El comienzo

    Si bien el consumo de tabaco se desprende a veces de la necesidad que tiene el joven de definirse cuando est pasando de una edad a otra, ste generalmente (el tabaco) se queda en el hbito cotidiano de la persona que con el tiempo se siente adems estimulada por el consumo general y masivo de la sociedad, pues el tabaco se consume libremente en las fiestas, colegios, oficinas o en los momentos de necesidad de concentracin.

    Podemos definir varias clases de fumadores, tenemos aquellos que fuman porque el resto fuma, entonces lo hace ocasionalmente, tenemos a quienes fuman porque ya su cuerpo les pide un cigarrillo como parte de su respiracin cotidiana, tenemos por otra parte a quienes fuman deleitndose y pueden disfrutar del tabaco. Pero esto no importa, en lneas generales el tabaco aunque muy destructivo para la salud y la economa del consumidor es una droga socialmente permitida, su consumo altamente estimulado y sus efectos pueden causar tarde o temprano la muerte.

    En el caso del alcohol, ste tambin es libremente consumido lo que significa que no existe prohibicin para que el hombre se destruya pblicamente. El alcohol es una droga que tradicionalmente se consume en pblico, en grupo y en conjunto, a modo de estimulo para ambientar una celebracin social, familiar, de trabajo, etc., ante la presencia irrestricta y cotidiana de menores y jvenes.

    Podemos entonces concluir que si las drogas como el tabaco y el alcohol son consumibles libremente conociendo sus efectos negativos para la salud humana, en las grabaciones de las conductas de los nios y jvenes quedar necesariamente claro que aunque estas drogas permitidas oficialmente destruyen, igual son consumibles y ms: se estimula su consumo a toda voz.

    Bien, habiendo considerados estos aspectos del consumo de agentes nocivos, veremos que el hombre se convierte necesariamente en un potencial aspirante a conocer sin prejuicios otros productos que tambin daan el cuerpo y la salud, pero no importa. Por ello vuelvo a repetir que todos somos igualmente culpables, aunque la culpa reconocida no exonere de nada a nadie.

    Pero todo esto es harto conocido, el tema es definir por qu el aspirante a consumidor da el primer paso. Esto cae de maduro al notar nosotros que a un poso podemos disponer de muchos elementos que puedan darnos aparentemente ms bienestar que las drogas permitidas y efectivamente as se d

    El primer acto

    En alguna fiesta, algn paseo, en una reunin, surge la posibilidad de probar el fruto prohibido, y lo vemos y nos tienta y vemos a primera vista que los mismos no causan aparentemente ningn efecto que pudiramos llamar peligroso. Y ah est! Viene la primera vez!

    Con qu empezar: marihuana, cocana, anfetamina, barbitricos, da lo mismo. Es asunto es romper la barrera. Ms all del miedo.

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    En lo desconocido bajo mundo del consumo de drogas en Asuncin, los locos forman como una hermandad que habla el mismo idioma, siente las misma cosas, las mismas frustraciones. Todo, y no hay atisbo de cambio, no existe en la sociedad otra posibilidad que ofrezca una alternativa diferente. En el momento de consumo de cualquiera de estos productos las ms de las veces prevalece un ambiente especial en que se est compartiendo un nivel de relacin diferente al cotidiano, se est zapando muchas veces es un momento en que los niveles de conversacin llegan a ser bastante profundos, quizs por el ambiente, quizs por la solemnidad o el rito que significa el acto de compartir un secreto. Por qu se destaca en esta descripcin? En esta descripcin se destaca la complicidad que busca cada uno. Cada uno quiere siempre tener la mayor cantidad de gente a su favor, quiere sentirse apoyado, quiere coincidir, quiere que lo comprendan: quiere que el mundo cambie y se d cuenta de que tambin l existe.

    La famosa disyuntiva entre el bien y el mal

    Ya lleg el primer acto. Y aqu qu pasa. Pasa que nuestra educacin no tiende, nunca tendi a prepara la conciencia crtica del joven para que ste pueda considerar su actividad sopesando conveniencia. Nos han dado a la mayora, una instruccin vertical, paternalista, que fija en nuestro proceder, no criterios sino advertencias que eviten la posibilidad de disyuntivas entre el bien y mal. Ni este ni aquel son esencialmente diferentes desde el momento en que son las circunstancias las que delimitan sus esenciales realidades: est mal fumar y alcoholizarse y sin embargo ambas actividades se ven desde la tierna infancia como situaciones permitidas y estimuladas, por lo tanto es bueno o malo? Qu pasa entonces cuando en la escuela uno escucha decir que drogarse es malo: fumar es malo, alcoholizarse es malo y sin embargo son estas actividades estimuladas irrestrictamente por todos los medio y por la realidad misma cotidianamente.

    La indefinicin de no decir que no o que si a las diferentes disyuntivas a las que el ser humano se enfrenta diariamente implica necesariamente esa posibilidad que significa poder sopesar; no decir que si o no de memoria en base a la grabacin dada por el mnimo nivel de nuestra educacin tanto cultural como familiar y religioso. Poder sopesar significa pensar en todas las posibilidades que existen a nuestro alcance para que nosotros personalmente elijamos sin las mentiras del bien y del mal qu es mejor o qu es peor pero porque nosotros lo decidimos.

    Las campaas intimidantes contra el consumo de estimulantes y barbitricos no estn realmente enfocadas hacia la consecucin del mejor resultad; no, estn enfocadas por la misma filosofa de la beneficiencia: te doy lo que sobra, lo que s (y realmente ni s, ni te doy). El mensaje: No te drogues. Es malo. Muchos jvenes y familias han sufrido porque consumen drogas. Todas estas son las demaggicas enseanzas que tienden en el fondo- hacia el mal.

    Hay que tomar conciencia que nuestra preparacin poco se preocupa por estimular nuestra conciencia crtica. En tanto no se pueda dar al hombre el elemento bsico para su toma de decisiones, ste estar a merced de la suerte que le toque cuando se encuentre

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    ante la disyuntiva del bien y el mal. La medida justa es la que debe darnos la posibilidad segura de poder vivir. Es igual comer tres platos de tallarines dos veces al da, o fumar una caja de cigarrillos, o tomar una cerveza, o mentir, o engaar todos los das, que consumir marihuana, cocana o barbitricos as, sin medida, sin necesidad, sin restriccin alguna.

    Tenemos necesariamente que ponernos a pensar en que todos nosotros somos partcipes sistemticos de la cotidiana realidad que viven los consumidores de drogas en Asuncin, as como que si no tomamos las medidas adecuadas, cualquiera de nuestros seres queridos pueda llegar fcilmente a la misma situacin, pues nada los diferenciar de aquellos que ya han cado, si es que las bases, las estructuras de conducta, no son modificadas con urgencia.

    Generalidades

    Como generalidades quera referir algunos conceptos relativos al consumo de las diversas sustancias que alteran nuestro organismo. Desde luego estas sustancias son usadas con diferentes fines, sin embargo, en lneas generales todas tienen el mismo proceso de circulacin dentro del organismo, adems de ser absorbidas tambin ms o menos de acuerdo a los mismos parmetros

    Tolerancia

    Con casi todas las sustancias que se usan para modificar las funciones buenas o malas de organismo, las dosis de la droga van creando un historia en el mismo y este comienza a acostumbrarse a su presencia, haciendo que las dosis originales vayan aumentndose a fin que se puedan mantener los niveles de efectos deseados originalmente. Es por consiguiente casi un hecho que el cuerpo al acostumbrase puede reaccionar de varias formas, por un lado necesitar ms, o por otro lado puede empezar a rechazar las drogas. Pero tambin, la droga en cuestin puede volverse un elemento imprescindible. Esto ltimo como ejemplo podra darse en el caso del alcohol que es una droga que se consume hasta que el cuerpo no pueda prescindir de l. Tambin podemos poner como ejemplo el caso de los cigarrillos por la nicotina o las sustancias llamadas opiceas que llegan a crear una fuerte dependencia. En todos estos casos es necesario proceder a un proceso de desacostumbramiento en caso de que uno quiera eliminar sus efectos.

    Dependencia

    Cuando el sistema metablico del individuo hace que la droga sea parte de si, son una necesidad cotidiana. En este caso el cuerpo le pide al individuo su determinada racin de droga y si sta no le es proporcionada al mismo, el cuerpo reacciona causando al individuo innumerables molestias tanto fsicas como sicosomticas.

    Debo recordar que todas estas lneas comentando estos temas son nada ms que aclaratorias desde mi punto de conocimiento profesional especfico sobre el asunto, no obstante, cotejando mi informacin fui deduciendo estos pocos principios que espero sean vlidos.

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    Toxicidad

    Por un lado debemos afirmar que no existe ninguna droga del todo inocua para el organismo. Al ser transportada cualquier droga por el torrente sanguneo, sta va depositndose en diferentes partes del mismo, con otros destinos y otros caminos finales. La droga que haba sido distribuida en todo el cuerpo, va causando una serie de alteraciones. Estos son llamados efectos secundarios tan mentados en las literaturas y prospectos mdicos adjuntos a cualquiera medicina que hayamos probado. Pero estos efectos secundarios pueden ser o no trascendentes, pueden existir un tiempo y luego desaparecer, o pueden no ser los nicos; cualquier droga que se une a otra, puede abrir la posibilidad de nuevos y nuevos efectos y esto quizs hasta el infinito o mejor dicho hasta el fin. Pongamos un caso claro, el caso de los barbitricos, los cuales son utilizados normalmente por su capacidad sedante o anticonvulsionante. Pero qu pasa cuando uno toma una dosis fuerte del mismo, como los casos sociales que se utilizan para la induccin hacia la desinhibicin o la euforia, entonces las ms de las veces se lo potencia con alcohol, y qu tenemos: en principio la posibilidad de una sobredosis, por s misma o porque el individuo drogado pierde la medida aumentando una u otra droga en un momento de euforia y

    Absorcin

    No hace falta aclarar que existen varias formas de absorber las drogas, pudiendo algunas disolverse en el fluido estomacal, luego ser llevadas al intestino y de all pasar al torrente sanguneo. Si la droga es lquida, su absorcin es ms rpida que si es en tabletas, comprimidos o cpsulas, pues su digestin es mucho ms rpida. Si la disolucin de la droga es defectuosa sta puede no ser absorbida y es entonces eliminada directamente por el recto.

    Otras drogas pueden llegar al organismo a travs del pulmn. Puede ser en forma de gases o en forma de polvo, absorbindose muy rpidamente. Es lgico suponer que las sustancias gaseosas son de mucho mayor posibilidad de absorcin. En el caso de las drogas en polvo por ejemplo especficamente el de la coca inhalada, cuando el consumidor tiene inflamadas las cavidades senoidales y las mucosas nasofaringeas entonces la droga no puede circular y llegar al punto deseado reducindose gran parte de su efecto. Este es un caso que se repite constantemente e induce al individuo a consumir ms buscando dicho efecto que no se da por las razones referidas.

    Distribucin de las drogas en el organismo

    La sangre distribuye las drogas en el organismo. Como ella circula por todo el mismo, va dejando algo en la sustancia trasportada por todo el cuerpo y al final generalmente un poco parte de la misma llega al lugar especfico de accin. Por ejemplo, s que las reacciones de antibiticos son siempre mayores a las que realmente utiliza el cuerpo para curar el mal atacado. Las drogas que son estimulantes del Sistema Nervioso Central llegan nada ms que una pequea parte (proporcional) al cerebro, no pudindose determinar en realidad la cantidad definitiva que absorber este lugar deseado, tampoco

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    puede determinarse con exactitud adnde ms ir a quedarse ni qu efectos posteriores reales tendrn.

    Desde estas circunstancias, es por consiguiente incorrecto suponer que inmediatamente todos los efectos de cada droga actuarn sobre el organismo. Se da el coso inclusive, de que los efectos de algunas drogas van siendo dados de a poco, a medida que sta va liberndose de sus accidentales paradas dentro del cuerpo, siempre y cuando no haya sido eliminada a travs de los intestinos o descompuestas por las funciones renales o hepticas, causando en estos casos otros especficos o no especificados efectos. Un caso tpico de efecto secundario y que dems nos demuestra el tipo de absorcin y el tiempo de distribucin es el caso de la aspirina, el cido acetilsaliclico; ste es un calmante, un anti inflamatorio, pero al diluirse causa notables efectos contra la mucosa gastrointestinal, efectos por todos conocidos como la acidez de estmago que es producida por el estmulo de la secrecin de cido clorhdrico en el estmago, efecto ste que se produce al ser disuelta la aspirina

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    Captulo II

    La Marihuana

    Generalidades

    En el submundo de Asuncin se ven muchas cosas. Pocos se darn cuenta que entre cada da que pasa se enciende una noche increble para mucha gente. Esa gente es aparentemente normal, convive con uno en el colegio, la universidad, el trabajo o las fiestas. Pocos se dan cuenta, a su lado est un consumidor de las muy promocionadas drogas peligrosas.

    Antes fue un fumador, luego alcohol, caf, luego mentiras y sueos. Cuando de repente un da las desilusiones que causa la cotidianidad de la vida presionando para sobrevivir hace que se busque algo ms. Un escape? Algunos se refugian en es sexo. Otros en el trabajo, otros en el alcohol, otros en la madorra. Pero algunos otros caminan un paso ms y a veces hasta por casualidad acceden al otro mundo, al espacio, a la libertad y se rebelan.

    Rebelados ya ante la exigencia de la aplastante carga social se encuentran con lo prohibido. Muchos empiezan con la marihuana o con las anfetaminas. Tambin pueden ser depresivos recetados por algn buen doctor, y luego de un largo caminar van asocindose a los privadsimos grupos de locos

    Los locos son aquellos quienes, ya al otro lado de la pared, estn concentrados en el disfrute de su magia.

    Entre ellos, existen desde luego muchos caracteres, van variando de acuerdo a su origen social y cultural. Su disfrute vara en proporcin a lo valores que manejan. La edad de los consumidores de marihuana es muy variable, lo cual tambin influye fundamentalmente en los tipos de efectos de la droga. Los grupos que comenzaron en lo 70, empezaron entre los 15 y los 16 aos ms o menos. Los posteriores, hasta el 83, empezaban un poco mayores. Hoy empiezan a cualquier edad. Resta aclarar que estoy refirindome a la generalidad y sobre todo al criterio que prima en el momento de la toma de decisin o enganche. Los locos empiezan en general alrededor de la edad referida y siguen hasta los cuarenta aos ms o menos. Desde luego algunos se alejan antes, otros siguen sin fanatizarse y otros nunca dejan la aficin. Esta referencia est dirigida especialmente hacia los consumidores de marihuana.

    Y a veces la cosa se da as: en algn momento se conoce a alguien que es diferente. Su vida privada tiene caractersticas especiales que van llamndonos la atencin, caractersticas especiales comparativamente hablando. Y entonces se da y en alguna privadsima reunin surge un petardo, un join. Es una ronda como la del terer en la cual de repente el novato se ve incluido. En la ronda se respeta seriamente el orden de la mano. El petardo es consumido de boca en boca hasta que se va, se acaba. Algn consumidor consume nada ms que tres o cuatro pitadas y luego pasa

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    Una suave sensacin nos abraza entonces. El tiempo se estaciona. Generalmente la conversacin se vuelve muy aguada, a veces remos. Est claro, estamos muy sensibles, estamos drogados.

    La primera vez produce varias clases de reacciones. He notado que en aquella gente con demasiadas expectativas con relacin al efecto, este efecto no aparece. Es como que la persona est demasiada ansiosa y esa hiperactividad lucha contra los efectos relajadores de la Cannabis Sativa. Otras veces hay arcadas y consecuentes vmitos. Oh desilusin! A algunos se les lengua la traba. Otros principiantes se quedarn profundamente dormidos. Una dosis grande sin embargo golpear siempre. Qu es grande? Ello depende exclusivamente de la calidad de la droga, aunque no obstante tiene algn peso el hecho de que el postulante a drogadicto tenga o no el estmago lleno.

    Pero sigamos con la ceremonia. El del grupo sigue disfrutando de la misma mientras el principiante es asistido por su gur. Entre conversacin y conversacin se enciende un tabaco y otro y otro, los cuales muchas veces tambin se comparten. Pasado un momento, entre 30 y 40 minutos, de acuerdo a la calidad, el gusto y la potencia del join, as como de la cantidad de consumidores, y sobre todo si hay ms, entonces se enciende otro.

    La comunicacin establecida en la zapada vara generalmente. Cada consumidor asume una personalidad especfica y especial que es caracterstica en l en cada ocasin. La imaginacin lanzada a volar comienza a ilimitar la realidad. Esta, convertida en un espejismo, se relaciona con la de cada uno de los comensales. La memoria trastroca los tiempos a veces y el humor es parte altamente activa de la atmsfera. Los efectos interrelacionados crean un tiempo muchas veces exquisito y no reproducible. Generalmente aumentan el bienestar y la euforia, la depresin, el bajn viene luego, cuando se acaba o cuando ya se lleg

    Los usuarios con experiencia consiguen un excelente control sobre sus facultades mentales y sicolgicas. La experiencia vivida me ha demostrado que los fumadores consuetudinarios, cuando an no han perdido tienen una medida definida al consumir. Es decir siempre hay alguien que llega a su tope y dice basta. Notable es el aumento de la creatividad, la intelectualidad y la sensualidad. Pero todas estas caractersticas son siempre fcilmente controlables. La msica generalmente es el marco del fondo que acompaa estas reuniones prohibidas. Ella es disfrutada de manera muy singular, pudiendo por ejemplo distinguirse el sonido casi como si se lo estuviera tocando. Muchas veces la imaginacin mezclada de la concurrencia se encima y consigue entrelazarse creando momentos rarsimos.

    Aquellos fumadores que han perdido son los que a causa de otras drogas generalmente, u otros abusos, han conseguido destruir qumicamente alguna parte importa de su cerebro (motriz, memoria, paranoia, agresividad, sueo profundo). Generalmente son adictos tambin a barbitricos, drogas tpicas recetadas indiscriminadamente por algunos siquiatras o clnicos. Aquellos que pudieron, no tienen medida alguna al consumir marihuana. Si el consumidor es un esquizofrnico, los efectos son an ms imprevisibles.

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    Si el momento de consumir se da en un vehculo, la zapada se convierte en un paseo alucinante en el que la imaginacin consigue desprenderse de la memoria y ocurre entonces por ejemplo que momentneamente el consumidor desconoce lugares que en circunstancias de vigilia son archiconocidos por el mismo. Por ejemplo parar en un semforo en la calle Cerro Cor y Tacuary y ver la calle que sigue, llena de rboles a los costados como si fuera otra ciudad. Si es de noche las luces de Asuncin se encendern brillantsimas derramando incontrolablemente su antiguo juego se ciudad feliz.

    El consumo de marihuana consigue en disfrute profundo y como aparentemente detiene el reloj, generalmente no se necesita mucho tiempo. As como por ejemplo, dos o tres horas que parecieron ms cumplirn este primer objetivo.

    En caso, por ejemplo, que el consumo se realice a solas, los efectos variarn de acuerdo a las motivaciones que brinde el medio:

    -En un automvil: Buen paseo.

    -En una fiesta de caretas : atraen las ganas de ver y mirar y disfrutar de las vanalidades de las reuniones sociales. No hablaremos realmente del hambre y la sed que si no son controlados pueden causar estragos.

    -En una cama solo: relaja y produce un excelente descanso.

    Sin embargo, a pesar de toda la anterior descripcin existen posibilidades de que toda esta tipologa se presente en forma completamente diferente.

    El los casos de que el consumidor sea muy joven y que no se haya liberado de las caracterstica personalidad de nio, esta puerta abierta hacia la imaginacin puede llevarlo hacia cualquier parte, pues no tendra asidero suficiente en su personalidad impber. Definitivamente si la Cannabis fuera consumida por un infante o adolescente muy joven, las caractersticas podran ser muy diferentes pues sus funciones squicas disfuncionaran crendosele situaciones incomprensibles que podran llevarlo hacia la total alucinacin, quizs hasta la locura.

    Tambin he notado que aquel consumidor que haya sido destruido por otro tipo de droga o por el abuso de la misma, puede reaccionar de manera muy variada, nunca previsible y generalmente muy difcil de controlar, pues generalmente su yo ya tiene rupturas que conflictuan con los dems estratos de su personalidad, crendole un shock imprevisible.

    Con la marihuana he notado que la personalidad sufre una modificacin que podra llamar de divisin del yo. Cuando uno de ellos siente concientemente que entra en una etapa irreal irrefrenable, desconectado, luchando con el yo conciente para llevarlo hacia el mundo imaginario, de no fcil acceso en condiciones de vigilia.

    En este momento he notado que si uno no cuenta con una slida personalidad, puede pasar cualquier cosa, pues el individuo puede perder el volante de su carruaje personal.

  • 27

    Habrn notado ustedes que durante todo el tiempo he insistido en que el equilibrio es fundamental pues la rotura temporaria de la realidad rescinde las obligaciones creadas por la moral, la religin o la sociedad, desprejuiciando al individuo. Como comparacin de acercamientos podra citar las diferentes caractersticas que producen los efectos del alcohol, por todos conocidos, aunque el alcohlico no es conciente de lo que hace y el consumidor de marihuana si

    Por otra parte, el consumo de la Cannabis en la cotidianeidad es ms delicado, pues para el caso de un empleado, este disminuira en gran medida su capacidad laboral y su falta de concentracin y memoria lo volveran incompetente.

    No vale tratar de convencer a nadie de la magnificencia o no de esta droga. Sin embargo considero importante transmitir parte de lo que vi a fin de cargar el bagaje de informacin que pongo s disposicin aqu. Personalmente, como yo lo haba anotado antes, creo que la bibliografa sobre el tema es bastante limitada y si no lo fuere, a la educacin de la familia paraguaya no se le han aproximado antecedentes a este respecto y adems sta nunca dispuso con facilidad de los mismos.

    Como se pudo haber notado en la descripcin general del momento del consumo como experiencia, no pretend llegar ms all del cuento, de la narracin del hecho visto desde un punto en que pretendo en todo momento ser imparcial. Esta es una compilacin de informaciones que pretender bsicamente ilustrar y no crear adiccin o antiadiccin.

    No entrar a detallar sin embargo las caractersticas mdicas ni la composicin qumica o la descripcin del camino, efectos y dems del THC en las venas, la droga de la hierba maldita; sin embargo tratar de contarles otros datos que puedan ser de inters para nosotros los no cientficos.

    Distribucin. Precios. Calidades.

    En Asuncin, la marihuana se distribuye prensada cuando es de primera mano, si no viene de cualquier forma, picada, desprensada para hacer bulto, con rama, sin rama, con tierra o sin ella. El tamao medio de un ladrillo o de un toco es de aproximadamente 5 cm de espesor, como un ladrillo comn, pero de ms o menos 55 x 22 cm. de superficie. Es decir 35 x 20 x 5 cm. El proveedor ocasional o el marchante (depender del caso), corta el ladrillo en tajadas aproximadamente una pulgada de espesor que viene a ser ms o menos como una rebanada de pan francs ancha, por dar un ejemplo a mano. Este corte se da cuando no hay escasez, si no los toquitos pueden ser de variadsimos tamaos.

    Influye tambin el hecho de que el trafic tenga o no dinero, vaya a viajar o no o haya consumido mucha de su mercanca. No se puede determinar exactamente cunto pesa un ladrillo pero estimo que alrededor de 900 gramos. Viene generalmente envuelto en polietileno negro con refuerzo de cinta adhesiva ancha de manera a hacerlo lo ms hermtico posible.

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    Su precio oscila entre los 50.000, 80.000 y 120.000 guaranes. La tajada, ya de un vendedor intermediario cuesta entre 10, 15 y 20 mil guaranes. En pocas de escasez un puo de grass despresado est alrededor de 10 y 20 mil guaranes.

    Como su olor es fuerte, se le transporta en polietileno, generalmente. Adems ello evita que se desperdicie.

    El producto viene compuesto de ramitas que prensadas conservan generalmente sus hojas y capullos, estos con sus respectivas semillas. Las plantas macho, que no dan flores, poseen menos cantidad de THC y producen efectos de menor fuerza.

    Existen varias calidades de hierba y ello depende del curado, a veces, o del tipo de la tierra en que crecieron, por ejemplo dicen que la marihuana marroqu es fabulosa. Cuando est ms fresca es ms aromtica, ms potente, ms rica y menos daina para la garganta. Su color vara entre verde oscuro y marrn, a veces rojizo, este color especialmente proviene de las flores o capullo. Estos son los ms codiciados, las hojas se llaman palla y no son muy queridas si vienen solas, pues se deduce que es de una planta macho o es el resto de un toco

    Las semillas y las ramas no se consumen y si se consumiese una o ms semillas es un join ello puede producir directamente dolor de cabeza, por lo menos, las ms de las veces, sin descartar la mayor irritacin de garganta. Algunos consumidores plantan las semillas en macetas y llegan a tener sus propias plantillas.

    Como haba dicho antes, el capullo es la verdad, pero generalmente se lo consume con palla.

    Tambin tenemos en Paraguay la cera o la bolita, que est fabricada con resina de la planta misma. Es notable la capacidad txica de este producto, lo que debe a la gran concentracin de THC que contiene. La cera, que yo creo que es lo mismo que el haschisch que se consume en Europa, se la consume con marihuana o con tabaco. Su potencia es mucho mayor que en cualquiera de sus otras formas.

    Una bola de cera cuesta entre 5 y 12 mil guaranes pero no es tan fcil de conseguir como en el caso de la marihuana.

    Vale la pena aclarar tambin que no todo consumidor la ha probado en Asuncin, quizs por esta misma razn.

    El trafic es el proveedor, la mano y tiene caractersticas diversas. Algunas veces son gente de dinero que nada ms se ocupan de proveer a gente amiga del mismo nivel.

    Este tipo de proveedor generalmente recibe un pedazo que ya tiene dueos fijos. El recibe directamente de su fuente que puede ser del interior del pas o a veces de la misma capital. Generalmente este servicio le sirve para costear su consumo personal, pues por su situacin econmica no necesita ms.

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    Existen taimen aquellos que tienen sus clientes fijos y que trayendo de las fuentes distribuyen el producto en pequeas cantidades que cuestan entre 5 mil y 20 mil guaranes por toco. Este personaje viaja en busca de hierba y a su vuelta va de visita, previa llamada, a cada uno de sus clientes que generalmente son fijos, como en el caso anterior, slo que sus volmenes de adquisicin son muchas ms pequeas. Este redistribuidor llegar a duplicar y hasta a cuadruplicar el valor de su inversin por las ventajas que da el menudeo, aunque desde luego su actividad es mucho ms riesgosa.

    Otros traficantes o proveedores son ms bien exportadores, teniendo su mercando allende de las fronteras. Este tipo de vendedor la mayora de los casos no comercia en Asuncin ni por casualidad.

    La relacin entre la mano y el comprador es de diferentes caractersticas, sin embargo casi siempre prima una cordial amistad afianzada por el secreto comn.

    Cuando el grass escasea, entonces las transacciones se vuelven ms difciles. Los interesados ansiosos por tener algo empiezan la bsqueda. Batallar es la consigna entonces, y los grupos de diferentes barrios de Asuncin empiezan a moverse para batallar en cualquier lugar. Se recurre entonces a cualquier posibilidad. Se busca en la memoria a las antiguas mano a gente que por diversas circunstancias se alej, a los proveedores de otras clases sociales, a los artistas de la desesperacin. Y cuando no hay, no hay y no queda otra cosa que esperar una prxima cosecha.

    Parece ser que la escasez nunca es general, pero obedece a que se cierran o no las rutas al interior por lluvia o que la mano est presa o est pirada, pero s existe una cosa segura, esta historia es ya definitivamente de nunca acabar.

    De repente, como quien no quiere la cosa ella, la hierba, vuelve a aparecer. En el telfono suena una voz conocida que dice: Hola fulano, te habla mengano, quiero saber hasta qu hora vas a estar porque te traje el traje verde, o la camisa de la esperanza, la siempre verde

    Procedimientos de preparacin

    Para el consumo se pican los capullos y pallas, limpindolos de semillas y de ramas. La cantidad de hierba a consumir que generalmente equivale a la misma cantidad de tabaco que lleva un cigarrillo comn corto, digamos como un negro sin filtro de nuestro mercado, aunque un poco ms fino.

    Luego del procedimiento de limpieza se la la droga en un papel de cigarrillos que se vaca de tabaco para ser posteriormente rellenado, en este ltimo caso se puede fumar el petardo con filtro.

    En el caso de la cera un bolita sirve infinidad de veces porque es una bola de ms o menos un centmetro de dimetro y se la va picando o derritiendo para su consumo en pequeas porciones y se la mezcla con tabaco, o con la marihuana misma. Generalmente en Asuncin se consume la hierba en forma de cigarrillos (petardo, petard, join), sin

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    embargo tambin se usan pipas. Existen pipas especiales que generalmente son ms chicas que las comunes.

    El tiempo de efecto puede variar notablemente, pero va desde 20 minutos a 3 horas, dependiendo eso del estmulo interior o exterior. Para algunos la comida o el agua sirven como paliativo del efecto de la droga en cuestin. A veces hasta lo corta definitivamente. Es posible sin embargo lograr con el alcohol que la embriaguez aumente considerablemente, aunque eso no ocurra siempre.

    Caractersticas del fumador

    El consumidor de marihuana se distingue difcilmente en su estado de vigilia de cualquier persona no consumidora. Ni siquiera se puede afirmar que en la actualidad se vista o maneje de manera diferente al resto. En las dcadas anteriores podase afirmar que eran los hippies o sus continuadores los ejemplares ms definidos. Sin embargo hoy el consumo de marihuana, por lo menos en Asuncin, no se podra encasillar entre gente de aquel o de este grupo. Trabajadores, empleados, artistas, estudiantes, intelectuales, madres, padres e hijos de actividad completamente formal forman parte de la legin de amantes del fumo sino simplemente sealar que es difcil distinguir a quienes estn en el tema.

    Sin embargo, y aqu viene lo que puede ser til, si uno ve una persona que est bajo los efectos de la Cannabis, en ella se podrn notar algunas caracterstica tpicas como por ejemplo: ojos rojo, labios secos, mucha sed, a veces pierde el hielo de lo que conversa. Se mueve ms lentamente, pierde ms fcilmente la nocin del tiempo, est contento y no hay ms, nada ms, nada ms. Pero qu pasa? Todas estas caractersticas son fciles de encontrar en cualquier persona. Creo que lo nico en el consumidor de hierba que pueda llamar fcilmente la atencin es el olor a la misma que queda impregnado en su ropa y huele ms o menos como el Pachol; los ojos rojos, rojsimos, a veces tambin son notables, no obstante este efecto se disimula fcilmente usando cualquier colirio de efecto vasoconstrictor, droga que suele ser constante compaa del consumidor de grass.

    Efectos

    Voy a tratar de citar algunas caractersticas que sobresale de entre todos los efectos notados durante la experiencia con las Cannabis, refirindose desde luego a los efectos en la personalidad y las reacciones fsicas, no a sus cuestiones qumicas o mdicas.

    Relajacin, buenas sensaciones, cuerpo liviano, despreocupacin, desinhibicin, gran sensibilidad acstica y ptica, sueo, tacto ms excitante, erotismo, lapsus de memoria, el tiempo se alarga, apetito exagerado, sed, pensamiento lcido, taquicardia. Pero lo ms destacable es la agudizacin notable de la sensibilidad.

    De todos estos afectos fijmonos que pocos podemos considerarlos peligrosos, partiendo de la base que somos capaces de dominar nuestra responsabilidad y que el consumo de la hierba no logra anular sin uno no quiere, la voluntad.

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    Lo que si podramos considerar como peligroso es el estado de dejadez en que se puede caer en caso de que el consumo sea crnico, esto aparte desde luego del riesgo de cncer pulmonar (como con el tabaco), contagio por promiscuidad, o por compartir cigarrillos, vasos y amistades.

    Sin embargo estos riegos son prcticamente los mismos para los que consumen alcohol y tabaco, drogas socialmente permitidas.

    La toxicidad de la Cannabis es entonces bastante relativa o de poca trascendencia. La dependencia es squica, nunca fsica. Hasta hoy no se ha probado ningn efecto especialmente negativo, a pesar que bajo la presidencia de Reagan se ha editado una serie de literaturas referidas a la marihuana como hierba mortal y otras inexactitudes.

    Comentarios

    Quiero en principio considerar que dados los aportes anteriormente detallados, las conclusiones deben ser de cada uno. Si yo tendiera a sugerir qu hacer a favor o en contra, estara tomando posiciones y ello ira en contra de la libertad que se debe tener cada uno de elegir por si solo su camino. De lo nico que puedo s estar seguro es que si bien la marihuana no puede llevar a un mundo especial, nuestro mundo, el permitido no pretende ningn tipo de alternativa razonable que justifique ninguna afirmacin sugerente a favor de si mismo y en contra de la hierba

    Si nosotros los seres civilizados estamos sistemticamente estimulados hacia el consumo de drogas que realmente hacen mal, con qu bases morales debemos determinar que tal o cual cosa puede o debe hacerse. Deberamos asumir de una buena vez que la libertad del hombre debe ser inalienable. Debemos permitimos luchar contra ese tremendo dictador que tenemos dentro de nosotros mismos porque as nos inculcaron. Debemos buscar la salida y ofrecer alternativas que hasta la actualidad no hay, o al menos son insuficientes para contrarrestar esta realidad.

    Qu es la Coca

    No voy a buscar el detalle histrico ni su caractersticas fsica, pues es de pblico conocimiento que la cocana se utiliza, conoce y comercia como un polvo blanco (!) que se extrae de la planta de la Coca. Se sabe que desde tiempos inmemorables los habitantes de lo que ahora es conocido como el Altiplano utilizan la Coca (sus hojas) como estimulante y excelente paliativo contra su pobreza, hambre y fro.

    Quiero aqu repetir que hay en la literatura universal y tambin en otras formas de comunicacin muchas experiencias y informaciones personales como las de Huxley o Freud, referidas a la coca y a muchas otras drogas. Pero yo lo afirm, ese material no est al alcance de todo el pblico interesado, por eso quiero contar, quiero contar ms bien que la cocana es s un polvo blanco que estimula notablemente el intelecto. Quiero

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    contar que no puede calcularse siquiera cunto dinero necesita el consumidor para utilizarla toda las veces que le desee. Quiero contar que es destructiva, porque el individuo adepto a sus bondades pierde absolutamente la confianza en s mismo si no tiene una lneas guardadas en la manga para enfrentarse a la vida y ste es el tema.

    Resulta mucho ms fcil enfrentar la vida con un refuerzo de fantasa en el bolsillo que le asegure al luchador algo as como un cargador extra de seguro resultado ante cualquier adversidad. Pero eso no es todo con la coca, como la dependencia no es fsica, aparentemente no es peligrosa, el consumidor no se da cuenta que de apoco va cayendo en una situacin mucho ms delicada quizs. Si, el hombre es hombre porque es diferente al resto de los seres vivos, cul es su diferencia fundamental? La diferencia es justamente la de poder razonar, rer y soar libremente.

    Y que tiene que ver la cocana con ello? Pues simplemente sta logra inhibir esa caractersticas fundamental en el hombre que es la libertad ese poder razonar, rer o soar libremente.

    A veces, o casi siempre, pasa que el hombre cree que a travs de la droga, encontrar el escape anhelado y no sabe que ser justamente ella, la droga, la que terminar por destruir la poca posibilidad que le quedaba justo hasta ese momento en que se decide a tomarla como salvavidas. Y si su idea no fue la escapar de la realidad, ello no importa porque al final el resultado ser el mismo: dejar de ser libre. Lo nico real de su resultado es que acorta, la mayora de las veces, el camino hacia el fin.

    Consumo

    Hoy la consume en Asuncin muy variado tipo de gente; jvenes se dejan llevar por la agradable sensacin de Speed, si rpidos, un paso ms adelante que el resto.

    Todo los estratos de nuestra sociedad tiene sus representantes en el mercado consumidor de la cocana.

    Como toda nueva experiencia, algn personaje en algn momento de nuestra vida ve que fulano tiene una puertita abierta a la aventura y en esa puertita golpea y ofrece de regalo una muestra, noms para que sepa cmo es. Y la cosa viene fcil: como no gozar de una sensacin tan agradable! Cada prueba siempre puede conseguir un nuevo adepto. No puedo aventurarme a decir cual es el personaje, pero puedo asegurar que es suficientemente alto como para que nos preocupemos y ocupemos del asunto.

    Y aquel que cay en la tentacin puede ser su hijo Cuntas veces estn sus allegados en condicin suficientemente capaz de poder limitar el uso, dirigir el uso o negarse al uso? No siempre. Como lo afirmaba antes, la gente tendr que tener una preparacin lo suficientemente firme para poder sopesar qu le conviene o qu no le conviene. Qu es malo y qu es bueno? Porque, tambin lo afirm antes, histricamente nuestra sociedad nos grab mensajes ms o menos de la siguiente tnica:

    - El alcohol es una droga mala que destruye al hombre, a la familia, a la sociedad, a todo, pero bbalo, es el gusto paraguayo Festejamos los mejores momentos

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    con una copa de El viejo sabor Entre este hombre y usted hay un diferencia La bebida de dos colores No se conforme con menos Gooool, festejamos con

    - El tabaco es una droga que destruye Prohibido fumar El cirujano general advierte que el tabaco es nocivo para la salud, pero fume usted lo mejor El placer de fumar Si fuma tendr mujeres bellas, dinero, autos Fume! Pierda su vida y lo premiamos con A mi me gustar fumar Hay 250 razones para fumar Fume y lo tendr todo Yo soy un deportista, ganador y le recomiendo que fume

    - El caf es malo para la salud, pero comience el da con el mejor caf El tpico gusto del caf El mejor estmulo para despus de la cena

    - Vlium, una pastilla antes de acostarse, otra al levantarse y as sucesivamente. Cuando usted se vuelva estpido vuelva a m y le dar la prxima vez s, algo ms fuerte y no hay drama

    Pero esto es nada ms que una muestra, porque tambin

    - Exporte, Paraguay debe exponer para salir adelante y tener divisas sanas, pero cuando usted quiera cobrar su esfuerzo, el dlar se lo pagaremos 30% ms bajo de lo que usted paga para vivir. Hgale otro descuento al Estado

    Y as podremos ver miles de ejemplos en la vida cotidiana, en casi todos los campos de nuestro quehacer; entonces es bueno? es bueno o malo consumir cocana? me conviene o no? qu hacer? Cmo cree usted que va a reaccionar su hijo o sea quien fuere ante la clara ventaja que a la vista emerge despus de probar una muestra bien servida de cualquier droga y que adems como la mayora de las primeras veces es gratis, o a lo sumo casi gratis.

    Entonces la cuestin no est en que sencillamente la cuestin se puede decir que el pobre diablo que supuestamente nos preocupa se contente con que le digamos que ante las drogas basta un NO, porque nadie podr mantenerse infranqueable y dir siempre NO, adems hay otra caracterstica especial del hombre y esto es ya sin embargo concerniente a muchos seres vivos, me refiero a la curiosidad.

    Antes estas evidencias no hace que especifique y quin consume cocana en Asuncin; en Asuncin; en Asuncin consume cocana mucho ms gente de lo que uno se puede imaginar. El miedo, en cualquier momento y dependiendo de las variadas circunstancias desaparece y es en ese momento que la puerta est abierta para conocer lo que est ah, al otro lado de la pared, la cual no es una pared, sino simplemente un prejuicio que no tiene que no tiene base suficiente para sobrevivir: Esta pared que est tapando al mundo mgico, prohibido, deber enfrentarse por lo tanto a dos importantes y definitivos enemigos: la ignorancia y la curiosidad. Y si esto no fuere suficiente, tendrn que enfrentarse a la aventura, actividad que desarrolla el hombre con bastante delicadeza.

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    Denme una razn para vivir Esta es la cuestin que el hombre tiene que tener en claro en el momento en que el mal golpee su puerta. Denme una razn para vivir Es la respuesta a cualquier pregunta que pretenda descubrir el camino correcto hacia la comprensin del mundo de las drogas. Esta frase es la esencia de la filosofa que cualquier adicto no plantea. Quin la vende Qu compromiso!... La cocana en Asuncin la vende cualquiera. Pero afirmar por experiencia que la vende en variado tipo de gente, de muy variadas esferas. Habr quizs hasta unos 200 proveedores sin contar los causales con los que se vuelven incontables. Cuntos, 1.000, 2.000? Uno no sabe, si quiere saber quines son, saberlos implicara muchas cosas y esas cosas para nosotros que no somos inquisidores, ni tampoco miembros de la cruzada antidroga y menos an policas, no nos incumben. No nos incumben porque no podramos enfrentar es responsabilidad. Las fuerzas no alcanzaran para apuntar con el dedo y decir que ste o aqul son agentes del narcotrfico. Adems, generalmente tratamos siempre de saber lo justo porque si no, implicara encubrimientos o complicidad. Ellos llegan s travs del telfono y el mensaje es fcil: la fiesta est preparada, queres anotarte en la lista?cuntas invitaciones queres?. Y as sobre este tema es mejor no seguir, pero est seguro, justo donde usted menos espera hay un tipo que hace mucho tiempo le est por ofrecer el mundo fantstico de la coca. Calidades La coca en circulacin varia notablemente de calidad, pudindose notar varias clases de mezcla, as como su muy variada procedencia. Est la la ms blanca que parece maicena, la amarillita que se sabe es fuerte, la oscura que se dicen la fabrican en Pedro Juan, la rosadita que pega pega como ninguna. Yo no puedo saber cul es ms pura, pero s se puede sentir tanto efectos diferentes como calidades hubiera, as como es diferente la duracin de los mismos con cada una de ellas. Alguien produce la mercadera, podr ser Bolivia, Colombia, Pedro Juan, yo no se ni me importa, el hecho que ella llega a Asuncin de alguna manera. Tampoco s con qu pureza llega, es decir si su porcentaje de calidad tiene ste o aqul valor. Ahora bien, esta mercadera de desconocido origen generalmente es mezclada por los distribuidores con diferentes clases y calidades de aditivos, hecho conocido en el ambiente como engordar o cortar la mercadera. Entre estos aditivos, aparentemente los ms usados son el cido brico, el bicarbonato de sodio, la sal de frutas, el azcar impalpable. Tambin se usa geniol, aspirinas, sal de anfetaminas, etc. No pretendo con est descripcin limitar los elementos usados en las mezclas, si embargo puedo asegurar que he notado variada y seguidamente estos componentes en la mercaderas que pas por mis manos. Las presencias son variadas, dicen que vine de Peter (Pedro Juan Caballero), sin embargo los orgenes reales pueden ser muy distintos, desde el centro de brasil o de Bolivia o de Colombiadicen que la mejor calidad viene de este ltimo pas.

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    La mezcla con que eventualmente esta cortada la mercadera hace que los efectos de la mima sean variados tanto desde el punto de vista de la duracin como del impacto que causa en el organismo. Los efectos caractersticas de la merca mezclada son por ejemplo la inmediata corredera de nariz, lo que se va produciendo seguidamente despus de la inhalacin. Entre otras caractersticas tenemos la irritacin de garganta, el amargo en la boca, o el dulzn en caso de que tenga azcar. Precio Un gramo de coca cuesta al ltimo consumidor entre 10.000 y 20.000 guaranes, dependiendo esto de muchos factores como ser: -quien la est vendiendo -su procedencia -cuantos intermediarios hay de por medio -si hay o no en plaza (Esto tambin se refiere en lo que a calidad se refiere) Sin embargo el factor ms importante es la balanza: si esta pesada a la vista, la merca cuesta generalmente entre 13 y 15.000 guaranes y si no esta pasada a la vista, se entrega a ojo, entonces ya no se puede determinar su precio por que aunque cobre el distribuidor 10 o 12.000 guaranes, el comprador no sabe cuanta cantidad esta adquiriendo. Adems en definitiva no le importa. Esto quiere decir que cuando la mercadera ya esta ah, cuando la tranza ya esta prcticamente hecha, el consumidor no le importa estos detalles, primando el hecho mismo en s de tener la blanca en ese momento. Dentro de las considerancias del precio quiero obtener ensayar una idea sobre el promedio del consumo, de acuerdo al tipo de consumidor. El consumidor accidental o el medido generalmente consume de 3 a 5 gramos por semana, es decir prcticamente esta cantidad es una buena medida. Aquellos consumidores agudos y los crnicos, los que generalmente adems se las arreglan para distribuir, si no son gente de dinero sobre todo, llegaran a consumir todo lo que tengan a mano, no importando resultados ni efectos en el trabajo o cualquier otro compromiso. Podramos decir por consiguiente que consumir fcilmente de 3 a 15 gramos por da, pues pueden hacerlo 24 horas seguidas (porque la coca saca el sueo) e inclusive varios das seguidos hasta que se acabe la merca. Esto ocurre bastante seguido con la gente que se pica pues el pico pide siempre uno ms, siempre uno ms, hasta el final. El consumidor que quiere y tiene el dinero, pero que no consigue merca cuando la consigue, consume todo lo que llega, generalmente de seguido y sin ahorro. De cualquier manera, quien haya conocido la blanca no pude predecir de buenas a primeras ni definirse por cantidades determinadas por que generalmente es in dominable. En los casos de consumo agudo y crnico, el poder dominar el deseo de consumir todo y hasta el final es imposible. A diferencia de la Cannabis, la coca induce a fuerte consumo, consumirhasta que muera .