ECUADOR Debate - FLACSOANDES4 Slavoj Zizek, Mirando de sesgo, Paidós, Buenos Aires, 2000, p. 263. 5...

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ECUADOR Debate CONSEJO EDITORIAL José Sánchez-Parga, Alberto Acosta, José Laso Ribadeneira, Simón Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga, Fredy Rivera Vélez, Marco Romero. Director: Francisco Rhon Dávila. Director Ejecutivo del CAAP Primer Director: José Sánchez Parga. 1982-1991 Editor: Hernán Ibarra Crespo Asistente General: Margarita Guachamín REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALES Publicación periódica que aparece tres veces al año. Los artículos y estudios impresos son canalizados a través de la Dirección y de los miembros del Consejo Editorial. Las opiniones, comentarios y análisis expresados en nuestras páginas son de exclusiva responsabilidad de quien los suscribe y no, necesariamente, de ECUADOR DEBATE. © ECUADOR DEBATE. CENTRO ANDINO DE ACCION POPULAR Se autoriza la reproducción total y parcial de nuestra información, siempre y cuando se cite expresamente como fuente a ECUADOR DEBATE. SUSCRIPCIONES Valor anual, tres números: EXTERIOR: US$ 45 ECUADOR: US$ 15,50 EJEMPLAR SUELTO: EXTERIOR US$. 15 EJEMPLAR SUELTO: ECUADOR US$ 5,50 ECUADOR DEBATE Apartado Aéreo 17-15-173B, Quito-Ecuador Telf: 2522763 . Fax: (5932) 2568452 E-mail: [email protected] Redacción: Diego Martín de Utreras 733 y Selva Alegre, Quito. PORTADA PuntoyMagenta DIAGRAMACION Martha Vinueza IMPRESION AlbazulOffset I ISSN-1012-1498 I Qcaap

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ECUADOR

Debate CONSEJO EDITORIAL José Sánchez-Parga, Alberto Acosta, José Laso Ribadeneira, Simón Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga, Fredy Rivera Vélez, Marco Romero.

Director: Francisco Rhon Dávila. Director Ejecutivo del CAAP Primer Director: José Sánchez Parga. 1982-1991 Editor: Hernán Ibarra Crespo Asistente General: Margarita Guachamín

REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALES Publicación periódica que aparece tres veces al año. Los artículos y estudios impresos son canalizados a través de la Dirección y de los miembros del Consejo Editorial. Las opiniones, comentarios y análisis expresados en nuestras páginas son de exclusiva responsabilidad de quien los suscribe y no, necesariamente, de ECUADOR DEBATE. © ECUADOR DEBATE. CENTRO ANDINO DE ACCION POPULAR Se autoriza la reproducción total y parcial de nuestra información, siempre y cuando se cite expresamente como fuente a ECUADOR DEBATE.

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ECUADORDEBATE 77Quito-Ecuador, Agosto del 2009

PRESENTACION / 3-5

COYUNTURA

Diálogo sobre coyuntura: tensiones y conflictos en la gestión gubernamental / 7-24Conflictividad socio-política Marzo - Junio 2009 / 25-34

TEMA CENTRAL

El pensamiento crítico contra el poder de los discursos / 35-56José Sánchez PargaDesvanecimiento y (re) construcción del pensamiento crítico / 57-82Alejandro MoreanoSobre la reconstitución del pensamiento crítico / 83-106Franz J. HinkelammertLa crisis como método en René Zavaleta Mercado / 107-124Luis H. Antezana J.Ciudadanía y biopoder (las sugerencias de Andrés Guerrero) / 125-138Rafael Polo BonillaAgustín Cueva y la historicidad perdida / 139-148Carlos Rojas Reyes

DEBATE AGRARIO

Los agrocarburantes o la agroenergía / 149-172François HoutartDiversidad de las estrategias campesinas en la provincia del Azuay: un punto de vista geográfico / 173-184Nasser Rebaï

ANÁLISIS

Los indígenas y la Revolución Ciudadana. Rupturas y alianzas en Cotacachi y Otavalo / 185-218Rickard Lalander

RESEÑAS

Desarrollo Rural y neoliberalismo. Ecuador desde una perspectiva comparativa / Liisa North y John Cameron / 219-222por Manuel ChiribogaLa Revolución política durante la época de la Independencia. El Reino de Quito 1808-1822 / Jaime E. Rodríguez / 223-228por Galaxis BorjaEl cine de la marginalidad. Realismo sucio y violencia urbana / Christian León / 229-230por Galo Alfredo Torres

I. El desvanecimiento del pensamientocrítico-revolucionario

a caída del Muro de Berlín másque el inicio fue la coronaciónde un proceso, tanto político

como teórico e ideológico, que veníafraguándose desde los 80 del siglo pasa-do. En ese proceso hubo toda una seriede conceptos –totalidad, contradicción,sistema de contradicciones, clases,lucha de clases, dominación, capital,trabajo, teoría del valor, plusvalía…-que fueron desapareciendo casi imper-

ceptiblemente del horizonte teórico.¿Ruptura epistemológica? ¿Mutación delcampo teórico por nuevas relaciones depoder? Habría que pensar y explorar elestatuto epistemológico de esa figura dela desaparición de todo un campo teóri-co y su sustitución por otro, sin lamediación de una guerra de posicionesde la magnitud planteada. Sin dudahubo escaramuzas, refriegas, reyertas,incluso batallas, pero no una guerra entoda la profundidad que significaba unarevolución teórica, un cambio tal deparadigmas.1

Desvanecimiento y (re) construcción del pensamiento crítico*

Alejandro Moreano

Tras la caída del muro de Berlín ocurrió un fuerte cuestionamiento a los conceptos teóricossobre la sociedad capitalista provenientes de la tradición marxista. El fracaso del neoliberalis-mo anuncia el regreso de conceptos que parecían sepultados. Sin embargo, la decadencia delImperio y la degradación del pensamiento hegemónico abren el horizonte de posibilidad parala emergencia de un nuevo pensamiento que se reconstituirá nutriéndose de las perspectivasprovenientes de los movimientos sociales.

L

* Una primera versión del presente texto fue presentada en el Foro de las Américas, 2004, en la mesa titu-lada “Reconstrucción del pensamiento crítico”. Esta nueva versión tiene varias modificaciones, pro-ducto sobre todo de nuevos acontecimientos como la caída de la bolsa de New York.

1 La guerra, además, nunca se llevó de frente sino de costado, basándose en infiltraciones, emboscadas,asaltos. Las primeras de esas batallas fueron libradas en el terreno que pretendían socavar, a partir deuna de sus figuras más insignes: Gramsci. Una variante de la estratagema del caballo de Troya: hábilestácticos, pusieron a Gramsci primero contra Lenin y luego contra Gramsci mismo… Las más fueronlibradas contra el “perdedor” que se inventaron los “ganadores”: un marxismo de los mil y un reduc-cionismo, al cual le construyeron las categorías, conceptos y tesis necesarias para “deconstruirlo” conextrema facilidad.

En el marco de esa guerra no decla-rada y no consumada, la caída del Murode Berlín vino a constituirse en la garan-tía de verdad del supuesto fracaso delmarxismo y del pensamiento crítico, ydel consecuente cambio de paradig-mas.2 En el mismo terreno, el procesoiniciado en Seattle, y la crisis del pro-yecto neoliberal y del modelo de poderimperial centrado en la hegemonía nor-teamericana, se está convirtiendo en lacontra garantía cuyo clímax ha sido elfracaso de la invasión a Irak, la caída dela Bolsa de New York y la crisis actual.Buena parte de aquellos paradigmasolvidados comienzan a retornar y entraren crisis aquellos que los sustituyeron.Efecto, ambos ámbitos ideológicos yteóricos, de batallas políticas y relacio-nes de fuerza, esperan aun el cimientoteórico de sus derrotas, muertes y resu-rrecciones…

Quizá lo más sorprendente de ladesaparición del campo teórico delpensamiento crítico fue la invisibiliza-ción de ciertas categorías, “realidades”,visibles antes, como Estado, capital,imperialismo, producción, trabajado-res, burguesía..., categorías objetivasque no conllevan, en rigor, ningunacarga valorativa.

Una de las determinaciones de losprocesos históricos sobre el conoci-miento se da en la apertura de uncampo de visibilidad para la construc-ción de las categorías de pensamiento.3

En la historia de las ideas de las últi-mas décadas asistimos a la supresióndel horizonte de visibilidad de talescategorías. No solo devinieron en con-ceptos-tabú, lo que implicó un ejercicioconciente de represión, sino que desa-parecieron literalmente de la mirada ydel lenguaje. Lo sorprendente es quenunca como antes, tales categoríastuvieron tan enorme gravitación en lahistoria.

Ahora, en cambio, emergen congran visibilidad haciendo prever unnuevo cambio de paradigmas…

Indagar las razones, causas y decur-so de esa desaparición y de su (re)emer-gencia actual es uno de los objetivos delpresente texto.

Muerte y resurrección

“En la medida en que estos efectossuponen la progresiva socialización de“la política” y la expansión de lo “políti-co” sobre el territorio societal, el sentidodel proceso en su conjunto prefigura, enel límite y en clave no economicista, lo

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El debate se llevó además en el terreno de las “ciencias sociales”, esto es en el de la positividad de lascategorías ligadas a la positividad de lo real. Más, el marxismo es la “crítica de la economía política”,la negación absoluta y permanente de las categorías positivas. En rigor, el debate de la sociología conel marxismo es casi imposible porque son dos terrenos inencontrables

2 La denominación de cambio de paradigmas para caracterizar tanto el viraje teórico-político de los 80-90 como el momento actual es bastante problemático. Tal vez, más correcto, sea el de hablar de uncambio teórico-político.

3 Así, por ejemplo, la liberación, con el capitalismo, de la fuerza de trabajo de las destrezas artesanalesy la posibilidad del libre flujo de una rama a otra de la producción social, abrió el horizonte de visibi-lidad para la germinación de los conceptos de trabajo concreto y trabajo abstracto y de la teoría delvalor, piedra angular de la crítica marxista del capital.

que Marx y Engels pensaron como laabolición-disolución de la forma Estado,o cuando menos una cierta “des-formalización” de éste a través de reab-sorción de ámbitos de decisión dentrode la sociedad”.

Benjamín Arditi: “Expansividad de losocial, recodificación de lo político” en“Imágenes desconocidas”.

“liberada de la dimensión superyoica”

En su crítica a las propuestas deRichard Rorty sobre ironía y solidaridad,Slavoj Zizek señala el “punto débil de lautopía liberal de Rorty: presupone laposibilidad de una ley social universalsin ninguna mancha patológica degoce, es decir, liberada de la dimensiónsuperyoica”4

Rorty postula una solidaridad frentea “las pequeñas cosas en torno a lascuales centran sus fantasías los indivi-duos o las comunidades”5. Es decir,funda su utopía en la libertad de auto-creación de los hombres en los espaciosprivados, salvaguardados por una esferapública neutra. Zizek cuestiona esa tesispues “el dominio de la ley pública estéimpregnada de una dimensión obscenade goce privado: para la presión queejerce sobre el sujeto, la ley públicaextrae su energía del mismo goce que leretira a ese sujeto, al actuar como agen-cia de la prohibición. En la teoría psico-analítica, esta ley obscena tiene un

nombre preciso: es el superyo”6. Esaidentificación entre el superyo y elorden jurídico es, por supuesto, asimila-ble a todo el Estado –“sociedad políti-ca”, aparato de Estado, y “sociedadcivil” como sus “momentos”-. La ma-quinaria burocrático-militar es tambiénuna máquina obscena7.

Zizek es uno de los pocos teóricosactuales que, luego de algunos zigza-gueos y fugas, ha tornado a nombrar loinnombrable8. En la casi totalidad detales teóricos, dominación, contradic-ción, poder estatal, capitalismo soncategorías tabú. Si nos atenemos al psi-coanálisis, en ese olvido se expresa elsíntoma: se trata sin duda de un olvidosintomático. La desaparición de la cate-goría de dominación –y de la de anta-gonismo, consustancial a la mismaencarnada en el poder estatal-, no fueuna empresa directa de reconstrucciónteórica sino de censura y supresión. Deolvido. Un olvido que tiene ya una largahistoria.

Hacia finales de los 70 y en la déca-da de los 80 se desarrolló una vastareflexión teórica que recusaba la centra-lidad del Estado –reducido a la esfera dela “sociedad política”- como ámbitoexclusivo y excluyente de la política. Latesis de una vida política mucho másamplia que aquella que se desplegabaen el ámbito de lo público-estatal (redu-cido a la maquinaria de Estado) abriódiversas corrientes teóricas. Quizá fue

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4 Slavoj Zizek, Mirando de sesgo, Paidós, Buenos Aires, 2000, p. 263.5 Richard Rorty, “Ironía, contingencia y solidaridad”.6 Slavoj Zizek, Op. cit., p. 2627 Marx la define como esa “gigantesca boa constrictora en cuyo cuerpo parece anidar el amor”. 8 En especial en sus últimos textos que incluyen incluso un retorno a Lenin.

Foucault quien marcó la pauta inicialcon su concepción de la microfísica delpoder y sus análisis de la sexualidad, lalocura, las disciplinas como otras tantasesferas del saber-poder.9 Múltiples des-cripciones pretendían dar cuenta teóri-ca del sentido de lo social que se mani-festaba en las nuevas esferas y formas dela acción política: identidades nóma-das, rizomas… Incluso un teórico mar-xista riguroso como Althusser debióadmitir que “iniciativas totalmenteimprevistas nacen fuera de los partidosy del propio movimiento obrero (femi-nismo, formas de movimiento juvenil,corrientes ecologistas, etc.), en una granconfusión, es cierto, pero que puede serfecunda”.10

Una extrema voracidad de la políti-ca, en suma, que luego de abandonar laesfera del aparato estatal y de las purasdeterminaciones económicas, lo habríainvadido todo en una suerte de prolife-ración cancerígena.

Dicha tesis coadyuvó a liberar laspotencialidades políticas de los llama-dos nuevos movimientos sociales” y dediversas esferas de la vida social.Empero condujo a un efecto sui géneris:el olvido de la categoría fundamental dedominación11 y la de antagonismo que

le es inherente. Ese proceso se expresóen una secuencia implacable: primerose concentró la figura de la dominaciónen los aparatos de Estado, que luegofueron dejados al margen de la reflexióny, al mismo tiempo, se expandió la cate-goría de política a todos los escenarios eintersticios de la vida social que dejaronasí de ser el lugar de la dominación. Los“bolsones de resistencia”12 o las“máquinas de guerra para resistir sercodificados por el déspota”13, abando-naron los “intersticios” o la “periferiaubicua de los nómadas”, y pasaron aapropiarse de todo el terreno de la vidasocial. Y al hacerlo dejaron de ser bol-sones o máquinas de guerra de resisten-cia a la dominación, para devenir enformas positivas de ser de lo social. Alfinal, el aparato de Estado se convirtióen un lugar neutro, vacío. Lo diceClaude Lefort: “El poder del Estado setransformó en una suerte de “lugarvacío”.14 Vale decir que el “déspota deDeleuze” hizo mutis por el foro…

El olvido del Estado y de sus apara-tos como lugar del poder en tanto domi-nación: la “metástasis” de “lo político”se diseminó por todo el cuerpo social acambio de abandonar el corazón y/o elcerebro.15 Más aun, la euforia del dis-

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9 A la vez, Alain Touraine señalaba que ningún orden dominante penetra en todas las esferas de la vidasocial

10 Benjamín Arditi, op. cit., p. 16811 La diseminación de lo político en todo el cuerpo social no tiene porque ser opuesta a la categoría de

dominación. Muy bien pueden ser pensadas a partir de ella. Foucault lo hace.12 Alain Touraine, “La ilusoria unidad del orden social”, Fondo de Cultura Económica, México, 1998. 13 Citados por Arditi, op. cit., p. 16314 Claude Lefort, “El problema de la Democracia”, Opciones No. 6, Mayo-Agosto 1985, Santiago de

Chile, p. 71-86, citado por Arditi, Benjamín, op. cit. p. 167.15 Toda época esboza una metáfora corporal del centro del cuerpo y de la vida, sea el corazón o el cere-

bro.

curso de la omnipresencia de lo políticohizo que se llegara a creer y postularuna suerte de anarco-capitalismo. Lodijo claramente Benjamín Arditi, segúnreza el epígrafe del presente apartado:“El sentido del proceso en su conjuntoprefigura, en el límite y en clave no eco-nomicista, lo que Marx y Engels pensa-ron como la abolición-disolución de laforma Estado”.

Resulta extraño sin duda ese olvidoen la era en que se estaba gestando elmás grande poder estatal e imperial dela humanidad, dotado de una estructuramilitar planetaria -cinco comandosregionales, bases militares en más de130 países- y de un vasto poder que, ala par, destroza o debilita a los estadosde la periferia y subordina a la UniónEuropea y al Japón. El poder imperialpretende desvertebrar a los Estadosnacionales, en especial los de la perife-ria, declarar patrimonio de la comuni-dad internacional amplias zonas del pla-neta como la Amazonía, las Galápagos,los grandes desiertos, la Patagonia…,establecer fuerzas militares en las zonasconflictivas como el Medio Oriente y/ola región Andina. Como lo sostieneZbigniew Brzezinski, ex asesor de

Seguridad y miembro de círculo dirigen-te: “el objetivo de EE.UU. debe ser el demantener a nuestros vasallos en un esta-do de dependencia, garantizar la docili-dad y la protección de nuestros súbditosy prevenir la unificación de los bárba-ros”.16

La muerte del capital

“…está ofreciendo el último servicio aldesarrollo irrestricto del capitalismo alparticipar activamente en el esfuerzoideológico de hacer invisible la presen-cia de éste: en una típica “crítica cultu-ral” posmoderna, la mínima mención decapitalismo en tanto sistema mundialtiende a despertar la acusación de“esencialismo”, “fundamentalismo” yotros delitos”.17

Al escamoteo del Estado correspon-dió el del capital. Extraña paradoja: ladesaparición de facto del llamadosocialismo real produjo el desvaneci-miento del capitalismo como referente ycategoría central del pensamiento. Demodo que, según el esoterismo judío,Dios, el ser Absoluto, no puede sernombrado…

El discurso único excluyó así el tér-mino, en principio semánticamente ino-

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16 Oigamos a Martin Silverstein, director del diario La República de Uruguay: “¿Cuáles son los autores decabecera de esta pandilla belicista? El bostoniano Henry Cabot Lodge afirmando que “en el siglo XIXningún pueblo igualó nuestras conquistas, nuestra colonización y nuestra expansión y ahora nada nosdetendrá” (…) O Charles Krauthammer quien hace muy poco, en 1999 escribió en el Washington Post:EE.UU. cabalga por el mundo como un coloso. Desde que Roma destruyó Cartago ninguna otra granpotencia ha alcanzado las cimas a las que hemos llegado. EE.UU. ha ganado la guerra fría, se ha pues-to a Polonia y a la República Checa en el bolsillo y después ha pulverizado a Serbia y Afganistán. Y depaso ha demostrado la inexistencia de Europa” (…). O el conocido historiador Paúl Kennedy explican-do que “ni la Pax Británica, ni la Francia napoleónica, ni la España de Felipe II, ni el Imperio deCarlomagno, ni siquiera el Imperio romano pueden compararse al actual dominio norteamericano.Nunca ha existido una tal disparidad de poder en el sistema mundial” (…)

17 Slavoj Zizek y Friedrick Jameson, Estudios culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo, p. 176.

cuo, de capital y capitalismo.18 Losdebates modernidad-posmodernidadvinieron en auxilio de esta operación derepresión-censura y permitieron sustituirla categoría de capitalismo por la demodernidad, categoría y debate que sibien correspondía a un desplazamientode terreno e incluso de disciplina – de laeconomía y la política a la cultura y lafilosofía- y propiciaba salir del encierroeconomicista que cierto marxismo pro-dujo y abrir la problemática no solo dela cultura sino de la civilización -graciasal pensamiento ecológico surgió la tesisde una crisis de civilización para carac-terizar el momento actual, tesis increí-blemente fecunda- no dejaba de ser unmecanismo de censura, pues capitalis-mo fue la forma concreta que asumió lamodernidad, sin la cual no puede sercomprendida: huelga insistir en que lacategoría de modernidad tampoco esopuesta o sustitutiva a la de capitalismo.

Tal como lo dice Echeverría:

“Entre modernidad y capitalismo existenlas relaciones que son propias de unatotalización completa e independiente yuna parte de ella, dependiente suya,pero en condiciones de imponerle unsesgo especial a su trabajo de tota-lización”.19

¿Por qué fue necesaria la invisibili-zación del capitalismo, su disolución enla categoría más general de moderni-

dad? La “ciencia económica” ha exclui-do siempre de su explicación las cate-gorías de plusvalía y explotación, sindejar por ello de nombrar su objeto: elcapitalismo. Más, las connotaciones aveces -o siempre- son más importantesque las denotaciones: la categoría decapital y capitalismo se habían impreg-nado tanto de las de explotación, domi-nación, contradicción, antagonismo, yde las luchas por el socialismo, que elfamoso “cambio de paradigmas” fuesobre todo un cambio de significantes.Después de todo es el poder quien tienela capacidad y la autoridad de nombraral mundo.

Con la categoría del capital y capi-talismo, despareció todo un sistemacategorial y conceptual -plusvalía,explotación, acumulación, crisis, desa-rrollo desigual, teoría de la dependen-cia…- que se había construido trabajo-samente durante todo el Siglo XX.

Tan sorprendente como el encubri-miento del poder estatal y de la domi-nación cuando se encontraba en forma-ción y despliegue el más grande quehaya existido jamás en la historia huma-na, es el escamoteo del capital cuandose ha convertido en la forma dominanteabsoluta y ha logrado imponer su formamultinacional no sólo como la hegemó-nica sino la que rige el dinamismo –o ladegradación- de la vida del planeta tie-rra hasta en sus últimos rincones.20 Mas

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18 Algún día habrá que analizar el juego de poder y los dispositivos de guerra desplegados en la famosaguerra del “cambio de paradigmas”. La izquierda, arrastrada al campo rival, debió disfrazar sus con-cepciones, nombrarlas en los términos ajenos, resemantizar las categorías y conceptos del Otro.

19 Echeverría, Bolívar Las ilusiones de la modernidad, p 14620 Zizek habla de una suerte de auto colonización del capital pues incluso los países desarrollados ha-

brían devenido colonias de las grandes corporaciones.

aún, en el período de su invisibilizaciónteórica, se produjo la más intensa cen-tralización de capitales de su historia, alpunto que hoy las 200 trasnacionalesmás grandes controlan la economíamundial. La tesis leninista de la contra-dicción entre la creciente socializaciónde la producción y la progresiva con-centración de la apropiación privadanunca había sido tan evidente comohoy.

La invisibilización de la producción y laesquizofrenia del valor de cambio

La invisibilización del capital fuetambién la de la producción como cate-goría cardinal de la vida social. Diver-sos analistas empezaron a hablar desociedad posindustrial y a conferir uncreciente papel gravitante a los servi-cios, la comunicación y los flujos finan-cieros.21 Incluso Habermas, en unaperspectiva filosófica, postuló el agota-miento del paradigma de la produccióna pesar de la tentativa del joven Mar-cusse y de Sartre de reanimarlo con elapoyo de Husserl. Y sentenció sobre lanecesidad del cambio de paradigma dela actividad productiva al de la accióncomunicativa.

A la deflación de la categoría deproducción correspondió la desvalori-zación de la riqueza mercantil comocategoría del análisis económico. El

fundamento de tal afirmación era lacreciente importancia de los flujosfinancieros en la organización de laeconomía.

Hubo quienes, con cierta reminis-cencia marxista, hablaron de la definiti-va disociación del valor de cambio res-pecto al valor de uso y de su autonomíaabsoluta. Tal fue el fundamento de loque Baudrillard denominaría esquizo-frenia del valor de cambio,22 y cuyamayor expresión fue la enorme inflaciónde los valores de la bolsa de Nueva Yorkhasta su crisis.23 Todo parecía señalarque la relación entre mercancía y dine-ro se había roto y que la esfera moneta-ria vivía una suerte de poder ilimitado.

Sin embargo, en tal período lahumanidad estaba viviendo, casi secre-tamente, un formidable crecimientoeconómico, especialmente industrial–de China en especial, pero también dela India y los llamados mercados emer-gentes- al punto de que entre 1980 y2005, el peso de China en el productomundial pasó del 3.4% al 15,4%.24

China fue responsable, entre 1999 y2003, de una quinta parte del creci-miento del producto mundial y entre1995 y 2002 de una cuarta parte. Masaún, la expansión mundial china–comercio e inversiones- ha crecido aniveles exorbitantes, a partir de su creci-miento productivo y no meramentefinanciero.

ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 63

21 Ideólogos como Alvin Toffler y otros señalaron que la humanidad había entrado en una tercera ola –laprimera caracterizada por la agricultura, la segunda por la industria- cuya expresión era la sociedadposindustrial, fundada en la desmasificación y descentralización.

22 La expresión es de Baudrillard.23 De la era de Clinton a los últimos días anteriores a la crisis ascendió de 9 mil a más de 14 mil.24 Durante ese período, la proporción de EEUU se redujo del 22,5% al 20,9%, la de la UE creció ligera-

mente del 18,5% al 19,1% y la de Japón pasó del 7,6% al 6,9%, según datos del FMI.

La invisibilización del antagonismo yde las contradicciones sociales

El agotamiento y disminución delproletariado industrial25 habría dado ungolpe de muerte al marxismo. Laclau loseñaló:

“La solución marxista clásica al desa-juste entre el particularismo de la claseobrera y la universalidad de la transfor-mación socialista, habría estado domi-nada por el supuesto de una crecientesimplificación de la estructura socialbajo el capitalismo: como resultado deesta simplificación, la clase obreracomo sujeto homogéneo abarcaría a lagran mayoría de la población y se haríacargo de la gran tarea de transformaciónuniversal. Una vez que este tipo depronóstico resultó desacreditado a finesdel siglo…”26

La simplificación de Laclau esasombrosa. Marx no solo que señalóexactamente lo contrario con su famosaley del crecimiento del capital constan-te a cuenta del variable, sino que pre-vió, hace 150 años, el fenómeno de laautomatización por efecto de la puralógica de la ley de la acumulación capi-talista. Buena parte de las críticas almarxismo se funda en una formulaciónelemental, primaria, torpe de sus tesispara así refutarlas.

En concomitancia con la devalua-ción de la categoría de producción y,

más allá de Laclau, fue un lugar comúnseñalar el debilitamiento del peso socialde proletariado industrial en todos lospaíses, en particular en los desarrolla-dos. Las grandes concentraciones fabri-les y los populosos barrios obreros eranya una imagen irrepetible del pasado ylas grandes ciudades cobraban un pai-saje social distinto. En el caso de lospaíses atrasados, la clase obrera, quenunca fue una fuerza socialmente signi-ficativa, era cada vez más ahogada porlos crecientes sectores informales de laeconomía que copaban la ciudad ylibraban sus propias batallas comomicroempresarios, adalides de “otrosendero”, el de la libre empresa frente aldespotismo del estado.27

Tal pérdida de peso social debilitabael papel centralizador que los trabaja-dores habían jugado en la lucha social,ahora sin eje, sin unidad, sin capacidadde irradiación.

Paradójicamente, la invisibilizaciónde proletariado industrial, una de cuyastesis fue su disminución relativa y aunabsoluta, se dio en una época en que,por el contrario, se daba un gran creci-miento si consideramos el aumento delnúmero de trabajadores en China, laIndia y otros mercados emergentes.

El incremento del proletariado endichos países se ha gestado en las con-diciones de una enorme explotación deltrabajo, sobre todo si sabemos que losniveles de productividad no están muy

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25 En Marx la categoría de proletariado no se reduce a los obreros sindicalizados como cierta crítica lo hareducido. En palabras de Pablo Friedman: “El proletariado, sin la idealización que sufre en su papel deMesías, es el que está desposeído de todo, excepto de su goce”.

26 Nótese el juego semántico de la segunda simplificación que se confunde con simpleza o simplonería.Ernest Laclau, “Sujeto de la política, política del sujeto” en Arditi, Benjamín, op. cit., p. 128,,,

27 Ver Hernando De Soto, El Otro sendero, La Oveja Negra, 1986.

distanciados o incluso son similares alos de EE.UU. o Europa. La gran mayo-ría trabajan “semanas de 60 a 70 horasde labor, duermen en dormitorios de 8 a16 personas, ganan menos que el sala-rio mínimo de 44 dólares por mes y sondestituidos después de un accidente detrabajo. Esta explotación se producecon la “bendición de las autoridades”,que prohíben sindicatos independien-tes, convenciones colectivas o el recur-so a la huelga”.28

A la par, cambios en la estructuraproductiva, el fin del fordismo y laderrota del movimiento obrero contri-buyeron a consolidar la imagen de lasustitución de las relaciones de explota-ción y dominio por las de diversidad,competencia entre individuos libres, y areemplazar la categoría de totalidad porla de multiplicidad descentrada de loreal.

Los resultados de la competenciaentre individuos libres no fueron, empe-ro, iguales: si en 1974 el promedio deingresos de un ejecutivo principal de losEE.UU. era 34 veces el ingreso de untrabajador medio, en el 2000 era 180veces.29 La involución de los salarios seexpresó en la renta familiar. Así, si en elperíodo de posguerra 1948-73, la pro-porción en los ingresos entre el 5% más

rico y el 20% más pobre de las familiasestadounidenses descendió de 14 a 1 a11 a 1, en el período 1973-90 se incre-mentó de 19 a 1.30

El discurso hegemónico admitepobreza y desigualdad social. No hay,empero, conflictos teóricos: la igualdadde oportunidades no engendra igualdadsino desigualdad social. Touraine esclaro al respeto:

“Por el contrario si nos definimos sobrela base de nuestras acciones instrumen-tales31, ya no somos iguales, porqueuno es más fuerte, competente e ins-truido y otro es débil, incompetente yanalfabeto”.32

La desigualdad social no es así elefecto de la estructura del sistema sinode las distintas capacidades humanas.Así, en relación a los enormes nivelesde desempleo y de polarización socialque la quiebra del régimen dicho socia-lista y el tránsito al capitalismo en Rusiay los países del Este europeo, el discur-so hegemónico acuñó una frase: triunfa-dores y derrotados por el mercado.

Sin embargo, la polarización socialestuvo ligada a un incremento de laexplotación social: “Las tasas de benefi-cios, después de impuestos, en los pun-tos máximos de los ciclos ascendieron

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28 Ver Rebecca Frasquet, “La otra cara del milagro chino. La Confederación Internacional de SindicatosLibres denunció en un informe la “explotación dramática” de los trabajadores chinos”. Documentointernet.

29 Antonio Romero Gómez, Globalización y economía internacional, un análisis desde la perspectiva deldesarrollo, trabajo base para la presentación en el II Encuentro Internacional de Economistas“Globalización y Problemas del Desarrollo”, La Habana, enero, 2000.

30 Castells, Manuel, La sociedad Red.31 Para Touraine actividad instrumental es” definida en medida creciente por las reglas de funcionamien-

to de las organizaciones de mercado en la cual participamos, op. cit. p. 62.32 Alain Touraine, op. cit., p. 62.

de 4,7% en 1973 al 5.1% en 1979, seestabilizaron en los años 80 y ascendie-ron al 7% en 1995”.33 Dichos nivelesfueron más altos que en el período1950-7334, el del mayor crecimiento yen el que los salarios mejoraron ostensi-blemente.35 Si en la fase 1950-73, laacumulación se basó solo en el aumen-to de la plusvalía relativa, en la siguien-te lo hizo también por el mecanismo dela depreciación de los salarios por deba-jo de su valor, mecanismo propio de lasfases primeras del capitalismo. De cier-ta manera, el capitalismo salvaje vibratambién en los actuales EE.UU.”36

Pese a ello, vivimos hoy la paradojade que mientras mayor es la explotacióndel trabajo, menor es su visibilidad.

La invisibilización del antagonismoNorte Sur

La categoría de imperialismo –y lade necolonialismo- fue sin duda una delas mas invisibilizadas en la era neoli-beral.

Hacia los años 60, EE.UU., en tran-ce de convertirse en una suerte de supe-rimperialismo mundial, había desplaza-do a los viejos colonialismos europeosen su hegemonía mundial. Las nuevascondiciones consolidaron la emergen-

cia de una nueva forma económico-política de las relaciones internaciona-les, el neocolonialismo, a cuya cabezase situaron los EE.UU., gracias entreotras causas, a su larga experiencia“neocolonial” en América Latina.

En los 60 y 70, el contenido interna-cional era tan fuerte, tan profundo, tanintenso que desbordaba continuamentela forma nacional. Incluso por arriba: elMovimiento de los No alineados, lalucha en la ONU por el nuevo OrdenEconómico Internacional (NOEI) inten-taban unificar la guerra anticolonial conla estrategia de desarrollo. En los 70, larebelión pareció haber llegado a lacumbre: liberación de Vietnam, deAngola y de otras ex-colonias portugue-sas, el reconocimiento internacional dela OLP, las revoluciones sandinistas eiraní a la par que la lucha por el NOEIfue aprobado por la ONU hacia 1974.En ese marco se desplegó el nacionalis-mo tercermundista.

Empero, el fin del colonialismo clá-sico y la consolidación de las burgue-sías nacionales en la dirección de losnuevos Estados surgidos de una frag-mentación y balcanización que losdejaba inermes frente al poder neocolo-nial, precipitaron el fracaso del tercer-

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33 Manuel Castells, La sociedad Red, t. III, pp. 155-156. 34 En dicho período más bien descendieron: el coeficiente de beneficio declinó de 0,024 en 1959 a 0.017

en 1974 para ascender, con altibajos, a 0,061 en 1991, 0,073 en 1993 y 0,080 en el primer semestrede 1994. Castells, op. cit. T I. p. 112.

35 La comparación es importante puesto que en el lapso 1948-73 la productividad del trabajo aumentóconsiderablemente mientras en el siguiente tendió a crecer en mucha menor proporción. Castells brin-da los datos. TI. cuadros p. 99 y 103 y 104.

36 Esta situación parece que tiende a prolongarse en la medida en que la economía mundial no logra pasara la nueva onda larga expansiva –un nuevo ciclo Kondratiev A- y el capital especulativo sigue hacien-do de las suyas con los masivos excedentes de capital que la situación genera.

mundismo en el marco del derrumbe dela URSS y del antiguo bloque socialista.

El imaginario de la opresión y de laliberación nacional fue sustituido porel de un mundo multicultural de nacio-nes y etnias independientes integradasen Estados soberanos en un orbe inter-dependiente de competencia entresujetos jurídicamente libres e iguales.Tal como señalábamos en El Apoca-lipsis perpetuo:

“Por su parte, la imagen del mundo enel discurso neoliberal es deliciosamentesimple: un espacio único en que indi-viduos, unidades económicas, regionesde diverso tamaño y composición étni-ca libran sus luchas en la jungla delmercado. La diferencia entre ellos estádada por la competitividad: el mercadoes el gran juez, el nuevo Dios queestablece premios y sanciones.37 Entrelas distintas regiones del mundo nomedia ninguna relación que no sea lade las inversiones directas y los inter-cambios (…).38

Las palabras imperialismo, neocolo-nialismo y tercermundismo fueronexcluidas de raíz del lenguaje y de lamirada.

Los resultados de la libre competen-cia entre Estados jurídicamente libres eiguales, sin embargo, fueron terribles.

En las dos décadas siguientes a la libe-ración de Angola y de las colonias por-tuguesas, la era de la globalización, lasnueve plagas de Egipto y los 4 Jinetesdel Apocalipsis se volcaron sobre lasregiones pobres de la tierra, precipitán-dolas en guerras fratricidas, nivelespavorosos de desempleo y extremapobreza, ruina de millones de industriasy de miles de millones de campesinos,derrumbe de varias economías naciona-les y de algunos estados. El rostro de ladictadura del gran capital -llamada glo-balización- ha sido la disminución en15 años de las expectativas de vida de lapoblación del África Subsahariana.39 Labrecha entre las regiones desarrolladasy las subdesarrolladas del planeta se haincrementado de manera gigantesca:

Raúl Ugarteche señala:

Si tomamos el promedio de los paísesseleccionados como los más pobres en1985 (476 dólares per cápita) y los con-trastamos con los países de ingresossuperiores (13.396 dólares), y luegovemos las cifras de 1994 (332 y 26.458),el promedio de distancia entre los cincopaíses más ricos y los diez más pobresha subido de 28.1 a 79.7 veces. En tér-mino medio los más pobres perdieron30% de sus ingresos en el decenio1985-1994, mientras que el grupo másrico los incrementó en el 92%. Este pro-

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37 Frente a la crisis mexicana, rusa o brasileña la respuesta del discurso neoliberal siempre fue la misma:no aplicaron la receta completa. Empero, Argentina la aplicó en extremo y su crisis fue la peor de todas.La respuesta neoliberal fue: jugaron y perdieron.

38 El debilitamiento y aun desintegración de esos Estados ha provocado el repliegue de hombres y muje-res a sus identidades regionales y étnicas. El Poder imperial quiere fijarlos allí para que el apetito polí-tico del zoom politikon se realice en el nivel municipal, en la gestión de ciertos servicios.

39 Tal como, según Marx, la disminución de la talla de los franceses y francesas en la era de la acumula-ción originaria.

ceso de concentración de ingresos es ellado opuesto de la exclusión”.40

Tan brutal proceso de concentracióny exclusión no fue el resultado de lalibre competencia de sujetos nacionalesiguales. El fin de la forma colonial nosignificó ni mucho menos el fin de laexplotación capitalista de las regiones ytrabajadores de la periferia. Por el con-trario ésta se intensificó a niveles impre-sionantes.

John Saxe Fernández y Jaime Petrascitan la investigación realizada por elProyecto DGAPA de la UNAM, México,según él que la transferencia de exce-dentes de América Latina, en el período1976-1997, fue de 2.051.619,1 millo-nes de dólares, “cifra cuya magnitudequivale al producto interno bruto (PIB)combinado de todos los países deAmérica Latina y el Caribe en 1997”.41

Extrema concentración del poder enlos EE.UU. y formación de un Estadomundial sobre la columna vertebral delEstado norteamericano –cinco coman-dos mundiales, 130 bases militares,invasión de Irak y Afganistán- descomu-nal centralización de capitales al puntode que 200 grandes transnacionalescontrolan más de la cuarta parte del PIBmundial, agudización de las relacionesde explotación y extrema polarizaciónsocial y nacional. ¿Cómo es posibleque procesos y realidades tan contun-dentes, tan evidentes, se hayan tornadoinvisibles, excluidas de la mirada y dellenguaje?

II. Las determinaciones históricas de lainvisibilidad: Los imaginarios de la for-mación del Estado mundial y del capitalmultinacional

En estas últimas décadas, hemosvivido el acelerado proceso de forma-ción de una estructura de poder estatalmundial y del capital multinacionalcomo instancia central y totalitaria de lamundialización económica cuyo efectoideológico, paradójicamente, fue suinvisibilización. El discurso único nohizo sino formular esa invisibilidad defacto.

La formación del poder mundial, yel consecuente desplome de los Estadosnacionales, gestó la imagen ilusoria deun progresivo desvanecimiento de lopúblico estatal de las instancias nacio-nales. De lo que se trataba no era sinode la transferencia del poder de losEstados nacionales -incluso los de lospaíses capitalistas centrales- a instanciassupraestatales y la compleja y conflicti-va formación de un Estado Mundial.Durante estas últimas décadas, el debi-litamiento-disolución fue lo inmediata-mente visible y tangible en tanto elpoder imperial aparecía como un datoexterno y absoluto, tal que Dios.

La “revolución capitalista”, segúnAlain Touraine, ha provocado la cre-ciente disolución de las instancias polí-ticas socavadas por la creciente globali-zación y el rápido desarrollo de los flu-jos financieros internacionales. Tourainetoma el debilitamiento de los Estados

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40 “Sobre la Globalización”, Alberto Acosta, compilador, p. 33.41 Ver Alejandro Moreano, El Apocalipsis perpetuo, Planeta, Quito, 2002.

nacionales como un dato inexorableque ha provocado la demodernización,la separación y degradación del mundode la economía y de la cultura.42

El sol ciega: tal la paradoja. El sor-prendente y sorpresivo derrumbe delsocialismo real y del nacionalismo ter-cermundista gestó la imagen de unpoder absoluto, incontrastable. Laderrota abate sin duda, y en ese abati-miento, el capital multinacional y elpoder imperial devinieron en el Diosinvisible, el sol cegante. Poco despuésdel derrumbe de la URSS y del fin de laprimera Guerra del Golfo, círculos diri-gentes estadounidenses considerabanque su país, en el cenit del esplendorimperial, debía emprender una magnaobra, a la manera de la Gran Muralla enla era del milenio chino, que anunciarael milenio norteamericano. Sociedadabierta al fin, a EE.UU. le correspondíaabrirse al cosmos y la colonización deMarte sería su obra suprema. Bush,padre, asignó una partida de 400 millo-nes de dólares para los estudios inicia-les. Tal era el esplendor de un sujetoinvisible y ubicuo.

A la par, se desplegaron las tesis deuna diseminación de las relaciones depoder y de la política en el cuerposocial, en la sociedad civil, incluso, ysobre todo, en sus márgenes e intersti-cios. América Latina, la periferia euro-pea–España, Portugal, Grecia y Turquía-y los países del Este vivían los llamadosprocesos de democratización que pro-

movían la consolidación de la “socie-dad civil” y la “politización” de esferashasta entonces inmunes a la políticacomo la sexualidad, la vida cotidiana yque favorecieron el desarrollo de dichastesis que postulaban –y promovían- lavivencia de la política al margen y fueradel aparato estatal.

La concentración a escala mundialdel capital multinacional abatió a lasburguesías locales, transformándolas enapéndices minúsculos del gran capital,provocando también la imagen ilusoriade una evaporación del capital localque, entre tanto, se condensaba en elaparentemente lejano capital trasnacio-nal. Si la llamada “globalización” afec-tó gravemente el peso social y políticodel proletariado y de los tradicionalesmovimientos campesinos, mucho másdemoledor fue su efecto sobre las lla-madas “burguesías nacionales” que,salvo en algunos de los llamados mer-cados emergentes, se resquebrajaron,perdieron todo impulso propio al calorde la debacle industrial y productiva, ydevinieron en una degradada oligarquíade importadores, representantes de lasmultinacionales u hombres de paja delpoder imperial.

El imaginario de la financiarizacióny de la invisibilización de la produccióny de la riqueza mercantil, tuvo tambiénuna base objetiva. A partir de la desre-gulación de los mercados iniciada enlos 80, la velocidad de los flujos finan-cieros fue impresionante,43 llegando arepresentar porcentajes superiores al

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42 Alain Touraine, op. cit., p. 50.43 La llamada revolución informacional fue decisiva. La simultaneidad de los flujos informáticos garanti-

zó la velocidad casi instantánea de los flujos financieros.

PIB.44 En los 90 la diferencia entre lastransacciones monetarias y los inter-cambios de bienes y servicios alcanzóniveles extremos. Según varios analistasla (des)proporción podría llegar a ser de365 veces.45 Esa extrema escisión entrevalor de uso y valor, ha otorgado alcapital financiero un poder impresio-nante y su condición de motor de laseconomías desarrolladas46: estimula lacentralización empresarial -el controlextranjero de la industria en todo elmundo ha crecido,47 en particular en lazona de la tríada48-, acelera la rotacióny disminuye el tiempo improductivo ypotencia así la capacidad y eficacia delcapital social global.

A la par, los procesos de automati-zación y robótica, previstos por Marx,tendieron a generar la ficción de la disi-pación del mundo del trabajo, en tantopropenden a la superación del trabajofísico, a su descentralización y desterri-torialización.49

En esos sectores, nos aproximamos alo que en los 60 del siglo pasado sellamó el “límite técnico del capitalis-mo”,50 el grado cero de la plusvalíadirecta. La actual tecnología ha supera-

do los pesados aparatos industriales, lasgrandes concentraciones obreras y lacentralización de la administración, enaras de estructuras flexibles, móviles eincluso efímeras y continuamente cam-biantes. El eje del poder y la ganancia seha trasladado a aquellas áreas casiinmateriales: información, imágenes,fluidos electrónicos, manejo del códigogenético… La organización y la gestióndel capital han cobrado asimismo unaforma inestable, en constante flujo,intermitente.

A la vez, grandes complejos indus-triales han sido trasladados a los llama-dos mercados emergentes de la periferiapara beneficiarse de una mano de obracalificada y de salarios bajos. Sobre esabase ha operado una ofensiva brutal delgran capital que ha desarmado los sin-dicatos, ha incrementado el trabajobasura y el desempleo con su efectodesmovilizador, ha aumentado la seg-mentación salarial, factores todos quegolpearon severamente la tradicióncombativa del movimiento obrero ycontribuyeron a generar el velamientode las categorías de contradicción yantagonismo sociales. Tal la base objeti-

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44 Manuel Castells, op. cit. t. I cuadro 2.7, p. 121.45 “Debe recordarse que en el ámbito mundial, diariamente se transan divisas por un monto de 1,5 trillo-

nes de dólares frente a una guarismo similar –pero en el ámbito anual- de transacciones de bienes yservicios. Jürgen Schuldt, “Antecedentes, dinámica y causas de la crisis asiática” en Varios, La crisisasiática, ILDIS, TRAMASOCIAL, FLACSO, 1998, p. 110.

46 Manuel Castells, op. cit. t. I. Figura 2.1., p. 109.47 Del 13,2% en 1973, al 16,5% en 1988 y del 24,8% según estimaciones de los 90. Ibid, p. 134.48 Según el citado libro de Castells, se estimaba que para el 2000 las empresas de Europa occidental con-

trolarán el 14% de la producción industrial estadounidense y las empresas Norteamericanas el 16% dela producción de Europa Occidental. Op. cit, p. 134.

49 Empero eso solo ocurre en el interior gran capital multinacional, en el llamado segmento de punta dela renovación tecnológica.

50 En los Grundrisse, Marx anticipó la automatización como lógico efecto de la dinámica de la plusvalíarelativa y de la ley del crecimiento del capital constante a cuenta del variable.

va de la imagen de una desapariciónvirtual del movimiento obrero comofuerza social y política.

La formación de un poder imperial yde un capital multinacional absoluta-mente hegemónicos, dotados de unpoder nunca antes visto en la historia dela humanidad, generó además, la para-dójica e increíble imagen de la disolu-ción de las contradicciones y antagonis-mos sociales y nacionales y su reempla-zo por un mundo multicultural y diver-so, colmado de desigualdades pero sinantagonismos internos.

La formación de la estructura estatalmundial fue concomitante con la culmi-nación de los procesos de descoloniza-ción que se dieron a lo largo del sigloXX. Esa correlación produjo la paradojade la formación de Estados y países jurí-dicamente independientes en la era enque se gestaba su acelerada descompo-sición. Murieron antes de nacer o nacie-ron agónicos.

El fin de la descolonización coadyu-vó a crear la imagen del fin de las cate-gorías de imperialismo y contradiccio-nes nacionales. En efecto, si en la era delos movimientos de liberación nacionalla imagen del hondo antagonismo entreel centro y la periferia, el imperialismo ylos países oprimidos, era indiscutible, ladescolonización tendió a generar laimagen de Estados jurídicamente igua-les, a la manera de los ciudadanos delEstado moderno. Las enormes y crecien-tes diferencias entre países y regionesdel Norte y del Sur del planeta ya noaparecieron como la consecuencia dela opresión imperial sino el resultado de

una competencia entre países libres eiguales.

El paso del discurso de la liberaciónnacional al de la diversidad expresó uncambio de la periferia: de sujeto a obje-to de la historia. El primero encarnaba alOtro como antagonista universal. Lasegunda, manifiesta la soberanía de laconciencia occidental que inscribe alotro en “su” diversidad. “Es el paso delOtro al otro. El otro no como universalsino como un conjunto abigarrado departiculares que se despliegan para queOccidente sea el escenario general, elaire en que flotan esas diferencias, eltexto, la mise en scéne de la multiplici-dad de actores singulares, la granMirada Ubicua. El Uno, el Mismo, quese fragmenta en el loco carrusel de imá-genes pulsátiles: la humanidad, elvideo-collage del turista”.51 A través dela ficción de países y Estados indepen-dientes, los procesos de descoloniza-ción culminaron en una suerte de impe-rio o imperialismo mundial único y enla dictadura del capital multinacional.

Por otra parte, la formación delpoder estatal mundial provocó la derro-ta de los nacionalismos tercermundistasque abrió las puertas para el estallido delas diversidades étnicas. La antigua ima-gen de la opresión imperial neocolonialdejó paso a una suerte de autodisolu-ción nacional. En un texto panegírico dela globalización leemos:

“Por último, existe también otra reper-cusión que es de enorme importanciapolítica para muchos países, incluidoEspaña. En un mundo cada vez másglobalizado y más abierto es más fácil

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51 Alejandro Moreano, Triunfo, crisis o cambio de civilización.

que se den situaciones de desinte-gración política. La globalización va atender a favorecer los procesos de sepa-ratismo. Muchas pequeñas regioneshomogéneas desde el punto de vistacultural, lingüístico o étnico puedenintentar negociar, democráticamente, elvivir de manera independiente del paísen el que están integradas. En un mundomás democrático y más abierto, lasminorías podrán elegir más librementesu futuro siendo más autónomas o,incluso, independientes. El caso de laseparación voluntaria de Eslovaquia dela República Checa, siendo además laparte menos rica de ésta, no hubierasido posible en un mundo más cerradoy menos globalizado”.52

Fueron los Estados multinacionalesy/o multiétnicos de la periferia deEuropa occidental53 y aquellos comolos africanos que apenas iniciaban sugénesis, quienes sufrieron la peor ero-sión, socavados por la globalizaciónque, al disgregar esos frágiles procesos,impulsaron el refugio –la estampida- deamplias capas de la población en iden-

tidades primarias, desde pueblos yetnias africanas y andinas hasta zonas ymicro territorios del ex-Tercer Mundo yde Europa del Este. La descomposiciónde Yugoslavia es quizá su mejor expre-sión y su mayor vergüenza…

No solo ellos. La mayoría de los paí-ses de la periferia han experimentado elaflojamiento de su unidad. Era obvioque las identidades de segundo grado,54

y la capacidad de simbolización y deautonomización de los perdedores yderrotados, hayan sido quebradas sinque en su lugar emergieran imaginarioscosmopolitas sino la resurrección derepresentaciones antiguas de autoafir-mación, identidades locales, fundamen-talismos religiosos. La quiebra de losEstados que estaban construyendo unnuevo pacto de transnaturalización,necesariamente tenía que provocar laemergencia explosiva de identidadesétnico-territoriales, locales y regio-nales.55 La disolución de esos Estadosfue compensada-sublimada por la poli-tización de la vida inmediata y de lasinstancias locales. Nos quitaron el

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52 Guillermo de la Dehesa, Comprender la Globalización, Madrid, Alianza, 2000. Los panegiristas de laglobalización los aplauden cuando se trata de la periferia o del Este; los condenan casa adentro: Vg. laindependencia de los vascos. La secesión no se ha producido en la franja superdesarrollada del plane-ta, ni en España ni en Suiza o Bélgica, espacios multinacionales, sino en los derrotados de la guerrafría. La descomposición de la Unión Soviética es un claro ejemplo.

53 En una conferencia dictada en el ILDIS del Ecuador, un representante de la socialdemocracia alemanaafirmó que los países de mayor homogeneidad étnica tenían mayor capacidad de desarrollo que losmultiétnicos. Nada más falso: Suiza, Bélgica, España son países multiétnicos en prosperidad. El corteno pasa por allí sino entre el centro del sistema capitalista y su periferia.

54 Esto es, las identidades estatales. Las de primer grado son las viejas identidades étnicas y las de tercerorden constituyen las cosmopolitas

55 Slavoj Zizek señala que en el Estado-nación el proceso de identificación secundaria ha sido socavadotanto por la internacionalización del mercado cuanto por los procesos de identificación primordial quelejos de constituir una “regresión” son la confirmación de que “la pérdida de la unidad orgánico-con-sustancial se ha confirmado plenamente”, Slavoj Zizek, “Multiculturalismo o la lógica cultural del capi-talismo multinacional” en Friedric Jameson y Slavoj Zizek, Estudios culturales. Reflexiones sobre el mul-ticulturalismo, p. 169. Sin embargo, por procesos de “identificación primordial”, Zizek entiende las

Ecuador o Perú u Honduras para darnosno el mundo sino una soberanía de 20kilómetros cuadrados…

El enfoque o ángulo de visión delpensamiento social aun se encuentradominado por la esfera nacional, por elámbito del país, esa categoría políticacentral de la modernidad. Ha sido en elinterior de ese horizonte de visibilidadsocial que se gestó el desvanecimientode las categorías de capital, dominacióny poder estatal.

Más, la esfera de lo político-estatalno ha desaparecido ni mucho menos.Solo ha cambiado de escenario, aban-donando parcialmente el proscenionacional para volcarse a la escena mun-dial en la que, al contrario de la refle-xión de Arditi, lejos de “la abolición-disolución de la forma Estado, o cuandomenos una cierta “des-formalización”de éste a través de reabsorción de ámbi-tos de decisión dentro de la sociedad”,reina de manera absoluta, vertical y des-pótica

III. Críticas fronterizas

La crítica es una condición del pen-samiento humano. Mas aún, en condi-

ciones de un proceso como el de la glo-balización neoliberal que ha acentuadola explotación y la opresión de la mayo-ría de los habitantes del planeta por unpuñado de grandes corporaciones. En elmarco de la invisibilización general, sur-gieron los llamados nuevos movimientossociales que lograron escapar a procesosde invisibilización anteriores y cuestio-naron otros niveles de la opresión.

Durante las décadas de los 80 y delos 90 florecieron los denominados eco-logistas y ambientalistas, el feminismo,los grupos GLBT, y, en especial, los pue-blos indios y la llamada diáspora africa-na-, asentados en la compleja proble-mática del reconocimiento y de la iden-tidad étnica, de género, de orientaciónsexual, y abrieron el horizonte de unaimportante teorización.

El conjunto de los nuevos movi-mientos sociales representan una críticaradical al logos de Occidente, a partirde una nueva concepción del hombrecomo nodo de pulsiones y flujos ener-géticos, que privilegia a los chamanes, alas viejas diosas ctónicas, a Dionisiofrente a Apolo, a lenguajes distintos deaquellos en los que impera la unidadsujeto-predicado56, a la cora…; y en el

ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 73

“comunidades nuevas, “mediadas”, por ejemplo “las comunidades de estilo de vida” (op. cit. p. 170).Es decir, aquellas que se forman en los países desarrollados, en los EE.UU. en especial, y que expresanformas de vida posmodernas. Las guerras de hutus y tutsis en varios países africanos, efecto del debili-tamiento de los Estados nacionales, son una declinación efectiva a identidades primarias.

56 Los lenguajes de origen indoeuropeo y su estructura sujeto-predicado-cópula se funda en la identidadde las estructuras sintácticas, lógicas y ontológicas. En los lenguajes matriarcales como el vasco o elquechua, en cambio, el objeto y el verbo están en el centro. Dichos lenguajes no parten del yo –el suje-to trascendental- que conquista el mundo sino del acontecer del mundo como tal. De allí el predomi-nio de la voz pasiva. Actitud receptiva, rica en formas concretas; abierta por ser aglutinativa a la reali-dad en devenir. En el quechua, según José María Arguedas, las palabras suenan como las cosas; los sin-tagmas, estructuras aglutinantes, identifican la cualidad con el objeto, la acción con la persona y, comoel euskera o las palabras-valija de Joyce, forman una totalidad de sentido con una sola palabra. VerMoreano, Alejandro, op. cit.

nivel político como implosión de lasidentidades secundarias –el Estado país-en tanto efecto de la globalización.

Pero, además han sido y son unafuerza concreta contra la globalizaciónneoliberal, pues, tal como lo señalanDiane Matte y Lorraine Guay “la mun-dialización amenaza hoy con socavartodo el trabajo realizado por el movi-miento de mujeres en el curso de losúltimos veinticinco años…”57 La Mar-cha Mundial de las Mujeres y las movi-lizaciones y acciones de los ambien-talistas y de los Grupos GLBT son uncomponente cardinal de la coaliciónantineoliberal que se ha concentradoen las protestas del movimiento alter-globalización y en los Foros socialesmundiales.

En el Foro Social de las Américas,Guatemala 2008, los movimientos femi-nistas allí reunidos declararon:

Para imponerse y sostenerse, recurre a lamilitarización y al armamentismo, in-venta confrontaciones genocidas quetoman a las mujeres como botín deguerra, las expulsa obligándolas al exi-lio y a vivir en condiciones de refu-giadas políticas; deja en la impunidad elfeminicidio y otros hechos criminalescontra la humanidad que suceden dia-riamente.

Las feministas proponemos transforma-ciones profundas y radicales de las rela-ciones entre los seres humanos y con lanaturaleza, para garantizar el buen vivir.

El buen vivir consiste en reconocernuestros aportes en las dimensionesproductivas y reproductivas, así comonuestra participación política, tanto enla sociedad civil como en el Estado.

El movimiento de los pueblos indiosde América Latina tiene una importan-cia cardinal. Surgidos en una atmósferade izquierda, fuertemente influidos porel marxismo y el socialismo, el EZLN,58

los pueblos indios de Ecuador y Boliviahan escapado a toda reificación de laidentidad, promoviendo alianzas políti-cas y una inteligente combinación de lolocal, nacional y mundial. En la actuali-dad, son la columna vertebral delGobierno de Bolivia, han promovido lacaracterización de nuestras sociedadesy Estado como plurinacionales y pluri-culturales…

En el mencionado Foro de lasAméricas, con el epígrafe “ Volveré yseré millones”, Túpac Amaru, 1780,aprobaron una Declaración de losPueblos y Nacionalidades Indígenas deAbya Yala.

“Las lideresas, líderes y representantesde los pueblos y nacionalidades indíge-nas de Abya Yala nos hemos reunido enel territorio de Iximulew (Guatemala)para coordinar nuestras luchas, fortale-cer nuestras organizaciones y reconsti-tuir nuestras Cosmovisiones milenariascomo alternativa frente al sistema capi-talista que amenaza el futuro de nuestramadre tierra.

74 ALEJANDRO MOREANO/ Desvanecimiento y (re) construcción del pensamiento crítico

57 Diane Matte y Lorraine Guay, “La Marcha Mundial de las Mujeres: por un mundo solidario e igualita-rio” en José Seoane y Emilio Taddei, Resistencias Mundiales. De Seattle a Porto Alegre, CLACSO,Buenos Aires, 2001.

58 El socialismo y el marxismo le dieron también a los insurgentes chiapanecos el sentido de la rebeliónarmada y de la vinculación a la lucha nacional y mundial.

Durante el encuentro hemos consensua-do que el enemigo número uno paratodas las especies que habitamos elplaneta y el cosmos es el capitalismo,ahora con el nombre de Neoliberalismoque se convierte en neocolonialismopara nuestros pueblos y nacionali-dades”.

En la perspectiva abierta por losnuevos movimientos sociales, se handesplegado desarrollo teóricos significa-tivos. La teorización fue muy rica y di-versa, en el feminismo primero, y luegoen la corriente de la diferencia colonial–Castro Gómez, Lander, Quijano-. Porotra parte, el fin de los movimientos deliberación nacional y el fracaso de lasburguesías nacionales abrieron unaimportante línea de reflexión en aque-llas regiones donde fue mas vivo elmovimiento anticolonial: la India, elorbe árabe, el África subsahariana -laescuela de los “estudios poscoloniales”y de los “estudios subalternos”, EdwardSaid, Homi K. Bhabha, Gayatri Spivak,Ranahit Guha, Partha Chatterjee, KwasiWiredu, africano, y otros-.

El pensamiento de los nuevos movi-mientos sociales fue un importanteespacio de resistencia a la hegemoníaabsoluta del pensamiento hegemónico.

IV. Crítica de facto de la invisibilidad

La invasión a Irak y la guerra contrael terrorismo, la emergencia de China ylos mercados emergentes y la caída dela Bolsa de New York y la crisis subya-cente han dado un golpe de muerte alolvido.

La invasión de Irak… Toda la estruc-tura del poder militar mundial de los

EE.UU. se ha revelado en su faz másdesenfadada y siniestra. La (re)coloniza-ción del mundo ha avanzado de mane-ra desembozada y la lucha por el petró-leo y los negocios de la reconstrucciónde Irak ha vuelto aun más visible elpoder detrás del trono: el capital multi-nacional que, gracias a la derrota delnacionalismo tercermundista y del lla-mado “socialismo real”, y, protegido porel poder imperial y el discurso único,desplegó en estas dos últimas décadasla más grande, rápida y violenta centra-lización de capitales de la historia delcapitalismo mundial.

La tesis de la quiebra de la totalidadde lo real ya estaba cuestionada por lapropia unificación mundial del poder ydel capital multinacional -llamada glo-balización-. La revitalización y prestigioque han asumido las tesis de la escuelade la economía mundo y los análisis deWallerstein son una muestra de ello.Pero, la mayor crítica práctica ha veni-do, sin duda, de la creciente unidad porabajo de los excluidos, la globalizaciónde los pueblos y los movimientos socia-les, las grandes movilizaciones mundia-les contra el neoliberalismo y la guerraimperial. Hemos señalado que en lamovilización del 15 de Febrero del2003 en contra de la invasión nortea-mericana a Irak, decidida por el ForoMundial de Porto Alegre, y en la que semanifestaron entre 30 y 40 millones depersonas, se inició la construcción de lahumanidad como el sujeto político de lamundialización.

Por otra parte, la visibilidad deChina, la India y los mercados emer-gentes cuestionó severamente las tesisde sociedades posindustriales y de la

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devaluación de la producción y del tra-bajo como categorías fundamentales dela vida del planeta. La presencia chinaya no podía ser soslayada. Su participa-ción en el comercio mundial es cadavez mayor. En 2004 las exportacionesaumentaron un impresionante 35%.China importa buena parte de materiasprimas y alimentos del mundo, razónque evitó una crisis de la producciónagrícola de grandes magnitudes. Porotra parte, la inversión directa en elextranjero por parte de empresas chinasha aumentado de 830 millones de dóla-res en 1990 a 11.300 millones en 2005.Algunas estimaciones predicen que lasinversiones chinas alcanzarán a unos60.000 millones hacia 2010. Además,China es una suerte de nuevo imperia-lismo que torna evidentes las caracterís-ticas del imperialismo en general.

Pero quizá lo que cuestionó la tesisde la “esquizofrenia del valor de cam-bio” fue la evidente relación existenteen el crecimiento productivo y comer-cial chino y la “financiarización” delcapital mundial, en especial norteame-ricano.

La expansión comercial China y susuperávit con casi todos los países delmundo la han convertido en un enormeposeedor de reservas en divisas. A

mediados de 2007, tales reservas ronda-ban 1,4 billones de dólares. China dis-pone de casi la cuarta parte de las reser-vas mundiales.59

El déficit comercial de los EEUU ensu intercambio con China es descomu-nal -en 2008 llegó a 266.300 millonesde dólares- pero China invierte el supe-rávit en bonos del tesoro norteamerica-no, evitando así el derrumbe financierode los EEUU. China es el mayor acree-dor de EE.UU. con 801.500 millones enbonos del Tesoro. Washington necesitaque China siga comprando los bonos delTesoro para financiar un déficit que lle-gará a 1,8 billones este año contra “sólo”455.000 millones del año pasado.

La caída de la bolsa de New York yla crisis subyacente le dieron el golpe degracia a la estrategia de invisibilización.

La hipertrofia del capital financieroque ha gobernado el mundo pareciósepultar a Marx y al pensamiento críti-co. Su tesis de que la escisión entre laesfera monetaria y la mercantil es unacondición para el funcionamiento delcapital pero que a la postre precipita sucrisis, no se cumplía. Más aun todoparecía señalar que la relación entremercancía y dinero se había roto y quela esfera monetaria vivía una suerte depoder ilimitado.

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59 Tabla. Principales poseedores de reservas en divisas (sin contar el oro), millones de dólares

Junio 2002 Junio 2006 Último dato 2007 %

China 246.400 943.600 1.349.300 Marzo 22,5Japón 438.000 849.800 913.600 Junio 15,2Rusia 39.900 243.200 406.000 Junio 6,8Taiwán 148.000 262.000 266.050 Junio 4,4Corea del Sur 112.200 225.600 250.700 Junio 4,2India 98.600 156.800 213.500 Junio 3,6MUNDO 6.005.400 Mayo 100,0

La crisis actual, ajuste brutal querestablece la relación entre dinero ymercancía, le da la razón a Marx. Másaun parece seguir su libreto, pues no essolo una crisis financiera sino una crisisacumulada de sobreproducción, talcomo la de 1929.60 Y, dada la fragilidadde la hegemonía política de EE.UU.,una crisis histórica.

La crisis financiera ha provocado unsalvataje descomunal: doce millones demillones de dólares de fondospúblicos61 en desmedro de otras nece-sidades.62

A partir de la crisis del 73, el capita-lismo transformó a la pareja crédito-deuda en el eje del dinamismo del siste-ma, y sometió al capital productivo aldespotismo de la aristocracia financiera.La decisión de Nixon de dar por termi-nado el patrón oro del dólar, inició elproceso.

Fue entonces que cobró brío elendeudamiento agresivo de las gran-des corporaciones y de todos los nego-cios en general, y de nuestros países.

La deuda global creció varios cientosde veces. También los países desarro-llados entraron en esa espiral. Hayquienes creen que, para el próximoaño, se producirá una cesación depagos (default) de la gigantesca deudade los EE.UU, incrementada con el sal-vataje bancario.

La llamada financiarización de laeconomía, en suma. El crédito mueve alcapital y la deuda se convierte en el ins-trumento del poder financiero. La otracara de la moneda fue el deterioro delos salarios mediante la quiebra delpoder sindical y la sobreacumulaciónpor la vía de la sobreexplotación denuestros países.

Los manejos fraudulentos con losflujos financieros –deudas, seguros yreaseguros convertidas en valores nego-ciables, los famosos derivados, la espe-culación con los Commodities– permi-tieron contrarrestar las tendencias a lacrisis, manteniendo la demanda solven-te por la vía de la deuda y no de mayo-res ingresos.63

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60 “La certeza de que efectivamente el movimiento financiero nunca estuvo desconectado de la “econo-mía real”; y, el veloz contagio de una crisis que de hipotecaria al inicio, se transformó en financiera,productiva, comercial y global; y, finalmente, que dichas crisis se articulan con las de carácter energé-tico, alimentario y ambiental, dando forma a la peor crisis desde la de 1929”. Marco Romero, “La cri-sis global”, El Telégrafo, 19 de marzo 2009.

61 Un nuevo cálculo de la agencia de noticias Bloomberg indica que el costo del rescate financiero,teniendo en cuenta los gastos directos, los préstamos y las garantías de ayuda, llegó a 12,8 billones dedólares. Esta cifra representa más de 42.000 dólares por cada persona que vive en Estados Unidos y seacerca a la producción económica total del país durante el año pasado.

62 ¿Qué significa este gasto frente a otras necesidades agudas de la humanidad? Según la ONU, para daragua potable a todo el planeta serían necesarios 32.000 millones de dólares. Según la FAO, para aca-bar con el drama de las 925 millones de personas que pasan hambre en el mundo serían precisos30.000 millones de dólares. Cantidades ínfimas comparadas con la fortuna destinada a salvar a los ban-cos que fueron los protagonistas de la crisis financiera.

63 La pareja crédito-deuda ha impregnado el cuerpo social. El crédito de consumo es el instrumento idealpara sujetar la vida de los hombres. Explotados en el trabajo y endeudados hasta el cogote, los indivi-duos retornan, como en el Siglo XIX, a vivir para pagar sus deudas. Hay una correlación entre la deudaexterna de nuestros pueblos y la privada de cada ciudadano.

La crisis, siempre latente, contenidapor los arbitrios financieros, se inició enel 2000. Según Augusto Sención, endicho año la pérdida de las empresasnorteamericanas fue del 4% y del 6% enel 2001. La respuesta –no el único moti-vo, por supuesto- fueron las invasiones aAfganistán e Irak. La primera gestó, en el2002, un alza de la ganancia del15.5%; la invasión a Irak un alza de24% en el año 2003. La hipertrofia delcapital financiero y la baja de la tasa deinterés jugaron en el mismo sentido.

El remedio duró poco y a partir del2005 se presentaron problemas de infla-ción, alza del interés, duplicación de lascuotas de pago- las de las casas subie-ron de 1.200 a 2.400-, paulatina bajadel consumo. La crisis hipotecaria des-tapó la crisis que estalló en la gigantes-ca burbuja financiera que la especula-ción había creado y que significó “lapérdida de 50 billones de dólares en elvalor de los activos financieros mundia-les, en el 2008”.64

La industria de la construcción entróen crisis: caída del 50%, 7 mil casasdiarias embargadas. Siguió la automo-triz y de materias primas, y luego undescenso de las compras al menudeo.Era obvio que las industrias de la cons-trucción y la automotriz fueran las pri-meras en entrar en problemas, e inclusoen quiebra, en tanto siempre la crisis seinicia en las ramas de productos nonecesarios.

El masivo salvataje de los grandesbancos fue hecho con la justificacióndel llamado riesgo estructural, claro

reconocimiento de que la financiariza-ción ya es orgánica al capitalismo, y nohay posibilidades de un programa key-nesiano global. De alguna manera, porlo menos provisionalmente, la crisisfinanciera parece controlada; no así laproductiva que sigue con tasas de con-tracción, y sobre todo, de altos nivelesde desempleo.

Desde que comenzó la crisis endiciembre de 2007, la economía esta-dounidense perdió 6,5 millones depuestos de trabajo, 4,7% del total deempleos en el país. La tasa de desem-pleo subió cinco puntos porcentualesmientras que la economía se ha contraí-do alrededor del 2,5%. En Europa yJapón las cifras también son muy altas.“La OIT estima que el desempleo podríaincrementarse en 52 millones de perso-nas en el mundo.”

“El mercado laboral de EstadosUnidos tiene un desempeño aún peorque el de la economía en general, seña-la The Wall Street Journal, lo que causatemores dentro y fuera del gobierno deque el resultado podría ser el de unarecuperación sin empleos incluso cuan-do termine la recesión.”

La afirmación de The Wall StreetJournal, sugiere que los programasgenerados por Barack Obama y losgobiernos de Europa y Japón, lejos deser un proyecto neo-keynesiano ten-diente a aumentar al empleo y los sala-rios, se orientan al esquema neoliberalde dictadura del capital financiero ycapitalismo salvaje.

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64 “Calculada por un estudio del Banco Asiático de Desarrollo y casi equivalente al PIB mundial” MarcoRomero, op. cit.

Más allá del curso que siga la crisis,es evidente que la misma desnudó elcarácter de la dictadura financiera.

El paradigma neoliberal parecióenterrar al pensamiento crítico. La inva-sión a Irak marcó su parcial regreso concategorías cardinales como la de impe-rialismo. Más, otras como contradic-ción, explotación, opresión, lucha declases siguen condenadas al ostracismo.Creo que la presente crisis marcará suretorno.

En la historia real y en el pensa-miento.

III. Crisis del pensamiento único y(re)surgimiento de nuevos paradigmas

La tesis del final de la historia -en suversión desenfadada, la de Fukuyama yel discurso único, o aquella que confinala vida política y los cambios en el inte-rior del actual sistema económico ypolítico mundial-, tan cara el posmoder-nismo, parece gravemente cuestionadapor los procesos de coordinación de lasluchas sociales y políticas y de gesta-ción de aquello que hemos llamado lahumanidad como sujeto político. Es hoyprecisamente cuando se han abierto lascondiciones para una historia realmenteuniversal. Las redes mundiales de losmovimientos sociales, la emergencia deun superproletariado mundial, tal comolo sostiene Jameson, la migración y sutendencia a precipitar cambios y mesti-zajes culturales, la lucha universal con-tra la guerra y el poder imperial reflejanese proceso.

El discurso único ha entrado en unaprofunda crisis. En un texto escrito enlos 90, señalábamos:

“Si en los 70 fue la problemática delcambio y el desarrollo -en cuyo hori-zonte teórico convergía y divergía laproblemática de la revolución, domi-nante en los 60 - la que organizó lainvestigación social y política, en los 80fue la democracia y, ahora, la gober-nabilidad. Detrás de esos cambios hay,desde luego, modificaciones en los pro-cesos políticos y en las realidadesmundiales, en especial a partir delderrumbe de los regímenes autodenom-inados socialistas. Pero, sobre todo haymodificaciones teóricas y políticas. Eldesarrollo de esas tres categorías evi-dencia un paso continuo del saberacadémico de las profundidades de lavida social a las exigencias del orden ydel poder. Me temo que pronto la cate-goría central sea algo así como la “poli-ciabilidad”, esto es las técnicas puniti-vas de las fuerzas del orden.”65

Aquélla ironía se cumplió a cabali-dad. La categoría dominante en el dis-curso único y en el de las cienciassociales oficiales de hoy es la de laseguridad. Se trata de un discurso ins-crito en la llamada guerra contra elterrorismo impuesto por el poder impe-rial de EE.UU. y del gobierno de Bush.

La hegemonía de la categoría deseguridad tanto en la política mundialdel poder imperial cuanto en el discur-so de las ciencias sociales oficiales,revela no solo la función de las mismassino la profunda crisis del pensamiento

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65 Alejandro Moreano, “Democracia y contradicciones sociales”, en Democracia en condiciones depobreza, ILDIS, Quito, 2002.

único, coherente con la decadencia delimperio norteamericano. No solo en elterreno político sino en el filosófico, lasustitución del imaginario de la libertadpor el de la seguridad, representa la des-composición histórica del (neo) libera-lismo, la muerte de toda vitalidad y decualquier grandeza moral que ayer seafirmó precisamente en la exaltacióndel individuo y su libertad.

La decadencia del Imperio y ladegradación del pensamiento hegemó-nico abren el horizonte de posibilidadpara la emergencia de un nuevo pensa-miento.

No se trata, por supuesto, de unaresurrección sin más de aquellas cate-gorías del pensamiento crítico que fue-ron escamoteadas en las últimas déca-das. Las nuevas categorías que surgie-ron -modernidad, irradiación de lo polí-tico y de las relaciones de poder, masallá del aparato estatal, a todo el cuerposocial, diferencia y diversidad sociales ydemocracia- posibilitaron nuevos ima-ginarios y dimensiones simbólicas yexpresaron a diversos movimientossociales. Los problemas surgieron cuan-do se convirtieron en sustitutos y cate-gorías únicas y excluyentes.

Uno de los ejes de la reconstruccióndel pensamiento crítico tenderá a surgir-está surgiendo- del diálogo fecundo ydel intenso debate entre esos dos ámbi-tos teóricos. Capitalismo y modernidad,dominación encarnada en el poder esta-tal y relaciones de poder en todos losámbitos de la vida social, contradiccióny diferencia, democracia y revolución,tal la dialéctica del nuevo pensamientocrítico-revolucionario.

Así, la centralidad de la categoríade poder, dominación y aparato de

Estado- la descomunal estructura mili-tar y administrativa del imperio- norecusa ni mucho menos la gran riquezade la tesis de la irradiación de lo políti-co y las relaciones de poder a todo elámbito social, la sexualidad, la moral,la vida cotidiana.

La importancia decisiva de la cate-goría de capitalismo no sustituye nimucho menos a la de modernidad quetantas ricas ideas produjo, en especial laformulación de la tesis de crisis y cam-bio de civilización. La muerte de laideología del progreso es ciertamentedefinitiva, a la par que la de los meta-lenguajes y las utopías emancipatorias.No hay teleología de la historia. Marx losabía muy bien, por eso señaló suadvertencia angustiada sobre la disyun-tiva de socialismo o barbarie. La visibi-lización de las categorías de capitalismoe imperialismo no vino de un metalen-guaje teórico sino de los lenguajes con-cretos, las prácticas y luchas sociales ysus discursos precisos. El curso de loque llamamos historia es el resultado delas luchas concretas de los hombres yno de un sentido inexorable inscrito enel origen.

La significación determinante de lacategoría de contradicción y antagonis-mo no excluye ni mucho menos lascategorías de diferencia y diversidadque le son más bien complementarias.Quizá haya sido Aníbal Quijano quienmejor haya formulado la imbricaciónhistórica de las relaciones de explota-ción y dominación capitalista con lascategorías de género y raza. Después detodo, dice Quijano, desde 500 añosatrás el capital explota a millones demujeres y hombres que mayoritaria-mente son negros, indios, mestizos,

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mulatos, árabes, hindúes, chinos…,muchos de ellos hoy migrantes pobresen los países de la Tríada.

Tampoco democracia y revoluciónson categorías excluyentes, no sólo enreferencia a la democracia directa queconstituye la participación popular en laestructura del poder estatal sino aquellade la competencia de partidos, autono-mía irrestricta de las organizacionessociales, derechos humanos y libertadincondicional e ilimitada de los sujetosy los ciudadanos.

Quizá la mayor importancia políticay creativa sea generada en el diálogocon el pensamiento de los nuevos movi-mientos sociales, los ecologistas yambientalistas, el feminismo, los gruposGLBT, y, sobre todo, el de los pueblosindios y la diáspora africana.

El marxismo como eje del pensa-miento crítico tiene una fuerte contra-dicción interna en tanto por un lado, elfundamental, es la crítica del capital; y,por otro, es un pensamiento políticoque se funda en el análisis de los proce-sos históricos concretos.

El Capital, la obra fundamental deMarx, no es un análisis histórico delcapitalismo sino la deconstrucción delcapital como forma pura. Tal caracterís-tica le permite fundar la oposición irre-ductible al capitalismo y devenir en eldiscurso anticapitalista por excelencia.

En un ahora célebre artículo66,Lacan reconoció a Marx como el inven-tor del síntoma, al construir la categoría

de plusvalía, matriz de la crítica delorden social.

Lo dice Zizek con mucha perti-nencia:

“Esto ya lo sabía Marx (razón por lacual, según Lacan, el origen de lanoción de síntoma debe buscarse enMarx): la “democracia formal” del mer-cado, su intercambio equivalente, impli-ca “la explotación”, la apropiación de laplusvalía, pero este desequilibrio no esuna indicación de una realización“imperfecta” del principio de intercam-bio equivalente, sino que el intercambioequivalente en el mercado es la formamisma de explotación o de apropiaciónde plusvalía”.

Es decir que la equivalencia formal esuna no equivalencia de los contenidos.En esto reside la conexión entre el obje-to a, el goce excedente, y la nociónmarxista de plusvalía (el propio Lacanacuñó la expresión “goce excedente”,plus de jour, tomando como modelo eltérmino plusvalía, plus-value);67

Galvano della Golpe dijo en algunaocasión que la categoría de plusvalíaera el golpe teórico de muerte que Marxle dio al capital. Gracias a dicha cate-goría, Marx muestra que la explotaciónes consustancial al capital y a la realiza-ción plena de la justicia, de la igualdad,del amor y de la democracia modernas,valores todos fundados en la ley delintercambio de equivalentes. Allí resideel antagonismo que desgarra lo social,

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66 J. Lacan: “El señor A” (18 de Marzo de 1980), Escansión Nueva Serie No.1, Buenos Aires, Manantial,1989.

67 Slavoj Zizek, “El Malestar de la democracia formal” en Mirar al sesgo, Paidós, Buenos Aires, 2000, p.273.

que impide, como dice Pablo Friedman,establecer el lazo social,68 que hayasociedad. En el mismo momento en quela ley del valor cierra el círculo delorden justo de la sociedad, la plusvalía(la matriz y el origen del síntoma laca-niano) desgarra ese orden y lo precipitaen el vacío de sentido.69

Las luchas sociales se mueven en elterreno de las violaciones a la ley delvalor, y por eso, pueden ser tendencial-mente absorbidas por el capital. O, ensu defecto, están animadas por la utopíade modos de vida fundados en el valorde uso, pero que en cualquier momentoson arrasados por la valorización mun-dial capitalista. De allí que todas ellastienden a confluir en Marx, el discursoanticapitalista por excelencia, inclusocuando han emergido con fuertes críti-cas a los movimientos o partidos auto-bautizados de marxistas.

A la vez, empero, el carácter no his-tórico de El Capital, deja fuera procesoshistóricos reales del capitalismo: laopresión racial-colonial, la problemáti-ca campesina, la opresión a las mujeresy a la diferencia sexual, por mencionarlos principales.

Y es allí donde se han desplegadolos mayores errores de los movimientosmarxistas y, en consecuencia, las másfuertes críticas.

Pero, es allí precisamente donde eldiálogo puede ser y es extremadamentefecundo.

La problemática es enorme y abarcamúltiples campos, zonas vulnerables enconflicto -la relación entre lo universal ylo particular (lo local), trabajo y deseo,la dimensión festiva de la lucha social.

El camino empero está abierto.

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68 Pablo Friedman, ”De la invención del síntoma a la solución ideológica” (Marx por Lacan), enRealidades y artificios, EOL-PAIDOS, Buenos Aires, 1997, p. 127.

69 El carácter actual de la acumulación capitalista, en la que el peso creciente de la plusvalía extraordi-naria convertida en estructural y permanente, y que absorbe el valor creado por el trabajo de todo elplaneta torna absoluto tal desgarramiento de lo social.