Editorial Universitaria Pagina al viento No. 1

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Los retos de la nueva Editorial Universitaria Boletín informativo de la Editorial Universitaria Año I, No. 1 Julio de 2012 ISNN: pendiente Universidad Nacional Autónoma de Honduras Ciudad Universitaria, Edificio Juan Ramón Molina Tel. (504) 2232-4772/2232-2109 ext. 208 Correo elect.: [email protected] E n mayo de 2012 las autoridades de la UNAH le confirieron a la Editorial Universitaria el carácter de “unidad de apoyo al trabajo acadé- mico, dependiente de la Vicerrectoría Académica, responsable de difundir el conocimiento y la cultura median- te la publicación de textos en distintos formatos, para ponerlos al alcance de la comunidad universitaria, la sociedad hondureña y la colectividad centroame- ricana e internacional en condiciones óp- timas de cantidad, calidad, pertinencia y precio” (Acuerdo N° 09-2012 de la Junta de Dirección Universitaria (JDU) del 7 de mayo de 2012). Se oficializó así el proceso de reestruc- turación de la Editorial Universitaria, iniciado en septiembre de 2011 con el nombramiento de Rubén Darío Paz como nuevo director, más el traslado del personal que laboraba anterior- mente a otras unidades de la universidad y la contratación de nuevo personal para funciones distintas, en el marco de una visión que respon- de a las necesidades planteadas por la reforma universitaria. El nuevo equipo de trabajo encontró una bodega llena de gran cantidad de publicaciones producidas bajo el sello de la Editorial Universi- taria, muchas de ellas valiosas por su contenido, pero carentes de un trabajo de edición profesio- nal, lo que se refleja en la ausencia de criterios estéticos y falta de depuración de los textos. Por otro lado, hay otras publicaciones que no justifican la erogación de recursos que se utili- zaron para producirlas. Pareciera que en algún momento se perdieron de vista los objetivos de la dependencia y se desaprovechó la oportu- nidad de hacer cosas mejores para la comuni- dad universitaria y para el país. La nueva visión que orienta la la- bor de la Editorial Universitaria es clara. Nos proponemos apoyar de manera permanente la investigación, producción y divulgación del pensa- miento, la investigación y la creación, con prioridad en el quehacer interno de la UNAH, pero también incorporan- do a intelectuales del país a escala nacional, independientemente de que tengan o no vinculación con la institución. En nuestro plan de trabajo contemplamos editar libros de texto para las asignaturas generales, previo procesos de con- cursos abiertos y reglamentados; reeditar la obra de los princi- pales autores y autoras del país, tomando en consideración las demandas del mercado o aniversarios y efemérides específicas. Para antes de finalizar el presente Año Académico Clementina Suárez tenemos previsto publicar una edición especial de las obras completas de nuestra poeta nacional. También, entre otras actividades, contemplamos la pu- blicación de obras de trascendencia, de preferencia centro- americanas, pero también de contenidos universales; editar revistas especializadas según las exigencias de las distintas carreras de laUNAH; publicar o reeditar documentos trascen- dentes para el quehacer universitario y el conocimiento de la realidad nacional; impulsar concursos de literatura en las ra- mas de ensayo, cuento, novela y poesía, con jurados naciona- les e internacionales; y desarrollar campañas sistemáticas de lectura en coordinación con organismos afines dentro y fuera de la UNAH. Para ello, hemos previsto fortalecer y establecer una serie de convenios existentes en materia de colaboración con insti- tuciones similares u órganos vinculados al fomento y difusión de la cultura, como también hacer visitas a todos los centros regionales universitarios para conocer sus logros y necesidades en el campo de la investigación y las publicaciones. Como corresponde a una verdadera Editorial Universitaria, nuestro trabajo se guiará por estrictos criterios de calidad, de acuerdo a los estándares internacionales existentes en la mate- ria. Las decisiones editoriales no se tomarán de forma personal, sino en el Consejo Editorial, el cual, según el Acuerdo de la JDU, está presidido por el Director y conformado por la Directora de Docencia, la Directora de Investigación Científica, el Director de Vinculación Universidad-Sociedad, la Coordinadora del Sis- tema Universitario de Educación a Distancia y un o una docente emérito-a. Para implementar estos planes requerimos de la voluntad y el apoyo operativo de otras instancias universitarias. Confia- mos en que muy pronto se solventarán algunos inconvenientes, lo cual nos permitirá completar el personal y adquirir el equipo necesario para comenzar a hacer realidad nuestro lema: publi- caciones de calidad para la Universidad del siglo 21.

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Boletin de la Editorial Universitaria correspondiente al mes de junio 2012.

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Los retos de la nueva Editorial Universitaria

Boletín informativo de la Editorial UniversitariaAño I, No. 1 Julio de 2012 ISNN: pendiente

Universidad Nacional Autónoma de Honduras

Ciudad Universitaria, Edificio Juan Ramón MolinaTel. (504) 2232-4772/2232-2109 ext. 208 Correo elect.: [email protected]

En mayo de 2012 las autoridades de la UNAH le confirieron a la

Editorial Universitaria el carácter de “unidad de apoyo al trabajo acadé-mico, dependiente de la Vicerrectoría Académica, responsable de difundir el conocimiento y la cultura median-te la publicación de textos en distintos

formatos, para ponerlos al alcance de la comunidad universitaria, la sociedad hondureña y la colectividad centroame-

ricana e internacional en condiciones óp-timas de cantidad, calidad, pertinencia y precio” (Acuerdo N° 09-2012 de la Junta

de Dirección Universitaria (JDU) del 7 de mayo de 2012).

Se oficializó así el proceso de reestruc-turación de la Editorial Universitaria, iniciado en septiembre de 2011 con el nombramiento de Rubén Darío Paz como nuevo director, más

el traslado del personal que laboraba anterior-mente a otras unidades de la universidad y la contratación de nuevo personal para funciones distintas, en el marco de una visión que respon-de a las necesidades planteadas por la reforma universitaria.

El nuevo equipo de trabajo encontró una bodega llena de gran cantidad de publicaciones

producidas bajo el sello de la Editorial Universi-taria, muchas de ellas valiosas por su contenido, pero carentes de un trabajo de edición profesio-nal, lo que se refleja en la ausencia de criterios estéticos y falta de depuración de los textos. Por otro lado, hay otras publicaciones que no justifican la erogación de recursos que se utili-zaron para producirlas. Pareciera que en algún momento se perdieron de vista los objetivos de la dependencia y se desaprovechó la oportu-nidad de hacer cosas mejores para la comuni-

dad universitaria y para el país.La nueva visión que orienta la la-

bor de la Editorial Universitaria es clara. Nos proponemos apoyar de manera permanente la investigación,

producción y divulgación del pensa-miento, la investigación y la creación, con prioridad en el quehacer interno de

la UNAH, pero también incorporan-do a intelectuales del país a escala

nacional, independientemente de que tengan o no vinculación con la institución.

En nuestro plan de trabajo contemplamos editar libros de texto para las asignaturas generales, previo procesos de con-cursos abiertos y reglamentados; reeditar la obra de los princi-pales autores y autoras del país, tomando en consideración las demandas del mercado o aniversarios y efemérides específicas. Para antes de finalizar el presente Año Académico Clementina Suárez tenemos previsto publicar una edición especial de las obras completas de nuestra poeta nacional.

También, entre otras actividades, contemplamos la pu-blicación de obras de trascendencia, de preferencia centro-americanas, pero también de contenidos universales; editar revistas especializadas según las exigencias de las distintas carreras de laUNAH; publicar o reeditar documentos trascen-dentes para el quehacer universitario y el conocimiento de la realidad nacional; impulsar concursos de literatura en las ra-mas de ensayo, cuento, novela y poesía, con jurados naciona-les e internacionales; y desarrollar campañas sistemáticas de lectura en coordinación con organismos afines dentro y fuera de la UNAH.

Para ello, hemos previsto fortalecer y establecer una serie de convenios existentes en materia de colaboración con insti-tuciones similares u órganos vinculados al fomento y difusión de la cultura, como también hacer visitas a todos los centros regionales universitarios para conocer sus logros y necesidades en el campo de la investigación y las publicaciones.

Como corresponde a una verdadera Editorial Universitaria, nuestro trabajo se guiará por estrictos criterios de calidad, de acuerdo a los estándares internacionales existentes en la mate-ria. Las decisiones editoriales no se tomarán de forma personal, sino en el Consejo Editorial, el cual, según el Acuerdo de la JDU, está presidido por el Director y conformado por la Directora de Docencia, la Directora de Investigación Científica, el Director de Vinculación Universidad-Sociedad, la Coordinadora del Sis-tema Universitario de Educación a Distancia y un o una docente emérito-a.

Para implementar estos planes requerimos de la voluntad y el apoyo operativo de otras instancias universitarias. Confia-mos en que muy pronto se solventarán algunos inconvenientes, lo cual nos permitirá completar el personal y adquirir el equipo necesario para comenzar a hacer realidad nuestro lema: publi-caciones de calidad para la Universidad del siglo 21.

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Importancia de la lectura (fragmento)Leer, ¡qué gran placer!

Óscar Wong*

La literatura: he ahí esa dimensión sagra-da donde se reordena el mundo a veces

de manera insensata y donde el horror y la belleza confluyen en un claro intento de re-figurar la realidad. La escritura como el es-pacio donde se contiene dicha realidad que se antoja inconcebible. El lector es un mago que se saca de la manga escritural: mundos, sentimientos, pensamientos, territorios densos que entregan –y doblegan- el silen-cio. También es un hechicero que invoca y conjura al cosmos, a los “diez mil seres” de que se compone el universo. Leer, cons-truir significados, atribuir sentido a de-terminados signos, contribuye a trans-formar lo que sabemos. Por eso mismo leer no es un lujo, sino un derecho social, la condición más indispensable para ac-ceder al conocimiento.

Leer y escribir son, obviamente, dos procesos de sencillez aparente, pero que encierran profunda complejidad; también constituye un proceso sencillo porque se

considera que la educación básica contem-pla este ejercicio, esta enseñanza: un ser humano alfabetizado desde las aulas tiene habilidades para codificar y decodificar sig-nos. (En algunas culturas al escritor se le denomina trazador de signos e incluso des-cifrador de signos).

Es obvio considerar que la formación de lectores es un proceso lento. Esto lleva implícito el interés, la creatividad, el inge-nio; pero además, iniciativa, constancia y compromiso. Leer involucra percibir con la vista los signos grabados o escritos, que también determina la comprensión. La lec-tura constituye un distintivo, es “la ciencia de los goces del lenguaje”, como sugiere Ro-land Barthes va más allá del lenguaje oral (acaso por lo mismo Gorostiza concibe a la poesía como la voz humana).

Como instrumento cultural —e histó-rico, agregaría— la escritura influye en el desarrollo del pensamiento, incluso de la percepción emocional sobre todo si se

agregan finalidades estéticas, de sentido e intencionalidad. La palabra tiene sonido, sentido, significados, pero también una percepción emocional. Esto debe ser apro-vechado por el escritor. El lenguaje escrito, como función psicológica superior —pues-to que encierra la capacidad de escribir y comprender– abre otros horizontes en el proceso de la enseñanza-aprendizaje, en la aprehensión del mundo, de la realidad sen-sible, circundante.

No todos los textos son asimilados de igual manera: la poesía, el ensayo y las ma-temáticas requieren más tiempo para ser asimilados. En cambio, la mayoría de los contenidos que ofrecen una información vinculada con nuestra inteligencia o nues-tra experiencia puede leerse de manera rá-pida, sin que ello reduzca nuestra facultad de entendimiento. La lectura y la literatura son inherentes a nuestra vida. Por supuesto que hay un proceso para la comprensión y aprendizaje de textos. En el ámbito escolar primario se advierten:

1) Adiestramiento lingüístico de tipo lé-xico, sintáctico, semántico e incluso prag-mático.

2) El conocimiento conceptual que se ac-tiva y se pone en acción cuando el lector se enfrenta a la nueva información contenida en el texto.

También debe considerarse el grado de complejidad o de familiaridad, el volumen de la información, el conocimiento previo pertinente o bagaje cultural. La palabra lle-na vacíos, según los mitos hebreos. Nombra la esencia de las cosas. Por eso el Logos es revelador. Tal vez por ello convenga recor-dar la famosa Triangulación de Galvano de-lla Volpe cuando revela que la palabra no conecta directamente con el objeto, puesto que previamente se pasa por el concepto. En este sentido, hay un esquema abstracto, un proceso de abstracción en todo hablan-te. Un campesino, aunque no tenga estu-dios, realiza una tarea intelectual. Vale la pena considerar, además, la predisposición de ánimo.

En Estética se habla de la Obra de Arte que exige dos condiciones primordiales: a) predisposición de ánimo, y b) un grado de conocimiento y de cultura. Un lector puede dar la espalda a un texto, aun cuando éste sea excelente, si está desvelado, o enfer-mo o simplemente no tiene la intención de adentrarse a la lectura. Después de todo, el

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3*Óscar Wong (Tonalá, Chiapas, México, 1948) es poeta, narrador y ensayista. Becario del Inba-Fonapas en crítica literaria (1978-1979) y del Centro Mexicano de Escri-tores en ensayo (1985-1986). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 1988 con el libro Enardecida luz y el premio Rosario Castellanos en cuento con “La edad de las mariposas” (1989). Es autor de numerosos libros de poesía y ensayo y colaborador de diversos medios de comunicación social. Radica en la ciudad de México. Se puede leer el texto completo en https://www.unacar.mx/contenido/difusion/acalan36pdf/contenido.pdf/

lector participa de un ritual, un ceremonial privativo, particu lar; como el personaje de Cortázar en el cuento “Continuidad de los parques”: “Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodea-ba...”.

Recordemos que en la expresión literaria cada palabra tiene valor por sí misma. No se puede intercambiar sin romper la con-cepción original del autor. Hay una carga semántica, desde luego, pero también hay un sentido, una combinación silábica, una intencionalidad. Todo está adecuado a su justa dimensión: la carga emotiva es pri-mordial. La literatura se asume como una fuente de creación estética, pero también como un medio de comunicación social de indudable beneficio para la salud física y emocional de todo ser humano.

El lenguaje como habilidad intelectual, como una transformación interna, separó a los seres humanos de los animales. El Logos, en su doble sentido de palabra y razón, fue considerado como el don más preciado y es-pecífico de los dones de la naturaleza. Por ello aún persiste una relación directa entre razón y sensibilidad. El lenguaje es primor-dial para conocer al mundo.

La etapa ágrafa nos habla de represen-taciones pictográficas: un bisonte, el río dibujado de manera burda; luego se asume la etapa iconográfica hasta llegar al alfabe-to. (...) El lenguaje como imagen y signo al mismo tiempo; la Palabra, esto es: el sonido significado, dio poder y cohesión al grupo social.

(...) Pero, ¿qué ocurre con los alfabetos? Graves nos recuerda las 13 consonantes y las cinco vocales de que consta el “alfabe-to de los árboles”, retomado después por Tolkien en El señor de los anillos. Incluso el ordenamiento de los días de la semana de-termina un ámbito sagrado. Los árboles son letras y manifiestan ciclos estacionales.

¿Leer para aprender? ¿Leer como activi-dad gozosa? En el primer caso conviene ha-cer una lectura primaria, de conocimiento, a la que denominaremos “lectura informa-tiva”; una segunda sería para detectar te-mas, ideas centrales y colaterales (lectura temática) y una tercera para determinar los recursos de estilo, la estructura, etc. (lectu-ra analítica).

La lectura como placer, como actividad lúdica, como recreación, plantea de manera inherente estimular la imaginación y

la capacidad crítica. “Quien practica constantemente la lectura, amplía su vocabulario y el sentido de las palabras y las frases. Cada vez que nos enfrentamos a un nuevo texto, a un nuevo tema, a un nuevo estilo, nos encontramos frente a un reto que, si se vence, habrá enriquecido nuestra posibilidad lectora”.

La lectura desarrolla la habilidad para pensar y aunque muchas veces no ocupa un lugar relevante dentro de las preferencias de los individuos, a pesar de sus incontables virtudes y beneficios, su ejercicio nos pro-porciona un gran placer. Hay, ciertamente, una relación muy íntima, un vínculo entre ocio y lectura. Cierto: “La literatura es una manifestación artística que retrata al ser humano con sus sentimientos, ocupacio-nes, luchas y pasiones y a la sociedad com-pleta en sus avances y retrocesos. Se podría pensar que la literatura no es una cuestión social. Sin embargo, ¿quién es el escritor que escribe para sí mismo? Todo acto lite-rario es un puente de comunicación hacia otro ser humano y es, además, una concre-ción del impulso creador con que todos na-cemos”.

El ocio nos lleva a la lectura. Y esta a la es-critura, a ese territorio luminoso de signos significantes: la literatura. Como expresión de la realidad, la literatura refigura su en-torno. Y va más allá de la simple manifesta-ción estética puesto que revela un espíritu, un ser humano dolido de existencia. Atena-ceada por la vida, por el dolor humano, el propio quebranto del escritor es enalteci-do. Su propia tolerancia e intolerancia a las palabras le sirve para armar un territorio donde la verdad y la mentira se confabulan para desentrañar lo circundante. Esto es lo primordial en la lectura. También es clara la determinación del poeta. Que es compar-tida a través de la escritura, que se revela en el ánimo del lector. Por ende, hay más de una vertiente de efectividad en este caos ordenado que conocemos como “el mundo”.

Cioran es más claro al respecto cuando explica que en el mundo nada está en su sitio, ni siquiera el mismo mundo; por eso la injusticia, la aceptación del nacimiento, el amor, el clima o la muerte. El destino es terrible: hasta las estrellas se pulverizarán. “Nadie puede corregir la injusticia de Dios y de los hombres; todo acto no es sino un caos especial, en apariencia organizado, del caos original. Estamos siendo arrastrados por

un torbellino que se remonta a la aurora de los tiempos, y si ese torbellino ha tomado el aspecto del orden, es sólo para arrastrar-nos mejor...” Ante esta expectativa al ser humano no le queda más que escribir, des-fogar esa contradicción original, determi-nar su trágico sino a través de la Escritura. Develar su futuro, revelar esos trazos cono-cidos como Palabra. ¿Y qué es la literatura sino ese cruel enfrentamiento entre el Cielo y la Tierra? La turbulencia primigenia, ese matrimonio anómalo que generó al ser hu-mano, es justamente la causa del horror, del miedo a la existencia, que se debate en-tre lo sublime del poema y la terrible terre-nalidad de las historias que se narran. Así, la eternidad se vuelve, en términos de Cio-ran, un lugar común, una manifestación del poeta que canta a la existencia como tema único. El poeta, el hacedor de signos, busca su propia salvación, acaso sin conseguirlo. Por eso también hace uso de su aciaga fun-ción y se pasa la vida trazando signos, des-cifrándolos. (...)

El ocio creador recogido en la lectura cotidiana. El idioma cargado de significa-dos hasta el máximo de sus posibilidades. ¿Cómo hacer de lo profundo algo cotidia-no? ¿Cómo revelar el idioma que se carga de energía o dinamiza de varios modos? “¿Qué puede ser menos peligroso que el mero lenguaje?”, se cuestiona Heidegger.

La lectura representa un proceso activo, más allá de lo que puede ofrecer cualquier medio audiovisual, porque desarrolla di-versas habilidades de pensamiento, tales como la creatividad y el espíritu crítico, la tolerancia hacia las ideas, incluso de los otros. También ofrece el goce estético, un repertorio más amplio de ideas y conceptos que, obviamente, desarrollan valores y en-riquecen al individuo como tal.

La lectura, desde luego, también respon-de a una función social. Constituye una caja de resonancia: “cuanto más cultura, más grande y diverso será el placer”, revela Bar-thes. Gozo, revelación, desciframiento del signo, ampliación del horizonte semántico. Trascender límites y espacios. El ritual de la lectura, la magia del lenguaje develando imágenes, sonoridades, fijación de viven-cias, esa fuente decisiva que proporciona la norma para el goce estético, de la creación artística. La Palabra que instaura verdades, que ofrenda, funda y comienza. Y reco-mienza, puntualizaría.

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Crónicas de la culturaIntelectuales centroamericanos visitan la UNAHLos meses de junio y julio han dejado huella en la vida cultural y

académico de nuestra universidad. El investigador guatemalte-co Edelberto Torres Rivas, con justicia considerado fundador de la sociología centroamericana por sus relevantes aportes al análisis de la realidad de la región, nos visitó para presentar su libro más reciente, Revoluciones sin cambios revolucionarios. Ensayos sobre la cri-sis en Centroamérica, bajo el sello de F&G Editores de Guatemala. El maestro Torres Rivas pronunció una conferencia magistral y res-pondió preguntas ante un auditorio lleno de estudiantes, docentes, autoridades y personalidades de la política y la cultura.

También en junio recibimos la visita del escritor Sergio Ra-mírez Mercado, uno de los más importantes narradores y ensa-yistas del área centroamericana, merecedor de numerosos pre-mios literarios, entre ellos el Premio de Novela Alfaguara 1998 y el Premio Latinoamericano de novela José María Arguedas, que le otorgó Casa de las Américas de Cuba en el año 2000.

Ramírez Mercado participó en una serie de conversatorios sobre la novela histórica en Centroamérica organizados por la Vicerrectoría Académica bajo el denominador de “taller acadé-mico-cultural”. Sergio Ramírez estuvo acompañado por los dis-tinguidos escritores hondureños Julio Escoto, quien llegó desde San Pedro Sula para presentar su novela más reciente, Magos, monjes, mayas, Copán; y Eduardo Bähr, director de la Biblioteca Nacional.

El distinguido intelectual nicaragüense fue condecorado por la Rectora de la UNAH, M.Sc. Julieta Castellanos, con la presea José Trinidad Reyes, máximo reconocimiento que otorga la ins-titución.

Cabe destacar que la Editorial Universitaria estuvo presente en estos eventos poniendo libros a disposición del público, con su nuevo logo y lema “publicaciones de calidad para la universidad del siglo 21”. Por otra parte, nuestro director, Rubén Darío Paz, acompañó a Sergio Ramírez en una visita al poeta hondureño Óscar Acosta y en la entrevista que diario El Heraldo le hiciera al escritor nicaragüense. Asimismo, moderó la presentación de las antologías centroamericanas de poesía y cuento Puer-tas abiertas y Puertos abiertos, respectivamente, publicadas por la prestigiada editorial mexicana Fondo de Cultura Económi-ca bajo la coordinación de Sergio Ramírez. En ambas antolo-

gías está incluida la obra de la escritora María Eugenia Ramos, quien forma parte de nuestro equipo editorial.

Finalmente, a inicios del mes de julio la Carrera de Letras de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNAH presentó el li-bro (Per)versiones de la modernidad. Literaturas, identidades y des-plazamientos, tercer tomo de la serie “Hacia una Historia de las Literaturas Centroamericanas”, publicada por F&G Editores, Guatemala. La mesa principal estuvo integrada por los académi-cos Beatriz Cortez, de la Universidad Estatal de California, Nor-thridge; Héctor Leyva, coordinador de la Carrera de Letras de la UNAH, y Ricardo Roque Baldovinos, Universidad Centroameri-cana “José Simeón Cañas”, El Salvador.

La serie forma parte de un proyecto de seis tomos que pre-tende ofrecer una visión renovadora de la historia de las litera-turas centroamericanas, desde las sensibilidades y la cotidiani-dad, en lugar de la clasificación tradicional por movimientos y generaciones.

La rectora de la UNAH, M.Sc. Julieta Castellanos, entrega al escritor Sergio Ramírez el pergamino correspondiente a la presea “José Trinidad Reyes”. Observa el Director de Vinculación Universidad-Sociedad, Dr. Ramón Romero. Foto: Blog oficial de la UNAH.

De izquierda a derecha, Héctor M. Leyva de la UNAH, Beatriz Cortez de la Universidad Estatal de California, Northridge, y Ricardo Roque Baldovinos, de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” de El Salvador. Foto: Marcela Carías (cortesía de la Dra. Beatriz Cortez).

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