El Agobio Como Motivo en Tres Nocturnos de Xavier Villaurrutia
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ElagobiocomomotivoentresNocturnosdeXavier
Villaurrutia
MarianoTiradoHernndez
La obra de Xavier Villaurrutia fue concebida desde la continua reflexin de s mismo, de Mxico
y del mundo todo. Su participacin en la vida literaria del pas contribuy a formar una nocin de
cultura que en la primera mitad del siglo XX apenas se formaba. Integrante deContemporneos,
grupo fundacional de nuestra literatura, junto con Carlos Pellicer, Enrique Gonzlez Rojo,
Bernardo Ortiz de Montellano, Jos Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Salvador Novo, Gilberto
Owen, Celestino Gorostiza y Rubn Salazar Malln, particip de manera activa en las tareas
polticas y sociales de un Mxico posrevolucionario que careca de un programa que lo ayudara a
emergerdelcaos.
La obra completa de Xavier Villaurrutia suma ms de mil pginas y la integran poesa, 1
teatro, prosa y crtica. Cada uno de estos gneros da cuenta de un momento en la trayectoria de
su carrera literaria y en consecuencia de su aporte a la construccin del sistema cultural del
Mxico posrevolucionario. En este sentido, su poesa no est desvinculada del contexto histrico.
Es cierto que l y los dems integrantes del grupo sin grupo, pugnaron siempre por la
universalidad,estoenmodoalgunosupusoeldesdnalomexicano:
LosContemporneos buscaban una nueva universalidad por medio del conocimiento de las nuevas literaturas europeas y norteamericanas y que por consecuencia no estaban de acuerdo con muchos escritores y crticos intensamente nacionalistas. No se debe sin embargo, adoptar el punto de vista algo superficial de que los del grupo ignoraban la poltica o la cultura mexicana, o que rechazaban su herencia mexicana, mostraban un serio
1TomocomoreferencialasObrascompletaseditadasporelFondodeCulturaEconmica
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inters en el mejoramiento de la cultura, el arte y la literatura mexicana (Paz, Xavier Villaurrutia,82)
Los estudios que existen sobre la obra potica de Villaurrutia convergen en la idea de que para
1950, ao en el que muere, era un poeta minoritariamente ledo en su pas y apenas conocido
fuera (Garca, Transmisin textual, 221). A su vez, Octavio Paz seal: Villaurrutia no tiene
una reputacin continental y su poesa es poco leda. [] Su poesa es una poesa solitaria y para
solitarios (Paz,Xavier Villaurrutia, 82). Afortunadamente, esto se ha ido modificando, gracias a
la publicacin de sus obras completas, lo que ha permitido que un mayor nmero de lectores
tenganaccesoaellasyenconsecuencia,nuevaslecturasgenerennuevasinterpretaciones.
La madurez literaria del autor se refleja en Nostalgia de la muerte, libro que muestra de
manera slida y contundente el estilo que definir su produccin posterior. Los temas que fijan
su obra son tratados de una manera original: la soledad y la bsqueda de sentido en un mundo
donde casi nada ofrece certezas, porque todo es duda y en el misterio de la noche se han perdido
el individuo y la personalidad (Dauster, Ensayos sobre poesas, 18), son apenas dos de los ejes
nodales de Nostalgia de la muerte. Es a partir de esa duda que el sujeto se siente abrumado,
preocupadoyciertamenteagobiadoporloqueselepresentaantesusojos.
Para comenzar el anlisis, me parece pertinente definir el trmino agobio. Agobio, segn
el Diccionario de la Real Academia es un sustantivo equivalente a la sofocacin y la angustia
(RAE, en lnea, s.v. agobio) en una segunda acepcin se designa como la accin y efecto de
agobiar. Agobiar, por su parte, es definido como un verbo: que preocupa gravemente o causa
gran sufrimiento (RAE, en lnea, s.v. agobiar). Por lo tanto, el tratamiento del agobio equivale a
una angustia y sofocacin, un sentimiento que causa pena, dolor, malestar y que, por lo tanto,
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preocupa. Es por esto que el motor del yo lrico en los Nocturnos responde a una imposibilidad
por acceder a una estatua, a un sonido, a un grito, a una realidad que pasa frente a sus ojos, pero
que no puede percibir como tal. En cambio, el sueo lo obnubila y lo ciega, lo aleja de s mismo
y le imposibilita acceder al ser de lo que ve. El deseo de quitarse la venda de los ojos y poder
acceder a la verdadera esencia es lo que motiva al yo lrico a continuar la bsqueda, pero no le es
posibleaccederdemaneradirecta,tendrquebuscaralgncaminoparahacerlo.
De tal manera, lo nocturno se erige como un laberinto en donde se busca la salida, en
donde la agona por conocer el otro lado motiva la escritura y el poemario es reflejo de este
sentimiento de liberacin. En palabras de Jos Alberto Snchez Martnez: Lo nocturno es una
frontera de lo irreconocible, el lugar donde todo lo que se ofrece a la mirada se desvanece, algo
similar a los laberintos que crea la palabra frente a la razn (Snchez, El sueo, en lnea). La
manera de acceder a lo reconocible se da en la noche, en el momento de vigilia o del sueo en
donde la conciencia va ms all y le es posible acceder a dimensiones impensables para la
realidadelyolricoaccedealanocheenformadesombra,unenteincorpreoysintiempo:
El sueo aparece como un espacio de reconocimiento, de encuentro con el otro y lo otro. La sombra tambin tiene esa funcin. Qu es el sueo sino un espacio de la sombra, un espejo de sombra? El sueo representa lo inconcebible, impulsos ocultos de la existencia humana que no se ven en la vigilia. Sueo: salida. El sueo es la salida del laberinto de la sombra, es la luna de la noche [...] Ese laberinto est implcito en Xavier y para salir de l esnecesarioentregarsealooscuro(Snchez,Elsueo,enlnea)
Es as que la oscuridad de la noche y de la sombra le posibilita al yo lrico las herramientas para
accederalaverdad.
En Nocturno miedo (Villaurrutia, Nostalgia, 51) se ve claramente la turbacin que
siente el yo potico en la duda de s mismo. Se plantea, desde un inicio, la incertidumbre de lo
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acaecido en la oscuridad, pues Todo en la noche vive una duda secreta (v. 1). El yo lrico, a
travs de la imposibilidad del saber, se resigna, pues, nada podemos contra la secreta ansiedad
(v. 4) esta resignacin se hiperboliza en las siguientes dos estrofas, desde no basta cerrar los
ojos en la sombra / [...] porque en la dura sombra / [...] la misma luz nocturna nos vuelve a
desvelar (vv. 58) hasta La noche vierte en sobre nosotros su misterio / [...] y algo nos dice que
morir es despertar (vv. 11, 12). En la tercera estrofa, el oxmoron de preguntar qu presencia
no se ha visto pasar (v. 15) se completa con la calle desierta (v. 13), por lo que la duda
mortal (v. 16) ya no slo se encuentra en el yo lrico, sino que busca un interlocutor con el cual
se pueda identificar. La soledad imperante en esta estrofa se da a travs de la representacin del
lvido espejo de soledad (v. 14): el muro. Para finalizar, el yo lrico nos devela su verdadera
angustia, la misma que le causa una opresin dentro del alma y que se haba planteado como la
incertidumbre en el primer verso: la mirada desde afuera, desde un espacio ajeno al cuerpo que
se habita. El sueo y la oscuridad le proveen de aquella duda al emisor, pues nicamente en esa
atmsfera que ha construdo a travs de la duda, l mismo se puede dar cuenta de lo acontecido.
l puede no ser l se encuentra en un estado de contemplacin individual desde una conciencia
superior, como un ente ajeno a l mismo y eso no hace ms que producir un vaco existencial que
noesposiblellenarsinoatravsdelabsqueda.
En el siguiente poema concerniente a este anlisis, Nocturno grito, (Villaurrutia,
Nostalgia, 52), el desasosiego contina a travs de la exploracin de s mismo. El yo potico
tiene miedo incluso de su voz y busca su sombra en vano. En las siguientes dos estrofas se
plantean una serie de invocaciones, mas no a una musa en bsqueda de inspiracin, sino como
una splica para encontrar una respuesta. El cuerpo se transforma en una sombra sin alma que
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simplemente se limita a pasar frente al mismo yo lrico en un desdoblamiento entre cuerpo y
alma l busca respuestas a travs de sus interrogantes, no sabe si en realidad lo que ve es su otra 2
parte, pero se encuentra en una constante investigacin. La siguiente interrogacin (Qu voz,
qu sombra qu sueo / despierto que no he soado / sern la voz y la sombra / y el sueo que
me han robado? (vv. 710)) funciona a travs de anforas en donde la duda de la realidad se
contrapone con la del sueo, pero no de un sueo anterior, sino en uno que an no se ha podido
acceder, pero que el yo lrico sabe existente. A continuacin, en las dos ltimas estrofas, se
presenta el sonido en concordancia con el grito. Las vibraciones sonoras se mezclan en una
sinestesia en donde la mano toca el pulso para poder escucharlo se crea un smil entre el odo en
el pecho y el dedo en la mueca. Para acrecentar esta sonoridad, el poeta crea una aliteracin del
sonido alveolar vibrante sonoro (/r/, /rr/) en Para or brotar [...] sangre / [...] corazn cerrado /
pondr [...] (vv. 1113) con el bilabial oclusivo sordo (/p/) en Para / [...] pondr [...] pecho /
[...] pulso [...] (vv. 1114) con la finalidad de representar el latido a travs de los sonidos de la
boca emitidos en una lectura en voz alta. Esta aliteracin funciona como mtodo para provocar
un sentimiento de opresin en el odo, para finalizar con el eco de un cuerpo vaco que resuena
dentro del pecho con una serie de reverberaciones dadas a lo largo del poema en todas las rimas
asonantes de los versos pares. Es as que el yo lrico, descorazonado, se ha convertido en un
mrmolheladollenodesonidoshuecos.
El mrmol del poema anterior se convierte en un elemento fundamental del siguiente
poema: Nocturno de la estatua (Villaurrutia, Nostalgia, 52). Villaurrutia supo asimilar en este
poema, del Surrealismo, slo aquello que serva a sus propsitos estticos y no es en el aspecto
2Meatrevoallamarasalenunciador,pueselcuerpoquevepasarsehaconvertidoenunentesinesencia.Elalma,desprendidadelasombraanterior,puedeverladesdeafuera.
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formal lo que ms le interesaba en lo onrico encontr una fuente importante para explorar su
experiencia potica. En la primera estrofa se nos presenta el sueo y lo surrealista del poema,
siempre cobijados bajo el manto de la oscuridad de igual manera, el grito de la estatua como
smbolo del sufrimiento motiva el movimiento de la voz potica hacia la carrera posterior la voz
potica nos gua hacia el sufrimiento de algo que no ve, pero quiere conocer: el grito de la
estatua desdoblando la esquina (v. 2). En la segunda estrofa,a travs de una serie de verboides,
la imposibilidad de acceder a lo que se busca da una vertiginosidad en la lectura a la vez que no
se presenta una accin concreta, sino slo una serie de intenciones cambiantes segn las
circunstancias. Dentro de los versos 36 (Correr hacia la estatua y encontrar slo el grito, /
querer tocar el grito y slo hallar el eco, / querer asir el eco y encontrar slo el muro / y correr
hacia el muro y tocar un espejo), la anfora del sustantivo final en el verso siguiente reconfigura
la meta de la voz potica y sta queda supeditada al sueo, siempre cambiante, y a la angustia de
conocer lo que sucede en el mundo onrico. Justo a la mitad del poema, la voz potica por fin
accede a una imagen concreta y esttica, el encuentro consigo mismo al Hallar en el espejo la
estatua asesinada (v. 7). La voz potica toma en sus brazos su reflejo convertido en estatua y lo
acoge con una zozobra irrebatible, pues la estatua es ella misma, pero asesinada y ensangrentada
a la voz no le queda ms que acariciarla como a una hermana imprevista (v. 10). Finalmente, el
sueo corresponde con la sensacin de muerte, la voz potica cuenta cien veces cien cien veces
(v. 12) con la intencin de revivirse a s misma con lo que consigue arrancar la ltima
exclamacin de la estatua en donde se completa lo onrico presentado desde un inicio y se une
conlabsquedadesmismoatravsdelamuerte:estoymuertadesueo(v.13).
As pues, el agobio se convierte en un motor a travs del cual el yo lrico (en los primeros
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dos poemas) y la voz potica (en el tercero) acceden a un reconocimiento de su bsqueda. A
travs de desdoblamientos y desplazamientos onricos se nos presenta una observacin del poeta
mismo con unos ojos angustiados al no saber lo que se le est presentando. En este sentido, la
exploracin de s mismo a travs del arte potico deviene un viaje interior en el que es posible
acceder a una nueva conformacin de su interior, mas tal estado de su conciencia viajera plantea
un problema: no el de la cada (del ser) sino el de estar cayendo, el de vivir en un interminable
descenso. [...] As, en vez de salir a recorrer el mundo el poeta siente que se asfixia, de modo que
esta forma de introspeccin es una forma provisional de vivir su muerte (Castro, La aventura
potica, en lnea). La muerte se erige como el pedestal del agobio es a travs de sta que el
poeta indaga en s mismo con la finalidad de conocerse y responder sus dudas ms internas. A
este respecto, Robert Nugent seala: The central difficulty in his discussion (de Villaurrutia) of
death is one of definition, both of himself and what has happened to him, during a period of
silence of a night (Nugent, Villaurrutia and Baudelaire, 207). Los nocturnos son poesa de 3
bsqueda, de viaje interior, de duda e incluso de angustia todos ellos llevan a un descubrimiento
de la esencia del poeta y de uno mismo. Es as que el no poder acceder de una manera pura se
convierte en una preocupacin, un dolor y un agobio en el que la indagacin de s mismo es la
finalidadsuperior.
3Latraduccinesma:Ladificultadcentralensudiscusin(deVillaurrutia)acercadelamuertesebasaenladefinicin,porunladodelmismoyporotro,deloquelehapasadoduranteunperiododesilenciodurantelanoche.
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Bibliografa
CASTRO, Victor, La aventura potica de Xavier Villaurrutia, Espculo: Revista de Estudios
Literarios, 27, 2004, en lnea ,consultadoel14dejuniode2013.
DAUSTER, Frank, Ensayos sobre poesa mexicana: Asedio a los Contemporneos, Mxico:
EdicionesdeAndrea,1963
PAZ,Octavio,XavierVillaurrutiaenpersonayenobra,Mxico:FCE,1985.
SNCHEZ Martnez Jos Alberto, "El sueo de la palabra: Xavier Villaurrutia", Espculo:
Revista de Estudios Literarios, 37, 2007, en lnea ,consultadoel14dejuniode2013.
NUGENT,Robert,"VillaurrutiaandBaudelaire,Hispania,42,1960,pp.205208.
VILLAURRUTIA,Xavier,Nostalgiadelamuerte:Poemasyteatro,Mxico:FCE,1986.
VILLAURRUTIA, Xavier, Obras, prl. de Al Chumacero, recop. de Miguel Capistrn,
Mxico:FCE,1966.
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