EL CIRCO

1
EL CIRCO Devocional para el 26 de mayo Esta es la historia de un muchacho que aprendió de su padre que siempre es mejor dar que recibir. “Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo fila para comprar entradas para el circo. Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresionó mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Se veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la fila, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con pasión de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida. El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: “Eres mi caballero de brillante armadura”. Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: “Tienes razón” La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuántas entradas quería. Él respondió con orgullo: “Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo.” La empleada le indicó el precio. La mujer soltó la mano de su marido, ladeó su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este se acercó un poco más y preguntó: “¿Cuánto dijo?” La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirles a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo? Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo (nosotros no éramos ricos en absoluto). Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: “Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo.” El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incómoda. Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: “Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí.” Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo. Pero no nos fuimos sin nada” PARA RECORDAR “Peca el que menosprecia a su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado” Proverbios 14:21 Hechos 20:35 “Más bienaventurada cosa es dar que recibir” Proverbios 19:17 “A Dios presta el que da al pobre, Y él le dará su paga”

description

EL CIRCO

Transcript of EL CIRCO

EL CIRCODevocional para el 26 de mayoEsta es la historia de un muchacho que aprendi de su padre que siempre es mejor dar que recibir.Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo fila para comprar entradas para el circo. Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresion mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce aos. Se vea que no tenan mucho dinero.La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacan bien la fila, de a dos detrs de los padres, tomados de la mano. Hablaban con pasin de los payasos, los elefantes y otros nmeros que veran esa noche. Se notaba que nunca antes haban ido al circo. Prometa ser un hecho saliente en su vida.El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: Eres mi caballero de brillante armadura. l sonrea, henchido de orgullo y mirndola como si respondiera: Tienes razn La empleada de la ventanilla pregunt al padre cuntas entradas quera. l respondi con orgullo: Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo. La empleada le indic el precio. La mujer solt la mano de su marido, lade su cabeza y el labio del hombre empez a torcerse.Este se acerc un poco ms y pregunt: Cunto dijo? La empleada volvi a repetirle el precio. Cmo iba a darse vuelta y decirles a sus ocho hijos que no tena suficiente dinero para llevarlos al circo? Viendo lo que pasaba, pap puso la mano en el bolsillo, sac un billete de veinte dlares y lo tir al suelo (nosotros no ramos ricos en absoluto). Mi padre se agach, recogi el billete, palme al hombre en el hombro y le dijo: Disculpe, seor, se le cay esto del bolsillo.El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No haba pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situacin desesperada, angustiosa e incmoda. Mir a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tom la suya, apret el billete de veinte dlares y con labios trmulos y una lgrima rodndole por la mejilla, replic: Gracias, gracias seor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para m.Pap y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo. Pero no nos fuimos sin nadaPARA RECORDARPeca el que menosprecia a su prjimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado Proverbios 14:21Hechos 20:35 Ms bienaventurada cosa es dar que recibirProverbios 19:17 A Dios presta el que da al pobre, Y l le dar su paga