El Estado de Cosas Inconstitucional .. - - - - - -
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INDICE
ITRODUCCIÓN
CAPITULO I: LA DECLARACIÓN DEL “ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL”
DENTRO DE LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
I. INTRODUCCIÓN:
II.ANTECEDENTES:
III. MARCO CONCEPTUAL:
1. Incumplimiento sistemático de las normas como afectación a la consolidación
del estado social y democrático de derecho:
2. El ethos corporativo del estado democrático como plasmación en la vida
cotidiana:
3. La declaración del estado de cosas inconstitucional como técnica para eliminar
comportamientos anticonstitucionales en la administración pública:
4. Expansión de los efectos de la sentencia, también en un proceso de
cumplimiento, por constatarse un estado de cosas inconstitucional:
5. Estado de cosas inconstitucionales y efectos de la sentencia en otros procesos:
IV. LA DECLARACIÓN DEL ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL Y EL
PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD:
V. JUSTIFICACIÓN Y SUSTENTO CONSTITUCIONAL:
VI. SITUACIÓN E IMPLICANCIA EN LAS ENTIDADES PÚBLICAS:
VII. C
ONCLUSIONES:
VIII. ANEXOS :
ITRODUCCIÓN
La jurisprudencia constitucional ha ofrecido distintas variantes interpretativas
de su ejercicio en la misma perspectiva de construir conceptos que busquen
consolidar una perspectiva de predictibilidad, elemento necesario para afianzar
la resolución urgente de controversias en sede constitucional. ¿Por qué? Por la
importancia y necesidad de formación de estándares para la dilucidación de los
contenidos de los principios en sede iusfundamental, más aún cuando su calidad
de mandatos de optimización exige una definición progresiva de argumentos
axiológicos estandarizados, que es en esencia el desarrollo actual del Derecho
Constitucional. A estándares mejor definidos, mayor posibilidad de una justicia
constitucional predecible. A pautas mejor construidas de los casos en examen,
mayor legitimidad de los jueces constitucionales.
Una de esas variantes es el estado de cosas inconstitucional, abordado
jurisprudencialmente en la STC 2579-2003-HD/TC [1] y que ha sido definido
como una “técnica (que) comporta que (…..) se efectúe un requerimiento
específico o genérico a un (o unos) órgano(s) público(s) a fin de que, dentro de
un plazo razonable, realicen o dejen de realizar una acción u omisión, per se,
violatoria de derechos fundamentales, que repercuta en la esfera subjetiva de
personas ajenas al proceso constitucional en el cual se origina la declaración.”
El caso señalado desarrolla los alcances del estado de cosas inconstitucional,
una figura que la Corte Constitucional de Colombia creó en 1997, hoy de
potencial utilidad para las decisiones constitucionales en tanto potencialmente,
puede constituirse en un mecanismo de doctrina constitucional con carácter
vinculante.
El proceso en comento, con sentencia estimatoria, se refiere al proceso
interpuesto por Julia Arellano Serquén en relación a la negativa del Consejo
Nacional de la Magistratura de entregarle información estimada pública
respecto a su proceso de ratificación como juez superior en Lambayeque, Perú.
El Consejo alegaba que su Ley Orgánica señalaba que la información solicitada
tenía carácter de reservada y sin embargo, el desarrollo del proceso de
ratificación había sido esencialmente público. Por lo tanto, la documentación
1 FIGUEROA, Edwin, “El estado de cosas inconstitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://edwinfigueroag.wordpress.com/2011/08/05/el-estado-de-cosas-inconstitucional-articulo/ > [Consultado el 15 de noviembre de 2012].
generada, en especial el acta del Informe de la Comisión Permanente de
Evaluación y Ratificación, sobre el cual el Poder Judicial desestimó la entrega
solicitada, era esencialmente un instrumento público y su entrega correspondía
desde la perspectiva constitucional. El Tribunal ordenó la entrega de
información solicitada y declaró como estado de cosas inconstitucional la
renuencia de entrega del tipo de información aludida.
Tomando como referencia el caso Arellano, nos persuadimos de la idea relevante
de que a través del estado de cosas inconstitucional, pueda constituirse un
efecto inter-partes de la sentencia constitucional también para aquellas
personas afectadas no partes en el proceso, e igualmente afectadas por el
estado de cosas inconstitucional.
Expliquemos ello de modo más sencillo: si una persona es afectada en su
derecho y el Tribunal declara el estado de cosas inconstitucional por una
vulneración manifiesta de un derecho fundamental, otra persona, en esa misma
situación, puede apersonarse a ese mismo proceso, aún sin ser parte en el
mismo, y dado el estado de cosas inconstitucional declarado, solicitar la
ejecución del fallo, también a su favor mas respecto a su derecho, también
trasgredido en modo similar al del primer afectado.
¿Qué pasaría si respecto del derecho de un pensionista se declara un estado de
cosas inconstitucional por no cumplirse el pago de su pensión, al interior de un
proceso pensionario constitucional, en las condiciones que fija el estado de
cosas inconstitucional?. Con certeza, cientos de pensionistas, quizá miles,
podrían acudir a ese primer proceso, sin necesidad de iniciar un nuevo juicio,
tan solo para reclamar la ejecución de su derecho.
En estricto, admitiríamos que se afecta el debido proceso, el derecho de
contradicción y el derecho a ser oído, entre otros derechos, y sin embargo, la
vulneración de esos derechos no es grave, dada la prevalencia de un estado de
cosas inconstitucional declarado.
Si esta figura se empleara de forma intensa en nuestra jurisprudencia
constitucional, se constituiría en herramienta protagónica para disminuir la
carga procesal, y para reducir ostensiblemente las horas- hombre dedicadas a
resolver numerosos conflictos constitucionales de naturaleza similar. ¿Es solo
cuestión de decisión? El Tribunal Constitucional ha fijado lineamientos de
campo iniciales [2] pero aún corresponde estructurar procedimentalmente la
figura y afianzar su nivel de vinculatoriedad a efectos de que representen
mecanismos efectivos de aplicación por parte de los jueces constitucionales. Los
beneficios serían enormes.
ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL
CAPITULO I
LA DECLARACIÓN DEL “ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL” DENTRO
DE LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
I. INTRODUCCIÓN:
Actualmente existe una preocupante situación en nuestro país, relacionado
con la omisión por parte de la administración pública de realizar las funciones
de su competencia, así como el desacato a las resoluciones judiciales por parte
de las Entidades Estatales, pese a que existe reiterada tradición jurisprudencial
sobre determinadas materias, por ello el Tribunal Constitucional del Perú, así
como lo han hecho otros países en Sudamérica, optaron por ir más allá de la
reiteración de su jurisprudencia que resultaba insuficiente para encontrar
soluciones y propuestas que resolvieran definitivamente la falta de protección o
garantía de los derechos; lo cual generó la construcción de un nuevo tipo de
sentencias por medio de la declaración de la existencia de un estado de cosas
donde se evidenciaba un alto nivel de vulneración de los derechos
fundamentales, así como también una serie de respuestas insustanciales,
intrascendentes e equivocadas por parte de las Instituciones Públicas, que
logran generar situaciones fácticas que contravienen a la Constitución y cuya
salida se podría encontrar en la intervención mancomunada de las distintas
Entidades para resolver los problemas de orden estructural del cual adolece en
el aparato Estatal.
2 FIGUEROA, Edwin,“ El estado de cosas inconstitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://edwinfigueroag.wordpress.com/2011/08/05/el-estado-de-cosas-inconstitucional-articulo/ > [Consultado el 15 de noviembre de 2012].
Debiendo referirse que el estado de cosas inconstitucional constituye la
declaración que efectúa el Tribunal [3] cuando se constata la vulneración
repetida y constante de los derechos fundamentales que afectan a una multitud
de personas, y cuya solución requiere la intervención de diversas entidades para
entender problemas de orden estructural; implicando dicha declaración que se
ordenen remedios que cobijen no solo a quienes acuden a dicha acción de tutela
para lograr protección a sus derechos, sino también a otras personas en la
misma situación, que no han accionado.
Siendo los elementos justificantes para la procedibilidad de la declaración
del estado de cosas inconstitucional, los siguientes: (1) La vulneración masiva y
generalizada de varios derechos constitucionales que afecta a un número
significativo de personas. (2) La prolongada omisión de las autoridades en el
cumplimiento de sus obligaciones para garantizar los derechos. (3) La no
expedición de medidas legislativas, administrativas o presupuestales necesarias
para evitar la vulneración de los derechos. (4) La existencia de un problema
social cuya solución compromete la intervención de varias entidades, requiere la
adopción de un conjunto complejo y coordinado de acciones y exige un nivel de
recursos que demanda un esfuerzo presupuestal adicional importante. (5) Si
todas las personas afectadas por el mismo problema acudieran a la acción de
tutela para obtener la protección de sus derechos, se produciría una mayor
congestión judicial.
Con la declaración de una situación determinada como contraria a los
derechos constitucionales (estado de cosas inconstitucional), se genera una
serie de responsabilidades, de parte de los órganos, instituciones o personas
concretas involucrados en los actos vulneratorios, permitiendo, de este modo,
allanar el camino en la búsqueda y satisfacción en los derechos afectados. Ello
con la finalidad de evitar que otros ciudadanos afectados por los mismos
comportamientos violatorios, tengan que imponer sucesivas demandas, que a la
larga generen una mayor congestión de la carga procesal, a efectos de obtener
el mismo resultado.
II. ANTECEDENTES:
3 Que lo realiza el Tribunal Constitucional y en otros países dicho rol lo asume la Corte Suprema de Justicia. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
En América Latina, la Corte Constitucional de Colombia inicia la
construcción de una jurisprudencia especial que desarrolla una tutela especial
ante casos donde se configura una situación o un estado de cosas
inconstitucional. En principio, las sentencias de las Salas de revisión o de la Sala
plena, sólo producían efectos interpartes, es decir, circunscritos al ámbito de
acción del proceso en particular. No obstante lo anterior, dicha Corte estableció
la posibilidad de que sus fallos de revisión produzcan efectos más allá de las
partes involucradas en el proceso. Desarrollándolo a través de las
construcciones jurisprudenciales, entre ellas el llamado Estado de Cosas
Inconstitucional en referencia.
Posteriormente, la Corte Argentina se suma a la corriente de la tutela
especial del estado de cosas inconstitucional, emitiendo la Corte Suprema de
Justicia de la Nación Argentina, un fallo histórico en el que acogió una acción
colectiva de habeas corpus. Dicho recurso lo presentó el Centro de Estudios
Legales y Sociales (CELS), en amparo de todas las personas privadas de su
libertad en la provincia de Buenos Aires, detenidas en establecimientos
policiales superpoblados, y retenidas en tales lugares, pese a que legal y
constitucionalmente su alojamiento debería desarrollarse en centros de
detención especializados. En esta resolución, luego de una detallada revisión de
la constitucionalidad de la situación penitenciaria en la provincia de Buenos
Aires y de las acciones que para revertirla se vienen ejecutando, la Suprema
Corte Argentina determinó: (i) Que las reglas mínimas que debe respetar la
política penitenciaria son las aprobadas por las Naciones Unidas para el
tratamiento de reclusos, cuyo incumplimiento generaría responsabilidad
internacional; (ii) Que la Suprema Corte de Buenos Aires y los Jueces de
Tribunales inferiores deben hacer cesar de manera urgente la situación de
ilegalidad de detención; (iii) Que el Poder Ejecutivo de esta provincia debe
informar detalladamente a las Cortes la situación penitenciaria de cada
detenido, para que ellas tomen las disposiciones necesarias para disminuir su
gravedad; (iv) La libertad inmediata de los detenidos en comisarías que sean
menores de edad y enfermos; (v) Que el gobierno provincial informe cada 60
días sobre las medidas adoptadas para adecuar la situación de los detenidos en
la provincia a estos principios; (vi) Exhorta al gobernador y legislatura de la
provincia a reformar la ley de excarcelaciones, la legislación penal y
penitenciaria; y finalmente, encomienda al gobierno provincial que, sobre estos
temas, organice una mesa de diálogo con el CELS y otras organizaciones
nacionales.
Tutela que según lo estableció la Corte Constitucional Colombiana, se
activa cuando se busca remedio a: “…situaciones de vulneración de los derechos
fundamentales que tengan un carácter general - en tanto que afectan a multitud
de personas -, y cuyas causas sean de naturaleza estructural - es decir que, por
lo regular, no se originan de manera exclusiva en la autoridad demandada y, por
lo tanto, su solución exige la acción mancomunada de distintas entidades…”[4];
y que resulta necesaria no sólo para evitar que todas las personas que se
encontraran en tal situación congestionen la administración de justicia; sino,
sobre todo, porque existe una situación y no una acción que vulnera derechos
fundamentales de todos los que sean afectados por ella.
Por su parte el Tribunal Constitucional Peruano (TC) en la sentencia
recaída en el Expediente Nº 2579-2003HD/TC- Caso Arellano Serquén, utilizó
por primera vez la técnica de la declaración del estado de cosas
inconstitucionales, que tiene por finalidad expandir los alcances de la sentencia
en un proceso de tutela de derechos fundamentales con efectos, prima fase,
inter partes. Así, en el fundamento 19) de la referida sentencia, se precisó que:
“(…) Ésta técnica, en un proceso constitucional de la libertad, comporta que,
una vez declarado el “estado de cosas inconstitucionales”, se efectúe un
requerimiento específico o genérico a un (o unos) órgano(s) público(s) a fin de
que, dentro de un plazo razonable, realicen o dejen de realizar una acción u
omisión, per se, violatoria de derechos fundamentales, que repercuta en la
esfera subjetiva de personas ajenas al proceso constitucional en el cual se
origina la declaración”.
Siendo necesario para que dicha declaración pueda realizarse que la
violación de un derecho fundamental se derive de un único acto o de un
conjunto de actos, interrelacionados entre sí, que además de lesionar el derecho
constitucional de quien interviene en el proceso en el que se produce la
4 Sentencia T-153/98, contenido en el fundamento 53. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
declaración de estado de cosas inconstitucionales, vulnera o amenaza derechos
de otras personas ajenas al proceso.
En la sentencia en mención, se declaró que el estado de cosas que originó
el hábeas data, y que ha sido objeto de la controversia en dicho proceso, es
contrario a la Constitución Política del Perú. Asimismo, se ordenó que remita
por Secretaría General del Tribunal Constitucional, la sentencia precitada a los
miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, a fin de que en un plazo de
90 días hábiles a partir de la notificación de ésta, adopten las medidas
necesarias y adecuadas a fin de corregir, dentro de los parámetros
constitucionales, las solicitudes de entrega de información sobre el proceso de
ratificación judicial. Previniéndose a los consejeros del Consejo Nacional de la
Magistratura para que eviten volver a incurrir en las acciones u omisiones
ilegítimas que originaron el presente proceso
Debe referirse que en los procesos de amparo constitucional, la técnica de
la declaración del estado de cosas inconstitucionales fue utilizada por segunda
vez, en la sentencia recaída en el Expediente N°. 3149-2004-AC/TC, para efectos
de declarar inconstitucionales los comportamientos renuentes, sistemáticos y
reiterados de los funcionarios del Ministerio de Economía y Finanzas, así como
también de las autoridades del Ministerio de Educación, al momento de cumplir
con las resoluciones que le reconocían derechos al personal Docente.
Finalmente, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 06089-2006-PA/TC, el
Tribunal Constitucional declaró como estado de cosas inconstitucionales el
régimen de precepciones del IGV por contravenir el principio de reserva de ley
en materia tributaria.
Procediendo posteriormente el Tribunal Constitucional mediante
sentencia emitida en el Expediente Nº 05561-2007-PA/TC de fecha 24 de marzo
de 2010 a ordenar a la Oficina de Normalización Previsional (ONP), que
suspenda la interposición de cualquier proceso judicial o recurso, o se allane en
el caso de que estuvieran en trámite, cuando los mismos pretendan desconocer
un derecho pensionario, que ha sido reconocido de modo uniforme en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
Emitiéndose este pronunciamiento con ocasión del proceso de amparo en
el que la Oficina de Normalización Previsional (ONP) había solicitado la nulidad
de una sentencia dictada por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima (Expediente Nº 2298-2004) a favor de don Grimaldo Díaz
Castillo, en la que el Poder Judicial amparó la pretensión del señor Díaz Castillo,
así como el pago de los correspondientes intereses, en consonancia con la
jurisprudencia vinculante del Tribunal Constitucional (TC) en esta materia. Sin
embargo, la ONP, a través de sus abogados, en lugar de acatar la sentencia,
volvió a presentar una nueva demanda alegando violaciones a sus derechos
procesales, los mismos que se presentaban manifiestamente infundados, de cara
a la propia doctrina sentada por el Colegiado Constitucional. Disponiéndose,
además, que los abogados que autorizaron la demanda de amparo, en abierto
desacato a la jurisprudencia del TC, pagaran la suma ascendiente a 20 Unidades
de Referencia Procesal, como sanción por incumplimiento de los deberes
propios del ejercicio profesional, al haber ejercido una acción temeraria,
incurriendo en un supuesto de abuso procesal, en perjuicio de los derechos
pensionarios de Don Grimaldo Díaz Castillo.
Por otro lado, el TC observó que la actitud renuente de los abogados
patrocinantes de la ONP, interponiendo demandas o recursos, que no tienen
ninguna probabilidad de éxito, atenta contra los derechos de todos los
pensionistas, pues no sólo retrasa los procesos judiciales en los cuales se discute
el derecho pensionario ya claramente establecido en la jurisprudencia, sino que
recarga innecesariamente los estrados judiciales, con evidente perjuicio para
aquellos pensionistas que acuden a ellos legítimamente. En dicho contexto,
llama la atención de los organismos públicos competentes, a efectos de que
evalúen el proceder de la ONP frente a los reclamos de los pensionistas y la
actuación de los Estudios de Abogados contratados por esta entidad del Estado.
Con esta declaratoria del estado de cosas inconstitucional respecto a
estas deficiencias en la defensa jurídica del Estado, el TC pretende una
reversión estructural de este problema, que afecta a un sector que goza de
especial protección constitucional, como las personas mayores. Por esta razón,
ordenó al Poder Ejecutivo, la emisión inmediata de las normas correspondientes,
de reestructuración de los procesos de contratación de estudios de abogados y/o
de abogados independientes, para atender los procesos judiciales relacionados a
reclamos de los pensionistas. Finalmente la sentencia dispuso que la Defensoría
del Pueblo, en el marco de sus competencias constitucionales, se encargue del
seguimiento respecto del cumplimiento de la referida sentencia.
Más recientemente, el Tribunal Constitucional ha emitido la sentencia
STC recaída en el expediente Nº 03426-2008-PHC/TC de fecha 26 de agosto del
2010, en el cual declaró el estado de cosas inconstitucional ante la falta de una
política de tratamiento y rehabilitación de la salud mental de personas que se
encuentran sujetas a medidas de seguridad, habiéndose constatado la violación
masiva y/o generalizada de uno o varios derechos fundamentales (derecho a la
salud, integridad personal, etc.) que afectan a un número significativo de
personas que adolecen de enfermedad mental, apreciándose que existen escasos
planes, programas y servicios de salud mental dirigidos a personas que se
encuentran sujetas a medidas de seguridad de internación, determinando que
los existentes no están debidamente articulados entre los sectores e
instituciones del Estado.
Debe referirse que asimismo, dicho Supremo interprete constitucional
consideró que para la superación del problema, que es de naturaleza
estructural, se hace necesaria la intervención activa y oportuna no sólo de las
autoridades emplazadas, sino fundamentalmente, coordinada y/o mancomunada,
de los demás sectores o Poderes del Estado (Ministerio de Justicia, Ministerio de
Salud, Ministerio de Economía y Finanzas, Congreso de la República, Poder
Judicial, etc.); en tal sentido, el Tribunal exigió el replanteamiento de la
actuación de los poderes públicos, a fin de que adopten un conjunto de medidas
de carácter administrativo, legislativo, judicial y de otra índole que tengan por
objeto superar de manera inmediata y eficaz las situaciones de hecho que dan
lugar al quebrantamiento de la Constitución.
Además se ha señalado por dicha entidad, que si bien se ha detectado que
el problema es de orden estructural; sin embargo, se advirtió que las
autoridades del INPE, así como las autoridades de salud, sólo se han limitado,
de un lado, a la remisión de documentos y al traslado del favorecido a los
Centros Hospitalarios, así como también se ha evidenciado la imposibilidad
material para el internamiento del beneficiario por falta de camas, debido a que
los Jueces no disponen el cese de la medida pese a haberse recomendado el alta
médica; tampoco se ha realizado las gestiones intra e interinstitucionales para
superar el problema, tales como la puesta en conocimiento de los titulares del
sector, la solicitud de los recursos materiales y económicos necesarios, la
celebración de determinados convenios o acuerdos interinstitucionales o de otra
índole, etc.
III. MARCO CONCEPTUAL:
Debe referirse que a efectos de buscarse una definición satisfactoria, y de
esta manera comprender y enmarcar las reales dimensiones que comprende la
presente técnica de construcción jurisprudencial constitucional llamada Estado
de Cosas Inconstitucional, cabe señalar que el Tribunal Constitucional en la
sentencia STC recaída en el expediente Nº 04878-2008-PA/TC de fecha 20 de
marzo del 2009 en el fundamento 2.3.2. Ha delimitado la característica
primordial y los efectos del Estado de Cosas Inconstitucional de la siguiente
manera: “1. La característica esencial de la declaración de una determinada
situación como un estado de cosas inconstitucional consiste en extender los
efectos de una decisión a personas que no fueron demandantes ni participaron
en el proceso que dio origen a la declaratoria respectiva, pero que se
encuentran en la misma situación que fue identificada como inconstitucional. El
Tribunal Constitucional en la STC Nº 2579-2003-HD [5] [6], ha señalado que la
técnica del estado de cosas inconstitucional busca extender los alcances inter
partes de las sentencias a todos aquellos casos en que de la realización de un
acto u omisión se hubiese derivado o generado una violación generalizada de
derechos fundamentales de distintas personas. (…) 2. Una vez declarado el
estado de cosas inconstitucional, la sentencia respectiva efectúa un
requerimiento específico o genérico a uno o varios órganos públicos a fin de
que, dentro de un plazo razonable, realicen o dejen de realizar la acción u
omisión, per se, violatoria de derechos fundamentales. En caso esto no ocurra se
estará ante un supuesto de incumplimiento de la sentencia constitucional. (…) 3.
5 El Tribunal Constitucional en la STC Nº 2579-2003-HD. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
6“Artículo 39.- Funcionarios y trabajadores públicos (…) Todos los funcionarios y trabajadores públicos están al servicio de la Nación. El Presidente de la República tiene la más alta jerarquía en el servicio a la Nación y, en ese orden, los representantes al Congreso, ministros de Estado, miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo de la Magistratura, los magistrados supremos, el Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo, en igual categoría; y los representantes de organismos descentralizados y alcaldes, de acuerdo a ley.”. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
En el supuesto que la declaratoria del estado de cosas inconstitucional implique
que las autoridades no lleven a cabo determinadas acciones, por considerarse
contrarias a los derechos fundamentales, si han dejado de realizarse (en
cumplimiento de la sentencia) pero luego se vuelven a reiterar respecto a
personas que no participaron en el proceso que dio lugar a la declaratoria del
estado de cosas, éstas se encuentran habilitadas para acudir a la represión de
actos lesivos homogéneos”.
Por su parte, según la propia jurisprudencia de la Corte Constitucional de
Colombia, sentencia N° T-025 de 2004, el estado de cosas inconstitucionales es
la declaratoria que hace la Corte cuando se constata la vulneración repetida y
constante de derechos fundamentales que afectan a multitud de personas, y
cuya solución requiere la intervención de distintas entidades para atender
problemas de orden estructural.
Entendiéndose el Estado de Cosas Inconstitucional como “la repetida
omisión y acción generalizada de los poderes públicos, respecto de la falta de
protección de las libertades y derechos fundamentales de las personas y de la
garantía de la independencia y de la no-intromisión de los poderes. Y que
supone el desconocimiento sistemático de principios básicos como el de
supremacía de la Constitución, el de la separación de poderes, el de la
inviolabilidad de los derechos humanos y el de la autonomía y especialidad de
los jueces y del reparto constitucional del orden jurisdiccional.” [7]. Es en ese
contexto, que se puede señalar que el “Estado de Cosas Inconstitucional”, es un
conjunto de situaciones de hecho, como acciones u omisiones que van a generar
una violación de naturaleza colectiva de los derechos fundamentales, ya sea por
parte de una Institución Pública, al desplegar una conducta sistemática y
renuente contraria a la Constitución, asimismo, esta conjunción de hechos
pueden originarse por un problema de orden estructural, en el cual puede estar
involucradas varias instituciones, existiendo una directa relación con la
organización y funcionamiento del aparato estatal.
7 DUQUE CORREDOR, Román J., “Estado de Derecho y de Justicia: Desviaciones y Manipulaciones. El Estado de Cosas Inconstitucional”. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. 2006; 343 p. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
Pudiendo calificarse al estado de cosas inconstitucional como una
declaratoria de inconstitucionalidad, pero no de leyes o de normas
infraconstitucionales, sino de hechos o conjuntos de situaciones que van a
configurar una serie de sucesos contrarios a la Constitución, atentando contra la
supremacía constitucional. Por lo tanto, los efectos del fallo que declare el
estado de cosas inconstitucional van más allá de las partes del proceso y
trasciende a la esfera subjetiva de otras personas que solicitan el mismo
petitorio.
Debiéndose pasar a desarrollar los aspectos fundamentales que giran
sobre dicha declaración, conforme lo ha diseñado el Tribunal Constitucional en
la STC Nº 03149-2004-AC/TC [8] de fecha 20 de enero del 2005.
6. INCUMPLIMIENTO SISTEMÁTICO DE LAS NORMAS COMO
AFECTACIÓN A LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO SOCIAL Y
DEMOCRÁTICO DE DERECHO:
Se denuncia una actitud de resistencia a acatar las disposiciones legales,
que a la larga, genera desesperanza en los justiciables respecto de las
soluciones que ofrece el Derecho, lo cual deslegitima el Estado Democrático
ante los ciudadanos; asimismo, dada la cantidad de demandas de amparo o de
cumplimiento a las que se ven obligados a recurrir las personas afectadas con
estas práctica omisiva, dicha actitud se evidencia como sistemática por parte de
los funcionarios de los sectores involucrados en los diversos casos de su
competencia, siendo dicho incumplimiento un elemento de quiebre dentro del
Estado de Derecho y en el Estado Democrático. Sobre este extremo, para el
Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Salamanca Don José
Luis Cascajo Castro “también constituye un postulado del Estado de Derecho el
establecimiento de un sistema de justicia administrativa y constitucional que
permita un control judicial sin lagunas de la actividad jurídica de los poderes
públicos” [9]; por lo que las instituciones estatales no pueden eludir su
responsabilidad y compromiso funcional frente a los ciudadanos, y para ello, el
8 “STC sobre el caso de la ejecución de una resolución que declara un derecho concedido en la Ley del Profesorado y su reglamento a todos los docentes en los supuestos claramente establecidos en la ley y en reiterada jurisprudencia del Tribunal Constitucional.” VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
9 “Revista del Centro de Estudios Constitucionales”. Número 12. Mayo-agosto 1992. 09 p. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
ente Constitucional debe velar y controlar la acción u omisión de los diversos
componentes del Estado involucrados.
7. EL ETHOS CORPORATIVO DEL ESTADO DEMOCRÁTICO COMO
PLASMACIÓN EN LA VIDA COTIDIANA:
De acuerdo al Tribunal Constitucional, dicha situación contraria a la
Constitución, hace necesario encarar este problema integralmente, y no sólo
desde las respuestas aisladas por cada caso que se presenta, puesto que, pese a
las múltiples sentencias emitidas, ésta práctica se mantiene, en abierto desafío a
la eficacia de los derechos que la Constitución reconoce. La construcción y
consolidación del Estado Social y Democrático de Derecho en nuestro país
requiere de una actitud comprometida de parte de todos los poderes públicos y,
de manera especial, de quienes en nombre del Estado ejercen la función pública
como delegación. Los funcionarios públicos, desde el que ostenta la más alta
jerarquía encarnada en el cargo del Presidente de la República, conforme al
artículo 39° de la Constitución Política [10] están al servicio de la Nación. Esto
supone, ante todo, un compromiso de lealtad con los valores y principios sobre
los que se asienta el Estado peruano, definido como Estado Social y
Democrático de Derecho conforme a los artículos 3° [11]y 43°[12] de la
Constitución.
Aconteciendo ello en razón a que el Estado Social y Democrático de
Derecho, constituye no sólo un conjunto de reglas de derecho a las que está
supeditada la actuación del poder público, sino también un conjunto de
actitudes, es decir, una cultura o, es decir, un “ethos” (término incluido por el
10 “Artículo 39.- Funcionarios y trabajadores públicos (…) Todos los funcionarios y trabajadores públicos están al servicio de la Nación. El Presidente de la República tiene la más alta jerarquía en el servicio a la Nación y, en ese orden, los representantes al Congreso, ministros de Estado, miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo de la Magistratura, los magistrados supremos, el Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo, en igual categoría; y los representantes de organismos descentralizados y alcaldes, de acuerdo a ley.”. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
11 “La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno.” VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
12 “La República del Perú es democrática, social, independiente y soberana. (…) El Estado es uno e indivisible. (…) Su gobierno es unitario, representativo y descentralizado, y se organiza según el principio de la separación de poderes.” VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
Tribunal Constitucional como sugiere Böckenförde) que presupone
determinados modos de comportarse, siendo en estos modos de
comportamiento, en los que se incorporan los principios y los criterios de
ordenación de la democracia. Señalándose que es necesario recordar que el
Estado Social y Democrático, es un imperativo que “(...) sus contenidos
axiológicos se plasmen en la vida cotidiana (...)” [13]. Indicando que su
consolidación requiere de una colaboración permanente entre todos los poderes
públicos y, de modo especial, de la Jurisdicción, poder premunido por excelencia
de potestades y competencias para hacer realidad los mandatos de la
Constitución y la ley en cada caso concreto. En este sentido dada la
trascendencia del tema que se resuelve, que se hará uso de las técnicas
resolutivas y las facultades que la doctrina y el ordenamiento permiten, para
dejar un mensaje claro a todos aquellos funcionarios o poderes públicos que no
sólo desconocen el sistema legal imperante, sino que desalientan la de un
modelo de convivencia civilizada a partir de la Constitución. La edificación de
una cultura constitucional es también objetivo y compromiso del Tribunal
Constitucional con la sociedad peruana, a la que debe su mandato.
Por ello, en la declaración de estado de cosas constitucional, el papel del
Magistrado del Tribunal Constitucional no se agota en el entendimiento del
contenido y alcances del principio liberal clásico de la separación de poderes
públicos, sino que trasciende el plano de lo axiológico, de la garantía efectiva de
ciertos principios en una sociedad pluralista y democrática como la nuestra.
8. LA DECLARACIÓN DEL ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL
COMO TÉCNICA PARA ELIMINAR COMPORTAMIENTOS
ANTICONSTITUCIONALES EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA:
En este punto, el Tribunal Constitucional señala en el caso Arellano
Serquen contra el Consejo Nacional de la Magistratura [14], el mismo que fue
desarrollado de manera creativa por la Corte Constitucional Colombiana, con el
objeto de expandir los alcances de la sentencia en un proceso de tutela de
13 Sentencia emitida en el Expediente N° 008-2003-AI/TC,Fundamento Jurídico 13.d. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
14 En el cual se utilizó por primera vez la técnica de la declaración del Estado de Cosas Inconstitucional. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
derechos fundamentales con efectos, prima facie, inter partes, evitando que
otros ciudadanos afectados por los mismos comportamientos violatorios tengan
que interponer sucesivas demandas con el fin de lograr lo mismo.
Asimismo, se señala que con la declaración de una situación determinada
como contraria a los valores constitucionales, se generan una serie de
responsabilidades de parte de los órganos, instituciones o personas concretas
involucradas en los actos vulneratorios, allanar el camino en la búsqueda y
satisfacción de los derechos comprometidos permitiendo, de este modo, allanar
el camino en la búsqueda y satisfacción de los derechos comprometidos. Así se
dejó establecido en el caso Arellano Serquén, precisando que: “(...) esta técnica,
en un proceso constitucional de la libertad, comporta que, una vez declarado el
“estado de cosas inconstitucionales”, se efectúe un requerimiento específico o
genérico a un (o unos) órgano(s) público(s) a fin de que, dentro de un plazo
razonable, realicen o dejen de realizar una acción u omisión, per se, violatoria
de derechos fundamentales, que repercuta en la esfera subjetiva de personas
ajenas al proceso constitucional en el cual se origina la declaración” [15].
9. EXPANSIÓN DE LOS EFECTOS DE LA SENTENCIA, TAMBIÉN EN
UN PROCESO DE CUMPLIMIENTO, POR CONSTATARSE UN
ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL:
El Tribunal Constitucional en la sentencia STC Nº 03149-2004-AC/TC ha
señalado, que si bien dicho desarrollo tuvo su origen en la necesidad de ampliar
los efectos de una sentencia en el marco de la tutela de derechos
fundamentales, reconociendo de este modo una dimensión objetiva a tales
derechos como parte del orden jurídico constitucionalizado, el Tribunal
Constitucional considera que similares argumentos respaldan la necesidad de
expandir los efectos de una sentencia en un proceso de cumplimiento, siempre
que se constate que similares resistencias a acatar las normas, o como ocurre en
otros casos, los actos administrativos, son tan insistentes que merecen una
respuesta de tipo institucional y no sólo respecto del caso en concreto al que se
encuentran avocados.
15 “Derecho Procesal Constitucional”. Editorial TEMIS, Bogotá, 2001. Pág. 187. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
En este tipo de sentencia, el Tribunal ha expresado que, la expansión de los
efectos de una sentencia va más allá de las partes justiciables que participan en
el proceso judicial, situación que se encuentra sustentado en el hecho que el
Tribunal Constitucional es el encargado de la defensa de la supremacía
constitucional, que para el Maestro Domingo García Belaunde esta Supremacía
Constitucional implica que la Constitución es: i) fuente de todo el ordenamiento
jurídico, ii) referente obligado para todo tipo de interpretación, iii) la máxima
jerarquía, contra la cual no puede atentar el resto del ordenamiento jurídico,
siempre subordinado, y en situación descendente, de más a menos, en
escalones. En relación con este punto, cabe advertir que en los tiempos actuales
de globalización, el sentido de la Constitución tiende a ser relativizado, como ya
lo fue en su momento el concepto de soberanía, en especial con el crecimiento
del derecho internacional público, con todas sus ramas, y sobre todo, del
derecho comunitario. Más aún, cuando se tiende a un creciente monismo en
materia de caracterización del derecho internacional, como superior a los
derechos nacionales o internos, a los que a veces incluso desplazan. Pero, sin
lugar a dudas, esta eventual supremacía del derecho internacional, sólo existe
cuando el derecho interno de cada Estado, y más aún, su propia Constitución,
así lo establece, con lo cual se trata de un desplazamiento querido y consentido
por la propia Constitución [16]. De lo que se colige que el Tribunal
Constitucional tiene respaldo de la propia Constitución, por lo que sus
decisiones vinculan a todos los poderes públicos. Las interpretaciones del
Tribunal constituyen su jurisprudencia, que es fuente de derecho y vincula a
toda la magistratura en los términos establecidos el artículo VI del Título
Preliminar del Código Procesal Constitucional [17].
Siendo por ello, que en Sociedades como la nuestra, en donde los
postulados del Estado Social y Democrático, están, en muchos casos, pendientes
de realizar, corresponde al Tribunal, en gran medida, coadyuvar para
concretarlos. Esto supone desde luego, una colaboración permanente con los
demás poderes públicos “(...) a fin de modificar una realidad social intolerable y
16 “Derecho Procesal Constitucional”. Editorial TEMIS, Bogotá, 2001. Pág. 187.VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
17 “(…) Los Jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma con rango de ley y los reglamentos según los preceptos y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional.”VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
contraria a los principios que informan el Estado Social de Derecho” [18]. En
este sentido, dicho Colegiado señala que también participa como agente de
cambio para la plasmación de los postulados del Estado Social y Democrático de
Derecho, labor que realiza a partir de sus pronunciamientos y del poder
ordenador de su jurisprudencia.
Asimismo, el Tribunal Constitucional en la sentencia 03149-2004-AC/TC
señala que se ha dejado establecido en el Expediente N.° 2579-2003-HD/TC, que
mediante la declaración de Estado de Cosas Inconstitucional: “(...) y a fin de que
se respeten plenamente los pronunciamientos de esta naturaleza que de ahora
en adelante se emitan, este Colegiado enfatiza que, si con posterioridad a la
fecha de expedición de una sentencia de esta clase, llegase al Tribunal o a
cualquier órgano judicial competente un caso análogo, cuyos hechos se
practiquen con fecha posterior a la de esta sentencia, aparte de que se ordene la
remisión de copias de los actuados por la violación del derecho constitucional
concretamente afectado, también se dispondrá que se abra proceso penal por
desacato de una sentencia del Tribunal Constitucional”.
Ante tal escenario, en nuestra opinión, podemos señalar que se ha
configurado un Estado de cosas inconstitucional por constatarse
comportamientos renuentes, sistemáticos y reiterados de los funcionarios; lo
cual genera zozobra e impotencia por parte de los titulares de los derechos
constitucionales que son objeto de vulneración o amenaza, y que dichas
actuaciones de desidia e indiferencia estatal pueden provocar la
irrecuperabilidad de estos derechos, lo cual va a cubrir con una nube de
desesperanza las expectativas de cada persona así como el proyecto de vida
trazado de los ciudadanos.
10. ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONALES Y EFECTOS DE
LA SENTENCIA EN OTROS PROCESOS:
Teniéndose en cuenta que por su propia naturaleza, y a diferencia de lo
que sucede con otra clase de remedios procesales constitucionales que tienen
18 FAIRÉN GUILLÉN, Víctor y otros; “Poderes y deberes del Juez”; Editorial Rubinzal – Culzoni Editores; edición 2004, pág. 17. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
una marcada dimensión objetiva, como sucede con el proceso de
inconstitucionalidad de las leyes y el conflicto entre órganos constitucionales, y
por otro lado, en el caso de los procesos constitucionales de la libertad, como
son el hábeas corpus, amparo y hábeas data, lo resuelto con la sentencia vincula
únicamente a las partes que participan en dicho proceso.
Resultando de dichos conflictos una serie de problemas colectivos y
sistemáticos en la justicia constitucional, que no han sido ajenas para dicho
Tribunal, pese a que no han sido prevista originalmente por el legislador. Por
ello, como es de verse claramente, siendo que el Tribunal Constitucional se
encuentra legitimado para fijar las reglas procesales que tutelen y protejan los
principios y derechos constitucionales, en tal sentido, se considera
constitucionalmente necesario y exigible que se adopte la técnica del “estado de
cosas inconstitucionales” que, en su momento, implementara la Corte
Constitucional de Colombia, a partir de la Sentencia de Unificación N.°
559/1997; ya que se debe considerar el desmesurado crecimiento del número de
demandas que tiene por finalidad conseguir tutela sobre los mismos casos que
son objeto de la declaración, así como también la saturación y el colapso de la
justicia constitucional de la libertad que devendría de tramitarse todos estos
procesos.
En un proceso constitucional de la libertad, una vez que ha sido declarado
el estado de cosas inconstitucional, y efectuado el requerimiento pertinente, ya
sea específico o genérico, los órganos públicos tienen la obligación de realizar o
dejar de realizar, una acción o una actitud de inercia que atenta contra los
derechos fundamentales, y de esta manera, que también trascienda en los
demás derechos de personas ajenas al proceso constitucional en el cual se
origina la declaración sobre el caso en concreto.
Se trata, en suma, de extender los alcances inter partes de las sentencias a
todos aquellos casos en los que de la realización de un acto u omisión se hubiese
derivado o generado una violación generalizada de derechos fundamentales de
distintas personas que no han participado del proceso generador de la
declaración de estado de cosas inconstitucional.
Es por ello, que dentro de la labor de este Tribunal, consideramos
importante apuntar que éste “no es, ni puede ser, una máquina de silogismos y
ni siquiera la boca que pronuncia las palabras de la ley. Es mucho más, es parte
integrante del ordenamiento jurídico, cuya ciencia, conciencia y voluntad,
armoniosamente conjugadas, hacen el Derecho vivo, el Derecho que se realiza.
No pronuncia las palabras de la ley, que son frías e inertes; pronuncia sus
propias palabras, elaborando con los hechos y el derecho por él valorados una
norma jurídica nueva, para el caso que se le sometió” [19]; ya que los derechos
podrán limitarse por ley “con el único fin de asegurar el reconocimiento y el
respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas
exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una
sociedad democrática” [20][19]; es ese sentido, el Tribunal Constitucional al
encargarse del control de la constitución, a través de ello, tiene un rol que busca
asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los
ciudadanos, es pos de alcanzar una cultura de paz.
Al respecto,“En 1995 UNESCO dio una definición de cultura de paz: «Una
cultura de la convivencia y de la redistribución basada en los principios de
libertad, de justicia y de democracia, de tolerancia y de solidaridad; una cultura
que rechaza la violencia, se dedica a prevenir los conflictos desde sus orígenes y
a resolver los problemas a través del diálogo y de la negociación; una cultura
que garantiza a todos el pleno ejercicio de todos los derechos y los medios para
participar plenamente en el desarrollo endógeno de la sociedad” [21].
IV. LA DECLARACIÓN DEL ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL Y
EL PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD:
Corresponde hacer una distinción entre un proceso de inconstitucionalidad
y la declaración de estado de cosas inconstitucional. En relación al primero,
19 FAIRÉN GUILLÉN, Víctor y otros; “Poderes y deberes del Juez”; Editorial Rubinzal – Culzoni Editores; edición 2004, pág. 17. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
20 MERLO, Maria Eva; “Delitos contra el honor. Libertad de expresión y de información.”; Editorial Universidad; edición 2005, pág. 107. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
21 GUERRA CERRÓN, María Elena; “Hacia una justicia de paz. Un asunto de interés nacional”; Editorial Jurídica Grijley E.I.R.L.; 1ra. edición, 2005; pág. 11. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
debe referirse que la demanda de inconstitucionalidad procede contra las
normas que tienen rango de ley, así tenemos: leyes, decretos legislativos,
decretos de urgencia, tratados que hayan requerido o no la aprobación del
Congreso [22]; asimismo, la demanda de inconstitucionalidad sólo puede ser
presentada por los órganos y sujetos indicados en el artículo 203º de la
Constitución [23]. Siendo menester señalarse que conforme a las atribuciones
del Tribunal Constitucional conferidas por la Constitución Política del Perú, al
mismo sólo le corresponde conocer en instancia única sobre la acción de
inconstitucionalidad.
Aunado a ello, en relación al efecto vinculante de la sentencia de
inconstitucionalidad se debe considerar lo previsto en el Artículo 82º del Código
Procesal Constitucional [24], en el sentido, que dichas sentencias tienen efecto
vinculante para todos los poderes públicos, vinculación que, por sus alcances
generales, se despliega hacia toda la ciudadanía. Por tanto, en un proceso de
Inconstitucionalidad no sería aplicable el estado de cosas inconstitucionales, en
cambio, dicha técnica jurisprudencial resultaría aplicable en los procesos de
tutela de derechos fundamentales como son el amparo, habeas data, hábeas
corpus y cumplimiento, ello de conformidad a lo expresado por el Tribunal
Constitucional en la Sentencia recaída en el expediente Nº 0006-2008-PI/TC.
A diferencia de este tipo de proceso, el estado de cosas inconstitucional,
consiste en una declaración sobre hechos y circunstancias que son generados
por graves actuaciones dentro del seno de la estructura de un Estado, que
involucra seriamente a sus Instituciones así como también a los funcionarios y
22 Conforme a los artículos 56° y 57° de la Constitución Política del Estado, Reglamento del Congreso, normas regionales de carácter general y ordenanzas municipales.
23 “Artículo 203.- Personas facultadas para interponer Acción de Inconstitucionalidad
Están facultados para interponer acción de inconstitucionalidad:1. El Presidente de la República;2. El Fiscal de la Nación;3. El Defensor del Pueblo;4. El veinticinco por ciento del número legal de congresistas;5. Cinco mil ciudadanos con firmas comprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones. Si la norma es una ordenanza municipal, está facultado para impugnarla el uno por ciento de los ciudadanos del respectivo ámbito territorial, siempre que este porcentaje no exceda del número de firmas anteriormente señalado;6. Los presidentes de Región con acuerdo del Consejo de Coordinación Regional, o los alcaldes provinciales con acuerdo de su Concejo, en materias de su competencia.7. Los colegios profesionales, en materias de su especialidad.”
24 “(…) Las sentencias del Tribunal Constitucional en los procesos de inconstitucionalidad y las recaídas en los procesos de acción popular que queden firmes tienen autoridad de cosa juzgada, por lo que vinculan a todos los poderes públicos y producen efectos generales desde el día siguiente a la fecha de su publicación (…)”
operadores que dirigen y componen el aparto estatal; o ante la falta de
cumplimiento o ineficiencia de la normatividad vigente.
V. ELEMENTOS PARA LA DECLARATORIA DE ESTADO DE COSAS
INCONSTITUCIONAL:
Dentro de los factores que corresponde ser valorados para definir si existe un
estado de cosas inconstitucional, debe hacerse referencia a los siguientes:
1) La vulneración masiva y generalizada de varios derechos constitucionales que
afecta a un número significativo de personas.
2) La prolongada omisión de las autoridades en el cumplimiento de sus
obligaciones para garantizar los derechos.
3) La no expedición de medidas legislativas, administrativas o presupuestales
necesarias para evitar la vulneración de los derechos.
4) La existencia de un problema social cuya solución compromete la
intervención de varias entidades, requiere la adopción de un conjunto complejo
y coordinado de acciones y exige un nivel de recursos que demanda un esfuerzo
presupuestal adicional importante.
5) Si todas las personas afectadas por el mismo problema acudieran a la acción
de tutela para obtener la protección de sus derechos, se produciría una mayor
congestión judicial [25].
VI. JUSTIFICACIÓN Y SUSTENTO CONSTITUCIONAL:
El Tribunal Constitucional como órgano supremo de la justicia
constitucional, tiene la potestad de controlar las sentencias de la jurisdicción
ordinaria y de esta forma dar solución a los problemas de orden constitucional,
ello en función a la categoría de supremo intérprete de la Constitución que goza
dicho Colegiado, cumpliendo un papel preponderante en la tutela de la
jurisdiccional constitucional, realizando una acción de custodia de la
Constitución y disponiendo las medidas pertinentes para el eficaz cumplimiento
de sus mandatos y determinando los mecanismos de neutralización frente a las
acciones contrarias a la Constitución, considerando que “el tribunal
25 PARRA DUSSÁN, Carlos, “Estado de Cosas inconstitucional”. En: Columnas del Derecho, Universidad del Rosario, 2007. Pag. 103. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
constitucional debe ser el “supremo intérprete de la constitución”. Lo cual
quiere decir que no siendo el único interprete ni tampoco el más calificado, ni
menos aún el intérprete auténtico, es el supremo, pues en caso de conflicto, se
impone su interpretación sobre todas las demás [26].
Al respecto, importa señalar que el mismo ha venido cumpliendo una labor
primordial en la consolidación del Estado Constitucional, desplegando un
accionar dinámico, unificador y educador que vincula a muchos ámbitos del
ordenamiento jurídico, dando un sentido constitucional a las cosas. Es por ello,
que los miembros de este Tribunal en muchos casos van a trabajar sobre temas
delicados y de enorme importancia para el país, cuyos efectos pueden generar
cambios en el ordenamiento jurídico, también en el ámbito económico, político,
social, cultural, entre otros; lo cual significa, que al momento de emitirse alguna
decisión, esta debe haber pasado por un momento de responsable y plena
reflexión. Ello implica precisamente que los integrantes del Tribunal deben
asumir un rol de completa lealtad a la Constitución, de pronto se deben
convertir en fieles defensores de la carta magna; y asimismo, sus hábitos,
comportamientos y costumbres deben conducirse siempre dentro de una línea
netamente constitucional. Deben adoptar una actitud apegada a los parámetros
éticos y morales que delimitan y sostienen los principios constitucionales. Vale
decir, que el Tribunal Constitucional se debe indefectible e íntegramente a la
Constitución, toda vez que en virtud a ella, goza de la legitimidad y legalidad de
sus actos, los cuales son guiados e inspirados por el propio texto constitucional.
En ese sentido, es pertinente destacar el artículo 51º de la Constitución
Política del Perú, que regula sobre la Supremacía de la Constitución en los
siguientes términos: “La Constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley,
sobre las normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La publicidad es
esencial para la vigencia de toda norma del Estado.”; asimismo, el artículo 201º
de la Constitución Política del Perú, que regula lo referente al Tribunal
Constitucional establece que: “El Tribunal Constitucional es el órgano de control
de la Constitución. Es autónomo e independiente.”; tenemos también, que la
Primera Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional
establece que: “Los jueces y tribunales interpretan y aplican las leyes o toda
26 GARCÍA BELAUNDE, Domingo, op. Cit. Pág. 186.VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
norma con rango de ley y los reglamentos según los preceptos y principios
constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las
resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de procesos”;
por su parte, los artículos VI y VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, prescriben que el efecto vinculante de las decisiones del
Tribunal Constitucional se desprende no sólo de los precedentes que emite, sino
también de su doctrina jurisprudencial (STC 024-2003-AI y STC 3741-2004-AA,
entre otras).
En ese contexto, y de las normas acotadas anteriormente, en un primer
momento se pone en evidencia que no se encuentra regulado como una de las
facultades y competencias del Tribunal Constitucional la de declarar el estado
de cosas inconstitucional; sin embargo, ello podría resultar de una
interpretación mezquina y limitativa de las reales dimensiones atribuciones y
competencias que la Constitución le ha conferido al Tribunal Constitucional;
asimismo, cabe señalar que “el artículo 201º de la Constitución peruana define
al Tribunal Constitucional como “el órgano de control de la Constitución”.
Definición austera y, quizás, inexacta, aunque sólo fuere desde el punto de vista
semántico, puesto que el control no es tanto “de” la Constitución, como de lo
establecido “por” la Constitución. No la “controla”. La “defiende”(…)” [27];
debiendo entenderse que el máximo Intérprete de la Constitución dentro del
objetivo de sus atribuciones, tiene una directriz encaminada a realizar todo lo
que esté a su alcance para lograr que la constitución conserve su integridad y
supremacía frente a las demás normas legales, ante la actuación
desproporcional y arbitraria por parte de la Autoridad Administrativa, y frente al
mismo contexto de la realidad. Es en ese sentido, que el Tribunal Constitucional
tiene la posibilidad de declarar el estado de cosas contrario a la constitución y
además de ello tomar todas y cada una de las medidas que crea conveniente
para que dicha declaratoria surta sus efectos y de esta manera se logre la real
eficacia y tutela de la constitución, a fin que preservar la supremacía
constitucional en nuestro país.
27 CHIRINOS RIVERA, Sonia, “Los Tribunales Constitucionales del Perú y España”, En: “La Constitución: Lectura y comentario”, de CHIRINOS SOTO Enrique y CHIRINOS SOTO Francisco, Editorial Rodhas S.A.C., 5ta. Edición, Mayo, 2007, Pág. 591. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
Por lo cual, en función a la normatividad acotada precedentemente y
conforme con el principio de separación de poderes, implicaría que la garantía
objetiva de los derechos fundamentales escaparía a la órbita de protección del
Magistrado Constitucional en sede de acción de tutela. Tratándose de un
problema cuya solución estaría exclusivamente en manos del Congreso de la
República, del Poder Ejecutivo, de la Defensoría del Pueblo, de la Contraloría
General de la República, entre otros; no obstante, la ausencia de políticas
públicas claras y coherentes en varios aspectos de la vida pública nacional, o la
presencia de insuficiencias graves o de contradicciones palpables entre las
existentes, constituyen una situación de hecho que como tal termina lesionando
de manera constante un amplio espectro de derecho fundamentales de
numerosas personas; es por ello, que como respuesta a estas situaciones
estructurales, el Magistrado del Tribunal Constitucional elaboró la figura del
“estado de cosas constitucional”.
Debe indicarse que otro factor que genera un estado de cosas
inconstitucional es la fragilidad e intolerancia del Poder Judicial, puesto que en
muchos casos tampoco representa una garantía para la integridad y eficacia de
la Constitución y de protección de los derechos fundamentales, lo cual genera
en los justiciables así como en la sociedad en general una atmósfera de
vulnerabilidad y de desamparo de sus derechos más elementales; debiendo
cumplir con sus funciones y atribuciones; de igual forma acatar los precedentes
y las disposiciones que emita el Tribunal Constitucional, a fin de desvanecer el
estado de cosas inconstitucional producido; debiéndose aclarar que en suma:
“Considerar al Tribunal Constitucional como intérprete supremo no atenta en
absoluto la independencia judicial. Y es que el Estado es un sistema de órganos
relacionados entre sí, de cuya integración surge como producto su unidad de
acción y decisión; de donde se desprende que la independencia no excluye la
interdependencia organizativa o sistemática de los órganos entre sí, que en este
caso opera a través de la primacía de una determinada interpretación de la
Constitución. Al Tribunal Constitucional le corresponde, pues, la importante
función de unificar la jurisprudencia que deberá ser respetada por el Tribunal
Constitucional” [28].
28 ABAD YUPANQUI, SAMUEL B., “El Proceso Constitucional de Amparo. Su aporte a la tutela de los derechos fundamentales”; Gaceta Jurídica S.A., 2da. Edición, Abril 2008. 654 p. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
Esto supone, desde luego, una colaboración permanente con los demás
poderes públicos en el marco de las competencias que corresponden a este
Tribunal en cuanto garante último de los derechos fundamentales; existiendo
con frecuencia la práctica de los poderes públicos que no sintonizan con este
mandato constitucional; lo cual no puede ser permitido por el Tribunal
Constitucional, encargado de la defensa de los derechos fundamentales, que
tienen su origen en la dignidad humana, debiendo actuar de manera firme para
reencausar la actuación de los poderes públicos, a fin de garantizar la eficacia y
vigencia de los derechos que se encuentren amenazados o conculcados. Siendo
esto así y teniendo en cuenta la jurisprudencia precedente, sobre la base de los
hechos consistentes en resistirse a acatar las decisiones judiciales, entre otros,
puede configurarse una situación de hecho incompatible con la Constitución.
Es por ello, que teniendo en cuenta que la democracia basa su lógica en el
equilibrio de los poderes públicos y para que los derechos de los ciudadanos
sean enteramente satisfechos bajo un Estado Social de Derecho, debe darse una
colaboración armónica entre ellos, atendiendo además al principio de igualdad y
a fin que las instituciones públicas realicen las medidas estructurales y
funcionales necesarias, adecuadas a efectos de eliminar los elementos que
propician la vulneración continua y colectiva de los derechos fundamentales de
las personas.
La aplicación de esta técnica por el Tribunal Constitucional “revela la
presencia de un juez constitucional mucho más activo socialmente, más
comprometido con la búsqueda de soluciones profundas a los problemas
estructurales que padece nuestro Estado y que repercute en el disfrute
cotidiano de los derechos fundamentales de los asociados. En definitiva, un juez
constitucional que no se limita a impartir justicia para casos particulares
mediante una sentencia que tiene efectos de cosa juzgada interpartes, sino que
asume una verdadera dimensión de estadista, erigiéndose en un agente de
cambio, adoptando decisiones de gran calado que trascienden la esfera de lo
particular, cuya ejecución compromete la actuación coordinada de diferentes
autoridades públicas, y cuyo fin último es servir de catalizador a la actividad
administrativa del Estado, a fin de modificar una realidad social intolerable y
contraria a los principios que informan el Estado Social de Derecho” [29] ; por
ende, el mismo no puede asumir una posición neutral frente a estos hechos
violatorios de la Constitución que inciden en forma continua y masiva sobre los
derechos fundamentales.
VII. SITUACIÓN E IMPLICANCIA EN LAS ENTIDADES PÚBLICAS:
Corresponde al Estado realizar determinadas actuaciones a efectos de
evaluar y controlar que el accionar de instituciones, públicas o privadas, esté
arreglada no sólo a las normas que lo reglamentan, sino que constituyan en
conjunto instituciones eficaces y adecuadas para el logro del objetivo último al
que se dirigen, esto es, ser garantes del ejercicio y plena realización de
auténticos derechos fundamentales, así tenemos en el caso de la salud, de las
pensiones, entre otros.
Sin lugar a dudas, el control del eficaz funcionamiento de dichas
instituciones, corresponde al Poder Ejecutivo, conforme a lo que prevé el
artículo 119º de la Constitución que establece que: “La dirección y la gestión de
los servicios públicos están confiadas al Consejo de Ministros; y a cada ministro
en los asuntos que competen a la cartera a su cargo”; asimismo, en el artículo 4º
de la Ley Nº 29158 – Ley Orgánica del Poder Ejecutivo– se regula lo
concerniente a las competencias exclusivas del Poder Ejecutivo, entre las cuales
destacan la competencia para diseñar y supervisar políticas nacionales y
sectoriales, las cuales son de cumplimiento obligatorio por todas las entidades
del Estado en todos los niveles de gobierno, así como también, se establece que
el cumplimiento de las políticas nacionales y sectoriales del Estado es de
responsabilidad de las autoridades del Gobierno Nacional, los gobiernos
regionales y los gobiernos locales; no obstante ello, también es cierto que el
artículo I del Título Preliminar de la Ley Nº 19158 norma sobre el principio de
legalidad, en el sentido que todas las autoridades, funcionarios y servidores del
Poder Ejecutivo se encuentran sometidos a la Constitución Política del Perú, a
las leyes y a las demás normas del ordenamiento jurídico.
29 VARGAS HERNÁNDEZ, Clara Inés, op. Cit. 206 p. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
Debe expresarse que nos llama poderosamente la atención la falta de
sensibilidad y la pasividad con que, en muchos casos, se suele asumir los
grandes temas que comprometen la vigencia cotidiana de los derechos
fundamentales. De este modo, el artículo 1º de nuestra Constitución que
establece que: “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad
son el fin supremo de la sociedad y del Estado”, debe dirigir la agenda de las
instituciones del Estado, pues si tal es el postulado, las cuestiones relativas a las
preocupaciones de los más débiles y la protección de sus derechos
fundamentales, por estar relacionadas directamente a la dignidad humana, en
cuanto “fin supremo”.
Al respecto César Landa Arroyo señala que: “la dignidad humana es un
principio rector de la política constitucional…, en la medida que dirige y
orienta positiva y negativamente la acción legislativa, jurisprudencial y
gubernamental del Estado…” [30]. Por su parte, Francisco Carruitero Lecca,
indica que: “la dignidad humana, (…), es el presupuesto jurídico de la
existencia de todos los derechos fundamentales… La seguridad social y el
derecho a la pensión son elementos esenciales que configuran el mínimo
existencial necesario para garantizar una vida no sólo plena en faz formal o
existencial, sino también en su dimensión sustancial o material; o en otras
palabras, para garantizar una vida digna… Por tal razón, una pensión
constitucionalmente protegida sólo será aquella que se sustente en el
principio de dignidad” en esa línea, se infiere que estos temas deben merecer
especial preocupación y prioritaria atención por parte de los poderes públicos ya
que se encuentra involucrado la dignidad del ser humano.
30 El Poder Ejecutivo tiene las siguientes competencias exclusivas:
1. Diseñar y supervisar políticas nacionales y sectoriales, las cuales son de cumplimiento obligatorio por todas las entidades del Estado en todos los niveles de gobierno.Las políticas nacionales definen los objetivos prioritarios, los lineamientos, los contenidos principales de las políticas públicas, los estándares nacionales de cumplimiento y la provisión de servicios que deben ser alcanzados y supervisados para asegurar el normal desarrollo de las actividades públicas y privadas. Las políticas nacionales conforman la política general de gobierno.Política sectorial es el subconjunto de políticas nacionales que afecta una actividad económica y social específica pública o privada.Las políticas nacionales y sectoriales consideran los intereses generales del Estado y la diversidad de las realidades regionales y locales, concordando con el carácter unitario y descentralizado del gobierno de la República. Para su formulación el Poder Ejecutivo establece mecanismos de coordinación con los gobiernos regionales, gobiernos locales y otras entidades, según requiera o corresponda a la naturaleza de cada política.El cumplimiento de las políticas nacionales y sectoriales del Estado es de responsabilidad de las autoridades del Gobierno Nacional, los gobiernos regionales y los gobiernos locales.”
Al momento de declararse el estado de cosas contrario a la constitución,
lo que realmente se pretende es lograr la efectivización de las normas
constitucionales, para ello resulta imprescindible la incorporación dentro de la
jurisprudencia constitucional ésta técnica que está aplicando el Tribunal
Constitucional, así como se ha hecho en otros Estados, esto evidentemente
implica un reconocimiento por parte del Tribunal, de la muy marcada y
diametral diferencia que puede existir entre lo consagrado normativamente en
la constitución y lo que se plantea o acontece en la realidad.
La situación declarada como Estado de Cosas Inconstitucional por el
Tribunal Constitucional peruano en reiteradas oportunidades, desnuda y pone
en evidencia las diversas fallas del conjunto de instituciones que conforman los
poderes públicos, asimismo, exhibe la fragilidad institucional de éstos, sumados
a la abierta confrontación, inercia y desacato por parte de de dichas
instituciones a los fallos y precedentes jurisprudenciales, que han generado una
serie de hechos que amenazan la institucionalidad constitucional; al respecto,
frente a este escenario resulta imprescindible recordar que: “Estado de derecho
no es solo la sujeción de los poderes públicos a la Constitución y la ley, sino la
posibilidad de controlar efectivamente la constitucionalidad y el funcionamiento
institucional de los poderes públicos, para darle operatividad a la Constitución”
[31] ; ello no implica, claro está, una ruptura dentro del principio constitucional
de la separación de poderes, toda vez que la misma Constitución consagra la
independencia y autonomía de la estructura y funciones de las diversas
instituciones del Estado, siempre actuándose dentro del marco democrático.
En ese sentido, en lo que atañe a las políticas públicas que adopta el
gobierno de turno, implica las posibilidades del propio Estado de desarrollar
políticas sociales a favor de amplios sectores de la población, a través de la
puesta en marcha de estrategias, programas y políticas macroeconómicas que
tengan en cuenta las necesidades prácticas e inmediatas del país; y si bien, debe
existir una distribución más equitativa de los ingresos públicos entre los demás
miembros de la sociedad, importa destinar parte de estos ingresos al área de la
salud, educación, pensionario, entre otros ámbitos de importancia.
31 DUQUE CORREDOR, Román J., ob. Cit. 342 p. VALDIVIA, Carlos Manuel, “La declaración del “Estado de cosas inconstitucional” dentro de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Artículo, En Línea]. Publicación disponible en < Extraído de http://carlosmanuelvaldiviarod.blogspot.com/2011/08/la-declaracion-del-estado-de-cosas.html > [Consultado el 20 de noviembre de 2012].
Debiendo dicho gasto social cumplirse por parte del gobierno central con
una cobertura plena y eficaz dentro del plan de modernización y
descentralización del Estado, a fin de buscar un mayor ordenamiento y una
mejoría en la gestión pública, lo cual también comporta un decidido compromiso
de lucha frontal contra la burocracia ineficaz que se encuentra inmersa en los
distintos sectores del Estado, que significa en muchos casos pagos innecesarios
de los costos administrativos y una limitación de la efectividad de las acciones
de la Autoridad Pública; lo cual se traduce en una traba y entrampamiento para
el real y pleno ejercicio de los derechos fundamentales, teniendo en cuenta
además la actual estructura del estado, que abarca distintos órganos, que a la
vez configuran una serie de organismos e instancias que también aletargan el
goce de estos derechos, que conlleva intrínsecamente el deber de las
instituciones públicas de un esfuerzo máximo para evitar la violación sistemática
y generalizada de los derechos fundamentales.
Pero si bien como se ha expresado, se debe adoptar un conjunto de
acciones a nivel de las instituciones públicas, también ello requiere de un
importante nivel de recursos que implica un esfuerzo presupuestal que debe ser
canalizado por el Ministerio de Economía y Finanzas, que efectivamente
deberán ser controlados y fiscalizados a fin de velar por la transparencia de la
utilización del gasto público. Ya que toda institución que brinda un servicio
público se encuentra situado en una posición de superioridad material de suma
importancia, la cual implica una eficaz y eficiente prestación del servicio y
defensa de los derechos de los administrados.
VIII. CONCLUSIONES:
1. Se ha verificado la existencia de un problema estructural, y una ineficiencia e
inoperancia de las instituciones públicas, lo cual ha generado la violación
sistemática y generalizada de derechos fundamentales de un inmenso número
de ciudadanos.
2. El estado de cosas inconstitucional consiste en una declaratoria de
inconstitucionalidad, pero no de leyes o de normas infraconstitucionales, sino de
hechos o conjuntos de situaciones que van a configurar una serie de sucesos
contrarios a la Constitución, atentando contra la supremacía constitucional. Por
lo tanto, los efectos del fallo que declare el estado de cosas inconstitucional van
más allá de las partes del proceso.
3. Al momento de declararse el estado de cosas contrario a la constitución, se
persigue la realización efectiva de las normas constitucionales y de esta manera
procurar en todo momento preservar la hegemonía de la Supremacía
Constitucional.
4. A través de la técnica del Estado de Cosas Inconstitucional se trata de dar
una solución a estos hechos contrarios a la constitución y a la vez de disponer
las medidas correctivas a fin de desvanecer dichas situaciones que son
generadoras de violaciones a los derechos fundamentales, orientando y
exhortando a las Instituciones Públicas a consolidar sus objetivos institucionales
a fin de servir mejor a las mayorías nacionales.
5. Por medio de dicha declaratoria se toman medidas correctivas con el afán de
subsanar los hechos que generan violación constante y reiterada de los derechos
fundamentales que incluyen e involucran en gran escala a muchas autoridades
públicas, que se ven compelidas a adoptar una serie de medidas para dar por
terminada la violación de los derechos fundamentales.
6. Si bien es cierto, se debe adoptar un conjunto de acciones a nivel de las
instituciones públicas, también ello requiere de un importante nivel de recursos
que implica un esfuerzo presupuestal que debe ser canalizado por el Ministerio
de Economía y Finanzas, que efectivamente deberán ser controlados y
fiscalizados a fin de velar por la transparencia y la debida racionalización de la
utilización del gasto público, toda vez que toda institución que brinda un
servicio público se encuentra situado en una posición de superioridad material
de suma importancia la cual implica una eficaz y eficiente prestación del
servicio y defensa de los derechos de los administrados.
7. El Tribunal Constitucional ha optado en dar un importante paso en la lucha
por la hegemonía y respeto a la constitución, cuya conducta responde a un
compromiso profesional, académico, humano y moral dentro de la Justicia
Constitucional al no permanecer estoico e indiferente ante estos hechos
generalizados y continuos contrarios a la constitución; participando en forma
dinámica y decidida en la vida constitucional del país.
VII. ANEXOS :
ANEXOS Nº 1
REGIMEN DE RECEPCIONES
STC : EXP. N° 06089-2006-PA/TC
Publicación : 11/06/2007
Caso : Express Cars S.A. VS SUNAT
Proceso : Amparo
Fallo : Fundado
SUMILLAS
1. EL TRIBUTO Y LA LUCHA CONTRA LA EVASIÓN FISCAL:
La función del tributo en el Estado Social y Democrático de Derecho.
“…la evaluación del fenómeno tributario implicará necesariamente que sea
entendido a partir de la evolución de las relaciones Estado-Sociedad en
materia económica. Así, si las transformaciones del Estado han conllevado, a
su vez, la transformación de los roles sujeto privado-sujeto público e,
igualmente, han determinado una mayor asunción de deberes por parte de los
ciudadanos, resulta entendible que el fenómeno tributario, para mejor atender
los cambios en las necesidades sociales, también extienda sus alcances más
allá de la mera obligación sustantiva al pago, e incorpore otras obligaciones
sucedáneas, tales como obligaciones de declaración o autoliquidación de
tributos, de información en la fiscalización, la responsabilidad solidaria de
terceros vinculados al contribuyente por algún nexo económico o jurídico, e,
incluso, deberes de colaboración con la Administración en la lucha contra la
informalidad y la evasión fiscal”. (F.J. 12)
El deber de contribuir y el principio de solidaridad
En este tipo de Estado el ciudadano ya no tiene exclusivamente el deber de
pagar tributos, (…), sino que asume deberes de colaboración con la
Administración, los cuales se convertirán en verdaderas obligaciones jurídicas.
En otras palabras, la transformación de los fines del Estado determinará que
se pase de un deber de contribuir, basado fundamentalmente en la capacidad
contributiva, a un deber de contribuir basado en el principio de solidaridad.
(F.J. 21)
“…el Estado Social y Democrático de Derecho también es un Estado que lucha
contra las desigualdades sociales, de ahí que, cuando con base en la
solidaridad social se incluya a “terceros colaboradores de la Administración
Tributaria”, justamente para menguar la desigualdad en el sostenimiento de
los gastos públicos a causa de la evasión tributaria, este Tribunal entienda que
la medida adoptada resulta idónea para dichos fines. (F.J. 22)
Los fines extrafiscales del impuesto y la lucha contra la evasión fiscal
El Régimen de Percepciones cumple básicamente un fin extrafiscal.
“Es el caso del Régimen de Percepciones del IGV, donde la exigencia de pagos
a cuenta no se fundamenta estrictamente en razones de necesidad de flujo
permanente en la recaudación, como en el caso de los pagos a cuenta del
Impuesto a la Renta, sino más bien en el aseguramiento del pago efectivo de
un tributo que está puesto en riesgo. Se trata de una medida cuyo fin último es
la lucha contra la informalidad y la evasión fiscal, por lo que, a juicio de este
Colegiado, el Régimen de Percepción, además de una misión de aseguramiento
de la recaudación, cumple un objetivo extra; por ello su carácter extrafiscal”.
(F.J. 24)
Tributación contra Evasión: Combatir con la economía informal
“La presente causa a la que podría denominarse Tributación contra Evasión,
pone en evidencia uno de los grandes problemas que ha venido aquejando a
nuestro país en los últimos años: las consecuencias de los altos índices de la
economía informal. Esto es, aquella que se desarrolla a espaldas del fisco y,
por ende, de la sociedad. Por ello, en un contexto como el peruano, pueda
entenderse razonable y necesaria –por lo menos hasta conseguir el pleno
cumplimiento de sus fines- la existencia de regímenes de colaboración con la
Administración, como en el caso de las percepciones del IGV”. (F.J. 28)
“Conviene en ese sentido precisar (…) sólo es aceptable en circunstancias
excepcionalísimas bajo parámetros objetivos y razonables; lo cual, conforme a
un juicio estricto de constitucionalidad, implicaría aceptar únicamente la
relativización del principio de capacidad contributiva, mas nunca su
desaparición total”. (F.J. 29)
Justificación del Régimen en el caso de aquellos que sí cumplen sus
obligaciones tributarias
“Para el Tribunal Constitucional, el principio de solidaridad determina que en
este caso en particular el interés público imperante en la lucha contra la
evasión fiscal –constatada en concretas actividades con altos índices de
informalidad– deba predominar sobre el interés privado de quienes cumplen
puntualmente sus obligaciones y también se encuentran afectos por el pago de
la percepción”. (F.J. 32)
2. NATURALEZA DEL PAGO DE PERCEPCIONES DEL IGV Y SUS
POSIBLES EFECTOS CONFISCATORIOS
Naturaleza del Pago de Percepciones.
“…es indiscutible que las percepciones del IGV no constituyen un nuevo
tributo (…) sino más bien se trata de pagos a cuenta o anticipos de lo que
posteriormente será la obligación definitiva de pago del IGV; es por ello que
en la liquidación del IGV –restado el crédito fiscal– es posible deducir del
impuesto a pagar las percepciones declaradas en el periodo o el saldo no
aplicado de percepciones de periodos anteriores (artículo 4 de la Ley
28053).
Por tales motivos no cabe afirmar que necesariamente y en todos los
supuestos, a consecuencia de la percepción, el importador terminará
adicionando mayor carga impositiva al ingreso de su mercadería al país, lo
cual ocurriría sólo si la percepción no fuera un pago provisional, sino
definitivo. (F.J. 36)
No existe una falta de congruencia entre el IGV y las percepciones.
“A nuestro juicio el perjuicio económico alegado por la recurrente debido a
la supuesta falta de congruencia entre la obligación accesoria y la principal,
no es tal, por lo siguiente: a) sí existe un nexo económico entre ambas
obligaciones, pues la importación se produce con expectativa de venta, es
decir, el contribuyente será necesariamente sujeto del Impuesto General a
las Ventas; b) cuando la actividad principal de la empresa es la importación
y venta de vehículos (usados), conforme se aprecia de su Ficha RUC a fojas
10, el argumento que cuestiona el adelanto de pago por hechos “futuros e
inciertos” deja de tener asidero, pues resulta impensable que una empresa
constituida para dichos fines mantenga su capital improductivo y no logre
consumar sus ventas a futuro; c) suponiendo que puedan darse casos
extremos, en los cuales la percepción del IGV determine un desmedro real
en el capital de la empresa, con claros efectos negativos sobre inversiones
futuras; tales supuestos necesitan ser demostrados, …” (F.J. 37)
Es posible evaluar la confiscatoriedad de las razones técnicas
utilizadas para determinar el cálculo de la Percepción siempre que
sea fehacientemente demostrado.
“… las razones técnicas que hayan primado para determinar que en el
cálculo de la percepción se tome un valor referencial (Red Book) y no el
precio de compra del bien (valor FOB) o el precio del bien puesto en el Perú
(valor CIF), únicamente podrían ser evaluadas en esta vía si efectivamente
se demuestra que son la causa determinante de una afectación real a la
liquidez y patrimonio de la empresa demandante, o, en todo caso, que tal
afectación se produce si Sunat establece requisitos irrazonables o retarda
más de lo debido la devolución de la percepción no aplicada, en un caso en
particular; puesto que, en tales supuestos, es claro que la Administración
estaría apoderándose de montos que no le son propios y, en consecuencia,
estaría privando arbitrariamente al contribuyente de la libre disposición de
su capital. De ahí que este Colegiado considere pertinente precisar –
conforme lo hizo en el fundamento 23 de la STC 0004-2004-AI/TC– que,
independientemente de la constitucionalidad o no del Régimen, todo
contribuyente tiene habilitados los medios legales correspondientes para
cuestionar y, sobre todo, demostrar los efectos confiscatorios que podrían
generarse en su caso”. (F.J. 39)
En el caso concreto, la demandante no ha cumplido con demostrar la
confiscatoriedad.
“… en el expediente no obra documento alguno mediante el cual se
sustenten de manera fehaciente los alegatos de confiscatoriedad expuestos
por la recurrente. Consecuentemente, no es posible generar certeza en el
juzgador sobre la veracidad de los mismos, desvirtuándose, en ese sentido,
que la exigencia del anticipo del IGV, en el caso de la empresa demandante
restrinja su libertad de comercio de manera desproporcionada, amenazando
su propia permanencia en el mercado. (F.J. 41)
3. ANÁLISIS DEL TRATO DIFERENCIADO ENTRE IMPORTADORES DE
AUTOS NUEVOS Y USADOS
De la aplicación del Test de Proporcionalidad, se concluye que este
Régimen no vulnera el derecho a la igualdad por cuanto la medida
adoptada es idónea, necesaria y proporcionada con el fin
constitucional que se pretende conseguir.
Examen de Idoneidad:
El medio empleado por la ley resulta congruente con la finalidad
perseguida. En efecto, en primer lugar, (…) la utilización del tributo
(anticipo del IGV) con fines adicionales al recaudatorio –como en el caso de
la lucha contra la evasión fiscal- resulta un medio adecuado, conforme a los
fines del Estado Social y Democrático de Derecho.
En segundo lugar, el establecimiento de porcentajes diferenciados de monto
de percepción al interior del referido Régimen resulta idóneo, pues (…) a) el
grado de incumplimiento tributario es acentuado en los importadores de
bienes usados, donde solo el 8% no presenta inconsistencias en la DJ del
IGV; b) dado el nivel de deuda tributaria exigible existente, se hace
necesaria la aplicación de un tratamiento diferenciado del resto de
importadores, a fin de asegurar el cobro del IGV, evitándose así el
incremento de la deuda tributaria que en comparación con el resto de
importadores es proporcionalmente superior.
Examen de Necesidad:
“… para el Tribunal Constitucional, el otorgamiento de distintos porcentajes
aplicables al interior del Régimen de Percepciones (medio empleado) resulta
una medida de intervención de una intensidad menor o menos gravosa en
comparación con la aplicación al importador de autos usados de alguna de
las medidas alternativas señaladas por la Sunat (medios hipotéticos), puesto
que sería más bien allí, donde se verificaría el trato desigual y arbitrario”.
“En conclusión para conseguir el fin constitucional esperado –incentivar y
asegurar el pago oportuno del Impuesto General a las Ventas–, el régimen
de pago a cuenta del IGV es una medida necesaria y preferible frente a
otros medios más gravosos que afectarían las libertades económicas de la
recurrente”.
Proporcionalidad en sentido estricto:
“… a lo largo del expediente no se ha determinado que se haya dispensado
un trato diferenciado con efectos directos en el derecho de propiedad,
considerando el mínimo porcentaje diferencial (1.5%) o la libre competencia
de la recurrente, en tanto el mercado de consumo de vehículos nuevos y
usados no es el mismo, como tampoco lo son los riesgos potenciales que
pueden producirse en uno u otro caso, respecto de afectaciones al medio
ambiente, a la seguridad vial e incluso a la propia vida, conforme este
Colegiado pudo advertir en el caso de la circulación de los llamados buses
camión (STC 7320-2005-PA/TC).
Por lo tanto este Tribunal concluye que existe proporcionalidad entre la
finalidad perseguida por el dispositivo legal en cuestión, y la diferencia
porcentual en la percepción establecida según el mayor o menor riesgo
evasivo al ampararse en el artículo 44 de la Constitución (deber de
promoción del bienestar general y el desarrollo de la nación)”.
4. EL PRINCIPIO DE RESERVA DE LEY EN EL RÉGIMEN DE
PERCEPCIONES
Sobre la Relativización del Principio de Reserva de Ley.
“…la relativización de la materia no debe ni puede suponer jamás poner en
riesgo su propia efectividad o representar su vaciamiento total, mediante
remisiones en blanco o sin parámetros suficientes a la norma reglamentaria.
Evidentemente, la evaluación sobre qué debe entenderse por esa regulación
mínima o suficiente, será una cuestión a ponderarse en cada caso,
dependiendo del tipo de tributo y las circunstancias que lo rodeen, siendo
imposible establecer, a priori, criterios estándares generalizados para todos
los supuestos.
En todo caso cualquier consideración respecto a los parámetros
“suficientes” deberá atender a que el objetivo es que la Administración
tenga pautas claras de actuación evitando la discrecionalidad abierta, esto
es, parámetros que sirvan justamente para controlar la legitimidad de su
actuación” (F.J. 53).
El agente de percepción del IGV y la observancia de la Reserva de
Ley
“… en tanto elemento esencial de identidad del tributo –en igual grado de
relevancia que el contribuyente directo–, su designación también debería
estar cubierta por la Reserva de Ley. No obstante, conforme se advierte de
la Ley 28053 –norma habilitante de las Resoluciones de Superintendencia
que se cuestionan en autos– se ha previsto su determinación abierta incluso
vía Resolución de Superintendencia, lo cual resulta contrario a los alcances
del principio de Reserva de Ley, recogido en el artículo 74 de la
Constitución. Por lo tanto, (…) es preciso señalar que el máximo grado de
colaboración en la regulación de los elementos esenciales del tributo, como
el caso del sujeto pasivo, es, excepcionalmente, el Decreto Supremo y no la
Resolución Administrativa.
Con ello no se quiere negar cualquier posibilidad reglamentaria por parte de
la Administración Tributaria, sino solo aquella referida a los elementos
esenciales del tributo, cuyo núcleo debe estar contenido en la Ley y, a modo
de integración o complementariedad, en el Decreto Supremo, bajo los
alcances derivados del mandato de la propia Ley. (F.J. 56)
La alícuota del Régimen de Percepción y la observancia a la Reserva
de Ley
“…también se aprecia carta abierta para regular componentes del Régimen,
tales como el propio monto de la percepción, a discrecionalidad directa y
exclusiva de la Administración Tributaria, anulándose, de este modo,
cualquier posibilidad de que, por lo menos, sea sujeto a un posterior juicio
de legalidad, pues no existen criterios, límites ni parámetros que permitan
evaluar si la Administración desbordó el contenido de la Ley. De este modo,
podría llegarse al absurdo de que la Sunat pueda fijar porcentajes
irrazonables, en los que no medie criterio técnico alguno y sobre los cuales
no deba ninguna explicación al Legislador, dando muestra clara de la
deslegalización en blanco de la materia”.
La facultad de instituir pagos a cuenta por parte de la
Administración no puede ser discrecional
“…el Tribunal Constitucional coincide con lo sostenido por Osvaldo Casas,
en el sentido de que“(...) la ejercitación de la facultad de instituir pagos a
cuenta de los tributos –anticipos, retenciones y percepciones– por parte de
la Administración no puede ser objeto de decisiones discrecionales, por lo
que la Ley debe reglar con la mayor precisión los márgenes dentro de los
cuales pueden instrumentarse las medidas (porcentajes máximos, topes,
etc), para evitar que, a través de estas prestaciones independientes del
gravamen que en definitiva deba ser oblado, se recree un sistema perverso
que genere a los contribuyentes sistemática y crónicamente saldos a favor,
con la consiguiente pérdida o disminución del capital de trabajo”. (F.J. 60)
5. LOS FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA PROSPECTIVA Y SU
APLICACIÓN AL PRESENTE CASO
Las Sentencias Prospectivas pueden aplicarse a los procesos de
amparo cuando se detecte un estado de cosas inconstitucionales.
“Mediante la técnica de las sentencias prospectivas y cuando las
circunstancias del caso lo ameriten, el Tribunal Constitucional modula los
efectos de su fallo pro futuro o, lo que es lo mismo, lo suspende en el
tiempo, con el objeto de que el Legislador o de suyo el Ejecutivo subsanen
las situaciones de inconstitucionalidad detectadas en las normas evaluadas.
La modulación de tales efectos, propia de un proceso de
inconstitucionalidad, también es trasladable al proceso constitucional de
amparo, cuando se haya detectado un estado de cosas inconstitucionales.
(F.J. 62)
Aplicación de las sentencias prospectivas al Régimen de
Percepciones del IGV por inconstitucionalidad formal
“Detectada la inconstitucionalidad formal del Régimen de Percepciones del
IGV, que evidentemente no solo atañe a la situación del demandante –
interpartes– sino a todas las personas sujetas al Régimen, la razón
fundamental que obliga a este Colegiado a aplicar este tipo de sentencias en
este caso se sustenta en las implicancias negativas que podría generar un
fallo con efectos inmediatos en el plan de lucha contra la evasión fiscal y en
la propia recaudación del impuesto; más aún, considerando que en el
estudio del caso no se han detectado vicios de inconstitucionalidad respecto
a las cuestiones de fondo”. (F.J. 63)
Se otorga un plazo al Congreso a fin que subsane el vicio formal detectado.
“…este Colegiado considera prudente otorgar un plazo al Legislador para
que corrija las imperfecciones detectadas respecto a la Reserva de Ley,
plazo que vence el 31 de diciembre del 2007. Durante el referido periodo, la
aplicación del Régimen conforme a su actual regulación subsiste; no
obstante, ello no impide que los contribuyentes puedan cuestionar los
efectos confiscatorios del Régimen en su caso particular” (F.J. 65)