El estado y la democracia

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ha sido realizado por el MOVIMIENTO VIENTOS DEL PUEBLO con el objetivo de instaurar un serio debate sobre el tema. El documento es un análisis histórico-político que aborda los siguientes temas: 1. El Estado y la democracia sirven a la clase dominante no a todas las clases. 2. Los partidos políticos burgueses: máquinas electorales que representan los intereses de la clase dominante 3. La trayectoria reformista de la izquierda ecuatoriana y la eterna excusa de acumulación de fuerzas vía electoral 4. Las elecciones del 2013 en Ecuador 5. Elegir el camino de la lucha y no el de las elecciones

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Posición del Movimiento Vientos del Pueblo ante las elecciones de febrero del 2013

“El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes a toda la clase burguesa”.1

El Movimiento Vientos del Pueblo manifiesta su posi-ción ante las elecciones que se desarrollarán en nues-tro país en febrero del 2013. Desenmascarar el cabaret electoral resulta decisivo para entender el carácter de clase del Estado y la democracia, y sirve como ense-ñanza para que las masas populares profundicen en la comprensión de sus intereses estratégicos.

Los partidos burgueses y reformistas están de fiesta, la distribución de cargos y el poder político entran en disputa. Las luces del cabaret electoral se encienden y cada candidato ofrece un sinnúmero de cosas para obtener votos, ganar las elecciones, apoltronarse en las curules, el sillón presidencial, detrás de un escrito-rio burocrático y olvidarse de las promesas hechas en campaña, aprovechando la frágil memoria histórica de quiénes creen aún en las elecciones. Se viene la proce-sión de los Noboa, Correa, Lasso, Gutiérrez, Acosta, por los barrios populares, suburbios, mercados y demás lugares de concentración popular. Ocultando, mientras duren las elecciones, sus lujosas mansiones y encargando a sus capataces las lucrativas empresas donde sobre-explotan a miles de obreros. Visten en esta época su atuendo preferido: el de la charlatanería y el engaño. Es conocido por todos los slogans

“pan, techo y empleo”, “yo sé cómo hacerlo”, “la fuerza de los pobres”, “la revolución de mentes lúcidas y cora-zones ardientes”, frases hueras que solo sirven de anzuelo para, una vez en el poder político, remplazar todo ello con medidas anti-populares, saqueo, represión y crimi-nalización. Recobrar la memoria colectiva para advertir y develar los genuinos intereses de clase que se esconden detrás de todos estos politiqueros, es imprescindible.

Para dilucidar la función de la estructura democrática-burguesa que promueve el show electorero y constituye un freno a la lucha y organización de las clases explotadas, es clave partir de la compresión de qué es el Estado, la democracia y las elecciones en el sistema capitalista.

1 Carlos Marx, Federico Engels. El Manifiesto Comunista.

El Estado, la democracia y las elecciones

burguesas en el Ecuador

Desenmascarar el caba-ret electoral resulta de-cisivo para entender el carcter de clase del Es-tado y la democracia.

Origen y desarrollo histórico del Estado

Elecciones: Un gran negocio

Jaime RoldósFebres Cordero

Abdalá BucaramJamil MahuadLucio Gutierrez

El Estado: instrumento de dominación de claseEcuador: un Estado semi-colonial y anti-popular

Objetivo de Alianza País: mantenerse en la dirección del Estado acentuando su política extractivista y fascistoideLa derecha se juega algunas cartas.

La izquierda oportunista como cola de la burguesía y el imperialismo.

2. Los partidos politicos burgueses: maquinas electorales que representan los intereses de la clase dominante

3. La trayectoria reformista de la izquierda ecuatoriana y la eterna excusa de la acumulacIOn de fuerzas por VIa electoral

4. La situacIOn actual

5. YO ANULO EL VOTO Y ELIJO LUCHAR

La Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas¿Quién es Alberto Acosta y qué propone la socialdemocracia?La Socialdemocracia en el EcuadorAlberto Acosta y la recomposición de la socialdemocracia en el Ecuador El “proyecto” de la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas

La democracia burguesa y las elecciones

Sixto Durán Ballen

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El Estado y la democracia sirven a la clase dominante, no a todas las clasess

Históricamente las clases explotadoras pretenden envolvernos en la patraña de que el Estado represen-ta a todo el pueblo, que es un ente neutro que sirve a todo el conglomerado social que habita en un país. Actualmente está en boga la concepción de que el Estado es un ente de presión donde las diferentes clases sociales buscan tener una mayor participación para que sus derechos sean cumplidos de una mejor manera. Los propagandistas de la dominación buscan vender la ima-gen de un stado a-histórico, no clasis-ta y neutral. Muestran a las diferentes instituciones que forman parte del Estado como representantes del inte-rés general. Así, el aparato jurídico es expuesto como un conjunto de leyes que garantizan la convivencia armó-nica de la sociedad y benefician a to-dos los ciudadanos, los cuales gozan de igualdad de derechos y oportuni-dades. Según esto, las fuerzas represi-vas del Estado –las cárceles, la policía y el ejército- velan por la seguridad de todos, y al parlamento y al ejecutivo acceden los supuestos representantes del pueblo a través de las elecciones. Así mismo, se dice que las cortes velan por la justicia, y los ministerios son los encargados de dar cumplimiento a las necesidades del pueblo en cada sector. Todas estas falacias pretenden consolidar en el imaginario colectivo la idea de un Estado representativo de las clases explotadas, negando de esta manera su carácter clasista.

Origen y desarrollo histórico del EstadoEl Estado no ha existido siempre, hubo sociedades que pudieron organizarse sin él, como la comunidad primitiva, donde el trabajo se llevaba de manera colectiva y la distribución de los productos se lo hacía según las necesidades. No exis-tían clases sociales definidas y por lo tanto no se necesitaba un aparato que resguarde el poder de uno u otro grupo. En el sistema o modo de producción esclavista, fruto de la parcelación de la tierra comunal,

I el descubrimiento del hierro y su aplicación para la producción de hachas, arados, palas, espadas, etc., se genera un plus-producto que marca la división de la sociedad en clases sociales, unos se liberan del trabajo para explotar y ser propietarios de otros. Es el momento histórico en el que surge el Estado para garantizar los intereses de los esclavistas.

“El Estado nace de una organización social en la que los lazos de consanguinidad son sustituidos por la fijación de las personas al territorio, a la ciudad o comarca que habitan, y se rige con una constitución política impuesta a toda la sociedad por la violencia y en la que se establecen las obligaciones de los explotados para con los explotadores. Con ello se abrió paso a un largo período de la historia en que el desarrollo de la sociedad está regido por las leyes de la lucha de clases y en que el Estado cumple su

función de instrumento de dominio de la clase dominante”. 2

A la propiedad sobre la tierra se suma la propiedad sobre el producto del traba-jo y sobre los productores, es decir los esclavos. Los esclavos no eran conside-rados ciudadanos y no gozaban de dere-chos. El Estado servía básicamente para explotar a los esclavos, garantizando en la constitución política y demás leyes los derechos de los esclavistas y la opresión de los esclavos, imponiendo una serie de tributos al pueblo en general, y susten-tando todo esto en la maquinaria militar destinada a reprimir cualquier intento de liberación y a promover la guerra contra otros pueblos. El mejor ejemplo de estas sociedades son los imperios greco y ro-mano.

“Se forma el Estado, se crea una fuerza pú-blica, destacamentos especiales de hombres armados, y cada revolución, al destruir el aparato del Estado, nos indica bien visible-mente cómo la clase dominante se esfuerza por restaurar los destacamentos especiales de hombres armados a su servicio, cómo la clase oprimida se esfuerza en crear una nueva organización de este tipo, que sea ca-paz de servir no a los explotadores, sino a los explotados”. 3

Después del colapso del sistema esclavista, surge el modo de producción feudal. Asimismo el estado garantizaba los intereses mezquinos de terratenientes e iglesia. Sólo los propietarios de la tierra gozaban de plenos derechos; los campesinos no. El campesino siervo no era ya considerado propiedad directa

2 Cuaderno Marxista Leninista del Partido Comunista Español (r)3 Vladimir Lenin. El Estado y la Revolución.

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del señor feudal, pero existían mecanismos de coacción que no le permitían una auténtica libertad. En nuestro país, por ejemplo, el concertaje servía para mantener la dominación sobre los campesinos y los ataba al trabajo de la tierra ajena. Es decir, el campesino trabajaba, entrega los productos, vestía y servía al terrateniente, el cual no participaba en ninguna actividad productiva. La iglesia -gran propietaria de enormes extensiones de tierra- esclavizaba ideológicamente infuendiendo temor y sumisión a la injus-ticia, al abuso y la explotación. El Estado garantizaba todas aquellas relaciones.

Después de derrotado el modo de producción feudal surge el sistema capitalista, con dos clases funda-mentales: el proletariado y la burguesía, el primero despojado de cualquier medio de producción vende su fuerza de trabajo para subsistir, mientras el segundo es propietario de industrias, bancos, y tierra, enriqueciéndose sin trabajar extrayendo la plusvalía generada por el trabajador.

En el desarrollo del modo de producción capitalista el Estado es posicionado como representante del interés general. Se señala a todos los ciudadanos –explotadores y explotados- como “iguales ante la ley” y se impone el sufragio universal como un supuesto mecanismo de participación de las masas populares. Sin embargo, el Estado sirve a la burguesía –nueva clase dominante- que a través de éste garantiza sus ganancias y enriquecimiento a base de la explotación más descarada que ha conocido la humanidad, logrando una gran influencia en la vida social, desde donde controla de una manera directa cada ámbito de ésta.

“El Estado -- dice Engels, resumiendo su análisis histórico -- no es, en modo alguno, un Poder impuesto desde fuera a la sociedad; ni es tampoco ‘la realidad de la idea moral’, ‘la imagen y la realidad de la razón’, como afirma Hegel. El Estado es, más bien, un producto de la sociedad al llegbr a una determinada fase de desarro-llo; es la confesión de que esta sociedad se ha enredado consigo misma en una contradicción insoluble, se ha dividido en antagonismos irreconciliables, que ella es impotente para conjurar. Y para que estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna, no se devoren a sí mismas y no devoren a la sociedad en una lucha estéril, para eso hízose necesario un Poder situado, aparentemente, por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el conflicto, a mantenerlo dentro de los límites del ‘orden’. Y este Poder, que brota de la sociedad, pero que se coloca por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella, es el Estado”.4

Como manififestara Lenin: “El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradiciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contra-dicciones de clase son irreconciliables”. 5

El moderno Estado burgués con la falacia de la representatividad vía electoral, el cual supuestamente funciona como el más alto mecanismo de la democracia, pretende anular las verdaderas formas de expresión y organización social como la movilización de las masas populares.

El Estado: instrumento de dominación de claseUna clase para definirse como dominante necesita tener en sus manos el poder económico, político e ideológico en una sociedad. Sin poder político una clase no puede constituirse como dominante y es el Estado precisamente la máxima expresión de esa hegemonía. La ficción reformista del Estado como agencia de presión es sólo una excusa para justificar una podrida práctica de andar recogiendo migajas –puestos parlamentarios, carteras ministeriales, etc- que caen de la mesa de los burgueses. El Estado representa el poder político de la clase dominante y los mecanismos jurídicos, institucionales y

4 Federico Engels. El Origen de la propiedad privada, la familia y el Estado. 5 Vladimir Lenin. El Estado y la Revolución.

de fuerza, para sostener la explotación; es un instrumento de dominación de clase –en nuestro caso de burgueses y terratenientes- que a través de sus diferentes instituciones garantiza la dominación sobre las clases explotadas y trabajadoras.

* En el campo económico el Estado burgués asegura las ganancias del gran capital, la concen-tración de la producción y el predominio de un grupo de banqueros y empresarios que acaparan toda la riqueza social. Los grandes monopolios económicos necesitan generar varios elementos que les permitan sostener su forma de organizar la sociedad. Garantiza la explotación de obreros, campesinos, artesanos, y pequeños comerciantes, subordinándolos a las relaciones de producción que les son im-puestas, sea para vender su fuerza de trabajo o para comprar los productos que generan. Beneficia a los grupos monopólicos con acuerdos comerciales, tratados internacionales y más. Genera negocios rentables para los capitalistas mediante la obra pública, spots publicitarios y el famoso peculado. En los países semi-coloniales, como el nuestro, implementa políticas económicas que alientan la “inversión extranjera” y genera ganancias extraordinarias a las transnacionales imperialistas. Protege los grandes capitales en los momentos de crisis e introduce una serie de impuestos para sangrar aún más el des-

gastado bolsillo de los sectores populares.* El Derecho –constitución, leyes, ordenanzas, reglamentos, decretos, acuerdos, etc-

del Estado burgués se encarga de legalizar y legitimar la dominación a través de la promulgación de disposiciones jurídicas que sirven para que el monopolio

económico, político e ideológico se mantenga; ga-rantiza esencialmente la propiedad privada de

los medios de producción, la explotación asa-lariada y determina márgenes de los que los explotados no debemos salirnos. “Los juris-tas de los países capitalistas, burgueses hasta la médula y en su mayoría reaccionarios, han dedicado siglos o decenios a redactar las más minuciosas reglas, a escribir decenas y cen-tenares de volúmenes de leyes y comentarios para oprimir al obrero, para atar de pies y manos al pobre, para oponer mil argucias y trabas al simple trabajador del pueblo... Allí todo está meditado y prescrito para ‘estrujar’ todo lo posible al pobre. Allí hay millares de abogados y funcionarios burgueses que saben interpretar las leyes de manera que el obrero y el campesino medio no consigan atravesar nunca las

alambradas que sus preceptos levantan.”6. Dicho sea de

paso, la lucha estricta-mente jurídica –re-formas al marco le-gal- constituye una camisa de fuerza para atar a obreros,

6 Vladimir Lenin. La revolución proletaria y el renegado Kautsky.

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campesinos pobres y pequeños comerciantes a formas meramente reformistas e institucionales que es-terilizan la lucha revolucionaria y la comprensión de sus intereses estratégicos. La lucha jurídica es una variante necesaria, siempre y cuando no sea confundida con el parlamentarismo y siempre y cuando esté asociada a la lucha revolucionaria. * La fuerza pública (policía y militares) tiene como misión fundamental reprimir cualquier intento de los sectores explotados por trascender el marco legal. Persigue, encarcela, tortura o asesina a quienes se atreven a desafiar el “orden” existente. Las fuerzas represivas no cuidan al pueblo o velan por sus intereses, cuidan la estructura dominante.* A nivel político, el Estado controla cada ámbito de la vida social de las masas trabajadoras. Fragmenta o coopta sus organizaciones, persigue y criminaliza, resguarda el poder político, e influye en la ideología. Los parlamentarios y presidentes son sólo fichas de ajedrez que representan los intereses de los monopolios. Este viejo Estado está diseñado para precautelar los intereses de estos grupos do-minantes.

Actualmente, la supuesta oleada “progresista” en América Latina, con los gobiernos de turno, buscan corporativizar los sectores populares y sus formas organizativas, incluyéndolas bajo el control estatal utilizando la falacia de la “participación”. Como estrategia para ello se introducen en la política con-ceptos como “Estado Plurinacional” o “Estado popular”, etc. y se desarrollan variantes institucionales como el “Quinto Poder” o “veedurías ciudadanas” cuyo objetivo fundamental es desmantelar las es-tructuras orgánicas de lucha social.

Muchos manifiestan que el Estado debe asumir formas más sociales, benefactoras, hablan del “Estado de Bienestar” o que el Estado debe tener un peso decisivo en la economía como propone el keynesia-nismo; o también manifiestan que no debe tener mayor peso en la organización económica y que sólo debe sentar las garantías básicas para el funcionamiento de la sociedad, como proponen los neolibera-les. Detrás de estas declaraciones se esconden los intereses de los capitalistas y terratenientes que de-sean mantener intacto el sistema que tanto beneficio les reporta. Por ello, es fundamental precisar que el tipo de Estado no cambia dentro de una sociedad determinada puesto que responde a formaciones económico-sociales históricas y concretas; es decir, hay un tipo de estado para el régimen esclavista, para el feudal, para el sistema capitalista y un tipo de Estado Socialista. El Estado no deja de servir a la clase dominante de cada período, pero puede variar su forma de gobierno, sin cambiar su esencia, de acuerdo a sus necesidades momentáneas. Así el Estado burgués o capitalista puede asumir formas de gobierno socialdemócratas, fascistas, keynesianas, neoliberales, dictaduras militares, sin dejar de ser esencialmente un Estado al servicio de burgueses y terratenientes.

Ecuador: un Estado semi-colonial y anti-popularDesde la conformación de la República del Ecuador el Estado sirvió a los intereses de las clases do-minantes y las potencias extranjeras. Primero al servicio de los criollos terratenientes en alianza con los ingleses, y luego controlado directamente por el capital yanqui y la burguesía agroexportadora y burocrática.

La evolución del Estado ecuatoriano, al igual que la conformación de todos los Estados, está condi-cionada por la situación económica, política y militar que se atraviesa a nivel internacional y por sus condiciones internas. De esta manera, el Estado ecuatoriano nació cuando el capitalismo se había de-sarrollado en varios países europeos. Las principales potencias imperialistas se consolidaron como tal en base al saqueo y explotación de países como el nuestro, a los que dominaban en complicidad con las élites locales, saqueando recursos naturales, robando y apropiándose de grandes extensiones de tierra

y de los principales sectores de la economía. De hecho cuando el 13 de mayo de 1830 se declaró la Re-pública del Ecuador, su economía y élites estaban estrechamente vinculadas con la principal potencia capitalista de la época: Inglaterra. Se podría decir que durante estos años si bien no hubo una alianza pública entre los criollos (que eran los principales herederos del sistema colonial y los más interesados en alcanzar la independencia) y los ingleses, ambos flancos trabajaron conjuntamente con el afán de arrebatarle el poco poder que le restaba a la corona española. Así podemos comprender como si en un primer momemento los ingleses apoyaron el movimiento gran colombiano, luego estarían detrás de la partición de la Gran Colombia, para facilitarse su control.

Cuando se alcanzó la independencia formal de nuestro país, existieron tres sectores beneficiados. Por un lado estaban los criollos que habían pasado a ocupar el primer peldaño en la escala social y eran quie-nes, junto a la Iglesia Católica, controlaban las haciendas en todo el territorio ecuatoriano. Fueron estos grandes terratenientes quienes se hicieron del Estado ecuatoriano, utilizándolo para erigirse como clase económicamente dominante. Por su parte, Inglaterra, junto con otros países europeos, había adquirido enormes ventajas comerciales para exportar productos a nuestro país, lo que le significaba enormes ganancias y que también fomentó el desarrollo Guayaquil y otros puntos de desembarco comercial, así como de una clase comerciante costeña, estrechamente vinculada a Inglaterra. A pesar de esto, este periodo fue el de la consolidación de los terratenientes de la Sierra y la iglesia católica.

Esa independencia tan sólo significó el tránsito de un Estado colonial a uno semicolonial, donde ac-cedimos a una independencia formal que no se dio en los hechos, puesto que el Estado y la economía fueron organizadas para servir a nuevos amos. Cabe recalcar que cuando se dio la “independencia” las naciones europeas eran ya poderosas y enmarcaron esos procesos para seguir oprimiendo a nuestros países, los cuales no pudieron -ni han podido- desarrollar un Estado que sirva ni siquiera a los intereses de la burguesía nacional, peor a los de los sectores populares.

En las últimas décadas del siglo XIX, los “gran cacao” que eran propietarios de enormes extensiones de tierra fueron ganando terreno en la economía ecuatoriana, llegando a tener disputas con los terra-tenientes de la sierra, conflictos que casi llevan a la partición territorial de Ecuador y que hizo que en varias ocasiones hayan enfrentamientos entre los ejércitos financiados por ambos bandos.

Durante los primeros años del siglo XX se da la vinculación de la economía ecuatoriana al escenario mundial donde finalmente ya se había configurado el imperialismo, continuó en una relación desigual en donde la economía ecuatoriana y bastas extensiones de tierra estaban dedicadas a la mono produc-ción de cacao. En este contexto se inscribe la revolución liberal, como un proceso político en que la bur-guesía agroexportadora costeña se hace del poder político y subordina a los sectores terratenientes de la sierra, en donde la influencia de la iglesia en la economía pierde mucho peso. Paralelamente Inglaterra fue perdiendo influencia económica y política en América latina y Ecuador, mientras Estados Unidos, constituida como una de las principales potencias imperialistas empieza a ganar terreno en la región. Ello marca una ruptura con las ilusiones democráticas que aún mantiene la vieja guardia nacionalista, reformista y social-demócrata, puesto que una vez consolidado el imperialismo, no es posible un desa-rrollo independiente, dirigido por la burguesía de los países oprimidos. Una vez que el imperialismo consolida su dominio, desarrolla el capitalismo en sus colonias y semi-colonias hasta cierto límite, hasta donde le resulta necesario, es lo que Lenin denominaba “desarrollo desigual y combinado”. Resulta improbable que en los países dominados por el imperialismo se desa-rrolle un capitalismo nacional, independiente, con base industrial propia, puesto que el capitalismo

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La democracia burguesa es la dictadura de bur-gueses y terratenientes, que ejercen su dominio y opresión a través de los entes estatales que aparentan la “participación del pueblo” a través de las elecciones. La burguesía sólo aplica la de-mocracia dentro de su propia clase, puesto que su función principal es poner en funcionamiento la institucionalidad para sus propios fines, y es dónde se disputan entre las diferentes fracciones burguesas el control del Estado especialmente mediante las elecciones. La dictadura burguesa –denominada democracia- es aplicada en contra de las clases explotadas –obreros, campesinos pobres, estudiantes y pequeños comerciantes- mediante los cuerpos represivos (fuerzas arma-das), el marco jurídico, el control político e ideo-lógico. En fin, la “democracia” burguesa está al servicio de los explotadores pero se encubre con la fachada de la representatividad.

Las elecciones –con el cuento de la democracia- arrancan de las clases explotadas su aprobación a los candidatos que han sido elegidos previamente por cada fracción burguesa o terrateniente, con el objeti-vo fundamental de preservar sus intereses económicos. Se efectúan con el propósito primario de legitimar el sistema, la política y las acciones de la clase dominante-dándoles la fachada de un mandato popular-y de canalizar, confinar y controlar la actividad política de las masas populares .8 Quien sea que triunfe en las próximas elecciones ecuatorianas; los obreros, campesinos sin tierra, estudiantes y pequeños comer-ciantes serán los derrotados a fin de cuentas, puesto que sus reivindicaciones económicas, políticas, sociales y culturales fundamentales no serán resueltas por el mandatario y asambleístas de turno. Las elecciones constituyen la forma pacífica que tienen las diferentes fracciones burguesas –financiera, compradora, industrial, monopólica, burocrática- para asegurarse el control del Estado y repartirse “democráticamente” la riqueza económica del país. La fracción triunfadora se consolida como capa he-gemónica dentro de su clase. Como manifiesta Lenin “el sufragio universal es la dictadura de la burguesía”.

En este sentido, resulta imprescindible romper con el pensamiento de que en las elecciones el pueblo participa. puesto que esa supuesta participación no es más que elegir entre los representantes de los explotadores. “Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino también en las repúblicas más democráticas”. 9

Es importante desmentir la concepción de que debe elegirse al menos malo entre los candidatos, por dos razones: 1. Hay que frenar ese pesimismo que induce a la pasividad y al conformismo y lleva a pensar que el sistema capitalista es lo máximo a lo que podemos aspirar y por ende hay que elegir al menos malo, como se hizo con Correa ante la posibilidad de que Álvaro Noboa sea presidente, con los resultados nefastos consabidos. 2. Porque debemos desprendernos de la ilusión democrática, en donde los oprimidos tenemos perdida la partida desde el inicio del proceso electoral. Es cómo preguntarte

8 Bob Avakian. Las ilusiones de la democracia y la realidad de la dictadura.9 Vladimir Lenin. el Estado y la revolución

que se desarrolla en estos países es un capitalismo amorfo, con deficiencias estructurales y con una eco-nomía con grades rezagos semi-feudales, desarrollado básicamente por el imperialismo para exportar capital y bienes. Es decir, en nuestros países el capitalismo jamás se configuró de la forma clásica como en algunos países europeos, donde la burguesía barrió con el dominio de los terratenientes y desarrolló la industria.

Una pseudo intentona reformista se dio posteriormente con la ilusión de promover la sustitución de importaciones a fines de los sesenta y en los años setenta, algo que en la práctica resultó un fracaso total, puesto que en nuestro país la economía no está orientada al autoabastecimiento y autosostenimiento de nuestra población, sino a cumplir con las demandas del mercado internacional. Las corporaciones imperialistas se llevan el petróleo, minerales, productos alimenticios, e instalan sus empresas en nuestro país para aumentar el margen de ganancia de capital y sobreexplotar a los trabajadores ecuatorianos. Estas ilusiones reformistas son sostenidas por los teóricos de la dependencia como Alberto Acosta, quienes en su afán colaborador con la burguesía, hablan de que ésta puede cumplir un papel nacional y desarrollar la producción industrial, desconociendo el dominio estructural del imperialisdmo sobre nuestra economía.

Nuestros países jamás han roto el cordón umbilical de la semicolinalidad, si antes fueron los españoles, y después los ingleses, nuestro país no ha podido desatarse aún del dominio del imperialismo nor-teamericano. El Ecuador ha desarrollado un Estado semi-colonial, es decir oprimido económicamente por el imperialismo, donde su desarrollo se encuentra sesgado y trabado por ello, lo cual imposibilita un desarrollo industrial y la resolución del problema de la tierra y las demandas democráticas de las amplias masas populares. Desde esa época hasta la actualidad el Estado ecuatoriano, como reflejo de su economía subordinada, ha estado subyugado a los intereses norteamericanos, y con el gobierno actual, además de ello, a los intereses del capital chino.

La democracia burguesa y las eleccionesLa forma de gobierno más adecuada al Estado capitalista es la denominada democracia burguesa. Ideo-lógicamente la burguesía ha introducido en la sociedad la falacia de que dicha democracia está al servi-

cio de todo el pueblo, de las grandes mayorías, cuando en realidad está configurada para asegurar la dominación de los explotadores. Es necesario aclarar que toda democra-cia es una dictadura de clase, toda organización democrá-tica sirve a los intereses de las clases dominantes que os-

tentan el poder político. La democracia no es perfectible, es imposible llegar al ideal de una democracia pura y absoluta, puesto que en la democracia siempre habrá dominación, en la democracia burguesa de la minoría y en la democracia proletaria de la mayoría. La burguesía ha refinado la forma de opresión mediante variantes “democráticas”, acordes a un determinado momento histórico y según la convenien-cia de sus intereses adoptan una u otra forma de gobierno. Cuando sus intereses se ven afectados direc-tamente, por la presión de las masas populares, utiliza el aparato represivo del Estado de una manera directa, asumiendo formas fascistas o militaristas; cuando las condiciones sociales, políticas y económi-cas aparentan una relativa estabilidad, envuelve a las masas populares en un espejismo de “participación ciudadana”, utilizando conceptos hueros como “democracia representativa”, “democracia participativa/directa”, etc. Sin embargo, ningún cambio de forma de gobierno o aplicación de conceptos “modernos” modifica la esencia del carácter de clase del Estado burgués. “La vieja democracia, es decir, la democracia burguesa y el parlamentarismo fueron organizados de tal modo, que precisamente las masas trabajadoras se vieran cada vez más apartadas que nadie del aparato de gobernación”. 7

3 Vladimir Lenin. Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado.

toda democracia es una dictadura de clase, asuma

la forma que asuma.

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¿cómo quieres morir, de un balazo en la cabeza o en una cámara de gas?, igual vas a morir. En las elec-ciones burguesas siempre las clases explotadas pierden, gane el candidato que gane.

”Nombre una sola situación —en cualquier lugar del mundo, en cualquier período de tiempo— en la historia de las sociedades que hayan afirmado ser, o que usted considere que hayan sido, democráticas (ya sea en la antigua Grecia, Estados Unidos, Europa, India o cualquier otra parte) donde tal democracia en realidad no se haya caracterizado por profundas divisiones y desigualdades sociales y la despiadada explotación y opre-sión de grandes sectores de la sociedad reforzada por la represión asesina en contra de individuos y grupos que representaron una seria amenaza para aquellos que en realidad gobernaban sobre la sociedad y la población”.10

La democracia burguesa no puede cumplir ni aún las libertades burguesas que profesa. Pensemos por un momento si esta democracia puede resolver el problema económico de los trabajadores; si el pro-blema de la mujer puede ser resuelto dentro de este sistema; si el tema ecológico es un tema en realidad importante para los capitalistas; o si los campesinos obtendrán la tierra y el agua que reclaman. Esta de-mocracia ilusoria busca envolver a las masas en demandas pequeñas y particularistas que las desvían de sus intereses estratégicos, y en la esperanza ciega de creer que el Estado va a resolver aquello con cam-pañas de concienciación contra la violencia machista, o por el cuidado ambiental, o con un incremento salarial ínfimo, o con reformas agrarias impulsadas desde el Estado que entregan tierras inservibles a los campesinos. “Si observamos más de cerca el mecanismo de la democracia capitalista, veremos siempre y en todas partes restricciones y más restricciones de la democracia... en los obstáculos efectivos a todos los derechos políticos... estas restricciones excluyen, eliminan a los pobres de la política, de la participación activa en la democracia”. 11

Es común que la “libertad” garantizada supuestamente por el marco jurídico burgués -en la Consti-tución por ejemplo- sea violentada cuando así las clases dominantes o el gobierno lo requieren. Los enunciados de “libertad, igualdad y fraternidad” son frases vacías en el sistema capitalista. Las liberta-des que profesa la sociedad burguesa son anuladas encarcelando, torturando, prohibiendo, cuando los capitalistas lo consideran necesario.

El reformismo ha elevado el electoralismo de una cuestión de táctica a un asunto estratégico, alrede-dor del cual gira todo su accionar, que ha postergado la lucha clasista del proletariado y demás clases explotadas. Para distinguir a los reformistas basta verlos ir detrás de tal o cual fracción burguesa en las elecciones, llevando la inconformidad de las masas al matadero institucionalista burgués. Su ilusión es la transformación de la sociedad desde las urnas, transformación que nunca llega a materializarse. Nos dicen que luchan por los derechos del pueblo en el parlamento, pero si revisamos la historia –a la luz del materialismo dialéctico- daremos cuenta que cada uno de los derechos conquistados por obre-

10 Raymond Lotta. Notas de campo sobre la democracia y el comunismo. Carta a Arundathi Roy.11 Vladimir Lenin. El Estado y la revolución.

ros, campesinos pobres, estudiantes y pequeños comerciantes, han sido arrancados a través de la lucha, la huelga, el paro, las tomas de tierras, las manifestaciones, etc.; nada ha sido concedido gratuita y espontá-neamente por quienes ocupan las curules de la Asamblea –anterior-mente Congreso-, sino medidas que protegen los intereses de clase de sus verdaderos mandantes: los bur-gueses y terratenientes.

“La transformación desde el parla-mento” por “la patria nueva”, “altiva y soberana” no es más que una ex-cusa que esconde los verdaderos in-tereses de clase de los explotadores de siempre y un pretexto para hacer “carrera” dentro de la institucionali-dad burguesa y embolsicarse unos cuantos miles de dólares al mes como funcionarios del viejo y ca-duco Estado burgués. Lenin calificó bien a estos paladines del capitalis-mo disfrazados de revolucionarios:

“Sólo los bribones o los tontos pueden creer que el proletariado debe primero conquistar la mayoría en las votacio-nes realizadas bajo el yugo de la bur-guesía, bajo el yugo de la esclavitud asalariada, y que sólo después debe conquistar el Poder. Esto es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto es sustituir la lucha de clases y la revolución por votaciones bajo el viejo régimen, bajo el viejo Poder”. 12

El problema de fondo de la democracia burguesa es que es una institución creada por la burguesía para salvaguardar sus intereses de clase y aunque genere una idea ilusoria de participación, igualdad y libertad, choca con las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales, concretas y reales de los oprimidos, desposeídos, explotados y discriminados de la sociedad; quienes sienten, día a día, las formas de explotación y opresión que garantiza el bienestar, la opulencia, la libertad de los ricos.

Pero la “estabilidad democrática” no es eterna –como todas las cosas- y no es inmune a las crisis políti-cas y económicas que pone a tambalear la institucionalidad capitalista. Y es fundamental comprender que los derechos conquistados por nuestros hermanos de clase se consiguieron, justamente en deter-minados momentos de inestabilidad democrática, en que se rompió el marco jurídico-democrático burgués. Ceñirse al legalismo burgués no hubiese permitido mayor avance en la consecución de de-

12 Vladimir Lenin. Sobre las elecciones burguesas.

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IIrechos de los sectores explotados. La función fundamental de la democracia burguesa es: limitar el escenario de lucha del proletariado y las clases explotadas, institucionalizar la lucha social y enmarcarla en variantes que no afectan la estructura de dominación.

Pongamos un ejemplo, la demanda laboral de ocho horas en Ecuador y el mundo: la jornada laboral de ocho horas no estaba garanti-zada en la legalidad burguesa y el sólo hecho de comentarla generaba un malestar enorme en los patrones y el gobierno, quienes no dudaron un solo segundo en reprimir a los trabaja-dores cuando se manifestaron por ello. Represión que causó miles de asesinatos en todo el mundo -1ero. de Mayo en Chicago, por ejemplo- por causa de una justa demanda. En nues-tro país, tal derecho no fue una incorporación que hizo la burguesía a su legislación ecuatoriana, sino que la cla-se trabajadora del país desató huelgas, manifestaciones, duran-te años, para lograr la reducción, primero a nueve y luego a ocho horas de la jornada laboral. Ello no se logró por los hábiles parlamentarios sino por la lucha del proletariado que se salió del estrecho margen democrático burgués para alcanzar tal reivin-dicación. La ocupación de los que ahora son los barrios populares de la ciudad se lograron mediante la toma de tierras por parte de inmigrantes de otras provincias, fue mediante la lucha que se logró conseguir esos terrenos para que luego después de muchos años recién sean legalizados. La lucha es el camino, las clases explotadas sólo pueden conquistar derechos a través de la lucha y la organización, y una verdadera revolución no se enmarcará dentro del viejo Estado burgués y de sus limitaciones que aseguran el control de la clase dominante; sino, muy por el contrario, fuera de él, con organizaciones independientes cuyo objetivo sea destruir esa vieja maquinaria estatal. El proletariado no puede limitar su lucha al marco democrático burgués, debe rebasarlo.

Es, por tanto, tarea fundamental de los revolucionarios alejar a las masas populares de la politiquería, clientelar, que encuentra su máxima expresión en las elecciones burguesas. La politiquería constituye una traba para la elevación del nivel de consciencia de la gente, puesto que la aleja de la verdadera po-lítica por el descrédito que genera a través de las infinitas propuestas no cumplidas por los gobiernos burgueses. Los comunistas debemos luchar por una progresiva politización de las masas, mostrando o evidenciando la diferencia entre política revolucionaria y politiquería, entre lucha por la liberación y la sucia demagogia, y un gran paso para ello constituye la comprensión del papel del Estado, la democra-cia y las elecciones, un entendimiento real de que las condiciones actuales pueden y deben cambiar y que ello se logra a través de la lucha organizada.

Los partidos políticos burgueses: máquinas electorales al servicio los grupos monopólicos

Los partidos políticos son la representación de los intereses de una clase social. Los partidos burgueses constituyen aparatos políticos que defienden los intereses de las diferentes fracciones burguesas de un país determinado. No representan a todo el pueblo, ni se ubican por encima de la sociedad como pretenden hacernos creer. En general los partidos políticos tienen una línea ideológica definida y un programa político al servicio de una determinada clase; constituyen en realidad maquinarias que fun-cionan especialmente en las elecciones burguesas o dentro de la gestión estatal repartiéndose cargos o garantizando sus intereses particulares en el parlamento.

Así mismo, el partido proletario por su estructura, características y objetivos debe ser radicalmente distinto al partido electoral burgués, con ideología y programa político propio y al servicio del proleta-riado y las otras clases explotadas.

En el Ecuador, el desarrollo de los partidos políticos es tardío e inicia con el Partido Conservador (1811) y el Liberal. De estos se desprenden, históricamente, varios de los partidos actuales. Desde los años cuarenta del siglo anterior surgen partidos que hasta hace poco mantenían un control bastante fuerte sobre la estructura política, económica y social ecuatoriana.

En las décadas de los sesenta y setenta del siglo anterior se desarrollan partidos “nuevos” que respon-den, de manera más directa, a los intereses de cada fracción burguesa; el Partido Social Cristiano, la Izquierda Democrática y la Democracia Popular. A fines de los años noventa e inicios del siglo XXI, se reestructuran algunos de esos viejos partidos, fruto del desgaste de la denominada partidocracia; se crean entonces el PRIAN, Sociedad Patriótica, Alianza País, Ruptura de los 25.

A continuación detallamos algunos ejemplos de las campañas electorales de los partidos de la burgue-sía y de sus presidenciables que ofrecían muchas cosas que en la práctica nunca fueron llevadas a la realidad.

JAIME ROLDOSJaime Roldós, un político joven que había trabajado conjuntamente con Asaad Bucaram en la estruc-tura partidista de la populista Concentración de Fuerzas Populares (CFP) en Guayaquil, eligió como pareja presidencial a Oswaldo Hurtado, quien era miembro de la Unión Demócrata Cristiana, organi-zación política de la burguesía quiteña. El principal lema con que llegaron al poder fue: “Roldós a la presidencia, Bucaram al poder”, en alusión a la inmensa popularidad que tenía Bucaram en Guayaquil.

En ese entonces los medios de comunicación difundían el rumor de que Hurtado era “comunista”, tratando de hacer un paralelismo con el proceso político que se había dado años antes en Chile. Una de sus principales estrategias era la difusión de una imagen joven, cambio y renovación, que supere a las caras “viejas” y desgastadas de la dictadura militar.

Roldós señalaba: “Nos definimos a nosotros como hombres de izquierda. Y nuestro propósito es el cambio estructural. No estamos de acuerdo con las estructuras actuales, pero creemos en otorgarle a

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la empresa privada la posibilidad de un amplio desarrollo”. Esta propuesta política se dibujaba como socialdemócrata y reformista, con colaboración de la Izquierda Democrática y del Frente Radical Alfa-rista, fuerzas políticas que finalmente los llevaron al poder.

Cuando Hurtado asumió la presidencia del país, tras la muerte de Roldós, empezaron las negociacio-nes de la deuda externa, se aceptaron dócilmente las recetas que había empezado a diseñar el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este sentido se llevó a cabo uno de los capítulos más tristes para la economía del pueblo, con la sucretización lo que se hizo fue convertir las deudas de los agentes eco-nómicos privados en dólares, libremente contratadas fuera del país a deudas en sucres frente al Banco Central, en condiciones ventajosas; esto mientras el banco, a su vez, asumió el compromiso de pago en dólares ante los acreedores internacionales. Esta medida fue una condición del FMI y del Banco Mun-dial, que argumentaban que el Estado es mejor garante para atender estos créditos particulares. Todo esto significó que a partir de 1983, la casi totalidad de la deuda externa del sector privado se convirtiera en deuda del sector público. Esto a su vez significó una disminución del gasto público, principalmente destinado a actividades sociales y al subsidio de determinados bienes y servicios, mientras por el otro lado se elevó el precio de los derivados de petróleo. Todo esto para salvar y beneficiar a la burguesía “endeudada” y a la banca internacional, afectando terriblemente a las enormes masas pobres de nuestro país. Ni Roldós, ni Hurtado cumplieron con aquel cambio que habían prometido, es más este gobierno que inauguró el retorno a la “democracia” después de varios años de dictadura militar, fue el que abrió el camino para la introducción del neoliberalismo en el país. Fue precisamente en esta época, como producto de las serias medidas anti-populares que se llevaron a cabo, que se gestaron varias huelgas na-cionales donde los trabajadores en conjunto con las barriadas pobres defendían los derechos populares.

FEBRES CORDERODesde mediados de 1983, León Febres Cordero, representante de la burguesía guayaquileña, se fue perfilando como candidato a la presidencia. En agosto de ese año, inició formalmente su campaña respaldado por una alianza de partidos de derecha, agrupados en lo que se llamó “Frente de Reconstrucción Nacional”. Quien lo acom-pañó en la vicepresidencia fue Blasco Peñaherrera, representante de la burguesía quiteña. Propusieron un nuevo esquema para el manejo de la economía: en una fórmula a la que llamaban “economía so-cial de mercado”. Su principal eslogan de campaña fue “Pan, techo y empleo”.

Al inicio de este gobierno las ventajosas condiciones de pago de la deuda externa “sucretizada” fueron ampliadas, se extendieron los plazos de pago de 3 a 7 años. Ofreció viviendas baratas y aseguró la creación de miles de empleos, sin embargo en la práctica el desempleo y las tasas de inflación se eleva-ron enormemente. De hecho en 1988 la inflación alcanzó el 63% anual. Mientras tanto la movilización y reclamos populares fueron brutalmente reprimidos en las calles. Se vició una etapa de terrorismo de Estado donde los opositores y las organizaciones populares fueron reprimidas por la salvaje policía nacional y el ejército, se instauró la tortura como política de Estado. Además se otorgó ventajas incom-parables a los monopolios estadounidenses para que saqueen el país. Febres Cordero era reconocido en Latinoamérica como el principal seguidor de Ronald Reagan, presidente en ese momento de los Estados Unidos.

Finalmente, el socialcristianismo, con el afán de asegurarse un reducto electoral, durante los últimos meses de gobierno elevó el gasto público, sobre todo en Guayaquil; táctica que les daría frutos más adelante.

SIXTO DURÁN BALLENEn 1991, cuando el Partido Social Cristiano, cofundado por Durán-Ballén, escogió como candidato a Jaime Nebot, Durán Ballén formó el Partido Unidad Republicana. Ganó la elecciones en la segunda vuelta contra Nebot, apoyado por la Democracia Cristiana y el Frente Amplio de Izquierida (FADI), entre otros.

Durán Ballén profundizó la arremetida neoliberal en la historia económica del Ecuador, con políti-cas que buscaban privatizar sectores estratégicos como telecomunicaciones, hidrocarburos y el sector eléctrico. Inició paralelamente un proceso de transformación del manejo estatal, con la aprobación de la Ley de Modernización como base jurídica de las privatizaciones y la creación del Consejo de Moder-nización del Estado (CONAM)como ejecutor de esta ley.

Bajo el denominado Consenso de Washington en plena aplicación, se impusieron un conjunto de me-didas económicas que integraban las políticas de ajuste estructural, las reformas estructurales del Esta-do, la privatización de empresas públicas, la liberalización del comercio, las amplias garantías jurídicas para las inversiones extranjeras y la flexibilización laboral. Renegoció la deuda externa en el marco del Plan Brady, que fracasó a los 5 años. A la vez, hubo un alza significativa de créditos del Banco Mundial quien le brindó un masivo apoyo. Sólo en 1995 se comprometió 4 préstamos en un paquete de un total de 312 millones de dólares, coordinado bajo la línea de “Reducción de la pobreza y gestión económica”.Por otra parte, el cumplimiento a los condicionamientos impuestos por el Banco Mundial, a más de la insistente privatización de los servicios públicos, devino en la reducción de los puestos de trabajo, la eliminación de supuestos subsidios y la rentabilidad en la gestión del Estado, lo que llevó entre otras cosas, a eliminar la gratuidad de los servicios de educación básica y la inversión en salud pública.

ABDALÁ BUCARAMBajo el lema “la fuerza de los pobres” y el auto etiquetamiento de “líder de los pobres”, Bucaram presen-tó un plan de reformas “profundas” en todos los niveles, con el supuesto objetivo de mejorar las magras condiciones de vida de la población. Su oferta electoral más seductora fue la construcción de viviendas sociales subvencionadas por el Estado en un 75%. También habló de promover la paridad entre el sucre y el dólar, en un intento de mutación llamado “convertibilidad”. Además de esto Bucarám tenía en la mira la flexibilización laboral y la privatización estatal, medidas que afectaban directamente al pueblo ecuatoriano.

Contrastando con “la fuerza de los pobres”, este gobierno aplicó una serie de ajuste económicos terri-bles. Se incrementaron las tarifas de los servicios públicos, se eliminó el subsidio al gas doméstico, se dispuso el cobro en los hospitales públicos y continuaron los incrementos en los derivados del petró-leo, gasolina y diesel, así como de la electricidad. A todo esto habría que sumar una gran cantidad de escándalos de corrupción. JAMIL MAHUADEn campaña sus colores fueron verde y blanco y su slogan “Se lo que hay que hacer y cómo hacerlo”. A través de sus discursos se mostró como un hombre seguro, intachable, transparente, inteligente y culto, precisamente su pose vanidosa de Harvard Man brillaba siempre. En su gobierno se vivió uno

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de los capítulos más dramáticos de la historia nacional; el feriado bancario. Así, mientras para el salvataje del Filanbanco se entregaban 416 millones de dólares, para la rehabilitación del Banco de Fomento, encargado del crédito agrícola, apenas se destinaron 20 millones de dólares. De esta manera, de la noche a la mañana, el 15 de marzo de 1999 amanecieron congelados los depósitos bancarios en sucres y en dólares, las cuentas de ahorros y las cuentas corrientes. Recursos re-tenidos con tasas de interés diferenciadas, siempre más bajas que las que regían en el mercado, con lo cual, en lo concreto, esta incautación

tuvo un carácter confiscatorio. En esa misma línea de arremetida contra el pueblo, se eliminaron los subsidios al gas de uso doméstico y la electricidad.

LUCIO GUTIERREZGustavo Noboa convocó a elecciones presidenciales para el 2002, para lo cual se habían presentado varias figuras políticas como candidatos. Entre los aspirantes se encontraba Álvaro Noboa y el coronel Lucio Gutiérrez, quien había formado parte de la Junta de Salvación Nacional, y que allí se perfilaba como candidato presidencial por el partido Sociedad Patriótica-21 de enero, en alianza con el movi-miento Pachakutik y el MPD, siendo elegido Presidente de la República en la segunda vuelta electoral. Su lema de campaña y gobierno fue “O cambiamos al Ecuador, o morimos en el intento”.

Durante la campaña centró su propuesta política en la recuperación económica del país frente a las consecuencias de la crisis financiera internacional y prometió organizar un frente regional de renego-ciación de la deuda externa y levantar una postura radical de soberanía. El ‘dictócrata’ se presentaba sí mismo como un “ferviente” seguidor de las ideas “integracionistas” bolivarianas de Hugo Chávez.

Inició su mandato con alianzas políticas con Pachakutik y el MPD. Al día siguiente del inicio de su mandato se declaró seguidor y amigo número uno de Estados Unidos, canalizando todos sus esfuerzos para la firma de un Tratadode Libre Comercio.

Su gobierno se fue resquebrajando debido a la ruptura de los acuerdos políticos, en el 2004 existió la posibilidad de ser enjuiciado y destituido, tuvo una nueva alianza con el PRE, PRIAN y MPD para destituir a la Corte Suprema de Justicia y reorganizar el Tribunal Supremo Electoral. Esta Corte llama-da como la “Pichi Corte” anuló los juicios contra Abdalá Bucaram, Gustavo Noboa y Alberto Dahik, quienes en los últimos meses del gobierno regresaron del exilio.

Durante el mes de julio del año 2004, los jubilados del Ecuador llevaron a cabo una serie de protestas para exigir un modesto incremento en sus golpeadas pensiones jubilares. Mientras esto sucedía, en mayo del 2003, el gobierno de Gutiérrez obligó al IESS a comprar –con el dinero de los afiliados- 440 millones de dólares en bonos del Estado, de los cuales 354 millones fueron para pagar deuda pública interna y externa. Tiempo después, hacia fines de julio del 2004, muchos de los jubilados, debilitados por la prolongada huelga de hambre, vieron deteriorada su salud: 21 de ellos murieron en esta lucha. Nadie olvida tampoco los balazos disparados desde el Ministerio de Bienestar Social y la compra a va-rios sectores para que viajen a Quito a defender su gobierno. En resumen un gobierno corrupto, matón y entreguista.

“El meollo de la política revisionista de -ante todo y por sobre todo- frenar la revolución, se expresa en su defensa de la tesis anti-marxista de una «vía pacifica al poder». Esta tesis oportunista, en esencia, significa prohibir al pueblo hacer la revolución destruyendo el aparato estatal burgués, que los revisionistas anhelan tomar pacíficamente por dentro” 13

Los partidos reformista y revisionistas son en esencia en la actualidad partidos socialdemócratas que combaten el camino de la revolución reemplazándolo con la posibilidad del cambio mediante las elec-ciones y la vía pacífica al poder. Las clases dominantes han contado con un aliado estratégico en su tarea de someter a las masas populares a sus designios: el reformismo. Este ha utilizado los más va-riados atuendos para disfrazarse de representante de los intereses populares, vistiéndose de marxista, ecologista, culturalista, sindicalista. Su labor ha estado orientada a encasillar la lucha de masas en los estrechos márgenes de la democracia burguesa. Cuando han existido levantamientos populares esta izquierda se ha trepado en aquellas luchas, no para darles un contenido y horizonte revolucionario, sino para encaminarla al matadero institucionalista y electoralero.

“El reformismo significa en la práctica renuncia al marxismo y sustitución de esta doctrina por la “política social” burguesa. 14 Significa abandonar la revolución y abogar por reformas dentro de la estructura de dominación burguesa. Significa una renuncia tácita del proletariado y las masas populares a la lucha por el poder para enmarcarlas en la lucha por reformas que hagan menos sufrible su existencia -y general-mente ni eso-. El reformismo y el revisionismo adaptan su comportamiento de acuerdo a la coyuntura política. Los principios no cuentan y menos aún cuando se trata de ganar un puestucho bien remune-rado dentro del Estado burgués.

La política económica neoliberal, introducida por el imperialismo desde la década de los ochenta, produjo una salvaje crisis económica a fines de los años noventa e inicios del siglo XXI en Latinoa-mérica. Las condiciones objetivas de pobreza, desocupación, saqueo imperialista y flexibilización de relaciones laborales, originaron varias protestas y levantamientos populares que llevaron a los Estados burgueses de varios países a una crisis institucional de notables proporciones, que en el Ecuador se manifestó con el derrocamiento consecutivo de tres presidentes en menos de diez años, con diputados apedreados, cortes e instituciones burguesas desprestigiadas y sin ninguna legitimidad. En Perú el ré-gimen de Fujimori se encontraba en una crisis absoluta fruto del terrorismo de Estado y la corrupción rampante que aquel gobierno no podía ocultar. En Argentina el colapso del sistema financiero dejó a miles de personas en la calle, el grito “que se vayan todos” resonaba en las calles. En Bolivia la represión asesina del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada generó varios levantamientos que terminaron en su derrocamiento. Todas estas luchas no pudieron ser canalizadas hacia instancias que potencien la organización y los niveles de lucha de las clases explotadas, sino que fueron conducidos a la trampa básica de la democracia burguesa: las elecciones. El reformismo se subió a la ola de aquellas protestas, en su mayoría espontáneas, no para elevar su nivel de combatividad, sino para desarmarlas y proponer, en conjunto con las élites económicas de cada país, nuevas elecciones o asambleas constituyentes que cumplieron con el viejo axioma de cambiar algo para no cambiar nada, oxigenando y modernizando

13 Partido Comunista Revolucionario de Chile. La lucha contra el reformismo.14 Vladimir Lenin, Marxismo y reformismo

La trayectoria reformista de la izquierda ecuatoriana y la eterna excusa de la acumulación de fuerzas por vía electoral

III

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aquellos estados en crisis, especialmente con la actual droga ideológica -de moda en Latinoamérica-: el socialismo del siglo 21.

“Cada cosa que hace o dice la izquierda latinoamericana sirve solamente para mostrar su inep-titud frente al desarrollo de la lu-cha social. Si estalla una rebelión popular se monta en la ola rebel-de, no para darle orientación re-volucionaria, sino más bien para conminar a las masas a tomar el camino de la legalidad y para incentivarlas a participar en procesos electorales que las clases políticas dirigentes organizan desde el Estado bajo el propósito de controlar el estallido social”. 15

La izquierda reformista ha sido la mejor apologista de las elecciones, legitimando el orden actual y alabando de rodillas la democracia de los explotadores. Ha utilizado tres justificaciones fundamentales para su participación en el cabaret electoral:

a) La combinación de todas las formas de lucha: El reformismo manifiesta que los revoluciona-rios debemos apelar a todas las formas de lucha, y ello como concepto no es un error. El asunto es que las formas de lucha no permanecen inmutables en el devenir histórico, sino que cambian de acuerdo al desarrollo del sistema económico y social. Formas de lucha que son válidas y principales en un mo-mento determinado, dejan de serlo en otro. Así es como hay que comprender esta cuestión, dialéctica-mente. La izquierda revisionista se ufana en decir que Marx y Lenin señalaban que debía participarse en las elecciones burguesas, pero ello ha sido burdamente tergiversado y descontextualizado. Marx subrayaba aquella participación en un momento en el que el capitalismo aún estaba consolidándose en algunos países en el marco de la lucha entre capitalistas y terratenientes y en la etapa del capitalismo de libre concurrencia. Lenin hizo esa declaración en la Rusia Zarista de inicios del siglo XX, en medio de una monarquía que recién abría paso al parlamentarismo. Siempre dijeron que dicha participación debía hacérsela tan sólo con fines de agitación y propaganda, no para alcanzar el poder, como manifies-tan los reformistas en la actualidad. Con el desarrollo del capitalismo imperialista, la institucionalidad burguesa y especialmente las elecciones han dejado de representar una forma de lucha para las clases explotadas, puesto que la burguesía busca legitimar su dominio a través de ella, “incluyendo” allí a las masas populares, provocando el abandono de sus intereses estratégicos de clase. Participar en las elecciones en la actualidad significa negar el principio de independencia política del proletariado ante el Estado y los explotadores. El reformismo no ha utilizado las elecciones burguesas como una forma

15 Luis Arce. América Latina Revolución o Reformismo

más de lucha sino que las ha convertido en un fin, a través de la cual gira todo su “trabajo”, donde sus frentes y organizaciones son utilizados meramente como mecanismo de presión para que sus dirigentes vivan cómodamente de los puestos que les otorga la democracia burguesa.

b) La eterna excusa de acumulación de fuerzas vía parlamentaria: Una de las preferidas excusas de la izquierda reformista ha consistido en manifestar que las elecciones contribuyen a acumular fuerzas en la lucha contra las clases explotadoras. Una supuesta acumulación de fuerzas que nunca se ha dado en la práctica y que actúa simplemente como justificación de la inclusión de estos sectores dentro de la torta estatal burguesa. Si vemos las estadísticas históricas de estos partidos encontramos generalmente que en vez de conseguir mayor apoyo popular y “acumular fuerzas” vía electoral, jamás han logrado te-ner una posición fuerte dentro de la representación parlamentaria. El Partido Comunista del Ecuador, por ejemplo, pasó de tener un apoyo inicial de más del 30% en las elecciones, ha dejar de existir como partido legal puesto que en sus últimos años no llegaba ni siquiera a conseguir el mínimo requerido para seguir participando en el cabaret electoral. El MPD nunca ha superado la barrera del 15% y siem-pre la tendencia ha ido decreciendo. El viejo Partido Socialista del Ecuador tampoco ha logrado tener una participación importante en las elecciones, sino que le “ha tocado” aliarse con varios sectores de la burguesía como la Izquierda Democrática, Sociedad Patriótica o Alianza País. Es así que la estrategia de acumulación de fuerzas es más bien una podrida justificación para encubrir su verdadero apoyo a la democracia de los explotadores.

c) Los derechos que pueden adquirir los sectores populares utilizando el parlamentarismo: esta tercera falacia ha sido derribada con la actuación histórica de esos partidos que en componenda con las máquinas electorales –partidos- de la burguesía han sido cómplices en la introducción de medidas antipopulares que han consagrado el despojo de derechos fundamentales conseguidos por la lucha histórica de los sectores marginados. Además, los derechos conquistados y materializados en el marco jurídico burgués no han sido consecuencia del lobby o de las propuestas jurídicas de estas organizacio-nes, sino que han sido arrebatados a la burguesía en las calles mediante la huelga, el paro o la violencia revolucionaria.

Elecciones: Un gran negocioEl objetivo central de los reformistas consiste en obtener algún puesto y hacer carrera política dentro de las instituciones burguesas, beneficiándose económicamente de ello y viviendo a costa de las organiza-ciones populares y sus bases. Negocio próspero para ellos. Luis Villacís, Ciro Guzmán, Lourdes Tibán, Salvador Quishpe, Mauricio Atarihuana, Juan Meriguet, Enrique Ayala Mora, etc., ganan sueldos por encima de los cinco mil dólares, cuando el sueldo básico de un trabajador ecuatoriano es de $292. Su posición privilegiada les permite acceder a truculentos negociados, vendiendo los intereses de los sec-tores que dicen representar. Siendo ese su objetivo fundamental no escatiman esfuerzos en realizar alianzas con la burguesía, sus partidos y el gobernante de turno, mientras se aseguran algunas migajas del reparto de la torta estatal. Y cuando son desplazados, rápidamente se excusan diciendo que han sido traicionados y se autodenominan oposición del gobierno al que inicialmente apoyaron. Esta es la rutinaria historia de todos los partidos y de la izquierda ecuatoriana en particular.

Pero esto no es sólo un negocio individual, también es un gran negocio para los partidos y movimientos que participan en los procesos electorales. Desde 1978 el Tribunal Supremo Electoral, actualmente Concejo Nacional Electoral, financia desde la estructura estatal, con fondos públicos, a los partidos políticos con los Fondos Partidarios Permanentes y por los Fondos de Reposición de Gasto Electoral.

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A continuación presentamos dos cuadros que condensan los fondos que han sido repartidos por el Estado a cada partido para las elecciones desde 1978 a 1996.

Aparte de “las contribuciones” que reciben de los grupos monopólicos, los imperialistas, el Estado y organizaciones no gubernamentales; los partidos políticos reciben dinero de todos los ecuatorianos. Es decir, nosotros somos quienes pagamos para que nos engañen y desarticulen. En la actualidad el Estado contrata los spots publicitarios directamente con los medios de comunicación y sigue destinando un rubro específico para la campaña electoral.

La izquierda oportunista como cola de la burguesía y el imperialismo

“El objetivo final no es nada; el movimiento lo es todo”: esta expresión proverbial de Bernstein pone en eviden-cia la esencia del revisionismo mejor que muchas largas disertaciones. Determinar su comportamiento caso por caso, adaptarse a los acontecimientos del día, a los virajes de las minucias políticas, olvidar los intereses cardinales del proletariado y los rasgos fundamentales de todo el régimen capitalista, de toda la evolución del capitalismo, sacrificar esos intereses cardinales en aras de las ventajas verdaderas o supuestas del momento: ésta es la política del revisionismo. Y de la esencia misma de esta política se deduce, con toda evidencia, que puede adoptar formas infinitamente diversas y que cada problema más o menos “nuevo”, cada viraje más o menos inesperado e imprevisto de los acontecimientos -- aunque sólo altere la línea fundamental del desarrollo en proporciones mínimas y por el plazo más corto --, provocará siempre, sin falta, una u otra variedad de revisionismo”. 16

16 Vladimir Lenin. Marxismo y revisionismo

Esta izquierda reformista no ha perdido oportunidad para ir detrás de tal o cual fracción burguesa para luego manifestar que fueron engañados. Han utilizado el frentismo electoral como táctica permanente para aliarse a otras organizaciones reformistas o a los partidos de la burguesía y participar en la con-tienda electoral.

Han apoyando a los gobiernos de turno realizando alianzas con los partidos burgueses desde mediados del siglo anterior. No es una conducta nueva sino una práctica habitual desde sus orígenes. A conti-nuación realizamos un recuento del accionar de esta izquierda oportunista demostrando que no ha defendido los intereses de las clases explotadas y particularmente del proletariado, sino al contrario, ha ido detrás de la fracción burguesa que le ha convenido coyunturalmente –es decir la que le asegura unos cuantos puestuchos-.

“La vida real, la historia de las revoluciones efectivas muestran que las ‘simpatías de la mayoría de los tra-bajadores’ no pueden ser demostradas muchas veces por ninguna votación –sin hablar ya de las votaciones organizadas por los explotadores (¡a base de la ‘igualdad’ del explotador con el explotado!). Muy a menudo, las ‘simpatías de la mayoría de los trabajadores’ se demuestran no en votaciones, sino por el crecimiento de uno de los partidos, o por el aumento del número de sus miembros en los soviets, o por el éxito de una huelga que, debido a una u otra razón, adquiere enorme importancia, o por el éxito en la guerra civil, etc.”17

A mediados de la década del 30 se dio el primer acercamiento entre socialistas y comunistas, motivado especialmente por intereses electoreros. Los últimos abandonaron la consigna de la construcción de un Gobierno de los soviets, adoptaron la tesis de un gobierno popular y asumieron la táctica de frentes populares. Esta unidad posibilitó la candidatura a la presidencia del General Luis Larrea Alba.

En mayo de 1944, en el marco de protestas contra el gobierno de Arroyo del Río; desarmaron la lucha del pueblo propugnando la necesidad de entregar la presidencia a Velasco Ibarra y de convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Manuel Agustín Aguirre, militante del PSE, declararía “El pueblo ecuatoriano hizo una revolución el 28 de mayo. Ahora ese pueblo ha depositado esa revolución en nuestras manos para que nosotros la escribamos… porque los pueblos hacen la revolución y las Cons-tituyentes la escriben”.

El PCE promovió con entusiasmo la organización de grupos antifascistas, respondiendo a la concep-ción de frentes populares y comités anti nazis y a la influencia del Browderismo (EarlBrowder) que planteaba la necesidad de formar alianzas sociales y políticas bajo una visión pluriclasista. Formaron parte de la Alianza Democrática Ecuatoriana ADE, a la que denominaron “síntesis integral y auténtica de todo el pueblo del Ecuador para reclamar los derechos conculcados”, la cual estuvo conformada por los partidos Conservador, Liberal Independiente, Socialista, Comunista, Vanguardia Revolucionaria Socialista, Frente Democrático Nacional y Unión Universitaria. En vez de dedicarse a organizar a las masas para la lucha, lo que hicieron fue aliarse con los partidos de la burguesía para fines exclusivamen-te electorales.

En 1952 el Partido Comunista del Ecuador apoya la candidatura del terrateniente Galo Plaza, ligado profundamente a los intereses del capital norteamericano. En los mismos años 50, se crea el Frente Democrático Nacional, donde liberales, socialistas y comunistas convergen especialmente para apoyar al binomio formado por Huerta-Plaza, el primero un abogado representante de la burguesía y las em-presas imperialistas, el segundo un terrateniente ganadero hermano de Galo Plaza.

17 Lenin. Saludo a los comunistas italianos, franceses y alemanes.

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junto a las organizaciones integrantes de Unidad Popular, trabajamos desde la primera vuelta a favor de la candi-datura de Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio, porque se gestó en medio de la lucha de las organizaciones populares que combatimos en contra del neolibera-lismo y la corrupción, y, porque el progra-ma por ellos levantado para enfrentar la actual crisis del país contiene elementos de contenido popular y de resistencia a la injerencia extranjera, aspectos que, para su cabal ejecución demandan la constitu-ción de un gobierno del pueblo”18.

Actualmente, son parte de la oposi-ción ante el gobierno de Rafael Co-rrea, aunque fueron ellos mismos quienes lo respaldaron y llamaban a defender el “proceso patriótico, antiimperialista, democrático y re-volucionario” que en su fantasía po-lítica transitaba nuestro país. El Par-tido Socialista del Ecuador prestó a Alianza País su membrete para que pueda participar en las elecciones, la Conaie entregaba el bastón de mando de su organización a Correa en una ceremonia en Zumbahua, mientras el MPD manifestaba que el imperialismo buscaba asesinar al presidente:

Esta izquierda después de que dichos gobiernos se instalaron en Carondelet, no dudaron en apoyarlo en sus reformas anti-populares es más, contribuyeron a introducirlas de una manera sínica y descarada. Quién no recuerda el apoyo del MPD a Gutiérrez hasta días antes de ser derrocado, aún cuando en el primer día de su gobierno se declaró como el mejor amigo y aliado de los Estados Unidos.

En síntesis, los reformistas no buscan realizar la revolución, sino parasitar dentro del viejo estado bur-gués, el cual garantiza a sus jefes o dirigentes una posición privilegiada dentro de la estructura social. El asunto no recae sobre la eterna excusa de que “nos volvimos a equivocar” sino que manifiesta una conducta y una posición política de colaboración de clases. Por ello el reformismo no es un amigo o aliado del pueblo, sino su peor infiltrado y enemigo, que disfrazado de cordero busca cercenar toda la energía viva por construir una sociedad mejor.

18 Periódico En Marcha. Vocero del PCMLE.

En 1957 se crea la Unidad Democrática Anticonservadora, conformada por el Partido Socialista Ecuatoriano, el Partido Comunista, la Concentración de Fuerzas Populares, el Partido Liberal y un movimiento de independientes. En ese mismo año es planteada por Pedro Saad la posibilidad de la transición pacífica por la vía electoral teniendo en cuenta según él, la tradición “democrática y cons-titucionalista” de nuestro País. El programa anticonservador, democrático, agrario y antiimperialista –supuestamente- levantado por la coalición se concretó en la consigna “Parra-Carrión revolución”.

A mediados del sesenta impulsan la candidatura de Elías Gallegos y Gonzalo Villalba. En 1972 asume el control del país una dictadura militar encabezada por Guillermo Rodríguez Lara. La izquierda ecua-toriana, en especial el PCE, denominan a dicho proceso como “nacionalista y revolucionario”, respal-dándolo directamente.

Al finalizar la dictadura militar en 1978 se convoca a elecciones y se constituye el Frente Amplio de Izquierda FADI conformado por el Partido Comunista del Ecuador, el Partido Socialista Ecuatoriano, el Movimiento Revolucionario de la Izquierda Cristiana, el Movimiento Segunda Independencia, el Comité del Pueblo y la Unión Democrática Popular. Este frente electoral fue auspiciado especialmente por el PCE. En ese mismo año se forma el Movimiento Popular Democrático MPD, brazo electoral del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador que se formó en 1964 después de un fracciona-miento del PCE. En las elecciones de ese año apoyan en la segunda vuelta al binomio conformado por Jaime Roldós y Oswaldo Hurtado. Es en este proceso donde la izquierda reformista logra una inserción mucho más formal en el sistema electoral y en la estructura estatal ecuatoriana. Por un lado iba el FADI y por el otro el MPD, pero siempre con la intención de captar puestos dentro del Estado burgués, siempre compitiendo entre sí para conseguir una tajada más grande del pastel legislativo y tratando de canalizar todo el trabajo de sus frentes a ello.

En las elecciones del ‘84, en las que vencería Febres Cordero, la “izquierda” buscó nuevamente a través del FADI (con René Maugé), el MPD (con Jaime Hurtado) y el socialismo (con Manuel Salgado) llegar a la presidencia. Los resultados nuevamente fueron desastrosos.

En las elecciones del 88 se juntan chinos y cabezones y forman el Frente de Izquierda Unida conforma-do por el FADI y el MPD. También se forja la alianza Liberación Nacional, PSE y APRE. En la campaña electoral de 1987 ganó Rodrigo Borja –socialdemócrata-, quien en su gobierno introdujo una serie de medidas anti-obreras que destruyeron el sindicalismo privado en el país y flexibilizaron las relaciones laborales como ningún otro gobierno lo había hecho.

En 1992 postularon a Juan José Castelló del MPD, a Gustavo Iturralde –actual colaborador del régimen de Correa- del PCE, y a León Roldós–candidato burgués guayaquileño- del PSE.

No escatimaron elogios para apoyar a Lucio Gutiérrez en las elecciones presidenciales en el 2002. La Conaie y el MPD vieron en el coronel pro-imperialista un supuesto luchador revolucionario, citamos el periódico En Marcha del PCMLE del 27 de noviembre del 2002:

“Se abre una nueva página en la historia del Ecuador. El triunfo de Lucio Gutiérrez en las elecciones del do-mingo 24 abre la posibilidad cierta del inicio de un periodo de transformaciones positivas para los pueblos del Ecuador. Las oligarquías y el imperialismo han sido derrotados y los trabajadores y pueblos del Ecua-dor han obtenido una trascendente victoria política, sin parangón en el pasado...Nuestro Partido,

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profundizar el saqueo del país, pero con un componente bastante peligroso: buscando poner a las masas populares tras suyo, yendo en contra de sus propios intereses clasistas. El Estado ecuatoriano nunca ha logrado tener tanta influencia como ahora, cuando llega a los lugares más recónditos del país, interfiere en todos los aspectos de la vida social, y ejerce un sistemático control político”. 21

En el análisis titulado “5 Años de una Farsa denominada Re-volución Ciudadana”, elabora-do por el Movimiento Vientos del Pueblo, se explican los ejes fundamentales del gobierno, los mismos que son citados a continuación:

• “El papel histórico de la revolución ciudadana se enmarca en la necesidad de las clases dominantes latinoamericanas de oxigenar y modernizar el Estado de los países opri-midos para que sirva de mejor manera a los intereses del capital imperialista y la burguesía compradora y burocrática. Salvar los Estados en crisis. El gobierno de Correa curó el desgaste institucional que venía sufriendo la democracia burguesa en el país, dónde en los últimos diez años habían sido derrocados tres presidentes, y los índices de credibilidad del congreso y las cortes era menos que paupérrimo. Alianza País con un discurso populista, y pseudo revolucionario se posicionó como defensor de los intereses populares y desvió toda la lucha a instancias legalistas como la Asamblea Nacional Constituyente, que no afectaron las estruc¬turas de poder sino que las readecuaron. Cumplió hábilmente el axioma de cambiar algo para no cambiar nada. Hoy enfrentamos un Estado mucho más sólido, que llega a los lugares más recónditos del país y ejerce un control férreo nunca antes visto”.

• “Elgobiernoactualnoesparanadarevolucionarioniprogresista,comohantratadodehacerlopasar. Es un gobierno fiel a los requerimientos del imperialismo especialmente estadounidense y chino. Marca un hito de ingrata recordación para nuestro país: la inaugura¬ción de la mega-minería, lo cual profundiza la lógica extractiva y reprimariza la economía del país, poniéndola al servicio de los grandes monopolios transnacionales. Eleva los niveles de endeudamiento especialmente con China. Y genera una infraestructura nueva para cumplir con los requerimientos del capital imperialista. Aplica los mismos dictámenes que sus ante¬cesores denominados por este gobierno como larga y triste noche neoliberal”.

• “Sirveyesrepresentantedirectodelosinteresesdelaburguesíaensuconjunto.Especialmentealos

21 Cinco Años de una Farsa denominada Revolución Ciudadana. ConCiencia Revolucionaria, órgano central de Vientos del Pueblo

El gobierno actual es fiel a los requerimientos del

imperialismo especialmente estadounidense y chino.

IV

Cuanto mayor es la influencia de los reformistas en los obreros, tanto menos fuerza tiene éstos, tanto más dependen de la burguesía y tanto más fácil le es a esta última anular con diversas artimañas el efecto de las reformas. Cuanto más independiente y profundo es el movimiento obrero, cuanto más amplio es por sus fines, más desembarazado se ve de la estrechez del reformismo y con más facilidad consiguen los obreros afianzar y utilizar ciertas mejoras.19

La situación actuala. Objetivo de Alianza País: mantenerse en la dirección del Estado acentuando su política ex-tractivista y fascistoideEl gobierno de Alianza País llegó a la presidencia con un sinnúmero de promesas a los sectores popu-lares que en más de cinco años de mandato no han sido cumplidas. Toda la demagogia populista de la campaña electoral se ha desvanecido en las acciones ejercidas desde el gobierno. Recordemos algunas de las promesas hechas en su campañas rumbo a la presidencia:

Su propuesta de gobierno se fundamentó en cinco ejes de reformas: la revolución constitucional y democrá-tica; la revolución ética; la revolución económica y productiva; la revolución educativa y de salud; y la re-volución por la dignidad, la soberanía y la integración latinoamericana.

“Soñamos en un país con una economía que genera riqueza, pero articulada a procesos redistributivos, inclu-yentes y solidarios, que a su vez alentarán un crecimiento más sostenible y sobre todo humano. Un país donde los procesos económicos confronten al modelo de acumulación de la riqueza en pocas manos, que garanticen un sistema económico sustentado en la equidad, la libertad y la solidaridad. Un país donde exista una verdadera apropiación de la riqueza por parte de los pueblos, garantizando el desarrollo equitativo de las regiones” .20

Aquellas promesas no iban a resolver los problemas estratégicos de las clases explotadas. Pero ahondar en ello significa comprender que en el cabaret electoral los politiqueros ofrecen de todo, pero al llegar al poder ni siquiera voltean a ver a quienes confiaron en ellos. Son tan sólo promesas demagógicas uti-lizadas para conseguir cierto respaldo popular.

El gobierno de Correa recompuso el desgaste de la institucionalidad burguesa. Hizo funcionar un Es-tado en crisis, precautelando los intereses de la burguesía en general, de su fracción burguesa y del imperialismo especialmente estadounidense y chino.

“El gobierno de Correa ha entendido mejor que ninguno de sus antecesores la importancia estratégica del Estado como instrumento de dominación de clase, como monopolio organizado para mantener y extender, mediante las leyes, instituciones y cuerpos represivos, el orden que garantiza a los explotadores su hegemonía. Así, este gobierno curó la tan desgastada democracia bur¬guesa con una modernización de todo el aparato, una racionalización que puso a funcionar el aspecto jurídico, económico, político e ideológico del Estado, para

19 Vladimir Lenin, Marxismo y reformismo20 http://www.ecuaworld.com/ecuablog/index.php?itemid=145

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intereses de algunos sectores de la burguesía compradora, y los intereses de la burguesía burocrática expresada en los nuevos ricos que utilizan el Estado como palanca de ascenso y consolidación económica. La pugna con otros sectores burgueses no pasa de ser una disputa inter-burguesa momentánea, mientras existe un acuerdo permanente en la forma de oprimir a las clases explotadas y entregar el país al imperialismo. Los monopolios nunca recibieron tantas ganancias como ahora de la mano del Estado”.

• “Aplicauna formade gobierno fascista. Suaristamáspeligrosa es la corporativización,mate-rializada como cooptación o desarrollo de instancias organizativas dentro de los sectores populares que son controladas desde el Estado. Garantiza así el apoyo de algunos segmentos del pueblo para que sirvan de fuerza de choque y contribuyan a implementar los planes del gobierno, legitimándolos y defendiéndolos a ultranza. El respaldo de las organizaciones reformistas contribuye a ampliar este proceso corporativo que se ejerce en los sectores obreros, campesinos, estudiantiles y barriales. Además del proceso de modernización y racionali-zación del Estado como máquina para oprimir a las clases explotadas y el desarrollo de un aparato militar sin precedentes en la historia del país. La criminalización y persecución de las organizaciones populares, y el control mediático cierran este círculo fascistoide nefasto para los intereses de las clases explotadas del país. Para drogar a las masas populares el gobierno ha utilizado una política asistencialista solventada por los exorbitantes ingresos petroleros que ha recibido, además de un aparato de comunicación que manipula cons-tantemente a través de cadenas, spots, vallas publicitarias y hasta propaganda callejera”.

• “Elgobiernoesunacanteradecorrupcióndealtonivelquesellevadeunamaneramássolapaday sofisticada, escudándose en el supuesto respaldo popular con el que cuenta”.

• “Lasclasesexplotadasnohanvistolossupuestosgrandeslogrosdelarevoluciónciudadana.Unaclase obrera que a través de la reforma legal emprendida desde el estado ve vulnerada reivindicaciones his-tóricas, además que han sido sentadas las bases para una progresiva eliminación de la sindicalización, fle-xibilizando y precarizando las relaciones laborales; además de un salario que muy lejos está de la misma canasta básica y que se ve ínfimo en comparación a la velocidad con la que suben los precios. El campesinado enfrenta el problema de la mega-minería, además de un gobierno que mantiene la concentración de la tierra y el agua. Los estudiantes ven con preocupación la privatización y elitización de la educación, y la injerencia estatal para articular la universidad ecua-toriana a los intereses estatales y por consiguiente a los intereses del imperialismo. El semi-proletariado ve como el gobierno criminaliza su trabajo, y la pequeña burguesía ve diluirse sus ilusiones en la quiebra permanente de sus negocios”.

• “Ensuproyectoantipopularelgobiernohacontadoconelapoyode la izquierda burguesa: el reformismo y revisionismo, expresado en organizaciones como el PCE, MPD, Conaie-Pachakutic y Partido Socialista. Unos lo apoyan hasta la actualidad, mientras otros aho-ra buscan ahora erigirse como “oposición de izquierda”, al ser desplazados y no recibir la parte de la torta estatal que es-peraban. La oposición al gobierno no puede levantarse en alianza con estos sectores reformistas, puesto que su obje- tivo es salvar lo que nosotros queremos socavar: la democra- c i a burguesa. Hay que desenmascarar a estos sectores, que invariablemente seguirán apoyando a cualquier otro gobierno que les garantice un puesto en la estructura estatal, en desmedro de los intereses populares”.

• “Enfrentar lapolítica fascistadelgobiernodeCorrea implicacombatir suprincipalmétododecontrol y manipulación: la corporativización de la organización popular. Y ello se enfrenta con un principio básico: defendiendo y extendiendo la independencia de clase, lo que significa crear y mantener una dirección proletaria y comunista en las organizaciones de masas desarrolladas en el seno del pueblo, para que estas luchen de manera justa por sus reivindicaciones y se liguen también directamente a la lucha revolucionaria, priorizando siempre los elementos más combativos de lucha, y desplazando a las corrientes colaboracionistas y oportunistas. La oposición a este gobierno no se levanta desde las urnas, sino desde el desarrollo de un proceso de base que tenga como principios la lucha y la movilización”.22

El gobierno de Correa en casi seis años de gestión, con ingresos supremamente mayores a los de go-biernos anteriores, especialmente por una política fiscal que sangra al pueblo a través de impuestos, y el elevado precio del barril de petróleo, no ha producido ningún cambio significativo en la estructura eco-nómica y la matriz productiva del país. Se escucha balbucear a los defensores del gobierno que “nunca hemos gozado de carreteras tan bonitas”, ese es el principal argumento de defensa al régimen. Velasco Ibarra o la dictadura militar de Rodríguez Lara también construyeron carreteras e hicieron escuelas. El asunto es ver más allá de los parches que coloca el gobierno a través de su política asistencialista y en-tender que los problemas económicos, sociales y culturales de las clases explotadas y oprimidas, no se resuelven con la verborragia demagógica sino con acciones contundentes, acciones que este gobierno no ha llevado a cabo –ni lo llevará- porque representa y vela los intereses de la gran burguesía y de la capa de burócratas pequeños burgueses y arribistas.

La política del gobierno se ha arrebatado una serie de derechos a los trabajadores, vulnerado derechos sociales, económicos y ambientales de las comunidades campesinas, ha consagrado la criminalización de la lucha social, envuelto a los sectores populares en el corporativismo estatal, y se dirige a la elitiza-ción de la educación subordinándola a los intereses estatales, mientras las ganancias de la banca, de los monopolios tradicionales –ahora en manos de los nuevos ricos ligados al Estado- se multiplican expo-nencialmente. Este gobierno ha demostrado palpablemente el hecho de que en las elecciones los lobos se disfrazan de corderos y que la idea del “mal menor” trae resultados nefastos. Sin duda si gana Alianza País -que es lo más probable- buscará consolidar una política fascista con sus aristas fundamentales: la corportivización y la represión.

b. La derecha se juega algunas cartasAlgunos grupos monopólicos han decidido entrar en el cabaret electoral con sus propios represen-tantes. Ello no quiere decir que levanten una oposición radical al gobierno o que van a realizar trans-formaciones en beneficio de obreros, campesinos pobres, estudiantes y pequeños comerciantes; sino que buscan el Poder, la dirección del Estado, para garantizar y acrecentar los beneficios propios de su fracción burguesa. A la luz del marxismo-leninismo estas contradicciones entre las diferentes frac-ciones burguesas (entre ellas la que representa el gobierno actual) no son antagónicas, puesto que el interés de la clase burguesa y terrateniente, en general, prima sobre sus intereses particulares, existe un acuerdo tácito y permanente en la forma de desarrollar el capitalismo en el Ecuador y tan sólo entran en pugna para la administración de la torta estatal que les permite ampliar su poder político-económico y convertirse en capa hegemónica de la sociedad.

Como consecuencia del desgaste institucional de la democracia capitalista en el Ecuador los partidos burgueses tradicionales sufrieron un gran desprestigio y deslegitimación en los últimos quince años,

22 Cinco Años de una Farsa denominada Revolución Ciudadana. ConCiencia Revolucionaria, órgano central de Vientos del Pueblo

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restándoles represetatividad. Dichos partidos quedaron en evidencia por la generación de crisis eco-nómicas y políticas que afectaron directamente las condiciones de vida de las clases explotadas y mo-tivaron un descrédito generalizado que desembocó en la desaparición de algunos partidos como la Democracia Popular, mientras otros se sostienen en la penumbra y el ocaso electoral del que no pueden salir, como por ejemplo el Partido Social Cristiano PSC, Partido Roldosista Ecuatoriano PRE y la Iz-quierda Democrática ID.

En los últimos años se han reestructurado los partidos de la burguesía, apareciendo en la escena política ecuatoriana nuevos membretes como el Partido Renovador Institucional Acción Nacional PRIAN y Sociedad Patriótica. Otros aparecen con su propia máquina electorera como es el caso de CREO del banquero Guillermo Lasso. Mientras otros sectores o miembros de la partidocracia tradicional cons-tituyen la estructura de Alianza País. Otros sectores de burgueses y pequeño burgueses buscan abrirse campo en las elecciones, pero aún no gozan de representatividad a nivel nacional, como es el caso de Movimiento UNO de Eduardo Maruri, Concertación de César Montúfar, Ruptura de los 25, SUMA, etc.

En las elecciones 2013, los representantes más renombrados de la burguesía que actualmente no están en el gobierno son las siguientes:

a) Guillermo Lasso del Movimiento CREO

Guillermo Lasso representante de la burguesía costeña. Ligado especialmente al sector financiero. Due-ño del Banco de Guayaquil, la aseguradora Río Guayas, la agencia asesora productora de seguros Colari y ligado profundamente al grupo monopólico financiero e imperialista de Estados Unidos Morgan & Morgan.

El consorcio monopólico de Guillermo Lasso ha crecido exponencialmente en los últimos años debido a la quiebra de algunos bancos tradicionales ecuatorianos como Filanbanco y Progreso en el gobierno de Jamil Mahuad, del cual fue parte dicho candidato. Actualmente es el segundo grupo más fuerte en el sector financiero después del Banco Pichincha.

Guillermo Lasso pretende mostrarse como un hom-bre nuevo en la política nacional, cuando en rea-lidad estuvo vinculado a dos gobiernos anteriores que fueron derrocados por los graves perjuicios que ocasionaron a nuestro pueblo. Ocupó los cargos de gobernador del Guayas y ministro de economía en el gobierno de Jamil Mahuad, aparte de ser uno de los financistas de su campaña electoral; además fue ase-sor político y embajador itinerante en el gobierno de Lucio Gutiérrez, en el cual fungió de contacto entre éste y el gobierno de Estados Unidos presidido en ese entonces por George Bush.

Las fracciones de la burguesía que no cuentan con un partido o movimiento político propio utilizan el financiamiento de campañas electorales para candidatos. Un “gran apoyo” ciertamente que será devuel-

to una vez que el candidato gana-dor haya ocupado la silla presiden-cial, la curul o cualquier despacho en el sector público, cumpliendo diligentemente los requerimientos de sus benefactores, celebrando acuerdos inter-monopólicos que aseguren los beneficios económi-cos de estos grupos. Lasso ya ha utilizado aquella estrategia, sino que ahora pretende el triunfo de su movimiento político para asegu-rarse, directamente, mayor poder y beneficios económicos desde la Presidencia de la República y la Asamblea Nacional

El banquero –hoy candidato- no ha dejado nada al azar. Su postulación ha sido planificada con mucha anterioridad, su imagen viene posicionándose en los medios de comunicación desde hace más de dos años, jugado un papel fundamental la propaganda del Banco del Barrio, a través de la cual posiciona la idea del falso emprendimiento.

Guillermo Lasso es el nuevo cuadro de la derecha ecuatoriana. Emerge para defender los intereses de la burguesía compradora y especialmente de su grupo monopólico. El banquero candidato no solamente ha sido muy cercano a los gobiernos de turno sino también al sector religioso. Fiel devoto del imperia-lismo norteamericano, defensor de ideas conservadoras y caducas y seguidor del siniestro OPUS DEI .

b) Lucio Gutiérrez de Sociedad PatrióticaLucio Gutiérrez es otro de los candidatos de la derecha ecuatoriana. Su carrera política inició con su participación en el derrocamiento de Jamil Mahuad, después de ser su edecán. De está manera se cata-pulto en la palestra política, adoptando un discurso de izquierda que le permitiría ganar las elecciones del año 2002.

Recibió el apoyo de organizaciones reformistas como la Conaie y el MPD. Una vez en el gobierno -precisamente al segundo día de su mandato- se declaró “el mejor amigo de los Estados Unidos”. Su política estuvo orientada a entregar la riqueza del país a los grupos monopólicos extranjeros, es-pecialmente estadounidenses. Antes de su derro-camiento manifestaba la necesidad de firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Gutiérrez y su partido representan los intereses de varias familias acaudaladas, especialmente del oriente y la sierra, que se sirvieron del control del Estado para escalar su posición económica y so-cial, a costa de las clases explotadas.

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presidente Abdalá Bucaram. Durante su corto ejercicio de la presidencia de la Junta Monetaria del Ecuador (agosto de 1996 - febrero de 1997), era dueño de un pequeño banco, el Banco del Litoral, y colaboró como parte de un equipo económico que incluía a: Domingo Cavallo, tristemente recordado por ser el promotor de la Ley de Convertibilidad en Argentina y que desempeñó el cargo de asesor especial extranjero de Bucaram; David Goldbaum, cabeza de la Corporación Financiera Nacional y accionista del Banco Territorial; y, Roberto Isaías, en ese entonces presidente del ahora desaparecido Filanbanco, que ejerció el cargo de asesor económico. Álvaro Noboa, junto con este grupo de empresa-rios neoliberales, utilizó la Junta Monetaria del Ecuador para enriquecerse. Es responsable directo del feriado bancario que perjudicó a decenas de miles de ahorristas que perdieron su dinero.

“En el 2002 The New York Times hizo un reportaje sobre las condiciones laborales en las plantaciones de Ex-portadora Bananera Noboa en Ecuador. El artículo específicamente mencionó a la plantación de 12.100.000 m² conocida como “Los Álamos” que empleaba cerca de 1.300 personas. Se publicó en la prensa local que los trabajadores de Los Álamos se sindicalizaron en marzo de 2002, y que por esa razón la compañía de Noboa respondió abriendo fuego contra más de 120 de ellos. En este artículo periodístico decía: “Cuando los traba-jadores ocuparon parte de la hacienda, guardias armados con escopetas, algunos usando capuchas, llegaron a las 2 a.m. del 16 de mayo, abriendo fuego contra quienes se habían rehusado a moverse de la puerta de entrada”. Todo esto en complicidad con las fuerzas represivas policiales y el Estado, el cual se hizo el de la vista gorda ante este acto paramilitar de Noboa”.24

En abril de 2002 Human Rights Watch emitió un reporte: “encontró que niños ecuatorianos, tan jóve-nes como de ocho años, trabajan en plantaciones de banano en condiciones precarias”. Chiquita, Del Monte, Dole, La Favorita y Bonita fueron acusadas de ser provistas por plantaciones que empleaban niños como trabajadores. Sobre estos hechos Noboa asegura que no puede ser acusado de propiciar el trabajo infantil en sus haciendas bananeras, ya que el trabajo de menores en el área agrícola en general formaba parte desde hace muchos años de la cultura de la gente de campo.

Para “aliviar su conciencia” y sobretodo disminuir el pago de impuestos, el grupo Noboa creó la Fun-dación Cruzada Nueva Humanidad, hipócritamente bajo la filosofía de combatir “la miseria, la enfer-medad, la ignorancia, la debilidad espiritual, el odio y otros infortunios que afligen al hombre”. Una fundación típica del hipócrita filantropismo burgués, caridad a gran escala, donde los millonarios que se enriquecen a costa de obreros y campesinos crean una imagen distorsionada de las desigualdades.

El poder del grupo Noboa radica principalmente de la exportación de banano, que en contubernio con el gobierno de turno, explota a los productores pequeños y medianos, pagando lo que a su antojo le parezca, irrespetando el precio establecido. Debemos aclarar que la burguesía agroexportadora, a la que pertenece Noboa, no se encarga de la producción, sino que es un intermediario entre verdaderos productores y el mercado internacional. Este grupo económico busca auto representarse en el Estado, al estilo Piñera en Chile o Berlusconi en Italia. El grupo Noboa al ser uno de los más ricos del país han querido tomar la administración estatal para beneficiar sus negocios.

c. La Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas (CPI)Como hemos analizado en el acápite precedente, el reformismo no ha hecho más que parasitar en los procesos electorales organizados por la burguesía. Han hecho del frentismo un modus vivendi yendo a la cola de uno u otro proyecto burgués. Esta vez no es la excepción. Los sectores que ahora dicen levantar la oposición al gobierno de Alianza País fueron sus principales acólitos. Mientras estuvieron

24 ConCiencia Revolucionaria No.31. Órgano central del Movimiento Vientos del Pueblo.

c) Álvaro Noboa del PRIANÁlvaro Noboa es una de los burgueses más ricos del país. La muerte de su pa-dre Luis Noboa Naranjo, provocó una disputa jurídica por la herencia y un posterior desmembramiento del grupo Noboa. Se entabló una batalla entre la señora Mercedes Santistevan, última es-posa de Noboa Naranjo y Álvaro Noboa Pontón, por la cifra de casi 400 millones de dólares. Así pues, Álvaro Noboa, antes de morir su padre Luis Noboa, lo decla-ró enfermo mental, para así adjudicarse toda la herencia. Después de la muerte de su padre, Noboa falsificó testamentos y títulos de propiedad correspondientes a sus hermanos, entre ellos a Luis Noboa Pontón, a quien declaró alcohólico, des-pojándolo de toda su herencia. Para esos años (1997) el monto total del grupo Noboa estaba valorado en 1.200 millones de dólares, entrando en la selecta lista de las personas más ricas del mundo. 23

Entre sus principales empresas podemos señalar: Exportadora Bananera Noboa, Compañía de Elaborados de Café, In-dustrial Molinera, Fertilizantes del Pací-fico, Industria Cartonera Ecuatoriana, Baker Hughes International Branches, Transportes Marítimos Bolivarianos, Distribuidora Dispacific, Compañía Agrícola La Julia, Molinos Poultier, Industrial Ba-nanera Álamos, Compañía de Seguros Cóndor, Alcatel Ecuador, LAN Ecuador, Compañía Nacional de Plásticos, Mitsumotor, Colegio Menor, Petrex, Ultramares Corporación, Manufacturas de Cartón MACARSA, Interama, Chrysler Jeep del Ecuador, Automotriz Noboa, Banco del Litoral; Honorasa; Automotriz Noboa; Global Sociedad Financiera; Compañía Agrícola Loma Larga; Oppac Operador Portuario del Pacífico; Bananera Las Mercedes; Compañía Agrícola Bananera del Ecuador; Agrimont; San Fermín; Fluviasa - Fluidos Navieros; Constructora Promandato Global; Revista La Verdad; Fun-dación Cruzada Nueva Humanidad, entre otras.

Álvaro Noboa Pontón, el hombre más rico del Ecuador, ha estado vinculado, frecuentemente, con la política. Ha sido candidato a la presidencia en las elecciones de los años 1998, 2002, 2006 y 2009. En el año 2007 fue elegido Asambleísta Nacional. Es el líder máximo del Partido Renovador Institucional de Acción Nacional (PRIAN), que él mismo fundó tras separarse del también populista Partido Rol-dosista Ecuatoriano (PRE).

En 1996, Álvaro Noboa fue nombrado presidente de la Junta Monetaria del Ecuador por el entonces

23 ConCiencia Revolucionaria No.31. Órgano central del Movimiento Vientos del Pueblo.

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mamando de la teta estatal no se que-jaban, fueron cómplices de los ataque emprendidos contra los trabajadores, maestros, campesinos y estudian-tes. Llamaban a defender a muerte al gobierno y lo denominaban como representante de la “tendencia de iz-quierda, patriótico, democrático, y antimperialista”. Ahora, desplazados del aparato esta-tal, buscan encumbrarse nuevamente en ésta a través de otro representan-te de los intereses de la burguesía: el socialdemócrata Alberto Acosta, y para ello han generado un parapeto denominado Coordinadora Plurina-cional de las Izquierdas. Justo cuando se vienen las elecciones salen a escena y no precisamente para “luchar por los intereses populares”, sino que lla-man a la “unidad” simplemente para asegurarse uno que otro escaño en el parlamento burgués. El reformismo al encontrarse herido de muerte, aho-gándose en su ineptitud, tanto por su podrida práctica politiquera como por los ataques del gobierno actual, se agarra de una boya salvavidas so-cialdemócrata para sobrevivir y seguir parasitando.

Quiénes forman parte de la tan mentada CPI:- El movimiento Montecristi Vive del socialdemócrata Alberto Acosta.- El movimiento Participación de Gustavo Larrea ex colaborador de Abdalá Bucaram en su gobierno, acusado anteriormente de agente de la policía y el imperialismo (por el mismo MPD), y ex miembro del buró político de Alianza País y del gobierno actual como Ministro de Gobierno.- Una fracción del Partido Socialista del Ecuador que es en realidad una organización socialdemócrata, electoral y pequeño burguesa.- El Movimiento Popular Democrático que de palabra se dice revolucionario pero que viene colaboran-do con la burguesía desde hace muchos años atrás.- Pachacutik, como representante de los ponchos dorados que pretenden manipular a las masas indí-genas.- La organización del prefecto del Azuay, Paúl Carrasco, que ahora sale disfrazado de antiminero cuan-do anteriormente apoyaba de manera directa a la minería.- César Rodriguez, politiquero, oportunista, arribista que ha tratado de ubicarse dentro de la estructura estatal.

Esa es la composición ecléctica de la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas. Ensalada política similar a la de Alianza País en las elecciones del 2006. Sectores que han colaborado con los gobiernos de turno y personajes de la burocracia dorada que han hecho carrera política dentro del Estado burgués. La supuesta izquierda radical (MPD) va tras de un proyecto socialdemócrata y burgués, ¡nuevamente!.La Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas realizó sus “elecciones primarias” el 1ro de septiembre del 2012, saliendo electo Alberto Acosta como candidato.

“Para captar la dinámica electoral y los intereses que están en juego, hay que pensar en las elecciones, y en particular en las elecciones primarias, como una especie de audición de los candidatos. Es importante entender para qué y para quiénes es esa audición. No es para ustedes, ni para mí ni para el resto de la población. Es para los que controlan el dinero y los medios de comunicación, los que controlan la situación tras bastidores. Buscan convencerlos de dos cosas. Primero, que son los más firmes y que pueden proteger sus intereses mejor que los demás candidatos. Y segundo, que pueden persuadir a la ciudadanía a apoyar sus intereses mejor que los demás candidatos. Siempre tienen esas dos metas en mente. Ese es el propósito de la audición”. 25

¿Quién es Alberto Acosta y qué propone la socialdemocracia?Alberto Acosta es el nuevo cuadro de la socialdemocracia ecuatoriana, el reemplazo generacional de Rodrigo Borja. Ante la crisis de la Izquierda Democrática, la socialdemocracia en el país se recompone a través de algunas organizaciones como Montecristi Vive o Avanza, y figuras como el citado candidato a presidente.

La Socialdemocracia en el EcuadorLa socialdemocracia forma parte de las variantes de la ideología burguesa, y su propuesta fundamental consiste en desarrollar un capitalismo “más humano”, con mayor inversión social, pero que no realice cambios estructurales. Se esconde bajo un discurso incluyente para introducir medidas favorables al capital y a los grupos económicos de poder.

La Izquierda Democrática fue el partido representante de la tendencia socialdemócrata en el Ecua-dor. Surge en los años setenta al darse una nueva escisión del Partido Liberal y crece de la mano de la dictadura militar, siendo algunos de sus representantes más emblemáticos parte de dicho gobierno. Dicho partido, en el campo político, ha estado muy relacionado con la Democracia Popular, siendo ambos representantes de los intereses de la burguesía serrana. Además ha llevado adelante un acuerdo permanente con grupos políticos como el Partido Social Cristiano especialmente en los años ochenta y noventa donde la hegemonía política de dichos partidos fue denominada febres-borjismo. El partido “naranja” ha representado la tendencia económica y política de un sector de la burguesía empresarial serrana, buscando acrecentar las ganancias de dichos sectores y del capital imperialista ligado a la so-cialdemocracia internacional.

Un ejemplo claro de un gobierno socialdemócrata en nuestro país lo constituye la presidencia de Ro-drigo Borja, que después del gobierno de León Febres Cordero se postuló como un presidente garan-tista y defensor de la “democracia” –evidentemente entendemos de qué democracia hablamos- mien-tras introducía medidas que concretamente afectaban a los sectores populares en su economía y formas de organización.

“La Izquierda Democrática y su gobierno despertaron expectativas respecto de lo que podían hacer en el poder toda una vez que tuvieron abrumadora mayoría en el Congreso Nacional y control pleno sobre las demás

25 Bob Avakian. Elecciones, democracia y dictadura, resistencia y revolución (verano de 2004)

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funciones del Estado. Pero la carencia de programas pronto se volvió evidente, como fue notorio que el gobierno atendió los intereses de los grupos económicos y sociales causantes de la crisis estructural del país, a los cuales habría ofrecido, en las campañas electorales, combatirlos. En un esquema económico “gradualista” de deva-luaciones semanales, alza de las tarifas de los servicios y de los combustibles, el régimen fue paulatinamente deteriorando su imagen –en medio de no pocas denuncias de corrupción” 26

En el gobierno de Borja los sectores populares enfrentaron una serie de medidas que afectaron sus con-diciones económicas y organizativas. El sector más vulnerado sin duda alguna fue la clase trabajadora ecuatoriana, pues se introdujeron una serie de medidas que flexibilizaron y precarización las relaciones laborales: se abrió paso a la contratación por horas, se introdujo la polifuncionalidad, se suprimió la obligatoriedad de la contratación colectiva y la revisión de ésta, se aumentó el número de trabajadores para constituir una organización sindical de quince a treinta, se introducen los contratos eventuales, ocasionales y de temporada, se dejó de remunerar la huelga solidaria, la huelga en el sector público se reglamenta y limita, se elimina la indemnización adicional por despido intempestivo y se introduce la intermediación y tercerización laboral. Toda esta arremetida estaba sintonizada con los intereses del empresariado ecuatoriano y lascorporaciones imperialistas y tenía –como hasta ahora- como objetivos la súper explotación de los trabajadores y la desaparición del sindicalismo especialmente en el sector privado. El número de organizaciones laborales que se constituían en dicho sector pasaron de 120 a menos de 20 sindicatos anualmente, mientras algunos desaparecieron abruptamente.

Aquel gobierno también se paseaba en limusina con Fujimori mientras este exterminaba a miles de campesinos en el Perú y desapareció a algunos luchadores sociales entre ellos el escritor Gustavo Gar-zón. Esto nos demuestra que aúnque la burguesía use varios ropajes, no es nada más que un cambio en la forma de gobernar y oprimir; y que los gobiernos o partidos que se disfrazan de izquierdistas son mucho más peligrosos porque clavan sus puñaladas de una manera más encubierta y sutil.

Alberto Acosta y la recomposición de la socialdemocracia en el Ecuador Alberto Acosta es el nuevo líder de la socialdemocracia en el Ecuador, y a su cola van todos los partidos y organizaciones reformistas que proponen su candidatura y lo vislumbran como el verdadero repre-sentante de las “izquierdas” en el Ecuador.

Alberto Acosta proviene de una de las familias más acaudaladas del país, accionistas mayoritarios del Banco del Pichincha hasta hace algunos años y dueños de un emporio económico bastante importante. El candidato de la Coordinadora Plurinacional se formó en Alemania, en la Universidad de Colonia, donde se ligó a la socialdemocracia alemana. En el Ecuador ha sido parte del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales - ILDIS, el cual cuenta con financiamiento directo de la Fundación Friede-rich Ebert del Partido Socialdemócrata Alemán.

Se ha desenvuelto como analista económico y consultor, además ha estado bastante relacionado con el movimiento indígena y las ongs. En sus trabajos económicos y políticos expone sus criterios que se encuentran influenciados por las teorías de la dependencia y la socialdemocracia, especialmente en la “Historia Económica del Ecuador”, donde se muestra como defensor de la sustitución de importacio-nes, tendencia que fracasó en el país en los años setenta y que demuestra su incomprensión del dominio imperialista en el país.

Fue uno de los impulsores del movimiento PAIS y se le reconoce como uno de los ideólogos de la

26Germán Rodas. La izquierda ecuatoriana en el siglo XX

revolución ciudadana, siendo parte de todo el proceso electoral que llevó a Alianza País al poder. Fun-gió como presidente de la Asamblea Nacional Constituyente del 2008. Respaldó al gobierno en sus primeros momentos para luego marcar distancia, desaparecer de la escena política y terminar haciendo críticas de corte light al régimen.

Cuando el proceso electoral se acercaba formó su organización: Montecristi Vive, aliándose a las or-ganizaciones reformistas y revisionistas que también habían respaldado al gobierno de Correa en sus primeros años formaron la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas y ganó en las elecciones pri-marias de ésta, convirtiéndose en candidato presidencial.

El “proyecto” de la Coordinadora Plurinacional de las IzquierdasLa izquierda ecuatoriana mantiene y acentúa su comportamiento reformista con su participación en el cabaret electoral 2013, renegando de la lucha popular y la revolución. Rompe con la independencia po-lítica de los trabajadores y trata de conducirlos a la trampa institucionalista burguesa. No se trata de un viraje “tácti-co” ni mucho menos, sino de un comportamiento habi-tual, desde hace más de setenta años, sin producir ningún resultado en beneficio de las masas populares, sino que ha socavado la organización y lucha de éstas. Pero cuáles son los ejes sobre los cuales teje el reformismo esta nueva etapa de colaboracionismo. Alberto Acosta, su candidato presidencial los resume en el respeto a la constitución, un cambio democrático, y una relación armónica entre estado, mercado y sociedad:

1. Un proyecto que gira en torno al respeto a la constitución aprobada el 2008. Acosta señala que el principal planteamiento es defender lo escrito en la carta magna, lo cual, según él, servirá como base para generar cambio en beneficio del país. Esta propuesta es la arista fundamental para entender que el proyecto de la C.P.I. es un proyecto reformista burgués, que busca en los cambios jurídicos e institucionales los derechos que las clases explotadas hemos alcanzado históricamente con la lucha organizada. Es decir, su objetivo es conducir a las masas no a la lucha sino a la confianza ciega en la democracia burguesa. Por otro lado, como se menciona en el libro 5 Años de una Farsa denominada Revolución Ciudadana:

“Es importante remarcar que la constitución en sus artículos ataca de manera evidente los intereses nacionales y de los sectores explotados. En los artículos del 313 al 317 garantiza la privatización de los recursos naturales y sectores estratégicos, dejando por el suelo los enunciados de soberanía e independencia; crimi¬naliza la lucha social en el artículo 326, numeral 15, obstaculizando el derecho de huelga; pone en marcha uno de los planes del imperialismo que consiste en el desarrollo de las autonomías en los artículos del 242 al 247, para un despo-jo más rápido de los recursos naturales atomizando la resistencia y diluyendo el interés nacional. Cómo se en-tiende una constitución garantista, si ésta mismo sienta las bases para la vulneración de los supuestos derechos, cómo hablar de una consti-tución que otorga derechos a la naturaleza mien¬tras garantiza el extractivismo feroz en manos del capital imperialista” .27

Es decir su objetivo fundamental es defender esa constitución burguesa y que vulnera los derechos históricos de los trabajadores y las masas populares del Ecuador, y que abre paso a una creciente crimi-nalización y corporativización social.

27 Cinco Años de una Farsa denominada Revolución Ciudadana. ConCiencia Revolucionaria, órgano central de Vientos del Pueblo

La izquierda ecuatoriana mantiene y acentúa su

comportamiento reformista con su participación en el cabaret electoral 2013.

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V

2. Un cambio democrático que tome como base el diálogo y no la imposición. Para el “radical tolerante”, como se lo denomina a Alberto Acosta en el mundo snob de la politiquería oficial, los cam-bios deben ser en consenso, respetando las “libertades” -libertad burguesa de propiedad, de prensa, de explotación-. Propone el diálogo con los explotadores, con los opresores -sumisión y colaboracionis-mo-. Diálogo cuya finalidad es hacer que las masas no comprendan que la lucha emancipa y centren sus esperanzas en el cuerpo jurídico e institucional de la burguesía y sean sometidos dócilmente. El cambio pacífico “en democracia” implica sustituir la revolución por el reformismo, la lucha de clases por el colaboracionismo.

3. La relación armónica entre Estado, mercado y sociedad -sociedad civil organizada-. Esta postura planteada por la C.P.I. defiende la permanencia del capitalismo en nuestro país, desorientando a las clases explotadas de la lucha por sus intereses estratégicos. Acosta y su séquito sostienen que existe la necesidad de desarrollar un Estado con mayor influencia económica, en gran medida concordando con el gobierno actual en algunos puntos, que regule de alguna manera el mercado, y que la “sociedad civil” se integre en ese plan, aceptando lo que de fondo es el trabajo conjunto entre los grupos monopó-licos y el gobierno para maximizar los beneficios de los empresarios burgueses.

El proyecto de la C.P.I. persigue objetivos muy concretos, entre ellos:

- Aceptan y mantienen la necesidad de un recambio, pero como lo han hecho en anteriores ocasiones ese recambio no corresponde a un proceso revolucionario ni popular, sino un recambio bur-gués, donde los sectores oportunistas van detrás de una fracción burguesa traicionando nuevamen-te los intereses de los sectores populares. Esta es su forma de comportamiento principal desde hace más de setenta años: ir a la cola de la burguesía en los procesos electorales y desarmar las variantes independientes de lucha y organización. La composición social de estos grupos los pone en la mira como defensores de intereses ajenos a los sectores populares, pues en realidad Pachakutic representa los intereses de la burguesía y terratenientes indígenas, el MPD a decenas de dirigentes burócratas que viven una vida acomodada gracias a las migajas que les lanza la burguesía, Participación y Montecristi representan los intereses de grupos burgueses y pequeño burgueses que buscan mayor espacio político que deje importantes réditos económicos para su bolsillo. - Esta izquierda vuelve a utilizar el frentismo electoral como alianza pluriclasista entre el re-formismo y sectores burgueses, a través de la “unión” de varias organizaciones con diferentes tenden-cias e intereses cuyo objetivo fundamental es captar puestos dentro del viejo estado burgués. - La misión para la coordinadora reformista no es ganar la presidencia de la República, pues saben que es improbable, sino que los dirigentes oportunistas del MPD, Pachakutic, Montecristi, Parti-cipación, ganen curules en la Asamblea para seguir viviendo de los beneficios que les brinda la estruc-tura estatal burguesa: acceso a negociados, sueldos onerosos, y demás.- Otra vez intentan poner las esperanzas de las masas populares en la democracia burguesa, ligarlas al institucionalismo mediante las elecciones, y que progresivamente desconozcan sus intereses estratégicos como clase.

Es trascendental desenmascarar a estos sectores que se dicen de palabra revolucionarios pero que en la práctica sirven consecuentemente a los intereses de los grupos de poder dominantes en el país. Ahora se alían a un socialdemócrata y lo vuelven a perfilar como el “salvador”, como hicieron con Lucio Gu-tiérrez y Rafael Correa.

“El oportunismo franco -dice Lenin- está abierta y directamente contra la revolución y los movimientos y explosiones revolucionarios incipientes, y se alía de manera directa con los gobiernos, cualesquiera sean las for-mas de esa alianza: desde la participación en un ministerio hasta la participación en los comités de industria bélica. Los oportunistas encubiertos, los kautskianos, son mucho más perjudiciales y peligrosos para el movi-miento obrero, porque ocultan la defensa de su alianza con los primeros por medio de bonitas frases, también “marxistas”, y consignas pacifistas. La lucha contra ambas formas dominantes del oportunismo, concluye, debe llevarse a cabo en todos los sectores de la política proletaria: parlamento, sindicatos, huelgas, asuntos militares, etc.”

YO anulo el voto y elijo luchar

Razones para anular el votoAnte todo este panorama los sectores consecuentes con la defensa de los intereses de las clases explo-tadas debemos entender que a través de las elecciones no se solucionan nuestros problemas sino que se acentúan y agudizan. Por ello Vientos del Pueblo remarca la necesidad de desenmascarar esta farsa electorera desconociéndola y promoviendo el desarrollo de formas de lucha más elevadas y radicales.

1. ANULAR EL VOTO como prin-cipio y estrategia política. Como principio porque entendemos que la democracia bur-guesa y sus fórmulas benefician sólo a las éli-tes económicas y políticas del país y que los sectores populares al participar en ese juego se desorientan de sus verdaderos intereses de clase. Como estrategia porque la historia de nuestro país demuestra claramente que el ca-baret electoral no ha traído ningún beneficio para las clases explotadas en el país, sino que lo que ha hecho es desmovilizar a la gente y canalizarla a formar parte de la institucionali-dad burguesa. Lo estratégico en este aspecto consiste en develar el carácter del Estado, la democracia y las elecciones, a quiénes benefician, y cómo legitiman la dominación.

2. Los estudiantes de 16 y 17 años que no tienen la obligación de votar deben rechazar “partici-par” en esta farsa. No acudir a votar para demostrar su rechazo a esta forma de institucionalización que busca alejarlos de las calles y la lucha social de la que han sido parte importante en la historia del país.

3. Las elecciones son la forma pacífica que tienen los grupos burgueses para disputarse el con-trol de la estructura estatal. Las diferentes fracciones de la burguesía mantienen un acuerdo general en la forma de organizar el país y la economía, pero entre ellas también existen disputas que tienen

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que ver con las características econó-micas de cada grupo, lo cual lleva a implementar matices particulares en la gestión estatal. El tipo de Estado así lo conduzca la burguesía compra-dora o la burguesía burocrática, así lo conduzca Acosta , Lasso o Correa no cambia, siempre será el mismo, mante-niendo una estructura económica con fuertes rezagos pre-capitalistas y que garantiza la dominación imperialista y de los grupos monopólicos en general. Lo que varía son las formas de gobier-no, la forma de gestión económica y política del Estado que puede asumir varias especificidades, por ejemplo: la burguesía compradora tradicional es partidaria de un Estado con menor in-fluencia en la economía, y una política arancelaria permisible que consienta

mayores ventajas económicas para la exportación o importación; la burguesía burocrática privilegia un Estado interventor, regulador, y donde éste tiene un papel muy importante en la economía, puesto que se convierte en cantera de negociados para este sector. Por lo tanto, en las elecciones no están partici-pando las clases explotadas o sus delegados, sino las diferentes fracciones de la burguesía.

4. Alianza País representa a una fracción de la burguesía burocrática que tiene lazos con al-gunos sectores de la burguesía compradora y su objetivo es defender los intereses de estos grupos. Es probable el triunfo de Alianza País en las próximas elecciones puesto que aún cuenta con respaldo popular y además tiene toda la institucionalidad estatal a su servicio. Ello tiene un significado en lo po-lítico: ahondar en la política fascista y corporativa; y en lo económico: mantener el dominio del capital imperialista estadounidense y chino sobre los principales sectores de la economía ecuatoriana.

5. Las cartas que se juega la derecha son bastante conocidas y representan a otros grupos de poder económico que buscan hacerse de la dirección del Estado. El gobierno de Lucio Gutiérrez ya lo vivimos con todo su entreguismo servil y barato. El eterno candidato Álvaro Noboa y el banquero Gui-llermo Lasso buscan encumbrarse en el poder político para servirse de éste y acrecentar las ganancias de sus empresas.

6. La Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas representa las aspiraciones de varios gru-pos empresariales que pretenden tomar el control de la torta estatal o por lo menos ganar unas cuantas cuotas de poder. La izquierda reformista va como suela del zapato de la renovada socialdemocracia.

7. Debemos despojarnos de la idea de que en las elecciones estamos decidiendo algo, y que no votar o anular el voto es ser irresponsable o “apolítico”. Si manifestamos que en las elecciones no están en juego los intereses populares, que son una disputa inter-burguesa, votar equivaldría a elegir qué grupo de la clase dominante nos va a oprimir durante los próximos cuatro años, es la idea del “mal menor”, es como decretarnos la pena capital y elegir si queremos la cámara de gas, la guillotina o la silla

eléctrica. Muchas veces el “mal menor” termina siendo peor como nos ha ocurrido con este gobierno.

8. El cabaret electoral es una farsa en todo el sentido de la palabra. Desde las visitas de los poli-tiqueros a los barrios y las infinitas promesas que nunca llegan a cumplirse, hasta el fraude permanente y la construcción amañada de estos procesos. En las elecciones que se avecinan la corrupción burguesa salta a la vista con inscripciones donde los partidos usurparon la identidad de decenas de miles de ecuatorianos falsificando sus firmas e inscribiéndolos en estas maquinarias electorales sin que éstos se enterasen. Un escándalo invisibilizado, cuando lo menos que debía hacerse por ética era desaparecer a esos partidos –Alianza País, MPD, Pachakutic, PSP, PSC, PRE-.

9. El control del ejecutivo sobre el Concejo Nacional Electoral garantiza al partido de gobierno el fraude en el proceso electoral y el ordenamiento de éste según su conveniencia.

10. Detrás del mito de la representatividad vía elecciones se esconde el interés de las clases do-minantes de llevar al pueblo a participar de un juego en el que nunca va a ganar. Las elecciones tienen el objetivo de desarmar la lucha popular e insertarla en variantes institucionales como las elecciones. Eso hizo Alianza País cuando después de varios años de lucha en el país, donde se logró el derrocamiento de tres presidentes y se produjo un desgaste profundo de la democracia burguesa en el país, canalizó esa lucha a instancias inofensivas para las clases dominantes como la Asamblea Nacional Constituyente, lo cual refrescó ese estado en crisis y lo recompuso para generar una opresión significativamente mayor como es la que actualmente vivimos.

11. La consigna de ANULAR EL VOTO pretende deslegitimar el cabaret electoral y con ello la democracia burguesa. Significa combatir esa ilusoria idea de participación y representación vía elec-toral. Significa tomar una posición consecuente y definida donde descartamos este las elecciones por caducas e inservibles. Esto no significa quemimportismo ni apoliticismo, sino más bien comprensión política consciente, basar las esperanzas en los esfuerzos propios, en la construcción de los elementos necesarios para la revolución.

12. La consigna de No Votar es incorrecta en las actuales condiciones porque los cada elector tendrían que pagar una multa que sobrepasa los cin-cuenta dólares. Las clases explotadas están obligadas a acudir a las urnas. La hipócrita democracia burgue-sa se llena la boca balbuceando la palabra “participa-ción” mientras obliga a las masas a ir a votar, cuando la mayoría de veces estas no tienen ninguna intención de hacerlo. Sería importante plantear que el voto no sea obligatorio sino opcional para demostrar que las clases explotadas –con conciencia de clase- no irían a votar y se evidenciaría la ilegitimidad de la democra-cia de los explotadores.

13. Anular el voto significa comprender que sólo mediante la lucha y organización se pueden con-quistar derechos para los sectores populares e ir alla-nando el camino hacia la revolución.

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“Tenemos el firme compromiso de hacer esa revolu-ción, la transformación más profunda, trascendental y emancipadora de la historia. Miles de años de de-sarrollo histórico complejo y variado han sentado las bases para ella. La terrible locura del sistema y el tre-mendo sufrimiento de las vastas mayorías del mundo entero claman revolución, y esa revolución es la única forma de resolver las monumentales contradicciones del sistema y de arrebatarle el mundo, el destino de la humanidad. Es la única resolución que beneficia-rá a los pueblos del mundo y, en última instancia, a toda la humanidad. Es posible hacer esa revolución porque el mismo sistema capitalista y las contradic-ciones fundamentales que entraña ha producido una clase, el proletariado, cuyos intereses fundamentales dictan que la haga y que la haga completa y cabal-mente. Como dijo Marx: el capitalismo ha producido y produce constantemente sus propios sepultureros”29.

29 Bob Avakian. El movimiento es magnífico.

15. Nulo significa “Botar” a la basura a aquellos politiqueros que han engañado a las masas po-pulares durante décadas. “Gane quien gane, no cabe duda de que las masas perderán. Pero a la estructura de poder le preocupa que sigan las luchas intestinas en los más altos niveles, que grandes sectores de la población rechacen la legitimidad del nuevo presidente y que toda la situación lleve a convulsiones sociales”. 28

¡NOSOTROS ANULAMOS EL VOTO, NOSOTROS ELEGIMOS LUCHAR!

Lo estratégico y la coyuntura electoralLa coyuntura electorera debe ser utilizada por los comunistas y revolucionarios para cuatro cosas esen-ciales:

1. Desenmascarar mediante la agitación y propaganda la farsa que constituyen las elecciones burguesas, denunciando su carácter de clase y la convergencia que se da entre el reformismo y la bur-guesía para vender a las masas esa idea ilusoria de participación.

2. Desarrollar la línea proletaria de oposición, no sólo a estas elecciones, sino a los procesos electorales en general, mediante un trabajo de educación política en los frentes de masas y organizacio-nes donde los revolucionarios tengamos influencia.

3. Formar un Frente Anti-electoral que difunda la posición del Voto Nulo y que coordine ac-ciones para neutralizar de alguna manera la influencia de los partidos burgueses y el reformismo.

4. Que el Frente Anti-electoral sirva y se constituya como base para levantar la oposición po-pular al gobierno que gane las próximas elecciones. Es decir aprovechar esta coyuntura para juntar a los sectores revolucionarios honestos y consecuentes e ir impulsando desde ya una política de moviliza-ción, resistencia y lucha contra el payaso de turno que gane las próximas elecciones.

La fuerza organizativa proletaria debe superar la efervescencia electoral coyuntural, y debe plantear-se un trabajo concreto a largo plazo, que vaya plasmando una línea de construcción acorde con los elementos necesarios para desarrollar la lucha revolucionaria en el país. En ese camino es importante centrar en dos tareas fundamentales:

1. La construcción de un partido proletario en el país mediante el desarrollo de cuadros forma-dos teóricamente y con una gran experiencia organizativa.

2. Desarrollar frentes de masas encaminados a solventar la lucha reivindicativa de los sectores populares y que ello sirva además para potenciar su consciencia y lucha política.

Para una verdadera tranformación revolucionaria en el Ecuador, las masas populares deberán crear un aparato político nuevo, dirigido por ellas, que sirva consecuentemente a sus intereses, pero primero tendrán necesariamente que abolir el viejo Estado burgués, lo cual requiere como condición clave, des-conocer la farsa electoral y la dictadura democrático burguesa. El camino de nuestro pueblo será la lucha organizada y consciente, la cual superará las ataduras institucionalistas a las que pretende atarle la burguesía, será la recuperación decidida del principio básico de independencia de clase.

28 Bob Avakian. Sobre las elecciones

Fuentes de Consulta para la investigación:Medios digitales e impresos: El Comercio, Diario HOY, El Universo, El Telégrafo y El Ciudadano.

Fuentes oficiales: Datos de Senplades, Ministerios y Superintendencia de Bancos.Estudios: Varios

Revistas: ConCiencia Revolucionaria, Vistazo y Revista Vanguardia.Libros: Textos marxistas y autores varios

Fuentes de imágenes:- Imágenes creadas por Equipo de Comunicación de Vientos del Pueblo

- Memes comunistas-Varias páginas de internet

¡Revolucionando la consciencia, evolucionando mediante la acción, Soplan Vientos del Pueblo para la Organización Popular!

Adquiere también el libro “5 Años de Una Farsa Denominada Revolución Ciudadana”, un análisis

político sobre el gobierno de Alianza País, realizado por Vientos del Pueblo, escribiendo al

correo electrónico:

[email protected]

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