El lector

3
El lector: Es un ministro instituido y no ordenado como los obispos, sacerdotes y diáconos. Su raíz, por tanto, se basa en el Bautismo y en la Confirmación, la cual confiere ante los seres humanos una consagración a Dios en medio de las realidades de cada día. La función propia del Lector es «proclamar la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica. Como funciones subsidiarias, en caso de necesidad, se señalan: recitar el salmo, proclamar las intenciones de la oración, dirigir el canto, instruir a los fieles, preparar otros lectores. Como puede apreciarse, se viene a atribuir al Lector algunas funciones que en sí son más propias de otros ministerios, como «el instruir a los fieles para recibir los sacramentos», que pertenece más bien al catequista; o el dirigir el canto, que es propio del cantor. Esta simple constatación indica que es necesario una revisión de las funciones y una mejor identificación de los ministerios. Donde se fundamenta el ministerio del lector. En el Antiguo Testamento, quien proclama la Palabra ejerce un servicio. "El libro del Señor". En el Nuevo Testamento, aparece como un lugar importante dentro del culto de la sinagoga (reunión de oración y reflexión de la Palabra que tenían los judíos y donde leían el Antiguo Testamento). Jesús participaba todos los sábados en esta lectura santa y muchas veces dice la Escritura asistía y predicaba. Luego de la muerte y resurrección de Jesús, los seguidores y seguidoras de Jesús llegan a comprender que lo dicho en las viejas profecías del Antiguo Testamento, se han cumplido en Él. Así, poco a poco se van separando del grupo judío y forman las comunidades cristianas. Desde antiguo las comunidades van uniendo dos grandes momentos en sus celebraciones: las lecturas de la Palabra de Dios y la "fracción del pan" (la Eucaristía). Después, hacia el año 200, ya los santos padres de la Iglesia como Tertuliano, Justino, Isidoro de Sevilla y otros piden algunas cualidades para ser lectores de la Palabra: a) Buena pronunciación b) modulación.

description

catequesi

Transcript of El lector

Page 1: El lector

El lector:

Es un ministro instituido y no ordenado como los obispos, sacerdotes y diáconos. Su raíz, por tanto, se basa en el Bautismo y en la Confirmación, la cual confiere ante los seres humanos una consagración a Dios en medio de las realidades de cada día.

La función propia del Lector es «proclamar la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica. Como funciones subsidiarias, en caso de necesidad, se señalan: recitar el salmo, proclamar las intenciones de la oración, dirigir el canto, instruir a los fieles, preparar otros lectores. Como puede apreciarse, se viene a atribuir al Lector algunas funciones que en sí son más propias de otros ministerios, como «el instruir a los fieles para recibir los sacramentos», que pertenece más bien al catequista; o el dirigir el canto, que es propio del cantor. Esta simple constatación indica que es necesario una revisión de las funciones y una mejor identificación de los ministerios.

Donde se fundamenta el ministerio del lector.

En el Antiguo Testamento, quien proclama la Palabra ejerce un servicio. "El libro del Señor".En el Nuevo Testamento, aparece como un lugar importante dentro del culto de la sinagoga (reunión de oración y reflexión de la Palabra que tenían los judíos y donde leían el Antiguo Testamento). Jesús participaba todos los sábados en esta lectura santa y muchas veces dice la Escritura asistía y predicaba.

Luego de la muerte y resurrección de Jesús, los seguidores y seguidoras de Jesús llegan a comprender que lo dicho en las viejas profecías del Antiguo Testamento, se han cumplido en Él. Así, poco a poco se van separando del grupo judío y forman las comunidades cristianas. Desde antiguo las comunidades van uniendo dos grandes momentos en sus celebraciones: las lecturas de la Palabra de Dios y la "fracción del pan" (la Eucaristía).

Después, hacia el año 200, ya los santos padres de la Iglesia como Tertuliano, Justino, Isidoro de Sevilla y otros piden algunas cualidades para ser lectores de la Palabra:

a) Buena pronunciaciónb) modulación.

Pero con el tiempo se restringió este servicio a los laicos y mujeres, y sólo lo podían hacer los que se acercaban a recibir el sacerdocio ministerial. Es hasta con el Papa Pablo VI, en 1972 que la Iglesia redescubre este servicio para los laicos. El laico cristiano, por participar del sacerdocio de Cristo (en su entrega generosa), puede también y debe tener su función de miembro del Pueblo de Dios.

Tareas especificas

1) No debe iniciar la lectura de la Palabra de Dios si las personas no están todavía acomodadas y debe esperarse a que haya un silencio y un recogimiento.

2) Siempre debe iniciarse la lectura bíblica "proclamando" la procedencia del texto y debe hacerse una pausa después de este anuncio.

Page 2: El lector

3) Siendo la lectura litúrgica de la Biblia una proclamación, ésta debe hacerse siempre en un volumen más alto de lo normal.

4) Todo debe tener un tono de «anuncio hecho por los mensajeros del Rey»

5) La lectura de un verso que debe ser repetido por el pueblo, debe ser hecha con tal volumen que invite al pueblo no sólo a repetir sino a aclamar con viveza.

6) La proclamación bíblica debe ser sobria, no llegando nunca a la afectación teatral, por ejemplo, al llanto, al grito, a la afectividad melosa. Todo lo que suene a fingimiento es contrario a una buena lectura bíblica.

2.2. Naturaleza del ministerioEl lectorado en la Iglesia es un ministerio o servicio a la Palabra de Dios.La Iglesia retomó la función sinagogal de nuestros hermanos judíos, uniendo el momento de las antiguas promesas (A.T.) cumplidas en Jesús la Buena Noticia (N.T.).

La Palabra de Dios se actualiza por el anuncio que hacemos de la Palabra, por tanto, esta acción esPROFÉTICA:

El lector: LEE-ENTIENDE-ASIMILA Y PROCLAMA.Proclama la Palabra, por tanto, tiene el arte de comunicary expresar lo que lee.Colabora en REAVIVAR esa Revelación que quiere hacer Dios en la comunidad cristiana.Conoce lo fundamental de la LITURGIA. No puede estar separado de la acción eucarística. Conoce las partes de la misa: