El Lector Editorial

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LA FUNCIÓN DEL LECTOR EDITORIAL Mientras el mundo editorial los obliga a permanecer en la sombra, el destino del futuro escritor está en sus manos porque según el informe que elaboren, el libro se publica o no se publica. Lectores editoriales, prolongaciones del editor. ¿En qué consiste su tarea? 1. ¿Qué significa ser lector editorial? 2 - ¿Qué condiciones debe reunir? 3. ¿Qué clase de lecturas forma a un lector? 4.- ¿Qué criterio se sigue para valorar un manuscrito? 5.- ¿Cuales elementos son los más importantes para la valoración? 6.- ¿Se impone lo comercial o lo literario? 7.- ¿Qué consideran "comercial" las editoriales en este momento? 8.- Si su informe es favorable ¿qué sucede? 9.- ¿Ha llegado a recomendar alguna obra que luego fue publicada. ¿Cuál? 10.-¿Ha rechazado algún manuscrito que luego publicó otra editorial? 11.- ¿Es rentable esta profesión? 12.- ¿Qué consejos le daría a los jóvenes escritores que buscan ser publicados? 13.- ¿Duerme tranquilo? Pau Pérez Ha trabajado para Ediciones B, Grijalbo y Mondadori.

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LA FUNCIÓN DEL LECTOR EDITORIAL

 Mientras el mundo editorial los obliga a permanecer en la sombra, el destino del futuro escritor está en sus manos porque según el informe que elaboren, el libro se publica o no se publica. Lectores editoriales, prolongaciones del editor. ¿En qué consiste su tarea?

 1. ¿Qué significa ser lector editorial?

2 - ¿Qué condiciones debe reunir?

3. ¿Qué clase de lecturas forma a un lector?

4.- ¿Qué criterio se sigue para valorar un manuscrito?

5.- ¿Cuales elementos son los más importantes para la valoración?

6.- ¿Se impone lo comercial o lo literario?

7.- ¿Qué consideran "comercial" las editoriales en este momento?

8.- Si su informe es favorable ¿qué sucede?

9.- ¿Ha llegado a recomendar alguna obra que luego fue publicada.   ¿Cuál?

10.-¿Ha rechazado algún manuscrito que luego publicó otra editorial?

11.- ¿Es rentable esta profesión?

12.- ¿Qué consejos le daría a los jóvenes escritores que buscan ser  publicados?

13.- ¿Duerme tranquilo?

 

Pau Pérez

Ha trabajado para Ediciones B, Grijalbo y Mondadori.

 

1. Es la primera persona que lee el manuscrito completo, que llega a la editorial por distintos caminos: una agencia literaria, como envío del autor, desde una editorial extranjera. Una vez que el editor descarta los manuscritos cuyos contenidos no son adecuados a su colección, reparte los restantes entre sus lectores. El lector elabora un informe: hace una valoración literaria y comercial del manuscrito, presenta un resumen, señala el interés que puede tener el libro, efectúa una síntesis clara para que el editor pueda hacerse una idea más amplia y decidir sobre él.

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2.Se pueden aprender unos cuantos trucos y unas cuantas ideas de cómo redactar un informe, de qué manera leer un libro, pero el que no se ha pasado horas leyendo, desde la infancia, es difícil que pueda tener un criterio válido a la hora de valorar un libro. Entonces, lo fundamental es haber leído mucho y cuatro trucos para cambiar la perspectiva, porque ya no se lee como un lector normal sino según el criterio de otra persona, el editor, lo importante es mantener una relación de complicidad absoluta, usar el mismo lenguaje que la persona para quien se trabaja.

3. Muy variadas. El campo es tan amplio como el mercado editorial. Habitualmente, la gente que quiere trabajar como lector ha leído lo que se conoce como alta literatura y la media de lectores está acotada a esta gente. Lo que demandan las editoriales es gente que pueda valorar un best-seller, un libro de autoayuda, un ensayo de economía, etc; gente que aparte de haber leído a García Márquez, por ejemplo, sepa valorar si un libro llegado de EEUU va a ser el best-seller del año y va a tener éxito aquí. 

4. Lo que corresponde es tener muy claro para qué sirve, y no lo que le gusta. El criterio es atenerse a las pautas de la editorial y luego hacer apuestas arriesgadas, tanto una cosa como la otra son importantes.

5. Sí es novela, que su estructura esté bien tramada, que los personajes sean consistentes, que no haya incoherencias, que todos los elementos de la técnica narrativa sean sólidos. Que la novela esté mínimamente bien escrita; si el autor es un estilista, mucho mejor, depende del tema, también. Luego, hay una valoración que es puramente comercial, que consiste en detectar si ese libro responde a las expectativas del público, aquí juegan infinidad de factores: una película a punto de estrenarse sobre el mismo tema puede ser determinante para su publicación. Ya no son originales los temas, sino los tratamientos que de los mismos se hacen. 

6. Las dos cosas son fundamentales. Tengo la impresión, por experiencia, de que cualquier libro con una alta calidad literaria, por poco candente que sea el tema, a la larga se publica, porque los buenos editores optan por apostar por gente nueva o que hace una literatura exigente, hecho que da prestigio a sus colecciones; pero para poder permitirse este tipo de publicación, que no aporta dinero, necesitan lanzar otras grandes obras comerciales.  

7. Es un tema amplísimo; depende de cada editorial y de cada colección. El lector puede trabajar en muchos campos, en algo comercial y en algo que no lo es, en autoayuda y en novela, por ejemplo. Lo comercial depende tanto del tema tratado, de que conecte con alguna expectativa del público, con algún hueco en el mercado, como del esfuerzo que haga la editorial con el manuscrito en sí, es decir, un libro es comercial no sólo en función del tema que trate y cómo lo trate, sino del aparato publicitario que después va a desplegar la editorial. Libros que en principio podrían no ser comerciales, si alguien se atreve a pagar durante un mes, por dar un ejemplo absurdo, pero cierto, un anuncio en la primera página de El País, será comercial seguro. 

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8. Cuando es favorable, el editor da el manuscrito a otro lector para cotejar las opiniones; o lo lee él, y a partir de allí, si lo aprueba, empieza un largo trabajo dentro del comité editorial, con sus relaciones públicas, con su responsable de marketing, etc., hasta que el libro llegue a las librerías. 

9. Sí, ha ocurrido varias veces. Recuerdo una de José Luis de Juan, la última novela que ha publicado, que se llama Este latente mundo. En el 80 o 90% de los casos, el informe es desfavorable. 

10. Sí. Lo importante es conocer para qué eres valioso como lector e informar sobre ese campo. Lo que no puede hacer un lector es recibir y aceptar un libro de un género que desconoce o que hace tiempo no lee. A mí me pasa con la ciencia-ficción: puedo pensar que una novela está más o menos bien escrita, que tiene gracia, que está bien construida, pero, como hace unos quince años que no leo ciencia-ficción, no sabré si lo que cuenta ya está tratado en otros libros del género. Por lo tanto, recomendaré la lectura a un especialista. Esto es importante. 

11. Siempre que no pretenda hacerse rico y tenga mucha disciplina y haga un esfuerzo enorme se puede mantener. Para tener un sueldo mínimamente decente, tiene que leer prácticamente un libro diario y hacer un informe diario. Lo ideal, creo yo, es poder combinarlo e ir dando pasitos en el campo editorial de manera menos forzada, porque al final, si uno lee un manuscrito al día, llega un momento en que puede perder la perspectiva y perjudicar el trabajo, e incluso la salud. 

12. En primer lugar, que no tengan prisa; lo peor que le puede ocurrir a un autor es que se le publique una novela que no esté bien acabada y que a consecuencia de ello se le machaque, o bien que pueda crear expectativas y, al no haber madurado como autor, la segunda novela, que es la decisiva, lo hunda. Uno no tiene por qué correr, lo que tiene es que estar seguro de lo que está haciendo y respetar la literatura. En segundo lugar es que piensen siempre en la editorial a la que envían sus manuscritos, o sea, que no envíen a diestra y siniestra los manuscritos a todas partes, sino que hojeen catálogos, vean las colecciones de las editoriales, a qué criterio responden, a qué tipo de autores han publicado, y en función de eso enviar los manuscritos. Muchas editoriales tienen colecciones específicas para noveles. Es bueno también empezar publicando en una editorial pequeña. Querer dar el salto a una editorial grande desde un principio es muy difícil, aunque las editoriales grandes siempre están atentas a lo que publican las pequeñas, hay muchos casos como el de Juan Bonilla o Juan Manuel de Prada, por ejemplo, que empezaron publicando en editoriales pequeñas. 

13. ¿Cuándo me cargo manuscritos? Evidentemente, uno no tiene que perder nunca la perspectiva de que está trabajando con la ilusión de una persona, ahora bien, lo que también está, es trabajando para una persona que exige determinada calidad para que un manuscrito sea publicado.

 

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Amelia Padilla

Lectora de editorial Planeta

 

1. El lector, ese desconocido para el gran público, lleva a cabo una labor  importante: asesorar al editor en la lectura de los manuscritos originales que llegan a diario a las distintas editoriales. 

2. Son varias: condiciones psicológicas adecuadas, dado que realiza un   trabajo en solitario que le exige en muchos casos ser constante, metódico, disciplinado. Hay que recordar que no siempre se lee lo que se quiere; una formación cultural lo más amplia posible –leer, interesarse por la cultura, tener conocimientos lingüísticos para poder juzgar el estilo. 

3. Lecturas, todas. A mayor bagaje cultural, mayor perspectiva a la hora de  analizar un texto. Así, además, se puede uno alejar "al máximo" de juicios de valor subjetivos o de gustos personales. 

4.Generalmente cada editorial tiene sus propios criterios. Estos se resumen en un "modelo", o ficha técnica, que recibes junto a cada manuscrito, en el que ya vienen señalados los puntos a seguir. El lector deber interrogar constantemente el texto de acuerdo con las directrices marcadas por la editorial. Se tienen en cuenta aspectos de contenido y de forma. 

5. De las distintas fichas que he podido manejar, los puntos en común, además del autor, título y nº de páginas, son: género literario, breve resumen argumental, valoración general de la obra, clasificación literaria y comercial.   

6. Tan importante es lo comercial como lo literario. Y esto es válido para todas las editoriales que siempre te recuerdan que, al fin y al cabo, son una empresa que aspira a tener unos mínimos rendimientos económicos. 

7. Son varios los frentes abiertos en estos momentos. Por un lado, los temas "espirituales", religiones orientales, de autoayuda... Por otro, hay un interés por los temas relacionados con los problemas actuales de los jóvenes; es una manera de atraer a este sector de la población y asegurarse los lectores del futuro. 

8. Si el informe es lo suficientemente favorable, el editor, o una persona de  gran confianza para él, lee el texto. Se hace una segunda valoración, en la que ya se valoran aspectos cómo problemas de "editing" y que deberán ser tratados con el autor. Subsanadas estas cuestiones, se inicia la parte más comercial entre autor y editor –contrato, derechos... finalmente, comienza el proceso de producción del libro –correctores, fotomecánica, imprenta... 

9. Todavía no me he encontrado con ese caso. 

10. Tampoco. 

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11. En general, no se puede vivir de esta profesión. En la mayoría de los   casos, los lectores combinamos esta tarea con otras, a veces relacionadas con el mundo editorial, otras no. 

12. El gusto por la escritura no le convierte a uno, inmediatamente, en  escritor (a). No obstante, si te sientes seguro, satisfecho y con la necesidad de publicar, estudia el panorama editorial de nuestro país –editoriales, catálogos... – y envía tu manuscrito a aquella editorial que se acerque más a tus pretensiones. 

13. Claro, baso mi trabajo, mi vida, en unos mínimos de honradez que procuro cumplir. Soy consciente de que me puedo equivocar, pero es que soy tan humana, como todos aquellos que envían sus manuscritos y nosotros leemos. 

 

por Laura Hernández del Valle para Escribir y Publicar