El Lusitano Antiguo

7
EL LUSITANO ANTIGUO. El lusitano antiguo en el marco de las migraciones indoeuropeas a España. Aunque subsiste la controversia acerca de la propia existencia de la lengua lusitana antigua como entidad distinta y separada de las restantes lenguas indoeuropeas antiguas de la Península Ibérica, damos de antemano por probado tal extremo, acerca del cual hemos de volver más adelante para tratarlo como conviene. El lusitano antiguo, pues, también denominado galaico-lusitano antiguo, es lengua indoeuropea que entró en la Península Ibérica en el segundo momento de las inmigraciones de gentes de ese origen en España. La cronología de estas migraciones es como sigue: 1) primera migración ide.: conjunto de las gentes paleoeuropeas con su lengua o sus lenguas; 2) segunda migración ide.: conjunto de las gentes posteriores a los paleoeuropeos, pero anteriores a los celtas más antiguos, entre tales gentes los lusitanos antiguos o galaico-lusitanos; 3) tercera migración ide.: conjunto de las gentes célticas con su lengua o sus lenguas. Fechas probables de los tres estratos. Con el auxilio de la arqueología, los lingüistas, y en particular el indoeuropeísta F. Villar, las fechas probables del asentamiento en España de los estratos indoeuropeos prerromanos son: 1) estrato paleoeuropeo: hacia 1.500 a. C. o antes; 1

Transcript of El Lusitano Antiguo

Page 1: El Lusitano Antiguo

EL LUSITANO ANTIGUO.

El lusitano antiguo en el marco de las migraciones indoeuropeas a España . Aunque

subsiste la controversia acerca de la propia existencia de la lengua lusitana antigua como en-

tidad distinta y separada de las restantes lenguas indoeuropeas antiguas de la Península Ibé-

rica, damos de antemano por probado tal extremo, acerca del cual hemos de volver más ade-

lante para tratarlo como conviene. El lusitano antiguo, pues, también denominado galaico-

lusitano antiguo, es lengua indoeuropea que entró en la Península Ibérica en el segundo mo-

mento de las inmigraciones de gentes de ese origen en España. La cronología de estas mi-

graciones es como sigue:

1) primera migración ide.: conjunto de las gentes paleoeuropeas con su lengua o sus len-

guas;

2) segunda migración ide.: conjunto de las gentes posteriores a los paleoeuropeos, pero ante-

riores a los celtas más antiguos, entre tales gentes los lusitanos antiguos o galaico-lusitanos;

3) tercera migración ide.: conjunto de las gentes célticas con su lengua o sus lenguas.

Fechas probables de los tres estratos. Con el auxilio de la arqueología, los lingüistas, y en

particular el indoeuropeísta F. Villar, las fechas probables del asentamiento en España de los

estratos indoeuropeos prerromanos son:

1) estrato paleoeuropeo: hacia 1.500 a. C. o antes;

2) estrato lusitano: después de 1.500 o 1.300 a. C. y antes de 800 o 700 a. C.;

3) estrato céltico: desde 800 o 700 a. C. (hasta mediados del siglo I a. C.).

Es de saber que para la identificación fidedigna de la etnia y de la edad de un pueblo antiguo

prehistórico es necesaria la cooperación de la arqueología y de la lingüística, porque aquella

es capaz de aportar fechas más o menos ciertas, mientras que ésta ultima puede aportar la

identidad de las etnias involucradas. La lingüística, que no puede aportar fechas, aporta, en

cambio, etnias al conocimiento de los pueblos antiguos prehistóricos.

Demostración de la identidad étnica y lingüística lusitana antigua. Los antropónimos

antiguos prerromanos Plendius, Pisirus, Paramecus, Palarus, Paesica, etc., los gentilicios o

etnónimos antiguos Pelendones, Paesici, Praestamarci, etc, y los topónimos antiguos y mo-

dernos Paramus, Bletisama, Poemana, Pisuerga, Palantia, etc., presentan algunos rasgos

impropios de las lenguas célticas. Por ejemplo: todos tienen / p /, procedente de *p indoeu-

ropea, o / b /, también procedente de *p ide. Ahora bien, es hecho bien conocido que ide. *p

inicial o intervocálico se pierde en las lenguas célticas. Cf. lat. pater : irl. athir; lat. porcus :

1

Page 2: El Lusitano Antiguo

irl. orc; preposic. ide. *pro : lat. pro : irl. ro, etc. La pérdida del fonema / p / ide. inicial e in-

tervocálico es rasgo característico y exclusivo de las lenguas del grupo céltico, incluso las

de las ramas más antiguas (galo, galo lepóntico y celtibérico). Prueba de la antigüedad y cel-

ticidad de esta pérdida de / p / ide. es que también falta en el celtibérico, aunque esta lengua

es más arcaica que las restantes del grupo y mantiene rasgos que han perdido todas ellas. En

céltico hay ciertamente / p /, pero este fonema derivó de la labiovelar ide. / *qw /. De otro la-

do, la identificación definitiva del celtibérico como lengua perteneciente al grupo céltico se

produjo cuando en los textos epigráficos atribuidos a esta lengua se hallaron casos seguros

de pérdida de / p / ide. originaria.

La inscripción de Peñalba de Villastar. En la conocida inscripción rupestre celtibérica de

Peñalba de Villastar está el siguiente segmento textual: VIROS VERAMOS, interpretado en

latín como vir supremus. El término VERAMOS procede de una forma precéltica como

*uperomos, anterior a la caída de / p / ide. y afín a la latina supremus.

Cuestión geográfico-lingüística. Está comprobado 1) que hay presencia del fonema / p / (<

ide. */ p /) en toda la Hispania indoeuropea, y 2) que esa presencia es menos densa en Celti-

beria y Carpetania que entre vacceos, vetones y lusitanos, pueblos situados al occidente de

la región propiamente celtibérica (Soria, este de Burgos, sur de La Rioja, oeste de Zarago-

za), es decir los vacceos en Palencia (su capital), Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora

(incluida por los romanos en la provincia Lusitania), los vetones en Ávila, Salamanca, Sego-

via, norte de Extremadura (donde estaba Caurium, hoy Coria, su capital), los lusitanos en

Portugal y en la parte occidental del territorio de los vacceos y de los vetones. Aunque vac-

ceos y vetones suelen ser incluidos entre los celtas e incluso entre los celtíberos, su perte-

nencia étnica y lingüística no ha sido definitivamente demostrada.

Inscripciones occidentales. De muchos pueblos indoeuropeos de la Península Ibérica, tanto

célticos como no célticos, no poseemos ningún testimonio escrito en ningún sistema de es-

critura. Han sido y permanecido pueblos ágrafos. Es lo que ocurre con los astures, cán-

tabros, galaicos, vetones, vacceos, carpetanos, pelendones, y muchos otros pueblos. Sin em-

bargo, en lugares como Lamas de Moledo (Portugal), Cabeço das Fraguas (Portugal), Arro-

yo del Puerco (Cáceres, Extremadura), Arranches se han conservado inscripciones de un

pueblo del occidente de la Península Ibérica realizadas con caracteres del alfabeto romano y

en lengua no céltica o difícilmente céltica. Contienen descripciones de rituales y ofrendas a

diversos dioses, y consta en ellas el rito indoeuropeo arcaico de la suovetaurilia (sacrificio

2

Page 3: El Lusitano Antiguo

de cerdos, carneros y toros). La distribución geográfica de tales inscripciones coincide gros-

so modo con el territorio de la Lusitania antigua.

Rasgos lingüísticos notables de la lengua de las inscripciones. Son rasgos notables de la

lengua de estas inscripciones:

1) la conservación de / p / inicial e intervocálica indoeuropea: porcom, porgom (< ide. *po-

rko-m), praisom, trebopala, toudopalandaigae, contra la pérdida general en céltico;

2) forma de la conjunción copulativa indi (cf. alemán und, inglés and, sánscrito átha),

contra el céltico kue y uta (cf. latín –que y et);

3) paso de la oclusiva sonora aspirada ide. / bh / a fricativa aspirada sorda / f /, contra el pa -

so a oclusiva sonora / b / en céltico (cf. ifadem ‘semental’, aplicado a TAVROM). Contra la

presencia de este rasgo en la lengua de las inscripciones occidentales puede objetarse que se

trata del único caso registrado y que la onomástica sólo brinda casos problemáticos. De otro

lado, parece contradecirlo la presencia de una palabra como angom, cuya derivación del ide.

*angh- ¿’estrecho, angosto’? es favorable a la teoría del celtismo de la lengua de las inscrip-

ciones, pero, de acuerdo con F. Villar, no verosímil ni aceptable por razones semánticas y

morfológicas.

Argumentos en favor del celtismo de la lengua. En favor de la atribución de la lengua de

las inscripciones occidentales al dominio céltico se consideran los siguientes argumentos:

1) la presencia de topónimos inconfundiblemente célticos en –briga en Lusitania antigua.

En este sentido, la presencia del elemento toponímico céltico –briga registrada en toda la

Hispania indoeuropea ha llevado a la tesis extremada de identificar como celtas todos los

pueblos indoeuropeos peninsulares (J. Untermann).

2) La homogeneidad de la antroponimia ide. en toda la Península Ibérica (es decir, en Celti-

beria, Lusitania, etc.) ha llevado también a conclusión extremada semejante: que en toda la

España indoeuropea se habló una sola lengua ide.: el céltico.

3) Puesto que en las inscripciones occidentales -o lusitanas- el nominativo plural temático

masculino termina en –oi, que el vocabulario de las mismas puede leerse desde el céltico, y

que en céltico el nominativo plural temático masculino es también en –oi, luego la lengua de

las inscripciones lusitanas es céltica.

Refutación de los argumentos procélticos. La argumentación aplicada por J. Untermann y

otros lingüistas a la demostración del celtismo de las inscripciones lusitanas puede resumir-

se en los siguientes puntos:

3

Page 4: El Lusitano Antiguo

1) la presencia de toponimia con –briga céltico en territorio lusitano no arguye unicidad de

celtismo, sino superposición y heterogeneidad humana y lingüística. Los celtas, gente más

numerosa y fuerte que los lusitanos, o de mayor prestigio cultural que ellos, se han extendi-

do al territorio de éstos y se han producido los consabidos efectos de adstrato o contacto de

lenguas y culturas (cf. cómo subsisten en toda América topónimos aborígenes junto con los

nuevos de origen europeo, y cómo no puede afirmarse en modo alguno por ello que las gen-

tes americanas hayan sido europeas o hayan hablado alguna lengua europea).

2) La homogeneidad de la antroponimia no es argumento válido, porque es hecho compro-

bado que los nombres propios personales se prestan con mucha facilidad (efecto de adstrato

o contacto de lenguas y culturas). Luego de la presencia de antroponimia céltica en Lusita-

nia antigua no puede inducirse la lengua de los pobladores lusitanos ni atribuirles la de los

antropónimos (cf., por ejemplo, el habitual uso de nombres hebreos -María, Isabel, Juan, Jo-

sé, Manuel, etc.- por gentes no hebreas de muchas partes del mundo).

3) a.- En la lengua indoeuropea había dos nominativos masculinos plurales temáticos: uno

en *-os y otro en *-oi. Luego, la opción *-oi del lusitano no es más que coincidencia con la

del céltico, supuesto que *-oi está en muchas otras lenguas indoeuropeas: latín (*-oi < - ),

griego (-), báltico, eslavo. b.- El vocabulario común tampoco es prueba aceptable de celti -

cidad del lusitano, porque es hecho notorio en la investigación lingüística que el léxico se

presta con extraordinaria facilidad entre lenguas en contacto (cf. el caso notable del vasco,

cuyo vocabulario está constituido por un 80% de préstamos de diverso origen, a pesar de

que es lengua de sistema gramatical completamente diverso del de las que estuvieron y es-

tán en contacto con ella, como el céltico, el latín, el castellano).

Conclusión. Aunque los materiales epigráficos occidentales -o lusitanos- son muy escasos y

demasiado breves para que se pueda arribar a conclusiones definitivamente ciertas acerca de

la clasificación de la lengua que representan, hay indicios suficientes para afirmar que se

trata de otra lengua indoeuropea antigua hasta ahora desconocida y no clasificada, y que ella

no pertenece al grupo de las lenguas célticas.

Aquilino Suárez Pallasá

Historia de la Lengua Española.

4