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El Mapa de la Ciudad Prohibida “El espacio percibido a través de las

experiencias cotidianas de las mujeres de Elorrio”

Documento – resumen del Taller de participación

Viernes 16 y sábado 17 de enero de 2009

Casa de la Cultura Iturri

EL MAPA DE LA CIUDAD PROHIBIDA Taller de participación 2009

El Mapa de la Ciudad Prohibida “El espacio percibido a través de las

experiencias cotidianas de las mujeres de Elorrio”

Documento – resumen del Taller de participación

Viernes 16 y sábado 17 de enero de 2009

Casa de la Cultura Iturri

Enero de 2009

Gernikako Arbola Plaza – 48230 Elorrio (Bizkaia) – Tel.: 946582712 –Faxa: 946583287

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EQUIPO RESPONSABLE DE LA ORGANIZACIÓN

DEL TALLER DE PARTICIPACIÓN

Organización local y difusión

Maitane Iribar

Servicio para la Igualdad, Ayuntamiento de Elorrio

Diseño y dirección del Taller (Gea21)

Isabel Velázquez

Josefina Olza

Equipo de Monitoras

Isabel Velázquez

Josefina Olza

Maider Etxaide

Junkal Fernández

Edición del documento resumen

Gea21, S.L.


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ÍNDICE:

1. INTRODUCCIÓN 4

2. ALGUNOS ANTECEDENTES SOBRE EL TEMA DE

SEGURIDAD DE LAS MUJERES EN LA CIUDAD 6

3. METODOLOGÍA DEL TALLER 9

4. RESULTADOS DEL TALLER 13

5. MAPA DE LA CIUDAD PROHIBIDA 34

6. PROGRAMA DE LA JORNADA 35


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1. INTRODUCCIÓN

El Servicio para la Igualdad del Ayuntamiento de Elorrio tiene la responsabilidad de

promover la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el municipio y

el compromiso de resolver los obstáculos para que esta igualdad sea efectiva y real.

Entre sus objetivos prioritarios figura mejorar el empoderamiento de las mujeres y

su participación activa en la sociedad contando con sus aportaciones específicas, de

modo que la perspectiva de igualdad se incorpore en todas las etapas y niveles de

desarrollo de las políticas públicas municipales, proporcionando para ello los

mecanismos necesarios para su impulso y puesta en práctica.

El empoderamiento y participación sociopolítica de las mujeres y la lucha contra la

violencia hacia las mujeres son dos de los ejes estratégicos del II Plan para la

Igualdad de Mujeres y Hombres 2007-2009 que se está desarrollando en el

municipio y el Urbanismo una de las áreas de intervención a través de la cual se

pretende trabajar para lograr la igualdad de género.

Entre los aspectos contemplados en este Plan destaca también la recogida de

información acerca del modo en que mujeres y hombres utilizan y usan la ciudad y

sus distintos espacios así como el abordaje de la cuestión de la seguridad urbana,

un aspecto de preocupación entre las mujeres elorrianas, especialmente las

jóvenes, que ven cómo su libertad de movimiento se ve mermada por miedo o

temor a salir solas de noche o transitar por lugares poco iluminados o solitarios.

En este sentido, una de las acciones contempladas en el Plan es la realización de un

Mapa que recoja los lugares que son percibidos e identificados como poco seguros y

accesibles por las mujeres del municipio con el fin de mejorar, a nivel urbanístico,

la seguridad urbana y las necesidades de movilidad y accesibilidad de las mismas.

Con el objetivo de realizar el Mapa de la Ciudad Prohibida, el Servicio para la

Igualdad del Ayuntamiento de Elorrio convocó a las mujeres de la localidad a un

Taller de debate destinado a reflexionar y discutir sobre la seguridad en la ciudad.

Esta iniciativa se convirtió finalmente en un proyecto compartido por al Área de

Urbanismo y el Servicio para la Igualdad pues en el proceso de participación

ciudadana, que había abierto el Ayuntamiento con motivo de la elaboración del Plan

General de Ordenación Urbana, la realización del Mapa de la Ciudad Prohibida había

sido también una de las peticiones formuladas por la ciudadanía en uno de los

grupos de debate realizados. Se decidió de esta forma recoger esta demanda

concreta y satisfacer el interés expresado en esta reivindicación incorporando la

opinión de las mujeres sobre la ciudad desde el punto de vista de la seguridad y

enriquecer con otras perspectivas y miradas el documento final del Plan General de

Ordenación Urbana.


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En la organización del Taller ha participado Gea21 junto con el Servicio para la

Igualdad del Ayuntamiento de Elorrio. Esta jornada de debate se celebró la tarde

del viernes 16 de enero en la Casa de la Cultura Iturri y continuó el sábado 17 con

distintos recorridos por la ciudad. La jornada tenía como objetivo crear un espacio

de reflexión donde las mujeres pusieran en común distintos puntos de vista sobre la

ciudad, tratando de identificar los lugares o espacios que producen miedo o

sensación de inseguridad y, en base a los mismos, elaborar el Mapa de la Ciudad

Prohibida. Ambas sesiones constituyen el núcleo de este Taller y son las que se

reflejan exhaustivamente en este documento-resumen.

Las ideas recogidas en las páginas siguientes muestran las aportaciones de las

mujeres sobre los espacios que son susceptibles de generar inseguridad, rechazo o

dificultad de acceso en sus recorridos y tránsitos cotidianos y también las

alternativas y sugerencias que plantearon para mejorar estos puntos y aumentar la

seguridad en el entorno y el sentimiento de seguridad en la ciudad.

El documento de conclusiones, que se presenta, intenta resumir esa abundancia de

ideas y propuestas que surgieron en el Taller y en los recorridos e itinerarios que se

realizaron por las calles del municipio, aunque es imposible reflejar el ambiente del

mismo en toda su riqueza y creatividad.

Sus ideas y aportaciones resultan enormemente valiosas e interesantes no sólo

como diagnóstico de los espacios y lugares que producen miedo o sensación de

inseguridad entre las mujeres de la localidad, sino también para la búsqueda de

soluciones a esta realidad espacial hasta ahora silenciada y desconocida, así como

para profundizar en la planificación urbanística desde la perspectiva de género.

Queremos, por ello, agradecer a todas las mujeres que participaron en esta jornada

de debate su colaboración y excelente disposición aportando sus ideas y

experiencias personales puestas a disposición de su ciudad y sus gentes con una

generosidad loable, lo que, sin duda alguna, ayudará al equipo de gobierno

municipal a orientar y guiar las actuaciones previstas en el Plan General de

Ordenación Urbana, de cara a mejorar la ciudad que se está diseñando para los

próximos años.


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2. ALGUNOS ANTECEDENTES SOBRE EL TEMA DE LA SEGURIDAD DE LAS

MUJERES EN LA CIUDAD

La vinculación entre seguridad y diseño urbano está poco reconocida y considerada

en el planeamiento y tampoco es frecuente escuchar la voz de las mujeres en este

ámbito, ni ellas tienen experiencia ni tradición de análisis y reflexión sobre temas

como el urbanismo. De esta forma, bajo la aparente neutralidad con que se concibe

la construcción del espacio y su ordenación se esconden grandes desequilibrios

entre los sexos. No a todas las personas les resulta fácil “leer” o interpretar el

marco construido de la ciudad y más cuando se trata de analizar y estudiar las

potencialidades o debilidades de los espacios urbanos en materia de seguridad de

las personas. Sin embargo, las mujeres al ser objeto de diversos tipos de violencia

y tener que protegerse o defenderse son mucho más conscientes de los elementos

del entorno que inciden en su seguridad en el espacio público.

Las auditorías urbanas o giras exploratorias son una herramienta de evaluación

participativa muy eficaz para analizar la calidad de los espacios construidos y

plantear soluciones urbanísticas destinadas a incrementar la seguridad de las

personas en el entorno urbano.1 Esta herramienta se basa en el hecho de que la

inseguridad urbana afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres. Las

giras exploratorias están formadas principalmente por grupos de mujeres, pero

también pueden incluir a urbanistas, arquitectas/os y representantes de las

distintas concejalías municipales con el fin de sensibilizarles y que tomen conciencia

sobre las condiciones de seguridad de los espacios públicos y su enorme

repercusión en los grupos más vulnerables.

Estos itinerarios de reconocimiento urbano cuentan un precedente, que se sitúa a

principios de los años 80, que comenzó con una iniciativa de la Agrupación

Quebequense de Centros de Asistencia y Lucha contra las Agresiones de Carácter

Sexual (CALACS), donde distintos colectivos de mujeres canadienses y

estadounidenses salieron a las calles de más de 31 ciudades bajo el lema “DE

NOCHE, MUJERES EN LA CALLE SIN MIEDO”2 para denunciar las distintas formas de

violencia hacia ellas (agresiones sexuales, violencia doméstica, acoso sexual..) y en

las que afirmaban su deseo de vivir libremente, sin miedo a ser agredidas y sin

necesidad de protección.

Unos años después, en 1988, en la ciudad de Montreal, un grupo de ciudadanas se

dirigen a los responsables municipales para pedirles que tengan en cuenta la

realidad específica de las mujeres cuando desarrollen proyectos de ordenación

1 El concepto de marchas de reconocimiento fue desarrollado por la Metro Action Comnittee on Public Violence Against Women and Children (METRAC) con el objetivo de evaluar la seguridad de las mujeres en el espacio público. 2 LA RUE LA NUIT FEMMES SANS PEUR, versión quebequense de Take Back The Night, en « La Seguridad de las Mujeres. De la Dependencia a la Autonomía ». CAFSU. Montréal 2002.


6


urbana. A raíz de esta iniciativa se crea en la ciudad el Comité de Mujeres y Ciudad

(Femmes et Ville) cuya prioridad a partir de entonces es llevar a cabo acciones

dirigidas a fomentar la seguridad de las mujeres montrealesas. Inspirándose en las

iniciativas de otras ciudades canadienses y europeas y en los trabajos de

investigadoras de vanguardia sobre la participación de las mujeres, la ciudad de

Montreal difunde una serie de Guías con el objetivo de alentar a las ciudadanas a

apropiarse de los espacios públicos y tratar de sensibilizar a las autoridades

públicas y profesionales para que integren el enfoque de género en el desarrollo de

la práctica urbanística.

A partir de ahí, en la ciudad se plantearon varios objetivos y se desarrollaron

diversas estrategias para incluir el tema de la seguridad de las mujeres en distintos

programas y proyectos, como por ejemplo el de Prevención del Crimen, o el que se

llevó a cabo en colaboración con la Sociedad de Transporte (STM) para asegurarse

que se tenga en cuenta la seguridad de las usuarias cuando se planifica el diseño

de ciertas terminales.

En 1992, tras la conferencia “Acuso al miedo” se crea el Comité de Acción de

Mujeres y Seguridad Urbana (CAFSU, siglas en francés) constituido por distintos

grupos de mujeres (la mayoría de ellos tratan el tema de la violencia hacia las

mujeres) y socios comunitarios en el que participan también distintas instancias

públicas de Montreal con el objetivo de mejorar la seguridad efectiva y aumentar la

sensación de seguridad en el entorno urbano.

Este Comité ha llevado a cabo desde entonces numerosas actividades de

sensibilización, investigación e intervención. Entre éstas, destaca la creación del

servicio “Entre dos paradas” en colaboración con la STM, citada anteriormente,

reconocida por Naciones Unidas en 2000 como una de las “Mejores Prácticas” en

materia de desarrollo local.3 Se trata de un servicio exclusivo para las mujeres que

permite a éstas bajarse, durante el horario nocturno, en puntos situados entre dos

paradas del autobús y más cercanos a sus puntos de destino. El ayuntamiento de

Montreal promovió este servicio como parte de su programa “Mujeres y Ciudades”.

En el año 2000, en el marco de la Marcha Mundial de las Mujeres, el CAFSU y el

Comité de Mujeres y Ciudad promueven los principios de un diseño urbano seguro,

enfocado desde la perspectiva de género. Las iniciativas desarrolladas en Montreal

despertaron un interés creciente a escala internacional, estableciéndose un

intercambio de información y de transferencia de experiencias que desembocaron

en la implantación de las estrategias desarrolladas en Montreal, extendiéndose por

numerosos lugares de Europa, África y Sudamérica, principalmente.

3 http://habitat.aq.upm.es/dubai/00/bp668.html: Integración de la perspectiva de género en el transporte público, Montreal (Canadá).


7

http://habitat.aq.upm.es/dubai/00/bp668.html


El punto culminante de estos intercambios fue la celebración en Montreal del Primer

Seminario Internacional sobre la Seguridad de las Mujeres, “Tejiendo lazos”, en

mayo de 2002, en que la ciudad de Montreal lanza la Guía para la ordenación y

planificación urbana de un entorno seguro, con el objetivo de mejorar la seguridad

y poner en práctica una política de ordenación urbana segura4.

Su justificación estaba apoyada en distintos Informes de población, a nivel mundial,

sobre violencia hacia las mujeres. En 48 de ellos, se mostraba que entre el 10 y el

69 por ciento de las mujeres afirmaban haber sido asaltadas o agredidas por un

varón cercano en algún momento de sus vidas (Organización Mundial de la Salud,

2002), una violencia que se da tanto en espacios públicos como privados y con

enormes repercusiones sobre el uso del espacio urbano, los recursos y los servicios

(Smaoun 2000).

Desde entonces se ha desarrollado una amplia gama de iniciativas y buenas

prácticas para mejorar la seguridad, tanto en las grandes ciudades como en

pequeñas localidades con enfoques también muy variados5. El programa “Ciudades

más seguras” organizó a las mujeres para que identificaran y pusieran en

conocimiento de las autoridades municipales los edificios abandonados y las calles

cerradas con obstáculos; en Petrozavodsk, Rusia, por citar otro ejemplo, como

parte del programa “Edificando juntos una ciudad segura” algunos comités de

vecindad, creados para mejorar la vivienda y el espacio público, llevaron al

desarrollo de una línea de ayuda para promover espacios de refugio y otros

servicios de emergencia para mujeres víctimas de violencia.

Son sólo unos ejemplos de iniciativas diversas en cuanto a énfasis o enfoques, pero

todas comparten el compromiso por el derecho a una ciudad segura y, mediante el

empoderamiento de las mujeres, en todos ellos se procura asegurar los distintos

sectores de la ciudad, incrementando la calidad del espacio público.

4 http://punt6.net/node/71: Una ciudad a la medida de las mujeres. El papel de las municipalidades en el alcance de la igualdad de género. 5 http://www.ciudad-derechos.org/espanol/pdf/aab.pdf: “Ciudades más seguras, género y derechos humanos.


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http://punt6.net/node/71

http://www.ciudad-derechos.org/espanol/pdf/aab.pdf


3. METODOLOGÍA DEL TALLER

En el Taller de debate participaron alrededor de doce mujeres pertenecientes al

municipio de Elorrio y en él reflexionaron y debatieron conjuntamente sobre

distintos factores y elementos urbanísticos que hacen que ciertos lugares o espacios

sean más propicios para que se produzca algún tipo de agresión o intimidación o

que se perciban como peligrosos e inseguros.

Con el desarrollo del Taller se pretendía alcanzar los siguientes objetivos:

- Identificar los principales problemas de seguridad para las mujeres relacionados

con el diseño urbanístico del municipio y avanzar en la búsqueda de soluciones

adecuadas.

- Sensibilizar al personal de los distintos departamentos municipales con

competencias en política de diseño urbano, seguridad, educación, transporte,

etc., fomentando la transversalización del enfoque de género.

- Enriquecer el documento final del PGOU que se está elaborando con las

aportaciones y miradas diversas de las mujeres.

Otros objetivos que se perseguían eran los siguientes:

- Desvelar un problema silenciado como es el miedo que sufren muchas mujeres

cuando están en el espacio público.

- Promover y legitimar el uso igualitario de los diferentes espacios de la ciudad.

- Contribuir a que las mujeres más jóvenes descubran diferencias de género en el

uso y disfrute de la ciudad y tomen conciencia de la necesidad de construir

espacios igualitarios.

- Generar interés entre las mujeres sobre aspectos como el urbanismo y que

aprendan cómo les afecta la configuración y el diseño del espacio público.

- Plantear un proceso atractivo y didáctico para que las mujeres disfruten de este

ejercicio de participación ciudadana e implicarles en los asuntos de su ciudad.

- Fomentar, a través del trabajo en equipo, la cohesión de un grupo de mujeres

activas que sea el inicio de futuras iniciativas colectivas.

El Taller de debate se celebró en la Casa de la Cultura Iturri la tarde del viernes 16

de enero de 2009, continuando esta labor en la sesión que tuvo lugar al día

siguiente. La inauguración de la jornada se inició con una bienvenida a cargo de la

persona responsable del Servicio para la Igualdad que, en nombre de la Concejala

de Igualdad, se ocupó de enmarcar la jornada, así como de su clausura. Ambas

personas participaron en los debates en grupo aportando sus ideas y apoyando las

del grupo, poniendo de manifiesto su interés y compromiso con este proyecto.

A continuación, se realizó una conferencia introductoria llevada a cabo por parte de

Gea21, cuyo objetivo era despertar el interés por el tema del taller e introducir en


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el debate una serie de aspectos y conceptos relacionados con la seguridad, los

peligros y riesgos en la ciudad y plantear la necesidad de que las mujeres se

impliquen en su diseño y construcción, aportando sus experiencias, vivencias y

conocimiento sobre el entorno urbano. Posteriormente, se explicó la metodología a

seguir en el trabajo en grupo.

Primera sesión: Análisis de la ciudad desde la perspectiva de la seguridad

Tras la sesión de presentación tuvo lugar la primera sesión de trabajo conjunto. La

elaboración del Mapa se realizó en paralelo por dos grupos de trabajo que

comenzaron realizando un diagnóstico sobre la seguridad en la ciudad y

posteriormente pusieron en común sus conclusiones. El resultado final del trabajo

en los grupos era situar sobre un plano de la ciudad las zonas y lugares que habían

sido identificados por las participantes como “prohibidos” o que podían producir

temor o sensación de inseguridad.

Para realizar esta actividad, una vez formados los grupos, a cada participante se le

pidió que respondiese a tres cuestiones:

- Nombrar y describir aquellos espacios de la ciudad que le parecen inseguros, le

producen miedo o que le inhiben de pasar por ellos.

- Explicar por qué esos lugares le resultan inhóspitos o peligrosos y

- Qué actividades tienen lugar en esos entornos, qué es lo que se hace en ellos.

A continuación, cada persona expuso a su grupo los espacios conflictivos que había

identificado y, en grupo, se iban localizando los lugares que se iban describiendo en

un plano de la ciudad. Las monitoras encargadas de la dinamización del trabajo en

grupo fueron recogiendo en un cartel las aportaciones que se hicieron en cada

grupo. Una vez realizado el diagnóstico sobre seguridad urbana y rellenado el

plano, los dos grupos pusieron en común sus conclusiones al final de la sesión. Una

portavoz voluntaria de cada uno de ellos presentó los resultados al resto.

Segunda sesión: Itinerarios y recorridos urbanos de reconocimiento y exploración

Al día siguiente, la mañana del sábado 17 de enero, se planteó una serie de

itinerarios y recorridos por las calles de la ciudad en base a las zonas y lugares que

las participantes habían identificado como “puntos negros” o espacios críticos desde

el punto de vista de la seguridad.

El trabajo de campo incluía las siguientes actividades:

- Comprobación de los espacios seleccionados considerando aquellas variables

que tienen incidencia o repercusión en la seguridad o sensación de inseguridad.


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- Reportajes fotográficos y cartográficos para constatar gráficamente el estado

real de los espacios que producen inquietud o temor.

- Elaboración de propuestas de mejora o medidas correctoras en función de los

problemas observados.

En el proceso de reconocimiento se trató de recabar información sobre las

siguientes cuestiones:

- Descripción de las principales características de los puntos negros y localización

de los mismos.

- Entornos urbanos y tipos de actividades.

- Calidad y mantenimiento de los espacios y calles.

- Visibilidad e iluminación.

- Actividad vecinal y posibilidades de control social informal.

- Identidad y vinculación con el espacio público.

Es decir, una serie de aspectos básicos que son fundamentales de cara a favorecer

un uso seguro de los distintos espacios de la ciudad y prevenir y minimizar actos

delictivos o conductas agresivas en ellos6.

El método aplicado para realizar el análisis y evaluación de los puntos negros se

basó en los seis criterios básicos relacionados con un entorno seguro desde el punto

de vista de las mujeres, recogidos en la versión francesa del manual “Guía de

encuesta sobre la seguridad de las mujeres en la ciudad”7, con los que se pone a

prueba la seguridad en el diseño urbano de las distintas zonas o barrios, los

espacios públicos, las zonas comunes de los conjuntos residenciales, las viviendas,

el servicio de transporte, etc.

Desde el punto de vista de las mujeres, un entorno urbano es seguro si permite:

- Saber dónde estás y adónde vas

- Ver y ser vista

- Oír y ser oída

- Poder escapar y conseguir ayuda

6 http://www.ub.es/geocrit/-xcol/413.htm “La Seguridad en las ciudades: el nuevo enfoque de la geoprevención”. Este enfoque, a través de una perspectiva multidisciplinar vincula el concepto de seguridad al territorio. La Prevención del Crimen a Través del Diseño Ambiental, Metodología CPTED (según sus siglas en inglés), es una metodología desarrollada por Clarence Ray Jeffery (criminólogo estadounidense) en los años 70 quien da por hecho que el ambiente físico y social urbano puede generar oportunidades para reducir actos delictivos y prevenir la violencia urbana al modificar determinados parámetros. Esta metodología tiene cinco conceptos primarios interrelacionados que están destinados a reducir las oportunidades de la comisión de actos violentos y el miedo al delito. Los conceptos territoriales de los que hace uso son: control de acceso, vigilancia, refuerzo territorial, mantenimiento de espacios públicos y participación comunitaria, convirtiendo a las ciudadanas/os en importantes protagonistas de las políticas de seguridad públicas. 7 Pour la sécurité des Montrealaes. Guide d’enquête sur la sécurité des femmes en ville. Ville de Montréal, Service des loisirs, des parcs et du développement communautaire. Module du développement communautaire. Montréal, novembre 1993. ISBN 2-89417-401-2


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http://www.ub.es/geocrit/-xcol/413.htm


- Vivir en un entorno acogedor y limpio

- Actuar colectivamente

Todas estas cuestiones debían ser analizadas y evaluadas in situ por el grupo de

mujeres, sin embargo, conviene aclarar que la secuencia de estos pasos no se

aplicó siguiendo un orden estricto, sino que trató de adaptarse a cada ambiente

urbano concreto. También conviene resaltar que el tiempo dedicado a la actividad

no permitió registrar con minuciosidad cada una de las cuestiones planteadas,

aunque los aspectos comentados por las mujeres sobre los distintos entornos

permiten hacernos una idea bastante clara del estado general de los distintos

espacios urbanos explorados, es decir obtener un diagnóstico general de los

inconvenientes y las oportunidades que la ciudad presenta para el desarrollo

democrático de las actividades de la vida cotidiana, y de cómo se puede crear

seguridad o sensación de seguridad mediante el diseño y la planificación

urbanística.

El trabajo de campo para el proceso de reconocimiento fue realizado por el grupo

de mujeres bajo la supervisión de las dos personas responsables del proyecto, en el

que se abordaron las diferentes cuestiones nombradas.

Tanto los resultados del Taller de debate como las aportaciones efectuadas en los

recorridos e itinerarios realizados por las calles del municipio se presentan a

continuación, simplemente ordenados y estructurados para hacer más fácil su

comprensión.

Es importante también recalcar que, al final del proceso, el grupo de mujeres

mostró su satisfacción con el trabajo realizado y su convencimiento de que tanto

sus aportaciones como sus propuestas de mejora ayudarán a enfocar las

intervenciones urbanísticas en el futuro y las diferentes políticas relacionadas con la

seguridad urbana.


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4. RESULTADOS DEL TALLER

En este capítulo se recogen las aportaciones que los dos grupos de mujeres fueron

realizando sobre los “puntos negros” de Elorrio. En la puesta en común se

comprobó una gran coincidencia en los grupos, llegando a la práctica unanimidad

en los resultados, que se corresponden con situaciones conocidas que se repiten en

el municipio.

La percepción general es que la seguridad en el pueblo no es un problema crítico,

aunque sí hay una serie de itinerarios o puntos delicados que tendrían que

abordarse mediante mejoras en el diseño, en el mantenimiento o en la gestión de

los distintos espacios y actividades que tienen lugar en ellos.

Los puntos destacados por las mujeres aparecen frecuentemente vinculados con

zonas alejadas y solitarias, poco iluminadas y sin urbanizar e itinerarios que unen

distintos barrios con el centro, aunque también es posible encontrar estos

ambientes en el núcleo urbano. Otros puntos que pusieron de relieve son las zonas

poco transitadas, oscuras, silenciosas y vacías a determinadas horas, como por

ejemplo algunos aparcamientos y los espacios de trabajo (industrialdea) con

importante actividad en determinados momentos del día y ninguna en otros.

Algunos parques y tramos de las sendas de paseo y recreo junto al río son también

considerados como espacios de miedo o lugares que suscitan temor.


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Otros puntos incómodos nombrados son las calles y callejones estrechos, recovecos

y cantones, así como los lugares de difícil acceso o con barreras arquitectónicas y

los itinerarios solitarios, sin actividad vecinal, y sin posibilidad de observación o

control social natural. Se trata en su mayoría de lugares que las mujeres dicen

evitar sobre todo en horarios nocturnos y si no van acompañadas.

En general no son percibidos como excesivamente problemáticos pero resultan

incómodos y, desde luego, limitan la libertad de movimiento para transitar por

donde se desea y sin necesidad de tutela o protección. Además, la gravedad se

acrecienta cuando hay que hacer trayectos y desplazamientos obligados hacia

equipamientos cotidianos (colegios, instituto, actividades extraescolares,

instalaciones deportivas, casa de la cultura, compras…) o hacia barrios y entornos

residenciales alejados del continuo urbano.

También hicieron hincapié las mujeres en aspectos como el estado de deterioro de

algunos espacios públicos y elementos urbanísticos (parques, puentes, edificios

abandonados y vacíos), así como las carencias o la insuficiencia de mobiliario

urbano en determinados ambientes urbanos (barrios y equipamientos del

extrarradio) que actúan como factores de inseguridad o suscitan sensación de

peligrosidad.

En definitiva, toda una serie de elementos que configuran el mapa de los puntos

negros del municipio y vienen a confirmar que siguen existiendo “espacios

prohibidos” para las mujeres de Elorrio y que es necesario plantear mejoras

urbanísticas que tengan en cuenta sus necesidades y demandas.


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Descripción de las áreas y puntos negros destacados por las

participantes

A continuación se describen los lugares e itinerarios en los que las mujeres

manifestaron no encontrarse cómodas o con cierta sensación de inseguridad en

ellos.

Estos lugares son los siguientes:

I. Barrios o zonas residenciales dispersas, separadas del continuo urbano o

con carácter de industrialdea poco urbanizada, a las que se accede por

caminos que se desarrollan entre muros, colindantes con fábricas, con poco

tránsito vecinal o desiertos en distintos momentos del día, con firme o calzadas

en mal estado debido a la falta de aceras, a la poca iluminación o sin

mantenimiento suficiente.

Ejemplos de este perfil son los accesos a los barrios de Montorra-Buzkantz-

Ganondo-Montorroste (1), edificio de Buenos Aires (2), el acceso al barrio San

Antón-Urkizuarán (3) o los barrios de San Fausto y San Pío (3a).

El acceso al edificio de casas de Buenos Aires (2) con mala iluminación, un

edificio aislado hasta que se habitaron las viviendas construidas junto al mismo,

hace relativamente poco tiempo (uno o dos años) tiene lugar únicamente (por


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San José) siguiendo la carretera y junto a una zona arbolada, cuando tendría más

sentido abrir paso por la urbanización reciente.

En San Antón, el acceso a través de la fábrica LINCE y el aparcamiento, que

comparte seguramente con la zona residencial, es el que se considera más

problemático. Tanto la fachada del edificio como el aparcamiento tienen un

aspecto bastante degradado. La carretera Arrasate-Mondragón divide ambos

enclaves, hay tramos sin aceras, un paso de cebra algo peligroso, justo por donde

giran los vehículos para acceder a las distintas fábricas o empresas.

……..

La iluminación es pobre y tiende a alumbrar más bien la carretera. Entre las

distintas fábricas hay numerosos cantones que se describen como desagradables,

despiertan algún temor y en uno de ellos relatan un suceso que apareció en los

medios de difusión, tiempo atrás, relacionado con la muerte violenta de un joven

de la localidad.

La zona de la industrialdea de Betsaide – Iguria, hacia Goieta (4) y el paso de la

carretera (Variante-Sur) por la zona urbana genera mucho tráfico a diario, con

escasos pasos de cebra, o ninguno en largos tramos.


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Como en todo el polígono se trata de una zona desierta de noche, o bien de

madrugada. Se percibe como peligroso o suscita temor pensando en las

trabajadoras con posibles turnos nocturnos o muy tempranos.

La industrialdea es asimismo un lugar de paso para los chicos y chicas que se

dirigen al Instituto o colegio de Educación Infantil, como veremos a continuación.

Entre San Pío y San Fausto (3a) las aceras son muy estrechas, sobre todo al

principio. Las paradas del autobús (Bizkaibus) son pocas y muy alejadas de gran

parte del pueblo. Junto a esta parada hay otro cantón peligroso, con acceso a

puertas de garaje. Este cantón es sólo peatonal, muy estrecho y desemboca en

otro barrio.


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II. Equipamientos o zonas de uso escolar, cultural y deportivo con accesos y

atajos poco acondicionados, pasando por edificios sin control visual, que se

perciben como peligrosos porque se deben utilizar especialmente en las

actividades nocturnas, o de tarde en invierno (extraescolares, clases

voluntarias…).

En muchos de estos accesos el problema se focaliza en la seguridad vial en la

zona escolar, en especial los accesos a la escuela pública con aceras estrechas y

tráfico intenso, así como la zona que alberga a los institutitos o las actividades

extraescolares en un amplio área poco definido y ordenado, con calles

referenciadas, cuya desorganización propicia la sensación de incomodidad y

peligrosidad entre las mujeres.

El más cercano a la variante es el Colegio Público de Elorrio, de Educación Infantil

(5), por detrás de éste, a cierta distancia, están las instalaciones del campo de

rugby y el centro educativo de EGB y ESO.

El punto negro más destacado en el taller de participación fue por unanimidad el

acceso más directo al Campo de Fútbol de Eleizalde (6), por el itinerario de San

Juan, un camino sin acera y muy estrecho y oscuro. La alternativa por la

carretera de Arrasate-Mondragón también se trata de un camino estrecho, sin

aceras ni pasos de peatones, poco iluminado, entre muros y con recovecos o

escondites entre éstos que suscitan temor. En la zona final de este camino, hacia


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la carretera, se localiza una vivienda en construcción y una industria cerrada, en

estado de semi-abandono, con poca iluminación, que le confiere un carácter

desapacible y desagradable.

También los accesos a las instalaciones de la zona de Lourdes (Colegio Lourdesko

Ama) (9). El atajo de Jaral de Bedoia, hacia Lourdes, tiene un uso intenso por

parte de los alumnos pero no está muy acondicionado para el paseo y el tránsito

por el mismo. El camino hacia el colegio queda, además, algo aislado.

Los accesos a la escuela de Música son estrechos, sin fachadas y con poca

iluminación. También el acceso trasero a la zona de Haur eskola-Betsaide–Goieta.

Los accesos a la Casa de Tercera Edad de Aldatzekua no están debidamente

acondicionados, con tramos de distintos niveles de difícil accesibilidad,

especialmente para personas con problemas de movilidad, sin barandillas y poco

alumbrado público.

III. Las calles o cantones que conectan el centro con San Roque (7), subiendo la

ladera, tienen la peculiaridad de que tienen poco control visual, ya que las

fachadas de las casas próximas carecen de ventanas y discurren en general entre

muros más bien oscuros y solitarios. En muchos casos adolecen de falta de

mantenimiento (farolas con bombillas fundidas). Sin embargo, son itinerarios de

tránsitos necesarios y muy concurridos por sus residentes.

Por ejemplo, el cantón de Musiko de Arriola o los cantones que unen Berrio-Otxoa

con Elizburu. En concreto, el camino de Musiko Arriola hacia la Escuela (7) lo

denominaron como el “cantón del terror”, tiene una amplia pendiente con

escaleras y algún recoveco que despierta inquietud en la oscuridad, detrás de uno

de los muros de este cantón está la huerta que pertenece al Convento.


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También el cantón de Elizburu-San Roke, en la trasera de la Casa de Cultura, o

San Roke–Iturrik-Kirol Etxera. El cantón desde Iturri a Gernikako Arbola Plaza y

el parking, presenta además una deficiente accesibilidad para personas

discapacitadas, sin barandilla en algunos tramos, y con farolas que no funcionan

la mitad del tiempo.

IV. Una serie de rincones y zonas poco transitadas, en los alrededores del

río, poco acondicionados que, pese a su centralidad, provocan igualmente

sensación de temor o inquietud.

Como ejemplo, el recorrido detrás de Correos hacia San Juan – atravesando el

puente de Tintilín - por Azpikoerrota (A). Se trata de un lugar muy céntrico, pero

tiene muchos recovecos debido a las traseras existentes, está poco iluminado,

pese a su centralidad, y es muy utilizado como zona de paso.


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Otro espacio que tendría mayor y mejor uso, de estar bien acondicionado, es el

pequeño parque de la plaza del mercadillo semanal o del aparcamiento en Nizeto

Urkizu (B), donde el acceso al río, con varios tramos sin protección, impide su

uso, por ejemplo, como parque infantil, desaprovechando este bonito y pintoresco

rincón verde como espacio de encuentro y estancia.

Otro ejemplo se situaría en el entorno del Puente Labakua (C) o la zona de San

Fausto, con aceras muy estrechas e intrusión de la carretera y la zona ocupada

por la gasolinera.

También algunos tramos de cantones cerrados que crean inquietud en las calles

que los cruzan, por ejemplo, en las transversales de la calle Elizburu (D).

Entre Domingo de Lariz (E) y Esteibarlanda existe un itinerario muy oscuro. El

sendero que va junto al río, es una zona poco iluminada pese a que se usa como

atajo desde la parada de autobús hacia la zona de Esteibarlanda. En Gurutzondo-

Ondo Landa, Gurutzondo Zelaia Berrizeruntz, hacia Berritz – Arauneta hay un

parque que admitiría algunas mejoras de diseño para evitar las zonas más

sombrías y oscuras.

En los alrededores de la Central de Eroski (Eroski – San Fausto) (F) sólo hay un

paso de cebra estrecho y mal iluminado, bastante peligroso por la velocidad con

que circulan los coches por esta vía. Las farolas iluminan sobre todo la carretera,

y no tanto la acera que, por la arboleda, queda algo en penumbra, sobre todo

para quien vaya caminando o paseando.

V. Accesos a barrios y caseríos o núcleos rurales situados a unos dos

kilómetros del centro de Elorrio.

Ejemplos de este patrón serían los accesos a los núcleos de Iguria, Araunas,

Gastaena, San Lorenzo, Lekeriketa o Gazeta. En algunos casos, la construcción de

una simple acera en el camino de acceso ya ha mejorado bastante la seguridad

en estos itinerarios.


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Otro ejemplo es el acceso al Jaral de Bedoia (8), desde Buzkantz hacia Zenita. Se

trata de un tramo sin urbanizar, con cuestas y pendientes pronunciadas, poca

iluminación y mal acondicionado.

En el acceso por Montorra hacia el Jaral hay una zona boscosa muy pequeñita,

vallada, que produce sensación de miedo y peligro por la noche.

De Montorra a Buzkantz hay un tramo muy estrecho, de doble dirección para los

vehículos, sin accesibilidad para peatones.

En la calle Buzkantz, enfrente de la “Casa del Opus” hay otro “callejón del terror”,

muy estrecho, entre muros y con algunas zonas de huertas.

El resultado de estas observaciones se plasmó en una serie de propuestas y

medidas correctivas planteadas por las mujeres para traducirse en intervenciones


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urbanísticas y actividades de gestión con vistas a mejorar los puntos delicados

detectados.

Propuestas a integrar en el Plan General o en otros procesos

de diseño y gestión urbana

En este apartado se plantean algunas propuestas y medidas prácticas para mejorar

los puntos negros detectados y conseguir diseños urbanos más seguros, así como

para orientar las intervenciones a desarrollar en el futuro PGOU de cara a conseguir

una ciudad más igualitaria.

Estas propuestas de mejora se han planteado en base a los cuatro grandes

apartados en que se han estructurado los puntos negros identificados en los

itinerarios y recorridos urbanos realizados.

1. Barrios o zonas residenciales dispersas

Los entornos degradados, las calles que no reúnen condiciones ya sea porque son

oscuras o con poca iluminación, porque tienen barreras arquitectónicas

infranqueables, recovecos o puntos ciegos, porque existe un tráfico intenso en

ellas, porque carecen de aceras, etc., se convierten en desagradables y la gente,

especialmente las mujeres, dejan de usarlos, de estar y transitar por ellos,

reduciéndose de esta forma las relaciones sociales y los encuentros fortuitos, por lo

que terminan convirtiéndose en lugares inhóspitos y desiertos en determinados

momentos, especialmente por la noche. Un círculo vicioso que se retroalimenta,

pues cuanta menos gente, menos control social de la calle por la vecindad o

distintos usuarios, convirtiéndose cada vez más en lugares peligrosos por donde se

deja de transitar, se pasa deprisa o bien se evitan porque producen temor o

sensación de miedo caminar por ellos, o hacerlo solas.


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Se trataría en este caso de analizar las condiciones de acceso y seguridad en las

zonas segregadas del continuo urbano y las mejoras que se pueden conseguir en

calidad de vida mediante actuaciones puntuales de reforma urbana, asociadas a las

propuestas del nuevo Plan General de Ordenación Urbana.

Hay muchos elementos del diseño urbano que pueden contribuir a la creación de

entornos amables y agradables y, por tanto, a incrementar la sensación de

seguridad. Por ejemplo, se pueden plantear mejoras en la calidad urbana mediante

la integración de elementos arquitectónicos de calidad, tratamiento y

pavimentación de calles, ampliación de aceras, buen alumbrado, mobiliario urbano,

arbolado y vegetación, tráfico calmado, etc., para transformar la imagen general de

los distintos entornos urbanos y conseguir de esta manera favorecer el uso y

disfrute por parte de la vecindad y mitigar la sensación de incomodidad y des-

ubicación que produce una ciudad segregada, dispersa o hecha a “trozos”.

Esto significa que a la hora de diseñar hay que tener en cuenta las actividades y

horarios que tienen lugar en los distintos ambientes o entornos urbanos (tejido

industrial, centros educativos, comercios, actividades culturales…) también los

distintos tipos de usuarios (trabajadoras/es, estudiantes, niños y niñas, personas

mayores…) y adecuar las soluciones en función de estas variables y características.


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Diseñar estructuras que permitan desplazarse andando hasta los distintos

equipamientos cotidianos, significa que pueda desarrollarse una vida muy diferente

a la que propician las estructuras urbanas pensadas sobre todo para facilitar

trayectos mayoritarios en modos de motorizados.

Las intervenciones, por tanto, tienen que dirigirse a incrementar la calidad de los

distintos enclaves, planteando mejoras en los barrios periféricos para que todos

tengan vida propia, y con los servicios básicos mínimos, para contrarrestar la

atracción del centro. Se trata de conjugar y combinar ordenadamente las distintas

actividades que tienen lugar en estos entornos con la actividad vecinal, pensando

en el confort, la utilidad, la accesibilidad y la vitalidad para que todos ellos resulten

atractivos y susceptibles de ser usados y transitados.

Es decir diversificar los usos, promoviendo la mayor actividad posible en el espacio

público y estimulando la creación de control vecinal espontáneo para conseguir

espacios urbanos más seguros.

Se pueden estudiar también soluciones puntuales de acceso y comunicación a

puntos especialmente mal ubicados, como puede ser el caso del edificio de Buenos

Aires que cuenta con una posibilidad de acceso civilizado a través del barrio de

Goieta.


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Otra posibilidad sería combinar estas zonas vulnerables con actividades

entremezcladas (localización de comercio, bares, restaurantes, paradas de bus,

merenderos y zonas de recreo infantil en el pinar colindante, o junto a éste, entre

otras muchas) con el fin de generar vitalidad en las calles que mantienen a

personas fuera a diferentes horas y facilitan que la gente, sobre todo las mujeres,

transiten y se muevan por donde deseen, sin sentir temor y sin tener que depender

de otras personas.

2. Acceso a equipamientos y zonas escolares

Las causas de la inseguridad urbana son muchas y están interconectadas. Se

manifiestan en el entorno físico, casi siempre en espacios públicos abiertos:

parques, calles, plazas, pero también en espacios privados (edificios y viviendas) y

en los medios de transporte y sus paradas. En el contexto urbano, la inseguridad o

la sensación de inseguridad puede ser el resultado también de una inadecuada

gestión, que tiene como consecuencia la existencia de espacios públicos poco

apropiados y acondicionados para los distintos tipos de usuarios (decadencia y

abandono, inaccesibilidad, dificultades para la interacción, segregación urbana y

social..) o bien la carencia de servicios e instalaciones básicas (alumbrado,

mobiliario urbano, puntos de información, cabinas de teléfono, paradas de

autobús..). Quiere ello decir que a la seguridad urbana le atañen tanto el diseño

físico como ambiental, pero también los aspectos sociales.

En este caso, se trataría de solucionar los problemas evidentes de accesibilidad, en

buenas condiciones, a los equipamientos básicos como Centros educativos, Campo

de Fútbol, Residencia de Mayores o Casa de la Cultura, entre otros, mediante la

formulación, por ejemplo, de un proyecto de diseño urbano completo para tratar de

ordenar y adecuar los accesos a la zona escolar en su conjunto y la eliminación de

barreras arquitectónicas pensando en las personas con discapacidad y las personas

con dificultades de movilidad.


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Otras alternativas de mejora en el caso de los escolares serían los estudios o

proyectos de diseño de áreas de juego infantil, de puntos de encuentro cotidianos,

como por ejemplo puntos de recogida de niños y niñas de la escuela. También

puede tratarse de un Plan de accesibilidad de centros educativos que contemple el

diseño de itinerarios peatonales seguros para los escolares, apoyado o

complementado con participación ciudadana para abrir el debate sobre movilidad y

accesibilidad, un tema que suscitó enorme interés en el proceso participativo del

PGOU.

La búsqueda del equilibrio entre peatones y vehículos trae consigo un

replanteamiento del espacio público. Hasta ahora, el peligro del tráfico ha sido

asumido por la sociedad sin debate alguno, permitiendo la primacía del tráfico

rodado en la ciudad, limitando sobremanera la libertad de movimiento y la

autonomía de colectivos como niños y niñas, personas mayores y personas con

discapacidad. Por ello, es importante replantear la actual jerarquía de las vías de

tráfico intenso por la ciudad mediante tratamientos adecuados de las vías rápidas,

segregando en la medida de lo posible el tráfico urbano de paso de los

desplazamientos obligados de la vecindad y sus distintos usuarios, con el fin de

evitar que impacten sobremanera en su vida diaria.


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Las actuaciones del PGOU deben recoger una visión amplia de la seguridad,

integrando la necesidad de conseguir barrios seguros no sólo para los residentes o

para ciertos colectivos, sino extender esta necesidad a todas las situaciones y

edades. En este sentido, se debe restar primacía al automóvil ya que se trata de

uno de los elementos que más inseguridad genera en el espacio público.

Otros elementos como garajes, ascensores, soportales y portales oscuros y con

obstáculos en los mismos (columnas, recovecos, rejas..) así como escaleras,

lugares cerrados y estancos son otra fuente de inseguridad que caracteriza a los

espacios privados. El diseño de los bloques de viviendas o edificios, de las zonas

comunes y de los tránsitos, igualmente pueden contribuir a generar seguridad, que

siempre se basa en la presencia de los demás, en la posibilidad de ver y ser vista,

de que te oigan en un momento de apuro, o de que un observador/a “accidental”

actúe frente a un acto delictivo que se está cometiendo.

Con frecuencia, el acceso a muchas viviendas, sobre todo las de bloques con

espacios comunes, tienen recorridos complejos donde no está clara la ubicación del

portal o cómo llegar a las escaleras o a la puerta de entrada y salida del edificio,

cuando la legibilidad del espacio, es decir saber dónde estás y hacia dónde te

diriges es una cuestión esencial para apropiarse del espacio y sentirse segura. Por

ello, cuidar estos aspectos en el diseño de espacios privados es fundamental para

crear seguridad y sensación de seguridad en los mismos.

Las soluciones de diseño en este ámbito podrían incluirse, por ejemplo, en los

pliegos de condiciones técnicas de los concursos públicos de promociones de

viviendas tanto públicas como privadas, exigiendo criterios de visibilidad,

transparencia, claridad, accesibilidad, luminosidad, etc., en las nuevas

construcciones y edificaciones de diverso tipo.

3. Calles y cantones de comunicación transversal

Se trata sobre todo de un problema de diseño urbano y mantenimiento

pormenorizado que eviten le sensación de abandono en estas vías, muy centrales y


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utilizadas constantemente por distintos tipos de usuarios. Hay soluciones de diseño

que pueden mejorar la sensación de seguridad y control visual en estos tramos,

que se caracterizan por ser cortos y con una situación muy céntrica. Las

actuaciones deben evitar al máximo los recovecos, muros y callejones mal

alumbrados, priorizando la integración de elementos como ventanas en las

fachadas traseras de edificios de viviendas y otros espacios físicos de las

edificaciones (patios de luz, zonas ajardinadas, patios traseros) que posibiliten la

vigilancia y el control vecinal de las zonas próximas a sus viviendas o residencias.

En algunos enclaves, y en determinadas calles, la variedad de necesidades es

evidente y las condiciones de accesibilidad varían también de un lugar a otro. Estas

necesidades plantean dificultades diversas e importantes desafíos de diseño, por lo

que las soluciones habrán de adaptarse a las peculiaridades y características

específicas de cada uno de ellos, teniendo en cuenta los distintos tipos de usuarios

y usuarias que los utilizan y frecuentan.

Habrá que pensar, por tanto, en personas con dificultades para caminar y moverse,

en jóvenes y niños cuando se planteen intervenciones con respecto a desniveles,

anchura de calles y aceras, intensidad de tráfico, alejamiento de zonas poco

transitadas, por lo que en algunas de éstas habrá que insistir más en el tema de la

seguridad que en otras y, en cualquier caso, ajustar y aplicar el diseño concreto de

cada lugar.

Los cantones y callejones pueden asegurarse incluyendo farolas, bancos para

sentarse a descansar y charlar, escalones amplios, barandillas, etc., es decir

tratando de eliminar en ellos cuantas barreras arquitectónicas sea posible y

favoreciendo el encuentro en ellos.


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4. Rincones y zonas arboladas asociadas al paso del río por la ciudad

Estas zonas tienen una solución a los posibles problemas de inseguridad en la

definición del paseo fluvial que está formulado por el PGOU y que ha sido

demandado igualmente en el proceso participativo realizado con anterioridad en el

municipio. Las soluciones que se propongan, tienen que enfocarse atendiendo no

sólo a los aspectos urbanísticos y ambientales, sino también a los aspectos sociales,

considerando siempre a los grupos más débiles (niños y mayores) pero sin perder

la calidad de espacios verdes y respetando los elementos existentes.

Las experiencias desarrolladas para conseguir ciudades más seguras, sostenibles y

habitables ponen de manifiesto que las ciudades más prósperas y florecientes se

caracterizan por tener parques y espacios abiertos, limpios y atractivos, calles y

barrios con vitalidad y con posibilidad de establecer contactos personales e

interacciones sociales de los que sus habitantes se enorgullecen y sobre los que

tienen un sentimiento de pertenencia y propiedad.

Por ello, las actuaciones de mejora deberán dirigirse a mantener el atractivo de

estos espacios públicos, combinando siempre la recuperación de los mismos con la

revitalización de las actividades que tienen lugar en ellos. Como afirman algunos


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expertos8: un espacio público es bueno cuando en él ocurren muchas actividades no

indispensables, cuando la gente sale al espacio público con un fin en sí mismo, a

disfrutarlo.

En opinión de este experto, una ciudad saludable debe reunir unas características

que propicien el encuentro de unos con otros, porque la gente necesita estar con

gente, ver gente para lograr un desarrollo pleno y equitativo.

En definitiva, de lo que se trata es de plantear y enfocar el diseño urbano teniendo

en cuenta las actividades y a los diferentes grupos de usuarios en las soluciones

que finalmente se planteen. Esto es, diseñar los espacios públicos desde su valor de

uso como espacios para la convivencia y disfrute de los mismos, que posibiliten la

creación de vínculos entre las diferentes comunidades urbanas (J. Jacobs, 1962) y

permitan la observación y la vigilancia colectiva, que es la mejor forma de

garantizar la seguridad urbana.

5. El acceso a las zonas rurales

El acceso a las zonas rurales mejoraría con actuaciones a consensuar con los

caseríos y residentes en estas áreas. Existen actuaciones de referencia apreciadas

por las participantes consistentes en la construcción de pequeñas aceras que hagan

posible el acceso a pie o en bicicleta y la utilización de estos paseos para la

actividad física por parte del resto de la ciudad, así como la mejora de los caminos

o “atajos” de acceso y regreso cotidianos a los barrios con sistemas de señalización

que incluyan información básica y referencias de ubicación clara entre zonas rurales

y urbanas.

Como consideración general, la calidad del centro urbano, bien iluminado y

mantenido, se pierde a medida que nos alejamos esta zona. Es natural, pero habría

que hacer un esfuerzo de diseño urbano en las zonas periféricas como reto para los

próximos años.

8 Jan Gehl. “La humanización del espacio urbano. La vida social entre edificios. Colección Estudios Universitarios de Arquitectura. 2006.


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La iluminación en las zonas más periféricas está muy volcada al tráfico vial y se

presentan algunos puntos de clara mejora. Rediseñar e intervenir en estos espacios

aplicando o imitando, en la medida de lo posible, el diseño de los espacios que

suelen resultar más gratos a la comunidad local, como el centro urbano,

reemplazando pavimentos degradados, desconchadas fachadas, aceras estrechas y

carreteras con prioridad de tráfico motorizado por entornos cuidadosamente

diseñados y mantenidos con materiales de calidad, buena iluminación, bancos,

vegetación, alineaciones con arbolado, sendas peatonales, carril bici, etc.) que

complementen la arquitectura y señas de identidad del pueblo, contribuirá a crear

espacios más acogedores y entrañables que inviten al tránsito y despierten el

interés por el encuentro y el uso frecuente de los mismos, que es la mejor forma de

garantizar la seguridad urbana.

Otro aspecto a tener en cuenta es la integración de las antiguas carreteras que

siguen teniendo este carácter pese a que el tráfico de paso ya está desviado por la

nueva variante. Una actuación importante en este sentido sería la transformación

de estas carreteras en calles y paseos urbanos que revitalicen los sectores por

donde discurren a la vez que se potencia y fomenta el tránsito peatonal.

Este es un tema crucial desde el punto de vista no sólo de la seguridad, sino de la

calidad uniforme del espacio público en todo Elorrio, que va más allá de la ubicación

de badenes o guardianes dormidos para el mínimo control de la velocidad y la

evitación de accidentes graves. Se trata de plantear diseños bien pensados y

atractivos que permitan ir andando o en medios alternativos (bicicletas) a la

mayoría de los equipamientos cotidianos y posibiliten la apropiación del espacio por

la ciudadanía y mejorar la calidad de los distintos núcleos de población. Las dos

vías que se han detectado como problemáticas en este proceso son la carretera de

Arrasate-Mondragón y la calle Goieta.

Como síntesis de todo lo anterior, decir que no existen recetas únicas para

garantizar y resolver el problema de la seguridad urbana. La complejidad que rodea

al tema, al estar enraizados temas sociales, culturales, urbanísticos, ambientales y

económicos, no aconseja soluciones parciales. Por ello, el papel de la vecindad en

general, y en particular el de las mujeres, y su implicación en la búsqueda de


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soluciones, resulta crucial. Esto supone conceder mayor protagonismo a la

comunidad local en el diseño de su ciudad y en los asuntos que le conciernen y

también un compromiso político para corregir las deficiencias detectadas y definir

prioridades para implementar el proceso de mejora y transformación de la ciudad,

cuyo resultado será siempre un entorno urbano de mayor calidad, más bello y

atractivo, más cómodo y más seguro para todas y todos.


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5. EL MAPA DE LA CIUDAD PROHIBIDA DE ELORRIO


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6. PROGRAMA DEL TALLER

Viernes, 16 de enero de 2009

SALON DE ACTOS, CASA DE LA CULTURA ITURRI

19:00h-19:30h

Presentación y marco de la jornada

Metodología de trabajo

Equipo técnico de Gea21

19:30h-20:30h

Trabajo en grupo: Ejercicio de reflexión e ideas sobre los espacios de la ciudad

• Identificación de espacios “prohibidos”

• Localización de “puntos negros” en el plano de la ciudad

20:30h-21:00h

Trabajo en plenario: Puesta en común del trabajo en grupo

• Conclusiones de los grupos

21:00h

Despedida y cierre de la jornada

Sábado, 17 de enero de 2009

11:00h-13:30h

Trabajo en grupo: Reportaje fotográfico de los lugares que han sido identificados en

el taller como “puntos negros”.


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El Mapa de la Ciudad Prohibida - elorrio.eus · Con el objetivo de realizar el Mapa de la Ciudad...

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