El Misterio de Cristo - Watchman Nee

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    El m is t e r io de Cr i s to

    CONTENIDO

    1. El misterio de Cristo2 . El Cuerpo de Cristo3 . La diferencia entre ser un creyente y ser un miembro4 . El suministro del Cuerpo5 . La proteccin, la limitacin y el ministerio del Cuerpo6 . La autoridad en el Cuerpo7. La uncin del Cuerpo8 . El orden en el Cuerpo9 . El principio del Cuerpo10 . Las riquezas del Cuerpo11.El ministerio del Cuerpo

    PREFACIO

    Este libro se compone de los mensajes que dio Watchman Nee en Shanghai en

    1939 acerca del misterio de Cristo. El contenido es el producto de la recopilacin

    de las notas tomadas por K. H. Weigh.

    CAPITULO UNO

    EL MISTERIO DE CRISTO

    Lectura bblica: Ef. 3:4-6; Jn. 12:32; Lc. 12:50-52

    EL M ISTER IO ESCONDIDO POR LA S EDADES

    En Efesios 3:4-6 Pablo habla de su conocimiento en el misterio de Cristo. Este

    misterio no se dio a conocer a los hijos de los hombres en otras generaciones.

    Los hombres de la antigedad no supieron acerca del misterio que Dios revel a

    Pablo, el cual consiste en que judos y gentiles llegan a ser un solo y nuevo

    hombre en Cristo Jess. Este es el Cristo corporativo, la iglesia. El versculo 6 es

    un versculo muy valioso. La palabra copartcipes se refiere al nuevo hombre

    de Efesios 2:15. El nuevo hombre est en contraste con el viejo hombre. Aunque

    hay muchos individuos en este mundo, slo hay un solo viejo hombre. De la

    misma forma, aunque hay muchos cristianos, slo existe un nuevo hombre: la

    iglesia.

    U N S O L O Y N U E V O H O M B R E

    A fin de poder entender lo que es el nuevo hombre, primero debemos entenderlo que es el viejo hombre. El viejo hombre es el hombre que Dios cre y que cay

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    por el pecado. Todo el que est en Adn, no slo es pecador delante de Dios,

    sino tambin el viejo hombre. Cuando el pecador, el viejo hombre, escucha el

    evangelio, cree en Cristo y es salvo, llega a ser un nuevo hombre. No slo llega a

    ser un nuevo hombre a un nivel individual, sino que se une a todos los dems

    cristianos, quienes a su vez constituyen un solo y nuevo hombre corporativo.Efesios 1 habla de la iglesia como el Cuerpo de Cristo; el captulo dos, de la

    iglesia como el nuevo hombre; el captulo tres, del misterio de Cristo; el captulo

    cuatro, de la manera de edificar el Cuerpo de Cristo; el captulo cinco, de la

    responsabilidad de la iglesia, y el captulo seis, de la guerra espiritual que libra

    la iglesia. La cumbre de la obra de Dios es la iglesia, la cual es el nuevo hombre.

    Dios nos salva a fin de que lleguemos a ser un nuevo hombre en Cristo.

    Existe una gran falla entre los cristianos hoy, la cual es que todos quieren ser

    cristianos individuales. Desean ser buenos y tener celo; quieren sentarse a

    escuchar buenos sermones. En pocas palabras, todos quieren ser cristianos en

    su individualidad. Pero Dios no desea que seamos simplemente buenos

    individuos. El anhela tener un vaso corporativo que destruya a Satans y logre

    Su plan. Dios no quiere que Sus hijos estn esparcidos como un montn de

    granos de arena. El quiere que los cristianos se unan para conformar un nuevo

    hombre corporativo.

    QUE ES EL NUEVO HOM BR E?

    Efesios 2 dice que Dios cre un nuevo hombre de dos grupos de personas, perono nos dice cmo es el nuevo hombre. Segn Colosenses 3:10-12, el nuevo

    hombre se renueva hasta el pleno conocimiento, segn la imagen del que lo

    cre. En el nuevo hombre no hay griego ni judo, circuncisin ni incircuncisin,

    brbaro ni escita, esclavo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. En el

    nuevo hombre las distinciones no tienen absolutamente ninguna importancia;

    uno es el nuevo hombre o no es nada. En la esfera del nuevo hombre ser griego o

    judo no tiene ninguna validez. El nuevo hombre es simplemente Cristo. La

    naturaleza del nuevo hombre es Cristo. En el nuevo hombre Cristo lo es todo y

    est en todos. Hasta podemos atrevernos a decir que Cristo es la iglesia y que laiglesia es Cristo, porque todo lo que hay en el nuevo hombre, la iglesia, no es

    otra cosa que Cristo. El nuevo hombre est constituido exclusivamente de Cristo

    mismo.

    LA IGLES IA ES CR IS TO

    Puesto que la naturaleza del nuevo hombre, la iglesia, es Cristo, podemos decir

    que la iglesia es Cristo. Veamos dos pasajes. En Lucas 12:50-51 el Seor dijo:

    De un bautismo tengo que ser bautizado ... Pensis que he venido para dar paz

    en la tierra? Os digo: No, sino ms bien divisin. Por qu dijo esto el Seor? El

    dijo esto porque antes haba dicho que echara fuego sobre la tierra. Este fuego

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    es el fuego de la vida de Dios. Esto significa que derramara Su vida sobre la

    tierra para que todos los que en El creyeran fueran regenerados y recibieran la

    vida de Dios. Sin embargo, esto slo poda cumplirse despus de Su bautismo, el

    cual se relaciona con Su crucifixin. Juan 12 revela que la iglesia se produce por

    medio de la muerte y la resurreccin de Cristo. El es el grano de trigo que cayen la tierra, muri y produjo en Su resurreccin muchos granos, los cuales son

    la iglesia. En estos dos pasajes podemos ver que la iglesia es producida por la

    vida de Cristo. Por medio de Su muerte y resurreccin, El verti Su vida y la

    imparti a los creyentes. Entonces estos creyentes son unidos para as constituir

    la iglesia.

    L A IGLES IA ES EL CR IS TO CO R POR A TIV O

    En el Nuevo Testamento hay dos maneras de ver a Cristo. Por una parte, El es

    Jesucristo, el nazareno; ste es el Cristo individual. Por otra parte, El es Cristo yla iglesia, el Cristo corporativo. En 1 Corintios 12:12 se hace alusin al segundo

    aspecto de este modo: Porque as como el cuerpo es uno, y tiene muchos

    miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos son un solo

    cuerpo, as tambin el Cristo. Nada que no sea parte de Cristo puede ser la

    iglesia. Slo hay algo en el cristiano que forma parte de la iglesia: Cristo. La

    iglesia es el Cristo corporativo. En la iglesia slo existe Cristo. En la reunin del

    partimiento del pan, la porcin del pan que partimos tambin representa el

    Cuerpo de Cristo, la iglesia. La iglesia no es algo que se aade a Cristo, sino lo

    que procede de Cristo.

    Hoy en da hay divisiones entre los hijos de Dios debido a que hay diferentes

    organizaciones, puntos de vista, conceptos, gustos, preferencias y doctrinas.

    Pero a los ojos de Dios la iglesia es indisoluble. Todas estas diferencias son

    exclusivamente externas; no son diferencias de la realidad intrnseca de la

    iglesia. La iglesia es la composicin de todos los creyentes con Cristo. Ella es el

    Cristo corporativo. Cuando todos los santos se unen en Cristo, se obtiene la

    iglesia. Puesto que hay un solo Cristo, solamente puede existir una sola iglesia.

    Por lo tanto, la iglesia es indivisible e indisoluble.

    CAPITULO DOS

    EL CUERP O DE CRISTO

    Lectura bblica: Ef. 3:4-6; Col. 3:4-11; Ro. 12:3-5

    LA IGLES IA CO M O CU ER PO DE CR IS TO

    En este mensaje hablaremos sobre el Cuerpo de Cristo. En el Nuevo

    Testamento, Pablo fue el nico apstol que us la expresin el Cuerpo de Cristo

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    para referirse a la iglesia. En otros pasajes del Nuevo Testamento, la iglesia es

    llamada el templo de Dios, la casa de Dios, etc. Pero Pablo dijo especficamente

    que la iglesia es el Cuerpo de Cristo. El tema que tratamos no es cmo llegar a

    ser hijos de Dios o cmo llegar a ser cristianos. Estamos hablando de la manera

    en que la iglesia viene a ser el Cuerpo de Cristo. Podemos decir que la iglesia esCristo en una forma diferente. Cristo era el Hijo unignito de Dios. Ahora ha

    venido a ser el Primognito. Cristo, junto con todos los dems hijos, la iglesia,

    conforma el Cuerpo nico. No existen individuos en la iglesia; en ella slo est

    Cristo. Todo lo que procede de Cristo constituye la iglesia. La iglesia proviene

    exclusivamente de Cristo, y est perfectamente unida a Cristo. No hay necesidad

    de que un cristiano haga algo ni que cambie en algo a fin de poder estar en

    Cristo. Si un hombre es regenerado, est en Cristo y viene a ser parte del Cuerpo

    de Cristo.

    EL CUERPO DE CRIS TO SE R ELACIONA CON LA VIDA

    La iglesia como Cuerpo de Cristo se relaciona estrechamente con la vida. La

    iglesia como Cuerpo de Cristo no es una doctrina, sino un asunto de vida. Un

    hombre no puede llegar a ser parte del Cuerpo de Cristo solamente por tener

    entendimiento al respecto. El viene a ser parte del Cuerpo de Cristo por medio

    de la regeneracin. Esto es un asunto exclusivamente de vida; no tiene nada que

    ver con doctrinas ni con conocimiento. Como cristianos, necesitamos

    desesperadamente ver el Cuerpo de Cristo. Pero la nica manera de ver el

    Cuerpo de Cristo es recibir una revelacin de parte de Dios. No podemosentender el Cuerpo de Cristo con nuestra mente. Aun si tenemos todo el

    conocimiento acerca del Cuerpo de Cristo, es posible que no hayamos visto ni

    tocado la realidad del Cuerpo. Slo aquellos que han recibido una revelacin de

    parte de Dios pueden ver el Cuerpo de Cristo, y solamente ellos podrn entrar

    en la realidad del Cuerpo.

    Romanos 12 nos dice que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, pero no dice de qu

    manera la iglesia llega a serlo. A fin de entender cmo llega la iglesia a ser el

    Cuerpo de Cristo, necesitamos entender los captulos del cinco al ocho deRomanos. El captulo cinco nos dice que todos los hombres se encuentran

    unidos a Adn y que la vida del hombre se deriva de Adn. Por causa de la cada

    de Adn, todos los hombres han venido a ser pecadores y se han unido al viejo

    hombre. El captulo seis nos dice que el viejo hombre debe llegar a su fin, debe

    ser crucificado con Cristo. Por medio de la redencin que Cristo efectu,

    morimos y resucitamos. El captulo siete dice que el hombre no debe vivir

    conforme a la carne, sino segn el Espritu. El captulo ocho pasa a explicar

    cmo podemos vivir conforme al Espritu.

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    EL CUER PO DE CR IST OES LA CONS UM ACION DE LA OBR A DE LA CRUZ

    La consumacin de la obra de la cruz es la iglesia. La obra de la cruz abarca

    hasta el Cuerpo de Cristo y tiene como consumacin el Cuerpo de Cristo. Por

    consiguiente, el conocimiento de la cruz nos lleva al conocimiento del Cuerpo deCristo. La cruz conduce al hombre a un estado de debilidad e incapacidad, en el

    que pierde toda esperanza en la vieja creacin. Cuando llega a este punto, es

    verdaderamente librado de la vieja creacin y es introducido en la nueva

    creacin. Todo lo que pertenece a la vieja creacin qued condenado y

    terminado por la cruz. El Cuerpo de Cristo es la nueva creacin y no tiene nada

    que ver con la vieja creacin. Si recurrimos a mtodos, tcticas y recursos

    humanos (los cuales tal vez utilizbamos antes) para resolver los asuntos de la

    iglesia, el resultado ser un desastre. Dios no aprueba nada que provenga de la

    vieja creacin, ni permitir que nada de la vieja creacin permanezca en lanueva creacin. Todo lo que sea de la vieja creacin, debe pasar por la cruz y

    quedarse all. La iglesia no recibe beneficio alguno de lo que proviene del viejo

    hombre. La iglesia slo recibe lo que procede de Cristo.

    Cuando el hombre cay, cay por causa de sus conceptos, preferencias y juicios.

    Por eso, Dios no permitir que predomine nada que provenga de la vieja

    creacin. La determinacin del hombre natural debe ser quebrantada; debe ser

    herido en el encaje de su muslo. Para someterse a Dios el hombre primero tiene

    que quedar lisiado y estrellarse contra el suelo. Esto es lo que Dios est llevandoa cabo en la nueva creacin. El est poniendo fin a todo lo que sea de la vieja

    creacin, y nos est constituyendo de todo lo que procede de Cristo para que

    lleguemos a ser el Cuerpo de Cristo en la prctica. Hace doce aos pude ver, en

    Filipenses 3, Romanos 5 y Juan 5, la maldad que hay en la carne del hombre.

    Durante siete meses tuve temor de iniciar cualquier accin, porque saba que

    todo lo que proviene de la carne es rechazado por Dios. Dios quiere despojar al

    hombre de todo lo que proviene de su carne. Los hijos de Dios deben, en primer

    lugar, poner fin a su vida natural. Si lo hacen, espontneamente estarn en el

    Cuerpo, porque el Cuerpo de Cristo se compone de todo lo que procede deCristo. Nada de lo que pertenezca al viejo hombre puede permanecer en el

    Cuerpo. Una vez que el hombre pasa por la experiencia de Romanos 58, puede

    entrar en la experiencia de Romanos 12.

    En la actualidad la iglesia est dividida porque los cristianos viven en la esfera

    incorrecta. Los cristianos no viven en la nueva creacin ni en la realidad del

    Cuerpo de Cristo. Solamente viven en la superficialidad de las doctrinas, lo cual

    pertenece a la vida natural del hombre y es parte de la vejez del hombre. Si

    todos los cristianos estuviesen dispuestos a ser terminados, a abandonar las

    cosas naturales y a dejar atrs la vieja creacin, y si cada uno de ellos estuviese

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    dispuesto a vivir en la realidad del Cuerpo de Cristo, no habra ms divisiones.

    Que el Seor tenga misericordia de nosotros para que podamos ver lo que es el

    Cuerpo de Cristo. Que la obra de la cruz nos introduzca en el Cuerpo de Cristo.

    CAPITULO TRES

    LA DIF ERE NCIA ENTR E

    SER UN CREYENTE Y SER UN MIEM BRO

    Lectura bblica: Ef. 3:3-6; 4:15-16; Col. 3:10-11; Ro. 12:4-5; 1 Co. 12:4-16, 20,

    26

    En los dos mensajes anteriores vimos que la iglesia es el Cristo corporativo, y

    tambin vimos que a fin de conocer el Cuerpo de Cristo, tenemos que poner fin

    a nuestra vida natural.

    EL CUERPO DE CR ISTO ES LA EXPR ESION DE CRISTO

    Qu es el Cuerpo de Cristo? El Cuerpo de Cristo es la continuacin de la vida de

    El sobre la tierra. Cuando Cristo vino y vivi en la tierra, se expres por medio

    de Su cuerpo. Hoy El sigue necesitando un cuerpo para poder expresarse. De la

    misma forma que un hombre necesita de un cuerpo para expresar todo lo que

    es, Cristo necesita un cuerpo para poder expresarse. La funcin del Cuerpo es

    ser la plena expresin de Cristo. As como no podemos manifestar nuestra

    personalidad por medio de un solo miembro de nuestro cuerpo los odos, laboca, los ojos, las manos o los pies, Cristo tampoco puede manifestar Su

    personalidad por medio de un solo miembro de Su Cuerpo. Se requiere de todo

    Su Cuerpo para manifestarlo a El. Debemos ver que todo lo relacionado con

    Cristo se expresa por medio de Su Cuerpo. Pero esto no es todo. El Cuerpo de

    Cristo es la extensin y la continuacin de Cristo sobre la tierra. El pas ms de

    treinta aos sobre la tierra en los cuales se revel a S mismo. El hizo esto como

    el Cristo individual. Ahora El se revela por medio de la iglesia. Este es el Cristo

    corporativo. Antes, Cristo se expresaba individualmente; ahora se expresa

    corporativamente.

    EL CUERPO DE CRIS TO ES EL V ASO CORPOR ATIVOQUE CUM PLE EL PLAN DE DIOS

    Dios desea un vaso corporativo, no un vaso individual. No se trata de escoger a

    unos cuantos cristianos que tengan celo y sean consagrados, a fin de que

    trabajen para El a un nivel individual. Los vasos individuales no pueden cumplir

    ni la meta ni el plan de Dios. Dios escogi la iglesia, y ella es Su meta. Slo la

    iglesia, que es el Cristo corporativo, puede alcanzar la meta de Dios y cumplir Su

    plan.

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    Observemos nuestro cuerpo humano. Ningn miembro de nuestro cuerpo

    puede actuar independientemente. Es imposible que un cuerpo dependa

    completamente de una mano o de una pierna. Sin embargo, si el cuerpo llega a

    perder un miembro, quedar incompleto. El Cuerpo de Cristo est compuesto

    de todos los creyentes. Cada creyente es un miembro del Cuerpo de Cristo y esindispensable.

    El Cuerpo de Cristo es una realidad, y tambin lo es la vida de iglesia. La Palabra

    de Dios no dice que la iglesia es como el Cuerpo de Cristo; dice que la iglesia es

    el Cuerpo de Cristo. Nada externo puede llegar a formar parte de nuestro cuerpo

    fsico. Podemos vestir nuestro cuerpo, pero el vestido no puede llegar a formar

    parte de nuestro cuerpo. Nada que proceda de nosotros podr jams llegar a

    formar parte del Cuerpo de Cristo, porque en el Cuerpo de Cristo Cristo es el

    todo, y en todos (Col. 3:11). Todo lo de nosotros que no sea parte de Cristo,

    estorba el conocimiento interior que podamos tener del Cuerpo de Cristo. El

    pecado nos impide ver a Cristo, y la vida natural nos impide ver el Cuerpo.

    Todos debemos ver cul es nuestra posicin en el Cuerpo de Cristo. Si

    verdaderamente vemos nuestra posicin en el Cuerpo, ser como si furamos

    salvos por segunda vez.

    La vida admica es individualista e independiente. Aunque todos los que estn

    en Adn participan de la misma vida, no existe ninguna comunin entre ellos. A

    pesar de que todos cometemos pecados, cada cual toma su propio camino.

    Todos los que estn en Adn viven como individuos separados. En Cristo, todo

    aquello que es individualista queda excluido. Si deseamos conocer la vida del

    Cuerpo, debemos ser librados no slo de nuestra vida pecaminosa y nuestra vida

    natural, sino tambin de nuestra vida individualista. Todo elemento de

    individualismo debe desaparecer porque nada individualista puede alcanzar la

    meta de Dios.

    LA DIFE R EN CI A EN T R ES E R U N M I E M B R O Y S E R U N CR I S T I A N O

    El Nuevo Testamento nos muestra que existe una diferencia entre ser un

    miembro y ser un cristiano. Ser cristiano denota una persona individual,

    mientras que ser un miembro hace referencia a una entidad corporativa. Uno es

    cristiano para s mismo, pero uno es miembro para el beneficio del Cuerpo. En

    la Biblia hay muchas expresiones que tienen significados opuestos, tales como la

    pureza y la inmundicia, lo santo y lo comn, la victoria y la derrota, el Espritu y

    la carne, Cristo y Satans, el reino y el mundo, y la gloria y la vergenza. Todos

    estos son trminos opuestos. De igual forma, el Cuerpo est en contraposicin

    con el individuo. As como el Padre es contrario al mundo, el Espritu a la carne,

    y el Seor al diablo, de la misma forma el Cuerpo es lo opuesto al

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    individualismo. Una vez que uno ve el Cuerpo de Cristo, es librado del

    individualismo y ya no vive para s, sino para el Cuerpo. Al ser librados del

    individualismo, espontneamente estamos en el Cuerpo.

    El Cuerpo de Cristo no es una doctrina sino un mbito. No es una enseanza,

    sino una vida. Muchos cristianos procuran ensear la verdad acerca del Cuerpo,

    pero pocos conocen la vida del Cuerpo. El Cuerpo de Cristo es una experiencia

    que se tiene en una esfera totalmente diferente. Es posible que alguien conozca

    todo el libro de Romanos y aun as no ser justificado. De manera semejante, un

    hombre puede conocer con mucho detalle todo el libro de Efesios, sin haber

    visto el Cuerpo de Cristo. No necesitamos conocimiento, sino revelacin, para

    comprender la realidad del Cuerpo de Cristo y para entrar en la esfera del

    Cuerpo. Solamente una revelacin de parte de Dios nos puede introducir en la

    esfera del Cuerpo, y slo entonces, el Cuerpo de Cristo llegar a ser nuestra

    experiencia.

    En Hechos 2 parece como si Pedro estuviese predicando el evangelio solo, y que

    tres mil personas hubieran sido salvas por intermedio de l. Pero debemos

    recordar que los otros once apstoles estaban de pie junto con l. El Cuerpo de

    Cristo estaba predicando el evangelio; sta no era la predicacin de un solo

    individuo. Si tenemos la visin del Cuerpo, veremos que el individualismo no

    nos conducir a ningn lado.

    Si nos damos cuenta de que como cristianos no somos ms que miembros,dejaremos de ser orgullosos. Todo depende de nuestra visin. Los que logran

    ver que son miembros, ciertamente tienen muy en alto el Cuerpo y honran a los

    dems miembros. No se limitarn a ver sus propias virtudes, sino que estarn

    dispuestos a estimar a los dems como mejores que ellos mismos.

    Cada miembro tiene una funcin, y todas las funciones benefician al Cuerpo. La

    funcin de un miembro es la funcin de todo el Cuerpo. Cuando un miembro

    hace algo, todo el cuerpo lo hace. Cuando la boca habla, todo el cuerpo est

    hablando. Cuando las manos trabajan, todo el cuerpo est trabajando. Cuandolas piernas caminan, todo el cuerpo est caminando. No podemos separar a los

    miembros del cuerpo. Por lo tanto, las actividades de los miembros del Cuerpo

    deben redundar en el bien del Cuerpo. Todo lo que los miembros hagan debe

    beneficiar al Cuerpo. Efesios 4 dice que el Cuerpo est creciendo hasta la

    estatura de un hombre plenamente maduro. No dice que los individuos crecen

    hasta llegar a ser hombres plenamente maduros. En el captulo tres la capacidad

    de conocer el amor de Cristo y de comprender la anchura, la longitud, la altura y

    la profundidad de El, se obtiene con todos los santos. Nadie puede conocer ni

    comprender solo. Un individuo no tiene el tiempo ni la capacidad deexperimentar el amor de Cristo de esta manera.

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    En 1 Corintios 12:14 al 36 habla de dos conceptos errneos que pueden tener los

    miembros: (1) Porque no soy ... no soy del cuerpo (v. 15). Esto es

    menospreciarse a s mismo y codiciar la funcin de otros. (2) No te necesito (v.

    21). Esto es ser orgulloso y pensar que uno puede incluirlo todo,

    menospreciando as a los dems. Ambos conceptos son nocivos para el Cuerpo.No debemos tratar de imitar a otros miembros ni codiciar su funcin. Si

    evitamos esto, no nos desanimaremos ni nos daremos por vencidos al ver que

    no podemos ser como ellos. Al mismo tiempo, no debemos menospreciar a otros

    miembros creyndonos mejores y ms tiles.

    CONS CIENT ES DEL CUERPO

    En la vida de iglesia, debemos aprender a estar conscientes del Cuerpo. Cuando

    tenemos problemas con otros hermanos, esto indica, sin lugar a dudas, que

    tenemos problemas con Dios. Algunos cristianos son como las mariposas, queactan independientemente. Otros son como las abejas, que viven y trabajan

    juntas. La mariposa vuela de flor en flor, siguiendo su propio camino, pero las

    abejas trabajan para la colmena. La mariposa vive y acta individualmente, pero

    la abeja tiene conciencia colectiva. Todos debemos, como las abejas, tener una

    conciencia colectiva, para poder convivir con otros miembros en el Cuerpo de

    Cristo. Cuando hay una revelacin del Cuerpo, hay conciencia del mismo, y

    cuando hay conciencia del Cuerpo, todo pensamiento y accin individual

    quedan descartados automticamente. Al ver a Cristo somos libres del pecado, y

    al ver el Cuerpo somos libres del individualismo. Ver el Cuerpo y ser libres delindividualismo no son dos cosas separadas, sino una sola. Una vez que vemos el

    Cuerpo, nuestra vida y nuestra obra como individuos cesan. No es asunto de

    cambiar de actitud ni de comportamiento; de esto se encarga la revelacin. No

    podemos entrar en el mbito del Cuerpo por otro medio que no sea la

    revelacin. Una visin interior autntica resuelve todos los problemas.

    CAPITULO CUATRO

    EL SUMINISTRO DEL CUERP O

    Lectura bblica: Ef. 3:3-6; 2:15; Col. 3:10-11; 1 Co. 12:20-21; Ro. 12:3-6

    LA N ECE S IDA D DEL S UM IN IS T R O DEL CU ER PO

    Todo cristiano debe saber que simplemente es un miembro del Cuerpo. Si no

    cuenta con los dems miembros, no sobrevivir. En el Cuerpo todos los

    miembros deben estar perfectamente unidos para llegar a ser el Cuerpo. Todos

    los miembros del Cuerpo se relacionan mutuamente y no pueden separarse el

    uno del otro. Entre los miembros debe haber una relacin y una suministracinmutua, pues slo as podrn sobrevivir. Si el cristiano lleva una vida

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    independiente, tarde o temprano se debilitar y se secar. Si soy una oreja, no

    puedo ver y ni siquiera debo tener la esperanza de ver por mi propia cuenta.

    Todo el cuerpo depende exclusivamente de los ojos para poder ver, y no importa

    cunto oremos, jams podremos lograr que los dems miembros tengan vista. Si

    soy una oreja, qu debo hacer si quiero ver algo? Debo acudir a los ojos a unhermano o hermana que tenga vista y buscar ayuda. Para progresar en el

    Seor, debemos reconocer el suministro que El puso en el Cuerpo y

    abastecernos del mismo. El Cuerpo en su totalidad se edifica por la

    interdependencia entre los miembros.

    Cuando estuve en el sudeste de Asia, tuve una conversacin con algunos

    hermanos y hermanas. Alguien me pregunt: Por qu no estoy lleno de vida

    como antes? No he cometido ningn pecado especfico del cual est consciente,

    y tampoco he desobedecido al Seor de ninguna forma. Tampoco he retirado mi

    consagracin ni he cambiado de parecer en cuanto al dinero que le he ofrecido a

    El. Aparentemente, no he tenido ningn cambio en mi condicin espiritual.

    Pero, por qu no soy el mismo que era antes? Siento que he perdido el gozo y la

    vitalidad que una vez tuve. Le respond: La razn es que has vivido encerrado

    en ti mismo demasiado tiempo. Debes entrar en la vida del Cuerpo. Para que

    un miembro tenga una vida normal, debe recibir el suministro de los dems

    miembros. Si un hombre no vive en el Cuerpo de Cristo, no recibe la

    suministracin del Cuerpo. Ningn miembro puede decir que no necesita a los

    dems, ni puede separarse de los dems para vivir aisladamente.

    Romanos 12:3 dice: Que no tenga ms alto concepto de s que el que debe

    tener. No debemos tener un concepto demasiado elevado de nosotros mismos

    ni debemos pensar que otros son inferiores. No debemos menospreciar ni

    rechazar a otros miembros del Cuerpo. Pedro pensaba que todos los miembros

    podan caer y fallar, pero l no. Sin embargo, cuando vino la prueba fracas

    igual que todos. Aquellos que tienen un concepto elevado de s mismos y

    menosprecian a los dems miembros, tarde o temprano terminarn en

    problemas. En el Cuerpo de Cristo cada creyente es un miembro, y nada ms

    que un miembro. Por lo tanto, ningn miembro puede vivir sin los dems, ymucho menos menospreciarlos.

    L A IN T ER CE S ION DE LOS M IEM B R OS

    Muchos hemos tenido la experiencia de que cuando estamos secos y no vemos

    cmo seguir adelante, necesitamos que otros hermanos y hermanas intercedan

    por nosotros para que podamos proseguir. En una ocasin estuve enfermo

    durante ciento setenta y seis das. Yo oraba por mi salud todos los das, pero

    nada suceda. Cuando me cans de orar, le ped a un hermano del cual no tena

    muy alto concepto, que orara por m. Para m sorpresa, recib ayuda con su

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    intercesin, y me recuper en poco tiempo. El hermano Holz es muy conocido

    por su vida de oracin. Cuando l era misionero en China, con frecuencia le

    peda a un hermano joven que orara con l. An si el joven no tena nada que

    decir, le era de mucha ayuda cuando el joven se sentaba con l en el cuarto.

    Hermanos y hermanas, recuerden que sta es la provisin del Cuerpo. Lasuministracin del Cuerpo de Cristo es una realidad. Usted nunca podr

    progresar en muchas cosas, no importa cunto se esfuerce. Pero una vez que

    traiga el asunto al Cuerpo, el problema quedar resuelto. En esto consiste el

    suministro del Cuerpo de Cristo.

    En los aos posteriores a 1930, muchos experimentaron el derramamiento del

    Espritu Santo en diferentes lugares de China, en especial en la provincia de

    Shantung. Para entonces yo ya llevaba diez aos de haber sido salvo. Deseaba

    experimentar el derramamiento, pero no lo consegua. Ms tarde, fui a Chefoo y

    les ped a los hermanos y hermanas que oraran por m. No pas mucho tiempo

    cuando recib el derramamiento. Haba un hermano en Inglaterra que tena el

    conocimiento de la victoria en Cristo, pero no haba podido vencer cierto

    pecado. Algunos hermanos y yo oramos por l, y logr vencer. Podra mencionar

    docenas de ejemplos que muestran el resultado de la intercesin del Cuerpo. La

    oracin del Cuerpo proporciona el suministro de vida a los miembros que tienen

    necesidad. Dios imparte Su suministro de vida a Sus miembros por medio de

    muchos otros miembros. Si el dedo necesita el suministro de la sangre, tiene que

    recibirlo por medio del hombro y del brazo. De igual manera, como miembros

    del Cuerpo, recibimos nuestro suministro por medio de los dems miembros.

    Por tanto, es absurdo tratar de separarnos de los dems miembros.

    VIVIM OS EN EL CUERPO DE CRIS TO

    Qu son los ojos, los odos, las manos y los pies? Son Cristo mismo. La Cabeza

    es Cristo, y el Cuerpo tambin es Cristo. Cada miembro es parte de la vida de

    Cristo. Cada vez que rechazo la ayuda de otros miembros, rechazo la ayuda de

    Cristo. Si no reconozco que necesito a los dems miembros, niego por ende que

    necesito a Cristo. As como no puedo ser independiente de la Cabeza, tampocopuedo serlo del Cuerpo. El individualismo es abominable a los ojos de Dios. Lo

    que yo no sepa, otro miembro del Cuerpo lo sabr; lo que no vea, otro miembro

    lo ver; lo que no pueda hacer, otro miembro podr hacerlo. Por lo tanto, debo

    permitir que los dems miembros suplan mis necesidades. Debemos

    beneficiarnos constantemente de la comunin del Cuerpo, pues es nuestra

    misma vida.

    En el Antiguo Testamento estar fuera de la comunin era el castigo ms severo

    que poda sobrevenir a los hijos de Israel. Ser cortado de entre su pueblo, era

    la sentencia. Esto es algo muy serio. Si Dios tuviese la intencin de que

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    viviramos como individuos, podramos perfectamente progresar estando

    separados el uno del otro. Pero El nos puso como miembros de Su Cuerpo, y por

    lo tanto, es imposible que crezcamos estando separados el uno del otro.

    Todos necesitamos ver la realidad del suministro que hay en el Cuerpo de Cristo

    y tambin tenemos que aprender a vivir en el Cuerpo y a recibir la

    suministracin del Cuerpo. En el Antiguo Testamento, el candelero estaba

    situado en el santuario. Para que un hombre pudiera ver la luz, deba entrar en

    el santuario. En el Nuevo Testamento el santuario es la iglesia. Si un hombre

    quiere ver la luz, debe venir a la iglesia. En las reuniones de la iglesia y entre los

    hermanos y hermanas, la luz de Dios es mucho ms intensa que en los

    individuos. Hoy en da el santuario de Dios es la iglesia; Dios mismo mora en la

    iglesia. Por consiguiente, Su luz est en la iglesia. Un hombre puede recibir luz

    slo si viene a la iglesia. Todo lo que Cristo tiene est en Su Cuerpo. Slo un

    hombre necio podra decir que puede ser un cristiano solitario. Tarde o

    temprano, todos los cristianos individuales se secarn. Mientras vivamos en el

    Cuerpo, recibiremos su suministro, no importa cul sea nuestra condicin.

    Todos los miembros deben aprender a valorar la suministracin del Cuerpo y a

    estimar a cada miembro. Todos necesitamos aprender a vivir en el Cuerpo, bajo

    el suministro del Cuerpo.

    CAPITULO CINCO

    LA PROTECCION, LA LIM ITACIONY EL MINI STERIO DEL CUERPO

    Lectura bblica: Ef. 3:3-6; 2:15

    LA PR OTECCION DEL CU ER PO

    Ya vimos que la iglesia es el Cuerpo de Cristo. El Cuerpo proporciona el

    suministro a todos los miembros. Adems, este Cuerpo tambin brinda

    proteccin a cada miembro. Esto es especialmente importante cuando hablamos

    de la guerra espiritual. Efesios es un libro que trata de manera especfica el temadel Cuerpo de Cristo. En el captulo seis vemos que la guerra espiritual se

    relaciona con la iglesia, no con los individuos aisladamente. No dice: vstete,

    sino vestos de toda la armadura de Dios. Satans no teme a los individuos,

    pero s teme a la iglesia. Sobre esta roca edificar Mi iglesia; y las puertas del

    Hades no prevalecern contra ella (Mt. 16:18). Debemos hacerle frente a

    Satans sobre la base del Cuerpo. Incluso en nuestras oraciones privadas,

    debemos mantenernos firmes por la fe sobre la base del Cuerpo. Muchos

    cristianos caen delante del enemigo por estar solos. De hecho, al estar solos,

    invitamos los ataques de Satans.

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    Debemos recordar que la armadura espiritual slo la puede llevar la iglesia, no

    los individuos. El Cuerpo de Cristo se pone toda la armadura de Dios. En el

    Cuerpo cada miembro tiene su especialidad, y todas estas especialidades

    combinadas conforman la armadura de Dios en su totalidad. Si un hermano

    tiene fe, tiene el escudo de la fe. Si otro hermano tiene la palabra de Dios, tienela espada del Espritu. La armadura de Dios es la totalidad de cada una de las

    especialidades de los miembros. Por lo tanto, la iglesia se pone toda la

    armadura, no los individuos. La batalla espiritual involucra a todos los

    miembros; no es una batalla de individuos aislados. Un solo rbol puede ser

    arrasado fcilmente por un huracn, pero no es tan fcil arrasar todo un bosque.

    A Satans le gusta escoger como blanco de sus ataques a aquellos que estn al

    descubierto. El busca a las personas que estn solas y aisladas de los dems.

    Quienes estn bajo la proteccin del Cuerpo sern preservados. Una de las

    funciones del Cuerpo de Cristo es proteger a todos los miembros. Todos

    necesitamos la cobertura del Cuerpo; de otra forma estaremos constantemente

    expuestos a los ataques del enemigo. Un individuo separado est propenso a ser

    engaado, as que por esta razn tambin necesitamos la cobertura del Cuerpo.

    Debemos consultar constantemente con nuestros hermanos. No slo debemos

    reconocer que necesitamos al Cuerpo en un sentido general, sino que tambin

    debemos acudir a nuestros hermanos y hermanas de manera especfica, y

    pedirles ayuda.

    El Cuerpo de Cristo es una realidad, no una doctrina ni una teora. La

    proteccin del Cuerpo tambin es una realidad, no una doctrina.

    Inmediatamente despus de ser salvo, le en la Biblia acerca de llevar la cruz.

    Pensaba que si memorizaba los versculos sobre dicho tema, estara llevando la

    cruz, y que si los olvidaba, estara dejando de llevar la cruz. Despus descubr

    que llevar la cruz no tiene nada que ver con nuestra memoria. Nuestra memoria

    meramente retiene la doctrina. Si las palabras del Seor son vida para nosotros,

    nada podr evitar que llevemos la cruz. No importa si recordamos las palabras o

    no, en tanto que sean vida para nosotros, ya habrn venido a ser una ley de vida

    en nosotros, y no un simple precepto legal. Lo mismo se aplica al Cuerpo de

    Cristo; es una ley de vida. Una vez que experimentemos esta vida, estaremos

    bajo la operacin de la ley de vida, y descubriremos que la proteccin del Cuerpo

    es una realidad y no una ley externa.

    Los soldados se esconden en trincheras para protegerse durante una batalla. No

    pueden sacar la cabeza y hacerla visible, pues esto sera peligroso. Lo mismo se

    aplica a nuestra batalla espiritual. Ningn miembro debe estar solo, y ningn

    miembro debe exponer su cabeza. Somos miembros del Cuerpo y necesitamos la

    proteccin de los dems hermanos y hermanas. Cuando Moiss alz sus manos

    para orar por los israelitas, necesit la ayuda de Aarn y Hur. Con la ayuda deellos, los israelitas prevalecieron contra los amalecitas. Si un hombre tan fuerte

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    como Moiss necesit la ayuda de sus hermanos, cunto ms necesitamos

    nosotros a nuestros hermanos? Muchos hacen cosas sin consultar ni orar con

    los hermanos y hermanas. Desconocen la proteccin que se tiene en el Cuerpo, y

    el resultado de esto no es otra cosa que fracaso. Todos necesitamos ver la

    realidad de la proteccin del Cuerpo, escondernos bajo dicha proteccin yaceptar su salvaguardia.

    Esta es la diferencia entre uno que tiene la revelacin del Cuerpo y uno que no la

    tiene: el que conoce el Cuerpo meramente como una verdad, puede buscar el

    consejo y la cobertura del Cuerpo, pero lo har como una mera diplomacia, y no

    como un asunto de vida. Si se acuerda de esto, lo har, pero despus podr

    olvidarse. El que ha visto la realidad del Cuerpo y ha entrado por experiencia en

    la esfera del Cuerpo, no tiene la posibilidad de olvidarse. Su manera de actuar

    basndose en el principio del Cuerpo es algo espontneo, puesto que es su vida.

    L A L IM ITA CI ON DEL CU ER PO

    Si usted no es ms que un creyente, puede actuar como quiera, pero si es un

    miembro del Cuerpo, entonces debe permitir que los dems miembros lo

    limiten. Es aqu donde vemos cunto necesitamos la cruz. La cruz nos conduce

    al Cuerpo y opera en la esfera del Cuerpo. Si yo soy rpido y otro es lento, no

    debo insistir en marchar a mi propio paso; debo dejarme limitar por el miembro

    ms lento. Si soy profeta, entonces debo dar paso al evangelista cuando se trate

    de predicar el evangelio a los que no son salvos. No debo sentir la necesidad depredicar simplemente porque tenga el don de profeca. A cada uno de nosotros

    fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo (Ef. 4:7). Es esencial

    para el desarrollo del Cuerpo que cada uno de nosotros reconozca cul es su

    medida y no trate de sobrepasarla. Este es un requisito bsico para el

    crecimiento del Cuerpo.

    El Cuerpo de Cristo no slo constituye una proteccin para los miembros, sino

    tambin una limitacin. El cristiano es un solo miembro del Cuerpo de Cristo y

    debe aceptar la limitacin del Cuerpo. No debemos permitirnos hacer lo quequeremos, sino que debemos aprender a compenetrarnos con los dems

    hermanos y hermanas. Ni la manera de ser del individuo ni sus peculiaridades

    tienen cabida en la iglesia. Cada miembro debe honrar los talentos de los dems

    y ser fiel usando el suyo. Adems, cada miembro debe conocer su propia

    capacidad y no tener un concepto ms elevado de s que el que debe tener. Si

    todos hacen esto, no habr envidias, ni ambicin ni deseo de hacer lo que otros

    hacen. En 2 Corintios 10:14 Pablo dijo: Porque no nos hemos extralimitado,

    como si no llegsemos hasta vosotros. Sin embargo, muchos no han visto su

    propia capacidad y, como resultado, sobrepasan su lmite. Aquellos que se

    extralimitan, pisotean a otros, los patean, los presionan y usurpan la porcin de

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    otros miembros. Si los miembros actan as en la iglesia, algunos comenzarn a

    monopolizar, mientras que otros comenzarn a retraerse. Esto perjudicar a

    toda la iglesia. No debemos obrar de esta manera. Debemos volvernos y ocupar

    nuestro lugar en el Cuerpo, y dejarnos limitar por el Cuerpo. Si hacemos esto, el

    Cuerpo ser preservado y no sufrir dao.

    EL MIN ISTER IO DEL CUERPO

    La comunin en el Cuerpo no slo incluye recibir ayuda de los dems miembros,

    sino tambin prestar ayuda a otros miembros. El Cuerpo funciona en

    mutualidad. La mutualidad caracteriza al Cuerpo. Aunque se ministre desde el

    plpito, lo que se comparte nunca debe dirigirse en una sola direccin. El

    plpito necesita de la ayuda de la congregacin, tanto como sta necesita de la

    ayuda del plpito. Ser un mero espectador o un oidor es contrario a la vida del

    Cuerpo. Todos los cristianos deben participar en la reunin y suministrar algo alos dems miembros. Esta clase de suministracin es el ministerio y la funcin

    de los miembros. Tambin es la comunin que se tiene en vida. Ningn

    miembro debe salirse de esta comunin. Si usted detiene esta comunin, el fluir

    de vida se detendr, y usted se convertir en una carga para el Cuerpo. Si

    alguien piensa que no tiene que decir nada, que ser aprobado y que no causar

    ningn problema siempre que reciba de los dems de una manera silenciosa y

    respetuosa, no sabe lo que es el Cuerpo de Cristo. Cada miembro debe

    suministrar algo al Cuerpo, tener comunin y ejercer su funcin en el Cuerpo.

    Esta es una ley que opera en el Cuerpo. En el cuerpo fsico ninguno de losmiembros puede dejar de funcionar sin que cause un gran perjuicio a todo el

    cuerpo. Esto tambin se aplica al Cuerpo de Cristo.

    En la reunin de la iglesia cada miembro debe funcionar segn lo gue el

    Espritu Santo. En 1 Corintios 14:26 dice: Qu hay, pues, hermanos? Cuando

    os reuns, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene enseanza, tiene revelacin ...

    hgase todo para edificacin. A pesar de esto, muchos vienen a la reunin como

    espectadores. Ellos son una carga pesada para el Cuerpo. El Seor les dijo a los

    fariseos que si los discpulos de El no se regocijaban y alababan al Seor congran clamor, las piedras clamaran. No funcionar en las reuniones es anormal y

    no le agrada al Seor. Cada vez que usted venga a una reunin, debe entrar en la

    comunin. Debe haber un fluir de vida en cada miembro. Si usted no tiene esta

    comunin, entorpece la vida de Dios y trae muerte a la reunin. Frecuentemente

    he preguntado a los que vienen a la reunin del partimiento del pan, si vienen

    como espectadores o si vienen para tener comunin. Todos los que entorpecen

    la vida de Dios, no slo traen muerte a la reunin, sino tambin sobre s

    mismos. Con qu contribuye usted a los dems miembros cuando se rene la

    iglesia?

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    Si un miembro deja de funcionar, no slo los dems miembros sufren prdida,

    sino que tambin l mismo se empobrece. Yo me enriquezco abasteciendo a los

    dems. Cuando sacio la sed de otros, sacio mi propia sed. Es igual que la

    experiencia del Seor con la mujer, que se narra en Juan 4. El Seor tena sed,

    pero Su sed fue saciada cuando El saci la sed espiritual de la mujer. Cuando losdiscpulos llegaron con la comida, el Seor les dijo: Yo tengo una comida que

    comer, que vosotros no sabis (v. 32). El recibi Su suministro al proveer algo a

    la otra persona. Cada vez que tratamos de satisfacernos a nosotros mismos,

    quedamos con hambre. Pero cuando satisfacemos a otros, somos alimentados.

    Cuando llevamos las cargas de otros, nuestra propia carga se hace liviana.

    Muchos se quejan de que esta o aquella reunin no estuvo buena. No se dan

    cuenta de la clase de actitud que ellos han trado a la reunin. Cada vez que

    dejamos de funcionar, impedimos que fluya la vida de Dios. Al acudir a la

    reunin, tenemos que abrir nuestra boca, manifestar la vida y participar en el

    ministerio del Cuerpo. Una vez estuve predicando en un lugar y la reunin

    estaba muy muerta. Pero una hermana ayud mucho con su respuesta a mis

    palabras. Ella deca amn a lo que yo deca, y con la expresin de su rostro

    indicaba que estaba recibiendo mis palabras. Por su respuesta positiva, tuve

    ms libertad y la palabra de Dios tambin pudo fluir libremente.

    Que el Seor nos muestre que todos tenemos parte en la reunin. No es

    suficiente que hablemos acerca del Cuerpo; tenemos que expresar el Cuerpo en

    nuestro vivir. El Cuerpo de Cristo no es una doctrina, sino una realidad, una

    realidad vital. Dios desea que entremos en la vida del Cuerpo, y no slo que

    tengamos la doctrina al respecto. Recibimos la vida del Cuerpo, no una doctrina

    acerca del Cuerpo. Martn Lutero no recibi la doctrina de la justificacin por la

    fe, sino la vida de la justificacin por la fe. Como consecuencia, su ministerio fue

    poderoso. La justificacin de la cual hablaba no era una doctrina, sino una

    realidad en vida. En la actualidad, todos debemos recibir la revelacin de la

    realidad del Cuerpo, y entrar en la vida del mismo. Entonces veremos que

    somos miembros del Cuerpo de Cristo, que necesitamos la proteccin y la

    limitacin del Cuerpo, y que necesitamos funcionar en el Cuerpo y abastecer alos dems miembros a fin de que la vida pueda fluir en el Cuerpo sin ningn

    impedimento.

    CAPITULO SEIS

    LA AUTORIDAD EN EL CUERP O

    Lectura bblica: Ef. 1:22; 2:15; 3:3-6; 4:15-16; Col. 2:19; 3:10-11

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    LA A UT OR IDA D DEL CU ER PO R EPOS A EN LA CA B EZ A

    La Biblia nos dice de manera enftica que Cristo es la Cabeza. Un da Dios

    reunir todo lo que hay en el universo bajo Cristo como cabeza. En la actualidad

    el universo no est sometido a la autoridad de Cristo como cabeza, y por eso

    todo est en confusin. Pero llegar el da en que Dios reunir todas las cosas

    bajo la autoridad de Cristo como cabeza. Dios ha ordenado que Cristo ejerza su

    funcin como cabeza sobre todas las cosas, pero primero debe ejercerla en la

    iglesia, y luego, por medio de la iglesia, ejercer Su autoridad como cabeza,

    sobre todas las cosas. Hoy en da, Cristo es la Cabeza de la iglesia. Finalmente,

    El sujetar como cabeza todas las cosas. La iglesia es el medio que Dios usa para

    agrandar a Cristo, y este agrandamiento continuar hasta llenar todo el

    universo. La iglesia es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Ef. 1:23).

    Si Cristo no llega a ser la Cabeza de la iglesia, no podr ser cabeza del universo.

    Cul es el significado de que Cristo sea la Cabeza de la iglesia y que la iglesia

    sea el Cuerpo de Cristo? Significa que toda autoridad est en El. Toda la

    autoridad est en El debido a que toda la vida est en El. El Cuerpo tiene su

    consumacin en El; El es el manantial de la vida del Cuerpo. El Cuerpo no tiene

    vida propia. Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida est en Su Hijo (1 Jn.

    5:11). Aun despus de que la vida eterna nos es dada, sta sigue reposando en Su

    Hijo. El Hijo no se separa de Su vida; El la retiene. El que tiene al Hijo, tiene la

    vida (v. 12). Este versculo no dice: El que tiene la vida, tiene la vida. Ninguno

    de nosotros posee la vida como tal; es slo poseyendo al Hijo como tenemos lavida. El creyente recibe su vida del Seor. Pero esta vida jams puede separarse

    del Seor. El creyente no se relaciona simplemente con la vida. Al relacionarse

    con la vida, el creyente se relaciona con el Hijo. Esta vida es la que nos hace

    miembros del Cuerpo de Cristo. Puesto que nuestra vida procede de El, la

    relacin de vida desecha la posibilidad de que podamos separarnos de El como

    nuestra cabeza. El fluir de la vida que haya en nosotros depende de nuestra

    continua relacin con el Hijo. Tan pronto tengamos alguna obstruccin en

    nuestra relacin con El, la vida en nosotros se estancar. El es la Cabeza del

    Cuerpo, y la vida puede fluir libremente a nosotros solamente cuando El asumetodo el control.

    LOS M IEM B R OS ES TA N S UJ ETOSA LA A UTOR IDA D DE L A CA B EZ A

    El poder por el cual sobrevivimos proviene de Cristo. Es por eso que no

    podemos hacer nada independientemente. El Seor es nuestra nica Cabeza, y

    solamente El tiene la autoridad de dirigir los movimientos de los miembros de

    Su Cuerpo. En esta edad en la que hay carencia de ley, cualquier sugerencia con

    respecto a la necesidad de autoridad es rechazada; pero a fin de poder entender

    la vida del Cuerpo y entrar en ella, debemos conocer la autoridad de la Cabeza.

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    Mi mano no puede hacer nada sin la direccin de mi cabeza. La cabeza debe dar

    rdenes para que los miembros se muevan. Cristo es la vida del Cuerpo y

    tambin es la autoridad del mismo. Todos los movimientos de los miembros de

    Su Cuerpo deben estar bajo Su direccin. Puesto que Cristo es la Cabeza, El

    tiene la autoridad del Cuerpo. Nosotros no somos la Cabeza, ni tampocotenemos la autoridad. Lo nico que debemos hacer es someternos a la autoridad

    del Seor. Si procuramos conocer la vida del Cuerpo, surge la pregunta: Nos

    postramos ante la autoridad absoluta del Seor? Desde el mismo comienzo

    seremos confrontados con la autoridad de Cristo como cabeza. No podemos

    decir: Pero... ni: Me parece que... Lo nico que podemos hacer es

    humillarnos ante Su soberana. Debemos darnos cuenta de que si deseamos ser

    miembros del Cuerpo no podemos ser la Cabeza. No podemos dar rdenes ni

    escoger ni aun desear. La Biblia dice que nosotros debemos seguir al Seor.

    Qu significa seguir al Seor? Seguir significa ir en pos. El Seor es quien

    decide nuestro camino. Nosotros no tenemos derecho alguno para hacer nuestra

    propia eleccin. El nico deber del Cuerpo para con la Cabeza es obedecer y

    someterse sin objeciones ni ideas propias ni sugerencias. En el Cuerpo de Cristo

    no cuenta ninguna idea ni ninguna propuesta que provenga de los individuos;

    debemos desecharlas todas y someternos nicamente a la autoridad de la

    Cabeza. Todos debemos simplemente escuchar Sus rdenes y hacer lo que El

    ordena.

    Aceptar a Cristo como cabeza incluye repudiar todas las dems cabezas. Cristo

    solo es la Cabeza del Cuerpo; nadie ms puede serlo. Ni usted, ni nadie, puede

    ser la Cabeza en la iglesia, porque slo puede haber una Cabeza en el Cuerpo; no

    puede haber dos cabezas. Slo Cristo es la Cabeza. Por consiguiente, todos

    tenemos que obedecer a Cristo. Hoy vemos que en la iglesia abundan muchos

    mtodos y preceptos humanos. Cun errado es esto! Los planes y las decisiones

    humanas son contrarios a la autoridad de Cristo como Cabeza. Pero si Cristo es

    la Cabeza, entonces no me atrever a agradarme a m mismo ni a los dems;

    debo procurar agradarle solamente a El. Dios le ha hecho Seor y Cristo (Hch.

    2:36). Observe que Dios no le ha hecho Salvador sino Seor. Pablo primero vio a

    Cristo como su Seor y luego como su Salvador. Cuando fue detenido en el

    camino a Damasco, su primera pregunta fue: Quin eres, Seor? (9:5). Cristo

    es la nica Cabeza de la iglesia; no hay ninguna otra cabeza. Si verdaderamente

    deseamos vivir en el Cuerpo de Cristo, tenemos que aprender a someternos a la

    autoridad del Seor Jess. Todos los que no pueden someterse, y que estn

    siempre expresando sus opiniones y sus sugerencias, insistiendo en ser ellos la

    cabeza, no han visto el Cuerpo. Una vez que uno se d cuenta de que

    simplemente es un miembro del Cuerpo, tendr sin duda dentro de s el deseo

    de ser sumiso, ya que la sumisin es una ley natural del Cuerpo.

  • 8/2/2019 El Misterio de Cristo - Watchman Nee

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    A S IDOS A LA CA B EZ A

    Pablo dijo: Asindose de la Cabeza, en virtud de quien todo el Cuerpo,

    recibiendo el rico suministro y siendo entrelazado por medio de las coyunturas y

    ligamentos, crece con el crecimiento de Dios (Col. 2:19). Puesto que Cristo es la

    Cabeza del Cuerpo, tenemos que asirnos a la Cabeza. Asirnos a la Cabeza

    significa reconocer que Cristo es la Cabeza; es someternos completamente a Su

    autoridad. Slo podemos unirnos a los hermanos y hermanas cuando nos

    asimos a la Cabeza. Los miembros del Cuerpo se entrelazan mutuamente y

    pueden experimentar la vida del Cuerpo al asirse de Cristo, la Cabeza. La

    relacin que tengamos con la Cabeza determina nuestra relacin con los dems

    miembros. Todas las preguntas en cuanto a la relaciones con los hermanos y

    hermanas pueden resolverse cuando nos sometemos a la autoridad absoluta del

    Seor. Si no reconocemos la autoridad de Cristo como Cabeza del Cuerpo,

    nunca tendremos una relacin perfecta con los dems miembros, pues la

    relacin que tenemos en comn con El es la que nos permite relacionarnos unos

    con otros. Quizs tengamos diferencias externas, pero el Cristo que mora en

    nosotros es el mismo. Esta es la razn por la cual podemos tener comunin unos

    con otros y ser uno. Aparte de Cristo, es imposible tener comunin. Cuando no

    nos asimos a la Cabeza, nuestra comunin queda anulada. La base de nuestra

    relacin radica en nuestra accin de asirnos mutuamente a la Cabeza. Cuando

    todos nos asimos a la Cabeza, nos aferramos los unos a los otros, y nuestra

    relacin con el Cuerpo ser apropiada.

    Si nos aferramos a la Cabeza, no podremos mantener una relacin, sentimiento

    ni comunin especial con ningn individuo o grupo de individuos. Nuestras

    preferencias no tienen cabida en el Cuerpo. No podemos tener una comunin

    directa entre nosotros; todo debe llevarse a cabo por medio de la Cabeza. Por

    ejemplo, cuando mi mano izquierda me duele, mi mano derecha viene

    inmediatamente en su ayuda. La mano derecha hace esto, porque tanto la mano

    izquierda como la derecha estn bajo la direccin de la cabeza. La relacin

    mutua entre los miembros pasa primero por la Cabeza. Qu significa formar

    partidos? Significa que algunos cristianos tienen una relacin directa entre s yse han separado de la autoridad de la Cabeza. Se comunican entre ellos

    directamente, pero su comunicacin no pasa por la Cabeza. Tienen una relacin

    especial entre ellos, pero su relacin no pasa por la Cabeza.

    No debemos realizar ningn movimiento en relacin con otros miembros, que

    no sea dirigido por el Seor. Si El nos pide hacer algo por otro miembro, y ste

    no lo agradece, no nos preocupamos puesto que solamente damos cuenta ante la

    Cabeza. Si nos asimos a la Cabeza, recibiendo toda nuestra direccin de El, y

    hacemos todo como para El, no debemos preocuparnos por las consecuencias.

  • 8/2/2019 El Misterio de Cristo - Watchman Nee

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    Si nos asimos a la Cabeza, no podemos tener interpretaciones diferentes acerca

    de la Escritura. Las diferencias se originan cuando alguien no se aferra a la

    Cabeza, porque no es posible que El le diga algo a un miembro y otra cosa a

    otro. Si surgen diferencias, no debemos tratar de arreglar las cosas por el

    camino de la discusin; debemos simplemente reconocer a Cristo como Cabeza.En la iglesia todos debemos aferrarnos a la Cabeza, ya sea en lo relacionado con

    el entendimiento de la verdad, la administracin de los negocios, o cualquier

    otro asunto. Cristo es la nica autoridad en el Cuerpo. A los miembros les

    corresponde asirse a la Cabeza y reconocer a Cristo como la autoridad nica y

    suprema sobre todas las cosas. Si permitimos que la cruz ponga fin a nuestra

    vida natural, no encontraremos ninguna dificultad en relacionarnos con los

    dems miembros del Cuerpo.

    CAPITULO SIETE

    LA UNCION DE L CUER PO

    Lectura bblica: 1 Jn. 2:27; Lc. 3:22; 4:18; Ef. 4:1-10; 30-32; Sal. 133

    La Biblia nos muestra que la uncin de Dios slo se da a quien satisface

    totalmente el corazn de Dios, a saber: Su Hijo, Cristo. Si tal es el caso, por

    qu, entonces, el Cuerpo recibe la uncin? El salmo 133 nos dice que el buen

    leo se verti sobre la cabeza de Aarn y descendi por la barba hasta el borde

    de sus vestiduras. Cuando un hombre es ungido, el leo se le derrama sobre la

    cabeza, no sobre todo el cuerpo. Pero al verterse el leo, ste desciende y fluye

    por todo el cuerpo. Puesto que la Cabeza es Cristo, el Ungido, tambin el Cuerpo

    es Cristo. Cristo es el Ungido de Dios. La iglesia es Su Cuerpo. Cuando Cristo fue

    ungido, todo el Cuerpo fue ungido juntamente con El. Cristo es el gran Ungido,

    mientras que nosotros los miembros somos los pequeos ungidos. En todo caso,

    no somos ungidos aparte de El; fuimos ungidos en Su Cuerpo, es decir, en

    Cristo, cuando El fue ungido. Es imposible que seamos ungidos solos, porque la

    Biblia [hablando del aceite de la uncin] dice: Sobre carne de hombre no ser

    derramado (Ex. 30:32). De modo que somos ungidos en Cristo.

    L A CO N DICI ON PA R A S ER UN GIDOSE S Q U E EL H O M B R E N A T U R A L S E A S E P U L T A DO

    Lucas 3:22 nos dice lo que sucedi despus de que el Seor fue bautizado en el

    ro Jordn. Y descendi el Espritu Santo sobre El en forma corporal, como

    paloma, y vino una voz del cielo que deca: T eres Mi Hijo, el Amado; en Ti me

    he complacido. Lucas 4:18 dice: El Espritu del Seor est sobre M, por

    cuanto me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. En estos

    versculos vemos que el Seor fue ungido con el Espritu Santo en el ro Jordncuando sali de las aguas del bautismo. Gnesis 8 cuenta que despus del

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    uncin es la enseanza del Espritu Santo. El Espritu nos ensea por medio de

    la uncin. Jams podremos conocer la voluntad de Dios estudiando y

    analizando los puntos a favor y en contra de algn tema. Slo podemos conocer

    la voluntad de Dios por medio de la uncin. El Espritu Santo es quien nos da a

    conocer la mente de Cristo. No tenemos que preguntarnos constantemente:Es sta la voluntad de Dios? porque nosotros tenemos la mente de Cristo (1

    Co. 2:16). Cuando la Cabeza desea que uno de los miembros acte, se lo

    comunica por medio de la uncin, y a medida que nosotros nos rendimos a la

    uncin, la vida fluye libremente desde la Cabeza. Cuando nos resistimos a la

    uncin, entorpecemos la relacin que tenemos con la Cabeza, y el fluir de vida se

    detiene. Muchos creyentes no perciben la direccin del Seor porque no estn

    sometidos a la Cabeza. La uncin no viene directamente sobre el Cuerpo, sino

    sobre la Cabeza. Los creyentes slo pueden recibir la uncin que fluye desde la

    Cabeza y se extiende por el Cuerpo, cuando estn directamente sometidos a la

    Cabeza.

    La uncin es muy fina y apacible. La enseanza del Espritu Santo no es tosca ni

    brusca. No sopla sobre nosotros como el viento ni nos quema como el fuego,

    sino que como el aceite, nos unge. Es as como el Espritu nos ensea.

    Dondequiera que est el aceite, all estar Dios actuando. Su obra no depende de

    palabras ni de interpretaciones bblicas ni de razonamientos ni de juicios

    respecto a lo bueno y lo malo, etc. Dios acta y nos dirige en nuestro interior por

    medio de una especie de sentir de vida interno. Este sentir es la uncin del

    Espritu. La Cabeza no se vale de medios externos ni fsicos para gobernar el

    Cuerpo. La vida era la luz de los hombres (Jn. 1:4). Si procuramos conocer la

    voluntad de Dios, no la hallaremos preguntndonos: Es esto bueno o malo?,

    sino: Me dirige la vida con respecto a esto? Si nos sentimos muertos por

    dentro, entonces no tenemos la uncin; y si obramos sin la uncin, lo hacemos

    sin la autoridad de la Cabeza. Por ejemplo, es posible que deseemos visitar a

    alguien, pero interiormente nos sentimos fros e indiferentes. En lo que respecta

    a doctrinas y sentimientos humanos, o a principios bblicos, deberamos

    visitarlo. Pero cuanto ms nos proponemos ir a visitarlo, ms fros nos

    sentimos. Esto indica que el Espritu nos dice que no vayamos. En otra ocasin,

    quizs visitemos a alguien y sintamos como si estuviramos bajo una hermosa

    uncin; todo es apacible y agradable. Esta es la enseanza que proviene de la

    uncin del Espritu. Cuanto ms nos movamos con esta uncin, ms fuertes

    seremos, y tendremos un amen ms firme en nuestro interior.

    La enseanza de la uncin del Espritu no tiene nada que ver con lo bueno y lo

    malo ni con lo que se debe o no se debe hacer ni con lo que es cierto o falso. Es

    un sentir de vida interno. Muchas personas siguen actuando segn el principio

    del rbol de la ciencia del bien y el mal, el rbol del que Adn comi. Esto esandar conforme al principio del bien y el mal; sin embargo, la obra de Dios en

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    Cristo es un asunto de vida y de la uncin del Espritu. Donde est la uncin, all

    hay vida. Mientras uno tenga la uncin y la vida, todo es correcto y concuerda

    con el deseo de Dios. Aquellos que son versados y conocen muy bien las

    doctrinas de la Biblia, no necesariamente estn ms familiarizados con la

    manera en que Dios obra. Algunas veces un hermano o una hermana del campopuede saber ms acerca de la manera en que obra el Seor. Quizs no tengan

    conocimiento, pero tienen vida. Si Dios no obrara as, sera injusto. Los

    campesinos iletrados estaran perdidos por no tener un conocimiento

    intelectual y no tendran posibilidad de conocer la voluntad de Dios. Pero

    nuestro Dios no hace acepcin de personas. Sea que tengamos el conocimiento

    intelectual o seamos eruditos o no muy versados, la enseanza de la uncin an

    permanece en nosotros. Mientras andemos segn la uncin interior del Espritu,

    sabremos cul es la voluntad de Dios, y conoceremos la manera en que Dios

    obra.

    LA UN CI ON Y LA L EY

    En el Antiguo Testamento los hombres tenan la palabra de Dios, la ley. En el

    Nuevo Testamento los hombres tambin tienen la palabra de Dios, pero si esta

    palabra no tiene la uncin del Espritu, tambin es una ley. El Seor Jess

    expresaba la palabra del Seor, pero esa palabra era espritu y vida. Los

    apstoles tambin presentaban la palabra de Dios, y esa palabra tambin era

    espritu y vida. Pero cuando los fariseos hablaban la palabra de Dios, la uncin

    del Espritu no estaba presente, y esas palabras eran leyes muertas. Muchospractican el bautismo, la imposicin de manos y el cubrirse la cabeza slo

    porque la Biblia as lo indica. Estas cosas son la ley para ellos. Quien acta

    segn la letra de la Biblia es un discpulo de Moiss, no un cristiano. El cristiano

    tiene la uncin del Seor. En el Cuerpo de Cristo no hay ley; slo existe la

    uncin del Seor. Por lo tanto, para vivir en el Cuerpo de Cristo, tenemos que

    andar de acuerdo con la uncin del Espritu, no segn la letra. Tenemos que

    hacerlo todo en conformidad con la uncin del Espritu. Esto es lo que significa

    andar segn la enseanza del Espritu.

    LA M A N ER A DE S ER UN GIDOS

    Cmo recibimos la uncin? El salmo 133 es un pasaje clave en el Antiguo

    Testamento con respecto a la uncin. Debemos entender que los salmos del 120

    al 134 son cnticos graduales o de ascenso. Son los cnticos que los israelitas

    cantaban tres veces al ao, cuando suban de diferentes lugares para

    encontrarse con el Seor en Sion, que est en Jerusaln, la morada de Dios.

    Aunque estos cnticos son diferentes entre s, tienen en comn el hecho de que

    sean cnticos graduales o de ascenso. Mientras suban, la gente no hablaba de la

    economa, ni de la educacin, la guerra ni la poltica. Sus corazones estaban

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    puestos en Sion, en Dios. Salmos 133:1 dice: Mirad cun bueno y cun

    delicioso es habitar los hermanos juntos en armona! Habitar en armona es

    algo corporativo; no existe barrera ni separacin. Ellos desecharon su desunin,

    su envidia y su odio. Esto es semejante al buen leo derramado sobre la cabeza

    de Aarn, que desciende por la barba y llega hasta el borde de sus vestiduras. Enesta condicin ellos reciben la uncin de Dios. Cuando el leo desciende, los que

    estn bajo la cabeza reciben la uncin espontneamente. El salmo 133 equivale a

    Efesios 4. Cuando estamos en el Cuerpo y somos diligentes en mantener la

    unidad del Espritu, tenemos la uncin del Espritu. Todos tenemos que

    someternos a la Cabeza y vivir en el Cuerpo, si queremos recibir la uncin.

    Muchos no reciben ninguna direccin por no estar en el lugar correcto. No estn

    sujetos a la Cabeza ni se han sometido a la autoridad de la misma. Tampoco

    estn en el Cuerpo. A fin de poder recibir la uncin, primero tenemos que

    someternos a la Cabeza y vivir en el Cuerpo.

    La comunin de los creyentes se basa en Cristo. Podemos tener comunin unos

    con otros porque Cristo es la vida y la Cabeza del Cuerpo. Adems, el deleite que

    se tiene de esta comunin es el Espritu. Cuanto ms vivamos en la comunin

    del Cuerpo, ms disfrutaremos de la uncin del Espritu. Pero existe una

    condicin para esto: debemos permitir que la cruz ponga fin a nuestra carne y a

    nuestra vida natural de una manera cabal. El que un creyente pueda disfrutar

    esta comunin o no, depende de si su vida natural ha llegado a su fin. Nuestra

    carne slo merece morir, slo merece quedar en cenizas, ser puesta en la cruz.

    No podemos pensar por nuestra cuenta; no estamos calificados para sugerir

    nada de nosotros mismos. Debemos permitir que Cristo tenga absoluta

    soberana sobre todas las cosas. Debemos permitir que El sea el Seor de una

    manera absoluta. Si nuestra vida natural es exterminada por la cruz y si nos

    sometemos a Cristo como Cabeza y vivimos la vida del Cuerpo, entonces

    tendremos la uncin del Espritu y disfrutaremos de la comunin del Cuerpo.

    CAPITULO OCHO

    EL ORDEN EN EL CUERP O

    Lectura bblica: Ro. 12:3-8; Ef. 4:9-16; Col. 2:19; 1 Co. 11:29

    E L M I N I S T E R I O D E L O S M I E M B R O S

    En 1 Corintios 12:18 dice: Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno

    de ellos en el cuerpo, como El quiso. Esto nos muestra que cada miembro tiene

    un lugar especfico, una tarea especfica y una posicin especfica en el Cuerpo.

    Cada miembro tiene una posicin particular desde la cual sirve al Cuerpo de

    Cristo. Los ojos ven, los odos oyen y la nariz huele. Cada rgano cumple sufuncin, y cada uno tiene su porcin. Los ojos sirven al Cuerpo al ver. Los odos

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    sirven al Cuerpo al escuchar. La nariz sirve al Cuerpo al oler. Cada uno tiene su

    propia responsabilidad, y ninguno puede reemplazar a otro. El miembro A no

    puede ser el miembro B, y el miembro B no puede ser el miembro C. Cada

    miembro tiene sus propias caractersticas y cada uno tiene su propia capacidad.

    Las caractersticas y las capacidades constituyen el lugar, la posicin o elministerio de cada miembro.

    Las caractersticas de un miembro son el ministerio de ese miembro, ministerio

    que constituye a su vez el suministro que proporciona al Cuerpo. El ministerio

    de un miembro determina su lugar y su posicin en el Cuerpo. La porcin de

    cada miembro en el Cuerpo tiene como fin el Cuerpo en su totalidad, no el

    miembro mismo. Nuestro servicio en el Cuerpo de Cristo se basa en lo que

    hemos recibido del Seor de una manera particular. El conocimiento y la

    experiencia especficos que hemos adquirido del Seor vienen a ser el

    suministro que proporcionamos al Cuerpo. Sin embargo, muchos cristianos

    solamente han adquirido paja, que no es ms que conocimiento que han odo y

    doctrinas que han estudiado. Estas son armas de paja; no son la espada del

    Espritu, y quedar en evidencia que no tienen utilidad alguna cuando se

    presente una necesidad. Un telogo menospreciaba a su esposa porque ella no

    conoca la Biblia, pero cuando su hijo se enferm, l no poda guardar la calma.

    Su esposa, quien tena un conocimiento mucho ms profundo de Dios, tena

    ms confianza, paz y firmeza en su fe. Las doctrinas que obtenemos por medio

    del estudio no sirven de mucho. Slo la vida que recibimos del Seor tiene valor

    y solamente ella abastece al Cuerpo.

    FUNCIONA R EN ORDEN

    Abastecemos al Cuerpo con la vida que hayamos recibido de la Cabeza, Cristo.

    No obstante, al ejercer nuestra funcin, debemos hacerlo adecuadamente y en

    orden. El orden en el Cuerpo es esencial para el crecimiento y para el ministerio.

    Cualquier dislocacin o crecimiento desproporcionado de los miembros en el

    cuerpo fsico, impide su desarrollo normal. Esto tambin se aplica al Cuerpo de

    Cristo. En la reunin, nadie le impedir que hable. Pero uno debe hablar segnsu medida de fe y segn lo gue el Espritu. Uno deber saber si se sobrepasa en

    algo al hablar, y si se est extendiendo demasiado. Muchos miembros

    ambicionan ser cristianos famosos y obreros destacados, pero si algunos se

    desarrollan demasiado, otros no se desarrollarn normalmente. Esto no

    producir el Cuerpo, sino un monstruo; el orden de Dios en la iglesia se ver

    afectado. Cuando verdaderamente nos ponemos bajo la autoridad de la Cabeza,

    El nos ubica en el lugar que nos corresponde en el Cuerpo y designa nuestra

    funcin especfica.

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    En las organizaciones denominacionales, los lderes son seleccionados segn sus

    antecedentes, experiencia, nivel social, educacin, conocimientos, intelecto,

    elocuencia o talento. Pero puede ser que no tengan ninguna revelacin, fe, ni

    experiencia en el Seor. Slo pueden traer cosas naturales a la iglesia. Tales

    personas no traern ninguna provisin para el Cuerpo, sino que le traernmuerte. El ministerio del Cuerpo no se determina por cosas naturales. Un

    miembro funciona en el Cuerpo segn lo que haya recibido del Seor, conforme

    a la medida de fe (Ro. 12:3, 6), y tambin, conforme al orden establecido por

    Dios. Por lo tanto, necesitamos procurar la revelacin y la experiencia de Cristo,

    para que tengamos con qu abastecer al Cuerpo; y tenemos que conocer el orden

    del Cuerpo, que es el modelo que Dios estableci en el Cuerpo. Debemos estar

    dispuestos a estar limitados por nuestra medida. Tan pronto la sobrepasamos,

    sobrepasamos la autoridad de la Cabeza y ya no estamos bajo la uncin. Cada

    vez que sobrepasamos nuestra medida, alteramos el orden del Cuerpo. El

    Cuerpo de Cristo tiene una vida orgnica; opera sin ninguna intervencin

    humana. Todos los miembros deben recibir la vida de la Cabeza y funcionar en

    el orden apropiado. Si nuestra relacin con la Cabeza es adecuada,

    mantendremos espontneamente nuestro lugar en el Cuerpo.

    LOS A POS T OL ES , PR OFE TA S ,E V A N G E LI S T A S , PA S T O R E S Y M A E S T R O S

    Efesios 4:11 habla de un grupo de personas que son dadas al Cuerpo; son dones

    que Dios dio a la iglesia, los cuales suministran a Cristo para la edificacin delCuerpo. Necesitamos prestar atencin especial a este grupo de miembros.

    Los apstoles son el primer don que Dios design en el Cuerpo de Cristo. Dios

    los enva para que sean representantes de la autoridad de la Cabeza y para

    ejecutar la voluntad de Dios en la tierra. Por lo tanto, en una iglesia que tenga el

    debido testimonio del Cuerpo, todos los creyentes deben someterse a la

    autoridad delegada. En el Antiguo Testamento Moiss no discuti con Cor

    cuando ste y su squito rechazaron la autoridad de l como profeta de Dios. En

    lugar de eso, remiti el asunto a Dios, quien puso en claro que tocar al ungidodel Seor era lo mismo que tocar al Seor mismo, y que rechazar la autoridad de

    Su profeta, equivala a rechazar Su propia autoridad. El resultado de rechazar

    tal autoridad fue la muerte de los ofensores. Dios requiere que nos sometamos,

    no slo a la autoridad directa del Seor, sino tambin a la autoridad de quienes

    representan Su autoridad en el Cuerpo. Cuando la Cabeza le ordena al brazo que

    se mueva, el dedo meique tiene que moverse con todo el brazo. El brazo es un

    ejemplo de la autoridad delegada de Dios. Debemos mantener nuestra posicin

    en el Cuerpo, sujetos a la autoridad de Cristo como Cabeza, y a la autoridad de

    los miembros del Cuerpo a quienes Dios mismo, en Su providencia, ha dado Su

    autoridad. Es mucho ms fcil inclinarnos ante la autoridad directa de Dios que

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    ante la autoridad de Sus representantes en el Cuerpo. Inclinarnos a la autoridad

    de Su representante requiere mansedumbre y humildad. No podemos pasar por

    alto el orden de Dios sin recibir castigo, como vemos en la carta de Pablo a los

    corintios (1 Co. 11:29-30). Ningn pensamiento o accin individual tiene cabida

    en el Cuerpo de Cristo. El Cuerpo se mueve bajo la direccin de la Cabeza.Desobedecer la ley del Cuerpo produce debilidad y muerte.

    Los profetas no slo predicen eventos futuros, sino que tambin proclaman la

    intencin de Dios. Dios los enva a Su pueblo para dar a conocer Sus

    pensamientos. El profeta ms destacado del Antiguo Testamento no fue Isaas

    sino Elas, porque casi todas las palabras de Isaas fueron profecas, mientras

    que Elas principalmente daba a conocer lo que Dios se propona a hacer.

    Cuando un profeta recibe una revelacin del Seor, da a conocer la intencin de

    Dios a Su pueblo. Un profeta es aquel que conoce y declara la intencin de Dios,

    mientras que una persona que predice, lo nico que hace es vaticinar eventos

    futuros. En el Cuerpo hay un grupo especial de ministros que conocen la

    intencin de Dios y la comunican a Su pueblo. Estos tambin son autoridades

    delegadas por la Cabeza.

    Los evangelistas dan a conocer las compasiones de Dios en Cristo, mientras que

    los pastores y maestros dan a conocer las riquezas en Cristo y suministran estas

    riquezas a otros. Cada uno de estos ministerios es una coyuntura del rico

    suministro (Ef. 4:16). Ellos reciben la vida de Dios y la comunican a todo el

    Cuerpo. Muchos cristianos dicen: Yo estoy en comunin directa con la fuente;

    yo lo puedo recibir todo de la Cabeza personalmente. Tener tal actitud es

    rechazar la autoridad del Seor, quien en Su providencia ha dispuesto que los

    miembros dependan, no slo de El, sino tambin los unos de los otros.

    Cmo sirven al Cuerpo las coyunturas del rico suministro? Primeramente,

    ellos deben ser personas que han pasado por cierto adiestramiento bajo la mano

    del Seor y han sido especialmente moldeados por las circunstancias que el

    Espritu ha ordenado para ellos; tambin deben conocer a Cristo por

    experiencia. Han sido puestos a prueba, han sido instruidos por Cristo y estncalificados para transmitir valores espirituales. Adems, tienen una historia

    secreta de tribulaciones, y la cruz ha forjado en ellos aquello que ministran al

    Cuerpo.

    LOS A N CI A N OS

    Adems, en la asamblea local hay miembros que tienen el derecho de ejercer

    autoridad. No slo se les ha dado autoridad, sino que tienen autoridad. Estos

    son los que tienen el oficio de ancianos. Ellos ocupan esta posicin no

    meramente porque hayan sido nombrados ancianos, sino porque en realidad lo

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    son. El Espritu Santo manifiesta espontneamente aquellos que son ancianos;

    lo nico que el hombre puede hacer es identificarlos y confirmarlos. En una

    iglesia espiritual, los miembros ms espirituales tienen el oficio de ancianos;

    mientras que en una iglesia carnal, dicho oficio lo tienen aquellos que tienen las

    mejores cualidades naturales. Cuando un hombre se casa y tiene un hijo, seconvierte en padre. Nadie puede ser nombrado para ejercer el oficio de padre.

    Un hombre es padre o no lo es; nadie puede hacerlo padre. De la misma

    manera, nadie puede hacerse anciano. O se es anciano o no se es. Los ancianos

    tampoco son elegidos por medio de campaas ni elecciones; se manifiestan de

    un modo espontneo por la madurez en vida. Ellos deben ser ms puros de

    corazn, buscar las cosas espirituales y el crecimiento en las mismas. Su deber

    es ayudar a otros a obedecer a la Cabeza. Si una persona es anciano, todo lo que

    la iglesia debe hacer es reconocerlo y permitirle funcionar como le corresponde.

    E L H O M B R E E S L A C A B E Z A D E LA M U J E R

    En lo que Dios ha dispuesto, el hombre es cabeza de la mujer. Por lo tanto, las

    hermanas no tienen ningn poder administrativo en la iglesia. Sin embargo,

    esto no significa que cualquier hombre puede ser la cabeza de la mujer; slo

    aquellos que estn bajo la autoridad de Cristo pueden ser cabeza de las

    hermanas. Cuando las hermanas se cubren la cabeza exhiben una seal de que

    ellas mantienen el orden en el Cuerpo, que se someten a Cristo y tambin a la

    autoridad del Cuerpo.

    Siendo exactos, no existe autoridad en el Cuerpo mismo, pues toda la autoridad

    est en la Cabeza. La debilidad de la autodenominada iglesia consiste en que la

    autoridad se ha convertido en un asunto de posicin, no de vida. En el Cuerpo

    de Cristo, la autoridad es un asunto de vida, no de posicin. Si un miembro tiene

    autoridad, esto se debe a que esa autoridad ya ha sido forjada en l. El pas por

    la disciplina de Dios, y la autoridad ha llegado a ser vida en l. Dios no ha

    designado a ciertos individuos para que acten como ojos, odos, boca, manos,

    etc. El logra que ellos sean estas cosas por la operacin de la cruz. Si ellos son

    estos rganos, funcionan naturalmente como tales. Todo depende de la vida.Mientras obedezcamos la vida del Cuerpo, que fluye a medida que el Cuerpo

    mantiene su posicin bajo la absoluta autoridad de la Cabeza, habr un

    crecimiento continuo y perfectamente proporcionado. A menos que estemos

    verdaderamente en la vida del Cuerpo, no podr haber un aumento en la

    medida de Cristo.

    Ni los apstoles ni los ancianos tienen autoridad en s mismos; slo tienen

    autoridad en la medida en que estn bajo la autoridad del Seor. Ejercen la

    autoridad en el Cuerpo al representar la autoridad de la Cabeza. Si los apstoles

    y los ancianos tienen la mente de Dios, entonces tienen la autoridad de Dios,

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    porque El slo respalda aquello que El favorece. El respalda con Su autoridad lo

    que autoriza.

    La vida del Cuerpo requiere un quebrantamiento severo de la vida natural.

    Todos debemos ser quebrantados para que estemos dispuestos a someternos a

    la autoridad delegada del Cuerpo y estar dispuestos a ministrar y recibir la

    ministracin en el lugar que se nos haya asignado. Dios no puede permitir que

    falte la ley en Su iglesia, porque esto hara imposible el desarrollo del Cuerpo.

    Tampoco puede permitir que se levante por s misma ninguna cabeza humana,

    porque tambin esto estorbara el desarrollo del Cuerpo y negara la posicin de

    Cristo como Cabeza. Cualquier deseo de un creyente por ejercer autoridad es

    contrario a la vida del Cuerpo. Slo Cristo es la Cabeza, y todos somos miembros

    los unos de los otros. Si alguno dice tener revelacin acerca del Cuerpo, pero no

    est sujeto a la autoridad del Cuerpo ni se relaciona debidamente con los dems

    miembros, tal declaracin es falsa. Una vez que verdaderamente veamos el

    Cuerpo, reconoceremos nuestra necesidad de obediencia y de una relacin

    mutua. La sumisin es una caracterstica sobresaliente de quienes estn

    familiarizados con la vida del Cuerpo.

    Dios hizo arreglos especficos e instituy el orden en el Cuerpo de Cristo.

    Debemos ser cuidadosos para poder discernir el Cuerpo, como se nos exhorta en

    1 Corintios 11:29. No podemos obrar descuidadamente en el Cuerpo ni hacer

    propuestas triviales ni propasarnos pensando que somos algo. Cada miembro

    debe estar en el debido orden y andar ordenadamente. La autoridad es

    ordenada por Dios; nadie puede ser una autoridad en s mismo, y nadie puede

    elegir a otros para ponerlos en autoridad. La autoridad viene de lo que Dios

    dispone y redunda en beneficio de la vida del Cuerpo. Debemos entender

    claramente cul es nuestra posicin en el Cuerpo y debemos mantener esta

    posicin. En la vida del Cuerpo, todos debemos andar segn el orden que hay en

    l.

    CAPITULO NUEVE

    EL PRINCIPIO DEL CUERP O

    Lectura bblica: Hch. 6:6; 8:4-5, 12, 14-17; 9:3-6; 10-12, 17; 19:6; Jac. 5:14-16;

    Mt. 18:15-16, 19-20; 1 Ti. 4:14; 5:22; 2 Ti. 1:6

    LA IM POS ICI ON DE M A N OS POR LOS A POS TOLES

    Hay un ejemplo en Hechos 8 que nos muestra el principio del Cuerpo. En

    aquella poca la iglesia en Jerusaln atravesaba una intensa persecucin, y

    todos los discpulos fueron dispersados, excepto los apstoles. Felipe no eraapstol; l simplemente se ocupaba de la distribucin de los alimentos. Como

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    estaba lleno de vida, descendi a Samaria y predic el evangelio. Muchos

    creyeron y fueron bautizados, y hubo gran gozo en aquella ciudad (v. 8). Pero

    haba una diferencia entre estos que haban sido salvos y los creyentes que

    estaban en Jerusaln. Estos recin salvos no estaban revestidos del Espritu

    todava. Por lo tanto, los apstoles enviaron a Pedro y a Juan, comorepresentantes, para suplir esta necesidad. Ellos impusieron las manos a los

    recin convertidos y de esta forma recibieron el Espritu Santo.

    Qu significa la imposicin de manos? Segn Levtico, cuando un hombre traa

    un sacrificio, tena que poner sus manos sobre la ofrenda. Esto quiere decir que

    la imposicin de manos es una seal de identificacin. En muchas partes del

    Nuevo Testamento se habla de la imposicin de manos. En 1 Timoteo 5:22 dice:

    No impongas las manos apresuradamente a ninguno para que no

    participemos, como Pablo explica, en pecados ajenos. Esto nos demuestra una

    vez ms que la imposicin de manos significa identificacin. Tenemos que ser

    cuidadosos, no sea que participemos en pecados ajenos. En el Antiguo

    Testamento, cuando se nombraban reyes o profetas, se les imponan las manos

    y tambin se les unga la cabeza. Por consiguiente, la imposicin de manos tiene

    dos significados principales. Primeramente, pone a los creyentes bajo la uncin

    de la Cabeza, y en segundo lugar, introduce a los creyentes en la comunin del

    Cuerpo.

    Los apstoles son los representantes de Dios. Tambin son miembros

    representativos del Cuerpo de Cristo. Pedro y Juan al imponerles las manos a

    los creyentes de Samaria, los pusieron bajo la autoridad de la Cabeza y los

    introdujeron en la comunin del Cuerpo. Esto significa que fueron reconocidos

    como parte del Cuerpo. Una vez que fueron introducidos en el Cuerpo y puestos

    bajo la uncin, el Espritu Santo inmediatamente descendi sobre ellos. Si el

    Espritu Santo hubiese descendido sobre los salvos de Samaria antes de que los

    apstoles hubiesen llegado, Felipe se habra podido jactar de que Pedro y Juan

    tenan su obra en Jerusaln, pero que l tena la suya en Samaria. Si se hubiera

    sido el caso, los salvos de Samaria habran quedado separados de los creyentes

    de Jerusaln. Si alguien hubiese considerado a Pedro el lder de Jerusaln y aFelipe el de Samaria, el principio del Cuerpo se habra quebrantado. Este

    acontecimiento en Samaria nos muestra que si no nos sometemos al Cuerpo, no

    podemos recibir la uncin. No podemos recibir la uncin si no reconocemos el

    Cuerpo. El Espritu Santo no es dado a individuos, sino a los miembros del

    Cuerpo. La imposicin de manos por parte de los apstoles introdujo a los

    creyentes en la comunin del Cuerpo. Por lo tanto, la imposicin de manos

    reconoce que hay unin, comunin y un solo Cuerpo. El Cuerpo es uno; as que,

    los miembros necesitan reconocer su dependencia, no slo de la Cabeza, sino

    tambin los unos de los otros.

  • 8/2/2019 El Misterio de Cristo - Watchman Nee

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    Hebreos 6:1-2 habla de seis asuntos que conforman la palabra de los

    comienzos. La imposicin de manos es uno de los seis asuntos fundamentales

    de la vida cristiana. Estos seis asuntos se pueden dividir en tres grupos. El

    primero de ellos incluye el arrepentimiento de obras muertas y la fe en Dios.

    Esta es una actitud o accin interior tomada por uno para consigo mismo o paracon Dios. El tercer grupo incluye la resurreccin de los muertos y el juicio

    eterno. Estas son enseanzas que tienen que ver con asuntos futuros. El

    segundo grupo incluye el bautismo y la imposicin de manos. Estos dos asuntos

    son testimonios exteriores. El bautismo y la imposicin de manos son dos

    testimonios de la iglesia y son esenciales para aquellos que van adelante a la

    madurez. No hemos descuidado cinco de estos asuntos, pero s hemos

    descuidado uno: la imposicin de manos. Aunque la Biblia no dice claramente

    que debemos practicar la imposicin de manos, s nos muestra que en la poca

    de los apstoles, el hombre reciba la imposicin de manos tan pronto era salvo

    y bautizado. Por medio del bautismo entramos en Cristo. Por la imposicin de

    manos entramos en el Cuerpo. Los creyentes no slo son puestos en Cristo, sino

    tambin en el Cuerpo de Cristo. Esta es la posicin que debemos adoptar.

    Sabemos que todo creyente debe partir el pan el da del Seor. El partimiento

    del pan refresca en nuestra memoria el significado del bautismo y de la

    imposicin de manos. Por el bautismo damos testimonio del hecho de que nos

    hemos despojado de nosotros mismos y del mundo, y que hemos entrado en

    Cristo. Por medio de la imposicin de manos, damos testimonio del hecho de

    que hemos abandonado la posicin de individuos y hemos adoptado la posicin

    de estar en el Cuerpo. Desde ese momento, aun si las circunstancias nos llevan a

    estar en un lugar aislado geogrficamente, no estaremos solos, porque todo el

    Cuerpo estar con nosotros. Si sufrimos, todos los miembros sufrirn con

    nosotros, y podremos contar con que ellos vendrn en nuestra ayuda

    continuamente.

    En el momento de la imposicin de manos, si el Espritu Santo inspira una

    oracin proftica por el que ha sido trado a la uncin, entonces los puntos

    especficos expresados en profeca, caracterizarn la vida futura y el ministerio

    de esa persona. Tenemos un ejemplo de esto en el caso de Timoteo. Cuando

    Pablo y los ancianos le impusieron las manos, le fue dada una palabra proftica,

    y ms adelante Pablo exhortaba a Timoteo a no descuidar el don que se le haba

    impartido, sino que lo avivara (1 Ti. 1:18; 4:14; 2 Ti. 1:6). Si verdaderamente

    tenemos una revelacin del Cuerpo, necesitamos la imposicin de manos. La

    imposicin de manos es nuestro testimonio de la realidad del Cuerpo y nuestra

    entrega a la vida del Cuerpo. Por medio de esto declaramos que todo debe

    redundar en beneficio del Cuerpo y nada est dirigido al individuo. Si al Seor le

    place usarnos, alabmosle; si escoge a otro, debemos seguir alabndole. No hay

    cabida para la envidia en el Cuerpo de Cristo.

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    LA UN CI ON Y LA OR A CI ON DE LOS A N CI A N OS

    En Jacobo 5:14-16 vemos la imposicin de manos en relacin con la

    enfermedad. En caso de enfermedad, Jacobo dice que se debe