El negocio de la Ilustración.

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Capítulo 1

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    1. Introduccin: la biografa de un libro

    Al contar la historia personal de la Encyclopdie, este libro busca disi-par algo de la oscuridad que rodea la historia de los libros en general. Un libro sobre un libro: el tema parece misterioso y extrao y podra contraerse hacia lo infinitamente chico, como un reflejo que a su vez se refleja en otro. Sin embargo, si se lo aborda como corresponde, podra aumentar la comprensin de muchos aspectos de la historia de los pri-meros tiempos modernos, porque lhistoire du livre, como se la conoce en Francia, se abre hacia cuestiones ms amplias de la investigacin his-trica. Cmo hicieron los grandes movimientos intelectuales, entre ellos el de la Ilustracin, para extenderse dentro de la sociedad? Cun lejos llegaron? Hasta qu profundidades penetraron el tejido social? Qu forma adquiri el pensamiento de los philosophes cuando se ma-terializ en libros? Y qu revela ese proceso sobre la transmisin de las ideas en general? La base material de la literatura y la tecnologa de la produccin de esa base, tuvieron influencia sobre la sustancia y la difusin? Cmo desempe su funcin el mercado literario? Y cul era el papel de las editoriales, los vendedores de libros, los viajantes y otros intermediarios dentro de la comunicacin cultural? Las pregun-tas podran seguir multiplicndose infinitamente porque en ese tiempo los libros estaban relacionados con un rango enorme de actividades hu-manas, desde la recoleccin de trapos y restos de telas hasta la transmi-sin de la palabra de dios. Los libros eran productos de trabajo artesa-nal, objetos de intercambio econmico, vehculos de ideas y elementos importantes dentro de conflictos polticos y religiosos.

    Sin embargo, este tema fascinante, colocado justo en el cruce de ca-minos de tantas rutas de investigacin, casi no existe hoy en Estados Unidos. No tenemos una expresin que lo defina. Histoire du livre sue-na mal si se traduce como history of the book, y esa incomodidad tie-ne que ver con nuestra falta de familiaridad con lo que, del otro lado del Atlntico, es ya un gnero histrico distinto de los dems, con sus propios mtodos, revistas especializadas y lugar entre otras disciplinas hermanas. En Estados Unidos, la historia del libro est relegada a es-cuelas de bibliotecarios y a las colecciones de libros antiguos. Si uno en-tra en cualquier habitacin dedicada al libro antiguo, encuentra siem-

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    pre aficionados que saborean las cubiertas, discpulos que contemplan las filigranas, rudits que preparan ediciones de Jane Austen, pero nun-ca historiadores comunes que intenten comprender al libro como fuer-za dentro de la historia.

    Eso es una lstima porque el historiador general podra aprender mucho de los especialistas en libros antiguos. Podran ensearle a tami-zar sus riquezas y a llegar a la vena de informacin que corre en sus re-vistas especializadas: The Library Studies in Bibliography, Papers of the Bibliographical Society of America, Revue Franaise dHistoire du Livre, Den gulden passer, Gutenberg Jahrbuch y muchas otras. No hay duda de que estas publicaciones parecen estar escritas por bibligrafos para bi-bligrafos y tal vez no sea fcil ver la sustancia bajo el lenguaje esotri-co y la pasin por las antigedades. Pero la bibliografa no necesita con-finarse a problemas como la consistencia con la cual el cajista B escribi mal el texto de El mercader de Venecia o el problema de si los esquemas de las signaturas revelan regularidad en las prcticas de la composi-cin. La bibliografa lleva directamente al ajetreo de la historia obrera: provee uno de los pocos medios con los que pueden analizarse los hbi-tos de trabajo de los artesanos especializados antes de la Revolucin in-dustrial.

    Y sin embargo, curiosamente, tal historia no ha despertado mucha atencin entre los franceses, quienes han hecho los mayores esfuerzos para llevar a la historia del libro fuera del reino de la mera erudicin y hacia los amplios senderos de la histoire totale. La investigacin france-sa tiende a ser estadstica y sociolgica. Generalmente se enfoca en la forma de revisiones macroscpicas de producciones de libros y anlisis microscpicos de bibliotecas individuales, pero deja de lado los proce-sos de la distribucin y produccin de los libros. Esos procesos se estu-diaron mejor en Inglaterra, donde los investigadores han llevado sus estudios hacia los libros de contabilidad de las editoriales y los libros mayores de los libreros, en lugar de conformarse con los archivos nota-riales y estatales como se hace en Francia. Tal vez en Estados Unidos sea posible desarrollar una historia original del libro combinando el empirismo ingls con la preocupacin francesa por la historia social en sentido general.1

    Claro que es mucho ms difcil escribir historia que hacer declara-ciones sobre la forma en que debe escribirse; y una vez que el interesa-

    1 Para ejemplos de diferentes reas de investigacin en este campo y para am-pliar lecturas, vase la Nota bibliogrfica.

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    do en la historia del libro se ha equipado con todos los procedimientos y metodologas, y se ha aventurado en ese campo de estudio, seguramen-te tropezar con la mayor dificultad de todas: las fuentes inadecuadas. Tal vez consiga trabajar en una biblioteca llena de volmenes viejos, pero no sabr por dnde circularon antes de llegar ah y si realmente representan los hbitos de lectura en el pasado. Los archivos estatales muestran la forma en que las autoridades encargadas de controlarlos ven los libros. Los catlogos de remates y los inventaire aprs dcs dan algunos datos sobre las bibliotecas privadas. Pero las fuentes oficiales no revelan mucho sobre la experiencia viva de los lectores comunes. En realidad, en la Francia del siglo xviii tanto los catlogos como los li-bros tenan que pasar por la censura, as que no es sorprendente que la Ilustracin no aparezca en las investigaciones basadas en catlogos y pedidos de privilges, es decir de una especie de permiso de reproduc-cin otorgado por la corona real. Y sin embargo, la Ilustracin exista en todas partes: primero en las especulaciones de los philosophes y des-pus en las operaciones econmicas de las editoriales, que invirtieron en el mercado de las ideas mucho ms de lo que permitan los lmites de la ley francesa.

    La forma en que esas operaciones se materializaron en libros y la forma en que los libros adquirieron lectores sigue siendo un misterio porque los papeles de las editoriales han desaparecido casi por comple-to. Pero los registros de la Socit Typographique de Neuchtel, una de las editoriales ms importantes de libros franceses en el siglo xviii, han sobrevivido en esa ciudad suiza y contienen informacin sobre to-dos los aspectos de la historia del libro. Muestran cmo se trataba a los autores, cmo se produca el papel, cmo se manipulaba el texto, cmo se componan los tipos mviles, cmo se impriman los pliegos, cmo se enviaba la maquinaria, cmo se cortejaba a las autoridades, cmo se elu-dan los controles policiacos, cmo se provean los libreros y cmo se satisfaca a los lectores en Europa entre 1769 y 1789. La informacin es lo bastante amplia como para agobiar al investigador. Unas pocas car-tas de un librero pueden hacer revelaciones mayores que las de toda una monografa sobre el mercado del libro, pero los documentos de Neuchtel contienen 50 mil cartas escritas por toda clase de personas que se movieron de distinta forma alrededor del mercado del libro. Se-ra imposible hacer justicia al material y reconstruir el mundo de los li-bros del siglo xviii en un nico volumen. Por lo tanto, despus de ex-plorar un poco el asunto en 1963, decid revisar toda la coleccin de Neuchtel y complementarla con investigacin en otros archivos para

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    escribir as una serie de estudios sobre intelectuales, libros y opinin pblica en la era de la Ilustracin.

    Este libro constituye la primera etapa de ese estudio. Quiere explo-rar las formas de edicin durante la Ilustracin rastreando el ciclo de vida de un nico libro, pero no cualquier libro, claro est, sino el traba-jo supremo del movimiento, la Encyclopdie de Diderot. Dada la rique-za de fuentes y la complejidad del tema, me pareci mejor intentar una histoire totale de una publicacin que hablar de todas al mismo tiempo. Cuando se sigue un solo tema hasta donde ese tema nos lleve, se puede bifurcar la investigacin en varias direcciones y entrar a terri-torio inexplorado. Este enfoque tiene la ventaja de la especificidad: en una etapa preliminar, cuando se tropieza en medio de lo desconocido, descubrir con precisin cmo se hacan contratos entre editoriales, c-mo manejaban el texto los editores, cmo reclutaban obreros los impre-sores y cmo charlaban sobre precios los libreros mientras fabricaban y comerciaban con un libro, es mejor que retroceder en un camino hacia afirmaciones vagas sobre los libros en general. El tema tambin tiene el atractivo de la novedad: nunca antes se haba podido trazar la pro-duccin y difusin de un libro del siglo xviii. Finalmente, la historia de publicacin de la Encyclopdie merece que alguien la cuente porque es una buena historia.

    Puede armarse esta historia a partir de las cartas de los empresarios editoriales, en su mayora no demasiado comerciales y bastante infor-males. Estas cartas estn llenas de denuncias de conspiraciones y epte-tos como pirata, corsario y bandolero, que dan una idea del sa-bor interno del mercado del libro en el Antiguo Rgimen. Los hombres que publicaron la Encyclopdie llevados por un apetito ilimitado por el lucro, sin inhibiciones para clavar cuchillos en las espaldas de sus pro-pios socios o tirar a los competidores al foso de los tiburones, eran el eptome de esa fase que define un periodo de la historia econmica de occidente: el capitalismo de botn. Tal vez tenan ms en comn con los aventureros mercaderes del renacimiento que con los ejecutivos mo-dernos, pero, claro, cunto se sabe sobre la historia interna de los nego-cios en cualquier periodo? Y qu otra empresa puede estudiarse tan de cerca como la Encyclopdie, no slo a partir de la correspondencia comercial sino tambin de libros contables, memorndums secretos de los gerentes, diarios de viajantes, quejas de clientes e informes de esos espas industriales que usaban las editoriales contra sus aliados y tam-bin contra sus enemigos? La Encyclopdie dio pie a tantas alianzas y convenios que hay que estudiar sus contratos y acuerdos traits, se-

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    gn los llamaban las editoriales como se estudian los documentos di-plomticos. Y los empresarios editoriales escribieron tantas cartas que se puede investigar tanto su forma de pensar como su comportamiento en el negocio. Se puede ver cmo tomaban decisiones, cmo calculaban la estrategia y lo que los preocupaba, y todo eso significa entrar en el mundo mental de los primeros empresarios. La historia de la Encyclo-pdie sugiere la posibilidad de hacer una historia intelectual de los hom-bres de negocios y tambin una historia diplomtica de los negocios. Pero es difcil contar una historia y analizar esquemas de comporta-miento al mismo tiempo. Este libro cambiar del modo narrativo al mo-do analtico cuando parezca apropiado, y el lector que prefiera un modo y no el otro podr buscar su ruta en el texto mediante los subttulos de los captulos, que son como avisos en un camino.

    La historia empieza ms o menos alrededor del momento en el que Diderot termina su conexin con la Encyclopdie es decir, en 1772, cuando apareci el ltimo volmen de lminas. Puede parecer extra-o embarcarse en una historia de la Encyclopdie justo en el momento en el que Diderot la hubiera llevado cuidadosamente a buen puerto, pero este procedimiento est justificado por dos consideraciones. Pri-mero, ya se ha estudiado mucho a Diderot y la Encyclopdie original. El texto del libro se ha analizado e incluido en cientos de antologas: recapitular todos los estudios sobre su contenido intelectual sera re-dundante, aunque fuera importante para los propsitos de su historia editorial.2 En segundo lugar, se puede aprender muy poco a partir del estudio de la produccin y la difusin de la primera edicin. Se han en-contrado algunos pocos fragmentos de los libros contables de los edito-res originales y se pueden deducir algunas actividades comerciales de las editoriales a partir del material reunido por Luneau de Boisjer-main, un suscriptor furioso que los demand sin xito por estafa. Aun-que muchos estudiosos han buscado en estos documentos, no han des-cubierto mucho sobre la forma en que se hizo la primera edicin, el lugar en el que la vendieron y quines la compraron. La historia de la segunda edicin sigue siendo casi igualmente oscura, a pesar de algn

    2 Esta afirmacin no debera entenderse como una afirmacin en el sentido de que la historia editorial puede ignorar el contenido de los libros. Al contrario, este estudio busca demostrar la importancia de la comprensin no slo de los textos mis-mos sino tambin del significado de los textos para sus lectores en momentos espe-cficos del pasado. Para referencias acerca de la literatura sobre la Encyclopdie, especialmente estudios de las primeras ediciones, vase la Nota bibliogrfica.

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    material revelador descubierto por George B. Watts y John Lough en los archivos de Ginebra. Y aunque los estudiosos italianos han encon-trado algo sobre la poltica que rodeaba las ediciones de Lucca y Leg-horn, no saben cunto costaron las reimpresiones italianas ni de cun-tos ejemplares constaron.

    En cuanto a la difusin, las primeras cuatro ediciones de la Encyclo-pdie fueron relativamente poco importantes. Eran publicaciones lujo-sas, en folio, que los lectores comunes no podan pagar y, si se las toma en conjunto, son slo el 40 por ciento de las Encyclopdies que hubo en existencia hasta 1789. La gran masa de Encyclopdies en la Europa pre-rrevolucionaria provino de las ediciones de menor precio, en cuarto y en octavo, impresas entre 1777 y 1782. Entre el 50 y el 65 por ciento de los ejemplares del libro en Francia pertenece a la edicin en cuarto y pueden rastrearse completamente gracias a los papeles de la Socit Typographique de Neuchtel. Los archivos de Neuchtel tambin ha-cen posible explicar la historia de la edicin en octavo y los orgenes de la Encyclopdie mthodique, la ltima enciclopedia de la Ilustracin, cu-yo destino puede seguirse a travs de toda la Revolucin a partir de otras fuentes. Por otra parte, los papeles de Neuchtel revelan los lazos entre todas las operaciones comerciales de las Encyclopdies entre 1750 y 1800, incluyendo algunas que nunca se materializaron. Muestran c-mo el libro cambi de forma a medida que las editoriales lo adaptaban a un pblico cada vez mayor y cmo se sucedieron los emporios edito-riales a medida que los inversionistas se las ingeniaban para explotar el mayor best-seller del siglo. Por lo tanto, desde el punto de vista de la his-toria del libro, la historia de la Encyclopdie tuvo su giro esencial en la dcada de 1770. Solamente entonces se movi hacia una fase cuyo resul-tado fue la difusin de la Ilustracin en escala masiva. Si bien la docu-mentacin no permite mucho estudio de las encarnaciones previas del libro, s es lo suficientemente rica como para mostrar que el trabajo de Diderot alcanz a la vasta mayora de sus lectores slo despus de que l lo termin.

    Antes de intentar rastrear la transmigracin tarda del texto, es impor-tante tomar en cuenta un hecho bsico, evidente para las autoridades de Francia apenas el primer volumen de la primera edicin lleg a los suscriptores: el libro era peligroso. No slo provea informacin sobre todas las cosas desde la a hasta la z, sino que registraba el conocimiento segn los principios filosficos bsicos expuestos por dAlembert en el Discours prliminaire. Aunque formalmente reconoca la autoridad

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    de la iglesia, dAlembert dej bien claro que el conocimiento prove-na de los sentidos y no de Roma ni de la revelacin. El gran agente or-denador era la razn, que combinaba los datos de los sentidos y trabaja-ba con las facultades hermanas de la memoria y la imaginacin. Por eso, todo lo que saba el ser humano derivaba del mundo a su alrede-dor y de las operaciones de su propia mente. La Encyclopdie lo demos-traba grficamente, con un grabado que representaba al rbol del cono-cimiento y mostraba la forma en que las artes y las ciencias crecan todas a partir de las tres facultades mentales principales. La filosofa formaba el tronco del rbol y, en cambio, la teologa ocupaba una rama remota, cerca de la magia negra. Diderot y dAlembert haban destro-nado a la antigua reina de la ciencias, reorganizado el universo cogniti-vo y reorientado al hombre dentro de ese universo, mientras empuja-ban con el codo a dios hasta dejarlo afuera.

    Saban que manipular y estudiar las visiones del mundo era peligro-so, as que se escondieron bajo subterfugios, ironas y falsas afirmacio-nes de ortodoxia. Pero no escondieron la base epistemolgica del ata-que que llevaban a cabo contra la vieja cosmogona. Al contrario, el Discours prliminaire la haca explcita en una breve historia de la fi-losofa que estableca el pedigree intelectual de los philosophes y ataca-ba al tomismo ortodoxo por un lado y el cartesianismo neoortodoxo por el otro, dejando en pie slo a Locke y a Newton. As, Diderot y dAlembert presentaban su trabajo no slo como una compilacin de informacin sino tambin como un manifiesto de philosophie. Queran fundir esos dos aspectos del libro, hacerlos parecer como dos lados de la misma moneda. Eso era el enciclopedismo. Esta estrategia sirvi pa-ra legitimar la Ilustracin porque los enciclopedistas identificaban su filosofa con el conocimiento mismo, es decir, con el conocimiento vli-do, el que deriva de los sentidos y las facultades de la mente como opuesto al tipo de conocimiento que dispensan el estado y la iglesia. La enseanza tradicional, concluan, no significaba nada excepto prejui-cio y supersticin. As, bajo el bulto de los 28 volmenes de papel de la Encyclopdie y la enorme variedad de sus 71 818 artculos y 2 885 lmi-nas haba un cambio epistemolgico que transformara la topografa de todo el conocimiento humano.

    Fue esa ruptura con las nociones establecidas de conocimiento y au-toridad intelectual la que convirti a la Encyclopdie en un libro tan he-rtico. Una vez realizada esta ruptura, despus de que se hubiera enten-dido el punto de vista del Discours prliminaire, los lectores podan encontrar pequeas herejas diseminadas en el texto. La bsqueda se

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    convirti en un juego. No tena sentido buscar en lugares obvios, don-de los enciclopedistas tenan que ejercer un cuidado extremo porque haba censura y ellos lo saban. De todos modos, se atrevieron a contra-bandear incluso alguna que otra impiedad en el artculo christianis-me, por ejemplo. Pero no, era mejor buscar herejas en artculos margi-nales con encabezados absurdos como aschariouns y epidelius, que denunciaban los absurdos de la cristiandad. Claro que, incluso en ese caso, las observaciones estaban veladas. En artculos como siako, los enciclopedistas vestan al papa en ropas japonesas y slo despus se bur-laban de l; en ypaini, disfrazaban a la eucarista de ritual extravagante y pagano; cubran al espritu santo con el plumaje de un pjaro ridcu-lo en aigle, y hacan que la encarnacin fuera tan tonta como la supers-ticin sobre una planta mgica en agnus scythicus. Al mismo tiempo, producan un desfile de hindes, confucianos, hotentotes, estoicos, des-tas y ateos de mente abierta y cumplidores de la ley, que generalmente parecan ganarle a los ortodoxos en las discusiones, aunque la ortodo-xia siempre triunfaba al final, gracias a unos cuantos non sequitur o la intervencin de las autoridades eclesisticas, como en unitaires. De es-ta forma, los autores estimulaban a los lectores para que buscaran el significado entre lneas y el doble sentido.

    Una vez que el lector aprendiera a ejercitar su razn de esa forma, descubrira la falta de razn en todas las esferas de la vida, incluyendo la social y la poltica. La Encyclopdie trataba al estado con ms respeto que a la iglesia y no discuta la supremaca de los rdenes privilegia-dos. Pero en medio de tantos artculos convencionales y a veces contra-dictorios, el lector atento poda descubrir una gran irreverencia frente a los dueos del mundo secular. En autorit politique, Diderot pare-ca reducir la autoridad del rey al consentimiento del pueblo y, no con-tento con eso, dHolbach defenda una monarqua constitucional de ti-po burgus en represntants; Rousseau anticipaba los argumentos radicales de su Contrato social en conomie (morale et politique); y Jaucourt populariz la teora de la ley natural en decenas de artculos que implcitamente desafiaban la ideologa del absolutismo borbnico. Muchos artculos se burlaban de la pompa y las pretensiones de la aris-tocracia. Aunque en algunos artculos (exemptions y privilge) se de-fendan las exenciones de impuestos de los rdenes o clases privilegia-das, en otros (vingtime y impt) se las atacaba. Y la dignidad de las personas comunes se afirmaba en muchos puntos, no slo en artculos sobre la burguesa (ngoce) sino tambin en descripciones apasionadas de la dura vida de los trabajadores (peuple).

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    Sin embargo, sera errneo comprender esas observaciones como una llamada a la revolucin. La Encyclopdie fue producto de su poca, la Francia de mediados de siglo, cuando los escritores no podan discu-tir cuestiones polticas y sociales abiertamente, a diferencia de lo que sucedi en la era prerrevolucionaria, cuando un gobierno tambaleante permiti la discusin franca de ciertos temas. La Encyclopdie ni siquie-ra favoreca una forma avanzada de capitalismo. A pesar de su nfasis en la tecnologa y la fisiocracia, en artculos como industrie y manu-factures desalentaba la concentracin de hombres y mquinas en las fbricas y presentaba una descripcin arcaica de la manufactura en lu-gar de prever la revolucin industrial. El elemento radical de la Ency-clopdie no provena de una visin proftica de las revoluciones france-sa e industrial sino de su intento por hacer un mapa del mundo del conocimiento segn nuevas fronteras, determinadas por la razn y sola-mente por la razn. Como proclamaba en su portada, quera ser un dicionnaire raisonn des sciences, des arts et des mtiers, es decir, pre-tenda medir toda la actividad humana con estndares racionales y as proveer una base para volver a pensar el mundo.

    Los contemporneos no tenan dificultad para detectar el propsito del libro, que sus autores reconocan abiertamente en artculos claves como encyclopdie de Diderot y la Advertencia al volumen 3 de dAlembert. Desde la aparicin del primer volumen en 1751 hasta la gran crisis de 1759, la Encyclopdie recibi ataques de los defensores de las viejas ortodoxias y el Antiguo Rgimen. La atacaron jesuitas, janse-nistas, la Asamblea General del Antiguo Rgimen, el parlamento de Pars, el consejo del rey y el papa. Las denuncias fueron tantas y tan r-pidas, en artculos, panfletos, libros, edictos oficiales, que la Encyclop-die pareca destinada al fracaso. Pero los editores haban invertido una fortuna en ella y tenan protectores poderosos, sobre todo Chrtien-Guillaume de Lamoignon de Malesherbes, el liberal director de la Li-brairie, un progresista que supervisaba el mercado del libro en los aos cruciales entre 1750 y 1763.

    Malesherbes salv varias veces a la Encyclopdie, primero en 1752, cuando el libro apareci implicado en el affaire Prades. Uno de los cola-boradores de Diderot, el abate Jean-Martin de Prades, haba presenta-do una tesis de grado en teologa en la Sorbona que pareca salir direc-tamente del Discours prliminaire, si no del infierno mismo, como observ el obispo de Prades. En el curso del escndalo subsecuente, de Prades huy a Berln, donde Federico II lo nombr lector; como evi-dencia del atesmo creciente, se hicieron denuncias contra la Encyclop-

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    die ante el rey; Diderot, que haba pasado cuatro meses dolorosos en Vincennes slo dos aos antes por su Carta sobre los ciegos, pareca a punto de ir a parar a prisin de nuevo; y los rumores decan que los je-suitas acabaran conquistando la lucha contra la Encyclopdie y que sa sera su recompensa por la diligencia que haban mostrado para expo-ner la conspiracin contra la religin. Gracias a Malesherbes, esta crisis tuvo un solo resultado, un Arrt du Conseil que condenaba los prime-ros dos volmenes por muchas mximas tendientes a destruir la auto-ridad real, establecer el espritu de independencia y de revuelta, y, con trminos oscuros y equvocos, elevar los fundamentos del error, de la corrupcin de las costumbres, de la falta de religin y de la increduli-dad [1].3 Eso sonaba bastante terrible pero tuvo poco efecto porque los volmenes ya estaban distribuidos a los suscriptores y el gobierno permiti que el trabajo continuara sin revocar el privilegio.

    El escndalo continu chisporroteando y extendindose durante los siguientes siete aos, mientras aparecan los volmenes 3 a 7 y haba polemistas hbiles como Charles Palissot y Jacob-Nicolas Moreau que alimentaban las llamas en apoyo a la posicin de los sacerdotes. Del otro lado, Voltaire puso su pluma y su prestigio al servicio de la causa, y Diderot y dAlembert descubrieron que la lista de sus colaboradores aumentaba con el agregado de nombres ilustres, incluyendo la mayo-ra de los que estaban empezando a recibir el nombre de philosophes: Duclos, Toussaint, Rousseau, Turgot, Saint-Lambert, dHolbach, Dau-benton, Marmontel, Boulanger, Morellet, Quesnay, Damilaville, Nai-geon, Jaucourt y Grimm. Tambin estuvieron de su lado Montesquieu y Buffon, cuyos trabajos se citaban constantemente, aunque parece que ninguno de ellos escribi nada expresamente para la Encyclopdie. (Montesquieu muri en 1755, dejando un fragmento que se public despus de su muerte en el artculo got, y Buffon mantuvo cierta dis-tancia de los enciclopedistas, tal vez porque haba tenido suficientes di-ficultades defendiendo los pasajes poco ortodoxos en su Histoire nature-lle, que empez a aparecer en 1749.)

    Nada podra haber sido mejor para los negocios que la controversia constante y continua y ese regimiento voluntario de autores. Los edito-res, Andr-Franois Le Breton y sus socios, Antoine-Claude Briasson,

    3 Arrt du Conseil del 7 de febrero de 1752, citado por John Lough, The Ency-clopdie, Nueva York, 1971, p. 21. El libro de Lough ofrece una buena visin ge-neral de la historia temprana de la Encyclopdie. Puede ser interesante agregar los estudios de Watts, Proust y Wilson, citados en la Nota bibliogrfica.

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    Michel-Antoine David y Laurent Durand, haban calculado una edi-cin de 1 625 ejemplares pero las suscripciones venan con tanta veloci-dad que la multiplicaron por tres, hasta que en 1754 lleg a 4 255. En sus prospectos para 1751 haban prometido entregar 8 volmenes de texto en folio y 2 de lminas, a un costo total de 280 libras, para fines de 1754. El prospecto aticipaba la posibilidad de que hubiera un volu-men ms, que se vendera con un descuento del 29 por ciento, pero ase-guraba a los suscriptores que ya se haban completado el texto y las l-minas, aunque Diderot tena todava ms de veinte aos de labor por delante y producira por lo menos tres veces la cantidad de volmenes que haba prometido en el prospecto. Este publicidad falsa estableci un nivel que los editores de la Encyclopdie iban a mantener sin cam-bios durante los siguientes cincuenta aos. En realidad, si el pblico hubiera sabido que el libro crecera hasta tener 17 volmenes de texto y 11 de lminas, que su precio se inflara hasta llegar a 980 libras y que su ltimo volumen no aparecera sino hasta 1772, la empresa nunca ha-bra despegado. Aunque Luneau de Boisjermain trat, sin xito, de acabar con ella denunciando legalmente a los editores por estafa, la ver-dadera amenaza vino nuevamente de las autoridades francesas, duran-te una segunda crisis, entre 1757 y 1759.

    se fue un periodo oscuro en la historia de Francia. Empez con el atentado de Damiens, que trat de asesinar al rey Luis XV. El pas, que ya sangraba por la guerra de los Siete Aos, se llen de rumores sobre ateos y regicidas, y la corona movi y removi los miedos a la conspiraciones con la declaracin del 16 de abril de 1757, que amenaza-ba con condenar a la pena de muerte a cualquiera que escribiera o im-primiese cualquier cosa contra la iglesia o el estado; y en realidad, con-tra cualquiera que quisiera agitar los espritus. En ese punto, los antienciclopedistas abrieron fuego con todo el peso de su propaganda poltica, no slo mediante denuncias contra las herejas en los volme-nes 4 y 7 de la Encyclopdie sino tambin mediante la asociacin de esas herejas con el atesmo que, segn decan, se haba mostrado desver-gonzadamente en pblico con la aprobacin del censor, cuando Helv-tius public De lesprit en julio de 1758. Ese libro caus un escndalo todava ms grande que la tesis del abate de Prades y, aunque Helv-tius no haba contribuido a la Encyclopdie, la mayor parte de la indig-nacin que caus el libro cay sobre ella. En enero de 1759, el pro-curador general del parlamento de Pars advirti que detrs de De lesprit acechaba la Encyclopdie y que detrs de la Encyclopdie haba una conspiracin para destruir la religin y socavar el poder del esta-

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    do. El parlamento prohibi rpidamente la venta de la Encyclopdie y design una comisin para que la investigara. Pero el parlamento, aun-que haba cazado brujas durante siglos, jams haba tenido control de la palabra impresa en Francia.

    Esa autoridad perteneca al rey, que la ejercitaba a travs de su can-ciller, que la delegaba en el director de la Librairie, que en este caso era Malesherbes. El 8 de marzo de 1759, el Conseil dEtat reafirm la auto-ridad del rey tomando la destruccin de la Encyclopdie en sus propias manos. Revoc el privilegio del libro y prohibi a los editores que conti-nuaran publicndolo, haciendo notar, como explicacin, la estrategia que haban seguido los autores: La mencionada Encyclopdie, que se ha convertido en un diccionario completo y un tratado general de to-das las ciencias, ser mucho ms buscada por el pblico y consultada mucho ms a menudo, y en consecuencia se diseminar an ms y ad-quirirn validez las perniciosas mximas de las que estn llenos los vo-lmenes que ya se han distribuido [2].4 La Encyclopdie entr en el In-dex del 5 de marzo de 1759, acompaada de De lesprit, y el 3 de septiembre el papa Clemente XII advirti a todos los catlicos dueos del libro que deban hacerlo quemar por un sacerdote o recibiran la excomunin. Era muy difcil que un libro recibiera una condena tan completa. La Encyclopdie haba hecho burla de las autoridades ms importantes del Antiguo Rgimen y haba sobrevivido. Su superviven-cia marcaba un punto de inflexin en la Ilustracin y en la historia del libro en general.

    A veces, en el curso de esa crisis, Diderot que haba estado escri-biendo a puertas cerradas saba, avisado por Malesherbes, que la po-lica estaba a punto de confiscar sus papeles y que los podra salvar si se los dejaba al propio Malesherbes, que acababa de ordenar que los con-fiscaran. Al parecer, Malesherbes estaba tambin detrs de la nego-ciacin que finalmente salv a la empresa. El 21 de julio de 1759, un Arrt du Conseil exigi que las editoriales devolvieran 72 libras a cada suscriptor, supuestamente para cerrar sus cuentas. Sin embargo, en rea-lidad, el gobierno les permiti usar el dinero en un Recueil de mille planches sur les Sciences, les Arts libraux et les Arts mcaniques, que no era otra cosa que las lminas de la Encyclopdie bajo un ttulo diferen-te. Una vez que volvieron a tener manejo legal de la operacin comer-cial con un nuevo privilegio, otorgado para el Recueil de mille planches el 8 de septiembre de 1759, los editores procedieron a imprimir el lti-

    4 Arrt du Conseil del 8 de marzo de 1759, en Lough, ibid., p. 26.

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    mo de los diez volmenes de texto. Para minimizar el escndalo, los volmenes aparecieron todos juntos en 1765, bajo el falso pie de im-prenta A neufchstel, / chez samuel fauche & Compagnie, Librai-ries & Imprimeurs. Y para reasegurar la inversin, Le Breton purg el texto en las pruebas de imprenta sin decrselo a Diderot. Aunque Di-derot jams le perdon esa atrocit a su editor, sigui trabajando en las lminas y los ltimos dos volmenes aparecieron en 1772. Pero la ale-gra del trabajo se haba evaporado para l. Abandonado por dAlem-bert, Voltaire y la mayora de los escritores que haban estado a su lado a principios de la dcada de 1750, Diderot sac los dos ltimos volme-nes juntos y confi cada vez ms en el fiel Jaucourt, que redact y com-pil sin detenerse y que finalmente termin la obra. Diderot se dej dominar por un estado de desilusin y desencanto. Cuando examin en esa poca el resultado de veinticinco aos de trabajo, describi la Encyclopdie como una monstruosidad, algo que habra que rescribir de principio a fin.5 Ese veredicto dispar una serie de proyectos para remodelar el libro que culminaron en la Encyclopdie mthodique, un libro todava ms monstruoso, porque los sucesores de Le Breton y los vendedores de todas las ciudades de Europa consideraban que el traba-jo de Diderot estaba demasiado plagado de fallas como para dejarlo as y era demasiado lucrativo como para abandonarlo por completo. De todos modos, fueran cuales fueren esos errores, el hecho de que el tra-bajo se hubiera terminado representa una de las grandes victorias del espritu humano y de la palabra impresa.

    Cuando el estado permiti que el texto de Diderot apareciera impre-so, a pesar de su ilegalidad formal, dio a los philosophes una oportuni-dad para intentar poner sus mercancas en el mercado de las ideas. Pe-ro, cul fue el resultado de ese momento decisivo dentro de los lmites impuestos a la prensa francesa? Los historiadores se han concentrado en el duelo entre los enciclopedistas y los poderes del Antiguo Rgi-men y, por lo tanto, han contado slo la mitad de la historia. La otra mitad tiene que ver con algunas cuestiones bsicas en la historia del li-bro del siglo xviii. Primero, es posible situar el trabajo en un contexto

    5 Diderot expres esa crtica a Charles Joseph Panckoucke, un editor que soli-citaba permiso para producir una nueva edicin revisada de la Encyclopdie en 1768. El texto original de la memoria de Diderot est perdido, pero parte de ese texto se public durante el juicio de Luneau de Boisjermain y se reimprimi en las Ouvres compltes de Diderot, Pars, J. Asszat y M. Tourneux, 1875-1877, xx, pp. 129-133.

  • el negocio de la ilustracin14

    social? De dnde salieron los enciclopedistas y adnde fueron a parar las Encyclopdies? Segundo, cmo surgieron las ediciones ms tardas a partir de la primera y qu revelan sobre las operaciones de la indus-tria editorial?

    La investigacin sobre la procedencia social de los enciclopedistas ha girado alrededor de la cuestin de si se puede considerar burgueses a los hombres que dieron forma a la conciencia de esa clase social y ayu-daron a establecer el capitalismo industrial del siglo xviii. Para la gene-racin de estudiosos marxistas en edad madura, la respuesta a esa pre-gunta era un s no calificado y no documentado.6 Pero la generacin ms joven de historiadores sociales ha descubierto toda una serie de complejidades y contradicciones dentro de la burguesa del siglo xviii, y los historiadores econmicos no encuentran mucha evidencia de in-dustrializacin en Francia antes de la segunda mitad del siglo xix. Frente a tanta ambigedad en las disciplinas hermanas y con un cam-bio general en el clima intelectual, los estudiosos de la literatura se vie-ron frente a la necesidad de adoptar una rvolution conceptuelle en el estudio de la Encyclopdie. Este cambi empez con Jacques Proust, la autoridad ms importante sobre la Encyclopdie en Francia, que afir-ma que los enciclopedistas deben entenderse como un grupo muy pecu-liar, una socit encyclopdique con una formation structure por debajo, aunque tambin se los puede identificar con la burguesa.7 Este enfo-que analtico llev al desarrollo de investigaciones importantes pero, despus de vadear el mar de datos, los investigadores descubrieron que, en general, las estructuras y lo burgus desaparecen en la mez-cla confusa de datos sobre individuos particulares, pero aun si se tiene

    6 Albert Soboul, Encyclopdie ou Dictionnaire raisonn des sciences, des arts et des mtiers, Pars, 1852, pp. 7-24. Soboul llega a tratar la esttica de Diderot como una versin proftica del realismo sovitico en la pintura (p. 179), aunque acepta que los philosophes no lograron llegar al concepto de nacin que tena Stalin (p. 149) y que el enciclopedismo tuvo que esperar al estalinismo para alcanzar la perfec-cin: El espritu enciclopdico se da libre y plenamente en la nica sociedad libe-rada del capitalismo y de la explotacin del hombre por el hombre, la sociedad sin clases, de la cual es reflejo la Enciclopedia sovitica (p. 23).

    7 Jacques Proust, Questions sur lEncyclopdie, Revue dHistoire Littraire de la France, lxxii, enero-febrero de 1972, p. 45. La revolucin de Proust partira al parecer de un anlisis social de los enciclopedistas y pasara luego a un anlisis estructuralista de sus textos. Para la investigacin sobre los enciclopedistas como grupo, vase la Nota bibliogrfica.

  • introduccin. la biografa de un libro 15

    todo eso en cuenta la informacin no est completa. Es imposible iden-tificar a los autores de casi dos quintos de los artculos; casi un tercio de los autores identificables escribieron solamente un artculo; los que tra-bajaban noche y da como Diderot, el abate Mallet y Boucher dArgis produjeron la mayor parte del libro. El caballero de Jaucourt, un noble con antepasados rastreables hasta la edad media, escribi un cuarto del texto y nadie puede decir que la Encyclopdie es un libro aristocrtico, especialmente porque muchas de las contribuciones de Jaucourt contie-nen solamente unas pocas lneas y parecen triviales cuando se las com-para con tratados como vingtime, escrito por Damilaville, que sin em-bargo es autor de solamente tres artculos.

    Dada la falta de representatividad de los artculos cuyos autores pue-den identificarse y el desequilibrio de nmero en las contribuciones, cmo es posible encontrar una forma significativa de medirlos para estudiar la Encyclopdie desde un punto de vista sociolgico? Incluso si se agrupa a todos los autores en un mismo conjunto y se los clasifica se-gn categoras sociales y ocupacionales, no parecen muy burgueses, por lo menos no en el sentido moderno, capitalista de la palabra. Slo un 4 por ciento eran mercaderes o fabricantes. La misma proporcin corresponda a los nobles con ttulo y ambos grupos parecen chicos si se los compara con los mdicos y cirujanos (15 por ciento), funcionarios administrativos (12 por ciento) y hasta clrigos (8 por ciento).8 Lo que identificaba a los enciclopedistas como grupo no era su posicin social sino su compromiso con una causa. No se puede negar que muchos de ellos se retiraron cuando la causa estuvo en peligro pero dejaron su marca en el libro y el libro lleg a ser el smbolo esencial, el eptome de la Ilustracin. A travs del escndalo, la persecucin y la mera supervi-vencia, la Encyclopdie lleg a ser, segn amigos y enemigos, la suma de un gran movimiento intelectual y los hombres que estuvieron tras ella se convirtieron no en colaboradores sino en encyclopdistes. Lo que hicieron cre un ismo, un movimiento.

    Es difcil decir cmo funcion el enciclopedismo en el mercado in-mediatamente despus de que los enciclopedistas terminaran el traba-jo: el problema es que los papeles de Le Breton y sus socios parecen ha-ber desaparecido casi por completo. Algunas evidencias en el material

    8 Los porcentajes estn calculados a partir de la informacin sobre los colabora-dores que da Jacques Proust en Diderot et lEncyclopdie, Pars, 1967, captulo 1 y anexo 1, y John Lough, The Contributors to the Encyclopdie, Londres, 1973. Para ms detalles, vanse los captulos 8 y 9.

  • el negocio de la ilustracin16

    no muy confiable que se produjo durante el juicio de Luneau de Bois-jermain indican que la primera edicin en folio no se vendi mucho en Francia: slo la mitad o tal vez un cuarto de los ejemplares se mantu-vieron dentro del reino.9 Pero los editores hicieron una fortuna. Sobre una inversin inicial de 70 mil libras, probablemente las utilidades fue-ron de 2.5 millones. El ingreso neto fue de aproximadamente 4 millo-nes de libras y los costos netos de entre 1.5 y 2.2 millones, de los cuales slo 80 mil volvieron a Diderot.10 Eran sumas espectaculares para el si-glo xviii y los editores slo pudieron manejarlas reuniendo capital de los suscriptores. Gracias a ese flujo de caja, para 1751 la Encyclopdie se financiaba a s misma aunque seguramente el papel y la impresin de los ltimos diez volmenes de texto, que se imprimieron simultnea-mente, requirieron una gran cantidad de dinero contante y sonante.

    El negocio parece haber sido semejante a muchas otras operaciones editoriales de carcter especulativo. El 18 de octubre de 1745, Le Bre-ton y sus tres socios firmaron un trait de socit para establecer un fon-

    9 Los editores afirmaron que tres cuartos de la edicin fueron a dar a manos de suscriptores extranjeros, pero probablemente exageraban la importancia de las exportaciones para indicar que, al oponerse a Luneau, estaban contribuyendo al bienestar de toda la nacin y promoviendo un balance favorable en el comer-cio exterior. Vase John Lough, Luneau de Boisjermain vs. the Publishers of the Encyclopdie, en Theodore Besterman, comp., Studies on Voltaire and the Eighteenth Century, xxiii, 1963, pp. 132-133.

    10 Estas estimaciones estn basadas en fragmentos de las cuentas y otros mate-riales de los editores relacionados todos con el caso Luneau, publicados ms tarde por Louis-Philippe May: Histoire et sources de lEncyclopdie daprs le registre de dlibrations et de comptes des diteurs et un mmoire indit, en Revue de Synthse, xv, 1938, pp. 7-110. En The Encyclopdie as a Business Venture, en Charles K. Warner, comp., From the Ancien Rgime to the Popular Front: Essays in the History of Modern France in Honor of Shepard B. Clough, Nueva York y Lon-dres, 1969, pp. 19-20, Ralph H. Bowen afirma que estos documentos confirman una idea de Diderot, que pensaba que las ventas totalizaban 4 millones de libras, los gastos 1.5 millones y las ganancias 2.5 millones. Pero Luneau manipul la evi-dencia para sugerir que los editores engaaron a los suscriptores y una lectura cuidadosa de esa manipulacin por Lough (Luneau de Boisjermain vs. the Pu-blishers of the Encyclopdie, p. 167) muestra que seguramente los gastos llegaron por lo menos a 2 205 839 libras. En realidad, el material de Luneau es demasiado polmico como para poder apoyarse en l y sacar conclusiones firmes, especial-mente porque haba dificultades en cuanto al cobro de las cuentas, que recorta-ban muchsimo las ganancias de los editores del siglo xviii. En sus libros, los edito-res colocaban estas prdidas bajo rubros como recouvrement y mauvais dbiteurs.

  • introduccin. la biografa de un libro 17

    do de capital de 20 mil libras y se dividieron las acciones segn las apor-taciones de cada uno: Le Breton adquiri 3/6 y los otros, 1/6 por cabeza. Los artculos complementarios daban a Le Breton una suma fija por pgina para gastos de impresin porque los socios delegaban en l la responsabilidad de la produccin y l cumpli lo mejor que pudo den-tro de los trminos fijados por el contrato.11 Es imposible saber la for-ma exacta en que manej esa tarea enorme y tampoco sabemos mucho sobre la forma en que se consiguieron los clientes ni quines eran. El material de Luneau contiene los nombres de unos 75 suscriptores. La mayora de ellos eran nobles, incluyendo varios miembros eminentes de la corte el vizconde de Noailles, el mariscal de Mouchy, el duque de la Vallire y varios magistrados de los parlamentos y bailliages. El resto vena sobre todo del campo de la ley, la religin y los escalones superiores de la administracin real. Slo dos eran mercaderes.12 Claro que esos pocos nombres, que quedaron marcados por la polmica del juicio, no constituyen una muestra representativa de todos los suscrip-tores, que fueron unos cuatro mil. Casi lo nico que se puede decir de la historia editorial de la primera edicin es que el texto vino de un gru-po dispar de escritores unidos por un compromiso comn con la tarea; que los lujosos volmenes de la edicin fueron a parar a manos de lec-tores de toda Europa, ricos y de buena familia; y que fue un negocio extremadamente lucrativo.

    Una de las primeras personas que sac esa ltima conclusin fue un editor muy agresivo de Lille llamado Charles Joseph Panckoucke, que haba establecido su negocio en Pars en 1762 despus de un breve pe-riodo como aprendiz de Le Breton. Panckoucke cultivaba la amistad con algunos philosophes, especialmente con Buffon, Voltaire y Rous-seau, y tambin cortejaba a protectores dentro del gobierno. Para 1768, se haba convertido en el librero oficial de la Imprimerie Royale y la Acadmie Royale des Sciences, y estaba por convertirse en la figura do-minante de la prensa francesa, gracias a una red de monopolios otorga-dos por el gobierno que cubran gran parte de la literatura peridica. El 16 de diciembre de 1768 cuatro aos antes de que se publicaran los ltimos volmenes de lminas, Panckoucke y dos socios, un libre-ro llamado Jean Dessaint y un fabricante de papel llamado Chauchat,

    11 Para textos de contratos y adiciones al contrato, vase May, Histoire et sour-ces de lEncyclopdie, pp. 15-17, 25.

    12 Lough, Luneau de Boisjermain vs. the Publishers of the Encyclopdie, pp. 133-140.

  • el negocio de la ilustracin18

    compraron a Le Breton y sus socios los derechos de las ediciones futu-ras de la Encyclopdie y las lminas de cobre para las ilustraciones.13

    Mientras los editores originales completaban la edicin de las lmi-nas, el nuevo consorcio hizo presin para conseguir el permiso de re-produccin de una edicin refonte, o sea totalmente revisada. Panc-koucke reclut a Diderot para que le ayudara y Diderot cumpli con un texto elocuente que defenda la necesidad de una nueva Encyclop-die mediante la estrategia de enumerar los errores de la primera. El canciller Maupeou se neg a dar el permiso aunque el duque de Choi-seul, una figura ms progresista a la que el gobierno estaba por expul-sar, autoriz una reimpresin del texto original. Esas dificultades asus-taron a Dessaint y a Chauchat pero Panckoucke compr sus acciones, las transform en acciones de la operacin comercial que tendra que ver con la reimpresin y el 26 de junio de 1770 las vendi otra vez a otro grupo de socios. Esos socios incluyeron finalmente al editor de Voltaire, Gabriel Cramer, y Samuel de Tournes, de Ginebra; Pierre Rousseau, director de la Socit Typographique de Bouillon; y dos pa-risinos, un notario llamado Lambot y un librero llamado Brunet. Nue-ve meses despus, el 12 de abril de 1771, Panckoucke form otra socie-dad separada, esta vez para los Supplments, que corregiran los errores y llenaran los vacos que haba dejado el texto original. Esta socit es-taba formada por gente que haca negocios con la reimpresin, todos excepto Lambot, que probablemente haba vendido su parte otra vez a Panckoucke a principios de 1771, y los dos hombres de Ginebra, que queran entrar pero finalmente desistieron; tambin inclua a Marc-Mi-chel Rey, el editor de Rousseau en Amsterdam, y a Jean-Baptiste Robi-net, hombre de letras que iba a ser el corrector y editor del Suppl-ment.14 Por lo tanto, lo que haba empezado como una sociedad entre

    13 Durand muri en 1763 y los otros socios se dividieron sus acciones, equiva-lentes a un sexto del total, as que en 1768 Le Breton tena 10/18 del negocio y Da-vid y Briasson cada uno 4/18. Panckoucke y sus dos socios adquirieron cada uno 1/3 del nuevo negocio. Lo que se cuenta sobre la historia de la Encyclopdie y el Supplment desde 1768 hasta 1776 se deriva sobre todo del trabajo de Watts, Lough, Clment y Birn citado en la Nota bibliogrfica.

    14 En la correspondencia, los editores generalmente se referan al Supplment en singular, como aparece en el ttulo, pero a veces hablaban de Supplments en plural. Segn el original del Acte de Bouillon, del 12 de abril de 1771, en el archi-vo de Marc-Michel Rey, Bibliotheek van de Vereeniging ter Bevordering van de Belangen des Boekhandels de Amsterdam, las acciones de la empresa para el Sup-plment se dividan como sigue: 6/24 a Cramer y de Tournes, 6/24 a Rousseau,

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    tres libreros parisinos lleg a transformarse en dos consorcios interna-cionales, construidos sobre un sistema de alianzas superpuestas entre los editores ms importantes de la Ilustracin.

    La historia subsecuente de la Encyclopdie tiene mucho en comn con la historia de la diplomacia del siglo xviii: es una intriga barroca con reveses sbitos combinados con momentos de guerra abierta. Los pri-meros editores haban sufrido el ataque de piratas desde Inglaterra en 1751 y aunque aparentemente pusieron fin a la amenaza de una Ency-clopdie inglesa pagando rescate, no pudieron impedir dos ediciones en folio en Italia. La primera empez a aparecer en 1758 en la repbli-ca de Lucca y la segunda en Leghorn, en 1770. Aunque las dos tuvie-ron muchas dificultades y se retrasaron varias veces, conquistaron parte del mercado de la Encyclopdie en el exterior de Francia, sobre todo en el sur de los Alpes. El mercado del norte cay en gran parte en manos de un monje italiano renegado, de nombre, segn la versin francesa, Fortun-Barthlemy de Flice. Despus de establecerse en la ciudad suiza de Yverdon, cerca de Neuchtel, Flice anunci que pro-ducira la muy deseada refonte de la Encyclopdie, una versin total-mente reescrita en cuarto, para la que recibira contribuciones de sa-bios de toda Europa para corregir errores, llenar vacos y sustituir eso fue lo que sucedi con algo de protestantismo sobrio las impie-dades del original. Los compradores de la Encyclopdie se vieron fren-te a una opcin: podan ya sea tomar el texto de Diderot con o sin el Supplment de Robinet o podan pedir la versin purgada y perfeccio-nada de Flice.

    Puesto que millones de libras dependan de esas decisiones, pronto los editores se vieron envueltos en una guerra de mercado. Contra la alianza dual de Panckoucke, que cubra Ginebra, Bouillon y Amster-dam, Flice moviliz a sus propios aliados: la Socit Typographique de Berne, que lo haba ayudado a fundar su negocio (Yverdon estaba en el territorio de Berna), y un poderoso vendedor de libros en La Ha-ya, llamado Pierre Gosse, que comerciaba intensamente en el norte de

    3/24 a Rey, 3/24 a Robinet, 4/24 a Panckoucke y 2/24 a Brunet. Despus de que los hombres de Ginebra se retiraron de la empresa, sus acciones se dividieron entre Panckoucke y Brunet. Es imposible seguir la venta y reventa de acciones separa-da de la especulacin de la reimpresin, pero Panckoucke retuvo slo una frac-cin de una fraccin de su inters original en ella. Para el 26 de octubre de 1770, Cramer y de Tournes tenan 2/6, Lambot aparentemente 2/6, Rousseau 1/6 y Bru-net parte del sexto que quedaba con Panckoucke.

  • el negocio de la ilustracin20

    Europa. Gosse y los hombres de Berna compraron toda la edicin de Flice y le dejaron hacerse cargo de la edicin y la impresin mientras manejaban el mercado.15 Los prospectos, cartas, circulares y avisos de las revistas, repetan sus afirmaciones sobre las deficiencias del trabajo de Diderot y la excelencia del de Flice. Ahora que la reputacin de Diderot ha hecho que se olvidara el recuerdo de su rival, es muy difcil para nosotros apreciar la efectividad de esa propaganda. Pero la Ency-clopdie dYverdon tuvo buena recepcin en el siglo xviii, y no slo en los rincones piadosos de Alemania y Holanda. Voltaire, cuyo Questions sur lEncyclopdie fue resultado de no cumplir la promesa de contribuir al Supplment, dijo que si estuviera comprando Encyclopdies habra elegido el texto de Flice y no el de Diderot.16 Y los que apoyaban a F-lice promovieron esa actitud a travs de revistas como la Gazette de Berne y la Gazette de Leyde donde podan manipular las noticias litera-rias. En 1771, por ejemplo, Gosse acus a la stn por imprimir una crti-ca no favorable al primer volumen de Flice en su propio peridico, el

    15 En una carta a la stn del 16 de julio de 1779, Flice dijo que estaba impri-miendo 1 600 ejemplares. El 18 de enero de 1771 Gosse inform a la stn que ha-ba comprado tres cuartos de la edicin y la Socit Typographique de Berne haba comprado el cuarto restante. Y en una carta del 30 de julio de 1771 hizo no-tar que haba comprado toda la edicin. Su hijo, tambin llamado Pierre Gosse, que lo sucedi en 1774, le dijo a la stn en una carta del 16 de julio de 1779 que se-gua recibiendo todos los ejemplares, los 1 600, ya que Flice estaba llegando al fi-nal de su tarea. Esas y todas las referencias a la stn vienen de los papeles de la So-cit Typographique de Neuchtel, Bibliothque de la Ville de Neuchtel, a menos que se especifique otra fuente.

    16 Al principio, Voltaire no mostr otra cosa que desprecio por Flice y su Encyclopdie (Voltaire a dAlembert, 4 de junio de 1769, en Theodore Besterman, comp., Voltaires Correspondance, Ginebra, 1962, lxxxii, p. 60), pero para el ao 1771 haba decidido que Flice era mejor que Panckoucke: Ellos [los colaborado-res de Flice] cuentan con la ventaja de corregir en su edicin muchos de los seve-ros errores que abundan en la Encyclopdie de Pars, la que Panckoucke y Des-saint han cometido la imprudencia de reimprimir. Este error capital los fuerza a preparar un suplemento, el cual encarecer el libro y har que la edicin de Yver-don sea an ms barata. Por lo que a m respecta, estoy seguro de que comprar la edicin de Yverdon y no la otra [3] (Voltaire a Gabriel Cramer, diciembre de 1770, ibid., lxxvii, p. 163). En 1777, Voltaire propuso que su Questions sur lEncy-clopdie, que originariamente haba escrito para el Supplment de Panckoucke, se incorporara a la edicin en cuarto, pero ese proyecto nunca lleg a ninguna parte. (Vase Voltaire a Henri Rieu, 13 de enero de 1777, ibid., xcvi, p. 27.)

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    Journal Helvtique, y la stn cambi inmediatamente su blanco, por la simple razn de que Gosse era su mejor cliente en los Pases Bajos.17

    El grupo de Panckoucke replic a travs de sus revistas, sobre todo el Journal des Savants de Panckoucke y el Journal Encyclopdique de Rousseau. Cramer lleg a mandar a Rousseau instrucciones para ridi-culizar a Flice: en lugar de tomar la Encyclopdie protestante con serie-dad, el Journal Encyclopdique deba acentuar lo absurdo del hecho de que un oscuro italiano, que ni siquiera saba escribir en correcto fran-cs, intentara corregir un texto producido por los mejores philosophes de Francia.18 Flice contest que slo estaba purgando el texto de Dide-rot de sus afirmaciones absurdas y recogiendo nuevos artculos sumi-nistrados por autoridades como Albrecht von Haller y Charles Bonnet, que hacan que los colaboradores de Diderot se vieran como personali-dades anticuadas. Dijo adems que l ofreca a los suscriptores un su-plemento propio que incorporara todo lo que valiera la pena del Sup-plment de Robinet dentro de una visin general ms moderna de las artes y las ciencias del momento. Y en 1775 fue todava ms all: anun-ci que producira su suplemento en folio y tambin en una edicin en cuarto y que pondra en la edicin en folio el material ms importante del texto principal de la Encyclopdie dYverdon. Este movimiento gol-pe el corazn de la publicacin rival porque Robinet haba dirigido su Supplment a los dueos de todas las ediciones en folio: las Encyclop-dies de Lucca, Leghorn y Pars, y tambin la reimpresin de Panc-koucke-Cramer. Cuando pedan sus suplementos a Flice, los dueos de los volmenes en folio podan combinar la versin estndar de la Encyclopdie con las revisiones modernas de esa versin y as Flice ten-dra mucho ms mercado para su empresa.

    Panckoucke trat luego de atraer a los suscriptores de Flice anun-ciando una edicin en cuarto del Supplment de Robinet. Ese contraata-que nunca lleg a ninguna parte porque una guerra abierta de suple-mentos hubiera lastimado ms a Robinet que a Flice, pues los dueos de las Encyclopdies en folio eran ms numerosos que los suscriptores

    17 Gosse a la stn, 18 de enero, 1 de julio y 30 de julio de 1771. Para mayor infor-macin sobre Flice y sus conflictos con otros editores rivales de la Encyclopdie, vanse E. Maccabez, F. B. de Flice (1723-1789) et son Encyclopdie (Yverdon, 1770-1780), Basilea, 1903, y J. P. Perret, Les Imprimeries dYverdon au xviie et au xviiie sicle, Lausana, 1945.

    18 Cramer a Rousseau, 23 de julio de 1771, citado en John Lough, Essays on the Encyclopdie of Diderot and dAlembert, Londres, 1968, p. 88.

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    del volumen en cuarto de Flice, por lo menos en relacin de seis a uno. Por lo tanto, Panckoucke termin por ceder y negoci la paz. Acept retirar su edicin en cuarto si Flice sacaba la edicin en folio y los dos lados prometieron intercambiar sus pliegos impresos para po-der plagiarse mutuamente con la mayor de las eficiencias.

    Mientras tanto, Panckoucke se encontr con mayores dificultades en su empresa ms importante: la reimpresin. En febrero de 1770, des-pus de una denuncia de la Asamblea General de Clrigos Franceses, la polica parisina incaut 6 mil ejemplares de los primeros tres vol-menes y los puso bajo una bveda de la Bastilla, donde quedaron por seis aos, a pesar de todo lo que intent Panckoucke para que se los de-volvieran, para lo cual tir de hilos secretos y puso bastante dinero en ciertas manos abiertas. Despus de esa catstrofe, los editores de la reimpresin decidieron salir de Pars y mudarse a las imprentas de Cra-mer y de Tournes en Ginebra. Pero apenas los dos empezaron a prepa-rar los tipos, la Venerable Compaa de Pastores de Ginebra trat de obligarlos a detenerse denuncindolos a las autoridades civiles. Mien-tras Cramer defenda su caso frente al Magnfico Consejo de la ciudad, Panckoucke maniobr en secreto para sacarlo del negocio y transferir-lo a Bouillon y Amsterdam, donde podan reconstruir la edicin con Robinet, Rousseau y Rey, y presentarla como una refonte. Pero Rey no estuvo de acuerdo con un cambio de poltica tan espectacular y costoso, y Cramer termin por ganarse a los padres de la ciudad en Ginebra, que apreciaron la importancia de su operacin para la economa local. Para aplacar a los pastores, Cramer ofreci moderar el artculo ms controvertido, genve, que los pintaba como destas, y permitirles pur-gar cualquier cosa que hiriera su calvinismo en el texto del Supplment. Este arreglo no resolvi todos los problemas de la reimpresin porque las autoridades francesas seguan teniendo los primeros tres volmenes en la Bastilla y Panckoucke segua flirteando con otros impresores. Pe-ro esas dificultades no produjeron nada ms que algunos comentarios cidos en la correspondencia entre Ginebra y Pars. Al final, los hom-bres de Ginebra no slo retuvieron el lucrativo trabajo de la impresin sino que tambin volvieron a producir los volmenes 1 a 3 e hicieron un intento de dominar el Supplment.

    Cuando arm la operacin complementaria del Supplment en abril de 1771, Panckoucke haba ofrecido a Cramer y de Tournes un 6/24 de las acciones y tambin la comisin por impresin. Pero antes de acep-tar, exigieron el control sobre la suscripcin y las finanzas y pidieron que Robinet moviera su operacin editorial a Ginebra. Rousseau, que

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    quera que Robinet se quedara en Bouillon y que toda la impresin se transfiriera a esa ciudad, vet la propuesta y Rey lo apoy. En noviem-bre de 1771, los ginebrinos respondieron retirndose por completo del Supplment. Y despus, durante casi un ao, los socios que quedaban tuvieron una pelea sobre la forma en que se dividiran el 6/24 por cien-to restante y sobre el lugar en que se imprimira el libro. Finalmente, Panckoucke y Brunet compraron las acciones y aceptaron poner el ca-pital para la impresin. A cambio, obligaron a Rousseau y a Rey a de-jarlos negociar con las autoridades francesas para hacer una impresin en Francia o, si eso no funcionaba, dejar la impresin en manos de Cra-mer, porque insistan en que Ginebra sera mejor base para el contra-bando que Bouillon. Una vez que ese debate qued atrs, Panckoucke y Rousseau empezaron a discutir por las revistas. Panckoucke quera reservar el mercado francs para su adquisicin ms reciente, el Jour-nal Historique et Politique de Genve, mientras Rousseau peleaba para mantener a Francia abierta para el Journal de Politique y el Journal Encyclopdique, que l publicaba en Bouillon. Gracias a la proteccin del ministro del exterior, Panckoucke oblig a Rousseau a pagar 5 mil libras por ao por el derecho a distribuir las revistas de Bouillon en Francia, y al mismo tiempo se gan a Robinet, que tuvo sus escarceos en las intrigas contra las revistas de Rousseau mientras armaba el texto del Supplment de Bouillon. Para febrero de 1776, Rousseau ya no po-da tolerar todos esos complots. Vendi su 6/24 de las acciones en el Supplment a un impresor parisino, Jean-Georges-Antoine Stoupe, que procedi a imprimir el Supplment en Pars, mientras Rey produca otra edicin en Amsterdam. Las dos ediciones, cada una de cuatro vo-lmenes de texto y uno de lminas, se terminaron en 1777.

    Para entonces, Cramer haba terminado la reimpresin. Aunque ha-ba llenado sus cartas a Panckoucke de quejas sobre las dificultades de la empresa, probablemente le fue bastante bien porque hubo varios mo-mentos en los que l y de Tournes ofrecieron comprar las acciones de todos los dems socios. Pero nadie quera separarse de ellas, y para el 13 de junio de 1775 Panckoucke y los ginebrinos se sintieron listos pa-ra llegar a un acuerdo, aunque la impresin continuara durante otro ao ms y Panckoucke tendra que hacer un acuerdo posterior con los socios a quienes haba vendido partes de las acciones originales. En el acuerdo de Ginebra del 13 de junio de 1775, Panckoucke termin con la sociedad pagndole a los ginebrinos 200 mil libras por el tercio de sus acciones en las ganancias, y ellos prometieron administrar la lti-ma etapa de produccin y ventas en beneficio de Panckoucke. En ese

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    punto, las ganancias haban llegado solamente a 71 039 libras, pero que-daban 670 ejemplares (de los 2 mil) para vender. Si se los poda llevar al mercado al precio unitario de suscripcin de 840 libras, llegaran a producir 562 800 libras. Claro que gran parte de esa suma terminara perdida por causa de los retrasos, los descuentos de los libreros, la falta de pago y la prdida de los 6 mil ejemplares de los volmenes 1 a 3 que Panckoucke valuaba en 45 mil libras. Pero aunque Panckoucke y sus socios ocultos se quedaran solamente con 400 mil libras (el equivalente a las 200 mil libras de los ginebrinos, considerando sus dos tercios de acciones), la ganancia sobre su inversin sera muy buena.19

    Como la edicin en folio de Ginebra tena una tirada relativamente baja y un precio muy alto, no represent demasiado dentro de la expan-sin del mercado de la Encyclopdie. Tampoco los Supplments, que lle-naban algunos de los vacos del texto de Diderot, pero sin el vigor del original. A largo plazo, seguramente el trabajo de Flice no tuvo dema-siado impacto en el pblico de la Encyclopdie. Nunca penetr en Fran-cia porque las autoridades lo prohibieron con xito y no lleg muy le-jos en el resto de Europa porque Flice sigui expandiendo el tamao del proyecto, subiendo el precio y retrasando el final. Para 1780, cuan-do se termin el ltimo de sus 58 volmenes haban pasado diez aos desde la publicacin del primero, Flice haba perdido gran parte de los suscriptores y ya haban entrado al mercado los editores de las ediciones ms baratas (en cuarto y en octavo) de la Encyclopdie de Diderot. El texto original de la Encyclopdie y tambin el Supplment llegaron a los lectores comunes de toda Europa a travs de esas edicio-nes. En el centro de todo esto estaba Panckoucke que, despus de ar-

    19 El texto completo del complejo contrato firmado por Panckoucke, Cramer y de Tournes en Ginebra el 13 de junio de 1775 est impreso en Lough, Essays, op. cit., pp. 102-108. Es difcil decir la razn por la que Panckoucke compr las accio-nes de los ginebrinos en lugar de hacer el arreglo mediante el aporte de las ganan-cias segn las acciones despus de la distribucin de los ltimos volmenes. Segu-ramente quera terminar la empresa de Ginebra con rapidez, limpiamente, para poder seguir adelante con otras operaciones especulativas. Sus pagos llegaron a 130 mil libras, y se extendieron durante tres aos porque dedujo las ganancias del momento, valuadas en 70 mil libras, de las 200 mil que haba aceptado pagar por las acciones de Ginebra. Tambin adquiri crditos sin cobrar con un valor nomi-nal de 152 020 libras. Se desconoce el nmero exacto de Encyclopdies sin vender que adquiri porque el contrato original de edicin haba establecido que seran 2 mil con un extra de 150 para cubrir pliegos daados, y no hay forma de establecer cuntos pliegos se arruinaron en realidad.

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    mar y desarmar varias sociedades internacionales, luchar en el mismo nivel contra socios y competidores, y aprender a operar con el apoyo del gobierno en lugar de desafiarlo, estaba listo para invertir en el enci-clopedismo para el grand public.

    Antes de seguir con la historia de cmo la Encyclopdie lleg al gran pblico lector, vale la pena mirar hacia atrs, a la remota historia del li-bro para ver si hay temas que pueden seguirse a lo largo de todas sus vueltas y giros. Desde 1749, cuando Le Breton y sus asociados pidieron al gobierno que liberara a Diderot de la prisin de Vincennes, hasta 1776, cuando Panckoucke persuadi al gobierno de que le devolviera los 6 mil ejemplares de la Bastilla, hubo siempre dos objetivos principa-les en las maniobras de los editores: queran aplacar al estado y, por su-puesto, queran hacer dinero.20 Pero la Encyclopdie vendi por la mis-ma razn por la que el gobierno la confiscaba: desafiaba los valores tradicionales y la autoridad establecida del Antiguo Rgimen. Los edi-tores trataron de resolver el dilema domesticando el texto, bajndole el tono. Le Breton cort los ltimos diez volmenes, y Panckoucke pla-ne restringir la philosophie de su refonte, cuando pidi permiso para imprimirla en 1768 por lo menos eso fue lo que dijeron los que apo-yaron la Encyclopdie dYverdon durante las primeras batallas de su gue-rra comercial. En una circular impresa, Gosse advirti a los vende-dores de libros de Europa que tuvieran cuidado con esto:

    Es seguro, a partir de noticias recibidas de buena parte de Pars, que se ha hecho mencin en nuestros avisos de que los seores libreros de Pars, al demandar un nuevo privilegio, se han comprometido a suprimir de esta nueva edicin todos los artculos de la primera edicin que hayan podido molestar al gobierno, as como tenemos noticia de que este nuevo privile-gio les ha sido negado y que monseor el canciller y el parlamento se opo-nen a la reimpresin en Francia de la Encyclopdie. Todos los que estn al

    20 El da del arresto de Diderot, el 24 de julio de 1749, los editores apelaron al conde dArgenson, el ministro que haba ordenado el arresto, y hablaron sobre todo de las consecuencias econmicas: Esta obra, que nos costar al menos 250 mil libras, estaba a punto de ser anunciada al pblico. La detencin del seor Di-derot, el nico hombre de letras que nosotros conozcamos que sea capaz de en-frentar una empresa tan vasta y que cuenta l solo con la clave de esta operacin, puede entraar nuestra ruina [4]. Carta citada en John Lough, The Encyclopdie, Nueva York, 1971, p. 18.

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    tanto de la persecucin que los autores y los primeros editores han padeci-do en Francia comprendern fcilmente que un pas de libertad slo con-cuerda con la perfeccin de esta obra [5].21

    Claro que la perfeccin para Flice tambin significaba cortar todo lo que pudiera la parte dedicada a la philosophie y, adems, sustituir el protestantismo por el catolicismo en los artculos que haban ganado las bendiciones de los censores franceses, tctica diseada para agradar a las autoridades de Berna pero no a las de Versalles. Cuando revis la idea de una refonte en su propuesta para transferir la operacin de im-presin de Ginebra a Amsterdam y Bouillon en 1770 propuesta que no tuvo xito, Panckoucke dej bien claro que para l la primera prioridad era lo comercial: No habremos de permitir ninguna auda-cia impa que pueda alterar a los magistrados. Por el contrario, habre-mos de lograr que toda la obra est escrita con mucha sabidura y mo-deracin, al punto que pueda merecer el estmulo de su gobierno ste es un asunto de dinero, de finanzas, en el que todo el mundo pue-de interesarse [7].22 Negocios eran negocios, aunque estuviera involu-crada la Ilustracin. Del mismo modo, el Supplment se convirti en una empresa cautelosa desde un punto de vista ideolgico si no comer-cial. El acuerdo del 12 de abril de 1771 prevea un elenco de savants y no uno de philosophes, y Robinet prometi dirigirlos hacia las ciencias naturales y no hacia la filosofa. El contrato lo obligaba a escribir los Supplments con sabidura y a no admitir nada contra la religin, las buenas costumbres y el gobierno, ya que los Supplments tienen por ob-jetivo principal perfeccionar el rea de las ciencias naturales [8].23 Dado

    21 Circular de Pierre Gosse y Daniel Pinet de La Haya, del 2 de agosto de 1769, enviada luego a la stn. En una carta a Marc-Michel Rey, del 26 de octubre de 1770, Panckoucke indicaba que la versin que daba Gosse de sus actividades no estaba lejos de la verdad porque explicaba que l (Panckoucke), Dessaint y Chauchat haban hecho presin para conseguir el permiso para producir la refon-te durante seis meses, esperando que el gobierno permita la refonte de la obra si se suprimen los artculos que habran podido desagradarle [6]. Carta citada en Fernand Clment, Pierre Rousseau et ldition des Supplments de la Encyclop-die, en Revue des Sciences Humaines, lxxxvi, abril-junio de 1957, p. 140.

    22 Panckoucke a Rey, 26 de octubre de 1770, ibid., p. 141.23 Ibid., p. 136. Los colaboradores futuros que se nombraban en el acuerdo in-

    cluan a dAlembert en fsica, Albrecht von Haller en anatoma, J.-J. de Lalande y Jean Bernouilli el joven en astronoma, Antoine Louis en ciruga, Antoine Petit en medicina, L.-F.-G. de Keralio en tctica, Philibert Gueneau de Montbliard

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    este nfasis, no parece sorprendente que Panckoucke tuviera xito no slo en su intento de trasladar la impresin a Pars sino tambin en el de conseguir un privilegio para esa operacin.24

    Mientras Panckoucke llevaba la Encyclopdie hacia la ortodoxia ofi-cial, los funcionarios tambin hicieron un acercamiento al enciclopedis-mo. Durante los ltimos aos del reinado de Luis XV, el gobierno ha-ba aumentado la severidad de su poltica hacia los libros, pero el reinado de Luis XVI empez bajo la influencia de un enciclopedista: Turgot. Las Encyclopdies confiscadas de Panckoucke salieron de la Bastilla y sus operaciones econmicas posteriores florecieron bajo una serie de ministros reformistas que no slo relajaron el control del esta-do sobre el mercado de libros, sino que tambin consultaron al mer-cado mismo sobre la mejor forma de ejercer el control. La tradicin de Malesherbes, desaparecida desde que l dejara la Direction de la Li-brairie en 1763, revivi a tiempo para estimular el xito de la Encyclop-die, que empez en 1776 y prosigui hasta la Revolucin francesa.

    La legalizacin de la Encyclopdie tambin ayuda a explicar los la-zos que relacionan las series de operaciones comerciales de esa obra en-tre 1745 y 1789. La legalidad de la publicacin derivaba de un privile-gio, que era un derecho exclusivo para reproducir un texto, otorgado por la gracia del rey, administrado a travs de la Direction de la Librai-rie y registrado en la Communaut des Libraires y des Imprimeurs de Pars. Aunque tenan algo en comn con el copyright moderno, los pri-vilegios de libros, como los privilegios en general dentro del Antiguo Rgimen, involucraban ideas e instituciones ms antiguas: la autoridad del rey, una burocracia barroca y un gremio monoplico. Cuando otor-

    en artillera, Nicolas de Beauze en gramtica y J.-F. de La Harpe en literatura. Panckoucke haba contratado a casi todos ellos aos antes como colaboradores de la Encyclopdie mthodique, en algunos aspectos una extensin del Supplment. Ro-binet no pudo reclutar a muchos de los escritores mencionados en el acuerdo y re-curri a otros que no se mencionan ah, casi cincuenta, incluyendo a Condorcet y Marmontel y tambin a periodistas de pacotilla, como J.-L. Carra y J.-L. Castil-hon, que escribieron 400 artculos cada uno. Vase Lough, The Contributors to the Encyclopdie, pp. 54-69.

    24 El privilegio, que otorgaba el derecho exclusivo de imprimir y reimprimir el trabajo durante doce aos, entr en el Registre des Privilges de la Communau-t des Libraires et des Imprimeurs de Paris (que de aqu en ms llamaremos el gremio de los libreros) el 10 de febrero de 1776, Bibliothque Nationale, manus-crito, Fr. 21967, p. 94.

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    gaba un privilegio, el rey no slo permita que se publicara el libro, tambin pona en l su marca de aprobacin, lo recomendaba a sus sb-ditos y afirmaba su importancia a travs de uno o ms de sus censores, que tambin alababan su estilo en largas permissions y approbations que generalmente se impriman en el libro junto con la lettre de privilge formal del rey. Los privilegios tambin eran propiedades y podan com-prarse, venderse, dividirse en acciones y ser parte de herencias entre marido y mujer o padre e hijo. Pero esto slo tena valor dentro del te-rritorio en el que el rey ejerca su autoridad. Fuera del reino haba im-presores que podan reimprimir un texto francs con la frecuencia que quisieran, a menos que hubiera objeciones de parte de los gobiernos en ese otro pas. El editor con privilegio en Francia poda denunciar pira-tera pero la nica accin concreta que se le permita era pedirle al di-rector de la Librairie, los funcionarios de la aduana, los inspectores del gremio y la polica que cerraran las fronteras a la edicin rival y confis-caran los ejemplares que pudieran llegar al mercado domstico.

    El sistema estimulaba la produccin de libros franceses fuera de Fran-cia porque la expansin del idioma francs haba creado una demanda de ediciones baratas y piratas en todos los pases de Europa y porque, dentro de Francia, solamente se podan publicar los libros aprobados. Por su naturaleza, la organizacin de la industria editorial en Francia oblig a la Ilustracin a la ilegalidad y al exilio, y el movimiento fue ha-cia las imprentas de Amsterdam, Bouillon, Ginebra y Neuchtel; es l-gico porque cmo iba a sancionar el rey la impresin de textos que desafiaban los valores bsicos del rgimen? La rigidez del privilegio mantuvo a una industria multimillonaria en libras fuera del reino de la ley. Frente a ese dilema, hubo administradores como Malesherbes que alentaron el desarrollo de un rea gris de cuasi legalidad en la in-dustria. Otorgaron permissions tacites, permissions simples, tolrances y permissions de police, es decir, autorizaciones para que aparecieran li-bros sin la marca real y, claro est, sin derechos de propiedad formales y exclusivos. As, si el clero y los parlamentos protestaban contra un li-bro no ortodoxo, por lo menos el gobierno poda decir que no lo haba alentado y advertir a tiempo a los impresores para que salvaran la mer-cadera que tuvieran en existencia.25

    25 Para una discusin general sobre los grados de legalidad en la industria edi-torial del siglo xviii, vase Robert Darnton, Reading, Writing and Publishing in the Eighteenth-Century France: A Case Study in the Sociology of Literature, en Daedalus, invierno de 1971, pp. 214-256. Se puede encontrar mucho sobre los as-

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    La lucha para imprimir y reimprimir la Encyclopdie tuvo lugar en el centro y en los mrgenes de ese sistema complejo y contradictorio. Los editores originales consiguieron tres privilegios para el texto, uno en abril de 1745, uno en enero de 1746 y uno en abril de 1748. Cada uno correspondi a un estadio en la expansin del plan original, que era publicar una traduccin en cuatro volmenes de la Cyclopaedia, or Universal Dictionary of the Arts and Sciences, de Ephraim Chambers, que haba aparecido en Inglaterra en 1728. El 8 de marzo de 1759, sin embargo, el gobierno destruy los derechos de toda la Encyclopdie fi-nal, al revocar el privilegio. Es verdad que los editores continuaron con la publicacin, pero slo bajo la cobertura de una tolerancia tcita, ins-pirada por el inters nacional, como dijo Diderot.26

    Entonces, cmo fue posible que Panckoucke afirmara que l haba comprado los droits exclusivos para el libro a la sociedad de Le Breton? Esta afirmacin fue la base de la mayora de las operaciones comercia-les de la Encyclopdie entre 1768 y 1800, y Panckoucke deca que era verdadera en la forma ms absoluta, y lo repeta en todas sus cartas y contratos. Cuando le escribi a Marc-Michel Rey, por ejemplo, afirm: Ustedes no ignoran que yo adquir, hace ms o menos 18 meses, con el seor Dessaint y un papelero de Pars llamado seor Chauchat todos los derechos y lminas de cobre de la Encyclopdie [9].27 En el contrato con Cramer y de Tournes para la edicin ginebrina en folio, se descri-be a s mismo como propietario de los derechos y lminas de cobre de la obra titulada Dictionnaire encyclopdique [10].28 Lejos de cuestionar

    pectos institucionales de la industria editorial en Almanach de lauteur et du librai-re, Pars, 1777, y el Almanach de la librairie, Pars, 1781, y tambin bastante sobre los decretos reales en el mercado del libro en A. J. L. Jourdan, O. O. Decrusy y F. A. Isambert, comps., Recueil gnral des anciennes lois franaises, Pars, 1822-1833, xvi, pp. 217-251, y xxv, pp. 108-128.

    26 Diderot, Au public et aux magistrats, citado por Lough, Luneau de Boisjer-main vs. the Publishers of the Encyclopdie, p. 132. Si se lo analiza estrictamente, el Arrt du Conseil del 8 de marzo de 1759 revoc el segundo de los tres privile-gios, y en la denuncia legal Luneau de Boisjermain argument que las obligacio-nes contractuales de los editores, basadas en el privilegio final, quedaban intactas. Pero su argumento giraba sobre un problema tcnico o un error del Conseil dE-tat y la corte no lo acept.

    27 Panckoucke a Rey, 26 de octubre de 1770, en Clment, Pierre Rousseau et ldition des Supplments de lEncyclopdie, p. 140.

    28 Vase el texto del contrato reproducido en Lough, Essays, p. 67.

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    esos derechos de propiedad, los otros editores los reconocan. Por lo tanto la stn observ en 1779 que Panckoucke poda llevar al mercado la Encyclopdie en toda Francia, debido a su privilegio exclusivo para esa obra.29 Los editores del siglo xviii no usaban ese lenguaje con li-viandad. Saban que los droits derivaban de los privilges, pero recono-can el derecho de Panckoucke sobre un libro cuyo privilegio se haba destruido.

    La explicacin de esta paradoja se destaca en un contrato que firm Panckoucke con la stn el 3 de julio de 1776 (vase el apndice a.i). En ese contrato, como siempre, Panckoucke se identificaba a s mismo co-mo propietario de los derechos y lminas de cobre de la obra titulada Dictionnaire encyclopdique y, como siempre, rastreaba sus derechos sobre el libro y las lminas hasta el contrato del 16 de diciembre de 1768, con Le Breton, David y Briasson. Despus haca notar que haba comprado las acciones de sus socios, Dessaint y Chauchat, en 1769 y 1770, y que sus derechos exclusivos sobre el libro estaban confirmados por un privilegio real que databa del 20 de mayo de 1776, bajo el ttu-lo de Recueil de planches sur les sciences, arts et mtiers. El registro del gremio de libreros de Pars de 1776 contiene un privilegio bajo el nom-bre de Panckoucke para una obra con ese ttulo y un privilegio similar aparece en la primera edicin de la Encyclopdie, aunque no en los vol-menes del 1 al 7 de texto, que tienen el privilegio que se revoc en 1759, y s en el volumen 6 de lminas, que apareci en 1768, cuando Panckoucke compr los derechos del libro a Le Breton y sus socios.30 El privilegio de las lminas afirma que se registraron en el gremio de libreros el 8 de septiembre de 1759, es decir, justo en el momento en que el gobierno salv a la Encyclopdie despus de haberla destruido

    29 La stn a Marchal de Metz, 22 de agosto de 1779.30 Bibliothque Nationale, manuscrito Fr. 21967, p. 122, entrada del 29 de mar-

    zo de 1776: Nuestro amado seor Panckoucke, librero, nos ha dicho que desea-ra hacer imprimir y entregar al pblico las obras tituladas Recueil des planches sur les sciences, arts et mtiers en folio, Histoire gnrale des voyages, del abate Prvot [es decir, Prvost], si a nosotros nos place otorgarle nuestras cartas de privilegio que son necesarias. A ese respecto, como queremos tratar favorablemente al dicho se-or, le hemos permitido y permitiremos por la presente hacer imprimir esas obras las veces que le parezca necesario y venderlas y distribuirlas en todo nuestro reino durante el tiempo de doce aos consecutivos [1i]. No hay entrada con esas afir-maciones bajo la fecha del 20 de marzo de 1776 pero la referencia de Panckoucke a esa fecha seguramente tiene que ver con su adquisicin final del privilegio en la Cancillera y no con el da en que este privilegio se registr en el gremio.

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    (aparentemente), cuando dej que Le Breton pusiera el dinero de los suscriptores en los volmenes de lminas.31 Por lo tanto, la operacin de rescate de 1759 no fue solamente un intento para preservar el capi-tal de los editores mientras se les permita continuar la impresin en si-tuacin de semiclandestinidad; tambin respald la presuncin de esos editores con respecto a los droits del libro, los derechos de propiedad, que tenan enorme valor comercial en el mercado del libro. Por lo tan-to, cuando el grupo de Panckoucke los compr al grupo de Le Breton el 16 de diciembre de 1768, pagaron 200 mil libras por la totalidad de los derechos en las reimpresiones futuras y la totalidad de las lminas en cobre [12]. Esta enorme suma cubra mucho ms que el valor de las placas de cobre, como dejaba bien claro el contrato, aunque recu-rra a frases tortuosas cuando describa la naturaleza de los droits.32

    En el negocio siguiente de Panckoucke, la sociedad del 26 de junio de 1770, que tuvo como resultado la reimpresin ginebrina en folio, de-j que sus socios usaran sus droits solamente para una edicin, pero in-sisti en que los derechos siguan siendo suyos.33 Del mismo modo,

    31 Como proclaman los ttulos, las lminas aparecieron con la aprobacin y el privilegio del rey, pero el ttulo Recueil de planches sur les sciences, les arts lib-raux, et les arts mcaniques, avec leur explication, no indicaba que tuvieran ninguna conexin con la Encyclopdie, que haba sido prohibida tres aos antes de la apari-cin del primer volumen.

    32 Segn el texto reproducido en Lough, Essays, p. 59, Le Breton y sus socios afir-maban que nosotros vendemos para siempre a los seores Dessaint, Panckoucke y Chauchat todos nuestros derechos sobre las reimpresiones que se hagan en el futu-ro de la citada obra la Encyclopdie, esos derechos tal como se generan y con lo que suponen, por lo que los mencionados seores compradores dicen conocerlos bien y quedar satisfechos; en consecuencia de lo cual los derechos quedan vendidos sin ninguna garanta de nuestra parte [13]. Se puede pensar que poseer las placas de cobre significaba en realidad un control de facto sobre las ediciones futuras, ya que el texto no valdra nada sin las ilustraciones. Cramer desarroll una vez este argu-mento en una carta a Panckoucke (ibid., pp. 94-95), pero lo que dijo no tena mu-cho peso. Las ediciones en cuarto y en octavo incluan slo tres de los once volme-nes de lminas y los editores de Leghorn ofrecieron vender el texto sin las lminas si sus clientes lo preferan. Lo que quera Panckoucke era un derecho legal sobre li-bro para poder vender acciones y usarlo para luchar contra sus competidores. Su comportamiento parece extrao slo porque los conceptos modernos de legalidad y propiedad no se corresponden con las prcticas del siglo xviii.

    33 El contrato del 26 de junio de 1770, reproducido en Lough, Essays, pp. 67-73, especificaba que los seores Cramer y de Tournes no se interesan ms que en

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    cuando form la sociedad para el Supplment el 12 de abril de 1771, re-quiri que los derechos del Supplment volvieran a l despus de com-pletar una edicin.34 Y entonces, en la primavera de 1776, confirm sus derechos al Recueil des planches, para lo cual consigui un nuevo pri-vilegio y as adquiri el derecho a ser, como l deca siempre, nico propietario de la Encyclopdie entera: textos, lminas y suplemento. Desde ese momento, siempre habl de su privilge y tambin de sus droits. Finalmente, cuando form una sociedad con la Socit Typo-graphique de Neuchtel, vendi la mitad de las acciones de cuivres, droites et privilges por 108 mil libras. As, despus de quedar fuera de la ley, la Encyclopdie gan gradualmente un grado de legalidad que tena valor monetario a los ojos de los editores, aunque no lograra pro-teger a Panckoucke de la confiscacin de los 6 mil ejemplares en 1770; esta legalidad sirvi como base de una serie de negocios que se exten-dieron durante la dcada de 1770 y ms all todava, mientras una so-ciedad suceda a la otra y los editores se pasaban de uno en otro el pedi-gree del libro pagando por l sumas cada vez ms grandes.

    Claro que el pedigree era algo ambiguo, y la sucesin de contratos y sociedades parece extravagante y confusa hoy en da. De qu estamos hablando? Un libro ilegal legalizado? Un privilegio para un texto reemplazado por un privilegio para ciertas lminas, aunque las lmi-nas aparecieran bajo otro ttulo y el ttulo no incluyera palabras clave como Encyclopdie y Dictionnaire? Y los derechos para ese hbrido barroco, medio ilegtimo, medio ficticio, se dividan en pequeas frac-ciones y se vendan en los crculos de editores, no slo en Francia, don-de los privilegios tenan cierto sentido, sino tambin en estados vecinos, donde la existencia de los editores dependa del hecho de que infrin-gan esos privilegios? Hace falta una mente del siglo xviii para enten-der y disear esos mecanismos, y los mecanismos tenan sentido en un contexto del siglo xviii. Adems de arreglrselas para imprimir el li-bro, los editores necesitaban proteger su inversin. Queran comprar y vender los derechos tanto como queran vender y comprar los ejempla-res mismos, queran dividir los derechos en acciones y manejar las ac-ciones en sociedades que pudieran dividirse a su vez o volverse a armar

    la edicin presente de dos mil ejemplares y no pretenden ningn derecho de pro-piedad perpetuo sobre los derechos y lminas de cobre de dicha obra [14].

    34 Artculo 22 del contrato en el archivo Marc-Michel Rey, Bibliotheek van de Vereeniging ter Bevordering van de Belangen des Bockhandels.

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    segn las circunstancias. As se jugaba el juego de la edicin en ese tiempo: mediante infinitas combinaisons, como deca Panckoucke.35

    Especular sobre combinaisons en el caso de sumas e intereses tan al-tos requera algo ms que dinero: era necesario tener protections, para usar otra de las expresiones favoritas de Panckoucke. Los editores nece-sitaban protectores para hacer que los derechos siguieran valiendo, y los derechos sin proteccin muchas veces carecan de valor. Por lo tan-to, la historia de la Encyclopdie tena mucho que ver con cabildear y hacer valer las influencias: ese tipo de ejercicio tuvo xito en 1752 y 1759, cuando el gobierno salv la primera edicin; no tuvo xito en 1770, cuando se sacrific la segunda frente al clero, y volvi a tener xi-to en 1776, cuando Panckoucke instal el Supplment en Pars median-te otro privilegio. Desde entonces hasta el final del siglo, Panckoucke y sus aliados pelearon para defender sus droits buscando el favor del go-bierno. La defensa y los ataques desde Yverdon, Lyon, Lausana, Ber-na y Lieja constituye un tema central en las siguientes pginas. Vale la pena hacer notar que la Encyclopdie dependa de combinaisons de dinero y poder desde el comienzo, que los intereses polticos y econmi-cos se entretejieron una y otra vez en las primeras etapas de esta histo-ria y que el libro fue avanzando hacia el tejido social de Francia por-que los que lo apoyaban saban cmo moverse en medio de las contradicciones que caracter