Fluir constante de la Kundaliní.

El nuevo mirar.

Hasta ahora el hombre desde siempre busco hacia afuera la liberación, la expansión, el poder y ha conseguido en muy poco tiempo logros impensados, sorprendentes.

Ayer Philae se posó sobre un cometa que viaja a velocidad de 66.000 kilómetros por hora. Nos deslumbran las imágenes que toman los telescopios espaciales Cassini o Hubble, hoy me sorprendió la fotografía mostrando las profundidades de la nebulosa de Orión.

Podemos ver en tiempo real la intensa actividad de nuestro sol, las proyecciones de masa coronaria como gigantescas antorchas en su cósmica danza ritual.

Estamos rodeados de un confort sorprendente que hasta Luis XIV envidiaría porque es más confortable un departamento de tres ambientes que su Palacio en Versalles.

Pero la vida entre nosotros es un caos, estamos cada día más aferrados al materialismo, a las cosas. Esto limita nuestro crecimiento interior y nos encierra en corazas que hemos creado para defendernos.

Debemos de dejar de mirar hacia adelante ya no existe ese mandato racial, ahora debemos mirar hacia arriba para así comprender que somos una partícula del universo.

Fluir constante de la Kundaliní. MG_