EL PERIODISMO DEL FUTURO

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16 cuarto de estudio el fondo importa escucharlo, ni para grabar una en- trevista telefónica, o un video. Todos estamos aprendiendo. Hasta el magnate Rupert Mur- doch –más allá del escándalo por el ejercicio de un mal periodismo mediante la obtención ilegal de in- formación– y Apple se encuentran en una etapa de ensayo y error. Su periódico exlclusivo para iPad, The Daily , no ha resultado el ne- gocio que esperaban. Tampoco ha registrado la inuencia que mu- chos pronosticaban. Precisamente porque apostaron a la novedad de la herramienta, no a mejores con- tenidos informativos. El periodismo de calidad, utilizando las herramientas multi- media disponibles, es la tabla de salvación de los medios. Sobrevi-  virán los que apuesten a mejores prácticas profesionales, éticas y de responsabilidad social con sus au- diencias y los protagonistas de he- chos noticiosos. Al igual que van a subsistir los que mejor aprendan a presentar los contenidos. En este momento, las redes sociales y la prolifera ción de tablets  y smartphones (o teléfonos inteligentes) están generando confusión respecto al futuro del periodismo y de los pe- riodistas. En medio del desconcierto persiste un debate en torno al acceso a las mejores opciones informativas. ¿Se debe pagar o no por ellas? La mayoría de los usuarios de tablets y smartpho- nes no tienen empacho en pagar por bajar música, juegos y aplicaciones para casi cualquier cosa. Cierto: La forma de presentar y consumir contenid os informativos cam-  biará en denitiva, pero no el periodismo, arma el autor del siguiente ensayo. Las nuevas formas de lectura se adaptarán a la tecnología y sobrevivirán los medios que apuesten a la in-  vestigación utilizando las herramientas multimedia disponibles. La armación de que las redes sociales representan una amenaza para el periodismo es un axioma mediático. Es muy llamativa, pero es falsa. Estimula malas prácticas, como la reproducción sin conrmar de versio - nes sobre cualquier tema que aparezc an en Twitter, Facebook o YouTube. Pero lo fugaz tiene límites. Al nal del día, las comunidades virtuales se pueden convertir en grandes aliadas de los periodistas profesionales. También suele repetirse que los dispositivos móviles anticipan el n de los periódicos impresos, ta l como se auguraba cuando internet comenzó a llenarse de información “en tiempo real”. Hasta se ha es - peculado sobre las fechas para que la e xtinción inicie paulatinamente, de acuerdo con la capacidad instalada de computadoras y el acceso a la red en cada país. El lanzamiento del iPad de Apple predijo con claridad que el fu- turo de la computación es táctil, como escribió Nick Momrik, el genio de WordPress, cuyos blogs ahora pueden ser navegados en la tableta creada por Steve Jobs como una aplicación diseñada por exp ertos. De igual forma, ese momento mostró que la tendencia para la lectura de contenidos periodísticos estará asociada al tacto, como lo demuestra la proliferación de dispositivos que explotan la experiencia de navegar en las pantallas con las manos. El periodismo, por lo tanto, no está condenado a desaparecer. Las empresas de comunicación y los periodistas estamos obligados a replantear la forma de presentar los contenidos, siempre bajo sus principios inmutables. Está cambiando la manera de presentar y leer información, así como existen nuevas herramientas que facilitan el reporteo de asuntos de interés público. Muchos reporteros y editores ya ni siquiera utilizamos una gra-  badora digital. Un iPhone resulta más práctico. No hay necesidad de  bajar el audio a la computadora ni utilizar un programa adicional para e s u u texto: José Pérez-Espino ilustración: Roberto Paz

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8/6/2019 EL PERIODISMO DEL FUTURO

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cuarto de estudioel fondo importa

escucharlo, ni para grabar una en-trevista telefónica, o un video.

Todos estamos aprendiendo.Hasta el magnate Rupert Mur-doch –más allá del escándalo porel ejercicio de un mal periodismomediante la obtención ilegal de in-formación– y Apple se encuentranen una etapa de ensayo y error.Su periódico exlclusivo para iPad,The Daily , no ha resultado el ne-gocio que esperaban. Tampoco haregistrado la inuencia que mu-chos pronosticaban. Precisamenteporque apostaron a la novedad dela herramienta, no a mejores con-tenidos informativos.

El periodismo de calidad,utilizando las herramientas multi-media disponibles, es la tabla desalvación de los medios. Sobrevi- virán los que apuesten a mejoresprácticas profesionales, éticas y deresponsabilidad social con sus au-diencias y los protagonistas de he-chos noticiosos. Al igual que vana subsistir los que mejor aprendan

a presentar los contenidos.En este momento, las redessociales y la proliferación de tablets

 y smartphones (o teléfonos inteligentes) están generandoconfusión respecto al futuro del periodismo y de los pe-riodistas. En medio del desconcierto persiste un debateen torno al acceso a las mejores opciones informativas.¿Se debe pagar o no por ellas?

La mayoría de los usuarios de tablets y smartpho-nes no tienen empacho en pagar por bajar música,juegos y aplicaciones para casi cualquier cosa. Cierto:

La forma de presentar y consumir contenidos informativos cam- biará en denitiva, pero no el periodismo, arma el autor delsiguiente ensayo. Las nuevas formas de lectura se adaptarána la tecnología y sobrevivirán los medios que apuesten a la in- vestigación utilizando las herramientas multimedia disponibles.

La armación de que las redes sociales representan una amenaza parael periodismo es un axioma mediático. Es muy llamativa, pero es falsa.

Estimula malas prácticas, como la reproducción sin conrmar de versio -nes sobre cualquier tema que aparezcan en Twitter, Facebook o YouTube.Pero lo fugaz tiene límites. Al nal del día, las comunidades virtualesse pueden convertir en grandes aliadas de los periodistas profesionales.

También suele repetirse que los dispositivos móviles anticipan eln de los periódicos impresos, ta l como se auguraba cuando internetcomenzó a llenarse de información “en tiempo real”. Hasta se ha es -peculado sobre las fechas para que la extinción inicie paulatinamente,de acuerdo con la capacidad instalada de computadoras y el accesoa la red en cada país.

El lanzamiento del iPad de Apple predijo con claridad que el fu-turo de la computación es táctil, como escribió Nick Momrik, el geniode WordPress, cuyos blogs ahora pueden ser navegados en la tabletacreada por Steve Jobs como una aplicación diseñada por expertos. Deigual forma, ese momento mostró que la tendencia para la lectura decontenidos periodísticos estará asociada al tacto, como lo demuestrala proliferación de dispositivos que explotan la experiencia de navegaren las pantallas con las manos.

El periodismo, por lo tanto, no está condenado a desaparecer.Las empresas de comunicación y los periodistas estamos obligadosa replantear la forma de presentar los contenidos, siempre bajo susprincipios inmutables. Está cambiando la manera de presentar y leerinformación, así como existen nuevas herramientas que facilitan elreporteo de asuntos de interés público.

Muchos reporteros y editores ya ni siquiera utilizamos una gra-

 badora digital. Un iPhone resulta más práctico. No hay necesidad de bajar el audio a la computadora ni utilizar un programa adicional para

e s uu

texto: José Pérez-Espinoilustración: Roberto Paz

8/6/2019 EL PERIODISMO DEL FUTURO

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su archivo histórico, además de tener acceso a su versión en iPad y para cualquier dispositivo móvil.

El caso del diario The New York Times tam-  bién es emblemático. El 28 de marzo comenzóa cobrar por sus contenidos online . En los prime-ros cuatro meses, 228 mil lectores compraron unasuscripción exclusivamente digital. Sin contar queotras 57 mil personas pagan por leer el diario endispositivos como el Kindle. El diario permite vergratis 20 contenidos. A partir del 21 hay que pagar. Unpaquete de 20 dólares incluye acceso ilimitado a sus versiones iPad y online . Es un hecho que el periódi-

co se está adaptando al mercado y ajustándose alfuturo gracias a sus lectores leales.

Modelos coMpleMentarios

The New York Times  tiene 765 mil suscriptoresa su edición impresa (con acceso a la versión digi-tal). Cien mil más tienen acceso gracias a una pro-moción. En total, un millón 100 mil suscriptoresque pagan por su contenido, un dato que no puedesoslayarse ante la oferta de portales sin costo.

El futuro no es tan negro como lo pintan.Podrán coexistir los proyectos de acceso gratuitoque estén subvencionados y los medios que hayanlogrado generar lectores leales que paguen por suscontenidos de calidad, que es la clave para la so- brevivencia. Ambos modelos son complementarios.

Por lo pronto, las empresas de comunicacióncuyos dueños y directivos no estén pensando enadaptar sus presentaciones a lenguajes como elHTLM5 y en software para tablets y smartphonescorren el riesgo de quedarse en la prehistoria di-gital. Pero si dejamos de hacer periodismo, nin-gún dispositivo y ninguna plataforma podrá salvar

a nuestros medios.

ps. e Día Siete.

Cu  Infuenza. De la negli-

 gencia a la manipulación (Gjb)

y La guerra por Juárez (p).

tw: @zs

José Pérez-Espino

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hay apps gratuitas que son ungancho para versiones plus quetienen un costo. Es un armapoderosa contra la piratería,porque no se puede compartirlo que se descarga del AppleStore. Y nadie protesta.

De igual forma se estánadaptando los modelos para el consumo de conteni-dos informativos. Aquí es donde está la buena no-ticia para la industria: cada vez más personas estándispuestas a pagar por un periodismo de calidad.

En contraste con el éxito de plataformas comoTwitter, que sólo permiten el envío de mensajes de140 caracteres, los contenidos de largo aliento estánadquiriendo cada vez un mayor auge. En forma dereportajes dinámicos, alimentados con audio, video,fotos e infografías animadas que enriquecen las pro-puestas. La mayoría no son gratis. Se está demos-trando que los lectores son agradecidos y pagan por

leer presentaciones de calidad a un costo razonable.La opción de publicar contenidos de largo

aliento ha comenzado a beneciar a muchos me-dios, aunque las revistas semanales y mensualesson las que más la utilizan por ahora. Tambiénexisten plataformas como The Altavist, que cobra3 dólares por el acceso a reportajes de profundidad(longform journalism ), o periodismo narrativo. Sushistorias están disponibles en versiones para iPad,iPhone, Kindle y Nook.

Por mi parte, preero el modelo que inició The Economist . La suscripción a la edición impresa meotorga el derecho a leer completa su edición digital,el archivo histórico y su versión para iPad. La aplica-ción para esa tablet es aparentemente muy sencilla,pero bastante atractiva, precisamente por su sobrie-dad y cuidado en el uso de herramientas dinámicas.

Hasta hace poco, la opción para leer Time ensu versión para iPad era como dar permiso paraser asaltado. Básicamente era la misma que su edi-ción online y no ofrecía valor agregado, pero cadanúmero costaba 60 pesos desde México. La com-pañía detectó el error y corrigió la estrategia. Haceunos días comenzaron a imitar el modelo de The Economist . Ahora, con la suscripción a la edición

impresa (30 dólares al año) puedo consultar todo

El periodismo de calidad es la tabla de salvación delos medios. Sobrevivirán los que apuesten a mejo-res prácticas profesionales, éticas y de responsabi-lidad social con sus audiencias y los protagonistas.Al igual que van a subsistir los que mejor aprendana presentar los contenidos...