El Rey del Mundo (1927) René Guénón

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René Guénon EL REY DEL MUNDO (1927)

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  • Ren Gunon

    EL REY DEL MUNDO (1927)

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

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    CAPTULO I

    NOCIONES SOBRE EL AGARTTHA EN OCCIDENTE

    La obra pstuma de Saint-Yves dAlveydre titulada Mission de lInde, que fue

    publicada en 19101, contiene la descripcin de un centro inicitico misterioso desig-

    nado bajo el nombre de Agarttha; por lo dems, muchos lectores de este libro debie-

    ron suponer que eso no era ms que un relato puramente imaginario, una suerte de

    ficcin que no reposaba sobre nada real. En efecto, si se quiere tomar todo al pie de

    la letra, hay en eso inverosimilitudes que, al menos para aquellos que se atienen a las

    apariencias exteriores, podran justificar una tal apreciacin; y sin duda Saint-Yves

    haba tenido buenas razones para no hacer aparecer l mismo esta obra, escrita desde

    haca bastante tiempo, y que verdaderamente no estaba puesta a punto. Por otra parte,

    hasta entonces, en Europa no se haba hecho apenas mencin del Agarttha y de su

    jefe, el Brahmtm, ms que por un escritor muy poco serio, Louis Jacolliot2, cuya

    autoridad no es posible invocar; por nuestra parte, pensamos que ste haba odo

    hablar realmente de estas cosas en el curso de su estancia en la India, pero que des-

    pus las ha arreglado, como todo lo dems, a su manera eminentemente fantasiosa.

    Pero, en 1924, se ha producido un hecho nuevo y un poco inesperado: el libro titula-

    do Btes, Hommes et Dieux, en el que M. Ferdinand Ossendowski cuenta las peripe-

    cias de un viaje accidentado que hizo en 1920 y 1921 a travs de Asia central, encie-

    rra, sobre todo en su ltima parte, relatos casi idnticos a los de Saint-Yves; y el rui-

    do que se ha hecho alrededor de este libro proporciona, creemos, una ocasin favora-

    ble para romper finalmente el silencio sobre esa cuestin del Agarttha.

    Naturalmente, espritus escpticos o malvolos no han dejado de acusar a M. Os-

    sendowski de haber plagiado pura y simplemente a Saint-Yves, y de revelar, en apo-

    yo de esta alegacin, todos los pasajes concordantes de ambas obras; hay efectiva-

    mente un buen nmero de ellos que presentan, hasta en los menores detalles, una

    similitud bastante sorprendente. Primero, hay lo que podra parecer ms inverosmil

    en Saint-Yves mismo, queremos decir, la afirmacin de la existencia de un mundo

    subterrneo que extiende sus ramificaciones por todas partes, bajo los continentes e

    incluso bajo los ocanos, y por el cual se establecen comunicaciones invisibles entre

    1 2 edicin, 1949.

    2 Les Fils de Dieu, pp. 236, 263-267, 272; Le Spiritisme dans le Monde, pp. 27-28.

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    todas las regiones de la tierra; por lo dems, M. Ossendowski, que no toma en cuenta

    esta afirmacin, declara incluso que no sabe qu pensar de ella, aunque la atribuye a

    diversos personajes que l mismo ha encontrado en el curso de su viaje. Hay tam-

    bin, sobre puntos ms particulares, el pasaje donde el Rey del Mundo es represen-

    tado ante la tumba de su predecesor, el pasaje donde se trata del origen de los Bo-

    hemios, que habran vivido antao en el Agarttha1, como muchos otros todava.

    Saint-Yves dice que hay momentos, durante la celebracin subterrnea de los Mis-

    terios csmicos, donde los viajeros que se encuentran en el desierto se detienen,

    donde los animales mismos permanecen silenciosos2; M. Ossendowski asegura que

    l mismo ha asistido a uno de esos momentos de recogimiento general. Hay sobre

    todo, como coincidencia extraa, la historia de una isla, hoy da desaparecida, donde

    vivan hombres y animales extraordinarios: ah, Saint-Yves cita el resumen del peri-

    plo de Jmbulo por Diodoro de Sicilia, mientras que M. Ossendowski habla del viaje

    de un antiguo budista del Nepal, y no obstante, sus descripciones se diferencian muy

    poco; si verdaderamente existen de esta historia dos versiones que provienen de

    fuentes tan alejadas la una de la otra, podra ser interesante recuperarlas y comparar-

    las con cuidado.

    Hemos tenido que sealar todas estas aproximaciones, pero tenemos que decir

    tambin que no nos convencen en modo alguno de la realidad del plagio; por lo de-

    ms, nuestra intencin no es entrar aqu en una discusin que, en el fondo, no nos

    interesa ms que mediocremente. Independientemente de los testimonios que M.

    Ossendowski nos ha indicado por l mismo, sabemos, por fuentes muy diferentes,

    que los relatos de este gnero son algo corriente en Mongolia y en toda el Asia cen-

    tral; y agregaremos a continuacin que existe algo parecido en las tradiciones de casi

    todos los pueblos. Por otra parte, si M. Ossendowski hubiera copiado en parte la Mis-

    sion de lInde, no vemos muy bien por qu habra omitido adrede algunos pasajes, ni

    por qu habra cambiado la forma de algunas palabras, escribiendo por ejemplo Ag-

    harti en lugar de Agarttha, lo que se explica al contrario muy bien si ha recibido de

    fuente mongola las informaciones que Saint-Yves haba obtenido de fuente hind (ya

    que sabemos que ste estuvo en relaciones con dos hindes al menos)3; tampoco

    1 Debemos decir a este propsito que la existencia de pueblos en tribulacin, de los que los Bo-

    hemios son uno de los ejemplos ms sobresalientes, es realmente algo muy misterioso y que requerira

    ser examinado con atencin. 2 El Dr. Arturo Reghini nos ha hecho observar que esto podra tener alguna relacin con el timor

    panicus de los antiguos; esta aproximacin nos parece en efecto extremadamente verosmil. 3 Los adversarios de M. Ossendowski han querido explicar el mismo hecho pretendiendo que hab-

    a tenido en sus manos una traduccin rusa de la Mission de lInde, traduccin cuya existencia es ms

    que problemtica, puesto que los herederos mismos de Saint-Yves la ignoran enteramente. Se ha

    reprochado tambin a M. Ossendowski escribir Om mientras que Saint-Yves escribe Aum; ahora bien,

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    comprendemos por qu habra empleado, para designar al jefe de la jerarqua inici-

    tica, el ttulo de Rey del Mundo, ttulo que no figura en ninguna parte en Saint-

    Yves. Aunque se debieran admitir algunos plagios, por eso no sera menos cierto que

    M. Ossendowski dice a veces cosas que no tienen su equivalente en la Mission de

    lInde, y que son de las que ciertamente no ha podido inventar de ninguna manera,

    tanto ms cuanto que, mucho ms preocupado de poltica que de ideas y de doctrinas,

    e ignorante de todo lo que toca al esoterismo, ha sido manifiestamente incapaz de

    aprehender l mismo su alcance exacto. Tal es, por ejemplo, la historia de una pie-

    dra negra enviada antao por el Rey del Mundo al Dali-Lama, transportada des-

    pus a Ourga, en Mongolia, y que desapareci hace cerca de cien aos1; ahora bien,

    en numerosas tradiciones, las piedras negras desempean un papel importante,

    desde la que era el smbolo de Cybeles hasta la que est engastada en la Kaabah de la

    Meca2. He aqu otro ejemplo: el Bogdo-Khan o Buddha vivo, que reside en Ourga,

    conserva, entre otras cosas preciosas, el anillo de Gengis-Khan, sobre el cual hay

    grabado un swastika, y una placa de cobre que lleva el sello del Rey del Mundo;

    parece que M. Ossendowski no haya podido ver ms que el primero de esos dos ob-

    jetos, pero le habra sido bastante difcil imaginar la existencia del segundo: no

    habra debido venirle naturalmente al espritu hablar aqu de una placa de oro?

    Estas pocas observaciones preliminares son suficientes para lo que nos propone-

    mos, ya que permanecemos absolutamente ajenos a toda polmica y a toda cuestin

    de personas; si citamos a M. Ossendowski e incluso a Saint-Yves, es nicamente

    porque lo que han dicho puede servir de punto de partida a consideraciones que no

    tienen nada que ver con lo que se podra pensar del uno y del otro, y cuyo alcance

    rebasa singularmente sus individualidades, tanto como a la nuestra, que, en este do-

    minio, no debe contar tampoco. No queremos librarnos, a propsito de sus respecti-

    vas obras, a una crtica de textos ms o menos vana, sino aportar indicaciones que

    todava no han sido dadas en ninguna parte, a nuestro conocimiento al menos, y que

    si Aum es en efecto la representacin del monoslabo sagrado descompuesto en sus elementos consti-

    tutivos, no obstante es Om el que es la transcripcin correcta y el que corresponde a la pronunciacin

    real, tal como existe tanto en la India como en el Tbet y en Mongolia; este detalle es suficiente para

    permitir apreciar la competencia de algunos crticos. 1 M. Ossendowski, que no sabe que se trata de un aerolito, busca explicar ciertos fenmenos, co-

    mo la aparicin de caracteres en su superficie, suponiendo que era una suerte de pizarra. 2 Habra que hacer tambin una aproximacin curiosa con el lapsit exillis, piedra cada del cielo y

    sobre la cual aparecan inscripciones igualmente en ciertas circunstancias, y que es identificada al

    Grial en la versin de Wolfram dEschenbach. Lo que hace a la cosa todava ms singular, es que,

    segn esa misma versin, el Grial fue finalmente transportado al Reino del Prestejuan, que algunos

    han querido asimilar precisamente a Mongolia, aunque, por lo dems, ninguna localizacin geogrfica

    pueda ser aceptada aqu literalmente (ver El esoterismo de Dante, ed. francesa de 1957, pp. 35-36, y

    ver tambin ms adelante).

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    son susceptibles de ayudar en una cierta medida a elucidar lo que M. Ossendowski

    llama el misterio de los misterios1.

    1 Hemos sido muy sorprendidos al enterarnos recientemente de que algunos pretendan hacer pa-

    sar el presente libro por un testimonio en favor de un personaje cuya existencia misma nos era to-

    talmente desconocida en la poca en que lo hemos escrito; oponemos el ms formal desmentido a toda

    asercin de ese gnero, de cualquier lado que pueda venir, ya que para nos se trata exclusivamente de

    una exposicin de datos pertenecientes al simbolismo tradicional y que no tienen absolutamente nada

    que ver con personificaciones cualesquiera.

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    CAPTULO II

    REALEZA Y PONTIFICADO

    El ttulo de Rey del Mundo, tomado en su acepcin ms elevada, la ms com-

    pleta y al mismo tiempo la ms rigurosa, se aplica propiamente a Manu, el Legisla-

    dor primordial y universal, cuyo nombre se encuentra, bajo formas diversas, en un

    gran nmero de pueblos antiguos; a este respecto, recordaremos solo el Mina o

    Mns de los egipcios, el Menw de los celtas y el Minos de los griegos1. Por lo de-

    ms, este nombre no designa de ningn modo a un personaje histrico o ms o me-

    nos legendario; lo que designa en realidad, es un principio, la Inteligencia csmica

    que refleja la Luz espiritual pura y formula la Ley (Dharma) propia a las condiciones

    de nuestro mundo o de nuestro ciclo de existencia; y es al mismo tiempo el arquetipo

    del hombre considerado especialmente en tanto que ser pensante (en snscrito mna-

    va).

    Por otra parte, lo que importa esencialmente destacar aqu, es que este principio

    puede ser manifestado por un centro espiritual establecido en el mundo terrestre, por

    una organizacin encargada de conservar integralmente el depsito de la tradicin

    sagrada, de origen no-humano (apaurushya), por la que la Sabidura primordial

    se comunica a travs de las edades a aquellos que son capaces de recibirla. El jefe de

    una tal organizacin, que representa en cierto modo a Manu mismo, podr legtima-

    mente llevar su ttulo y sus atributos; e incluso, por el grado de conocimiento que

    debe haber alcanzado para poder ejercer su funcin, se identifica realmente al princi-

    pio del que es como la expresin humana, y ante el cual su individualidad desapare-

    ce. Tal es efectivamente el caso del Agarttha, si ese centro ha recogido, como lo in-

    dica Saint-Yves, la herencia de la antigua dinasta solar (Srya-vansha) que resida

    antao en Ayodhy2, y que haca remontar su origen a Vaivaswata, el Manu del ciclo

    actual.

    1 En los Griegos, Minos era a la vez el Legislador de los vivos y el Juez de los muertos; en la tra-

    dicin hind, estas dos funciones pertenecen respectivamente a Manu y a Yama, pero stos son repre-

    sentados como hermanos gemelos, lo que indica que se trata del desdoblamiento de un principio ni-

    co, considerado bajo dos aspectos diferentes. 2 Esta sede de la dinasta solar, si se la considera simblicamente, puede ser aproximada a la

    Ciudadela solar de los Rosa-Cruz, y sin duda tambin a la Ciudad del Sol de Campanella.

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    Saint-Yves, como ya lo hemos dicho, no considera no obstante al jefe supremo

    del Agarttha como Rey del Mundo; le presenta como Soberano Pontfice, y,

    adems, le pone a la cabeza de una Iglesia brhmanica, designacin que procede

    de una concepcin demasiado occidentalizada1. Aparte de esta ltima reserva, lo que

    dice Saint-Yves completa, a este respecto, lo que dice por su lado M. Ossendowski;

    parece que cada uno de ellos no haya visto ms que el aspecto que responda ms

    directamente a sus tendencias y a sus preocupaciones dominantes, ya que, en verdad,

    aqu se trata de un doble poder, a la vez sacerdotal y real. El carcter pontifical, en

    el sentido verdadero de esta palabra, pertenece realmente, y por excelencia, al jefe de

    la jerarqua inicitica, y esto hace llamada a una explicacin: literalmente, el Pontifex

    es un constructor de puentes, y este ttulo romano es en cierto modo, por su origen,

    un ttulo masnico; pero, simblicamente, es el que desempea la funcin de me-

    diador, estableciendo la comunicacin entre este mundo y los mundos superiores2. A

    este ttulo, el arcoiris, el puente celeste, es un smbolo natural del pontificado; y

    todas las tradiciones le dan significaciones perfectamente concordantes: as, en los

    Hebreos, es la prenda de la alianza de Dios con su pueblo; en China, es el signo de la

    unin del Cielo y de la Tierra; en Grecia, representaba a Iris, la mensajera de los

    Dioses; un poco por todas partes, en los Escandinavos tanto como en los Persas y

    los rabes, en Africa central y hasta en algunos pueblos de Amrica del Norte, es el

    puente que liga el mundo sensible al suprasensible.

    Por otra parte, la unin de los dos poderes sacerdotal y real estaba representada,

    en los Latinos, por un cierto aspecto del simbolismo de Janus, simbolismo extrema-

    damente complejo y de significaciones mltiples; bajo la misma relacin, las llaves

    de oro y plata figuraban las dos iniciaciones correspondientes3. Para emplear la ter-

    minologa hind, se trata de la va de los Brhmanes y la de los Kshatriyas; pero en

    la cima de la jerarqua, uno est en el principio comn de donde los unos y los otros

    1 De hecho, esa denominacin de Iglesia brhmanica no ha sido empleada nunca en la India,

    ms que por la secta heterodoxa y completamente moderna del Brahma-Samj, nacida a comienzos

    del siglo XIX bajo influencias europeas y especialmente protestantes, dividida pronto en mltiples

    ramas rivales, y hoy da casi completamente extinguida; es curioso notar que uno de los fundadores de

    esa secta fue el abuelo del poeta Rabindranath Tagore. 2 San Bernardo dice que el Pontfice, como lo indica la etimologa de su nombre, es una suerte

    de puente entre Dios y el hombre (Tractatus de Moribus et Officio episcoporum, III, 9). Hay en la

    India un trmino que es propio de los Jainas, y que es el estricto equivalente del Pontifex latino: es la

    palabra Trthankara, literalmente, el que hace un vado o un paso; el paso de que se trata, es el ca-

    mino de la Liberacin (Moksha). Los Trthankaras son en nmero de veinticuatro, como los ancianos

    del Apocalipsis, que, por lo dems, constituyen tambin un Colegio pontifical. 3 Desde otro punto de vista, estas llaves son respectivamente la de los Misterios mayores y la de

    los Misterios menores En algunas representaciones de Janus, los dos poderes son simbolizados

    tambin por una llave y un cetro.

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    sacan sus atribuciones respectivas, y por consiguiente ms all de su distincin, pues-

    to que ah est la fuente de toda autoridad legtima, en cualquier dominio en que se

    ejerza; y los iniciados del Agarttha son ativarna, es decir, ms all de las castas1.

    En la edad media haba una expresin en la que los dos aspectos complementa-

    rios de la autoridad se encontraban reunidos de una manera que es muy digna de ob-

    servacin: en aquella poca, se hablaba frecuentemente de una regin misteriosa a la

    que se llamaba el Reino del Prestejuan2. Era el tiempo donde lo que se podra de-

    signar como la cobertura exterior del centro en cuestin se encontraba formada, en

    una buena parte, por los Nestorianos (o lo que se ha convenido llamar as con razn o

    sin ella) y los Sabeos3; y, precisamente, estos ltimos se daban a s mismos el nom-

    bre de Mendayyeh de Yahia, es decir, discpulos de Juan. A este propsito, pode-

    mos hacer a continuacin otra precisin: es al menos curioso que muchos grupos

    orientales de un carcter muy cerrado, desde los Ismaelitas o discpulos del Viejo de

    la Montaa hasta los Drusos del Lbano, hayan tomado uniformemente, lo mismo

    que las rdenes de caballera occidentales, el ttulo de guardianes de la Tierra San-

    ta. Ciertamente, la continuacin har comprender mejor sin duda lo que eso puede

    significar; parece que Saint-Yves haya encontrado una palabra justa, quizs ms to-

    dava de lo que l mismo pensaba, cuando habla de los Templarios del Agarttha.

    Para que nadie se sorprenda de la expresin de cobertura exterior que acabamos de

    emplear, agregaremos que es menester tener cuidado con el hecho de que la inicia-

    cin caballeresca era esencialmente una iniciacin de Kshatriyas; esto es lo que ex-

    1 Haremos observar a este propsito que la organizacin social de la edad media occidental parece

    haber estado calcada, en principio, sobre la institucin de las castas: el clero corresponda a los

    Brhmanes, la nobleza a los Kshatriyas, el tercer estado a los Vaishyas, y los siervos a los Shdras. 2 Concretamente, se trata del Prestejuan, hacia la poca de San Luis, en los viajes de Carpin y

    de Rubruquis. Lo que complica las cosas, es que, segn algunos, habra habido hasta cuatro personajes

    llevando este ttulo: en el Tbet (o sobre el Pamir), en Mongolia, en la India, y en Etiopa (esta ltima

    palabra tiene por otra parte un sentido muy vago); pero es probable que en eso no se trate ms que de

    diferentes representantes de un mismo poder. Se dice tambin que Gengis-Khan quiso atacar al reino

    del Prestejuan, pero que ste le repeli desencadenando el rayo contra sus ejercitos. En fin, despus de

    la poca de las invasiones musulmanas, el Prestejuan habra dejado de manifestarse, y sera represen-

    tado exteriormente por el Dala-Lama. 3 Se han encontrado en el Asia central, y particularmente en la regin del Turkestan, cruces nesto-

    rianas que son exactamente semejantes como forma a las cruces de caballera, y de las que, algunas,

    adems, llevan en su centro la figura del swastika. Por otra parte, hay que indicar que los Nestoria-

    nos, cuyas relaciones con el Lamasmo parecen incontestables, tuvieron una accin importante, aun-

    que bastante enigmtica, en los comienzos del Islam. Los Sabeos, por su lado, ejercieron una gran

    influencia sobre el mundo rabe en tiempos de los Khalifas de Baghdad; se pretende tambin que es

    entre ellos donde se habran refugiado, despus de una estancia en Persia, los ltimos neoplatnicos.

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    plica, entre otras cosas, el papel preponderante que desempea en ella el simbolismo

    del Amor1.

    Sea como sea en estas ltimas consideraciones, la idea de un personaje que es sa-

    cerdote y rey todo junto no es muy corriente en Occidente, aunque se encuentra, en el

    origen mismo del Cristianismo, representada de una manera destacable por los Re-

    yes Magos; incluso en la edad media, el poder supremo (segn las apariencias exte-

    riores al menos) estaba dividido entre el Papado y el Imperio2. Una tal separacin

    puede ser considerada como la marca de una organizacin incompleta por arriba, si

    uno puede expresarse as, puesto que no se ve aparecer en ella el principio comn del

    que proceden y dependen regularmente los dos poderes; as pues, el verdadero poder

    supremo deba encontrarse en otra parte. En Oriente, el mantenimiento de una tal

    separacin en la cima misma de la jerarqua es, al contrario, bastante excepcional, y

    no es apenas ms que en algunas concepciones bdicas donde se encuentra algo de

    este gnero; queremos hacer alusin a la incompatibilidad afirmada entre la funcin

    de Buddha y la de Chakravart o monarca universal3, cuando se dice que Shkya-

    Muni, en un cierto momento, tuvo que escoger entre la una y la otra.

    Conviene agregar que el trmino Chakravart, que no tiene nada de especialmen-

    te bdico, se aplica muy bien, segn los datos de la tradicin hind, a la funcin del

    Manu o de sus representantes: literalmente, es el que hace girar la rueda, es decir,

    el que, colocado en el centro de todas las cosas, dirige su movimiento sin participar

    l mismo en l, o que, segn la expresin de Aristteles, es su motor inmvil4.

    Llamamos muy particularmente la atencin sobre esto: el centro de que se trata es

    el punto fijo que todas las tradiciones estn de acuerdo en designar simblicamente

    como el Polo, puesto que es alrededor de l donde se efecta la rotacin del mun-

    do, representado generalmente por la rueda, tanto en los Celtas como en los Caldeos

    y en los Hindes5. Tal es la verdadera significacin del swastika, este signo que se

    encuentra difundido por todas partes, desde el Extremo Oriente hasta el Extremo

    1 Ya hemos sealado esta particularidad en nuestro estudio sobre El Esoterismo de Dante.

    2 En la antigua Roma, por el contrario, el Imperator era al mismo tiempo Pontifex Maximus.

    La teora musulmana del Khalifato une tambin los dos poderes, al menos en una cierta medida, as

    como la concepcin extremo oriental del Wang (ver La Gran Triada, cap. XVII). 3 Hemos anotado en otra parte la analoga que existe entre la concepcin del Chakravart y la idea

    del Imperio en Dante, de quien conviene mencionar aqu, a este respecto, el tratado De Monarchia. 4 En un sentido enteramente comparable, la tradicin china emplea la expresin de Invariable

    Medio. Hay que destacar que, segn el simbolismo masnico, los Maestros se renen en la Habi-

    tacin del Medio. 5 El smbolo cltico de la rueda se ha conservado en la edad media; se pueden encontrar numero-

    sos ejemplos de l sobre las iglesias romnicas, y el rosetn gtico mismo parece ser un derivado

    suyo, ya que hay una relacin cierta entre la rueda y las flores emblemticas tales como la rosa en

    Occidente y el loto en Oriente.

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    Occidente1, y que es esencialmente el signo del Polo; sin duda es aqu la primera

    vez, en la Europa moderna, que se hace conocer su sentido real. En efecto, los sabios

    contemporneos han buscado vanamente explicar este smbolo mediante las teoras

    ms fantasiosas; la mayora de entre ellos, obsesionados por una suerte de idea fija,

    han querido ver en l, como casi por todas partes, un signo exclusivamente solar2,

    mientras que, si lo ha devenido a veces, no ha podido ser ms que accidentalmente y

    de un manera desviada. Otros han estado ms cerca de la verdad al considerar al

    swastika como el smbolo del movimiento; pero esta interpretacin, sin ser falsa, es

    muy insuficiente, ya que no se trata de un movimiento cualquiera, sino de un movi-

    miento de rotacin que se cumple alrededor de un centro o de un eje inmutable; y es

    el punto fijo el que es, lo repetimos, el elemento esencial al que se refiere directa-

    mente el smbolo en cuestin3.

    Por lo que acabamos de decir, ya se puede comprender que el Rey del Mundo

    debe tener una funcin esencialmente ordenadora y reguladora (y se observar que

    no carece de fundamento que esta ltima palabra tenga la misma raz que rex y rege-

    re), funcin que puede resumirse en una palabra como la de equilibrio o de ar-

    mona, lo que traduce precisamente en snscrito el trmino Dharma4: Lo que enten-

    demos por eso, es el reflejo, en el mundo manifestado, de la inmutabilidad del Prin-

    cipio supremo. Se puede comprender tambin, por las mismas consideraciones, por

    1 Este mismo signo no ha sido extrao al hermetismo Cristiano: hemos visto, en el antiguo monas-

    terio de los Carmelitas de Loudun, smbolos muy curiosos, que datan verosmilmente de la segunda

    mitad del siglo XV, y entre los cuales el swastika ocupa, con el signo del que hablaremos ms

    adelante, uno de los lugares ms importantes. Es bueno anotar, en esta ocasin, que los Carmelitas,

    que han venido de Oriente, vinculan la fundacin de su Orden a Elas y a Pitgoras (como la Masoner-

    a, por su lado, se vincula a la vez a Salomn y al mismo Pitgoras, lo que constituye una similitud

    bastante destacable), y tambin que, por otra parte, algunos pretenden que en la edad media tenan una

    iniciacin muy vecina de la de los Templarios, as como los religiosos de la Merced; se sabe que esta

    ltima Orden ha dado su nombre a un grado de la Masonera escocesa, del cual hemos hablado bastan-

    te largamente en El Esoterismo de Dante. 2 La misma precisin se aplica concretamente a la rueda, cuya verdadera significacin acabamos

    de indicar igualmente. 3 No citaremos ms que de memoria la opinin, todava ms fantasiosa que todas las dems, que

    hace del swastika el esquema de un instrumento primitivo destinado a la produccin del fuego; ahora

    bien, si este smbolo tiene a veces una cierta relacin con el fuego, puesto que es concretamente un

    emblema de Agni, es por razones completamente diferentes. 4 La raz dhri expresa esencialmente la idea de estabilidad; la forma dhru, que tiene el mismo sen-

    tido, es la raz de Dhruva, nombre snscrito del Polo, y algunos le aproximan el nombre griego del

    roble, drus; en latn, por lo dems, la misma palabra robur significa a la vez roble y fuerza o firmeza.

    En los Druidas (cuyo nombre debe leerse quizs dru-vid, uniendo de este modo la fuerza y la sabidur-

    a), as como en Dodona, el roble representaba el rbol del Mundo, smbolo del eje fijo que une los

    polos.

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    qu el Rey del Mundo tiene como atributos fundamentales la Justicia y la

    Paz, que no son ms que las formas revestidas ms especialmente por ese equili-

    brio y esa armona en el mundo del hombre (mnava-loka)1. Ese es tambin un

    punto de la mayor importancia; y, adems de su alcance general, se lo sealamos a

    aquellos que se dejan llevar de ciertos temores quimricos, de los que el libro mismo

    de M. Ossendowski contiene como un eco en sus ltimas lneas.

    1 Es menester recordar aqu los textos bblicos en los que la Justicia y la Paz se encuentran estre-

    chamente vinculadas: Justitia et Pax osculatae sunt (Salmos LXXXIV, 11), Pax opus Justitiae,

    etc.

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    CAPTULO III

    LA SHEKINAH Y METATRON

    Algunos espritus temerosos, y cuya comprehensin se encuentra extraamente

    limitada por ideas preconcebidas, se han asustado por la designacin misma del Rey

    del Mundo, que han relacionado inmediatamente con la de Princeps hujus mundi

    que se menciona en el Evangelio. No hay que decir que una tal asimilacin es com-

    pletamente errnea y desprovista de todo fundamento; para descartarla, podramos

    limitarnos a hacer observar simplemente que este ttulo de Rey del Mundo, en

    hebreo y en rabe, se aplica corrientemente a Dios mismo1. No obstante, como eso

    puede dar la ocasin a algunas observaciones interesantes, consideraremos a este

    propsito las teoras de la Kabbala hebraica concernientes a los intermediarios ce-

    lestes, teoras que, por lo dems, tienen una relacin muy directa con el tema prin-

    cipal del presente estudio.

    Los intermediarios celestes de que se trata son la Shekinah y Metatron; y dire-

    mos primero que, en el sentido ms general, la Shekinah es la presencia real de la

    Divinidad. Es menester notar que los pasajes de la Escritura donde se hace mencin

    de ella muy especialmente son sobre todo aquellos donde se trata de la institucin de

    un centro espiritual: la construccin del Tabernculo, la edificacin de los Templos

    de Salomn y de Zorobabel. Un tal centro, constituido en condiciones regularmente

    definidas, deba ser en efecto el lugar de la manifestacin divina, siempre representa-

    da como Luz; y es curioso destacar que la expresin de lugar muy iluminado y

    muy regular, que la Masonera ha conservado, parece ser efectivamente un recuerdo

    de la antigua ciencia sacerdotal que presida la construccin de los templos, y que,

    por lo dems, no era particular a los Judos; volveremos sobre este tema ms tarde.

    No vamos a entrar en el desarrollo de la teora de las influencias espirituales (pre-

    ferimos esta expresin a la palabra bendiciones para traducir el hebreo berakoth,

    tanto ms cuanto que ese es el sentido que ha guardado muy claramente en rabe la

    palabra barakah); pero, incluso limitndose a considerar las cosas bajo este nico

    punto de vista, sera posible explicarse la palabra de Elas Levita, que cuenta M. Vu-

    1 Por lo dems, hay una gran diferencia de sentido entre el Mundo y este mundo, hasta tal

    punto que, en algunas lenguas, existen para designarlos dos trminos enteramente distintos: as, en

    rabe, el Mundo es el-alm, mientras que este mundo es ed-duny.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 13

    lliaud en su obra sobre La Kabbale juive: Los Maestros de la Kabbala tienen sobre

    este punto grandes secretos.

    La Shekinah se presenta bajo aspectos mltiples, entre los cuales hay dos princi-

    pales, uno interno y el otro externo; ahora bien, por otra parte, hay en la tradicin

    cristiana, una frase que designa tan claramente como es posible estos dos aspectos:

    Gloria in excelsis Deo, et in terra Pax hominibus bonae voluntatis. Las palabras

    Gloria y Pax se refieren respectivamente al aspecto interno, en relacin al Principio,

    y al aspecto externo en relacin al mundo manifestado; y, si se consideran as estas

    palabras, se puede comprender inmediatamente por qu son pronunciadas por los

    ngeles (Malakim) para anunciar el nacimiento de Dios con nosotros o en noso-

    tros (Emmanuel). Se podra tambin, para el primer aspecto, recordar las teoras de

    los telogos sobre la luz de la gloria en y por la cual se opera la visin beatfica (in

    excelsis); y, en cuanto al segundo, volvemos a encontrar aqu la Paz, a la que hac-

    amos alusin hace un momento, y que, en su sentido esotrico, est indicada por

    todas partes como uno de los atributos fundamentales de los centros espirituales es-

    tablecidos en este mundo (in terra). Por lo dems, el trmino rabe Saknah, que es

    evidentemente idntico al hebreo Shekinah, se traduce por Gran Paz, lo que es el

    exacto equivalente de la Pax Profunda de los Rosa-Cruz; y, por eso, se podra expli-

    car sin duda lo que stos entendan por el Templo del Espritu Santo, como se

    podran interpretar tambin de una manera precisa los numerosos textos evanglicos

    en los que se habla de la Paz1, tanto ms cuanto que la tradicin secreta concer-

    niente a la Shekinah tendra alguna relacin con la Luz del Mesas. Es sin inten-

    cin que, cuando da esta ltima indicacin2, M. Vulliaud diga que se trata de la tradi-

    cin reservada a aquellos que prosiguen el camino que desemboca en el Pardes, es

    decir, como lo veremos ms adelante, en el centro espiritual supremo?

    Esto nos lleva todava a otra precisin conexa: M. Vulliaud habla despus de un

    misterio relativo al Jubileo3, lo que se vincula en un sentido a la idea de Paz, y,

    a este propsito, cita este texto del Zohar (III, 52 b): El ro que sale del Eden lleva

    el nombre de Iobel, as como el texto de Jeremas (XVII, 8): l extender sus ra-

    ces haca el ro, de donde resulta que la idea central del Jubileo es la reposicin de

    todas las cosas en su estado primitivo. Y est claro que se trata de ese retorno al

    estado primordial que consideran todas las tradiciones, y sobre el cual hemos teni-

    do la ocasin de insistir un poco en nuestro estudio sobre El Esoterismo de Dante; y,

    cuando se agrega que el retorno de todas las cosas a su primer estado marcar la era

    1 Por lo dems, en el Evangelio mismo se declara muy explcitamente que aquello de lo que se tra-

    ta no es la paz en el sentido en que la entiende el mundo profano (San Juan, XIV, 27). 2 La Kabbale juive, t. I, p. 503.

    3 Ibid., t. I, pp. 506-507.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 14

    mesinica, aquellos que han ledo este estudio podrn acordarse de lo que decamos

    all sobre las relaciones del Paraso terrestre y de la Jerusalem celeste. Por lo

    dems, a decir verdad, aquello de lo que se trata en todo esto, es siempre, en fases

    diversas de la manifestacin cclica, el Pardes, el centro de este mundo, que el sim-

    bolismo tradicional de todos los pueblos compara al corazn, centro del ser y resi-

    dencia Divina (Brahma-pura en la doctrina hind), as como el Tabernculo que es

    su imagen y que, por esta razn, es llamado en hebreo mishkan o habitculo de

    Dios, palabra cuya raz es la misma que la de Shekinah.

    Desde otro punto de vista, la Shekinah es la sntesis de los Sephiroth; ahora bien,

    en el rbol sephirtico, la columna de la derecha es el lado de la Misericordia, y la

    columna de la izquierda es el lado del Rigor1; as pues, debemos reencontrar tam-

    bin estos dos aspectos en la Shekinah, y podemos precisar ya, para vincular esto a lo

    que precede, que, bajo una cierta relacin al menos, el Rigor se identifica a la Justicia

    y la Misericordia a la Paz2. Si el hombre peca y se aleja de la Shekinah, cae bajo el

    poder de las potencias (Srim) que dependen del Rigor3, y entonces la Shekinah es

    llamada mano de rigor, lo que recuerda inmediatamente el smbolo bien conocido

    de la mano de la justicia; pero, al contrario, si el hombre se acerca a la Shekinah,

    se libera, y la Shekinah es la la mano derecha de Dios, es decir, que la mano de

    justicia deviene entonces la mano que bendice4. stos son los misterios de la

    Casa de la Justicia (Beith-Din), lo que es tambin otra designacin del centro espi-

    ritual supremo5; y apenas hay necesidad de hacer observar que los dos lados que aca-

    bamos de considerar son aquellos en los que se reparten los elegidos y los condena-

    1 Un simbolismo enteramente comparable es expresado por la figura medieval del rbol de los

    vivos y de los muertos, que tiene adems una relacin muy clara con la idea de posteridad espiri-

    tual; es menester destacar que el rbol sephirtico es considerado tambin como identificndose al

    rbol de la Vida. 2 Segn el Talmud, Dios tiene dos sedes, la de la Justicia y la de la Misericordia; estas dos sedes

    corresponden tambin al Trono y a la Silla de la tradicin islmica. Por otra parte, esta misma

    tradicin divide los hombres divinos iftiyah, es decir, aquellos que expresan atributos de Allah pro-

    piamente dichos, en nombres de majestad (jalliyah) y nombres de belleza (jamliyah), lo que

    responde tambin a una distincin del mismo orden. 3 La Kabbale juive, tomo I, p. 507.

    4 Segn San Agustn y diversos otros Padres de la Iglesia, la mano derecha representa de igual

    modo la Misericordia o la Bondad, mientras que la mano izquierda, en Dios sobre todo, es el smbolo

    de la Justicia. La mano de justicia es uno de los atributos ordinarios de la realeza; la mano que

    bendice es un signo de la autoridad sacerdotal, y ha sido tomada a veces como smbolo de Cristo

    Esta figura de la mano que bendice se encuentra sobre algunas monedas celtas, lo mismo que el

    swastika, a veces de brazos curvados. 5 Este centro, o uno cualquiera de los que estn constituidos a su imagen, puede ser descrito

    simblicamente a la vez como un templo (aspecto sacerdotal, que corresponde a la Paz) y como un

    palacio o un tribunal (aspecto real, que corresponde a la Justicia).

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 15

    dos en las representaciones cristianas del Juicio final. Se podra establecer igual-

    mente una aproximacin con las dos vas que los Pitagricos figuraban por la letra Y,

    y que representaba bajo una forma exotrica el mito de Hrcules entre la Virtud y el

    Vicio; con las dos puertas celeste e infernal que, en los Latinos, estaban asociadas al

    simbolismo de Janus; con las dos fases cclicas ascendente y descendente1 que, en

    los Hindes, se vinculan igualmente al simbolismo de Gansha2. En fin, es fcil

    comprender por todo esto lo que quieren decir verdaderamente expresiones como las

    de intencin recta, que volveremos a encontrar despus, y de buena voluntad

    (Pax hominibus bonae voluntatis, y aquellos que tienen algn conocimiento de los

    diversos smbolos a los que acabamos de hacer alusin vern que no carece de fun-

    damento que la fiesta de Navidad coincida con la poca del solsticio de invierno),

    cuando se tiene cuidado de dejar a un lado todas las interpretaciones exteriores, fi-

    losficas y morales, a las que han dado lugar desde los Estoicos hasta Kant.

    La Kabbala da a la Shekinah un paredro que lleva nombres idnticos a los suyos,

    que posee por consiguiente los mismos caracteres3, y que tiene naturalmente tantos

    aspectos diferentes como la Shekinah misma; su nombre es Metatron, y este nombre

    es numricamente equivalente al de Shadda4, el Todopoderoso (que se dice que es

    el nombre del Dios de Abraham). La etimologa de la palabra Metatron es muy in-

    cierta; entre las diversas hiptesis que se han emitido sobre este tema, una de las ms

    interesantes es la que le hace derivar del caldeo Mitra, que significa lluvia, y que

    tiene tambin, por su raz, una cierta relacin con la luz. Por lo dems, si ello es

    as, sera menester no creer que la similitud con el Mitra hind y zoroastriano consti-

    tuye una razn suficiente para admitir que haya en eso una apropiacin del Judasmo

    de doctrinas extranjeras, ya que no es de esa manera completamente exterior como

    conviene considerar las relaciones que existen entre las diferentes tradiciones; y di-

    remos otro tanto en lo que concierne al papel atribuido a la lluvia en casi todas las

    tradiciones, en tanto que smbolo del descenso de las influencias espirituales del

    Cielo sobre la Tierra. A este propsito, sealamos que la doctrina hebraica habla de

    un roco de luz que emana del rbol de la Vida y por el cual debe operarse la

    resurreccin de los muertos, as como de una efusin del roco que representa la

    1 Se trata de las dos mitades del ciclo zodiacal, que se encuentra representado frecuentemente en

    el prtico de las iglesias de la edad media con una disposicin que le da manifiestamente la misma

    significacin. 2 Todos los smbolos que enumeramos aqu requeriran ser explicados largamente; lo haremos

    quizs algn da en otro estudio. 3 La Kabbale juive, tomo I, pp. 497-498.

    4 El nmero de cada uno de estos nombres, obtenido por la adicin de los valores de las letras

    hebraicas de que estn formados, es 314.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 16

    influencia celeste comunicndose a todos los mundos, lo que recuerda singularmente

    el simbolismo alqumico y rosacruciano.

    El trmino Metatron conlleva todas las acepciones de guardin, de Seor, de en-

    viado, de mediador; es el autor de las teofanas en el mundo sensible1; es ngel

    de la Faz, y tambin el Prncipe del Mundo (Sr ha-lam), y se puede ver por

    esta ltima designacin que no estamos alejados de ninguna manera de nuestro tema.

    Para emplear el simbolismo tradicional que ya hemos explicado precedentemente,

    diremos de buena gana que, como el jefe de la jerarqua inicitica es el Polo terres-

    tre, Metatron es el Polo celeste; y ste tiene su reflejo en aqul, con el que est en

    relacin directa siguiendo el Eje del Mundo. Su nombre es Mikal, el Sumo Sa-

    cerdote que es holocausto y oblacin ante Dios. Y todo lo que hacen los Israelitas

    sobre la tierra se cumple segn los tipos de lo que pasa en el mundo celeste. El Sumo

    Pontfice aqu abajo simboliza a Mikal, prncipe de la Clemencia En todos los

    pasajes en los que la Escritura habla de la aparicin de Mikal, se trata de la gloria de

    la Shekinah2. Lo que se dice aqu de los Israelitas puede decirse igualmente de todos

    los pueblos poseedores de una tradicin verdaderamente ortodoxa; as pues, con ma-

    yor razn debe decirse de los representantes de la tradicin primordial de la que to-

    das las otras derivan y a la que todas estn subordinadas; y esto est en relacin con

    el simbolismo de la Tierra Santa, imagen del mundo celeste, al que ya hemos

    hecho alusin. Por otra parte, segn lo que hemos dicho ms atrs, Metatron no tiene

    solo el aspecto de la Clemencia, tiene tambin el de la Justicia; no es solo el Sumo

    Sacerdote (Kohen ha-gdol), sino tambin el Gran Prncipe (Sr ha-gadol) y el

    jefe de las milicias celestes, es decir, que en l est el principio del poder real, as

    como el del poder sacerdotal o pontifical al que corresponde propiamente la funcin

    de mediador. Por lo dems, es menester destacar que Melek, rey, y Maleak,

    ngel o enviado, no son en realidad ms que dos formas de una sola y misma

    palabra; adems, Malaki, mi enviado (es decir, el enviado de Dios, o el ngel en

    el que est Dios, Maleak ha-Elohim), es el anagrama de Mikal3.

    Conviene agregar que, si Mikal se identifica a Metatron como acabamos de ver-

    lo, no obstante no representa ms que uno de sus aspectos; al lado de la faz luminosa,

    hay una faz obscura, y sta es representada por Samal, que es igualmente llamado

    Sr halam; volvemos aqu al punto de partida de estas consideraciones. En efecto,

    1 La Kabbale juive, tomo I, pp. 492 y 499.

    2 La Kabbale juive, tomo I, pp. 500 y 501.

    3 Esta ltima precisin recuerda naturalmente estas palabras: Benedictus qui venit in nomine

    Domini; estas palabras se aplican a Cristo, que el Pasteur de Hermas asimila precisamente a Mikal

    de una manera que puede parecer bastante extraa, pero que no debe sorprender a aquellos que com-

    prenden la relacin que existe entre el Mesas y la Shekinah. Cristo es llamado tambin Prncipe de la

    Paz, y es al mismo tiempo el Juez de los vivos y de los muertos.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 17

    es este ltimo aspecto, y solo ste, el que es el genio de este mundo en un sentido

    inferior, el Princeps hujus mundi de que habla el Evangelio; y sus relaciones con

    Metatron, de quien es como la sombra, justifican el empleo de una misma designa-

    cin en un doble sentido, al mismo tiempo que hacen comprender por qu el nmero

    apocalptico 666, el nmero de la Bestia, es tambin un nmero solar1. Por lo de-

    ms, segn San Hiplito2, el Mesas y el Anticristo tienen los dos como emblema el

    Len, que es tambin un smbolo solar; y podra hacerse la misma precisin para la

    serpiente3 y para muchos otros smbolos. Desde el punto de vista kabbalstico, es

    tambin de las dos caras opuestas de Metatron de lo que se trata aqu; no vamos a

    extendernos sobre las teoras que, de una manera general, se podran formular sobre

    este doble sentido de los smbolos, y solo diremos que la confusin entre el aspecto

    luminoso y el aspecto tenebroso, constituye propiamente el satanismo; y es preci-

    samente esta confusin la que cometen, involuntariamente sin duda y por simple ig-

    norancia (lo que es una excusa, pero no una justificacin), aquellos que creen descu-

    brir una significacin infernal en la designacin del Rey del Mundo4.

    1 Este nmero est formado concretamente por el nombre de Sorath, demonio del Sol, y opuesto

    como tal al ngel Mikal; ms adelante veremos todava otra significacin de esto. 2 Citado por M. Vulliaud, La Kabbale juive, t. II, p. 373.

    3 Los dos aspectos opuestos son figurados concretamente por las dos serpientes del caduceo; en la

    iconografa cristiana, estn reunidos en el anfisbeno, la serpiente de dos cabezas, de las que una

    representa a Cristo y la otra a Satn. 4 Sealaremos tambin que el Globo del Mundo, insignia del poder imperial o de la monarqua

    universal, se encuentra colocado frecuentemente en la mano de Cristo, lo que muestra por lo dems

    que es tanto el emblema de la autoridad espiritual como del poder temporal.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 18

    CAPTULO IV

    LAS TRES FUNCIONES SUPREMAS

    Segn Saint-Yves, el jefe supremo del Agarttha lleva el ttulo de Brahtm (sera

    ms correcto escribir Brahmtm) soporte de las almas en el Espritu de Dios; sus

    dos asesores son el Mahtm, que representa al Alma universal, y el Mahnga

    smbolo de toda la organizacin material del Cosmos1: es la divisin jerrquica

    que las doctrinas occidentales representan por el ternario espritu, alma, cuerpo, y

    que se aplica aqu segn la analoga constitutiva del Macrocosmo y del Microcosmo.

    Importa precisar que estos trminos, en snscrito, designan propiamente principios, y

    que no pueden ser aplicados a seres humanos sino en tanto que stos representan esos

    mismos principios, de suerte que, incluso en ese caso, estn vinculados esencialmen-

    te a funciones, y no a individualidades. Segn M. Ossendowski, el Mahtm conoce

    los acontecimientos del porvenir, y el Mahnga, dirige las causas de esos aconte-

    cimientos; en cuanto al Brahmtm, puede hablar a Dios cara a cara2, y es fcil

    comprender lo que eso quiere decir, si se recuerda que ocupa el punto central donde

    se establece la comunicacin directa del mundo terrestre con los estados superiores y,

    a travs de stos, con el Principio supremo3. Por lo dems, la expresin de Rey del

    Mundo, si se quisiera entenderla en un sentido restringido, y nicamente en relacin

    al mundo terrestre, sera muy inadecuada; sera ms exacto, bajo algunos aspectos,

    aplicar al Brahmtm la de Seor de los tres mundos4, ya que, en toda jerarqua

    verdadera, el que posee el grado superior posee al mismo tiempo y por eso mismo

    todos los grados subordinados, y estos tres mundos (que constituyen el Tribhuvana

    de la tradicin hind) son, como lo explicaremos un poco ms adelante, los dominios

    que corresponden respectivamente a las tres funciones que enumerbamos hace un

    momento.

    1 M. Ossendowski escribe Brahytma, Mahytma y Mahynga.

    2 Se ha visto ms atrs que Metatron es el ngel de la Faz.

    3 Segn la tradicin extremo oriental, el Invariable Medio es el punto donde se manifiesta la

    Actividad del Cielo. 4 A aquellos que se sorprendan de una tal expresin, podramos preguntarles sin han reflexionado

    alguna vez en lo qu significa el triregnum, la tiara con tres coronas que es, con las llaves, una de las

    principales insignias del Papado.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 19

    Cuando sale del templo, dice M. Ossendowski, el Rey del Mundo irradia Luz

    divina. La Biblia hebraica dice exactamente lo mismo de Moiss cuando descenda

    del Sina1, y hay que precisar, al respecto de esta aproximacin, que la tradicin

    islmica considera a Moiss como habiendo sido el Polo (El-Qutb) de su poca;

    no sera por esta razn, por lo dems, por lo que la Kabbala dice que Moiss fue

    instituido por Metatron mismo? Todava convendra distinguir aqu entre el centro

    espiritual principal de nuestro mundo y los centros secundarios que pueden estarle

    subordinados, y que le representan solo en relacin a tradiciones particulares, adap-

    tadas ms especialmente a pueblos determinados. Sin extendernos sobre este punto,

    haremos observar no obstante que la funcin de legislador (en rabe rasl), que es

    la de Moiss, supone necesariamente una delegacin del poder que designa el nom-

    bre de Manu; y, por otra parte, una de las significaciones contenidas en este nombre

    de Manu indica precisamente la reflexin de la Luz divina.

    El Rey del Mundo, dijo un lama a M. Ossendowski, est en relacin con los

    pensamientos de todos aquellos que dirigen el destino de la humanidad Conoce sus

    intenciones y sus ideas. Si complacen a Dios, el Rey del Mundo les favorecer con su

    ayuda invisible; si desagradan a Dios, el Rey provocar su fracaso. Este poder se ha

    dado a Agharti por la ciencia misteriosa de Om, palabra por la que comenzamos to-

    das nuestras plegarias. Inmediatamente despus viene esta frase, que, para todos

    aquellos que tienen solo una vaga idea de la significacin del monoslabo sagrado

    Om, debe ser una causa de estupefaccin: Om es el nombre de un antiguo santo, el

    primero de los Goros (M. Ossendowski escribe goro por guru), que vivi hace tres-

    cientos mil aos. En efecto, esta frase es absolutamente ininteligible si no se piensa

    en esto: la poca de que se trata, y que, por lo dems, no nos parece indicada ms que

    de una manera muy vaga, es muy anterior a la era del presente Manu; por otra parte,

    el Adi-Manu o primer Manu de nuestro kalpa (puesto que Vaivaswata es el sptimo)

    es llamado Swyambhuva, es decir, salido de Swayambh, El que subsiste por s

    mismo, o el Logos eterno; ahora bien, el Logos, o aqul que le representa directa-

    mente, puede ser designado verdaderamente como el primero de los Gurus o Maes-

    tros espirituales; y, efectivamente, Om es en realidad un nombre del Logos2.

    1 Se dice tambin que Moiss debi cubrir entonces su rostro con un velo para hablar al pueblo

    que no poda soportar su resplandor (Exodo, XXIV, 29, 35); en el sentido simblico, esto indica la

    necesidad de una adaptacin exotrica para la multitud. Recordamos a este propsito la doble signifi-

    cacin de la palabra revelar, que puede querer decir apartar el velo, pero tambin recubrir de un

    velo; y es as como la palabra manifiesta y vela a la vez el pensamiento que expresa. 2 Este nombre se encuentra tambin, de una manera bastante sorprendente, en el antiguo simbo-

    lismo cristiano, donde, entre los signos que sirvieron para representar a Cristo, se ha encontrado uno

    que ha sido considerado ms tarde como una abreviacin de Ave Maria, pero que fue primitivamente

    un equivalente de aqul que reuna las dos letras extremas del alfabeto griego, alfa y omega, para

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 20

    Por otra parte, la palabra Om da inmediatamente la clave de la reparticin jerr-

    quica de las funciones entre el Brahmtm y sus dos asesores, tal como ya lo hemos

    indicado. En efecto, segn la tradicin hind, los tres elementos de este monoslabo

    sagrado simbolizan respectivamente los tres mundos a los que hacamos alusin

    hace un momento, los tres trminos del Tribhuvana: la Tierra (Bh), la Atmsfera

    (Bhuvas) y el Cielo (Swar), es decir, en otros trminos, el mundo de la manifestacin

    corporal, el mundo de la manifestacin sutil o psquica, y el mundo en modo princi-

    pial no manifestado1. Estos son, yendo de abajo a arriba, los dominios propios del

    Mahnga, del Mahtm y del Brahmtm, como se puede ver fcilmente remitindo-

    se a la interpretacin de sus ttulos que ha sido dada ms atrs; y son las relaciones de

    subordinacin que existen entre estos diferentes dominios las que justifican, para el

    Brahmtm, la denominacin de Seor de los tres mundos que hemos empleado

    precedentemente2: ste es el Seor de todas las cosas, el omnisciente (que ve en

    modo inmediato todos los efectos en su causa), el ordenador interno (que reside en el

    centro del mundo y le rige desde dentro, dirigiendo su movimiento sin participar en

    l), la fuente (de todo poder legtimo), el origen y el fin de todos los seres (de la ma-

    nifestacin cclica cuya Ley representa)3. Para servirnos tambin de otro simbolis-

    mo, no menos rigurosamente exacto, diremos que el Mahnga representa la base del

    significar que el Verbo es el principio y el fin de todas las cosas; en realidad, el smbolo en cuestin es

    incluso ms completo, ya que significa el principio, el medio y el fin. Este signo se descompone

    en efecto en AVM, es decir, en las tres letras latinas que corresponden exactamente a los tres elemen-

    tos constitutivos del monoslabo Om (puesto que la vocal o, en snscrito, est formada por la unin de

    a y de u). La aproximacin de este signo Aum y del swastika, tomados el uno y el otro como smbolos

    de Cristo nos parece particularmente significativa desde el punto de vista en donde nos colocamos.

    Por otra parte, todava es menester precisar que la forma de este mismo signo presenta dos ternarios

    dispuestos en sentido inverso el uno del otro, lo que es de hecho, a ciertos respectos, un equivalente

    del sello de Salomn: si se considera a ste bajo la forma donde el trazo medio horizontal preci-

    sa la significacin general del smbolo al sealar el plano de reflexin o la superficie de las Aguas,

    se ve que las dos figuras conllevan el mismo nmero de lneas y que no difieren en suma ms que por

    la disposicin de dos de stas, que, horizontales en una, devienen verticales en la otra. 1 Para desarrollos ms amplios sobre esta cuestin de la concepcin de los tres mundos estamos

    obligados a reenviar a nuestras precedentes obras, El Esoterismo de Dante y El Hombre y su devenir

    segn el Vdnta. En la primera, hemos insistido, sobre todo, sobre la correspondencia de estos mun-

    dos, que son propiamente estados del ser, con los grados de la iniciacin. En la segunda, hemos dado

    concretamente la explicacin completa, desde el punto de vista puramente metafsico, del texto de la

    Mndkya Upanishad, en el que est expuesto enteramente el simbolismo de que se trata aqu; lo que

    tenemos en vista al presente es solo una aplicacin particular del mismo. 2 En el orden de los principios universales, la funcin del Brahmtm se refiere a Ishwara, la del

    Mahtm a Hiranyagarbha, y la del Mahnga a Virj; sus atribuciones respectivas podran deducirse

    fcilmente de esta correspondencia. 3 Mndkya Upanishad, shruti 6.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 21

    tringulo inicitico, y el Brahmtm su cima; entre los dos, el Mahtm encarna en

    cierto modo un principio mediador (la vitalidad csmica, el Anima Mundi de los

    hermetistas), cuya actuacin se despliega en el espacio intermediario; y todo esto

    es figurado muy claramente por los caracteres correspondientes del alfabeto sagrado

    que Saint-Yves denomina vattan y M. Ossendowski vatannan, o, lo que equivale a lo

    mismo, por las formas geomtricas (lnea recta, espiral y punto) a las cuales se redu-

    cen esencialmente los tres mtrs o elementos constitutivos del monoslabo Om.

    Expliqumonos ms claramente todava: al Brahtm pertenece la plenitud de los

    dos poderes sacerdotal y real, considerados principialmente y en cierto modo en el

    estado indiferenciado; estos dos poderes se distinguen despus para manifestarse, y

    el Mahtma representa ms especialmente el poder sacerdotal, mientras que el

    Mahnga representa el poder real. Esta distincin corresponde a la de los Brhmanes

    y de los Kshatriyas; pero, por lo dems, al estar ms all de las castas, el Mahtm

    y el Mahnga tienen en s mismos, tanto como el Brahmtm, un carcter a la vez

    sacerdotal y real. A este propsito, precisaremos tambin un punto que parece no

    haber sido explicado nunca de una manera satisfactoria, y que, no obstante, es muy

    importante: hemos hecho alusin precedentemente a los Reyes Magos del Evange-

    lio, como uniendo en ellos los dos poderes; diremos pues ahora que estos personajes

    misteriosos no representan en realidad nada ms que los tres jefes del Agarttha1. El

    Mahnga ofrece a Cristo el oro y le saluda como Rey; el Mahtma le ofrece el

    incienso y le saluda como Sacerdote; y finalmente, el Brahmtm le ofrece la mi-

    rra (el blsamo de incorruptibilidad, imagen del Amrit)2 y le saluda como Profeta

    o Maestro espiritual por excelencia. El homenaje rendido as a Cristo naciente, en los

    tres mundos que son sus dominios respectivos, por los representantes autnticos de la

    tradicin primordial, es al mismo tiempo, obsrvese bien, la prenda de la perfecta

    ortodoxia del Cristianismo al respecto de sta.

    Naturalmente, M. Ossendowski no poda contemplar consideraciones de este or-

    den; pero si hubiera comprendido algunas cosas ms profundamente de lo que las ha

    comprendido, habra podido observar al menos la rigurosa analoga que existe entre

    el ternario supremo del Agarttha y el del Lamasmo tal como lo indica: el Dala-

    Lama, que realiza la santidad (o la pura espiritualidad) de Buddha, el Tashi-Lama,

    1 Saint-Yves dice bien que los tres Reyes Magos haban venido del Agarttha, pero sin aportar

    ninguna precisin a este respeto. Los nombres que les son atribuidos ordinariamente son sin duda

    fantasiosos, salvo, no obstante, el de Melki-Or, en hebreo Rey de la Luz, que es bastante significati-

    vo. 2 El Amrit de los Hindes o la Ambrosa de los Griegos (dos palabras etimolgicamente idnti-

    cas), brebaje o alimento de inmortalidad, era figurado tambin concretamente por el Soma vdico o el

    Haoma mazdesta. Los rboles de resinas incorruptibles desempean un papel importante en el

    simbolismo; en particular, han sido tomados a veces como emblemas de Cristo.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 22

    que realiza su ciencia (no mgica como el autor parece creerlo, sino ms bien

    tergica), y el Bogdo-Khan, que representa su fuerza material y guerrera; es

    exactamente la misma reparticin segn los tres mundos. Y habra podido incluso

    hacer esta observacin tanto ms fcilmente cuanto que l mismo haba indicado que

    la capital de Agharti recuerda a Lhassa donde el palacio del Dala-Lama, el Potala,

    se encuentra en la cima de una montaa recubierta de templos y de monasterios; por

    lo dems, esta manera de expresar las cosas es errnea puesto que invierte las rela-

    ciones, ya que, en realidad, es de la imagen de la que se puede decir que recuerda al

    prototipo, y no lo contrario. Ahora bien, el centro del Lamasmo no puede ser ms

    que una imagen del verdadero Centro del Mundo; pero todos los centros de este

    gnero presentan, en cuanto a los lugares donde estn establecidos, ciertas particula-

    ridades topogrficas comunes, ya que estas particularidades, muy lejos de ser indife-

    rentes, tienen un valor simblico incontestable y, adems, deben estar en relacin con

    las leyes segn las cuales actan las influencias espirituales; esa es una cuestin

    que depende propiamente de la ciencia tradicional a la que se puede dar el nombre de

    geografa sagrada.

    Hay todava otra concordancia no menos destacable: Saint-Yves, al describir los

    diversos grados o crculos de la jerarqua inicitica, que estn en relacin con algu-

    nos nmeros simblicos, que se refieren concretamente a las divisiones del tiempo,

    termina diciendo que el crculo ms elevado y ms cercano al centro misterioso se

    compone de doce miembros, que representan la iniciacin suprema y que correspon-

    den, entre otras cosas, a la zona zodiacal. Ahora bien, esta constitucin se encuen-

    tra reproducida en lo que se llama el consejo circular del Dala-Lama, formado de

    los doce grandes Namshans (o Nomekhans); y se la encuentra tambin, por lo dems,

    hasta en algunas tradiciones occidentales, concretamente en las que conciernen a los

    Caballeros de la Tabla Redonda. Agregaremos tambin que los doce miembros del

    crculo interior del Agarttha, desde el punto de vista del orden csmico, no represen-

    tan simplemente a los doce signos del Zodiaco, sino tambin (y estamos tentados a

    decir ms bien, aunque las dos interpretaciones no se excluyen) a los doce Adityas,

    que son otras tantas formas del sol, en relacin con esos mismos signos zodiacales1:

    1 Se dice que los Adityas (salidos de Aditi o lo Indivisible) fueron primero siete antes de ser do-

    ce, y que su jefe era entonces Varuna. Los doce Adityas son: Dhtri, Mitra, Aryaman, Rudra, Varuna,

    Srya, Bhaga, Vivaswat, Pshan, Savitri, Twashtri y Vishnu. Son otras tantas manifestaciones de una

    esencia nica e indivisible; y se dice tambin que estos doce soles aparecern todos simultneamente

    en el fin del ciclo, reentrando entonces en la unidad esencial y primordial de su naturaleza comn.

    En los Griegos, los doce grandes Dioses del Olimpo estn tambin en correspondencia con los doce

    signos del Zodiaco.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 23

    Y naturalmente, lo mismo que Manu Vaivaswata es llamado hijo del Sol, el Rey

    del Mundo tiene tambin el Sol entre sus emblemas1.

    La primera conclusin que se desprende de todo esto, es que hay verdaderamente

    lazos bien estrechos entre las descripciones que, en todos los pases, se refieren a

    centros espirituales ms o menos ocultos, o al menos difcilmente accesibles. La ni-

    ca explicacin plausible que pueda darse de ello, es que, si esas descripciones se re-

    fieren a centros diferentes, como as parece en algunos casos, estos centros no son

    por as decir ms que emanaciones de un centro nico y supremo, lo mismo que to-

    das las tradiciones particulares no son en suma sino adaptaciones de la gran tradicin

    primordial.

    1 El smbolo al que hacamos alusin es exactamente el que la liturgia catlica atribuye a Cristo

    cuando le aplica el ttulo de Sol Justitiae; el Verbo es efectivamente el Sol espiritual, es decir, el

    verdadero Centro del Mundo; y, adems, esta expresin de Sol Justitiae se refiere directamente a

    los atributos de Melki-Tsedeq. Hay que observar tambin que el len, animal solar, es, en la antige-

    dad y en la edad media, un emblema de la justicia al mismo tiempo que del poder; el signo del len

    (Leo) es, en el Zodiaco, el domicilio propio del Sol. El Sol de doce rayos puede ser considerado

    como representando a los doce Adityas; desde otro punto de vista, si el Sol figura a Cristo, los doce

    rayos son los doce Apstoles (la palabra apostolos significa enviado, y los doce rayos son tambin

    enviados por el Sol). Por lo dems, se puede ver en el nmero de los doce Apstoles una marca,

    entre muchas otras, de la perfecta conformidad del Cristianismo con la tradicin primordial.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 24

    CAPTULO V

    EL SIMBOLISMO DEL GRIAL

    Hacamos alusin hace un momento a los Caballeros de la Tabla Redonda; no

    estar fuera de propsito indicar aqu lo que significa la gesta del Grial, que, en las

    leyendas de origen cltico se presenta como su funcin principal. En todas las tradi-

    ciones, se hace alusin a algo que, a partir de una cierta poca, se habra perdido o

    estara oculto: es, por ejemplo, el Soma de los Hindes o el Haoma de los Persas, el

    brebaje de la inmortalidad, que, precisamente, tiene una relacin muy directa con

    el Grial, puesto que ste es, se dice, el vaso sagrado que contuvo la sangre de Cris-

    to, la cual es tambin el brebaje de la inmortalidad. Por lo dems, el simbolismo es

    diferente: as, entre los Judos, lo que se ha perdido, es la pronunciacin del gran

    Nombre divino1; pero la idea fundamental es siempre la misma, y veremos ms ade-

    lante a qu corresponde exactamente.

    El Santo Grial es, se dice, la copa que sirvi en la Cena, y donde Jos De Arima-

    tea recogi despus la sangre y el agua que se escapaban de la herida abierta en el

    costado de Cristo por la lanza del centurin Longino2. Segn la leyenda, esta copa

    habra sido transportada a Gran Bretaa por Jos de Arimatea mismo y Nicodemo3; y

    es menester ver en eso la indicacin de un lazo establecido entre la tradicin cltica y

    el Cristianismo. La copa, en efecto, desempea un papel muy importante en la ma-

    yora de las tradiciones antiguas, y sin duda ello era as concretamente en los Celtas;

    hay que destacar incluso que frecuentemente est asociada a la lanza, y que estos dos

    1 Recordaremos tambin, a este respecto, la Palabra perdida de la Masonera, que simboliza

    igualmente los secretos de la iniciacin verdadera; as pues, la bsqueda de la Palabra perdida no es

    ms que otra forma de la gesta del Grial. Esto justifica la relacin sealada por el historiador Henri

    Martin entre la Massenie du Saint-Grial y la Masonera (Ver El Esoterismo de Dante, ed. 1957, pp.

    35-36); y las explicaciones que damos aqu permitirn comprender lo que decimos, a este propsito,

    de la conexin muy estrecha que existe entre el simbolismo mismo del Grial y el centro comn

    de todas las organizaciones iniciticas. 2 Este nombre de Longino est emparentado al nombre mismo de la lanza, en griego logk (que se

    pronuncia lonk); el latn lancea tiene por lo dems la misma raz. 3 Estos dos personajes representan aqu respectivamente el poder real y el poder sacerdotal; ocurre

    lo mismo con Arturo y Merln en la institucin de la Tabla Redonda.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 25

    smbolos son entonces en cierto modo complementarios el uno del otro; pero esto nos

    alejara de nuestro tema1.

    Lo que muestra quizs ms claramente la significacin esencial del Grial, es lo

    que se dice de su origen: esta copa habra sido tallada por los ngeles en una esme-

    ralda cada de la frente de Lucifer en el momento de su cada2. Esta esmeralda re-

    cuerda de una manera muy llamativa a la urn, la perla frontal que, en el simbolismo

    hind (de donde ha pasado al Budismo), ocupa frecuentemente el lugar del tercer ojo

    de Shiva, que representa lo que se puede llamar el sentido de la eternidad, as co-

    mo ya lo hemos explicado en otra parte3. Por lo dems, se dice despus que el

    Grial fue confiado a Adam en el paraso terrestre, pero que, en su cada, Adam le

    perdi a su vez, ya que no pudo llevarle con l cuando fue arrojado del Edn; y, con

    la significacin que acabamos de indicar, eso deviene suficientemente claro. En efec-

    to, el hombre, apartado de su centro original, se encontraba desde entonces encerrado

    en la esfera temporal; ya no poda encontrar el punto nico desde donde todas las

    cosas se contemplan bajo el aspecto de la eternidad. En otros trminos, la posesin

    del sentido de la eternidad est ligada a lo que todas las tradiciones llaman, como

    lo hemos recordado ms atrs, el estado primordial, cuya restauracin constituye la

    primera etapa de la verdadera iniciacin, puesto que es la condicin previa de la con-

    quista efectiva de los estados suprahumanos4. Por lo dems, el Paraso terrestre

    representa propiamente el Centro del Mundo; y lo que diremos a continuacin,

    sobre el sentido original de la palabra Paraso, podr hacerlo comprender mejor to-

    dava.

    Lo que sigue puede parecer ms enigmtico: Seth obtuvo entrar en el Paraso te-

    rrestre y pudo as recobrar el precioso vaso; ahora bien, el nombre de Seth expresa

    las ideas de fundamento y de estabilidad, y, por consiguiente, indica en cierto modo

    la restauracin del orden primordial destruido por la cada del hombre5. As pues, se

    1 Diremos solo que el simbolismo de la lanza est frecuentemente en relacin con el Eje del

    Mundo; a este respecto, la sangre que gotea de la lanza tiene la misma significacin que el roco que

    emana del Arbol de la Vida; por lo dems, se sabe que todas las tradiciones son unnimes en afir-

    mar que el principio vital est ntimamente ligado a la sangre. 2 Algunos dicen una esmeralda cada de la corona de Lucifer, pero en eso hay una confusin que

    proviene de que Lucifer, antes de su cada, era el ngel de la Corona (es decir, de Kether, la prime-

    ra Sephirah), en hebreo Hakathriel, nombre que tiene por lo dems como nmero 666. 3 El Hombre y su devenir segn el Vdnta, p. 150 de la ed. francesa.

    4 Sobre este estado primordial o estado ednico, ver El Esoterismo de Dante, pp. 46-48, y 68-

    70 de la ed. francesa; y El Hombre y su devenir segn el Vdnta, p. 182 de la ed. francesa. 5 Se dice que Seth permaneci cuarenta aos en el Paraso terrestre; este nmero 40 tiene tambin

    un sentido de reconciliacin o de retorno al principio. Los periodos medidos por este nmero se

    encuentran muy frecuentemente en la tradicin judeocristiana: recordemos los cuarenta das del dilu-

    vio, los cuarenta aos durante los cuales los Israelitas erraron en el desierto, los cuarenta das que

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 26

    debe comprender que Seth y aquellos que despus de l poseyeron el Grial pudieron

    por eso mismo establecer un centro espiritual destinado a reemplazar el Paraso per-

    dido, y que era como una imagen de ste; y entonces, esta posesin del Grial repre-

    senta la conservacin integral de la tradicin primordial en un tal centro espiritual.

    Por lo dems, la leyenda no dice dnde ni por quin fue conservado el Grial hasta la

    poca de Cristo; pero el origen cltico que se le reconoce debe dar a entender sin

    duda que los Druidas tuvieron una parte en ello y que deben ser contados entre los

    conservadores regulares de la tradicin primordial.

    La prdida del Grial, o de alguno de sus equivalentes simblicos, es en suma la

    prdida de la tradicin con todo lo que sta conlleva; por lo dems, a decir verdad,

    esta tradicin es ms bien ocultada que perdida, o al menos no puede estar perdida

    ms que para algunos centros secundarios, cuando stos cesan de estar en relacin

    directa con el centro supremo. En cuanto a este ltimo, guarda siempre intacto el

    depsito de la tradicin, y no es afectado por los cambios que sobrevienen en el

    mundo exterior; tanto es as que, segn diversos Padres de la Iglesia, y concretamen-

    te San Agustn, el diluvio no ha podido alcanzar el Paraso terrestre, que es La habi-

    tacin de Henoch y la Tierra de los Santos1, y cuya cima toca la esfera lunar, es

    decir, se encuentra ms all del dominio del cambio (identificado al mundo sublu-

    nar), en el punto de comunicacin de la Tierra y de los Cielos2. Pero, del mismo

    modo que el Paraso terrestre ha devenido inaccesible, el centro supremo, que es en

    el fondo la misma cosa, puede, en el curso de un cierto periodo, no estar manifestado

    exteriormente, y entonces se puede decir que la tradicin est perdida para el conjun-

    to de la humanidad, ya que no es conservada ms que en algunos centros rigurosa-

    mente cerrados, y la masa de los hombres no participa ya en ella de una manera

    consciente y efectiva, contrariamente a lo que haba tenido lugar en el estado origi-

    nal3; tal es precisamente la condicin de la poca actual, cuyo comienzo, por lo de-

    ms, se remonta mucho ms all de lo que es accesible a la historia ordinaria y pro-

    fana. As pues, la prdida de la tradicin, segn los casos, puede ser entendida en

    Moiss pas en el Sina, los cuarenta das de ayuno de Cristo (la Cuaresma tiene naturalmente la mis-

    ma significacin); y sin duda se podran encontrar otros todava. 1 Y Henoch march con Dios, y ya no apareci ms (en el mundo visible o exterior), porque se

    lo llevo Dios (Gnesis, V, 24). Habra sido transportado entonces al Paraso terrestre; eso es lo que

    piensan tambin algunos telogos como Tostat y Cajetan. Sobre la Tierra de los Santos o Tie-

    rra de los Vivos, ver lo que se dir ms adelante. 2 Esto es conforme al simbolismo empleado por Dante, que sita el Paraso terrestre en la cima de

    la montaa del Purgatorio, que se identifica en l a la montaa polar de todas las tradiciones. 3 La tradicin hind ensea que no haba en el origen ms que una sola casta, que era denominada

    Hamsa; eso significa que todos los hombres posean entonces normal y espontneamente el grado

    espiritual que es designado por este nombre, y que queda ms all de la distincin de las cuatro castas

    actuales.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 27

    este sentido general, o bien puede referirse al oscurecimiento del centro espiritual

    que rega ms o menos invisiblemente los destinos de un pueblo particular o de una

    civilizacin determinada; es menester pues, cada vez que se encuentra un simbolismo

    que se refiere a su prdida, examinar si debe ser interpretado en uno u otro sentido.

    Segn lo que acabamos de decir, el Grial representa al mismo tiempo dos cosas

    que son estrechamente solidarias la una de la otra: aquel que posee integralmente la

    tradicin primordial, que ha llegado al grado de conocimiento efectivo que implica

    esencialmente esta posesin, est en efecto, por eso mismo, reintegrado en la pleni-

    tud del estado primordial. A estas dos cosas, estado primordial y tradicin pri-

    mordial, se refiere el doble sentido que es inherente a la palabra Grial misma, ya

    que, por una de esas asimilaciones verbales que desempean frecuentemente en el

    simbolismo un papel no desdeable, y que tienen por lo dems razones mucho ms

    profundas que las que se imaginaran a primera vista, el Grial es a la vez un vaso

    (grasale) y un libro (gradale o graduale); y este ltimo aspecto designa manifiesta-

    mente a la tradicin, mientras que el otro concierne ms directamente al estado mis-

    mo1.

    No tenemos la intencin de entrar aqu en los detalles secundarios de la leyenda

    del Santo Grial, aunque todos tengan tambin un valor simblico, ni de seguir la his-

    toria de los Caballeros de la Tabla Redonday de sus hazaas; mencionaremos solo

    que la Tabla Redonda, construida por el rey Arturo2 en base a los planos de

    Merln, estaba destinada a recibir el Grial cuando alguno de sus caballeros hubiera

    llegado a conquistarle y le hubiera llevado de Gran Bretaa a Armorica. Esta tabla es

    tambin un smbolo verdaderamente muy antiguo, uno de aquellos que fueron siem-

    pre asociados a la idea de los centros espirituales, conservadores de la tradicin; por

    lo dems, la forma circular de la tabla est ligada formalmente al ciclo zodiacal por

    la presencia alrededor de ella de doce personajes principales3, particularidad que,

    como lo decamos precedentemente, se encuentra en la constitucin de todos los cen-

    tros de que se trata.

    1 En algunas versiones de la leyenda del Santo Grial, los dos sentidos se encuentran estrechamente

    unidos, ya que el libro deviene entonces una inscripcin trazada por Cristo o por un ngel sobre la

    copa misma. Habra en eso aproximaciones fciles de hacer con el Libro de la Vida y con algu-

    nos elementos del simbolismo apocalptico. 2 El nombre de Arturo tiene un sentido muy destacable, que se vincula al simbolismo polar, y

    que quizs explicaremos en otra ocasin. 3 Los Caballeros de la Tabla Redonda son a veces en nmero de cincuenta (que era, en los

    hebreos, el nmero del Jubileo, y que se refiere tambin al reino del Espritu Santo); pero, incluso

    entonces, haba siempre doce que desempeaban un papel preponderante. Recordamos tambin, a

    este propsito, los doce pares de Carlomagno en otros relatos legendarios de la edad media.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 28

    Hay tambin un smbolo que se vincula a otro aspecto de la leyenda del Grial, y

    que merece una atencin especial: es el de Montsalvat (literalmente Monte de la

    Salvacin), el pico situado en los bordes lejanos al que ningn mortal se acerca,

    representado como erigindose en el medio del mar, en una regin inaccesible, y

    detrs del cual se eleva el Sol. Es a la vez la isla sagrada y la montaa polar, dos

    smbolos equivalentes de los que tendremos que hablar todava en la continuacin de

    este estudio; es la Tierra de la inmortalidad, que se identifica naturalmente al Pa-

    raso terrestre1.

    Para volver al Grial mismo, es fcil darse cuenta de que su significacin primera

    es en el fondo la misma que la que tiene generalmente el vaso sagrado por todas par-

    tes donde se encuentra, y que tiene concretamente, en Oriente, la copa sacrificial que

    contiene originariamente, como ya lo hemos indicado ms atrs, el Soma vdico o el

    Haoma mazdesta, es decir, el brebaje de la inmortalidad que confiere o restituye,

    a aquellos que lo reciben con las disposiciones requeridas, el sentido de la eterni-

    dad. No podramos, sin salirnos de nuestro tema, extendernos ms sobre el simbo-

    lismo de la copa y de lo que contiene; para desarrollarlo convenientemente, sera

    menester consagrarle todo un estudio especial; pero la observacin que acabamos de

    hacer nos va a conducir a otras consideraciones que son de la mayor importancia

    para lo que nos proponemos al presente.

    1 La similitud de Montsalval con el Mru nos ha sido sealada por Hindes, y es esto lo que nos

    ha conducido a examinar ms de cerca la significacin occidental del Grial.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 29

    CAPTULO VI

    MELKI-TSEDEQ

    Se dice en las tradiciones orientales que el Soma, en una cierta poca, devino des-

    conocido, de suerte que fue menester, en los ritos sacrificiales, sustituirle por otro

    brebaje, que no era ya ms que una figura de este Soma primitivo1; este papel fue

    desempeado principalmente por el vino, y es a lo que se refiere, en los Griegos, una

    gran parte de la leyenda de Dionysos2. Ahora bien, el vino se toma frecuentemente

    para representar la verdadera tradicin inicitica: en hebreo, las palabras ian vino,

    y sod misterio, se sustituyen la una a la otra porque tienen el mismo nmero3; en

    los Sfis, el vino simboliza el conocimiento esotrico, es decir, la doctrina reservada

    a la lite y que no conviene a todos los hombres, lo mismo que todos no pueden be-

    ber el vino impunemente. De eso resulta que el empleo del vino en un rito confiere a

    ste un carcter claramente inicitico; tal es concretamente el caso del sacrificio eu-

    carstico de Melquisedek4, y ese es el punto esencial sobre el que debemos detener-

    nos ahora.

    El nombre de Melquisedek, o ms exactamente Melki-Tsedeq, no es otra cosa, en

    efecto, que el nombre bajo el cual la funcin misma del Rey del Mundo se encuen-

    tra expresamente designada en la tradicin judeocristiana. Hemos vacilado un poco a

    la hora de enunciar este hecho, que conlleva la explicacin de uno de los pasajes ms

    enigmticos de la Biblia hebraica, pero, desde que estabamos decididos a tratar esta

    1 Segn la tradicin de los persas, hubo dos tipos de Haoma: el blanco, que no poda ser recogido

    ms que sobre la montaa sagrada, llamada por ellos Alborj, y el amarillo, que reemplaz al prime-

    ro cuando los ancestros de los Iranes hubieron dejado su hbitat primitivo, pero que, a su vez, fue

    perdido igualmente despus. Aqu se trata de las fases sucesivas del obscurecimiento espiritual que se

    produce gradualmente a travs de las diferentes edades del ciclo humano. 2 Dionysos o Bacchus tiene nombres mltiples, que corresponden a otros tantos aspectos diferen-

    tes; bajo uno de esos aspectos al menos, la tradicin le hace venir de la India. El relato segn el cual

    naci del muslo de Zeus reposa sobre una asimilacin verbal de las ms curiosas: la palabra griega

    mros, muslo, ha sustituido al nombre del Mru, la montaa polar, al que es casi idntica fonti-

    camente. 3 El nmero de cada una de estas dos palabras es 70.

    4 El sacrificio de Melquisedek se considera habitualmente como una prefiguracin de la Euca-

    rista; y el sacerdocio cristiano se identifica en principio al sacerdocio mismo de Melquisedek, segn

    la aplicacin hecha a Cristo de esta palabra de los Salmos: Tu es sacerdos in aeternum secundum

    ordinem Melchissedec (Salmos, CX, 4).

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 30

    cuestin del Rey del Mundo, verdaderamente no nos era posible pasarla bajo si-

    lencio. Podramos retomar aqu las palabras pronunciadas por San Pablo a este

    propsito: Sobre este punto, tenemos muchas cosas que decir, y cosas difciles de

    explicar, porque habis devenido lentos en comprender1.

    He aqu primero el texto mismo del pasaje bblico del que se trata: Y Melki-

    Tsedeq, rey de Salem, hizo traer pan y vino; y era sacerdote del Dios Altsimo (El

    lion). Y bendijo a Abram2, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altsimo, posee-

    dor de los Cielos y de la Tierra; y bendito sea el Dios Altsimo, que ha puesto a tus

    enemigos entre tus manos. Y Abram le dio el diezmo de todo lo que haba tomado3.

    Melki-Tsedeq es pues rey y sacerdote todo junto; su nombre significa rey de Jus-

    ticia, y es al mismo tiempo rey de Salem, es decir, de la Paz; as pues, aqu vol-

    vemos a encontrar, ante todo, la Justicia y la Paz, es decir, precisamente los dos

    atributos fundamentales del Rey del Mundo. Es menester precisar que la palabra

    Salem, contrariamente a la opinin comn, jams ha designado en realidad una ciu-

    dad, sino que, si se la toma como el nombre simblico de la residencia de Melki-

    Tsedeq, puede ser considerada como un equivalente del trmino Agarttha. En todo

    caso, es un error ver ah el nombre primitivo de Jerusalem, ya que ese nombre era

    Jbus; al contrario, si se dio el nombre de Jerusalem a esta ciudad cuando los hebreos

    establecieron en ella un centro espiritual, es para indicar que desde entonces era co-

    mo una imagen visible de la verdadera Salem; y hay que observar que el Templo fue

    edificado por Salomn, cuyo nombre (Shlomoh), derivado tambin de Salem, signifi-

    ca el Pacfico4.

    He aqu ahora en qu trminos comenta San Pablo lo que se dice de Melki-

    Tsedeq: Este Melquisedek, rey de Salem, sacerdote del Dios Altsimo, que fue al

    encuentro de Abraham cuando volva de la derrota de los reyes, que le bendijo, y a

    quien Abraham dio el diezmo de todo el botn; que, segn la significacin de su

    nombre, es primero rey de Justicia, y despus rey de Salem, es decir, rey de Paz; que

    es sin padre, sin madre, sin genealoga, que no tiene ni comienzo ni fin de su vida,

    sino que es hecho as semejante al Hijo de Dios; este Melquisedek permanece sacer-

    dote a perpetuidad5.

    1 Epstola a los Hebreos, V, 11.

    2 El nombre de Abram todava no haba sido cambiado entonces en Abraham; al mismo tiempo

    (Gnesis, XVII), el nombre de su esposa Sara fue cambiado en Sarah, de suerte que la suma de los

    nmeros de ambos nombres permaneci la misma. 3 Gnesis, XIV, 19-20.

    4 Hay que destacar tambin que la misma raz se encuentra todava en las palabras Islam y moslem

    (musulmn); la sumisin a la Voluntad Divina (es el sentido propio de la palabra Islam) es la condi-

    cin necesaria de la Paz; habra que aproximar la idea expresada aqu a la del Dharma hind. 5 Epstola a los Hebreos, VII, 1-3.

  • REN GUNON, EL REY DEL MUNDO

    JUL-00 31

    Ahora bien, Melki-Tsedeq es presentado como superior a Abraham, puesto que le

    bendice, y, sin duda, es el inferior el que es bendecido por el superior1; y, por su

    lado, Abraham reconoce esta superioridad puesto que le da el diezmo, lo que es la

    marca de su dependencia. Hay en eso una verdadera investidura, casi en el sentido

    feudal de esta palabra, pero con la diferencia de que se trata de una investidura espi-

    ritual; y podemos agregar que ah se encuentra el punto de unin de la tradicin

    hebraica con la gran tradicin primordial. La bendicin de que se habla es propia-

    mente la comunicacin de una influencia espiritual, en la que Abraham va a parti-

    cipar en adelante; y se puede precisar que la frmula empleada pone a Abraham en

    relacin directa con el Dios Altsimo, que este mismo Abraham invoca despus

    identificndole con Jehovah2. Si Melki-Tsedeq es as superior a Abraham, es porque

    el Altsimo (lion), que es el Dios de Melki-Tsedeq, es l mismo superior al To-

    dopoderoso (Shadda), que es el Dios de Abraham, o, en otros trminos, que el pri-

    mero de estos dos nombres representa un aspecto Divino ms elevado que el segun-

    do. Por otra parte, lo que es extremadamente importante, y lo que parece no haber

    sido sealado nunca, es que El lion es el equivalente de Emmanuel, puesto que es-

    tos dos nombres tienen exactamente el mismo nmero3; y esto vincula directamente

    la historia de Melki-Tsedeq a la de los Reyes Magos, cuya significacin hemos

    explicado