El Sentido Lo Extraordinario de La Vida en Común - E.garcía & M.pantoja

129
EL - LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMÚN

Transcript of El Sentido Lo Extraordinario de La Vida en Común - E.garcía & M.pantoja

  • EL -

    LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

  • EL SENTIDO LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

  • AGUILAR

    2008, Eugenio Garca/ Milena Pantoja De esta edicin:

    2008, Aguilar Chilena de Ediciones S.A. Dr. Anbal Arizta, 1444 Providencia, Santiago de Chile Tel. (56 2) 384 30 00 Fax (56 2) 384 30 60

    ISBN: 978-956-239-619-6 Inscripcin N 174.206 Impreso en Chile - Printed in Chile Primera edicin: noviembre 2008

    Diseo de portada: Pedro Pablo Garn Ilustraciones: Dis&Play

    Todos los derechos reservados. Esca publicacin no puede ser reproducida ni en codo ni en parce, ni registrada en, o transmitida por, un sis-tema de recuperacin de informacin, en ninguna forma ni por ningn medio, sea mecnico, fotoqumi-co, electrnico, magntico, electroprico, por foto-copia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la Editorial.

  • Eugenio Garca / Milena Pantoja

    EL SENTIDO LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    AGUILAR

  • ANTES QUE NADA ...

    Este no es un libro de filosofa. Aunque proponga formas muy especficas de entender la vida, es un trabajo que surge de la observacin directa y no de la tradicin filosfica, por lo que no se encontrarn referen-cias a tal o cual lnea de pensamiento ni citas bibliogrficas. Esto no significa que busque apropiarse de conceptos o de ideas elaboradas por otros con anterioridad. Simplemente est construido desde otra lgica.

    Tampoco es un libro para especialistas. Todo lo contrario, est dirigido a las personas comunes que, como nosotros, se han preguntado el porqu de las cosas. Por ello usamos un lenguaje simple, para que cualquiera pueda leerlo y sacar sus pro-pias conclusiones.

    El sentido es el resultado de muchos aos de observacin sistemtica del comportamiento humano.

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    En una primera etapa, las inquietudes gira-ron en torno a los fenmenos y respuestas huma-nas frente a la sociedad, a la poltica, al consumo y a la identidad. Por qu valoramos lo que valo-ramos? Por qu elegimos lo que elegimos? Por qu tenemos actitudes que parecen contradicto-rias? Por qu adherimos o rechazamos una pro-puesta?

    Las respuestas a las que llegamos nos llevaron a otra pregunta: por qu somos como somos?

    Y sta fue abordada nuevamente desde la observacin.

    En la tarea de sistematizar y de profundizar la informacin que tenamos, nos dedicamos a rastrear historias humanas. Tuvimos el aporte generoso de muchas personas que nos contaron sus vidas y nos permitieron entender procesos internos que generaban diferentes comporta-mientos y formas de ser.

    Asimismo, los avances y las hiptesis que construimos se expusieron a distintos grupos de personas con variadas especialidades profesiona-les: matemticos, filsofos, abogados, economis-tas, psiclogos, psiquiatras, diseadores, publicis-tas, estudiantes, ejecutivos de empresas, dueas de casa, de variadas edades y caracteres. Sus opi-. . . .

    niones y aportes sirv1eron para ennquecer y trans-formar nuestras conclusiones.

    8

  • ANTES QUE NADA ...

    Los autores no pretendemos decirle a nadie cmo conducir su vida ni entregarle recetas para mejor vivir, slo nos mueve la intencin de ilu-minar aquello que est oculto para la mayora de nosotros.

    Leer El sentido es, por lo tanto, una invita-cin abierta a sacar sus propias conclusiones.

    9

  • PARA QU VIVIMOS?

    Qu propsito tiene nuestra vida? Proba-~ blemente, la mayora de nosotros piensa que \.hay que hacer aportes significativos, desarro-llar aptitudes excepcionales o trascender en la historia para que nuestra existencia tenga un sentido.

    Algunos nos esmeramos en vivir bajo princi-pios morales estrictos o nos consagramos al servi-cio desinteresado a los dems. Otros buscamos el sentido generando riquezas, luchando por la fama, el poder, finalmente, persiguiendo la felici-dad para nosotros mismos y para los nuestros.

    Todo lo anterior es puro sentido comn. Sin embargo, al observar nuestras historias

    personales comprobaremos que los momentos de felicidad son islas en el mar de lo comn y corriente. Que hacemos aportes valiosos, pero que seguramente ninguno pasar a la historia. Que tenemos ciertas habilidades, pero que no

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    somos genios. Que nos equivocamos bastante en nuestra vida y en nuestras relaciones. Que sufri-mos ms de lo que quisiramos y que probable-mente jams saldremos en el ranking de los 100

    I I mas en ninguna categona.

    En la prctica, pasamos la mayor parte de nuestro tiempo ocupados cumpliendo las tareas que nos imponen los estudios, el trabajo, la rutina diaria y las relaciones con los nuestros. En ganar dinero y sobrevivir.

    Nos dedicamos a nuestra vida cotidiana. Al da a da comn y corriente.

    Esto significa que la mayor parte de nuestra vida es un desperdicio? Que dedicamos la mayor parte de nuestro esfuerzo y de nuestra energa a lo intrascendente y lo trivial? Que el sufrimiento, tan frecuente en la experiencia humana, es un estado a evitar o negar y que slo valen los acota-dos momentos de felicidad que alcanzamos? Que slo importa la vida espiritual o los grandes logros, apartados de la experiencia cotidiana? Que la torpeza al relacionarnos con los que ms queremos nos limita para cumplir el sentido ltimo de nuestras vidas?

    Algo suena mal en esto. Cmo es posible que la inmensa mayora de la humanidad desper-

    12

  • PARA QU VIVIMOS?

    dicie su vida en tareas menores sin dedicarse a lo realmente importante? Es tan intrascendente la vida comn como parece? Nosotros creemos lo contrano.

    Como veremos en este libro, lo trascendente se esconde en la experiencia ms cotidiana.

    Nuestra vida comn es extraordinaria, por-que todos podemos ser maestros de nosotros mismos; es decir, alcanzar un alto grado de evo-lucin siendo quienes somos, viviendo la vida que tenemos.

    13

  • SOMOS LO MISMO QUE TODO

    Como lo afirman la ciencia y la filosofa, compartimos la esencia de una piedra, de un gusano y de una estrella. Venimos de un origen comn y estamos compuestos de lo

    . ,

    mismo: energ1a. Segn sabemos, todo comenz con la ener-

    ga del universo entero condensada en un punto singular, y en breves instantes esa energa se liber en una formidable explosin conocida como Big Bang.

    Todo lo que sigui despus, a travs de miles de millones de aos, es la historia de esa misma energa evolucionando en elementos cada vez ms complejos, como las estrellas, las piedras, los gusanos, los animales y la especie humana.

    Podemos considerar el Big Bang como un gigantesco acto creativo que expandi en todas direcciones la energa que compone lo existente,

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    similar a un hongo que lanza sus esporas al viento para generar nueva vida.

    Los seres humanos compartimos ese origen. Somos energa, energa que se ha desarrollado con un tipo especfico de complejidad, igual que las galaxias, los planetas, los mares, las montaas, los rboles y los animales.

    Nos componemos de combinaciones de los mismos elementos. Muchas de las molculas que componen nuestro cuerpo fueron creadas en el interior de estrellas gigantescas que estallaron como supernovas. Hay calcio en nuestros huesos y tambin en las estrellas. Hay hierro en nuestra sangre y en el centro de la Tierra. Hay hidrgeno en nuestro cuerpo y por todo el universo.

    Pero en ton ces... Por qu creemos ser tan diferentes? Por qu hacemos la distincin entre lo que consideramos vivo y aquello que supues-tamente no lo est, como una piedra?

    Buscamos obsesivamente vida en otros pla-netas, olvidando que los cuerpos celestes que nos rodean son precisamente eso: vida.

    Pero qu es vida? Lo que se mueve y se reproduce? Lo que evoluciona? Lo que tiene conciencia de s? Aquello que es capaz de man-tener el equilibrio del intercambio dinmico con el medio?

    16

  • SOMOS LO MISMO QUE TODO

    Te proponemos pensar que todo en este universo est vivo, en su particular forma, en su particular ritmo y en su particular momento de evolucin. Y est vivo porque todo lo que existe en el universo es energa actuando bajo la lgica creativa de esa energa.

    Qu implica pensar as? De partida, se difuminan los lmites entre los

    seres humanos y el resto de la creacin. Com-prendemos que estamos integrados a la creacin y que compartimos el origen, que somos herma-nos de todo lo creado, incluso de lo que conside-ramos materia inerte.

    Tambin nos invita a comprender que somos seres en evolucin. Pero no una evolucin cerrada en nosotros mismos, sino que formamos parte de una evolucin progresiva que nos condujo a tra-vs de distintas mutaciones, pasando por partcu-las de energa y llegando a elementos qumicos bsicos, ncleos de estrellas, elementos qumicos ms pesados, seres biolgicos unicelulares, etc., hasta concluir en el organismo complejo que hoy somos.

    17

  • 11 SOMOS NICOS Y RELACIONADOS

    Para comprender de un modo fcil esta idea, pensemos en un hormiguero. Cada hormiga vive su propia existencia, tiene su . . propio cuerpo, recorre sus propios pasos en

    busca de alimento, e incluso podemos aislarla fcilmente del grupo para estudiarla. Sin embargo, toda su existencia est relacionada con el resto del hormiguero. La hormiga, siendo un ser individual, no existe si no es en relacin con las dems hormigas.

    Esto sucede con todo lo que conforma el universo: podemos reconocer galaxias, estrellas, planetas y distintos cuerpos celestes, pero todos ellos estn relacionados entre s. Tambin noso-tros, que somos nicos y distintos, no podemos dejar de estar vinculados con los dems seres humanos y con nuestro entorno.

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    Lo anterior representa las dos cualidades propias de la energa que nos constituye: siem-pre est en relacin y se da entre seres nicos y distintos con historias singulares.

    Nunca encontraremos una historia igual a otra, ni a un ser igual a otro, o un sistema aislado, porque todo est asociado de alguna forma. Y la energa es parte de este vnculo.

    El problema es que los seres humanos solemos entendernos como seres individuales, separados del resto. Y mientras esa visin no cambie, noso-tros tampoco lo haremos.

    Esta forma de concebirnos tiene lgica. Po-seemos lmites materiales precisos, nuestra piel nos comprueba todos los das que somos indepen-dientes y distintos del resto. Adems, como tene-mos voluntad, llevamos nuestro cuerpo donde se nos antoje y hacemos con l lo que queremos. O al menos as nos parece.

    Nuestra mente tambin colabora activamente en la tarea: creemos tener nuestras propias ideas, pen-sar por nosotros mismos. Sabemos reconocer las dife-rencias -la enorme cantidad de diferencias- que nos distinguen de lo dems. Y la conclusin de todo esto parece obvia: somos individuos.

    20

  • SOMOS NICOS Y RELACIONADOS

    Y en parte esa conclusin es cierta, pero slo en parte.

    Supongamos que ese individuo es un chi-leno que trabaja en una oficina bancaria. Demos algunos pasos atrs y miremos a ese individuo desde lejos, desde muy lejos, digamos desde un satlite fotogrfico de gran precisin. Lo que veramos es a un individuo en constante relacin con su entorno y sus semejantes. Lo descubrira-mos conversando con clientes, hablando por telfono, descansando frente a una taza de caf. Saldra de su oficina, caminara por calles llenas de otros individuos. Tomara el Metro para lle-gar a su casa y reunirse con su familia. Junto a los suyos bebera agua y se alimentara de pro-ductos cultivados en el planeta. Vera televisin, conversara con sus hijos, hara el amor con su mujer, luego dormiran.

    Desde la distancia, notaramos que el indivi-duo est en permanente relacin con su planeta: respira, come, bebe, siente el fro de la noche o el calor del sol.

    A travs del satlite nunca lo veramos como un sujeto aislado. Al contrario, advertiramos que forma parte activa de un gran organismo que lo contiene.

    En realidad, si le sacramos todo su entorno y lo dejramos solo en un espacio completa-

    21

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    mente vaco, ni siquiera podra respirar. Dejara de existir.

    Nuestro ser es siempre en relacin con otro. Yo soy con los dems y con mi entorno, conformo una inmensa red con quienes me rodean. Y lo que hago tiene consecuencias en este todo.

    Comprender que estamos inevitablemente in te grados es esencial para evitar sufrimientos innecesarios, frustraciones y destruccin de valor. Ms adelante analizaremos en profundidad las consecuencias de nuestras relaciones en nosotros y en los dems.

    22

  • SOMOS NICOS Y RELACIONADOS

    El ser humano incluye a los demds. Somos individuales, pero siempre integrados. Dnde comienza uno y termina el

    otro es imposible de determinar a nivel energtico. Estamos inevitablemente relacionados.

    23

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    Somos individuales pero siempre integrados. El ser humano incluye al entorno natural. No slo vivimos inseparablemente

    unidos a la naturaleza, tambin compartimos con ella las molculas que nos componen.

    24

  • 111 INTERCAMBIAMOS ENERGA PARA CREAR

    N os relacionamos dando y recibiendo energa en todos sus formatos: materia-les e inmateriales. Por ejemplo, cuando asociamos nuestros genes para engendrar un hijo, o al respirar, cuando intercambiamos oxgeno por dixido de carbono con la atmsfera. O incluso cuando entregamos nuestro trabajo por dinero y a su vez cambiamos nuestro dinero por produc-tos y serv1c1os.

    Este intercambio de energa tambin puede darse en modos ms abstractos, tomando la forma de opiniones o ideas en una conversacin, o de afecto en una relacin de pareja.

    Podemos recibir energa acumulada a travs de una larga cadena de asociaciones creativas. Pensemos lo que sucede con los cereales del desa-yuno. Una caja de stos es fruto de la energa del sol, de la tierra, del agua y de las semillas, que permitieron tener una cosecha de granos. En esa

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    caja, tambin est contenida la energa de los pri-meros agricultores que comenzaron en el Neol-tico a desarrollar las tecnologas de cultivo, de riego, de fertilizacin y de cosecha. Hay energa de los que inventaron y produjeron las mquinas cosechadoras, las comercializaron y las repararon. Y de los agricultores actuales que cultivaron el cereal. Hay energa en el trabajo de las empresas que procesaron el cereal y lo convirtieron en hojuelas, las envasaron, publicitaron y distribuye-ron en las tiendas. T utilizaste energa para llegar a la tienda y para ganar el dinero con que pagaste la caja de cereales. A su vez, comerlos le propor-ciona a tu cuerpo energa para funcionar, y si fue-ras agricultor, incluso te dara energa para culti-var los mismos granos que luego se convertirn en nuevas hojuelas de cereal para el desayuno!

    Podemos hacer un ejercicio similar con todo lo que nos rodea: encontrar la infinita cadena de intercambios pasados y presentes que conflu-yen para hacer posible lo que tenemos frente a nosotros.

    El conocimiento acumulado por la huma-nidad es energa de millones de seres humanos que dedicaron sus esfuerzos a desarrollar la cien-cia, el arte y la tecnologa.

    26

  • INTERCAMBIAMOS ENERGA PARA CREAR

    Estos inventos y descubrimientos se tradu-cen en nuevos computadores, nuevos modelos de autos, nuevas obras de arte, nuevos avances cien-tficos, nuevas corrientes filosficas. Todo es pro-ducto del pensamiento, de la creatividad, del esfuerzo y del trabajo. En suma, del intercambio de aportes de muchas personas a lo largo del ttempo.

    Hacer este ejercicio tiene la virtud de mos-trarnos que, en esencia, todo es lo mismo: ener-ga que toma diferentes formas y que evoluciona de distintas maneras.

    Somos un particular mecanismo de captura, proceso, intercambio y acumulacin de energa, conectado con todo y con todos en diversas rela-ciones de intercambio. Formamos parte de una lgica creativa, y como tal somos el fruto de una historia singular de relaciones e intercam-bios, e inevitablemente participaremos en esa historia dando nuestros propios frutos.

    27

  • IV LA LGICA CREATIVA DE LA ENERGA

    L o que sabe la ciencia hasta hoy es que en el momento del Big Bang, todo el universo estaba condensado en un punto de energa muy densa y homognea, con una temperatura y una presin tambin homogneas. Algo parecido a un caldo esencial indiferenciado.

    Brevsimos instantes despus de la gran explosin, la energa se expandi y en ella apare-cieron pequeas variaciones de temperatura.

    Los investigadores estiman que esas variacio-nes permitieron que la energa se condensara en diferentes partculas de materia. Lo clave es que all surgi por primera vez algo distinto, algo separado del conjunto: lo uno y lo otro.

    Se inici as, en el principio del tiempo, la distincin de las historias: una partcula emprende su propio camino y luego se asocia con otra para generar una nueva entidad, que a su vez se une con otras distintas para crear nuevas entidades

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    que al irse relacionando en diversos procesos fsi-cos y qumicos, aumentan su complejidad y van creando todo lo que hoy conocemos.

    Esta es la lgica creativa de la energa: ele-mentos nicos que se distinguen del conjunto para luego asociarse y crear algo nuevo.

    DISTINCIN 1-1 ASOCIACIN 1-1 CREACIN La lgica creativa de la energa.

    Luego del Big Bang, las partculas elementa-les se fueron asociando a travs de millones de aos en procesos cada vez ms complejos, para llegar a crear los diferentes elementos qumicos que hoy conocemos. Esta lgica se sigue repli-cando: un hombre y una mujer, dos seres distin-tos, se relacionan sexualmente y crean un tercero, distinto a ellos. Existen asociaciones con ms componentes, por ejemplo el ocano, donde el agua se relaciona con la luz y otros elementos fsi-cos como el viento, la atraccin de la luna, los fondos marinos, las costas y diversos elementos qumicos, para crear un mundo lleno de variadas

    30

  • LA LGICA CREATIVA DE LA ENERGA

    formas de vida, las que a su vez se relacionan entre s para generar nuevos individuos.

    Incluso este libro, como todo, es el fruto de una gran cadena de asociaciones donde distintas personas hemos intercambiado aportes. Los autores trabajamos durante cinco aos desarro-llando los conceptos que estn aqu plasmados. Presentamos nuestros avances a otras personas que nos dieron sus opiniones. Gracias a ellas fui-mos refinando las ideas, entendiendo lo que no entendamos y llenando los vacos. Adems, empleamos el idioma castellano que millones de personas a lo largo de la historia han ido enri-queciendo, con ideas, experiencias y distincio-nes. En este volumen tambin est la energa de los editores, de aquellos que inventaron y fabri-caron la imprenta, de la industria editorial, el papel, la tinta, el computador y la de aquellos que tienen la librera (o el sitio web) donde lo adquiriste. Las asociaciones, as, pueden exten-derse hasta el infinito.

    Incluso, en la intimidad de tu pensamiento, dialogas e intercambias ideas con un otro que te opina, te explica, contrasta lo que lees con lo que has ledo antes, con la conversacin que tuviste hace aos con un amigo, con lo que te pasa en tu vida diaria o con lo que te ense tu profesor de filosofa en el colegio. De esta ma-

    31

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    nera refinas tus ideas y sacas nuevas conclusiones, intercambias contigo mismo nuevos conceptos

    . . que ennquecen tu pensamiento.

    Todo en el universo comparte esta lgica creativa: elementos nicos y distintos se asocian para crear nuevos elementos, que a su vez se relacionan entre s para generar otros nuevos.

    Mi en tras ms elementos distintos existan, mayores son las posibilidades de asociacin, ya que hay ms elementos disponibles para inter-actuar. Mientras existan ms seres humanos y ms redes de conexin funcionen, aumentan las posibilidades de intercambio y mayor es la posi-bilidad de crear elementos nuevos y distintos que multipliquen el potencial creativo de la humanidad.

    Se sabe que durante el Paleoltico Medio los seres humanos producan una innovacin cada 20.000 aos. Luego, en el Paleoltico Superior, la tasa de innovacin creci a una cada 1.400 aos. Ms adelante, durante el Mesoltico, se gener una innovacin cada 200 aos.

    Este in cremen to est inevitablemente rela-cionado con una mayor cantidad de seres huma-nos haciendo ms intercambios y con la acumu-lacin de conocimiento -o energa- producto

    32

  • LA LGICA CREATIVA DE LA ENERG[A

    de la historia de relaciones que fueron dando ori-gen a cada innovacin.

    Las tasas de creacin de hoy son incalculables porque las relaciones de intercambio entre los seres humanos son considerablemente mayores.

    33

  • V LA BSQUEDA DE RECONOCIMIENTO

    L a energa conforma seres nicos con histo-rias nicas. Estos seres nicos logran aso-ciarse en la medida que sean reconocidos por otros seres tambin nicos. Si no lo logran, corren el riesgo de desaparecer.

    Un recin nacido que no es reconocido por su madre tiene altas posibilidades de morir. El nio necesita que a travs de esa relacin fluya la ener-ga que precisa para sobrevivir y desarrollarse. Por eso llora y grita, por eso hace conexin visual y reacciona positivamente ante sus padres. Se ase-gura as un entorno de relaciones que le provee de todo lo que requiere hasta alcanzar su autonoma.

    La madre tiene que saber que su hijo existe y escuchar su llanto para darle alimento. Nuestro empleador tiene que reconocer nuestras compe-tencias y habilidades para contratarnos y pagar-nos un sueldo. Dos personas tienen que recono-cerse mutuamente y gustarse para querer formar

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    una pareja. Los automovilistas tienen que verme cuando cruzo la calle; si no, estoy en grave peli-gro. Slo podemos relacionarnos si alguien nos reconoce.

    La forma ms elemental de ser reconocidos es distinguirnos, ser diferentes del resto, destacarnos de alguna forma que sea apreciada por los dems. Algo similar a lo que hacen ciertas plantas cuando conquistan a las abejas y a los pjaros polinizado-res gracias a sus flores de llamativos colores. La dis-tincin del color, del aroma y de la forma, las separa del verde predominante para atraer a los asociados que necesitan con el fin de reproducirse.

    Nosotros tambin estamos empeados en distinguirnos para obtener reconocimiento y lograr ms y mejores intercambios de energa.

    Tenemos un punto a nuestro favor al mo-mento de distinguirnos: somos producto de una historia nica e irrepetible. Las partculas que nos conforman, que como dijimos se remontan al Big Bang, pasaron por muchas experiencias singulares antes de confluir en el ser que somos ahora.

    Esa trayectoria de experiencias irrepetibles de la energa de cada uno nos hace seres nicos y distintos a todo lo que ha existido antes y a lo que nadie pudo haber imaginado. Somos indi-tos e irrepetibles.

    36

  • LA BSQUEDA DE RECONOCIMIENTO

    Este ser nico es el que se enfrenta a las rela-ciones donde debe distinguirse para obtener reco-noc1m1ento.

    Cmo lo hacemos? Enriqueciendo ese ser nico con aquellos atributos que consideramos valiosos. En una tribu guerrera habramos colgado cabelleras de enemigos muertos en nuestra cin-tura. En la sociedad actual colgamos ttulos pro-fesionales en nuestras paredes, estacionamos auto-mviles lujosos en nuestros garajes o llevamos con nosotros las ltimas novedades tecnolgicas.

    Lo que consideremos valores y desvalores ser producto de nuestra historia personal. Si nos formamos en una familia donde lo valorado y lo premiado es la inteligencia, lo ms probable es que adoptemos la estrategia de ser inteligente para sobresalir, y trataremos de adoptar las prc-ticas y estilos de las personas consideradas inteli-gentes para distinguirnos y obtener la mayor can-tidad de reconocimiento.

    De estas creencias podemos encontrar miles. Hay familias donde se valora el esfuerzo y la supe-racin personal, otras el deporte, la lectura, la cocina, la tradicin, lo hermoso y refinado, el arte, la msica, estudiar en cierta universidad, el equipo de ftbol, los viajes, el dinero, la belleza fsica, el xito con el sexo opuesto, la tradicin del linaje, las costumbres ancestrales, etc. Estas valorizacio-

    37

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    nes se convertirn para nosotros en referentes al momento de adoptar estrategias para agregarnos valor y obtener reconocimiento, ya sea adhiriendo a ellas o ponindonos en la posicin contraria.

    Adems de la familia, nuestro contexto social e histrico tambin nos ensea qu valorar y qu no.

    Por ejemplo, andar a la moda, seguir las cos-tumbres de un grupo, responder a los cnones estticos vigentes, y si no, hacerse cirugas para corregir el cuerpo. Ostentar marcas reconoci-das, vivir en barrios de prestigio, utilizar determi-nado tipo de automviles, viajar a lugares con estilo, tener cierto tipo de pareja. Frecuentar res-taurantes de moda, cultivar los deportes ms populares, alimentarse bajo ciertos principios, tener determinados estilos de vida.

    Todo lo que hacemos y la forma como lo hacemos habla de nosotros, y con ello tratamos de distinguirnos, de abrir puertas en nuestras relaciones y de obtener el reconocimiento y la

    , .

    energ1a que necesitamos. Lo que se valora y desvalora va cambiando

    en el tiempo. Por ejemplo, aos atrs, que los hombres ayudaran en las labores domsticas era visto como un desvalor. Quien lo hiciera era considerado como poco hombre, especial-mente en pases latinoamericanos. Actualmente, un hombre que no ayuda en estas labores es visto

    38

  • LA BSQUEDA DE RECONOCIMIENTO

    por muchos como alguien obsoleto. Hace poco tiempo era de toda lgica que el marido deba mantener econmicamente a su familia y que la mujer era la encargada del hogar. Hoy gozan de mayor prestigio las mujeres que trabajan y se mantienen por s mismas, especialmente en la

    I I generac1on mas Joven. Nuestra llegada a la adultez est marcada por

    suscribir conscientemente un sistema de valores, que puede ser distinto del que heredamos de nuestra familia y de nuestro entorno social. La adolescencia es una etapa de exploracin, de seleccin y de formacin de los valores que nos acompaarn en la adultez.

    Las experiencias de la vida, el cambio en los procesos sociales, van modificando aquello que aprendimos a valorar y nos agregan nuevas cate-goras y distinciones.

    Como hemos dicho, estas estrategias de obtencin y acumulacin de valor buscan distin-guirnos frente a los dems, ponindonos en una posicin ventajosa para lograr ms y mejores intercambios de energa en nuestras relaciones.

    Al buscar ser reconocidos por otros, la eva-luacin que stos puedan hacer de m ser crucial para determinar si me reconocern o no y, por lo

    39

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    tanto, si activarn conmigo circuitos de intercam-bio. Es decir, las opiniones de los otros resultan claves para favorecerme o perjudicarme en mis relaciones y obtener mayor valor de ellas.

    No sacamos nada con creer que somos estu-pendos si los dems no estn de acuerdo. Por ejemplo, t puedes considerarte una persona con mucha capacidad para aportar y dar buenas ideas. Sin embargo, si tu grupo no te valida y te consi-dera una persona novata y sin experiencia, ten-drs pocas posibilidades de ser escuchado.

    Por el contrario, si ests en un grupo que te considera en tu justo valor, te darn el espacio para expresar tus ideas, desarrollarlas e incluso sers recompensado por ello.

    Esa es la importancia de nuestra identidad, ella nos suma o nos resta valor, predispone a los dems positiva o negativamente hacia nosotros y as nos facilita o nos dificulta obtener valor en nuestras relaciones.

    Nuestra identidad es la evaluacin que los dems hacen de nosotros. La mayora de las veces, esa evaluacin es el resultado de un pro-ceso automtico e inconsciente.

    Esto explica que haya tanto empeo en cul-tivar la identidad. Todo el culto a la belleza, las

    40

  • LA BSQUEDA DE RECONOCIMIENTO

    relaciones pblicas, la publicidad, los consultores de imagen, la industria de la moda, las marcas de lujo, la farndula y mucho de la industria educa-cional dependen del inters humano por buscar reconocimiento de los dems.

    Puede parecernos banal que gastemos tanto esfuerzo en ello, sin embargo no es as. Objetiva-mente, una buena identidad nos reporta la ener-

    I gia que necesitamos. El problema es cuando los valores que agrega-

    mos a nuestra identidad no estn alineados con el ser nico que somos. En tal caso, mantener esa identi-dad nos costar grandes esfuerzos y corremos el riesgo de quedar al descubierto ante cualquier error.

    Adems, es muy probable que tengamos una recurrente sensacin de frustracin, encontrando nuestra vida vaca y sin sentido, ya que nuestra energa estar empleada en mantener una simula-cin o en cumplir con lo que la sociedad espera de nosotros, aplastando nuestra propia singularidad.

    La desalineacin ocurre porque aquellos valores que agregamos a nuestra identidad termi-nan por tapar bajo una montaa de paradigmas el ser nico que somos. Al final de cuentas, per-demos contacto con ese ser nico y nos dedica-mos a vivir como se debe vivir y a ser como se supone que debemos ser.

    41

  • VI LA TRAMPA DE LOS PARADIGMAS

    Como dijimos antes, para distinguirnos y relacionarnos, buscamos agregar valor a nuestra identidad. Lo que le aporta o resta valor son creencias aprendidas, la mayora de las veces en el entorno familiar, social, cultu-ral y natural que a cada uno le toque vivir, y tam-bin de la historia personal. Por eso, lo que t estimas que es un valor, otro lo puede considerar un desvalor.

    Para algunos, el trabajar en exceso es sinnimo de distincin e ntimo sentimiento de superiori-dad sobre los dems. Probablemente, este rasgo les reporte reconocimiento laboral, ascensos en su empresa, buenos sueldos y estimacin de sus jefes. En cambio, es difcil que su pareja, sus hijos y sus amigos aprecien ese valor. Al contrario, lo ms pro-bable es que resientan esa forma de ser.

    Para la mayora de las personas, terminar de pagar un crdito es un momento de satisfaccin

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COM N

    y tranquilidad. Para el banco, en cambio, no es un momento feliz. Su cliente ideal es el que man-tiene una deuda en el tiempo, claro que pagando puntualmente todos los meses.

    Basndonos en nuestras propias creencias evaluamos a los otros y a nuestro entorno, la mayora de las veces no dudamos de esas creen-cias y las asumimos como supuestos obvios, cer-tezas de la vida que no es necesario demostrar para considerarlas verdaderas.

    Para el trabajlico, es obvio que trabajar en exceso le agrega valor y le da buenos resultados. Y, probablemente, califica de flojos a quienes no se comportan como l.

    Para el vegetariano, es obvio que la carne es nociva para el organismo, por lo menos para el suyo, y que se hace un bien a s mismo evi-tando comerla. Probablemente, le afecta ver cmo el resto intoxica sus cuerpos con carne da a da.

    Para el que considera que entretenerse es un valor fundamental, ser obvio invertir sus es-fuerzos en hacer cosas agradables y ser entretenido, y tal vez califique de aburridas a las personas que no lo siguen.

    En muchas partes, todava, es de todo sen-tido comn que las mujeres se case~~~~

    c.U\.1U~A s1,_ hijos antes de los treinta aos. Si e ::,"' oc

    e ~ ~ BIBLIOTECA S. 44

  • LA TRAMPA DE LOS PARADIGMAS

    se sien ten fracasando en una regla culturalmente impuesta que pocos se atreven a desafiar.

    Ejemplos hay miles. Lo que es importante de retener es que actuamos sobre la base de que estas creencias son verdad, e interpretamos el mundo, a los dems, nuestras relaciones y nuestras pro-pias experiencias bajo ese prisma.

    Creemos que as es la vida y as son las cosas. Esto es lo que se conoce como paradigma:

    una idea que se nos instala como una verdad absoluta, que ni siquiera nos cuestionamos, ya que es tan evidente para nosotros que ni siquiera sabemos que la tenemos. Simplemente, con esa idea interpretamos y evaluamos automticamente la realidad.

    Los paradigmas nos hacen ver el mundo de una determinada manera, como si nos pusira-mos unos anteojos azules y lo viramos todo con un matiz azul. Lo curioso es que vivimos tran-quilamente con los anteojos puestos, sin saber que los llevamos all.

    Los paradigmas no son necesariamente nega-tivos. De hecho, los adoptamos porque en algn momento nos parecieron tiles, muchas veces nos han servido para obtener reconocimiento del entorno y han sido funcionales e incluso eficien-

    45

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    tes, ya que no necesitamos pensar, evaluar ni pla-nificar cmo actuar. Simplemente evaluamos y actuamos automticamente sobre la base de ellos. Son como las reglas del juego que se aceptan sin ms y se aplican despreocupadamente porque as funcionan las cosas.

    Los paradigmas que hemos revisado hasta ahora tienen que ver con nuestra identidad, con aque-llo que nos suma o nos resta valor para distinguir-nos y ser reconocidos.

    Tambin existen paradigmas que tienen que ver con nuestra forma de relacionarnos con los dems.

    Por ejemplo, si de pequeos fuimos agredi-dos psicolgica o fsicamente por alguno de nuestros padres, podemos incorporar el para-digma de que los otros me agreden, y vivir en permanente estado de alerta para evitar la ame-naza de los dems.

    Tambin podemos observar estrategias que no resultan y optar por las contrarias. Por ejem-plo, si vemos que nuestra madre se vio muy daada afectivamente debido al engao de su marido, o viceversa, podemos aprender la idea no hay que depender afectivamente de nadie, y construir nuestras relaciones bajo este principio.

    46

  • LA TRAMPA DE LOS PARADIGMAS

    Si desde pequeos fuimos reprendidos por nuestra manera de hacer las cosas, podremos adoptar el paradigma todo lo hago mal, y estar siempre temerosos de la evaluacin y el inmi-nente rechazo del otro en nuestras relaciones.

    Si, al contrario, de nios tuvimos toda la atencin y la proteccin de nuestros padres y se nos dio todo lo que quisimos y un poco ms, se nos puede instalar el paradigma de yo estoy pri-mero, y nos resentiremos si los dems no nos dan todo el reconocimiento disponible.

    El ambiente en que somos concebidos y las experiencias de nuestra vida nos ensean cmo relacionarnos, bajo qu paradigmas vamos a intercambiar energa, a travs de qu estructuras, estrategias y creencias nos integraremos al gran organismo de relaciones conformado por todos y por todo.

    Los paradigmas tambin determinan nues-tras reacciones automticas frente a las relaciones y las situaciones que enfrentamos.

    Si tenemos el paradigma todos me agre-den, es esperable que tengamos gran dificultad para profundizar en nuestras relaciones, porque nos sentiremos amenazados a cada momento. Interpretaremos fcilmente cualquier estmulo

    47

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    I I como agres1on y reaccionaremos automattca-mente de manera defensiva.

    Con el paradigma hay que ser inteligente, probablemente valoraremos y consideraremos a los inteligentes y despreciaremos a los que considere-mos tontos. Nos costar ver ms distinciones en las personas; por ejemplo, el que sean alegres o simpticas, buenas para el deporte, intuitivas o crea-tivas. Podramos tener una reaccin automtica de menosprecio con el que no se apegue a los estn-dares que nos impone nuestro paradigma.

    Incorporado el paradigma no hay que depender afectivamente de nadie, reaccionare-mos negativamente frente a cualquier seal que interpretemos como dependencia.

    Teniendo el paradigma todo lo hago mal, seremos especialmente sensibles y reaccionaremos a la defensiva frente a todo lo que interpretemos como un rechazo de parte del otro.

    Si se nos instal la idea yo estoy primero, es fcil imaginar las consecuencias.

    Bajo el prisma paradigmtico, reaccionamos de un modo similar frente a situaciones distintas, y eso nos hace torpes al momento de enfrentar las relaciones con los dems.

    Tambin, a raz de estos paradigmas, es fre-cuente que ante una nueva relacin amorosa, la juzguemos con los criterios de nuestra relacin

    48

  • LA TRAMPA DE LOS PARADIGMAS

    anterior. Para la nueva pareja es un tratamiento injusto, ya que no la considera en su propia particularidad.

    A veces ocurre que la nueva pareja valora aspectos nuestros que ni siquiera habamos no-tado o acta de un modo que nos parece total-mente original. Cuando ello sucede, son nuestros paradigmas los que estn siendo desafiados: la imagen que tenemos de nosotros mismos o nues-tra forma natural de relacionarnos.

    Para obtener energa y valor en nuestras relaciones utilizamos estrategias inconscientes de intercambio de energa que hemos aprendido a lo largo de nuestra historia. Estas estrategias se convierten en paradigmas; es decir, en supues-tos incuestionables acerca de cmo relacionar-nos y cmo obtener energa en esas relaciones.

    Gran parte de nuestros paradigmas los adop-tamos durante nuestra infancia, nos los reforza-ron da a da mientras crecamos, con ese tipo de educacin prctica que es difcil de superar: hay que ser de tal o cual manera; no hagas tal o cual cosa; mira a tu hermano cmo se las arregla solo; lee, que te har bien; cmo se te ocurre hacer tal o cual cosa?; ese nio te conviene como amigo; dale, dale, t puedes!; eres igual a tu padre;

    49

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    defindete, tienes que imponerte para que te respeten; bien, as se hace!; si no haces lo que te digo no te voy a querer ms ... Suena familiar? Son formas comunes de instalacin de paradig-mas. Basta mirar los supuestos detrs de esas fra-ses para darse cuenta de qu estamos inculcando a nuestros nios.

    Sin embargo, no todos los paradigmas se for-man en la infancia. En general, cada vez que enfrentamos un terreno nuevo, nos proveemos rpidamente de paradigmas para poder funcionar en ese nuevo mbito.

    Imaginemos un ejemplo extremo y supon-gamos que caemos en la crcel. Como hemos visto o ledo en tantas historias que abordan el tema, lo primero que hacemos es detectar rpi-damente las prcticas de ese lugar y convertirlas en paradigmas para poder salir con el menor dao posible.

    Algo similar ocurre cuando estudiamos una carrera. Lo usual es que adoptemos rpidamente el conjunto de paradigmas de la profesin para poder jugar en ese terreno de manera exitosa. Es fcil reconocer a un mdico, a un abogado o a un arquitecto por su visin de las cosas, su lenguaje, su forma de expresarse, su talante y su vestuario.

    Entrar a la adolescencia, cambiarnos de cole-gio, conseguir nuevos amigos, entrar a la universi-

    50

  • LA TRAMPA DE LOS PARADIGMAS

    dad, cambiarnos de ciudad, encontrar una nueva pareja, son ocasiones donde todos adoptamos nuevos paradigmas.

    Como es de suponer, las estrategias que usa-mos para relacionarnos e intercambiar energa no siempre son efectivas. No siempre nos resultan con todas las personas, no siempre nos reportan toda la energa que quisiramos. Puede suceder que nuestros paradigmas al momento de relacio-narnos nos hagan agredir a otros, no reconocer-los, ignorarlos y no generar los resultados que

    ' quenamos. Es el caso de una mujer hern1osa cuya gran

    capacidad es dirigir equipos e inspirarlos para lle-gar a su objetivo. Probablemente, la primera ten-dencia es a distinguirla por su belleza (paradigma muy difundido) y no reconocerla por su verda-dera singularidad: su capacidad para dirigir eq ui-pos exitosos. Adems, como se supone que las mujeres hermosas no son inteligentes (otro para-digma muy popular), le costar ms instalar su verdadero valor en su mundo de relaciones, ya que los paradigmas dificultarn su despliegue.

    El problema con los paradigmas es que nos dificultan ver las cosas en su particularidad y distincin, tindolas con el matiz de nuestras

    . . propias creencias.

    51

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    Vemos todo azul y evaluamos a todas las personas con el mismo parmetro. Si tenemos el paradigma de la inteligencia, esperamos que nuestros hijos sean inteligentes y que se comporten como es obvio que se comporten, es decir, ali-neados con nuestro paradigma, y si no lo hacen, es que no estn en lo correcto.

    Mucho sufrimiento se evitara si especificra-mos claramente lo que pretendemos de nuestros hijos, pero eso es imposible, al menos hasta que tomamos conciencia de los paradigmas. Como veremos ms adelante, una vez hechos conscientes, los paradigmas pueden ser eliminados.

    Los paradigmas juegan en contra de la lgica creativa de esta creacin. Nos limitan al momento de desplegar el ser nico que somos, ya que slo podemos hacerlo bajo los valores que nos fueron instalados por nuestro entorno, y limitan nuestras relaciones, ya que las enfrenta-mos con la restriccin de ideas preconcebidas.

    Vivir con paradigmas es similar a andar por la vida calzados con esques para la nieve. Fun-cionan bien cuando hay nieve y una pendiente, muy mal si no las hay. El problema es que ni notamos que los llevamos puestos y slo nos quejamos de lo que nos cuesta caminar. Esa es

    52

  • LA TRAMPA DE LOS PARADIGMAS

    precisamente la trampa paradigmtica: son tiles en ciertas circunstancias, pero los acarrea-mos siempre con nosotros sin darnos cuenta.

    Cuando identificamos nuestros paradigmas podemos manejarlos -sacarnos los esques cuando no los necesitamos-, pero como son supuestos transparentes, muchas veces ignoramos que los tenemos y terminamos tratando de jugar ftbol con esques para la nieve.

    53

  • VII CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    D esde antes de nacer necesitamos energa de nuestras relaciones. El hecho de haber nacido y de estar leyendo este libro revela que recibiste la energa que requeras para sobrevivir, crecer y desarrollarte.

    Sin embargo, la energa que adquirimos en la primera infancia y la forma en que accedimos a ella, determinar en nosotros una forma de aproximarnos a las relaciones.

    Viviendo en un ambiente tenso, de mucha exigencia o avaro de afectos, nos aproximaremos a las relaciones con temor, ansiedad y descon-fianza, inseguros de la acogida que tendremos.

    Si nacimos en un entorno agresivo, fsica o psi-colgicamente violento y sin afectos, aprenderemos a relacionarnos agresivamente, buscando arrebatar al otro la energa que necesitamos con cualquier medio.

    Si, al contrario, crecimos en un ambiente amoroso y equilibrado, lo haremos con con-

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    fianza, seguros de que recibiremos la energa que buscamos.

    LA APROXIMACIN EGTICA

    Como dijimos, nuestro ser es integrado con el otro. Slo somos completos si esa integracin se da de una manera libre, amplia y fluida. Cuando ello no ocurre quedamos incompletos, como si nos faltara algo.

    Ese ser incompleto es lo que llamamos ego, y su principal caracterstica es su autorreferen-cia. Como ignora al otro, lo supone segn sus propias ideas, negando su aporte original.

    El ego crea la ilusin de que estamos genui-namente integrados. Inventa al otro o prefigura al otro y hace todo lo posible para que se com-porte como lo prefiguramos o lo inventamos.

    Cuando se ignora al otro, el ser humano queda incompleto, eso es el ego.

    56

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    Cuando no hemos obtenido la energa sufi-ciente en las relaciones bsicas de nuestra infancia, nos aproximaremos al otro con temor, ansiedad y desconfianza, tomando todas las precauciones posibles para asegurar un intercambio de energa que nos favorezca.

    Es como si hiciramos un contrato implcito lleno de clusulas a nuestro favor: yo te doy esto a cambio de que t hagas esto otro y debes hacerlo de tal y cual manera. Si el otro se sale del contrato, yo no lo recompenso. Si prefiere dar ms de lo estipulado, queda fuera de lo prefigu-rado y, por lo tanto, no es visto ni recompensado en consecuencia. Si la relacin entre los miem-bros deriva en algo totalmente nuevo, queda fuera de contrato y, por lo tanto, se descarta el nuevo aporte o es evaluado negativamente.

    En este caso, lo prioritario es conseguir ener-ga y no confiamos en que el otro nos aporte lo que necesitamos por su propia voluntad. No se trata de que estemos estafando ni agrediendo al otro, simplemente usamos nuestro criterio para garantizarnos condiciones que nos favorezcan.

    Cuando nos aproximamos as a una rela-cin, prefiguramos lo que va a pasar porque que-remos asegurarnos de que eso pase.

    57

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    Lo anterior ocurre cuando nos sentimos atra-dos por una persona. Aparte de apreciar lo que vemos o sabemos de ella, inmediatamente le aso-. .

    ctamos nuestras expectativas y esperamos que se comporte como pensamos que se va a comportar. Algunos pensarn que sern rechazados y perma-necern pasivos, negndose a avanzar en la rela-cin; otros pensarn que tienen que tomar la ini-ciativa para conquistar al otro y atraparlo rpidamente en una red de seduccin o de com-promisos. Las intenciones de la otra persona que-dan en segundo plano, el egtico determina a priori lo que ha de pasar y decide segn su pro-pio sistema de paradigmas.

    El problema es que el ego nos impide consi-derar al otro en su diferencia y recibir su aporte original y, por lo tanto, nos impide experimentar una relacin real. Vemos lo que queremos ver, decidimos segn nuestro mejor criterio, llenamos la experiencia con nuestras expectativas, que no tienen necesariamente que ver con la experiencia misma.

    Por ejemplo, si nos gusta que nuestra pareja sea de tal y cual manera, trataremos con medios obvios o sutiles de adaptarla a lo que nosotros pretendemos. Uno trata de modelar al otro de acuerdo a su ideal y ambos tratan de adaptarse para cuidar la relacin. Si lo logran, la pareja

    58

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    eventualmente tendr frutos. Sin embargo, basta que uno haga algo distinto e inesperado, como por ejemplo pensar en cambiar de profesin por-que la suya lo tiene hastiado y quiere dedicarse a su gran pasin, para que el otro se sienta amena-zado y vea el cambio como un peligro.

    En ese tipo de relacin, el potencial evolu-tivo es escaso porque, ms que impulsarse mutua-mente intercambiando energa y creando lo nuevo, estas parejas tratarn de cuidar lo que tie-nen y de conservar la paz habitual al costo de que alguno se quede sin alinear su identidad con su ser nico, deteriorando su capacidad creativa.

    Lo mismo hacemos con nuestros hijos. Con el pretexto de formarlos, educarlos o protegerlos, lo que solemos hacer es instalarles nuestros pro-pios paradigmas.

    El ego nos hace ver al otro a travs del fil-tro de los paradigmas. Nos hace prefigurar lo que se valora y se desvalora del otro, la forma de intercambiar y los aportes que deben hacerse en una relacin.

    59

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    La relacin egtica no considera al otro, lo inventa, no hay dos en esa relacin: por un lado, estamos nosotros~

    por el otro, estd nuestra idea del otro, el juicio o la expectativa que tenemos del otro, no el otro en s mismo.

    Tal como el egtico pretende imponer sus paradigmas al otro, el otro tambin intentar imponer los suyos. El resultado es una relacin pobre, con resultado limitado.

    Por ejemplo, si te relacionas con alguien bajo el paradigma no hay que depender afectivamente de nadie, y el otro se relaciona contigo desde el para-digma todos se aprovechan de m, ni t ni el otro van a profundizar en la relacin: t, por miedo a depender afectivamente del otro, y el otro, para no correr el riesgo de algn tipo de abuso de tu parte.

    Si nuestro paradigma de amor es que el otro caiga rendido a nuestros pies, basta que nos fijemos en alguien para que inmediatamente comiencen

    60

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    nuestras ensoaciones respecto a lo felices que vamos a ser cuando la otra persona acte como nosotros esperamos. Por lo mismo, nos sentimos decepcionados si evaluamos que su entusiasmo por nosotros es ms bien tibio.

    Ocurre algo similar con los padres que pre-tenden que sus hijos sean como ellos quieren que sean. Que se vistan como ellos juzgan adecuado, que estudien las carreras universitarias o profesio-nales que ellos estiman apropiadas, que se com-porten tal como ellos se comportan, es decir de la manera que ellos consideran correcta. Lo nico que hacen al actuar as es limitar la libre expresin de la individualidad de su hijo. Y, por lo tanto, le quitan destrezas para vivir bajo la lgica creativa de esta creacin.

    Cuando actuamos as, le ponemos al otro una expectativa que no tiene que ver con l ni con su singularidad. No lo consideramos como el ser nico que es, con la historia nica que lo constituye.

    Peor an, las expectativas, todas ellas, son por definicin imposibles de cumplir porque no tienen lmites precisos: cundo somos lo sufi-cientemente exitosos?, o lo suficientemente gua-pos?, o lo suficientemente inteligentes?, o lo suficientemente reconocidos?, o lo suficiente-mente creativos?, cundo hacemos nuestro tra-bajo lo suficientemente bien?, cundo el otro nos

    61

  • ~. l ~NT I DO: LO EXTRAORDINARIO OE LA V IDA COMN

    quiere lo suficiente? Probablemente, nunca. Cuando alguien importante para nosotros nos impone sus expectativas, quedamos atrapados en una rueda de insatisfaccin que, tarde o temprano, nos pasa la cuenta.

    Cuntas veces nos hemos encontrado dedi-cando gran parte de nuestra energa a cumplir con expectativas que otros nos han impuesto, en lugar de dedicarnos a ser nosotros mismos? O, tambin, cuntas veces nos hemos encontrado tratando de cumplir con las expectativas que nosotros creemos que otra persona tiene de nosotros?

    La relacin egtica nos pone a cumplir expectativas impuestas, en vez de expresar nuestra singularidad.

    62

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    Al relacionarnos desde el ego obtenemos dosis limitadas de energa. Al buscar reconoci-miento torpemente, al restar espacio al otro, la relacin se empobrece, derrochando gran parte de su valor y su creatividad potencial.

    Pero tampoco nos castiguemos. Si usamos nuestra estructura paradigmtica

    con el objeto de conseguir energa, no es por ser malas personas, sino porque en algn momento nos ha sido til y eficiente en la obtencin de energa y porque muchas veces es la forma de relacionarnos que hemos aprendido.

    Tanto es as, que la mayor parte de nuestra vida en sociedad tiene una estructura egtica. La organizacin de los Estados, los sistemas legales, la educacin y casi todos los sistemas econmicos y productivos, son formas de prefigurar y mol-dear las conductas de las personas y, por lo tanto,

    . , .

    son sistemas egoticos. La virtud del ego es que permite enfocar la

    energa del otro con un propsito determinado y asociarla a sus semejantes de una manera especfica para obtener resultados predecibles. Se pierde, claro, el aporte extraordinario que el otro pudo haber hecho si las relaciones fueran libres y con ms espacio de expansin. A cam-bio, se evita que la energa comn se disperse. Por lo mismo, la eficiencia y los resultados que

    63

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    se logran gracias a las relaciones egticas son muy importantes.

    Hay que recordar, sin embargo, nuestro ejemplo de andar por la vida calzados con esques de nieve. Los paradigmas ignorados permanecen con nosotros cuando ya son intiles y nos qui-tan libertad para vivir la experiencia real de la relacin.

    LA APROXIMACIN AGRESIVA

    Si somos privados de la energa que necesita-mos para vivir y hemos aprendido paradigmas violentos para conseguirla, nos aproximaremos agresivamente a la relacin. Es tanta la necesidad de energa y tanto nos ha sido negada, que bus-caremos arrebatarla de cualquier modo.

    Un caso clsico es cuando un indigente roba para dar de comer a sus hijos. La necesidad lo lleva a traspasar los lmites y agredir al otro para proveerse de la energa que necesita.

    A veces, la justificacin no es tanta y la agre-sin se transforma en una estrategia de vida. El que roba, el que estafa, el que golpea, el que mata, muchas veces lo hace reiteradamente, fundado en sus propios paradigmas agresivos.

    Es justo quitarles a los que tienen ms; este mundo es para los inteligentes, no para los

    64

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    tontos; mi hombre tiene que mantenerme; mi mujer tiene que respetarme, son paradigmas que suelen llevar a agresiones materiales, fsicas o psicolgicas.

    Los gobernantes tambin suelen basarse en paradigmas para agredir a otros pases; somos los guardianes de la civilizacin, si no cuidamos nuestra forma de vida el mundo entrar en caos; la forma de vida de los infieles es corrupta y repugna la conciencia de los creyentes; la demo-cracia oligrquica no es democracia del pueblo; el orgullo nacional no puede ser mancillado, nosotros somos un pueblo altivo que no acepta ofensas.

    Al organizar nuestra visin del mundo desde nuestras propias interpretaciones, nos puede parecer legtimo daar concientemente al otro lanzando nuestra energa en su contra.

    Lanzar la energa contra el otro no slo se da en casos excepcionales como las guerras, pode-mos encontrar muchos ejemplos cotidianos en los que todos nos veremos reflejados de alguna manera.

    Menospreciar o hablar mal de alguien, igno-rar o maltratar psicolgicamente a otro en forma conciente, golpearlo, son formas de lanzar nues-tra energa con el objeto de agredir.

    65

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    ~,,........ ,,, ....... ~ ... ,~,, ~ ~ ,,,. 'i ~

    '' ....... ~

    Cuando se agrede al otro, daamos una parte de nosotros mismos. Se pierde valor en la relacin.

    Contaminar conscientemente, desperdiciar los recursos naturales o las fuentes de energa, cazar ballenas en peligro de extincin, ensuciar el aire con gases emitidos por motores defectuosos, son formas de destruir lanzando nuestra energa en contra del entorno natural.

    ~,.......... ,,, ....... ~ .. ,~,, ~ ~ ,,,. ... ~ ..

    '' ....... ~

    Cuando se agrede al medio natural daamos una parte de nosotros mismos.

    66

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    Fumar, tomar alcohol o comer en exceso, abusar de las drogas, o cualquier actitud que implique dirigir nuestra energa abiertamente en contra de nuestro cuerpo, es tambin agresin.

    Hablar mal de uno mismo, despreciar nues-tro propio cuerpo, nuestras capacidades, nuestra belleza, lamentarse de nuestra mala suerte, inter-pretar negativamente cada aspecto de nuestra his-toria, tambin es una forma de provocarnos dao a nosotros mismos.

    Cuando nos agredimos a nosotros mismos se pierde valor en /,a relcin.

    Tambin agreden y destruyen valor aquellas empresas que, aprovechndose de su posicin dominante, depredan a sus competidores o a sus proveedores estableciendo condiciones que los

    67

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    perjudican. O aquellas que de diversas maneras engaan a sus clientes en pos de un beneficio de corto plazo.

    Lo mismo ocurre con los empleadores que explotan a sus trabajadores. El nico resultado posible de esa relacin es un conjunto de traba-jadores laborando a disgusto, con baja produc-tividad, ansiosos de renunciar apenas aparezca una mejor oferta. La creacin de valor de esa empresa es mucho menor de lo que podra ser y la ganancia econmica ser siempre limitada porque el aporte del trabajador es necesaria-mente menguado.

    Pero tambin se da el caso del empleado que roba, hace mal su trabajo, es negligente o flojo. Esta es otra forma de relacin agresiva.

    Actuando bajo estos principios paradigmti-cos, dirigimos de manera conciente la energa en contra de otro, de nosotros mismos o del entorno. Aproximndonos agresivamente a la relacin nos daamos y perjudicamos a nosotros mismos, ya que no existimos separadamente de aquel que daamos.

    El que no lo veamos, no nos demos cuenta del dao que nos estamos infligiendo, es propio de la ceguera que nos aparece cuando se trata de entendernos a nosotros mismos.

    La aproximacin agresiva impide el inter-cambio, ya que el objetivo de la relacin no es

    68

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    generar ningn tipo de reciprocidad, ni siquiera bajo el prisma de las expectativas, sino simple-mente daar. A cambio, probablemente, slo se puede recibir ms dao.

    Este tipo de relaciones destruye valor en lugar de crearlo.

    Las relaciones destructivas son producto de interpretaciones de nuestro sistema de paradig-mas: creo que el otro me va a daar, entonces agredo; asumo que el otro es inferior, entonces lo ataco con mi prepotencia; interpreto que estn en mi contra, entonces paso a llevar para restituir mi orgullo herido; creo que la gente es tonta y la agredo con mi superioridad, engan-dola; nac en un medio miserable, entonces agredo al que tiene ms porque es justo; sospe-cho que mi compaero de trabajo me delat y me despidieron, entonces me parece adecuado agredirlo; siento que mi mujer no es capaz de ver mis mritos, entonces agredo; creo que los nios me faltan el respeto, entonces agredo.

    Dentro de la lgica de estas interpretaciones, parece justificable que respondamos con agresin.

    Pero ... Y si el otro no es inferior sino sim-plemente distinto? Y si no estn en mi contra sino que opinan diferente? Y si el engao no es

    69

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    la mejor forma de obtener reconocimiento? Y si al otro no le fue ms fcil sino que creci en un contexto diferente, con otras dificultades que las mas? Y si para el otro el cubrirme las espaldas representa un dao porque tiene un cdigo tico diferente al mo?

    Quin tiene la razn? Como todo paradigma, como toda interpre-

    tacin, son slo alternativas dentro de un ampl-simo campo de posibilidades.

    El mal o las decisiones que parecen ir en contra de la vida, como el crimen, no ocurren bajo la influencia de un ente maligno que des-pliega sus sombras alas sobre nosotros. Actuar contra el otro es una opcin que nos entrega la energa que nos constituye, que si bien nos obliga a relacionarnos, no nos impone una manera espe-cfica de hacerlo.

    Eso queda en nuestras manos, porque al determinar que somos seres singulares con histo-rias singulares, la energa nos deja libres para escribir esas historias como mejor nos parezca.

    LA APROXIMACIN AMOROSA

    Antes de hablar del amor y de las aproxima-ciones amorosas, te invitamos a deshacerte de los paradigmas habituales que lo definen. No pense-

    70

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    mos en el amor hacia una pareja o un hijo o hacia los padres, ni la pasin desenfrenada que poda-mos sentir por otra persona, ni la ternura que nos despierta una mascota, ni la adoracin hacia un dolo de la cancin.

    Esos sentimientos que nos despiertan los otros, se deben a algo que ocurre en la relacin.

    El amor es un tipo de relacin donde hay intercambio recproco de energa entre dos o ms seres que se reconocen como nicos y dis-tintos, con resultado creativo.

    En una relacin como la descrita, los miem-bros colaboran en lugar de competir, dan y reci-ben energa o, si quieres ponerlo en trminos ms familiares, dan y reciben valor, algo que ambos valoren en la justa medida de cada uno.

    Cada participante reconoce la contribucin del otro y lo ve como una persona singular capaz de hacer un aporte nico.

    El resultado creativo es cuando la relacin pro-duce algo nuevo, una nueva evolucin, un nuevo ser, una nueva fuente de valor, una nueva idea.

    Es una relacin donde las partes estn abier-tas al otro, a la particularidad de sus integrantes

    71

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    y, por lo tanto, la energa se puede intercambiar libremente.

    El potencial creativo de este tipo de relacio-nes es, sin duda, superior al que se da en las rela-ciones egticas y agresivas, simplemente porque puede tener como resultado algo que ninguno de los integrantes habra prefigurado o esperado de antemano. Y lo nuevo que surja puede ser reco-nocido y sumado a la relacin.

    Una relacin amorosa es siempre una relaci~ expansiva y fructfera para todos los miembros.

    Este tipo de relaciones se va desarrollando, profundizando, enriqueciendo, hacindose siempre ms creativas y ms amplias, ya que los paradigmas que todos arrastramos con nosotros van cayendo a medida que los aportes mutuos y las nuevas posibilidades creadas van ganando espacio.

    Probablemente, todos hemos tenido algn amigo que conocimos en un momento de la vida y que nos ha acompaado cumpliendo distintos papeles: compaero de fiestas y de estudios, padrino de matrimonio, cuado, socio de una empresa, apoyo en los momentos difciles, etc. Esa es una relacin amorosa abierta, donde los papeles cambian con el tiempo y la relacin se

    72

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    transforma, se expande y se profundiza. El aporte de cada uno es mltiple e ilimitado.

    La relacin amorosa, naturalmente, pro-duce ms felicidad, ya que los participantes intercambian sus aportes sin restricciones. Por lo mismo, produce la sensacin de plenitud, ya que los resultados superan las expectativas que se pudieron tener de antemano.

    Una prctica frecuente en muchos grupos de trabajo es el comit creativo o tormenta de ideas. Bien ejecutado es una forma comn de relacin amorosa, donde todos los participantes lanzan sus ideas al grupo para que sean recogidas, transforma-das, desechadas o simplemente aceptadas. Los bue-nos comits suelen llegar a soluciones nuevas, que nadie pudo imaginar por s solo; soluciones que, ade-ms, nadie podra reconocer como propias, ya que fueron el resultado de mltiples transformaciones y aportes indirectos de todos los que participaron.

    Otro ejemplo son los ecosistemas sanos. Mientras exista una relacin fluida entre los dis-tintos componentes del medio natural, tendre-mos paisajes ricos en biodiversidad y desarrollo. Si una intervencin humana especialmente torpe o una catstrofe natural impiden el fluir de la energa en los intercambios naturales, se produce

    73

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    prdida de biodiversidad, deforestacin, erosin, aridez y empobrecimiento del medio natural.

    Una relacin amorosa con un hijo es una relacin en que los padres lo consideran un ser nico e individual, sin esperar que sea como ellos quieren o se comporte como a ellos les gustara. Es una relacin donde se van descubriendo pau-latinamente las particularidades del nio que se est desarrollando, y se acepta abiertamente lo nuevo que trae a su mundo.

    Las relaciones amorosas nos transforman porque estamos abiertos al otro, reconocemos su aporte y estamos dispuestos a recibirlo, as como tambin a entregar el nuestro.

    Esto sucede porque en la relacin amorosa entendemos nuestro ser en relacin con el otro, y como al frente hay otro ser libre distinto a m,

    , , . ,

    nunca se en que voy a terminar, como me va a cambiar, cmo se modelarn mi historia y mi ser.

    Las relaciones amorosas son, por lo tanto, impredecibles e imposibles de prefigurar. Son el tipo de relacin que nos entrega la mayor canti-dad de energa ya que estn alineadas con su lgica creativa. En ellas, todos los participantes contribuyen sin lmites, son reconocidos y recom-pensados en la justa medida y crean valor. Ade-

    74

  • CMO ENFRENTAMOS LAS RELACIONES

    ms, la relacin amorosa crece, se interna en nue-vos campos, la colaboracin se ampla y la ener-ga fluye en mayor cantidad y mejor calidad.

    En suma, el amor ocurre en las relaciones y es la cualidad que permite el resultado creativo, la evolucin y la expansin de todos los miem-bros de la relacin.

    Hemos hablado de aproximaciones egticas, agresivas y amorosas. Estos diferentes tipos de aproximaciones se dan en distintos niveles y con variados matices. Las relaciones tienen muchos planos y, adems, van cambiando y transformn-dose en cada momento. Es poco probable que alguien mantenga relaciones que sean siempre egticas, o slo amorosas, o slo destructivas. El distinguirlas nos permite el anlisis, pero la reali-dad es mucho ms diversa y compleja.

    75

  • VIII LOS PLANOS DE CONCIENCIA

    DEL SER HUMANO

    L os seres humanos somos capaces de recono-cer diversos planos en nuestro ser, a pesar de que siempre actuamos como una unidad compleja.

    El hecho de distinguir estos planos y de actuar sobre ellos nos indica que somos conscien-tes de su existencia. Por eso les llamamos planos de conciencia.

    Los planos de conciencia que reconocemos son los siguientes:

    EL CUERPO

    Es el plano que nos instala en la tierra y per-mite la vida humana de la manera en que la cono-cemos: sin cuerpo no podemos vivir. El cuerpo es en tiempo presente, aqu y ahora. Es el contene-dor de nuestros sentidos y, como tal, el cuerpo experimenta la experiencia material de la vida.

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    En el cuerpo estn nuestros sensores, los sen-tidos que nos permiten captar la informacin del entorno.

    Uno de los pocos instintos bsicos que los seres humanos de hoy no hemos logrado contro-lar es el instinto de supervivencia. Tendemos ins-tintivamente a preservar nuestros cuerpos porque son el contenedor bsico de la vida.

    LAS EMOCIONES

    Es un plano estrechamente ligado al cuerpo. Las emociones son aquello que nos moviliza o nos paraliza, el detonante de nuestra actividad. A par-tir de nuestras reacciones emocionales, actuamos en el mundo de diferentes maneras.

    Las emociones estn relacionadas a nosotros mismos, somos nosotros los que nos sentimos alegres, o tristes, o enojados, o aterrados. Si bien este estado puede ser provocado por un estmulo externo, la experiencia emocional es interna y refleja una sensacin respecto de uno mismo.

    La emocin determina nuestro temple, que es la disposicin de nuestro cuerpo o nuestro humor para afrontar los sucesos de nuestra vida diaria. Por ejemplo, podemos encontrar personas de temple rabioso, o de temple liviano, o melan-clico, o miedoso, y ello se transmitir en su

    78

  • LOS PLANOS DE CONCIENCIA DEL SER HUMANO

    manera de mirar, de caminar, de moverse, de entrar y salir de los lugares, en el tono y el volu-men de su voz, etc.

    Las emociones impregnan nuestras acciones. Si estamos enojados, probablemente dejaremos un tinte de rabia en cada cosa que hagamos, en cada dilogo que tengamos, incluso en nuestros pensamientos. Si estamos alegres, contagiaremos esa alegra. Si estamos melanclicos, seremos muy sensibles a la tristeza ajena y muy lentos a la hora de reaccionar ante algn estmulo.

    Contrariamente a lo que creemos, las perso-nas tomamos la mayora de nuestras decisiones guiadas por nuestras emociones y no por la razn, aunque pretendamos sustentarlas con todo tipo de argumentos racionales.

    LA MENTE

    Es el plano que integra la experiencia y nos permite el procesamiento y desarrollo de la infor-macin. Analizamos la informacin entregada por nuestros sensores corporales, la clasificamos, la interpretamos y la almacenamos en la memo-ria, fijando la experiencia (a veces como paradig-mas). Adems, a travs de la mente somos capa-ces de traducir nuestra experiencia a lenguaje y expresarla y compartirla con otros.

    79

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    La mente puede mantener una relacin pre-sente, pero tambin puede recurrir a su memoria y traer a otros interlocutores, no necesariamente presentes, a la relacin. Puede recurrir, por ejem-plo, a frmulas o a lo que dijo tal o cual autor. Tambin puede internarse en el futuro a travs de la especulacin y la proyeccin.

    Los SENTIMIENTOS

    Es el plano que nos relaciona. Los sentimientos son siempre con respecto y en relacin a otro. Ama-mos u odiamos a otro, estamos inseguros con res-pecto a otro, nos sentimos desvalorados por otro. El plano de los sentimientos es vital para el desarrollo de nuestro ser. La sabidura oriental propone el plano de los sentimientos como una bisagra, un plano que, adems de relacionarnos con los dems, une nuestros aspectos materiales (cuerpo, emociones y mente) con nuestro aspecto relacional, que corres-ponde a los planos de la vocacin y de la integracin.

    LA VOCACIN

    Es el canal a travs del que circula nuestro mejor aporte al otro, nuestra singularidad. Como ya lo dijimos, la energa que nos conforma ha experimentado una historia singular que nos hace

    80

  • LOS PLANOS DE CONCIENCIA DEL SER HUMANO

    nicos y distintos, por lo que tenemos aportes ni-cos y distintos que realizar en nuestra existencia.

    Como seres en relacin, no nos sentiremos plenos hasta que no seamos capaces de entregar a un otro la singularidad que somos a travs de una relacin. No nos sirve tener una capacidad emprendedora nica si no emprendemos nada. No nos sirve ser especialmente acogedores si no nos relacionamos con otros a quienes acoger.

    Si recordamos la lgica creativa de esta crea-cin, donde seres distintos se relacionan para crear lo nuevo, la vocacin implicara entregar el mejor aporte posible en el intercambio de energa. As como el amor saca el mximo provecho de la rela-cin, el ejercicio de la vocacin tambin aumenta la potencia del intercambio, ya que los aportes de los integrantes corresponden a su singularidad.

    Las contribuciones no tienen que ver direc-tamente con nuestro quehacer o con nuestro tra-bajo, ni tampoco deben ser algo excepcional reservado para las grandes personas.

    Ejemplos de vocaciones pueden ser impulsar y destrabar a personas estancadas, o guiar a otros en la confusin, o aclarar situaciones, o ser bueno para escuchar, o ayudar a tomar conciencia de mbitos bloqueados a travs de la creatividad, o

    81

  • EL SENTIDO : LO EXTRAORD INARIO DE LA VIDA COM(;N

    una particular manera de hacer las cosas que beneficie a los dems.

    LA INTEGRACIN

    Es el plano que nos integra al todo, a todos los otros del pasado, del presente y del futuro y a todo lo otro desde el principio del universo hasta su futuro an ignorado.

    Este es el plano donde nos relacionamos con la unidad de la creacin, el plano donde somos en relacin con todos y con todo, es el plano que entiende que no somos seres individuales y separados, sino que conformamos un gran orga-nismo de relaciones.

    En este plano elaboramos la experiencia en un sentido diferente al mental, ya que la conce-bimos en un sentido amplio e integrador. Es el plano de la comprensin integral, de la intuicin, de la creatividad.

    lllgracl6n Vecac161

    82

  • LOS PLANOS DE CONCIENCIA DEL SER HU MANO

    Los primeros tres planos constituyen nues-tros planos materiales. El cuerpo, las emociones y la mente son los mbitos ms concretos y per-ceptibles en nuestra vida diaria, todos podemos reconocerlos y referirnos a ellos. Al morir, lo que podemos comprobar es que perdemos estos tres planos de nuestra complejidad. Nuestro cuerpo deja de funcionar y se descompone, somos inca-paces de sentir o reaccionar emocionalmente y nuestro cerebro queda inactivo.

    Los siguientes tres planos, los sentimientos, la vocacin y la integracin, son nuestros planos de relacin, aquellos que nos vinculan a los dems y a toda la creacin y que permiten que nuestro ser se complete en las relaciones.

    Estamos acostumbrados a entendernos desde nuestros planos materiales. No hay duda: tene-mos un cuerpo, sentimos y pensamos. Sin embargo, es comn sentir que algo nos falta, como el amputado siente el miembro que dej de pertenecer a su cuerpo.

    Ese algo ha sido nombrado de diferentes maneras: espritu, alma, aspecto inmaterial del ser. En cualquier caso, sentimos que es un algo difuso, difcil de aprehender, que pertenece ms al terreno de la espiritualidad que a nosotros mismos.

    Pues bien, te invitamos a pensar que ese algo invisible e indeterminado es aquella parte de

    83

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    nuestro ser que va ms all de nuestro cuerpo y que se encuentra conectada con el otro y con el todo. Ese algo es nuestras relaciones y la energa que en ellas circula: con los seres que queremos, con los que no queremos, con los que conocemos y no conocemos, con nuestro entorno social y cultural, con la naturaleza, con el universo. As de concreto.

    Nuestro espritu es todas las conexiones que tenemos con los otros y con lo otro, y podemos acceder a esas conexiones de manera directa por-que todos conformamos un gran organismo de relaciones.

    Los planos de relacin que nombramos I I

    como esp1ntu: sennm1entos, vocac1on e integra-cin, son tan concretos, prcticos y reales como los planos materiales que residen en el cuerpo. A travs de los sentimientos fluye la energa cuando existen vnculos amorosos, a travs del plano de la vocacin fluye nuestro mejor aporte hacia los dems, llevando las relaciones a su mximo potencial, y a travs del plano de la integracin nos relacionamos con el todo, sabemos que somos parte del gran organismo que conforma-mos, y gracias a eso comprendemos las cosas de manera integrada.

    84

  • LOS PLANOS DE CONCIENCIA DEL SER HUMANO

    PLANOS MATERIALES PLANOS DE RELACIN PLANOS MATERIALES

    El espritu es la parte de nuestro ser integrado que compartimos con el otro.

    No hay planos prioritarios, ninguno es ms importante que otro. El que los hayamos puesto en un orden determinado es una decisin pura-mente explicativa. Por ejemplo hay personas que son muy conscientes de su plano de la integra-cin, sin embargo tienen poca conciencia del plano de sus relaciones o de su cuerpo. Es decir, trabajan a voluntad con su intuicin, pero son torpes para manejar sus relaciones o fsicamente descoo rdinadas.

    Todos nuestros planos conforman la comple-jidad que somos y adems estn marcados por el ser particular que somos, de manera que cada plano es singular, original y nico en cada uno de

    85

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    nosotros, y por cierto determinarn nuestra manera particular de relacionarnos.

    Es decir, las caractersticas especficas de nuestros planos de conciencia afectan nuestras relaciones. Por ejemplo, alguien que tiene muy desarrollado el plano del cuerpo (una persona corporal), tendr una manera de relacionarse diferente a alguien que tiene ms desarrollado el plano de la mente (una persona mental).

    Profundizaremos en estas distinciones ms adelante.

    Nos RELACIONAMOS DE DIVERSAS MANERAS CON DIFERENTES PERSONAS

    Como es evidente, no todas nuestras relacio-nes son iguales. Esta diferencia se da en parte por-que aunque nos relacionamos con todos los pla-nos de conciencia, en cada relacin hay planos

    , .

    mas activos que otros. Por ejemplo, con un profesor podemos man-

    tener una relacin centrada en lo mental, pero puede circular muy poca energa en el plano de los sentimientos.

    Con un boxeador rival podemos tener una agresiva relacin fsica y emocional, pero nada mental ni vocacional.

    Con mis compaeros de trabajo puedo tener

    86

  • LOS PLANO~ DE CONCIENCIA D EL SER H UMANO

    una gran conexin mental y vocacional con gran-des resultados creativos, sin que ello implique relacin activa en los dems planos.

    Asimismo, puedo entregar mi mejor aporte a travs de mi vocacin de msico entregando y recibiendo grandes cantidades de energa de mi audiencia sin que se involucren mis distintos pla-nos de conciencia con los espectadores.

    lntegracl6n Vocacl6n

    Sentimientos Mente

    Emocionas Cuerpo

    Un campesino tiene una relacin intensa con la naturaleza, con la mayora de sus planos de conciencia activos en esa relacin.

    87

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    Integracin Vocacin

    Mente

    Cuerpo Una persona urbana es probable que tenga una relacin afectiva

    y emocional con la naturaleza y tendrd esos planos activos en esa relacin, mientras que los demds permanecerdn inactivos,

    sin intercambio relevante.

    88

  • IX LOS EFECTOS DEL FLUJO DE ENERGA EN

    NUESTROS PLANOS DE CONCIENCIA

    Como hemos dicho desde el principio, los seres humanos nos relacionamos inter-cambiando energa. Podemos hacer un paralelo con la energa

    elctrica que circula por los circuitos de nuestra casa. Normalmente, la electricidad fluye por los cables, a veces hay sobrecarga, otras veces hay baja potencia y otras, simplemente, se corta. Ese fluir de la electricidad afecta el funcionamiento de los aparatos conectados a esa red.

    Lo mismo ocurre en nuestras relaciones. El fluir de la energa en nuestros intercambios nos afecta en todos nuestros planos de conciencia, produciendo efectos visibles y concretos que todos podemos apreciar.

    Hemos distinguido cuatro tipos de flujo de energa en las relaciones.

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    Los FLUJOS EQUILIBRADOS DE ENERGA

    En este estado, la energa fluye de manera equilibrada a travs de la relacin. Los integran-tes dan y reciben energa de manera proporcional a cada uno y a la importancia de su aporte.

    Estos equilibrios suelen ser dinmicos: hay veces en que un integrante da ms, porque su estado se lo permite, y otras en que necesita ms, porque su situacin as lo requiere.

    Cuando la energa fluye de esta manera es, por ejemplo, cuando estamos satisfechos con nuestros trabajos. Tambin cuando sentimos que estamos siendo reconocidos y valorados; cuando percibi-mos que todo va bien con nuestras parejas o con nuestros hijos; cuando nos vemos contenidos o contenemos a un ser querido. O cuando estamos bien de salud y en un lugar agradable.

    Si hacemos la analoga con un circuito elc-trico, este es el caso en que el sistema funciona debido a que la electricidad fluye sin problemas a travs de los cables y los circuitos.

    Cmo nos afecta este estado de la energa en cada uno de nuestros planos?

    En primer lugar, es preciso aclarar que los efectos de la energa son diferentes en cada ser humano y, por lo tanto, hay innumerables mati-

    90

  • LOS EFECTOS DEL FLUJO DE ENERGA EN NUESTROS PLANOS DE CONCIENCIA

    ces. Por ejemplo, si decimos que cierto tipo de relacin nos genera tristeza, estamos tratando de abarcar una amplia gama de matices que va desde una sutil melancola hasta una pena profunda. Por razones obvias, no podremos nombrar cada uno de ellos, sino utilizar conceptos referenciales.

    Cuando tenemos una relacin equilibrada, es decir, la energa fluye a travs de la relacin con el otro, nos estamos relacionando plenamente con l y, por lo tanto, nuestro ser se completa.

    En el plano del cuerpo experimentamos pla-cer, nos sentimos a gusto en cualquiera de sus for-mas: bienestar fsico, relajo, sensacin de vitali-dad, sensualidad. Basta que recordemos lo que siente nuestro cuerpo cuando nos encontramos en un lugar cmodo, en un paisaje que nos gusta o con alguien que queremos.

    En el plano de las emociones sentimos ale-gra, amplitud, gozo.

    En el plano de la mente, cuando la energa fluye, alcanzamos el entendimiento, o llegamos a la solucin de algn problema, o simplemente gozamos de claridad mental.

    En el plano de los sentimientos entablamos relaciones de amor con sus infinitos matices: amor de pareja, amor filial, amor fraternal, amis-tad o amor a una creacin, a un trabajo, a una expresin artstica, a la naturaleza.

    91

  • EL SENTIDO: LO EXT RAORDI NARIO DE LA VIDA COMN

    En el plano de la vocacin, cuando la ener-ga fluye es porque estamos entregando nuestro mejor aporte, por lo tanto, nos sentimos plenos. As podemos llegar a ser consagrados al ejercicio de nuestra vocacin, alcanzando cierto grado de

    ,

    maestna en nuestro aporte. En el plano de la integracin, cuando la

    energa fluye equilibradamente en la relacin, ocurren las intuiciones. La intuicin es una manera integral de comprender que sobrepasa la razn. Es cuando se nos prende la ampolleta, nos cae la teja, nos iluminamos, o entende-mos todo. Ello ocurre porque hemos tomado contacto con el gran organismo que es esta crea-cin y comprendemos de manera integral e ins-tantnea la complejidad que queramos resolver.

    lntulcl6n

    Amor Comprensl6n-solucl6n

    Alega -----

    Placer

    92

  • LOS EFECTOS DEL FLUJO DE ENERGA EN NUESTROS PLANOS DE CONCIENCIA

    Los FLUJOS DESEQUILIBRADOS DE ENERGA

    En este caso, alguno o ambos integrantes de la relacin da ms de lo que recibe (o cree, o siente dar ms de lo que recibe), o viceversa. La energa fluye de manera desequilibrada a travs de la relacin.

    Por ejemplo, cuando juzgamos que en nues-tros trabajos nos pagan menos de lo que merece-mos o nos reconocen poco en relacin a todo lo que hacemos. Tambin cuando nos sentimos poco considerados o queridos por el otro o cuando nos sentimos ms importantes para una persona de lo que esa persona es para nosotros, o viceversa; o cuando estamos en un lugar inc-modo, demasiado fro o caluroso, o cuando sen-timos que la vida nos trata injustamente.

    Siguiendo con la analoga del circuito elc-trico, este es el caso donde la energa fluye inter-mitentemente a travs de los cables, generando alternadamente sobrecargas y bajas de potencia, con riesgo de daar los artefactos elctricos.

    Cmo nos afecta este estado de la energa en cada uno de nuestros planos?

    Cuando la energa fluye desequilibradamente a travs de la relacin, nuestro ser se enfrenta a difi-cultades, nos cuesta llegar al otro o que el otro

    93

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    llegue a nosotros de manera fluida. Se generan malentendidos, injusticias, abusos.

    En el plano del cuerpo sentimos malestar, como si estuviramos sentados en una silla inc-modamente inclinada hacia un lado. La reaccin natural de nuestro cuerpo es corregir el desequili-brio inclinndose hacia el lado opuesto. Lo mismo ocurre con todo nuestro ser. Tendemos a recuperar el equilibro oponindonos a la fuerza que nos desequilibra.

    En el plano de las emociones, la relacin de-sequilibrada nos produce rabia. La rabia es la emocin de la accin, que nos impulsa a corregir la desigualdad para salir de la sensacin de males-tar. Por ejemplo, tendemos a enrabiarnos cuando nos sentimos mal pagados, o desconsiderados, o tratados injustamente, o abusados, y actuamos oponindonos a esa situacin de maneras ms o menos eficaces.

    En el plano de la mente, el flujo desequili-brado de la energa nos produce confusin. Algo nos impide ver las situaciones con claridad, no sabemos a qu darle importancia. Cuando esta-mos confundidos queremos salir de ese estado y, por lo tanto, comenzamos un proceso de bsqueda de informacin y de especulacin para intentar aclarar las ideas, nuestra mente discurre diferen-tes vas para eliminar la confusin.

    94

  • LOS EFECTOS DEL FLUJO DE ENERGA EN NUESTROS PLANOS DE CONCIENCIA

    En el plano de los sentimientos, nos sentimos desvalorados o sobrevalorados por el otro. En ambos casos, no creemos ser apreciados por lo que somos, por nuestra particularidad, y la relacin se afecta por-que se construye.sobre bases dbiles que nos provo-can inseguridad. Es la sensacin que nos producen aquellas personas que nos adulan en exceso atribu-yndonos mritos que no tenemos, nos sentimos escpticos con su evaluacin porque sabemos que su juicio no es correcto, o al contrario, cuando no nos sentimos suficientemente vistos por el otro.

    En el plano de la vocacin, cuando la energa fluye desequilibradamente nos desorientamos, percibimos que no estamos en el lugar adecuado _ o no estamos dedicados al quehacer que nos satis-face; en definitiva, que no estamos en lo nues-tro. Puede ser que an no estemos claros res-pecto de nuestro mejor aporte, y entonces nos ponemos a buscar. Nos informamos de diferen-tes temas, nos metemos a diferentes talleres o cur-sos, estudiamos otras carreras, nos cambiamos de trabajo, nos movemos y actuamos para encontrar nuestro lugar en el mundo.

    En el plano de la integracin, el desequi-librio produce la imaginacin y el ingenio. Para salir del desequilibrio, encontramos soluciones globales y eficientes o imaginamos vas de res-tauracin del equilibrio. El ingenio surge en

    95

  • E.L SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE. LA VIDA COMN

    momentos de necesidad o de conflicto, rara vez somos ocurrentes cuando estamos cmodos con nuestras necesidades satisfechas y sin un pro-blema que resolver.

    Desequilibrio en la relacin

    lmaglnacl6n-lngenlo Desorantacl6n-dncolocacl6n-

    b6squeda Desvaloracl6n-sobravaloracl6n

    Confusl6n-especulacl6n Rabia

    Malestar

    Los FLUJOS DBILES DE ENERGA

    En este caso, el flujo de energa a travs de la relacin es mnimo, es una relacin agonizante. Con el mnimo intercambio nos vamos acercando a la muerte de la relacin.

    Este es el caso cuando estamos a punto de separarnos de nuestras parejas, o cuando hemos perdido el inters por el otro. O no encontramos

    96

  • LOS EFECTOS DEL FLUJO DE ENERGA EN NUESTROS PLANOS DE CONCIENCIA

    objetivos comunes, o un comportamiento repeti-tivo ha desgastado la relacin. Tambin ocurre cuando sentimos que ya no damos ms en un tra-bajo, cuando estamos en un lugar o actividad que no nos interesa y nos desmotivamos. Lo mismo cuando envejecemos y la energa de nuestro cuerpo decae.

    Haciendo la analoga con el circuito elctrico, este sera un caso de baja potencia. La luz est a punto de apagarse y no alcanza para alumbrar, ni menos para hacer funcionar un electrodomstico.

    Cmo nos afecta este estado de la energa en cada uno de nuestros planos?

    Cuando tenemos una relacin agotada con el entorno, con la naturaleza, o con otro ser humano, es como cuando a un auto se le est ago-tando el combustible que necesita para funcio-nar. Lo mismo nos ocurre a nosotros, ya que en este caso la energa que fluye a travs de nuestras relaciones es mnima.

    En nuestro cuerpo, el agotamiento de la energa nos produce decaimiento, cansancio, letargo.

    En el plano de las emociones, las relaciones agotadas nos producen tristeza, melancola, pena.

    En el plano de la mente, volcamos nuestros

    97

  • EL SENTIDO: LO EXTRAORDINARIO DE LA VIDA COMN

    pensamientos hacia nosotros mismos, tendemos a la introspeccin y nos ponemos reflexivos, esta-mos para adentro, sentimos la necesidad o nos vemos impulsados a quedarnos en nuestras pro-pias cavilaciones.

    En el plano de los sentimientos, estas rela-ciones nos llevan a la soledad. Disponemos de poca energa y, por lo tanto, nos cuesta mucho conectar con el otro. Preferimos muchas veces estar solos, absortos, con una sensacin de insen-sibilidad. Mucho de lo que nos rodea nos resulta indiferente. Un extremo de este estado puede ser la depresin.

    En el plano de la vocacin, en este tipo de relacin no estamos entregando nuestro aporte, no estamos cumpliendo con el aspecto de nues-tra energa que nos lleva a distinguirnos y a rela-cionarnos desde la particularidad que somos. Sentimos que nuestra vida no tiene sentido, que no tenemos un propsito en el mundo. Experi-mentamos el famoso vaco existencial.

    En el plano de la integracin, ya que nos cuesta mucho conectar con el todo, lo inventa-mos a travs de la fantasa. Nos ilusionamos con ideas que no tienen base en lo concreto y tende-mos a idealizar situaciones o personas.

    98

  • LOS EFECTOS DEL FLUJO OE ENERG!A EN NUEST ROS PLANOS DF CO~CIENCJA

    Agotamiento de la relacin

    Fantasra-llusi6n-ldealizacln Sin sentido-vaco exist