El Significado de La Privatizacion Del Rio Madera

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 12 E l problema con Bolivia El aprovechamiento de cual- quier parte del río Madera im- plica el control gradual de toda la cuenca. No hay “viabilidad” económica y nanciera de una planta sino se esta- blece el máximo aprovechamiento de la cuenca. Por ello, los estudios de viabilidad (2004), ade- más de San Antonio y Jirau, incluyen (Ilustración 1) la represa de Riberao en Gua-  jará-Mir im, en el Made ra, en la frontera entre Brasil y Bo- livia, con una potencia insta- lada de 3000 MW y Cachuela Esperanza en el río Beni, en Bolivia, con una potencia instalada de 600 MW. (Es- tudio de viabilidad de la de Santo Antônio y Jirau. Fur- nas/Odebrecht.2004). Las dos primeras represas imponen como un hecho consumado las otras re- presas, tanto para nes de optimización / regularización de la generación, cuanto para la ampliación de la vía uvial hacia el Pacíco; una muestra del uso unilate- ral e irresponsable de recursos naturales que deberían ser comunes, especialmen- te las cuencas de drenaje internacional, como la cuenca del Madera. Entre los muchos impactos institucio- nales de este proyecto está el desmante- lamiento de la legislación de los recursos hídricos a escala nacional, y la desvalori- zación de los acuerdos internacionales y regionales suscritos por el Brasil. No hay ninguna planicación pública previa, mucho menos integrada y participativa de los recursos hídricos de la cuenca. La circunscripción minimizada de las áreas de impacto fue un acto deliberado del consorcio patrocinador de los estudios. Puesto que la cuenca del río Madera es transfronteriza entre Brasil, Bolivia y Perú, lo que cabía era que los gobiernos de estos países establecieran criterios para su uso equitativo, antes de cualquier aprovechamiento de gran escala. El Tra- tado de Cooperación Amazónica, del que son signatarios los tres países, dice: “Considerando la importancia y la multiplicidad de funciones que los ríos amazónicos desempeñan en el proceso de desarrollo económico y social de la re- gión, las Partes Contratantes se compro- meten a empeñar esfuerzos encaminados El signicado de la privatizaci ón del 1 r í o  A parr de la concesió n de las re -  presas de l rio Mader a no se admite más vetos técnicos o sociales ni la readecuación de proyectos “priorita - rios”; un asunto exclusivo de las em-  presas co ncesionari as y de los ent es  públicos conv erdos en sus r ehenes. De esta manera, sobre el afuente más caudaloso del río Amazonas, se ha creado la base normava de las próxi - mas subastas de concesiones y / o  priva zaciones. E l calvario del Madera es el inicio del vía crucis de los demás grandes ríos amazónicos, y de todos los territorios de las comunidades indí- genas, ribereñas, quilombolas 3  y cam-  pesinas que s e nutrían d e ellos. AHE SANTO ANTONIO AHE JIRAU AHE CACHUE- LA ESPERANZA RIBERALTA AHE GUAJARÁ MIRIM GUAJARÁ MIRIM GUAYARAMERIN BRASIL BRASIL BOLIVIA ABUNÁ PORTO VELHO   R  IO  MA D E I R A RIO A B U N Á   R  I      O    M   A  M O     R    É      Ilustración 1. Complejo del Río Madera Por: Luis Fernando Novoa Garzon 2 BRASIL

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El Significado de La Privatizacion Del Rio Madera

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    El problema con BoliviaEl aprovechamiento de cual-quier parte del ro Madera im-plica el control gradual de toda la cuenca. No hay viabilidad econmica y financiera de una planta sino se esta-blece el mximo aprovechamiento de la

    cuenca. Por ello, los estudios de viabilidad (2004), ade-ms de San Antonio y Jirau, incluyen (Ilustracin 1) la represa de Riberao en Gua-jar-Mirim, en el Madera, en la frontera entre Brasil y Bo-livia, con una potencia insta-lada de 3000 MW y Cachuela Esperanza en el ro Beni, en Bolivia, con una potencia instalada de 600 MW. (Es-tudio de viabilidad de la de Santo Antnio y Jirau. Fur-nas/Odebrecht.2004).

    Las dos primeras represas imponen como un hecho consumado las otras re-presas, tanto para fines de optimizacin / regularizacin de la generacin, cuanto para la ampliacin de la va fluvial hacia el Pacfico; una muestra del uso unilate-ral e irresponsable de recursos naturales que deberan ser comunes, especialmen-te las cuencas de drenaje internacional, como la cuenca del Madera.

    Entre los muchos impactos institucio-nales de este proyecto est el desmante-lamiento de la legislacin de los recursos hdricos a escala nacional, y la desvalori-zacin de los acuerdos internacionales y regionales suscritos por el Brasil. No hay ninguna planificacin pblica previa, mucho menos integrada y participativa de los recursos hdricos de la cuenca. La circunscripcin minimizada de las reas de impacto fue un acto deliberado del consorcio patrocinador de los estudios.

    Puesto que la cuenca del ro Madera es transfronteriza entre Brasil, Bolivia y Per, lo que caba era que los gobiernos de estos pases establecieran criterios para su uso equitativo, antes de cualquier aprovechamiento de gran escala. El Tra-tado de Cooperacin Amaznica, del que son signatarios los tres pases, dice:

    Considerando la importancia y la multiplicidad de funciones que los ros amaznicos desempean en el proceso de desarrollo econmico y social de la re-gin, las Partes Contratantes se compro-meten a empear esfuerzos encaminados

    El significado de la privatizacin del

    1

    roA partir de la concesin de las re-

    presas del rio Madera no se admite ms vetos tcnicos o sociales ni la

    readecuacin de proyectos priorita-rios; un asunto exclusivo de las em-presas concesionarias y de los entes pblicos convertidos en sus rehenes.

    De esta manera, sobre el afluente ms caudaloso del ro Amazonas, se ha

    creado la base normativa de las prxi-mas subastas de concesiones y / o

    privatizaciones. El calvario del Madera es el inicio del va crucis de los dems

    grandes ros amaznicos, y de todos los territorios de las comunidades ind-genas, ribereas, quilombolas3 y cam-

    pesinas que se nutran de ellos.

    AHE SANTO ANTONIO

    AHE JIRAU

    AHE CACHUE-LA ESPERANZA

    RIBERALTA

    AHEGUAJAR MIRIM

    GUAJAR MIRIMGUAYARAMERIN

    BRASIL

    BRASIL

    BOLIVIA

    ABUN

    PORTO VELHO

    RIO MADEIRA

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    RIO MA

    MO

    R

    Ilustracin 1.Complejo del Ro Madera

    Por: Luis Fernando Novoa Garzon2

    BRASIL

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    a la utilizacin racional de los recursos hdricos. (Art. 5)

    Contrariando a lo anterior, el gobier-no brasileo slo vela por una forma de soberana que es la soberana de las em-presas sobre la cuenca del Madera.

    Nuestra diplomacia ha sostenido que No habr inundaciones en territorio boliviano por la construccin de las usi-nas de Jirau y San Antonio; que El sis-tema fluvial del ro Madera y sus afluen-tes aguas arriba del Abun no cambia-r. Sabemos por nuestra parte que no hay ningn efecto en una determinada seccin de la cuenca que no se extienda, directamente o acumulativamente, al conjunto de la misma.

    Inundaciones, prdida de calidad del agua y cambios en el rgimen hidruli-co de los afluentes no se presentarn en Bolivia, solo porque la Resolucin N 555/2006 de ANA - Agencia Nacional de Aguas dice que no se alterarn los niveles del ro. Se trata pues de garantas vacas, porque no se detalla su implementacin, no se definen metas mensurables, ni un cronograma de ejecucin. En el caso bo-liviano, ninguna de estas promesas es vlida sin un acuerdo bilateral previo, sin estudios binacionales certificados y la previsin de mecanismos de solucin de controversias y la creacin de un or-ganismo de ejecucin conjunta.

    El 2008 se intensificaron las negocia-ciones entre Bolivia y Brasil para discu-tir los daos potenciales de la operacin de las represas. El Gobierno del Brasil aplic la lnea de negar los efectos trans-fronterizos de las dos represas y, en lugar de discutir sobre las incertidumbres del

    proyecto, para investigar los impactos no previstos, centr el debate en la co-laboracin tcnico-operativa financiera para la construccin de las represas de Riberao y Cachuela Esperanza, garan-tizando la compra de los excedentes de energa no utilizados por Bolivia. La oferta fue hecha en trminos de una compensacin cruzada: por una parte, se pierde el control y la soberana y, por otra, se obtiene un importante beneficio poltico y econmico. El llamado sector del desarrollo del gobierno de Morales, que incluye algunos ministerios clave,

    nes hidrometereolgicas en ambos pa-ses para controlar el nivel y caudal del agua del ro Madera, y tambin estacio-nes de investigacin biolgica.

    Sin embargo, no hay detalles operacio-nales para el cumplimiento de esos obje-tivos; no se establecen sanciones para el caso en que no se apliquen las medidas necesarias, ni se prev la conformacin de una comisin binacional de segui-miento y fiscalizacin que instruya con-juntamente dichas medidas. La coope-racin en las reas de recursos hdricos, forestales y pesqueros sin planes espec-

    Ro Madera

    Ro Madera

    BOLIVIA

    Mutm Paran

    Ro Mutm-Paran

    AHE JIRAU(NLA90 m)

    Estado de Amazonas

    rea de Influencia indirecta - All dos meios Fsico e Btico

    LEGENDA

    Abun

    Rede de drenagem

    AIDS Canteiro

    Faixa de APP (100m)

    AIDReservatorio

    Cota de inundaao (90m)

    Area de Estu-do (entorno do AHE Jirau

    Ilustracin 2.rea de Influencia Indirecta yDirecta de la Represa de Jirau

    no fue indiferente a esta propuesta, con-trariando la reciente lucha del pueblo boliviano, la Guerra del Agua (2000) y la Guerra del Gas (2004) por el control de sus recursos naturales.

    A principios del 2009, circul una primera minuta de acuerdo bilateral de cooperacin tcnico-operativa en la cuenca del ro Madera que reitera la re-solucin de ANA de que Brasil adoptar las medidas necesarias para que el nivel del agua arriba de la represa de Jirau re-produzca las variaciones naturales del ro. Se incluye la instalacin de estacio-

    ficos para cada uno de estos sectores, no implica una bilateralidad real y efectiva.

    Este acuerdo no es ms que la ad-ministracin ampliada de los consor-cios SAESA, controlado por Odebrecht y ENERSUS, controlada por SUEZ, al resto de la cuenca, incluyendo la represa binacional de Riberao y, la de Cachuela Esperanza. Por su planteamiento, esta cooperacin, persigue la realizacin n-tegra del Complejo del Ro Madera, con sus 4 plantas y el acueducto correspon-diente a la IIRSA; no la conformacin de un mecanismo binacional de planifica-cin pblica y equitativa de este curso hdrico comn.

    Las construcciones brasileras po-nen a las poblaciones bolivianas del nor-te de amaznico a merced de las inun-daciones, de las epidemias, el cambio climtico, la prdida de biodiversidad y la decadencia de la economa agroex-tractivista local. La compensacin ofre-cida a los bolivianos es la misma que se ofrece a la poblacin de Rondonia: trabajos temporales, apoyo para estable-cer otro enclave ms de exportacin de energa a una inmensa cloaca de granos, carne, minerales, y madera para abaste-cer los mercados del sudeste asitico.

    La poblacin afectada est en ambos lados de la frontera. En la lucha contra

    El Gobierno del Brasil aplic la lnea de negar los efectos transfronte-rizos de las dos represas y, en lugar de discutir sobre las incertidumbres del proyecto, para investigar los impactos no previstos, centr el deba-te en la colaboracin tcnico-operativa financiera para la construccin de las represas de Riberao y Cachuela Esperanza, garantizando la com-pra de los excedentes de energa no utilizados por Bolivia.

    El significado de la privatizacin del ro Madera

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    los grandes conglomerados, que patroci-na este y otros proyectos de gran enver-gadura en la regin, todos somos igual-mente bolivianos y brasileos. Ejemplar en este sentido es una medida de precau-cin ante la Comisin de Derechos Hu-manos en 2007 por las organizaciones y movimientos indgenas y campesinos en los departamentos de Beni y Pando con-tra la resolucin de Brasil de empren-der dos mega-plantas en un ro que tam-bin es Bolivia, sin estudios completos y en oposicin al Gobierno de Bolivia y especialmente de las comunidades ribe-reas bolivianas potencialmente afecta-das. Esta accin cuenta con el apoyo del Movimiento de Afectados por las Presas y representa una iniciativa concreta de resistencia contra la planificacin priva-da transfronteriza y transnacional del sudoeste de la Amazonia brasilea, o norte de la Amazona boliviana.

    Las nuevas tecnologas de expoliacin

    La utilizacin de turbinas bulbo de gran potencia para las represas del Ma-

    dera, fue presentada por las empresas como una tecnologa de impacto am-biental mnimo, por los reservorios de menor volumen. Con esto termin un largo periodo de abstinencia de cons-truccin de represas en la amazonia que se deba a proyectos desastrosos como el de Balbina.

    Estas turbinas se usan en cadas me-nores a 20 metros y quedan sumergidas en posicin horizontal. Su adopcin est vinculada a los desniveles menores y a los flujos fuertes tpicos de los ros amaznicos. Es la viabilidad econmica y financiera que gui la eleccin de esta tecnologa y no como se pretendi, la bsqueda de beneficios sociales y am-bientales, porque en realidad, sta es la nica manera de concebir la explotacin hidroelctrica del ro Madera. Esto pue-de verse en la Tabla 1, donde se compara la usina de San Antonio con los peores ejemplos posibles de aprovechamiento para probar sus ventajas intrnsecas.

    No obstante, la productiva relacin entre el rea de embalse y la generacin

    de energa de San Antonio slo confir-ma que esta ltima depende de la opti-mizacin del caudal del ro en algunos lugares y no de grandes reservorios. Es decir que no haba ninguna intencin previa de minimizar los impactos con esta tecnologa porque no es el tamao del embalse el que define la magnitud de dichos impactos.

    Ntese adems que el futuro embalse de San Antonio se redujo al mnimo en los estudios desconociendo deliberada-mente las consecuencias de la sedimen-tacin, y por ende, la elevacin perma-nente del nivel de los afluentes y arroyos que desembocan con bajo flujo en el le-cho del Alto Madera.

    Cada cuenca, subcuenca y ro tiene sus caractersticas nicas y deben ser observadas de forma individual y acu-mulativa. A este respecto, nada ms singular que el ro Madera, uno de los mayores afluentes del ro Amazonas en trminos de caudal y, especialmente, de sedimentos y vida. Cualquier inter-vencin, desvo o retencin en su flujo representa un cambio profundo en toda su dinmica y en toda su hidrosedimen-tologa y biologa.

    Los primeros estudios sedimentolgi-cos, hechos el 2005 por el PCE (Projetos e Consultoria de Engenharia) contrata-do por el consorcio Furnas-Odebrecht (actual SAESA), expusieron incontro-vertiblemente el riesgo de incremento de la sedimentacin debido a la construc-cin de las represas. Se observaron las tendencias de 4 secciones de sedimen-tacin en un tramo de 430 kilmetros, entre la confluencia con el ro Beni y la confluencia con el Ro Jamari.

    De acuerdo a la Tabla 2, sin represas, El trecho de estudio tiene una capaci-dad de retencin de 40% de todos los se-dimentos de arena que recibe durante 50 aos. La introduccin de dos represas, hace que la capacidad de retencin de sedimentos llegue al 93%.

    Con la sedimentacin aguas arriba de las represas, se dar una variacin del flujo y el volumen de agua. Afirmar que las condiciones naturales sern prcti-camente las mismas, sin prever las va-riaciones mximas y mnimas del nivel de agua en el tiempo, es ignorar que la cota necesaria para estabilizar la gene-racin hidrulica de las represas de San Antonio y Jirau establecida contractual-

    Tabla 1. Relacin entre rea de reservorio y potencia de generacin

    Fuente: SAESA, 2009

    Hidroelctricas en la planicie amaznica

    rea del reser-vorio (km2)

    Potencia de la hidroelctrica

    (MW)

    Relacin entre rea del reservorio y Potencia de la hidroelctrica (km2/

    MW)

    Balbina 2.360 250 9,44Samuel 584 217 2,69Coru-Uma 78 30 2,60Manso 387 210 1,84Luiz E. Magalhes 626 850 0,74Tucuru (1ra etapa) 2414 4000 0,61Tucuru (2da etapa) 2414 8000 0,30Coroacy Nunes 23 67 0,35San Antonio 271 3.150 0,09

    Tabla 2. Capacidad de Retencin de Sedimento del ro Madera en 50 Aos de Simulacin

    Fuente: Estudos Sedimentolgicos, Nota tcnica - PCE, 2005. Elaboracin propia

    Trecho Sin repre-sasCon San Antonio Con Jirau

    Con San Antonio y

    Jirau

    I. Aguas arriba del Abun 7% 7% 19% 19%

    II. Futuro reservorio de Jirau

    27% 30% 69% 69%

    III. Futuro reservorio de San Antonio

    6% 75% 12% 86%

    IV. Aguas abajo de la futura represa de San Antonio

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    El significado de la privatizacin del ro Madera

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    mente, implicar, necesariamente, un grado de deposicin de sedimentos su-perior al actual.

    Despus de sonar la alarma de la sedi-mentacin, la ANEEL (Agencia Nacio-nal de Energa) present un nuevo in-forme, elaborado por la misma empresa proyectista, pretendiendo reducir en un 30% el resultado de la medicin con el justificativo de que la evolucin del le-cho parece haber sido exagerada por el modelo de simulacin HEC 6- Hydro-logic Engineering Center. A esto sigui la contratacin de un consultor exter-no (con las instrucciones y recursos del Banco Mundial), Sultn Alan, quien dio una providencial solucin para la emi-sin de la Licencia Previa para las dos represas, al cuestionar la exactitud del modelo HEC-6 y sostener que la obten-cin de datos precisos slo sera posible despus de la instalacin de las represas.

    En respuesta al gobierno boliviano, preocupado por la sedimentacin del futuro embalse de Jirau y las potencia-les inundaciones en su territorio, el go-bierno brasileo present un argumento que considera una credencial tcnica in-cuestionable: Desde el punto de vista de la concepcin de ingeniera hidrulica y la adecuacin a la situacin del ro con alta carga de sedimentos, el Consultor Sultn Alam afirm que los proyectos del ro Madera se encuentran entre los mejores que conoci y que son proyectos excelentes.

    En mayo de 2009, el dictamen tcnico del IBAMA (nm. 39/2009) evaluando la conveniencia de expedir la Licencia para la represa de Jirau, seal que 12 de los 33 condicionamientos de la Licencia

    Previa estaban an pendientes. Pero Leozildo Tabajara da Silva, Coordina-dor General de Infraestructura de Ener-ga elctrica (CGENE) del IBAMA, en la Orden N 15/2009 de 2 de junio declar que el no cumplimiento de la totalidad de las condicionantes no es impedimen-to para la emisin de la licencia (...).

    Al da siguiente, el 3 de junio de 2009, la Licencia de Instalacin (N 629/2009) de Jirau fue emitida con la firma de Mes-sias, Presidente de IBAMA, quien fue procesado por esa postura a travs de una Accin de Falta Administrativa por el Ministerio Pblico Federal y el Minis-terio Pblico del Estado de Rondonia,

    sin de los saberes y fuerzas aun reacias a la voracidad del capital.

    El respaldo fsico y de mayor signi-ficado de esta poltica de despojo es la lnea de transmisin de 2.375 km de longitud, la mayor del mundo, que lle-var la energa producida por el Madera de Porto Velho (RO) a Araraquara (SP). Conocido mtodo de transferencia de las industrias sucias a la periferia, en este caso, de la industria de represas, eficaz procesadora de biomas y contex-tos socioculturales a energa y mano de obra barata, que proporciona limpios beneficios a los grandes consumidores electro-intensivos y a sus clientes en las reas centrales.

    Tecnologa limpia para la genera-cin de energa limpia que genera cre-cimiento y empleo. Este es el discurso que oculta el proceso de apropiacin pri-vada y transnacional de la regin y sus recursos. Es lo que permite la instalacin prcticamente incondicionada de estas hidroelctricas. La apologa de la tecno-loga que supera lmites se refiere, en este caso, a la superacin de las limitaciones impuestas a la privatizacin de los ros.

    A dnde va el marco normativo del sector elctrico?

    La integracin de la Amazona ha sido pensada e implementada con un enfoque

    pero fue sintomticamente absuelto. En la sentencia dictada el 10.09.2009, el juez del 3er Tribunal Federal sostiene que el licenciamiento es discrecional y la emisin de licencias ambientales es independiente de la conclusin del Es-tudio de Impacto Ambiental. Con esto, se confiere a los funcionarios pblicos el derecho de hacer justicia con las manos discrecionales del mercado.

    Por lo visto arriba, las nuevas tecno-logas para la explotacin del potencial hidroelctrico del ro Madera depende-rn, ante todo, de la ingeniera del pro-ceso de licenciamiento ambiental y del sistema de concesiones; y de la despose-

    regional y transnacional, como se puede observar de los marcos orientadores de la expansin del capital en el subcontinen-te: el PAC (Programa de Aceleracin del Crecimiento) y la IIRSA (Iniciativa para la Integracin de la Infraestructura Re-gional de Sudamrica). Ambos proyectos se concentran en la ampliacin y articu-lacin de proyectos de infraestructura a escala continental con vistas a incre-mentar el sometimiento de la economa regional a los mercados internacionales, con el aumento de la escala y producti-vidad de actividades hegemnicas en el continente controladas por estos y orien-tadas hacia los mismos.

    La compensacin ofrecida a los bolivianos es la misma que se ofrece a la poblacin de Rondonia: trabajos temporales, apoyo para estable-cer otro enclave ms de exportacin de energa a una inmensa cloaca de granos, carne, minerales, y madera para abastecer los mercados del sudeste asitico.

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    Maqueta del la Hidroelctrica en el ro Madera

    El significado de la privatizacin del ro Madera

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    El PAC y la IIRSA actan como una pinza re-territorializante. En un extre-mo, proyectos de ejes interocenicos para desintegrar los llamados obstcu-los fsicos, con decenas de megacorre-dores de exportacin surcados por cen-tenas de proyectos de infraestructura considerados esenciales y ordenadores de los dems. En el otro extremo, inicia-tivas de convergencia regulatoria para destrabar los obstculos instituciona-les; nuevas reformas privatizadoras y de fl exibilizacin para liberar los recursos naturales, los sectores de energa, trans-porte y comunicaciones.

    En el sector elctrico todas las me-didas propuestas y en aplicacin en el campo crediticio, normativo y operacio-nal se orientan a hacer que las concesio-nes de aprovechamiento hidroelctrico sean atractivas para el sector privado. El potencial de energa hidrulica de la Amazona vale no slo por la energa a generarse, sino tambin por el acceso privilegiado que se franquea a los con-cesionarios, a territorios de gran valor estratgico para Brasil.

    Cmo se puede justifi car la presen-cia masiva del sector privado en un sec-tor tan lucrativo y estratgico, y adems con un fuerte fi nanciamiento pblico, y apoyo operativo y tecnolgico de las em-presas estatales?

    Esto se debe a una decisin poltica de no contrariar a los intereses corpora-tivos de peso y al mismo tiempo de te-nerlos como aliados permanentes. Esta

    decisin nos ha costado la prdida progresiva del control estatal sobre el sector elctrico y en especial sobre los recursos hdricos del pas, concentra-dos en la Amazona.

    Esta postura del gobierno brasileo es insostenible frente a su propia de-cisin de garantizar el control ma-yoritario sobre las reas de petrleo descubiertas en el Pre-sal. Segn los anuncios del nuevo marco regula-dor de Pre-sal y reas estratgi-cas (Gobierno Federal, septiem-bre 2009), en la dcada pasada, en un marco de reduccin del papel del Estado, estaba en vigor un modelo de concesin compatible con el potencial de los yacimientos petrolferos conocidos hasta el pre-sal: alto riesgo y baja rentabilidad. Pero, el 2009, se da una revisin del papel del Estado, justifi cndose su intervencin para ga-rantizar una poltica industrial de pro-veedores de bienes y servicios con alto contenido nacional adems de aadir valor a la cadena del petrleo y el gas.

    Este cambio se debi segn la Jefa de Gabinete, Dilma Roussef, a la cantidad de petrleo que ahora tiene el Brasil, a los pequeos riesgos de exploracin y a los altos niveles de rendimiento. La pre-gunta que aqu cabe es por qu no se aplica este mismo argumento al sector hidroelctrico? El riesgo bajo de ex-ploracin y el alto rendimiento, que justifi ca un mayor control estatal, no es

    una ex-clusividad del Pre-sal.

    La crisis fi nanciera mundial que estall a fi nales de 2008, en lugar de llevarnos a revisar nuestro rumbo, nos llev a aferrarnos an ms al actual modelo. Ahora vamos a compensar los efectos de la crisis de sobreacumulacin, proporcionando mrgenes de explota-cin adicionales

    1. Extracto de O signifi cado da privatizao do rio Madeira: o cercamento das bacias hidrogrfi cas da Amaznia brindado gentilmente por el autor.

    2. Profesor de la Universidad Federal de Rondonia, Departamento de Ciencias Sociales. Miembro de la Red Brasil sobre IFMS y La Red Brasilera para la Integracin de los Pueblos.

    3. Poblaciones de ex-esclavos.

    Tecnologa limpia para la generacin de energa limpia que genera crecimiento y empleo. Este es el discurso que oculta el proceso de apropiacin pri-vada y transnacional de la regin y sus recursos. Es lo que permite la instalacin prcti camente incon-dicionada de estas hidroelctricas. La apologa de la tecnologa que supera lmites se re ere, en este caso, a la superacin de las limitaciones impuestas a la privati zacin de los ros.

    decisin nos ha costado la prdida progresiva del control estatal sobre el sector elctrico y en especial sobre los recursos hdricos del pas, concentra-recursos hdricos del pas, concentra-

    Esta postura del gobierno brasileo es insostenible frente a su propia de-cisin de garantizar el control ma-yoritario sobre las reas de petrleo descubiertas en el Pre-sal. Segn los anuncios del nuevo marco regula-dor de Pre-sal y reas estratgi-cas (Gobierno Federal, septiem-

    de los yacimientos petrolferos conocidos hasta el pre-sal: alto riesgo y baja rentabilidad. Pero, el 2009, se da una revisin del papel del Estado, justifi cndose su intervencin para ga-

    una ex-clusividad del Pre-sal.

    recursos hdricos del pas, concentra-

    Esta postura del gobierno brasileo es insostenible frente a su propia de-cisin de garantizar el control ma-yoritario sobre las reas de petrleo

    Cada cuenca, subcuenca y ro ti ene sus caractersti cas nicas y deben ser observados de forma individual y acumulati va. A este respecto, nada ms singular que el ro Madera, uno de los mayores afl uen-tes del ro Amazonas en trminos de caudal y, especialmente, de sedimentos y vida.

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