El Valle de Las Vidas Perdidas

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EL VALLE DE LAS

VIDAS PERDIDAS

Luis Ernesto Romera

Ediciones LERSSOFTwww.elescriturario.blogspot.com

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A todos los que buscan sus raíces

en el inmenso bosque de este mundo.

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SINOPSIS

Tras un viaje al sur de Francia junto con un grupo de amigos aficionados a la

historia del medievo, Luigi, un joven técnico en electrónica industrial, queda

fascinado por las ciudades y castillos medievales del Languedoc. Pero sufre una

extraña experiencia en una pequeña aldea, hasta ese momento desconocida por él.

Una experiencia mental que le hará iniciar una búsqueda de sus raíces, búsqueda, que

a su vez le hará romper con todo lo que hasta ese momento era su realidad. Eso

significará enfrentarse contra un enemigo al que no ve y descubrir que todo a su

alrededor era una impresionante mentira. La búsqueda de su felicidad va íntimamente

ligada a la de su verdadera identidad y el sentido de su vida al encuentro del

verdadero amor. Un libro, contado en forma de vivencias del personaje principal,

lleno de intriga, emoción y a la vez con dosis de comedia romántica en el que la

timidez del protagonista le hace pasar por situaciones rocambolescas.

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Me crié en los hermosos valles del sur de la Toscana, territorio de los

ancestrales etruscos, quienes a su vez fueron los primitivos habitantes de lo

que llegó a convertirse en el gran imperio romano, cuna de la lengua italiana

actual y de la mayoría de las lenguas mediterráneas occidentales. Claro

que de eso hace ya mucho tiempo y poco importa hoy día, pero siempre me

gusta recordar eso a todo el que me pregunta dónde diablos está Grosseto, la

tierra que me vio crecer y que siempre añoraré. Lo más encantador que

recuerdo de esa región era su clima estable, poco lluvioso, solo lo suficiente

para que se obtenga buenos frutos del campo y se vea el sol en todo su brillo

y esplendor casi todo el año.

Viví mis alegres tiempos de indocumentado en lo que podría ser la

rodilla de Italia, a pocos kilómetros del mar, de hecho desde una de las

lomas de la Maremma de Alberese, también en la provincia de Grosseto,

donde teníamos una casa de verano, podía ver, no de muy lejos, los bellos

acantilados que dan al Tirreno. Algo que jamás podré olvidar son aquellas

hermosas puestas de sol en otoño, verdaderamente bellas y espectaculares,

evocan la paz y la tranquilidad que durante buena parte de mi vida disfruté.

Fui un niño del montón, como cualquiera de mi edad, eso sí, tuve una

buena educación en un colegio privado, mis padres tenían cierto poder

adquisitivo y podían costearlo. Mi adolescencia se podría decir que fue un

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poco más dura, sobre todo después de ciertos sucesos traumáticos en el seno

de mi familia, que enturbiaron esa felicidad de la que hasta ese momento

disfrutaba. Pasé por momentos difíciles para un joven preadolescente, pero

considero que no hay heridas que el tiempo no pueda cicatrizar, y a veces

con el paso inexorable del tiempo, te puedes dar cuenta que ciertas cosas son

casi mejor que hayan sucedido de esa manera. Todo lo que nos sucede son

engranajes de un mecanismo que nos ayuda a descubrirnos a nosotros

mismos.

De hecho al pasar el tiempo y llegado a la vida de adulto, no podría

quejarme, pues no se puede decir que haya sufrido muchas dificultades, en

cuanto concluí los estudios de electrónica industrial, obtuve un buen empleo

en una importante empresa de fabricación y programación de equipos de

Domótica. Si, muchos de mis familiares me preguntan qué es eso de

domótica, y si está relacionado con los robots.

-¡He dicho: Domotica, no robótica! Y de momento poco tiene que ver

salvo por aquello de los programas inteligentes, o salvo que se consideren

robots a los sistemas de iluminación, ventilación y a los equipos

audiovisuales, aunque desde luego estos son cada vez más listos, porque a

decir verdad, dominan incluso la manera y el tiempo que le dedicamos al

ocio hogareño. Más, no creo que convenzamos a nadie si le decimos que su

tele tiene inteligencia artificial, aunque nosotros con nuestros sistemas,

logramos que se encienda cuando nota la presencia del dueño en el sillón y

se ponga su canal favorito a determinada hora deseada. Tampoco por el

hecho de que su nevera se conecte a Internet y pueda, previo acuerdo

suscrito con ciertas grandes superficies, comprar determinados alimentos

básicos, aún así, nunca la llamaríamos nevera-robot. Aunque también es

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posible que algún día se utilicen los robots para nuestro confort formando

parte de los electrodomésticos inteligentes de la casa, entonces

probablemente sí se podrá decir que la domótica se acercará a la robótica, o

viceversa. Bien pues a eso era a lo que yo dedicaba la mayor parte de mi

tiempo, a que determinados ricos snobs, y caprichosos artistas disfrutaran de

sus casas inteligentes con toda clase de confort automatizados o controlados

por un mando a distancia. Por mis manos pasaban toda clase de invenciones

y sistemas de control, y conocía absolutamente todas las funciones de cada

dispositivo, ya que trabajaba en la sección de verificación y control de

calidad de la fábrica. Era el rey de la domotica.

Eso que a cualquier otro le serviría para ligar en los bares de copas, o

en reuniones sociales, creando una aureola de curiosa especialización y

utilizado el tema para llamar la atención de las féminas, en mi caso no me

servía de mucho. Quizás una de las razones es que no frecuentaba esos

sitios, ni era asiduo de reuniones sociales, y a decir verdad, las mujeres se

me daban mal.

Aunque de ninguna manera me consideraba un friki, ni alguien aislado

de la sociedad, pues en la empresa en la que trabajaba, tenía buenas

relaciones con los compañeros, algunos de ellos como Roberto los

consideraba como de mis mejores amigos. Tenía incluso una amiga, con la

que deseaba poder ir más lejos, Belina, la secretaria del jefe, amiga de la

infancia, una joven de carácter apacible, inteligente pero nada altiva. Sus

ojos verdes o marrones, no sabría precisar, pero de una profundidad

suficiente para cautivarme. Su boca no demasiada grande ni sus labios

demasiado carnosos, pero suficientemente llamativos para seducirme. De

ellos sale una dulce y suave voz que me da paz y me inspira confianza. Su

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exuberante melena de bellos rizos negros es lo primero que siempre buscaba

por las mañanas al llegar al trabajo, y su ausencia hacía que la jornada fuera

como una monotonía sin resultados.

Acostumbraba a acompañarla hasta su casa, sobre todo en invierno, en

su barrio solía haber calles un tanto peligrosas y ella lo agradecía, y yo

notaba que mi compañía le agradaba, pues a veces me esperaba cuando por

algún problema de funcionamiento de algún sistema, salía más tarde. En el

camino a casa, solíamos tener muy buenas conversaciones, lo que llevó a

entablar una noble y profunda amistad. Yo la pretendía desde hace algún

tiempo, aunque no me decidía a hacer saber eso a ella, siempre he temido al

fracaso y no quería echar a perder una buena amistad si ella no me

correspondía. No sé, en las películas parece todo tan fácil, solo se trata de

una cena, acompañar a la chica en cuestión a su casa, una mirada frente a

frente y un beso que da inicio una relación profunda y luego a la cama,

incluso eso último al revés. Pero eso no iba conmigo, en la realidad, por lo

menos en la mía, nunca encontraba esa ocasión para lanzarme con un beso

que la convenciera sin palabras de lo que sentía por ella.

Por otro lado, temía un poco a los compromisos, por eso quizás

postergaba la decisión, también porque en el fondo pensaba que la tenía en

el bote, o eso me parecía a mí, pues a menudo las miradas, esas sonrisas al

verme y los casuales encuentros en el comedor de la empresa o en la puerta

al salir, por eso no tenía prisa por romper esa emoción y esa sensación

intrigante, pero a la vez agradable de ser y no ser.

En cualquier caso, no me veía preparado para adquirir compromisos

como casarme y compartir mi vida con una persona. Y no porque estuviese

acostumbrado a vivir solo, yo vivía en una cómoda casa de clase media alta

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con mis tíos Betonna y Casano. Ellos habían vivido en Suiza durante varios

años y con los ahorros alcanzados allí volvieron cuando yo cumplí los 8 y se

establecieron más cerca del clan familiar. Cuidaron de mí desde que tenía 12

años, cuando quedé huérfano al sufrir un accidente automovilístico en el

norte, en un viaje a Milán. Ese fue el trágico suceso al que antes hice

referencia; mis padres solían hacer ese viaje a menudo por asuntos de

negocios, esa fue la primera vez que les acompañaba y la última. Íbamos

también a visitar los Alpes, y otras regiones que yo no conocía, de la zona

norte de Italia, incluso llegaríamos a Suiza, por deseo de mis tíos. Pero un

imprevisto truncó todos los planes, haciendo girar el camino que seguiría en

mi vivir, y aunque no ha sido el único suceso que ha cambiado

drásticamente mi vida, pero si fue del más duro que tengo constancia, de

alguna manera eso me llevaría con el tiempo, unido a otros acontecimientos

a descubrir cosas asombrosas sobre mi familia, mi pasado y mi historia.

De que manera sucedió aquello, realmente no lo recuerdo bien, se que

el viaje transcurría normalmente según lo previsto, llevábamos varias horas

de viaje y solo faltaban dos para llegar al primer destino. No habíamos

sufrido ni atascos ni ningún incidente que nos atrasara, hasta que en una

carretera de alta montaña, un animal grande, no podría precisar que fue, se

nos atravesó en medio de la calzada, mi padre intentó esquivarlo pero con

tal mala fortuna que nos salimos de la carretera y caímos por un barranco.

Yo salvé la vida casi milagrosamente, quizás, por el hecho de ir detrás, pues

el coche cayó de frente, dejando como un acordeón casi todo el vehículo,

salvo un pequeño hueco justo donde yo estaba sentado. Todo esto

afortunadamente no lo recuerdo, más bien me lo contaron, hubiese sido

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demasiado duro para mi tener delante tal imagen grabada en mi mente, aún

infantil, a esos 12 años.

Desde el accidente en el que perdí a los más directos familiares, me

aficioné a los recuerdos, sobre todo a los fotográficos, era como si no

quisiera borrar de mi mente la imagen de mis padres, no quería enterrarlos

en el tiempo. Realmente se puede decir que soy un nostálgico recalcitrante,

colecciono fotos, e ilustraciones de toda clase, sobre la ciudad donde me

críe, tengo decenas de recortes de periódicos que mencionan nuestra ciudad

o la región a través de los años y décadas. Pero me han interesado sobre

todo mis raíces familiares, llegué a lograr conseguir, un árbol genealógico

con hasta ocho generaciones atrás, con toda clase de fotos por año y mes

relacionando las con acontecimientos históricos, pues la historia es otra de

mis pasiones. De hecho gané un premio a la originalidad por mi trabajo con

el álbum genealógico, en un concurso en el instituto en secundaria.

Mi familia siempre ha tenido dinero y posibilidades para conservar su

legado a través de la fotografía. Con una excepción, en mi caso faltan

muchas fotos desde antes de mis tres años de edad. Al parecer, según me

contaron mis padres, había ocurrido una gran inundación y la casa donde

vivíamos a unos kilómetros de aquí había quedado sumergida por la crecida

del Ombrone, el río que riega la comarca. Se perdieron muchos recuerdos

familiares y gran parte del patrimonio tradicional de la familia.

Aún así, he logrado conseguir un inmenso álbum que organizo de

forma genealógica de todos mis parientes, remontándome a los abuelos de

los bisabuelos de mis bisabuelos allá por el 1770. Aunque en estos casos

lógicamente solo dispongo de retratos pintados, que se conservan en algunas

de las grandes casas de algunos de mis tíos ricos. Me he dedicado a

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fotografiarlos para poder colocarlos en mi álbum genealógico. La primera

fotografía directa de la que dispongo es de los abuelos de mis bisabuelos

paternos allá por 1887, fue difícil convencer a mi abuelo para que se

desprendiera de ella por un tiempo, de hecho tuve que llevarme todo mi

equipo, para escanearla in situ y así volver a sacarla una vez editada y más o

menos reparada de sus daños.

Esto me ha ayudado a conocer algunos detalles e historias de mi

familia, que se remontan a muchas generaciones. Entre ella ha habido

condes, duques, grandes generales, incluso algún cardenal del vaticano.

Algo común en casi todas las generaciones y que identifica mucho a los

miembros de mi familia, sobre todo la de mi padre, es el perfil de la nariz, la

mayoría tiene el perfil grecorromano, larga y acabada en punta gorda. Es

curioso que incluso en pinturas de miembros antiguos de la familia, este

detalle los identifica, aunque bien es verdad que después de muchas

mezclas, ese perfil se está perdiendo, en mi caso por ejemplo, he heredado

una nariz muy larga, recta, pero con la punta más fina. Otros tienen la nariz

más corta pero gruesa, proveniente de una línea de mi madre, el caso es que

de una manera u otra casi todos tenemos una nariz llamativa.

Así que dentro de mi gran colección de fotos e imágenes, aunque

faltan muchísimas que no logro conseguir, tengo copias de más de 7000

fotos de familia. Esto ha ocupado gran parte de mi tiempo libre, por eso, soy

poco asiduo a fiestas y lugares de diversión, y por ello también, el poco

éxito con las mujeres, más que poco éxito es que me doy poca oportunidad

para el éxito o el fracaso en esas lides.

En ese proyecto fotográfico, me faltan además, algunas del tiempo de

la guerra, debido a la crisis económica y ciertas destrucciones por la propia

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situación, desaparecieron las de algunos tíos y familiares en su niñez, al

igual que casi ninguna de mis padres o mía de la época de mis primeros 3

años de vida. Solo tengo algunas de cuando se supone que era yo “recién

nacido”. Este vacío me ha hecho buscar en diferentes lugares y visitar a toda

la familia, intentando poder llenar el hueco, pero todos tienen las mismas

fotos mías de los primeros meses de vida. Este asunto aparte de ser una

pequeña frustración en mi proyecto, no habría detenido más importancia

para mí, de no haber sido por otro suceso que cambió mi vida.

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EL VIAJE

Fue en el verano de 2005, cuando contaba con 26 años, junto con unos

amigos, entre los que se encontraban Roberto, quien era además compañero

de trabajo y mi más cercano confidente; luego estaba Giovanni y Renato,

amigos de afición y colegas de un pequeño club de coleccionistas

medievales al que pertenecíamos, era otra pasión que ocupaba gran parte de

mi tiempo libre. Reconozco que mis aficiones no son desde luego nada

comunes, pero aún así no me considero un friki, aunque a los ojos de la

gente lo sea.

Bien pues, aprovechando unas vacaciones en las que después de varios

intentos fallidos, por fin coincidía con mis amigos, decidimos ir de visita al

sur de Francia. Aunque siempre he tenido predilección por el norte de Italia,

los Alpes, y Suiza, después del accidente he evitado dichos lugares. Por otro

lado la zona el sur francés y los Pirineos son mi otra debilidad, sobre todo

Carcassone con sus castillos y fortalezas, siempre había querido hacer la

famosa “Ruta de los Cataros”.

Había convencido a mis amigos para que vinieran con nosotros, Belina

y otra amiga suya, Tania, compañera en la oficina, a lo cual algunos

entusiasmados otros no tanto, accedieron. Pero por circunstancias laborales,

a Belina, no pudieron concederle vacaciones para esa época, y su amiga al

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no venir ella, decidió no acompañarnos, lógico por otro lado. -

Mejor, -opinaba Renato- así no tenemos que arrastrar de ninguna carga.

Para él, misógino convencido, el que las chicas viniesen iba a quitarle

la libertad y la agilidad a un viaje cuyo principal propósito era visitar

castillos, buscar artilugios para coleccionistas de la época y revivir el

espíritu del medievo, no pasaríamos desde luego por muchas tiendas de

suvenir a comprar postales.

A decir verdad, para ellas tampoco hubiera sido un viaje precisamente

divertido, pues nosotros teníamos en común una afición que para los demás

quizás les pareciera excéntrica o poco corriente. Solemos frecuentar una

librería de nuestra localidad que además de libros antiguos, vende cómics y

otros objetos de coleccionistas, esta es frecuentada por muchos “raros

personajes” interesados en los temas más extraños y diversos.

En nuestro caso, pese a que trabajamos en actividades más

tecnológicas y relacionados con las necesidades de nuestro tiempo, a los

cuatro nos fascinaba la historia y sobre todo como ya he mencionado antes,

el medievo. Giovanni, quién trabaja en una empresa de seguridad y

vigilancia, instalando sistemas avanzados de circuitos cerrados de televisión,

tiene en su casa un verdadero arsenal, entre lanzas, sables, mazas, hasta

alguna fusta.

Roberto, compañero de trabajo en la misma empresa que yo,

especializado en robótica y autómatas programables, luce en su habitación

una armadura metálica completa, se gastó los ahorros de varios años para

adquirirla, además de coleccionar escudos de armas, y cabezas y otros restos

de esqueletos, de las que desconocemos su procedencia. Según él,

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corresponden a famosos caballeros cruzados, aunque a decir verdad a mí

siempre me parecieron huesos de perro.

Luego estaba Renato, al que llamamos el ecologista, trabaja en una

empresa de reciclaje de materiales plásticos, papel, cristal y aparatos

electrónicos, el es un tanto más místico y espiritual, como yo, pero en otra

dirección, le interesaban mas los documentos y manuscritos de la época,

sobre todo lo relacionado con las diferentes ordenes de caballeros, los

templarios, los hospitalarios, merovingios y todo lo que tenga que ver con la

defensa del catolicismo.

Por otro lado, al contrario que a Renato, a mí siempre me ha interesado

de la edad media, las luchas con los movimientos disidentes de la época, los

albigenses, los valdenses, petrobrusianos y los misteriosos cátaros, grupos

que defendieron sus ideales en una época de fanatismo y escasa libertad de

pensamiento. Es un tema que me apasiona, tengo decenas de libros

relacionados con estos movimientos religiosos de entre el siglo IX al XIV.

Claro en mi familia no siempre me comprenden, pues tienen unas fuertes

raíces católicas muy tradicionalistas.

-Te vas a volver loco con tantas historias medievales, solía decirme mi

tío Casano, un buen hombre, sencillo, muy devoto a la tradición católica, y

muy papista. A menudo discutíamos porque yo siempre sacaba a relucir las

atrocidades cometidas por los papas católicos en la edad media, la

inquisición, la caza de brujas y la intromisión constante en la política. Son

discusiones que nunca llevaban a ningún sitio, pues el casi siempre

terminaba la conversación con un -Hereje, te van a excomulgar. A lo que

yo respondía:

-Menos mal que no a quemar.

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Bien, pero volviendo a nuestro viaje, escogimos el sur de Francia, y

sobre todo la ruta de los cátaros, por la cantidad de castillos y fortalezas

históricas que ostenta, además porque aunque no tengo facilidades para los

idiomas, sin embargo, siempre se me ha dado bien el francés, cosa que no

me ha sucedido con el inglés, u otras lenguas, que mis tíos siempre han

intentado que estudie. Así que gracias a mis conocimientos de la lengua

gala, serví de guía a mis amigos en lo que tenía que ver con el idioma. No

tuvimos muchas dificultades para movernos de un lugar a otro, pues

habíamos visto imágenes, documentales, mapas de la zona y después de

leernos decenas de guías turísticas, en realidad conocíamos los diferentes

lugares casi como nuestra casa. Aparte de eso, nuestro coche iba equipado

con un moderno GPS de gran pantalla, con los mapas actualizados de toda

Europa, conectado al sistema de sonido del vehículo, de tal manera que

cuando va a dar una instrucción baja el nivel de sonido de la música y

procede a hablar.

En mi caso, soy un obsesionado de los datos, busqué información en

Internet, sobre cada lugar que visitaríamos, guardaba la pagina de la web, la

convertía en formato de lectura y la introducía en mi PDA, ya que era más

fácil llevar toda la información en un pequeño dispositivo a tener que cargar

con decenas de guías y libros o papeles explicativos.

Por fin llegó el deseado momento, partimos raudos hacia nuestro

destino, nos esperaba una tierra desconocida y la vez conocida, tierra de

aventuras y leyendas, estábamos cual niños que los llevan a un parque de

atracciones.

El punto clave de nuestro tour fue la ciudad medieval de Carcassona,

al llegar allí tengo que reconocer que me embargó una especie de nostalgia

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mezclada con admiración por su historia y los sucesos que allí se

desarrollaron.

La ciudadela de Carcassona, ubicada a la orilla del Río Aude, no

dejaba de maravillarme, al parecer es la ciudad fortificada que mejor se

conserva del mundo. Y no pongo en duda eso, porque al entrar en aquella

hermosa villa medieval, llena de torres, llegue a contar hasta 26 y al

contemplar sus dos murallas de más de 3 kilómetros de longitud, aquello fue

para mí y mis amigos como retroceder al pasado de repente. Y tal como

decía una guía turística que pude leer, “uno sentía que podía esperar en sus

puertas que en cualquier momento cientos de caballeros se adentraran por el

puente colgante con sus lanzas y armaduras”. La calle principal de la ciudad,

es la Cross-Mayrevielle, y esta conduce directamente al castillo llamado

Comtal con una extraña forma de cuadrilátero. A todos nos pareció increíble

el grado de conservación de sus muros, teniendo en cuenta que algunos

tramos tenían más de mil años; desde luego, ya no hacen construcciones así

hoy día.

Después, al día siguiente fuimos al castillo de Queribus situado en el

municipio de Cucugnan, en pleno Languedoc francés, en su día al parecer

fue frontera entre los reinos de Francia y Aragón, refugio de los Cátaros y

punto estratégico de defensa y control de la zona. Según cuenta la guía, sus

orígenes se remontan al siglo XI. Está situado a unos 630 metros de altitud,

en la misma sierra escoltada por el puerto conocido como el Grau de Maury,

en el departamento de Aude, desde donde pudimos tener una sobrecogedora

panorámica de las crestas montañosas, el mar y los Pirineos. Al llegar a la

base del castillo, el camino a subir prometía dureza y no apto para cardiacos,

pero una vez que empezamos a andar, a un ritmo lento pero sin pausas, en

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poco menos de 15 minutos ya estábamos arriba. Una vez llegado a la cima,

vimos sus paredes ruinosas, sus restos de lo que algún día fue un enorme

castillo, pero que poco quedaba de él, no obstante, no quedamos

defraudados, porque lo mejor es la visión que se obtiene desde arriba

Desde Queribus, nos dirigimos al castillo que todos los expertos nos

habían indicado como el más el más bello de todos, el Perypertuse. Aunque

de él también queda poco, algunas bóvedas y unas cuantas murallas

derruidas, pero teniendo en cuenta que su historia se remonta a antes del

1070, ya era bastante; se le menciona como el territorio que era dominio de

los condes catalanes de Besalú y en 1240, tras el fracaso de los Cátaros,

pasó a ser posesión francesa.

En realidad nos dimos cuenta que el gran Perypertuse, está dividido

como en dos castillos, dos fortificaciones, unidas entre sí por unos restos de

piedras y malezas. Algunos de los turistas, que bajaban mientras subíamos

hasta allí comentaban lo deteriorado que estaba y que no valía la pena tanto

esfuerzo para llegar hasta allí para ver unas piedras apiladas.

Que incultura y poca sensibilidad por la historia, pensé al escucharles,

pero por otro lado comprendí que realmente había que echarle mucha

imaginación para ver en aquellos restos la monumental obra de la que

hablaban las guías turísticas, por lo menos al entrar parece que no vamos a

encontrar nada más que paredes derrumbadas. Pero lo que yo siempre

pienso al ver estas antiguas construcciones es el gran esfuerzo requerido

para en aquel peñasco construir una fortaleza como esa, sobre todo

pensando en los medios técnicos de aquella época. Aunque también tuvo su

mérito conquistarla y hacerla caer, ¿Cómo pudieron montar un campamento

y armar la catapultas, en un terreno tan escarpado? En fin, no puedo evitar

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esconderme en mis pensamientos, sin siquiera entrar, cuando me di cuenta

Roberto y los demás ya salían del castillo, mientras yo allí estaba en la

entrada envuelto en mis historias, ensimismado en mis pensares.

Los acantilados que protegen el castillo son impresionantes. Parece

como si sus murallas nacieran directamente del macizo de roca, y que sus

paredes son las mismas rocas en forma de muralla. Ese día pasamos bastante

frío, pues a esa altura corren muchas corrientes de aire, el viento azota

fuertemente incluso en esta época primaveral del año. Aquel día tuvimos la

primera experiencia con la lluvia francesa. Pero eso le dio un toque más

mágico al lugar.

De regreso a la Cité, como suelen llamar los locales a Carcassone, nos

desviamos por un camino alternativo, a Giovanni le encantaba meterse en

esos jaleos, así que bajamos por una carretera espectacular, aunque

peligrosa. El ambiente era sublime, de las montañas surgían árboles, que

cuales monjes reclinados hacia la carretera en señal de veneración, nos

rodeaban hasta casi cubrirnos. La calzada era tan estrecha que se podía decir

que era de un solo coche, había tramos en los que mejor era no encontrarte

con otro de frente y para colmo vimos como muchas personas caminaban

por la carretera, de repente había mucha niebla. Cuando preguntamos a uno

de los viandantes dónde estábamos, respondió con cierto acento español-

catalán, fácil de entender para cualquier italiano, que nos encontrábamos en

la garganta de Galamus, además nos preguntó como habíamos subido el

coche hasta allí. No fue difícil entender el porqué de esa pregunta, de

repente nos encontramos en un camino aun más estrecho y mal asfaltado, el

Galamus era una enorme grieta que se mostraba a la derecha, mientras el

techo del vehículo parecía que en cualquier momento rozaría las rocas de la

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montaña que se asomaban a la carretera. Por ello comprendimos la razón

por la que había tantas personas andando y muchos dejaban los coches en

ciertas salidas laterales de la estrecha carretera. Eso fue lo que hicimos en la

siguiente salida, dejar el coche y ver aquello en directo, el terreno se abría

ante nosotros con una espectacularidad dantesca, realmente valió la pena

llegar hasta allí.

Fue imposible seguir bajando en coche, así que en esa primera salida

que encontramos dimos la vuelta y regresamos por el mismo camino, de

repente empezó a llover de forma escandalosa. Tras una hora de angustiosa

salida, más lentos que los caracoles que veíamos pegados a las piedras,

llegamos de nuevo a la carretera que conducía a Carcassone. Como dejó de

llover, cosa común en estos lares, y en esta época, llueve, sale el sol, luego

la niebla. En los momentos en los que se despejaba pudimos contemplar sus

espectaculares vistas; desde allí pueden verse hacia el norte las montañas

Negras, con sus densos bosques llenos de madera que según leímos previene

del calor en verano, no sé para qué si allí el verano no creo que se note

mucho; luego a un costado se ven a lo lejos los Pirineos, todavía nevados en

aquella época primaveral. Además, desde la parte alta se nos ofreció una

vista del Río Aude y el cruce del Canal del mediodía, o Canal del Miègjorn,

como se diría en occitano, el único canal que une el Mediterráneo con el

Atlántico, además de ser navegable, según leímos aquel canal se había

realizado por un tal Pierre-Paul Riquet, nada menos que en 1680, en menos

de veinte años, todo un récord para aquellos tiempos, claro que se basó en

obras iniciadas por los romanos y continuadas por Carlomango y otros

gobernantes franceses que nunca pudieron terminar la monumental obra.

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Tuve la suerte de viajar con amigos que como yo, les interesa la

historia y sobre todo la de aquella dura época de oscurantismo medieval, así

que cada vez que parábamos en algún sitio interesante, yo consultaba una

guía completa y la Wikipedia, adaptada a mi PDA, que siempre iba

conmigo. Mis amigos la llaman agenda electrónica, yo prefiero como debe

ser, PDA (personal device assistent), pues aunque según ellos es para

almacenar direcciones, yo la utilizaba principalmente para leer libros

digitalizados, gracias a que su pantalla retro-iluminada y con fondo blanco

bien imitaban las hojas de los libros, y era posible leer en ella en plena

oscuridad. Para mí, ávido lector, el poder llevar cientos de libros en un

dispositivo tan minúsculo era una gran comodidad, aparte de la gran

cantidad de papel que se ahorra con estos dispositivos.

Roberto prefería esperar a que se desarrollara y perfeccionara el papel

electrónico, más flexible, aunque también tenía su propio dispositivo lector,

un e-book de los primeros modelos.

Tras varios días por aquellas tierras, viajamos a Ariége, un poco más al

sur, donde se encuentran los restos de Montsegur, último feudo de los

cátaros, la experiencia fue fascinante, era increíble haber sobrevivido

encima de un gigantesco peñasco y haber construido semejante castillo. Eso,

o era ganas de complicarse la vida, o espíritu de superación, ¿Instinto de

supervivencia?, no lo sé, pero me parece increíble y extraordinario que

perdure hasta ahora para contemplarlo. Algunos de estas construcciones las

hacían con el fin de perdurar y superar a sus propias generaciones, igual que

ahora, que con 50 años las casas están que se caen.

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EXTRAÑA EXPERIENCIA

Hasta ese día yo me encontraba extasiado por las maravillas que estaba

descubriendo. Por mucho que yo haya leído en las guías, libros, en mi PDA,

en Internet y las imágenes presentadas en las pelis y documentales que tuve

la oportunidad de ver antes de mi viaje, jamás se puede comparar con la

realidad vista por mis ojos, todos mis compañeros coincidíamos en esa

apreciación.

Mi éxtasis, pronto se convertiría en obsesión, y no por observar algo

más llamativo o bello, todo era tal como lo esperaba. Más bien, fue por una

experiencia extraña, que jamás había tenido, en un lugar totalmente

desconocido para mí, un sitio del que no habíamos oído hablar, un paraje

que ni siquiera era zona de turismo, y que no entraba en nuestros planes. No

era llamativo especialmente, por algo en particular, de hecho era una simple

aldea de montaña, pero de toda mi experiencia en el país galo, fue el sitio

que cambiaría mi vida para siempre.

Aquello ocurrió el cuarto día de nuestro periplo en el Languedoc

francés, decidimos hacer una excursión hacia Lastours en el macizo de la

Montaña Negra. Queríamos revivir la lucha por la defensa de sus castillos

por parte de albigenses y cátaros, frente al temible Simón de Monfort.

Lastours está constituida por cuatro castillos: Quertinheux, Surdespine,

Torre Régine y un poco más lejano Cabaret, posados en la cumbre de una

cresta que domina el valle de más de 300 metros. Hay un mirador situado

sobre la ladera opuesta que permite observar un panorama magnífico. Y un

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escarpado camino permite llegar hasta los castillos del bajo valle. La

excursión prometía, bellas vistas, muchos castillos y un magnifico entorno.

Pero debido a que se trataba de carreteras secundarias el camino sería largo,

por ello dado que yo era el único que no conducía, decidí ir leyendo durante

el camino, estaba entusiasmado por un libro electrónico que tenía en mi

PDA.

-¿Cómo puedes leer algo en esa pantalla tan pequeña? -preguntaba

Roberto-

-Sin problemas, tu pones el tamaño de letra que más cómoda te resulte

y listo.

-Pues yo prefiero el e-book, por lo menos tiene el tamaño de un libro,

además tiene más brillo y contraste, se lee más natural, conozco uno que

tiene un efecto de pasar páginas, como un libro de verdad.

-Bobadas, yo, donde esté el tacto de un libro y el olor a papel, que me

quiten todos esos trastos, -interrumpe Renato, mientras de reojo me veía

leyendo-

-Pues tus viejos libros que coleccionas, solo huelen a moho, no es

precisamente agradable olerlos. -responde Roberto-

-Te diré una cosa, a este -señalando hacia mí- se le acaba la batería a

su cacharro y se queda sin leer.

-No importa, traigo un cargador de coche

-¿Y si se te descarga en el campo o en una excursión?

-Tengo el cargador solar

-Si, claro, como aquí tenemos tanto sol, eso te servirá para la costa,

pero aquí....

Apagando mi dispositivo lector, y respondiendo a Renato dije:

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-¡Anda que si tuviese que llevar los 100 libros como los que ahora

llevo mi en Palm!, no cabríamos en el coche. Tienes que actualizarte

Renato, que el papel se acaba, nos quedamos sin árboles, mira, lo mío es

mas ecológico.

-Además esto es el futuro, lo tuyo el pasado -añadía Roberto-

-Bastante llena de basura electrónica está la tierra, no sabéis bien la

cantidad de cacharros de esos que pasan por la recicladora donde trabajo, y

que apenas tienen nada aprovechable. El plástico se reutiliza en envases

nuevos, el vidrio en botellas, hasta las ruedas de coche en asfalto, pero de

esos aparatos, juntamos toneladas de móviles y calculadoras de esas y

apenas se saca un gramo de algo valioso o útil. -afirmaba Renato- ah y de

los libros sacamos mas papel, reutilizable.

-De los tuyos solo papel higiénico, ¿No?, Porque no negarás que tus

libros viejos para poco mas pueden servir. -respondía Roberto a fin de sacar

de sus casillas a Renato-

-Calla que para incultura, me basta y me sobra la de mis compañeros

de la fábrica, que de Francia solo saben lo de la torre Eiffel y poco más.

-replicaba Renato-

Mientras discutíamos sobre mi PDA, e-books, libros y reciclaje,

Giovanni, quien conducía, decide emprender el camino por una pequeña

carretera de comarca, pues las vistas según nos dijeron en el hotel, eran

magnificas por allí, así que seguimos la carretera que nos habían indicado

dirección a un pueblo llamado Mazamet, al norte. No obstante, debíamos

desviarnos a mitad de camino y tomar una pequeña carretera a la derecha

hacia la pequeña ciudad de Saissac, pero por despiste de parte de Roberto

quien olvidó el cargador de coche del GPS, este se apagó justamente en ese

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Page 28: El Valle de Las Vidas Perdidas

preciso momento. De esa manera nos quedamos sin poder saber cuál era el

desvío hacia Saissac, ni cuanto quedaba para este, y era el único camino

según nos dijeron que llevaba directamente a Lastours, nuestro destino.

Después de dar varias vueltas por carreteras minúsculas, que ni

siquiera el incompleto mapa que llevábamos encontraba y ya sin saber

donde estábamos, nos dirigimos por una carretera que en un momento quedó

cubierta cual túnel por un denso bosque de hayas y coníferas, las copas de

los arboles cerraban a nuestro alrededor la visión del cielo, era realmente

misterioso y bello a la vez. Pero quisimos salirnos de esta, girando a la

derecha, pensando en encontrarnos con alguna salida. Este camino, solo nos

condujo a una pequeña aldea semi-abandonada llamada según el cartel “Les

Martys” en el valle de l´Orbiel. Por el reducido número de casas, no debía

tener ni 50 habitantes. A decir verdad parecía un pueblo fantasma, ni

siquiera aparecía en nuestro mapa. Pero dada la hora que era, decidimos

comer allí, aunque no confiábamos encontrar ningún restaurante en aquel

lugar, por suerte llevábamos bocadillos que conseguimos en una tienda antes

de salir de Carcassone. A mí me pareció llamativo el pueblo, quizás hubiese

alguna ermita o monasterio abandonado para ver.

Aparcamos el vehículo en lo que supongo, sería la calle principal del

minúsculo pueblo, en realidad una pequeña aldea, en otros tiempos quizás

más habitado, pero ahora claramente en estado de desahucio. Al bajar del

coche, solo alcanzamos a ver un hombre mayor paseando con su perro, no

menos viejo, a lo lejos. Con ello nos percatamos que la pequeña localidad si

estaba habitada, mas no se escuchaba de niños ni perros ladrando, quizás el

de aquel hombre mayor era el último que quedaba.

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Page 29: El Valle de Las Vidas Perdidas

En cualquier caso decidimos echar un vistazo antes de partir y buscar

un lugar para comer. Mas el sentimiento que me invadió al bajarme del

vehículo, fue algo nunca experimentado por mi hasta aquel día. De repente

sentí que todo aquello que se presentaba delante de mí, me era familiar. Y

aunque la luz del sol, muy brillante y claro ese día, a diferencia de lo que era

común en aquellas tierras, me impidió en un principio ver claramente los

detalles del pueblo, me fui adentrando en una calle perpendicular a la que

daba entrada y sin perder de vista donde aparcamos el coche. Tomamos el

camino a la izquierda, dejando atrás un estrecho camino sin asfaltar que

conducía a una casa con un establo donde descansaban un buen número de

caballos. Pero a la derecha, tras un viejo muro del resto de una antigua

vivienda ahora derruida, había una calle empedrada con adoquines que se

adentraba en el pueblo.

-Vamos por aquí. Les insté a mis amigos.

-¿Por qué tenemos que ir por allí? -Preguntaba extrañado Renato, el

más reticente de los 4 a pararnos en el pueblo-.

-Es cierto, -allí no hay nada especial comentaba también Giovanni-.

-Seguidme, esto me suena -respondí, sin siquiera percatarme bien de lo

que estaba diciendo-

-Si claro, como llevas tres días en Francia y ya conoces hasta el

pueblo más minúsculo.

-¡Pero Luigi si esto ni siquiera aparece en el mapa! -argumentó de

nuevo Renato-.

-Por esa próxima calle a la derecha, creo que se va a una plaza que

tiene un gran árbol en medio. -Eso lo mencioné con la convicción del que

sabe lo que dice-.

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Page 30: El Valle de Las Vidas Perdidas

Roberto, adelantando a los demás, llegó hasta la intercesión mencionada y

se quedó asombrado mirando lo que tenía enfrente.

-Pero Luigi. ¿Tú te has aprendido la guía de memoria o qué? ¿Para qué

queremos tanto mapa, ni GPS, teniendo a este? -dijo en son de broma, pero

a la vez de admiración por la exacta descripción que di del lugar, sin

siquiera haberlo visto de lejos, pues la aldea apareció de pronto entre el

denso bosque.

Cuando todos los demás compañeros se acercaron, también quedaban

perplejos de admiración.

-Si claro, dinos ¿Que más hay en esa plaza? -Preguntó Giovanni con

cierto tono escéptico-.

-Creo que hay una tienda de comestibles con cajas de frutas. Y una

estatua grande al lado del árbol.

Efectivamente al llegar a la pequeña plaza, a la derecha, había una pequeña

y abandonada tienda que aún se podía leer D'outre-mer, o “Ultramarinos”. Y

también estaba la estatua metálica enfrente de la tienda y al lado del árbol.

-Os lo aseguro, no sé cuándo pero yo he estado aquí antes.

Aquello solo sucedió en ese lugar del minúsculo pueblo, pero al

acercarme a la plaza, por la calle que llegaba hasta allí, también observé un

gran portal de un viejo edificio de piedra que me atrajo tal fijación, que se

me pusieron los bellos de punta. Me venía a la mente un vago recuerdo, me

veía entrando en él y subiendo por una escalera, con azulejos de colores

llamativos. No pude comprobar si eso estaba allí o no, porque el portón

estaba cerrado con un candado, es posible que allí ya no viviera nadie, pues

el edificio se veía en estado de abandono y ruina. Mientras caminaba por la

plaza, me llovían recuerdos, como si de pronto se me abriera una parte de la

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Page 31: El Valle de Las Vidas Perdidas

memoria que tuviera escondida o encerrada en lo más recóndito de mi

cerebro. Recuerdos de muchedumbres, de personas muy altas, saludando y

sonriendo. Y el rostro de una mujer que me acompañaba, pero que no logré

asociar con ninguna persona conocida. Además me venían a la mente

sonidos como de música, personas hablando hacia mí como si me trataran

de decir algo, pero sin lograr entender lo que me decían. También me vino a

la mente una gran casa de madera, pero no logramos encontrarla en la

pequeña villa.

Todos estábamos extrañados por la experiencia. ¡Jamás había salido de

Italia en mi vida! Apenas había salido de la Toscana, solo aquella ocasión

del accidente donde perdí a mis padres.

Sin poder olvidar la curiosa experiencia, abordamos a un habitante del

pueblo para preguntar por algún sitio para comer, y este nos dirigió a una

venta a la salida del pueblo además muy amablemente nos dijo que cerca de

allí había una especie de garganta montañosa y caída de agua de las nieves

fundidas muy bonita de ver. Conversamos un poco sobre el pueblo y su

historia, el hombre nos contó que él había escuchado de su abuelo que el

nombre “Les Martys”, era en honor a un grupo de cristianos que fueron

quemados vivos hace muchos siglos. Tengo que reconocer que vinieron a

mi mente imaginaciones sobre ese suceso, pero lo atribuí a la cantidad de

veces que leí sobre las hogueras de gente en la inquisición. Aquel sencillo

hombre, no pudo concretar qué clase de cristianos fueron torturados allí,

pues según contaba era una leyenda del pueblo.

Haciendo caso a aquel amable hombre nos dirigimos hacia ese valle

del que nos habló buscando la garganta. En un momento dado vimos un

pequeño letrero que indicaba el camino, decidimos por mayoría, solo con la

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Page 32: El Valle de Las Vidas Perdidas

oposición de Renato, bajarnos del auto y seguir por un sendero andando

hasta el lugar. Al ir por el camino un tanto lejos del pueblo que ya no

lográbamos ver por lo escarpado del lugar, encontramos una casa de madera

y de nuevo la extraña sensación, mientras mis amigos comentaban la curiosa

casa y seguían por el camino comentando lo que significaría para cada uno

de ellos vivir aquí, con tanta paz y naturaleza, yo sentía la curiosidad por

entrar en la casa, algo me decía que yo había estado allí. Subí por la pequeña

escalera que conducía a la puerta y toqué. En poco tiempo me abrió un señor

que me preguntó rápidamente si era alguien interesado en comprar la casa.

-No le dije, solo quería verla.

-Esto no es un museo, para que usted la vea, sino es porque esté

interesado en comprarla. -me respondió el hombre, ofendido por mi

petición-

La curiosidad por entrar era superior a mi timidez ante aquel antipático

señor de unos 60 años, parece que vivía con su mujer, de unos 50, con

aspecto más de sueca que dé francesa, con unas gruesas gafas, y que no

hacía más que mirarme de arriba abajo, como tratando de estudiar si era o

no de fiar .

-Bueno, tal vez si esté interesado por comprar.

-Entonces, adelante, pase.

Alcancé a ver a mis amigos de lejos haciendo señas, como queriendo decir

qué clase de locura estaba haciendo. El hombre, que ahora se había tornado

un poco menos brusco y más amable, me ofreció un café.

-No gracias, es que tengo que comer pronto y no suelo tomar café

antes.

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Page 33: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Quiere comer algo, -dijo la mujer, sin mucho interés como esperando

un no de mi parte-

-No, gracias tengo a unos amigos afuera que me esperan para comer

juntos, muy amable señora.

Según me iban enseñando la casa, yo iba reviviendo momentos muy

borrosos y lejanos, pero como si ya la conociera, casi todo me era familiar.

Al salir, tomé nota del precio, su nombre Marcel Larroux y su teléfono en el

bloc de notas de mi PDA, simulando cierto interés para llamarle si me

convenía la oferta. Y me despedí de ellos, no sin antes preguntarle al señor

de la casa, como podía ir al valle y el salto de agua del que habló el otro

hombre del pueblo.

-Siga por ese camino, va directo allí.

-Adiós, gracias Bon Homme.

Esto último lo dije, sin percatarme de que le había usado una expresión

occitana utilizada por los antiguos cátaros y relacionada con los que habían

recibido el llamado Consolamentum, o ritual de iniciación, el hombre

extrañado por tal expresión, se echó a reír. Culpa de todo lo tenía el libro

que iba leyendo por el camino. La expresión de extrañeza de aquel hombre y

su reacción por el término utilizado hacia él fue lo que hizo darme cuenta

que no era eso lo que quería decir.

Bien, después de esa anécdota, nos pusimos rumbo a disfrutar de las

vistas, según iba transcurría el tiempo, decidimos dejar para el siguiente día

la excursión a Lastours, en realidad, ya ninguno de los cuatro opuso

resistencia a seguir por el camino que andábamos, el paraje era realmente de

increíble belleza, se respiraba aire puro. Todo el camino por donde iba me

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Page 34: El Valle de Las Vidas Perdidas

parecía familiar, conocido, pero ya no me atrevía a decir nada de ello a mis

amigos, para no seguir incordiando con mi "déjà vu".

Seguimos la senda, tras dejar una densa arboleda, llegamos a un paraje

de sobresaliente y exuberante vegetación, el camino casi se cerraba y se

escondía entre el verdor, y la humedad hacía que la temperatura, pese a ser

Mayo, pareciera Febrero. Entonces fue cuando llegamos a una explanada

amplia. Se colmaron todas nuestras expectativas al ver lo más bello que

habían visto nuestros ojos en cuanto a naturaleza, una montaña que acababa

abruptamente y dejaba un amplio hueco, al otro lado una inmensa grieta en

el terreno, hacía que el agua cayera desbordada en una fina pero

impresionante caída de agua, que convertía aquel paraje en un paraíso a la

vista.

-Deberíamos comer aquí no os parece. -Reclamó Roberto-.

Todos mis amigos estaban extasiados del lugar y no paraban de hacer fotos

de un lado y de otro. Yo en cambio sabía que esto también lo había visto

antes y el sonido del agua caer me hacia abrir los ojos cual infante que ve

por primera vez algo grande y llamativo.

Después de un buen tiempo, quizás dos o tres horas, realmente

ninguno deseábamos abandonar aquel tranquilo y relajante lugar, decidimos

que era hora de regresar, pues se acercaban nubes amenazadoras en el

horizonte, y siendo Francia, ya sabíamos lo que eso podía significar.

Por fin al día siguiente cogimos de nuevo carretera camino a Lastours

y esta vez si llegamos al destino, todo lo que esperábamos en cuanto a

majestuosidad y belleza lo tenía aquel lugar y no nos decepcionó. Pero ya no

era lo mismo, por lo menos para mí. El recuerdo de la experiencia del día

anterior me había dejado bloqueado, como si algo de mí se había perdido

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Page 35: El Valle de Las Vidas Perdidas

allí, no dejaba de pensar en aquella plaza, la gente pasar de un lado y otro, la

casa de madera, gente muy alta y sonriente todo el tiempo.

Tenía que saber que podía significar todo aquello. Me lleve un buen

número de fotografías, que hice con el propósito de saber algo más sobre

aquel lugar y su historia. En el hotel no pude encontrar nada, y hablar con el

recepcionista tampoco me sirvió de mucho. En la oficina de turismo en

Carcassona, me dieron un folleto sobre un hotel rural en los alrededores y

solo pude averiguar que aquel pueblo había sido abandonado

paulatinamente por sus habitantes, quedando actualmente solo unos 200

aproximadamente. Pero no me pudieron dar más información sobre su

historia o sucesos llamativos que indicasen el porqué me era tan familiar.

Me cercioré por si había salido en alguna película o reportaje, como había

sucedido en Lastours, Carcassone, incluso en Cabaret, Montreal y otros

lugares pintorescos de Languedoc, pero no era un lugar llamativo en ese

sentido.

-A todo el mundo le ha ocurrido alguna vez esto Luigi. Afirmaba

Renato

-Eso fue un “"déjà vu"”, son visiones de una vida pasada, aseguraba

Roberto

-Anda, no digas tonterías Roberto, esas son cosas de la mente, alguna

fotografía o un documental de la tele que habrás visto y ahora lo recuerdas,

o es mas que eso. Respondía el escéptico de Giovanni.

-Según me han dicho, esto nunca ha salido por televisión, ni se han

hecho películas en ese lugar.

-Pero si todas estas carreteras salen siempre en el Tour de France con

los ciclistas, por eso te parece familiar. Dijo Renato

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Page 36: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Si pero en la cerrera siempre enfocan a los ciclistas no las vivencias ni

los interiores de un pueblecito, y menos siendo tan poca cosa.

-Bueno, pues lo habrás visto en alguna enciclopedia, pero seguro que

lo has visto, además pueblos como estos habrá muchos por aquí. Pasa como

en la Toscana que casi todos los pueblos pequeños son iguales.

-Pero cuando estaba allí, en mi mente veía además personas y me

venían recuerdos de voces, música y hasta palabras que me hablaban. No

llego a recordar bien que me decían pues parecía como un francés, pero

distinto. Es difícil de describir.

-No sigas Luigi, eso es un "déjà vu". Seguro que tú en tu vida

anterior has sido alguien que vivía aquí. Y ese áurea de vida anterior te hizo

venir con algún propósito.

-Anda, Roberto, tú sí que has visto muchas películas, replicaba

Renato.

Después, la conversación de tornó en bromas sobre las diferentes personas

que pude haber sido en esa supuesta vida anterior. Yo nunca he creído en

esas cosas que decía Roberto, pero el realismo de mis sensaciones allí, me

hicieron pensar.

Por fin el viaje concluyó, y se puede decir que fue una experiencia

magnifica, prometimos volver a viajar juntos en otra ocasión y quedaríamos

para poder decidir dónde.

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Page 37: El Valle de Las Vidas Perdidas

EL MENTALISTA

Al volver a la realidad, en la Toscana, ver otra vez el sol y el mar, del

que casi había olvidado que existían en la nublada Francia, esto me devolvió

la alegría que empezaba a perder en aquel país tan lluvioso, acostumbrado

como estaba yo a las escasas lluvias de mi provincia. Como tenía todavía

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Page 38: El Valle de Las Vidas Perdidas

unos días más de mis vacaciones, decidí ir a la ciudad de Grosseto, desde

que tengo Internet no lo había hecho, pero fui a la biblioteca principal en

busca de más información sobre el misterioso pueblo francés que tanto

atrajo mi atención.

Ya que no se cumplieron mis expectativas, siendo escasa la

información encontrada y nada relevante, simplemente se hace mención

como un pequeño pueblo de Langudoc francés. Entonces indagué aún más

en Internet donde tampoco encontré nada importante o revelador, casi lo

mismo que en la Biblioteca. Recordando las palabras de Roberto, busqué

información sobre “Déjà vu”, o “paramnesia”, lo que me llevó a una

asociación de expertos en el tema, que curiosamente tenían un centro en la

ciudad.

Al día siguiente, armado de valor fui allí en busca de información

sobre mi experiencia, pues llevaba varios días en los que además soñaba con

aquel lugar y no lograba quitarme de la mente la visión de las personas

saludando como si fuera desde lo alto y hablando cosas totalmente

indescriptibles, he de reconocer que me intrigaba muchísimo lo que esto

pudiera significar. Decidí ir solo, pues sabía que ninguno de mis amigos iba

a entender que consultara a uno de esos chiflados, o como los llamaba

Giovanni, los “mentalistos”, expertos en engañar a los ingenuos.

Al llegar a la vía Bobetonna en el número 10, hallé un portal con una

gran placa en la que aparecía el nombre Juiliano Gaztanelli “Mentalista”.

Estuve un tiempo pensando si entrar o no, jamás había confiado en este tipo

de personas, me parecían charlatanes que solo hablaban palabrerías para

ganar dinero. Bueno, ya que estoy aquí, que puedo perder me dije, total

siempre me puedo levantar en cualquier momento e irme.

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Page 39: El Valle de Las Vidas Perdidas

Así que atravesé aquella entrada defendida por una especie de cortina

negra con letras y símbolos extraños. Una vez dentro, me encontré con la

recepción, me resultaron llamativas las imágenes llenas de símbolos

orientales, algunos cuadros con especie de escudos con letras inteligibles

que colgaban de la pared, triángulos con formulaciones extrañas. Todo

parecía esotérico. Espero no haberme metido en un grupo de locos

espiritistas, pensé.

En la recepción había una joven de penetrantes ojos verdes, y larga y

lisa cabellera negra, con una sonrisa seductora y una voz de muñeca, vestida

con un ceñido corpiño que hacía resaltar una delantera de infarto, su

presencia me hizo tartamudear, y solo con su ayuda pude terminar de

formular la razón de mi visita. Ya que no tenía cita previa, me hizo esperar

un poco en una especie de estancia, una pequeña sala con iluminación

suficiente como para poder leer, aunque ninguno de los temas de las revistas

o libros que pude ver allí llamaron mi atención, salvo uno con un repulsivo

pero llamativo tema : “La curación por la orina”, me pareció tan absurdo y

la vez tan inquietante que lo tomé en mis manos para darle una ojeada y reír

un poco, pensando en lo ridículo del tema, pero me escandalizó la manera

de presentarlo como un libro serio y con base científica, estuve por lanzarlo

de asco al leer consejos tan repulsivos sobre métodos para ingerir orina que

el libro sugería, que si tomar orina por las mañanas, que si mezclarla en

ensaladas y otras recetas a cual más repugnante.

Aunque en realidad solo lo solté de forma precipitada, como si algo

malo estaba haciendo, como cuando mi madre, siendo yo adolescente, me

descubrió con una revista de adultos. En este caso, sentí lo mismo, cuando la

acaramelada voz de la recepcionista me indicó que era mi turno y a la vez

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Page 40: El Valle de Las Vidas Perdidas

mencionó que si me interesaba el libro podía obtener uno. Algo ruborizado,

rechacé la oferta, agradeciendo el detalle, pensando en que podía pensar de

mi leyendo semejantes ideas. Aunque por otro lado si estaba el libro allí es

porque esta gente creerá en esas cosas, en fin, preferí olvidar el episodio.

Acto seguido me hizo pasar a otra sala interior en la que parece ser estaba la

consulta del mentalista.

Me recibió un hombre alto y muy delgado, melena canosa y poco

arreglada, con unos ojos grandes que parecían salirse de las órbitas y con tal

penetrante vista que me intimidaba. La verdad es que aquella situación me

estaba poniendo un tanto nervioso, pues al hablar, me sentía torpe y no me

salían las palabras, tartamudeaba como nunca lo había hecho. El hombre,

muy seguro y afianzado en su espacio, me hizo pasar a una sala pequeña

donde tenía su despacho. Parecía como si me iba a comer con la vista, de

arriba a abajo como si de un examen corporal se tratase. ¿Será gay? , me

pregunté por un momento. Hasta que llamó a la joven recepcionista con un

seco, pero fuera de dudas,

-Cariño, lleva estas notas al archivo, por favor, ah y trae el libro del Dr.

Moody.

-Es guapa, eh. Siempre le digo que venga un poco mas recatada, pero

ella es así.

Esto lo dijo, tras haber observado como mis ojos se plasmaban en lugares

prohibidos de la superdotada recepcionista, ni que decir tiene que, apartando

rápidamente la vista intenté torpemente aparentar que no me había dado

cuenta de su extraordinario y llamativo físico.

-Si, si, no me había fijado, pero tiene usted suerte de tener una esposa

tan...

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Page 41: El Valle de Las Vidas Perdidas

-¿Tan buena? ¿Maciza? ¿Cañón? no sea tímido, suelte lo que piensa,

no sabe que yo puedo leer sus pensamientos

Aquello, lejos de relajar mis nervios, me los tensó aún más. Solo la

explicación posterior me tranquilizó un poco, al parecer se lo hacía a todos

los clientes para romper el hielo.

A continuación empezó un interrogatorio exhaustivo y pormenorizado

de mi viaje y de la experiencia que tuve en Francia. Le di todos los detalles

de lo que vi, sentí, las razones que me llevaron a Francia, las circunstancias

que me llevaron a ese pueblo, y un sin fin de preguntas que me parecían

poco relacionadas con el tema, pero que obedientemente respondí sin

rechistar. Mientras preguntaba, no hacia más que anotar datos en su libreta,

casi sin quitarme la vista de encima.

A partir de ese momento, empezó a formular una serie de teorías a cual

más extraña y rocambolesca. Me dijo que todos estamos en un círculo

vicioso de reencarnaciones y a veces quedan ciertos recuerdos de vidas

pasadas. Por lo que me explicó, lo que yo había experimentado fue un “Déjà

visité”, que según me dijo, se trataba de una experiencia aunque menos

frecuente que un “deja vú”, abarcaba más que eso pues era el extraño

conocimiento de un lugar del que nunca se había oído hablar, pero que a uno

le parece totalmente conocido. Uno puede saber encontrar el camino por una

ciudad o lugar nuevo sabiendo al mismo tiempo que no puede ser posible.

También me habló de los “Déjà vécu”, una experiencia que envuelve más

que la simple vista, por lo que incluye una gran cantidad de detalles, pero

solo percibiéndose las sensaciones vividas no solo imágenes.

Así, por las explicaciones del supuesto experto, al parecer yo

experimenté ambas sensaciones juntas, lo cual según el indicaba, eran cosas

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Page 42: El Valle de Las Vidas Perdidas

y sucesos que había vivido con seguridad en una vida anterior. Me invadían

un sin fin de preguntas al respecto, pero temía formularlas, quizás para que

no pensara que no le creía, aunque en el fondo era así.

Pregunté el porqué de tantas reencarnaciones, y él me respondió que,

esto era con el propósito de mejorar el alma, con cada reencarnación

podíamos mejorar algo que teníamos deficiente en vidas anteriores e ir

perfeccionandonos.

-¿Hasta cuándo?

-Hasta alcanzar lo que los budistas e hindúes conocen como el

Nirvana. Llamalo séptimo nivel, o nivel de purificación absoluto.

¿Cómo puede estar seguro de eso? -le pregunté pues no cabía en mi

cabeza tal explicación.

Me habló de viajes astrales, de transferencia mental y de los

experimentos de un tal Dr. Moody, al que citaba frecuentemente. Insistió en

que probara algunos de esos métodos, en los que él era experto, eran los

mejores métodos para descubrir vidas anteriores y cosas por el estilo.

Pese a que por momentos casi me convence, con lo poco de exceptivo

que me quedaba le dije no, en el fondo es que no me resultaban muy

atractivas dichas actividades, sin ser tajante, le indiqué que ese tipo de

experimentos mejor lo dejaríamos para otra sesión. Realmente reconozco

que tuve cierto reparo, mejor dicho miedo, pues aunque siempre he sido

escéptico en ese tipo de cosas, la manera tan convincente de explicar los

asuntos, exponiendo todo con una lógica aplastante, casi convincente.

Antes de marcharme, y cobrar la cita, me dijo algo, no sé si para atraer

mi atención o para suavizar el sablazo económico que me iba a dar, o si

realmente se trataba de verdadera intuición de su parte.

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Page 43: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Sabe una cosa, señor D´Pascola, estoy seguro que usted en su vida

anterior fue un cátaro. Y vivía en una aldea de Languedoc.

-¿Cómo puede saber eso? -fue mi inocente e intrigante pregunta-.

-Usando mi poder extrasensorial he podido leer en su mente las

imágenes que usted observó.

He de reconocer que al principio me dejó sin argumentos en contra, la

seguridad con que hacía aquellas afirmaciones, con una naturalidad, como si

de cosas normales se tratase. Me explicó todo sobre ciertas extrañas teorías

acerca de la vida después de la muerte, mas y mas teorías del mencionado

Dr. Raymond Moody. También me citó comentarios de un tal Allan Kardec,

con los cuales explicó asuntos sobre reencarnaciones, vidas paralelas y otras

cosas de las que jamás había escuchado. Tenía varios libros que me ofreció,

pero por falta de fondos, pues la cita me costó un buen puñado de euros, los

rechacé, con la excusa de que tal vez los compraría en la próxima ocasión

que volviera. Después me dijo que debería tener una sesión de hipnosis para

poder sacar más de mi interior y poder determinar quien se supone que fui y

el lugar exacto de esa supuesta vida anterior.

A mí personalmente no me gustaba la idea de una sesión de ese tipo,

pues había escuchado sobre personas que se habían aprovechado de dormir

a otras y habiendo desvalijado sin que se dieran cuenta. En mi caso, no hizo

falta dormirme para desvalijarme pues la sesión ya me costó un buen dinero.

El problema es que no tuve valor para decirle que no y acepté para la

próxima visita. En realidad fue difícil negarse cuando rápidamente me envío

de nuevo a la recepción, donde me esperaba la despampanante secretaria-

esposa o novia del mentalista, quien para tomar nota de la próxima cita, se

me acercó de tal manera que me hizo sentir incomodo y aunque mi instinto

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Page 44: El Valle de Las Vidas Perdidas

masculino me hacía dejarme llevar y recrearme por la buena vista de su

llamativa y protuberante delantera, que casi por momentos me la acercaba a

un palmo, el saber que la indiscreta joven, no estaba libre me hacía mirar

para otro lado, para evitar pasar por mas apuros como los de antes.

Salí con una extraña sensación de haber sido embaucado y estar

cayendo en las redes de un hábil timador, pero a la vez, con la sensación de

que quizás algo de razón tuviese aquel extraño personaje. Pero todo aquello

lejos de aclarar nada, me dejó aun más intranquilo si cabe. Ahora tenía una

cita con el mentalista para la próxima semana y me debía enfrentar a algo

que desconocía y de lo cual desconfiaba mucho. Pero por otro lado pensaba

que tal vez me daría respuestas a mis interrogantes sobre mi supuesta vida

anterior.

Curiosamente tan solo unos días después, mientras iba caminando

hacia mi casa tras dar un paseo meditativo de los que últimamente solía

hacer, con el solo fin de tratar de comprender lo que me pasaba, fui

abordado por una pareja de personas bien arregladas que representaban a

una religión alternativa, estos me invitaron a aceptar unas revistas religiosas,

una de estas llamó mi atención, sobre todo por el tema de la portada. “¿Ha

vivido usted antes?”, decía aquella revista. ¡Vaya! -pensé-¡Era justo lo que

necesitaba saber! Sin más, las acepté con gusto, simulando simple cortesía

aunque no fascinación, para que no pensaran que estuviese muy interesado

en el tema. Bueno, en realidad, las cogí, casi arrancando las revistas de las

manos de la joven que me las ofrecía, les agradecí la información y la pareja

se despidió cordialmente, curiosamente sin pedirme nada a cambio. Bueno,

pensé, por lo menos estos no son como el mentalista, que me cobró tarifa de

lujo.

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Al leer la información que aquel folleto contenía, por un lado me abrió

los ojos, aunque me creo otras dudas. Si, me di cuenta que por un lado,

aquello era lo que necesitaba saber, en varios artículos exponía las diferentes

razones por las que a veces se tienen recuerdos o sensación de familiaridad

con lugares o personas. Por increíble que pareciera, se hablaba del famoso

Dr. Moody del que citó el mentalista que visité, es increíble que alguien más

que aquel charlatán conociera al tal Moody. Pero la revista, lejos de darle la

pompa y el halo de sabiduría que el mentalista le dio, al contrario, razonaba

sobre lo ilógico de sus ideas y afirmaciones. Aquello desbarataba todas las

teorías del mentalista sobre sus supuestas vidas anteriores. La razón por la

que se renace es para tener otra oportunidad de mejorar nuestra situación.

Pero sería una gran desventaja haber vivido otras vidas y no recordarlas,

pues solo podemos aprender de nuestros errores pasados si los recordamos.

Entre otros argumentos, mostraba lo inútil de una

La revista indicaba que los que defienden la llamada terapia de la

reencarnación piensan que se pueden afrontar mejor los problemas actuales

si, mediante la hipnosis, podemos recordar las vidas pasadas. Según me

explicó el mentalista volvemos a nacer para mejorar algo, y la revista

explicaba que si esto fuera así porqué hemos olvidado lo que ese algo es.

Fue entonces cuando caí en la cuenta que el mentalista sacó a colación lo de

los cátaros y mi vida anterior por la explicación dada por mi mismo

previamente cuando me preguntó la razón de nuestro viaje, efectivamente

yo le había explicado mi interés por la historia de estos. Pero el

razonamiento más sencillo fue el más convincente para mí, entre otras cosas

decía: Si solo son los buenos los que vuelven a nacer como seres humanos,

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Page 46: El Valle de Las Vidas Perdidas

¿de dónde vinieron todos los malos? ¿No tendría que haber cada vez menos

malos?

Los razonamientos y el planteamiento de aquella revista en cierto

modo fue una liberación, algún día quizás busque mas sobre aquellas

personas que me abordaron y conocer más a ese grupo alternativo a mi

religión, aunque intentaré que no se entere de esto mi tío Cassano, por

aquello de su tradicionalismo papal. Aunque no aclaró el significado de mi

experiencia en Francia, lo leído en ese artículo, me hizo decidir no perder

más dinero ni tiempo con el mentalista. Ahora tenía la seguridad de que no

acudiría a la cita, en cualquier caso me alegré de no haberle dejado ni mi

teléfono ni mi dirección. Fue un alivio tomar esa decisión, pues no me hacía

mucha gracia pasar por ningún tipo de experiencia en la que sea o no

verdad, me lean la mente.

Claro que ahora volvía a estar confundido, ya que seguía sin tener

claro a qué se debía la extraña experiencia en aquel desconocido pueblo de

los bosques franceses, pues si no eran rastros de mi vida pasada, ¿Que es lo

que me sucedió? ¿Por qué recuerdo voces y expresiones en un idioma

distinto al mío? ¿Por qué me parecían tan reales todas las imágenes y las

sensaciones? Quizá en realidad alguna vez pude haber estado allí con mis

padres de visita en algún pueblo similar, concluí.

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Page 47: El Valle de Las Vidas Perdidas

TÍO IACCO

Después de un tiempo, tras mi experiencia con el falso experto en

vidas pasadas y tras semanas en frustrada búsqueda de la pareja que me

obsequió aquellas revistas que en cierto modo abrieron mis ojos a otra

realidad, sigo sintiendo la necesidad de encontrar más respuestas a mis

inquietudes, por ello decidí iniciar la búsqueda y la lógica a todo esto por mi

cuenta, busque infructuosamente en Internet, aunque casi todas las paginas

consultadas, me llevaban a lo trascendental y las vidas mas allá, eso para mí

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Page 48: El Valle de Las Vidas Perdidas

eran cuentos, tenía que haber otra explicación. Fue entonces cuando me

dediqué a visitar a mis parientes en busca de datos, iba anotando mi PDA

que siempre me acompañaba, cual libreta de periodista de los de antes,

aunque más moderna. También portaba un grabador de audio digital, por

aquello de que nada se perdiera. Así empecé a bombardear con preguntas

sobre mi pasado tras lo cual hablaba a todos sobre mi déjà vu, a tíos, primos

mayores incluso vecinos que conocieron mi infancia. Lo curioso es que

todos coincidían en afirmar que yo jamás había salido de Grosseto, que mis

padres nunca habían vivido ni viajado a Francia, ni siquiera solos, como

para haberme contado historias de allí.

Pero en medio de toda esa búsqueda, hubo algo que me hizo plantear

ciertas dudas y me hizo pensar y sospechar en todo lo que mis parientes me

habían dicho. Fue algo que mencionó a quien ahora se consideraba la oveja

negra de la familia, alguien un tanto ya alejado, pero al que yo siempre he

apreciado mucho. Fue el tío Iaccobo, “Tío Iacco”, como le llamábamos

familiarmente. El estaba alejado de la familia, ser el ex-esposo de una de las

más agrias e influyentes de mi familia, la tía Giusta, una hermana de mi

padre, le había costado convertirse en un paria. Se decía que se habían

divorciado por desavenencias personales, y por maltrato hacia ella por parte

de él. Aunque la realidad había sido otra, Giusta una mujer de armas tomar,

que con un grito de los suyos hacía sentarse al más duro. Desde luego

difícilmente sería mujer maltratada, más bien maltratadora, recuerdo las

veces que ridiculizaba a Iacco en público y siempre le menospreciaba, como

que era poca cosa para ella. Ella siempre se salía con la suya, y en muchas

ocasiones, como a la hora de dividir los bienes demostró quien cortaba el

bacalao en esa casa, el se “conformó” con el coche y la víctima Giusta, se

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Page 49: El Valle de Las Vidas Perdidas

quedó con la casa que había sido patrimonio de la familia de Iacco por

muchas décadas, con los ahorros de ambos en el banco, a cuenta de la

pensión que debía pasarle. El bueno de Iacco aceptó la desventajosa

propuesta, para evitar las acusaciones de malos tratos con la que ella le

amenazó.

Tío Iacco, siempre había sido muy querido por todos, desde pequeño

recuerdo que recogía a todos los sobrinos y nos llevaba a la montaña o a la

playa y era muy divertido estar con él. Ahora vivía lejos del clan familiar, en

Santa Liberata, a unos kilómetros al sur de Albarese, en la costa, cerca del

fascinante y famoso Porto Santo Stefano, no solo lejos en la distancia, sino

también como si se tratara de un proscrito, al mismo tiempo de romper con

su esposa, perdió su empleo en los astilleros del poderoso tío Julietto, allí

había trabajado en el mantenimiento de la maquinaria eléctrica.

Mas no podía quejarse, afirmaba el, en realidad aquello supuso una ventaja,

pues ahora trabajaba en una pequeña tienda de electrónica aplicada a la

marina, vendiendo sistemas de navegación, radares para la detección de

bancos de peces, herramientas y artilugios electrónicos para la pesca, el

buceo y otras actividades relacionadas con el mar. En realidad, años atrás

fue él quien despertó en mí el interés por la tecnología. Nunca olvidaré

aquel juguete didáctico que me regaló cuando apenas tenía siete años;

basado en experimentos electrónicos, llenos de resistencias, cables incluso

transistores y otras piezas para experimentar. Construí mi primer radio con

ese sencillo kit experimental.

Lo encontré casi por casualidad en una calle del centro de la ciudad,

parecía como si muchos años había pasado sobre él,

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Page 50: El Valle de Las Vidas Perdidas

-El contacto con el mar envejece, -me dijo, el siempre muy positivo- ,

ahora navego mucho los fines de semana, y oye, me está gustando la pesca,

tengo un amigo que me deja su velero y con eso me entretengo cuando no

trabajo.

Aunque sus pelos canos y su aspecto excesivamente delgado, delataba

otra realidad que quizás se negaba a reconocer. Me invitó a tomar algo en

una cafetería y aproveché para contarle lo de mi experiencia francesa. Le

pregunté, como ya había hecho con otros familiares, si sabía de algún viaje

que yo haya realizado a Francia con mis padres, quizás de muy pequeño, o

si recordaba si yo hubiera vivido en otro lugar antes. Su semblante cambio

mientras le iba dando detalles de mi deja´vu en aquella aldea minúscula de

Les Martys. Me miró a los ojos y dándome una palmada en el hombro,

intentó decir algo sin hacerlo. No llegué a captar muy bien en ese momento

lo que intentó decirme, pero desde luego abría una nueva línea para

investigación personal o de confusión en este lio.

-Luigi, sabía que tarde o temprano descubrirías la realidad, se lo dije

en su día a tu padre. -me dijo, con el ceño fruncido y llevándose la mano

derecha a la barbilla, como rememorando acontecimientos pasados, que

quizás hacía tiempo no desempolvaba.

-¿De que hablas tío Iacco? -fue la pregunta que se me ocurrió, tras una

negación a la evidente idea que ahora Iacco trataba estaba colocando delante

mía ¡Qué tengo yo que descubrir, que no me hayan dicho mis padres!

Por un lado, no me había gustado la manera en que expuso el asunto,

dejando caer algo sin decirlo, esto pensaba, podía ser rencor por el rechazo

que tiene de parte de la familia, quizás por hacerlo culpable del fracaso con

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Page 51: El Valle de Las Vidas Perdidas

la tía Giusta. Pero, por otro lado si en verdad había algo, es que algo sabía,

cosa que por un lado me ocultaba y por otro dejaba entrever.

-Luigi, no puedo decirte más, es más, no digas a nadie lo que te he

dicho, por favor, a nadie. Pero tú debes buscar tus raíces, tienes derecho a

ello.

-Pero que tengo que descubrir sobre mis raíces. Yo solo quiero saber si

he vivido en otro lugar durante algún tiempo o no. No se a que viene

decirme eso de descubrir mis raíces, ni lo de ocultarme la verdad. ¿Que

realidad? ¿Porque me iban a ocultar mis padres y toda la familia que

estuvimos viviendo en otro país? ¿Hay algo malo en eso?

-La verdad, Luigi, a veces es muy difícil decirla, y mas dura es

aceptarla.

-mirando a un lado y otro, como si sospechara de los que estaban alrededor

nuestro, continuó y bajando la voz volvió a decirme algo, mas intrigante

aún.

-Sigue buscando y llegarás a descubrirla, estoy seguro que con el

tiempo llegarás a saber quién eres realmente. Pero lo siento, creo que te he

dicho demasiado, yo no puedo contarte nada mas, querido Luigi, lo debes

descubrir por ti mismo.

-No digas bobadas tío Iacco, mis padres no tenían secretos para mí,

siempre me estaban contando cosas de cuando era pequeño. ¿Porque

entonces ni ellos, ni nadie de la familia me ha dicho nada? Y porqué...

-¡Porque todos comen del mismo plato Luigi y nadie quiere perder su

porción! -dijo interrumpiendo lo que yo a continuación quería decir sobre su

actitud rencorosa.

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Page 52: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Bueno, no sigas tío Iacco, ya veo que tu rencor y tu odio hacia mi

familia ha crecido.

-Te equivocas Luigi, nada tengo contra tu padre ni tu madre, tarde o

temprano lo comprenderás. Pronto quizás lo veras todo tan claro, solo deseo

que lo hagas por ti mismo. Bueno, Luigi, ¿Te enseño mis últimas

adquisiciones tecnológicas? -dijo esto, intentando cambiar de tema-

Accedí a su invitación, pero nada era lo mismo, cuando llegué a su

apartamento y mientras me enseñaba sus aparatos electrónicos con la

fascinación de siempre, yo quise aparentar normalidad, pero me corroía la

mente todas lo que me soltó antes, y lo que no quiso soltar, que era aún más

inquietante. Sus palabras realmente abrieron una grieta en el cuadro de

perfección y harmonía que hasta ese momento yo veía en mi familia.

Tras volver a Albarese, empecé a meditar sobre lo que quiso decir

Iacco, quizás había veneno en sus palabras o tal vez no, simplemente me

animó a seguir buscando la verdad. Pero, ¿Que verdad debía descubrir? No

podía entender todo lo que encerraban sus palabras.

Recuerdo que mis tíos a menudo me contaron porqué tuvieron que emigrar a

Suiza, la crisis que hubo tras aquella inundación en la que perdieron su

negocio y su casa, tal como también sucedería con mis padres; atando cabos,

empecé a pensar si quizás tío Iacco se refería a que mis origines no eran de

aquí, y tal vez estuve viviendo en Francia con mis padres como inmigrantes,

por eso los recuerdos, tal mis padres se hayan sufrido alguna mala

experiencia, como mis tíos en Suiza, quizás algo trágico o peor los obligara

a volverse a Italia, ¿sería que mi padre había sido prófugo de la justicia

francesa por algún mal negocio allí?, o tal vez mi madre haya tenido algún

desliz allí y yo sea el fruto de ese “pecado” que les obligó a dejar aquello, y

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Page 53: El Valle de Las Vidas Perdidas

tal vez por eso ese mutismo, no lo sé, pero en cualquier caso. Esa hipótesis

cobraba valor, el honor de la familia en juego, el apellido DiPascola

manchado por un adulterio, que ahora debía ser cubierto y escondido,

argumento ideal para una novela sudamericana, pero no para mi familia,

además de ser así, en cualquier caso eso, se podía haber quedado en la

intimidad matrimonial de mis padres y no salir de allí. Sea lo que sea,

tendría que estar relacionado con aquella insignificante aldea francesa, pero

¿Entonces por qué no impidieron que viajase hasta allí, sabiendo que

pudiera ocurrir esto?

Lo que si sabía ahora, es que ya nada era lo mismo, todo lo que me

decían los demás sobre las cosas del pasado, eran sospechosas de no ser

verídicas o cuanto menos de no ser completas. Cuando referí a Betonna las

cosas mencionadas por Iacco, se le descompuso el semblante.

¡Como se te ocurre hablar con ese sinvergüenza, gusano mal nacido,

traidor, inhumano, hijo del mismo diablo!

-¿Traidor por qué? -pregunté- ¿Acaso hay algo de lo que me dijo que

no debía yo saber, para llamarle traidor?

Me sentía contrariado también ya que jamás había escuchado a tía

Betona hablar así. El haber utilizado tales términos contra Iacco, en mi

mente solo hacía germinar mas sospechas, sospechas de si tal vez de alguna

manera esto les delataba, como que un mínimo de razón podía tener el

despreciado Iacco. ¿Me estarán ocultado algo importante de mi pasado que

debía saber?

Por un momento, intuí por su rostro que se le había escapado algo que no

quería decir. Con voz nerviosa respondió:

-No hijo, lo que quise decir es que ha traicionado a tu tía Giusta.

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Page 54: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Pero si él no se ha ido con nadie, más bien ella es la traidora por estar

con...

-¡Calla! No sigas. No te pongas contra la familia. No luches contra el

que te da de comer. -interrumpió, para evitar que dijera nada del hombre con

el que ahora está, Carlo, quien fue asignado de entre los primos a dedo por

la “mamma Gina”, para que sustituyera a Iacco.

-A mí nadie me da de comer, yo puedo valerme por mi mismo, no

necesito a la familia. Y menos a una familia que me oculta la verdad

-¡No hables así de la familia! ¿Por qué vamos a ocultarte nada? ¡Ese

hombre solo trata de dividirnos y que nos enfrentemos unos a otros como

ahora lo estás haciendo conmigo! Dicho eso, preferí no seguir con la

discusión y me retiré a mi habitación. No pude conciliar el sueño esa noche,

empecé a comparar las palabras de uno y de otro y entendí que algo había

que no se me quería decir. Aunque totalmente opuestas, había similitud en

las ideas expresadas por mi tía y por Iacco; el afirmaba que todos comían

del mismo plato y ella habló del que me da de comer, son dos manera de

señalar a un mismo punto. Por otro lado, la forma en que mi tía perdió los

nervios, si, todo era muy confuso ahora en mi familia, mi bienestar se estaba

derrumbando. Esa noche me levanté de la cama y me puse a repasar mi gran

álbum familiar para ver si descubría alguna pista. Empecé a pensar en las

fotos que faltaban de mi niñez, sabía lo de la catástrofe, pero quizás esas

fotos, si lograse encontrar alguna copia serían reveladoras. La sola idea de

que tal vez haya sido un hijo ilegitimo, que realmente mi padre fuera otro,

sobre todo por no haber sacado casi nada en lo físico de mi parentela, era lo

que más me inquietaba.

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Page 55: El Valle de Las Vidas Perdidas

A la vez, fui entendiendo algunas de las cosas que me dijo Iacco. En

realidad la empresa en la que yo trabajaba pertenecía a un holding en el que

un familiar mío era socio mayoritario, el tío Julietto, con el que nunca

congeniaba, me parecía muy altivo y jamás veía en él, el cariño que tenía

con los demás. Ni siquiera me recibió cuando quise hablar con él sobre mi

experiencia francesa, me dijo que tenía una reunión muy importante y no

tenía tiempo para mí.

Muy diferente era sin embargo su esposa, la tía Gina, toda una mamma

al más estilo tradicional, siempre estaba en todos los jaleos de la familia, y

era ella quien por otro lado la mantenía unida. Mientras el tío Julietto, era el

dueño y que daba trabajo directa e indirectamente a todo el clan familiar.

Las palabras de mi tía defendiendo al que me da pan; casi todos en mi

numeroso clan familiar, trabajaban en empresas relacionadas con el. Por

ejemplo Lucca hermano de mi tía, lo hacía en los astilleros Julietto y Cia, al

igual que muchos de mis primos. La mayoría de mis primas trabajaban de

cajeras en dos grandes supermercados, que estaba a cargo de otro tío. Hasta

mi tío Casano que hacía de padre, era el contable de una de las empresas de

Julietto. Todo lo cual encajaba con lo que me dijo Iacco sobre comer del

mismo plato. Pero ¿Que tenía que ver eso con mi pasado?

Al día siguiente, el ambiente en casa era frío, nada era igual que antes,

ni el saludo de los míos fue el mismo.

-No des disgustos a tu tía, que está enferma y se altera muy fácilmente.

-me reprendió mi tío-

-Lo siento tío Casano, en realidad no tiene importancia. No te

preocupes no va a volver a ocurrir.

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Page 56: El Valle de Las Vidas Perdidas

No quise seguir con la discusión y me callé, ese día fui al trabajo con la

meta de tratar de olvidar todo ese incidente y volver a la felicidad que tenía

hasta entonces, después de todo, que iba a resolver el conocer cosas que ya

son historia pasada y que nada pueden afectar a mi vida actual. No podía

permitir que una experiencia que parece más común de lo que parece y llena

de falsas interpretaciones, terminara dominando mi vida.

EL ÁRBOL DE SU VIDA

Al explicar a Roberto todas las dudas que ahora me agobiaban, este

intentó hacer que me olvidara del asunto y pensara solo en el presente. Pero

en vista de mi insistencia, y mi obsesión por el tema, me habló de una

página en Internet que se dedicaba a la búsqueda de raíces familiares.

Al principio, me sentí un tanto culpable por querer buscar lo que mi

familia negaba rotundamente, pero lo consideré como un deber mío ahora

demostrar y descubrir por mi mismo que las insinuaciones que dejó caer

Iacco, no tenían base. Así que buscando en esa página, en un banner

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Page 57: El Valle de Las Vidas Perdidas

encontré un link que me llevó a otra web en la que se ofrecía un servicio un

tanto original. La pagina tenía el curioso título “El árbol de su vida” y su

lema de intenciones decía: “Envíe sus datos y le hacemos un árbol

genealógico con sus ascendientes”. La idea me llamó la atención sobre todo

por el hecho de que se relacionaba con el trabajo que tantos años llevaba

haciendo, la genealogía de los DiPasccola. ¿Cómo no había encontrado esta

página antes?

Mencionaba casos de personas que tenían sus raíces originales en el

siglo X. A algunos incluso se les asocia con algún emperador. En otros casos

se encuentran parentescos con algún duque o conde famoso. Aunque yo no

buscaba ser ascendiente de ningún famoso histórico, decidí no obstante

aprovechar esa oportunidad, quizás descubriría que por fin fui un cátaro,

como afirmó el mentalista.

Los que más me sorprendió del método, era que tan solo necesitaban

fotos, fotos personales en los que se percibiera bien el rostro de la persona,

unas de la actualidad, otras con quince años, otras con diez, con cinco, con

uno o dos años y de recién nacido, todo eso junto con antecedentes

familiares, diferentes apellidos en la familia y fotos de familiares de hasta la

cuarta generación. Gracias a mi trabajo con el archivo fotográfico, no tuve

dificultades para conseguirlas, simplemente tenia de sobra. Salvo la foto

con dos años, que como era lógico, estaban perdidas, todo lo demás no era

problema para mí. Al parecer usaban un método de comparación de rasgos

distintivos y búsqueda de detalles comunes, que luego aparte de los

apellidos, podían servir para compararla con antiguos personajes de quienes

se tienen retratos o bustos.

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Page 58: El Valle de Las Vidas Perdidas

Por un lado, si no me servía para aclarar los asuntos, por lo menos me

podría ser útil para prolongar mi árbol genealógico. Eso me debía hacer

olvidar todo lo ocurrido en estos últimos días, tanto lo de Francia, como las

conversaciones con Iacco. Y así fue, ahora volvía a sentirme feliz en mi

entorno, volvía a retomar mis proyectos, pensaba más en Belina y en buscar

un momento oportuno para declararme.

Pasaba el tiempo y en mi trabajo las cosas se me presentaban muy

bien, mi equipo había logrado desarrollar un sistema de sonido que podría

ser innovador, un equipo digitalizado que era capaz de hacer que desde un

sencillo “pendrive” o lápiz de memoria, conectado a la central, enviase la

música que este contenía a las diferentes zonas a las que estuviese

conectado, ya sean habitaciones de hotel o de una casa y con un control en

cada una de estas, se podía elegir la música que se deseara escuchar en cada

habitación o zona. Aquella solución seguro que la venderíamos muy bien.

Esto significó un aumento de sueldo y sobre todo lo que más me satisfacía,

el reconocimiento como el empleado del mes.

Belina fue la primera en darme la enhorabuena, ya que ella tenía

acceso a los documentos de la dirección, supo de primera mano a quien se

había escogido para tal noble designación, que significaba salir en el

catalogo como empleado modelo y una placa especial, que se me daría en la

próxima reunión de empleados. Ahora, hasta en mi casa de nuevo se

respiraba el buen ambiente que reinaba tiempo antes de mi viaje a Francia, y

con mis amigos ya estábamos planeando un nuevo viaje, esta vez a España,

a Toledo y la zona de, Ciudad Real, en busca de otros castillos y otras

historias del medievo que tanto nos entusiasmaban.

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Page 59: El Valle de Las Vidas Perdidas

Pero algo nuevo iba a dar un vuelco negativo y de desconfianza a mi

vida. Unos meses después de haber enviado las cosas que me solicitaron los

de la pagina del Árbol de su vida”, recibí un e-mail con la respuesta de los

investigadores. En parte la misiva decía: “Sentimos no poder ayudarle Sr.

DiPasccola, pero debe asegurarse de enviarnos fotos y documentos

correspondientes a su familia biológica. No tratamos casos de adoptivos o

familiares segundos.” Indicando además que por el estudio foto

fisionómico, así le llamaban al sistema utilizado para determinar las raíces

familiares, mi perfil no se correspondía con las fotos de familiares enviadas,

pero si deseaba continuar, podían hacerlo solo teniendo en cuenta los rasgos

de los supuestos familiares de los que envíe las fotos, para ello bastaba solo

con el consentimiento de estos.

Aquello fue de nuevo como un jarrón de agua fría, precisamente

cuando ya estaba superando las palabras que Iacco me había dicho, de

nuevo me perseguía la idea de que después de todo haya quizás yo haya sido

un hijo ilegitimo fruto de algún desliz y por aquello del honor de los

DiPasccola, la familia haya hecho un voto de silencio.

Aunque más preocupante fue lo que descubrí al releer la carta, me hizo

descartar lo de hijo ilegitimo, pues al parecer los expertos no encontraron

ningún rasgo común con los de ningún familiar ni de mi padre, y aún peor,

ni de mi madre. Lo que me llevó a pensar que tal vez fuese hijo adoptado.

Por un momento incluso pensé en romper la carta y olvidarme de todo, pues

esto me podría traer problemas, pero en el fondo sabía que temía

enfrentarme a una realidad y a una verdad muy distinta a la que yo esperaba.

Tampoco quería enfrentarme a toda la familia que con tanto amor y

desinterés me había cuidado en estos últimos años. ¿Habré sido uno de esos

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Page 60: El Valle de Las Vidas Perdidas

niños abandonados o dados en adopción por padres que no fueron capaces

de darme las atenciones mínimas? Pero en ese supuesto no cabe el

hermetismo de todos, creo tener la suficiente madurez como para considerar

familia a los que me han criado y dado todo lo que tengo, no soy ningún

desagradecido, solo quería saber si esto era así o no. ¿Por qué se me ha

negado ese derecho de conocer mis antecedentes?

-No te fíes de esos estudios. -me decían tanto Roberto como Belina, esta

última me animó incluso a hacerme una prueba de ADN, ella tenía una

amiga que trabajaba en un laboratorio y podía hacerme la prueba a buen

precio, era además algo sencillo de hacer.

Por un lado la idea de una prueba de ADN, me parecía interesante, así

podía quedarme más tranquilo y olvidarme del tema, o no.

Decidí que lo mejor en ese momento, sería, hablar de nuevo con Iacco,

debía sacarle toda la información que en su día también me negó, él era el

único que podía estar dispuesto a revelarme la verdad sobre mi pasado. Así

de nuevo el tema de mis origines se había convertido en una obsesión. Pensé

que le debía llamar, y así lo hice, el me invitó a ir a su casa en Santa

Liberata mas al sur a unos 40 km de aquí. Pero mientras hablábamos para la

cita, noté que mi tía estaba cerca y probablemente haya estado pendiente de

la conversación.

-Hijo, ¿porqué tienes que juntarte con ese cizañero? Es el demonio en

persona. Solo te va a traer problemas. -Dijo ella, cuando colgué-.

-Con quien yo me asocie es cosa mía, además yo busco lo que los

demás me negáis. Solo quiero saber algo de mi pasado y nada más.

-¿Sigues insistiendo en ese asunto? No nos crees a nosotros y te vas a

fiar de lo que esa serpiente venenosa te va a decir.

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Page 61: El Valle de Las Vidas Perdidas

En ese momento llegó mi tío e interrumpió la conversación. Yo no quería

seguir hablando del asunto, así que esa interrupción me vino bien. Aunque

tampoco le di importancia a que escuchara o no, con esta situación quizás

podría hacer presión y lograría que me contaran la verdad. Ella por otro lado

calló, quizás para evitar que mi tío, más razonable y tendente a ceder, se

fuera de la boca. La verdad, no entendía por qué esa oposición a que hablara

con Iacco y porqué evitar hablar de mi pasado.

Investigué la manera de poder hacerme las pruebas de ADN, en el

laboratorio de la amiga de Belina, pedía demasiada documentación además

firmada por los afectados, por lo que desistí, no quería peleas ni discusiones

en mi casa. Así que pensé que en Internet hallaría algo mejor y más fácil, y

así fue, tras visitar diferentes paginas al respecto en seguida encontré una

que captó rápidamente mi interés, se hacían llamar : “Vidas Perdidas”. En

un apartado indicaban sus razones de ser: Buscamos sus raíces y orígenes.

Centro especializado en búsqueda de padres biológicos para hijos

adoptivos, ilegítimos, abandonados o perdidos. La pagina estaba avalada

por una sociedad llamada BVP, desconocía el significado de dichas siglas,

pero me pareció esperanzador, por lo menos un buen punto de partida.

Después de rellenar un larguísimo cuestionario, tuve que explicar

también detalladamente las dudas razonables que tenía para desconfiar de

mi procedencia, haciendo mención sobre el estudio fisionómico que me

habían hecho en la web del Árbol de la Vida”, y cómo esto fue el detonante

para que empezara a dudar de mi identidad. También me indicaron lugares

para poder hacer la prueba de ADN, o si quería mas discreción podría

hacerlo a través de un servicio especial que ellos daban, previo pago, por

supuesto. Por un momento pensé en la oferta de Belina, pero prefería

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Page 62: El Valle de Las Vidas Perdidas

hacerlo con los de la BVP, pues el solo hecho de tener que ir a una clínica y

convencer a mis tíos para que aceptaran la prueba podía ser tarea difícil. En

esta asociación, podían hacerlo con solo enviarles muestras de cabellos de

familiares directos, a ser posible mis padres, tíos y por supuesto míos. Sin

decir nada a mis tíos, conseguí, gracias a que en casa cada uno utiliza de

manera sumamente celosa su propio cepillo o peine y jamás lo compartimos,

así obtuve algunos cabellos de mi tío, que era hermano de mi padre, así

compensaba hasta cierto grado la imposibilidad de conseguir algo de mi

fallecido padre; de mi tía, quien a su vez era prima de mi madre y

curiosamente aunque de hacía varios años, envíe un mechón de pelo de mi

madre que celosamente guardaba como recuerdo, entre tarjetas y fotos que

tenía en una caja de mi armario, era todo lo que quedaba de ella, aparte de

mis recuerdos, pero en aquel momento me vino muy bien.

También en aquella pagina daban algunos consejos sencillos para

poder hacer una investigación particular, a que organismos debía ir y

solicitar información sobre adopciones legales o aceptadas en la región

donde vivía, y una serie de pautas a seguir.

Mientras esperaba el resultado del ADN, hice tal como me aconsejaron

en la página de “Vidas perdidas”. Lo cual significó sacrificar todos los días

libres para usos personales que me quedaban, si quería más tiempo libre

tendría que decir adiós a las vacaciones y cualquier viaje que quisiera hacer

en este año, eso no me lo perdonarían mis amigos, ya que teníamos casi

preparado el viaje en Noviembre. Necesitaba obtener más días pues el ir a

los diferentes organismos, oficinas de censo, y otros, requería muchas citas

en diferentes lugares de la provincia de Grosseto, pero tampoco quería

sacrificar mi viaje a España, utilizando mis vacaciones para estos

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Page 63: El Valle de Las Vidas Perdidas

menesteres, no, mi viaje era sagrado y nada iba a trastocarlo, pensé. En mi

empresa, incluso si se trataba de alguna falta, sea por vistas al médico, por

enfermedad u otros asuntos personales, debía ser llegada por el interesado o

por algún familiar, un justificante firmado en el mismo día. En mi caso,

puesto que no podía contar con mi familia sin darles una explicación y esta

no cabía darla, me era imposible. Entonces vino la inestimable ayuda de mi

querida y aún solo amiga, Belina, el plan era que ella guardaba varios

documentos en blanco firmados por mí para ser rellenados y entregados

cuando fuere necesario, como notas que yo entregaba para justificar mi

ausencia.

Parece que su interés por mi iba siendo notable, yo tenía planeado una

vez se aclarara todos estos asuntos en los que ahora volcaba todos mis

esfuerzos y tiempo, poder hacer claras mis intenciones hacia ella, viendo

que parecía que ente los dos se estaba desarrollando un feeling, que iba más

allá de una simple amistad, a menudo soñaba con ella, era mi otra obsesión.

El caso es que los resultados de todas mis pesquisas no fueron muy

fructíferos, o por lo menos como yo esperaba. Todo lo relacionado conmigo

parecía estar en regla, tenia documentos de nacimiento, no constaba en

ningún sitio, ninguna petición o aceptación de adopción aplicada a la familia

DiPasccola entre los años 1978 a 1985, hasta en el hospital constaba los

datos de mi nacimiento, la entrada y salida de mi madre al centro y mi

nombre siempre ha sido al parecer el mismo. Constaba también por las

fechas cuando yo debía tener de dos a cinco años, cuando mi familia vivía

en Spergolaia, en una casa situada cerca de las márgenes del Río Ombrone,

hasta la llegada de la inundación. Todo parecía encajar con la realidad que

hasta ahora había aceptado y me habían contado.

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Page 64: El Valle de Las Vidas Perdidas

Así que legalmente y según los datos oficiales no había pruebas para

pensar en que fuese un hijo adoptado. Aquello me tranquilizó en gran

manera, quizás después de todo, el famoso estudio fisionómico, no servía

para detectar familiaridades. Pensé que había gastado el tiempo y el dinero

en nada, por aquello de la prueba de ADN, que sin haber llegado el resultado

había tenido que pagar por adelantado. De nuevo me sentí timado cuando

me di cuenta que la página del Árbol de la vida, tenía links con la de “vidas

Perdidas”. Por eso no me fue difícil encontrarla, ahora seguro que me dirían

algo para que invirtiera más dinero. Así que pensé que sea cual fuese el

resultado de las supuestas pruebas de ADN, iba a ignorarlas y olvidarme del

tema. Después de todo concluí que así era mejor, me olvidaría

definitivamente del asunto una vez que quedara confirmado que

biológicamente soy un DiPasccola, entonces solo me centraría en mi

relación con Belina y poner las cosas claras ante nosotros.

Por supuesto no olvidé la cita con el tío Iacco, pero esta vez ya no solo

para que me aclarara nada sino para que entrara en razones y dejara sus

rencores y su odio a la familia y nos dejara vivir la vida. Resultó extraño que

no contestara a mis numerosos mensajes y no me llamara para confirmar

que estaría en su casa para el último fin de semana de Octubre. Parece

mentira que ya habían pasado casi cinco meses desde que mi vida giraba en

torno al tema de mis raíces y aquel “"déjà vu"” francés. Aunque él no

contestara la llamada para confirmar decidí ir y con la información que ya

disponía por un lado poner claro ante el que no iba a conseguir nada

sembrando dudas en mi familia. Quizás en el fondo mi tía Betonna tuviese

razón y el solo tenía intención de crear división entre nosotros, siendo como

somos una familia muy unida. Tal vez no perdonase que nadie le haya dado

63

Page 65: El Valle de Las Vidas Perdidas

la razón en relación al fracaso de su matrimonio y haya perdido la custodia

de sus hijos, en cualquier caso arriesgué y decidí acudir a su casa.

El caso es que una vez llegado a Santa Liberata, esa pequeña localidad

del suroeste de la Toscana, situada cerca del puerto Santo Stefano, en un

cabo al que yo llamo un grano en la pantorrilla de Italia, hacía un calor

inusual para esas fechas otoñales, por ello que me dije que después de hablar

con Iacco, aprovecharía para hacer una visita al puerto. Una vez en el

pueblo, llegué a un pequeño edificio de apartamentos donde vivía Iacco, ya

había estado allí en otras ocasiones la última aquella en la que me enseño

todas sus novedades tecnológicas. Me resultó muy extraño que la puerta

estuviese llena de polvo, como si llevase meses sin haber nadie. Pregunté a

los vecinos y decían no haberle visto desde hace ya algunas semanas. Tal

vez le haya surgido un viaje, se que últimamente según me había contado lo

hacía a menudo para asistir a ferias del sector en el que trabajaba, de hecho

nos citamos tres semanas después por asuntos de viajes que debía realizar.

El caso es que tampoco me había avisado de su ausencia. ¡Que viaje

tan infructífero! -pensé-. Pero eso no significó que dejara pasar la

oportunidad de visitar el hermoso Porto Santo Stefano y disfrutara de sus

vistas y sobre todo de su puesta del sol, hacía años estuve con mis tíos

comiendo en un reconfortante restaurante en el malecón. Ahora me

encontraba allí rememorando aquellos buenos tiempos con mis queridos

tíos, pensando en cómo una pequeña experiencia podía cambiar mi vida de

esta manera, tantos años después.

De regreso, pasé de nuevo por casa de Iacco, con el mismo resultado,

concluyendo que este probablemente estuviese de viaje y olvidara nuestra

cita, pensé que quizás eso demostraba que tampoco era tan importante lo

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Page 66: El Valle de Las Vidas Perdidas

que en aquella ocasión trató de decirme sin acabar de contarlo todo. O

quizás es que no me lo quería decir, en cualquier caso, ya no era tan

necesario lo que lo hiciera, por lo menos con la información de la que hasta

ese momento yo disponía.

BELINA

Quise demostrar mi agradecimiento a Belina por la gran ayuda que en

todo este asunto me había brindado desinteresadamente. Al salir, compré

una cadena en una joyería cerca de mi casa, y aunque la vendedora me

sugirió un anillo a juego, pensé que sería demasiado directo si le obsequiaba

un anillo, y si todo fallaba ¿Ahora qué? No -pensé-, el anillo lo dejaría

cuando tuviese las cosas totalmente claras y el camino despejado. La

observaba últimamente hablando mucho con el contable, que venía todos los

miércoles, para ajustar las cuentas. Incluso salía con él a tomar café, lo cual

me inquietaba, había demasiado colegueo entre ellos.

Pero fue eso precisamente lo que me dio la idea, invitarla a cenar, eso

sería una buena manera de mostrar mi agradecimiento, darle el regalo y

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Page 67: El Valle de Las Vidas Perdidas

demostrarle claramente mis sentimientos hacia ella. Así que estuve varios

días, haciendo intentos para que coincidiéramos solos en la cafetería de la

empresa, pero siempre había alguien por medio, a veces Roberto, otras

Tania, otras lo dos, cuando no, el pegajoso contable, que si no fuera por lo

amanerado de sus gestos y afeminado de su habla, pensaría que estaba

intentando algo con ella. Por fin un día, cuando tuve de nuevo la

oportunidad de acompañarla a casa después de varias semanas en las que no

pude, ya que tuve la obligación de quedarme a trabajar hasta más tarde por

causa de varios prototipos y la preparación de una feria de muestras del

sector, pude aprovechar la oportunidad, en el último momento cuando nos

habíamos despedido, me volví bruscamente y de forma errática y

tropezosamente, le mencioné lo de la invitación a cenar.

-Haber si quedamos a, a comer, o bueno, a cenar un día de estos...

Me costó sudores hacer esto, varios ensayos en casa y en los lavabos

de la oficina, era algo que jamás había hecho con ninguna mujer en mi vida.

Por un momento pensé que quizás me había precipitado en esa invitación,

pero quería aprovechar el buen momento de nuestra relación, de paso, tal

vez pudiera adelantar el momento de declarar mis sentimientos hacia ella,

yo ya no era ningún niño, ni adolescente para andarme con rodeos, si ella no

aceptaba mi propuesta, nada iba a impedir que continuara con su agradable

amistad, ¿O sí?

Su respuesta me dejó alucinado.

-Bueno pues dime cuando, ah, y yo preferiría a cenar -me dijo,

mientras se alejaba, y yo me quedé sin palabras, mientras, ella se adentraba

al pasillo que da a su oficina, se detuvo, se encogió de hombros e hizo señas

con sus brazos, diciendo: -Pon tu la fecha y luego me dices, vale?

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Page 68: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Si, si, vale, mañana te lo diré...

La verdad es que no me esperaba que me lo pusiese tan fácil, por ello,

no tuve una reacción rápida como cabía de esperar. Esa noche no hice más

que pensar en lo que sería esa cena, lo que vendría después, como darle el

regalo, la proposición, en fin apenas pude conciliar el sueño.

Por torpeza mía, no pude evitar que lo que iba ser una romántica

velada, Belina y yo a solas, se convirtiera en una reunión de amigos. Por

torpeza, al día siguiente abordé a Belina y le mencioné el Miércoles por la

noche, sin caer en la cuenta que aquella noche coincidía, con una reunión

que teníamos Roberto y yo con Renato y Giovanni, para preparar nuestro

viaje a España, así que no tuve más remedio que explicarles a estos la razón

por la que no iba a ir, Renato y Giovanni, lo entendieron, incluso me

desearon suerte. Pero no así Roberto, quien pese a sus buenas capacidades

tecnológicas, tenía menos perspicacia que un caracol en una acera, se quiso

unir a nosotros, yo traté de insinuarle que en esta ocasión no era apropiado,

pero no captando la indirecta, muy entusiasmado me dijo que él conocía el

lugar y se iba a encargar de reservar la mejor mesa para los cuatro. Si, los

cuatro, pues no tardó ni cinco minutos en llamar a su nueva chica, que era

nada más y nada menos que Tania, la compañera de oficina de Belina. Esta

al parecer tampoco tenía el tacto y el cerebro suficiente para darse cuenta

que no queríamos compañía, y al día siguiente sacó el tema y le informó a

Belina que estarían en la cena, claro, por lo menos Belina me consultó.

-¿Que me dices? ¿Pueden venir Tania y Roberto a la cena, o es algo

entre tú y yo? -preguntó con un tono sugerente y con su rostro reflejando el

deseo de que mi respuesta fuese lo que ella y yo queríamos.

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Page 69: El Valle de Las Vidas Perdidas

La respuesta sería fácil para cualquier mortal que tuviera las ideas

claras, tenía la situación ofrecida en bandeja, por lo que un sencillo no,

hubiese dejado todo despejado y listo para mis planes. Pero en ese momento

vi acercarse a un alegre Roberto, y no sabía como decirle que no. En

cualquier caso, ya lo había invitado contra mi voluntad y sin que Belina

supiera nada.

-Bueno, no sé, si quieren venir, así por lo menos nos hacen compañía,

¿No te parece? -mientras mi boca soltaba esa desatinada idea, dentro de mí,

me auto insultaba con toda clase de improperios, mientras Belina arrugaba

la frente y apretaba sus labios, asentaba mis palabras, con poco

convencimiento-

Después con expresión de extrañeza y encogiéndose de hombros,

como no entendiendo nada, hizo intento para irse, no sin antes insistirme,

-Luigi, que a mí me da igual, le digo ahora mismo a Tania que no y no

pasa nada, eh.

Mas no pude aprovechar esa segunda oportunidad, de esas que pocas

veces se nos presentan en la vida, era la ocasión para rectificar, quizás con

un, “tienes razón mejor solos tu y yo”, pero en ese momento llegó Roberto,

e interrumpiendo de la manera menos oportuna, alejó de forma definitiva la

posibilidad de una cena romántica a solas con Benina.

-Todo arreglado chico -dirigiendo la voz hacia mí, mientras Belina

quien todavía estaba cerca observaba con atención-, he reservado la mejor

mesa del Marterolo, justo la que da al ventanal, tiene unas vistas únicas. ¿A

qué hora nos vemos entonces?

- ¿Tu lo sabías? -dijo Belina, con expresión entre sorprendida y

decepcionada

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Page 70: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Tierra trágame, pensé en ese momento,

-Claro, si vamos Tania y yo, ya lo veréis que bien lo vamos a pasar,

después os llevaremos a un sitio de baile guapo.

-Bueno, vale, una comida de amigos, bueno chicos, me voy que tengo

mucho trabajo, nos veremos después. -se despidió Belina, sin esperar mi

explicación, claro que tampoco podía explicar mucho, el desatino ya estaba

hecho.

Llegó el día y los cuatro nos vimos en la puerta del restaurante, yo

corrí, con la idea de llegar antes y si Belina, que también era puntual

llegaba, darle alguna explicación sobre el asunto, pero llegó junto con

Roberto y Tania, riéndose de las gracias de este, quien iba a ser el bufón de

la noche.

Era difícil para mi entender cómo era posible que Roberto tuviese a

Tania, siendo esta una chica tan fina y de gustos más bien pijos. No sé

cuanto iban a durar estos dos, sobre todo por las rarezas y excentricidades de

mi amigo, es posible que se asustara al entrar en su casa al descubrir la

gigantesca armadura que presidía su habitación, junto con sus paredes llenas

de escudos y su afición por coleccionar esqueletos o cabezas humanas,

conseguidas de forma fraudulenta, que dice pertenecer a antiguos caballeros.

Por lo que sé, la última chica con la que salió, le abandonó asustada por sus

rarezas. En mi caso, con mi pretendida Belina, creo que no tendré los

mismos problemas, ella acepta mis hobbies, es más, le parecen interesantes.

El caso es que al venir estos, la cita se convirtió en una reunión de amigos,

lógicamente no tuvo la intimidad necesaria para poder hablar con ella y

decirle lo que pretendía decirle, eso sí, por lo menos no noté en ella ninguna

incomodidad, ni molestia por compartir cena con la otra pareja. Gracias a

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Page 71: El Valle de Las Vidas Perdidas

que Tania, se sintió indispuesta al finalizar y Roberto tuvo que acompañara

al ambulatorio más próximo, Belina y yo nos quedamos solos, y no sé, pero

me dio la impresión, cuando al final la acompañe a su casa que ella esperaba

algo de mí.

Pensé en ser franco con ella y declarar a ella mis intenciones, mientras

la acompañaba a su casa, era por otro lado lo más lógico, pensé. Pero mis

temores pudieron con mi deseo de declararle mi amor, me limité a hablar de

cómo iba toda la investigación de mis asuntos, asuntos de familia y del

trabajo y otras cosas sin importancia. Pero cuando todo parecía que se iba a

quedar en eso, se me presentó una oportunidad única y magnifica para

lanzarme,

-Bueno y, ¿Que piensas hacer con tu vida cuando todo esto se aclare?

-preguntó ella, con una sonrisa persuasiva, y sus ojos clavados en los míos-

Siendo como ella es, clásica para estas cosas esperaba de mi que tomara la

iniciativa, y tratando de ayudarme, me dijo aquello, tal vez esperando que

yo dijera algo que hiciera que nuestros corazones se fundieran y como en las

películas, termináramos con un beso apasionado. Desde luego, no podía

negar que fácil me lo estaba poniendo.

Pero eso solo ocurre en las películas, la realidad, por lo menos la mía,

es que mi pudor, mi inexperiencia con las chicas, reconozco que jamás he

salido formalmente con ninguna, y mi timidez, se juntaron para estropear el

momento con un simple:

-No lo sé.

-¿Solo eso? -preguntó sorprendida de mi simple y pueril respuesta-

¡Puede ocurrir algo que puede cambiar tu vida por completo y no sabes que

vas a hacer!

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Page 72: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Es que no me lo he planteado, -fue mi respuesta que lejos de mejorar

mis perspectivas, vino a estropear aún más la visión que tenía ella de mí-

-Ah, que no te lo has planteado, ya. -dijo mientras agachaba la mirada

y asentía, como en tono de decepción-

Entonces se hizo un silencio que hasta los pájaros parece que dejaron de

cantar y los coches dejaron de pitar en las calles. El mundo se detuvo, sentía

que toda la gente a mí alrededor me miraba, esperando mi reacción.

-Si, la verdad es que tengo que pensar en que voy a hacer. -llegué a

decir, para quizás estropear aún más la hermosa velada-.

-¡Pero pedazo de idiota! Llevas años esperando este momento,

planeando tu vida con ella, pensando en cómo hacerla feliz, ¡Estás

desperdiciando la oportunidad de tu vida! - gritaba la voz de mi conciencia-

Ella entonces con un rostro serio, tal vez indicando una mayor decepción se

despidió, con una sonrisa forzada y algo nerviosa.

-Bueno, es tarde, debo irme, me voy, hasta mañana Luí.

Me quedé petrificado, no supe reaccionar. ¡Como era posible que dejara

pasar la oportunidad de mi vida! Había ensayado días atrás la manera de

abordar la situación, como decírselo, pero tal como se presentó la situación

fue totalmente sorprendente para mi, y no supe reaccionar. Ni siquiera le

llegué a dar el regalo, que guardaba en el bolsillo, y que tanto trabajo me

había costado envolver. Aquel día tuve el presentimiento de que difícilmente

podría aprovechar una ocasión mejor, estaba seguro que no olvidaría aquella

noche en toda mi vida.

A la mañana siguiente quise arreglar el estropicio de la velada anterior,

planeaba hablar con ella y explicarle mis verdaderos planes de futuro en los

que deseaba incluirla a ella, pero no pudo ser, ese día se ausentó al trabajo.

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Page 73: El Valle de Las Vidas Perdidas

Al parecer la cena del día anterior no le debió sentar bien, tal como le pasó a

Tania y enfermó.

Decidí llamarla por teléfono, y quizás esto, pensé, abrirá una nueva

oportunidad para decirle lo que siento por ella, pero contestó su madre, al

parecer ella estaba en cama indispuesta. No pudo ser, pero tal vez el que ella

vea interés por mi parte no apague lo que pueda haber en su corazón.

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Page 74: El Valle de Las Vidas Perdidas

LA TRAICIÓN

Lo que a continuación sucedió, significo otro giro en los

acontecimientos que de nuevo me tomó por sorpresa. Al llegar a casa

encontré una carta de la BVP, la agencia que se encargaba de la pruebas de

ADN. Por un momento pensé que por fin dejaría zanjado el asunto que tan

intranquilo me había hecho estar en estos últimos meses. Pero el resultado

de las pruebas fue todo menos esclarecedor.

“Sr. Luigi DiPasccola, por lo datos obtenidos en el estudio del ADN

comparando las diferentes muestras que envío de sus familiares, con las

suyas, todo nos indica que usted genéticamente no tiene nada en común con

la familia a la que dice pertenecer. Es posible que en su día haya sido

adoptado. Esto debería estar documentado en los diferentes archivos

legales o datos consignados en los estamentos gubernamentales de su

ciudad o provincia. Si no es el caso y si desea más información, puede

ponerse en contacto con nosotros y le ayudaremos a buscar sus orígenes.

Envíe respuesta urgente si desea seguir con la investigación.”

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Page 75: El Valle de Las Vidas Perdidas

Esta noticia me dejo sin aliento y sin respuesta lógica alguna. ¿Cómo

podía ser posible tener todos los papeles y certificados legales atestiguando

mi nacimiento, origen y confirmando mi pertenecía clara a la familia?

Familia, que por otro lado conocía siempre. Jamás, salvo la extraña

experiencia en el Languedoc francés, he tenido otros recuerdos que no sean

en mi tierra, en Alberese, en la provincia de Grosseto, en mi querida

Toscana. No tengo recuerdos de otras personas que no sean las que siempre

me han rodeado de atención y amor familiar. Algo debía fallar o esto es una

siniestra broma.

Como no podía esperar mucho tiempo escribiendo y esperando

respuesta, el resultado de la prueba de ADN tardó casi dos meses. Y llevo ya

casi siete desde que estoy envuelto en este asunto, decidí presentarme en la

oficina directamente. El plan sería esperar al próximo fin de semana,

estábamos en Martes, lo que significaba menos de una semana de espera,

además podría viajar el domingo, dormir allí y amanecer el Lunes para

buscar la oficina desde temprano. De paso volví infructuosamente a intentar

contactar con Iacco, para explicarle mi descubrimiento, por si el me podría

ayudar a ver mas luz en este asunto. Su teléfono ya ni siquiera daba cabida

para más mensajes. Parece como si la tierra se lo hubiese tragado.

Al siguiente día, ya repuesta Belina de su malestar, pude explicarle la

novedad sobre el asunto. Pese a que la notaba mas seria y con pocas

palabras, se mostró dispuesta a colaborar con las notas informativas, que

acostumbrábamos ha hacer, esta vez se supone que iba a actualizar mi

documento de conducir. Roberto, estaba dispuesto incluso a llevarme en su

coche a Roma, para que pudiera ir mas relajado, además presume que el se

mueve en Roma como pez en el agua. En principio me pareció buena idea,

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Page 76: El Valle de Las Vidas Perdidas

pero eso podría levantar sospechas en la empresa si faltasen dos trabajadores

del mismo turno y de la misma sección, así que le desanimé de

acompañarme, no quería que el tuviese problemas en el trabajo por mi

culpa.

Bien, los días pasaron lentos y por mi parte, con sentimientos

encontrados. No veía oportuno hablar con Belina sobre lo nuestro, pero

tampoco quería dejar la situación así, desde la última conversación aquella

noche después de la cena, la notaba más seria y su rostro denotaba un halo

de tristeza, quizás decepción, incluso cierto resentimiento. Me convencí a

mi mismo que debía esperar a un momento mas oportuno, quizás una vez

que toda la investigación se pusiera en marcha, así cuando volviera de Roma

iba a ser mi momento. Aunque por otro lado pensaba que seguir

posponiendo ese momento iba en mi contra.

Algo extraño que estaba notando últimamente o por lo menos a mí me

parecía, era que me sentía vigilado, en por lo menos dos ocasiones veía a

alguien que seguía mis pasos y cuando yo me detenía, este lo hacía. No se,

quizás sean imaginaciones mías, pero para evitar situaciones que hicieran

peligrar mi integridad física, empecé a cambiar de rutas para ir al trabajo.

Por fin llegó el Domingo, ese día decidí organizar toda la

documentación que tenía disponible para llevarla a la oficina de la BVP día

siguiente, estaba casi todo, pero me percaté que faltaba la carta que había

recibido días atrás informando del resultado de las pruebas del ADN.

Busqué por todas partes, en todas mis chaquetas y bolsillos, cajones y hasta

debajo de la cama, sin resultados, está claro que alguien la había sustraído.

Mis tíos en apariencia actuaban conmigo con toda la normalidad, no parecía

que ellos hubiesen descubierto aquel documento, de lo contrario estoy

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Page 77: El Valle de Las Vidas Perdidas

seguro eso hubiera suscitado una gran disputa sobre todo por mi tío, por el

hecho de usar material genético sin su consentimiento. Decidí preguntar a

mi tía por si alguien había entrado en mi habitación en los últimos días, o si

ella lo había limpiado. Su respuesta negativa, no me sorprendió, era lo que

lamentablemente esperaba, todas mis sospechas recaían sobre ella.

Pero eso no iba ser impedimento para que yo fuera a Roma y poder

aclarar todo este asunto, estaba dispuesto a llegar hasta el final, con

independencia de los tropiezos que me pusiesen. Al no tener acceso a la

carta, decidí actuar lo más astutamente posible, no pude tomar nota del

teléfono indicado allí y tampoco lo había memorizado, no se me da muy

bien recordar números de teléfono. Pero si recordé la dirección, Vía

Bufalotta. Solo era cuestión de buscar, esperando tener la suerte de

encontrarme con una calle corta.

Una vez en Roma, no fue difícil dar con la Vía Bufalotta, pero me

llevó casi dos horas encontrar entre los muchos edificios de la larga calle el

lugar donde se encontraba la oficina de la BVP, que no debía ser muy

llamativa. Cuando por fin di con el lugar, una pequeña oficina en un

céntrico edificio cerca de una clínica medica. Me recibió un funcionario

muy amable, llamado Martino Caperalli. Al parecer Caperalli era el director

de la agencia y uno de sus fundadores. El otro al parecer era un tal

Mescanelli, que no se encontraba allí.

El propósito de la asociación BVP, siglas que todavía desconocía,

según me explicó Caperalli, era en un principio ayudar a padres a buscar a

hijos desaparecidos. El mismo Caperalli según me contó, había perdido a su

hija pequeña 15 años atrás. -Si vive cumplirá los 17 el próximo mes. -me

llegó a decir, esperanzado aún de poder encontrarla-.

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Page 78: El Valle de Las Vidas Perdidas

También en otro despacho contiguo, estaba Antonella, quien desde hacía

diez buscaba a su hijo, perdido en un parque cuando vivían en un pueblo

pequeño en Milán. Mescanelli, encontró a su hijo muerto después de una

intensa búsqueda de tres años, al parecer había muerto tratando de escapar

de sus captores, el niño contaba con tan solo cinco años. Por ello ahora

dedicaban su vida a ayudar a otros en la búsqueda de esos seres queridos

que un día misteriosamente los hicieron desaparecer seres desaprensivos.

Dada la dificultad para poder iniciar las búsquedas con los escasos

datos aportados por los padres, decidieron actuar a la inversa, utilizaban la

pagina web “El Árbol de su vida” y la propia de “Vidas perdidas”, para que

personas que tuviesen dudas sobre sus orígenes, se acercaran y a partir de

allí, con ayuda de la inmensa base de datos que disponían podían averiguar

fácilmente si se corresponde con alguien buscado por sus progenitores.

Yo no me sentía muy identificado con las situaciones descritas por

estos, ni por sus traumáticas experiencias, además en este caso no se trataba

de un padre buscando a su hijo perdido si no en todo caso de lo contrario.

Pero simplemente pensaba que en mi caso se trataba de alguna adopción de

la que no había sido informado, tal vez porque mis orígenes no fueran algo

de lo que me pudiera orgullecer.

Sin embargo al parecer no se había avanzado mucho en mi caso, de

hecho el asunto se había archivado. Alguien se me había adelantado y había

detenido el asunto. Pero ¿Cómo podía alguien detener la investigación de

algo que para mí se había convertido en asunto crucial? Era la pregunta que

yo me hacía.

Caperalli me explicó que mi solicitud estaba paralizada

temporalmente, por propio deseo de mi parte. ¡No podía entender nada de lo

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Page 79: El Valle de Las Vidas Perdidas

que estaba pasando! Al parecer, alguien había llamado en mi nombre para

anular todo el proceso, explicando que no estaba interesado. Dado que fue

telefónicamente, según me informó Martino, ellos habían pedido a la

persona con la que hablaron, (que supuestamente era yo), que enviara un

escrito firmado indicando que no deseaba que se siguiera la investigación.

Insistí en ver ese documento, pues me negaba a creer lo que estaba

sucediendo, no podía ser, yo jamás había ningún papel o escrito al respecto.

No hacía mas que pensar quien podría haberse hecho pasar por mí, debía ser

la misma persona que extrajo el informe del ADN.

Gracias a mi persistencia, y por las muchas explicaciones y razones

que le di, el funcionario accedió y me sacó el papel, un documento

perfectamente redactado, en el que entre otras cosas, expresaba que no

deseaba que se siguiera con la investigación, dado que ya había resuelto el

asunto y había sido informado de todo ello, por medio de la oficina de

registros de mi localidad. Además de pedir que bajo ningún concepto

hicieran accesible esta información a terceros. El escrito terminaba con un

atentamente, mi nombre.... ¡Y con mi firma autentica! Si, era la verdadera,

pues si hay algo difícil de imitar es mi elaborado garabato. ¿Como era eso

posible? No creo tener doble personalidad, estaba seguro que yo no había

llamado y aún menos escrito para detener la investigación cuando era todo

lo que deseaba hacer. ¡Había pospuesto una relación con la mujer que amaba

solo por esto!

Al pensar en Belina recordé lo de los documentos en blanco firmados

por mí que ella guardaba. Pero no podía ser ella la autora de esta astuta treta

para detener mi búsqueda. Me costó convencer al funcionario de la BVP, de

que se trataba de documentación falsificada. Todo, después de explicarle lo

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del robo de las pruebas de ADN, de la misteriosa desaparición de Iacco, la

sensación de sentirme vigilado y lo de los documentos en blanco.

Ahora debía redactar otro documento firmado de mi puño y letra para

reactivar la investigación.

Caperalli me dio instrucciones y después de hacer unas cuantas

llamadas, me indicó que ellos se pondrían en contacto conmigo y me

advirtió de no informar nada a nadie, ni familiares cercanos, ni amigos,

novia, ni compañeros de trabajo. Lo de novia estaba claro que sería difícil, si

ni siquiera era capaz de tenerla.

Con todas estas condiciones me sería imposible poder llevar una vida

normal, era una carga difícil de llevar para mí, pero me propuse mantener

silencio. No obstante, al regresar a mi ciudad con mis amigos y sobre todo

con Belina, a la que ahora me tocaba pedirle explicaciones para esclarecer

algunas cosas, me di cuenta de lo difícil que iba a ser todo esto para mi,

alguien poco acostumbrado a desconfiar de la gente, que ahora tendría que

convertirme en alguien totalmente suspicaz y receloso de los más cercanos a

mí.

Al llegar a casa, tuve el primer asalto, el interrogatorio de mis tíos. Yo

les expliqué que había ido con unos amigos a ver un museo nuevo, aquello

fue una pobre excusa, pues al parecer Giovanni y Renato habían llamado

insistentemente preguntando por mi, para reanudar la cita anulada por la

cena con Belina, y no sabían nada de mi últimamente, ni por supuesto de mi

viaje a Roma. Por ello, mis tíos sospechaban que en realidad había ido a

visitar a Iacco, y preferí que aceptaran eso como la realidad, antes de

mencionarles el verdadero motivo y lugar de mi viaje.

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Page 81: El Valle de Las Vidas Perdidas

Después en el trabajo también se complicaban las cosas, Roberto me

dijo que alguien de la dirección de la empresa, no hacía más que preguntar

sobre mí, sobre mis ausencias, viajes y movimientos. Y más preocupante

aún, también según Roberto, era posible que alguien de aquí estuviese

informando de todo, pues le preguntaron por cosas que solo él y Belina,

supuestamente sabían. El, al ser quien me informaba de estos pormenores,

se excluía lógicamente, toda sospecha de filtración venia de otra parte. De

hecho me dijo algo que aumentaría las sospechas sobre quien debía ser el

traidor o traidora en este caso, al parecer esos interrogatorios los hacía

siempre que salía de la secretaría. ¡Donde trabajaba Belina!

-Te están vigilando Luí, precisamente el Lunes, sabían que habías ido

a Roma.

-me dijo en tono preocupado Roberto-.

-¿Quien te informó sobre eso? --le pregunté-, no entendiendo porqué,

ni quienes podían estar tan interesados en mi vida privada, no siendo yo

ningún famoso, ni asiduo a la prensa rosa.

-Eran algunos de los directivos, el señor Paccini, Otto Mambrissi y

otro hombre al que no conozco. Pero lo peor es que no viene de ellos esa

información, Lui.

-Pero lo del viaje lo sabían también algunos familiares míos, sospecho

que alguien de mi familia está detrás de todo esto.

-Ya saben lo de tus pruebas de ADN y de muchas cosas que muy pocos

conocemos, ni siquiera tu familia.

-No estarás insinuando que ....

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Page 82: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Luigi, abre los ojos, solo ella, (aludiendo a Belina), en esa oficina

sabe lo de tu viaje a Roma, lo de tus pruebas y el resultado de esta. ¿Quien

si no va a ser?

-Tú que les respondiste.

-¡Que les voy a decir! Que conmigo solo hablas de libros, de historia

y de coleccionismo.

-Gracias amigo, no sabes lo difícil que es para mí todo esto y encima

el que me estén poniendo trabas desde la familia.

-No te preocupes Lui, yo estoy contigo para cualquier cosa, cuenta

conmigo. Pero es mejor que no nos vean hablando mucho, para que no me

sigan intentando sacar información.

Todo esto por un lado, me hacía confiar en que se pueden tener amigos

aún en estas circunstancias y me sentí más cómodo al poder explicarle la

situación actual y el hecho de confirmar que efectivamente alguien de aquí

me estaba traicionando, por el asunto de la carta enviada al BVP con mi

supuesta solicitud de renuncia a la investigación.

Pero estaba dispuesto a llegar hasta el fondo, de repente perdí el

miedo, debía aclarar quién y con qué interés me vigilaban, quien se había

encargado de detener la investigación del BVP. Belina parece que intentaba

esquivarme y o salía antes o después que yo, el caso es que durante varios

días no pude acompañarla a casa como de costumbre.

En una de esas ocasiones, cuando salí de mi jornada, iba mirando de

reojo de un lado a otro, simulando que leía, fue entonces cuando pude ver al

que me vigilaba, aproveché doblar una esquina para esperarle y cogerle

cuando este doblase, pero me di cuenta que era muy listo, había cruzado la

calle para observarme desde el otro lado. Decidí entonces ir hacia él, así que

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Page 83: El Valle de Las Vidas Perdidas

aligeré mis pasos esta vez en su dirección, le hice ver que había notado su

presencia y que iba a pedirle explicaciones. Dándose cuenta de ello, huyó

calle abajo y en cuestión de segundos le había perdido el rastro. Pero si pude

notar algunos aspectos físicos, era un hombre no muy alto, pelo negro y con

algo de entradas, las gafas oscuras me impidieron verle los ojos, pero si su

corta pero ancha nariz, en eso era yo experto. Aunque no pude alcanzarle, se

que le había dado una lección, ya sabía quién me seguía y solo era cuestión

de tiempo para que le cogiera.

Por otro lado no hacía más que pensar en el escrito con mi firma, al

principio pensaba que probablemente al igual que robaron de mi propia casa

y de mi habitación el informe del ADN, no iba a ser mas difícil si se trataba

de alguien de la dirección acceder a los documentos que guardara Belina.

Pero para ello, debía conocer su existencia. Esos papeles firmados por mi

solo los conocía ella, y recuerdo que me dijo que los escondía bien, pues si

la descubrían la echarían en el acto, sin embargo no la habían echado del

trabajo, salvo que la tuvieran amenazada y quizás por eso colaboraba con

ellos, me era difícil pensar que podría traicionarme por su propia iniciativa,

ni por dinero. Pero la conversación con Roberto y lo que sucedió pocos días

después me hicieron cambiar de opinión. Fue algo que me haría sospechar

por primera vez y muy a mí pesar de la persona que mas apreciaba y quería.

Un par de días después de volver de Roma, al llegar al trabajo, Belina me

abordó con sigilo, como quien no quiere que nadie se diera cuenta y me

pidió que firmara otro de los papeles en blanco. Le indiqué que ya había

firmado varios a lo que ella me respondió que necesitaba uno más.

-Pero yo ya no tendré que necesitar más de eso, le dije.

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Page 84: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Si, pero el jefe está furioso, sabe que te ausentaste el Lunes y le

aseguré que me habías entregado el justificante firmado y ahora debo hacer

el documento, para entregarlo urgentemente.

-¿No me dijiste antes de irme que tenías varios de esos papeles con mi

firma y a buen recaudo?

-Si, lo recuerdo y estaba segura de ello, pero es extraño, no los

encuentro, quizás el otro día que hice limpieza en la oficina, no sé, es

posible que los haya tirado accidentalmente. En cualquier caso, necesito que

me firmes otro si no quieres que los dos tengamos problemas.

-Rellena tu eso y luego lo firmo. Alcancé a decirle, justamente cuando

interrumpió el jefe con su llegada.

En el momento de entrar el jefe, el rostro de Belina se tornó pálido, su

semblante asustadizo y sus movimientos erráticos. A él sin embargo se le

notaba cordial, me saludó como si nada y me pregunto sobre la producción

del nuevo dispositivo de control de acceso que pretendían introducir en

América.

Respondí, disimulando mi sorpresa por tanta amabilidad y afabilidad

de su parte, que muy bien, que ya casi estaba preparada toda la remesa para

su exportación. Luego hizo unas preguntas a Belina sobre asuntos de

empresa y se marcho, no sin saludarme de nuevo y desearme buena jornada.

No parecía desde luego una persona de malhumor, todo lo contrario, otras

veces lo he notado más seco. Fue entonces cuando pensé que lo mejor sería

irme inmediatamente sin mediar más palabras con ella. Mis sentimientos

confusos y contradictorios no me dejaban ordenar los pensamientos y antes

de decir cosas de las que arrepentirme, prefería callar.

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Page 85: El Valle de Las Vidas Perdidas

-Te espero después en la salida. Tengo que contarte algo. Eso dijo ella

mientras yo me alejaba sin siquiera despedirme.

Su tono me sonó en ese momento sospechoso, no le notaba la

serenidad típica de su voz y por otro lado su extraña actitud ante el jefe, me

pareció pobre la argumentación sobre la perdida de los papeles firmados.

Todo eso me hizo reaccionar negativamente contra ella, todos los buenos

pensamientos que tenía a su favor de pronto se esfumaron. Como si se me

abrieran los ojos y entonces viera a otra mujer, no a la amiga confiable, a la

mujer con la que quisiera compartir mis ideas, pensamientos, frustraciones y

alegrías. Ahora empezaba a verla, como quien no sé porqué oscuros

intereses, era capaz de fríamente colaborar con los que ponían tropiezos en

la búsqueda de mi verdadera identidad. Todo el futuro que había planeado y

del cual quería pronto hacerla participe, todas mis metas y mis expectativas

basadas en compartir con ella mi vida, ahora todo eso se empezaba a

desmoronar, sin tan siquiera haber empezado.

Por otro lado, tampoco entendía quien de mi empresa tenía interés en

meterse en mi vida y dificultar el camino que llevo, hasta el grado de utilizar

a la persona de más confianza y aprecio que tenía para colocar obstáculos en

la búsqueda de mi verdad.

Pensé entonces en el tío Julietto, el era accionista y copropietario de

mi empresa, era el único que podía estar interesado en este asunto. Aunque

apenas hacía acto de presencia por aquí, a veces en las reuniones de los

socios enviaba a su esposa. Tampoco entendía el porqué no me preguntaban

o interrogaban a mi directamente. Constantemente empecé a recordar las

palabras de tía Bettona, “no te opongas al que te da de comer”. ¿En qué

sentido me estaba oponiendo a él? Quizás el sepa más de lo que yo podría

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Page 86: El Valle de Las Vidas Perdidas

imaginar de mi pasado. En este caso, yo ahora estaba dispuesto a todo, no

me importaba si tenía que perder mi empleo, o abandonarlo todo, de todas

formas, a Belina ya la daba casi por perdida. Nada me importaba en esos

momentos.

Ese día, una vez terminada la jornada, salí todo lo rápido que mis pies

me permitían andar, pero algo me hizo detener, a lo lejos puede observar que

ella me esperaba, notaba que veía constantemente hacia dentro y constaba su

reloj de forma insistente. Sin que ella se diera cuenta, pude observarla desde

lejos como a modo de nostálgica vista de algo deseado y no conseguido.

Ella seguía despertando dentro de mí, sensaciones extrañas y no podía dejar

de contemplar su especial belleza, su hermosa cabellera, las curvaturas de su

cuerpo que su ajustada vestimenta dejaban notar y su estilizado perfil. Si,

todavía había en ella algo que me cautivaba y atraía, sabía que iba a ser

difícil olvidarla.

Realmente en mi interior se gestaba una lucha, mis sentimientos hacia

ella por un lado, pues no quería perderla de mi vida definitivamente, y por

otro lado la razón, esta me repetía que en estos momentos esa relación no

era lo más conveniente. Pero en mis pensamientos no hacía más que

revolotear la pregunta, ¿Por qué? Si, ¿Porqué esa dulce boca habría de

vender mis secretos a mis enemigos? ¿Por qué tenía que ser la persona que

llenaba mi corazón con solo mirarla a la que ahora tendría que evitar para

que no me traicionara?

No encontraba razones ni argumentos para que esto fuese posible. Por

un lado, pensé que debía volver y escuchar su versión de los hechos, tal vez

había algo que yo desconocía en todo este asunto. Ella misma había

mencionado que había algo importante que tenía que decirme. Estaba

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Page 87: El Valle de Las Vidas Perdidas

dispuesto a darme la vuelta y volverme, si, en ese momento se que tanto

Belina como yo necesitábamos hablar y aclarar estas dudas. Pero no había

dado apenas dos o tres pasos en dirección a ella, cuando me topé con

Roberto y este empezó a preguntar sobre la conversación con Belina y todo

lo sucedido.

Si tenía una pequeña posibilidad de hablar con ella y aclarar los

asuntos, Roberto la apagó.

-Hay gente en la empresa que son verdaderos confidentes de los

directivos, no hay un paso que demos que no lo sepan ellos, así que anda

con cuidado -me dijo- ella no es de fiar, tengo pruebas que demuestran que

es una de las que pasa información confidencial de los demás, incluyéndote

a ti.

En otras circunstancias hubiera defendido a uñas y dientes la

trasparencia y lealtad de Belina, pero yo mismo guardaba serias dudas, no sé

si bien fundadas o no pero dudas que me angustiaban. Así que haciendo caso

a mi amigo me alejé de ella aún a mi pesar y con la conciencia intranquila y

el corazón dividido.

Después de la conversación con Roberto, empecé a pensar que sería

mejor ir directamente a los que de alguna manera estaban interesados en mis

pasos y saber de primera mano porqué podía interesarle a alguien mis

inquietudes. Probé con el tío Julietto, pero fue inútil, aparte de lo inaccesible

y difícil que era, casi tan difícil como solicitar audiencia con un monarca o

con el mismo papa. El caso es que después de varias visitas a su casa,

siempre era recibida por la amable mamma Gina, quien me atendía, me

invitaba a té y escuchaba todas mis inquietudes como nadie lo hacía.

Cuando le hice mención de mi experiencia en Francia, ella me contó una

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Page 88: El Valle de Las Vidas Perdidas

historia bastante creíble de un conocido suyo que después de haber visto una

película en la que salían imágenes de cierto lugar, soñaba con ese sitio

pensaba que él había vivido allí antes, pero después por casualidad encontró

en casa de su abuelo, un libro que al parecer de pequeño ojeaba, donde

venían imágenes de ese mismo lugar, y esa era la razón por la que la mente

le hacía pensar y soñar con aquel lugar como si fuera conocido.

Aquello me sonó bastante lógico, fue una de las explicaciones,

después de las de la revista que me dieron, más satisfactorias que había

escuchado. Pero al notar mi inquietud y dudas sobre mi origen, ella,

conocedora de todos los secretos de la familia, y mediadora en todos los

problemas, que se sabía las fechas de nacimiento, de todos y cada unos de

los sobrinos y nietos que tenía, me aseguró, como ella decía por lo mas

santo, que jamás había escuchado nada de ninguna adopción ni de ningún

hijo ilegitimo dentro de los DiPascola. Es más, me dijo que cuando yo nací,

dieron una gran fiesta y hasta me enseñó fotos de aquel acontecimiento, ya

que era el único hijo de Pietro, su hermano favorito. Tuve la tentación de

mencionarle lo de mis investigaciones y las pruebas de ADN, pero recordé

la promesa hecha al enviado de la BVP de no decir nada a nadie de la

familia y menos a nadie cercano a Julietto.

Aunque la conversación con Gina, en cierto modo me tranquilizó, no

aclaró el asunto del ADN, por ello, no lograba entender que es lo que no

encajaba en toda esta historia, como era posible que familiares de confianza,

mis tíos más cercanos, los documentos acreditados en todos los estamentos

oficiales demostraran lo contrario que las pruebas genéticas.

Una curiosa situación que me hizo pensar en lo que podía haber

pasado, fue el que vi una noticia en la que se mencionaba como una gemela

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Page 89: El Valle de Las Vidas Perdidas

había sido separada de su hermana y cambiada por otra accidentalmente en

el hospital, con lo cual todo encajaría, quizás fui cambiado de pequeño y

ahora el verdadero DíPascola, pertenezca a otra familia, todos dicen la

verdad, pero la realidad genética es otra. Pero si esto es así, ¿Porque tanto

secretísimo por parte de la BVP? Y ¿Por qué tiene alguien interés en que no

investigue?

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Page 90: El Valle de Las Vidas Perdidas

RUPTURA

Pasaron varios días tratando de esquivar a Belina y evitarla,

sencillamente no sabía cómo reaccionaría yo mismo de confirmarse que

fuera ella la traidora, temía enfrentarme a esa realidad.

Pero la verdad, no era fácil evitar encontrarme con su presencia, pues

mientras una parte de mi quería rehuirla, siempre la otra la buscaba con la

mirada. Además, puesto que para acceder a mi puesto debía pasar cerca del

acceso a las oficinas, había un pasillo y una entrada a la derecha y otra a la

izquierda, la de la derecha era el acceso a nuestra sección dedicada a las

pruebas de control de calidad y de allí pasaba la mercancía a la sección de

manufactura que era la sala contigua a la nuestra. La puerta de la izquierda

conducía a un pasillo donde estaba en primer lugar, la oficina donde

trabajaba Belina, a solo dos metros y enfrente el despacho del jefe de

sección, cuya ventana daba a la sala de manufactura y control de calidad,

donde trabajábamos Roberto y yo, junto a otros 15 operarios. Así que de vez

en cuando a través del ventanal era posible verla entrar a la oficina del jefe

cuando este quería darle alguna orden importante. Desde allí se podía

observar cómo se realizaba el trabajo de nuestra sección y mantener el

control de todo., pero a la vez podíamos ver parte de la oficina del jefe y con

quien hablaba, el corazón me seguía latiendo más deprisa cuando ella se

asomaba al ventanal viendo hacia nosotros.

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Page 91: El Valle de Las Vidas Perdidas

Cierto día vi entrar a Belina en el despacho del jefe y parecía hablar

secretamente con alguien. Puesto que ese día había reunión de directivos

estaba claro que no era con el jefe con quien hablaba. Ella no hacía más que

mirar por la ventana mientras hablaba con la misteriosa persona, yo veía de

reojo, para que no sospechara que me había dado cuenta, pero noté como

parecía darle muchas explicaciones. Roberto, dirigiendo la vista hacia ella

me indicó por señas que estaba pasando información.

Al poco tiempo nos enteramos que dos operarios que trabajaban en

nuestra sección fueron despedidos. También era curioso que desde que yo

no hablaba con ella, ahora me sentía más vigilado, ya no me parecía solo

uno el que seguía mis pasos de cerca sino dos personas. Estaba cada vez

más convencido que de alguna manera todas estas cosas guardaban relación.

Así transcurrieron varios días, mi investigación estaba casi detenida,

ya me había cansado de buscar en vano asuntos relacionados con

adopciones en Francia, en Italia, incluso en Suiza, tampoco tenía noticias de

los de la agencia. Por otro lado yo me lo había tomado con calma, no tenía

prisa por adelantar acontecimientos, simplemente trataba de llevar una vida

normal, no salía ni los fines de semana, para aburrir de alguna manera a mis

vigilantes.

Mientras, trataba de no encontrarme frente a frente con Belina, quizás

el tiempo haría olvidarla o perdonarla, en cualquier caso me auto convencí

que debía dejar pasar el tiempo. Todo parecía tranquilo y bajo control, hasta

que en uno de esos días al llegar al trabajo y pasar cerca de la puerta que

conducía a la oficina de Belina, ella estaba allí, me esperaba con una

sonrisa de la que hacía tiempo no disfrutaba de ver, aunque en ese momento

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Page 92: El Valle de Las Vidas Perdidas

no me pareció oportuna. Ella me abordó, y con voz dulce y sugestiva, como

pretendiendo seducirme, o por lo menos así lo interpreté.

-Hola Lui ¿Podemos hablar?

-No, tengo mucha prisa, tengo mucho trabajo atrasado. -Respondí con

una excusa poco sostenible-

Por otro lado ella, pocas veces usaba ese diminutivo para hablar conmigo,

recuerdo que siempre me gustaba que lo usara, solo los más íntimos amigos

míos lo hacían y para mí el que lo hiciera significaba mucho. Mi respuesta,

un tanto cortante, hizo que su sonrisa desapareciera tan rápido como una

huella borrada por el mar.

-¿Que pasa contigo Luigi? ¿Te he hecho yo algo para que me evites de

ese modo? -preguntó cogiendo mi brazo, como queriendo ganar mi

confianza-.

-Tú lo sabes muy bien. De hecho, creo que sabes demasiado -contesté

de forma brusca-

Si, quizás mi respuesta fue demasiado seca, pero no porque abrigara odio o

rencor, realmente estaba confuso y quería de alguna manera demostrarle que

si era ella la que se había ido de la lengua, yo ya me había dado cuenta. Y

por otro lado mi corazón palpitaba aceleradamente y suspiraba internamente

al oír otra vez su voz, realmente deseaba que me respondiera claramente y

demostrara que era inocente. Ella solo respondió preguntando de nuevo,

pero con el semblante un tanto decaído y triste y a la vez sorprendida:

-¿Saber bien el que? No te entiendo, parece que estuvieras hablando en

clave. ¿No confías en mi o qué?

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Page 93: El Valle de Las Vidas Perdidas

Mientras, yo permanecía callado y ni siquiera me atrevía a mirarla a los

ojos, ella seguía, no sé si fingiendo o no, pero como si no entendiera porqué

de mi actitud.

-Tenía algo importante que decirte y no quieres hablar conmigo, no te

entiendo.

-¿Algo importante que decirme? ¿No sería que buscabas algo

importante que sacarme?

-¿Que dices? Habla claro Luigi. De verdad, no sé de qué me hablas.

-Deja las apariencias, que ya sé porqué tanto interés en que firmara

papeles en blanco, ya se lo de la falsa renuncia enviada a Roma con mi

firma. Ya sé por qué tanta vigilancia y porqué y como todo el mundo sabe a

dónde voy y de donde vengo. Ya sé porque sabían otros que guardaba

documentación importante y donde.

Al decir esto, su rostro pasó de esa tristeza a una expresión de sorpresa e

indignación y dijo:

-¿Intentas culparme de algo? ¡No me lo puedo creer, pensé que entre

nosotros!

-No sigas, no hace falta seguir con el teatro. Lo sé todo de ti. Di

¿Cuanto pagan por la traición?

Dicho esto, la joven, no pudiendo reprimir el llanto, por las acusaciones y

difamaciones que salían de mi boca, concluyó con una declaración

contundente que me dejo sin palabras.

-¡Vete! No sabes lo injusto y cruel que estas siendo y lo equivocado

que estás conmigo. Desde luego, ¡No sabes nada de mí! Pero a partir de

ahora, te aseguro que vas a saber aún menos..... Y no te preocupes, que de

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Page 94: El Valle de Las Vidas Perdidas

mi boca no ha salido nada. Ni saldrá nada que tenga que ver contigo. Para

mí, desde ahora ya no existes. Firma este papel y vete por favor...

Me dio el documento rellenado por ella, en el que pude leer una explicación

de mi ausencia. Firmé tembloroso y tenso a la vez, sin poder articular

palabra alguna, cualquier cosa que dijera en ese momento podría empeorar

aún más las cosas. Ella puso el papel sobre la mesa y sin mediar palabra,

salió de la oficina, tratando de contener sus lagrimas se dirigió al cuarto de

baño, en ese momento llegaba Tania, preguntando que le ocurría, la abrazó y

consoló, dirigió la mirada hacia mí como preguntando que le había hecho.

En ese momento no sabía qué hacer, ni decir, simplemente hice el

gesto de ignorar lo sucedido, pero en el fondo solo deseaba desaparecer, que

se abriera el suelo y cayera dentro y este se cerrara sobre mí para siempre.

Ese incidente me hizo sentirme realmente mal, de repente me había

dado cuenta de lo cruel e injusto que había sido, ella mismo lo había dicho.

¡Ni tan siquiera le había dado la oportunidad para defenderse o explicarse!

No sé que me ocurrió, quizás estaba tan envenenado, o sencillamente soy

nefasto para la diplomacia, pero al fin al cabo. ¿Que pruebas tenía contra

ella? Solo mis suposiciones, solo las sospechas, y las acusaciones indirectas

de Roberto contra ella.

Yo se que todas las cosas tienen explicación, pero yo ni siquiera le di

la oportunidad de que se explicara. Ella quería decirme algo importante, y

yo por mi dureza e incomprensión, me quedaré con las ganas de saber que

era aquello tan importante que ella deseaba decir.

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Page 95: El Valle de Las Vidas Perdidas

SECRETO DESVELADO

Los días posteriores transcurrieron sin ninguna novedad, aunque me

estaba sumiendo en una sensación de desanimo insoportable. Ya nada de lo

que antes me divertía, mis hobbies, el estar con los amigos. Estaba a punto

incluso de anular el viaje a España, nada se me había perdido allí, ni nada

iba a cubrir el vacío que ahora sentía. Nada de lo que antes me

entusiasmaba, significaba algo para mí. Ni siquiera el deseo de saber sobre

mi pasado me llenaba de alguna razón para seguir luchando. Me sentía inútil

y no porque no fuera hábil en mi trabajo, en realidad estaba logrando

avances importantes, incluso me habían subido la categoría, lo cual me

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Page 96: El Valle de Las Vidas Perdidas

sorprendió. Pero toda mi vida se estaba convirtiendo en una monotonía sin

resultados. De vez en cuando me encontraba frente a frente con Belina,

pero ella me evitaba, a veces quería acercarme y pedirle perdón y

escucharla, pero no encontraba el valor suficiente para hacerlo.

Decidí concentrarme solo en mi trabajo y no pensar en mis fracasos

sentimentales. Por otro lado también quise volcarme más en la búsqueda de

mis orígenes, quizás el dar con mis verdaderos padres y mi verdadera

familia, me suministre el sentido y la dirección a mi vida y me devolviera

las ganas de seguir luchando en esta vida que cada vez me parecía vacía y

sin propósito.

El problema es que todo transcurría tan lentamente, no recibía nada de

información de la BVP, parece como si se los hubiese tragado la tierra.

Decidí buscar por mis propios medios, en los ratos libres que ahora tenía

más, pues no salía con amigos y apenas tenía tratos con nadie, salvo con

Roberto que siempre me llamaba para invitarme a ir con ellos. Estudiaba

francés, pues tenía la sensación de que allí podría encontrar esos orígenes.

Descartada la idea de haber sido adoptado legalmente, decidí escribir a una

asociación de búsqueda de hijos entregados por madres desesperadas que

ahora los buscan. Había más casos de los que nadie puede imaginar. Pero en

ningún caso encontré algún perfil o fecha que coincidiera conmigo. Así que

escribí a una asociación francesa que llevaba el registro de búsquedas de

personas perdidas, donde de nuevo me topé con listas inmensas, pero

¿Como podría saber si alguno de estos niños perdidos fui yo, si ni siquiera

podría saber el nombre que tenía en el supuesto caso de haber nacido allí?

Además, desconocía el momento en que desaparecí, podía oscilar entre los

años 80 al 85. Eso significaba cientos de casos para poder buscar, además de

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Page 97: El Valle de Las Vidas Perdidas

la gran dificultad para localizar a los familiares que muchas ocasiones me

topaba con que ya no vivían en los lugares originales, ni coincidían sus

teléfonos.

Una semana después, mientras me dirigía a mi casa desde el trabajo,

una persona me abordó, era como de unos 40 años, vestía traje gris con finas

rayas verticales, una corbata con notas musicales que no parecía muy seria y

lucía una grandes gafas oscuras que ocultaban sus ojos. Se presento como

Giano Mescanelli, me instó a que lo acompañara a una cafetería en una

pequeña calle que transcurría paralelo a la que habitualmente yo recorría. Al

llegar me entregó la tarjeta como representante de la BVP, eso al menos me

tranquilizó, no se trataba de un matón enviado por alguien. Después me dijo

que debía reunirme con ellos para explicarme la situación de la

investigación. Me recordó que debía actuar con mucha prudencia, pues

había alguien interesado en obstaculizar la investigación, y no dudaría en

tomar cualquier acción para evitar que se llegara al fondo de la cuestión.

Huelga decir que no paré de preguntar sobre todos los detalles, a lo que me

respondía que no era un lugar seguro donde hablar.

-Cuide de no hablar con nadie, -repitió constantemente. Me dijo la

fecha de la cita, el próximo sábado a las 12 en las oficinas de la BVP y yo

tomé nota de ello en un papel de una vieja libreta que solía llevar en mi

chaqueta, luego pensaba ponerlo en la PDA, ya que la escritura a mano

alzada en la pantalla táctil todavía no la dominaba bien, así que decidí

escribir a mano y luego mas tranquilamente pasarla a mi verdadera agenda.

Al día siguiente y desatendiendo al consejo del misterioso Mescanelli,

referí el asunto al único en el que podía confiar en ese momento, Roberto, lo

hice, porque era la primera vez que realmente sentía miedo, pensé que si

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Page 98: El Valle de Las Vidas Perdidas

pasa algo, me secuestran, me matan o lo que sea, (así notaba que se estaban

poniendo las cosas), había alguien que podía dar alguna pista de mi

paradero. Aunque le dije que debía viajar a Roma, procuré no mencionar

nada ni del lugar exacto de la cita ni la hora, el mismo me pidió que no lo

hiciera, por mi seguridad y quizás también por la suya. Sin embargo, ambos

pensamos que para despistar, sería mejor que viajara en tren, salía uno a las

7 y tenía suficiente tiempo para poder llegar a la cita. Era más fácil controlar

si alguien me seguía de esa manera.

La verdad que todo esto cada vez me parecía una película de gánsteres,

no entiendo cómo es posible que se hayan tornado las cosas de esta manera.

Para no levantar sospechas, a mis tíos les dije que iba a visitar a unos

amigos en Grosseto y que volvería tarde el sábado. A otros amigos, les hice

creer que iba a visitar a un familiar a Porto Santo Stefano. Incluso, como

sugerencia de Roberto, dejé caer en la puerta de la oficina cerca del

escritorio de Belina, una nota, en una hoja arrancada de mi libreta. Ella

conocía muy bien esas hojas, pues tenían un símbolo de una rana con un

bolígrafo en la lengua en una esquina de cada página, recuerdo que esta le

hacía mucha gracia y siempre me pedía que le consiguiera una libreta como

esa. Bien, en la nota escribí una dirección y un teléfono, el de Iacco, con una

hora como indicando que iría a Santa Liberata el sábado, todo esto para

despistar a la supuesta informante.

Aunque poco creo que pudiera ella informar, pues desde aquella

discusión, no habíamos cruzado palabra alguna, ni siquiera a la hora de

firmar las nominas, que lo hacíamos en su oficina, yo procuraba hacerlo

cuando ella se ausentaba, pero cuando no podía ser observaba como en el

momento que yo entraba, tenía los papeles colocados en la mesa, esperando

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Page 99: El Valle de Las Vidas Perdidas

mi rubrica, mientras ella disimulaba buscando en los archivos cualquier

cosa, todo con tal de no encontrarnos cara a cara.

Reconozco que aquello me hacía sentir muy mal, jamás imaginaría que

aquel estúpido episodio en Francia, alterara de tal manera mi vida y mis

relaciones personales. Solo, una curiosa situación alivio un poco la tristeza

que me invadía y me hacía ver que no estaba todo perdido o eso creía. Hubo

alguna mirada de lejos, en mi caso con ojos nostálgicos, echando de menos

su presencia cerca de mí, su voz y su sonrisa. Aunque a veces no hacen falta

las palabras, algunas miradas dicen mucho. No olvidaré lo que ocurrió en

cierta ocasión en una reunión general de la empresa, pocos días antes del

sábado, nuestras miradas no solo se cruzaron sino que se clavaron.

Era una gran sala circular, con una enorme mesa de por lo menos 10

metros o mas de largo por 2 de ancho, en ella se hacían las reuniones

importantes con los directivos, o importantes clientes, aquel día nos citaron

para explicarnos los proyectos económicos de la empresa, un absoluto

aburrimiento de cifras y balances, que nos lo enseñaban para según

pensaban ellos, motivarnos a hacer más por nuestra empresa. Ella estaba

sentada justamente enfrente de mí, en el otro extremo de la mesa, en un

momento dado de la reunión, me quedé observando, aquel bello semblante,

su ojos, la dulzura de su boca, aquella melena rizada, su perfilada nariz, todo

en ella me parecía algo hermoso para contemplar, sobre todo mientras ella

no se daba cuenta. Recordando los buenos momentos que pasamos juntos,

mientras duró lo nuestro, (o lo que nunca llegó a ser), yo mantenía mis ojos

dirigidos hacia ella y lo hice durante un buen rato, mientras ella iba

ordenando algunos papeles y notas que tenía, podía observar su perfilada

nariz, sus labios, que si bien denotaban seriedad, deseaba que algún día se

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Page 100: El Valle de Las Vidas Perdidas

uniesen a los míos, llevaba una blusa ajustada que perfilaba bien su

anatomía superior. De repente levantó la vista al frente y yo pensando que se

volvería hacia otro lado, seguí observando, esperando que el encuentro

visual no durase ni un segundo. Cuál fue mi sorpresa al ver que ella también

mantuvo su mirada dirigida hacia la mía.

Al principio en su mirada y en su rostro se denotaban desprecio, casi

cercano al odio, una mirada rencorosa, casi como si quisiera disparar un

rayo fulminante que me quitara de su presencia, no obstante aún así, no era

capaz de apartar su vista. Yo, cual estatua de piedra también continuaba sin

bajar ni desviar mis ojos de su hermoso y aunque serio rostro, seguía

viéndola con esa especial belleza que me cautivaba, quizás ella notó que mis

ojos, lejos de irradiar rencor, la buscaban como llenos de triste nostalgia por

lo que había perdido.

Poco a poco, noté que su semblante iba cambiando, sin abandonar su

seriedad, pero como si empezara a ceder, ya no me dirigía esa mirada de

desprecio de antes y poco a poco fue pasando a un rostro como de añoranza

y a la vez como si quisiera comunicar sus verdaderos sentimientos. Sus ojos

apenas parpadeaban y se mantuvieron unidos a los míos, yo sentía su

llamada, parecía como si me pidiera con la vista que me acercara a ella y la

tomara en mis brazos y olvidáramos todas nuestras desavenencias.

Bueno, tal vez esto último no sea nada más que fruto de mi

imaginación, pero mantuvimos la mirada uno enfrente del otro durante un

buen tiempo, solo interrumpida por alguien que solicito su atención para

pedirle algún documento. En ese momento yo disimulé como si cambiara

la vista a otro lado, pero de reojo noté como ella volvía sus ojos hacia mí,

como esperando que reanudáramos esa conexión visual para comunicarnos

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Page 101: El Valle de Las Vidas Perdidas

de la única manera que ahora podíamos. Lo hice, pero entonces ella bajó su

vista, como si de pronto su mente recordara que lo nuestro ya no era posible,

y era inútil llegar a una solución solo basada en las miradas. Aquello no

obstante me llenó de esperanza, quizás todo no estuviese perdido, es posible

que pudiéramos recuperar al menos la amistad tan agradable que antaño

tuvimos. Pero yo ya no me conformaría con eso, ahora estaba seguro de mis

sentimientos hacia ella y resolver nuestros asuntos significaba algo más que

mantener la amistad.

Pasaron los días y llegó el esperado sábado, cuando ya me disponía a

tomar el tren, apenas había podido dormir esa noche y realmente me sentía

nervioso y tenso. Me di cuenta que había perdido la nota que tome en la

libreta con la cita y sobre todo el teléfono que me dio el tal Mescanelli. No

lo podía entender, creí haberla anotado en mi libreta y esta no la había

soltado desde entonces, por despiste no la pasé a la PDA y ahora estaba

perdido, y no porque no recordara la hora y el lugar, ya había estado antes

en la oficina de la BVP, pero si algo fallaba no podía llamar a Mescanelli.

Busqué por todos los bolsillos, pero tampoco recordaba haberla arrancado

de la libreta. Esta situación me inquietó aún más, si la nota caía en manos de

los desconocidos enemigos, descubrirían mi trama y no sé que podría pasar.

Mientras registraba mi maletín, en busca de la nota perdida, entonces

apareció alguien misteriosamente por allí y me entregó un sobre, un

desconocido, quien sin embargo me reconoció, desapareciendo rápidamente

entre las multitudes. Al abrir el sobre, había una hoja con el membrete y

cabecera de la BVP donde se daban instrucciones indicando que por motivos

de seguridad, la cita se cambiaba a las 10:30 horas del sábado y en otro

lugar. En la vía Livenza, esquina con Vía Po, en una cafetería llamada

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Provenza café. Ya no podía cambiar el billete de tren, así es que ya no iba a

tener la oportunidad de poder pasar una mañana de paseo por Roma, como

tenía planeado. Pero ¿Por qué cambian mi cita sin contar si puedo o no

puedo? ¿Por qué no me avisaron por teléfono? Más extraño aún, ¿Cómo

sabían que iba a tomar el tren de las siete? Era un mar de preguntas sin

respuestas, empecé a pensar si Roberto no estaría también en mi contra, ya

que él era el único que sabía la hora de mi partida. El problema es que al

haber perdido la nota con el teléfono, no podía llamarles para indicarles mi

desacuerdo con ese cambio. Tampoco podía regresar a casa para buscarla,

por si me la hubiese dejado allí.

En fin, como tenía suficiente tiempo para llegar al lugar de la cita,

pensaba dedicarlo a buscar alojamiento económico y cercano al punto de

encuentro. Así que no hice nada por cambiar el billete del viaje, subí en el

tren correspondiente, no sin antes lanzar miradas de un lado a otro en busca

de los posibles espías. Nada sospechoso había visto, salvo el hombre de la

BVP que me dio la nota con el cambio de hora y lugar de la cita y este se

había mezclado entre la muchedumbre desapareciendo sin dejar rastro.

Estando ya en el tren en marcha, como a la media hora, recibí un mensaje en

el teléfono de un número desconocido y oculto. -Si te cambian los planes,

no vayas a la cita, es una trampa.

No podía entender nada de lo que estaba pasando, por un lado alguien

aparentemente de la BVP me da una nota cambiando la cita, lo cual podían

haber hecho por teléfono y ahora otro desconocido me envía un mensaje,

advirtiendo de una trampa. ¿Cual era la trampa? ¿La cita que personalmente

concreté con Mescanelli a las 12:00? O ¿La de la vía Livenza, que me dio el

desconocido en la estación? Estuve por llamar a mi amigo Roberto, pero

101

Page 103: El Valle de Las Vidas Perdidas

una llamada a él quizás lo hubiese puesto en peligro. Además de haber

sabido algo, el hubiera sido el primero en llamarme advirtiendo de cualquier

novedad.

Después de darle vueltas al asunto, decidí ir a la oficina del BVP a las

12 como había acordado originalmente, total entre las dos opciones sin duda

era la más segura, puesto que la había tratado directamente con Mescanelli,

difícilmente podría tratarse de una trampa pensé. Aunque reconozco que

tuve la tentación de pasarme por la vía Livenza y desde algún punto

estratégico observar quien llegaba, pero por otro lado el mensaje me dejó

desconcertado y con cierto temor. ¿Que hay si alguien me sigue? ¿Y si todo

es un engaño? En un momento dado incluso estuve a punto de dejarlo todo,

olvidarme del asunto y quizás librarme de tanta presión. Pero sabía que la

incógnita me perseguiría el resto de mis días y era mejor aclararlo todo de

una sola vez.

Cuando por fin llegué al lugar, unos quince minutos antes de la hora

acordada, el local permanecía cerrado. Toqué a la puerta, pero nadie abrió.

Notaba no obstante que alguien desde el otro lado de la calle no me quitaba

ojo. Empezaba a sospechar de todo el mundo que pasaba por allí, de repente

alguien toco mi espalda con el dedo. Mi reacción fue dar un salto y poco

faltó para darle un manotazo a una pobre anciana que preguntaba por la Vía

Goletta. De forma brusca y bajo una gran tensión y quizás con un tono un

tanto grosero, le dije que no sabía nada, que me dejara, que yo no era de

aquí, ante la mirada de estupor de la pobre mujer.

Realmente, toda esta situación me estaba desquiciando. Observé que el

vigilante del otro lado de la calle seguía allí. De repente veo que se

encuentra con otra persona, alguien con una gabardina muy sospechosa,

102

Page 104: El Valle de Las Vidas Perdidas

aunque no puedo explicar que puede tener de sospechoso una gabardina,

pero en aquellos momentos de tensión, cualquier cosa me inspiraba

desconfianza. Veo que hablan dirigiendo la mirada hacia mi posición, en

esos momentos pensé que sería aconsejable alejarme de ese lugar, pero

decidí por lo menos cumplir con la hora acordada y si no llegaba nadie de

confianza irme.

Pocos minutos después llega otra persona, tampoco me daba buena

espina, pelo largo y barba abundante, un tanto desaliñada, se volvió y dirigió

su mirada hacia mí con ojos fijos haciendo unos comentarios, sin quitar la

vista hacia el lugar donde yo estaba. Ahora los tres parece que al unísono se

dan la vuelta y parecían dirigirse hacia mí. En ese momento, decidí salir

huyendo del lugar, parece que efectivamente era una trampa, quizás alguien

tiene interés en hacerme desaparecer y han mandado tres matones para

quitarme de en medio concluí.

Al darme la vuelta para salir en dirección hacia otra calle, choqué con

una persona que estaba detrás de mí, era Mescanelli, el hombre que me

había citado aquí, por fin podía respirar aliviado, una cara conocida que me

inspiraba algo de confianza. Tras saludarnos, los tres hombres de la otra

acera nos habían alcanzado. Mescanelli, sin ningún temor los saluda y pasa

a presentarme a los tres desconocidos. Uno de ellos, al verlo de cerca, caí en

la cuenta que era nada menos que Martín Caperalli, con el primer

funcionario de la BVP con el que traté, reconozco que no tengo muy buena

memoria visual y por supuesto me alegro de haberme equivocado con él,

claro quizás solo me había llamado la atención su gabardina, de la que pensé

que saldría la ametralladora con la que me acribillarían. El otro, al primero

que vi resultó ser el detective Pastella, del cuerpo de investigaciones

103

Page 105: El Valle de Las Vidas Perdidas

especializadas de la policía, encargado de investigar casos de secuestros y

desapariciones internacionales. Al tercero me lo presentó Mescanelli, como

un tal Marcel Valdú, era el de las melenas y la barba, tenía un arraigado

acento francés, y solo balbuceaba algo el italiano, Mescanelli, hacía las

veces de traductor, aunque en realidad yo podría entenderle, pese a mi

reducido francés.

Al entrar al edificio, mientras los demás pasaban a un despacho

amplio, abordé a Mescanelli aparte y le conté todos los detalles de lo

ocurrido, el papel que me dieron en la estación con el cambio de cita, el

mensaje del móvil con la advertencia, etc. Este me tranquilizó indicando que

no me preocupara, que todo está en manos de la policía y que ya podemos

decir que el caso se puede dar casi por terminado.

-¿Que quiere decir con terminado? Pregunté. A lo que me respondió

-Tranquilo, pase y tome asiento por favor, y escuche lo que le vamos a

explicar, le interesa mucho.

A partir de ese momento, me pasó a explicar, junto al detective, todos los

hechos relacionados con mi caso. Según iba escuchando, no salía de mi

asombro ante la magnitud que el asunto había adquirido.

Al parecer, según el resultado de la investigación, yo fui el eslabón que

llevó a la detención de una red dedicada al secuestro y venta de niños a nivel

internacional. Esta llevaba operando impunemente desde hacía 25 años. Una

macro organización, que tenía contactos en agencias de adopción, en

oficinas gubernamentales relacionadas con documentación y certificados de

nacimiento, que en muchos casos se dedicaban a suministrar documentos

falsificados. Disponían de empresas tapadera tanto en Francia, Italia, España

y el norte de África, y actuaban incluso en América. Además tenían

104

Page 106: El Valle de Las Vidas Perdidas

contactos y ramificaciones en redes de pederastas, algunos de los niños y

niñas secuestradas, eran utilizados como bardajes. Tenían incluso una rama

de secuestradores de niños con fines de extracción de órganos, aunque eso

solo lo hacían en Centroamérica y norte de África.

Yo solo fui una víctima más, de las miles que había. En su mayoría, se

dedicaban al robo de bebes y niños con edades no superiores a un año, con

el fin de dificultar su posterior identificación y evitar que los niños

recordasen a su familia. Los niños secuestrados eran entregados en adopción

utilizando métodos fraudulentos a familias pudientes que pagaban sumas

astronómicas para poder tener el hijo que no podían conseguir de forma

natural.

En mi caso, fui de las pocas excepciones que se hicieron con respecto

a la edad, pues fui secuestrado, cuando contaba con unos tres años. Según

parece, el método fue de lo más sutil, unas personas, sin usar ninguna clase

de acción violenta, sino por medio de atracción y confianza, de allí que no

tenga recuerdos negativos que me hayan marcado y que normalmente se

quedan grabados en la mente de un niño para toda su vida, me llevaron

consigo y posteriormente me entregaron previo pago, a la familia que hasta

ahora yo había considerado mi familia natural.

Si queda un residuo en mi memoria más profunda, esa fue la causa de

mi "déjà vu" en Francia, pues yo vivía con mi familia real en la pequeña

aldea de Les Martys, al parecer aquel portal de aquella plaza que yo

recordaba como si hubiera vivido allí, efectivamente esa fue mi casa. Pero

por circunstancias, las personas que me secuestraron, me llevaron como de

paseo, el método de parecer cordiales y ganarse la confianza de los niños

resultaba asombrosamente fácil. Los convencían para que los acompañaran,

105

Page 107: El Valle de Las Vidas Perdidas

quizás con promesas de llevarlos a algún parque o lugar atractivo para él.

Me retuvieron por algún tiempo en aquella casa de madera a las afueras del

pueblo, que al parecer por ese tiempo estaba alquilada por uno de los

colaboradores de la banda.

Poco tiempo después, hicieron la entrega a una familia rica italiana de

la Toscana, que justamente tiempo antes habían perdido su hijo de 3 años en

una inundación, el incidente había ocurrido en una cabaña que tenían para

sus vacaciones a la orilla del Río Ombrone. Su hijo se llamaba Luigi y no

hubo aviso de su muerte a las autoridades, por ello no consta en los archivos

oficiales.

Pero tampoco culpo a mi madre impuesta, según explicó alguien

cercano, ella estuvo por perder la cabeza por la perdida, sobre todo porque

era imposible para ellos tener más hijos, debido a dificultades en su primer

parto, había perdido toda oportunidad de volver a ser madre y esto la sumió

en una profunda tristeza. Fue entonces cuando alguien de la familia, los

convenció para adoptar a un niño para sustituir al perdido. Todo se haría

saltándose los largos procesos envueltos en ello. En estos momentos ya se

ha constatado que huesos encontrados enterrados en la zona donde estuvo la

casa, pertenecen al niño al que yo he suplantado casi toda mi vida.

Por otro lado también según iba descubriendo en la conversación, la

familia que perdió a su hijo, es decir a mí, que por cierto respondía al

nombre de Louis, era una familia de escasos recursos, hizo todos los

esfuerzos por encontrarlos, pero no tenía poder económico para hacer una

búsqueda mas allá de lo que otros le ofrecieran. Aun así, la foto del niño

apareció en todos los periódicos y letreros durante varios meses, hasta que el

caso se archivó debido a que no se había dejado rastro alguno, y nadie había

106

Page 108: El Valle de Las Vidas Perdidas

visto a ningún sospechoso. Todo eso explica el porqué no tengo

absolutamente ninguna foto mía entre los dos y los cinco años.

Según me explicaron, la labor de investigación se inicio por pura

casualidad, cuando el funcionario de la BVP, en vista de mi petición, solicitó

las fotos a la sociedad “Árbol de la vida” a quien había enviado yo esos

datos anteriormente para que buscaran mis antecesores, y quienes habían

hecho el estudio fisionómico, que puso en duda mi parentesco familiar. Fue

entonces cuando el detective Pastella, quien se encargó de mi caso, empezó

a cotejarlas con las que disponía a nivel nacional sobre niños de esa época

perdidos o desaparecidos y luego pasó a otros países. En su investigación y

comparación de datos dio con unas fotos de un pequeño de 3 años

desaparecido en el sur de Francia. Vio mucha coincidencia y por ello de

nuevo las mando junto con las mías a la agencia “Árbol de la vida” Allí

confirmaron que se trataba de la misma persona.

Se pusieron en contacto con mis familiares más directos, pudiendo

localizar solo a Marcel Valdú, hermano del desaparecido. ¡El hombre con

barba y desaliñado resultó ser mi hermano mayor! El pobre ha tenido que

vivir más de 22 años sintiendo la carga de creerse culpable por no haber

podido cuidar de su hermanito, al que sus padres, quienes trabajaban en el

campo habían dejado a su cuidado. Mi madre según me explico Marcel,

todavía vive, pero en otro mundo, perdió la cabeza al poco tiempo del

suceso, no pudo superar la perdida, Hace poco tiempo, pude tener la

oportunidad de conocerla en un hospital psiquiátrico cerca de Carcassona.

Cerca de allí pude ver el rostro de mi verdadero padre, era una vieja foto

colocada en su lapida, en el cementerio local. Ocurrió pocos años después,

para él, el ver a mi madre en esas condiciones fue superior a sus ganas de

107

Page 109: El Valle de Las Vidas Perdidas

vivir y acabó lanzándose por el precipicio en aquel mismo lugar donde hace

pocos meses, con mis amigos, disfrutamos de las bellas vistas y de aquella

caída de agua cerca de la casa de madera en Les Martys. Mi hermano

encontrándose huérfano como yo, se crío con unos tíos en una localidad del

norte de Francia, pero en su memoria nunca ha olvidado la búsqueda de su

hermano perdido. ¡Jamás había podido ni en la más compleja de las

hipótesis, pensar en que tenía algún hermano en algún lugar buscándome!

Por lo demás, he podido saber quien fue la persona que contrató los

servicios de aquella banda de traficantes de niños, quien además era parte

importante de esa red. Resultó ser la misma que después, hizo que mis tíos,

me cuidaran cuando murieron mis falsos padres. También esa persona fue la

que hizo que desaparecieran los documentos relacionados con las pruebas de

ADN, fue quien se encargó de escribir sobre el documento firmado por mí

que salió de la oficina de personal, a fin de detener la investigación,

haciendo parecer que yo no estaba interesado en el asunto. Fue también esa

misma persona quien contrató detectives privados para que vigilaran todos

mis movimientos. También fue quien pagó a matones para que hicieran

desaparecer a Iacco sin dejar rastro, y después lo intentaran conmigo,

conocían muy bien a los de la BVP, pues en mas de alguna ocasión habían

estado cerca de alguno de los casos de desapariciones.

Esa persona resultó ser, no a quien yo imaginaba como cerebro de

todas la empresas del grupo, no, no era el tío Julietto, el que era un hombre

tan metido en sus negocios ni siquiera supo de las maniobras y los negocios

paralelos que a sus espaldas de fraguaban en su propia casa. Sí, porque su

encantadora y adorable esposa, “la mamma” para todos, la que conocía

todos los secretos de la familia y velaba porque se mantuvieran así, la tan

108

Page 110: El Valle de Las Vidas Perdidas

amable y cariñosa tía Gina, era la encargada de todos los oscuros asuntos.

Ella gozaba de una doble vida, las ganancias del holding de tío Julietto

provenía no solo de sus empresas, sino de una red de traficantes de niños, de

la que ella era la cabeza. No pudo soportar que siendo para ella tan fácil

traficar con niños pequeños y bebés, su hermana favorita a la que había

cuidado cual hija suya cuando su madre murió perdiera su único hijo en

aquella catástrofe, por ello, hizo arreglos para, saltando sus propias reglas,

se secuestrara a un niño de más edad, con ciertos rasgos parecidos a los del

verdadero Luigi, todo hay que decirlo, a fin de que nadie sospechara.

Ella se encargó de que a la muerte de mis padres impuestos, fueran

mis tíos Bettona y Casano, los que cuidaran de mi, eran los mejores para

guardar el secreto de mi procedencia, pues ignoraban todo, ellos siempre

habían creído que yo era el verdadero Luigi, al que solo habían visto cuando

nació, posteriormente se trasladaron a Suiza y allí vivían cuando sucedió la

inundación que significo la muerte del verdadero Luigi DiPasccola. Gina le

ofreció un buen puesto de trabajo en la empresa de su marido y una ayuda

económica especial por el cuidado del pequeño Luigi. Por eso, ellos, no

podían entender que yo dudara y pensaban que era la mala influencia de

Iacco la que me hacia hablar así. Esos comentarios pusieron en alerta a Gina

y esta se movilizó para evitar que se descubriera todo el entramado. Iacco,

quien anteriormente había trabajado para Gina, estaba amenazado de muerte

si abría la boca, cosa que lamentable sucedió sin que lo hiciera, no había

sido la primera víctima del sucio entramado, y de no haber sido por la ayuda

que recibieron por una llamada anónima, yo mismo hubiese sido el siguiente

en desaparecer.

109

Page 111: El Valle de Las Vidas Perdidas

Sobre la persona que informaba a Gina acerca de mis investigaciones,

la respuesta me dejó de piedra. Según me explicaron, había una mujer que

trabajaba en las oficinas y que tenía alguna relación cercana conmigo a la

que pagaron para mantenerlos informados de todo. Esa mujer una vez

enterada de mis movimientos y pesquisas, se ponía en contacto con un tal

Otto Mambrissi, miembro de la dirección, quien a su vez informaba a Gina.

Ni siquiera me atreví a preguntar el nombre de la mujer, pues en mi mente

no cabía otra, lamentablemente para mí, todas las sospechas recaían en

Belina.

Pero también me hablaron de que alguien hasta ese día anónimo, les

puso en guardia acerca de estos asuntos, es decir, alguien de dentro de la

empresa se puso en contacto con ellos para informar sobre los planes que

tenía la red, tanto para vigilarme, como para incluso acabar conmigo, por

ello sabían ya lo de la falsa cita y enviaron un señuelo para capturar y a

partir de allí tirar del hilo. Me preguntaron si yo podría saber quién era esa

persona que había hecho esas llamadas y les había alertado. Lógicamente

pensé en Roberto, pero al decirme que se trataba de una voz femenina, no

podía suponer quien era esa informante. En las oficinas trabajaban unas seis

chicas, Belina por mis sospechas quedaba descartada y la otra más conocida

era Tania, pero desconocía que supiera algo del asunto, pues nunca hablé

con ella de esto, salvo que Roberto se lo hiciera saber. Fue entonces cuando

si quise conocer la identidad de la agente confidente de Gina.

No salí de mi asombro cuando me enseñaron una foto, se trataba de la

persona que se había encargado de pasar la información a la red de Gina.

Por un lado no me atrevía a verla, para no encontrarme al rostro de quien mi

corazón aún añoraba, no sabía si podría soportarlo. Pero ahora me sentía

110

Page 112: El Valle de Las Vidas Perdidas

obligado a identificar a las diferentes personas de todo este entramado.

Cuando alcancé a ver la foto, ¡Dios mío! Los asuntos ahora daban un giro de

180º , todas las ideas y pensamientos en mi mente se revolvieron en una

confusión. ¡Era Tania!, la amiga de Belina y novia de Roberto. No podía

creer lo que estaba descubriendo.

Si, la persona de la que menos podía sospechar, de hecho ignoraba que

ella supiera algo de mis asuntos. Al parecer esta actúo astutamente, se

acercó persuasivamente ganándose a Roberto, solo para sacarle información

de mis movimientos, al ver que de Belina podía sacar poco. Por el, supo de

los documentos que Belina guardaba con mi firma, así pudo sustraerlos y

entregarlos a la tía Gina, a cambio de suculentas comisiones.

Entonces, que papel tenía Belina en todo esto. Me dijeron que por

accidente yo había dejado caer la nota con los datos de la cita y gracias esto

la persona anónima se puso en contacto con ellos y gracias a eso salvé la

vida. Cuando escuché eso, mi corazón empezó a latir de forma acelerada y

de repente se juntaron las piezas del complejo puzle que había en mi mente,

en ese momento comprendí lo terriblemente injusto que había sido con la

persona que todo este tiempo había estado de mi parte, incluso pese a mi

rechazo, me había salvado.

Belina, quien accidentalmente se dio cuenta de que su amiga Tania

tramaba algo, cuando cierto día escuchó a Otto Mambrossi darle

instrucciones a esta, al respecto de mí, para que tratara de enterarse de mis

viajes y pesquisas. Esto resultó ser la cosa importante que Belina iba a

decirme aquel fatídico día en el que yo eche a perder nuestra relación.

Roberto, ignorante de todo, confiaba a Tania, todo lo que yo a la vez

confiaba a él, fue ella la que predispuso a este contra Belina, para hacer que

111

Page 113: El Valle de Las Vidas Perdidas

sospechara negativamente de ella, consiguió sacarle la hora en que partiría a

Roma, por ello pudieron enviar al mensajero con aquel mensaje falso, hasta

habían falsificado hojas con el logotipo de la BVP, para que pareciera

convincente. Pero a irse de la lengua con su falsa novia, tengo que agradecer

a mi amigo, su buena idea de hacerle llegar a Belina aquella nota en la que

trataba de confundirla en cuanto a la cita, bueno gracias a él y a un despiste

de mi parte. Yo había escrito en una hoja de mi libreta la dirección y

teléfono de Iacco, para dar a entender que iba a ir ese fin de semana allí,

pero sin darme cuenta, lo había hecho en reverso del mismo papel en el que

había anotado por la otra cara la cita en la oficina de la BVP, la hora y el

teléfono. Gracias a eso Belina, pese al mal trato que había recibido de mi

parte, quiso ayudarme.

El día anterior a mi viaje a Roma, Belina había escuchado planes de

liquidarme si seguía con la investigación, en una conversación entre Tania,

Gina y Otto en un despacho de la oficina, no se percataron de su presencia

en el pequeño cuarto donde se guardan archivos. Fue allí donde escuchó el

plan de cambiarme la cita y conducirme a otro lugar y hora para acabar

conmigo, puesto que ellos no sabían adonde ni a qué hora estaba yo citado.

Así, Belina decidió que debía actuar rápido, primero llamó Iacco, pero

puesto que este ya había desaparecido y lógicamente no contestaba el

teléfono, decidió enviarme el mensaje desde un teléfono desconocido para

mí, el de su madre, para que no supiera que era ella y desconfiara del

mensaje. Llamó a Mescanelli al teléfono que aparecía en la nota, explicando

todo lo que sabía. Gracias a eso, aunque yo hubiese acudido a la otra cita, se

había preparado un plan B.

112

Page 114: El Valle de Las Vidas Perdidas

Me sentí inmensamente aliviado al saber que Belina no solo era

inocente, sino que me había salvado la vida, pero a la vez, me invadió un

remordimiento y una sensación de culpa por haber actuado tan cruelmente

con ella al desconfiar sin darle la oportunidad para su defensa. Después de

saber todo esto, sabía que no me quedaba otra que ir a verla, le debía una

disculpa y además todo esto incrementó el amor que sentía por ella, ya no

me avergonzaba de ello. Ahora si estaba dispuesto a declararme, aunque sin

esperanzas de éxito, después de todo el desprecio y la desconfianza a la que

la había sometido. ¿Como podía ella acercarse a mí y decirme que si? Pero

sería justo castigo por todo aquello recibir un no por respuesta, por ello hice

acopio de valor y la llamé por teléfono para entre otras cosas citarla a mi

vuelta, esta vez solos. La noté seria y sin mucho entusiasmo, solo me llegó a

decir que se alegraba por mí que todo haya salido bien. Pero ante mi

insistencia accedió a la cita y quedamos para hablar en cuanto regresara de

Roma, un par de días después.

Tuve que quedarme en la ciudad, puesto que la investigación aún

estaba abierta y debía hacer algunas identificaciones más. Por fin cogí el ten

de vuelta a casa, sabiendo que nada volvería a ser igual, con la seguridad de

haber perdido el trabajo, la relación con mi familia ahora se vería truncada,

en realidad a veces todavía me invadían pensamientos negativos con

respecto a todo esto, de no haber sucedido nada, todo sería tan feliz como

antes. Pero por otro lado, me alegraba de haber sido la clave para

desmantelar esa mafiosa red, que todavía veinte años después continuaba

secuestrando criaturas inocentes, esta vez al parecer servían de apoyo a una

red de tráfico de chicas jóvenes de Europa del este, para la prostitución.

113

Page 115: El Valle de Las Vidas Perdidas

Llegó el momento de volver, todo había cambiado en mi vida, la

empresa en la que trabajaba, se vio afectada directamente por el escándalo,

lógicamente, por obvias razones se iba a prescindir de mi, de Roberto,

Belina y de los directamente implicados, Tania, y algunos directivos, y no

sabía si quiera si sobreviviría, sobre todo porque con la inmensa fianza que

Julietto tuvo pagar por su esposa, aquello supuso la venta de algunas de las

empresas y la caída en desgracia de las demás. Pero aunque yo disfrutaba de

mi trabajo, me gustaba, era lo mío, mas no me preocupa demasiado haber

perdido todo aquello, creo que he salido ganando.

Fueron tres los días que permanecí en Roma, suficiente tiempo para

pensar en mi futuro, no hacía más que recordar aquella conversación con

Belina, y su ¿después que? y lamentarme por no haber aprovechado las

ocasiones que tuve, ahora mis posibilidades, si es que las hubiese eran

mínimas, aunque esta vez procuré no decir nada a Roberto del día de mi

llegada para evitar intrusos. Aunque aquel amigo también me necesitaba,

después de todo su novia lo había utilizado y ahora la perdía

obligatoriamente, según me dijo el mismo, ya no quería seguir en vista de

las circunstancias, ni siquiera en el trabajo, el ambiente en la fábrica se

había enturbiado y enrarecido, después de esto. Jamás pensé que un simple

deja´vú pudiera causar tal desastre, pero así es la vida.

Llegó el Martes, el día de partir, todo estaba seguro ya en mi ciudad,

todas las detenciones se habían efectuado y el camino libre, ahora me tenía

que ver cara a cara con una nueva realidad, no sabía como reaccionarían mis

tíos, ni el resto de la familia, pero no era eso lo que me traía de cabeza, en

realidad la mayor parte de mis pensamientos, los tenía en Belina, la tensión

era máxima, intentaba hacerme una idea. Barajaba todas las posibilidades,

114

Page 116: El Valle de Las Vidas Perdidas

sobre todo el no , o el vamos a esperar un tiempo, no sabría decir que sería

pero para mí, pero en cualquier caso, tenía la obligación de hacerle saber a

ella que todo este tiempo, aunque no lo pareciera, siempre estaba por ella y

nadie más.

115

Page 117: El Valle de Las Vidas Perdidas

EL REENCUENTRO

El encuentro fue en la estación de tren, era Martes por la noche, ella

estaba radiante, como nunca la había visto, se había vestido de forma

especial para la ocasión. Yo llevaba todo el camino en el tren, meditado en

todas las palabras que quería decir, las disculpas que le debía por mi

desconfianza y sospechas sobre ella. Sobre todo, pensaba en la manera en

que trataría de volver a conquistarla, había dedicado tiempo ensayando las

palabras más adecuadas y acertadas para llegar a su corazón. Tal vez

recobrando la conversación aquella sobre mis proyectos después que pasara

todo, quizás decirle que ella era todo mi futuro, o que mi futuro dependía de

ella, no sabía realmente que sería mejor,

Pero, al vernos, prácticamente sobraron las palabras, nos miramos fijamente

durante unos segundos, su rostro serio se tornó sonriente, se acercó a mí, yo

tenía como frío, pese ir bien abrigado y no podía salir de mi boca ni siquiera

un hola, aunque ella parecía como si supiera todo, nos acercamos

peligrosamente uno frente a otro y sin mediar palabras nos fundimos en un

efusivo abrazo, de forma tímida al principio, pudo salir de mi boca un “Te

quiero”, ella entonces se separó y con rostro serio pero sin acritud, me pidió

que repitiera lo que había dicho. Entonces, tuve el valor de poder decirle

116

Page 118: El Valle de Las Vidas Perdidas

mirando a sus bellos ojos, no sé si verdes o marrones, lo que tantas veces me

había costado

-Te quiero.

Sonrojada y emocionada a la vez, sonrío y dijo: -Yo también te quiero,

Lui, ¡Y no sabes cuánto he deseado escuchar eso de ti y cuantas veces te lo

he dicho yo en silencio!, no sabes cuantas veces te observaba mientras

hablábamos y me acompañabas a casa, esperando que tú me tomaras de la

mano y me abrazaras y me besaras. Después de aquello fuimos a cenar y no

puedo recordar cuantas horas estuvimos hablando, recuperando el tiempo

perdido y planeando lo que sería nuestra vida a partir de entonces. Ese fue el

inicio de una especial relación que espero nunca termine.

Jamás iba imaginar que lo que sucedió aquella mañana de Mayo, en

aquella pequeña aldea del Languedoc francés, en la que los recuerdos de una

vida perdida volvían tras años escondidos en los lugares más recónditos de

mi mente, llegase a desembocar en todo esto. Nunca pensé que estos lejanos

recuerdos, sobre personas gigantes para un niño de apenas tres años, que le

sonreían al pasar, que le hablaban cosas que después de años no entendía,

aquella plaza, el portal y el rostro de aquella mujer entrañable, llegasen a

conducir a este gran giro que ha dado mi vida.

Ahora, gracias a la buena indemnización recibida por los daños y

perjuicios sufridos, pude dejar aquel trabajo en la fábrica y decidí

trasladarme a Francia. Sigo coleccionando fotos, pero esta vez de mi

verdadera familia, trato de reconstruir lo que otros en su momento

destruyeron.

Hecho de menos el clima de mi también querida tierra de la Toscana,

sus praderas, sus viñedos y añoro la brisa del mar en mi querido Alberese,

117

Page 119: El Valle de Las Vidas Perdidas

en Grosseto, quien nada de culpa tuvo en todo esto. De hecho todavía

vuelvo de vez en cuando a visitar aquellas tierras, sus hermosas y cálidas

playas, la naturaleza de su Maromma, y vuelvo a ver a los que todavía

considero como parte de mi familia, a mis tíos Betonna y Cassano, quienes

tanto hicieron por mí, desconociendo absolutamente todo, ellos siempre

vivieron con la seguridad de que yo era su querido sobrino. Eran los únicos

de la familia que no sabían de mis orígenes y ahora son los únicos a los que

sigo considerando como parte de mi familia, siguen siendo, mis tíos de la

Toscana.

Me establecí en el sur francés, allí pude encontrar trabajo en una planta

de reciclaje de plásticos, aparatos electrónicos y baterías usadas. O sea, que

ahora me dedico a algo que aunque no está en contra de la tecnología, algo a

lo que yo he estado unido durante tanto tiempo, sin embargo ahora trato de

darle utilidad a los objetos que esta era del usar y tirar desaprovecha, y hasta

en este sentido creo que he ganado una nueva personalidad.

Belina, el amor de mi vida y yo, nos casamos, ahora vivimos felices en

esa pequeña aldea de Les Martys. Pude contactar con el señor Marcel

Lerroux, cuyo nombre y teléfono anoté aquel día en mi PDA y ahora Belina

y yo vivimos en aquella casita de madera, antaño inicio de la perdida de mi

verdadera identidad, cerca de aquella explanada y de aquel verde valle,

desde la que podemos contemplar la hermosa caída de agua y recuperar la

vida que un día se perdió.

*******************F I N*****************

L.E. R 2007

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