EL VIAJ DEE YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ DE SOLÍS...

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EL VIAJE DE YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ D E SOLÍS (1508) José TORRE REVELLO EL VIAJE DE RECONOCIMIENTO que bajo la dirección de Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz de Solís se realizó en 1508, debido a la forma errónea en que lo expusieron algunos cronistas, fue convertido en dos navegaciones, dándosele un itinerario dis- tinto al real, como ocurre con el cronista mayor de las Indias, Antonio de Herrera y Tordesillas. Del elenco de cronistas que trataron el tema, tendríamos que exceptuar a dos de los principales. El primero, Hernando Colón, que trata del asunto en la Vida de su padre, y el ilustre defensor de los naturales del suelo americano, venerable Padre Bartolomé de las Casas, que lo expone en su Historia de las Indias. Aquél, al referirse al cuarto viaje de su progenitor (1502-1504), anota que en esa circunstancia había descubierto el cabo Gracias a Dios, y que después "un cierto Juan Díaz de Solís de cuyo nombre el Río de la Plata se llama Río de Solís, por haberle matado allí los indios, 1 y Vicente Yáñez, que fue capitán de un navio en el primer viaje del Almirante, cuando descubrió las Indias, fueron juntos a descubrir el año 1508, con intención de seguir la tierra que había descubierto el Almirante en el viaje de Veragua hacia Occidente. Siguiendo éstos casi el mismo camino, llegaron a la costa de Caray, y pasaron cerca del cabo Gracias a Dios hasta la punta de Ca- xinas, que ellos llamaron de Honduras; y a las dichas islas lla- maron las Guanajas, dando, como hemos dicho, el nombre de la principal a todas. De aquí pasaron más adelante, y no quisie- ron confesar que el Almirante hubiese estado en ninguna de dichas partes, para atribuirse ellos aquel descubrimiento y mostrar que habían encontrado un gran país, a pesar de que un piloto suyo, llamado Pedro de Ledesma, que había ido

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EL VIAJE D E YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ D E SOLÍS (1508)

José TORRE REVELLO

E L V I A J E D E R E C O N O C I M I E N T O que bajo l a dirección de V i c e n t e

Yáñez Pinzón y J u a n Díaz de Solís se realizó en 1508, d e b i d o a

l a f o r m a errónea en que l o expus ieron algunos cronistas, fue

convert ido en dos navegaciones, dándosele u n i t i n e r a r i o dis­

t i n t o a l rea l , como ocurre con e l cronista mayor de las Indias ,

A n t o n i o de H e r r e r a y T o r d e s i l l a s .

D e l elenco de cronistas que t rataron e l tema, tendríamos

que exceptuar a dos de los pr inc ipa les . E l p r i m e r o , H e r n a n d o

C o l ó n , que trata d e l asunto en l a Vida de su padre, y e l i lustre

defensor de los naturales de l suelo americano, venerable P a d r e

Bartolomé de las Casas, que l o expone e n su Historia de las

Indias. A q u é l , a l referirse a l cuarto viaje de su progeni tor

(1502-1504), anota que en esa c i rcunstancia había descubierto

el cabo Gracias a D i o s , y que después " u n cierto J u a n Díaz de

Solís de cuyo n o m b r e e l R í o de l a P l a t a se l l a m a R í o de Solís,

p o r haberle matado allí los i n d i o s , 1 y V i c e n t e Yáñez, que fue

capitán de u n n a v i o en e l p r i m e r viaje de l A l m i r a n t e , cuando

descubrió las Indias , f u e r o n juntos a descubrir e l año 1508,

c o n intención de seguir l a t ierra que había descubierto e l

A l m i r a n t e en e l viaje de V e r a g u a hac ia Occidente. S iguiendo

éstos casi e l m i s m o c a m i n o , l l e g a r o n a l a costa de Caray, y

pasaron cerca d e l cabo Gracias a D i o s hasta l a p u n t a de C a -

xinas , que ellos l l a m a r o n de H o n d u r a s ; y a las dichas islas l l a ­

m a r o n las Guanajas, d a n d o , como hemos dicho, el n o m b r e de

l a p r i n c i p a l a todas. D e aquí pasaron más adelante, y n o quisie­

r o n confesar que el A l m i r a n t e hubiese estado en n i n g u n a de

dichas partes, p a r a a tr ibuirse ellos aque l descubr imiento y

mostrar que h a b í a n encontrado u n gran país, a pesar de que

u n p i l o t o suyo, l l a m a d o P e d r o de Ledesma, que había i d o

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antes con el A l m i r a n t e en el viaje de Veragua, les dijese que él

conocía aquellas regiones, y que eran de las que había ayudado

a descubr ir con el A l m i r a n t e ; y p o r él l o supe yo más tarde" . 2

E n cuanto a fray Bartolomé de las Casas, que no i n d i c a fe­

c h a , recuerda que el viaje real izado p o r Yáñez Pinzón y Solís se

p o d í a colegir, p o r lo que dec lararon los testigos, "que el fiscal

presentó en el p le i to que trató con el A l m i r a n t e segundo" (Die­

go Colón) , que habían navegado " h a c i a e l Poniente , desde

los Guanajes, y debieron l legar en paraje de l G o l f o D u l c e ,

a u n q u e no lo v i e r o n p o r q u e estaba escondido, sino que v i e r o n

l a entrada que hace l a m a r entre l a t ierra que contiene el

G o l f o D u l c e y l a de Yucatán, que es como u n a gran ensenada,

o bahía grande. . . Así como v i e r o n aquel rincón grande que

hace l a m a r entre las dos tierras, l a u n a que está a l a m a n o iz­

q u i e r d a , teniendo las espaldas a l O r i e n t e , y ésta es l a costa que

cont iene el puerto de Cebal los y adelante d e l e l G o l f o D u l c e y

l a o tra de l a m a n o derecha, que es l a costa d e l reino de Yucatán,

parescióles g r a n bahía, y p o r eso e l V i c e n t e Yáñez, en l a depo­

sición que con j u r a m e n t o h izo en e l d i c h o proceso, presentado

p o r testigo p o r el fiscal, d i j o que, navegando desde la isla de

los Guanajes, yendo l a costa de luengo, descubrieron u n a gran

b a h í a a l a cua l pusieron n o m b r e l a g r a n Bahía de l a N a v i d a d ,

y q u e de allí descubrieron las sierras de C a r i a y otras tierras

más adelante; y según los testigos d i c e n , v o l v i e r o n a l N o r t e .

Y p o r todo esto parece que s in d u d a descubrieron entonces

m u c h a parte d e l re ino de Yucatán, sino que como después no

h o b o a lguno que prosiguiese aquel descubrimiento, no se supo

más de los edificios de aquel re ino , de donde fácilmente fuera

descubierta l a t ierra y grandezas de los reinos de l a N u e v a Es­

paña . . . " 3

Según se advierte p o r ambos relatos, en 1508 Vicente Yáñez

P i n z ó n y J u a n Díaz de Solís descubrieron las costas de Y u ­

catán. D e l referido viaje n o se conocen n i el d i a r i o de nave­

gac ión n i los mapas que, presumiblemente , se levantaron.

C o m o las dos obras que hemos m e n c i o n a d o fueron impresas

l a p r i m e r a , en i t a l i a n o , en 157.1, y l a segunda apenas en 1875-

1876, se e x p l i c a e l hecho de que n o p u d i e r a n ser consultadas

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p o r los pr imeros cronistas, quienes o m i t e n este viaje o d a n

confusas noticias.

Francisco de l Paso y Troncoso , que estudió en E u r o p a

d u r a n t e varias décadas l a h is tor ia de México , reprodujo en

facsímil, e n l a Crónica de Nueva España de Francisco Cervantes

de Salazar, u n m a p a de las costas desde l a F l o r i d a hasta el

cabo de Grac ias a Dios , con indicación de lo descubierto en­

tre 1502 y 1519; en él f igura u n a leyenda que dice escueta­

mente ' ' P i n c o n e s " . 4

I n d u d a b l e m e n t e , no es posible señalar con precisión el

l u g a r que a lcanzaron Yáñez Pinzón y Solís en su navegación

sobre l a costa yucateca. E n cambio, con las pruebas exhu­

madas, se puede precisar el objetivo de l a expedición, con l a

fecha de sa l ida de Sanlúcar de B a r r a m e d a y de retorno al

p u e r t o de Sevi l la , como también p o r m e n o r i z a r otros datos

de interés.

C O N C O R D A N D O T O D A S L A S F U E N T E S a nuestro alcance, esboza­

remos l a h i s t o r i a de este viaje. Señalemos que, después de

u n a intensa a c t i v i d a d naviera en distintos sectores de l conti­

nente, se advirt ió, a l comenzar el siglo x v i , cierta paral iza­

ción p o r l a pérdida de navios y t r ipulantes que, lanzados a l

azar, i b a n en busca de metales preciosos y otros objetos de

v a l o r a t rueque de abalorios. E l deseo de acrecentar los bie­

nes n o se sometía a n ingún c o n t r o l y otros países europeos

r i v a l i z a r o n c o n España para descubrir nuevas tierras y gozar

de cuantiosos tesoros, s in allanarse algunas de esas expedi­

ciones a n i n g u n a fiscalización estatal . 5

P o r septiembre de 1507 y procedente de Ñapóles, retorna­

b a a España e l rey F e r n a n d o , q u i e n habría de dar nuevo

i m p u l s o a los descubrimientos. Puesto en contacto con l a

Casa de l a Contratac ión de las Indias Occidentales, se invitó

a c o n c u r r i r a l a c i u d a d de Burgos a los p i lotos más afamados

de entonces e n las rutas de América. D e acuerdo con esa i n ­

vitación rea l , se encontraban reunidos en esa c i u d a d , en

marzo de 1508, hombres de tanto prest igio como Américo Ves-

p u c i o , J u a n de l a Cosa, V i c e n t e Yáñez Pinzón y J u a n Díaz de

Solís. A l m e d i a r e l referido mes, se r e u n i e r o n en j u n t a y

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conferencia los nombrados , con l a asistencia de l rey F e r n a n d o

y — c o m o se s u p o n e — con l a presencia de l famoso obispo de

P a l e n c i a , J u a n Rodríguez de Fonseca y de l secretario real

L o p e C o n c h i l l o s . D e esa conferencia, conocida en l a h i s t o r i a

c o n el n o m b r e de J u n t a de Burgos, surgió l a creación de l car­

go de p i l o t o mayor , e l establecimiento de u n a escuela de

náut ica y l a confección d e l padrón real , p a r a enseñar y pre­

p a r a r a los futuros navegantes que fueran a arar a l a m a r ,

según gráfica expresión de a q u e l l a época. Adem á s de l o

expuesto, se proyectó u n viaje en busca de u n canal inter­

oceánico que, se suponía, existía hac ia l a parte N o r t e de las

costas recorridas p o r C o l ó n en su cuarto viaje, q u i e n también,

se asegura p o r distintos autores, tuvo ese m i s m o objet ivo, p o r

sospecharse entonces, de acuerdo con los conocimientos d i v u l ­

gados p o r V e s p u c i o , que las tierras descubiertas hasta enton­

ces pertenecían a u n continente totalmente ajeno a l de C a t a y

y C i p a n g o .

E l 22 de marzo se expedía a favor de Amér ico V e s p u c i o e l

t í tulo de p i l o t o m a y o r de l a Casa de l a Contratación de Se­

v i l l a . E n l a rea l cédula con que se le n o m b r ó se d e t a l l a n sus

obl igaciones p a r a e x a m i n a r a pi lotos y marineros , l a confec­

c ión de l padrón rea l — q u e debía señalar gráficamente todas

las tierras descubiertas hasta entonces, a l que debían agre­

garse después todas las nuevas tierras que se descubrieran,

c o n el objeto de tenerlo a l día y para que l o mar inos , con

su uso, fueran más cautos en sus navegaciones—, y además l a

enseñanza y manejo de los instrumentos náuticos. E n pocas

palabras, se erigía u n a cátedra o escuela p a r a l a navegación

a las I n d i a s . 6

A l siguiente día de extenderse d i c h o n o m b r a m i e n t o -—23

de m a r z o — , se f i r m a b a n las capitulaciones con V i c e n t e Yáñez

P inzón y J u a n Díaz de Solís. Este ú l t imo debía l levar l a de­

l a n t e r a en l a navegación y durante el día debía estar en co­

municac ión c o n e l p r i m e r o , quedándoles p r o h i b i d o a ambos

p i lo tos tocar tierras que fueran de l a jurisdicción de P o r t u ­

ga l (sólo en caso de necesidad podían hacerlo, de acuerdo con

l o que allí se especi f icaba) . L legados a t ierra , Solís debía que­

d a r a las órdenes de Pinzón. E l objet ivo d e l viaje l o señala

YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ DE SOLÍS 237

e l R e y en los siguientes términos: seguirán l a navegación

" p a r a descubrir aque l canal o m a r abierto que p r i n c i p a l m e n t e

is a buscar e que yo q u i e r o que se busque, e haciendo lo con­

t r a r i o seré m u y deservido e l o mandaré castigar e proveer

c o m o a nuestro servicio c u m p l a " .

Las naves debían p a r t i r d e l puerto de Cádiz y retornar a l

m i s m o l u g a r . 7

E n l a m i s m a fecha se designó veedor y escribano de l a

expedic ión a A l o n s o Páez, y en su título también se declara

q u e tenía a su cargo las cosas que se l levarían p a r a rescatar

e n el viaje que se i b a a e m p r e n d e r p a r a "descubrir a l a parte

d e l N o r t e " . 8

Se sabe que p a r t i e r o n Yáñez Pinzón y Solís de Burgos con

r u m b o a Sevi l la p a r a organizar l a expedición, el sábado 25

de marzo, p o r cuanto e l R e y deseaba que los navios se d i e r a n

a l a vela en el transcurso d e l mes de mayo, lo que no p u d o

efectuarse.

Tres días después de l a p a r t i d a de Burgos (28 de marzo),

se designaba p i l o t o acompañante de l a expedición a P e d r o

de Ledesma, que había navegado c o n C o l ó n en su cuarto

v ia je . 9

N o obstante l a a c t i v i d a d desplegada p a r a preparar las dos

naves expedicionarias , éstas n o estuvieron listas hasta avan­

zado el mes de j u n i o . E n el aprov is ionamiento y apresto de

las mismas se c o n s u m i e r o n 1.000,7831/2 maravedíes. E l 29

d e l referido mes l e v a b a n anclas d e l puer to de Sanlúcar de

B a r r a m e d a ambas naves. Solís i b a a b o r d o de l a Magdalena,

de la que era maestre G o n z a l o R u i z , y en l a San Benito, de

84 toneladas, i b a embarcado V i c e n t e Yáñez Pinzón, q u i e n l le­

v a b a p o r p i l o t o acompañante a l c i tado P e d r o de L e d e s m a . 1 0

Se i g n o r a totalmente l o o c u r r i d o durante l a navegación.

E n cuanto a las tierras recorridas, sólo se conoce u n a refe­

renc ia de V i c e n t e Yáñez Pinzón, expresada muchos años más

tarde. Según declaración de Ledesma, alcanzaron "hasta los

23 grados y m e d i o , es decir — c o m e n t a M e d i n a — hasta e l

trópico de Cáncer , algo a l N o r t e de donde hoy se h a l l a T a m -

pico, y casi e n l a l ínea recta de L a H a b a n a . E n l a p r i m e r a

hipótesis, habr ían costeado g r a n parte d e l golfo de México ,

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y r e c o r r i d o los l indes orientales de l i m p e r i o de M o c t e z u m a ,

s iendo m u y posible que los «lenguas», los guamines y otras

piezas que consta recogieron en el curso del viaje, fuesen de

a q u e l l a procedencia; «y como después, según dice H e r r e r a , n o

h u b o nadie que prosiguiese a q u e l descubrimiento, no se supo

m á s hasta que se descubrió todo l o de N u e v a España». ¿Sería

acaso esta expedición de Díaz de Solís l a que asegura e l P a d r e

Sahagún recordaban los i n d i o s de P a n u c o como o c u r r i d a al­

gunos años antes de l a invasión de Cortés?" 1 1

E n lo que respecta a V i c e n t e Yáñez Pinzón, sus palabras

f i g u r a n en l a declaración que formuló en Santo D o m i n g o ,

e n l a información levantada con respecto a l p le i to de los Co­

lón , en 1513. E n esa c i rcunstancia expresó que en el viaje

q u e había hecho con Solís ' 'descubrieron toda l a t ierra que

hasta hoy está descubierta, desde l a isla de G u a n a x a hasta l a

p r o v i n c i a de C a m a r o n a ; yendo l a costa de luengo hasta e l

O r i e n t e , está otra p r o v i n c i a que se l l a m a Chabañín e P i n t i ­

g u a , que descubrióla y e n d o l a costa de luengo, u n a grand B a ­

h í a de N a v i d a d , e que de allí descubrió este testigo las sierras

de C a r i a e otras tierras más adelante, e que a estas provincias

n u n c a el d icho d o n Cristóbal C o l ó n n i otro por él l l e g ó " . 1 2

L a d i f i c u l t a d , según nuestra opinión, consiste en i n d i c a r

los nombres actuales de los lugares señalados, que no con-

c u e r d a n según las referencias que poseemos de distintos auto­

res. L a falta de l a carta geográfica que debieron levantar los

p i lotos i m p i d e conocer u n a a d m i r a b l e fuente de cotejo. " L a

p r o v i n c i a de C a m a r o n a — a n o t a M e d i n a — según el m a p a de

R i b e i r o [de 1529], corresponde a lo que hoy se conoce con el

n o m b r e de Yucatán; y s iguiendo siempre l a costa, v i n i e r o n a

e n c o n t r a r «una g r a n bahía» que l l a m a r o n de l a N a v i d a d , esto

es, l a que está en e l fondo de H o n d u r a s , s in ser probable­

mente , como o p i n a b a L a s Casas, e l G o l f o D u l c e , s ituado h a c i a

e l S.O. de l a bahía, en 15 o 25'. L a s Sierras de C a r i a d e b i e r o n

ser, según parece, las montañas de l a región l l a m a d a hoy

B e l i c e . 1 3 N o hay antecedentes bastantes p a r a deducir si l le­

gados a C a b o Catoche, s igu ieron costeando, o si h i c i e r o n r u m ­

b o a l N o r t e s implemente , c o m o p u d i e r a creerse por l a deposi­

ción de L e d e s m a . " 1 4

YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ DE SOLÍS 239

L o s lugares de l a costa que e n su navegación en l a parte

N o r t e reconocieron los marinos , s iguien siendo u n a incóg­

n i t a . Pero n o puede dudarse que tocaron las costas de Yuca­

tán. T a m b i é n se i g n o r a n las fechas en que alcanzaron ciertos

accidentes geográficos y las causas p o r las que se disgustaron

e n t r e sí ambos navegantes.

D e retorno, las dos carabelas expedicionarias a nc l a r on en

S e v i l l a el 29 de agosto de 1509; es decir, que habían nave­

g a d o p o r espacio de catorce meses, l l e v a n d o a b o r d o diversos

objetos de guanines que f u e r o n fundidos en S e v i l l a . 1 5

Apenas desembarcaron los t r ipulantes , J u a n Díaz de Solís

fue preso y procesado, de l o c u a l i n f o r m a r o n a l R e y los ofi­

ciales de l a Casa de l a Contratación, en 27 de octubre. A l

contestar e l m o n a r c a desde V a l l a d o l i d , en 12 y 14 de no­

v i e m b r e , expresaba que deseaba saber todo l o o c u r r i d o entre

P i n z ó n y Solís durante e l viaje y que, cuando se d iera término

a l proceso, se lo r e m i t i e r a n j u n t o con el úl t imo de los n o m ­

brados "preso e a b u e n recabdo a esta m i corte", y en l o re­

l a t i v o a l a paga de los marineros , debía hacérseles efectiva,

p o r n o ser ellos culpables de l o o c u r r i d o . 1 6

D e l a documentación conocida se deduce que el culpable

de las desavenencias fue Solís, p o r c u a n t o e l 20 de marzo de

1510 se ordenaba a los oficiales reales de l a Casa de l a C o n ­

tratación que pagaran a V i c e n t e Yáñez Pinzón " todo lo que

se le debiere conforme a l asiento que de nos tiene, s in que en

l a paga se le p o n g a n i n g u n d i m p e d i m e n t o " . 1 7

L A C R E E N C I A S U S T E N T A D A sobre l a verac idad de cuanto expone

e l cronista mayor de las Indias , A n t o n i o de H e r r e r a y T o r -

desil las, antes de que se conocieran las fuentes que util izó

p a r a l a redacción de su Historia general de los hechos de los

castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, l levó

a cometer graves errores a historiadores modernos que si­

g u i e r o n sus Décadas. H o y , que en b u e n a parte son conocidos

los materiales que uti l izó, se puede demostrar que no siem­

pre fue ajustado en sus opin iones , d a n d o p o r realizados hechos

que n o o c u r r i e r o n . 1 8 Otras veces, razones de estado — c o m o

ocurre en e l viaje de V i c e n t e Yáñez Pinzón y J u a n Díaz de

240 JOSÉ TORRE REVELLO

Solís en 1 5 0 8 — lo o b l i g a n a convert ir en dos l a expedición,

f i j a n d o p a r a el efectuado hac ia Yucatán el año de 1506, y

1508 p a r a u n segundo a l R í o de l a P l a t a , con el propósito de

j u s t i f i c a r l a p r i o r i d a d de l descubr imiento de este úl t imo, ante

las aspiraciones de P o r t u g a l de extender su jurisdicción hasta

ese g r a n estuario, que rec lamaba algún t i e m p o después como

descubierto p o r marinos de su b a n d e r a . 1 9

H a y que tener en cuenta que H e r r e r a inició l a p u b l i c a ­

c i ó n de su o b r a en 1601, cuando todavía se discutía l a juris­

dicc ión española sobre ambas márgenes d e l P l a t a , a u n q u e y a

h a b í a exper imentado, a manos de l a nación r i v a l , l a pérdida

de grandes extensiones de tierras descubiertas y conquistadas

p o r sus h o m b r e s . 2 0

E l relato d e l viaje a Yucatán que hemos referido, es f i ­

j a d o p o r e l cronista H e r r e r a en 1506, copiando, aunque con

algunas ligeras variantes que no a l teran l a narración, l o que

h a b í a escrito el P . L a s Casas, de cuyos originales disfrutó,

c o m o es s a b i d o . 2 1

E n l o que respecta a l falso viaje a l R í o de l a P l a t a , l o f i ja

H e r r e r a en 1508, p o r cuanto a l tratar de l a J u n t a de Burgos

y de los acontecimientos que de l a m i s m a se d e r i v a r o n , se

refiere a V i c e n t e Yáñez Pinzón y J u a n Díaz de Solís, d i c i e n d o

q u e se plat icó " q u e se fuese descubriendo a l Sur, p o r toda l a

costa d e l B r a s i l adelante". E n ese l u g a r se glosan los docu­

mentos que hemos m e n c i o n a d o con relación a l viaje a Y u ­

catán. Pero n a d a se dice de las costas reconocidas. P o r estas

c ircunstancias, nos hal lamos en condiciones de a f i rmar que

H e r r e r a n o t u v o a l a vista los documentos fundamentales de

esta expedic ión y entre ellos el proceso que se le siguió a

J u a n Díaz de Solís con m o t i v o de las desavenencias plantea­

das con V i c e n t e Yáñez Pinzón, a menos que p o r las causas

expresadas se h a y a n hecho desaparecer. 2 2

E l viaje a que nos hemos refer ido n o tuvo trascendencia

p a r a los otros que después se sucedieron hasta l a conquista

de M é x i c o p o r H e r n á n C o r t é s . 2 3 S i n embargo, su conocimien­

to, en parte a l l a n a d o en este escrito con los datos de los au­

tores mencionados en él, deja abierto e l campo a l a investi­

gación p a r a futuros estudiosos, que p o d r á n consultar algunas

YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ DE SOLÍS 241

fuentes inéditas que existen en el A r c h i v o G e n e r a l de S iman­

cas o en a l g ú n otro de España y dejar establecido que m u c h o

antes de l a l legada de Francisco Hernández de C ó r d o b a y

J u a n de G r i j a i v a , ya desde los t iempos de A m é r i c o V e s p u c i o

(1497-1498), V i c e n t e Yáñez Pinzón y J u a n Díaz de Solís

(1508), s i n dejar de m e n c i o n a r a los náufragos de V a l d i v i a

de 1511, 2 4 los naturales de las tierras de M é x i c o sabían l a

existencia de grandes naos y de hombres blancos que venían

p o r el m a r de l a parte donde salía e l sol y cuya amenaza se

cernía constantemente en el espíritu de aquellos aborígenes,

sugestionados p o r tradiciones y leyendas l lenas de funestos

augurios.

N O T A S

1 Conviene aclarar que en algunos mapas primitivos ( 1 5 0 2 - 1 5 3 6 ) f i ­

gura el Río de la Plata con el nombre de Jordán. Descubierto en 1 5 1 3

por Vasco Núñez de Balboa el M a r del Sur (Océano Pacífico), al si­

guiente año preparó Portugal la expedición de Ñuño M a n u e l , l levando

como piloto a J u a n de Lisboa, para buscar u n paso interoceánico que

permitiera alcanzar las costas a l Poniente del Brasi l . E n ese año, 1514,

dicha armada descubría el Río de l a Plata. Conocida en España esa no­

ticia, se preparó en 1515 T a expedición de J u a n Díaz de Solís, que des­

cubría el estuario oficialmente, en los primeros días de enero de 1516,

bautizándolo con el nombre de Mar Dulce, e l cual no prosperaría. A

raíz de ser muerto Solís por los naturales de l a región, se le dio su nom­

bre en los documentos oficiales, pero en el mapa español de Diego

R i b e r o , de 1 5 2 9 , se le sigue l lamando Río Jordán, y en el de Agnese, de

1 5 3 6 , ya lleva l a leyenda de Río de la Plata. C o n motivo del retorno a

España de la expedición de Sebastián Caboto en 1 5 3 0 , se le comenzó

a l lamar en los documentos Río de la Plata. Cf. Eduardo M A D E R O , Histo­

ria del Puerto de Buenos Aires, Buenos Aires, 1 9 3 9 (la primera edición,

1 8 9 2 ) ; P a u l G R O U S S A C , Mendoza y Garay, Buenos Aires, 1 9 1 6 (segunda

edición), y José T O R I B I O M E D I N A , Juan Díaz de Solís, estudio histórico,

Santiago de C h i l e , 1897 . E n forma amena, Roberto J . P A Y R Ó , Mar Dulce,

crónica romancesca del descubrimiento del Río de la Plata, Buenos Aires,

1927 . L a cartografía p r i m i t i v a del Río de l a Plata la ha reunido R o ­

berto L E V I L L I E R , América la bien llamada, Buenos Aires, 1 9 4 8 , t. 2 , repro­

duciendo interesantes facsímiles dispersos en numerosas colecciones de

cartografía histórica.

2 Hernando C O L Ó N , Vida del Almirante Don Cristóbal Colón, escrita

por su hijo, edición, prólogo y notas de Ramón Iglesia, México-Buenos

Aires, 1 9 4 7 , p . 2 7 3 . Sobre l a autenticidad de l a obra del hi jo del A l m i -

242 JOSÉ TORRE REVELLO

rante, puede consultarse José T O R R E R E V E L L O , " D o n Hernando Colón, su

v i d a , su biblioteca, sus obras", en Revista de Historia de América, 1 9 4 5 ,

nú 111. 19.

3 Fray Bartolomé D E L A S C A S A S , Historia de las Indias, edición de

Agustín Mil lares Cario, México-Buenos Aires, 1951 , t. 2 , pp. 3 3 3 - 3 3 4 .

4 Francisco del Paso y Troncoso señala, en la Advertencia f inal a d i ­

cha obra, que algunas "buenas autoridades refieren el viaje al año 1 5 0 6 " .

Después de referirse a las islas Guanajas, donde habrían arribado Pinzón

y Solís con sus naves, agrega: "Navegando luego siempre al Poniente,

donde no había estado Colón, descubrieron toda la tierra f irme com­

prendida entre Cabo de Honduras y Punta de Higueras, la Gran Bahía

de Navidad (hoy Golfo de Honduras) y, sin dar con el Golfo Dulce,

continuando al Norte, alguna parte descubrirían de la península del Yu­

catán, bien que no creo pasaran más allá de lo que hoy se l lama Hondu­

ras Británica. Pinzón haría traza de lo que descubrió, pero no lo conoz­

co, y, con los datos que tengo a l a vista, sólo puedo afirmar que figuraba

en ella el Cabo de Higueras o Hibueras, porque terminantemente lo

dice así la carta escrita el 10 de ju l io de 1 5 1 9 al Rey por el Ayunta­

miento de la Veracruz, publicada por Gayangos con las Cartas de Cortés,

donde queda escrito (pág. 5) que l a Bahía de la Ascensión según opinión

de pilotos es muy cerca de l a punta de las Veras [sic por Ibueras], que es

l a tierra que Vicente Yáñez Pinzón descubrió y a p u n t ó . . . " Cf. Francisco

C E R V A N T E S DE S A L A Z A R , Crónica de Nueva España, en Papeles de Nueva

España, compilados y publicados por Francisco del P A S O Y T R O N C O S O ,

M a d r i d , 1914, t. 1, pp. 3 4 1 - 3 4 2 . E l año de 1 5 0 6 es a todas luces erróneo,

y ello se debe a que Paso y Troncoso se guió para lo que expone en

Herrera a través de sus famosas Décadas. Sobre la extraordinaria labor

realizada por este eminente investigador mexicano, véase la obra de Si l ­

vio Z A V A L A , Francisco del Paso y Troncoso, su misión en Europa, 1892-

jpró, México, 1 9 3 9 .

5 Siguiendo a Harrisse, enumera M e d i n a ochenta viajes efectuados

por naves de distintas banderas, desde el descubrimiento de Colón hasta

1 5 0 4 (José T o r i b i o M E D I N A , Juan Díaz de Solís, estudio histórico, Santia­

go de Chi le , 1 8 9 7 , t. 1, capítulo 3 ) . Es conveniente que recordemos que

l a mayoría de esas expediciones tenían carácter clandestino, y las menos

fueron en misión secreta.

6 José T o r i b i o M E D I N A , El veneciano Sebastián Caboto al servicio de

España, Santiago de C h i l e , 1 9 0 8 , t. 1, pp. 2555. E l título de Vespucio

en l a obra del mismo autor Juan Díaz de Solís, t. 2, pp. 7-13. Por otra

cédula de 6 de agosto de 1 5 0 8 , se confirmaba a Vespucio en el cargo de

pi loto mayor y examinador de pilotos que navegaran a las Indias y que

con su acuerdo se formase el padrón real (ibid., pp. 4 1 - 4 7 ) . Véase José

P U L I D O R U B I O , El piloto mayor de la Casa de la Contratación de Sevilla,

Sevilla, 1 9 2 3 , pp. 2 1 9 - 2 2 2 .

7 L a capitulación, junto con u n total de dieciocho documentos rela­

tivos a este viaje, se reproduce en M E D I N A , Juan Díaz de Solís, t. 2.

YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ DE SOLÍS 243

E n t r e ellos f igura u n memorial para el aprovisionamiento de dos naves,

tonelaje, número de tripulación, etc. Por dos cédulas de 2 2 de marzo

de 1 5 0 8 , se asignaban a Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz de Solís 4 8 , 0 0 0

maravedíes y dos cahíces de trigo en cada año.

8 E l título lo reproduce M E D I N A , obra y tomo citados, pp. 3 4 - 3 5 .

9 E l título en M E D I N A , pp. 3 8 - 3 9 .

1 0 M a n u e l D E L A P U E N T E Y O L E A , Estudios españoles. Los trabajos

geográficos de la Casa de la Contratación, Sevilla, 1 9 0 0 , pp. 6 7 ss.; y

M E D I N A , Juan Díaz de Solís, tomo 1, pp. cxxvi i -cxxxi i , y tomo 2 , p. 165.

E n memorial de 2 2 de marzo de 1 5 0 8 , se indicó que una de las carabelas

debía ser la Isabeleta, y que si ésta no servía se debía buscar una de 5 0

a 7 0 toneles. Es interesante señalar que la partida de las naves y su

letorno debía hacerse desde el puerto de Cádiz. Sin embargo, zarparon

de Sanlúcar de Barrameda y regresaron a Sevilla.

11 M E D I N A , Juan Díaz de Solís, t. 1, pp. cxliss. Nuestro inolvidable

amigo M a n u e l T O U S S A I N T , La conquista de Panuco, México, 1 9 4 8 , pp.

6 7 - 7 1 , sostiene que los primeros blancos llegados a Panuco fueron los

compañeros de Américo Vespucio en su viaje de 1 4 9 7 - 1 4 9 8 .

12 Transcrito por M E D I N A , Juan Díaz de Solís, t. 2, p. 105 .

13 Para don Francisco del P A S O Y T R O N C O S O , en nota a la obra de

C E R V A N T E S DE S A L A Z A R , op. cit., t. 1, p. 3 4 1 , l a Caria sería l a costa de los

Mosquitos, lo que nos parece inadmisible.

14 M E D I N A , Juan Díaz de Solís, t. 1, p. cxl .

1 5 Para la fecha del retorno de las naves, véase P U E N T E Y O L E A , Estu­

dios españoles, p . 8 0 . M E D I N A (op. cit., t. 1, p. c lxxv i i , nota), que no

conoció la fecha, calculaba el arribo hacia el 12 de octubre de 1 5 0 9 .

De las tierras descubiertas traían a bordo de las carabelas varios " len­

guas" o, mejor dicho, naturales a quienes habían enseñado el castellano

con el propósito de utilizarlos de intérpretes en futuras empresas. L le­

gadas las naves de recalada a Santo Domingo, en donde se hallaba de

gobernador de las Indias, el comendador de Lares, frey Nicolás de Ovan­

do, que esperaba en ese entonces a su sucesor, el segundo almirante y

virrey, Diego Colón, les quitó los "lenguas". Esa actitud dio origen a l a

real cédula dada en V a l l a d o l i d a 14 de noviembre de 1 5 0 9 , d ir ig ida a l

tesorero de la isla Española, M i g u e l de Pasamonte, en l a que se lee:

"Ansimismo yo he sabido que Vicente Yáñez y J u a n Díaz de Solís traje­

r o n ciertas lenguas de l a tierra que fueron a descubrir, las cuales diz

quel comendador mayor nuestro gobernador que fue no las dejó traer: yo

vos mando que luego me enviéis larga y entera relación qué fue la cabsa

por quel dicho comendador mayor no dejó traer las lenguas e qué fue­

ron las cosas que los dichos Vicente Yáñez e J u a n Díaz de Solís trajeron

del dicho viaje" (Epistolario de la Nueva España, 1505-1818, recopilado

por Francisco del P A S O Y T R O N C O S O , México, 1 9 3 9 , tomo 1, 1 5 0 5 - 1 5 2 9 ,

p. 4 ) .

16 M E D I N A , Juan Díaz de Solís, t. 2 , pp. 5 0 - 5 1 , y P A S O Y T R O N C O S O ,

Epistolario de la Nueva España, tomo cit., p p . 2-3 .

244 JOSÉ TORRE RE VELLO

1 7 P A S O Y T R O N O O S O , Epistolario, t. i , p . 6 . Algunos documentos ya

incorporados p o r otros autores en sus obras sobre el viaje de 1508, figu­

r a n en la Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento,

conquista y organización de las antiguas posesiones de América y Ocea-

nía sacados de los archivos del remo y muy particularmente del de In­

dias, M a d r i d , 1 8 6 4 - 1 8 8 4 , tomos 2 2 , 3 1 y 3 6 , y en la Colección de documen­

tos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las

antiguas posesiones españolas de Ultramar, 2^ serie, que comenzó a p u ­

b l i c a r la R e a l Academia de l a His tor ia , M a d r i d , 1 8 8 5 , en particular to­

mos 5 , 17 y 2 0 .

1 8 Ilustra sobre los procedimientos seguidos por el famoso "Príncipe

de los Cronistas", y las fuentes que en parte trascribió en su texto, el

magnífico Proemio de Antonio B A L L E S T E R O S B E R E T T A al primer volumen

de l a obra de Herrera, en la edición que comenzó a publicar la Academia

de l a H i s t o r i a , de M a d r i d , a part ir de 1 9 3 4 ; asimismo consúltese José

T O R R E R E V E L L O , " L a expedición de don Pedro de Mendoza y las fuentes

informativas del cronista mayor de las Indias, A n t o n i o de Herrera y T o r -

clesillas", en Contribuciones para el estudio de la historia de América,

homenaje al doctor Emilio Ravignani, obra publicada en Buenos Aires,

1 9 4 1 , pp. 6 0 5 - 6 2 9 .

19 Con respecto al tema jurisdiccional en el Plata entre España y

Portugal , véase Enrique DE G A N D Í A , Antecedentes diplomáticos de las ex­

pediciones de Juan Díaz de Solís, Sebastián Caboto y don Pedro de

Mendoza, Buenos Aires, 1935 .

2 0 Recordaremos que, si bien Fel ipe II en 1 5 8 0 comenzó a reinar so­

bre Portugal y España, ambos Estados se manejaron independientemente,

aunque con tolerancia por parte de España, en e l sentido de no detener

el constante avance de los portugueses en América hacia tierras de su j u ­

risdicción. Los bandeirantes en su marcha, rebasando la famosa línea del

T r a t a d o de Tordesillas, ensancharon, a costa de España, los límites ju­

risdiccionales de sus colonias en el Bras i l , que en su afán de penetración

hacia el Sur aspiraban a alcanzar las riberas orientales del Plata. Inde­

pendizado Portugal de España en tiempos de Felipe I V ( 1 6 4 0 ) , los por­

tugueses fundaron en 1 6 8 0 , frente a Buenos Aires, l a Colonia del Sacramen­

to, de donde fueron expulsados en repetidas ocasiones, situación ésta que

sería motivo de conflictos hasta después de emancipados los países ame­

ricanos. Cf. José T O R R E R E V E L L O , " L a Colonia del Sacramento", en A C A ­

D E M I A N A C I O N A L DE L A H I S T O R I A , Historia de la Nación Argentina (desde

los orígenes hasta la organización definitiva en 1862), director general,

R i c a r d o Levene, Buenos Aires, 1 9 3 7 , t. 3 , p p . 5 4 1 - 5 5 6 . Sobre la acción

de los bandeirantes, véase el cap. v u de l a obra de Pedro C A L M O N , His­

toria de la civilización brasileña, Buenos Aires, 1937 .

2 1 Vamos a publicar apareados, como muestra, algunos fragmentos. E l

texto de H E R R E R A corresponde a l a década pr imera, l ibro sexto, capí­

tulo X V I I . Manejamos la edición hecha por l a Academia de la Histor ia

de M a d r i d .

YÁÑEZ PINZÓN Y DÍAZ DE SOLÍS 245

L A S CASAS

"Después que el Almirante s a l i ó . . .

y fue a Casti l la , sabido lo que ha­

bía descubierto, acordaron luego u n

J u a n Díaz de Solís y Vicente Yá-

fiez P inzón. . . , los cuales fueron a

tomar el h i l o desde l a isla o islas

de Guanajes . . . desde los Guanajes,

y debieron llegar en paraje del

G o l f o Dulce, aunque no lo vieron

porque está escondido, sino que

v ieron la entrada que hace l a mar

entre la tierra que contiene el G o l ­

fo Dulce y la de Y u c a t á n . . . vol­

v ieron al Norte . Y por todo esto

parece que sin duda descubrieron

entonces mucha parte del reino de

Yucatán. .

Edición cit., t. 2, pp. 3 3 3 - 3 3 4

H E R R E R A

"Sabido en Castilla lo que había

descubierto el nuevo Almirante ,

J u a n Díaz de Solís y Vicente Yá-

ñez P i n z ó n . . . fueron a tomar el

h i l o desde las islas de los Guana­

jos y volver de ellas a l Levante;

pero navegaron desde las dichas

islas hacia el Poniente hasta el pa­

raje del Golfo Dulce, aunque no

lo vieron por estar escondido; re­

conocieron la entrada que hace l a

mar entre l a tierra que contiene el

Golfo y l a de Yucatán. . . y vol­

vieron al Norte y descubrieron m u ­

cha parte del reino de Yucatán. .

Edición cit., t. 3 , pp. 7 9 - 8 0

22 H E R R E R A , Historia general, década primera, l ibro séptimo, capí­

tulo 1 (edición cit., pp. 101-102) . E n el capítulo i x (pp. 141-142) se da

u n a ligera referencia sobre el supuesto viaje al Sur, equivocando en el

título el nombre de Solís por J u a n de l a Cosa, error que no figura en el

texto. Dice que, llegados los navegantes a l cabo San Agustín, "y pa­

sando adelante, llevando l a vía del Sur, costeando la T i e r r a F i r m e ,

fueron a ponerse casi en cuarenta grados de l a otra parte de la línea

equinoccial" . A l comentar en nota ese capítulo, el académico A L T O L A -

G U I R R E Y D U V A L E escribe: " D e l relato de Herrera se deduce que Solís y

Pinzón siguieron, contra lo capitulado, el r u m b o al Sur del Darién, l le­

gando hasta el cabo San Agustín, lo cual está en contradicción con lo que

refieren Las Casas, don Fernando Colón y con las declaraciones prestadas

en los pleitos seguidos por el almirante don Diego, que afirman que,

navegando al Norte de lo descubierto por don Cristóbal Colón, llegaron

al Yucatán. D o n M a n u e l de l a P U E N T E O L E A , en su obra Los trabajos

geográficos de la Casa de la Contratación, prueba el error de Herrera

af irmando que los navegantes realizaron su expedición hacia el Norte

cumpliendo lo capitulado."

2 3 E l mapa de Canerio ( 1 5 0 2 ) diseña la F l o r i d a , el Golfo de México

y l a península de Yucatán, basado, según se cree, en el viaje de Amé-

rico Vespucio, 1 4 9 7 - 1 4 9 8 . Se reproduce en Roberto L E V I L L I E R , América

la bien llamada, op. cit., t. 1, p. 9 4 . Véase asimismo el texto, en las

páginas siguientes. Consúltense a l respecto los mapas de Waldseemüller

( 1 5 0 7 ) y R u y s h ( 1 5 0 8 ) en l a citada obra, p p . 102 y 103.

24 De los náufragos de 1511 da noticia López de Gomara, refiriendo

246 JOSÉ TORRE REVELLO

cómo una carabela que había partido del Darién con destino a la Es­

pañola, al mando de V a l d i v i a , naufragó con su valiosa carga de oro en

unos bajos llamados de las Víboras, en Jamaica, perdiéndose. Embarcados

veinte náufragos en el batel, fueron arrastrados por las corrientes durante

1 3 ó 14 días, muriendo en el camino siete u ocho hombres. Después

fueron desapareciendo V a l d i v i a y sus compañeros y sólo quedaron en sal­

vo Jerónimo de Agui lar y el marinero Gonzalo Guerrero. A l primero lo

recogería Hernán Cortés. E n cuanto al segundo, se casó con una mujer

indígena y tuvo descendencia. Así lo refirió A g u i l a r a Cortés. Véase

Francisco L Ó P E Z DE G O M A R A , Conquista de México, M a d r i d , 1877, t. 1,

p . 3 0 4 . E l P . L A S C A S A S , a l tratar este episodio, repite lo que escribió

López de Gomara, siguiendo su narración. Véase su Historia de las In­

dias, ed. cit., t. 2 , p. 5 7 6 , y t. 3 , pp. 2 3 0 - 2 3 1 . D Í A Z D E L C A S T I L L O , Verda­

dera historia de los sucesos de la conquista de la Nueva España, M a d r i d ,

1 8 8 6 , t. 2, pp. 2 2 - 2 4 , s e ocupa del episodio referido, agregando que en el

batel iban quince hombres y dos mujeres, que sería lo cierto.