Eliminación de las cuestiones previas en la Ley...

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UNIVERSIDAD METRPOLITANA DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO ESPECILIZACIÓN EN DERECHO CORPORATIVO ELIMINACIÓN DE LAS CUESTIONES PREVIAS EN LA LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO Y SUS CONSECUENCIAS EN EL EJERCICIO LEGÍTIMO DEL DERECHO A LA DEFENSA Autor: Maria Ignacia Quintero R. Tutor: Francis González S. Caracas, marzo 2004

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UNIVERSIDAD METRPOLITANA DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO ESPECILIZACIÓN EN DERECHO CORPORATIVO

ELIMINACIÓN DE LAS CUESTIONES PREVIAS EN LA LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO Y SUS

CONSECUENCIAS EN EL EJERCICIO LEGÍTIMO DEL DERECHO A LA DEFENSA

Autor: Maria Ignacia Quintero R. Tutor: Francis González S. Caracas, marzo 2004

Dedicatoria

A mis padres, a quienes debo todos mis logros.

APROBACIÓN

Quien suscribe, FRANCIS GONZALEZ SILVA, tutor del Trabajo

de Grado “La Eliminación de la Cuestiones Previas en la ley Orgánica

Procesal del Trabajo y sus consecuencias en el Ejercicio Legítimo del

Derecho de la Defensa”, elaborado por MARIA IGNACIA QUINTERO

REY para optar la título de Especialista en Derecho Corporativo,

considera que el mismo reúne los requisitos exigidos por el Decanato del

Postgrado de la Universidad Metropolitana, y tiene méritos suficientes

como para ser sometido a la presentación y evaluación por parte del

Jurado examinador;

En la ciudad de Caracas, a los diez (10) días del mes de marzo del año 2004.

Francis González Silva

Tutor

DERECHO DE AUTOR

Yo, MARIA IGNACIA QUINTERO REY, titular de la cédula de

identidad número 12.958.921, cedo a la Universidad Metropolitana el

derecho de reproducir y difundir el presente trabajo titulado: “La

Eliminación de la Cuestiones Previas en la ley Orgánica Procesal del

Trabajo y sus consecuencias en el Ejercicio Legítimo del Derecho de la

Defensa” con las únicas limitaciones que establece la legislación vigente

en materia de derecho de autor.

En Caracas, a los diez (10) días del mes de marzo del año 2004.

RESUMEN

Mediante el presente trabajo pretendimos constatar como la

aplicación estricta de la norma contenida en el Artículo 129 de la Ley

Orgánica Procesal del Trabajo, en lo relativo a la eliminación de las

Cuestiones Previas, pudiera configurar una violación al ejercicio legítimo

del derecho de la defensa del demandado en el proceso laboral.

En virtud de lo anterior, analizamos el alcance de la figura del

Despacho Saneador como instituto fundamental sobre el cual descansa la

eficacia del proceso laboral y pudimos concluir como su correcta

utilización, en el contexto de un proceso plenario, pudiera constituir un

instrumento procesal alternativo para la depuración del proceso.

Para llegar este resultado, consideramos que era ineludible estudiar

los principios que orientaron al legislador patrio en la elaboración de las

normas adjetivas laborales, su espíritu, propósito y razón y la finalidad de

la consagración de la Audiencia Preliminar en el nuevo modelo laboral.

Dada la corta vigencia de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,

consideramos prudente alertar al lector que en desarrollo del presente

trabajo solo hacemos mención de algunos criterios reiterados por la

jurisprudencia sobre las Cuestiones Previas en general, pero no

específicamente en relación a la tramitación de las Cuestiones Previas en

la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, ya que hasta la fecha no existen

decisiones relevantes que pudieran validar los resultados de nuestro

análisis.

En consecuencia, nuestra argumentación viene dada por la

interpretación de ciertas premisas que permiten deducir el propósito del

legislador en concordancia con algunos criterios de carácter doctrinarios.

INTRODUCCIÓN

La Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en adelante “LOPT”, cuyo

origen se remonta al mandato constituyente de 1999, responde a la

imperiosa necesidad de crear un mecanismo procesal capaz de facilitar

una justicia rápida y efectiva, atendiendo a la naturaleza particular de las

relaciones laborales.

La LOPT fue promulgada en la Gaceta Oficial de la República

Bolivariana de Venezuela Número. 37.504 de fecha el 13 de agosto de

2002, pero no fue sino hasta un año después que la misma entró en

vigencia plena1, estableciéndose de esta forma un régimen procesal

transitorio.

Este conjunto de normas adjetivas es el resultado de la

incorporación de principios y postulados de las nuevas tendencias del

Derecho Procesal que han sido incorporados en otras legislaciones con

resultados exitosos.

Sin ánimos de quebrantar la invalorable labor realizada por la

Comisión Redactora de la LOPT, mediante el presente trabajo

pretendemos formular una crítica constructiva a la disposición contenida

en el Artículo 129 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en cuyo texto

se proscribió expresamente la posibilidad de generar incidencias sobre

Cuestiones Previas.

Dada la corta vigencia de la Ley, es importante poner de manifiesto

que no existen antecedentes relevantes de orden jurisprudencial que nos 1 salvo en lo respecta a los artículos 49, 178 y 179 de la LOPT, cuya vigencia fue inmediata.

puedan orientar sobre los criterios que han adoptado los jueces sobre este

particular.

En consecuencia, hemos elaborado el presente trabajo mediante un

análisis pormenorizado de la Exposición de Motivos de la Comisión

Redactora de LOPT y el Anteproyecto de Ley remitido a la Asamblea

Nacional para discusión y aprobación, el Anteproyecto presentado por la

Comisión Permanente de Desarrollo Integral de la Asamblea Nacional en

lo referente a los principios que inspiraron este nuevo procesal laboral, y

las diferentes posiciones que ha adoptado la Doctrina venezolana sobre

este tema en particular.

Antes de entrar analizar específicamente la disposición legal

contenida en el Artículo 129 eiusdem, consideramos necesario para la

correcta interpretación y argumentación del trabajo en referencia,

presentar al lector un análisis detallado de los principios rectores de la

Ley, la finalidad y alcance del estado procesal donde se pone manifiesto la

eliminación de las Cuestiones Previas y una exposición sobre su

naturaleza jurídica y la importancia de las mismas como mecanismo

idóneo para garantizar la validez del proceso.

INDICE

Capítulo 1 De los Principios Generales y la Audiencia Preliminar en el

Nuevo Proceso Laboral

1.1 Principios que orientan el nuevo proceso laboral

venezolano…………………………………………………………..11

1.2 La Audiencia Preliminar……………………………………29

Capítulo 2 Cuestiones Previas

2.1 Concepto y Naturaleza Jurídica...................................................42

2.2 Contenido de las Cuestiones Previas en el Derecho Procesal

venezolano.........................................................................................44

2.3 Cuestiones Previas en el Proceso Laboral Venezolano...............48

Capítulo 3 Aplicación práctica de la norma contenida en el artículo

129 de LOPT

3.1 Despacho Saneador en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. y

el alcance de la facultad de depuración del proceso del Juez de

sustanciación, mediación y ejecución................................................53

3.2 Mecanismos Alternativos........................................................65

CONCLUSIONES...................................................................................69

BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................70

CAPITULO 1

De los Principios Generales y la Audiencia

Preliminar en el Nuevo Proceso Laboral

12

1.1 Principios que orientan el nuevo proceso laboral

venezolano.

Considerando que los principios generales que inspiraron al

legislador patrio en elaboración del nuevo modelo proceso laboral,

influyeron de forma determinante en la proscripción de las cuestiones

previas, estimamos ineludible abordar su estudio de forma

pormenorizada a los efectos de evidenciar el verdadero propósito de su

eliminación: satisfacer el imperativo constitucional de no se sacrificar la

justicia por la omisión de formalidades no esenciales.

Es de advertir que en este conjunto principios generales no todos

tienen relevancia en lo respecta al eje central del presente trabajo. No

obstante, consideramos que su aplicación sincronizada y armónica

contribuye al éxito del proceso en la búsqueda de la verdad jurídica

objetiva.

En este mismo orden de ideas, al analizar el contenido del artículo

2 de la LOPT, nos encontramos que el legislador patrio establece los

principios rectores que deben gobernar la actuación del juez laboral a lo

largo de todo proceso para lograr una tutela judicial efectiva. El precitado

artículo señala textualmente:

“Artículo 2.- El juez orientará su actuación en los principios de

uniformidad, brevedad, oralidad, publicidad, gratuidad, celeridad,

inmediatez, concentración, prioridad de la realidad sobre los hechos y

equidad”.

El nuevo proceso laboral se encuentra determinado por los

artículos 26, 256 y 257 de nuestra Carta Magna, cuya finalidad es la

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eliminación de los obstáculos procesales y los formalismos innecesarios

para llegar a la verdad jurídica objetiva.

Estos principios no son más que garantías procesales de rango

constitucional que elevan a tal categoría el proceso del trabajo, el cual

debe buscar como bien jurídico tutelado la justicia social.

a) Principio Autonomía y Especialidad de la Jurisdicción:

La Constitución de 1999 dispone en la Disposición Transitoria

Cuarta que: “Dentro del primer año, contado a partir de su instalación, la

Asamblea Nacional aprobará…: 4. Una Ley Orgánica Procesal del

Trabajo que garantiza el funcionamiento de una jurisdicción laboral

autónoma y especializada…”.

La jurisdicción especial del trabajo constituye una de las más

importantes excepciones al principio de la unidad de la jurisdicción

establecida en el Código de Procedimiento Civil venezolano. Sin lugar a

dudas, de una justificada excepción, cuya causa es la bifuncionalidad de

la LOPT que regula la relación material entre el empleador y el

trabajador para la producción de riquezas del país, se trata pues de una

Ley Protectora y una Ley Económica.

Al analizar este principio la Comisión Redactora expresa: “En este orden de ideas el anteproyecto le otorga a los órganos jurisdiccionales del trabajo la facultad para conocer exclusivamente de todos aquellos asuntos de carácter contencioso que se produzcan con relación al hecho social trabajo. El anteproyecto desarrolla tanto la idea de autonomía y especialidad de la jurisdicción laboral al establecer que conocerán en primera instancia los Tribunales de Primera Instancia del Trabajo, tanto de Sustanciación y Ejecución como los de juicio o los de Mérito y las Cortes Superiores del Trabajo de las respectivas circunscripciones o circuitos judiciales en segunda instancia. Igualmente la autonomía y la independencia de la

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jurisdicción del trabajo la garantiza la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia, con competencia material en la problemática laboral. Por otra parte, la jurisdicción laboral será ejercida por los Tribunales del Trabajo previstos en el anteproyecto con competencia especializada en materia laboral y con autonomía e independencia de otros órganos del Poder Judicial.” De acuerdo al criterio expuesto por la Comisión redactadota, existe

no solo una unidad de jurisdiccional, sino también del proceso o de la

caracterización unitaria del proceso y de la ley procesal.

b) Principio de Gratuidad

De acuerdo a este principio no se pueden generar tasas, impuestos

habilitaciones, ni utilización de cualquier tipo de actuación de carácter

oneroso. 2

Este principio es una consecuencia más del constitucionalismo

social que viene evolucionando en Venezuela desde la Constitución de

1947, y que alcanzó su punto más progresista en la Constitución

Bolivariana de 1999.3

Al examinar este principio la Comisión redactora expresa: “Este principio también de rango constitucional garantiza el derecho que toda persona tiene de acceder a los órganos de administración de justicia laboral, destacándose en el anteproyecto la garantía de gratuidad de la justicia del trabajo. En efecto, el anteproyecto establece que la justicia laboral será gratuita. En consecuencia, los tribunales del trabajo no estarán

2 Fuera de estas prohibiciones quedan los emolumentos judiciales, es decir, honorarios profesionales de los árbitros, peritos, prácticos y demás auxiliares de la justicia. 3 La garantía en cuestión no es una innovación de la LOPT, puesto que esta normativa ya estaba prevista en el artículo 14 de Ley Orgánica del Trabajo: “Estarán exentos de los impuestos los timbres fiscales y de cualquier otra contribución fiscal, todos los actos jurídicos, solicitudes y actuaciones que se dirijan a los funcionarios administrativos o judiciales del Trabajo o que se celebren entre ellos. Los servicios de estos funcionarios serán gratuitos para los trabajadores y patronos, salvo disposición especial”.

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facultados para establecer tasas, aranceles, ni exigir pago alguno por sus servicios”4

c) Principio de Oralidad

La Comisión redactora de la LOPT le da una connotación

fundamental a este principio en los siguientes términos:

“La estructura fundamental del proceso laboral reglamentado en el anteproyecto de Ley Orgánica Procesal del Trabajo, descansa sobre la base del principio de la oralidad, establecida tanto en el artículo 257 como en la Disposición Transitoria Cuarta, numeral 4° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En efecto en su artículo 257, estableció lo siguiente: “El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales.” Por su parte la Disposición Transitoria Cuarta, numeral 4° dice que: “Una Ley Orgánica Procesal del Trabajo que garantice el funcionamiento de una jurisdicción laboral autónoma y especializada, y la protección del trabajador y la trabajadora en los términos previstos en la Constitución y las leyes. La Ley Orgánica Procesal del Trabajo estará orientada por los principios de la gratuidad, celeridad, oralidad, inmediatez, prioridad de la realidad sobre los hechos, la equidad y rectoría del juez del proceso.” (Subrayado nuestro) En este mismo orden ideas, el artículo el artículo 3 de LOPT

dispone:

“Artículo 3.- El proceso será oral, breve y contradictorio, solo se

apreciarán las pruebas incorporadas al mismo conforme a las

disposiciones de esta Ley, se admitirán las formas escritas previstas en

ella”.

4 Este principio no solo priva para las actuaciones directas de naturaleza laboral, sino de cualquier actuación derivada y del ejercicio de la justicia laboral, como es el caso de los Registradores y Notarios a los cuales se les prohíbe expresamente el cobro de tasas o aranceles por sus servicios cuando la actuación sea de naturaleza laboral.

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Este principio se desarrolla básicamente en las audiencias previstas

en la LOPT, a saber: (i) la audiencia preliminar; y (ii) la audiencia de

juicio o de mérito.

La prevalencia de este principio hace posible la aplicación efectiva

de otros principios como la inmediación, la celeridad, la concentración y

la inmediatez, el cual, según expresa la Doctrina en concordancia con lo

señalado por los proyectistas: “la oralidad como principio rector de los

procesos tipo oral, no debe entenderse en la acepción simplista de la mera

expresión hablada de los actos procesales, pues en esa forma seríamos

llevados a equívocos insuperables que nos ocultarían las ventajas reales

de un proceso tipo oral. En la realidad, la estructura oral de un proceso

depende también de la vigencia de otros dos principios fundamentales: la

concentración y la inmediatez procesales, los cuales forman parte de los

tres términos de un trinomio único, o como lo expresa Carnelutti: “la

fórmula del concepto” chiovendano de la oralidad.”(A. Rengel-Romberg,

1994, Volumen I, p. 179).

En efecto, se trata de un contacto directo y simultáneo de los

sujetos procesales con los medios de prueba promovidos en los cuales

debe basarse la discusión y la decisión del juez.

Partiendo del supuesto anterior, encontramos como la oralidad y la

correcta interpretación de su alcance, permite al Juez Sustanciación,

Mediación y Ejecución a través del Despacho Saneador, resolver el

forma oral, todos los vicios procesales que pudiere detectar, sea de

oficio o a petición de parte, todo lo cual deberá reducirse en un acta

(Artículo 134 LOT). Este tópico será objeto de comentarios en las

próximas líneas (vid. ut infra 3.1)

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Cabe destacar que no es posible desechar totalmente de los

registros escritos, así como el líbelo de la demanda (artículo 123), la

contestación de la demanda (135), escrito de promoción de pruebas

(artículo 74), sentencia escrita (artículo 159,165 y 174), entre otros, pues

se violentaría el principio de seguridad jurídica de las partes.

d) Inmediación

En general, la inmediación es un principio de Derecho Procesal

encaminado a la relación directa de los litigantes con el juez,

prescindiendo de la intervención de otras personas. Constituye el medio

para que el juzgador conozca personalmente de las partes y pueda

apreciar mejor el valor de las pruebas, especialmente la testifical, ya ellas

deben realizarse en su presencia.

En lo que respecta a la legislación adjetiva laboral, este principio

descansa sobre la necesidad que el juez dicte una sentencia en la cual

haya asistido en el desarrollo de las pruebas del cual puede derivarse su

convencimiento, es decir, que haya entrado en relación directa con las

partes, con los testigos, con los peritos y expertos.

Sobre este particular advierte la exposición de motivos:

“Por su parte, la inmediación a su vez es esencial al juicio oral por cuanto tanto el debate entre las partes como la evacuación de las pruebas en el proceso deben ser incorporadas en la misma audiencia, es decir, de manera inmediata. El otro aspecto resaltante de este principio es que el juez debe participar personal y activamente en la evacuación de la prueba, a los fines de poder formarse personalmente, un juicio valorativo de los argumentos y alegatos de las partes como de las pruebas evacuadas en la audiencia, y poder juzgar personalmente en base a la sana critica, resultante del debate procesal”.

Adicionalmente, la inmediatez es considera por la Doctrina como:

“la relación causa efecto que tiene que existir entre el derecho sustantivo

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tutelado y el proceso y la decisión del Tribunal del Trabajo con la

sentencia laboral.” (C. Sainz Muñoz, 2003, p.56).

Sin lugar dudas, la implantación de la oralidad en el nuevo proceso

laboral, hará la inmediación más efectiva, pues solo con el contacto

directo con los sujetos procesales y las pruebas, podrá asegurarse una

adecuada decisión en los litigios laborales.

Ahora bien, para garantizar una adecuada decisión en los procesos

laborales, constituye un deber inexcusable del Juez participar personal y

activamente en la valoración de la pruebas, incluso aquellas que el

demandado pueda promover que se refieran a las circunstancias

constitutivas de alguna cuestión previa. Admitir lo contrario, sería

impulsar al juez a abstraerse de la realidad del proceso, obviando la

infracción de presupuestos procesales fundamentales que estudiaremos

con más detenimiento en las próximas líneas. (vid. ut infra 2.1 .y 2.2).

e) Concentración

El derecho procesal venezolano estaba dominado por el principio

de orden consecutivo legal5 con fases de preclusión6 o fraccionamiento

del proceso. No obstante, nuestro nuevo proceso laboral establece como

principio rector la concentración, es decir, cuando el examen de la causa

se hace en un período único, que se desarrolla en una audiencia o en

pocas audiencias próximas, de tal modo que los actos procesales se

5 Cuando rige la regla de que acto en particular debe realizarse dentro del término que le corresponda o no puede ejecutarse ya en absoluto. 6 Principio procesal según el cual el juicio se divide en etapas, cada una de las cuales supone la clausura de la anterior, sin posibilidad de renovarla. (Couture).

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aproximan en el espacio y en el tiempo y se suceden

ininterrumpidamente.

La Exposición de Motivos de la Comisión Redactadota al señalar

este principio expresa: “Este principio consiste en que debe concentrarse en una misma audiencia

tanto la persona del juez o la jueza que va a dirigir el debate y producir la sentencia, como la comparecencia de las partes y la evacuación de todas las pruebas, todo esto con el propósito de evitar retardos innecesarios y a fin de garantizar por parte del juzgador un conocimiento personal, directo y actual del debate procesal y poder obtenerse así una sentencia inmediata y en base a la percepción que el juez haya tenido del juicio”.

En efecto, bajo esta premisa fue redactado el Artículo 132 de la

LOPT el cual dice textualmente:

“Artículo 132.-La audiencia preliminar podrá prolongarse en el

mismo día, una vez vencidas las horas de despacho, hasta que se agotare

el debate, previa aprobación del Juez. En todo caso, si no fuere suficiente

la audiencia fijada para agotar complemente el debate, éste continuará el

día hábil siguiente y así cuantas veces sea necesario, hasta agotarlo”7.

En lo que respecta al eje central de nuestro trabajo, la eliminación

de las cuestiones previas responde, entre otros, al cumplimiento del

imperativo de la concentración del proceso a los efectos de evitar la

apertura de incidencias que dilaten el proceso.

Sin embargo, su implantación, tal y como argumentaremos mas

adelante, no constituye en sí mismo un principio incompatible con la

7 Ahora bien, cuando se trata del diligenciamiento de algunas pruebas en la Audiencia de Juicio, las cuales requieren de la tramitación anticipada, como es el caso de las inspecciones judiciales, tacha incidental de instrumentos públicos y privados, experticia y demás medios probatorios previstos en la legislación venezolana, dicho principio debe ser flexibilizado para poder garantizar la inmediatez que necesita el juez para decidir.

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promoción de las cuestiones previas con el fin eliminar del proceso

aquellos vicios de los pudiere adolecer y que comprometerían su validez.

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e) Principio de la Publicidad

La publicidad asegura el desenvolvimiento del proceso de tal

forma que cualquier persona, bien sea parte o ajeno al proceso, pueda

imponerse de las actuaciones que se realicen estableciendo la publicidad

de los actos, salvo que por motivos de decencia pública, se ordene

proceder a puertas cerradas.8

Sobre este aspecto señala la Exposición de Motivos: “Establece el artículo del anteproyecto que el juicio será oral y tendrá

lugar en forma pública, esto quiere decir que el juicio laboral será público en todas sus instancias y grados de conocimiento y por tal razón ninguna actuación puede realizarse de manera secreta, salvo casos excepcionales. Por otra parte, la publicidad permite la transparencia del proceso y la participación de todas aquellas personas que tengan interés en presenciar los actos y las audiencias del proceso, lo que se traduce en una forma de control por parte de la sociedad civil en la administración de justicia, la moralidad y la objetividad que debe privar en ella.”

Sin embargo, la publicidad no se reduce en el derecho que tienen

los ciudadanos a presenciar los actos y las audiencia, para ejercer un

control en la administración de justicia, sino que también tiene un

carácter interno, es decir, que todo acto procesal debe estar sometido al

directo control y examen de las partes, lo cual es absolutamente

imprescindible para lograr que el proceso garantice la justicia.9

8 La garantía de la publicidad no es una innovación de la LOPT, puesto que ya se encontraba prevista en los Artículos 24 y 129 del Código de Procedimiento Civil, y posteriormente en el Artículo 333 del Código Orgánico Procesal Penal. 9 En efecto, sobre este tema opina Eric Pérez, citado por Arquímedes E. González (2003, p.15) “Es bueno aclarar que la publicidad como principio procesal y como expresión del carácter democrático del proceso judicial, tiene dos manifestaciones distintas y complementarias: la publicidad entre las partes (Inter. Alias) y la publicidad erga omnes. La primera en el caso del proceso laboral, se refiere al libre acceso que deben las partes; y la segunda, se refiere al acceso de los terceros a los autos y a presenciar el juicio oral y las audiencias orales que ya sabemos es la preliminar y la de juicio, aunque debemos agregar las de los recursos y la ejecución.”.

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Este principio fue claramente expresado en LOPT en los siguientes

términos:

“Artículo 4.- Los actos del proceso serán públicos, salvo que

expresamente esta Ley disponga lo contrario o el Tribunal así lo decida,

por razones de seguridad, moral o de protección de la personalidad de

alguna de las partes.”

Este principio encuentra tres excepciones en la Ley, a saber: (i) la

reserva de las actas por motivo de decencia pública (Art. 60 CN); (ii) las

deliberaciones de los juzgadores para sentenciar; y, (iii) las reuniones de

mediación del juez y de las partes en procura de la conciliación mediante

los medios alternos de solución de conflictos. (Art. 129 LOPT).

f) Principio de Abreviación

Originalmente la abreviación en el Derecho Procesal tradicional

era concebida como la reducción de un lapso a un número menor de días

del señalado por la Ley, para la realización de un acto procesal, por lo

que la regla general era la prohibición de la abreviación y su posibilidad,

previo cumplimiento de algunos extremos procesales, la excepción.

No obstante, en las corrientes modernas del Derecho Procesal este

concepto ha sido modificado entendiéndose como un mecanismo para la

obtención de una justicia rápida y eficaz para un procedimiento adecuado

a las particularidades propias de la relación jurídica de índole laboral, y

cuyo fundamento se encuentra establecido en el Artículo 257 de nuestra

Carta Magna.

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Partiendo del supuesto que la justicia tardía no es justicia, queda

plenamente evidenciada la imperante necesidad de incluir este principio

como una de bases fundamentales sobre la cual descansa el éxito del

nuevo modelo procesal.

La interpretación restrictiva de este principio guarda una especial

relación con la prohibición de oponer cuestiones previas, desde que su

promoción pudiera constituir la apertura de una incidencia, y esta forma,

conspirar contra la rapidez y eficacia del proceso.

No obstante, como veremos mas adelante, la norma a la que se

atribuye la prohibición en cuestión (Artículo 129 LOPT), proscribe la

incidencia derivada de la promoción de las referidas cuestiones previas,

no así, el ejercicio del derecho de la defensa, su alegación y prueba, cuya

oportunidad procesal es la Audiencia Preliminar.

Al referirse a esta garantía, la Comisión Redactadota, en su

Exposición de Motivos, se pronuncia en los siguientes términos: “Establece el artículo 237 de la Constitución de República Bolivariana de Venezuela que el proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia y que las leyes procesales adoptarán un procedimiento breve, oral y público. A diferencia del sistema actual escrito, lento, burocrático y tardío en donde la causa se sustancia con relativa brevedad pero la sentencia se produce con excesivo retardo, el anteproyecto permite resolver la controversia en un lapso no mayor de cuatro meses concluida la sustanciación, tanto en primera como en segunda instancia, incluyendo casación. Es así por lo que el anteproyecto establece un procedimiento breve y uniforme que permite la decisión inmediata de la causa en forma oral. Por tal razón, la brevedad procesal es un principio fundamental, ya que justicia tardía no es justicia.”

g) Principio de rectoría del juez en el proceso

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En el Derecho Procesal del Trabajo, por su especialidad y por la

naturaleza de los asuntos sometidos a su jurisdicción, este principio se

define como el deber del juez de asumir el carácter de quien tiene el

deber de buscar e inquirir la verdad jurídica objetiva por todos los medios

que la Ley pone a su alcance 10.

En efecto, el juez no solo debe impulsar el proceso sino que debe

actuar en los actos fundamentales al proceso que son:

En el Tribunal de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución. En la estimulación de la conciliación mediante los medios de autocomposición procesal. En la utilización de la figura del “Despacho Saneador” para depurar el proceso de irregularidades. El juez de primera instancia en la Audiencia de Juicio, analizando la contestación de la demanda, las pruebas, interrogando directamente al actor y al demandado sobre cualquier asunto dudoso, haciendo producir cualquier documento relacionado con el juicio, entre otros. Utilizando la facultad que le confiere el Artículo 48 de la LOPT para tomar, de oficio o a petición de parte, todas las medidas que considere pertinentes establecidas en la Ley para prevenir o sancionar las faltas de lealtad y probidad en el proceso. Facultad de sentenciar ultrapetita o extrapetita. 11

Sobre este principio en general, señala la Exposición de Motivos:

“La Disposición Transitoria Cuarta, numeral 4º de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que el proceso laboral debe

10 Este principio se encontraba previsto en el Artículo 14 del Código Procedimiento Civil, según en el cual, el juez es director del proceso y debe impulsarlo de oficio hasta su conclusión, a menos que la causa este en suspenso por motivo legal. 11 Esta facultad no estaba prevista en el Proyecto original presentado por la Comisión Redactora del Tribunal Supremo de Justicia, el mismo fue incorporado por solicitud de la Subcomisión de Asuntos Laborales Gremiales y Sindicales de la Asamblea Nacional.

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estar bajo la rectoría del juez o jueza. Esto significa que el juez o jueza debe ser quien gobierna o rige el

proceso. En este caso el juez o jueza va a participar directa y personalmente, y no a través de intermediarios; en la sustanciación del proceso y en el debate procesal correspondiente todo bajo su absoluta y personal dirección,

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resolviendo las incidencias que pudieran presentarse de acuerdo con la normativa establecida en la Ley o en su defecto de acuerdo a los criterios que éste establezca a fin de garantizar la consecución de los fines fundamentales del proceso”.

En efecto, en los artículos 5, 6 y 11 de la Ley Orgánica Procesal

del Trabajo12, el legislador admite la facultad del Juez laboral de inquirir,

por todos los medios que estén a su alcance, la verdad jurídica objetiva.

La verdad jurídica objetiva implica no solo determinar la procedencia o

no de la pretensión del demandante, sino también el cumplimiento de los

requisitos necesarios para que pueda constituirse un proceso válido y una

relación procesal válida, ajenos de cualquier vicio. Es aquí cuando se

pone de nuevo de manifiesto la correcta interpretación de la norma

contenida en el Artículo 129 de la LOPT (eliminación de las cuestiones

previas) y el ejercicio de las funciones saneadoras del Juez para eliminar

del proceso de los vicios que pudiere adolecer.

12 “Artículo 5.- Los jueces en el desempeño de sus funciones, tendrán por norte de sus actos la verdad, están obligados a inquirirla por todos los medios a su alcance y no perder de vista la irrenunciabilidad de los derechos y beneficios acordados por las leyes sociales a favor de los trabajadores, así como el carácter tutelar de las mismas; y por tal causa, tienen que intervenir en forma activa en el proceso, dándole el impulso y la dirección adecuados, en conformidad con la naturaleza especial de los derechos protegidos.” “Artículo 6.- El juez es el rector del proceso y debe impulsarlo personalmente, a petición de parte o de oficio hasta su conclusión. A este efecto será tenida en cuenta también la posibilidad de promover la utilización de los medios alternativos de solución de conflictos, tales como la conciliación, mediación y arbitraje. Los jueces o juezas que han de pronunciar la sentencia deben presenciar el debate y la evacuación de las pruebas de las cuales obtienen su convencimiento”. “Artículo 11.- Los actos procesales se realizarán en la forma prevista en esta Ley. En ausencia de disposición expresa, el juez o jueza del Trabajo determinará los criterios a seguir para la realización de los actos, todo ello para garantizar la consecución de los fines fundamentales del proceso. A tal efecto el juez o jueza del Trabajo podrá aplicar analógicamente disposiciones procesales establecidas en el ordenamiento jurídico, teniendo en cuenta el carácter tutelar de derecho sustantivo y adjetivo del derecho del trabajo, cuidando que la norma aplicada por analogía no contraríen los principios fundamentales establecidos en la presente Ley.”

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i) Principio del Contrato de Trabajo sobre la realidad

Por ser una materia de orden público, tal y como ocurre en el caso

del Derecho Tributario, en el Derecho del Trabajo debe privar la realidad

o los hechos sobre la calificación que las partes o terceros le den.

Este principio se encontraba previsto en el literal c) del artículo 8

del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo: primacía de la realidad o

de los hechos, frente a la forma o la apariencia de los actos derivados de la

relación jurídico laboral; y ha sido ampliamente desarrollado por la

jurisprudencia venezolana, en los siguientes términos: “En materia laboral, atenido como está el Sentenciador a la consideración

del contrato realidad, el hecho de determinarse existentes una serie de actos o actividades que puedan calificarse desde un punto de vista mercantil como actos objetivos de comercio, no es suficiente para descartar que se trate en el caso concreto de una relación de trabajo pues, por encima de esa calificación, siempre estará la apreciación que el Juez puede y debe hacer y exponer, sobre la verdadera naturaleza, a su juicio, de la misma. En el caso, se está frente a una cuestión de apreciación de una serie de elementos probatorios que en criterio del Sentenciador revelan la existencia de los elementos constitutivos de la relación de trabajo cuya apreciación sólo podría ser impugnada por la especial vía de la casación sobre los hechos o por falsa suposición, no por infracción de ley como ha sido planteado.”13

La intención es evitar el cumplimiento de normas y violentar el

orden jurídico laboral mediante la simulación de formas que disfracen la

existencia de los elementos que conforman la relación laboral.

En esta materia el Juez tiene el deber de desentrañar la realidad en

defensa de los derechos del trabajador, para lo cual cuenta además con la

regla general de la valoración de las pruebas basada en la sana crítica

para obtener evidencias o indicios graves y concordante que permitan

13 TSJ, SCS Sent. 16-12-2003, caso: Panamco de Venezuela, S.A.

28

concluir que en la declaraciones formales de las partes de pretender

esconder una verdadera relación jurídica laboral.

Señala la Comisión Redactora en su Exposición de Motivos: “El rango constitucional de los derechos laborales así como el orden público del trabajo contenido en el artículo 89 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala que: “...En las relaciones laborales prevalece la realidad sobre las formas o apariencias”. Consagra lo que en doctrina se denomina el contrato realidad. Principio éste también consagrado en la legislación sustantiva y que consiste en que el juez o jueza no debe atenerse a la declaración formal de las partes acerca de la naturaleza laboral o no laboral de su relación jurídica, sino que debe indagar en los hechos la verdadera naturaleza jurídica de la relación. En consecuencia cada vez que el juez o jueza del trabajo verifique en la realidad la existencia de una prestación personal de servicio y que ésta sea subordinada, debe declarar la existencia de la relación de trabajo, independientemente de la apariencia o simulación formal que las partes puedan haberle dado a dicha relación.” Pero este importante principio no puede perturbar la objetividad del

juzgador, al calificar como relación laboral todos aquellos hechos que

sean sometidos a su consideración. Sobre este particular expresa

acertadamente Henriquez La Roche (2003, p.18): “Se establece un dato

objetivo (la realidad) que es presupuesto inexcusable de la administración

de justicia. El juez no tiene por norte de sus actos favorecer al trabajador

demandante en el examen probatorio, ni aplicar indistintamente el

indubio pro operario (Art. 89.3 Const. Rep.); no debe estar imbuido ni

condicionado por una percepción ideológica que lo ciegue y le impida

ver con clarividencia la verdad de los hechos acreditados en el examen

crítico y ‘sano’(=imparcial) de los hechos.”

29

h) Principio de la Sana Crítica al valorar la prueba por el

Juzgador

La apreciación de la prueba es una facultad muy importante que

tiene el juez en el proceso, y la regla general a este respecto es que los

jueces de instancia son libres y soberanos en la apreciación de los hechos

y las pruebas14.

En la doctrina de Couture, citado por Rengel Romberg (1994,

Volumen III, p. 416) señala: “(…) la sana crítica, es lógica y es

experiencia. Es lógica, porque las reglas de la sana crítica consisten, en

un sentido formal, en una operación lógica. Sin embargo, como admite el

propio Couture, la corrección lógica no basta para convalidar la sentencia

porque la elaboración del juez debe ser correcta en el sentido lógico

formal y la sentencia ser errónea, si han sido erróneamente elegidas las

premisas o alguna de ellas. Es experiencia, porque las máximas de

experiencia –dice Couture- contribuyen tanto como los principios lógicos

a la valoración de la prueba, pues el juez, no es una máquina de razonar,

sino, esencialmente un hombre que toma conocimiento del mundo que lo

rodea y le conoce a través de sus procesos sensibles e intelectuales. Sana

crítica -concluye Couture- es, además de lógica, la correcta apreciación

de ciertas proposiciones de experiencia que todo hombre se sirve en la

vida”.

14 Esta regla encuentra excepción en los casos de la prueba legal, excepcionalmente prevista en la legislación venezolana. (Artículo 507 CPC).

30

Por su parte, en la legislación adjetiva del trabajo, la sana crítica se

aplica a todo tipo de medio probatorio, aun cuando tenga asignada una

tarifa legal en las leyes sustantivas.

Para explicar este aspecto señala la Comisión Redactora en su

Exposición de Motivos: “En el proyecto se establece el juicio oral, el cual se materializa a través de

las audiencias, lo cual presupone que la decisión judicial se fundamenta en las evidencias o pruebas aportadas al proceso en forma oral y escrita. El proyecto regula el sistema de la sana crítica de la prueba por parte del juzgador observando las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencia para lo que el juzgador deberá valorar las pruebas libremente, pero con un razonamiento lógico y coherente que permita fundamentar adecuadamente su decisión.” El principio en cuestión fue sancionado previamente en el Código

Orgánico Procesal Penal15, y posteriormente en la LOPT en su Artículo

10, el cual reza textualmente:

“Artículo 10.-Los jueces del trabajo apreciarán las pruebas según

las reglas de la sana crítica, en caso de duda, preferirán la valoración mas

favorable al trabajador”.

Ahora bien, tal y como señala Henriquez La Roche (2003, p.76), si

entendemos la sana crítica como la facultad formal del juez de apreciar o

valorar libremente las pruebas, debemos tener en consideración que tal

apreciación es libre en cuanto el juez es soberano para valorar la prueba,

sin las restricciones que imponen las normas de tarifa legal; que es

razonada por cuanto esa libertad no puede llevar a el juez a decisiones

arbitrarias, según caprichos o sospechas; y, es motivada, desde que el

juez debe argumentar de forma coherente en su sentencia las razones por 15 “Artículo 22: Las pruebas se apreciarán por el Tribunal según la sana crítica observando las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencia.”

31

las cuales desecha o valora una prueba o los hechos que en ella quedan

acreditados.

i) Principio de Uniformidad Procesal

Este principio encuentra su fundamento en el antes mencionado

artículo 257 de la Constitución de 1999, cuyo norte fundamental ha sido

la consagración de la idea de no concebir el proceso como un fin en sí

mismo sino como un medio para la realización de la justicia .

Se trata pues, de una orientación de carácter constitucional que rige

en la nueva legislación procesal del trabajo y que constituye a su vez una

de las garantías generales establecidas en el Numeral 4 de la Disposición

Transitoria Cuarta de la Constitución Nacional.

En lo atinente a este aspecto señalaron los proyectistas: “Consecuente con el mandato consagrado en el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que establece que “el proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público”; es por lo que el proyecto establece un procedimiento uniforme, oral, breve, público y contradictorio para todos los conflictos judiciales que sean competencia de la jurisdicción laboral. Así tenemos que a través de este único y uniforme proceso laboral, se resolverán todos aquellos asuntos contenciosos del trabajo que no tengan atribuida su resolución a la conciliación y al arbitraje; como por ejemplo: demandas por prestaciones sociales y otros derechos derivados de la relación laboral, demandas con ocasión de accidentes o enfermedades profesionales, demandas por daño material o moral, etc. También se contemplan la sustanciación y decisión por un mismo procedimiento de las demandas relativas a la estabilidad laboral prevista en la Ley Orgánica del Trabajo y las acciones laborales relativas a calificación de despido o reenganche por inamovilidad consagrada también en la Ley Orgánica del Trabajo.”

32

1.2) La Audiencia Preliminar

El nuevo juicio del trabajo cuenta con dos instituciones:

a.- Audiencia Preliminar

b.- Audiencia de Juicio o de mérito

Ambas instituciones o actos procesales juegan un papel esencial en

el desarrollo del nuevo procedimiento previsto para la solución de

conflictos derivados de la relación laboral.

En el presente trabajo centraremos nuestra atención en las

características, fundamento y alcance de la Audiencia Preliminar, por ser

este el momento procesal donde se pone de manifiesto la eliminación

expresa de las incidencias sobre cuestiones previas, tal y como lo señala

el Artículo 129 de la LOPT:

“Artículo 129.-La audiencia preliminar será oral, privada y

presidida personalmente por el Juez de Sustanciación, Mediación y

Ejecución, con la asistencia obligatoria de las partes o sus apoderados.

En la misma no se admitirá la oposición de cuestiones previas.

Parágrafo Único: Cuando el Juez de Sustanciación, Mediación y

Ejecución este en presencia de un litisconsorcio activo o pasivo,

nombrará una representación no mayor de tres (3) personas por cada

parte, a los fines de mediar y conciliar las posiciones de las mismas.”

(Resaltado nuestro)

Al desarrollar el punto sobre la Audiciencia Preliminar, señala la

Comisión Redactora: “La audiencia preliminar es uno de los momentos fundamentales y estelares

del juicio del trabajo. Su realización y conducción se materializa en la fase de sustanciación del proceso, estando a cargo del Juez o Jueza de Sustanciación, Mediación y Ejecución.

33

Esta audiencia preliminar es presidida personalmente por el juez o jueza y a ella deben comparecer las partes de manera obligatoria, bien sea personalmente o mediante apoderados en el día y la hora que determine el tribunal, previa notificación del demandado. La obligatoriedad a la comparecencia de esta audiencia es con el objeto de garantizar la posibilidad de que el Juez o Jueza de Sustanciación, Mediación y Ejecución estimule medios alternos de resolución de conflictos, como la conciliación o el arbitraje, a través de la mediación del tribunal. Por otra parte, de no ser posible la solución de la controversia por los medios alternos de resolución de conflictos propuestos por el juez o jueza; también la audiencia preliminar servirá para que el juez o jueza por intermedio del despacho saneador corrija los vicios de procedimiento que pudieran existir, evitando de esa manera reposiciones inútiles. Igualmente en la audiencia preliminar deberá el juez o jueza incorporar las pruebas que hayan sido promovidas por las partes a fin de poder remitir el expediente al Juez o Jueza de Juicio. Por último, en esta audiencia preliminar, la cual se debe realizar en forma personal, privada y oral, podrá el Juez o Jueza de Sustanciación, Mediación y Ejecución acordar las medidas precautelativas correspondientes que garanticen la eventual ejecución de la sentencia.”. Nuestro nuevo modelo laboral descansa básicamente sobre la

suerte de la Audiencia Preliminar y la adecuada utilización de los medios

de autocomposición procesal, la cual no debe ser concebida como una

mera alcabala procesal porque de lo contrario se entraría erróneamente a

cuestionar la duplicidad de jueces.

El órgano competente con carácter de exclusividad para sustanciar

este acto es el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución, quien tiene

a su cargo una labor por de más compleja, pues debe actuar como un

mediador y al mismo tiempo como un juez ordinario.

La Audiencia Preliminar,16 constituye la primera etapa del proceso

laboral, a la cual solo deben anteceder, en ese mismo orden: (i) la

introducción de la demanda; (ii) el despacho saneador de apertura

(Artículo 124 de la LOPT); y, (iii) la notificación.

16 Denominada en el derecho anglosajón como preliminary hearing.

34

El acto procesal en cuestión debe ser presidido por el Juez

personalmente con la asistencia obligatoria de las partes o sus

apoderados, so pena de incurrir en los supuestos de confesión ficta

(admisión de los hechos para el caso del demandado) o desistimiento de

la acción (para el caso del demandante).

a) Oportunidad

Dispone el artículo 128 de la LOPT que la audiencia preliminar

debe celebrarse en la hora fijada por el Juez, del décimo (10°) día hábil

siguiente después de la constancia en autos de la notificación del

demandado o del último de ellos, si fueran varios los demandados17.

b) Finalidad

Señala el autor R. Henríquez La Roche que el fin primordial de la

audiencia preliminar es evitar el litigio, limitar su objeto, depurar el

procedimiento y recibir las pruebas, los cuales analizaremos con mayor

profundidad a continuación, dada la importancia que revisten a los

efectos del tema central del presente trabajo.

b.1) Evitar el litigio: este significa extinguir el proceso por

autocomposición (mediación, conciliación). En este acto es donde se

pone de manifiesto el poder convencimiento que debe tener el juzgador,

para tratar de lograr su objetivo fundamental que es instar las partes a

lograr un acuerdo mediante flexibilización de sus posiciones iniciales.

17 Sobre este punto en particular, consideramos necesario hacer una precisión sobre la forma de calcular el lapso señalado por el precitado Artículo 128, el cual debe ser contado a partir del día hábil siguiente a que se consigne en autos la constancia del secretario o secretaria del Tribunal sobre el cumplimiento de las actuaciones para la notificación(es) y no cuando la(s) notificación(es) sean consignadas en expediente por el Alguacil del Tribunal.

35

En nuestro derecho procesal tradicional la autocomposición

procesal comprende varias especies: (i) Bilaterales (transacción y

conciliación); y, (ii) Unilateral (desistimiento de la demanda y

convenimiento en la demanda).

Por su parte, en lo que respecta al nuevo proceso laboral, lo que se

busca con estos medios de autocomposición de la litis, es que con la

utilización de técnicas de mediación, las partes pongan fin al proceso,

mediante la conciliación Inter.-parte, dejando resuelta la controversia

con efecto de cosa juzgada, o en su defecto el sometimiento del conflicto

a una solución arbitral. 18

Según expone el autor C. Sainz Muñoz (2003, p.61) la conciliación

“no es mas que la posibilidad que las partes logren mediante recíprocas

concesiones lograr satisfacer un acuerdo honorable que permita al

trabajador satisfacer sus aspiraciones, derechos e intereses y permita a la

empresa el interés de poner fin a un juicio o un proceso por una vía de

conciliación directa entre las partes”

Cabe destacar que, según se desprende de la Exposición de

Motivos de la Comisión Redactora, con la implementación de los medios

de autocomposición procesal el legislador patrio, no pretendió sustituir el

proceso en sí mismo, sino contribuir a la justicia, por cuanto:

Es una solución más expedita y económica que ir a juicio. La experiencia queda tanto para los partes como para el juez

como fuente de aprendizaje.

18 Los actos conciliatorios ya estaban previstos en la derogada ley, pero como un acto voluntario y no obligatorio, por lo que no dieron los resultados esperados por falta de preparación tanto de los jueces como de los abogados en las ventajas y técnicas para la utilización de los medios de autocomposición procesal.

36

Confidencialidad: en lo que respecta a las negociaciones de las partes y sus posibles soluciones a lo largo de la audiencia. Adecuación del acuerdo a las particulares necesidades de las

partes, es decir, que la solución dependa de la dimensión real del conflicto planteado. Descongestionamiento de los Tribunales. La sensación de que ninguna de las partes puede ser considera

como perdidosa en el sentido formal del vocablo.

b.2) Limitar su objetivo: en otras palabras, ajustar pretensiones,

incluyendo nuevas o eliminando aquellas que de acuerdo a la Ley

escapan de su conocimiento, lo cual constituye un deber del Juez de

Sustanciación, Mediación y Ejecución.

b.3) Depurar el proceso: significa básicamente hacer uso de las

premisas enunciadas en los Artículos 124 y 134 de la LOPT, es decir,

Despacho Saneador de Apertura y Despacho Saneador de Clausura,

respectivamente.

En el desarrollo y éxito de la Audiencia Preliminar cobra especial

importancia, la condición que debe tener el Juez de Sustanciación,

Mediación y Ejecución para preservar y depurar el proceso de los vicios

que pueda adolecer y de aquellos que podrían llegar a comprometer la

legitimidad del mismo.

El Despacho Saneador tal como esta concebido en la nueva

legislación adjetiva laboral pudiera constituir una disposición

ininteligible, al prohibir expresamente la apertura de incidencias sobre

Cuestiones Previas, pero al mismo tiempo al obligar al Juez de

Sustanciación, Mediación y Ejecución a utilizar todos los medios que

estén a su alcance para sanear el proceso de vicios que por su naturaleza

37

puedan generar una reposición inútil de la causa. Aunado al hecho de que

al Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución se le esta vedado la

posibilidad de evacuar pruebas que den mayor certeza sobre la

procedencia o no de un determinado vicio, cuya potestad se encuentra, en

principio, reservada al Juez de Juicio o de Mérito.

Este aspecto se encuentra claramente reflejado en el Artículo 134

de la LOPT denominado por la Doctrina como Despacho Saneador de

Clausura, según el cual “el Juez de Sustanciación, Mediación y

Ejecución si no lograre la conciliación deberá, a través del Despacho

Saneador, resolver en forma oral todos los vicios procesales que pudiere

detectar, sea de oficio o a petición de parte, todo lo cual se reducirá en un

acta”, y al cual, como es de suponer, no se concede la posibilidad de

apelación.

b.4) Recibir las Pruebas: algunos autores tales como Henriquez La

Roche conciben este aspecto como fase pre-procesal o pre-contenciosa

asimilable al sistema inglés de las diligencias prejudiciales, en las que las

partes y sus abogados buscan desestimular a sus adversarios y a los

terceros de continuar con proceso. En otras palabras, coloca a las partes

en necesidad de valorar objetivamente la posibilidad de lograr

pretensiones y decidir por una renuncia, o una transacción antes de

afrontar los gastos que significaría iniciar formalmente un juicio.19

19 Uno de los antecedentes más representativos que tenemos en nuestra legislación sobre esta materia, es el conocido caso seguido contra la empresa DIPOSA ante Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, el cual concluyó con un acta de mediación y conciliación contentiva de un marco conceptual vinculante para las partes al cual se adhirieron todos los litigantes de mas de setenta (70) juicios en curso en distintos Tribunales en todo el país.

38

Aunque la citada norma es muy vaga, por cuanto no prevé el

momento preciso durante la Audiencia Preliminar para la promoción de

la prueba, los Jueces de Sustanciación, Mediación y Ejecución exigen su

consignación en la instalación de la audiencia, pensamos que con objeto

de impulsar su función primaria (autocomposición de la litis) para

conocer las pruebas y como mediador, formular una mediación acertada,

porque de lo contrario estarán en el ámbito de abstracto entre los dichos y

contradichos de las partes.

Ahora bien, este postulado encontraría su excepción en el supuesto

que el Juez, en uso de sus facultades rectoras, ajuste la pretensión

¿Debería entonces permitir el Juez la incorporación de nuevas pruebas

por la modificación de la pretensión original y extender el lapso de

promoción?, y en consecuencia, ¿podría la parte afectada enervar esa

pretensión mediante la promoción de otras pruebas que impliquen una

incidencia dentro del juicio?.

Esta interrogante nos lleva necesariamente a cuestionar

nuevamente la eliminación expresa de las incidencias sobre las

Cuestiones Previas, ya que es indudablemente que una nueva pretensión

podría significar un nuevo análisis sobre la regularidad del proceso.

Además de los fines expuestos por el citado autor Henríquez La

Roche, nos atrevemos incluir otro aspecto que se encuentra encomendado

al Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución, previsto en el artículo

137 de la LOPT, esto es, la obligación por parte de los Jueces de

39

Sustanciación, Mediación y Ejecución de garantizar las resultas del juicio

mediante el dictamen de medidas cautelares.20

Sin embargo, para poder dictar una medida cautelar debe constar

en autos el riesgo manifiesto de ilusoriedad del fallo, para lo cual deberá

requerir necesariamente de una prueba a los efectos de evitar una

decisión arbitraria.

Esta facultad deberá ejercerse solo en casos excepcionales para no

perder la neutralidad a la luz del demandado y poner en tensión la

práctica conciliatoria que debe prevalecer a lo largo de la audiencia.

Solo escapa de la esfera de acción del Juez de Sustanciación,

Mediación y Ejecución fijar el thema decidendum y determinar

explícitamente los hechos controvertidos, lo cual esta reservado al juez

de juicio o de mérito de conformidad con lo previsto en el Artículo 75 de

la LOPT.

b) Duración

La Audiencia Preliminar podrá prolongarse en el mismo día, hasta

que se agote el debate y podrá continuar hasta el día hábil siguiente y

cuantas veces sea necesario, hasta agotarlo (Artículo 132), pero en

ningún caso podrá exceder de cuatro (4) meses (Artículo 136 LOPT).

c) Rasgos

En el nuevo modelo laboral sancionado en la LOPT el proceso

constituye un instrumento fundamental para la realización de justicia, en

20 En ejercicio de este poder precautelar, podrá el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución dictar medidas tales como prohibición de enajenar y gravar inmuebles, medidas preventivas de embargo, etc.

40

el cual la Audiencia Preliminar juega un papel estelar en el logro de este

fin.

Dentro de los rasgos más relevante e innovadores de la Audiencia

Preliminar, destacan los siguientes:

d.1) La Privacidad: como una excepción al principio de

publicidad21, esta debe ser concebida como un aspecto mas que coadyuva

a las partes a flexibilizar sus posiciones originales motivando de esta

forma, una solución satisfactoria mediante recíprocas concesiones para

precaver un litigio eventual.

d.2) La Oralidad: tal y como señalamos anteriormente, se hace

más enfática en la Audiencia Preliminar por cuanto no se deja un registro

detallado para proteger la confidencialidad de las partes.

d.3) La Inmediatez: en lo respecta a la Audiencia Preliminar este

precepto rector que cobra mayor relevancia en el desarrollo de la misma,

obligando al Juez estar presente en todos y cada uno de los actos. Sin la

intermediación del Juez en este momento procesal no sería posible

cumplir con su deber de mediador mediante la aprehensión y correcta

valoración de los hechos y la actitud de las partes frente al conflicto.

d.4) Imperatividad o carga presencial: atendiendo a la finalidad de

la Audiencia Preliminar si el legislador patrio no hubiese establecido la

comparecencia de las partes como una carga procesal, este acto procesal

carecería de eficacia y utilidad, ya que las partes preferirían prepararse

directamente para un juicio e ignorar los medios de autocomposición

21 Entendida como el derecho que tiene los ciudadanos a presenciar los actos y las audiencias, pero no en lo respecta al carácter interno de la misma.

41

procesal dada la experiencia que tenemos sobre la asistencia voluntaria a

este tipo actos.

Siguiendo el principio de brevedad procesal, los artículos 130 y

131 de la LOPT, imponen una carga de comparencia, cuyo

incumplimiento deviene en consecuencias adversas para el proceso, el

desistimiento del proceso para el actor (Artículo 130) y la confesión ficta

y sentencia en rebeldía para el demandado (Artículo 131), tal como

señalamos anteriormente.22

En concordancia con lo previsto por el artículo 266 del Código de

Procedimiento Civil, la falta de comparecencia del demandado

consecuencia inmediata el desistimiento23 tácito del procedimiento y

solamente extingue la instancia y deja viva la pretensión, es decir, sin que

ello implique la renuncia o extinción del derecho subjetivo sustancial.

Por su parte, en caso de inasistencia del demandado se presumirá la

admisión de los hechos narrados en el libelo por la parte actora y el

Tribunal sentenciará en forma oral conforme a dicha confesión, en cuanto

ésta no sea contraria a derecho, en el sentido de que los hechos

admitidos, no produzcan la consecuencia jurídica pedida.

22 Algunos autores consideran que la obligatoriedad de la comparecencia se circunscribe únicamente a la primera audiencia de trámite, es decir, el acto de instalación de la audiencia y no a las múltiples audiencias que podrán extenderse hasta cuatro (4) meses de no llegarse a un acuerdo. Sin embargo, la poca práctica forense que puede existir sobre la aplicación de esta Ley, evidencia que el criterio de los Jueces sobre la obligación de comparecencia se extiende a todas las audiencias que puedan abarcar este estado procesal. 23 El desistimiento en materia procesal, establece A. Rengel Romberg (1994, Volumen II, p. 364) “se puede definir como el acto del demandante que extingue el proceso por la renuncia a los actos del juicio, sin necesidad de consentimiento de la parte contraria…”

42

En consecuencia, cuando se hace valer un interés que no esté

legalmente protegido, la rebeldía del demandado que deja de comparecer

a la audiencia preliminar, no puede servir para violentar el orden legal.

Teniendo en cuenta que las consecuencias jurídicas previstas en la

LOPT para los supuestos de incomparecencia de las partes constituyen

un gravamen irreparable, el legislador patrio les concedió la posibilidad

de apelar de la decisión en ambos efectos, dentro del lapso de cinco (5)

días hábiles contados a partir de la publicación del fallo.24

d.5) La Informalidad: La informalidad en la Audiencia Preliminar

se refiere básicamente, a la ordenación y secuencia en las actuaciones, de

forma tal que el juez pueda aplicar todas las técnicas de mediación que

considere necesarias para extinguir el proceso.

Si entendemos la mediación como la facultad de los Jueces de

sugerir formulas de arreglo que las partes pueden o no acoger

voluntariamente, en cualquier momento, sería contraproducente entonces,

encausar el desenvolvimiento de la Audiencia Preliminar en el

cumplimiento de lapsos y términos procesales, cuyo formalismo

entorpecería la aplicación de las técnicas de autocomposición procesal.

d) Resultados de la Audiencia Preliminar:

Una vez agotada esta fase la Audiencia preliminar puede tener dos

resultados:

e.1) Autocomposición de la litis, cuya sentencia deberá ser

homologada por el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución,

24 En este caso, el Tribunal Superior del Trabajo no entrará a conocer del fondo de la demanda sino únicamente podrá valorar si existieron o no fundados motivos para la incomparecencia por caso fortuito o fuerza mayor.

43

siempre que el acta no contenga disposiciones que violen el orden

público o atenten contra la irrenunciabilidad de los derechos y beneficios

laborales del trabajador.

e.2) El Arbitraje: constituye un medio de heterocomposición

procesal, ya que las partes como resultado de la mediación en la

Audiencia Preliminar, deciden voluntariamente someter la controversia a

la decisión de un tercero quien tendrá la obligación de dictar un laudo

arbitral con autoridad de cosa juzgada y fuerza ejecutoria.

El arbitraje tiene un origen netamente convencional, desde que son

las partes las que voluntariamente deciden someterse a este medio alterno

de solución de conflictos.25

Ahora bien, si la Audiencia Preliminar termina por decisión del

Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución, sin que haya tenido éxito

sus diligencias mediadoras, la decisión deberá fundamentarse

necesariamente en: el desistimiento del proceso por parte del actor; la

confesión ficta y sentencia en rebeldía por parte del demandado; o, la

enervación de los presupuestos procesales.

En este último supuesto la LOPT ordena la remisión del expediente

al Tribunal de Juicio, previo el cumplimiento de dos presupuestos

procesales: (i) Despacho Saneador de Clausura (Artículo 134 LOPT); y,

(ii) la contestación de la demanda dentro de los cinco (5) días hábiles

siguientes a la conclusión de la Audiencia Preliminar (Artículo 135

LOPT).

25 Para la realización del Arbitraje se nombrará una Junta Arbitral, cuyos miembros serán nombrados al azar por el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Social, integrada por especialistas en Derechos del Trabajo o Seguridad Social (artículo 139 LOPT).

44

Es precisamente en el Despacho Saneador de Clausura donde se

pone de manifiesto la proscripción de las cuestiones previas en el nuevo

modelo laboral (Artículo 129 LOPT), punto central de nuestro trabajo y

que desarrollamos más adelante.

CAPITULO 2

Cuestiones Previas

43

2.1) Concepto y Naturaleza Jurídica

En el Derecho Procesal, la Cuestión Previa es entendida, como

todo aquello que se ha de resolverse antes de lo principal, o que impide

decidir sobre ello.

El antecedente legislativo más remoto sobre las Cuestiones Previas

lo encontramos en el Código de Procedimiento Civil promulgado el 12 de

marzo de 1836. Posteriormente, estas fueron normadas en el Código de

Procedimiento Civil promulgado el 4 de julio de 1916, bajo las

denominaciones de excepciones dilatorias y de inadmisibilidad

No fue sino hasta la derogación del precitado Código, mediante la

promulgación del Código de Procedimiento Civil publicado en Gaceta

Oficial Número 3.970 Extraordinario de fecha 13 de marzo de 1987, que

se supero la discusión sobre la identidad o diversidad de los conceptos

jurídicos excepciones dilatorias y de inadmisibilidad agrupándolas todas

bajo el título de cuestiones previas en once (11) alegatos, concebidas

como la solución que permite librar el proceso de vicios, con la finalidad

de regularizarlo y evitar una reposición inútil.

La Comisión Redactora del Código de Procedimiento Civil

reconoce a las cuestiones previas un carácter incidental autónomo, previa

a la contestación de la demanda, las cuales deben ser propuestas

acumulativamente en el mismo acto, en atención a los principios de

economía procesal, brevedad y celeridad.

La Doctrina las define en general como alegatos o situaciones

jurídicas que depuran, suspenden o extinguen el proceso o que producen

In Limine Litis, la desestimación de la demanda. Así mismo, las

44

cuestiones previas guardan una estrecha relación con los presupuestos

procesales, ya que son requisitos obligatorios para la validez del proceso.

Las cuestiones previas se caracterizan por ser un acto facultativo

del demandado de naturaleza exclusivamente saneadora del proceso.

En lo respecta a su tramitación, según establece le Artículo 344 del

Código de Procedimiento Civil, una vez conste en autos la citación del

demandado o del último de ellos en caso de existir varios, comenzará a

correr un lapso de veinte (20) días hábiles para la comparecencia del

demandado, quien podrá:

(i) contestar la demanda en los términos previstos en el Artículo 361 del Código de Procedimiento Civil; o bien,

(ii) no contestar el fondo de la demanda, y en su lugar, oponer las cuestiones previas a las que haya lugar establecidas en el Artículo 346 eiusdem.

Si el demandado opta por oponer cuestiones previas, la

sustanciación y efectos de la decisión de la incidencia dependerán

necesariamente de la propia naturaleza de la cuestión previa alegada.

Por lo respecta al nuevo modelo procesal consagrado en la LOPT,

en sentido análogo, el artículo 134 de la LOPT impone al Juez de

Sustanciación, Mediación y Ejecución en ejercicio de su facultad

saneadora, resolver durante el desarrollo de la Audiencia Preliminar

todos los vicios procesales que pudiere divisar sea de oficio o a instancia

de parte.

En consecuencia, solo mediante la eliminación de los vicios

procesales se pueden dar las condiciones que deben existir a fin de que

pueda producirse un pronunciamiento válido sobre la demanda.

45

2.2) Contenido de las Cuestiones Previas en Derecho Procesal

Venezolano

Las Cuestiones Previas se encuentran previstas en el Artículo 346

del Código de Procedimiento Civil, las cuales describiremos de forma

genérica a los solos efectos ilustrativos del lector.

Para su mejor comprensión consideramos prudente tomar la

categorización propuesta por el autor A. Rengen Romberg (1994,

Volumen III, p. 60) quien las clasifica en los siguientes grupos:

a) Cuestiones atinentes a los sujetos procesales: previstas de los ordinales

1° al 5° del Artículo 346 eiusdem, las cuales podemos subdividir en:

a.1) Falta de Jurisdicción del Juez o del Tribunal (ordinal 1°): Entre las

condiciones que cumplir el órgano jurisdiccional para actuar como sujeto

procesal se encuentra la jurisdicción, entendiéndose por aquella como la

incapacidad o inhabilitación legal de un determinado Juez para actuar

frente a los que se corresponde a los demás órganos de la administración

pública, también jurisdiccional, pero no judicial (v.gr. se solicita el

reenganche por fueron sindical, correspondiendo el conocimiento a la

Inspectoría del Trabajo), o cuando se discute sobre los límites del poder

del Juez nacional frente a un Juez extranjero.26

26 Sobre la resolución de esta cuestión previa, señala la jurisprudencia que: “Opuesta la falta de jurisdicción del Juez, como cuestión previa establecida en el Artículo 346-1 del Código de Procedimiento Civil, conjuntamente con otras cuestiones previas contenidas en los diferentes ordinales del citado Artículo u otras solicitudes de efectos procesales, el Juez debe ceñir su pronunciamiento a resolver afirmada la jurisdicción, los otros supuestos contenidos en el mismo ordinal (Artículo 346-1 del Código de Procedimiento Civil), si fueren también opuestos mas debe abstenerse de cualquier otro pronunciamiento hasta tanto no sea resuelta afirmativamente la jurisdicción del Juez por este alto Tribunal Artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, Artículo 62 del Código de Procedimiento Civil, y Artículo 349 del Código de Procedimiento Civil y ello porque los jueces de instancia correrían el riesgo de conocer y decidir asuntos para los cuales carecerían de jurisdicción” Boletín de Jurisprudencia No. 55, Gaceta Forense No. 165, Expediente 9957, Sentencia No.574.

46

a.2) La falta de competencia (ordinal 1°): Couture define la competencia

como la medida de la jurisdicción asignada a un órgano del Poder

Judicial, a los efectos de la determinación genérica de los asuntos que es

llamado a conocer En otras palabras, estos solo pueden conocer de los

asuntos que le están legalmente atribuidos por razón de la materia,

cuantía y territorio. (v. gr. Incompetencia del Tribunal por inobservancia

de lo dispuesto por el 29 LOPT).

En consecuencia, siendo la competencia un requisito de existencia

y de validez formal del proceso, su idoneidad es necesaria para la validez

formal del juicio.

a.3) La Litispendencia (ordinal 1°): Es la acumulación de causas por

tener los mismos elementos: sujeto, objeto y causa; en cuyo caso

conocerá el juez que primero haya prevenido la citación del demandado.

Esta acumulación se hace para evitar la multiplicidad de pleitos

idénticos y el peligro de sentencias contradictorias.

a.4) Acumulación necesaria por razones de accesoriedad, conexión y

continencia (ordinal 1°): Se verifica cuando existen algunos elementos de

vinculación entre causas diferentes que hacen necesaria su sustanciación

y tramitación en el mismo proceso.

a.5) Legitimidad de las partes o de sus apoderados (ordinales 2°, 3° y 4°):

En lo atinente a las partes se refiere básicamente a la falta de cualidad o

capacidad procesal activa o pasiva para comparecer en juicio. Por lo que

respecta a los apoderados o representantes por no tener capacidad para

ejercer poderes en juicio, o bien por no tener la representación que se

atribuye, o porque el poder no está otorgado en forma legal y suficiente.

47

a.6) Falta de Caución o fianza necesaria para proceder al juicio (ordinal

5°): Su finalidad es garantizar las resultas del juicio puesto que se le

exige al actor no domiciliado en el país, independientemente de la

nacionalidad del mismo, que afiance el pago de lo que pudiere ser

sentenciado y juzgado; a fin de evitar que un actor insolvente, que no

posea suficientes bienes en el territorio de Venezuela, pueda burlar las

consecuencias de la desestimación de su demanda, como serían las costas

y costos del proceso y los eventuales daños causados al demandado.

Cabe destacar, que las cuestiones previas analizadas anteriormente

no son subsanables, desde que las mismas deben ser contradichas de

forma expresa por el demandante puesto que ante la falta de contestación

del actor opera una presunción de admisión o aceptación de los alegatos.

b) Cuestiones atinentes a la regularidad formal de la demanda

(ordinal 6°): También conocidas como defectos de forma de la demanda,

por no haberse llenado los requisitos del libelo establecidos en el Artículo

340 del Código de Procedimiento Civil o por haber incurrido en una

acumulación prohibida en el Artículo 78 eiusdem.

El incumplimiento de los requisitos establecidos en el Artículo 340

atenta directamente contra el ejercicio legítimo del derecho de la defensa

del demandado, quien debe conocer a ciencia cierta en qué consiste la

demanda que se le ha intentado y cuál es la pretensión del actor.

En segundo supuesto, también conocido como inepta acumulación

de pretensiones, se verifica cuando se incluyen en una misma demanda

pretensiones que se excluyen mutuamente, o que son contrarias entre sí, o

cuando por razón de la materia no corresponden al conocimiento de un

48

mismo Tribunal, o cuando los procedimientos por los cuales deben ser

sustanciadas son incompatibles entre sí.

c) Cuestiones atenientes a la pretensión (Ordinales 7°, 8° y 9°):

clasificadas en nuestro Código de Procedimiento Civil como:

c.1) Existencia de una condición o plazo pendiente: Entendida

como la extemporaneidad en la exigencia del cumplimiento de una

obligación, alegando que la misma no puede reclamarse en el momento

que pretender el actor, por estar sometida a una circunstancia que la

limita o la afecta temporalmente.27

c.2) Existencia de una Cuestión Prejudicial que deba resolverse en

un proceso distinto: según afirma el autor P. Alip Zoppi (2000, p. 111)

“la prejudicialidad no es una cuestión previa en sentido estricto del

trámite como tal, es un punto previo e influyente para resolver el fondo

de una controversia, pero se distingue de las otras previas porque

necesariamente, tiene que resolverse en proceso distinto, separado y

autónomo, pero no sólo basta con esto, se requiere que el juez de la causa

no tenga facultad para entender de la cuestión judicial pendiente.”

En efecto, constituye en sí misma un antecedente necesario a la

decisión de mérito, porque influyen directamente en ella y la decisión

depende de aquella, aunque se ventile en un proceso separado.

c.3) Cosa Juzgada: es la autoridad y eficacia que adquiere la

sentencia judicial que pone fin a un litigio y que no es susceptible de

impugnación. En consecuencia, se trata de una presunción iure et de iure,

27 En otras palabras, por estar diferido su cumplimiento a la verificación o no de un acontecimiento futuro e incierto (condición); o al vencimiento de determinado plazo estipulado en la convención (término).

49

cuya finalidad podría perderse de no existir en el ordenamiento jurídico

una tutela efectiva de la cosa juzgada que se traduciría en una violación

directa a las disposiciones contenidas en los Artículo 272 y 273 del

Código de Procedimiento Civil. 28

d) Cuestiones atinentes a la acción (Ordinales 10° y 11°): en estas

se incluyen:

d.1) la caducidad de la acción establecida en la Ley: o carencia de

la acción cuando la ley objetivamente la prohíbe y niega la tutela jurídica

efectiva por haber transcurrido ciertos lapsos de tiempo para que puedan

intentarse determinadas acciones. (v. gr. Cuando el trabajador intenta una

demanda por el pago de prestaciones sociales, cuya acción se encuentra

prescrita a tenor de lo dispuesto por el Artículo 61 de la Ley Orgánica del

Trabajo).

d.2) Cuando la ley expresamente prohíbe admitir la acción

propuesta o cuando esta solo puede ser admitida por determinadas

causales que no sean las alegadas en el libelo.

2.3) Cuestiones Previas en el Proceso Laboral Venezolano

El antecedente legislativo más antiguo que encontramos sobre la

previsión de la Cuestiones Previas en la normativa adjetiva laboral, es en

la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos del Trabajo promulgada

originalmente en 1940, reformada en 1956 y cuya última modificación

28 Para su procedencia es necesaria la verificación de una identidad concurrente entre los sujetos, objeto y causa del nuevo proceso, con aquel que ya quedó resuelto por una sentencia definitivamente firme u otro acto con fuerza de tal. (v.gr. promoción de una transacción laboral celebrado ante la Inspectoría del Trabajo, debidamente homologado por el funcionario administrativo, como aval de cosa juzgada)

50

fue publicada en la Gaceta Oficial Número 26.116 del 19 de noviembre

de 1959.

El articulo 64 eiusdem, establecía expresamente la posibilidad del

demandado de oponer excepciones dilatorias y las de inadmisibilidad

previstas en el derogado Código del Procedimiento Civil29

Así mismo, los Artículos 65, 66 y 67 eiusdem establecían el

procedimiento aplicable para su sustanciación y resolución.

Según la opinión del procesalista P. Alid Zoppi (2000, p.231), este

régimen dejo de tener vigencia desde la derogación del Código de

Procedimiento Civil 1916, puesto que estas previsiones se ajustaban

exactamente al antiguo sistema procesal de las excepciones.

Según su criterio, una vez promulgado el vigente Código de

Procedimiento Civil, el régimen aplicable para la tramitación de las

Cuestiones Previas sería el establecido en el Artículo 31 de la Ley

Orgánica de Tribunales y Procedimientos del Trabajo en concordancia

con el Artículo 54 eiusdem.30

29“Artículo 64 .- En los juicios de trabajo las excepciones dilatorias y las de inadmisibilidad señaladas en el Código de Procedimiento Civil deberán ser opuestas conjuntamente en la oportunidad de la litis-contestación; y en la misma audiencia, o en la siguiente, serán contestadas. Si la incidencia diere lugar a pruebas, el lapso de éstas será de cuatro días, vencido el cual o si no lo hubiere, el Tribunal decidirá en el tercer día hábil siguiente, sin relación, pero con vista de las conclusiones escritas que hubieren presentado las partes.” 30 “Artículo 31.- Los Tribunales del Trabajo seguirán, en cuanto sean aplicables y no colinden con lo dispuesto en la presente Ley, las disposiciones del Código de Procedimiento Civil, para sustanciar y decidir los procesos y recursos legales de que conozcan; aplicándose, en la substanciación de los procesos, el procedimiento pautado en dicho Código para los juicios breves, con las modificaciones que se indican en esta Ley.” “Artículo 54.- Para todos los efectos legales, las actuaciones de los Tribunales del Trabajo se considerarán urgentes. Respecto de las vacaciones para dichos Tribunales les regirán las disposiciones del Código de Procedimiento Civil y la Ley Orgánica del Poder Judicial ...”

51

En virtud de lo anterior, podemos establecer que la normativa

general aplicable para tramitación de las Cuestiones Previas en la

derogada Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos del Trabajo era

la prevista para los juicios breves en el Código de Procedimiento Civil.

Posteriormente, la Ley Orgánica del Trabajo que entró en vigencia

el 1 de mayo de 1991, y cuya última reforma fue publicada en Gaceta

Oficial Número Extraordinario 5.152 de fecha 19 junio de 1997, nada

prevé en lo relativo a las Cuestiones Previas, y en su lugar, fue

incorporada tímidamente por el legislador en el párrafo final del Artículo

116 , la figura del despacho saneador en los juicios de estabilidad laboral,

al sancionar que el Juez tiene las mas amplias facultades para requerir de

las partes que subsanen los errores en que hayan incurrido en el

procedimiento.

Sin embargo, una vez promulgada la nueva Ley Procesal del

Trabajo, el precitado artículo 116 quedo expresamente derogado para

darle paso al nuevo modelo de tramitación de juicios del trabajo, donde la

figura del Despacho Saneador juega un papel esencial para la eficacia y

validez del procedimiento.

La posibilidad de que el Juez Laboral, especialmente el Juez de

Sustanciación, Mediación y Ejecución, se pronuncie en torno a las

cuestiones previas previstas en el Artículo 346 del Código de

Procedimiento Civil, tiende a ser rechazada en base a lo establecido por

el Artículo 129 de la LOPT.

Sin embargo, tal y como argumentaremos en el próximo Capítulo,

la prohibición de cuestiones previas, no podrá impedir que el demandado

52

alegue, en la fase Preliminar (e incluso pueda probar) la improcedencia

de la acción intentada con base a las circunstancias previstas en el

Artículo 346 de Código de Procedimiento Civil. Admitir lo contrario,

sería menoscabar el derecho a la defensa, causal de anulación de la

sentencia a tenor de lo dispuesto en el Artículo 164 de la LOPT.

CAPITULO 3

Aplicación Práctica de la Norma Contenida

en el Artículo 129 de la Ley Orgánica

Procesal del Trabajo

54

3.1) Despacho Saneador en la Ley Orgánica Procesal del

Trabajo

Tal y como señalamos anteriormente, la Ley Orgánica Procesal del

Trabajo prevé dos momentos procesales para el uso de la facultad de

depuración del Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución en la

primera fase del juicio laboral:

(i) Despacho Saneador de Apertura o por Defecto de Forma de

la Demanda prevista en el Artículo 124, cuyo texto dispone:

“Artículo 124.- Si el Juez de sustanciación, mediación y ejecución

del trabajo, comprueba que el escrito libelar cumple con los

requisitos exigidos en el artículo anterior, procederá a la admisión

de la demanda, dentro de los dos (2) días hábiles siguientes a su

recibo. En caso contrario, ordenará al solicitante con

apercibimiento de perención, que corrija el libelo de la

demanda, dentro del lapso de los dos (2) días hábiles siguientes

a la fecha de la notificación, que a tal fin se le practique. En todo

caso, la demanda deberá ser admitida o declarada inadmisible

dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes, al recibo del libelo

por el Tribunal que conocerá de la misma. La decisión sobre la

inadmisibilidad de la demanda deberá ser publicada el mismo día

en que se verifique…” (Resaltado nuestro)

Según lo señalado por trascrita norma, este acto exige un revisión

previa a la pretensión, pero no representa un examen de fondo del libelo,

si no de forma, donde el Juez debe verificar el cumplimiento de

requisitos previstos en el Artículo 123 de la LOPT.

55

El Despacho Saneador en general, constituye un efecto mas de la

aplicación del principio general de rectoría del Juez en el proceso, y en

tal sentido ha sido definido por la Doctrina como “la orden o mandato

que, de oficio o a solicitud de parte, emite el Juez por escrito para que se

corrijan los defectos u omisiones en el libelo de la demanda o

reconvención”31

Esta potestad saneadora del juez tiene por finalidad garantizar que

el libelo de la demanda contenga todos los requisitos establecidos en la

LOPT, eliminando los vicios que pudieren comprometer la validez del

proceso. Esta facultad resulta especialmente relevante para éxito del

nuevo modelo procesal, habida cuenta de la exclusión de las incidencias

derivadas de la promoción de cuestiones previas (Artículo 129 LOPT).

El Despacho Saneador de Forma, cuyo fundamento se encuentra

previsto en el Artículo 257 de nuestra Carta Magna, en lo relativo al

sacrificio de la justicia por la omisión de formalidades no esenciales,

señala la Exposición de Motivos de la Comisión Permanente de

Desarrollo Integral de la Asamblea Nacional presentado como parte del

Informe para la Segunda Discusión de la Ley que:

“(…) Una vez presentada la solicitud el Tribunal procederá a

admitirla si cumple con los requisitos de Ley en caso contrario deberá

ordenar la corrección de los errores u omisiones que presente en un lapso

de dos días hábiles…Ha quedado atrás la concepción del juez

mercenario, que solo hacía aquello que las partes le habían solicitado y

mientras ello no sucediera, debía mantenerse impasible. Ahora la

31 F. Villasmil Briceño y M. Villasmil Velásquez (2003, p. 97)

56

concepción es radicalmente distinta y la Comisión ha querido reflejarlo

desde el primer momento atribuyéndola al Juez la facultad de examinar la

demanda antes de decidir sobre la admisión o no de la misma y permitirle

que ordene la subsanación de aquellos defectos que impiden darle a la

demanda el trámite de Ley…”

Cabe mencionar que el auto por el cual el juez ejerce su facultad

saneadora no es apelable, no así el auto que declara la perención de la

instancia, el cual es apelable en ambos efectos.

De igual forma, afirma el autor F. Villasmil Briceño que también

será apelable el auto que declare la negativa de admisión de la demanda

por falta de jurisdicción, incompetencia por la materia o la ilicitud de la

pretensión por ser contraria al orden público y a las buenas costumbres.

En otras palabras, de acuerdo al criterio del citado autor, en la

primera fase de la Audiencia Preliminar y antes de practicarse la

notificación del demandado, puede el Juez mediante un examen de

forma, dictaminar la inadmisibilidad de una demanda por cuestiones

atinentes a su capacidad legal de actuar como sujeto procesal o por la

violación al orden público y las buenas costumbres.

En observancia a lo anterior, si partimos de la afirmación que el

Juez en uso de facultad depuradora del proceso puede declarar

inadmisible la demanda, en este estado proceso y que parte actora puede

apelar de la misma, estaríamos entonces ante un trámite específico de

cuestiones previas, con la particularidad que su oposición no se origina

en cabeza del demandado por cuanto a los efectos formales el mismo no

ha sido notificado de la causa que pretende incoarse en su contra.

57

No obstante, de acuerdo a la disposición contenida en el Artículo

129 de la LOPT, ninguna excepción procesal o ilicitud de la pretensión

podrá generar un procedimiento incidental para que sea dirimido antes de

la contestación de la demandada, en atención a los principios de

concentración y abreviación procesal.

Visto lo anterior, surgen dos interrogantes:

1:- ¿Se configura o no un procedimiento incidental atípico

ante la negativa del juez de admitir una demanda por el incumplimiento

de los extremos procesales antes mencionados y ante la posibilidad del

actor de apelar de la decisión, subsanando o no los defectos detectados,

lo cual presupone un nuevo análisis y valoración juez por la

incorporación de nuevos elementos que podrían incluso modificar la

relación procesal existente?

2.- Una vez subsanado el defecto y admitida la demanda

¿podría el demandado oponer algunos de estos presupuestos procesales o

las relativas a la pretensión que fueron previamente “dirimidos” inaudita

altera pars?

En relación con la primera interrogante, consideramos que a pesar

de lo previsto por la norma in comento, si se constituye un procedimiento

incidental atípico, desde que el Juez debe necesariamente entrar a

conocer de un aspecto formal de la demanda antes de conocer del fondo

de la misma.

Sobre este aspecto, ha señalado la jurisprudencia del Tribunal

Supremo de Justicia lo siguiente: “No obstante el criterio establecido, bajo el imperio de la doctrina vigente para el momento en todo caso expuestas las cuestiones previas existiendo o no actividad

58

subsanadora era necesario un pronunciamiento previo por parte del sentenciador. En efecto, esta Sala en sentencia N° 878, de fecha 12 de noviembre de 1998, en el juicio de C.A. Industria Técnica C.M.B., contra Feber Iluminación Venezolana, C.A., expediente N° 96-741, expresó lo siguiente:

’...Es preciso dejar establecido la actividad procesal que se cumple, cuando en un juicio se oponen cuestiones previas. En efecto, si se interponen cuestiones previas de las contempladas en los ordinales 2°, 3°, 4°, 5° y 6° del artículo 346 se produce una primera decisión del sentenciador declarando con lugar o sin lugar la cuestión previa opuesta. Si el Juez la declara con lugar, entra en aplicación la norma contenida en el artículo 354 del Código de Procedimiento Civil; es decir, el proceso se suspende hasta que el demandante subsane los defectos u omisiones alegados, de conformidad con los requerimientos del artículo 350 eiusdem, en el término de 5 días, a contar del pronunciamiento del Juez. Dice el artículo 354: ‘Si el demandante no subsana debidamente los defectos y omisiones en el plazo indicado, el proceso se extingue, produciéndose el efecto señalado en el artículo 271 de este Código. Por su parte el artículo 271 del Código de Procedimiento Civil señala: ‘En ningún caso el demandante podrá volver a proponer la demanda, antes de que transcurran 90 días continuos después de verificada la perención.’ La Sala aprecia que el espíritu y razón de la disposición contenida en el artículo 354 eiusdem, exige del demandante una actividad eficaz, que subsane los defectos y omisiones alegados por la parte demandada, y limita esa actividad a un plazo de 5 días. Ahora bien, si el demandante no subsana el defecto y omisión de conformidad con lo ordenado en la decisión, el procedimiento se extingue, pero si el demandante dentro del plazo establecido, subsana el defecto u omisión en la forma prevista en el artículo 350 del Código de Procedimiento Civil, el Juzgador debe analizar, apreciar y sentenciar sobre el nuevo elemento aportado al proceso, y en esta oportunidad, la segunda decisión del Juez referida a la actividad realizada, puede modificar la relación procesal existente hasta ese momento, bien sea decidiendo que el nuevo elemento aportado subsana los defectos alegados, o que no es suficiente o no es idóneo para corregir el error u omisión. Pues bien, si la decisión aprecia que el actor ha dado cumplimiento a lo ordenado por el Juez, el proceso continúa; pero, si por el contrario la decisión del sentenciador se orienta a rechazar la actividad realizada por el demandante por considerarla como no idónea y decide extinguir el procedimiento, se producen los efectos del artículo 271 del Código de Procedimiento Civil, es decir, la perención....’ (Subrayado de la Sala)

De lo anterior, bajo la consideración de la nueva doctrina como de la modificada, es pertinente resaltar la obligación y el deber de los jueces que sustancian las cuestiones de no subvertir los trámites del procedimiento, puesto que, reposiciones como la que en este expediente necesariamente debe acordarse, sin lugar a dudas causan dilación inexcusable para la resolución del fondo de la controversia y la aplicación de la justicia. (resaltado nuestro)

59

De conformidad con lo dispuesto en el segundo aparte del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, declarada procedente esta denuncia por quebrantamiento de formas sustanciales en violación al derecho a la defensa, la Sala se abstiene de considerar y resolver las restantes denuncias que contiene el escrito de formalización.”32

La necesidad de un pronunciamiento previo por parte del

sentenciador guarda relación con la proscripción de las cuestiones previas

a que se contrae el Artículo 129 de la LOPT. La procedencia de las

cuestiones previas, más no su tramitación incidental, resulta inexcusable,

en el supuesto de aquellas que pudieren ser resueltas por el Juez de

Sustanciación, Mediación y Ejecución, sin necesidad de admitir, evacuar

y valorar pruebas, es decir, cuando su procedencia o no se deduce del

propio libelo de la demanda (v.gr. Insuficiencia del poder otorgado al

representante del actor, falta de identificación del demandado, entre

otros).

En este supuesto, el Juez podrá de oficio, indicar los errores u

omisiones, siempre y cuando los mismos fueren subsanables, en ejercicio

de la potestad saneadora prevista en el Artículo 124 de la LOPT.

Asimismo, podrá pronunciarse al respecto cuando las observaciones

pertinentes fueren expresadas por la parte actora durante la audiencia

preliminar, resolviendo lo conducente ejerciendo la facultad saneadora

prevista en el Artículo 134 de la LOPT o Despacho Saneador de

Clausura.

En lo que respecta a la segunda interrogante, si efectuamos una

aplicación estricta del postulado del Artículo 129 de la LOPT la respuesta

naturalmente sería no, por cuanto el legislador proscribió tal posibilidad. 32 Sentencia de la Sala de Casación Civil, de fecha 30-04-02, Exp. No. 01-450

60

Sin embargo, debe advertirse que, de mediar alguna de las

circunstancias previstas en el Artículo 346 del Código de Procedimiento

Civil, el demandado lo hará saber al Juez en la oportunidad de la

Audiencia Preliminar como fundamento de su negativa a conciliar y de

oposición a la pretensión de cualquier medida cautelar.

Teniendo en cuenta que la Audiencia Preliminar constituye

oportunidad procesal para promover pruebas, el demandado deberá

necesariamente presentar aquellas que acrediten su defensa, incluyendo

aquellas que demuestren el incumplimiento de los presupuestos

procesales necesarios para la validez del proceso.

El vicio procesal planteado por la parte demandante, deber ser

debatido en la Audiencia Preliminar, en ejercicio del deber conciliador

del Juez y en atención su la potestad saneadora del proceso.

En consecuencia, no es cierto que el Juez de Sustanciación,

Mediación y Ejecución le esté vedado admitir, evacuar y valorar pruebas

a los fines de fijar criterio en torno a la controversia y así establecerlo

mediante sentencia definitiva. Admitir lo contrario, sería una flagrante

violación al ejercicio legítimo del derecho a la defensa del demandado,

desde que esta situación vulnera el principio por el cual el juez no puede

acceder o denegar la pretensión de un litigante sin oír a su contrario,

salvo que, citado éste, no quiera comparecer o defender su derecho.

(ii) Despacho Saneador de Clausura o por Defecto de Fondo de

la Demanda previsto en el Artículo 134, cuyo texto dispone:

61

“Artículo 134.- Si no fuera posible la conciliación, el Juez de

sustanciación, mediación y ejecución deberá, a través del despacho

saneador, resolver en forma oral todos los vicios procesales que pudiere

detectar, sea de oficio o a petición de parte, todo lo cual reducirá en un

acta.”

En lo que respecta al Despacho Saneador de Clausura, aquel que se

indica procedente una vez realizadas todas las diligencias de mediación

para la conciliación de las partes sin lograrla, la Exposición de Motivos

de la Comisión Permanente de Desarrollo Integral de la Asamblea

Nacional presentado como parte del Informe para la Segunda Discusión

de la Ley declara:

“…se ha considerado la conveniencia de adoptar la figura del

despacho saneador en la segunda etapa de la Audiencia Preliminar (Art.

135) [Artículo 134 en el texto definitivo], que ha demostrado ser exitosa

en otras legislaciones, y que tiene por finalidad corregir y subsanar la

controversia de todos los errores y omisiones que puedan haberse

presentado, para permitir el correcto establecimiento de la relación

jurídica procesal…”.

Al analizar el texto trascrito observamos que el legislador patrio

concibió el Despacho Saneador de Fondo en la nueva normativa adjetiva

laboral, como un mecanismo oper lege suficiente para eliminar del

proceso aquellos vicios que pueden comprometer su legitimidad en aras

de evitar una reposición de la causa. .

Sobre este aspecto señala el autor C. Sainz Muñoz (2003, p. 63)

“que una de las características del nuevo procedimiento laboral esta en

62

función de que se eviten la oposición de cuestiones previas (…) Por ello

en el contexto de la Ley Adjetiva son eliminadas esta posibilidad.

Creemos que fue un acierto de los proyectistas el evitar que se

establecieran la posibilidad de las cuestiones previas. Estas servían

muchos veces para que el demandado ganara tiempo entorpeciera el

proceso, lo haría mas lento y muchas la decisión de estas cuestiones

previas demoraban por de uno o dos años el proceso.”

En este misma línea de pensamiento opina el autor G. Mille Mille

(2002, p. 202): “En lo personal, tengo la triste experiencia de varios

juicios que por cobro de prestaciones, en los cuales, la incidencia

relacionada con cuestiones previas por la parte demandada –que

felizmente eliminada con el aludido despacho saneador que ordena el

juez- ha tenido una duración superior a dos años (…) Y no hablemos de

aquella trágica época en que se encontraban en vigencia el Código de

Procedimiento Civil de 1916 que contempla las llamadas “Excepciones

Dilatorias” seguidas de otras incidencias relacionadas con las

“Excepciones de Inadmisibilidad”(...) entorpecían considerablemente la

celeridad del proceso, al igual que sucedía con las reposiciones

fundamentadas en una mentalidad exageradamente formalista que

destruían la paciencia del más tolerante de los hombres…”

Esta concepción del Despacho Saneador como medio sustituto a la

oposición de Cuestiones Previas, es consecuencia de una aplicación

strictu sensu de los principios rectores del nuevo modelo laboral, y muy

especialmente del principio de celeridad y brevedad procesal, según los

63

cuales el proceso no debe tener retardos innecesarios que puedan

obstaculizar la obtención de una decisión oportuna.

Sin ánimos de descalificar el mérito que supone la incorporación

de este principio, su aplicación no debe superponerse al concepto de

proceso plenario, es decir, a que se den las suficientes garantías para el

ejercicio legítimo del derecho de defensa del demandado.

Siendo que el derecho a la defensa es de orden constitucional y el

Estado es quien tiene la potestad de administrar justicia a través de sus

órganos jurisdiccionales, es entonces él el encargado de crear los

mecanismos que puedan garantizarle a todos los ciudadanos, que existe

un ordenamiento jurídico capaz de tutelar sus derechos; ya que ningún

sistema de justicia puede agotarse en la sola tutela del ejercicio de la

acción porque se estaría obviando otro sujeto procesal: El demandado, a

quien debe otorgarse garantías que se traduzcan en el equiparamiento de

sus derechos con los que tiene el actor; puesto que no puede considerarse

demandado como sinónimo de culpable si no ha mediado un proceso

judicial donde quede demostrada dicha culpabilidad.

En virtud de lo anterior, es de vital importancia examinar

profundamente estos alegatos o situaciones establecidas por nuestro

Legislador en el artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, puesto

que en muchas oportunidades son precisamente esas cuestiones, la única

defensa del demandado, lo contrario sería una violación al derecho de la

defensa.

Por lo tanto, si Juez de oficio o a instancia de parte, detecta un

vicio procesal que compromete la validez del proceso, debe

necesariamente pronunciarse sobre ellas, aunque tal situación no pueda

64

dirimirse en un procedimiento incidental como está contemplado en el

Código de Procedimiento Civil.

Es por ello, que no compartimos la opinión expresada por los

citados autores, quienes bajo una concepción, si se quiere simplista, de

desventajas generan el uso indiscriminado de esta herramienta procesal,

interpretan la eliminación de las Cuestiones Previas contenida en el

Artículo 129 en un sentido restringido.

Sobre este aspecto señala acertadamente el autor R. Henriquez La

Roche que: “El legislador patrio, al proscribir las cuestiones previas (Art.

129), en realidad pretendió dejar a un lado el procedimiento incidental de

las cuestiones previas, mas no la solución in limine de aquellas

cuestiones procesales que ameritan una anticipada consideración sobre

los presupuestos procesales de la acción, de la pretensión y de la validez

del proceso, para purificarlo de los vicios sustantivos que podrían

anularlo, desconocer la garantía del debido proceso, o impedir una

sentencia de mérito, con el consiguiente dispendio y retraso de la

administración de justicia.”

En lo relativo al alcance de la facultad de depuración del Juez de

Sustanciación, Mediación y Ejecución, consideramos que en aplicación

del principio de rectoría del juez en el proceso, entendido como el deber

de buscar e inquirir la verdad jurídica objetiva por todos los medios

disponibles, el juez debe asumir una actitud dinámica en el proceso, y

muy especialmente en su obligación de depurar el proceso antes de pasar

a la fase de la Audiencia de Juicio. Lo contrario, es decir, la continuación

del proceso habida cuenta de la infracción de los presupuestos procesales

65

fundamentales, implicaría la dilación innecesaria del proceso, y por vía

de consecuencia, una justicia tardía.

La facultad saneadora del Juez no termina en la simple

comprobación del cumplimiento de los requisitos formales de la

demanda, sino que va más allá de un examen de forma, en el cual el juez

es libre y soberano en los criterios que adopte para la consecución del fin

fundamental del proceso: la justicia.

Esta circunstancia constituye una misión muy compleja, en tanto

que el juez debe ser imparcial en la aplicación de una Ley parcial. El

carácter protector de la Ley no debe proyectarse sobre la conducción del

proceso ni sobre la apreciación de las pruebas incorporadas al mismo.

Es entonces cuando se pone de manifiesto la importancia de la

correcta interpretación del Artículo 129 en concordancia con el Artículo

134 de la LOPT, cuando el Juez en atención al espíritu, propósito y razón

de norma adjetiva, en aras de fortalecer la igualdad procesal de las partes,

debe garantizar un derecho correlativo para que el demandado pueda

oponer a la acción del demandante, aquellas cuestiones que se considere

ponen en peligro la validez del proceso.

En otras palabras, el despacho saneador pretende, precisamente,

evitar reposiciones inútiles que podrían quebrantar los principios de

celeridad y abreviación del proceso.

Consideramos que en el diseño del nuevo modelo laboral se prevén

las herramientas necesarias, para el Juez en ejercicio a su facultad rectora

proceso y cumpliendo con los principios de inmediatez y concentración

puede debatir y pronunciarse en la oportunidad de la Audiencia

66

Preliminar, en torno a la improcedencia de la acción por cualquier de las

causales previstas en el Artículo 346 del Código de Procedimiento Civil.

3.2) Mecanismos Alternativos para Tramitación de las Cuestiones

Previas a luz de las dispocisiones contenidas en la Ley

Orgánica Procesal del Trabajo

Una vez evidenciado el verdadero propósito del legislador patrio al

suprimir las incidencias sobre Cuestiones Previas en el proceso laboral,

que no es otro que eliminación de las incidencias derivadas de la

promoción de cuestiones previas, no así, su alegación y prueba cuando a

ello haya lugar, podemos afirmar, categóricamente, que en uso de la

facultad saneadora puede el Juez de Sustanciación, Mediación y

Ejecución dirimir sumariamente aquellas cuestiones previas opuestas por

el demandado, sin que ello represente la apertura formal de un incidencia

procesal que pueda atentar contra los principios de concentración,

celeridad y abreviación del nuevo proceso laboral.

En efecto, considerando la informalidad como rasgo característico

de la Audiencia Preliminar, la subsanación de los vicios procesales puede

realizarse sumariamente mediante la aplicación del principio de libertad

de las formas previsto en el Artículo 11 de la LOPT, según el cual:

“Artículo 11.- Los actos procesales se realizarán en la forma

prevista en la ley; en ausencia de disposición expresa, el Juez del

Trabajo determinará los criterios a seguir para su realización, todo ello

con el propósito de garantizar la consecución de los fines fundamentales

del proceso. A tal efecto, el Juez del Trabajo podrá aplicar

67

analógicamente disposiciones procesales establecidas en el ordenamiento

jurídico, teniendo en cuenta el carácter tutelar de derecho sustantivo y

adjetivo del derecho del trabajo, cuidando que la norma aplicada por

analogía no contraríe principios fundamentales establecidos en la

presente Ley”

Este principio, aunado a la garantía constitucional al ejercicio

legítimo del derecho a la defensa y el deber de subsanación del proceso,

acreditan plenamente al juez laboral para que en uso de su facultad

rectora, pueda resolver sumariamente todas aquellas cuestiones atinentes

a la acción, a la pretensión y a la validez del proceso.

Admitir lo contrario, implicaría necesariamente entrar a cuestionar

la eficacia del Despacho Saneador y de la Audiencia Preliminar como

institución fundamental del proceso laboral, ya que ¿qué sentido tendría

contestar una demanda, promover pruebas, e incluso dictar un sentencia

si el Tribunal de Juicio debe reponer la causa o declinar su conocimiento

por alguna de las cuestiones previstas en el Artículo 346 del Código

Procedimiento Civil?

Es por ello, que no se debe subestimar la importancia de las

Cuestiones Previas como herramienta procesal, porque una concepción

equivocada de las mismas, generaría en conclusiones erróneas que

podrían llegar a comprometer el éxito del nuevo modelo procesal laboral.

Sin embargo, estamos concientes que esta enunciación de

principios de rango constitucional podrían constituir una visión abstracta

de la realidad, cuando tratamos de hacer efectivo su ejercicio en la

práctica forense, la cual puede convertirse en una misión muy compleja

68

al tratar de poner igual de condiciones a las partes, en el ámbito de una

Ley esencialmente protectora.

Sin lugar dudas, la justa interpretación y aplicación de las normas

adjetivas y en general de las normas jurídicas, representan un verdadero

desafío para los jueces, quienes tienen a su cargo la delicada misión de

impartir justicia y preservar el Estado de Derecho. Y es precisamente en

este punto, donde cobran vigencia una vez más, las palabras del maestro

Couture:

“El juez es, al fin de cuentas, un hombre. Puede suponérsele

bueno y bien intencionado. Pero para saber lo que en definitiva ese

hombre vale, como expresión definitiva del derecho, hay necesidad

de investigar este punto fundamental: lo que ese hombre significa

dentro del sistema político al que sirve. Sin perjuicio de la conclusión

que habré de exponer, parece indispensable investigar primero si el

juez es un hombre libre dentro del sistema político dominante. Si es

absolutamente independiente, si los organismos a fondo político no

pueden influir sobre él y sobre su carrera, ni directa ni

indirectamente, toda posibilidad de solución existe. Si los poderes a

fondo político pueden decidir de su destino como hombre, toda

esperanza está perdida”33

33 Conferencia dictada en la Universidad de Córdoba (Argentina) en 1939. Estudios de Derecho Procesal Civil, Tomo I, páginas 339 y 340.

Conclusiones

70

Una vez analizados los principios generales que inspiran nuestro

modelo procesal laboral, su alcance y finalidad, la Audiencia Preliminar

como instituto fundamental del proceso laboral, las Cuestiones Previas

como presupuestos necesarios para validez la del proceso y el Despacho

Saneador como mecanismo procesal alternativo, podemos concluir:

• Que el nuevo modelo laboral representa un avance sustancial de

la concepción del proceso ya no como un fin en si mismo, sino

como un medio para lograr el fin: la verdad jurídica objetiva.

• Que la consagración de tales principios no impide al juzgador

reconocer el derecho correlativo del demandado a ejercer

legítimamente su derecho a la defensa, mediante la promoción

de aquellas cuestiones de orden procesal inherentes a la validez

del proceso.

• Que no se debe subestimar la importancia de las Cuestiones

Previas como presupuestos procesales inherentes a la validez

del proceso.

• Que mediante la correcta interpretación del alcance del

Despacho Saneador, entendida como una obligación del Juez de

Sustanciación, Mediación y Ejecución, en concordancia con los

principios de rectoría del juez en el proceso, libertad de formas

e informalidad de la Audiencia Preliminar, puede el juez

resolver cualquier incidencia sobre Cuestiones Previas sin que

ello configure un quebrantamiento al orden legal.

71

BIBLIOGRAFÍA

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