ElIntuicionismoDePrichard-2272594

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35 © IDEAS Y VALORES Nº 127 ABRIL DE 2005 BOGOTÁ, COLOMBIA EL INTUICIONISMO DE PRICHARD 1 MAURICIO RENGIFO GARDEAZÁBAL UNIVERSIDAD DE LOS ANDES [email protected] Resumen: El propósito de este artículo es presentar las principales tesis de Harold Arthur Prichard sobre la moral. De acuerdo con Prichard, toda la filosofía moral está basada en un conjunto de errores, similares en muchos aspectos a los que produce la epistemología. Intentaré articular tales críti- cas buscando producir un todo coherente. La ausencia de una presenta- ción de este tipo puede explicar algunos de los malentendidos a los que la propuesta intuicionista ha dado lugar. El principal objetivo de este trabajo consistirá, pues, en llenar este vacío. Palabras clave: intuicionismo, metaética, lenguaje moral, obligación moral. Abstract: The purpose of this article is to introduce Harold Arthur Prichard´s main philosophical thesis concerning human morality. According to Prichard, the whole body of moral philosophy rests on a set of mistakes, similar in many senses to those produced by epistemology. In this article I will try to summarize a general overview of Prichard´s work concerning these issues. The lack of such an account of Prichard´s thinking could explain much of the misunderstandings about intutionism. The main goal of this article is to close this gap. Keywords: intuicionism, metaethics, moral language, moral obligation. E l propósito de este ensayo es presentar de forma sistemática la concepción intuicionista de la moral, de acuerdo con las tesis planteadas por uno de sus más importantes representantes: Harold Arthur Prichard. Para tales efectos, me he basado principal- mente en su libro La obligación moral. No creo que hasta la fecha se haya intentado una presentación de este tipo por lo que creo necesa- rio explicar su valor. Los trabajos de la mayoría de los intuicionistas no cuentan con ninguna clase de sistematicidad. Sus opiniones se encuentran dispersas en cientos de debates particulares. Parte de ser un intuicionista se nota en ese hecho. Un intuicionista no tiene nin- guna pretensión de sistematicidad en la exposición, precisamente porque intenta ser consecuente con su doctrina. Pero precisamente, este relativo desorden en sus ideas ha servido para que sus detracto- res malinterpreten sus opiniones. El único mérito de este trabajo es proporcionar una versión más depurada de sus puntos de vista. Espero que este intento no haga ninguna violencia a esta concepción particular de la teoría moral. 1 Este artículo hace parte de mi tesis doctoral sobre el lenguaje moral que se está adelantando bajo la dirección del profesor Juan José Botero, profesor de la Universidad Nacional.

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Artículo sobre el intuicionismo de Prichard y sus consecuencias

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  • 35 IDEAS Y VALORES N 127 ABRIL DE 2005 BOGOT, COLOMBIA

    EL INTUICIONISMO DE PRICHARD1

    MAURICIO RENGIFO GARDEAZBALUNIVERSIDAD DE LOS ANDES

    [email protected]

    Resumen: El propsito de este artculo es presentar las principales tesis deHarold Arthur Prichard sobre la moral. De acuerdo con Prichard, toda lafilosofa moral est basada en un conjunto de errores, similares en muchosaspectos a los que produce la epistemologa. Intentar articular tales crti-cas buscando producir un todo coherente. La ausencia de una presenta-cin de este tipo puede explicar algunos de los malentendidos a los que lapropuesta intuicionista ha dado lugar. El principal objetivo de este trabajoconsistir, pues, en llenar este vaco.

    Palabras clave: intuicionismo, metatica, lenguaje moral, obligacin moral.

    Abstract: The purpose of this article is to introduce Harold Arthur Prichardsmain philosophical thesis concerning human morality. According toPrichard, the whole body of moral philosophy rests on a set of mistakes,similar in many senses to those produced by epistemology. In this article Iwill try to summarize a general overview of Prichards work concerningthese issues. The lack of such an account of Prichards thinking couldexplain much of the misunderstandings about intutionism. The main goalof this article is to close this gap.

    Keywords: intuicionism, metaethics, moral language, moral obligation.

    El propsito de este ensayo es presentar de forma sistemtica laconcepcin intuicionista de la moral, de acuerdo con las tesisplanteadas por uno de sus ms importantes representantes:

    Harold Arthur Prichard. Para tales efectos, me he basado principal-mente en su libro La obligacin moral. No creo que hasta la fecha sehaya intentado una presentacin de este tipo por lo que creo necesa-rio explicar su valor. Los trabajos de la mayora de los intuicionistasno cuentan con ninguna clase de sistematicidad. Sus opiniones seencuentran dispersas en cientos de debates particulares. Parte de serun intuicionista se nota en ese hecho. Un intuicionista no tiene nin-guna pretensin de sistematicidad en la exposicin, precisamenteporque intenta ser consecuente con su doctrina. Pero precisamente,este relativo desorden en sus ideas ha servido para que sus detracto-res malinterpreten sus opiniones. El nico mrito de este trabajo esproporcionar una versin ms depurada de sus puntos de vista.Espero que este intento no haga ninguna violencia a esta concepcinparticular de la teora moral.

    1 Este artculo hace parte de mi tesis doctoral sobre el lenguaje moral que seest adelantando bajo la direccin del profesor Juan Jos Botero, profesor de laUniversidad Nacional.

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    I

    En La obligacin moral, Prichard parte de la siguiente pregunta: cules la caracterstica que un acto tiene que poseer para que sea unaobligacin hacerlo? Cul es el criterio del deber? Segn el autor, talesinterrogantes implican la idea de que slo es nuestro deber haceraquellos actos a los que estamos moralmente obligados en virtud deuna caracterstica comn (Prichard 1949: 114 ss.). En teora moral,esta caracterstica universal se denomina la propiedad base de laobligacin moral. Para Prichard, la idea de que hay una propiedadbsica es por lo menos plausible y se origina en la expectativa de quenuestras obligaciones tengan alguna suerte de explicacin y funda-mento que les otorgue coherencia y sistematicidad. Si es factible darcon la propiedad base, tendremos un criterio para establecer cundoestamos obligados a realizar una accin. Pese a que muchos han credoen la existencia de propiedades bsicas, no es claro bajo qu caracters-ticas caen nuestras obligaciones porque pertenecen a especies muy va-riadas como decir la verdad, cumplir las promesas, educar a los hijos,etc. Prichard seala que incluso por razones prcticas puede resultartil establecer cul es la caracterstica comn a nuestras obligaciones,pues, de lo contrario, nunca podramos estar seguros de que los actosque comnmente pensamos como deberes lo sean efectivamente.

    Segn Prichard, las teoras ticas existentes son intentos de res-ponder a la pregunta por el criterio de la obligacin moral. Talesteoras se clasifican en tres categoras: (a) teoras teleolgicas de laobligacin, (b) teoras cuasi-teleolgicas y (c) teoras axiolgicas2. Enlo que sigue, examinaremos cada grupo y resumiremos las objecio-nes intuicionistas.

    (a) Teoras teleolgicas de la obligacin

    Quienes formulan teoras teleolgicas razonan de la siguiente for-ma. Es cierto que todos los seres humanos tenemos un propsito lti-mo e invariable. Por lo tanto, si queremos descubrir qu debemos ha-cer, hay que establecer primero cul es ese propsito universal y,

    2 Prichard tom la denominacin teoras teleolgicas de la obra de Paulsen yMuirhead Rules and End in Morals. En el libro se distingue entre teoras teleolgicasy deontolgicas para incluir en el primer grupo a los utilitaristas, y en el segundo,a los kantianos. En mi opinin, Prichard slo tom la primera categora y no lasegunda porque Kant aparece en el tercer grupo con una intencin distinta. Aosms tarde, Rawls estableci la distincin entre intuicionistas teleolgicos comoMoore y deontolgicos como Prichard (cf. Rawls 1979: 53 ss.). Sin duda Prichardhabra rechazado esta distincin porque, por una parte, opinaba que Moore habaabandonado el consecuencialismo en su tica, y por otra, porque consideraba quesu filosofa estaba muy lejos de la deontologa kantiana.

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    luego, averiguar cules son los actos que ms contribuirn a su reali-zacin. Se sigue que la propiedad base que habr de servir como crite-rio moral para que un acto sea nuestro deber es la de contribuir a larealizacin de nuestro propsito. Por lo general, la finalidad es repre-sentada como la realizacin de una vida de disfrute y satisfaccin.

    De acuerdo con el intuicionismo, las teoras teleolgicas cometensiempre un error fatal conocido como falacia naturalista. Dicha fala-cia consiste, como es bien sabido, en pretender analizar lo inanaliza-ble, en tomar lo simple como algo complejo. Se comete, por ejemplo,cuando se intenta definir lo bueno (en sentido adjetivo) mediante al-gn tipo de predicado como el placer, la armona, etc. Cuando lafalacia naturalista se comete directamente con las palabras denticasobligacin y deber en sentido moral, se denomina falacia del debeal es. Se trata de un caso especial de la falacia en la que se intentadefinir moralmente obligatorio mediante predicados tales comocausa de un bien, origen de un placer, etc. Hay otro caso de lafalacia naturalista que es el que ms llama la atencin de Prichard. Lohe denominado, en contraste con el caso anterior, falacia del es al debe.Ocurre cuando se confunde el sentido moral con el sentido no moralde las palabras deber y obligacin. Puesto que las segundas sson analizables, se atribuye el significado de las palabras no moralesa las morales y en ello reside el error. Consideremos, a manera deilustracin, las oraciones siguientes:

    (1) Carlos debe decir la verdad

    (2) Carlos debe decir la verdad (si quiere salir de la crcel)

    En la frase (1) el debe se utiliza en sentido moral y en (2) en sentidono moral. En el anlisis de Prichard, (2) equivale a:

    (3) si Carlos no dice la verdad, entonces no saldr de lacrcel

    lo que sugiere que debe en sentido no moral significa aproximada-mente conducente a la realizacin de su propsito. La falacia natu-ralista, en este caso del es al debe, consiste en atribuir el significado dedebe, que es conducente a la realizacin de su propsito, aldebe en sentido moral.

    Segn Prichard, las teoras teleolgicas incurren principalmenteen la falacia del es al debe, porque reducen el debe moral al debeno moral. Al hacer tal cosa, representan nuestro deber moral de rea-lizar una accin como si fuera la misma cosa que tenemos que hacersi queremos realizar nuestros propsitos. En sentido estricto, el in-tuicionismo sostiene que las teoras teleolgicas no son teoras de laobligacin moral porque, al incurrir en la confusin mencionada,cambian de tema. Son, a lo sumo, teoras de la obligacin pero noteoras de carcter tico. El intuicionismo insiste en que no es lomismo estar obligado que estar moralmente obligado, as como

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    son distintos los pensamientos de realizar nuestros propsitos ycumplir nuestros deberes (Prichard 1949: 117). Al respecto escribePrichard:

    For we have only to ask ourselves whether some acts being whichwould do most to make us happy would render it what we are bound todo, to know that it would not. The fatal objection of principle is that itresolves the moral ought into the non moral ought, representingour being morally bound to do some action as if it were the same thingas the actions being one which we must do if our purpose is to becomerealized. And in consequence, strictly speaking, the theory is not atheory of obligation, or duty at all [....] (1949: 117).

    Cita como ejemplos de tales errores, las definiciones de deber pro-puestas por los utilitaristas ms conocidos, Bentham, Mill y Sidgwick,as como la teora de la obligacin de Green.3 Es importante agregarque las teoras teleolgicas no slo se equivocan al definir el debe ensentido moral, sino que tambin suponen que existe un propsito detodos los seres humanos, trtese del propio bien, de la felicidad o delbien comn. Ahora bien, segn Prichard no hay un nico propsitoque sea comn a toda la humanidad y tampoco a cada persona enparticular. Hay mltiples fines y propsitos, as como muchas formasde realizarlos.

    (b) Teoras cuasi-teleolgicas

    Las teoras teleolgicas se basan en dos ideas centrales: que entoda accin deliberada podemos descubrir una nica meta o prop-sito final y que un acto es considerado un deber por conducir a larealizacin de la meta o propsito. Para descubrir lo que debemoshacer, es decir, el criterio de la obligacin, habra que precisar cul esnuestra meta y luego averiguar qu es lo que ms conduce a su reali-zacin. Hemos visto que, de acuerdo con el intuicionismo, no hayuna nica meta o propsito y, si la hubiese, tales teoras confundenel debe en sentido moral con el debe en sentido no moral. Enconsideracin a este tipo de crticas, algunos tericos han propuestoalterar las teoras originales para construir versiones ms fuertes einmunes a las objeciones. La modificacin ms conocida se dirige asustituir la tesis de que hay una nica meta o propsito final por laidea de que hay un nico propsito o meta a la que debemos dirigir

    3 Sobre la refutacin de Thomas Hill Green, recomiendo la lectura del artculo dePrichard titulado Greens Principles of Political Obligation (Prichard 1949), quese encuentra igualmente en la compilacin de Ross (1930). El artculo es una notableanticipacin de las ideas de Herbert Hart sobre teora jurdica. cf. Hart 1999.

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    nuestras acciones. Tales teoras se denominan cuasi-teleolgicas.Entre las cosas que debemos tener como fines se cuentan: la felicidad,nuestra propia perfeccin, la felicidad general y la perfeccin de lahumanidad. De acuerdo con Prichard, hay dos ideas subyacentes alas teoras cuasi-teleolgicas: (a) que tiene que existir alguna cosa a laque debemos dirigirnos al actuar, y (b) que la caracterstica por la cualdebemos realizar una accin est determinada por aquello a lo quedebemos dirigirnos, pues lo que debemos hacer es aquello que con-duzca a lo que debemos dirigirnos (Prichard 1949: 127). De acuerdocon el intuicionismo, la primera idea est expuesta a dos objeciones.La primera objecin puede reconstruirse ms o menos de la siguienteforma: en el habla ordinaria los enunciados que contienen la palabradebe tienen la forma yo debo hacer tal y tal cosa o yo debo reali-zar cierta actividad. Por otra parte, las oraciones:

    (4) dirigirse a algn X

    (5) tener a X como meta o fin

    son expresiones metafricas de:

    (6) tener a X como propsito

    o bien de:

    (7) considerar a X como nuestro motivo

    e incluso de:

    (8) ser movido por el deseo de X

    Si lo anterior es correcto, se sigue que el enunciado:

    (9) yo debo dirigirme a X

    significa:

    (10) yo debo ser motivado a actuar por el deseo de XPrichard se pregunta si el enunciado (10) puede ser verdadero cuan-

    do la palabra debe se usa en sentido moral y responde que no, por-que las obligaciones morales son deberes de realizar alguna activi-dad. La segunda objecin parte de la premisa segn la cual a lo impo-sible nadie est obligado. Si, en efecto, slo estamos obligados a hacer loque est en nuestro poder, y no est en nuestro poder desear algo,entonces no estamos obligados a desear ser movidos a actuar por cier-tos deseos. En nuestro poder est realizar algunas acciones, pero no eldesear ciertas motivaciones. Prichard reconoce que podemos haceralgo para suscitar o fortalecer un deseo del que ya eramos capaces,pero no podemos tener el deber de desear as como tampoco pode-mos querer querer. Afirmar que debemos estimular o fortalecer undeseo dado es una cosa y otra, muy distinta, es pensar que estamosen la obligacin de actuar desde ciertos deseos. Lo primero sera undeber de realizar acciones y lo segundo, de tener un motivo concreto(Prichard 1949: 128 ss.).

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    El intuicionismo pretende confirmar las dos razones aludidas me-diante el estudio de situaciones ordinarias tomadas de la vida cotidiana.Se nos pide que imaginemos una motivacin o deseo concreto, como eldeseo de ayudar a un amigo en peligro o de pagar nuestras deudas y,a continuacin, que nos preguntemos si es un deber de nuestra parteayudar a un amigo en peligro o es un deber ayudarlo desde un ciertodeseo. Lo mismo en el segundo caso: debemos pagar nuestras deudaso debemos pagarlas desde un cierto motivo? La respuesta siempre esla misma: hay que cumplir con nuestros deberes con independencia delas motivaciones. Los propsitos y deseos slo tienen lugar cuandoqueremos evaluar la bondad moral del acto pero no la existencia mis-ma de los deberes. El intuicionismo tambin apela al sentido comncuando nos pide que corroboremos las crticas a la teoras cuasi-teleolgicas considerando instancias a la mano de nuestros deberes.El resultado que arroja el sentido comn es que nuestros deberessiempre consisten en hacer ciertas acciones, como pagar nuestrasdeudas, sin que pensemos en los deberes incluyendo a los motivos.Prichard agrega a todo esto que:

    We find that when we consider whether some past act is one which theagent ought to have done, we think the question independent of thequestion of what his motive was in doing it (1949: 130).

    Prichard anticipa dos respuestas posibles a su punto de vista. Laprimera es que podemos establecer una distincin entre dos tipos dedeberes, los deberes objetivos, que consisten en la realizacin de cier-tos actos, y los deberes subjetivos, que consisten en manifestar ciertos

    deseos. Sobre esta distincin Prichard escribe:

    Such an attempt, however, must be admitted to fail, on the ground thatit is really self-evident that an obligation is necessarily an obligation toperform a certain action, and not to have a certain motive (1949: 131).

    La segunda rplica es mucho ms compleja y tiene como principalexpositor a Joseph, quien argumenta aproximadamente de la si-guiente manera: no es cierto que los actos tengan caractersticas pro-pias que los hagan independientes de los motivos. En consecuencia,tampoco es cierto, como lo cree Prichard, que podamos hacer el mis-mo acto por diversos motivos. Para probarlo es necesario tener claroque hay dos tipos de acciones, las automticas o de comportamientoy las deliberadas que incluyen los motivos. Los deberes se predicanexclusivamente de los actos deliberados y no de las acciones auto-mticas. Ejemplos tpicos de acciones automticas son los parpa-deos, estornudos, reflejos, enervaciones y distensiones musculares,etc. Lo que Joseph sostiene es que no es posible abstraer un acto de

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    sus motivos porque tal cosa sera reducir una accin deliberada a unacto automtico. Si la abstraccin no es posible, resultara absurdohablar de deberes sin incluir los motivos. Prichard estara tratandode considerar la accin moralmente obligatoria con independencia delos motivos; estara cometiendo un error semejante al del filsofo pla-tonista que piensa que los universales como el rojo o el verde puedenexistir separados de sus instancias.

    La respuesta de Prichard es muy interesante (cf. 1949: 131 ss.). Enprimer lugar, opina que es intuitivamente evidente que una mismaaccin puede haber sido hecha por diferentes motivos, cosa que nopodra ser si Joseph tuviera razn. Adems, es trivialmente ciertoque si las acciones no tienen alguna propiedad independiente de losmotivos, no habra acciones de las cuales pueda ser motivo un moti-vo y, por tanto, tampoco habra motivos. Cuando hablamos de accio-nes no estamos incluyendo las motivaciones, deseos y propsitos.Es cierto que un acto deliberado tiene que tener un motivo, pero unacosa es que los actos tengan que tener un motivo y otra muy distintaes que estos hagan parte de l. Como dice Prichard, no podemosgolpear algo sin que haya algo que golpear, pero la cosa a ser golpea-da no hace parte de la accin de golpear, as como la cosa sabida nohace parte del saber. Los motivos son necesarios para la accin perono hacen parte de ella. Se sigue que los deberes no incluyen los moti-vos y que no hay deberes de tener ciertos motivos. Sobre este puntoPrichard escribe:

    And should anyone be inclined to persist in maintaining that an actionincludes a motive, he should ask: If so, what is that part of an actionwhich is not a motive? The answer will have to be an action, sincethat is to which a motive move us; and then, an action will be represen-ted as being part of itself, which is of course, impossible (1949: 135).

    En conclusin, la primera idea de las teoras cuasi-teleolgicas eserrnea porque no existen obligaciones de tener ciertos motivos. Lasegunda idea, por su parte, establece que lo que debemos hacer es todoaquello que ms conduzca a lo que debemos dirigirnos. Ahora sabe-mos que tambin esta segunda idea est equivocada porque no haynada a lo que debamos dirigirnos. Pero aun si por mor de la discusinse aceptara que existe ese algo, y estuviramos obligados a tener unacierto propsito en la accin, no se sigue ni que estemos obligados ahacer lo que ms conduzca a dicho propsito, ni que tengamos eldeber de hacer lo que ms nos conduzca a hacer de tal meta el motivoal que debamos dirigirnos. En resumen, las teoras cuasi-teleolgicastampoco proporcionan un criterio para establecer cules son nuestrasobligaciones morales.

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    (c) Teoras axiolgicas4

    En este grupo se cuentan las teoras que sostienen que ningn actopuede ser un deber a menos que exista algn bien conectado con laaccin, de modo tal que, si se realiza el acto, algn bien empezar aexistir y, si no es llevado a cabo, no existir. En este grupo, el intuicio-nismo distingue tres posibles alternativas: (a) las que consideran queel bien est (a) ya en algn efecto, (b) ya en la accin misma y (c) ya enalgn efecto o en la accin misma. Se sigue que el criterio de la obliga-cin moral de las teoras axiolgicas puede ser, respectivamente, elcausar algn bien, el ser un bien o la combinacin de ambas opciones.Prichard cita como ejemplos de la primera categora a los hedonistas,como ilustracin de la segunda a Kant, Bentham, Hutcheson, Butler yPrice y, de la tercera, a Rashdall y Moore.

    Vemos algunas definiciones de obligacin moral reseados porPrichard (1949: seccin VII). En el grupo (a) se cuentan las de Rashdall,quien afirma que una obligacin es correcta cuando suscita el bien,y Moore, quien sostiene en sus Principia que estar obligado a realizaruna accin significa la accin producir la mayor cantidad de bienen el universo. En el grupo (b) estara la de Laird, quien habra esta-blecido que obligacin y valor estn en una conexin fundamen-tal. En el grupo (c), finalmente, tenemos la afirmacin de Joseph segnla cual, la accin correcta es causa del bien y adems es un bien. Nodebe sorprender que las definiciones proporcionadas por estos filso-fos no coincidan con las alternativas citadas en el prrafo anterior. Enla reconstruccin de Prichard se muestra cmo la mayor parte de losfilsofos morales no son consecuentes con sus propias definiciones ypasan inadvertidamente de una posicin a la otra. Por ejemplo, Pri-chard opina que Moore frecuentemente implica no slo que un acto escorrecto por causar algn bien, sino por poseer valor intrnseco. Dehecho, Moore habra sostenido que la consideracin de nuestras obli-gaciones debera tener en cuenta tanto la bondad de las acciones con-sideradas en s mismas como en sus efectos. A causa de esta afirma-cin, la teora de Moore pertenece al grupo (c), pese a que su definicinde correcto corresponde al grupo (a). Laird tambin es responsablede una trasgresin semejante, pero en su caso se parte de una defini-cin del grupo (b) para terminar sosteniendo una teora del grupo (c).Al principio, mantiene que la obligacin se justifica a partir de su solabondad, pero en otros pasajes sostiene que tambin deberamos teneren cuenta los resultados de la accin. Joseph, por su parte, empieza con

    4 La denominacin es ma. Prichard se refiere a este grupo bajo el ttulo debondad y obligacin. Creo, no obstante, que el uso de la expresin axiologacorresponde al utilizado por los intuicionistas, que consideraban el estudio delbien y el valor como investigaciones idnticas.

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    una definicin correspondiente al grupo (c), pero termina defendiendoun enfoque caracterstico del grupo (b). Empieza con su definicin de labondad intrnseca de los actos combinada con sus buenos efectos, paraluego quedarse nicamente con la primera parte de la alternativa.

    La frecuencia con que se producen estas inconsistencias se debe aque todas las teoras se fundan en el mismo error. Se trata de unafalacia similar a la descrita con ocasin de las teoras teleolgicas, quepasan del debe moral al debe no moral (falacia del debe al es),resolviendo el objeto de la tica en otra cosa. En este caso, lo que lasteoras axiolgicas hacen es resolver el debe en sentido moral entrminos de la propiedad debe existir. Los pasos que conducen aesta confusin reseada por Prichard son aproximadamente los si-guientes. La teora de la obligacin moral busca una caracterstica envirtud de la cual podamos saber si estamos o no obligados a realizaruna accin. La bsqueda de dicho criterio parece presuponer que es laaccin la que posee la caracterstica y no el agente moral que se en-cuentra obligado. As, cuando afirmamos que X est moralmenteobligado a hacer tal y tal cosa pensamos que la frase es anloga a laaccin de X es moralmente obligatoria. A continuacin, los tericosmorales se preguntan qu propiedad denota la frmula moralmen-te obligatorio? y responden que se trata de algn tipo de valor quetiene que existir. En este razonamiento habra dos errores. El primeroconsiste en resolver la frase X est moralmente obligado a hacer tal ytal cosa en la accin de X es moralmente obligatoria. Para el intui-cionismo, estar moralmente obligado es una caracterstica directadel agente moral y no de las acciones, porque as lo manifiesta nuestraconciencia moral. Ocurre que somos los agentes morales los que senti-mos la carga de las obligaciones y no que nuestras acciones den lugarindirectamente a nuestra conciencia del deber. El segundo error lodenomino falacia del debe al existe. Consiste en afirmar que la propie-dad denotada es un valor que tiene que existir. El problema con esteanlisis, como anotamos en un pasaje precedente, es que atribuyeexistencia a lo que no existe, lo cual es imposible. Hay formas de salir-le al paso a esta rplica, por ejemplo construyendo un anlisis de tipocondicional. Pero, de nuevo, no parece convincente que un enunciadoque se usa categricamente tenga un sentido hipottico.

    Hay otras objeciones que se formulan por separado a cada grupo deteoras. Con respecto al grupo (a) es claro que el criterio de la obligacinmoral no puede ser el causar un bien porque tal cosa no coincide connuestro sentido comn. Es probable que cumplir con la obligacin desalvar a un menor contenga la misma cantidad de bien que la de salvara un hijo pero es obvio que no pensamos en ambos deberes como inter-cambiables. Lo mismo puede decirse de la obligacin de autocontrolque suscita paciencia y la observacin formulada a un tercero para

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    que se controle, realizada tambin para dar lugar a la paciencia. Elresultado es el mismo pero pensamos en ambas obligaciones como per-tenecientes a deberes de categoras diferentes. Las teoras del grupo (a)pasan por alto estas singularidades. Con relacin al grupo (b), en elque se afirma que la caracterstica que los actos deben tener para serobligatorios es la de ser buenos, Prichard asegura que se exponen atres objeciones. Es claro que aplicamos a los motivos la propiedad dela bondad moral. Cuando afirmamos que una accin es moralmenteobligatoria porque es buena, estamos introduciendo los motivos en laaccin. Esto es otra forma de decir que debemos actuar desde ciertosmotivos o que estamos obligados a tener ciertos motivos. Pero ya sabe-mos que slo estamos obligados a realizar aquello que est en nuestropoder; dado que nuestros deseos no estn en nuestro poder, pues nopodemos querer querer, el anlisis muestra que las teoras axiolgicasproponen algo imposible. Adems, si aceptamos esta versin de lasteoras axiolgicas, se sigue que no existen acciones que debamos ha-cer, ya que nuestro nico deber es ser movidos por el pensamiento deser buenos. En opinin de Prichard, el origen de esta confusin est enintroducir los motivos en las acciones. Es cierto que tener un motivo esuna condicin necesaria para la accin humana, pero no una parte deella. Cuando describimos concretamente las acciones de los seres hu-manos, en frases como X entreg el paquete, Y pag la deuda, etc.,no tiene sentido incluir los motivos. En cambio, descripciones msgenerales pueden incluirlos, pero, en este caso, no hablamos de debe-res. Por ejemplo, decimos que X es generoso o Y es valiente. Pri-chard establece una distincin importante. Por una parte, estn lasacciones concretas o en sentido exclusivo que son las que pueden serobjeto de obligaciones y deberes, para las cuales no es relevante men-cionar los motivos. Por otro lado, estn las acciones abstractas o ensentido inclusivo que describen un haz de conductas y acciones eincluyendo los motivos. Por lo general, no predicamos deberes de lasacciones en sentido inclusivo. Prichard escribe al respecto:

    This conclusion, it should be noticed, would have to be admitted even ifwe were to allow that the motive of an action is part of it. For anyonewho maintains this would have to allow that in doing so he was usingthe term action in the more inclusive sense in which we speak, forinstance, of some as generous, and not in the narrower sense in whichwe speak, for instance, of killing someone as an action; and he wouldthen have to distinguish from an action in the more inclusive sense anaction in the less inclusive sense, viz, that of effecting, or at least,making an effort of effect, some change, since otherwise he would havenothing for the motive to be a motive of. He would then have to allowthat according to the theory only acts in the more inclusive sense can beduties, so that acts in the less inclusive sense cannot (1949: 154).

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    Finalmente, habra que objetar a las teoras axiolgicas en su ver-sin (b) que, si estuvieran en lo cierto, se seguira que no podranexistir deberes concientes. Expliquemos esta crtica un poco ms. Losdefensores de las teoras axiolgicas sostienen que las acciones mo-ralmente obligatorias tienen que realizarse porque son buenas en smismas. Esto quiere decir que la accin se realiza por motivos buenoscomo los que suelen acompaar las acciones virtuosas. Pero si se rea-lizan por buenos motivos, esto parece excluir el que se hagan porsentido del deber, es decir, por la mera conciencia de que se trata deuna obligacin. En conclusin, o las obligaciones se realizan por sen-tido del deber y las teoras axiolgicas son falsas, o las obligaciones secumplen por un buen motivo y las teoras en cuestin son verdaderas.Si la segunda posibilidad es el caso, entonces el agente moral nuncasera consciente de sus deberes pero actuara por un buen motivo.Nuestra conciencia moral nos revela que s somos conscientes denuestros deberes, por lo tanto es la primera posibilidad la que habraque elegir. Finalmente, las teoras axiolgicas en su versin (c) sonfalsas por la combinacin de las objeciones formuladas a (a) y (b).

    II

    Hemos visto que el intuicionismo plantea serias objeciones a lasteoras ticas. El paso siguiente es extraer una conclusin de carctergeneral. Prichard hizo tal cosa al concluir que la teora tica, entendi-da como un intento de suministrar un criterio de la obligacin moral,se funda en una confusin conceptual. Ahora reconstruir la argu-mentacin de Prichard con base en su artculo ms importante: Des-cansa la filosofa moral en un error? (1912). Al presentar sus opinio-nes, expondr nuevamente sus razonamientos ms conocidos, peroesta vez agrupados alrededor de su tesis central: la imposibilidad dela teora moral.

    Segn Prichard, la teora moral genera una insatisfaccin profundaen quienes la han estudiado (1912: 1). Dicha insatisfaccin no slo semanifiesta en la argumentacin concreta sino tambin en el tema mis-mo, en el hecho de que existan teoras morales. Al parecer, la filosofamoral surge cuando reconocemos la existencia de obligaciones, pero nodeseamos cumplirlas. El paso siguiente es preguntarnos si hay algunarazn por la que deberamos actuar en la forma en que hasta aqu he-mos pensado que debemos actuar, si hay alguna caracterstica de lasacciones obligatorias que sea la razn por la cual son obligatorias. Enotras palabras, intentamos dar con un criterio moral, con una prueba delo que anteriormente aceptbamos sin necesidad de fundamentos. Elproceso sera anlogo al que dio origen a la teora del conocimiento.

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    MAURICIO RENGIFO

    Confibamos en los sentidos, encontramos algunos ejemplos que con-tradicen nuestra experiencia sensible y, a continuacin, intentamosdar con un criterio o fundamento del conocimiento.

    En la teora moral se habran planteado tres posibles criterios o fun-damentos de la obligacin.5 El primer criterio, propio de las teorasteleolgicas, establece que debemos hacer nuestros deberes porqueconducen a nuestro propio bien, nuestra ventaja o felicidad. El segun-do criterio, caracterstico de las teoras cuasi-teleolgicas, dispone quedebemos cumplir con nuestras obligaciones porque conducen a de-sear lo que debe ser nuestro propsito. El tercer criterio consiste en quedebemos realizar nuestras obligaciones por la bondad de algo queest involucrado en la accin o por la bondad de algo que causa laaccin. Segn Prichard, ninguna de estas propuestas contribuye aresponder la pregunta planteada, esto es: cul es la caracterstica queun acto tiene que tener para que sea obligatorio moralmente hacerlo?

    Exploremos las razones por las que fracasa la teora moral. El primercriterio es inadecuado porque incurre en un caso de la falacia naturalis-ta, a saber, la falacia del debe al es. En efecto, se intenta resolver la obliga-cin en sentido moral en una obligacin en sentido no moral, cuando senos dice que el criterio del deber es conducir a la realizacin de unpropsito del agente moral. De esta forma, la pregunta que se respondeno es cul es la caracterstica que tiene que tener un acto para que seamoralmente obligatorio hacerlo?, sino esta otra: cul es la caracters-tica que tiene que tener un acto para que sea obligatorio hacerlo?. Lonico que las teoras teleolgicas pueden hacer es restaurar la resolu-cin perdida de un agente moral indiferente u opuesto a cumplir consus deberes, pero no responder a la pregunta original.

    El segundo criterio tambin es inadecuado, porque tampoco respon-de a la pregunta que pretende dilucidar, sino ms bien a esta otra, quees obviamente distinta: cul es la caracterstica que tiene que tenerun acto para que sea moralmente obligatorio querer hacerlo?. Ade-ms, las teoras cuasi-teleolgicas, al suponer que existe la obligacinde tener ciertos motivos, incurren en las siguientes objeciones. Prime-ro, no podemos tener el deber de tener ciertos motivos porque slo esobligatorio lo que es posible, es decir, lo que est bajo nuestro control.Los deseos no estn directamente bajo nuestro control. Podemos culti-var los deseos y controlarlos indirectamente, pero eso es todo. Lo que s

    5 Es importante aclarar que en el artculo Does Moral Philosophy Rest on aMistake? no aparece la distincin entre teoras teleolgicas, axiolgicas y cuasi-teleolgicas. Al principio, Prichard opinaba que slo haba teoras teleolgicas yaxiolgicas. No obstante, lo que despus habra de llamar teoras cuasi-teleolgicas aparece en el artculo, unas veces en el campo de las teoras teleolgicasy en otras ocasiones bajo la esfera de las teoras axiolgicas. Por lo tanto, no piensoque resulte equivocado mantener la triparticin.

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    est bajo nuestro control son las acciones y ellas son las que debemoso no hacer. Segundo, decimos que las acciones son deberes de losindividuos pero no que los motivos son deberes en absoluto. Las teo-ras cuasi-teleolgicas no estn de acuerdo con nuestro uso del len-guaje moral. Por ello, hay que insistir en la distincin entre haberhecho lo que debemos y haberlo hecho como debamos. Tercero, lasteoras cuasi-teleolgicas se apartan de nuestra conciencia moral por-que todos sentimos la obligacin de actuar, pero no sentimos la obli-gacin de actuar desde ciertos motivos.

    El tercer criterio tampoco responde a la pregunta cul es la carac-terstica que tiene que tener un acto para que sea moralmente obligato-rio hacerlo?, sino ms bien a cul es la caracterstica que tiene quetener un acto para que sea moralmente bueno hacerlo?. La ventaja deeste cambio es que no propone, como las teoras teleolgicas, un pro-psito vinculado a los deseos del agente moral. Al afirmar que lo obli-gatorio es causa de un bien o es un bien en s mismo, las teoras axio-lgicas presuponen que lo bueno es algo que ha de buscarse por smismo o que tiene que existir. De esta forma, se pretende restaurar laresolucin a actuar del agente moral porque ste debe causar aquelloque tiene que existir. Al responder de esta manera, se comete la falaciadel debe al existe. En efecto, cmo podemos querer actuar para gene-rar algo que tiene que existir, motivados por algo que an no existe?Afirmar que algo que no existe nos mueve a hacerlo existir porquetiene que existir es un absurdo. Hay que agregar que esta respuestatambin est reduciendo el debe moral a otra cosa, a saber, eldebe existir. Adems, decir que una accin es obligatoria porquees la causa de un bien no coincide con nuestra conciencia moral.Sobre este punto Prichard escribe:

    Perhaps, however, the best way to see the failure of this view is to see itsfailure to correspond to our actual moral convictions. Suppose we askourselves whether our sense that we ought to pay our debts or to tellthe truth arises from our recognition that in doing so we should beoriginating something good, material comfort in A or true belief in B, i.e., suppose we ask ourselves whether it is this aspect of the action whichleads to the recognition that we ought to do it. We at once and withouthesitation answer: No (1912: 4).

    Y, en la nota aclaratoria siguiente, afirma:

    It may be noted that if the badness of pain were the reason why weought not to inflict pain on another, it would equally be a reason whywe ought not to inflict pain on ourselves; yet, though we should allowthe wanton infliction of pain on ourselves to be foolish, we should notthink of describing it as wrong (1912: 5).

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    Finalmente, las teoras axiolgicas terminan cometiendo los mis-mos errores que las teoras cuasi-teleolgicas. Esto se explica porquelo que denominamos moralmente bueno son los motivos de las per-sonas. Por ejemplo, decimos que Carlos es bueno porque actu genero-samente al ser motivado por un deseo altruista. En cambio, no deci-mos que Carlos cumpli su deber por estar motivado por deseos al-truistas. La bondad no entra en juego en materia de obligaciones ydeberes. Si decimos que las obligaciones deben realizarse porque sonbuenas, entonces estamos incluyendo en la accin a las motivaciones,con todas las crticas que esto acarrea.

    De acuerdo con el intuicionismo, las obligaciones ticas se manifies-tan directamente a la conciencia moral. Prichard describe este hechode la siguiente forma:

    The sense of obligation to do, or of the rightness of an action of a particu-lar kind is absolutely underivative or immediate. The rightness of anaction consists in its being the origination of something of a certain kindA in a situation of a certain kind, a situation consisting in a certainrelation B of the agent to others or to his own nature. [....] This appre-hension is immediate, in precisely the sense in which a mathematicalapprehension is immediate, e.g., the apprehension that this three-sidedfigure, in virtue of its being three-sided, must have three angles. Bothapprehensions are immediate in the sense that in both insight into thenature of the subject directly leads us to recognize its possession of thepredicate; and it is only stating this fact from the other side to say thatin both cases the fact apprehended is self-evident (1912: 7).

    Expliquemos un poco ms la forma como se manifiestan nuestrasobligaciones en el intuicionismo. Prichard sostiene que la obligacinmoral no es derivada sino directa. No se puede probar que estamosobligados a hacer tal y tal cosa; simplemente, nos sentimos obligadosa actuar y lo hacemos. Por qu sucede tal cosa? La conexin entre lasimplicidad de la obligacin moral y la imposibilidad de probar queestamos obligados a realizar ciertos actos es la clave de todo este asun-to. Cuando se nos dice que la obligacin es simple e indefinible, lo queimplcitamente se est diciendo es que no hay proposiciones analti-cas sobre la obligacin en sentido moral, aparte de las aseveracionestautolgicas. Todas las proposiciones relativas al deber de un indivi-duo son exclusivamente sintticas. Frases como:

    (11) X est obligado moralmente a hacer tal y tal cosa pararealizar sus propsitos.

    no pueden ser analticas sino sintticas.

    Si la frase (11) fuera analtica, el que un acto tuviese como caracters-tica conducir a la realizacin de los propsitos de X la hara entoncesmoralmente obligatoria. Puesto que no hay proposiciones analticas

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    sobre el deber moral, tampoco puede existir un criterio para la obliga-cin moral. Ningn razonamiento lgico puede servir como fundamen-to o prueba absoluta de la existencia de una obligacin moral. Suponga-mos que un defensor de las teoras teleolgicas argumentara as:

    (12) El propsito de X es obtener Y.

    (13) La accin Z tiene la caracterstica de conducir a X, aobtener Y.

    Luego,

    (14) X est en la obligacin moral de realizar la accin Z.

    en este caso concreto se estara cometiendo la falacia del debe al es, aldarse por sentada una premisa que no es analticamente verdadera, asaber:

    (15) estar moralmente obligado significa conducir a la reali-zacin de mi propsito.

    Por qu no concluir entonces que no hay obligaciones morales enabsoluto? Porque nadie puede negar que en diversas circunstanciasde la vida ha sentido la obligacin de realizar una accin. Por eso

    escribe Prichard:

    The negative side of all this is, of course, that we do not come to appre-ciate an obligation by an argument, i.e. by a process of non-moral thin-king, and that, in particular, we do not do so by an argument of whicha premiss is the ethical but non moral activity of appreciating the good-ness either of the act or of a consequence of the act; i.e. that our sense ofthe rightness of an act is not a conclusion from our appreciation of thegoodness either of it or of anything else (1912: 9).

    Por lo general, para apreciar la obligatoriedad de los actos, bastacon tener en cuenta dos hechos. El primero es la relacin involucradaen la situacin del agente moral. Por ejemplo, puede ocurrir que este-mos obligados a agradecerle a otra persona que nos ha beneficiado. Sicaemos en cuenta de una accin previa ejecutada por un tercero y queha resultado para bien nuestro, entonces podemos aprehender el sen-tido del deber que acarrea este tipo de acontecimientos. El segundo esel efecto que podra ocurrir si no realizamos la accin. Al imaginarnoslo que sucedera si no pagamos nuestras deudas o pasamos por altoayudar a un amigo muy querido, etc., aprehendemos el sentido deldeber que encierran estas circunstancias posibles. Pero una vez am-pliamos nuestra reflexin en la forma descrita, nuestra aprehensinde la moralidad de ciertos deberes es directa e inmediata. En este pun-to, es importante sealar que el intuicionismo puede encontrar legti-ma la pregunta por qu debemos realizar tal y tal conducta?, siem-pre y cuando el agente moral no haya captado las circunstancias que

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    MAURICIO RENGIFO

    rodean la obligacin. Pero si se han explorado las circunstanciasmencionadas, la pregunta es ilegtima porque ya no puede ser contes-tada. Persistir en el intento de darle una respuesta conducira a lateora moral que, como hemos visto, es el producto de una confusin(Prichard 1912: 8-9).

    III

    Las objeciones al enfoque intuicionista son muchas. Consideremosalgunas de ellas para luego contrastarlas con las opiniones de Pri-chard. Se ha dicho, por ejemplo, que la inexistencia de un criterio moralpuede llevar a una especie de rapsodia catica de toda nuestra expe-riencia moral. La verdad es que esta apreciacin, aunque un poco exa-gerada, es en parte cierta. Las obligaciones morales resultan de mlti-ples situaciones que no se dejan reducir a una sola fuente. Sin embargo,lo que los argumentos intuicionistas han hecho no es ms que demoleruna ilusin. Por lo dems, tampoco las teoras ticas suministraban uncriterio coherente de la obligacin. As, por ejemplo, las teoras axiolgi-cas se limitaban a defender que el criterio de la obligacin en sentidotico era la bondad moral, pero la uniformidad aparente de esta doctri-na desaparece cuando nos preguntamos qu cosas son buenas. Sinduda muchas cosas diferentes. Por qu no ahorrarnos un paso y admi-tir que, al igual que las teoras sobre el bien reconocen muchas clases decosas buenas, lo mismo pasa con las obligaciones?

    Con frecuencia se ha dicho que el intuicionismo es falso porque nohay tal conocimiento por evidencia. Como prueba de ello se aduceque para unos individuos existen ciertas obligaciones que, a menu-do, otros no reconocen. Prichard ha escrito que esta divergencia seexplica por los diversos grados de desarrollo moral de los indivi-duos o la falta de apreciacin completa de las circunstancias querodean a la obligacin (1912: 9-10). La objecin ms seria al intuicio-nismo est en los problemas de consistencia que pueden presentarseante nuestra conciencia moral. Si las obligaciones son intuiciones,entonces la oposicin entre dos obligaciones no tiene solucin posi-ble. La respuesta de Prichard, que en este punto se parece a la de Ross,es que las obligaciones morales se dan en grados. Reiterando su crti-ca a teoras teleolgicas como el utilitarismo, afirma que la preguntaque debemos plantearnos no es qu curso de accin alternativo pue-de originar mayor bien? sino cul es la obligacin ms fuerte?.

    Prichard realiz tres precisiones importantes sobre el intuicionis-mo. La primera tiene que ver con su posible relacin con la filosofamoral kantiana. Podra llegar a pensarse que, el hecho de que lasobligaciones no estn fundadas en la bondad, implica la conclusincontraria, a saber, que lo bueno lo es en razn de la correccin de los

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    actos. Prichard es enftico en afirmar que el intuicionismo no aceptala filosofa moral kantiana y se apresura a aclarar que:

    The rightness of a right action lies solely in the origination in which theact consists, whereas the intrinsic goodness of an action lies solely in itsmotive; and this implies that a morally good action is morally good notsimply because it is a right action but because it is a right action donebecause it is right , i.e. from a sense of obligation. And this implication,it may be remarked incidentally, seems plainly true (1912: 10).

    En contra de la filosofa moral kantiana, el intuicionismo sostieneque la bondad moral no depende de la correccin del acto pues estosera incluir los motivos en los actos obligatorios- sino de que el actosea hecho en acatamiento directo de la conciencia moral.

    Quizs la segunda anotacin es la consecuencia ms interesantedel intuicionismo. Cuando los agentes morales actan en cumpli-miento de sus obligaciones en sentido moral, no lo hacen, en sentidoestricto, con un propsito o meta. En la accin moralmente obligatoriano existen fines que esperamos alcanzar, mientras que en el acto mera-mente obligatorio, las metas se postulan para orientar la accin. Pri-chard aclara que las acciones moralmente obligatorias, si bien no tie-nen un propsito o meta, no carecen de motivos. Debemos recordaraqu que no deben confundirse los motivos o deseos con los propsi-tos o metas. Los propsitos son los objetos del deseo; los motivos,aquello que nos hace movernos en una direccin. Los motivos son dedos clases: por una parte, los deseos, que tienen por objeto una meta,fin o propsito; por otra, el sentido del deber, que es la manifestacinde nuestra conciencia moral. Sobre este punto Prichard escribe:

    At bottom, however, we mean by a motive what moves us to act; a senseof obligation does sometimes move us to act; and in our ordinary conscio-usness we should not hesitate to allow that the action we were conside-ring might have had as its motive a sense of obligation. Desire and thesense of obligation are coordinate forms or species of motive (1912: 11).

    Por ltimo, el intuicionismo implica que la obligacin moral y lavirtud son formas independientes del bien, pese a que, en ocasiones,pueden encontrarse relacionadas. En efecto, la accin virtuosa surgede un deseo voluntario acompaado de una buena emocin. En cam-bio, las acciones moralmente obligatorias se realizan por sentido deldeber. Las circunstancias que rodean la aparicin de las acciones vir-tuosas son muy distintas de las que hacer surgir las obligaciones mo-rales. Como sealamos anteriormente, la conciencia de la obligacinnace cuando se reconocen ciertas relaciones del agente moral, seannaturales (como las que se dan entre padres e hijos) o sociales (como

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    MAURICIO RENGIFO

    en el caso de celebracin de un contrato o la formulacin de unapromesa). Virtudes como la generosidad o la moderacin surgen deotros tipos de motivaciones, como el deseo de convertirse en un cier-to tipo de persona. Por supuesto que en muchas ocasiones un mis-mo individuo puede actuar por una combinacin de motivos, entredeseos virtuosos y el deseo de cumplir los deberes. Por esta raznPrichard reconoce que:

    Nevertheless, at any rate in certain cases, an act can be done eithervirtuously or morally or in both ways at once [...] Further, although werecognize that in each case the act possesses an intrinsic goodness, weregard that as the best in which both motives are combined; in otherwords, we regard as the really best man the man in whom virtue andmorality are united (1912: 12).

    Si la independencia conceptual entre la virtud y la obligacin morales cierta, entonces las obligaciones morales no pueden basarse en lasvirtudes, y viceversa, los actos virtuosos no se fundan en que sean obli-gatorios. En consecuencia, el siguiente razonamiento sera invlido:

    (16) La valenta es una virtud

    por lo tanto,

    (17) es obligatorio actuar valientemente

    recurdese que slo tenemos la obligacin de actuar y no la obligacinde actuar desde un cierto deseo, por ejemplo, de dominar el pnico enuna batalla o de parecerse a un gran guerrero, etc. Por supuesto queexiste la obligacin de hacernos mejores hombres y de realizar losactos que conduzcan a desarrollar nuestras virtudes, pero no la obli-gacin de ser valiente, etc.

    Despus de asimilar las crticas intuicionistas, habra que pregun-tarse qu es propiamente la teora tica. La respuesta de Prichard,como hemos visto, es que se trata de una doctrina imposible que des-cansa en un malentendido. Dicho malentendido es anlogo al que daorigen a la teora del conocimiento: confiamos en nuestro conocimien-to previo, descubrimos algunos errores y nos preguntamos si todo elconocimiento tambin podra estar basado en un error. Preguntamoscosas como:

    (18) sabemos que 5 + 4 = 9?

    luego, ensayamos criterios que prueben que un determinado es-tado mental es conocimiento. Es decir, pretendemos

    (19) saber que sabemos que 5 + 4 = 9

    Sin embargo, esta pretensin implica una regresin al infinito,dado que ahora habra que averiguar si:

    (20) sabemos que sabemos que sabemos que 5 + 4 = 9

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    Adems, la duda es ilegtima pues (18) no tiene sentido. La pre-gunta correcta sera:

    (21) es 5 + 4 = 9 una creencia verdadera?Para responder la pregunta no es preciso encontrar un criterio. Todo

    lo que habra que hacer es reconsiderar la cuestin apreciando la ver-dadera naturaleza de la operacin, es decir, contando de nuevo. Unavez repetimos la operacin, pasamos de un estado mental de creenciaa uno de conocimiento, y eso es todo. Lo mismo habra que decir de lafilosofa moral. Sobre este punto Prichard opina que:

    The sense that we ought to do certain things arises in our unreflectiveconsciousness, being an activity of moral thinking occasioned by thevarious situations in which we find ourselves [...] We then want to haveit proved to us that we ought to do so, i.e., to be convinced of this by aprocess which, as an argument, is different in kind from our original andunreflective appreciation of it. This demand is, as I have argued, illegiti-mate [...] Hence, in the first place, if, as is almost universally the case, byMoral Philosophy is meant the knowledge which would satisfy this de-mand, there is no such knowledge, and all attempts to attain it are doomedto failure because it rests on a mistake, the mistake of supposing thepossibility of proving what can be only apprehended directly by an act ofmoral thinking (1912: 16).

    La filosofa moral slo es, pues, conocimiento cuando consiste en laaprehensin directa de la bondad de las virtudes y disposiciones.

    Bibliografa

    Hart, H. (1999). El concepto de derecho. Buenos Aires: Abeledo.

    Prichard, H. A. (1912). Does Moral Philosophy Rest on a Mistake? En: Mind,

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    Artculo recibido: febrero 15 de 2005; aceptado: marzo 21 de 2005

  • Revista de FilosofaVol. XVI, No 2, 2004

    Pontificia Universidad Catlica del PerDepartamento de Humanidades

    Artculos

    Michael DevittRealismo moral: una perspectiva naturalista

    Alfonso IbezCastoriadis o el proyecto de autonoma democrtica

    Gustavo PereiraVirtudes cvicas procedimentales, democracia participativa yeducacin ciudadana

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