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JEAN-PIERRE LEGOFF Filósofo DOSSIER * EL MITO DE LA EMPRESA INTRODUCCION os franceses, se dice, se han reconciliado con la empresa. Después de haber sido considerada durante mucho tiempo como un lugar de explotación y alienación, la empresa ha sido valorizada en los años ochentas; como no lo había sido jamás. Es más, la lógica productiva y comercial, los métodos administrativos y el espíritu de empresa ...han sido erigidos en modelos de referencia. Se han constituido en criterios determinantes para la valorización social de numerosas actividades y para determinar la ayuda que el estado les ofrece. "Que los franceses descubran sus empresas y su industria, escribe Laurent Fabius en 1985, que la conozcan mejor, que se supere la 'reticencia industrial' he aquí una tarea que se impone al conjunto de los actores sociales"l. Denunciar las "falsas oposiciones" entre privado y público: "Sector público o sector privado, el espíritu de empresa es indivisible [...]. Uno de los mayores cambios de mentalidad en el curso de esta legislatura es la declinación de los prejuicios sobre la empresa y las falsas oposiciones entre sector público y privado. Es un gran paso. Es necesario llegar, en adelante, a adoptar este mismo espíritu emprendedor en la solución de los problemas industriales y sociales que todavía nos separan de una estructura industrial comple- tamente moderna,,2. La paradoja es sorprendente: los llamados reiterados a los franceses a la movilización para la modernización industrial se efectúan en el mo- mento mismo cuando las reestructuraciones conllevan despidos masivos y constru- yen una sociedad estallada; en un polo, la figura del administrador combativo y triunfante, en el otro, los dejados por cuenta de esta modernización, abandonados al desempleo ya la incertidumbre del mañana. '. N. del E. Este texto corresponde a la introducción del libro de Jean-Pierre LeGol!, Le mythe de I'enterprise, Ed. La découverte, París, 1992.308 páginas. Con su presentación a los lectores colombianos se quiere estimular la lectura de un ensayo crítico sobre la empresa, su ideología, su moral y los mecanismos que utiliza para movilizar a sus trabajadores. Este libro puede generar preguntas y reflexiones importantes. Es éste un anticipo del contenido de un libro crítico de gran actualidad. La traducción del texto fue realizada especialmente para la Revista Colombiana de Psicología por el profesor Luis Bernardo López C., Universidad Nacional de Colombia. 1. Laurent Fabius, Le Coeurdu futur, Calmann-Levy, París, 1985, p. 189. 2. Laurent Fabius, ¡bid. p. 222. REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGIA 43

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JEAN-PIERRE LEGOFFFilósofo

DOSSIER

*EL MITO DE LA EMPRESA

INTRODUCCION

os franceses, se dice, se han reconciliado con la empresa. Después dehaber sido considerada durante mucho tiempo como un lugar deexplotación y alienación, la empresa ha sido valorizada en los añosochentas; como no lo había sido jamás. Es más, la lógica productiva ycomercial, los métodos administrativos y el espíritu de empresa ... han

sido erigidos en modelos de referencia. Se han constituido en criterios determinantespara la valorización social de numerosas actividades y para determinar la ayuda queel estado les ofrece.

"Que los franceses descubran sus empresas y su industria, escribe LaurentFabius en 1985, que la conozcan mejor, que se supere la 'reticencia industrial' he aquíuna tarea que se impone al conjunto de los actores sociales"l. Denunciar las "falsasoposiciones" entre privado y público: "Sector público o sector privado, el espíritu deempresa es indivisible [...]. Uno de los mayores cambios de mentalidad en el cursode esta legislatura es la declinación de los prejuicios sobre la empresa y las falsasoposiciones entre sector público y privado. Es un gran paso. Es necesario llegar, enadelante, a adoptar este mismo espíritu emprendedor en la solución de los problemasindustriales y sociales que todavía nos separan de una estructura industrial comple-tamente moderna,,2. La paradoja es sorprendente: los llamados reiterados a losfranceses a la movilización para la modernización industrial se efectúan en el mo-mento mismo cuando las reestructuraciones conllevan despidos masivos y constru-yen una sociedad estallada; en un polo, la figura del administrador combativo ytriunfante, en el otro, los dejados por cuenta de esta modernización, abandonados aldesempleo ya la incertidumbre del mañana.

'. N. del E. Este texto corresponde a la introducción del libro de Jean-Pierre LeGol!, Le mythe de I'enterprise, Ed. La découverte, París,1992.308 páginas. Con su presentación a los lectores colombianos se quiere estimular la lectura de un ensayo crítico sobre la empresa,su ideología, su moral y los mecanismos que utiliza para movilizar a sus trabajadores. Este libro puede generar preguntas y reflexionesimportantes. Es éste un anticipo del contenido de un libro crítico de gran actualidad. La traducción del texto fue realizada especialmentepara la Revista Colombiana de Psicología por el profesor Luis Bernardo López C., Universidad Nacional de Colombia.

1. Laurent Fabius, Le Coeurdu futur, Calmann-Levy, París, 1985, p. 189.

2. Laurent Fabius, ¡bid. p. 222.

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"Hacer de cada francés unmilitante de la empresa", sugeríaun miembro del ministerio de Re-laciones Sociales y del Empleo en19863. Tal fórmula no es simple-mente sintomática de la crisis delcompromiso y de los grandes pro-yectos políticos; sino que traduceel grado de confusión existente enel seno de la izquierda. Todo suce-de como si, con la crisis del marxis-mo y del movimiento obrero, laizquierda socialista hubiera perdi-do el sentido crítico, a cambio deuna constatación sociológica, ter-minó por asimilarse a la corrientede la época. Se ha celebrado la "re-conciliación" de lo económico y losocial a los cuales se agregaríatambién la ética, sin interrogarsemás a fondo sobre lo que podríasignificar esta "reconciliación"desde el punto de vista de las prác-ticas efectivamente puestas enfuncionamiento.

La metáfora de la guerra uti-lizada para describir la situacióneconómica es muy significativa:implica medidas de excepción yuna movilización general. Cuandoel problema de las empresas seplantea en términos de la supervi-vencia y competitividad de Fran-cia, la crítica es relegada a un se-gundo plano.

Es precisamente esta clase dechantaje el que rechazamos. El re-conocimiento de las dificultadeseconómicas, de la importancia delproblema del empleo y de la for-mación no podrán legitimar la desestructuración de las relacionessociales y de la cultura hacia lacual tienden los nuevos discursosy prácticas administrativas. Estosse han desarrollado en los años

3. Jean Arthuis, Secretario adjunto del Ministerio deAsuntos Sociales y del Empleo, citado en Le Monde, 24octubre 1986.

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ochentas y, en este momento des-bordan la empresa. Están en mar-cha actualmente en la adminis-tración y en otros sectores talescomo: formación, educación, sa-lud, información, investigación ...Cada vez es más necesario desa-rrollar una crítica sin concesión.

En el dominio de la adminis-tración del recurso humano y de laética de la empresa, el escándaloempezó hace mucho tiempo. Nose deja de incitar a los asalariadosa movilizarse por la competitivi-dad de la empresa, a interiorizarlas obligaciones y el rigor de lagestión. Se asocia al servicio públi-co la imagen de la burocracia y delos privilegios, mientras que se de-dican millones de francos a múlti-ples organismos de auditoría yasesoría, y a supuestos especialis-tas, para tratar de hacer admitir alos asalariados la bondad de lasrestricciones en todos los domi-nios, y estandarizar sus comporta-mientos. Prestos a evaluar a losotros, la mayor parte de los direc-tivos y de los expertos en adminis-tración permanecen, no obstante,ciegos omudos cuando se trata delexamen de su propia práctica. Yaque ellos se declaran por el rigor,la transparencia y la ética, ¿queesperan para hacer conocer públi-camente las sumas destinadas enlas múltiples operaciones de mo-vilización del personal? En cuantoa los especialistas declarados de la"ética de empresa", estos se hacenpagar altos honorarios por explicara los directivos de las empresas o enlas Facultades de administración,que es necesario saber "adminis-trar" por valores y permanecer ho-nesto en los negocios.

Los administradores moder-nistas aparentan ser prácticos yfuncionales, por fuera de todaideología, mientras que reintrodu-cen subrepticiamente una concep-ción muy precisa de las relacionessociales en la empresa y en la so-ciedad. Proclaman y decretan laautonomía y la responsabilidadpara introducirlas en las normasde un buen comportamiento, con-trolado y evaluado por una bateríade herramientas y de métodos. Sujerga falsamente sabia y técnica,que mezcla nociones de geometríavariable y palabras vacías, deses-tructura el lenguaje, reduciendoloal estatuto de herramienta de "marketing" y de maní pulación. La subcultura administrativa y su merca-do persa metodológico, anterior-mente relegados a la empresa o asu periferia próxima (actividadesde auditoría, de asesoría, de for-mación), han actualmente adquiri-do derecho de ciudadanía. En fa-vor de las reformas de la educa-ción nacional y por el desarrollo deuna corriente pedagógica fascina-da por la empresa, esta subculturaha penetrado la escuela y la uni-versidad. Destila por toda la socie-dad a través de cierta literatura y demúltiples escuelas de formación.

Uno de los objetivos de estelibro es permitir a todos un mejorconocimiento de estos discursos yde sus prácticas, dejando de ladosu increíble confusión e intentardelimitar la ideología que trasmi-ten y las prácticas de manipula-ción que tratan de instaurar. Losasalariados son cada vez, más ob-

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jeto de campañas de movilizacióny de comunicación que se presen-tan bajo el aspecto de "administra-ción participativa" y de "proyectocompartido"; es importante, en-tonces, fuera de la retórica admi-nistrativa, examinar las gestionespuestas efectivamente en acción.

De los círculos de calidad,grupos de progreso ... a los proyec-tos y cartas de empresa, las "palan-cas de la movilización general", semodifican al cabo de los años cadavez con mayor rapidez. Cada unade las "herramientas del rendi-miento" conoce su hora de gloriay después cae en el olvido. La ad-ministración por valores y la éticade empresa, se encuentran todavíaen el primer plano de la escena en1992 esperando ser suplantadaspor nuevas "herramientas" consi-deradas también como útiles paraaumentar el rendimiento. Muchosno ven en todo esto sino efectos dela moda, alimentados por las múl-tiples empresas comerciales, aso-ciaciones y organismos llamadosde utilidad pública que se dis-putan un gran mercado. Perolos análisis críticos sobre losefectos de moda, y los "mer-caderes de sopa", por perti-nentes que sean, no son sufi-cientes para dar cuenta de unfenómeno que, por sus aspec-tos, es aberrante y fútil, peroque existe y produce efectosdesestructurantes. La renova-ción incesante de métodos demovilización del personalobedece, en efecto, a una ex-traña lógica. Las herramien-tas, en este dominio, cambianincesantemente permane-ciendo siempre, en el fondo,las mismas. La moda admi-nistrativa es sintomática de larepetición de una tentativaque, cada vez, se cubre con unnuevo vestido, se adapta a lacorriente, encuentra las mis-mas dificultades, los mismos

fracasos para recomenzar inme-diatamente. Esta lógica no parecetener fin, y los especialistas de au-ditoría y los asesores en adminis-tración de recursos humanos pare-cen tener un gran futuro pordelante.

La moda y el mercado res-ponden a una demanda que estálejos de reducirse a simples pro-blemas de gestión. Este libro tiene,también, como objeto poner al díalas representaciones desarrolladaspor la administración modernizante y el proyecto propiamentefantasmático que la inspira, tomarla medida de la separación existen-te entre este proyecto y la realidadtal como es percibida por aquellosque allí se encuentran confronta-dos. No intentamos dar solucionesterminadas, y nuestro propósitono es el de asesorar a la adminis-tración. Cualquier reflexión seriaen este dominio supone desdenuestro punto de vista, un com-promiso: romper claramente conla ideología administrativa y con

aquellos que son sus celosos pro-pagadores tanto en la empresa co-mo en la sociedad.

La empresa moderna preten-de estar en las antípodas de unpasado que está definitivamenteconcluido. Terminados el sigloXIX, el despotismo patronal, eltaylorismo y sus avatares, el traba-jo en la empresa se vuelve un actocreador que permite a todos y cadauno realizarse. Yano hay más jefesde personal, ni capataces, sino res-ponsables de la gestión de perso-nal y animadores de talleres ro--deados de psicosociólogos y deinstructores que saben tener encuenta las necesidades de los asa-lariados. Ejecutivos, obreros yem-pleados se vuelven "colaborado-res", compartiendo los mismosvalores y el mismo proyecto colec-tivo. Cada uno puede participar enla fijación de objetivos, autoeva-luarse y comunicarse con la mayortransparencia y convivencia, conuna jerarquía que se ha desemba-razado de los viejos tabúes. No se

para de decirlo y repetirlo: eljefe ya no reina sobre los asa-lariados explotados y someti-dos. Mejor aún, en una socie-dad con pocas referenciascomunes, la empresa moder-na se convierte en una comu-nidad ética, retomando de sucuenta y poniendo en prácti-ca los valores humanistas ol-vidados. Se afirma cómo elpolo de la excelencia en to-dos los dominios, proclamaalto y fuerte su misión socialy cultural; la empresa mo-derna se pretende ciudadanay exige su parte de responsa-bilidad en los asuntos de laciudad. La cultura y la edu-cación, se dice, son tambiény sobre todo asuntos de lasempresas. El discurso admi-nistrativo es inagotable paradescribirnos las virtudes dela empresa moderna4.

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La marcha de los tejedores en Alemania. Kollwitz, (1844).

Ahora bien, ¿en qué consiste la aliena-ción del trabajo?

Ante todo, en el hecho de que el trabajoes exterior al obrero, es decir, que no perte-nece a su ser; que, en consecuencia, el obrerono se afirma en su trabajo, sino que se niega;no se siente cómodo, sino desventurado; nodespliega una libre actividad física e intelec-tual, sino que martiriza su cuerpo y arruinasu espíritu. En consecuencia, el obrero sólotiene la sensación de estar consigo mismo"cuando está fuera de su trabajo, y, cuandoestá en su trabajo, se siente fuera de sí. Estácomo en su casa cuando no trabaja; cuandotrabaja, no se siente en su casa. Su trabajo noes, pues, voluntario, sino impuesto; es traba-jo forzado. No es, pues, la satisfacción de unanecesidad, sino sólo un medio de satisfaceralgunas necesidades al margen del trabajo.El carácter extraño del trabajo aparece conclaridad en el hecho de que, apenas deja dehaber obligación física o de otro tipo, el tra-bajo es rehuido como si fuera una peste. Eltrabajo exterior, el trabajo en el que el hom-bre se aliena, es un trabajo de sacrificio de sí,de mortificación. Por último, el carácter ex-

• N. de T.: Bei sich, es decir, liberado de las determinacionesexteriores a su ser.

terior del trabajo con respecto al obrero apa-rece en el hecho de que no es un bien propiode éste, sino un bien de otro; que no perte-nece al obrero; que en el trabajo el obrero nose pertenece a sí mismo, sino que pertenecea otro. Así como en la religión la actividadpropia de la imaginación humana -del cere-bro humano y del corazón humano- actúasobre el individuo independientemente deél, así también la actividad del obrero no esuna actividad propia. Pertenece a otro: es lapérdida de sí mismo.

Llegamos, pues al resultado de que elhombre (el obrero) sólo se siente ya libre-mente activo en sus funciones animales: co-mer, beber y procrear, y, cuando mucho, ensu cuarto, en su arreglo personal, etc., y queen sus funciones de hombre sólo se siente yaanimal. Lo bestial se convierte en 10humanoy 10 humano se convierte en 10 bestial.

Comer, beber, y procrear, etc., son tam-bién, por cierto, funciones auténticamentehumanas. Pero separadas en forma abstrac-ta del resto del campo de las actividadeshumanas y convertidas, así, en el único yúltimo fin, son bestiales

Carlos Marx