En defensa de la PUCP

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Rector de la Católica, Dr. Marcial Rubio Correa, sobre la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró infundada la acción de amparo iniciada por la Católica contra el señor Walter Muñoz Cho. [Págs. 2-5] “Lo que quiere Cipriani es entrar acá e imponer el modelo del Opus Dei y eso, evidentemente, no se lo vamos a permitir”, sentencia el doctor Efraín Gonzales de Olarte, vicerrector académico de la Católica. [Págs. 8-9] Lo que debes conocer en torno al conflicto que mantiene la Católica con el Arzobispado de Lima. [Págs. 14-15] “Es una sentencia totalmente parcializada” Libertad y autonomía Verdades y mentiras Lima, 23 de abril del 2010 [email protected] Distribución gratuita Publicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú EN DEFENSA DE LA PUCP ARCHIVO PUCP

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Publicación de la PUCP tras la sentencia del Tribunal Constitucional que declara infundada la acción de amparo que planteó contra Muñoz Cho, designado del Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, en la Junta Administradora de los bienes de la herencia de Riva Agüero

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Rector de la Católica, Dr. Marcial Rubio Correa, sobre la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró infundada la acción de amparo iniciada por la Católica contra el señor Walter Muñoz Cho. [Págs. 2-5]

“Lo que quiere Cipriani es entrar acá e imponer el modelo del Opus Dei y eso, evidentemente, no se lo vamos a permitir”, sentencia el doctor Efraín Gonzales de Olarte, vicerrector académico de la Católica. [Págs. 8-9]

Lo que debes conocer en torno al conflicto que mantiene la Católica con el Arzobispado de Lima. [Págs. 14-15]

“Es una sentencia totalmente parcializada”

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Lima, 23 de abril del 2010

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¿Estamos frente a un pleito judicial o un pleito ideológico?Estamos frente a un pleito de poder en el

cual nosotros notamos que el arzobispo quiere tomar el con-trol de la vida económica de la Universidad. No de la heren-cia, sino de toda la Universi-dad, porque así lo ha plantea-do en una demanda que hay en el Poder Judicial, y obvia-mente el control económico es el control de todo. Entonces, la parte judicial es una parte del problema, pero el problema es de poder: de poder económico y de poder político dentro de la Universidad.

¿Qué significa este fallo del Tri-bunal Constitucional para la vi-da de la Universidad?El fallo significa que nosotros teníamos confianza en que el tribunal iba a defender nues-tra autonomía y nuestra pro-piedad, y el tribunal ha deci-dido que no es así: ha decidi-do declarar infundada nues-tra demanda; por lo tanto, no hemos ganado en este punto. Y esto significa que siguen los otros juicios que están plan-teados tanto por el señor Mu-ñoz Cho contra nosotros como

El pasado lunes, 19 de abril, se conoció que el Tribunal Constitucional declaró infundada la acción de amparo iniciada por la Católica con el objetivo de resguardar sus derechos constitucionales a la propiedad y la autonomía universitaria. Estos, según nuestra Universidad, vienen siendo amenazados por las indebidas exigencias del señor Walter Muñoz Cho, persona designada por el señor arzobispo de Lima para integrar la Junta Administradora de los bienes que pertenecieron a don José de la Riva-Agüero y Osma. Se trata, como dice el rector de la Católica, Dr. Marcial Rubio Correa, de una sentencia “arbitraria, inconstitucional y totalmente parcializada”, que toma “argumentos enteros de la otra parte”.

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PorCarolina DE anDrEa

por nosotros contra él, y que se decidirán en la Corte Supre-ma, seguramente.

¿El señor Muñoz Cho ha ganado en este punto?El demandado nunca gana en una acción de amparo; gana el demandante o no gana na-die. Y la mejor prueba de eso es que se puede volver a plan-tear una acción de amparo so-bre este tema en otro país. Pe-ro el asunto es que, después de la sentencia del Tribunal Constitucional, no hay ningu-na solución al conflicto.

inicialmente, algunos medios sostuvieron que la Católica no acataría este fallo del Tribunal Constitucional.No es que la Universidad no acepte el fallo que ha dado el Tribunal Constitucional. No-sotros vamos a respetar el fallo porque lo que dice es que nues-tra acción de amparo es infun-dada. Ahora, otra cosa es que haya en el fallo cosas que el tribunal dice y que nunca de-bió decir y que no valen, por-que ya se están discutiendo en los tribunales ordinarios, por acciones que han presentado tanto el señor Muñoz Cho co-mo nosotros.

¿Qué debía analizar el Tribunal Constitucional?

mentos, eso lo interpretan los tribunales comunes. Y, final-mente, ha hecho una serie de conjeturas sobre lo que pensa-ba el señor Riva-Agüero que no tiene ningún derecho a hacer ni él ni ningún otro tribunal, porque los tribunales se fun-dan en hechos no en lo que yo pienso que él pensó. Hay una serie de equivocaciones fruto de que el tribunal ha decidido sobre lo que no debe decidir.

¿Cuál es la finalidad del Tribu-nal Constitucional?Lo que hace un tribunal es re-solver lo que se le pide. Y la fi-nalidad que la Constitución y la ley establece es que se pro-nuncia sobre amenazas y vio-laciones de derechos constitu-cionales. Entonces, ¿el tribu-nal debía mirar los testamen-tos para ver la propiedad de la Universidad? Por supuesto que sí. ¿El tribunal debía mirar los testamentos para decir que el señor Muñoz Cho es represen-tante del arzobispo? No. ¿El tribunal debía mirar los testa-mentos para decir que la car-ta que nos mandó Muñoz Cho es ejercicio de su derecho? No. ¿El tribunal debía decir que la Universidad tiene una pro-piedad con cargo? No, porque esa no es su función, es fun-ción de los tribunales ordina-rios, y en eso el Tribunal Cons-

“El fallo no dice, ni puede decir: convoque a la junta, entréguele los bienes”

El Tribunal Constitucional te-nía que decir si la autonomía de la Universidad había sido amenazada o no, y si la propie-dad de la Universidad había si-do amenazada o no. El tribu-nal ha dicho que no han sido amenazadas. Muy bien. Pero no solo ha dicho esto.

¿Qué más ha dicho?Ha dicho, por ejemplo, que el señor Muñoz Cho pide lo que tiene derecho. El tribunal no tiene ninguna atribución para decir si lo que hace el Muñoz Cho está bien o mal; ninguna atribución, pero lo ha dicho. El tribunal ha dicho que el se-ñor Muñoz Cho es represen-tante del arzobispo en la jun-ta. Eso es falso y no compete al Tribunal Constitucional decir eso. El arzobispo no tiene re-presentante en la junta, nom-bra a uno de la junta. Hay en el derecho una gran diferen-cia entre ser representante de alguien y ser nombrado por al-guien. Por ejemplo, yo nombro un miembro de los tribunales arbitrales como parte, pero no me representa; es designado por mí, pero no me represen-ta. Eso exactamente es lo que pasa. El Tribunal Constitucio-nal se ha puesto a interpretar los testamentos para sacar es-tas y otras conclusiones y el tri-bunal no interpreta los testa-

bEnEfaCTor. Don José de la

Riva-Agüero y Osma.

“los CinCo obispos en la asamblea no vienen, Y el representante del Cardenal –ese sí es representante– en el Consejo Universitario, haCe tres años qUe no existe”.

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especial FRANZ KRAJNIK

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se autoorganizan de acuerdo a la ley, constitución y estatutos.

SENTENCIA ARBITRARIA¿Cometimos un error al ir al Tri-bunal Constitucional?No fue un error haber acudi-do al Tribunal Constitucional porque nosotros seguimos cre-yendo que, por la autonomía universitaria y por la propie-dad que hemos recibido, quie-nes debemos manejar eso so-mos nosotros de acuerdo a la Constitución actual, a la ley y al estatuto de la Universidad. El tribunal no ha dicho una co-ma sobre esto que estamos di-ciendo. No ha dicho por qué en este caso quien adminis-tra los bienes es el señor Mu-ñoz Cho con el rector y no lo que dicen todos sus fallos an-teriores. Dicen que las univer-sidades se rigen por la Consti-tución y la ley. Es más, el tribu-nal dice que el testamento di-ce pues que así se hace. Pero el tribunal ha dicho muchas ve-ces, y es una regla que se apli-ca a todos menos a la Universi-dad, en este caso, que cuando hay una modificación consti-tucional, lo que vale es la mo-dificación constitucional y no valen los testamentos. Final-mente, tampoco dice que en el Código Civil se dice que cuan-do un testamento contraría la ley, prima la ley y no el tes-

“no FUe Un error haber aCUdido al tribUnal ConstitUCional porqUe nosotros seGUimos CreYendo qUe, por la aUtonomía Universitaria Y por la propiedad qUe hemos reCibido, qUienes debemos manejar eso somos nosotros de aCUerdo a la ConstitUCiÓn aCtUal, a la leY Y al estatUto de la Universidad”.

Pero por supuesto, y el testa-mento dice que la Universi-dad es propietaria absoluta. El tribunal debía analizar qué dicen los testamentos sobre nuestra propiedad. Pero no tiene nada que decir sobre si el señor Muñoz Cho es repre-sentante o no del arzobispo. El tribunal interpreta los testa-mentos no para decir si nues-tra propiedad está bien o está mal, sino para decir que el se-ñor Muñoz Cho tiene perfecto derecho de hacer lo que hace, y decir eso no es atribución del tribunal.

El tribunal ha dicho, además, que el arzobispo se enfrenta a demandas de la Católica.Eso no es más que una menti-ra. El arzobispo no ha sido de-

mandado ni es parte en los jui-cios. Entonces, hay una serie de arbitrariedades en la sen-tencia del Tribunal Constitu-cional contra las cuales noso-tros vamos a ejercer los dere-chos que la Constitución nos da, que es, eventualmente, cri-ticarla en las instancias inter-nacionales.

¿a cuál podríamos recurrir?En la Constitución está esta-blecido que quien cree que no ha tenido una adecuada administración de justicia en los tribunales internos, puede recurrir a instancias interna-cionales, principalmente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Cor-te Interamericana. Nosotros creemos que tenemos sufi-

titucional, a nuestro cargo, ha usurpado funciones de los tri-bunales ordinarios que están llevando ya dos juicios juntos: uno que planteó el señor Mu-ñoz Cho y otro que plantea-mos nosotros. Además, como todo tribunal, existe para paci-ficar; pero este tribunal no ha pacificado nada.

interpretar testamentos, ade-más, no es competencia del Tri-bunal Constitucional.Interpretar testamentos es asunto de la justicia común y no del Tribunal Constitucio-nal, porque la palabra “testa-mento” no está siquiera en la Constitución. Entonces, la in-terpretación de testamentos se debe hacer según ciertas re-glas que el tribunal no cono-ce bien. Una de esas reglas es la que dice que, si hay diversos testamentos, se trata de unifi-car lo que todos ellos dicen. Y si esa fusión es posible, esa es la interpretación correcta. So-lo cuando un testamento dice “A” y el otro dice “no A”, enton-ces prima el último, pero este no es el caso.

Pero, ciertamente, para saber que hay una amenaza a la pro-piedad de la Universidad, el Tri-bunal Constitucional debía de-terminar si es, en efecto, pro-pietaria.

cientes argumentos para decir que esa sentencia es una sen-tencia arbitraria y que resuel-ve sobre lo que no debe resol-ver y no resuelve sobre lo que sí debe resolver.

El representante legal del ar-zobispado, Dr. natale amprimo, sostiene que este reclamo no procedería porque a la corte y a la comisión pueden recurrir úni-camente personas naturales, no personas jurídicas.Eso fue así pero no es necesa-riamente así. Hoy día la corte ha permeabilizado ligeramen-te el tema de la recurrencia de las personas jurídicas pero en eso no hay problema. Además, el fundador de la Universidad, antes de todo este problema, hizo que la Universidad se ins-cribiera como una asociación y nosotros, en consecuencia, somos una asociación. Yo soy un asociado de la Universidad, los dos mil profesores son aso-ciados de la Universidad y los veinte mil alumnos también lo son. Entonces, nosotros po-demos ir como miembros de esta asociación y decir que no se respetan nuestros derechos. Uno de los problemas es que el tribunal no menciona esto, a pesar de que nosotros lo he-mos dicho, y la Constitución y el propio tribunal siempre han dicho que las asociaciones

al frEnTE. “Notamos que el arzobispo quiere tomar el control no de la herencia, sino de toda la Universidad”, asegura el Dr. Rubio, rector y abogado constitucionalista.

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tamento. Y nada de eso apare-ce en el fallo del tribunal. Por eso, nosotros decimos que tie-ne un gran parecido con la ar-gumentación de la parte con-traria.

¿Quién conforma la junta?La Junta Administradora de los Bienes de don José de la Ri-va-Agüero está conformada por el rector de la Pontificia Universidad Católica del Pe-rú y por un miembro designa-do por el arzobispo de Lima. Si ambos miembros de la junta tienen pareceres distintos, di-rime el arzobispo de Lima.

El arzobispo, entonces, no for-ma parte de ella.El arzobispo, con todo el res-peto que me merece como ca-tólico que soy, no tiene nada que decidir dentro de la jun-ta de acuerdo a los testamen-tos. Lo que la junta hizo en 1957 es tomar un acuerdo se-gún el cual, si discrepaban los dos miembros de la junta, re-suelve el arzobispo, pero esa es una decisión de la junta, eso ni siquiera está en los tes-tamentos. Entonces, el señor arzobispo no forma parte de la junta.

¿El confl icto con quién es?El Arzobispado asume que él es la parte del conflicto, pero él no es la parte del conflicto, la parte del conflicto es el se-ñor que él ha designado: el se-

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ñor Muñoz Cho. El arzobispo no es demandado, el arzobis-po no es parte en los juicios, el arzobispo no gana ni pierde nada.

¿Va a haber cambios en la Uni-versidad?No, lo que va a pasar es que simplemente la Universidad va a seguir, pues, preocupada por este conflicto hasta que fi-nalmente se resuelva. No va a haber cambios significativos, nadie va a entrar a gobernar la Universidad, y simplemente lo lamentable de todo esto es que el Tribunal Constitucional, que como todo tribunal debe sentenciar para resolver, en es-te caso no ha resuelto nada. En la Universidad Católica no ha cambiado nada en los últimos diez años que existe este con-f licto y previsiblemente no cambiará nada. Nosotros va-mos a aceptar el fallo que di-ce “infundada la demanda”.

El fallo no dice, ni puede de-cir, “convoque a la junta”, “en-tréguele los bienes”, porque el propio Tribunal Constitucio-nal sabe que, si hiciera eso, se estaría metiendo en lo que ya está discutiéndose en otro jui-cio y que no puede ser tocado por ninguna autoridad, según la propia Constitución.

Y ahora, ¿qué va a pasar? ¿la Universidad aceptará convocar a la junta?Si el señor Muñoz Cho plantea que la junta se reúna para ver el tema de las mandas, nos re-uniremos. Si el señor Muñoz Cho pide para todo lo que él quiera, para administrar toda la Universidad, lo que compra-mos en el 2000, CENTRUM, el centro comercial que hicimos en el 76 con nuestro esfuerzo, entonces no hay reunión, por-que eso se está discutiendo en el juicio que planteó él y que planteamos nosotros.

LEGÍTIMA DEFENSA¿Quién ha planteado todo este pleito?Quien ha planteado todo este pleito es el señor arzobispo. Nosotros estamos ejerciendo nuestro derecho de defensa porque si a mí me empujan, yo puedo quedarme tranquilo y acurrucarme, pero no, yo ten-go derecho de ir a los tribuna-les y decir que no me empujen. Eso es literalmente lo que está pasando.

Y quien empuja es el cardenal.Sí, el señor cardenal porque es el que obviamente está detrás de todo, como ha sido público y notorio.

Y es público y notorio, además, que es el único arzobispo con el que, en los más de noventa años de vida institucional, hemos te-nido problemas.Ha habido cinco arzobispos, y con el único con el que hemos

tenido problemas es con el ac-tual. Y no hay razón para que lo haya. El arzobispo de Lima es el Gran Canciller de la Univer-sidad y puede tomar una serie de disposiciones y medidas en apoyo de la vida interna de la Universidad en relación con la Iglesia. Eso está en el estatuto.

¿Este conflicto no afecta las relaciones que tenemos con la iglesia en general?Nosotros somos Iglesia; somos una universidad católica y pon-tificia, y tenemos muy buena relación con la Sagrada Con-gregación para la Educación Católica del Vaticano, con el se-ñor nuncio de su Santidad en el Perú, y con buena parte de la Conferencia Episcopal. Nues-tro problema es con el señor ar-zobispo de Lima, que sí preten-de, aparentemente por sus he-chos, administrar toda la Uni-versidad, y no tiene derecho a ello; esa es toda la discusión.

El cardenal es el Gran Canciller de nuestra Universidad, y cinco obispos integran la asamblea Universitaria, la más alta ins-tancia de gobierno de la Univer-sidad. Sin embargo, ya no acu-den a ella.En la Asamblea hay cinco re-presentantes del Episcopa-do Peruano designados por la Conferencia Episcopal. Eso dice el artículo 74 inciso F del estatuto. Son representantes de la Conferencia Episcopal.

“Yo he reCibido Una Carta de Un obispo mUY CerCano al Cardenal, en la qUe me preGUnta qUe por qUÉ estÁn aqUí seis proFesores qUe han diCho tal Y tal Cosa pÚbliCamente. Yo le he Contestado qUe en el perÚ haY libertad de opiniÓn, Y qUe los proFesores, FUera de la Universidad, a títUlo personal, pUeden deCir lo qUe estimen pertinente. Y, ademÁs, qUe no haY perseCUCiÓn por raZÓn de las ideas”.

oTroS TiEMPoS. En el 2002, el cardenal Cipriani, como Gran Canciller, aparece en la foto con el Ing. Luis Guzmán Barrón, entonces vicerrector académico; el rector en aquella fecha, Dr. Salomón

Lerner Febres; y el Dr. Marcial Rubio, en ese momento vicerrector administrativo de la Universidad.

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Son cinco obispos y no asis-te ninguno desde enero del 2009; no han venido a ningu-na asamblea.

¿Sin dar ninguna explicación?No hay ninguna explicación. Yo la he pedido y no me la han dado, el hecho es que no asis-ten. Es un hecho.

Y, sin embargo, se acusa a la Universidad de falta de trans-parencia, pero si acudieran...Si acudieran y vinieran y pidie-ran, tendrían toda la informa-ción. Es falso que haya falta de transparencia. Además, en el Consejo Universitario hay un director académico de relacio-nes con la Iglesia que no está nombrado desde el año 2007.

Desde que empiezan los juicios.Desde que empiezan los jui-cios. Hace tres años que no vie-nen. A él lo tiene que nombrar el cardenal, el arzobispo de Li-ma. Esos son los vínculos que hay: el gran canciller, cinco obispos en la asamblea que no vienen, y a los cuales nunca se les ha negado información. No es que no vengan porque los hemos tratado mal o no los he-mos considerado, simplemen-te, nunca pidieron nada y de un día para otro han dejado de venir, ostensiblemente. Y el re-presentante del cardenal –ese sí es representante– en el Con-sejo Universitario hace tres años que no existe.

Ser pontifi cia no tiene nada que ver con el testamento de riva-agüero.Son dos cosas completamente distintas.

El representante legal del arzo-bispado ha dicho que su interés es “cumplir la voluntad testa-mentaria”, pero asegura que no podría intervenir la línea de la Católica.Nosotros tenemos la impre-sión de que el señor arzobispo tiene la intención de controlar la Universidad. Controlando la parte económica se contro-la todo, como es obvio, porque son las decisiones. Eso emerge de esta batalla constante que está dando contra la Universi-dad, que ningún arzobispo an-terior la dio, y está también en que él quiere administrar toda la Universidad, porque él dice

que la junta no solamente de-be administrar los bienes que Riva-Agüero mandó, sino to-dos los que se han adquirido y creado. Eso a nosotros nos da la mala espina de que, en rea-lidad, se trata de un intento de apoderamiento de la Universi-dad bastante evidente.

INTROMISIÓN¿Por qué el cardenal Cipria-ni quiere tomar el control de la Universidad?Yo creo, a partir de lo que él ha declarado, que estima que la formación que da la Universi-dad no es la que debería darse; que nuestro pensamiento es muy abierto y debería ser más cerrado, y que entre nosotros hay profesores que no debie-ran estar. Eso es lo que yo creo. Y que si él toma el control de la Universidad, sacará a muchos profesores y ordenará que las cosas se enseñen de una deter-minada manera y no de mane-ra libre y discursiva como de-ben enseñarse en una univer-sidad, incluso en una universi-dad católica. Porque nosotros, como universidad católica, no podemos imponerle a quien no cree en Cristo que crea en Cristo. Dentro de la libertad religiosa, la universidad pro-mueve la catolicidad. Y ade-más, lo que hace es poner en discusión la ciencia y la fe. Pe-ro la ciencia la tiene que traba-jar también, a profundidad. No se puede recortar la cien-cia y el arte, porque una uni-versidad no recorta: discute y amplía. Entonces, es un equi-librio muy difícil, y creo que nosotros lo hacemos bien. Pe-ro me parece que a él no le gus-ta cómo lo hacemos, por cosas que ha declarado.

¿Como cuáles?Por ejemplo, ha declarado que la teología que se enseña acá es muy pobre, y eso es menti-ra. No es así. Entonces, a partir de eso se puede ver que no está de acuerdo con los contenidos que enseñamos. Yo he recibi-do una carta de un obispo, no de él, pero de un obispo muy cercano a él, en la que me pre-gunta que por qué están aquí seis profesores.

¿Con nombre y apellido?Con nombre y apellido, que han dicho tal y tal cosa públi-camente. Yo le he contestado que en el Perú hay libertad de opinión, y que los profesores, fuera de la Universidad, a tí-tulo personal, pueden decir lo que estimen pertinente. Y, además, que no hay persecu-ción por razón de las ideas. Pero ellos, sin duda, los saca-rían. Esa es una diferencia.

¿Qué le diría a los alumnos que, por propia iniciativa, quieren protestar en contra de lo que está pasando?Los alumnos son ciudadanos y tienen libre capacidad de de-cisión. Yo no empujo a nadie a marchar, a demostrar y me-nos aún a causar desorden. Nunca lo he hecho ni lo voy a hacer. Pero yo soy respetuoso de las decisiones que toman ellos en ejercicio de su dere-

cho ciudadano, porque todo el mundo tiene derecho a ex-presarse públicamente, den-tro de los marcos de la decen-cia y el respeto. Y los alumnos lo tienen, adentro y afuera de la Universidad. Como rec-tor, yo no estoy estimulando, ni podría estimular ni me co-rrespondería estimular a los chicos a decirles: salgan a las calles, quemen llantas o cosas por el estilo. Nunca ha sido ni será mi función, ni me corres-ponde. En todo caso, las deci-siones sobre si se expresan o no corresponden a los estu-diantes.

¿Qué opina de las declaracio-nes del doctor Javier Valle riestra, que ha afirmado que se trata de “una resolución so-bresaliente, técnica, de estirpe constitucional, apolítica, res-peta la voluntad de don José de riva agüero, quien señaló en su testamento que la junta que ad-ministraría la Universidad de-bía tener un representante, co-sa que mezquinamente la Cató-lica le había negado”?Bueno, yo con todo el respe-to que me merece Javier Valle Riestra, tengo que decir que debería explicar por qué le pa-rece perfecta, constitucional y clara. Porque lo que yo conoz-co de la constitucionalidad del Perú es que esta sentencia es todo lo contrario: usa co-mo propios argumentos de la otra parte, toma de algún do-cumento del cual aparecen rastros en la sentencia que no se los dimos nosotros, cierta-mente; entonces, se las tiene que haber dado la otra parte, argumentos enteros de la otra parte, impensables en ningu-na sentencia.

¿Por ejemplo?Por ejemplo, que el señor Ri-va-Agüero pensó en la Iglesia Católica Apostólica Roma-na “y punto”. Esto es literal y eso no lo puede decir ningún juez en la tierra, porque decir-lo ya lo parcializa totalmen-te con la otra parte. Al juez no le compete decir eso. Ade-más, resuelve sobre temas que no son constitucionales, por-que decir si es válido o no un acuerdo de una junta priva-da formada en un testamento no tiene nada que ver con la Constitución; decir si el testa-

mento del 38 modificó al del 33 y, en consecuencia, que el Sr. Muñoz Cho ejerce bien su mandato, no tiene nada que ver con la Constitución. Es una sentencia, francamente, arbitraria, inconstitucional y totalmente parcializada.

además, el señor Valle riestra fue el anterior designado por el cardenal.El señor Valle Riestra, claro, durante varios meses estuvo designado en el cargo en el que ahora está el señor Muñoz Cho y él lo aceptó, de tal ma-nera que, en estas condicio-nes, no se puede decir que sea una persona que opina de ma-nera independiente. Como yo tampoco opino de manera in-dependiente, obviamente, pe-ro no es un independiente que opina; está de parte de ellos.

¿Qué opina de la campaña de diarios como Expreso, Correo, la razón sobre que esta Uni-versidad está “secuestrada” por “caviares”?Esta es una imagen política totalmente falsa. Ya lo dije-ron una vez en agosto: el pro-pio cardenal dijo públicamen-te que esta era una camarilla de dirigentes que manejaba la Universidad a su antojo. En-tonces, firmaron 600 de los 800 profesores miembros de la Universidad diciendo que respaldaban a esta, que no es una camarilla, y firmaron los representantes estudiantiles y firmó el sindicato. Y quiero recordar que en ese momen-to había un pleito que todavía no estaba arreglado con el sin-dicato. Aquí no hay, pues, un grupo de “caviares” o de otro tipo de huevo de pescado que esté manejando la Universi-dad a su antojo. Esta es una Universidad en la que somos elegidos, gobernamos mien-tras nos apoyen los profesores y estudiantes, y estamos go-bernando según lo que ellos quieren. Podrán decir cual-quier cosa, pero la realidad es esta, y está respaldada por fir-mas en los periódicos. ■

“el señor valle riestra, dUrante varios meses, estUvo desiGnado en el CarGo en el qUe ahora estÁ el señor mUñoZ Cho Y Él lo aCeptÓ, de tal manera qUe, en estas CondiCiones, no se pUede deCir qUe sea Una persona qUe opina de manera independiente”.

EnlaCE. Poco se sabe de Walter

Arturo Muñoz Cho salvo que es

tesorero del Arzobispado de Lima.

¿Quiénes son los representantes de la iglesia ante la asamblea Universitaria?

● Excmo. Mons. Guido Breña López● Excmo. Mons. Miguel Cabrejos Vidarte● Excmo. Mons. Miguel Irizar Campos● Excmo. Mons. Lino Panizza Richero ● Excmo. Mons. Jesús Moliné Labarta

arzobispos de limadesde que la Universidadfue declarada Pontifi cia:

● Pedro Pascual Farfán de los Godos (1942-1945)● Juan Gualberto Guevara Cuba (1945-1954)● Juan Landázuri Ricketts (1955-1989)● Augusto Vargas Alzamora (1990-1999)● Juan Luis Cipriani Thorne (1999-hasta la fecha)

Sabías que...

De los once rectores que ha tenido nuestra Universidad, cinco han sido sacerdotes:● Padre Jorge Dintilhac SS.CC. (1917-1924 / 1925-1946)● Monseñor Pedro Pablo Drinot y Piérola (1924-1925)● R.P. Rubén Vargas Ugarte, S.J. (1947-1953)● Monseñor Fidel Tubino Mongilardi (1953-1962)● R.P. Felipe Mac Gregor, S.J. (1963-1977)

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Despropósitos en una sentencia

6 | LIMA, 23 de abril del 2010

Algunas “perlas” de la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional son analizadas por el rector de la Católica y doctor en Derecho, Marcial Rubio Correa.

La sentencia emiti-da por una mayoría de cuatro miembros del Tribunal Consti-tucional en la acción

de amparo interpuesta por la Pontificia Universidad Católi-ca del Perú, a propósito de la herencia de don José de la Riva Agüero, tiene defectos que des-califican y desautorizan lo que en ella se sostiene. Las razones de esta afirmación son las que siguen.

En primer lugar, lo único que el Tribunal Constitucio-nal debe hacer al resolver una acción de amparo es decir si quien demanda que se le vul-neran derechos constituciona-les tiene o no razón en lo que pide.

En esta sentencia, el Tribu-nal Constitucional ha dicho, efectivamente, que considera infundada la demanda presen-tada por la Universidad. Pero no solo ha dicho eso. También ha dicho, entre otras cosas, lo siguiente:

• Sin otro fundamento que lo que afirman los defenso-res del Ing. Muñoz Cho, el demandado, sostiene que la Universidad recibió la he-rencia de don José de la Riva-Agüero sujeta a un cargo; es decir, a la obligación de que las propiedades las adminis-tre la junta indicada en los testamentos. Decir que hay un cargo exige fundamen-tarlo, sobre todo, porque los testamentos no lo dicen ex-presamente. Además, deter-minar si hay un cargo o no es competencia de los tribuna-les ordinarios, no del Tribu-nal Constitucional. Aquí se han usurpado funciones de los tribunales ordinarios.

• El tribunal ha dicho que, en su opinión, los acuerdos de la Junta Administradora de los bienes son administrati-vos sin ninguna fundamen-tación. Este es un argumen-to de los demandados que el tribunal ha hecho suyo acrí-ticamente y que no es mate-ria constitucional que deba ser resuelta por él.

• También dice que “las gestio-nes, comunicaciones y recla-mos del representante del Arzobispado ante la junta, pretendiendo la revisión del acuerdo de 1994 y de otros, no constituyen amenazas o agravios, en tanto que perte-necen al ejercicio de un dere-cho exigible y que tiene co-mo fin resguardar y restituir la última voluntad del tes-

tucional ha pasado por alto tal cosa.

La mayoría del Tribunal Constitucional ha asumido como suyas argumentaciones que no pueden provenir sino de un documento elaborado por personas que defienden la posición del señor Muñoz Cho y que han sido transcritos en la sentencia de manera evidente:

• El caso más clamoroso es aquél en el que la sentencia dice: “De aquí a cincuenta o sesenta años, todos los que hemos trabajado este docu-mento y los que ahora lo es-tamos leyendo, qué duda ca-be, habremos fallecido”. Es evidente que esta frase no es hecha por ningún miem-bro del Tribunal Constitucio-nal. Se trata de un documen-to hecho por otros y que ha sido transcrito dentro de la sentencia como si fuera he-cho por quienes la firman. Lo que sigue después de la

LA REPÚBLICA

Por DR. MARCIAL RUBIO CORREARector de la Universidad Católica

tador”. Es otro tema que de constitucional no tiene abso-lutamente nada y que cons-tituye usurpación de atribu-ciones de los tribunales ordi-narios.

Hay que hacer notar, ade-más, que la Constitución man-da que “ninguna autoridad puede avocarse a causas pen-dientes ante el órgano jurisdic-cional ni interferir en el ejerci-cio de sus funciones”. Hoy, to-dos estos temas están siendo procesados por los tribunales ordinarios. La mayoría del Tri-bunal Constitucional ha in-fringido la regla que acabamos de citar.

Por tanto, la mayoría del Tri-bunal Constitucional ha emi-tido una sentencia arbitraria e inconstitucional en sí misma, al excederse en sus funciones y usurpar las que corresponden a los tribunales ordinarios. Los tribunales ordinarios ante quienes seguimos los juicios pendientes de resolución, no

deben obedecer las opiniones que les ha usurpado el Tribu-nal Constitucional.

La mayoría del Tribunal Constitucional, en su senten-cia, ha dicho falsedades evi-dentes que solo están dichas allí para favorecer a la parte demandada y que son argu-mentos que esta última ha es-grimido en el proceso de am-paro. Estas falsedades son las siguientes:

• Que el Arzobispo de Lima “enfrenta” acciones legales interpuestas por la Univer-sidad. Esto es absolutamen-te falso. Nuestras demandas han sido hechas contra el se-ñor Walter Muñoz Cho y so-lo él nos ha demandado a no-sotros.

• Que el señor Walter Muñoz Cho es “representante” del arzobispo en la Junta Admi-nistradora. Esto es falso: el arzobispo lo designa pero no le da “representación”. Decir que el miembro designado

en la junta es representante del arzobispo le facilita al tri-bunal respaldar la posición de Muñoz Cho en el sentido de que el acuerdo de 1994 es inválido. Este acuerdo de la junta dice que la Universi-dad administra sus bienes y que la junta solo administra las otras mandas y encargos. Si no hay reprepresentación, esta invalidez no puede ser argumentada. En efecto, no hay representación. El testa-mento no lo dice en ninguna parte.

• Que en la segunda instan-cia del proceso, realizada ante la Corte Superior de Li-ma, la votación hecha decla-rando improcedente nues-tra demanda, es correcta. La sentencia no analiza la vota-ción en sus pasos sucesivos y llega a la conclusión dicha sin contar los votos: la Uni-versidad obtuvo los tres vo-tos necesarios para ganar y allí se produjo sentencia fa-vorable. El Tribunal Consti-

INVEROSÍMIL. En su página web institucional, el Tribunal Constitucional se presenta como el “Guardián de la Constitución, Defensor de los Derechos

Fundamentales, Intérprete Supremo del Orden Jurídico”.

Page 7: En defensa de la PUCP

frase que hemos transcrito es francamente antojadizo y carente de todo sentido den-tro de una sentencia (ver “No hay crimen perfecto”).

• El tribunal dice textualmen-te: “Ante la opinión pública la autoridad de la universi-dad ha presentado y publici-tado su posición como una Defensa a la PUCP, de modo tal que, quien no comparta la misma, carecería de ese supuesto objetivo. Ello no pa-rece justo, pues de lo que se trata es de defender la autén-tica voluntad testamentaria de Riva-Agüero. Y al hacer-lo, a través de ella, se hará la real y auténtica defensa de la PUCP”. El tribunal no tiene ninguna atribución de decir cuál es la verdadera defensa que debe hacerse de la Uni-versidad. Puede decir si la de-fensa hecha es jurídicamen-te correcta o no, pero no pue-de pretender recomendar cuál es la defensa correcta. Esto es actuar parcializada-mente a favor del demanda-do Muñoz Cho e inaceptable en una sentencia constitu-cional. El texto ha sido toma-do, sin duda, de quienes de-fienden al señor Muñoz Cho.

• Plantea que el rector que aprobó en 1994 que la Jun-ta Administradora entrega-ra la administración de los bienes a la Universidad, tie-ne un conflicto de intereses porque, de esa manera, los administra el mismo rector.

Esto es falso jurídicamente hablando. La Ley Universita-ria vigente y aplicable a nues-tra Universidad manda que todo lo pertinente a la eco-nomía de la Universidad lo resuelve el Consejo Universi-tario. El Tribunal ha tomado esta afirmación de quienes defienden al señor Muñoz Cho sin siquiera consultar la Ley Universitaria.

Estas constataciones de-muestran palmariamente que la sentencia de la mayoría del Tribunal Constitucional está claramente parcializada a fa-vor de la parte demandada; es decir, del señor Muñoz Cho, lo que constituye una constata-ción muy grave sobre la inde-pendencia y neutralidad que debe tener todo tribunal al re-solver un caso.

Al propio tiempo, esta par-cialización hace que las con-clusiones a las que llega el tri-bunal no tengan ninguna va-lidez, no solo porque fueron usurpadas a los tribunales or-dinarios, sino también porque es evidente que la sentencia ha sido dictada sin independen-cia (ver “‘Ser representante de’ vs. ‘ser designado por’”). ■

especial

Pontifi cia Universidad Católica del Perú | 7

EN DEFENSA DE LA PUCP

El párrafo que sigue merece una reflexión muy impor-tante. Dice la sentencia de la mayoría del tribunal:

“De aquí a cincuenta o sesenta años, todos los que hemos tra-bajado este documento y los que ahora lo estamos leyendo, qué duda cabe, habremos fallecido. Un buen número de profesio-nales de los que están naciendo en este año de 2010 serán para entonces los profesores y las autoridades de la Pontificia Uni-versidad Católica del Perú. Qué les impedirá en aquel momento o tal vez mucho antes –si ahora partimos o deshacemos la unión Jerarquía Eclesiástica-Rector, es decir, si arbitrariamente disolve-mos la Junta Administradora, tal cual no fue la determinación del causante, decidir, en tanto pro-pietaria de los bienes heredados, cambiar el nombre de esta Casa Superior de Estudios por el de Universidad de los Santos de los Últimos Tiempos, Universidad Alianza Cristiana y Misionera, Universidad del Siglo XXII o Uni-versidad de las Ciencias Sociales del Futuro, nombres que pueden ser absolutamente legítimos y tal vez hasta apropiados para aque-llos tiempos –jamás lo sabremos, pero que definitivamente no fue la voluntad del insigne Riva-Agüero, y por supuesto, con el nombre, lo más importante, el

sentido, el sustento y el enfoque de los estudios bajo el marco y el esquema católico. A este promi-nente peruano no le asaltó la idea de si la Universidad estaría en manos de Jesuitas, Dominicos o Franciscanos; si encausaban su fe en la línea Opus Dei, del Padre de Andrea, Sodalicio u otros. Él solo pensaba en la Jerarquía Católica, Apostólica y Romana, y punto. Hay que respetar, constitucional-mente, la voluntad del testador”. (Apartado b. del párrafo 3, del texto IX en números romanos, del fundamento 20).

Lo primero que hay que notar es que se refiere a sí mismo como un documento y no como una sentencia que es el nombre correcto a utilizar. Dice, en frase coloquial: “todos los que hemos trabajado en este documento y los que ahora lo estamos leyendo”.

No hay crimen perfecto: este texto de la sentencia, según su propio texto, habría sido extraído de un documento que han hecho personas extrañas al Tribunal Constitucional, y ha sido trans-crito a la sentencia. Es un hecho muy grave porque significa que hay indicios de que la sentencia les fue dictada a los magistrados firmantes por terceros. Es una hipótesis que debe confirmarse pero la redacción da perfecto pie a tener la sospecha.

Además, las consideracio-nes que hace este párrafo sobre nombres estrafalarios o sobre la orientación que tendría o podría tener la Universidad, son antoja-dizas y fantasiosas. Nada de esto consta que pensó don José de la Riva-Agüero y es inadmisible que se haya puesto como fundamen-to de una sentencia constitucio-nal. En las sentencias constan hechos probados e indicios con alto grado de verosimilitud. No pueden funcionar creaciones mentales completamente arti-ficiosas y que no tienen base de hecho alguna. Es el caso de lo que en este párrafo se establece.

La afirmación “Él solo pen-saba en la Jerarquía Católica, Apostólica y Romana, y punto” es inadmisible en una sentencia sobre asuntos constitucionales. Es imposible que la haya hecho algún miembro del Tribunal Cons-titucional y, si fue así, debe iden-tificarse y fundamentar detalla-damente una afirmación que no tiene asidero en ninguno de los testamentos hechos por don José de la Riva-Agüero.

Este párrafo hace suponer una grave posibilidad de que terceros hayan dictado la sentencia al Tri-bunal Constitucional, y la antoja-diza manera de argumentar, des-califica totalmente la seriedad de este voto de mayoría en el caso.

En el inciso g. del funda-mento 21 de la sentencia, la mayoría del Tribunal Cons-titucional dice lo siguiente:

“Las gestiones, comunicaciones y reclamos del representante del Arzobispado ante la Junta, pre-tendiendo la revisión del acuerdo de 1994 y de otros, no constituyen amenazas o agravios, en tanto que pertenecen al ejercicio de un derecho exigible y que tiene como fin resguardar y restituir la última voluntad del testador”.

La afirmación de que en la Junta Administradora hay un representante del Arzobispa-do es falsa y contradice los tes-tamentos. En efecto, en ellos se dice que cuando estuvieren impedidos todos los miembros de la junta que el testador ha elegido por nombre propio, “entrarán el Rector de la Universidad Católica y el designado por el Arzobispo de Lima”. (cláusula quinta del testamento de 1938).

Riva-Agüero, que era un des-tacado jurista, sabía perfecta-mente la diferencia entre “ser representante de” y “ser desig-

nado por”. Si, por ejemplo, voy a ser parte en un proceso arbitral, normalmente designo un árbitro, la otra parte designa otro árbitro y entre los dos designados, desig-nan a su vez a un tercero que será quien presidirá el tribunal. Pero ninguno de los designados es representante de nadie ni puede serlo. Por el contrario, es un árbi-tro imparcial.

De manera que, cuando el tes-tamento dice que el arzobispo designa a uno de los miembros de la junta, no autoriza a que ese designado (en nuestro caso el señor Muñoz Cho) sea considera-do representante.

Quienes están en conflicto con la Universidad en este caso sostienen que el arzobispo tie-ne un representante en la Junta Administradora. La mayoría del Tribunal Constitucional también esgrime esa posición, sin funda-mentarlo en absoluto y sin notar que está falseando lo que dice el testamento. ¿Qué importancia tiene? Muchísima: la mayoría del Tribunal Constitucional se apo-ya en que el arzobispo tiene un representante en la junta para decir que los testamentos dan un

lugar al arzobispo en las decisio-nes de la Junta Administradora y, más aún, en todas las decisiones de la Universidad. El texto se des-prestigia por sí mismo. Dice que fue la intención de don José de la Riva-Agüero la siguiente:

“De aquí a cincuenta o sesen-ta años, todos los que hemos tra-bajado este documento y los que ahora lo estamos leyendo, qué duda cabe, habremos fallecido. Un buen número de profesionales de los que están naciendo en este año de 2010 serán para enton-ces los profesores y las autorida-des de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Qué les impe-dirá en aquel momento o tal vez mucho antes –si ahora partimos o deshacemos la unión Jerar-quía Eclesiástica-Rector, es decir, si arbitrariamente disolvemos la Junta Administradora, tal cual no fue la determinación del causan-te, decidir, en tanto propietaria de los bienes heredados, cambiar el nombre de esta Casa Superior de Estudios por el de Universidad de los Santos de los Últimos Tiempos, Universidad Alianza Cristiana y Misionera, Universidad del Siglo

XXII o Universidad de las Ciencias Sociales del Futuro, nombres que pueden ser absolutamente legí-timos y tal vez hasta apropiados para aquellos tiempos –jamás lo sabremos, pero que definitiva-mente no fue la voluntad del insig-ne Riva-Agüero, y por supuesto, con el nombre, lo más importante, el sentido, el sustento y el enfoque de los estudios bajo el marco y el esquema católico. A este pro-minente peruano no le asaltó la idea de si la Universidad estaría en manos de Jesuitas, Dominicos o Franciscanos; si encausaban su fe en la línea Opus Dei, del Padre de Andrea, Sodalicio u otros. Él solo pensaba en la Jerarquía Católica, Apostólica y Romana, y punto. Hay que respetar, constitucional-mente, la voluntad del testador”.

Esta elucubración de lo que don José de la Riva-Agüero pudo pensar, es inadmisible en una sentencia porque no pertene-ce a los hechos, ni siquiera a los indicios. Es una pura invención y, francamente, estrafalaria.

Pero lo grave es que nada menos que el Tribunal Constitucional

afirma que Riva-Agüero “Él solo pensaba en la Jerarquía Católica, Apostólica y Romana, y punto. Hay que respetar, constitucional-mente, la voluntad del testador”. Este texto solo puede haber sido escrito por quienes defienden al señor Muñoz Cho. No es posible que lo haya redactado un miem-bro del Tribunal Constitucional. Y esto es muy grave por la parciali-dad que representa.

Pero peor aún: los testamen-tos de don José de la Riva-Agüe-ro nunca dan al arzobispo de Lima capacidad de decisión den-tro de la Junta Administradora, ni siquiera como dirimente. Esto lo aprueba la propia junta en 1957.

Por lo tanto, la mayoría del Tri-bunal Constitucional no puede afirmar que Riva-Agüero “sólo pensaba en la Jerarquía Católica, Apóstólica y Romana, y punto”. Solo puede atreverse a decir esto porque asume que el arzobispo tiene un representante en la jun-ta. Por eso, toma acrítica y par-cializadamente, este argumento de quienes defienden al señor Muñoz Cho.

No hay crimen perfecto

“Ser representante de” vs. “ser designado por”

Accede a más análisis sobre puntos

concretos de esta sentencia, desde: www.pucp.edu.pe/endefensadelapucp

MÁS EN LA WEB

Page 8: En defensa de la PUCP

especial

“Lo que quiere Cipriani es entrar acá e imponer el modelo del Opus Dei, y eso no lo vamos a permitir”

8 | LIMA, 23 de abril del 2010

¿Cómo se inicia este conflicto y qué busca el señor Walter Muñoz Cho? El doctor Efraín Gonzales de Olarte, actual vicerrector académico y ex vicerrector administrativo de nuestra Universidad, lo explica.

¿Cuándo envía su pri-mera carta a la Uni-versidad el señor Walter Muñoz Cho? En el 2007, dirige

una carta en la que pide que el rector cite a la Junta Adminis-tradora de los Bienes de don José de la Riva-Agüero y pide información sobre la Universi-dad desde 1994.

¿Qué tipo de información? Financiera, sobre todo los te-mas de qué decisiones se ha-bían tomado sobre los supues-tos bienes de Riva-Agüero.

¿Algún otro administrador de-signado por el Arzobispado ha-bía pedido algo parecido en la historia de la Universidad? Que yo sepa, nunca. Es más, la junta de administración siempre ha tenido dos inte-grantes desde que murió el úl-timo miembro de la Junta Ad-ministradora nombrada por el propio Riva-Agüero. Él pi-dió a varios amigos que admi-nistraran su testamento, y di-ce que esta junta funcionará hasta que vivan ellos, y, cuan-do fallecieran, estaría confor-mada por el rector de la Uni-versidad y por una persona designada por el arzobispo de Lima, Gran Canciller de la Universidad. El último amigo de Riva-Agüero murió en los años sesenta y, entonces, em-pezó a funcionar la junta con el miembro designado por el arzobispo, que siempre ha si-do el tesorero de la Universi-dad. Esto ocurrió hasta 1994, año en que esta junta toma la decisión de solo administrar las mandas (misas, manteni-miento de mausoleos, etc.) de Riva-Agüero, porque ya no ha-bía nada que administrar, da-do que toda la propiedad es-taba inscrita a nombre de la Universidad desde 1964 en los Registros Públicos.

Por GAbrieL ALLer

Durante toda esta historia, ¿el Arzobispado había designado a alguien de dentro de la Univer-sidad? Había total confianza entre las partes hasta 1999, año en que es nombrado monseñor Cipriani, quien pide tener una oficina en la Católica y quiere participar en la administra-ción de la Universidad, cosa que no le compete.

¿Por qué hubo ese cambio en los intereses del Arzobispado?Yo no sé, pero según él, debe-ría tener una voz dentro de la administración de la Univer-sidad, cosa que el estatuto no se lo permite. Como no se le daba un sitio, aprovechó el te-ma de la Junta Administrado-ra, que solo administraba lo que se llama las mandas. El estatuto y la ley no le permi-ten intervenir en la Universi-dad. Es más, la propiedad de la Universidad la tiene la aso-ciación de la Universidad y, entonces, él no podía forzar que la propiedad se convir-tiera en propiedad eclesiás-tica, cosa que él quiere. Pero eso no es posible porque en el código canónico nuestra Uni-versidad es de derecho priva-do. En consecuencia, es pro-pietaria de sus bienes por-que no ha sido creada por la Iglesia, sino por un sacerdo-te y un grupo de laicos cató-licos. Las universidades crea-das por la Iglesia pertenecen al derecho público y son de la Iglesia, pero esas, en gene-ral, son solo universidades canónicas; es decir, dan títu-los de teología y forman a los sacerdotes, cosa que la Uni-versidad no hace, la Universi-dad no da ningún título teolo-gal. Entonces, el tema es que en el 2007, descubre lo de la junta, dice que esta debería seguir funcionando y hace su propia interpretación que es que la herencia de Riva-Agüe-ro está condicionada a que la junta la administre. Esa figu-

ra se llamaba enfiteusis. An-tiguamente, cuando alguien quería dar en herencia algo, podía decir “esa herencia va a ser tuya pero la va a admi-nistrar otro que te va a dar las rentas durante un periodo en el que no podrás vender”. Esta figura fue eliminada en 1936, antes de que esta Universidad sea Pontificia, antes de que se muera Riva-Agüero y antes de que redacte su último testa-mento, del año 38. Así que él sabía de qué estaba hablando. Esa figura era imposible ya en el Perú. En el código del 36 se dijo que todos los contratos de enfiteusis se cancelaban y la propiedad pasaba a ser pro-piedad real de quien se le ha-bía dado la posesión. El título de propiedad pasa al dueño y puede hacer lo que quiera. razones de fondo¿Cree que es por un espíritu al-truista de defensa a la memo-ria de riva-Agüero que el señor Muñoz Cho convoca a la Junta Administradora?No, claro que no, aquí no hay nada de altruismo, aquí hay egoísmo. Lo que quiere es con-trolar la Universidad por el la-do económico y, si lo logra, en-tonces controlar su lado aca-démico y científico. Eso está claro, esto es un artilugio. Ade-más, el ingeniero Muñoz Cho ni siquiera ha pisado la Uni-versidad. Nosotros no lo cono-cemos y hay que decir que an-tes de él, Cipriani designó al señor Javier Valle Riestra en es-ta junta.

¿Quién es Walter Muñoz Cho? Es el tesorero del Arzobispado, es un empleado del arzobispo. ¿Por qué el arzobispo no si-guió la tradición de todos los otros arzobispos de nombrar a alguien de la Universidad, cuando había total confian-za? La cosa está clara: Cipriani quiere nombrar a alguien que dependa de él para que haga lo que le diga.

yAnInA PAtrIcIo

Page 9: En defensa de la PUCP

especial

Pontifi cia Universidad Católica del Perú | 9

“SI UNO LEE LA SENTENCIA, HAY PÁRRAFOS QUE NO SON PROPIOS SINO QUE HACEN PARTE DE ARGUMENTOS DE LA OTRA PARTE. HAY TEMAS QUE SOLO EL CARDENAL CONOCE EN SU RELACIÓN CON LA UNIVERSIDAD Y QUE NOSOTROS NO HEMOS DADO PORQUE SON TEMAS QUE NO TIENEN NADA QUE VER CON EL CASO DE AUTONOMÍA Y DE DERECHO A LA PROPIEDAD”.

EN DEFENSA DE LA PUCP

ratorios, que es uno de los ar-gumentos que ellos están dan-do: que como Riva-Agüero do-nó todo esto, todo lo que está hecho acá es su herencia. El factor más importante de pro-ducción y de crecimiento es el trabajo. Esto ha sido hecho gracias al esfuerzo de un mon-tón de gente y su entrega a la Universidad que ha puesto acá su trabajo, el capital mayor de la Católica es su gente; ese es el tema.

¿Podrían usar el dinero gene-rado por la Católica para obras fuera de nuestra Universidad?No creo, pero hay que recor-dar que el Opus Dei tiene co-mo objetivo el poder económi-co y político. Ellos tienen co-mo misión tener influencia en el gobierno de países, en có-mo se hacen las sociedades, es una misión que uno reconoce y respeta porque nosotros so-mos demócratas y tolerantes, pero que no tenemos por qué aceptar. Porque ellos te dicen qué es lo que tienen que ha-cer y qué es lo que no tienen que hacer, y eso es la negación de una universidad. Una uni-versidad, por definición, es un sitio donde la ideas deben fluir libremente, donde la in-vestigación se tiene que hacer libremente. Ir a una universi-dad católica que sea más con-fesional que universidad va en contra de nuestra Universidad tolerante, abierta, y estoy casi seguro de que si entran acá, se acabaron las escalas bajas de pago porque lo que quieren es plata; van a poner una sola es-cala. El Opus Dei es una élite y una élite de ricos; ellos a los pobres les dan caridad.

¿Alguna vez hemos tenido con-fl ictos con algún donante de la Universidad?Nunca.

¿Alguien puede cuestionar el manejo económico de la Cató-lica? Es imposible, por varias razo-nes. Primero, esta Universi-dad tiene un presupuesto ad-ministrado por todas las uni-dades de la Católica; todo el mundo sabe cuánto es el pre-supuesto de la Universidad y cuánto puede gastar. El tope es el presupuesto. Yo quisie-ra ver que cualquier otra uni-versidad haga lo mismo. En otras universidades el Recto-rado es el que reparte la plata en función de sus simpatías o de cualquier otro criterio, pe-ro aquí no; esto hace que aquí sea todo transparente. Tene-mos auditorías anuales, reali-zadas por las mejores firmas. PricewaterhouseCoopers es ahora nuestra auditora; antes lo fue Deloitte y antes KPMG, las más grandes auditoras in-

ternacionales. Ellas no te van a dar luz verde de la audito-ría del balance. Mejor manejo no se podría hacer, dadas las características de gestión de la Universidad, ya que es una cooperativa en donde todos somos dueños y nadie lo es in-dividualmente. Somos una de las 600 mejores universidades del mundo, y estamos consi-derados por Roma la tercera mejor de las pontificias uni-versidades católicas de Latino-américa. En el Vaticano apre-cian el esfuerzo que se ha he-cho acá. Esta Universidad está bien administrada; si no, ya habría fracasado.

a fUTUroSi perdiéramos en el terreno ju-dicial, ¿cuán rápida podría ser la intervención de Muñoz Cho en la Católica y cuán rápidos los cambios en la institución?No lo sabemos, pero si no hay corrupción en el Poder Judi-cial, este juicio se arreglará dentro de cinco o seis años. Por el momento, seguro que Muñoz Cho vendrá a pedirnos nuevamente algo, y nosotros vamos a decirle: “Pero tú mis-mo nos has hecho un juicio para que definamos cuál es la herencia de Riva-Agüero”. Es cierto que van a haber presio-nes, estamos esperando qué dirá Muñoz Cho. Técnicamen-te, de acuerdo a los abogados, no debería hacer nada hasta que concluyan los juicios.

Para terminar, ¿cuál diría que es nuestra fortaleza?Nuestra mayor fortaleza es nuestra unión, nuestra cali-dad y nuestra ética. Cuando tenemos estas tres cosas en conjunción, es posible capear estos malos tiempos, porque es una pena que una universi-dad esté peleada con su canci-ller por temas materiales, por plata. Eso habla mal de ellos. Si uno lee la sentencia, hay pá-rrafos que no son propios sino que hacen parte de argumen-tos de la otra parte. Hay temas que solo el cardenal conoce en su relación con la Universidad y que nosotros no hemos dado porque son temas que no tie-nen nada que ver con el caso de autonomía y de derecho a la propiedad. Por ejemplo, di-ce que esta Universidad tiene que ser católica y depender de la jerarquía católica. Eso no lo dice Riva-Agüero, porque, cuando dona sus bienes, esta era una universidad dirigida por el padre Dintilhac que no tenía nada que ver con la je-rarquía. Pero lo que Cipriani quisiera que sea esta Universi-dad, está en esta sentencia, y es que sea dirigida por el arzo-bispo de Lima. Con el tiempo, cuando se sepa la verdad, va a ser una vergüenza. ■

¿Qué quiere administrar Muñoz Cho? Él decía que quería ver qué se había hecho con las propie-dades de la herencia de Riva-Agüero, pero después ellos nos han abierto un juicio de interpretación de los testa-mentos de Riva-Agüero. Ese ya es un juicio no solamente so-bre la herencia sino, además, ellos dicen que tienen derecho a ver todas las propiedades de la Universidad, la mayor par-te de las cuales no forma parte de la herencia de Riva-Agüero.

¿No es intransigente la posi-ción de la Universidad al decirle a Muñoz Cho que no tiene dere-cho a pedirnos información so-bre los bienes? Estamos respaldados por la ley universitaria y por el esta-tuto de la Universidad que es-tá inscrito de acuerdo a ley. Nuestro estatuto no dice que le tengamos que dar cuenta al arzobispo. La Universidad nunca le ha dado cuentas al arzobispo de nuestra gestión. A él lo que le interesaba era la catolicidad de la Universidad, que crezca, que hagan pastora-les dentro de la Universidad. Pero este arzobispo es el pri-mero en ocuparse de estos te-mas materiales. Obviamente, hay un interés.

¿Solo se trata de la adminis-tración de los bienes o buscan controlar la independencia de la Universidad, la libertad de cá-tedra y censurar la reconocida tolerancia de la Católica?Por supuesto, la entrada es económica y el que contro-la la economía de cualquier universidad controla lo que se quiere hacer en ella.

¿Por qué? Nos puede dar un ejemplo concreto sobre esto. A ver, en una universidad del Opus Dei nunca van a dar un curso de género y vas a tener la mitad de la biblioteca pro-hibida. Vargas Llosa, por ejem-plo, no se lee en esas universi-dades.

¿Y hablar de Freud?No, eso ya es el demonio, y esa no es la esencia de una univer-sidad católica. La universidad es permanente diálogo entre fe y razón, pero la razón va por delante porque es una univer-sidad, no es una orden religio-sa para que vaya la fe por de-lante. Lo que va aquí es la ra-zón por delante y dialoga con la fe.

Volviendo al tema de la Junta Administradora, ¿durante el tiempo que estuvo vigente, al-guna vez hubo algún confl icto en el tuvo que intervenir el ar-zobispo con su voto dirimente?Creo que nunca. Sin embargo,

para garantizar que el arzo-bispo esté informado, el esta-tuto de la Universidad recoge que cada vez que venda algu-na propiedad, cualquier pro-piedad, la Universidad debe consultar el parecer del arzo-bispo y ponderar su opinión. Esto significa, por estatuto, que nosotros le informamos y le pedimos su opinión.

Si el señor Muñoz Cho es solo un administrador, ¿cómo po-dría infl uir en términos ideoló-gicos en la Católica? En nada hasta que empiecen a tomar poder y decidan “en esto se invierte o en esto no se gasta”. Ahí va a haber discre-pancias y si le consultamos al cardenal, él va a decidir qué hacer. Esto es ilegal e incons-titucional. Lo que quiere Ci-priani es entrar acá e impo-ner el modelo del Opus Dei y eso, evidentemente, no se lo vamos a permitir.

La Católica no ha recibido co-mo única donación lo que nos dejó riva-Agüero. ¿Qué otras donaciones hemos recibido?Varias, muchos de los edifi-

cios se han construido con donaciones: la biblioteca, De-recho, Ciencias Sociales, Inge-niería se han construido, en buena parte, con donativos. Inclusive recibimos perma-nentemente donaciones de plata. La otra parte importan-te se ha hecho con préstamos.

¿Y ellos aspiran administrar también esas donaciones?Todo, incluyendo Plaza San Miguel, el Centro Cultural y CENTRUM, que no tienen na-da que ver con la herencia de Riva-Agüero. Eso se hizo con un préstamo de diez millones de dólares con el Banco Con-tinental que se está termi-nando de pagar, y Plaza San Miguel igual: la ampliación estuvo bajo mi administra-ción (cuando era vicerrector administrativo) y allí nos he-mos endeudado como por 30 millones de dólares, pero con sistemas de endeudamiento que permiten que la Universi-dad incremente su capital y, al mismo tiempo, incremente sus rentas. A nadie en su sano juicio se le ocurre que la tie-rra produce edificios y labo-

ArcHIVo PUcP

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especial

“Los albaceas no pueden ser propietarios”

10 | LIMA, 23 de abril del 2010

Entrevista al Dr. Martín Mejorada, asesor legal de la Universidad Católica en la controversia que mantiene con el Arzobispado de Lima. Detalla el desarrollo de los procesos ordinarios que se llevan a cabo en el fuero civil.

“La demanda de muñoz Cho fue presentada en mayo deL 2008, antes que La deL reCtor. eLLos demandaron primero pero Como su demanda fue maL pLanteada, tuvieron que CorregirLa y reCién fue admitida en marzo deL 2009. así, La demanda deL reCtor, que se presentó después, fue admitida primero”.

¿Cómo se inició la ac-ción de amparo en el Tribunal Constitu-cional?En el 2007, la Uni-

versidad planteó una acción de amparo contra el señor Walter Muñoz Cho, miembro designado por el Arzobispa-do para integrar la junta que debía administrar por vein-te años la herencia de José de la Riva-Agüero. Hizo esto por-que, como sabemos, ese año el Sr. Muñoz Cho comenzó a ha-cer exigencias que excedían sus facultades y la Universi-dad tuvo que reaccionar para resguardar los derechos cons-titucionales que se veían ame-nazados por su injerencia. Es-tamos hablando del derecho de propiedad y la autonomía universitaria. La acción de amparo es un proceso consti-tucional, un recurso de emer-gencia, y la Universidad recu-rrió a él para protegerse. Esta acción debió resolverse bre-vemente pero, por cuestiones que han enturbiado el proce-so, duró mucho y se ha exten-dido por más de tres años.

Ahora que el Tribunal Consti-tucional ha resuelto que la de-manda es infundada, ¿qué pa-sará?La controversia deberá seguir en el fuero ordinario civil, en el que se discutirán los testa-mentos, se hará la interpre-tación de la voluntad de Ri-va-Agüero y se definirá la va-lidez de los acuerdos de junta

Por RiCARdo GueRReRo

adoptados hace más de diez años. Hay que tener en cuen-ta que, en una demanda cons-titucional como la acción de amparo, la parte demandada (el Sr. Muñoz Cho) no puede solicitar nada, pues los jue-ces solo atienden el pedido del demandante (en este ca-so, la Universidad). El Sr. Mu-ñoz Cho y sus asesores saben muy bien esto y, por ello, en el 2008 iniciaron un proceso judicial ordinario (no consti-tucional) ante un juez civil pa-ra plantear ahí sus pretensio-nes. Este proceso está en cur-so. Claro, ahora, como le ha ido bien en el Tribunal Cons-titucional pues ha emitido un fallo que excede sus faculta-des y lo favorece, cambian de postura y dicen que el ampa-ro ha definido la cuestión. Pe-ro ellos saben que el tema de los testamentos solo se puede plantear en la justicia ordina-ria y por eso iniciaron la ac-ción en el Juzgado Civil.

¿Pero son dos procesos civiles, cierto?En efecto, los procesos civi-les son dos: uno que nace de la demanda que el Sr. Walter Muñoz Cho interpuso contra la Universidad y que se inició en el 1er. Juzgado Civil, y otro que nace de la demanda hecha por el rector de la Universi-dad, a título personal, contra el Sr. Muñoz Cho, ante el 16to. Juzgado Civil. En este último se involucró a la Universidad y al señor arzobispo de Lima.

res y, en total, son cuatro: el rector y el señor Walter Mu-ñoz Cho (como demandantes y demandados simultánea-mente), la Universidad (como demandada) y el arzobispo de Lima (como parte interesada). Por eso, no se pude afirmar que, con la sentencia del Tri-bunal Constitucional, deben concluir los otros dos juicios, ya que las partes que han par-ticipado en cada proceso no son las mismas. Además del hecho incuestionable de que son distintos los procesos constitucionales y los ordina-rios; corren por caminos dis-tintos. Un proceso de amparo no puede terminar un proce-so civil ni viceversa, sería una intromisión inaceptable (ver recuadro).

¿Qué demanda civil fue primero?La demanda de Muñoz Cho fue presentada en mayo del 2008, antes que la del rector. Ellos demandaron primero pero, como su demanda fue mal planteada, tuvieron que corregirla y recién fue admi-tida en marzo del 2009. Así, la demanda del rector que, se presentó después, fue admiti-da primero.

¿Y cómo avanzan estos dos procesos ordinarios?Cuando los asuntos de dos de-mandas están muy vinculados entre sí, como evidentemente lo están en este caso, se pro-duce la “acumulación de pro-cesos”. Esto, en palabras sim-ples, significa que ambos jui-cios ordinarios se han juntado y son ahora un solo proceso en el Poder Judicial. Se tramitan ahora como un solo proceso en el 16to. Juzgado Civil.

¿Qué está demandando el rec-tor y qué está demandando el Sr. Muñoz Cho en el fuero civil?En su demanda, el rector pi-dió que se interpreten los tes-tamentos en un debate am-plio y que se defina que la pro-piedad absoluta de los bienes corresponde a la Universidad (como lo dicen explícitamen-te los testamentos) y que nadie más puede administrarlos. Muñoz Cho pidió lo contrario; es decir, que todos los bienes de la Universidad deben ser

Esto es muy importante: fue el rector, como miembro de la junta y albacea de Riva-Agüe-ro, quien, a título personal, hi-zo la demanda en el Juzgado Civil. Por este motivo, las par-tes del proceso constitucional de la acción de amparo no son las mismas que las de los pro-cesos civiles.

entonces, ¿cuáles son las par-tes involucradas en el proceso de amparo?En el proceso constitucional de amparo solo hay dos par-tes: la víctima (la Universi-dad) y el agresor (el Sr. Muñoz Cho). Esas son las dos partes y punto. En los procesos civi-les sí se involucra a otros acto-

yAnInA PAtrIcIo

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especial

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EN DEFENSA DE LA PUCP

administrados por la junta. Ojo, Muñoz Cho pidió admi-nistrar todos los bienes de la Universidad. Con ello demues-tra que su interés no es cum-plir la voluntad de don José de la Riva-Agüero, sino adminis-trar todos los bienes de la Ca-tólica. De otro lado, el rector pide que se respete el acuer-do que en 1994 firmaron el entonces rector de la Católica y el entonces miembro de la junta. En ese acuerdo, se con-sideró explícitamente que los bienes propiedad de la Univer-sidad debían ser administra-dos y dispuestos por la propia Universidad, que es su propie-taria absoluta.

¿Podría explicar más sobre la demanda de Muñoz Cho?Ellos creen que solo se debe tener en cuenta el testamen-to de 1938 y no los otros que también hizo Riva-Agüero, y eso no es correcto. Como cualquier entendido en el de-recho sabe, los testamentos (cuando existe más de uno) se deben leer complementa-riamente, y estos testamen-tos son perfectamente com-plementarios. Además, Riva-Agüero, profundo conocedor del derecho, nunca dijo que solo uno de sus testamentos era el válido. En ese mismo sentido, sería irracional que Riva-Agüero haya dicho que la Universidad es la propieta-ria absoluta y que a la vez ha-ya instituido un administra-dor (que no es la Universidad) que se encargue de decidir sobre la propiedad perpetua-mente. Si bien es cierto que el derecho de propiedad pue-de soportar algunas cargas y limitaciones, especialmen-te si la propiedad es produc-to de una herencia, lo que no

puede ocurrir es que esas car-gas sean de tal dimensión que superen el valor que aquello que estás heredando. No hay nada más “propio” a la pro-piedad que el poder decidir sobre ella. Es decir, es ilógi-co decir que soy propietario y que no puedo decidir sobre mi propiedad. Es un sinsenti-do que diluye el mismo con-cepto de “propiedad”. Si no decido sobre mis propieda-des, entonces no soy propieta-rio. Asimismo, todo el mundo acepta que Riva-Agüero le dio a la Universidad el usufruc-to de sus bienes por veinte años tras su muerte y que es-pecificó que si tras estos vein-te años la Universidad seguía existiendo, se convertiría en propietaria. En esos veinte años, la Junta Administrado-ra decidía, vendía, alquilaba, etc. Entonces, si fuera cierto que la Universidad tiene esta carga, ¿qué cambió después de los veinte años? Si esto fue-ra así, la Universidad sería una usufructuaria eterna y no propietaria. Esto es un im-posible legal, porque sostener eso sería afirmar que nadie es propietario.

¿La junta sería la propietaria?Eso es imposible porque la junta está compuesta por al-baceas y estos no pueden ser propietarios de los bienes, porque hay un conflicto evi-dente y porque la ley lo prohí-be expresamente.

¿Cómo se van seguir los proce-sos civiles?Como la sentencia del ampa-ro solo deniega la petición de la Universidad, no tiene un mandato, no tiene nada que ejecutar. El fallo no tiene nin-guna orden. No obstante, se-

guramente la defensa de Mu-ñoz Cho le va a pedir a la jue-za del proceso ordinario que, dado que se ha producido una sentencia del Tribunal Consti-tucional, termine el proceso. Obviamente, ella tendrá que rechazar eso.

¿Por qué?En primer lugar, porque se trata de ámbitos del derecho distintos. Uno es un proceso constitucional y otro es un proceso civil. La naturaleza y los objetivos de cada uno son muy distintos. En segundo lugar, porque las partes que participan en uno y en otro son formalmente distintas. En tercer lugar, porque la sen-tencia del Tribunal Constitu-cional está plagada de erro-res sustanciales. Esta senten-cia tiene problemas de tres ti-pos: primero, no haber abor-dado el asunto gravísimo de que ya había una sentencia a nuestro favor en la Corte Su-perior. El tribunal no se ha preocupado por verificar si se violó nuestro derecho al debi-do proceso. No se ha preocu-pado por verificar por qué no se nos dio la sentencia a favor que ya habíamos ganado. Se-gundo, el tribunal se ocupó, en cambio, de algo que no le competía: los asuntos testa-mentarios y civiles. Y tercero, al entrometerse en asuntos que no le competían, lo hizo mal, con evidente impericia.

¿Qué tipo de errores comete?Algunos gravísimos. Por ejemplo, se refiere al Sr. Mu-ñoz Cho, como “represen-tante” del arzobispo y utiliza normas del Código Civil para analizar sus funciones. Este es un despropósito porque el Sr. Muñoz Cho no “representa”,

sino que es “designado” por el arzobispo. En el derecho es elemental distinguir entre “representar a alguien” y “ser designado por alguien”, pues este último actúa a título per-sonal, según su voluntad una vez que ya ha sido designado. Riva-Agüero, por lo demás, en ningún momento habla de representación. Otro error verdaderamente lamentable es el que tiene que ver con el acuerdo de 1994. Según el tri-bunal, los acuerdos pueden ser revisados en cualquier momento y eso es totalmente falso. Imagínate la “inseguri-dad jurídica” si esto fuese así. Hay cosas en ella que son in-creíbles. Por ejemplo: noso-tros pedimos que el tribunal se pronunciara sobre la sen-tencia que ya habíamos ob-tenido a nuestro favor y que, por una serie de recursos atí-picos, no fue reconocida. So-bre ese tema, el tribunal no dijo nada, dijo solo que era un asunto de “trámite interno”. Realmente increíble. Eso en-tre muchas otras cosas como, por ejemplo, que lo expuesto por el Tribunal en su senten-cia es sospechosamente pare-cido a los argumentos que la defensa ha venido plantean-do en estos meses. de otro lado, ¿cómo serán las etapas del proceso ordinario?Bueno, tras las audiencias, la presentación de pruebas, etc., vendrá la sentencia de prime-ra instancia. Esto probable-mente ocurra en un año. Tras ello, quienquiera que pierda apelará a la Corte Superior y habrá otra sentencia en esa instancia un año después. Fi-nalmente, se irá a la Corte Su-prema donde posiblemente transcurra un año más. Así

pues, este es un proceso de lar-go aliento. Como ambas par-tes estaban concentradas en el amparo, este proceso se ha desarrollado lentamente y re-cién se encuentra en su prime-ra instancia judicial.

¿Y en qué queda el tema de la sentencia del Tribunal Consti-tucional?Bueno, nosotros vamos a acu-dir a una instancia interna-cional para que se enmiende la plana al Tribunal Constitu-cional. Y no es cierto que no se pueda acudir a ella porque la Universidad es una persona jurídica, pues nuestra comu-nidad, por definición legal, está compuesta por estudian-tes, profesores y trabajadores, cualquiera de ellos puede ha-cer el reclamo. Existen prece-dentes al respecto. ■

PRoCeSo CoNSTiTuCioNAL(Acción de amparo)

● Proceso de urgencia que inicia cualquier persona o institución que se considera amenazada o violada en algunos de sus derechos constitucionales.

● Un juez especialista en derechos constitucionales debe determinar si es necesario proteger al que demanda.

● Su intención es proteger ante la urgencia o el peligro inminente. no puede resolver un contrato, no puede pronunciarse sobre la propiedad de una persona, no puede ana-lizar testamentos (u otros temas del derecho civil).

● Debe ser lo más breve posible (esto supone una mirada del juez generalmente super-ficial. Por eso, los derechos y la violación deben ser evidentes). no tiene audiencias ni etapa probatoria.

● Solo resuelve lo que es demandado por la parte afectada.

● Para que sea atendido la gravedad de lo demandado debe ser evidente.

PRoCeSo oRdiNARio(Juicio civil)

● Proceso generalmente largo en el que las partes profundizan en los temas que son motivo de la controversia.

● Lo ve un juez especialista en la materia específica que tiene que ver con el caso: derecho tributario, derecho penal, derecho civil, etc.

● Su intención es discutir con amplitud los temas de las controversias. Por ejemplo: resolver derechos, determinar qué cosas dice un testamento, a quién corresponde una propiedad, etc.

● tiene audiencias, etapas probatorias y periodos de análisis prolongado.

● Permite que la otra parte contrademande y que se cambien los términos de lo que es discutido.

● no requiere que la gravedad sea evidente.

● Albacea: persona que debe velar por el cumplimiento de la voluntad expresada en un testamento.● demanda infundada: el reclamo planteado no es aceptado.● demanda improcedente: el reclamo tiene defectos de forma y es rechazado por ello.● Sentencia: decisión fi nal en una instancia judicial.

Glosario

www.pucp.edu.pe/endefensadelapucp

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especial

Transparencia en la gestión de los bienes de la Universidad

12 | LIMA, 23 de abril del 2010

A raíz de la sentencia hecha pública por el Tribunal Constitucional el pasado lunes 19 de abril, se ha abierto un debate en torno a qué bienes forman parte del legado de don José de la Riva-Agüero y Osma, y se ha puesto en duda la transparencia en la gestión administrativa de la Universidad. Carlos Fosca, vicerrector administrativo, y René Ortiz, secretario general de nuestra casa de estudios, aclaran ciertos puntos al respecto.

El Fundo Pando es el in-mueble de mayor va-lor que formó parte de la herencia de don José de la Riva-Agüe-

ro y Osma, pero no el único. A este se le suman algunos más, como el que se ubica en el Cen-tro de Lima, donde funciona el Instituto Riva-Agüero de la Uni-versidad, algunas fincas en Ba-rrios Altos y la casa de verano de Riva-Agüero en Chorrillos, donde actualmente funciona nuestra Escuela de Música. To-dos ellos conforman el patri-monio que poseía Riva-Agüero a la fecha de su fallecimiento, en 1944, cuando pasaron a po-sesión de la Universidad.

Desde ese año, sin embargo, el panorama es muy distinto: la Universidad ha incrementado sus bienes con edificios desti-nados al crecimiento del cam-pus universitario, un Centro Cultural, un Centro Empresa-rial en la Av. Camino Real, dos Centros de Idiomas (uno en San Isidro y el segundo, más reciente, en San Miguel), la Es-cuela de Negocios CENTRUM, el terreno de los Álamos adya-cente a este y el Centro Comer-cial Plaza San Miguel. Todos estos bienes, adquiridos por la Universidad con posterioridad a los mencionados en el testa-mento, están a su nombre en los Registros Públicos, pero no forman parte de la herencia en cuestión. Como señala el Dr. René Ortiz, secretario general de la Universidad y abogado

Por RosaRio YoRi

padRe dinTilhac. Escultura en la fachada de Plaza Francia. cenTRUm. Escuela de Negocios de la Católica.

en el cenTRo de lima. Instituto Riva-Agüero.casona de choRRillos. Local de la Escuela de Música de la Universidad.

ARChIvo PUCP

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Pontifi cia Universidad católica del Perú | 13

MÁS ALLÁ DE LAS GESTIONES INTERNAS QUE ESTABLECEN LOS GASTOS DE LA UNIVERSIDAD, CADA AÑO SE SOMETE A UNA AUDITORÍA INDEPENDIENTE EXTERNA, A CARGO DE CORPORACIONES INTERNACIONALES.

EN DEFENSA DE LA PUCP

de profesión, “estos no pueden considerarse como parte de la herencia, pues una herencia es el patrimonio existente y transferido al momento de fa-llecer”. Sobre el mismo punto agrega el Ing. Carlos Fosca, vi-cerrector administrativo de la Católica: “Todo lo que se ha construido aquí y las inversio-nes inmobiliarias son activida-des muy posteriores y no pue-den adjudicarse como bienes provenientes de la herencia de Riva-Agüero”.

De acuerdo a la posición que defiende la Universidad en es-te caso, si hay un punto que de-be dejarse claro es que, si bien hubo una herencia a favor de la Universidad, los bienes que esta posee actualmente son, en su gran mayoría, genera-dos por la propia institución gracias al trabajo de sus miem-bros, a préstamos adquiridos, a otras donaciones recibidas, etc.

DERECHO A GOBERNAR. En el 2007, se presentó ante el Poder Judicial una demanda interpuesta por Walter Muñoz Cho, miembro designado por el Arzobispado de Lima para conformar la Junta Adminis-tradora de los bienes hereda-dos por la Universidad. La cláu-sula que se refiere a una jun-ta administradora de carácter perpetuo sobre los bienes he-redados –conformada por el rector de la Universidad y un miembro designado por el Ar-zobispado– está contemplada en el segundo testamento de Riva-Agüero, que data del año 1938. La cláusula existe y no ne-

gamos su vigencia; sin embar-go, la Universidad sostiene que también está vigente el testa-mento anterior, que habla de un usufructo por 20 años. Así, la postura de la Universidad es clara: esta Junta Administrado-ra no tiene lugar en las gestio-nes universitarias actuales.

El Dr. Ortiz lo explica de ma-nera clara: “El testamento di-ce que la Universidad es here-dera: sí. Ser heredero significa convertirse en propietario: sí. El propietario puede vender, alquilar, hipotecar: sí. Si en es-te caso no puede funcionar así, entonces ahí hay un sinsenti-do: quien recibe una herencia no puede recibirla con las ma-nos atadas”.

Vale entonces preguntarse, si la Universidad ha sido de-signada como heredera por el mismo Riva-Agüero, ¿qué sig-nificaba dejar una junta admi-nistradora perpetua? ¿Qué pa-pel le corresponde? ¿Por qué el testante fue tan explícito en hablar de ella? El Dr. Ortiz con-tinúa: “El testamento estable-ce una serie de disposiciones testamentarias: unas que son legados y otras que son man-das. El legado es una decisión por la cual un bien en parti-cular es transferido a título de herencia a una persona; las mandas son encargos de me-nor cuantía que se tienen que cumplir con cargo al patrimo-nio material de herencia, pero que no lo afectan de manera significativa”.

En efecto, en su testamen-to, Riva-Agüero no dejó única-mente un legado económico,

sino una serie de disposiciones de carácter religioso (celebrar misas por su alma y las de sus familiares, cuidar el mauso-leo de su familia) y académico (publicar sus obras) que la Uni-versidad, como heredera, tiene el deber de cumplir. Son estas mandas las que la Universidad considera corresponden a la Junta Administradora. “Cree-mos que esas mandas que no tienen término son las que co-rresponde administrar a esta junta”, sostiene el secretario general.

MEMORIA. En el debate, se ha puesto énfasis las gestiones fi-nancieras de la Universidad e incluso algunos medios han insinuado que el rechazo a que esta junta participe en la admi-nistración de sus bienes devela

una especie de oscurantismo en el manejo de la Universidad. Los mecanismos administrati-vos y presupuestales a través de los cuales la Católica se rige son, sin embargo, ampliamente dis-cutidos y difundidos por las au-toridades de esta institución.

El presupuesto general de la Universidad se construye año a año. En primer lugar, toma en cuenta las necesidades de cada una de las unidades académi-cas y se elabora un presupues-to operativo; existe también el presupuesto de planillas y el de las unidades administrativas, que plantean sus necesidades en cuanto equipamiento e in-fraestructura. Todos estos son evaluados por una Comisión Central de Presupuesto, inte-grada por el rector, los vicerrec-tores, los directores académi-cos de planeamiento y de eco-nomía, el secretario general, el director de administración, un representante estudiantil fren-te a la Asamblea Universitaria y un profesor de la Asamblea. “El presupuesto se construye en base a los presupuestos de to-das las unidades académicas y administrativas de la Universi-dad”, subraya el Ing. Fosca.

Pero, más allá de las gestio-nes internas que establecen los gastos de la Universidad, esta se somete a una audito-ría independiente externa ca-da año. En efecto, las gestiones presupuestales y de finanzas realizadas por la Universidad son evaluadas por corporacio-nes internacionales. Es el caso de PricewaterhouseCoopers, empresa que realizó la última

auditoría, que evalúa los esta-dos financieros de la Univer-sidad al 31 de diciembre del 2008 y 2009.

“Hemos procurado ser muy transparentes en el uso de los recursos, y comunicar a las au-toridades académicas y repre-sentantes estudiantiles cómo se distribuye el presupuesto: qué porcentaje representa la planilla de profesores, de tra-bajadores, cuánto se invierte en la Universidad, etc.”, señala el Ing. Fosca. Precisamente con esta intención, la Universidad publica de manera anual una Memoria Universitaria, como resultado de todas las activida-des académicas y económicas realizadas en la institución. Es necesario resaltar que se trata de un documento público que se entrega a todos los miem-bros de la Asamblea Universi-taria, el Consejo Universitario y se hace una copia para cada unidad académica. “La rendi-ción de cuentas de la Univer-sidad se hace desde todos los ámbitos, desde las propias uni-dades académicas hasta el Rec-torado, en diversos espacios institucionales (Consejo Uni-versitario y Asamblea Univer-sitaria) y en diversos medios, como las memorias anuales y la página web de la Univer-sidad”, finaliza el vicerrector administrativo. ■

asamBlea UniVeRsiTaRia. Es el máximo órgano de gobierno de la Católica. La relación de miembros que la integran está en la página web institucional: www.pucp.edu.pe.

visita “La PUCP en cifras”:www.pucp.edu.pe

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YANINA PATRICIo

Page 14: En defensa de la PUCP

especial

Verdades y mentirasDesmentimos mitos y versiones inexactas que circulan en torno al conflicto que sostiene la Universidad con el Arzobispado de Lima.

14 | LIMA, 23 de abril del 2010

El fallo del Tribunal Consti-tucional implica que la Uni-versidad ha perdido el pro-ceso judicial que sigue con Walter Muñoz Cho.

FALSOEl tribunal ha declarado infun-dada la acción de amparo pre-sentada por nuestra casa de es-tudios, la cual planteaba la de-fensa de la autonomía universi-taria y de la propiedad absolu-ta de los bienes de la Católica. Este fallo no afecta ni elimina los dos procesos judiciales que sostienen la Universidad y el Arzobispado. Ambos se desa-rrollan actualmente.

El Tribunal Constitucional ha sentenciado sobre algo que no le compete.

VERDADEROEl Tribunal Constitucional debía definir si la Universi-dad debía ser protegida ante la amenaza de sus derechos constitucionales. Al pronun-ciarse, además, sobre temas que se discuten actualmente en tribunales ordinarios –y que no son de orden constitu-cional–, se ha excedido y ha

incurrido en una usurpación de funciones.

El fallo del Tribunal Consti-tucional conllevará que ha-ya una nueva administra-ción en la Católica.

FALSODel fallo emitido por el Tribu-nal Constitucional no se des-prende ningún mandato. Este únicamente debía resolver si existía una violación a los derechos constitucionales de la Universidad. De acuerdo al fallo del tribunal, no existe tal violación.

La Universidad Católica no quiere acatar la senten-cia emitida por el Tribunal Constitucional.

FALSOEl término “acatar” no es apro-piado, pues implica aceptar una orden, que en este caso no se ha dado. La Católica respeta el fallo del Tribunal Constitu-cional, pero considera que la sentencia emitida es arbitraria e inconstitucional.

No existen instancias inter-nacionales a las cuales pue-

da acudir la Universidad.

FALSODe acuerdo a la Constitución, el Código Procesal Constitu-cional y la Ley Orgánica del Tri-bunal Constitucional, se pue-de acudir a varias organizacio-nes. En este caso, corresponde acudir a la Corte Interamerica-na de Derechos Humanos, que cuenta con un procedimiento de acuerdo a los tratados sus-critos por el Perú.

Solo pueden acudir a la Cor-te Interamericana de Dere-chos Humanos personas na-turales.

FALSOLas personas jurídicas tam-bién pueden hacerlo. Por lo demás, la Universidad puede acudir a ella porque fue ins-crita por nuestro fundador, el padre Jorge Dintilhac, co-mo una asociación de perso-nas, en la que autoridades, docentes y alumnos somos asociados.

La denominación “pontifi-cia” de la Universidad es-tá relacionada con el testa-

mento dejado por don José de la Riva-Agüero.

FALSOUna cosa es la herencia recibi-da en 1944 y otra, el título de “pontificia” que recibió la Uni-versidad en 1942 de la Santa Sede mediante Decreto de la Sagrada Congregación de Se-minarios y Universidades.

El conflicto se produce por-que la Universidad ha perdi-do su identidad católica.

FALSOLa controversia con el Arzo-bispado es netamente legal. Esto no implica que haya al-gún conflicto con la Iglesia, que tiene varias tendencias.

El testamento establece la existencia de una Junta Ad-ministradora de los bienes de la herencia.

VERDADEROLa Universidad Católica re-conoce la existencia de la Junta Administradora y de las funciones específicas que le fueron encargadas en los testamentos de don José de la Riva-Agüero y Osma.

Es competencia de la junta administrar los bienes de la Universidad. FALSOEl testamento de 1933 indica que pasados veinte años desde la muerte del benefactor, la junta continuaría cumplien-do las mandas y encargos. Es-tos no tienen que ver con la administración de los bienes de la Católica. Al ser heredera, la Universidad se convierte en propietaria absoluta de ellos y a la junta no le corresponde administrarlos.

El testamento dice que en la junta hay un miembro de-signado por el arzobispo.

VERDADERODe acuerdo a los testamentos, el arzobispo nombra a uno de los miembros de la junta. Este no es su representante. La junta está conformada por el rector de la Universidad y por la persona designada por el arzobispo. En este caso, es-ta persona es el señor Muñoz Cho, quien es, además, el te-sorero del Arzobispado.

Cronología de los hechos

24/03/1917El R.P. Jorge Dintilhac y un grupo de laicos fun-dan la Universidad Católica del Perú.

03/12/1933Primer testamento de don José de la Riva-Agüero y Osma: instituye a la Universidad como heredera única y crea la junta que admi-nistraría la herencia por veinte años.

23/05/1935Codicilo testamentario: señala algunas facul-tades de la junta y su composición. No dice nada sobre la administración de la propiedad.

08/04/1937El R.P. Dintilhac inscribe a la Universidad en Registros Públicos como una asociación civil.

01/09/1938Segundo testamento: declara a la Universidad heredera absoluta.

09/12/1939Tercer testamento: hace legados menores a una serie de personas y establece otros encar-gos y mandas para la junta.

30/09/1942La Universidad Católica del Perú recibe el títu-lo de Pontificia por parte del papa Pío XII.

25/10/1944Muere don José de la Riva-Agüero y Osma.

08/05/1946El cardenal Juan Gualberto Guevara es el pri-

mero en asumir el cargo honorífico de Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

11/01/1947Se inscribe a la PUCP como usufructuaria de los bienes de la herencia. Se especifica que en 1964 recibirá la propiedad absoluta de los bienes.

07/07/1957Mediante un asiento en Registros Públicos se precisan las funciones de la junta mencionada en los testamentos.

05/08/1958Se registra a la PUCP como propietaria del Fundo Pando. Se define que la junta estará integrada por el rector y un miembro designa-do por el arzobispo de Lima.

25/10/1964Se cumplen veinte años de la muerte de Riva-Agüero y el plazo para que los bienes pasen a ser propiedad absoluta de la Pontificia Univer-sidad Católica del Perú. Formalmente, desde ese momento, la junta debe encargarse solo de los encargos y mandas estipulados en los testamentos.

07/06/1984La PUCP promulga nuevos estatutos, acordes con la Ley Universitaria vigente.

13/07/1994Los miembros de la junta (el rector Salomón Lerner y el Sr. Carlos Valderrama, miembro designado por el cardenal Luis Vargas Alza-mora) firman por unanimidad un acta en la que reconocen que la junta ya no tiene injeren-cia sobre la administración de la propiedad.

09/01/1999El cardenal Juan Luis Cipriani es elegido arzo-bispo de Lima.

24/03/1999 El cardenal es reconoci-do con el grado honorí-fico de Gran Canciller en la ceremonia de Apertu-ra del Año Académico. Solicita una oficina en la PUCP, pero esta no acep-ta el pedido: esa posibili-dad no está contemplada en sus estatutos. Ningún Gran Canciller había hecho una solicitud de este tipo antes.

Page 15: En defensa de la PUCP

especial FRANZ KRAJNIK

SANO JUICIO. La sentencia emitida por el Tribunal Constitucional no afecta ni anula los dos procesos judiciales que actualmente sostiene la Universidad.

Pontifi cia Universidad Católica del Perú | 15

EN DEFENSA DE LA PUCP

Si los bienes adquiridos des-pués de la muerte de Riva-Aguero fueron obtenidos gracias a las rentas de las propiedades de su herencia, estos también pueden ser supervisados por la Junta Administradora.

FALSOLos bienes adquiridos por la Universidad con posteriori-dad a la herencia de don José de la Riva-Agüero y Osma son producto del trabajo constan-te de la comunidad universi-taria, integrada por profeso-res, estudiantes, egresados y

personal administrativo, y de otras donaciones. Los bienes de la herencia en mención son únicamente los que exis-tían al momento del falleci-miento del benefactor.

Al rechazar la Junta Admi-nistradora, la Universidad rechaza la participación de la Iglesia en su dirigencia.

FALSOEl cardenal es el Gran Canci-ller de nuestra Universidad, y hay lugar para cinco obispos designados por la Conferen-cia Episcopal en la Asamblea

Universitaria, la más alta ins-tancia de gobierno de la Uni-versidad.

El Tribunal Constitucional no puede pronunciarse so-bre testamentos.

VERDADEROInterpretar testamentos com-pete a la justicia ordinaria y no al Tribunal Constitucio-nal. A este último le corres-ponde regular asuntos consti-tucionales.

El único testamento válido es el último dejado por don

José de la Riva-Agüero y Osma.

FALSOSi hay diversos testamentos, se interpreta de forma com-plementaria sus disposicio-nes. Únicamente cuando un testamento dice algo y el otro dispone lo contrario, prevale-ce el último. En el caso de los testamentos de Riva-Agüero, no hay oposición.

La Universidad Católica es-tá azuzando a sus estudian-tes en contra del Arzobispa-do de Lima.

FALSOLa Universidad cumple con informar a la comunidad uni-versitaria y a la opinión públi-ca sobre los distintos procesos judiciales. No les ha pedido a los alumnos salir a protestar. En ese sentido, se respeta la opinión de los alumnos, do-centes, personal administra-tivo y egresados.

La Universidad se resiste a rendir cuentas sobre el uso de los recursos.

FALSOEl presupuesto anual de la Universidad es aprobado en el Consejo Universitario, com-puesto por representantes de la comunidad universitaria. Asimismo, el rector presenta la Memoria Anual a la Asam-blea Universitaria y cada año la Universidad se somete a una auditoría internacional a cargo de instituciones in-ternacionales serias. Actual-mente, nuestra auditora es PricewaterhouseCoopers.

El fallo del Tribunal Consti-tucional implica un cambio inmediato en la Universi-dad.

FALSODe esta sentencia no se des-prende ningún mandato que vaya a cambiar la vida acadé-mica de la Universidad.

11/04/2003El cardenal es invitado a inaugurar el año aca-démico en su calidad de Gran Canciller. Los representantes estudiantiles se retiran de la sala por su desacuerdo con él. Fue su última visita a la PUCP.

06/07/2004El Ing. Luis Guzmán Barrón es elegido rector de la PUCP. La Universidad presenta la solici-tud de reconocimiento del rector elegido, que debió ser enviada a la Santa Sede por el car-denal.

25/09/2006El Sr. Walter Muñoz Cho es designado miem-bro de la junta por el cardenal Juan Luis Cipriani en reemplazo de Javier Valle Riestra.

15/10/2006El cardenal Juan Luis Cipriani exige que el rec-tor de nuestra casa de estudios rinda cuentas a la Junta Administradora.

24/10/2006El rector, Ing. Luis Guzmán Barrón Sobrevilla, responde al arzobispo reafirmando la posición de la PUCP respecto de las atribuciones de la junta.

15/02/2007El Sr. Walter Muñoz Cho comunica exigencias indebidas al rector.

01/03/2007El Sr. Walter Muñoz Cho vuelve a comunicar exigencias indebidas al rector y agrega nue-vas peticiones.

06/03/2007La PUCP inicia una acción de amparo al ver amenazados sus derechos constitucionales a la propiedad, a la autonomía y al respeto de los acuerdos.

22/03/2007El cardenal Juan Luis Cipriani no celebra la misa por los 90 años de la Universidad.

22/10/2007Se declara improcedente la acción de amparo de la Católica en primera instancia.

21/11/2007El cardenal Juan Luis Cipriani niega el uso del atrio de la Catedral para la realización del auto sacramental La vida es sueño. Este se lleva a cabo en el atrio de San Francisco.

09/05/2008Walter Muñoz Cho demanda a la Católica en el 1er. Juzgado Civil. Se inicia así un proceso distinto a la acción de amparo.

16/06/2008El rector de la Universidad demanda al Sr. Muñoz Cho también en el fuero civil.

07/07/2008La demanda del rector es admitida en el fuero civil.

18/11/2008La Católica obtiene tres votos favorables a uno de los puntos de su demanda de amparo.

03/03/2009Tras varias correcciones, la demanda del Sr.

Walter Muñoz Cho es admitida en el fuero civil.

24/04/2009Se declara improcedente la acción de amparo de la PUCP en segunda instancia y se desco-noce que, con los votos de los vocales, ya había una sentencia a favor de la Universidad.

13/05/2009La Católica acude al Tribunal Constitucional para que enmiende los errores cometidos por la sala de segunda instancia que vio la acción de amparo.

19/04/2010El Tribunal Constitucional hace pública una insólita sentencia y declara infundada la acción de amparo presentada por la PUCP.

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16 | LIMA, 23 de abril del 2010

especial EN DEFENSA DE LA PUCP

El Consejo Universitario, reunido en sesión ordinaria, ante la sentencia expedida por el Tribunal Constitucional, se dirige a la opinión pública para expresar:

1. Su compromiso con un modelo democrático de universidad conducida por su comuni-dad universitaria y con una enseñanza e investigación de calidad vinculada solo a las exi-gencias académicas de la propia disciplina.

2. Su opción por una universidad que, desde su identidad católica, practica la libertad de pensamiento y la búsqueda incesante de la verdad, sin imposiciones de ningún tipo, so-bre la base del respeto irrestricto a la dignidad de la persona humana.

3. Su voluntad de seguir contribuyendo a la formación integral de la persona y al desarrollo del país, con sentido ético y responsabilidad social.

4. Su convicción en la justicia que sustenta la demanda de la Universidad para que se respe-te la autonomía universitaria y el derecho a la propiedad, de conformidad con la Consti-tución, las leyes de la República y el Estatuto de la Universidad.

5. Su respaldo pleno a la actuación del rector en defensa de la Universidad, con mayor ra-zón, luego de hacerse pública la injusta sentencia.

Lima, 21 de abril del 2010

EL SECRETARIO GENERAL

Autonomía universitaria

Estudiante de la Facultad de DerechoPresidente de la Mesa Directiva de la Federación de Estudiantes

Ex rector de la Universidad Nacional de Ingeniería y ex ministro de Educación

Ex rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y vicerrector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

Ex rector de la Universidad Peruana Cayetano Heredia

Estudiante de Ciencias SocialesRepresentante ante la Asamblea Universitaria y el Consejo Universitario

“Existen antecedentes que nos dan malas señales respecto al arzobispo, como su actuación pública respecto a los derechos humanos y la democracia. Jamás ha enviado representantes a las sesiones de consejo ni a la Asam-blea Universitaria, y de repente tenemos que creer que se intere-sa por la correcta administración de los bienes. A esto se suma la decisión del nuevo capellán, designado por él, de impedir que varios sacerdotes que enseñan en nuestra Universidad sigan dando misa”.

“Algunos separan la adminis-tración de los bienes de la cues-tión académica, pero la gestión académica va a acompañada de la económica en una institución así; no puede haber un divorcio. Un agente extraño a la comuni-dad universitaria sería pertur-bador para la vida institucional. La Católica es una de las mejores instituciones universitarias del país y quizá de América Latina, y este tipo de cuestiones tienden a perturbar su futuro. Ojalá esto se solucione lo más pronto a favor de la idea de la universidad, una entidad autónoma nacida en el siglo XIII y que no puede sufrir de injerencias extrañas a ella”.

“Parecería que el Tribunal Cons-titucional va más allá de sus fue-ros constitucionales, entra en el terreno de lo que es el Poder Judicial. Yo diría que hay una mano negra, probablemente”. (Fuente: ideeleradio.pe)

“Rechazamos tajantemente la sentencia del Tribunal Constitucional por ser una sentencia incongruente y atentatoria de los derechos fundamentales que pretendía proteger nuestra casa de estudios en un proceso que, justamente, sirve para dar una tutela de urgencia a los derechos que se alegaron”. (Ver el pronunciamiento completo en www.cefede.org)

“Me preocupa sobremanera la situación determinada por el Tribunal Constitucional. Tengo la convicción de que la autonomía universitaria plenamente ejercida debe evidenciarse en la libertad de la universi-dad para administrar sus recursos y ver sus aspectos académicos. La intromisión que se pretende me parece hasta anacrónica. Creo que sería un enorme desatino intervenir en su administración. Además, sentaría un precedente funesto. Que reciban las autoridades de la Católica mi respaldo y solidaridad”.

“Independientemente del aspecto legal de la controversia, conside-ramos que la intención real del arzobispo Juan Luis Cipriani es uti-lizar a la Católica para la difusión del pensamiento fundamentalista e intolerante que ha venido manifestando públicamente. Nuestra Universidad se caracteriza por su espíritu democrático y compro-miso con la sociedad”. (Ver el pronunciamiento completo en www.fepuc.blogspot.com)

“Como universidad, nos rige el estatuto y tenemos una asam-blea, donde los estudiantes estamos representados y ele-gimos democráticamente a la mayoría de autoridades. Tene-mos un modelo por el cual nos autogobernamos. Hemos tenido y tenemos desacuerdos con las autoridades, pero las resolve-mos nosotros, porque todos estamos trabajando por un mis-mo modelo de universidad, en el cual se admitan todas las ideas y planteamientos. Como estudian-te, creo que todos debemos estar unidos respecto a esta causa, porque están atacando nuestra casa de estudios”.

Renato Constantino

Javier Sota Nadal

Manuel Burga Díaz

Mesa Directiva del Centro Federado de Derecho de la PUCP (Cefede)

Roger Guerra García

Mesa Directiva de la Federación de Estudiantes de la PUCP (FEPUC)

María Lucía Machuca

www.pucp.edu.pe/endefensadelapucp

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