En La Ceiba Banco Atlántida celebra 100 años con … · más de la historia del Banco Atlántida...

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Emplea- dos de San Pedro Sula vis- tieron a la usanza de los años entre 1931 al 1950. 25 em- pleados del banco en La Ceiba, desfilaron lucien- do los trajes de los años veinte y treinta. 104 La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013 B anco Atlántida cumplió ayer cien años. Una efe- méride que fue festejada por todo lo alto por los ejecutivos, funcionarios y empleados de la entidad bancaria más sólida del país. La histórica fecha fue propicia para citar a centenares de invitados especiales de todo el país y miembros de la prensa en la ciudad de La Ceiba, en la agencia La Aduana donde abrió sus puertas por primera vez aquella mañana del 10 de febrero de 1913. Así, la novia de Honduras se vistió de fiesta para celebrar con gran algara- bía la grata y significativa ocasión. Uno a uno los invitados fueron llegando, pa- sando primero por fuertes dispositivos de seguridad que al final garantizaron la tranquilidad de quienes participaron en el evento. Cuando el reloj marcaba las 10:00 de la mañana, la alegría de la música de banda inundó las calles de la ciudad, aledañas a la sucursal La Aduana de la institución financiera, comenzando así un solemne y vistoso desfile encabezado por la Escolta de Banderas de la Fuerza Naval de Honduras, con sede en La Ceiba, quienes portaban con honor la Bandera Nacional, así como algunos estandartes nacionales y del Banco Atlántida. Más de 50 cadetes deleita- ron a los presentes con su marcha y desplazamiento militar, como símbolo de la gallardía patria, representativa del Litoral Atlántico. Luego apareció en escena la banda marcial del Instituto Bethel, considera- da orgullo de La Ceiba y de Honduras, al ser reconocida como una de las mejo- res en su estilo a nivel centroamericano. Durante el evento se informó que esta comparsa ha trascendido las fronteras patrias con presentaciones admiradas y premiadas tanto en los países del istmo, como en los Estados Unidos de América. En La Ceiba Donde hace una centuria abrió sus puertas se celebró la importante efeméride Inició sus operaciones el 10 de febrero de 1913 y hoy es el de mayor prestigio y solidez LA MEJOR FORMA DE CONTAR SU HISTORIA Mientras los presentes, ubicados estratégicamente en diferentes estrados y los alrededores de las calles, frente a la sucursal bancaria aplaudían la mag- nífica presentación de la orquesta del mencionado centro de educación me- dia, una gigantesca y colorida carroza continuaba el desfile. Sin duda alguna unos de los principales atractivos de esta denominada “Carroza Centenaria”, fue la presencia de modelos y actores vestidos a la usanza de 1913, año en que fue fundada la importante institu- ción financiera, justo en la cuidad sede del festejo. A partir de ese momento, los orga- nizadores del evento, comenzaron a cumplir a la perfección con su objetivo de transportar a los presentes a través de la centuria de existencia del Banco Atlántida, mostrando de esta forma el camino recorrido. Lo hicieron de la mejor manera, al contar la historia evocando ese estilo de vida, la moda y las costumbres de los hondureños a través de cada década, pero enfatizando en la solidez e inte- gridad que definen al Banco Atlántida, convirtiéndolo hoy por hoy, en la pri- mera opción de todos los hondureños para realizar sus servicios financieros y la mejor alternativa para todos los extranjeros que deseen hacer negocios en Honduras. Pirotecnias, serpentinas y confeti formaron parte de la novedosa estructu- ra rodante que tanto gustó a los asisten- tes a la inigualable celebración. GRAN DESFILE DE MODA CENTENARIA Y es que verdaderamente la institu- ción financiera tiró la casa por la ven- tana en su cien aniversario, agasajo en que fueron protagonistas del desfile los empleados. Ellos mostraron con orgullo los 75 trajes de época, ganadores en las fiestas navideñas de las tres principales ciudades del país (Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba), atuendos que fueron apreciados en el llamado por los organizadores “Gran Desfile de Moda Centenaria”. La pasarela inició con un grupo de 25 empleados de La Ceiba, luciendo vestuarios representativos de 1913 a 1930, mostrando así los atuendos que usaban los primeros clientes del banco. Luego, la ciudad industrial, San Pedro Sula, presentó las formidables vestimentas que se usaban entre 1931 y 1950, los 25 diseños que evocaban aquellas décadas de gloria de la alta costura, fueron aplaudidos por los presentes. El desfile de moda cerró con la par- ticipación de un grupo de empleados, que en representación de Tegucigalpa, enseñaron los diseños que se llevaban entre 1951 y 1980, testificando así la historia que en ese momento se contaba. Esta parte de la pasarela fue encabezada Banco Atlántida celebra 100 años con solemne y vistoso desfile Banco Atlántida, agencia La Aduana, la primera sucursal de la entidad bancaria, que abrió sus puertas por primera vez el 10 de febrero de 1913, cuando las instalaciones eran una casa de made- ra de dos plantas. Ayer se reinauguró, ya que durante estos años se le hicieron cambios, pero manteniendo su estilo original. La Carroza Centenaria que mostraba la fotografía de la pintura que hizo el artista plástico hondureño Roque Zelaya, en conmemoración de los 100 años del Banco Atlántida. A los colaboradores del banco, capitalinos, les tocó lucir trajes de la época del 51 al 80, en- tre ellos algunos llevaban vestimentas similares a las de Los Beatles y Marilyn Monroe.

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Emplea-dos de

San Pedro Sula vis-

tieron a la usanza de

los años entre 1931

al 1950.

25 em-pleados del banco en La Ceiba, desfi laron lucien-do los trajes de los años veinte y treinta.

104 La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

Banco Atlántida cumplió ayer cien años. Una efe-méride que fue festejada por todo lo alto por los

ejecutivos, funcionarios y empleados de la entidad bancaria más sólida del país. La histórica fecha fue propicia para citar a centenares de invitados especiales de todo el país y miembros de la prensa en la ciudad de La Ceiba, en la agencia La Aduana donde abrió sus puertas por primera vez aquella mañana del 10 de febrero de 1913.

Así, la novia de Honduras se vistió de fi esta para celebrar con gran algara-bía la grata y signifi cativa ocasión. Uno a uno los invitados fueron llegando, pa-sando primero por fuertes dispositivos de seguridad que al fi nal garantizaron la tranquilidad de quienes participaron en el evento.

Cuando el reloj marcaba las 10:00 de la mañana, la alegría de la música de banda inundó las calles de la ciudad, aledañas a la sucursal La Aduana de la institución fi nanciera, comenzando así un solemne y vistoso desfi le encabezado por la Escolta de Banderas de la Fuerza Naval de Honduras, con sede en La Ceiba, quienes portaban con honor la Bandera Nacional, así como algunos estandartes nacionales y del Banco Atlántida. Más de 50 cadetes deleita-ron a los presentes con su marcha y desplazamiento militar, como símbolo de la gallardía patria, representativa del Litoral Atlántico.

Luego apareció en escena la banda marcial del Instituto Bethel, considera-da orgullo de La Ceiba y de Honduras, al ser reconocida como una de las mejo-res en su estilo a nivel centroamericano. Durante el evento se informó que esta comparsa ha trascendido las fronteras patrias con presentaciones admiradas y premiadas tanto en los países del istmo, como en los Estados Unidos de América.

En La Ceiba

Donde hace una centuria abrió sus

puertas se celebró la importante efeméride

Inició sus operaciones el 10

de febrero de 1913 y hoy es el de mayor prestigio y solidez

LA MEJOR FORMA DE CONTAR SU HISTORIAMientras los presentes, ubicados

estratégicamente en diferentes estrados y los alrededores de las calles, frente a la sucursal bancaria aplaudían la mag-nífi ca presentación de la orquesta del mencionado centro de educación me-dia, una gigantesca y colorida carroza continuaba el desfi le. Sin duda alguna unos de los principales atractivos de esta denominada “Carroza Centenaria”, fue la presencia de modelos y actores vestidos a la usanza de 1913, año en que fue fundada la importante institu-ción fi nanciera, justo en la cuidad sede del festejo.

A partir de ese momento, los orga-nizadores del evento, comenzaron a cumplir a la perfección con su objetivo de transportar a los presentes a través de la centuria de existencia del Banco Atlántida, mostrando de esta forma el camino recorrido.

Lo hicieron de la mejor manera, al contar la historia evocando ese estilo de vida, la moda y las costumbres de los hondureños a través de cada década,

pero enfatizando en la solidez e inte-gridad que defi nen al Banco Atlántida, convirtiéndolo hoy por hoy, en la pri-mera opción de todos los hondureños para realizar sus servicios fi nancieros y la mejor alternativa para todos los extranjeros que deseen hacer negocios en Honduras.

Pirotecnias, serpentinas y confeti formaron parte de la novedosa estructu-ra rodante que tanto gustó a los asisten-tes a la inigualable celebración.

GRAN DESFILE DE MODA CENTENARIA

Y es que verdaderamente la institu-ción fi nanciera tiró la casa por la ven-tana en su cien aniversario, agasajo en que fueron protagonistas del desfi le los empleados. Ellos mostraron con orgullo los 75 trajes de época, ganadores en las fi estas navideñas de las tres principales ciudades del país (Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba), atuendos que fueron apreciados en el llamado por los organizadores “Gran Desfi le de Moda Centenaria”.

La pasarela inició con un grupo de 25 empleados de La Ceiba, luciendo vestuarios representativos de 1913 a 1930, mostrando así los atuendos que usaban los primeros clientes del banco.

Luego, la ciudad industrial, San Pedro Sula, presentó las formidables vestimentas que se usaban entre 1931 y 1950, los 25 diseños que evocaban aquellas décadas de gloria de la alta costura, fueron aplaudidos por los presentes.

El desfi le de moda cerró con la par-ticipación de un grupo de empleados, que en representación de Tegucigalpa, enseñaron los diseños que se llevaban entre 1951 y 1980, testifi cando así la historia que en ese momento se contaba. Esta parte de la pasarela fue encabezada

Banco Atlántida celebra 100 años con solemne y vistoso desfi le

Banco Atlántida, agencia La Aduana, la primera sucursal de la entidad bancaria, que abrió sus puertas por primera vez el 10 de febrero de 1913, cuando las instalaciones eran una casa de made-ra de dos plantas. Ayer se reinauguró, ya que durante estos años se le hicieron cambios, pero manteniendo su estilo original.

La Carroza Centenaria que mostraba la fotografía de la pintura que hizo el artista plástico hondureño Roque Zelaya, en conmemoración de los 100 años del Banco Atlántida.

A los colaboradores del banco, capitalinos, les tocó lucir trajes de la época del 51 al 80, en-tre ellos algunos llevaban vestimentas similares a las de Los Beatles y Marilyn Monroe.

105La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

Entre las actividades conmemorati-vas se celebró un acto no menos signi-fi cativo que los ya realizados durante la mañana de ayer domingo. Se trata del depósito bajo tierra, justo en una esquina de la agencia La Aduana, frente a la entrada principal, de una cápsula bancaria que contiene documentación de la magna celebración y que será des-enterrada en un acto especial, cuando se cumplan 125 años de fundación de la importante institución fi nanciera.

La cápsula es un recipiente hermé-tico, similar a los depósitos deslizables que se suelen utilizar en los autobancos para trasladar documentos y dinero a los cajeros. Es transparente y con las tapas en color dorado. Este fue creado con el fi n de guardar mensajes que contarán a las generaciones futuras la historia escrita por el Banco Atlántida, durante estos cien años.

MI NOVIA CEIBALos asistentes se deleitaron al es-

cuchar a Moisés Canelo interpretar las melodías “Mi novia Ceiba” y “Noche de luna en La Ceiba”.

Un recorrido por la historiaLos presentes siguieron conociendo

más de la historia del Banco Atlántida y de Honduras misma, al recorrer las instalaciones del recién inaugurado edifi cio, donde los empleados y actores, representaron a los cajeros y clientes de la época, en que inició operaciones el banco, cuando la agencia La Aduana era una casa de madera de dos plantas, localizada ahí mismo, donde hoy se encuentra la ofi cina principal de La Ceiba.

El magno evento fi nalizó con un convivio amenizado por el Grupo Mu-sical Época, de La Ceiba.

SU FUNDACIÓNEL Banco Atlántida, S.A. fue funda-

do en 1913 en la ciudad de La Ceiba, departamento de Atlántida. Fue el primer emisor de papel moneda del país, autorizado mediante firma del Ministerio de Hacienda, antes que el Banco Central de Honduras fuese fun-dado en 1950.

ACTUALIDADActualmente es la empresa insigne

del Grupo Financiero más grande de Honduras “El Grupo Atlántida”, que ha venido creciendo y fortaleciéndose muy notablemente.

Su liderazgo está consolidado en la penetración de mercado que logra su insuperable red de 183 agencias, más de 300 Agentes Atlántida, 25 autobancos y su conexión a más de 500 ATM, siendo la única institución bancaria con presen-cia en los 18 departamentos del país.

LA CÁPSULA DEL TIEMPO

por cuatro jóvenes músicos que hicieron recordar a Los Beatles; una coqueta chic de blanco, con un vestido halter de falda campana y sendo escote, un lunar sobre el labio y cabello rubio, imitando a mítica Marilyn Monroe.

El cierre de la pasarela estuvo a cargo de la banda musical del Instituto Brassavola, que ejecutó bellas melo-días, quienes con sus alegres notas se sumaron a la celebración.

ENTRADA DE LA BANDERA NACIONALAl llegar a la culminación del des-

fi le, justo en la esquina de la remozada agencia que inició con la historia del banco, se procedió a izar la Bandera Nacional, “símbolo patrio que nos ha inspirado respeto y amor a nuestro terru-ño durante cien años”, dijo el maestro de ceremonia.

Mientras el Pabellón Nacional era elevado al cielo, el cantante hondureño, Moisés Canelo, entonaba las notas del Himno Nacional, acompañado por los presentes, entre quienes fi guraban, em-presarios, clientes del banco y amigos

de la junta directiva de la institución.

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE EJECUTIVO

Luego el presidente ejecutivo del Banco Atlántida, Guillermo Bueso An-duray, se dirigió a la concurrencia con un emotivo discurso, propio para cele-brar tan importante fecha. En su inter-vención, Bueso dijo que “el fenómeno de la globalización y la pérdida relativa de soberanía nacional, no la anticiparon los fundadores que en 1913, que vieron los vacíos y los espacios libres para lograr los objetivos de sus visiones patrióticas. Nosotros, enfrentados al mundo de hoy, podemos movernos y sortear las vías congestionadas, con un poco de talento, buena voluntad e integración del sector público, con el ejercicio de la libertad empresarial y económica. Transcurridos cien años desde que los fundadores crearon el banco, conservamos confi anza en el futuro”.

Nosotros en el Banco Atlántida, fi eles herederos de los fundadores y de quienes les sucedieron, tenemos una

clara visión de lo que buscamos para ennoblecer a los hondureños y para prestigiar y consolidar a Honduras. Así como también sabemos cuáles son sus responsabilidades; y qué es lo que requerimos de la sociedad y de nuestros clientes y amigos para lograrlo. Al fi n y al cabo, estos cien años no se habrían logrado sin el respaldo de la sociedad, la confi anza del capitalismo local e in-ternacional y el apoyo legítimo, franco y decidido de las autoridades nacionales, municipales y comunitarias.

Hay que pensar en los próximos cien años. Al igual que los fundadores, la mañana del 10 de enero de 1913 cuando estamparon sus fi rmas en el acta funda-cional del Banco Atlántida, nosotros en este acto conmemorativo, empeñamos nuestra palabra y nuestro honor, para que los próximos cien años, sean cele-brados por las nuevas generaciones que nos sucedan, con mayor júbilo y orgullo que el que nos embarga este momento en que sentimos el placer de la obra realizada y el orgullo de haber servido a Honduras, a su pueblo y a sus empre-sarios con lo mejor de nuestro talento e

La escolta de banderas de la Fuerza Naval de Honduras, con sede en La Ceiba, inició el evento.

La banda del instituto Bethel, considerada una de las más reconocidas de Centroamérica, tuvo una destacada participación en el evento.

El pastel era una réplica en dulce de las instalaciones de la principal sucursal de La Ceiba.

Interior de las novedosas instalaciones de la reinaugurada agencia.

imaginación creadora. Solo requerimos el apoyo de nuestros clientes, la confi an-za de los inversionistas y la dedicación de los funcionarios públicos en la defensa de lo que es nuestro, dentro de los parámetros que permite el diálogo de la globalización, de modo que podamos permitirnos tratamientos diferenciados y reglas más ajustadas a las realidades de nuestro desarrollo.

REINAUGURACIÓN DE LA AGENCIA LA ADUANAFue el mismo presidente ejecutivo,

de centenaria entidad bancaria, junto a Alice Goldstein, esposa del presidente de la junta directiva del banco, Gilberto Goldstein y Gustavo Oviedo, director residente y encargado de la organiza-ción del festejo, quienes se encargaron de reinaugurar las remozadas instala-ciones del edifi cio, que en su interior guarda el recuerdo y estilo original de la pionera agencia La Aduana, patri-monio y símbolo de un centenario en que silente ha visto llegar a los miles de clientes a quienes el banco ha hecho realidad sus sueños.

El director residente de Banco At-lántida y encargado de la celebración del centenario, Gustavo Oviedo, al momento de enterrar la cápsula, con información importante sobre el festejo.

106 La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

Guillermo Bueso Anduray, presidente ejecutivo de Banco Atlántida, pronun-ció ayer en la celebración

de la institución fi nanciera que él dirige, un sustancial discurso, el cual reprodu-cimos a continuación.

Hace cien años, que se cumplen hoy, un grupo de accionistas fundadores del Banco Atlántida tuvieron una clara y precisa visión del futuro. Crearon una institución para atender los requerimien-tos de crédito de los empresarios, locales y extranjeros, sabedores que no puede haber desarrollo económico, actividad empresarial sin circulación monetaria, facilidades crediticias y sin resguardo de la riqueza. Asimismo, sin empresas especializadas, en su guarda, custodia y en la entrega cuando las urgencias del mercado así lo plantean. Ellos apostaron al crecimiento del país, al aumento de las actividades empresariales al desarrollo de un capitalismo incipiente; pero con posibilidades que ahora, cien años después, confi rman que su visión era correcta y sus expectativas incluso, han sido superadas por la realidad.

Poco se puede lograr sin una visión clara de lo que se busca. Y la visión no es un ejercicio utópico, necesario en otras actividades de la vida; pero de cuidado, de mucho cuidado, cuando se trata de las severas reglas de la economía. La visión es una clara expresión del balance de la realidad y de su comportamiento en un tramo más o menos representativo del futuro. Para 1913, la industria del banano estaba consolidada, la movili-zación de la población hacia los polos de desarrollo de la costa norte estaba establecida, las ciudades estaban cre-ciendo y tomando forma; y el gobierno dirigido por Manuel Bonilla, que moría desafortunadamente un mes después, estaba interesado en la potenciación del capital extranjero, en la movili-zación de los capitalistas hondureños para que asumieran la posibilidad de integrarse a la oferta que era requerida por una demanda en franco proceso de expansión, provocado por la acción productiva del esfuerzo de una pujante y exitosa industria agrícola concentrada en el banano. Los tumultos armados que habían producido la caída de Miguel R. Dávila y el exilio pactado de Policarpo Bonilla en los Estados Unidos creaban un modelo de estabilidad que en muy pocas ocasiones se había visto antes. Esta valoración resulta tan precisa, que durante los años venideros, los funda-dores verían cómo las exportaciones del banano hondureño logran el primer lugar en el mundo y se viera el inicio de numerosos emprendimientos en casas comerciales y pequeña industria, hecho que desafortunadamente no se ha vuelto a repetir, posiblemente a falta de las condiciones necesarias para impulsar la inversión como las hubieran en 1913.

Un banco -y especialmente al mo-mento de su creación y consolidación- es mucho más que una simple operación in-dividual destinada a obtener ganancias. Un banco comercial e industrial, como

Guillermo Bueso Anduray:

“El país no está quebrado, ni los hondureños estamos derrotados o condenados por los siglos de los siglos”

Nuestro banco continuará ejerciendo cuanta defensa pueda de la economía nacional, y permanecerá

a la vanguardia de su desarrollo

Se debe colocar los objetivos nacionales por encima de los apetitos personales

Tenemos una clara visión de lo que buscamos para

ennoblecer a los hondureños, prestigiar y consolidar a Honduras

fue la concepción que los fundadores del Banco Atlántida tuvieron en mente, solo puede tener éxito si sus clientes logran triunfar en sus metas, ideas y propósitos. Tiene, entonces, una función social, íntimamente ligada con la confianza del público y la proposición que esa confi anza le sea devuelta al mismo. Un banco se crea para servir de apoyo, de fuerza complementaria a los esfuerzos que hacen los nacionales y extranjeros, para lograr resultados que se reditúen en benefi cios al país. No solo es cosa de procurar utilidades, sino que se diseña una operación en que la misión principal es el apoyo válido a los capitalistas que arriesgan sus recursos, van tras objetivos en los cuales el banco, quiere participar y compartir. El éxito de la institución fi nanciera más que suyo, es un éxito de sus clientes, en nuestro caso particular, el triunfo de sus amigos.

Es por ello que una institución fi nan-ciera, útil para el país, no puede lograr sus finalidades, sino tiene una clara visión complementaria de los esfuerzos económicos que hacen los restantes miembros o agentes económicos de la sociedad económica que se trate. Es de esta visión, clara y precisa, en donde el Banco Atlántida construye sus bases y desarrolla sus raíces para confi rmar cien años después, que su futuro siempre ha estado unido al futuro de Honduras y a la felicidad y bienestar de su pueblo.

Ahora a nuestra generación le toca continuar con esta visión, procurada y enaltecida por D´Antoni, Lloveras, Mendoza, Vinelli, Bueso y nuestro actual presidente de la junta direc-tiva, Gilberto Goldstein, quienes al igual que los fundadores tu-vieron esto muy claro, mostrando dedicación, en cuerpo y alma, a lograrla y establecerla. Ahora nos toca aprovechar las oportunidades que tiene el país, animando a los empresarios locales y extranjeros para que corramos juntos la aventura de la inversión en la que buscamos, juntos la utilidad

y a la ganancia sin la cual como decía Adán Smith, “que nadie se mueva de su casa”, que podamos crear empleo.

A que los que hablan en nombre de Honduras participar en el diálogo con los agentes externos y asumir la con-dición del mismo, pasando de agentes interlocutores cálidos y lograr mejores acuerdos que los que hemos conseguido hasta ahora.

El fenómeno de la globalización y la pérdida relativa de soberanía nacio-nal, no la anticiparon los fundadores que en 1913, que vieron los vacíos y los espacios libres para lograr los objetivos de sus visiones patrióticas. Nosotros, enfrentados al mundo de hoy, podemos movernos y sortear las vías congestionadas, con un poco de talento, buena voluntad e integración del sector público, con el ejercicio de la libertad empresarial y económica.

Transcurridos cien años desde que los fundadores crearon el banco, con-servamos confi anza en el futuro.

Apartando el tema fi scal, debemos reconocer que el país no está quebrado, ni amenazado por la quiebra. Ni los hondureños estamos derrotados o con-denados por los siglos de los siglos. Para demostrar nuestra fuerza y capacidad, ponemos como ejemplo que dentro de la crisis mundial y nacional, incluso, no hemos dejado de crecer. Y aunque la mo-ralidad no ha sentado sus reales, segui-

mos avanzando. Lo que hace falta es mejorar

la visión de conjunto, diferenciar lo que es principal de lo ac-cesorio, esclarecer lo que es discutible y precisar lo que es negociable -ni en términos internos y mucho menos con agentes externos- para de este modo

d a r l e

una personalidad al país y comprometer a sus líderes para que entiendan que las reglas económicas, las exigencias de la globalización obligan al político.

Debemos reconocer que el derecho debe estar al servicio de la ciudadanía bajo los preceptos que requiere el de-sarrollo. Contamos con una población de calidad tal para que con un pequeño impulso, mejoremos su capacidad de compra y ampliemos su imaginación para que siga como hasta ahora, imagi-nando soluciones, inventando creativas oportunidades y aplicando su capacidad de compra y ampliemos su imaginación para que siga como hasta ahora, imagi-nando soluciones, inventando creativas oportunidades, todo esto habiéndolo atestiguado en nuestra institución. Tenemos acceso a los mercados esta-dounidenses con relativa facilidad, las facilidades portuarias son mejorables en el mediano plazo; y hacia el sur, contamos con los mercados de países vecinos como una vista no tan lejana al continente asiático, que pareciera que el Creador nos hubiera ubicado de forma ponderada para hacer factible nuestro bienestar. Requerimos volver al desa-rrollo agrícola, volvernos productores efi cientes de alimentos y oferentes de productos de cada día mayor valor agregado, para atender una demanda creciente que nosotros por excelencia podemos satisfacer.

Por supuesto hace falta que noso-tros como hondureños tengamos más confi anza en el futuro. Y por supuesto en nosotros mismos. Así como lo hi-cieron los que fundaron hace cien años al Banco Atlántida, nuestra generación debe tener y aumentar su confi anza en el futuro hondureño.

Aunque la confianza es un acto voluntario, se fortalece con la conducta respetuosa del otro, con el cumplimiento de la ley por parte de las autoridades y con la sacrifi cada disposición de colocar los objetivos nacionales por encima de los apetitos personales.

La confi anza es el fi n. Para lograrla requerimos desarrollar una cultura hacia el éxito, perder el miedo a nuestra indi-vidualización y singularidad, entender

que debemos consolidar las empresas económicas constituidas, celebrar

el éxito ajeno para estimularnos a seguir el ejemplo, ampliar la

creatividad nacional y construir desde los éxitos logrados, el

sentimiento que los hon-dureños tenemos algo

que aportar a la co-munidad mundial.

Los fracasos que hemos sufrido

como socie-d a d n o s

pueden retar y dar pausa para la consi-deración, pero no pueden detenernos.

Nosotros en el Banco Atlántida, fi eles herederos de los fundadores y de quienes les sucedieron, tenemos una clara visión de lo que buscamos para ennoblecer a los hondureños y para prestigiar y consolidar a Honduras. Así como también sabemos cuáles son sus responsabilidades; y qué es lo que requerimos de la sociedad y de nuestros clientes y amigos para lograrlo. Al fi n y al cabo, estos cien años no se habrían logrado sin el respaldo de la sociedad, la confi anza del capitalismo local e in-ternacional; y el apoyo legítimo, franco y decidido de las autoridades nacionales, municipales y comunitarias.

Hay que pensar en los próximos cien años. Al igual que los fundadores, la mañana del 10 de enero de 1913 cuando estamparon sus fi rmas en el acta funda-cional del Banco Atlántida, nosotros en este acto conmemorativo, empeñamos nuestra palabra y nuestro honor, para que los próximos cien años, sean celebrados por las nuevas generaciones que nos sucedan, con mayor júbilo y orgullo que el que nos embarga este momento en que sentimos el placer de la obra realizada y el orgullo de haber servido a Honduras, a su pueblo y a sus empresarios con lo mejor de nuestro talento e imaginación creadora. Solo requerimos el apoyo de nuestros clientes, la confi anza de los inversionistas y la dedicación de los funcionarios públicos en la defensa de lo que es nuestro, dentro de los parámetros que permite el diálogo de la globaliza-ción, de modo que podamos permitirnos tratamientos diferenciados y reglas más ajustadas a las realidades de nuestro de-sarrollo. Como se ha hecho -y muy bien en estos cien años que celebramos con júbilo- apostamos, levantando nuestras copas por el futuro de los próximos cien años. Nuestro banco ha hecho manifi esta su intención en este sentido, siendo la única institución bancaria con presencia en todo el territorio nacional, el primer banco en instalar cajeros automáticos, autobancos, corresponsales no banca-rios, y en fi n, una serie de servicios y conveniencias únicas, al servicio de nuestra sociedad.

Nuestro banco continuará ejerciendo cuanta defensa pueda de la economía nacional, y permanecerá a la vanguardia de su desarrollo, en el estudio de las oportunidades que se le presenten, y en el apoyo de los impulsos que tenga el mérito del caso.

Banco Atlántida continuará susten-tando sus esfuerzos sobre los hombros de sus empleados y ejecutivos, sus aliados y amigos, sus directores, quienes junto conmigo y el presidente de nues-tra junta directiva, “Picho” Goldstein, comparten conmigo la dirección de nuestra institución, a quienes expreso mi agradecimiento.

Seguro que los próximos serán mucho mejores que estos primeros cien años de éxitos y de servicio al país y al servicio de nuestros clientes.

Muchas gracias.El presidente ejecutivo del Banco Atlántida, Guillermo Bueso.

107La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

Bajo el lema: “100 años de hacer realidad los sueños de un país”, Banco Atlántida celebró con júbilo su centenario en La Ceiba.

Bajo un radiante sol y contando con la presencia de los ejecutivos de la institución fi nanciera, clientes, empleados y amigos, se realizó la festividad, considerada histórica por los residentes de ciudad caribeña.

Además de la algarabía, el cálido ambiente y las exqui-sitas viandas servidas durante el evento, hay que resaltar aspectos como la seguridad, el toque artístico del evento, la nota musical y otros detalles que hicieron de la velada una mañana inolvidable.

En la noche se realizó un show de luces que emocionó a los ceibeños.

Banco Atlántida:

100 años de hacer realidad los sueños de un país

La parte de la seguri-dad del evento estuvo a cargo del comisario Renán Galo, jefe municipal de la Policía de La Ceiba, quien informó que para resguar-dar el lugar del evento, se necesitaron elementos de la Policía Nacional, Direc-ción Nacional de Tránsito, Policía de Fronteras, Co-mando Especial Cobras, Policía de Turismo y Po-licía Preventiva.

“También contamos con partici-pación de miembros de las Fuerzas Armadas, de la Cruz Roja Hondureña, los Bomberos y la Policía Municipal”, indicó el comisario Galo.

El gerente de Mercadeo de Banco Atlántida, Carlos Girón, dijo que ce-rraron el aniversario con broche de oro rifando cinco autos.

La rifa se efectuó durante la trans-misión de la película Avatar en Noche de Gala, de canal 5.

El conocido artista nacional Mauricio Medi-na estuvo a cargo de la organización artística del festejo del centenario de Banco Atlántida.

Fue él quien se encar-gó de recrear a través del arte, la moda y la música, la historia mejor contada de los 100 años de la en-tidad fi nanciera que nació en la ciudad de La Ceiba, en 1913.

“Este es un evento que se viene ges-tionando desde octubre del año pasado. Todo fue preparado detalladamente para ofrecer un espectáculo de lujo a los presentes”, dijo Mauricio Medina, quien agregó que fue en las fi estas navi-deñas celebradas por el banco en las tres

El empresario y presidente del Grupo Carrión, que también nació en La Ceiba, Vicente Carrión, llegó para felicitar y acompañar a los ejecutivos del Banco Atlántida, manifestando su alegría por la importante efeméride de la institución.

Para congratular a los directivos de la entidad fi nanciera, ofreció una cena en su residencia la noche del sábado, donde brindó con los ejecutivos y sus invitados.

Moisés Canelo, el artista hondureño que se considera de naturaleza ceibeña, aunque no nació en esa ciudad, fue el encargado de poner la nota musical a la velada.

Primero para entonar, con toda la solemnidad del caso, las sagradas notas del Himno Nacional, acompañado por los centenares de invitados. Luego para cantar dos melodías insignes del lugar: “Mi novia Ceiba” y “Noche de luna en La Ceiba”.

“Los organizadores consideraron que soy parte de esta ciudad y me in-vitaron a cantar el Himno Nacional y dos melodías más, por lo que agradezco mucho porque es para mí una honra, un privilegio participar en un evento de esta naturaleza”, indicó.

“Me alegra por el banco y me alegra por esta ciudad, porque este tipo de eventos la coloca de nuevo en la ruta del progreso y el éxito”.

En 1913 un grupo de visionarios empresarios fundaron el Banco Atlán-tida, en la ciudad de La Ceiba, especí-fi camente en la calle La Aduana, de ahí surge el nombre de la sucursal bancaria, que fue remodelada y reinaugurada la mañana de ayer por los ejecutivos del Grupo Atlántida.

Allí, frente a esta agencia, se en-cuentra el edifi cio La Aduana que data de 1917, donde hoy se encuentra la Casa de la Cultura Ceibeña, donde y se localiza una colección de arte, monedas y papel moneda, parte de la historia del banco.

Edifi cio de La Aduana donde se guarda colección del banco

Frente a la agencia de La Ceiba se encuentra el edifi cio La Aduana, hoy la Casa de la Cultura, donde está una colección de arte del banco.

Moisés Canelo puso el toquemusical de la celebración

Moisés Canelo deleitó a los presentes con sus bellas melodías.

Gerente de Mercadeo:

Cerramos con broche de oro

Carlos Girón, gerente de Mercadeo.

“Será un premio para nuestros clientes”, dijo Girón, visiblemente emocionado.

Cada auto cuesta un millón y otros millón y medio de lempiras”, refi rió.

Empresario considera

que evento es histórico

La noche del sábado, el empresario Vicente Carrión ofreció una cena a ejecutivos e invitados.

Desde octubre del año pasado se prepara el desfi le

ciudades más importantes del país, donde se eligieron los 75 trajes de época que lucieron los empleados durante el desfi le.

“Un jurado califi cador examinó las vestimentas con que los empleados del banco asistieron a las cele-braciones de Navidad y de-cidió cuáles participarían hoy en el evento”, informó el encargado también de invitar a las bandas mar-

ciales y de los institutos de educación media de La Ceiba para darle el toque musical a la festividad.

Igualmente se recuperó un carruaje de 1913, que entonces era el mejor medio de transporte de los ceibeños y hondureños en general.

Mauricio Medina

Carrión agradeció al banco porque al iniciar su empresa le prestó dos millones de lempiras lo que le sirvió como capital base.

Fuerte dispositivo brindó seguridad al evento

Además contó a LA TRIBUNA que en los edificios aledaños al banco, estaban ubicados francotiradores del Co-mando Especial Cobras. Aunque el festejo tuvo lugar la mañana de ayer, los elementos militares y policiales llegaron al lugar desde la tarde del sábado.

“A las 4:00 de la tarde de ayer (sábado) se cerra-

ron calles por la mañana, cerrando el perímetro por donde pasará el desfi le”, manifestó. Este dispositivo de seguri-dad se montó dada la importancia del evento.

Comisario Renán Galo

*** En 1968, el Banco Atlántida fue el primero en incursionar en el deporte y ya lleva 44 años haciéndolo.

*** Entre las promociones del “Jugador más Valioso” de la Se-lección Nacional y la de los Inmortales del Fútbol Nacional, más de 200,000 personas emitieron sus votos.

*** Además de participar en promociones y en transmisiones del fútbol nacional, el Banco Atlántida fue uno de los prin-cipales patrocinadores de las transmisiones televisivas y radiales de la Copa Mundo de 1970, considerada la mejor de todas.

*** El jugador Will García viajó desde Nueva York para participar en la ceremonia de los Inmortales y trajo la representación de Ronald Leaky.

*** La “Coneja” Cardona, que recientemente falleció, tuvo la representación de “Bidindi” Guerrero en el homenaje de los Inmortales.

*** El Banco Atlántida es uno de los grandes promotores del Olimpia, el equipo más popular del país y que más cam-peonatos nacionales ha ganado. Por cierto que el Olimpia, igual que el Banco Atlántida, también está celebrando sus primeros cien años.

*** El Banco Atlántida no solo promociona el deporte, sino que por 60 años ha llevado a cabo innumerables eventos cul-turales y educativos, además de haber coleccionado cen-tenares de piezas arqueológicas para que se queden en el país y sean parte del patrimonio nacional.

*** “En la década del 70’s, el banco organizó y presentó en el Estadio Nacional los “Juegos de Estrellas” en que una selección de jugadores nacionales se enfrentó contra otra de extranjeros y los equipos del norte, a los del centro y sur. Esta actividad tuvo también mucho éxito”.

En ocasión que mi querido Banco At-lántida, en el que trabaje 11 años,

está cumpliendo su centenario, pues fue fundado en La Ceiba el 10 de febrero de 1913, quiero unirme al regocijo y al orgullo que embarga a todo el personal ejecutivo y laboral de esa institu-ción bancaria, de la cual guardo los más gratos recuerdos y a la cual serví con empeño y dedica-ción durante mis años fungiendo en diferentes cargos.

Mis primeros años los pasé trabajando en la sucursal de San Pedro Sula y fueron ocho años los que laboré en Tegucigalpa, donde por cierto el banco tenía un excelente equipo de fútbol en la década de los 50’s y 60’s, en el que militaron astros de la talla de Carlos (Leque) Meza, Eloy Page y varios jugadores que formaron parte de equipos de primera división.

También hubo miembros de la escuadra bancaria que también jugaron de titulares de varios equipos universitarios, principalmente el de la Facultad de Economía, donde como alero derecho jugó magistralmente mi gran amigo, Alfredo Castillo, a quien veo seguido en Miami donde él reside.

Y recuerdo como si fuera ayer, un clásico entre Olimpia - Motagua jugado en 1968, donde había un lleno imponente y yo estaba sentado al lado de “Pilo” Zavala, hijo predilecto de Minas de Oro, que laboraba en el Banco Central y en aquel en-tonces era el superintendente de bancos.

En esa charla, “Pilo” felici-tó al Banco Atlántida por sus numerosos programas cívicos

Por: Jacobo Goldstein

Primera institución bancaria en patrocinar el deporte

Promociones “Inmortales y Jugador más Popular” fueron un gran éxito

Miles de hondureños y autoridadesaplaudieron la iniciativa hace 40 años

y educativos, pero también me preguntó cuál era la razón por la cual el banco no le entraba al deporte y se anunciaba en las transmisiones radiales de fútbol.

Le dije que esa era una gran idea y al día siguiente hablé al respecto con el mero-mero del banco, el doctor Paul Vinelli que con mucho entusiasmo me dijo: “Adelante”.

En seguida llamé a Marcial Cerrato que en aquel enton-ces laboraba para McCann Erickson, nuestra agencia de publicidad.

Y le dije que contratáramos a HRN y Radio América para pasar nuestros anuncios en los partidos que ellos transmitían.

Esa fue la primera vez que un banco hondureño hacía publici-dad en un evento deportivo.

Pocos meses después, en 1968 y a nombre del banco, me puse de acuerdo con Silvio Peña, gerente general de Radio América y lanzamos juntos nuestra primera gran promoción deportiva, para honrar a nuestra Selección Nacional que estaba pasando por una gran racha.

La promoción “El Jugador más Popular de la Selección Na-cional”, resultó ser sumamente exitosa.

Y día a día estuvo cobrando fuerza pues los afi cionados se habían entusiasmado, a grado tal que decenas de miles de perso-nas enviaban sus votos al banco y a la Radio América respecto a quién consideraban como el me-jor el jugador de la selección.

Fue así que el resultado fi nal de la promoción mostró a Donaldo (Coyoles) Rosales en primer lugar, seguido por el “Chula” Gómez en el segundo puesto, mientras que Jorge “El Indio” Urquía y Jorge “Pilín” Bran ocuparon el tercer y cuarto lugar.

La premiación transmitida a nivel nacional por Radio América se llevó a cabo en el Estadio Nacional, ante un lleno imponente.

Dos años después, en 1970, vendría otra promoción depor-tiva, esta vez copatrocinada por el Banco Atlántida, Emisoras Unidas y Companía Televisora Hondureña.

LOS INMORTALESDEL FUTBOL

La promoción llevaba el nombre de “Los Inmortales del Fútbol Nacional” y trajo como resultado que unos 100,000 vo-tos llegaron por correo o fueron depositados personalmente en urnas colocadas en las numero-sas ofi cinas del banco a lo largo del país.

En las listas que los afi-cionados enviaban aparecían los nombres de los que ellos consideraban los 11 más gran-des jugadores en la historia de Honduras.

Igual que había sucedido dos años atrás con Radio Améri-ca, esta promoción también tuvo un éxito total y fue coronada con ceremonias que contaron con la participación de los jugadores que aun vivían y familiares de los que ya habían partido al más allá.

La lista de los Inmortales

SEPALO

El presidente del Olimpia, José Rafael Ferrari y el presidente ejecutivo del Banco Atlántida, Guillermo Bueso Anduray.

LOS INMORTALES Y LOS CUATRO MÁS POPULARES DE LA SELECCIÓN NACIONAL

Porfi rio Zavala Sandoval

Diógenez Cruz, su hermano Servando y el autor de este artículo entregaron los resultados de la promoción los Inmortales del Fútbol al presidente Oswaldo López Arellano.

Zacarías Arzú

Raúl “Goyo” Barahona

Máximo Cárcamo “Vinagre”

Juan “Topas” Navarro

Calistrín Suazo

Carlos “Leque” Meza

“Furia” Solís

“Popo” Godoy

El Banco Atlántida y el deporte hondureño

108 La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

que el público seleccionó fue la siguiente: En primer lugar, “Ma-joncho” Sosa, seguido por Za-carías Arzú, “Joyo” Barahona, Will García, Popo Godoy, Clive Garbutt, “Pipe” Barahona, Mo-tor Bernárdez, Roberto Ramírez “Lunarejo”, Armando Doblado, Calistrín Suazo, Máximo Cárca-mo “Vinagre”, Julio “El Brujo” Martínez, “Pito” Castro, Abra-ham Pavón, Ronald Leaky, Car-los “Leque” Meza, “Cayuyo” Williams, Furia Solís, “Topas” Navarro, “Bidindi” Guerrero, Nilmo Edwards y “La Coneja” Cardona, que lamentablemente falleció el 30 de enero pasado.

El último domingo del mes de octubre de 1970, 57 años des-pues que se fundo el bancos en La Ceiba, se llevaron a cabo los actos que honraron a las glorias del deporte nacional.

El primer evento fue una

misa en la basílica de Suyapa en honor de los deportistas fallecidos.

A las 10:15 fue develada en la fachada del Estadio Nacional, la placa con los nombres de los 23 Inmortales, seguida por la coronación de la tumba de Abraham Pavón en el Cemen-terio General de Tegucigalpa y la coronación de la tumba de Nilmo Edwards en La Ceiba.

A las 11:30 de la mañana se sirvió un almuerzo en el Hotel Honduras Maya y a las 3:00 de la tarde los Inmortales desfi laron en el Estadio Nacional, haciendo el saque de honor del partido Olimpia- Atletico Verdun.

A las 6:00 de la tarde en el programa Ante la Afición de Canal 5, que dirigía Diógenes, Servando Cruz y éste servidor, se procedió a la entrega de diplo-mas y medallas, contando con la

presencia del presidente Oswal-do López Arellano y de los presidentes del Banco Atlántida, Emisoras Unidas y Companía Televisora Hondureña.

También se leyó un mensaje de homenaje a los Inmortales de parte de Mario Rivera Ló-pez, presidente del Congreso Nacional.

Y para cerrar un día ma-ravilloso, el general López Arellano ofreció en el Club de Ofi ciales de la Fuerza Aérea una cena en la cual los Inmortales recibieron pergaminos de honor de parte del Concejo del Distrito Central.

Igual que recuerdo el día en 1968 que honramos a los jugadores más populares de la Selección Nacional, igualmente recordaré siempre en mi memo-ria el día en 1970 que se rindió homenaje a los Inmortales del Fútbol Nacional.

En este primer centenario del Bancatlan, quiero dedicar este reportaje a quienes fueron mis compañeros de trabajo y a tres presidentes del Banco Atlántida que tanto hicieron por Honduras y a los que siempre les tuve y tendré gran respeto y enorme cariño.

Dos de ellos ya fallecieron, Paul Vinelli y Guillermo Bueso y el tercero, mi hermano Gilber-to Goldstein que se encuentra en Tegucigalpa.

También quiero agradecerle a Marcial Cerrato, por su mag-nífica colaboración en ambas promociones.

Les recomiendo que en la parte fi nal de este reportaje lean algunos de los comentarios que diarios y personeros de renom-bre hicieron en aquel entonces.

Rodrigo Wong Arévalo, Mariano Perdomo, César Quezada, Silvio Peña y Jacobo en la cabina de Radio América con la promoción El Jugador más Popular de la selección.

López Arellano impone la medalla a “Majoncho” Sosa.El doctor Paul Vinelli y el equipo de Banco Atlantida, Tegucigalpa en 1961.

Enrique “La Coneja” Cardona

“El Brujo” Martínez

Nilmo Edwards

Clive “Tenazas de Acero” Garbutt

Felipe “Pipe” Barahona

Jorge Bran “Motor” Bernardes

“Coyoles” Rosales

“Chula” Gómez

“El Indio” Urquía

Manuel Villeda Toledo, José Rafael Ferrari, el presidente de la Federación Deportiva, Francisco Alvarado; el presidente del Banco Atlántida, Paul Vinelli; el presidente Oswaldo López Arellano, entre otros, en los estudios de Canal 5 con los inmortales.

Esta placa con los nombres de los Inmortales fue colocada en las afueras del Estadio Nacional. Fue dada por “desaparecida”.

109La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

Los medios resaltaron el apoyo al deporte de Banco Atlántida

Hace más de 43 años

Las promociones deportivas del Banco Atlántida, las primeras que una ins-titución fi nanciera hiciera en el país, comenzaron hace 45 años y fueron

aplaudidas por varios medios de comunicación que existían en Honduras a fi nales de de la década de los 60’s.

Es así como destacados periodistas tales como Rodrigo Wong Arévalo, quien escribía columnas en Diario El Cronista, se refi rió favorablemente al fuerte impulso del Banco Atlántida al deporte en uno de sus artículos donde apuntó: “Queremos reconocer la gran sensibilidad del Banco Atlán-tida en todas sus promociones deportivas que ha realizado a favor del deporte nacional”.

Mientras que Ilsa Díaz Zelaya en su columna en Diario La Prensa en 1970 resaltó que: “Esta campaña (Los Inmortales del Fútbol) ha permiti-do una identifi cación y una relación más estrecha entre el BANCO AMIGO y el pueblo”.

Mientras que una columna denominada “Pun-tillazos” indica que: “Hoy queremos felicitar al Banco Atlántida por su buena labor y por esa colaboración al deporte hondureño”.

Y un reportaje de Diairo El Día también elogio en aquella época las acciones del banco por honrar a los atletas nacionales, tanto los pasados como los presentes.

De esa forma es más que evidente la acogida en los medios y en el pueblo al reconocer que desde hace muchos años el Banco Atlántida ha apoyado sin condiciones el deporte, así como las artes, la cultura y todo lo que eleve el sentimiento patrio, lleve al país hacia mejores derroteros y haga que los hondureños se sientan orgullosos de todo lo bueno de nuestro país.

El entonces presidente del Banco Central de Honduras, Roberto “Lunarejo” Ramírez, al momento de develar la placa conmemorativa con los nombres de los inmortales.

Por: Jacobo Goldstein

110 La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

111La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

Por: Jacobo Goldstein

ESTADOS UNIDOS

Desde

ESTADOS UNIDOS

El Banco Atlántida está cum-pliendo sus cien años de vida y toda una serie de eventos conme-morativos se están llevando a cabo en Honduras. He estado escribien-do varios artículos en LA TRIBUNA sobre los años que pasé en el ban-co, entre las décadas de los 50’s, 60’s y 70’s, y verdaderamente me asombra la gran cantidad de com-pañeros y compañeras que estoy recordando, con los que laboré en San Pedro Sula y en Tegucigalpa. Muchos de sus nombres me saltan de inmediato a la mente, a otros les veo las caras pero no logro cuadrar sus nombres. Y en memoria de los nombres que aún recuerdo y los rostros que están registrados en mi mente, he preparado esta lista que nunca olvido y de los cuales guardo los más gratos recuerdos.

En San Pedro Sula, donde la-boré de 1953 a 1955 y de 1957 a 1959, laboré a la par del gerente William Kennedy, del subgerente Antonio H. Guillén y de compañe-ros de la talla de Víctor M. Soto, Arturo Cálix, “Palillo” Paredes, Moncho Leiva, Rolando Funes, Paco Navarro, Foncho Fajardo, Moisés Rodríguez y Sammy Illin, recuerdo además a un gran cajero de apellido Herrera, que era her-mano de mi compañero de colegio, Óscar Herrera y nunca olvido a un vigilante corpulento que se llamaba Miguel, pero cuyo apellido no re-cuerdo. Posteriormente, al paso de

Ayer domingo 10 de febrero, se llevaron a cabo en la ciudad de La Ceiba toda una serie de actos conmemorando el día en que exactamente 100 años atrás, el 13 de febrero de 1913, se fundó el Banco Atlántida, que se ha convertido en el banco comercial nacional que más años consecutivos lleva sirviendo al pueblo hondureño. La junta directiva, el personal ejecutivo, funcionarios y empleados de las diferentes sucursales del ban-co a lo largo del país se trasladaron a “Ceibita la Bella” para estar presentes en una fecha sumamente histórica dentro del sector privado de la nación.

Desde el día viernes en esta columna, ayer domingo y hoy lunes, en reportajes especiales he estado haciendo memoria para estar escribiendo y publicando en este rotativo una serie de artículos y reportajes acerca de mis experiencias en el ban-co, en el cual trabajé durante 11 años e hice amistades que jamás olvidaré, muchas de ellas ya fallecidas pero que guardo para siempre en mi memoria y en mi corazón.

Quiero agradecerles a Gustavo Oviedo y a Alfredo Castillo las fotos que me prestaron y que me fueron tan útiles. Ayer domingo publiqué un reportaje titulado “Los Cien Años del Banco Atlántida”: que incluye toda una serie de datos y de fotos históricas de funcionarios, empleados y personajes na-cionales que durante los primeros 100 años de existencia tanto hicieron por la institución, que nació en La Ceiba, pero que luego fue abriendo sucursales y agencias en tantas ciudades y regiones de Honduras. A mí me tocó trabajar en San Pedro Sula y luego en Tegucigalpa, desde donde, como auditor interno, con Pedro Pablo Ruiz (QDDG), nos tocó viajar a casi todas las sucursales que en aquel entonces tenía el banco. Eso me hizo conocer el país de punta a punta.

Hoy lunes aparecen en este diario una serie de reportajes especiales, pero quiero destacar uno que escribió Marcial Cerrato Sandoval, que durante 11 años, de 1970 a 1981, fue mi hábil sucesor en el cargo de Jefe de Relaciones Públicas, Publicidad y Mercadotecnia. Su entrega de hoy tiene que ver con las numerosas actividades cívicas, históricas y de carác-ter social que El Banco Atlántida ha venido llevando a cabo a través de su largo historial, mientras que yo, por mi parte, también estoy presentando este día en LA TRIBUNA un amplio reportaje sobre la relación del banco con el deporte nacional, incluyendo las dos primeras grandes promociones que lanzó la institución bancaria, siendo la primera de ellas “El Jugador Más Popular de la Selección Nacional”, hecha conjuntamente por Banco Atlántida y Radio América, y también “Los Inmor-tales del Fútbol Nacional”, promoción lanzada conjuntamente por el Bancatlan, Canal 5 y HRN.

Durante mis años en el banco serví a tres presidentes de la junta directiva que ya fallecieron, Félix LLoveras, José T. Mendoza y Paul Vinelli y mantuve mis contactos con la institución cuando la presidió Guillermo Bueso, que falleció hace pocos años. Mis contactos con el banco siguen vigentes con el actual presidente de la Junta Directiva, mi hermano Gilberto Goldstein y con el presidente Ejecutivo, Guillermo Bueso Anduray.

Todavía guardo una moneda conmemorativa de los primeros 75 años del banco, emitida en 1988. En esta entrega muestro ambas caras del medallón.

A todo el personal del Banco Atlántida, mis saludos por el centenario. A los que gozan de la gloria del Señor, sepan que aún viven en mi corazón. Y una vez más, reitero públicamen-te que mi afecto y respeto por el banco al que serví con cariño y dedicación sigue incólume.

Remembranzas

Moneda de plata conmemorativa a los 75 años del Banco Atlántida.

Recordando a compañerosPor: Jacobo Goldstein los años, sostuve una gran amistad

con altos ejecutivos de San Pedro Sula y de la región del norte, de la talla de Rolando Funes y de Jorge Faraj.

En Tegucigalpa trabajé de 1959 a 1961 y de 1967 a 1971. Allí es más larga la lista de compañeros y compañeras con los que trabajé y con los que mantuve contactos años después, empezando con Paul Vinelli, Guillermo Bueso, Elio Ynestroza, Roberto Vinelli, Marcial Cerrato Sandoval, Cleto Ramón Álvarez, Manuel Nasralla, Gottfried Pittner, Emil Stouse, Larry Hersh-field, Joaquín Guardado Lara, Er-dulfo Laínez, Félix Lloveras, Félix Lloveras h., José T. Mendoza, José Mendoza h., Pedro Pablo Ruiz, Gilberto Lagos, Alfredo Ruiz, Ian y Blanca Crichton, Janeth Romero, Ildoira de Bonilla, Gustavo Ovie-do. Mirna Gómez Robelo, Lilian Mercadal, Lía de Rivera, Roberto Stanley, Filiberto Reyes Sánchez, Carlos Padilla, J. Edmundo López, Roberto Argueta, Marco Vinicio Ordóñez, Alfredo Castillo, Alfonso Hidalgo, “Chico” Castellanos, Ciro García, Carlos “Leque” Meza, Pa-blo Núñez, Guillermo Hernández Fiallos, Betulia Castro, Ricardo Kawas, Camilo Mandujano, Al-fonso Mejía, Guillermo Weidner y Rodolfo García.

En la mente donde archivo mis recuerdos también aparecen Jorge Alvarado, Arnulfo Gutiérrez, Eloy Page, Isabel Guevara, Car-mencita Rodríguez, Gustavo Ar-

gueta, Justo Fernández, Fernando Gómez, Ada Marina Watson, Elsa Cherepenko, Rigoberto Alvarenga, Gustavo Aguilar, Domingo Álvarez, Iris de Núñez, Jorge Maradiaga, Wilfredo Pavón, Norma González, Luis Zúniga, Nena Padgett, “El Gordo” Irías, Sandoval, “El Negro” Fajardo, Armando Guillén, Henry Ordóñez, Carlos Falk, Lolito e Isaac Moreno.

Y por supuesto que están vi-gentes mis contactos actuales con el presidente ejecutivo del banco, Guillermo Bueso Anduray, con el director de Mercadeo y Relacio-nes Públicas, Carlos Girón y con Gilberto Goldstein, mi hermano y actual presidente de la junta directiva del Bancatlán.

También rindo homenaje a los miembros de las juntas directivas de la institución a través de los cien años, entre cuyos nombres figura el de mi padre, Boris Goldstein, que formó parte de la directiva durante más de tres décadas.

Quisiera haber recordado más nombres para incluirlos en esta lista, así que pido perdón por esas omisiones, que no fueron volunta-rias. Pero a todos los de esta lista, los que aún viven y los que han partido al más allá, y a los que sus nombres se me escapan pero sus caras no, mis saludos especiales en esta magna ocasión, en la que el banco arriba a sus cien años de existencia.

Parte de empleados de Tegucigalpa del banco a fi nales de 1957.

Gustavo Oviedo, director residente del Banco; Alice Goldstein, esposa del presidente de la junta directiva de Banco Atlántida, Gilberto Goldstein y el presidente ejecutivo, Guillermo Bueso, al momento de cortar la cinta reinaugural del remozado edifi cio de la agencia La Aduana, en La Ceiba.

Al conmemorar el primer centenario de la fundación del Banco Atlántida,

es oportuno señalar su condi-ción de pionero y modelo en nuestro país en la realización de actividades que transcien-den lo estrictamente bancario y comercial, para proyectarse hacia el mejoramiento de nues-tra sociedad en los campos del civismo, arte, cultura, deporte y desarrollo.

Desde 1913 y antes de la fundación del Banco Central, fue banco emisor, esto en conso-nancia en brindarle al Estado el mayor apoyo posible en las áreas fi nancieras y monetarias.

En 1963, durante la celebra-ción del 50 aniversario del Banco Atlántida, don Roberto Ramírez, primer presidente del Banco Central, puntualizó que el apoyo continuaba: “….El Banco Atlán-tida ha servido al Banco Central en los momentos más difíciles cuando aún nuestra economía no se había complicado, ni había adquirido la cooperación internacional. Porque luchó en los momentos más difíciles, no solamente económicos, sociales, sino políticos, cuando la política nuestra no se había proyectado hacia el desarrollo…”

PROYECCION CULTURAL

En la década de 1960, bajo la visión y liderazgo del doctor Paul Vinelli, inicia una mayor y sobresaliente proyección en el campo social y cultural que contó con la dirección creativa y dinámica de Jacobo Goldstein quien fungió como director de la División de Mercadotecnia, Pu-blicidad y Relaciones Públicas.

En esta etapa se fortalece y amplia el mercado de la pintura nacional; se producen graba-ciones de radio de biografías de nuestro grandes hombres con elencos profesionales, que en las fechas conmemorativas son transmitidas por cadenas de radio.

Se contribuye en la preser-vación y exposición de tesoros arqueológicos, numismáticos y fi latélicos y se inicia un desta-cado apoyo al deporte amateur y profesional.

En 1970 Jacobo Goldstein aceptó el reto de organizar como director, al futuro Instituto Hon-dureño de Turismo, y yo asumí la responsabilidad de su cargo. Este reportaje recoge algunas reminiscencias y parte de esas vivencias que deseo compartir con usted.

Para empezar me permitiré hacer una pequeña introduc-ción:

La administración empresa-rial se ha enriquecido en los úl-timos años con la incorporación

Banco Atlántida,

un gran promotor

cultural y social

Por: Marcial Cerrato Sandoval

y puesta en práctica del concepto de la “Responsabilidad Social Corporativa”, la cual se basa en la premisa que la empresa –antes de tomar una decisión- deberá sopesar el efecto negativo o positivo que esa decisión pro-ducirá en su entorno ecológico y social.

También asume que la em-presa debe jugar un papel pre-ponderante en el desarrollo de su comunidad, y que su responsabi-lidad no se agota en el correcto y productivo desempeño de su actividad principal, sino que, como “un buen ciudadano”, deberá contribuir al bienestar

Mural de Miguel Ángel Ruiz que plasma hitos de la historia nacional.

Equipo de grabación artística del banco en 1968, que hacían biografías radiales de los próceres. Marcial Cerrato, Roberto Díaz Lechuga (Q.D.D.D.), Carlos Riedel, Antonio Mazariegos (Q.D.D.D.), Enmanuel Jaen (Q.D.D.D.), Julio López Fuentes (Q.D.D.D.), Jacobo, Ricardo Antonio Redondo Licona (Q.D.D.D.) y Abelardo Enrique Avendaño (Q.D.D.D.).

El representante de UNESCO en Honduras, recibe copia de “La Oración por el Libro”, bello trozo literario de Rafael Heliodoro Valle, publicado por el banco y donado a las escuelas. Marcial Cerrato Sandoval, Manuel H. Nasralla, Jorge Fidel Durón y Raúl Gilberto Tróchez.

Sureya Handal recibe un premio de manos del gerente regional de norte, Guillermo Hernández Fiallos, por ganar el concurso de Mejor Mecanografa del banco.

El cuadro de Danzas folclóricas BANCATLÁN. Acompañado por artistas no videntes se presentaron en “Las Noches Catrachas de la Amistad” .

Nuestra niñez contempla y aprende historia en una exposición numismática presentada en 1976.

112 La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013

1.- Concurso “la secretaria ideal”. 1974-78 2.-Concurso -Exposición de fotografía histórica, Juan

Ramón Molina, 1975. 3.- Organización del Festival de Música de Novidentes,

“Festinovi-74, estrellas sin luz”.4.- Organización y presentación en diversas ciudades y

locales del país y en Cheyenne, WY, USA. del Cuadro de Danzas Folkclóricas Bancatlan.

5.- Dirección, produccion, y proyección en cadena nacio-nal de tv. del documental “Morazán, Alma de Centro America.”

6.- Impresión de calendarios anuales con ilustraciones de sitios turísticos del país.

7. Impresión y distribución de litografías de pinturas de José Antonio Velásquez, otros artistas nacionales y de cerámica precolombina.

8.-Inicio de la publicación de la memoria anual del banco y el mantenimiento de la publicación: “Noticiero Ban-catlan”. .

9. Concurso y selección del nuevo logotipo del banco.10.- Inauguración del nuevo y monumental edifi cio en San

Pedro Sula.11.- Realización del montaje de exposiciones de pinturas

de artistas nacionales en Honduras, Panamá y Belice; exposiciones de sellos postales, monedas, billetes, y piezas arqueológicas.

12.-Impresión de afi ches especiales de José Trinidad Ca-bañas y de la “Oracion por el libro”. .

13.- Financiamiento del techo cubierto sobre el patio de la biblioteca nacional (antiguo local).

PRINCIPALES ACTIVIDADES CULTURALES Y DE VALOR SOCIAL14.- Creación de la Fundación Cultural Bancatlan, cuya

primera obra fue el mural del edifi cio principal de Tegu-cigalpa. obra de Miguel Angel Ruiz.

15. Apoyo al deporte a través de la donación de trofeos y uniformes para diversas categorías, ligas y clubes, así como a los equipos de empleados, fútbol, basquetbol y boliche. Organización y presentación de los “Juegos de Estrellas”.

16.- Disertaciones públicas sobre temas económicos rea-lizadas por el doctor Paul Vinelli en diferentes medios, ciudades y locales.

17.-Organización con la sociedad literaria, del concurso literario independencia nacional, para estudiantes de secundaria. Se realizó por varios años.

18.- Organización con el Ministerio de Cultura y la Biblio-teca Nacional, del concurso y exposición de pintura: “Festival pictórico de primavera, Arturo López Rodezno”. 1976-1979.

19.-Transmision en fechas conmemorativas y por cadenas de radio nacionales de grabaciones biográfi cas de pró-ceres nacionales escritas por el profesor y connotado historiador Víctor Cáceres Lara Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas, José Trinidad Reyes, Juan Ramón Molina.

20.- Colaboración y apoyo a instituciones como: Instituto Hondureño de Cultura Interamericana, (IHCI), biblio-teca y archivos nacionales, gimnasio Rubén Callejas Valentine, Escuela para Ciegos, Cruz Roja, Instituto Hondureño de Turismo, clubes de jardinería.

El doctor Paul Vinelli junto al reconocido pintor José Antonio Velásquez.

Jacobo Goldstein con Víctor Cáceres Lara y su esposa Alicia.

general de la comunidad en la cual se desenvuelve.

Para tener una mejor idea y comprensión sobre lo que ha-blamos me permitiré presentar un resumen de las principales actividades de valor social y cultural realizadas por el Banco en la década del 70.

Detrás de cada una de estas realizaciones hay una historia interesante, pero debido a las limitaciones de espacio solo expondré sobre una de ellas, típica en que no solamente tuvo impacto en el aspecto promo-cional o publicitario, sino que por su contenido humano, su transcendencia y valor social, ha dejado huella perdurable en nuestra sociedad.

EL FESTIVAL DE MUSICA

Por muchos años el banco patrocinó varios programas de radio de artistas ciegos. Su capacidad artística, ejemplar dedicación al trabajo, actitud positiva y optimista, que hacen caso omiso a su gran limitación física, fue el factor principal que me impulsó a considerar la posi-bilidad de organizar un festival musical en que los artistas fueran todos no-videntes. (En esa época estaban de moda los grandes festivales al aire libre como el de Woodstock.). Hablé con algunos de ellos, artistas como Donaldo Umanzor, Antonio Serrano, Gi-rón…su respuesta fue positiva. Me reuní con Pilarcita Salinas, directora de la Escuela para Ciegos, quien respaldó la idea en su totalidad y de inmediato

me sugirió la inclusión del coro de voces blancas y varios artistas de la escuela.

Procedimos después a invitar a ciegos residentes en otras ciu-dades, que también respondieron afirmativamente. El proyecto cobraba forma.

El festival tomó su nombre a través de un concurso público que fue ganado por los perio-distas Raúl Lanza Valeriano y Magda Argentina Erazo Galo y se presentó por primera vez en el Estadio de Beisbol Lempira Reina-Zepeda en horas noctur-nas. El único vidente que subió al escenario, como uno de los maestros de ceremonia, fue el joven Carlos Arturo Matute que se iniciaba en el campo de la comunicación social y que ahora se distingue como un valioso cronista de la ciudad y lo hizo en forma voluntaria y espontánea. El evento fue transmitido por H.R.N. a nivel nacional y dado su singularidad (era el primer festival de música de artistas no videntes) fue grabado por USIS y retransmitido en dos progra-mas de dos horas cada uno por la voz de los EE.UU.

Hay una anécdota alrededor de esto. Unos días después me encontré con Silvio Peña funda-dor- director de Radio América y al verme me dijo: “Me fregaste” , como no le entendía ni sabía de lo que hablaba, le pedí explica-ciones y contestó: “ La noche que presentaste el festival de no-videntes yo venía en mi auto desde Danlí, escuchaba a Radio América porque estábamos transmitiendo desde el gimna-

sio Rubén Callejas Valentine la elección de Mis Honduras, pero como se fue la luz en toda la ca-pital, la gente que estaba en el in-terior tuvo miedo y abandonó el local; la función y la transmisión terminaron. Tuve que sintonizar otra radio, moví el dial y sinto-nicé a mi competencia H.R.N. que transmitía el Festinovi y con ella llegué hasta Tegucigalpa”. Efectivamente esa noche hubo un apagón general de luz, pero en nuestro caso los artistas no la necesitaron para seguir tocando y como estábamos al aire libre, nadie abandonó el estadio. Creo que todo aquel que asistió a esa presentación no la podrá olvidar, especialmente la presentación por el coro de la Escuela del Miserere de Handel. Vi llorar a muchos de los presentes.

Producto de esta actividad fue organización de grupos mixtos de artistas videntes y no-videntes, incluido el Cuadro de Danzas Folklóricas Bancatlan y otros empleados del banco con talento musical, con los que se hicieron presentaciones cono-cidas como: “Noches Catrachas de la Amistad” en la Casa de la Cultura y diferentes ciudades del país.

También como un corolario de esta promoción, que brindó por vez primera a los ciegos hondureños la oportunidad de alcanzar “un meritorio lugar bajo el sol”, fue la fundación del Patronato de Rehabilitación del Ciego (Pareci) creador a su vez del Centro Artesanal e Industrial para Ciegos, (Caipac) en Santa Lucia, Francisco Morazán.

Nuevo símbolo del banco, introducido en 1976.

Pintura de Luis H. Padilla ganador del 1er Festival Pictórico de Primavera, Arturo López Rodezno.

Esta obra fue la primera realización de la Fundación Cultural Bancatlán.

Paul Vinelli muestra a un grupo de embajadores una colección privada del banco.

113La Tribuna Lunes 11 de febrero, 2013