Enero (2) Surtidor de fuente

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Museo Arqueológico Nacional Departamento de Difusión Serrano, 13. 28001 Madrid. Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840 http://man.mcu.es MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL BIBLIOGRAFÍA: • CAMPS CAZORLA, E., “Un nuevo ciervo califal de bronce”, en Archivo Español de Arte, 1943, pp. 212-222. • CAMPS CAZORLA, E., “Ciervo califal de bronce”, en Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional (1940-1945), Madrid, 1947, pp. 142-143. • GÓMEZ MORENO, M., El arte árabe español hasta los almohades. Arte mozárabe, Ars Hispaniae, vol. III, Madrid, 1951, p. 336. • TORRES BALBÁS, L., “Arte Califal” en: Levi-Provençal, E., España musulmana hasta la caída del califato de Córdoba (711-1031). Instituciones y vida social e intelectual, vol. 5 de la Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, ed. Espasa Calpe, Madrid, 1982, pp. 747-751. • ZOZAYA, J. “Antigüedades andalusíes de los siglos VIII al XV”, en Museo Arqueológico Nacional. Edad Media, Ministerio de Cultura, Madrid, 1991, p. 65. • ZOZAYA, J., “Importaciones casuales en al-Andalus”, Actas IV. Congreso de Arqueología Medieval española, vol. I, Alicante, 1993, p. 125. Texto original: Francisco Juez, enero 2010 Revisión del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión) NIPO: 551-09-006-X CIERVO de Madinat al-Zahra (?) ción y el agua están presentes en la pro- fusa decoración vegetal del Ciervo y en su uso como fuente, por ello, esta pieza también sintetiza el paraíso islámico y el poder del califa. La representación de imágenes en la cultura islámica El Ciervo, como representación zoomor- fa, presenta una tendencia simplifica- dora alejada del naturalismo y un esquematismo como rasgo estético dominante, muy propios del arte islá- mico. Además, es absolutamente rígida, frontal, simétrica y estática, lo que le añade sentido abstracto. La superficie decorada del animal, que no trata de imitar la piel del ciervo, sino que cons- tituye un elemento independiente, incide en su aspecto antinaturalista, al igual que el dorado que la envolvía ori- ginalmente y que produciría un brillo cuyo efecto desmaterializaba la pieza. Por tanto, no existe en su autor una voluntad de mimetizar la realidad, sino una metáfora plástica que alude al pro- ceso creador, al que no pretende suplantar, sino solamente imitar sim- bolizando el proceso general de la crea- ción. Es evidente que existe la figuración en el arte musulmán, con diferentes carac- terísticas, pero casi siempre la encon- tramos en el ámbito de lo privado y especialmente de lo principesco. En definitiva, esta obra es un buen ejemplo de la actitud islámica ante la represen- tación de imágenes: aunque el Corán rechaza la adoración de los ídolos, no prohíbe las representaciones, en las que siempre está presente una vocación de abstracción que el Ciervo encarna muy claramente. Edad Media Tesoro a tesoro: descúbrelos

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Museo Arqueológico NacionalDepartamento de DifusiónSerrano, 13. 28001 Madrid.

Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840http://man.mcu.es

MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

BIBLIOGRAFÍA:• CAMPS CAZORLA, E., “Un nuevo ciervo califal de bronce”, en Archivo Español de Arte, 1943, pp. 212-222.

• CAMPS CAZORLA, E., “Ciervo califal de bronce”, en Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional (1940-1945),

Madrid, 1947, pp. 142-143.

• GÓMEZ MORENO, M., El arte árabe español hasta los almohades. Arte mozárabe, Ars Hispaniae, vol. III, Madrid,

1951, p. 336.

• TORRES BALBÁS, L., “Arte Califal” en: Levi-Provençal, E., España musulmana hasta la caída del califato de Córdoba

(711-1031). Instituciones y vida social e intelectual, vol. 5 de la Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, ed.

Espasa Calpe, Madrid, 1982, pp. 747-751.

• ZOZAYA, J. “Antigüedades andalusíes de los siglos VIII al XV”, en Museo Arqueológico Nacional. Edad Media,

Ministerio de Cultura, Madrid, 1991, p. 65.

• ZOZAYA, J., “Importaciones casuales en al-Andalus”, Actas IV. Congreso de Arqueología Medieval española, vol. I,

Alicante, 1993, p. 125.

Texto original: Francisco Juez, enero 2010 Revisión del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión)

NIPO: 551-09-006-X

CIERVOde Madinat al-Zahra (?)

ción y el agua están presentes en la pro-fusa decoración vegetal del Ciervo y en suuso como fuente, por ello, esta piezatambién sintetiza el paraíso islámico y elpoder del califa.

La representación de imágenes en lacultura islámicaEl Ciervo, como representación zoomor-fa, presenta una tendencia simplifica-dora alejada del naturalismo y unesquematismo como rasgo estéticodominante, muy propios del arte islá-mico. Además, es absolutamente rígida,frontal, simétrica y estática, lo que leañade sentido abstracto. La superficiedecorada del animal, que no trata deimitar la piel del ciervo, sino que cons-tituye un elemento independiente,incide en su aspecto antinaturalista, aligual que el dorado que la envolvía ori-ginalmente y que produciría un brillo

cuyo efecto desmaterializaba la pieza.Por tanto, no existe en su autor unavoluntad de mimetizar la realidad, sinouna metáfora plástica que alude al pro-ceso creador, al que no pretendesuplantar, sino solamente imitar sim-bolizando el proceso general de la crea-ción.

Es evidente que existe la figuración enel arte musulmán, con diferentes carac-terísticas, pero casi siempre la encon-tramos en el ámbito de lo privado yespecialmente de lo principesco. Endefinitiva, esta obra es un buen ejemplode la actitud islámica ante la represen-tación de imágenes: aunque el Coránrechaza la adoración de los ídolos, noprohíbe las representaciones, en las quesiempre está presente una vocación deabstracción que el Ciervo encarna muyclaramente.

Edad Media

Tesoro a tesoro: descúbrelos

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Esta densidad ornamental es caracterís-tica del arte islámico y el tipo de deco-ración, muy cordobesa, con motivosque aparecen en otras obras suntuariascalifales o en la decoración parietal deMadinat al-Zahra’. Por tanto, aunqueel Ciervo comparte algunos rasgos conobras fatimíes, su decoración vegetal, suhallazgo en Córdoba y su gran semejan-za con los otros dos ciervos de Madinatal-Zahra’, reafirman que fue realizadoen los activos talleres de metalistería dela corte Omeya durante la segundamitad del siglo X.

Un surtidor de agua en un jardín califalDe su función como ciervo-surtidor nocabe duda, ya que su cuerpo está huecoy presenta un orificio en la panza deunos 45 mm de diámetro por el que seintroducía el agua a través de una tube-ría. Por la ancha boca del animal ellíquido brotaba y caía provocando unrumor suave, si tenemos en cuenta elpequeño tamaño de la pieza.

Los animales surtidores de agua sonmuy frecuentes en el arte islámico engeneral y el andalusí en particular, y aellos se refieren los cronistas que seocuparon de describir las ciudadespalatinas, las almunias califales o lospalacios aristocráticos. Dado el peque-ño tamaño del Ciervo podemos imagi-narlo como surtidor de una fuentesituada en un patio o en un jardínabierto de algún palacio cordobés deépoca califal o tal vez de la propia ciu-dad palatina de Madinat al-Zahra,encargada por algún miembro de lafamilia real o por algún alto funciona-rio de la corte. En su función más prác-tica proveería de agua a una alberca o lavertería sobre una pila, bien de formaindividual, como alguno de los descri-tos en los textos andalusíes, o biencomo parte de una fuente con mayornúmero de caños o surtidores, segura-mente también de bronce y con figuras

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Esta pequeña escultura zoomorfa es elsurtidor de una fuente que muy proba-blemente adornó alguna de las estanciaspalaciegas de esta ciudad califal. Surelación con el agua y su profusa deco-ración vegetal hacen de ella una síntesisdel paraíso islámico, símbolo tambiéndel poder del califa.

Hallazgo y característicasEl Ciervo fue hallado accidentalmente enCórdoba como consecuencia de unasobras de alcantarillado, de manera quese desconoce su contexto original. Porotra parte, carece de inscripciones o decualquier otro elemento que permitafecharla y situar su lugar de realización.Por lo tanto, plantea dos dudas funda-mentales: dónde y cuándo se realizó y enqué lugar concreto funcionó como sur-tidor. Para resolverlas se ha tenido querecurrir al estudio de sus característicasmorfológicas, técnicas y decorativas.

Desde el punto de vista formal, es unaescultura zoomorfa poco naturalista.Sus patas son cortas y, en su cabeza, des-tacan los ojos almendrados y en relieve yla gran boca, casi cuadrada; ha perdidouna oreja y los pequeños cuernos. Porsu cuerpo redondeado, su corta cola y ellargo cuello se ha identificado tradicio-nalmente con un cérvido.

Elaborado en bronce mediante la técni-ca de fundición a la cera perdida, estáhueca a excepción de las patas y presen-ta una rica decoración vegetal incisaque, a manera de un tejido, cubre casitoda su superficie a excepción de lapanza y de la parte inferior de las patas.Originalmente estuvo dorado por com-pleto, como puede comprobarse en losrestos de oro que quedan en los surcosdel grabado y en algunas partes lisas, loque en la actualidad produce un con-traste que permite apreciar perfecta-mente los motivos ornamentales.

Un surtidor de fuente andalusíPor sus características técnicas, morfo-lógicas y decorativas, el Ciervo puedeincluirse dentro de una serie de surti-dores zoomorfos que, en su mayoría,carecen también de datación y filiaciónconcreta. Todos ellos se caracterizanpor su sentido esquemático, estatismo yuna profusa decoración. Han sidoencontrados sobre todo en España y enel Egipto fatimí, fechados entre lossiglos X y XIII y posiblemente realizadosen distintos lugares del Mediterráneo.

Dentro de esta serie, el Ciervo del MuseoArqueológico Nacional se parece sobretodo a dos ciervos de bronce que seencontraron, en el siglo XVI, en lasruinas de la ciudad califal de losOmeyas andalusíes, Madinat al-Zahra yque se conservan en el MuseoArqueológico de Córdoba y en elrecientemente creado Museo de ArteIslámico de Doha en Qatar, respectiva-mente. Aunque existen diferenciasentre ellos, los rasgos que compartenpermiten pensar que los tres ciervos debronce pertenecen a la misma época,siglo X, proceden de la misma área geo-gráfica, al-Andalus y se elaboraron enlos mismos talleres califales.

También confirma esta teoría la deco-ración vegetal, plenamente andalusí,del Ciervo. Su decoración está formadapor roleos de tallos anchos como cintas,que forman círculos, unos lisos y otrosdecorados con una interesante variedadde motivos florales, hasta un total deseis, en contraste con las piezas delMuseo Arqueológico de Córdoba y deDoha, que repiten una y otra vez elmismo elemento. El espacio que quedaentre los círculos está decorado, unasveces con punteados, otras con hojitas ypuntos. Los roleos terminan en losmuslos del animal en forma de mediaspalmetas.

de animal. Corrobora esta hipótesis,que sitúa al Ciervo en plena ciudad pala-tina califal, el hecho de que los cronis-tas de la ciudad palatina hablen de unafuente traída de Oriente y colocada enuna sala de Madinat al-Zahra’, adorna-da con doce surtidores realizados en lostalleres califales en forma de figuras deanimales dorados.

El Ciervo, síntesis del Paraíso y del podercalifalLos motivos vegetales se repiten enobjetos y arquitecturas contemporáne-os, ofreciendo un eco de la vegetaciónnatural que se desarrolla en el paisaje yen los jardines y creando con ella unconjunto armónico, es decir, que evocala creación. Es un tipo de ornamenta-ción que tiende a la repetición conti-nua, como una letanía eterna, que tieneuna infinita posibilidad de crecimientoy que nos aboca a la disolución en launicidad islámica.

Por otro lado, el agua fue un elementode enorme importancia en los palacios yjardines andalusíes, donde cumplía unatriple función: estética (reflejo, brillo,rumor), práctica (riego y abastecimien-to) y simbólica (purificación y evoca-ción del Paraíso). Además el agua sim-bolizaba la generosidad del soberano y,al manar del pequeño surtidor, sugeríael manantial de resonancias coránicas,en alusión al soberano que da vida. Porúltimo, la presencia del agua en los jar-dines era signo de riqueza y poder, ysimbolizaba la prosperidad y el bienes-tar de su dueño.

En efecto, el agua y la vegetación pre-sentes en los jardines palaciegos de al-Andalus simbolizan los descritos en elParaíso y representan, según referenciaspoéticas en los textos califales, el poderdel califa y la prosperidad en sí misma,uno de los objetivos teóricos de la polí-tica del soberano musulmán. La vegeta-

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