Ensayo de las fiestas populares canarias

31

Click here to load reader

Transcript of Ensayo de las fiestas populares canarias

Page 1: Ensayo de las fiestas populares canarias

Introducción:

Esta obra de Alberto Galván Tudela es susceptible de análisis porque muchas de las fiestas que conocemos actualmente, son de carácter popular y corren el riesgo de ser completamente desconocidas por los mismos isleños.

Por ello, el lector podrá observar que las fiestas populares canarias cobra una función indispensable para el desarrollo turístico donde la participación de sus habitantes y su división sexual en distintas comisiones festivas, son los elementos fundamentales.

De está forma, las primeras páginas se analizan los distintos enfoques sobre el interaccionismo simbólico, una perspectiva que permite ver cómo se construyen los espacios o encuentros festivos gracias a su ritualización. Este primer enfoque se recoge en la tesis elaborada por Carmen Barreto Vargas (capítulo II, Teorías y estudios de las investigaciones simbólicas). Luego, se aborda qué se considera como fiestas populares y cuales son las principales características que son: los polos ideológicas o normativas, y los polos sensoriales relativos a las emociones que se expresan en dichos encuentros.

Una vez asentada las bases conceptuales y los rasgos principales de las fiestas populares, Alberto Galván Tudela introduce las principales fiestas que se desarrollan en nuestras territorio bien por connotaciones ideológicas como puede ser la fiesta de La Rama en Agüete, las bajadas, culturas, insulares y el simbolismo que se manifiestan en ella . Estas bajadas culturales se hacen referencia al caso de la isla del Hierro. Por otra parte se encuentra las fiestas de segmentación social como son la fiesta de los Corazones en Tejina (Tenerife) y las fiestas mayordomia como son las fiestas del Ramo en la Gomera y la fiesta de Pares o Nones, Virgen del Socorro en Güimar.

La última clasificación que elabora Alberto Galván Tudela, es analizando las fiestas desde periodos estivales como son las fiestas invernales (San Andrés, la misa del Niño y la fiesta del Carnaval). Luego están las fiestas primaverales (el Ramo, el Corpus y la fiesta de San Juan). Por último, se encuentran las fiestas veraniegas propias de romerías y visitas a patronos/as para cumplir con promesas pasadas.

Este trabajo ha sido extraído del libro Alberto Galván Tudela: Las fiestas populares Canarias, (editado por interinsular/ediciones canarias, 1987) y del capítulo II (Teorías y estudios de las investigaciones simbólicas) por Carmen Barreto Vargas: El carnaval de Santa Cruz de Tenerife: Un estudio antropológico (Tesis Doctoral (1992-1993)/ Humanidades y Ciencias Sociales.

Page 2: Ensayo de las fiestas populares canarias

Desarrollo de la obra: “Las fiestas populares Canarias”.

El significado de las fiestas hay que partir desde una visión que cobre importancia las interacciones simbólicas manifestadas entre las personas presentes en barrios, pueblos o ciudades. En función de esta interacción, las personas dan significados a sus símbolos bien desde connotaciones religiosas e ideológicas que se expresan por el contexto histórico o por el carácter tradicional presente en su territorio. Ahora bien, a grandes rasgos, la interacción simbólica que se expresa de distinta forma en función de qué perspectiva nos estemos fundamentando para indagar sobre de nuestro objeto de estudio, “los encuentros festivales“, son:

a) Del psicoanálisis a la escuela de cultura y personalidad: Esta concepción e interpretación del simbolismo está basada en códigos inconscientes, que comparten los hombres dentro de la sociedad sin saberlo. Tanto los mitos, los rituales como las doctrinas religiosas son formaciones sintomáticas que expresan, en forma simbólica, comportamientos neuróticos.

b) Los enfoques funcionalistas y neo-funcionalista: Según este enfoque la interacción simbólica al ser una forma de comunicación y de expresión que integra a los miembros del grupo en una acción coordinada, desempeña una función de control social dirigido principalmente al mantenimiento de la estructura social, de las instituciones y de la jerarquía de status. Para ello es indispensable un sistema de valores que integren ambas partes.

c) El estructuralismo de Levis-Straus: Según Levis-Strauss, el mismo, confiesa que el interaccionismo simbólico se fundamenta teóricamente en tres elementos: la geología, el psicoanálisis freudiano y el marxismo. Se considera que las culturas son sistemas de símbolos compartidos. Los símbolos son creaciones acumulativas de la mente. "Las regularidades culturales se derivan de la estructura del cerebro humano y las consecuentes semejanzas de los procesos mentales inconscientes" (Marvin Harris)

d) Los enfoques simbólicos-procesuales: Según Tuner expresa que la significación del hecho simbólico debe considerarse en términos de tres niveles: 1) la significación exegética (interpretación endógena nativa); 2) la significación operacional (uso) y; 3) la significación posicional (relaciones estructurales entre los símbolos).

e) El cognitivismo de Sperber: La antropología cognitiva consiste en una dialéctica formada por una aproximación interdisciplinar constituida por un ámbito biológico y un ámbito cultural. Su objeto es el estudio de la naturaleza de la mente y de las formas en que dicha mente afecta a la cultura y a su vez es afectada por ella.

Estas perspectivas que analizan en profundidad la interacción simbólica, cobra importancia su ritualización. Dicha ritualización se considera la base fundamental para consolidar la expresión y la construcción progresiva de los encuentros festivales que irán evolucionando en función del contacto con otras corrientes culturales, políticas y religiosas presentes en nuestras islas.

Page 3: Ensayo de las fiestas populares canarias

Ahora bien, desde una perspectiva antropológica sitúa Alberto Galván Tudela, las fiestas isleñas en el marco del conocimiento antropológico.

Las fiestas vienen a ser algo así como la quintaesencia de la celebración de los símbolos de la cultura local, lo que es único o diferente en un lugar o zona. Las fiestas toman auge cuando las identidades locales o regionales se intensifican. Por esta razón, en los últimos quince años se ha producido una evolución rápida en las fiestas canarias, viéndose algunas particularmente afectadas por el desarrollo de sentimientos nacionalistas y/o insularcitas. Este auge se debe al orgullo isleño.

Las fiestas reúnen y demarcan los lindes de grupos según sexo, clase social, categoría profesional o lugar de residencia o nacimiento. Estos saberes en general, no se enseñan en escuelas y universidades, sino en las familias, en la calle, en los pueblos y barrios de las ciudades.

¿Qué son las fiestas para este autor?: Las fiestas son simplemente la ocasión de divertirse, de encontrar amigos y charlar, tomar unas copas, cortejar. A lo más son algo para contar y describir a su regreso a casa, algo para recordar.

Sin duda, la fiesta es sin duda alguna explosión del individualismo, la espontaneidad y la ruptura de las formas convencionales de actuar. Sin embargo, una observación atenta revela la existencia de pautas de conducta, formas de expresión, de divertirse. En general, la fiesta es un complejo cultural donde tiene lugar una intensa interacción social, una profusa comunicación, pero como tales casi todas las acciones presentan un carácter ritualizado. Como todo lo ritual, la fiesta implica comportamientos simbólicos y por tanto colectivos, con cierta tonalidad repetitiva, enmarcados en ciertos patrones de acción normativa.

Todo ritual, la fiesta misma, por tanto supone, símbolos, es decir, objetos, actos, relaciones o formaciones lingüísticas que poseen gran ambigüedad y multiplicidad de significados y evocan emociones e incitan a hombres y mujeres a la acción. Los símbolos son patrones estilizados de actividad que forman parte del estilo de vida de un grupo social o pueblo. Tienden a estar agrupados en el interior de ideologías, visiones del mundo, creencias que son compartidas y ritualizadas por grupos sociales específicos.

En la fiesta canaria se producen procesos comunicativos, se incrustan valores, creencia, formas de percibir el tiempo y el espacio, una visión del mundo, que son específicos. Se ritualizan las plantas, vegetales como el poleo o la albahaca, el pino o los matos de hayas. Los símbolos pueden ser objetos como un cesto, un arco o un corazón de frutas y tortas, un hachito de flores y fuego, una figura de hombre confeccionado con trapos y otros atarecos, la sardina o un icono como la Virgen del Pino, la Virgen de la Peña, la Virgen de los Reyes, o un santo como San Pedro, San Juan o San Antonio. Los símbolos, asimismo pueden estar asociados a acciones como la forma de tratar a un Judas, un haragán o un diablo. Y como tales objetos y acciones cobran su significado en el interior de rituales, en el contexto de sistemas rituales.

Page 4: Ensayo de las fiestas populares canarias

Así pues, la fiesta se presenta como la ritualización de una serie de cualidades, valores y fenómenos sociales tales como el sexo, el status social, el linaje, la generación, el poder político, el orden social. Es un modo de decir cosas y por tanto, contiene un elemento expresivo esencial, genera emoción, colorido, ritmo y resulta esencialmente gratificadora.

Como toda ritualización, las fiestas canarias tienen dos elementos constitutivos, que han sido denominados polo ideológico y polo sensorial:

Uno el polo ideológico o normativo, por el cual los significados del ritual tienden a referirse a componentes del orden social y moral.

Otro el polo sensorial relativo a los fenómenos y proceso que estimulan deseos y emociones.

El ritual festivo parece así constituir, ante todo, una práctica demostrativa. Estas prácticas explicitan contenidos por medios verbales y no verbales, desde una oración o alocución dirigida a un objeto o imagen hasta un sistema de gestos y movimientos pautados. Generalmente son elaborados en forma de danzas, el uso de una indumentaria y parafernalia, la utilización de ofrendas y sacrificios, objetos decorativos y artísticos entre los que se incluyen la música, el adorno de las casas y calles.

La fiesta canaria implica, a través de la ritualización del espacio y el tiempo, la unión de la comunidad de vivos y muertos.

Las fiestas además, son la ocasión y el medio para potenciar, emotiva y simbólicamente, la actitud de crítica social hacia dentro y hacia fuera del grupo social. En toda fiesta, además del polo ideológico se desarrolla un intenso polo sensorial participan en la fiesta. La fiesta canaria, así, a través, del ritmo del sonido, de la polución y la suciedad, del color y el olor a poleo, la albahaca o el pino, agudiza la sensibilidad, favorece el trance, a la vez que constituye una ofrenda simbólica.

En cierto modo, toda la fiesta canaria tiene un poder catártico, pasional, purificativo y de liberación, con valores estéticos ineludibles.

Otro rasgo de la fiesta es que regula el tiempo laboral y el tiempo en general estableciendo mediaciones entre tiempos de trabajos. Multiplicidad de refranes pone en relación el ciclo festivo canario y el ciclo anual de actividades agrícolas. Por San Andrés se tapan los vinos, por el Cristo se plantan las papas del invierno, entre otros.

Fiestas y trabajos, no parecen, sin embargo, constituir dos polos antitéticos. Las fiesta sólo son ocio, tiempo libre, en la sociedad urbana y moderna. Los campesinos canarios cambian de ritmo en la actividad festiva, pero siempre hay tiempo para dar vuelta al ganado, para ojear los cultivos o asistir a una feria de ganado e intercambiar animales o comprar tierras. La fiesta es, en cierto modo, otra forma de trabajo, sobre todo doméstico, un compás de espera, el complemento necesario para el trabajo

Page 5: Ensayo de las fiestas populares canarias

diario.

El ritual, la fiesta en sí misma y por sí misma, diría CL. Levis Strauss constituye un objeto distinto de la mitología y por tanto tiene características específicas. Una leyenda, un mito, una narración sobre la aparición de una Virgen es la ocasión de celebrar una fiesta, pero está presente propiedades específicas a nivel de palabras, pero también ésta presenta propiedades específicas a nivel no sólo de palabras sino también de gesto, y objetos manipulados.

Sin embargo, en Canarias se ha optado por desarrollar y privilegiar ante todo un sistema ritual y festivo fundado en realidades cíclicas o estacionales.

En este caso, las fiestas canarias, específicamente las fiestas populares se hacen referencias a una participación amplia de capas populares, aunque éstas tengan una expresión espacial específica. Así durante los Carnavales, en Canarias se combinan los espacios restringidos (casinos) con carácter de clase, y los espacios públicos de plaza (por ejemplo el Caso del Carnaval), donde se unifican personas de diferentes sectores económicos y sociales. En las fiestas del pueblo es posible que los protagonistas sean de clase media, mientras las altas observan como espectadores, desde su posición privilegiada en los balcones.

Sin embargo, es el factor de la participación y vivencia lo que define una fiesta popular, es decir, en el análisis antropológico de las fiestas, tras la aparente maraña se esconden de un modo más o menos relevantes una distribución del espacio ritual y formas de control de símbolos por parte de los grupos sociales que en ellas participan.

Es significativo a este respecto cómo muchas fiestas renuncian explícitamente a las ayudas económicas oficiales ya sean del municipio o del Cabildo, aceptando éstas sólo para garantizar la reproducción de las mismas o aumentar con nuevos actos el esplendor de la fiesta. En Tejina (Tenerife) con ocasión de la Fiesta de los Corazones, el apoyo económico será destinado para que los niños puedan celebrar su fiesta chica o para comprar fuegos. “Las actividades centrales rituales en las fiestas son costeadas con el dinero y el trabajo del vecindario y las donaciones particulares, obtenidas de casa en casa por toda la comarca y entre los emigrantes.

Por otra parte, Canarias han sufrido un proceso de transformación socio-económica que desde los años 60 han provocado una tendencia irreversible hacia la homogeneización de la vida social. A consecuencia de este cambio socio-económico (la disminución de la población envejecida en las zonas rurales, el avance progresivo de la urbanización en todos los sectores, la agricultura a tiempo parcial, y un mayor índice de modernización y consumo, son otros tantos datos que muestran esta situación). Estos cambios en las sociedades canarias también ha dejado sus influencias en las fiestas populares donde son planificadas desde arriba y pretende colocar la mediocridad, el atontamiento y la manipulación como impulsos originales del acontecer lúdico y con ello sólo se consigue denigrar de raíz la esencia misma del acontecimiento festivo. La fiesta se ha industrializado para pasar a una fiesta enlatada, dispuesta para el consumo.

Page 6: Ensayo de las fiestas populares canarias

Sin embargo, las ciudadanías se resisten a ser una pieza de la fábrica social, y genera constantemente sentimientos de solidaridad; los lazos de la vecindad, se refuerzan y diferentes tipos de amistad, de relaciones informales, no contractuales, invaden la vida social. Una de estas manifestaciones más vivas en Canarias se revela en la proliferación de fiestas, tanto en barrios urbanos como rurales. Muchas fiestas han desaparecido, pero otras perviven, tomando nuevo sentido y significado, generándose un verdadero proceso de revitalización y robustecimiento de las mismas.

Ahora bien, las fiestas que defienden una integridad e identidad canaria, es decir, como fiesta de carácter étnico que, a pesar de celebrarse en una localidad, son asumidas y utilizadas por un amplio sector de canarios como la fiesta regional o nacional por excelencia, es “la fiesta de La Rama”.

La fiesta de la Rama se celebra en Gran Canaria. Describe los elementos simbólicos y rituales, los actos de la gente y la manera como los perciben e interpretan. Se tiende a no construir las ideologías, sino a mostrar sus diferencias y su articulación.

La multiplicidad de versiones de la Rama en diferentes pueblos de la isla otorga a la Fiesta un valor por encima de lo local, para integrarse en un mecanismo de identidad étnica. Sobre la base de una supuesta tradición aborigen perpetuada históricamente, los ideólogos comarcales construyen una interpretación basada en el pasado.

La fiesta de la Rama del Valle de Agaete se celebra todos los años el día 28 de Junio, víspera de San Pedro. Pero el 27 de Junio es cuando se inicia el ritual, desde las 12 de la noche, hora en que los romeros suben al Monte de Tamadaba a recoger la Rama. Desde la Plaza de San Pedro la Banda de Agaete comienza a tocar:

La gente se reúne a bailar. Bailan con los brazos en alto, en corro. La banda toca, aproximadamente 20 minutos en la Plaza, Se hace una hoguera, se tiran los voladores y la caracola suena anunciando la partida. La separación del pueblo es progresiva. El itinerario es siempre el mismo. Unos años a la luz de la luna, otros con linternas o los hachones encendidos, los romeros hacen la subida.

La ascensión se hace por un camino que conduce a parajes de cultivos, eras y frutales. Se pasa así por la Era y la acequia del Molino. Pronto se llega a la cabeza del barranco del Molino donde se encuentra la Gotera, donde la gente se para a beber agua de un pequeño remaniente. El contacto con la naturaleza es cada vez mayor. Desaparecen los cultivos de pan sembrar, hoy exiguos y aparece la vegetación xerófila de tabaibas y verodes. Se llega a la gran Era de Berbique sobre la una y media, donde se descansa. A continuación tras un corto trayecto junto, los romeros se separan pues existen tres caminos:

El de las bestias, que hoy sólo es transitado por un grupo de iniciados. Jóvenes, el de la tubería, más empinado, por donde suben los muchachos. Otros que dando un rodeo por una vegetación de helechos, es más largo pero menos

cansado por el cual suben los no iniciados, dirigidos por algunos conocedores del camino.

Page 7: Ensayo de las fiestas populares canarias

Sobre las tres y media de la madrugada todos los romeros descasan en dicho lugar, al pie mismo del Pinar de Tamadaba. Sólo los romeros que conocen bien el Pinar suele reunirse un poco más arriba, en algún coso o alpende. Se enciende fuego. Los romeros comen, beben, cantan y muchas parejas se apartan en alguna de las cuevas cercanas. Se consumen pocas viandas: gofio, mojo, papas arrugadas, pan bizcochado, todo en poca cantidad. Una comida austera, en medio de una completa reciprocidad, pues muchos romeros no llevan apenas comida. Con canciones y parrandas, unos se mantienen despiertos hasta el amanecer, mientras otros intentan dormir. El frío se cuela por los huesos.

Con el amanecer sobre las seis y media, se termina la subida. Una vez que los romeros escogen sus ramas, al cogerlo con la supervisión de los guardamontes gritan, chillan los ajides, con un ¡Viva San Pedro, bendito!

Inmediatamente comienza la bajada de la Rama y el pueblo ya es están preparando para el baile de la Rama. Preparan el desayuno (café con leche, caldo de gallina) para ir al encuentro de los suyos. Sigue el descenso hasta llegar a las nueve y media a la Era del Molino, en las afueras del pueblo. A partir de Berbique la única parada es en la fuente del Barranco de la Gotera. En este lugar, tiene lugar la reintegración, los romeros caen exhaustos mientras son atendidos por la comisión de fiestas (bocadillos diversos) y las familias, especialmente mujeres. La Era del Molino, es el lugar del descanso para los romeros, donde se preguntan si faltan muchos para bajar. Se espera la llegada, en torno a las 10 de la mañana, de la banda de Agaete con gente del pueblo.

Comienza la danza. Un verdadero bosque se pone en pie. Unas cien personas con enormes y bellos ramos de eucaliptos, pino, poleo, laurel salvaje, tomillo, romero, junquillo, mimosa, rodean a la banda y solo la dejan avanzar lentamente..

Es el momento más emocionante para los romeros. La banda toca canciones como la Madelón y pasacalles a ritmo de marcha, mientras los romeros dan saltos con los brazos en alto, y agitan los ramos. Llegan a la acequia del Molino, donde se le agrupa más gente y alas que se reparten rama.

Minutos después entran en la comitiva los papahuevos de Agaete que representa los personajes de la Villa, asociados a profesiones con significado negativo.

Se llega al casco de San Pedro y cada vez baila más gente, tratando que los músicos vayan más despacio ya que la llegada a la Plaza significa el final de la Rama. Alrededor de las tres y media o cuatro de la tarde, San Pedro en la puerta de la iglesia recibe a su pie los ramos, quedando materialmente tapado por la rama. Sólo el poleo y el laurel son depositados en las casas por las gripes y condimentar la comida. Tras recorrer aprisa si rama la calle principal hasta el paraje de las Cuevecillas, la comitiva se diluye regresando a sus casas para almorzar y descansar.

Otro aspecto a destacar de las fiestas son las bajadas, culturas, insulares y el simbolismo que se manifiestan en ella. Las fiestas populares o bajadas culturales es un ritual insular. Estos rituales insulares más importantes se celebran en la isla del Hierro. La bajada en esta isla, se celebra la fiesta de la Virgen de los Reyes. La tradición

Page 8: Ensayo de las fiestas populares canarias

cuenta que un día de Enero, los pastores que estaban en la Montaña de las Cuevas (La Dehesa) vieron en la bahía de Orchillas un velero que salía pero volvía a entrar, y eso varias veces. Viendo esto se acercaron los pastores al mando de su alcalde, que se llamaba Bartolomé de Morales, y les dijeron que tenían una imagen, que si querían quedarse con ella. El alcalde dijo que si, y el de la nave les pidió carne y queso. Entonces los pastores subieron la Virgen al Lomo Bermejo, donde hay una cueva, “El Caracol”, que se la prepararon para la Virgen; y dicen que por la mañana apareció en un valle de al lado, mirando hacia el mar. Allí le hicieron el santuario. En 1546 apareció la Virgen de los Reyes. En 1577, se le construyó el santuario.

La Bajada de la Virgen de los Reyes, es cada cuatro años, recorre 40 km, desde la ermita de la Dehesa hasta la Villa, donde la imagen permanece durante un mes, visitando cada pueblo durante unos días y regresando de nuevo a la Iglesia Matriz. El camino de la Virgen, trazado sobre antiguas rutas de los pastores hacia la Dehesa, no coinciden con la carretera, salvo contadas excepciones. Atraviesa la isla de Suroeste y Noreste, y según los campesinos deben ser respetados tirando las paredes de los cercados y pisando los sembrados que se interpongan a su paso.

Un hecho que refuerza la idea de un ritual no estrictamente religiosa es que la Virgen es entregada al pueblo, de tal modo que desde la salida de la ermita el clero desaparece y el intermediario hasta la Piedra de los Regidores es una cofradía compuesta por autoridades insulares. Esta cofradía ha sustituido al Alcalde de la Dehesa, que presidía la comitiva, indicando el camino exacto a recorrer. Con ello se intentó controlar ideológicamente y también políticamente, una institución, una fiesta popular. La religión local, la religiosidad popular, se afirma así frente a la religiosidad oficial.

Durante el trayecto, los bailarines, vestidos de mujer, según la apreciación campesina, llevan pantalón, falda y camisa blanca, corbata y faldellín rojo. Baila sin parar a través de todo el trayecto al ritmo de los pitos y tambores, estimulando por la bota del vino del pastor o de las gentes que los acompañan. Llevan gorro blanco, con prenda de oro, nácares, plumas de pardelas, pétalos de flores y cintas de color. Todos son hombres y sólo una mujer baila con ellos, vestida de paisano, por promesa. Los ritmos de la danza van desde el baile de la Virgen al tajaraste, pasando por la contradanza, redondo, paso cumbre y la hullona. La Virgen es portada por varias personas, turnándose en sus andas y enarbolando la bandera blanca, símbolo de la unidad herreña. Luego, la Virgen de los Reyes será depositada en su santuario donde los herreños ofrecerán múltiples ofrendas por las promesas realizadas.

Como en todo ritual, se dramatizan las oposiciones locales, se exalta la unidad y se ocultan las diferencias de clase. La fiesta de la Bajada deja de ser así un fenómeno religioso pare ser un fenómeno social, una fiesta y ritual popular, a través del cual se afirma la identidad.

Otra fiesta a nivel local que fomenta la segmentación social interna aprovechando accidentes geográficos (un barranco, la altitud, la situación a un lado u otro de la iglesia), son las fiestas de los Corazones, de Tejina (Tenerife).

Los Corazones de Tejina es una fiesta que tiene lugar a finales del mes de agosto.

Page 9: Ensayo de las fiestas populares canarias

Comienza con una procesión del santo patrono, San Bartolomé. El pueblo permanece a oscuras, siendo sólo iluminado por las ruedas y cohetes de las promesas y por una brillante exhibición pirotécnica que tiene lugar sobre las laderas de la Tejinilla. Como final de la fiesta, tres días después se quema el Haragán. El ritual de la fiesta alcanza el clímax cuando los Corazones, confeccionados celosamente en cada barrio son paseados al son de las parrandas y alzados en la plaza de la Iglesia. El programa festero comprende otros actos, religiosos como la liturgia del santo y populares como verbenas, juegos de bolos y petancas, partidos de fútbol, campeonatos de dominó, fiesta de arte, y conciertos, festival infantil de trajes, batalla de flores, homenaje a la vejez y el Cinturón Ciclista.

Ahora bien, el Corazón es un armazón de madera y/o hierro que se revisten con cañas y ramas de haya, sobre el cual se habrá de colocar una hilera de frutas por los bordes y en las líneas que dividen el Corazón en forma de cruz latina. En el interior, tortas de pan ácimo y enormes racimos de uva. La estructura completa consta de dos corazones denominados corona. Los motivos de las tortas pueden ser religiosos (Virgen, Cruz), mundo exótico (goleta, castillo, indio, salacot), mundo animal (mariposa, centollo, cangrejo, avispa). El tema vegetal y agrícola es el más abundante (rosa, drago, florero, lagar, mazorca, plátanos). Los bordes del Corazón se recubren con una tela roja y gualda que llaman cortina.

Cada barrio saca su Corazón, tendido horizontalmente, a hombros de unas 24 personas todos varones. El cortejo abren seis niños, portando cada uno una bandera roja y gualda, que serán adosadas al Corazón.

En la elaboración del Corazón, sólo participan los hombres. Las mujeres colaboran haciendo café o el caldo para ofrecerlo a los que trabajan o a los mirones. Pero son ellas las que confeccionan el ramo, participan en las parrandas y entretejen la dinámica de la interacción social durante esos días.

Se cuelgan los Corazones y se reaviva la hostilidad. Al atardecer del día siguiente se descuelga la fruta y las tortas. Los jóvenes se arremolinan para obtener un trofeo. Un día después, por la tarde, concurso de parrandas. El pique alcanza su cenit. Más tarde, cada corazón es portado hacia el barrio correspondiente, donde se celebra una verbena. En este caso, los corazones trascienden lo festivo. Son un símbolo de identidad. Así por encima de las clases sociales, de la estratificación económica, constituyen parte fundamental del emblema de las diferentes organizaciones tejineras

Otras fiestas son las consideradas como fiesta mayordomia donde da importancia a la legitimación socio-económica de clases. En este caso, organizar una fiesta, participar en ella, supone necesariamente gastos económicos a menudo desorbitados.

Las fiestas donde el mayordomia está presente, es en la fiesta del Ramo, en la isla de la Gomera y en segunda lugar, la fiesta de Pares o Nones y la Virgen del Socorro.

La fiesta del Ramo tiene lugar el día 16 de Agosto y cada año se celebra en Arure (La Gomera) una fiesta de profunda raigambre tradicional. Arure, cuna de Hupalupa, mencey de aborigen fue cabeza de municipio hasta 1941en que se cambia la sede del ayuntamiento a Valle Gran Rey. El símbolo en estas fiestas, un santo, San Salvador

Page 10: Ensayo de las fiestas populares canarias

bendito patrón del ganado. En torno a él giran las promesas, como donar el dinero producto de la venta del mayor queso que se haga en el año. Pero si esta es importante lo es más la ofrenda de El Ramo, confeccionado en honor y promesa al Santo.

El Ramo es un pequeño árbol, de unos 30 kgs de peso, formado por un tronco de caña dulce forrado con helechos de monte y adornado con flores (flor de mundo, geranios), piñas de maíz tierno, plátanos, aguacates, melocotones diversos, higos picos rojos y blancos, higos de leche, ciruelas, manzana, duraznos, pepinos, mangos, uvas, pimientos dulces, peras borrachas (coscadas, amarillas y finas), queso duro y botellas de miel de palma, todo coronado por una fruta grande y vistosa, una papaya o una piña de África. Todos los frutos son de la comarca, menos los pepinos.

Una familia hace el Ramo, encarga la misa, compra los voladores y brinda a los que ayudan a confeccionarlo y los tocadores de tambor desde las 9 de la mañana hasta las 12 horas. Los frutos son seleccionados por el autor de la promesa, pero generalmente ofrecidos gratuitamente por agricultores de Arure, Valle Gran Rey y Taguleche. El Ramo lo confeccionan en familia, asesorados por un especialista y ayudados por amañados. El cabeza de familia dirige la operación. Las mujeres atienden la mesa, pero no participan en el ritual de la construcción del Ramo. El Ramo, colocado sobre una peana es llevado a las 12.30 horas por la familia a la Iglesia, seguida de los tocadores (tambores y chácaras). Es colocado al lado derecho del altar. Tras la misa se sale en procesión al corso de la imagen del santo y precedido por el Ramo, tocadores y bailarines de ambos sexos vestidos de paisano cantando un romance, con el siguiente pie:

¿A dónde vas de romería? Donde otros tiempos solía.

A orillas del mar soberbioLloraba un niño pequeño.

A las tres de la tarde el Ramo es llevado por el autor de la promesa, rodeada de familiares y tocadores en dirección a la casa del que lo confeccionará el año próximo.

El ramo queda en la nueva familia. Allí será consumido. El año próximo lo repondrá, entregándolo bendecida a otro vecino. Por la tarde, los jóvenes que han organizado ventorrillos y otros actos, recreativos, tendrán baile hasta la madrugada.

En general, el ritual es obra de una familia, pero el símbolo, único a través de los años, identificando a los vecinos de Arure entre sí. En cierto modo es a la vez la ofrenda de una familia y de todo el pueblo.

El santo está asociado al ganado. Aunque el Ramo aporta el queso, la ofrenda es de flores y frutos de la comarca. Las promesas giran en torno a la salud, agradecimiento por los negocios.

“El papel de los emigrantes es importante en la fiesta, pues son ellos los que a menudo patrocinan el ritual, los que ofrecen promesas. Pero dado que la fiesta es anual, la reposición del Ramo será efectuado principalmente por los emigrantes a Tenerife. El

Page 11: Ensayo de las fiestas populares canarias

dispendio económico no es alto, entre diez y veinte mil pesetas sin contar con horas de trabajo y preocupaciones. Se trata, así de una legitimación social, colectiva, de la riqueza obtenida en la emigración, a la vez que una promesa individual o familiar al santo. Se trata de legitimar el status adquirido de la persona que es proveniente del pueblo gomero.

Respecto a la fiesta de la Virgen del Socorro o pares y nones (Güimar) se ritualiza el status adscrito.

La Virgen del Socorro es la patrona de la comarca desde Arafo a El Escobonal. Cada año, el 7 de Septiembre se celebran las fiestas del Socorro, trasladándose la imagen desde el templo parroquial de San Pedro a las cercanías de la playa de Chimisay, donde está la ermita. A las 6 de la mañana se toca la diana a repique de tambor y campañas, los romeros se concentran en la plaza del pueblo, al pie de la Iglesia.

La comitiva va presidida por el mayordomo y acompañada por numerosos romeros, algunas carrozas y fieles que portan en sus manos matos de albahaca, cultivados especialmente en los huertos de sus casas para ofrecérselo a la Virgen y adornar el interior de la ermita.

La Virgen permanecerá un día en la ermita, a las cuatro de la tarde del día siguiente regresará a la Parroquia. Muchos romeros quedarán en la playa para bañarse, pues hacerlo ese día es bueno para la salud.

Por la noche, muchos romeros regresan a sus respectivos pueblos, especialmente los de la Orotava que cruzan el monte a pie o se trasladan en camiones, guaguas o coches particulares.

En general y a grandes rasgos, la fiesta, es por tanto, un mecanismo de liberación catártica, que restablece el equilibrio social. Asimismo, es ocasión de reparar el desgaste cotidiano de energías físicas y mentales.

No obstante, las fiestas canarias también pueden ser clasificadas desde un enfoque estacional, es decir, fiestas invernales, primaverales y de verano.

a) El invierno: Las fiestas de invierno tal como lo describe Alberto Galván Tudela son:

a) El ruido, los carros y las tablas de San Andrés: El año consagrado a los trabajos y a los días campesinos comienzan en Canarias a finales de septiembre y principios de octubre, tras la vendimia, como dicen los campesinos de Tenerife, por el Cristo, cuando se plantan las papas invernales. Al inicio del invierno, por San Andrés, el ruido hace su aparición como forma de exorcizar el mal tiempo que se avecina, los maleficios y presagios, la noche invernal mientras se prueba el vino nuevo.

En la noche del 29 al 30 de noviembre por la fiesta de San Andrés, se tapan, los vinos

Page 12: Ensayo de las fiestas populares canarias

en Canarias. En El Valle de Orotava y el Puerto de la Cruz (Tenerife), los cacharros hacen su ruidosa aparición. Mientras esto sucede en el Valle, un poco más al noreste de la isla, en San Juan de la Rambla, la Guancha e Icod, se celebra el llamado carro de San Andrés. Veamos concretamente, las variantes del Puerto de Cruz y de Icod. En el valle, mayores y chicos tiran de un alambre o soga en cuya extremidad se coloca un objeto, desde una lata de sardinas al esqueleto oxidado de un viaje lavadora, una bañadera, un bidón o la chatarra de un coche. Todos estos cacharros se amontonan en espera de la víspera del santo. Se van engarzando en una larga verga para formar una gran serpiente de hojalata, por la que luego se tirará para arrastrar los cacharros y hacer el mayor ruido posible. La competividad entre niños y grandes es decisiva. Al caer el sol, empieza el ruido, el olor a las castañas asadas y el vino nuevo. Se ponen las batatas al fuego. Se van asando el pescado salado y se prepara el mojo pichón. Al terminar la cena, se sale a correr el cacharro, a hacer ruido.

En Icod, es la fiesta de las Tablas o del carro de San Andrés. Niños y grandes se montan en unas tablas untadas con aceite, cebo de cerdo, grasa, cera, o babas de penca de tuneras se lanza calle de abajo a toda velocidad. En muchos casos llega el dolor, heridas o caídas peligrosas a causa de un saliente de la calle, el choque de dos carros. Pero los gritos de los corredores, la multitud de lesiones y la alegría o el pánico de los espectadores, lo convierten en divisa de un día diferente. En Icod, la fiesta está asociada al bautizo del vino nuevo. El vino que ha estado en las barricas desde las últimas fechas de septiembre y primeras de octubre, con sus hervores y ruidos, es por fin estrenado entre el jolgorio de la familia y los amigos.

En estas fiestas participan chicos y grandes, hombres y mujeres. No existe comisión organizadora ni inscripción para participar. Solamente el Ayuntamiento habilita una ambulancia, cierra las calles al tráfico y mantiene la luz eléctrica hasta que termine el ritual a altas horas de la madrugada.

Además, por San Andrés lo viejo, lo irreversible, los cacharros en suma, serán recogidos tras dominar las calles de la ciudad que quedará purificada. Las mujeres, especialmente las casadas, utilizarán pantalones viejos de su marido, sin duda para ocultar partes de su cuerpo pero invirtiendo los signos de su sexualidad. De este modo, el ruido rompe en silencio, la noche. Los niños domina el espacio de los hombres, las mujeres en cierto modo se travestizan, el alumno se libera del poder del maestro y de la autoridad. Si las fiestas canarias del verano son expresión de la fecundidad de la naturaleza, las invernales están teñidas por la subversión de lo socialmente establecido.

Otras fiestas invernales son las Misas de Luz. Se denomina Misas de Luz porque tenían lugar a la aurora en las horas de la primera luz como prefigurando el hecho inminente del parto de María, de su alumbramiento. El niño que va a nacer romperá las tinieblas, las horas donde diablos y brujas andan sueltos, porque él es la luz del mundo. En esos días solía haber cantos de villancicos que en muchas iglesias eran acompañadas por música de cuerdas. No faltaban a estas misas los niños, cada uno con una flauta de caña, confeccionada con tres agujeros en la parte baja para regular con los dedos las distintas melodías que el compás de un tambor y las castañuelas marcaban a intervalos de tiempo desde el coro por indicación del sochantre.

Page 13: Ensayo de las fiestas populares canarias

La noche del 24 de diciembre se celebra la misa del gallo, a las doce de la noche con el primer canto del gallo. Durante la misa del gallo se cantaban villancicos que en la zona de Anaga (Tenerife) se denominan el arrullo. Como final de ceremonia tenía lugar el Baile del niño, realizado por jóvenes vestidos de pastores y trajes típicos o simplemente con camisa blanca, pantalón negro y fajín o banda roja. Se efectuaba delante del recién nacido, con procesión alrededor de las naves de la Iglesia, con movimientos rítmicos, por lo general al compás de un tambor, castañuelas y flautas. En Tenerife, hoy en día se baila en Tanagana y La Matanza. En estas dos localidades el ritmo musical es el tajaraste, donde participan entre ocho y veintidós hombres, respectivamente. Tocan el pandero, tambor, flauta, triángulo, pandereta y castañuelas al son de:

Jupa, la JapaPalomita mía,Jupa la japa,

Que viene el día.

Tajana pa cá, cha María.Tajana pa cá, cho José.

La interacción social familiar se acrecienta durante estas fechas. En Canarias, hoy se acostumbra a cenar en familia durante la Nochebuena y almorzar en Reyes. Con los amigos, en una casa particular o en casinos, clubes, hoteles, salas de fiestas, se pasará el fin de año. La familia se concentra. La residencia neolocal, según la cual casado casa quiere, se rompe durante estas fechas. El linaje, el grupo de parentesco se concentra en la casa paterna. La residencia patrilocal se refuerza y la interacción social familiar es la ocasión para recordar a los antepasados Hospitalidad y reciprocidad de regalos presiden las fiestas.

Respecto a los carnavales canarios: Los carnavales comienzan después de dos fiestas estrechamente relacionadas con la purificación. Se trata de San Antonio Abad, el 17 de Enero y la Virgen de Candelaria, el 2 de Febrero. En estas fiestas se purifican los animales a través de su bendición y se ofrecen en promesa la luminaria de las candelas y los exvotos de cera.

Se han establecido múltiples hipótesis sobre la génesis de los Carnavales. Para unos, datan del siglo XIX, guardando relación con carnes levare (abandonar el uso de la carne) o carni vale (adiós a la carne). Para otros, los Carnavales derivan de los juegos, nauforias y naumaquias romanas (carrus navalis).

Sin embargo se puede considerar que el carnaval canario es así el cenit de la destrucción del frío, del invierno, a través del ruido, del desorden, los cantos, la licencia sensual.

En este caso, el carnaval constituye esencialmente el ritual de inversión simbólica por excelencia. Toda inversión supone poner las cosas, el orden, las relaciones sociales, al revés. Es sinónima, en el aspecto literario de nociones, como ironía, parodia, paradoja,

Page 14: Ensayo de las fiestas populares canarias

comedia. Esta inversión simbólica se expresa en los hombres de las islas que se convierten en mujeres, los grandes en niños y viceversa. La crítica social y política se desencadena sin miramientos sin ninguna influencia partidista en sus comentarios.

Estas fiestas tienen lugar en la ciudad, donde el espectáculo y la participación, tienen un carácter más bien público, callejero.

Un aspecto importante a destacar de los Carnavales son sus festivales artísticos-musicales en el que destaca la elección de la Reina. En Santa Cruz de Tenerife, el festival se celebraba en el Teatro Guimerá, cuya adecuación, preparación de bocetos y decorados, etc. Comenzaba a llevarse a cabo desde unos seis meses antes.

El Carnaval santacrucero puede considerarse hoy, sin duda, como una fiesta de identidad no sólo urbana sino insular. A su vez, es el Carnaval capitalino el que desde hace años alienta no sólo los Carnavales del interior de la isla sino también de todo el Archipiélago. De este modo, el Carnaval santacrucero ha sido un elemento difusor y revitalizador de las fiestas en todo el Archipiélago, pues a pesar de las prohibiciones durante la dictadura, siguieron celebrándose, tomando en el periodo de 1961-1976 la denominación de fiestas de invierno. De ahí que junto al interés por el espectáculo de ese día y la elección de la reina de las fiestas, toda la isla espera ver en acción a las murgas. Las murgas inician una etapa de enorme popularidad pero las letras picantes y críticas, quizás más mesuradas, siguieron siendo el elemento más significativo de las mismas. Sus letras hacen referencia a la vida loca y nacional. En cierto modo representan las opiniones, inquietudes y protestas de amplios sectores de la población, teñidas de un fino humor y gracia satírica.

Los Carnavales terminan con la Piñata Chica, el sábado y domingo siguientes al martes del Carnaval. Esta piñata Chica ha evolucionado al entierro de la sardina. Ya no es un machango ni una sardina de verdad. Es una procesión, en la que se porta una pandorga con una enorme sardina que más parece un tiburón montada en su palanquín o sentada en su gran trono rojo, rodeado de cuatro gruesos cirios. Con lágrimas y llantos esperpénticos, las viudas desconsoladas recorren durante cinco horas las calles en Santa Cruz. Se cuentan por cientos de personas que participan. Gente de mediana edad, jóvenes y muchachos, hombres y mujeres, lloran sin cesar y dirigiéndose hacia el público muestran su embarazo sin haber podido gozar de la sexualidad. En este caso, la gran sardina se la destruye mediante el fuego de la hoguera para acabar con la lujuria y las pasiones que se han desatado en esos días.

Por último, la quema de Judas en Canarias también integra las fiestas de invierno en Canarias. Se celebra en Semana Santa pero mientras que hace algunos años terminaba en sábado santo, hoy culmina el domingo en Resurrección. De tamaño gigantesco, los ropajes bíblicos, era paseado por los patios de dicha casa, escoltado por los niños, que llevaban antorchas para después de un juicio en que se le ponían un letrero que decía por traidor, ser condenado al fuego. Mientras se está quemando y junto con el estampido de las tracas, no dejan de oírse los compases de música. Al finalizar la quema, los constructores se reúnen para festejar la fiesta con ron, vino, refrescos, y taperío, y música de guitarras y timples hasta las primeras horas del amanecer.

La quema del Judas, el Domingo de Resurrección, preludia la primavera, la

Page 15: Ensayo de las fiestas populares canarias

fecundidad de la naturaleza a la vez que sirve para intentar destruir simbólicamente el pasado, el invierno, y abrir la puerta la posibilidad de un periodo nuevo, social y culturalmente.

b) La primavera: En el mes de Marzo se dan múltiples actividades agrícolas. En este caso, la flor simboliza la primavera y el mes de Mayo es el mes de las flores. En el caso del mes de Mayo se festeja, pues el esplendor de la vegetación y el amor, que culmina en las fiestas de San Juan. Veamos pues, como se celebran la fiesta de la cruz, el Corpus y San Juan en Canarias.

La fiesta de la cruces centran gran parte de las actividades festivas, en muchas regiones de la Península y Canarias. Las cruces de las plazas y caminos son adornadas con flores. En las ciudades desde hace años se efectúan concursos premiando a las más vistosas cruces de los núcleos vecinales.

En la isla del Hierro, el día de la Cruz, a las diez y media, tiene lugar la salida, encontrándose a la mitad del camino las dos cruces. Cada una va acompañada por su alcalde pedáneo, los vecinos pueblo y sus bailarinas danzando. La cruz es portada por las muchachas solteras, de derecha a izquierda, y de adelante atrás, según la edad de las mismas. Según afirman, son los cuatro evangelios.

La cruz de las Casas lleva, pues, siempre la derecha y la llegar a la Iglesia, tiene entrada preferenciales sentándose sus vecinos en los escaños de la derecha. Tras la misa, los bailarines, todos juntos, bailan delante de las Cruces y la Virgen de la Paz, patrona de la comarca. Salen procesionalmente, subiendo hasta la cruz, que se encuentra en una confluencia de calles, en lo alto del pueblo. Allí se le dicen algunas loas por vecinos del barrio, descendiendo luego hasta la Iglesia por un recorrido diverso. Al terminar la procesión, sobre la una de la tarde, una de las cruces queda en su núcleo en la plaza que rodea la ermita y la otra regresa a las Casas donde hace escasamente diez años se construyó su ermita. Se coloca al lado derecho de la entrada, sobre una mesa adornada de tules, telas finas y flores. Toda la tarde los vecinos de cada barrio se visitan mutuamente, familias residentes en la isla visitan a sus padres.

Respecto a la fiesta del Corpus se trata pues, de una fiesta de la sangre que por asociación con las flores y sus alfombras, se convierte también en fiesta del despertar de la naturaleza. Sangre primaveral que se transforma en rosas.

En el caso del Corpus en las grandes ciudades como la Orotava y La Laguna se seguían practicando hasta la actualidad. En la ciudad de la Orotava, poco a poco las grandes familias tejen también alfombras frente a sus respectivas casas.

En la villa de la Orotava, desde el amanecer, padres, hijos y nietos comienzan en entretejer en diseño elaborado hace semanas. El trabajo de confección es esencialmente masculino. El diseño ya que las calles están empedradas, se hace sobre el papel o esteras. En los sitios difíciles, es decir, en curvas, se hacen corridas. Los sitios menos vistosos y muy de paso son dejados a los chiquillos que asimismo hacen su alfombra. Sobre todas las alfombras, destaca la de la plaza del Ayuntamiento. Esta, por oposición es confeccionada con tierras de diversas tonalidades, obtenidas en las zonas altas y en las Cañadas del Teide. Tiene mayor dimensión, pues ocupa toda la

Page 16: Ensayo de las fiestas populares canarias

plaza y constituye un tríptico con diferentes episodios bíblicos. Destaca por su profundidad, pareciendo que las figuras son confeccionadas en relieve.

El recorrido de la fiesta del Corpus en la Orotava es una procesión que sale de la parroquia de la Concepción, comenzando su trayecto por las casas aristocráticas. Tras llegar a las proximidades de la Casa de los Balcones, recorre la zona de la burguesía. A continuación para el centro de la plaza del Ayuntamiento. Continúa su recorrido llegando a otro punto muy estimado, las Cuatro Esquinas, donde se encuentran algunos comerciantes de la Orotava; desciende luego por el antiguo Casino, donde se confeccionan otra corrida, y así regresa a la parroquia.

Por último, las fiestas de San Juan en la etapa primaveral, cobra importancia el fuego y el agua que son los elementos simbólicos centrales en dicha fiesta. Esa noche coincide con el solsticio del verano. La secuencia ritual de esos elementos simbólicos es primero el fuego después el agua. Primero se queman las hogueras, los atarecos y atrabancos viejos. El agua purificadora coincidirá con el amanecer. El fuego es destrucción, el agua es principio de vida, de belleza, de fortuna. El sol del amanecer es principio de fecundidad.

En este caso, los sitios elegidos para hacer esas fogaleras de San Juan son normalmente lugares altos y en el centro de la plaza, representado la unidad vecinal y la identidad frente a los de afuera. Mientras, las hogueras de los barrios y calles ponen de relieve las tensiones internas, los problemas y aspiraciones de cada segmento de la comunidad.

c) La fiestas populares en verano: El verano se anuncia con los ritos solsticiales ligados a San Juan Bautista y en él abundan las solemnidades, las cuales, están estrechamente vinculadas a las labores agrícolas. En verano, pues se celebran las cosechas, que comienzan con la siega del trigo y de la cebada y al recolección de las papas del verano y termina tras la vendimia en septiembre. En este periodo se celebran:

Las romerías tienen un doble sentido doble. En primer lugar tiene una significación genérica, que implica ir de fiesta a un santuario, tanto lejano como cercano pero en que lo esencial es sacar al santo(a) o a la virgen y pasearla por un recorrido más o menos largo. Así, podemos ir de romería a la Virgen del Pino. En ellas, el conjunto esencial de la fiesta son carretas, comida, parrandas, jolgorio, canciones. En sentido estricto, estas romerías se celebran especialmente en la isla de Tenerife y La Palma. No están asociadas a una caminata, a una ermita o santuario lejano. Más bien se trata de ermitas que han quedado ya dentro del casco de un pueblo o villa y romería, aquí significa pasear durante algunas horas por sus calles.

Estas fiestas tienen mucha relación con los santos patronos. Ellos bendicen en los campos, las vacas y los ganados y aun todos los animales que son de granja tales como burros, cerdos, caballos e incluso perros. De ahí que un acto ritual en todas las romerías sea la bendición del ganado ante la puerta del santuario o ermita.

Por último, las visitas a las/los patrones/as se acuden por una enfermedad específica,

Page 17: Ensayo de las fiestas populares canarias

una dolencia, o cumplimentar pasadas promesas. En este caso, las fiestas patronales por tanto, hemos indicado constituyen un medio de dramatizar la cohesión social, la identidad de un pueblo, de un caserío, de una ciudad de una isla. El patrono pasa así a ser un símbolo. Tener una ermita o iglesia parroquial y aún cementerio parece el mecanismo básico, no sólo para identificar a un grupo sino también para diferenciarse de los demás.

Reflexiones:

Las fiestas populares en Canarias según Alberto Galván Tudela es considerada como una forma de organización socio-cultural que son desarrolladas por los mismos vecinos de un barrio o pueblo y que construyen dicho encuentro gracias las influencias que le ejerce el trasfondo histórico-religioso o ideológico propio de su territorio.

Estos encuentros festivales son lugares perfectos para charlar, compartir experiencias, desinhibirse, cortejar con otras vecinos/as o desconectar con las tareas diarias de las actividades agrícolas, ganaderas o de aquellos trabajos presentes en las urbes. Hay que destacar que las fiestas populares son de suma importancia para consolidar nuestra identidad porque permite expresar los rasgos musicales, gastronómicos, culturales, religiosos e incluso ideológico propio de nuestro pueblo. Si consolidamos cada una de las fiestas populares en nuestro territorio, podemos enriquecer distintos ámbitos:

a) Socio-cultural: consolida la expresión artística y musical de cada pueblo, previniendo su desaparición. Dicha expresión permite a los grupos folclóricos y a los mismos artistas ser participe de estos encuentros festivales para que puedan desarrollar sus bailes y canciones o bien para que puedan inspirarse y crear nuevas tendencias artísticas en función de los recursos que tengan en su entorno, y poder así adornar a los santos/as en los lugares sagrados.

b) Económico: La importancia de las fiestas populares son indispensables para el turismo rural o comarcal incluso para el turismo industrial, siempre y cuando dichas fiestas no se construyan exclusivamente desde la institución, es decir, hay que considerar a los mismos vecinos los protagonistas de ¿cómo quieren que se planifiquen las fiestas populares de su pueblo? y ¿qué finalidad quieren perseguir? Estas preguntas se deben de tomar en cuenta desde las instituciones para que las fiestas populares no se conviertan en una fiesta impuesta a la población, alejándolas y cosificándolas como mero consumidores. Por eso, debemos tener en cuenta que el papel del vecino con su ilusión e implicación, del pequeño agricultura y ganadero con su cultivo y ganado así como del pequeño empresario, con sus productos de marca de

Page 18: Ensayo de las fiestas populares canarias

origen, son los ingredientes fundamentales para reactivar la economía local y por lo tanto ser un reflejo turístico tanto en el ámbito comarcal, autonómico, nacional e internacional.

c) Religioso: El aspecto religioso es el elemento o el “espíritu” que forja gran parte de las fiestas populares presentes en Canarias. En este caso podemos ver que los mismos vecinos/as con su fervor sacan a sus santos/as de sus lugares sagrados para recorrerlos por el pueblo y garantizar bien el cumplimiento de sus promesas o la llegada de buenos tiempos para la agricultura y la ganadería. La explicación religiosa en nuestras fiestas populares ha tenido su legado hasta la actualidad, donde se ha podido interrelacionar con los intereses socio-culturales y económicos, dando consigo a un encuentro festivo enriquecedor. Esto ocurre en las fiestas de la Bajada de la Virgen de las Reyes en la isla del Hierro cuyos protagonistas son la misma Virgen, los vecinos de cada pueblo que conforma la isla, de los cuales, participan músicos, bailarines, pequeños empresarios que aprovechan para vender los producto locales y los mismos turistas que se quedan gratificados del ambiente festivo que se respira en ese lugar en concreto.

d) Ideológico: El ámbito ideológico permite reforzar la identidad local para evitar que sus rasgos sociales, culturales, económicos y religiosos no se vean tergiversados por tendencias socio-económicos como es el neoliberalismo o imperialismo impuesto por las grandes corporaciones en territorios concretos. En este caso hay que destacar que lo ideológico se alimenta de los ámbitos aplicados anteriormente. Además, el carácter ideológico de un pueblo debe ser transmitido por vía oral o escrito para que su memoria no quede en el olvido.

En este caso, estos ámbitos que se han descrito, están mutuamente interrelacionados y juegan un papel importante en la conformación de nuestra identidad, economía, religiosidad y espíritu de reivindicación. Este último elemento es importante para frenar posibles modelos que atenten contra la sostenibilidad económica y la identidad de nuestro pueblo.

Por otra parte, hay que destacar la valoración final de esta obra etnográfica realizada por Alberto Galván Tudela.

Alberto Galván Tudela elabora una clasificación detallada de las fiestas populares canarias que van desde connotaciones simbólicas, religiosas y estacionales que atrapa al lector con su análisis etnográfico acompañada de las mismas vivencias que ha tenido in situ en dichas fiestas (detalles sobre la historia de las fiestas, descripción sobre los protagonistas que participan en ella, las danzas electrizantes, los colores de los trajes típicos y los olores que desprenden en esos ambientes festivos). En esta descripción también destaca la gastronomía de la zona y los piques manifestados en las fiestas propias de los pueblos canarios, además de los cancioneros que se desarrollan en el trayecto de cada fiesta cuando acompañan al santo/a de una ermita a otra.

Es un campo de estudio que no se ha profundizado con rigor en la disciplina antropológica, aunque el análisis de las fiestas populares realizado por Galván Tudela, es un tema muy atractivo para el lector porque permite profundizar, cuál es el

Page 19: Ensayo de las fiestas populares canarias

contexto histórico de estas fiestas populares, cómo son, cuáles son sus protagonistas, cómo se organizan, qué características culturales se expresan, y cómo es su desenlace.

En conclusión, una obra de importancia etnográfica y digna de ser analizada y contrastada con otras investigaciones de carácter antropológico y sociológico, para ver desde otro enfoque las fiestas populares canarias como es el enfoque EMIC. Este enfoque permite centrar en la investigación la importancia del papel de la población autóctona en las fiestas populares. Con esto se consigue que esta obra pueda ser empleada como elemento divulgativo para un nuevo turismo en las islas, un turismo rural y sostenible. Si se fortalece este nuevo modelo turístico puede cobrar importancia a nivel a nivel autonómico, nacional e internacional pero sin alejarse de la conservación de nuestro patrimonio cultural que conforma nuestra identidad.