Entremeses de Cervantes

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Grupo de teatro Centro español 1 ENTREMESES DE CERVANTES Dedicatoria at Conde de Lemos Ahora se agoste o no el jardín de mi corto ingenio, que los frutos que él ofreciere, en cualquier sazón que sea, han de ser de V. E., a quien ofrezco el de estas comedias y entremeses, no tan desabridos, a mi parecer, que no puedan dar algún gusto; y si alguna cosa llevan razonable es que no van manoseados ni han salido al teatro, merced a los farsantes que, de puro discretos, no se ocupan sino en obras grandes y de graves autores, puesto que tal vez se engañan. Don Quiote de la Mancha queda calzadas las espuelas en su segunda parte para ir a besar los pies a V. E. Creo que llegará quejoso, porque en Tarragona le han asendereado y malparado; aunque, por sí o por no, lleva información hecha de que no es él el contenido en aquella historia, sino otro supuesto, que quiso ser él y no acertó a serlo. Luego irá el gran Persiles, y luego Las semanas del jardín, y luego la segunda parte de La Galatea, si tanta carga pueden llevar mis ancianos hombros; y luego y siempre irán las muestras del deseo que tengo de servir a V. E., como a mi verdadero señor, y firme y verdadero amparo, cuya persona, etc. Criado de V. Exc. Miguel de Cervantes Saavedra Entremés del Juez de los divorcios (Sale EL JUEZ, y otros dos con él, que son ESCRIBANO y PROCURADOR, y siéntase en una silla; salen EL VEJETE Y MARIANA, su mujer.) MARIANA. Aun bien que está ya el señor juez de los divorcios sentado en la silla de su audiencia. Desta vez tengo de quedar dentro o fuera; desta vegada tengo de quedar libre de pedido y alcabala, como el gavilán. VEJETE. Por amor de Dios, Mariana, que no almodonees tanto tu negocio; habla paso, por la pasión que Dios pasó; mira que tienes atro nada a toda la vecindad con tus gritos; y, pues tienes delante al señor juez, con menos voces le puedes informar de tu justicia. JUEZ. ¿Qué pendencia traéis, buena gente?MARIANA. Señor, ¡divorcio, divorcio, y más divorcio, y otras mil veces divorcio! JUEZ. ¿De quién, o por qué, señora?MARIANA. ¿De quién? Deste viejo, que está presente.JUEZ. ¿Por qué?MARIANA. Porque no puedo sufrir sus impertinencias, ni estar contino atenta a curar todas sus enfermedades, que son sin número; y no me criaron a mí mis padres para ser hospitalera ni enfermera. Muy buen dote llevé al poder desta espuerta de huesos, que me tiene consumidos los días de la vida; cuando entré en su poder, me relumbraba la cara como un espejo, y agora la tengo con una vara de frisa encima. Vue sa merced, señor juez, me descase, si no quiere que me ahorque; mire, mire los surcos que tengo por este rostro, de las lágrimas que derramo cada día, por vernie casada con esta anotomía. JUEZ. No lloréis, señora; bajad la voz y enjugad las lágrimas, que yo os haré justicia.

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    ENTREMESES DE CERVANTES

    Dedicatoria at Conde de Lemos

    Ahora se agoste o no el jardn de mi corto ingenio, que los frutos que l ofreciere, en cualquier sazn que sea, han de ser de V. E., a quien ofrezco el de estas comedias y entremeses, no tan desabridos, a mi parecer, que no puedan dar algn gusto; y si alguna cosa llevan razonable es que no van manoseados ni han salido al teatro, merced a los farsantes que, de puro discretos, no se ocupan sino en obras grandes y de graves autores, puesto que tal vez se engaan. Don Quiote de la Mancha queda calzadas las espuelas en su segunda parte para ir a besar los pies a V. E. Creo que llegar quejoso, porque en Tarragona le han asendereado y malparado; aunque, por s o por no, lleva informacin

    hecha de que no es l el contenido en aquella historia, sino otro supuesto, que quiso ser l y no acert a serlo. Luego ir el gran Persiles, y luego Las semanas del jardn, y luego la segunda parte de La Galatea, si tanta carga pueden llevar mis ancianos hombros; y luego y siempre irn las muestras del deseo que tengo de servir a V. E., como a mi verdadero seor, y firme y verdadero amparo, cuya persona, etc.

    Criado de V. Exc. Miguel de Cervantes Saavedra

    Entrems del Juez de los divorcios

    (Sale EL JUEZ, y otros dos con l, que son ESCRIBANO y PROCURADOR, y sintase en una silla; salen EL VEJETE Y MARIANA, su mujer.)

    MARIANA. Aun bien que est ya el seor juez de los divorcios sentado en la silla de su audiencia. Desta vez tengo de quedar dentro o fuera; desta vegada tengo de quedar libre de pedido y alcabala, como el gaviln.

    VEJETE. Por amor de Dios, Mariana, que no almodonees tanto tu negocio; habla paso, por la pasin que Dios pas; mira que tienes atro nada a toda la vecindad con tus gritos; y, pues tienes delante al seor juez, con menos voces le puedes informar de tu justicia.

    JUEZ. Qu pendencia trais, buena gente?MARIANA. Seor, divorcio, divorcio, y ms divorcio, y otras mil veces divorcio! JUEZ. De quin, o por qu, seora?MARIANA. De quin? Deste viejo, que est presente.JUEZ. Por qu?MARIANA. Porque no puedo sufrir sus impertinencias, ni estar contino atenta a

    curar todas sus enfermedades, que son sin nmero; y no me criaron a m mis padres para ser hospitalera ni enfermera. Muy buen dote llev al poder desta espuerta de huesos, que me tiene consumidos los das de la vida; cuando entr en su poder, me relumbraba la cara como un espejo, y agora la tengo con una vara de frisa encima. Vue sa merced, seor juez, me descase, si no quiere que me ahorque; mire, mire los surcos que tengo por este rostro, de las lgrimas que derramo cada da, por vernie casada con esta anotoma.

    JUEZ. No lloris, seora; bajad la voz y enjugad las lgrimas, que yo os har justicia.

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    MARIANA. Djeme vuesa merced llorar, que con esto descanso. En los reinos y en las repblicas bien ordenadas, haba de ser limitado el tiempo de los matrimonios, y de tres en tres aos se haban de deshacer, o confirmarse de nuevo, como cosas de arrendamiento, y no que hayan de durar toda la vida, con perpetuo dolor de entrambas partes.

    JUEZ. Si ese arbitrio se pudiera o debiera poner en prtica, y por dineros, ya se hubiera hecho; pero especificad ms, seora, las ocasio nes que os mueven a pedir divorcio.

    MARIANA. El ivierno de mi marido, y la primavera de mi edad; el quitarme el sueo, por levantarme a media noche a calentar paos y saquillos de salvado para ponerle en la ijada; el ponerle, ora aquesto, ora aquella ligadura, que ligado le vea yo a un palo por justicia; el cuidado que tengo de ponerle de noche alta cabecera de la cama, jara bes lenitivos, porque no se ahogue del pecho; y el estar obligada a sufrirle el mal olor de la boca, que le gele mal a tres tiros de arcabuz.

    ESCRIBANO. Debe de ser alguna muela podrida.

    VEJETE. No puede ser, porque lleve el diablo la muela ni diente que tengo en toda ella.

    PROCURADOR. Pues ley hay que dice, segn he odo decir, que por slo el mal olor de la boca se puede descasar la mujer del marido, y el marido de la mujer.

    VEJETE. En verdad, seores, que el mal aliento que ella dice que tengo, no se engendra de mis podridas muelas, pues no las tengo, ni menos procede de mi estmago, que est sansimo, sino desa mala intencin de su pecho. Mal conocen vuesas mercedes a esta seora; pues a fe que, si la conociesen, que la ayunaran o la santiguaran. Veinte y dos aos ha que vivo con ella mrtir, sin haber sido jams confesor de sus insolencias, de sus voces y de sus fantasas, y ya va para dos aos que cada da me va dando vaivenes y empujones hacia la sepultura, a cuyas voces me tiene medio sordo, y, a puro reir, sin juicio. Si me cura, como ella dice, crame a regaadientes; habiendo de ser suave la mano y la condicin del mdico. En resolucin, seores, yo soy el que muero en su poder, y ella es la que vive en el mo, porque es seora, con mero mixto imperio, de la hacienda que tengo.

    MARIANA. Hacienda vuestra? Y qu hacienda tenis vos, que no la hayis ganado con la que llevaste s en mi dote? Y son mo la mitad de los bienes gananciales, mal que os pese; y dellos y de la dote, si me muriese agora, no os dejara valor de un maraved, porque veis el amor que os tengo.

    JUEZ. Decid, seor: cuando entrastes en poder de vuestra mujer, no entrastes gallardo, sano, y bien acondicionado?

    VEJETE. Ya he dicho que ha veinte y dos aos que entr en su poder, como quien entra en el de un cmitre calabrs a remar en gale ras de por fuerza, y entr tan sano, que poda decir y hacer como quien juega a las pintas.

    MARIANA. Cedacico nuevo, tres das en estaca.

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    JUEZ. Callad, callad, nora en tal, mujer de bien, y andad con Dios; que yo no hallo causa para descasaros; y, pues comistes las maduras, gustad de las duras; que no est obligado ningn marido a tener la velocidad y corrida del tiempo, que no pase por su puerta y por sus das; y descontad los malos que ahora os da, con los buenos que os dio cuando pudo; y no repliquis ms palabra.

    VEJETE. Si fuese posible, recebira gran merced que vuesa merced me la hiciese de despenarme, alzndome esta carcelera; porque, dejndome as, habiendo ya llegado a este rompimiento, ser de nuevo entregarme al verdugo que me martirice; y si no, hagamos una cosa:encirrese ella en un monesterio, y yo en otro; partamos la hacienda, y desta suerte podremos vivir en paz y en servicio de Dios lo que nos queda de la vida.

    MARIANA. Malos aos! Bonica soy yo para estar encerrada! No sino llegaos a la nia, que es amiga de redes, de tornos, rejas y escuchas; encerraos vos que lo podris llevar y sufrir, que ni tenis ojos con qu ver, ni odos con qu or, ni pies con qu andar, ni mano con qu tocar: que yo, que estoy sana, y con todos mis cinco sentidos cabales y vivos, quiero usar dello s a la descubierta, y no por brjula, como qunola dudosa.

    ESCRIBANO. Libre es la mujer.PROCURADOR. Y prudente el marido; pero no puede ms.JUEZ. Pues yo no puedo hacer este divorcio, quia nullam invenio causam.

    (Entra UN SOLDADO bien aderezado, y su mujer DOA GUIOMAR.) GUIOMAR. Bendito sea Dios!, que se me ha cumplido el deseo que tena de

    yerme ante la presencia de vuesa merced, a quien suplico, cuando encarecidamente puedo, sea servido de descasarme dste.

    JUEZ. Qu cosa es dste? No tiene otro nombre? Bien fuera que dijrades siquiera: deste hombre. GUIOMAR. Si l fuera hombre, no procurara yo descasarme.

    JUEZ. Pues qu es?GUIOMAR. Un leo.SOLDADO. [Aparte.] Por Dios, que he de ser leo en callar y en sufrir. Quiz con

    no defenderme ni contradecir a esta mujer, el juez se inclinar a condenarme; y, pensando

    que me castiga, me sacar de cautiverio, como si por milagro se librase un cautivo de las mazmorras de Tetun.

    PROCURADOR. Hablad ms comedido, seora, y relatad vuestro negocio, sin improperios de vuestro marido, que el seor juez de los divorcios, que est delante, mirar rectamente por vuestra justicia.

    GUIOMAR. Pues no quieren vuesas mercedes que llame leo a una estatua, que no tiene ms acciones que un madero?

    MARIANA. sta y yo nos quejamos sin duda de un mismo agravio.

    GUIOMAR. Digo, en fin, seor mio, que a m me casaron con este hombre, ya que quiere

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    vuesa merced que as lo llame, pero no es este hombre con quien yo me cas.

    JUEZ. Cmo es eso?, que no os entiendo.

    GUIOMAR. Quiero decir, que pens que me casaba con un hombre moliente y corriente, y a pocos das me hall que me haba casado con un leo, como tengo dicho; porque l no sabe cul es su mano derecha, ni busca medios ni trazas para granjear un real con que ayude a sustentar su casa y familia. Las maanas se le pasan en or misa y en estarse en la puerta de Guadalajara murmurando, sabiendo nuevas, diciendo y escuchando mentiras; y las tardes, y aun las maanas tambin, se va de casa en casa de juego, y all sirve de nmero a los mirones, que, segn he odo decir, es un gnero de gente a quien aborrecen en todo estremo los gariteros. A las dos de la tarde viene a comer, sin que le hayan dado un real de barato, porque ya no se usa el darlo; vulvese a ir; vue lve a media noche; cena si lo halla; y si no, santguase, bosteza y acustase; y en toda la noche no sosiega, dando vueltas. Pregntole qu tiene. Respndeme que est haciendo un soneto en la memoria para un amigo que se le ha pedido; y da en ser poeta, como si fuese oficio con quien no estuviese vinculada la necesidad del mundo.

    SOLDADO. Mi seora doa Guiomar, en todo cuanto ha dicho, no ha salido de los lmites de la razn; y, si yo no la tuviera en lo que hago, como ella la tiene en lo que dice, ya haba yo de haber procurado algn favor de palillos de aqu o de all, y procurar yerme, como se ven otros hombrecitos aguditos y bulliciosos, con una vara en las manos, y sobre una mula de alquiler, pequea, seca y maliciosa, sin mozo de mulas que le acompae, porque las tales mulas nunca se alquilan sino a faltas y cuando estn de nones; sus alforj itas a las ancas, en la una un cuello y una camisa, y en la otra su medio queso, y su pan y su bota; sin aadir a los vestidos que trae de ita, para hacellos de camino, sino unas polainas y una sola espuela; y, con una comisin y aun comezn en el seno, sale por esa Puente Toledana raspahilando, a pesar de las malas maas de la harona, y, a cabo de pocos das, enva a su casa algn pernil de tocino y algunas varas de lienzo crudo; en fin, de aque llas cosas que valen baratas en los lugares del distrito de su comisin, y con esto sustenta su casa como el pecador mejor puede; pero yo, que, ni tengo oficio, ni beneficio, no s qu hacerme, porque no hay seor que quiera servirse de m, porque soy casado; as que me ser forzoso suplicar a vuesa merced, seor juez, pues ya por pobres son tan enfa - dosos los hidalgos, y mi mujer lo pide, que nos divida y aparte.

    GUIOMAR. Y hay ms en esto, seor juez: que, como yo veo que mi marido es tan para poco, y que padece necesidad, murome por remedialle, pero no puedo, porque, en resolucin, soy mujer de bien, y no tengo de hacer vileza.

    SOLDADO. Por esto solo mereca ser querida esta mujer; pero, debajo deste pundonor, tiene encubierta la ms mala condicin de la tierra; pide celos sin causa; grita sin por qu; presume sin hacienda; y, como me ve pobre, no me estima en el baile del rey Perico; y es lo peor, seor juez, que quiere que, a trueco de la fidelidad que me guar da, le sufra y disimule millares de millares de impertinencias y desabrimientos que tiene.

    GUIOMAR. Pues no? Y por qu no me habis vos de guardar a m decoro y respeto, siendo tan buena como soy?

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    SOLDADO. Oid, seora doa Guiomar: aqu delante destos seores os quiero decir esto: Por qu me hacis cargo de que sois buena, estando vos obligada a serlo, por ser de tan bueno s padres nacida, por ser cristiana y por lo que debis a vos misma? Bueno es que quieran las mujeres que las respeten sus maridos porque son castas y honestas; como

    si en solo esto consistiese, de todo en todo, su perfeccin; y no echan de ver los desaguaderos por donde desaguan la fineza de otras mil virtudes que les faltan! Qu se me da a mi que seis casta con vos misma, puesto que se me da mucho, si os descuidis de que lo sea vuestra criada, y si andis siempre rostrituerta, enojada, celosa, pensativa, manirrota, dormilona, perezosa, pendenciera, gruidora, con otras insolencias deste jaez, que bastan a consumir las vidas de docientos maridos? Pero, con todo esto, digo, seor juez, que ninguna cosa destas tiene mi seora doa Guiomar; y confieso que yo soy el leo, el inh bil, el dejado y el perezoso; y que, por ley de buen gobierno, aunque no sea por otra cosa, est vuesa merced obligado a descasarnos; que desde aqu digo que no tengo ninguna cosa que alegar contra lo que mi mujer ha dicho, y que doy el pleito por concluso, y holgar de ser condenado.

    GUIOMAR. Qu hay que alegar contra lo que tengo dicho? Que no me dais de comer a m, ni a vuestra criada, y monta que no son muchas, sino una, y aun esa sietemesina, que no come por un grillo.

    ESCRIBANO. Sosiguense; que vienen nuevos demandantes.(Entra uno vestido de mdico, y es CIRUJANO; y ALDONZA DE MINJACA, su mujer.)

    CIRUJANO. Por cuatro causas bien bastantes, vengo a pedir a vuesa merced, seor juez, haga divorcio entre m y la seora Aldonza de Minjaca, mi mujer, que est presente.

    JUEZ. Resoluto vens; decid las cuatro causas.

    CIRUJANO. La primera, porque no la puedo ver ms que a todos los diablos; la segunda, por lo que ella se sabe; la tercera, por lo que yo me callo; la cuarta, porque no me lleven los demonios, cuando desta vida vaya, si he de durar en su compaa hasta mi muerte.

    PROCURADOR. Bastantsimamente ha probado su intencin.

    MINJACA. Seor juez, vuesa merced me oiga, y advierta que, si mi marido pide por cuatro causas divorcio, yo le pido por cuatrocientas. La primera, porque, cada vez que le veo, hago cuenta que veo al mismo Lucifer; la segunda, porque fui engaada cuando con l me cas; porque l dijo que era mdico de pulso, y remaneci cirujano, y hombre que hace ligaduras y cura otras enfermedades, que va a decir desto a mdico, la mitad del justo precio; la tercera, porque tiene celos del sol que me toca; la cuarta, que, como no le puedo ver, querra estar apartada dl dos millones de leguas.

    ESCRIBANO. Quin diablos acertar a concertar estos relojes, estando las ruedas tan desconcertadas?

    MINJACA. La quinta...

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    JUEZ. Seora, seora, si pensis decir aqu todas la s cuatrocientas causas, yo no estoy para escuchallas, ni hay lugar para ello; vuestro negocio se recibe a prueba, y andad con Dios; que hay otros negocios que despachar.

    CIRUJANO. Qu ms pruebas, sino que yo no quiero morir con ella, ni ella gusta de vivir conmigo?

    JUEZ. Si eso bastase para descasarse los casados, infinitsimos sacudiran de sus hombros el yugo del matrimonio.

    (Entran uno vestido de GANAPAN, con su caperuza cuarteada.)

    GANAPAN. Seor juez: ganapn soy, no lo niego, pero cristiano viejo, y hombre de bien a las derechas; y, si no fuese que alguna vez me tomo del vino, o l me toma a m, que es lo ms cierto, ya hubiera sido prioste en la cofrada de los hermanos de la carga; pero, dejando esto aparte, porque hay mucho que decir en ello, quiero que sepa el seor juez que, estando una vez muy enfermo de los vaguidos de Baco, promet de casarme con una mujer errada. Volv en m, san, y cumpl la promesa, y casme con una mujer que saqu de pecado; psela a ser placera; ha salido tan soberbia y de tan mala condicin, que nadie llega a su tabla con quien no ria, ora sobre el peso falto, ora sobre que le llegan a la fruta, y a dos por tres les da con una pesa en la cabeza, o adonde topa, y los deshonra hasta la cuarta generacin, sin tener hora de paz con todas sus vecinas ya parleras; y yo tengo de tener todo el da la espada ms lista que un sacabuche, para defendella; y no

    gana mos para pagar penas de pesos no maduros, ni de condenaciones de pendencias. Querra, si vuesa merced fuese servido, o que me apartase della, o por lo menos le mudase la condicin acelerada que tiene en otra ms reportada y ms blanda; y promtole a vuesa merced de descargalle de balde todo el carbn que comprare este verano; que puedo mucho con los hermanos mercaderes de la costilla.

    CIRUJANO. Ya conozco yo a la mujer deste buen hombre, y es tan mala como mi Aldonza; que no lo puedo ms encarecer.

    JUEZ. Mirad, seores: aunque algunos de los que aqu estis habis dado algunas causas que traen aparejada sentencia de divo rcio, con todo eso, es menester que conste por escrito, y que lo digan testigos; y as, a todos os recibo a prueba. Pero qu es esto? Msica y guitarras en mi audiencia? Novedad grande es sta!

    (Entran dos msicos.)

    Msicos. Seor juez, aquellos dos casados tan desavenidos que vuesa merced concert, redujo y apacigu el otro da, estn esperando a vuesa merced con una gran fiesta en su casa; y por nosotros le envan a suplicar sea servido de hallarse en ella y honrallos.

    JUEZ. Eso har yo de muy buena gana, y pluguiese a Dios que todos los presentes se apaciguasen como ellos.

    PROCURADOR. Desa manera, moriramos de hambre los escribanos y procuradores

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    desta audiencia; que no, no, sino todo el mundo ponga demandas de divorcios, que al cabo, al cabo, los ms se quedancomo se estaban, y nosotros habemos gozado del fruto de sus pendencias y necedades.

    MSICOS. Pues en verdad que desde aqu hemos de ir regocijando la fiesta. (Cantan los msicos.)

    Entre casados de honor, cuando hay pleito descubierto, ms vale el peor concierto que no el divorcio mejor. Donde no ciega el engao simple, en que algunos estn, las rias de por San Juanson paz para todo el ao. Resucita all el honor,y el gusto, que estaba muerto, donde vale el peor concierto ms que el divorcio mejor. Aunque la rabia de celos es tan fuerte y rigurosa,si los pide una hermosa,no son celos, sino cielos. Tiene esta opinin Amor,que es el sabio ms experto:

    que vale el peor concierto ms que el divorcio mejor.

    Entrems det Rufin viudo llamado Trampagos

    (Sale TRAMPAGOS con un capuz de luto, y con l, VADEMCUM, su criado con dos espadas de esgrima.)

    TRAMPAGOS VADEMCUM TRAMPAGOS

    Vademcum? Seor?Traes las morenas?

    VADEMCUM TRAMPAGOS

    VADEMCUM TRAMPAGOS

    VADEMCUM TRAMPAGOS

    TRAMPAGOS

    Trigolas.Est bien: muestra y camina,Y saca aqu la silla de respaldo,con los otros asientos de por casa.Qu asientos? Hay algunos por ventura? Saca el mortero, puerco, el broquel saca, Y el banco de la cama.Est impedido;Fltale un pie.Y es tacha?Y no pequea!(Entrase VADEMCUM.)

    Ah Pericona, Pericona ma,Y aun de todo el concejo! En fin, llegse 10 El tuyo: yo qued, t te has partido,Y es lo peor que no imagino adnde;Aunque, segn fue el curso de tu vida,Bien se puede creer piadosamenteQue ests en parte... aun no me determino 15 De sealarte asiento en la otra vida.Tendrla yo, sin ti, como de muerte.Que no me hallara yo a tu cabeceraCuando diste el espritu a los aire s,Para que le acogiera entre mis labios, 20 Y en mi estmago limpio le envasara!Miseria humana! Quin de ti confia?Ayer fui Pericona, hoy tierra fra,Como dijo un poeta celebrrimo.(EntraCHIQUIZNATE, rufin.)

    Mi so Trampagos, es posible sea 25 Voac tan enemigo suyo,Que se entumbe, se

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    encubra y se traspongaDebajo desa sombra bayetuna

    El sol hampesco? So Trampagos, bastaTanto gemir, tantos suspiros bastan; 30 Trueque voac las lgrimas corrientes En limosnas y en misas y oraciones Por la gran Pericona, que Dios haya;Que importan ms que llantos y sollozos.Voac ha garlado como un tlogo, 35 Mi seor Chiquiznaque; pero, en tantoQue encarrilo mis cosas de otro modo,Tome vuesa merced, y platiquemos Una levada nueva.So Trampagos,No es ste tiempo de levadas: llueven 40 han de llover hoy psames adunia,hmonos de ocupar en levadicas?(Entra VADEMCUM con la silla, muy vieja y rota.)

    Bueno, por vida ma! Quien le quita A mi seor de lneas y posturas,

    CHIQUIZNATE

    TRAMPAGOS

    CHIQUIZNATE

    VADEMCUM

    TRAMPAGOS VADEMCUM TRAMPAGOS

    CHIQUIZNAQUE TRAMPAGOS

    CHIQUIZNATE TRAMPAGOS

    Le quita de los das de la vida. 45 Vuelve por el mortero y por el banco,Y el broquel no se olvide, Vademcum.Y aun trair el asador, sartn y platos.

    (Vulvese a entrar.)Despus platicaremos una treta,nica, a lo que creo, y peregrina;Que el dolor de la muerte de mi ngel, 50 Las manos ata y el sentido todo.De qu edad acab la mal lograda?

    Para con sus amigas y vecinas,

    Treinta y dos aos tuvo.

    Edad lozana! 55

    Si va a decir verdad, ella tena

    Cincuenta y seis; pero, de tal manera

    Supo encubrir los aos, que me admiro.

    Oh, qu teir de canas! Oh, qu rizos,

    Vueltos de plata en oro los cabellos! 60

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    A seis del mes que viene har quince aos

    Que fue mi tributara, sin que en ellos

    Me pusiese en pendencia ni en peligro

    De yerme palmeadas las espaldas.

    Quince cuaresmas, si en la cuenta acierto, 65

    Pasaron por la pobre desde el da

    Que fue mi cara, agradecida prenda,

    En las cuales sin duda susurraron

    A sus odos treinta y ms sermones,

    Y en todos ellos, por respeto mo, 70

    Estuvo firme, cual est a las olas

    Del mar movible la inamovible roca.

    Cuntas veces me dijo la pobreta,

    Saliendo de los trances rigurosos

    De gritos y plegarias y de ruegos, 75

    Sudando y trasudando: Plega al cielo,

    Trampagos mo, que en descuento vaya

    De mis pecados lo que aqu yo paso

    Por ti, dulce bien mo!

    Bravo triunfo!

    Ejemplo raro de inmortal firmeza! 80

    All lo habr hallado!

    Quin lo duda?

    Ni aun una sola lgrima vertieron

    Jams sus ojos en las sacras plticas, Cual si de esparto o pedernal su alma

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    Formada fuera.Oh, hembra benemrita 85 De griegas y romanas alabanzas!De qu muri?De qu? Casi de nada:Los mdicos dijeron que tenaMalos los hipocondrios y los hgados,Y que con agua de taray pudiera 90 Vivir, si la bebiera, setenta aos.No la bebi?

    CHIQUIZNAQUE TRAMPAGOS

    CHIQUIZNAQUE TRAMPAGOS

    CHIQUIZNAQUE

    TRAMPAGOS CHIQUIZNAQUE

    Murise.Fue una necia.Bebirala hasta el da del juicio,Que hasta entonces viviera! El yerro estuvoEn no hacerla sudar.Sud once veces 95

    CHIQUIZNAQUE TRAMPAGOS

    CHIQUIZNAQUE TRAMPAGOS

    CHIQUIZNAQUE

    TRAMPAGOS VADEMCUM

    TRAMPAGOS VADEMCUM TRAMPAGOS

    VADEMCUM

    TRAMPAGOS

    Y aprovechle alguna?Casi todas:Siempre quedaba como un ginjo verde,Sana como un perutano o manzana.Dcenme que tena ciertas fuentes En las piernas y brazos.La sin dicha 100 Era un Aranjez; pero, con todo,Hoy come en ella la que llaman tierra,De las ms blancas y hermosas carnes Que jams encerraron sus entraas;Y, si no fuera porque habr dos aos 105 Que comenz a darsele el aliento,Era abrazarla como quien abrazaUn tiesto de albahaca o clavellinas.Neguijn debi ser, o corrimiento,El que da las perlas de su boca,Quiero decir, sus dientes y sus muelas.Una maana amaneci sin ellos.As es verdad; mas fue deso la causaQue anocheci sin ellos. De los finos,

    Cinco acert a contarle; de los falsos, 115 Doce disimulaba en la covacha.Quin te mete a ti en esto, mentecato?Acredito verdades.

    Chiquiznaque,Ya se me ha reducido a la memoria

    La treta de denantes; toma, y vuelve 120 Al ademn primero.Pongan pausaY qudese la treta en ese punto,

    Que acuden moscovitas al reclamo: La Repulida viene y la Pizpita,

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    Y la Mostrenca, y el jayn Juan Claros. 125 Vengan en hora buena:vengan ellos En cien mil norabuenas.

    (Entra VADEMCUM con los asientos referidos.)

    (Entran LA REPULIDA, LA PIZPITA, LA MOSTRENCA, y el rufin JUAN CLAROS.)

    JUAN REPULIDA

    MOSTRENCA

    En las mismas Est mi sor Trampagos.Quiera el cieloMudar su escuridad en luz clarsima!Desollado le viesen ya mis lumbres 130 De aquel pellejo lbrego y escuro.Jess, y qu fantasma noturnina!

    VADEMCUM TRAMPAGOS

    JUAN TRAMPAGOS

    JUAN TRAMPAGOS

    REPULIDA

    PIZPITA

    VADEMCUM MOSTRENCA

    VADEMCUM

    CHIQUIZNAQUE

    VADEMCUM TRAMPAGOS VADEMCUM

    JUAN

    REPULIDA PIZPITA

    Qutenmele delante.Melindricos?Fuera yo un Polifemo, un antropfago,Un troglodita, un brbaro Zolo, 135 Un caimn, un caribe, un comevivos,Si de otra suerte me adomara, en tiempoDe tamaa desgracia.Razn tiene.He perdido una mina potosisca,Un muro de la hiedra de mis faltas, 140 Un rbol de la sombra de mis ansias!Era la Pericona un pozo de oro.Sentarse a prima noche, y, a las horas Que se echa el golpe, hallarse con sesentaNumos en cuartos, por ventura es barro? 145 Pues todo esto perd en la que ya pudre.Confieso mi pecado: siempre tuveEnvidia a su no vista diligencia.No puedo ms; yo hago lo que puedo,Pero no lo que quiero.No te penes, 150 Pues vale ms aquel que Dios ayuda,Que el que mucho madruga: ya me entiendes.El refrn vino aqu como de molde;Tal os d Dios el sueo, mentecatas!Nacidas somos; no hizo Dios a nadie 155 A quien desamparase. Poco valgo;Pero, en fin, como y ceno, y a mi cuyoLe traigo ms

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    vestido que un palmito.Ninguna es fea, como tenga brios;Feo es el diablo.Alega la Mostrenca 160 Muy bien de su derecho, y alegaraMejor si se aadiera el ser muchachaY limpia, pues lo es por todo estremo.En el que est Trampagos me da lstima.Vestme este capuz: mis dos lanternas Convert en alquitaras.De aguardiente?Pues tanto cuelo yo, hi de malicias?A cuatro lavanderas de la puentePuede dar quince y falta en la colambre;Miren qu ha de llorar, sino aguaardiente. 170 Yo soy de parecer que el gran Trampagos

    Ponga silencio a su contino llantoY vuelva al sicut erat in principio,Digo a sus olvidadas alegras;Y tome prenda que las suyas quite, 175 Que es bien que el vivo vaya a la hogaza,

    Como el muerto se va a la sepultura.Zonzorino Catn es Chiquiznaque.Pequea soy, Trampagos, pero grandeTengo la voluntad para servirte; 180 No tengo cuyo, y tengo ochenta cobas.

    REPULIDA MOSTRENCA

    REPULIDA PIZPITA

    MOSTRENCA

    JUAN CHIQUIZNAQUE

    VADEMCUM REPULIDA

    JUAN PIZPITA

    UNO

    JUAN TRAMPAGOS

    UNO

    CHIQUIZNAQUE TRAMPAGOS

    VADEMCUM REPULIDA

    Yo ciento, y soy dispuesta y nada lerda. Veinte y dos tengo yo, y aun veinticuatro, Y no soy mema.Oh mi Jezz! Qu es esto?

    Contra mi la Pizpita y la Mostrenca? 185 En tela quieres competir conmigo,Culebrilla de alambre, y t, pazguata?Por vida de los huesos de mi abuela,

    Doa Maribobales, mondanspolas,Que no la estimo en un feluz morisco. 190 Han visto el ngel tonto almidonado,Cmo quiere empinarse sobre todas!Sobre m no, a lo menos, que no sufroCarga que no me ajuste y me convenga.Adviertan que defiendo a la Pizpita. 195 Consideren que est la RepulidaDebajo de las alas de mi amparo.Aqu fue Troya, aqu se hacen rajas;Los de las cachas amarillas salen;Aqu, otra vez, fue

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    Troya.Chiquiznaque, 200 No he menester que nadie me defienda;Aparta, tomar yo la venganza,Rasgando con mis manos pecadoras La cara de membrillo cuartanario.Repulida, respeto al gran Juan Claros! 205 Dejala, venga: djala que llegueEsa cara de masa mal sobada(Entra UNO muy alborotado.)

    Juan Claros, la justicia, la justicia! El alguacil de la justicia viene

    La calle abajo. (ntrase luego.)

    Cuerpo de mi padre!No paro ma aqu! 210 Tnganse todos;Ninguno se alborote: que es mi amigo

    El alguacil; no hay que tenerle miedo. (Torna a entrar.)

    No viene ac, la calle abajo cuela. (Vase.)

    El alma me temblaba ya en las carnes, 215 Porque estoy desterrado.Aunque viniera,No nos hiciera mal, yo lo s cierto

    Que no puede chillar, porque est untado.Cese, pues, la pendencia, y mi sor seaEl que escoja la prenda que le cuadre 220 O le esquine mejor.Yo soy contenta.

    PIZPITA MOSTRENCA VADEMCUM

    TRAMPAGOS MOSTRENCA REPULIDA

    TRAMPAGOS

    MOSTRENCA TRANPAGOS JUAN CHIQUIZNAQUE REPULIDA

    PIZPITA MOSTRENCA

    REPULIDA TRAMPAGOS

    VADEMCUM TRAMPAGOS

    Y yo tambinY yo.Gracias al cielo,Que he hallado a tan gran mal tan gran remedio. Abrrome, y escojo.

    Dios te gue.Si te aburres, Trampagos, la escogida 225 Tambin ser aburrida.Errado anduve;Sin aburrirme escojo.Dios te gue.Digo que escojo aqu a la Repulida.Con su pan se la coma, Chiquiznaque.Y aun sin pan, que es sabrosa en cualquier modo. 230 Tuya soy: ponme un clavo y una S En estas dos mejias.Oh hechicera!No es sino venturosa: no las envidies,Porque no es muy catlico Trampagos,Pues ayer enterr a la Pericona, 235 Y hoy la tiene olvidada.Muy bien dices.Este capuz arruga, Vademcum,Y dile al padre que sobre l te presteUna docena de reles.CreoQue tengo yo catorce.Luego, luego, 240 Parte, y trae seis azumbres de lo caro.Alas pon en los pies.Y en las espaldas.

    VADEMCUM (ntrase VADEMCUM con el capuz, y queda en cuerpo

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    TRAMPAGOS.)

    TRAMPAGOS REPULIDA

    MUSICO 1o TRAMPAGOS MUSICO 1o MUSICO 2o MUSICO 1o

    Por Dios, que si durara la bayeta,Que me pudieran enterrar maana!Ay lumbre destas lumbres, que son tuyas, 245 Y cun mejor ests en este traje,Que en el otro sombro y malencnico!(Entran dos msicos, sin guitarras .)

    Tras el olor del jarro nos venimos Yo y mi compadre.En hora buena sea.Y las guitarras?

    En la tienda quedan; 250 Vaya por ellas Vademcum.Vaya:Mas yo quiero ir por ellas.

    De camino,(Entrase el un msico.)

    Diga a mi oslo que, si viene algunoAl rapio rapis, que me aguarde un poco;Que no har sino colar seis tragos 255

    VADEMCUM TRAMPAGOS VADEMCUM TRAMPAGOS

    VADEMCUM

    REPULIDA

    TRAMPAGOS PIZPITA

    MOSTRENCA ESCARRAMN

    Y cantar dos tonadas y partirme;Que ya el seor Trampagos, segn muestra, Est para tomar armas de gusto.(Vuelve VADEMCUM.)Ya est en el antesala el jarro.Traile.No tengo taza.

    Ni Dios te la depare. 260 El cuerno de orinar no est estrenado;Trele, que te maldiga el cielo santo;Que eres bastante a deshonrar un duque.

    Sosiguese; que no ha de faltar copa,Y aun copas, aunque sean de sombreros 265 [Aparte.] A buen seguro que ste es churrullero. (Entra UNO, como cautivo, con una cadena al hombro, y pnese a mirar a todos muy atento, y todos a l.)Jess! Es visin sta? Qu es aqusto?No es ste Escarramn? l es, sin duda.Escarramn del alma, dame amores,Esos brazos, coluna de la hampa! 270 Oh Escarramn, Escarramn amigo!Cmo es esto? A dicha eres estatua?Rompe el silencio y habla a tus amigos.Qu traje es ste y qu cadena es sta?Eres fantasma, a dicha? Yo te teco,Y eres de carne y hueso.l es amiga;No lo puede negar, aunque ms calle.Yo soy Escarramn, y estn atentos Al cuento breve de mi larga historia.

    JUAN CHIQUIZNAQUE ESCARRAMN

    Dio la galera al traste en Berbera 280 Donde la furia de un jez me pusoPor espalder de

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    la siniestra banda;Mud de cautiverio y de ventura;

    Qued en poder de turcos por esclavo;De all a dos meses, como al cielo plugo 285 Me levant con una galeota;Cobr mi libertad y ya soy mo.Hice voto y promesa inviolableDe no mudar de ropa ni de cargaHasta colgarla de los muros santos 290 De una devota ermita, que en mi tierraLlaman de San Milln de la Cogolla;Y este es el cuento de mi extraa historia;Digna de atesorarla en mi memoria.La Mndez no estar ya de provecho, 295 Vive?Y est en Granada a sus anchuras.All le duele al pobre todava!Qu se ha dicho de m en aqueste mundo,En tanto que en el otro me han tenidoMis desgracias y gracia?

    (Vuelve EL BARBERO con dos guitarras, y da la una al compaero)

    MOSTRENCA PEZPITA

    REPULIDA CHIQUIZNAQUE

    JUAN REPULIDA

    CHIQUIZNAQUE MOSTRENCA

    VADEMCUM

    Cien mil cosas: 300 Ya te han puesto en la horca los farsantes.Los muchachos han hecho pepitoriaDe todas tus medulas y tus huesos.

    Hante vuelto divino; qu ms quieres?Cntante por las plazas, por las calles; 305 Bilante en los teatros y en las casas;Has dado que hacer a los poetas,Ms que dio Troya al mantuano Ttiro.yente resonar en los establos.Las fregonas te alaban en el ro; 310 Los mozos de caballos te almohazan.Tndete el tundidor con sus tijeras;Muy ms que el potro rucio eres famoso.Han pasado a las Indias tus palmeos,En Roma se han sentido tus desgracias, 315 Y hante dado botines sine numero.Por Dios que te han molido como alhea,Y te han desmenuzado como flores,Y que eres ms sonado y ms mocosoQue un reloj y que un nio de dotrina. 320 De ti han dado querella todos cuantos Bailes pasaron en la edad del gusto,Con apretada y dura residencia;Pero llev se el tuyo la excelencia.Tenga yo fama, y hgame pedazos; 325 De Efeso el templo abrasar por ella.

    ESCARRAMN (Tocan de improviso los msicos, y comienzan a cantar este romance.)

    MSICOS Ya sali de las gurapas El valiente Escarramn,

    Para asombro de la gura,

    Y para bien de su mal. 330 ESCARRAMN Es aquesto brindarme por ventura?

    Piensan se me ha olvidado el regodeo? Pues ms ligero vengo que sola;Si no, toquen, y vaya, y fuera ropa.

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    PIZPITA Oh flor y fruto de los bailarines! 335 Y qu bueno has quedado!

    VADEMCUM Suelto y limpio.JUAN l honrar las bodas de Trampagos. ESCARRAMAN Toquen; vern que soy hecho de azogue. MSICOS Vyanse todos por lo que cantare,

    Y no ser posible que se yerren. 340 ESCARRAMAN Toquen; que me deshago y que me bullo.

    REPULIDA Ya me muero por verle en la estacada. MSICOS Estn alerta todos.CHIQUIZNAQUE Ya lo estamos.

    (Cantan.)

    MSICOS Ya sali de las gurapas El valiente Escarramn, 345

    Para asombro de la gura, Y para bien de su mal.

    Ya vuelve a mostrar al mundoSu felice habilidad,Su ligereza y su bro, 350 Y su presencia rel.Pues falta la Coscolina,Supla agora en su lugarLa Repulida, olorosaMs que la flor de azahar; 355 Y, en tanto que se remondaLa Pizpita sin igual,De la gallarda el paseoNos muestre aqu Escarramn.

    (Tocan la gallarda; dnzala ESCARRAMAN, que le ha de hacer el hailarin, y, en habiendo hecho una mudanza, prosguese el romance.)

    La Repulida comience, 360 Con su bro, a rastrear,Pues ella fue la primeraQue nos le vino a mostrar.

    Escarramn la acompae;La Pizpita otro que tal, 365 Chiquiznaque y la Mostrenca,Con Juan Claros el galn.Vive Dios que va de perlas!No se puede desearMas ligereza o mas garbo, 370 Ms certeza o ms comps.A ello, hijos, a ello!No se puede alabarOtras ninfas ni otros rufos,Que nos puedan igualar. 375 Oh, qu desmayar de manos!Oh, qu huir y qu juntar!Oh, qu nuevos laberintos,Donde hay salir y hay entrar!Muden el baile a su gusto, 380 Que yo le sabr tocar:El canario o las gambetas,O Al villano se lo dabanZarabanda o Zambapalo,El Psame dello y ms; 385 El rey don Alonso el Bueno,Gloria de la antigedad.

    ESCARRAMN El canario, si le tocan, A solas quiero bailar.

    MSICOS Tocarle yo de plata; 390 T de oro le bailars.

    (Toca el canario, y baila solo ESCARRAMN; y, en habiendole bailado, diga.)

    ESCARRAMN Vaya el villano a lo burdo, Con la cebolla y el pan,

    Y acompenme los tres.MSICOS Que te bendiga San Juan. 395

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    (Bailan el villano, como bien saben, y, acabado el villano, pida ESCARRAMN el baile

    TRAMPAGOS TODOS

    que quisiere, y, acabado, diga TRAMPAGOS.) Mis bodas se han celebradoMejor que las de Roldn.Todos digan como digo:

    Viva, viva Escarramn!Viva, viva! 400

    PANDURO

    Entrems de La eleccin de los alcaldes de Daganzo

    (Salen EL BACHILLER PESUA; PEDRO ESTORNUDO, escribano ;

    PANDURO, regidor, y ALONSO ALGARROBA, regidor.) Rellnense, que todo saldr a cuajo, 1

    ALGARROBA PANDURO

    ALGARROBA PANDURO

    ALGARROBA BACHILLER ALGARROBA

    ESCRIBANO ALGARROBA

    PANDURO ALGARROBA

    BACHILLER

    Si es que lo quiere el cielo benditsimo.Mas echmoslo a doce, y no se venda.Paz, que no ser mucho que salgamos Bien del negocio, si lo quiere el cielo. 5 Que quiera, o que no quiera, es lo que importa.

    Algarroba, la luenga se os deslicia! Habrad acomedido y de buen rejo, Que no me suenan bien esas palabras: Quiera o no quiera el cielo. Por San Que, como presoms de resabido,

    Os arrojis a trochemoche en todo. Cristiano viejo soy a todo ruedo, Y creo en Dios a pies jontillas. Bueno;

    Junco, 10

    No hay ms que desear.Y si por suerteHabl mal, yo confieso que soy ganso,Y doy lo dicho porno dicho.Basta;No quiere Dios, del pecador ms malo,Sino que viva y se arrepienta.DigoQue vivo y me arrepiento, y que conozco 20 Que el cielo puede hacer lo que l quisiere,Sin que nadie le pueda ir a la mano,Especial cuando llueve.De las nubes,Algarroba, cae el agua, no del cielo.Cuerpo del mundo! Si es que aqu venimos 25 A reprochar los unos a los otros,Dganmoslo; que a fe que uno no le falteReproches a

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    Algarroba a cada paso.Redeamus ad rem, seor PanduroY seor Algarroba; no se pase 30 El tiempo en nieras escusadas.Juntmonos aqu para disputas Impertinentes? Bravo caso es ste,

    15

    ESCRIBANO

    PANDURO

    ALGARROBA ESCRIBANO

    ALGARROBA

    PANDURO ALGARROBA

    PANDURO

    ALGARROBA

    ESCRIBANO ALGARROBA

    ESCRIBANO

    ALGARROBA BACHILLER ALGARROBA

    ALGARROBA BACHILLER

    Que siempre que Panduro y AlgarrobaEstn juntos, al punto se levantan 35 Entre ellos mil borrascas y tormentas De mil contraditorias intenciones!El seor bachiller Pesua tieneDemasiada razn. Vngase al punto,Y mrese qu alcaldes nombraremos 40 Para el ao que viene, que sean tales,Que no los pueda calumniar Toledo,Sino que los confirme y d por buenos,Pues para esto ha sido nuestra junta.De las varas hay cuatro pretensores: 45 Juan Berrocal, Francisco de Humillos,Miguel Jarrete y Pedro de la Rana;Hombres todos de chapa y de caletre,Que pueden gobernar, no que a Dagonazo,Sino a la misma Roma.A Romanillos 50 Hay otro apuntamiento? Por San pito,Que me salga del corro!Bien pareceQue se llama Estornudo el escribano,Que as se le encarama y sube el humo.Sosiguese, que yo no dir nada.Hallarse han, por ventura, en todo el sorbete?Qu es sorbe, sorbe- huevos? Orbe digaEl discreto Panduro, y serle ha sano.Digo que en todo el mundo no es posibleQue se hallen cuatro ingenios como aquestos 60 De nuestros pretensores.Por lo menos,Yo s que Berrocal tiene el ms lindo Distinto.Para qu?Para ser sacreEn esto de mojn y cata-vinos.En mi casa prob los das pasados 65 Una tinaja, y dijo que sabaEl claro vino a palo, a cuero y hierro.Acab la tinaja su caminoY hallse en el asiento della un paloPequeo, y dl penda una correa 70 De cordobn y una pequea llave. Oh rara habilidad! Oh raro ingenio!Bien puede gobernar, el que tal sabe,A Alans y a Cazalla, y aun a Esquivias.Miguel Jarrete es guila.En qu modo? 75 En tirar con un arco de bodoques.Qu, tan certero es?Es de manera,Que, si no fuese porque los ms tiros Se da en la mano izquierda, no habra

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    pjaroEn todo este contorno.Para alcalde, 80

    ALGARROBA

    PANDURO ESCRIBANO ALGARROBA BACHILLER

    ALGARROBA

    ESCRIBANO PANDURO

    ALGARROBA PANDURO ALGARROBA ESCRIBANO

    ALGARROBA

    Es rara habilidad y necesaria!

    Qu dir de Francisco de Humillos?

    Un zapato remienda como un sastre. Pues Pedro de la Rana? No hay memoria

    Que a la suya se iguale; en ella tiene 85 Del antiguo y famoso perro de AlbaTodas las coplas, sin que letra falte.ste lleva mi voto.

    Y aun el mo.A Berrocal me atengo.Yo a ningunoSi es que no dan ms pruebas de su ingenio, 90 A la jurisprudencia encaminadas.Yo dar un buen remedio, y es aqueste:Hagan entrar los cuatro pretendientes,Y el seor Bachiller Pesua puedeExaminarlos, pues del arte sabe, 95 Y, conforme a su ciencia, as veremos Quin podr ser nombrado para el cargo.Vive Dios, que es rarsima advertencia!Aviso es que podr servir de arbitrioPara su Jame stad; que, como en corte 100 Hay potra-mdicos, haya potra-alcaldes.Prota, seor Panduro, que no potra.Como vos no hay fiscal en todo el mundo.Fiscal, pese a mis males!Por Dios santoQue es Algarroba impertinente!Digo 105 Que, pues se hace examen de barberos,De herradores, de sastres, y se haceDe cirujanos y otras zarandajas,Tambin se examinasen para alcaldes,Y, al que se hallase suficiente y hbil 110 Para tal menester, que se le dieseCarta de examen, con la cual podraEl tal examinado remediarse;Porque de lata en una blanca cajaLa carta acomodando merecida, 115 A tal pueblo podr llegar el pobre,Que le pesen a oro; que hay hogaoCaresta de alcaldes de caletreEn lugares pequeos casi siempre.Ello est muy bien dicho y bien pensado. 120 Llamen a Berrocal, entre, y veamos Dnde llega la raya de su ingenio.Humillos, Rana, Berrocal, Jarrete,Los cuatro pretensores, se han entrado.(Entran estos cuatro labradores.)Ya los tienes presentes.Bien venidos 125 Sean vuesas mercedes.Bien hallados Vuesas mercedes sean.

    BACHILLER ALGARROBA

    BACHILLER BERROCAL

    PANDURO

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    HUMILLO JARRETE RANA

    RANA

    BACHILLER

    BERROCAL BACHILLER HUMILLOS JERRETE BACHILLER HUMILLOS BACHILLER HUMILLOS

    BACHILLER HUMILLOS

    RANA HUMILLOS

    BACHILLER JARRETE

    Acomdense,Que asientos sobran.Sintome, y me sientoTodos nos sentaremos, Dios loado. De qu os sents, Humillos?

    ALGARROBA

    HUMILLOS

    Tan a la larga nuestro nombramiento. Hmoslo de comprar a gallipavos,

    A cntaros de arrope y a abiervadas,Y botas de lo aejo tan crecidas,Que se arremetan a ser cueros? Dganlo, 135 Y pondrse remedio y diligencia.No hay sobornos aqu; todos estamos De un comn parecer, y es, que el que fuereMs hbil para alcalde, se se tengaPor escogido y por llamado.Y Yo.Mucho en buen hora.Tambin yo me contento.Dello gusto.Vaya de examen, pues.De examen venga.Sabis leer, Humillos?No, por cierto,Ni tal se probar que en mi linaje 145 Haya persona tan de poco asiento,Que se ponga a aprender esas quimeras,Que llevan a los hombres al brasero,Y a las mujeres a la casa llana.Leer no s, mas s otras cosas tales, 150 Que llevan al leer ventajas muchas.Y cules cosas son?S de memoriaTodas cuatro oraciones, y las rezoCada semana cuatro y cinco veces.Y con eso pensis de ser alcalde? 155 Con esto, y con ser yo cristiano viejo,Me atrevo a ser un senador romano.Est muy bien. Jarrete diga agoraQu es lo que sabe.Yo, seor Pesua,S leer, aunque poco; deletreo, 160 Y ando en el be-a-ba bien ha tres meses,Y en cinco ms dar con ello a un cabo;Y, adems desta ciencia que ya aprendo,S calzar un arado bravamente.Y herrar, casi en tres horas, cuatro pares 165 De novillos briosos y cerreros;

    Soy sano de mis miembros, y no tengoordez ni cataratas, tos ni reumas,Y soy cristiano viejo como todos,Y tiro con un arco como un Tulio. 170 Raras habilidades para alcalde,

    130

    De que vaya

    BACHILLER BERROCAL

  • Grupo de teatro Centro espaol

    21

    ALGARROBA BERROCAL

    PANDURO BERROCAL

    BACHILLER RANA

    Necesarias y muchas!Adelante.Qu sabe Berrocal?Tengo en la lenguaToda mi habilidad, y en la garganta;No hay mojn en el mundo que me llegue: 175 Sesenta y seis sabores estampados

    Tengo en el paladar, todos vinticos.Y quiere ser alcalde?Y lo requiero;Pues cuando estoy armado a lo de Baco,As se me aderezan los sentidos, 180 Que me parece a m que en aquel punto

    Podra prestar leyes a Licurgo Y limpiarme con Brtulo. Pasito,Que estamos en concejo!

    No soy nadaMelindroso ni puerco; slo digoQue no se me malogre mi justicia,Que echar el bodegn por la ventana.Amenazas aqu? Por vida mia,Mi seor Berrocal, que valen poco!Qu sabe Pedro Rana?Como Rana, 190 Habr de cantar mal; pero, con todoDir mi condicin, y no mi ingenio.Yo, seores, si acaso fuese alcalde,Mi vara no sera tan delgada

    ESCRIBANO Y BACHILLERburlen ms, por vida mia. ALGARROBA

    de ordinario;De una encina o de unroble la haraY gruesa de dos dedos,temerosoQue no me la encorvaseel dulce pesoDe un bolsn deducados, ni otras ddivas,O ruegos, o promesas, ofavores,Que pesan comoplomo, y no se sientenHas ta que os han empua brumado las costillas Del cuerpo y alma; y,junto con aquesto,Sera bien criado ycomedido,Parte severo y nadariguroso;Nunca deshonrara almiserableQue ante m le trujesensus delitos;Que suele lastimar unapalabraDe un juez arrojado, deafrentosa,Mucho ms que lastimasu sentencia,Aunque en ella seintime cruel castigo.No es bien que el poderquite la crianza,Ni que la sumisin deun delincuenteHaga al juez soberbio y

    miente. ESCRIBANO pronuncia,

    Y

    Quien miente, quien verdad

    ALGARROBA ESCRIBANO boca.HUMILLOS ofrecimientos que ha

    lejos. A fe que si l 230

    se trueque y sea otro parece.

    BACHILLER

    dicho. HUMILLOS

  • Grupo de teatro Centro espaol

    22

    Lo

    Y

    dan la vara, vern No trueco, ni me cambio

    235 BACHILLER

    aqu la vara, y haced

    alcalde ya. ALGARROBA

    mundo!

    dan zurda? HUMILLOS

    Que sois Cuerpo del La vara le

    zurda? ALGARROBA

    arrogante.Vive Dios, que ha cantado nuestra Rana Muchomejorqueun cisne cuando muere! Mil sentencias ha dicho censorinas.De Catn Censorino; bien ha dichoEl regidor Panduro. Reprochadme!Su tiempo se vendr. Nunca ac venga. Terrible inclinacin es, Algarroba,La vuestra en reprochar!No ms, so escriba.

    zurda esta vara? UnALGARROBA Lo

    ver desde una legua.

    240HUMILLOS PANDURO

    si me dan zurda la

    ALGARROBA

    PANDURO

    cuerpo este Algarroba; ALGARROBA ESCRIBANO

    se han visto varas ALGARROBA

    juzgue yo derecho? ESCRIBANO El

    yo me burlo.Pues no se

    Dice verdad. Verdad.

    Pues punto en

  • Grupo de teatro Centro espaol

    23

    Esos hecho Rana,

    Son desde

    Vara, que l hombre

    Del que ahora

    Est de molde que Humillos ha

    ms aado:Que si me

    cmome mudo, ni

    Pues veis cuenta

    Cmo

    Pues no es sordo o mudo podr echar de

    Cmo, pues, vara,

    Quieren que

    diabloTiene en el

    mirenDnde jams

    zurdas!(Entra uno.)

    UNO Seores, aqu estn unos gitanos 245 Con unas gitanillas milagrosas;

    Y aunque la ocupacin se les ha dicho En que estn sus mercedes, todava Porfian que han de entrar a dar solacio A sus mercedes.

    BACHILLER Entren, y veremos 250 Si nos podrn sevir para la fiesta

    Del Corpus, de quien yo soy mayordomo. PANDURO Entren mucho en buena hora.

    BACHILLER Entren luego. HUMILLOS Por m, ya los deseo. JARRETE Pues yo, pajas!

    RANA UNO

    Ellos no son gitanos? Pues advierten 255 Que no nos hurten las narices.Ellos.Sin que los lla men, vienen; ya estn dentro.

    (Entran los musicos gitanos, y dos gitanas bien aderezadas, y al son deste

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    MSICOS

    romance, que hande cantar los msicos, ellas dancen)

    Reverencia os hace el cuerpo,Regidores de Daganzo,Hombres buenos de repente 260 Hombres buenos de pensado;De caletre prevenidos Para proveer los cargos Que la ambicin solicitaEntre moros y cristianos. 265 Parece que os hizo el cielo,El cielo, digno, estrellado,Sansones para las letras,Y para las fuerzas Brtulos.Todo lo que se canta toca historia. 270 Ellas y ellos son nicos y ralos.Algo tiene de espesos.Ea, sufficit.Como se mudan los vientos,Como se mudan los ramos,Que, desnudos en invierno, 275 Se visten en el veranoMudaremos nuestros bailes Por puntos, y a cada paso,Pues mudarse las mujeres No es nuevo ni extrao caso. 280 Vivan de Daganzo los regidores,Que parecen palmas, puesto que son robles!(Bailan.)

    Brava troya, por Dios!Y muy sentida.stas se han de imprimir, para que quedeMemoria de nosotros en los siglos 285 De los siglos. Amn.Callen, si pueden.

    JARRETE HUMILLOS ALGARROBA BACHILLER MSICOS

    JARRETE HUMILLOS BERROCAL

    BACHILLER

    BACHILLER

    BERROCAL MSICOS

    PANDURO

    HUMILLOS MSICOS

    Vivan y revivan,Y en siglos veloces Del tiempo los das Pasen con las noches, 290 Sin trocar la edad,Que treinta aos forme,Ni tocar las hojas De sus alcornoques.Los vientos, que anegan 295 Si contrarios corren,Cual cfiros blandos En sus mares soplen. Vivan de Daganzo los regidores,Que palmas parecen, puesto que son robles!El estribillo en parte me desplace; 300 Pero, con todo, es bueno.Ea, callemos.Pisar yo el polvico,A tan menudico,Pisar yo el polv,A tan menud. 305 Estos msicos hacen pepitoriaDe su cantar.Son diablos los gitanos.Pisar yo la tierraPor ms que est dura,Puesto que me abra en ella 310 Amor sepultura,Pues ya mi buena venturaAmor la pisA tan menud.Pisar yo lozana 315 El ms duro suelo,Sien l acaso pisas El cual que recelo;Mi bien se ha pasado en vuelo,Y el polvo dej 320 A tan menud.(Entra UN SOTA SACRISTN, muy mal endeliado)

    Seores regidores, voto a dico,Que es de bellacos tanto pasatiempo!As se rige el pueblo, noramala,Entre guitarras, bailes y bureos? 325 Agarrale, Jarete!Ya le agarro.Traigan aqu una manta; que, por Cristo,Que se ha de mantear este bellaco,Necio, desvergonzado e insolente,Y atrevido adems.Oigan, seores! 330 Volver con la manta a las volantas.(ntrase ALGARROBA.)

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    SACRISTN

    BACHILLER JARRETE BACHILLER

    SACRISTN ALGARROBA

    SACRISTN BACHILLER SACRISTN

    PANDURO SACRISTN BACHILLER

    RANA

    BACHILLER

    ALGARROBA BACHILLER

    SACRISTN

    RANA SACRISTN

    RANA BACHILLER

    GITANOS BACHILLER

    GITANOS BACHILLER PANDURO JARRETE

    Miren que les intimo que soy prsbiter. T presbitero, infame?Yo presbtero,O de prima tonsura, que es lo mismo. Agora lo veredes, dijo Agrajes.

    No hay Agrajes aqu.Pues habr grajos Que te piquen la lengua y aun los ojos.Dime desventurado: qu demonioSe revisti en tu lengua? Quin te meteA ti en reprehender a la justicia? 340 Has t de gobemar a la repblica?Mtete en tus campanas y en tu oficio;Deja a los que gobieman, que ellos sabenLo que han de hace r, mejor que no nosotros.Si fueren malos, ruega por su enmienda; 345 Si buenos, porque Dios no nos los quite.Nuestro Rana es un santo y un bendito.(Vuelve ALGARROBA; trae la manta.)No ha de quedar por manta.Asgan, pues, todos,Sin que queden gitanos ni gitanas.Arriba, amigos!Por Dios, que va de veras!Vive Dios, si me enojo, que bonito 350 Soy yo para estas burlas! Por San PedroQue estn descomulgados todos cuantos Han tocado los pelos de la manta!Basta, no ms; aqu cese el castigo; 355 Que el pobre debe estar arrepentido.Y molido, que es ms. De aqu adelanteMe coser la boca con dos cabos De zapatero.Aqueso es lo que importa.Vnganse los gitanos a mi casa, 360 Que tengo qu decilles.Tras ti vamos.Quedarse ha la eleccin para maana,Y desde luego doy mi voto a Rana.Cantaremos, seor?Lo que quisiredes.No hay quien cante cual nuestra Rana canta. 365 No solamente canta, sino encanta.(ntranse cantando: Pisar yo el polvico...)

    Entrems de La guarda cuidadosa

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    (Sale UN SOLDADO a lo pcaro, con muy mala banda y un antojo, y detrs dl UN MAL SACRISTN.)

    SOLDADO. Qu me quieres, sombra vana? SACRISTN. No soy sombra vana, sino cuerpo macizo.

    SOLDADO. Pues, con todo eso, por la fuerza de mi desgracia, te conjuro que me digas quin eres y qu es lo que buscas por esta calle.

    SACRISTN. A eso te respondo, por la fuerza de mi dicha, que soy Lorenzo Pasillas, sota-sacristn desta parroquia, y busco en esta calle lo que hallo, y t buscas y no hallas.

    SOLDADO. Buscas por ventura a Cristinica, la fregona desta casa? SACRISTN. Tu dixisti.SOLDADO. Pues ven ac, sota-sacristn de Satans.SACRISTN. Pues voy all, caballo de Ginebra.

    SOLDADO. Bueno: sota y caballo; no falta sino el rey para tomar las manos. Ven ac, digo otra vez. Y t no sabes, Pasillas, que pasado te vea yo con un chuzo, que Cristinica es prenda ma?

    SACRISTN. Y t no sabes, pulpo vestido, que esa prenda la tengo yo rematada, que est por sus cabales y por ma?

    SOLDADO. Vive Dios, que te d mil cuchilladas, y que te haga la cabeza pedazos!

    SACRISTN. Con las que le cuelgan de sas calzas, y con los dese vestido, se podr entretener, sin que se meta con los de mi cabeza.

    SOLDADO. Has hablado alguna vez a Cristina? SACRISTN. Cuando quiero.SOLDADO. Qu ddivas le has hecho? SACRISTN. Muchas.

    SOLDADO. Cuntas y cules?

    SACRISTN. Dile una destas cajas de carne de membrillo, muy grande, llena de cercenaduras de hostias, blancas como la misma nieve, y de aadidura cuatro cabos de velas de cera, asimismo blancas como un armio.

    SOLDADO. Qu ms le has dado?SACRISTN. En un billete envueltos, cien mil deseos de servirla.SOLDADO. Y ella cmo te ha correspondido?SACRISTN. Con darme esperanzas propincuas de que ha de ser mi esposa. SOLDADO. Luego no eres de epstola?SACRISTN. Ni aun de completas. Motiln Soy, y puedo casarme cada y cuando

    me viniere en voluntad; y presto lo veredes.SOLDADO. Ven ac, motiln arrastrado; respndeme a esto que preguntarte

    quiero. Si esta mochacha ha correspondido tan altamente, lo cual yo no creo, a la miseria de tus ddivas, cmo corresponder a la grandeza de las mas? Que el otro da le envi

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    un billete amoroso, escrito por lo menos en un revs de un memorial que di a su Majestad, significndole mis servicios y mis necesidades presentes (que no cae en mengua el soldado que dice que es pobre), e l cual memorial sali decretado y remitido al limosnero mayor; y, sin atender a que sin duda alguna me poda valer cuatro o seis reales, con liberalidad increble, y con desenfado notable, escrib en el revs dl, como he dicho, mi billete; y s que de mis manos pecadoras lleg a las suyas casi santas.

    SACRISTN. Hasle enviado otra cosa?

    SOLDADO. Suspiros, lgrimas, sollozos, parasismos, desmayo, con toda la caterva de las demonstraciones necesarias que para descubrir su pasin los buenos enamorados usan y deben de usar en todo tiempo y sazn.

    SACRISTN. Hasle dado alguna msica concertada?SOLDADO. La de mis lamentos y congojas, las de mis ansias y pesadumbres. SACRISTN. Pues a m me ha acontecido drsela con mis campanas a cada paso, y

    tanto, que tengo enfadada a toda la vecindad con el continuo ruido que con ellas hago, slo por darle contento y porque sepa que estoy en la torre ofrecindome a su servicio; y, aunque haya de tocar a muerto, repico a vsperas solenes.

    SOLDADO. En eso me llevas ventaja, porque no tengo qu tocar, ni cosa que lo valga.

    SACRISTN. Y de qu manera ha correspondido Cristina a la infinidad de tantos servicios como le has hecho?

    SOLDADO. Con no yerme, con no hablarme, con maldecirme cuando me encuentra por la calle, con derramar sobre m las lavazas cuando jabona y el agua de fregar cuando friega; y esto es cada da, porque todos los das estoy en esta calle y a su puerta; porque soy su guarda cuidadosa; soy, en fin, el perro del hortelano, etctera. Yo no la gozo, ni ha de gozarla ninguno mientras yo viviere; por eso, vyase de aqu el seor sota-sacristn, que, por haber tenido y tener respeto a las rdenes que tiene, no le tengo ya rompidos los cascos.

    SACRISTN. A romprmelos como estn rotos esos vestidos, bien rotos estuvieran.

    SOLDADO. El hbito no hace al monje; y tanta honra tiene un soldado roto por causa de la guerra, como la tiene un colegial con el manto hecho aicos, porque en l se muestra la antigedad de sus estudios; y vyase, que har lo que dicho tengo!

    SACRISTN. Es porque me ve sin armas? Pues esprese aqu, seor guarda cuidadosa, y ver quin es Callejas.

    SOLDADO. Qu puede ser un Pasillas? SACRISTN. Ahora lo veredes, dijo Agrajes.

    (Entrase el SACRISTN.)SOLDADO. Oh, mujeres, mujeres, todas, o las ms, mudables y antojadizas!

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    Dejas, Cristina, a esta flor, a este jardn de la soldadesca, y acomdaste con el muladar de un sota-sacristn, pudiendo acomodarte con un sacristn entero, y aun con un cannigo? Pero yo procurar que te entre en mal provecho, si puedo, aguando tu gusto, con ojear desta calle y de tu puerta los que imaginare que por alguna va pueden ser tus amantes; y as vendr a alcanzar nombre de la guarda cuidadosa.

    (Entra UN MOZO con su caja y ropa verde, como estos que piden limosna para alguna imagen.)

    MOZO. Den por Dios, para la lmpara del aceite de seora Santa Luca, que les guarde la vista de los ojos. Ha de casa! Dan limosna?

    SOLDADO. Hola, amigo Santa Luca! Venid ac. Qu es lo que queris en esa casa?

    MOZO. Ya vuesa merced no lo ve? Limosna para la lmpara del aceite de seora Santa Luca.

    SOLDADO. Peds para la lmpara, o para el aceite de la lmpa ra? Que, como decs limosna para la lmpara del aceite, parece que la lmpara es del aceite, y no el aceite de la lmpara.

    MOZO. Ya todos entienden que pido para aceite de la lmpara, y no para la lmpara del aceite.

    SOLDADO. Y suelen-os dar limosna en esta casa?MOZO. Cada da, dos maraveds.SOLDADO. Y quin sale a droslos?MOZO. Quien se halla ms a mano; aunque las ms veces sale una fregoncita que

    se llama Cristina, bonita como un oro.SOLDADO. As que es la fregoncita bonita como un oro?MOZO. Y como unas pelras!SOLDADO. De modo que no os parece mal a vos la muchacha?MOZO. Pues aunque yo fuera hecho de leo, no pudiera parecerme mal. SOLDADO. Cmo os llamis? Que no querra volveros a llamar Santa Luca. MOZO. Yo, seor, Andrs me llamo.SOLDADO. Pues, seor Andrs, est en lo que quiero decirle:

    tome este cuarto de a ocho, y haga cuenta que va pagado por cuatro das de la limosna que le dan en esta casa y suele recebir por mano de Cristina; y vyase con Dios, y sale

    aviso que por cuatro das no vuelva a llegar a esta puerta ni por lumbre, que le romper las costillas a coces.

    MOZO. Ni aun volver en este mes, si es que me acuerdo; no tome vuesa merced pesadumbre, que ya me voy. (Vase.)

    SOLDADO. No, sino dormos, guarda cuidadosa!(Entra OTRO mozo vendiendo ypregonando tranzaderas holanda, de Cambray, randas de Flandes y hilo portugus.)

    UNO. Compran tranzaderas, randas de Flandes, holanda, cambray, hilo portugus?

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    (CRISTINA, a la ventana.)

    CRISTINA. Hola, Manuel!, trais vivos para unas camisas?UNO. S traigo; y muy buenos.CRISTINA. Pues entr, que mi seora los ha menester.SOLDADO. Oh, estrella de mi perdicin, antes que norte de mi esperanza!

    Tranzaderas, o como os llamis, conocis aquella doncella que os llam desde la ventana?

    UNO. S conozco. Pero, por qu me lo pregunta vuesa merced?SOLDADO. No tiene muy buen rostro y muy buena gracia?UNO. A m as me lo parece.SOLDADO. Pues tambin me parece a m que no entre dentro de-sa casa; si no,

    por Dios que ha de molelle los huesos, sin dejarle ninguno sano!UNO. Pues no puedo yo entrar adonde me llaman para comprar mi mercadera? SOLDADO. Vaya, no me replique, que har lo que digo, y luego!UNO. Terrible caso! Pasito, seor soldado, que ya me voy. (Vase ManueL)

    (CRISTINA, a la ventana.)

    CRISTINA. No entras, Manuel?

    SOLDADO. Ya se fue Manuel, seora la de los vivos, y aun seora la de los muertos, porque a muertos y a vivos tienes debajo de tu mando y seoro.

    CRISTINA. Jess, y qu enfadoso animal! Qu quieres en esta calle y en esta puerta?

    (Entrase CRISTINA.)SOLDADO. Encubrise y psose mi sol detrs de las nubes.

    (Entra UN ZAPATERO con unas chinelas pequeas, nuevas, en la mano, y, yendo a entrar en casa de CRISTINA, detinele el SOLDADO.)

    SOLDADO. Seor bueno, busca vuesa merced algo en esta casa?ZAPATERO. S busco.SOLDADO. Y a quin, si fuere posible saberlo?ZAPATERO. Por qu no? Busco a una fregona que est en esta casa, para darle

    estas chinelas que me mand hacer.SOLDADO. De manera que vuesa merced es su zapatero?ZAPATERO. Muchas veces la he calzado.SOLDADO. Y hale de calzar ahora estas chinelas?ZAPATERO. No ser menester; si fueran zapatillos de hombre, como ella los suele

    traer, si calzara.SOLDADO. Y ests, estn pagadas, o no?ZAPATERO. No estn pagadas; que ellas me las ha de pagar ago ra.SOLDADO. No me hara vuesa merced una merced, que sera para m muy

    grande, y es que me fiase estas chinelas, dndole yo prendas que lo valiesen, hasta desde aqu a dos das, que espero tener dine ros en abundancia?

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    ZAPATERO. S har, por cierto. Venga la prenda, que, como soy pobre oficial no puedo fiar a nadie.

    SOLDADO. Yo le dar a vuesa merced un mondadientes que le estimo en mucho, y no le dejar por un escudo. Dnde tiene vuesa merced la tienda, para que vaya a quitarle?

    ZAPATERO. En la calle Mayor, en un poste de aqullos, y llmome Juan Juncos.

    SOLDADO. Pues, seor Juan Juncos, el mondadientes es ste, y estmele vuesa merced en mucho, porque es mo.

    ZAPATERO. Pues una biznaga que apenas vale dos maraveds, quiere vuesa merced que estime en mucho?

    SOLDADO. Oh, pecador de mi! No la doy yo sino para recuerdo de m mismo; porque, cuando vaya a echar mano a la faldriquera y no halle la biznaga, me venga a la memoria que la tiene vuesa merced yvaya luego a quitalla; s a fe de soldado, que no la doy por otra cosa; pero, si no est contento con ella, aadir esta banda yeste antojo: que al buen pagador no le duelen prendas.

    ZAPATERO. Aunque zapatero, no soy tan descorts que tengo de despojar a vuesa merced de sus joyas y preseas; vuesa merced se quede con ellas, que yo me quedar con mis chinelas, que es lo que me est ms a cuento.

    SOLDADO. Cuntos puntos tienen?ZAPATERO. Cinco escasos.SOLDADO. Ms escaso Soy yo chinelas de mis entraas, pues no tengo seis reales

    para pagaros, Chinelas de mis entraas! Escuche vuesa merced, seor zapatero, que quiero glosar aqu de repente este verso, que me ha salido medido: Chinelas de mis entraas.

    ZAPATERO. Es poeta vuesa merced?SOLDADO. Famoso, y agora lo ver; estme atento. Chinelas de mis entraas.

    GLOSA

    Es amor tan gran tirano,Que, olvidado de la feQue le guardo siempre en vano, Hoy con la funda de un pie,Da a mi esperanza de mano. Estas son vuestras hazaas, Fundas pequeas y huraas; Que ya mi alma imaginaQue sois, por ser deCristina,Chinelas de mis entraas.

    ZAPATERO. A m poco se me entiende de trovas; pero stas me han sonado tan bien, que me parecen de Lope, como lo son todas las cosas que son o parecen buenas.

    SOLDADO. Pues, seor, ya que no lleva remedio de fiarme estas chinelas, que no fuera mucho, y ms sobre tan dulces prendas, por mi mal halladas, llvelo, a lo menos, de que vuesa merced me las guarde hasta desde aqu a dos das, que yo vaya por ellas; y por ahora, digo, por esta vez, el seor zapatero no ha de ver ni hablar a Cristina.

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    ZAPATERO. Yo har lo que me manda el seor soldado, porque se me trasluce de qu pies cojea, que son dos: el de la necesidad y el de los celos.

    SOLDADO. se no es ingenio de zapatero, sino de colegial trilinge. ZAPATERO. Oh, celos, celos, cun mejor os llamaran duelos, duelos!

    (Entrase el ZAPATERO.)

    SOLDADO. No, sino no seis guarda, y guarda cuidadosa, y veris cmo se os entran mosquitos en la cueva donde est el licor de vuestro contento. Pero qu voz es sta? Sin duda es la de mi Cristina, que se desenfada cantando cuando barre o friega. (Suenan dentro platos, como que friegan, y cantan.)

    Sacristn de mi vida, tenme por tuya, y, fiado en mi fe,canta alleluia

    SOLDADO. Odos que tal oyen! Sin duda el sacristn debe de ser el brinco de su alma. Oh platera, la ms limpia que tiene, tuvo o tendr el calendario de las fregonas! Por qu, as como limpias esa loza talaveril que traes entre las manos, y la vuelves en bruida y tersa plata, no limpias esa alma de pensamientos bajos y sota-sacristaniles? (Entra EL AMO de CRISTINA.)

    AMO. Galn, qu quiere o qu busca a esta puerta?

    SOLDADO. Quiero ms de lo que sera bueno, y busco lo que no hallo. Pero quin es vuesa merced, que me lo pregunta?

    AMO. Soy el dueo desta casa.SOLDADO. El amo de Cristinica?AMO. El mismo.SOLDADO. Pues llguese vuesa merced a esta parte, y tome este envoltorio de

    papeles; y advierta que ah dentro van las informaciones de mis servicios, con veinte y dos fees de veinte y dos generales debajo de cuyos estandartes he servido, amn de otras treinta y cuatro de otros tantos maestres de campo que se han dignado de honrarme con ellas.

    AMO. Pues no ha habido, a lo que yo alcanzo, tantos generales ni maestres de campo de infantera espaola de cien aos a esta parte!

    SOLDADO. Vuesa merced es hombre pacfico, y no est obligado a entendrsele mucho de las cosas de la guerra. Pase los ojos por esos papeles, y ver en ellos, unos sobre otros, todos los generales y maes tres de campo que he dicho.

    AMO. Yo los doy pasados y vistos; pero, de qu sirve darme cuenta desto?

    SOLDADO. De que hallar vuesa merced por ellos ser posible ser en verdad una que agora dir, y es, que estoy consultado en uno de tres castillos y plazas, que estn vacas en el reino de Npoles; conviene a saber: Gaeta, Barleta y Rijobes.

    AMO. Hasta agora, ninguna cosa me impor ta a m estas relacio nes que vuesa merced

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    me da.

    SOLDADO. Pues yo s que le han de importar, siendo Dios servido.AMO. En qu manera?SOLDADO. En que, por fuerza, si no se cae el cielo, tengo de salir provedo en una

    destas plazas, y quiero casarme agora con Cristinica; y, siendo yo su marido, puede vuesa merced hacer de mi persona y de mi mucha hacienda como cosa propria; que no tengo de mostrarme desagradecido a la crianza que vuesa merced ha hecho a mi querida y amada consorte.

    AMO. Vuesa merced lo ha de los cascos ms que de otra parte.

    SOLDADO. Pues sabe cunto le va, seor dulce? Que me la ha de entregar luego, luego, o no ha de atravesar los umbrales de su casa.

    AMO. Hay tal disparate? Y quin ha de ser bastante para quitarme que no entre en mi casa?

    (Vuelve el SOTA-SACRISTN PASILLAS, armado con un tapador de tinaja y una espada muy mohosa, viene con l OTRO SACRISTN, con un morrin y una vara o palo, atado a l un rabo de zorra.)

    SACRISTN. Ea, amigo Grajales, que ste es el turbador de mi sosiego!

    GRAJALES. No me pesa sino que traigo las armas endebles y algo tiernas; que ya le hubiera despachado al otro mundo a toda diligencia.

    AMO. Tnganse, gentiles hombres! Qu desmn y qu acecinamiento es ste? SOLDADO. Ladrones! A traicin yen cuadrilla? Sacristanes falsos, voto a tal

    SOLDADO. Tente, rabo, y tente, tapadorcillo! no acabis de despertar mi clera, que, si la acabo de despertar, os matar, y os co- mer, y os arroj ar por la puerta falsa dos leguas ms all del infierno!

    AMO. Tnganse, digo; si no, por Dios que me descomponga de modo que pese a alguno!

    SOLDADO. Por m, tenido soy; que te tengo respeto, por la ima gen que tienes en tu casa.

    SACRISTN. Pues, aunque esa imagen haga milagros, no os ha de valer esta vez.

    SOLDADO. Han visto la desvergenza deste bellaco, que me viene a hacer cocos con un rabo de zorra, no habindome espantado ni atemorizado tiros mayores que el de Dio, que est en Lisboa?

    (Entran CRISTINA y su SEORA.)

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    ELLA. Ay, marido mo! Estis, por desgracia, herido, bien de mi alma?

    CRISTINA. Ay desdichada de m! Por el siglo de mi padre, que son los de la pendencia mi sacristn y mi soldado.

    SOLDADO. Aun bien que voy a la parte con tambin dijo: mi soldado.

    AMO. No estoy herido, seora, pero sabed que toda esta penden-cia es por Cristinica.

    ELLA. Cmo por Cristinica?AMO. A lo que yo entiendo, estos galanes andan celosos por ella. ELLA. Y es esto verdad, muchacha?CRISTINA. S, seora.ELLA. Mirad con qu poca vergenza lo dice! Y, hate deshonrado

    alguno dellos?CRISTINA. S, seora.

    ELLA. Cul?

    CRISTINA. El sacristn me deshonr el otro da, cuando fui al Rastro.que os tengo que horadar, aunque tengis ms rdenes que un Ceremonial! Cobarde! A m con rabo de zorra? Es notarme de borracho, o piensas que ests quitando el polvo a alguna imagen de bulto?

    GRAJALES. No pienso sino que estoy ojeando los mosquitos de una tinaja de vino. (A la ventana, CRISTINA y su AMA.)

    CRISTINA. Seora, seora, que matan a mi seor! Ms de dos mil espadas estn sobre l, que relumbran que me quitan la vista.

    ELLA. Dices verdad, hija ma; Dios sea con l; santa rsola, con las once mil vrgines, sea en su guarda. Ven, Cristina, y bajemos a socorrerle como mejor pudiremos.

    AMO. Por vida de vuesas mercedes, caballeros, que se tengan, y miren que no es bien usar de superchera con nadie!

    ELLA. Cuntas veces os he dicho yo, seor, que no saliese esta muchacha fuera de casa; que ya era grande, y no convena apartarla de nuestra vista? Qu dir ahora su padre, que nos la entreg limpia de polvo y de paja? Y dnde te llev, traidora, para deshonrarte?

    CRISTINA. A ninguna parte, sino all en mitad de la calle. ELLA. Cmo en mitad de la calle?

    CRISTINA. All, en mitad de la calle de Toledo, a vista de Dios y de todo el mundo, me llam de sucia y de deshonesta, de poca vergenza y menos miramiento, y otros muchos baldones deste jaez; y todo por estar celoso de aquel soldado.

    AMO. Luego no ha pasado otra cosa entre ti ni l sino esa deshonra que en la calle te hizo?

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    CRISTINA. No por cierto, porque luego se le pasa la clera.ELLA. El alma se me ha vuelto al cuerpo, que le tena ya casi desamparado! CRISTINA. Y ms, que todo cuanto me dijo fue confiado en esta cdula que me ha

    dado de ser mi esposo, que la tengo guardada como oro en pao.AMO. Muestra; veamos.ELLA. Leedla alto, marido.AMO. As dice: Digo yo, Lorenzo Pasillas, sota-sacristn desta parroquia, que

    quiero bien, y muy bien, a la seora Cristiana de Perra zes; y en fee desta verdad, le di sta, firmada de mi nombre, fecha en Madrid, en el cimenterio de San Andrs, a seis de mayo deste presente ao de mil y seiscientos y once. Testigos: mi corazn, mi entendi- miento, mi voluntad y mi memoria. LORENZO PASILLAS. Gentil manera de cdula de matrimonio!

    SACRISTN. Debajo de decir que la quiero bien, se incluye todo aquello que ella quisiere que yo haga por ella; porque quien da la vo luntad, lo da todo.

    AMO. Luego, si ella quisiese, bien os casarades con ella?

    SACRISTN. De bonsima gana, aunque perdiese la expectativa de tres mil maraveds de renta, que ha de fundar agora sobre mi cabeza una agela ma, segn me han escrito de mi tierra.

    SOLDADO. Si voluntades se toman en cuenta, treinta y nueve das hace hoy que, al entrar de la Fluente Segoviana, di yo a Cristina lama, con todos los anejos a mis tres potencias; y si ella quisiere ser mi esposa, algo ir a decir de ser castellano de un famoso castillo, a un sacristn no entero, sino medio, y aun de la mitad le debe de faltar algo.

    AMO. Tienes deseo de casarte, Cristinica?CRISTINA. S tengo.AMO. Pues escoge, destos dos que se te ofrecen, el que ms te agradare. CRISTINA. Tengo vergenza.ELLA. No la tengas; porque el comer y el casar ha de ser a gusto proprio, y no a

    voluntad ajena.CRISTINA. Vuesas mercedes, que me han criado, me darn marido como me

    convenga; aunque todava quisiera escoger.SOLDADO. Nia, chame el ojo; mira mi garbo; soldado soy, castellano pienso

    ser; bro tengo de corazn; soy el ms galn hombre del mundo; y por el hilo deste vestidillo, podrs sacar el ovillo de mi gentileza.

    SACRISTN. Cristina, yo soy msico, aunque de campanas; para adornar una tumba y colgar una iglesia para fiestas solenes, ningn sacristn me puede llevar ventaja; y estos oficios bien los puedo ejer citar casado, y ganar de comer como un prncipe.

    AMO. Ahora bien, muchacha: escoge de los dos el que te agrada; que yo gusto dello, y con esto pondrs paz entre dos tan fuertes competidores.

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    SOLDADO. Yo me allano. SACRISTN. Y yo me rindo. CRISTINA. Pues escojo al sacristn.

    (Han entrado los msicos.)

    AMO. Pues llamen esos oficiales de mi vecino el barbero, para que con sus guitarras y voces nos entremos a celebrar el desposorio, cantando y bailando; y el seor soldado ser mi convidado.

    SOLDADO. Acepto:

    Que, donde hay fuerza de hecho, Se pierde cualquier derecho.

    MSICOS. Pues hemos llegado a tiempo, ste ser el estribillo de nuestra letra.

    (Cantan el estribillo.)

    SOLDADO.

    Siempre escogen las mujeres Aquello que vale menos,Porque excede su mal gustoA cualquier merecimiento.

    Ya no se estima el valor,Porque se estima el dinero,Pues un sacristn prefierenA un roto soldado lego.Mas no es mucho: que quin vio Que fue su voto tan necio,

    Que a sagrado se acogiese,

    Que es de delincuentes puerto? Que adonde hay fuerza, etc.

    Como es proprio de un soldado Que es slo en los aos viejo,Y se halla sin un cuartoPorque ha dejado su tercio, Imaginar que ser puedePretendiente de Gaiferos, Conquistando por lo bravoLo que yo por manso adquiero,No me afrentan tus razones,Pues has perdido en el juego;Que siempre un picado

    tiene Licencia para hacer fieros.

    SACRISTN

    Que adonde, etc.(Entranse cantando y bailando)

    Entrems del Vizcano fingido

    ( SOLRZANOy QUIONES.)

    SOLRZANO. Estas son las bolsas, y, a lo que parecen, son bien parecidas, y las cadenas que van dentro, ni ms ni menos. No hay sino que vos acudis con mi intento: que, a pesar de la taimera desta sevillana, ha de quedar esta vez burlada.

    QUIONES. Tanta honra se adquiere, o tanta habilidad se muestra en engaar a una

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    mujer, que lo tomis con tanto ahnco y ponis tanta solicitud en ello?

    SOLRZANO. Cuando las mujeres son como stas, es gusto el burlallas; cuanto ms que esta burla no ha de pasar de los tejados arriba; quiero decir que ni ha de ser con ofensa de Dios ni con dao de la burlada; que no son burlas las que redundan en desprecio ajeno.

    QUIONES. Alto; pues vos lo queris, sea as. Digo que yo os ayudar en todo cuanto me habis dicho, y sabr fingir tan bien como vos, que no lo puedo ms encarecer. Adnde vais agora?

    SOLRZANO. Derecho en casa de la ninfa; y vos no salgis de casa, que yo os llamar a su tiempo.

    QUIONES. All estar clavado, esperando.

    (ntranse los dos.)(Salen DOA CRISTINA y DOA BRGIDA: Cristina sin manto, y BRGIDA con l, toda asustada y turbada.)

    CRISTINA. Jess! Qu es lo que traes, amiga doa BRGIDA, que parece que quieres dar el alma a su Hacedor?

    BRGIDA. Doa Cristina, amiga, hazme aire, rocame con un poco de agua este rostro, que me muero, que me fino, que se me arranca el alma! Dios sea conmigo! Confesin a toda priesa!

    CRISTINA. Qu es esto? Desdichada de mi! No me dirs, amiga, lo que te ha sucedido? Has visto alguna mala visin? Hante dado alguna mala nueva de que es muerta tu madre, o de que viene tu marido, o hante robado tus joyas?

    BRGIDA. Ni he visto visin alguna, ni se ha muerto mi madre, ni viene mi marido, que aun le faltan tres meses para acabar el negocio donde fue, ni me han robado mis joyas; pero hame sucedido otra cosa peor.

    CRISTINA. Acaba, dmela, doa Brgida ma; que me tienes tur bada y suspensa hasta saberla.

    BRGIDA. Ay, querida, que tambin te toca a ti parte deste mal suceso! Lmpiame este rostro, que l y todo el cuerpo tengo baado en sudor ms fro que la nieve. Desdichadas de aquellas que andan en la vida libre, que, si quieren tener algn poquito de autoridad, granjeadas de aqu o de all, se la dejarretan y se la quitan al mejor tiempo!

    CRISTINA. Acaba, por tu vida, amiga, y dime lo que te ha suce dido, y qu es la desgracia de quien yo tambin tengo de tener parte.

    BRGIDA. Y cmo si tendrs parte! Y mucha, si eres discreta, como lo eres. Has de saber, hermana, que, viniendo agora a verte, al pasar por la puerta de Guadalajara, o que, en medio de infinita justicia y gente, estaba un pregonero pregonando que quitaban los coches, y que las mujeres descubriesen los rostros por las calles.

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    CRISTINA. Y esa es la mala nueva?BRGIDA. Pues para nosotras, puede ser peor en el mundo?CRISTINA. Yo creo, hermana, que debe de ser alguna reformacin de los coches;

    que no es posible que los quiten de todo punto. Y ser cosa muy acertada, porque, segn he odo decir, andaba muy de cada la caballera en Espaa, porque se empanaban diez o doce caba lleros mozos en un coche y azotaban las calles de noche y de da, sin acordrseles que haba caballos y jineta en el mundo; y, como les falte la comodidad de las galeras de la tierra, que son los coches, volvern al ejercicio de la caballera, con quien sus antepasados se honraron.

    BRGIDA. Ay, Cristina de mi alma! Que tambin o decir que, aunque dejan algunos, es con condicin que no se presten, ni que en ellos ande ninguna... ya me entiendes.

    CRISTINA. Ese mal nos hagan; porque has de saber, hermana, que est en opinin, entre los que siguen la guerra, cul es mejor, la caballera o la infantera, y hase averiguado que la infantera espaola lleva la gala a todas las naciones. Y agora podremos las alegres mostrar a pie nuestra gallarda, nuestro garbo y nuestra bizarra, y ms yendo descubiertos los rostros, quitando la ocasin de que ninguno se llame a engao si nos sirviese, pues nos ha visto.

    BRGIDA. Ay, Cristina! No me digas eso! Qu linda cosa era ir sentada en la popa de un coche, llenndola de parte a parte, dando rostro a quien y como y cuando quera. Y en Dios y en mi nima te digo, que cuando alguna vez me le prestaban, y me

    va sentada en l con aquella autoridad, que me desvaneca tanto, que crea bien y ver- daderamente que era mujer principal, y que ms de cuatro seoras de ttulo pudieran ser mis criadas.

    CRISTINA. Veis, doa Brgida, cmo tengo yo razn en decir que ha sido bien quitar los coches, siquiera por quitarnos a nosotras el pecado de la vanagloria? Y ms, que no era bien que un coche igualase a las no tales con las tales; pues viendo los ojos estranjeros a una persona en un coche, pomposa por galas, reluciente por joyas, echara a perder la cortesa, hacindosela a ella como si fuera a una principal seora. As que, amiga, no debes acongoj arte, sino acomoda tu bro y tu limpieza, y tu manto de Soplillo sevillano, y tus nuevos chapines, en todo caso, con las virillas de plata, y djate ir por esas calles; que yo te aseguro que no falten moscas a tan buena miel, si quisieres dejar que a ti se lleguen: que engao en ms va que en besarla durmiendo.

    BRGIDA. Dios te lo pague, amiga, que me has consolado con tus advertimientos y consejos; y en verdad que los pienso poner en prctica, y pulirme y repulirme, y dar el rostro a pie, y pisar el polvico a tan me nudico, pues no tengo quien me corte la cabeza; que este que piensan que es mi marido, no lo es, aunque me ha dado la palabra de serlo.

    CRISTINA. Jess! Tan a la sorda y sin llamar se entra en mi casa? Seor, qu es lo que vuestra merced manda?

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    (Entra SOLRZANO.)

    SOLRZANO. Vuestra merced perdone el atrevimiento, que la ocasin hace al ladrn: hall la puerta abierta, y entrme, dndome nimo al entrarme, venir a servir a vuestra merced, y no con palabras, sino con obras; y si es que puedo hablar delante desta seora, dir a lo que vengo y la intencin que traigo.

    CRISTINA. De la buena presencia de vuestra merced, no se pue de esperar sino que han de ser buenas sus palabras y sus obras. Diga vuestra merced lo que quisiere, que la seora doa BRGIDA es tan mi amiga, que es otra yo misma.

    SOLRZANO. Con ese seguro y con esa licencia, hablar con verdad; y con verdad, seora, soy un cortesano a quien vuestra merced no conoce.

    CRISTINA. As es la verdad.

    SOLRZANO. Y ha muchos das que deseo servir a vuestra merced, obligado a ello de su hermosura, buenas partes y mejor trmino; pero estrechezas, que no faltan, han sido freno a las obras hasta agora, que la suerte ha querido que de Vizcaya me enviase un grande amigo mo a un hijo suyo, vizcano, muy galn, para que yo le lleve a Sala manca y le ponga de mi mano en compaa que le honre y le ensee. Porque, para decir la verdad a vuestra merced, l es un poco burro y tiene algo de mentecapto; y adesele a esto una tacha que es lstima decirla, cuanto ms tenerla, y es que se toma algn tanto, un si es no es del vino; pero no de manera que de todo en todo pierda el juicio, puesto que se le turba; y cuando est asomado, y aun casi todo el cuerpo fuera de la ventana, es cosa maravillosa su alegra y su liberalidad:da todo cuanto tiene a quien se lo pide y a quien no se lo pide; y yo querra que, ya que el diablo se ha de llevar cuanto tiene, aprovecharme de alguna cosa, y no he hallado mejor medio que traerle a casa de vuestra merced, porque es muy amigo de damas, y aqu le de sollaremos cerrado como a gato; y para principio traigo aqu a vuestra merced esta cadena en este bolsillo, que pesa ciento y veinte escudos de oro, la cual tomar vuestra merced y me dar diez escudos agora, que yo he menester para ciertas co sillas, y gastar otros veinte en una cena esta noche, que vendr ac nuestro burro o nuestro bfalo, que le llevo yo por el naso, como dicen, y a dos idas y venidas se quedar vuestra merced con toda la cadena, que yo no quiero ms de los diez escudos de ahora. La cadena es bonsima y de muy buen oro, y vale algo de hechura. Hla aqu; vuestra merced la tome.

    CRISTINA. Beso a vuestra merced las manos por la que me ha hecho en acordarse de m en tan provechosa ocasin; pero, si he de decir lo que siento, tanta liberalidad me tiene algo confusa y algn tanto sospechosa.

    SOLRZANO. Pues de qu es la sospecha, seora nia?

    CRISTINA. De que podr ser esta cadena de alquimia; que se suele decir que no es oro todo lo que reluce.

    SOLRZANO. Vuestra merced habla discretsimamente, y no en balde tiene vuestra

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    merced fama de la ms discreta dama de la corte; y hame dado mucho gusto el ver cun sin melindres ni rodeos me ha descubierto su corazn; pero para todo hay remedio, si no es para la muerte. Vuestra merced se cubra su manto, o enve si tiene de quin fiarse, y vaya a la Platera, y en el contraste se pese y toque esa cadena; y cuando fuera fina, y de la bondad que yo he dicho, entonces vuestra merced me dar los diez escudos, harle una regalara al borrico, y se quedar con ella.

    CRISTINA. Aqu, pared y medio, tengo yo un platero mi conocido, que con facilidad me sacar de duda.

    SOLRZANO. Eso es lo que yo quiero, y lo que amo y lo que estimo, que las cosas claras Dios las bendijo.

    CRISTINA. Si es que vuestra merced se atreve a fiarme esta cadena en tanto que me satisfago, de aqu a un poco podr venir, que yo tendr los diez escudos en oro.

    SOLRZANO. Bueno es eso! Fo mi honra de vuestra merced y no le haba de fiar la cadena? Vuestra merced la haga tocar y retocar; que yo me voy, y volver de aqu a media hora.

    CRISTINA. Y aun antes, si es que mi vecino est en casa. (Entrase SOLRZANO.)

    BRGIDA. Esta, Cristina ma, no slo es ventura, sino venturn llovido. Desdichada de m, y qu desgraciada que soy, que nunca topo quien me d un jarro de agua sin que me cueste mi trabajo primero. Slo me encontr el otro da en la calle a un poeta, que de bonsima voluntad y con mucha cortesa me dio un soneto de la historia de Pra mo y Tisbe, y me ofreci trecientos en mi alabanza.

    CRISTINA. Mejor fuera que te hubieras encontrado con un gino vs que te diera trecientos reales.

    BRGIDA. S, por cierto, Ah estn los ginoveses de manifiesto y para venirse a la mano, como halcones al seuelo! Andan todos malencnicos y tristes con el decreto.

    CRISTINA. Mira, BRGIDA, desto quiero que ests cierta: que vale ms un ginovs quebrado que cuatro poetas enteros. Mas, ay!, el viento corre en popa; mi platero es ste. Y que quiere mi buen vecino? Que a fe que me ha quitado el manto de los hombros, que ya me le quera cubrir para buscarle.

    (Entra el PLATERO.)PLATERO. Seora doa Cristina, vuestra merced me ha de hacer una merced: de

    hacer todas sus fuerzas por llevar maana a mi mujer a la comedia, que me conviene y me importa quedar maana en la tarde libre de tener quien me siga y me persiga.

    CRISTINA. Eso har yo de muy buena gana; y aun si el seor ve cino quiere mi casa y cuanto hay en ella, aqu la hallar sola y desembarazada; que bien s en qu caen estos negocios.

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    PLATERO. No, seora; entretener a mi mujer me basta. Pero qu quera vuestra merced de m, que quera ir a buscarme?

    CRISTINA. No ms sino que me diga el seor vecino qu pesar esta cadena, y si es fina, y de qu quilates.

    PLATERO. Esta cadena he tenido yo en mis manos muchas ve ces, y s que pesa ciento y cincuenta escudos de oro de a veinte y dos quilates; y que si vuestra merced la compra y se la dan sin hechura, no perder nada en ella.

    CRISTINA. Alguna hechura me ha de costar, pero no mucha.

    PLATERO. Mire cmo la concierta la seora vecina que yo le ha r dar, cuando se quisiere deshacer della, diez ducados de hechura.

    CRISTINA. Menos me ha de costar, si yo puedo; pero mire el ve cino no se engae en lo que dice de la fineza del oro y cantidad del peso.

    PLATERO. Bueno sera que yo me engaase en mi oficio! Digo, seora, que dos veces la he tocado eslabn por eslabn, y la he pesado; y la conozco como a mis manos.

    BRGIDA. Con eso nos contentamos.

    PLATERO. Y por ms seas, s que la ha llegado a pesar y a tocar un gentil hombre cortesano que se llama Tal de Solrzano.

    CRISTINA. Basta, seor vecino; vaya con Dios, que yo har lo que me deja mandado. Yo la llevar y entretendr dos horas ms, si fuere menester; que bien s que no podr daar una hora ms de entretenimiento.

    PLATERO. Con vuestra merced me entierren, que sabe de todo, y adis, seora

    ma.

    (Entrase el PLATERO.)

    BRGIDA. No haramos con este cortesano Solrzano, que as se debe llamar sin duda, que truj ese con el vizcano para mi alguna ayuda de costa, aunque fuese de algn borgon ms borracho que un zaque?

    CRISTINA. Por decrselo no quedar; pero vesle, aqu vuelve: priesa trae; diligente anda; sus diez escudos le aguijan y espolean. (Entra

    SOLRZANO.)

    SOLRZANO. Pues, seora doa Cristina, ha hecho vuestra merced sus diligencias? Est acreditada la cadena?

    CRISTINA. Cmo es el nombre de vuestra merced, por su vida?

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    SOLRZANO. Don Esteban de Solrzano me suelen llamar en mi casa. Pero, por qu me lo pregunta vuestra merced?

    CRISTINA. Por acabar de echar el sello a su mucha verdad y cortesa. Entretenga vuestra merced un poco a la seora doa Brgida, en tanto que entro por los diez escudos.

    (Entrase CRISTINA.)BRGIDA. Seor don Solrzano, no tendr vuestra merced por ah algn

    mond adientes para m? Que en verdad no soy para desechar, y que tengo buenas entradas y salidas en mi casa como la seora doa Cristina; que, a no temer que nos oyera alguna, le dijera yo al seor Solrzano ms de cuatro tachas suyas: que sepa que tiene las tetas como dos alforjas vacas, y que no le huele muy bien el aliento, porque se afeita mucho; y con todo eso la buscan, solicitan y quieren; que estoy por araarme esta cara, ms de rabia que de envidia, porque no hay quien me d la mano, entre tantos que me dan del pie; en fin, la ventura de las feas...

    SOLRZANO. No se desespere vuestra merced, que si yo vivo, otro gallo cantar

    en su gallinero.

    (Vuelve a entrar CRISTINA.)

    CRISTINA. He aqu, seor don Esteban, los diez escudos, y la cena se aderezar esta noche como para un prncipe.

    SOLRZANO. Pues nuestro burro est a la puerta de la calle, quiero ir por l. Vuestra merced me le acaricie, aunque sea como quien toma una pldora.

    (Vase SOLRZANO.)BRGIDA. Ya le dije, amiga, que trujese quien me regalase a m, y dijo que s

    hara, andando el tiempo.CRISTINA. Andando el tiempo en nosotras no hay quien nos regale, amiga; los

    pocos aos traen la mucha ganancia, y los m