Entrevista a Julián Gorodischer

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 Cultura C 8 LA VOZ DEL INTERIOR CÓRDOBA. DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE DE 2007 GUSTAVO PABLOS DE NUESTRA REDACCIÓN [email protected] U n beso es el episodio o nú- cleo mínimo de un en- cuentro amoroso que está siendo, que puede ser, que fina- lizó o que nunca será. En todo caso, una de sus condiciones es que requiere de dos personas, in- cluso aquellos que reciben el ca- lificativo de ‘robados’, y que uno o ambos protagonistas cifran en él las expectativas de nuevos mo- mentos que confirmen y extien- dan esas primeras sensaciones. Al beso se le atribuye “esa ca- pacidad de excitarnos hasta cier- to punto y de concentrar además de la calentura un cierto senti- do de posibilidad, lo que podría prosperar como historia de amor”. Pero también ese episo- dio puede estar sujeto a las di- versas mediaciones que impo- nen los medios y la cultura de masas. En ese punto se sitúa el libro de crónicas La ruta del beso. Biografía sexual colectiva, de Julián Gorodischer (Norma). “Quise salir a conocer a aquél que se formó como sujeto dese- ante viendo televisión, chatean- do, cliqueando frenéticamente una y otra página porno, ideali- zando sex symbols hasta ali- mentar sus fantasías”, dice en el prólogo. “El punto de partida era tra- bajar con personas atravesadas por el discurso mediático y la cultura de masas”, comenta aho- ra en diálogo con este medio. Su interés no estaba en los casos in- dividuales o las historias singu- lares de amor, romance o con- trariedad “sino en grupos o dis- cursos sociales” porque le inte- resaba que hubiera “una me- diación”. El relato detrás de la excusa   ¿Cómo surgió este interés y exploración en torno al beso?  –Si uno se fi ja en las imá ge- nes generadas o atravesadas por los medios masivos, incluido In- ternet, se dará cuenta de que la unidad de sentido más que el ac- to sexual explícito es el beso, por- que es la apertura de una posi- bilidad. Es la unidad de sentido de la telenovela clásica, del me- lodrama, es un símbolo tanto del romanticismo clásico, feliz y re- alizado, como del amor que na- ce. Esta unidad de sentido tam- bién se asocia a las formas más institucionalizadas del amor, co- mo el beso ante el altar en el ca- samiento, el beso de los novios, el beso de la despedida. Sin embargo, para Gorodis- cher “estas figuras están muy cristalizadas” y quería explorar un costado de la realidad “más mundano, más terrenal, más co- tidiano y carnal”, afirma. Por eso en estas crónicas “el beso a veces es la excusa y a veces no está, como en la de los actores porno o en la de las dos chicas expulsadas de un bar por besar- se, en estos casos lo que se cuen- ta es una ausencia”, sostiene. “Cuando elegía un beso, en realidad le asignaba un lugar pe- riférico o secundario, y lo que me interesaba era lo que apa- recía detrás o después de ese be- so”, afirma. “Al salir a buscar lo Las historias detrás de un beso El periodista acaba de publicar La ruta del beso (Norma), una serie de crónicas donde el beso aparece como excusa para contar historias de amor.  JULIÁN GORODISCHER LA FUENTE DEL AMOR. Cualquier lugar es propicio cuando el impulso de besarse resulta irresistible. Vacilación continua “Me interesaba desmade-  jar el proceso producti vo, iluminar esas zonas que suelen quedar a un mar- gen en el texto final pero que muchas veces inciden directamente”, dice. Esa premisa lo llevó a pre- guntarse “por qué un cro- nista debe separar su vi- da cotidiana, sus territo- rios íntimos y cercanos” de ese tiempo productivo en el que “sale a vincu- larse con su tema”. Su de- cisión fue “integrar am- bas dimensiones” y para hacerlo se inspiró en La preparación de la no- vela, de Roland Barthes, libro que cita como figu- ra protectora en su tra- bajo: “Es un modelo por- que construye hasta su mínima expresión la fi- gura del escritor, aun en su tiempo no ocupado, en su frustración, en sus vacíos y baches”, refle- xiona.  –¿En qué s entid o te fue útil?  –Fun cion ó como texto dis- parador para observar al escritor de no ficción, por- que se trata de un cronis- ta en vacilación continua y que se cuestiona sus mé- todos y procedimientos. En el relato del viaje a Mar del Plata en busca del piquito de la vedette –es- ta maquinaria cultural de AUTOR Julián Gorodischer es licenciado en Comunicación Social por la UBA. Trabajó como periodista en los diarios C  larín y Perfil, y en las revistas Lun  a, Tres Puntos, H  a- ciendo Cine y Rolling Stone. Es autor del libro Golpe  ando la  s puertas de l  a T  V: crónicas de l  a fam  a repentin  a (2004). En 2001 recibió el Premio Italia para jóve- nes periodistas, otorgado por el gobierno italiano, y en 2006 el Premio Estímulo de TEA en la ca- tegoría Diarios. Actualmente es redactor de Págin  a  /12 . y se convirtió en punto de par- tida para “cualquier historia amorosa o sexual”, señala. Encuentros frustrados   ¿Cómo definiste el itinera- rio?  –Traté de hace r un reco rri- do por los márgenes del amor y del deseo: los exhibicionistas en Internet, los solteros en sus an- tros, cabaret y bares, los faná- levisa (México) para indagar có- mo las aspirantes a heroínas de telenovelas ensayan sus besos, y también viaja a Mar del Plata en busca del “piquito” de las ve- dettes.  –¿Qué encont raste e n estos recorridos?  –Much as hist orias de con- trariedades y frustraciones que se diferencian en un montón de resortes, coyunturas y condi- ciones, pero que están unidas por la imposibilidad de realiza- ción del deseo, por ser historias poco felices. En estas páginas uno no se encuentra con un can- to al amor realizado, sino con qué le pasa a alguien que desea, se enamora o espera y, por lo ge- neral, no tiene una respuesta ver con esperar, mirar, admirar, y con poco contacto y realiza- ción. Todos estos personajes están relegados a roles de es- pectadores o de sujetos mediati- zados. Por la crónica de lo cercano “Me gusta vincularme creativa- mente y encontrarle un sesgo no- vedoso o alternativo a historias cotidianas”, confiesa. Ese prin- cipio lo llevó a convertir sus his- torias “en una narración y a no caer en un registro expositivo de casos y testimonios”. Por ese motivo debió “poner el cuerpo” y asumir una primera persona “bastante explícita”, ya que se trata del recorrido personal de “un cronista que sale en su pro- las que surgen de los viajes p or Córdoba, Mar del Plata y Rosa- rio. De cualquier manera, todos los textos se alejan del precepto de que “en la crónica hay que buscar una situación de riesgo o extraordinaria”, confiesa. “Más bien me interesa cómo uno elige mirar y el recorte que ha- ce”, admite.  –¿Qué te permitió e sta for- ma de encarar la crónica?  –Esto fue impo rtante porque resignifiqué zonas cotidianas, casi naturalizadas por el tránsi- to diario, y donde uno piensa que no va a encontrar aventura, ni riesgo narrativo ni interés. Sin embargo, este contexto cobraba densidad a partir de la observa- ción y la interacción con perso- Julián Gorodischer investigó el significado social y cultural del beso. LA VOZ DEL INTERIOR AP

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CulturaC 8 LA VOZ DEL INTERIOR

CÓRDOBA. DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE DE 2007

La obra de Víctor Hugo Arias que se pondrá en remate.

El arte en una causa solidariaEl martes a las 19.30 se realizaráen Dinosaurio Mall (Cordilleray Cardeñosa) un remate a totalbeneficio del Cottolengo DonOrione y de la Casa del PadreAguilera, con obras donadas de120 artistas.

Organizado por Galería Zur-barán junto a Cadena 3, la jor-

nada incluirá trabajos de CarlosAlonso, Horacio Álvarez, VíctorHugo Arias y Miguel Avataneo,entre muchos otros. Todas se en-contrarán al 50 por ciento de su

valor, desde 200 a cinco mil pe-sos. El martillero será IgnacioGutiérrez Zaldívar.

En la galería del centro co-mercial de Alto Verde se ex-pondrán las pinturas, dibujos,grabados y esculturas de mane-ra permanente, de 10 a 22, conentrada libre y gratuita.

La forma de pago será enefectivo y se entregará un certi-ficado de autenticidad luego derealizada la subasta.

La casa del niño Padre Agui-

lera es una institución que al-berga a niños abandonados, dis-capacitados y con familias enconflicto. Fue fundada en 1969por el Padre Héctor Aguilera, ydesde entonces es dirigida porél mismo. Hoy la institución al-berga a más de 600 niños.

El pequeño Cottolengo Don

Orione es una casa de caridaddedicada a la asistencia de per-sonas con capacidades especia-les, discapacidades múltiples, fí-sicas y mentales.

Hoy atiende a 130 personas yes dirigido por sacerdotes de lacasa religiosa de Don Orione. Elprimer pabellón se inauguró en1957, impulsado por MatildeBeltrán Posse de Torres quequería ver en Córdoba realiza-da la obra de Don Orione.

Para poder ver los trabajos

online, se puede entrar al sitiowww.cadena3.com.ar e ingre-sar al link Seamos generosos,en el hemisferio derecho de lapantalla.

GUSTAVO PABLOS

DE NUESTRA REDACCIÓN

[email protected]

Un beso es el episodio o nú-cleo mínimo de un en-cuentro amoroso que está

siendo, que puede ser, que fina-lizó o que nunca será. En todocaso, una de sus condiciones esque requiere de dos personas, in-cluso aquellos que reciben el ca-lificativo de ‘robados’, y que unoo ambos protagonistas cifran enél las expectativas de nuevos mo-mentos que confirmen y extien-dan esas primeras sensaciones.

Al beso se le atribuye “esa ca-pacidad de excitarnos hasta cier-to punto y de concentrar ademásde la calentura un cierto senti-do de posibilidad, lo que podríaprosperar como historia deamor”. Pero también ese episo-dio puede estar sujeto a las di-versas mediaciones que impo-nen los medios y la cultura demasas.

En ese punto se sitúa el librode crónicas La ruta del beso.

Biografía sexual colectiva, deJulián Gorodischer (Norma).“Quise salir a conocer a aquélque se formó como sujeto dese-ante viendo televisión, chatean-do, cliqueando frenéticamenteuna y otra página porno, ideali-zando sex symbols hasta ali-mentar sus fantasías”, dice en elprólogo.

“El punto de partida era tra-bajar con personas atravesadaspor el discurso mediático y lacultura de masas”, comenta aho-ra en diálogo con este medio. Suinterés no estaba en los casos in-dividuales o las historias singu-lares de amor, romance o con-trariedad “sino en grupos o dis-cursos sociales” porque le inte-resaba que hubiera “una me-diación”.

El relato detrás de la

excusa

 – ¿Cómo surgió este interés y

exploración en torno al beso?

 –Si uno se fija en las imáge-nes generadas o atravesadas por

los medios masivos, incluido In-ternet, se dará cuenta de que launidad de sentido más que el ac-to sexual explícito es el beso, por-que es la apertura de una posi-bilidad. Es la unidad de sentidode la telenovela clásica, del me-lodrama, es un símbolo tanto delromanticismo clásico, feliz y re-alizado, como del amor que na-ce. Esta unidad de sentido tam-bién se asocia a las formas másinstitucionalizadas del amor, co-mo el beso ante el altar en el ca-samiento, el beso de los novios,el beso de la despedida.

Sin embargo, para Gorodis-cher “estas figuras están muycristalizadas” y quería explorarun costado de la realidad “más

mundano, más terrenal, más co-tidiano y carnal”, afirma. Poreso en estas crónicas “el beso aveces es la excusa y a veces noestá, como en la de los actoresporno o en la de las dos chicasexpulsadas de un bar por besar-se, en estos casos lo que se cuen-ta es una ausencia”, sostiene.

“Cuando elegía un beso, enrealidad le asignaba un lugar pe-riférico o secundario, y lo queme interesaba era lo que apa-recía detrás o después de ese be-so”, afirma. “Al salir a buscar loque hay detrás, a veces no en-contré ese emblema amoroso, olo encontré desfasado o conver-tido en otra cosa muy distinta,como puede ser una señal de de-

voción –sostiene”. En ese senti-do, el beso funcionó como unaexcusa para “conocer un ámbi-to, un territorio, un personaje”,

Las historias detrás de un besoEl periodista acaba de publicar La ruta del beso (Norma), una serie de crónicas donde el beso aparece

como excusa para contar historias de amor.

 

JULIÁN GORODISCHER

LA FUENTE DEL AMOR. Cualquier lugar es propicio cuando el impulso de besarse resulta irresistible.

Vacilación

continua“Me interesaba desmade-

 jar el proceso productivo,iluminar esas zonas quesuelen quedar a un mar-gen en el texto final peroque muchas veces incidendirectamente”, dice. Esapremisa lo llevó a pre-

guntarse “por qué un cro-nista debe separar su vi-da cotidiana, sus territo-rios íntimos y cercanos”de ese tiempo productivoen el que “sale a vincu-larse con su tema”. Su de-cisión fue “integrar am-bas dimensiones” y parahacerlo se inspiró en La

preparación de la no-

vela, de Roland Barthes,libro que cita como figu-ra protectora en su tra-bajo: “Es un modelo por-que construye hasta sumínima expresión la fi-gura del escritor, aun ensu tiempo no ocupado, ensu frustración, en sus

vacíos y baches”, refle-xiona. –¿En qué sentido te

fue útil?

 –Funcionó como texto dis-parador para observar alescritor de no ficción, por-que se trata de un cronis-ta en vacilación continuay que se cuestiona sus mé-todos y procedimientos.En el relato del viaje aMar del Plata en busca delpiquito de la vedette –es-ta maquinaria cultural demasas tan potente– se veclaramente cómo la inti-midad y la vida cotidianaen el hotel le ganaban alpropio objeto de la cróni-

ca. Dejarlas de lado hu-biese sido disfrazar o dis-torsionar lo que fue la ex-periencia de la crónica.

AUTOR

Julián Gorodischer es licenciadoen Comunicación Social por laUBA. Trabajó como periodista enlos diarios Cl

 

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a (2004). En 2001recibió el Premio Italia para jóve-nes periodistas, otorgado por elgobierno italiano, y en 2006 elPremio Estímulo de TEA en la ca-tegoría Diarios. Actualmente es

redactor de Pá

 

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y se convirtió en punto de par-tida para “cualquier historiaamorosa o sexual”, señala.

Encuentros frustrados

 – ¿Cómo definiste el itinera-

rio?

 –Traté de hacer un recorri-do por los márgenes del amor ydel deseo: los exhibicionistas enInternet, los solteros en sus an-tros, cabaret y bares, los faná-ticos de ídolos populares, hastael clímax del relato final dondeun grupo de mujeres relata con-tactos del tercer tipo y roman-ces con extraterrestres en Ca-

pilla del Monte.En sus viajes, el narrador seune a las fans de Alejando Sanz,se interna en la Escuela de Te-

levisa (México) para indagar có-mo las aspirantes a heroínas detelenovelas ensayan sus besos,y también viaja a Mar del Plataen busca del “piquito” de las ve-dettes.

 –¿Qué encontraste en estosrecorridos?

  –Muchas historias de con-trariedades y frustraciones quese diferencian en un montón deresortes, coyunturas y condi-ciones, pero que están unidaspor la imposibilidad de realiza-ción del deseo, por ser historiaspoco felices. En estas páginasuno no se encuentra con un can-to al amor realizado, sino conqué le pasa a alguien que desea,se enamora o espera y, por lo ge-neral, no tiene una respuestaclara.

 –El beso aparecería como

emblema de algo que no se

puede cumplir.

 –Claro. La cuestión de la es-

pera y la frustración tiene quever con los medios y con esta cul-tura del espectáculo. El deseoque generan los medios tiene que

ver con esperar, mirar, admirar,y con poco contacto y realiza-ción. Todos estos personajesestán relegados a roles de es-pectadores o de sujetos mediati-zados.

Por la crónica de lo cercano

“Me gusta vincularme creativa-mente y encontrarle un sesgo no-vedoso o alternativo a historiascotidianas”, confiesa. Ese prin-cipio lo llevó a convertir sus his-torias “en una narración y a nocaer en un registro expositivode casos y testimonios”. Por esemotivo debió “poner el cuerpo”y asumir una primera persona“bastante explícita”, ya que setrata del recorrido personal de“un cronista que sale en su pro-pia realidad de iniciación”, co-menta.

Construyó un narrador que aveces cuenta desde el interior desu departamento, como en la his-

toria del chat o la del exhibicio-nista de Internet, que surgió des-pués de pasear por los locutoriosde su barrio, pero también están

las que surgen de los viajes porCórdoba, Mar del Plata y Rosa-rio. De cualquier manera, todoslos textos se alejan del preceptode que “en la crónica hay quebuscar una situación de riesgo

o extraordinaria”, confiesa.“Más bien me interesa cómo unoelige mirar y el recorte que ha-ce”, admite.

 –¿Qué te permitió esta for-

ma de encarar la crónica?

 –Esto fue importante porqueresignifiqué zonas cotidianas,casi naturalizadas por el tránsi-to diario, y donde uno piensa queno va a encontrar aventura, niriesgo narrativo ni interés. Sinembargo, este contexto cobrabadensidad a partir de la observa-ción y la interacción con perso-nas que uno ve todos los días pe-ro con las que no se detiene acharlar. Me quedo con la apues-ta por contar lo mínimo, lo máscercano, y eso tiene que ver con

la revalorización de algunos te-mas que merecen ser contadosy de los cuales la crónica deberíaocuparse más.

Julián Gorodischer investigó el significado social y cultural del beso.

LA VOZ DEL INTERIOR

AP

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