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EN SU PASO POR BUENOS AIRES, NEGUIN, CAMPEÓN MUNDIAL DE BREAKDANCE, HABLÓ CON 7 DÍAS SOBRE SUS INICIOS EN CAPOEIRA, LA FUERZA DEL BAILE Y SU CRÍTICA A MADONNA. “ENSAYÉ CON ELLA, PERO PAGA POCO”, ASEGURA.

ENTREVISTA POR DENISE TEMPONE FOTOS: GENTILEZA RED BULL

DESAFÍO A LAGRAVEDAD

OS AIRES NEGUIN CAMPEÓN MUNDIAL

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-De alguna manera sí. Tuve la suerte de encontrar lo que me enciende en mí mismo, en mi cuerpo, en mi cabeza, en la música. No necesito más nada y mu-cho menos cosas que me destruyan. El baile capoeira fue mi primer amor pero después apareció YouTube. Nosotros te-nemos la suerte de poder inspirarnos con gente que vive en el otro extremo del pla-neta, aprender de ellos.

-¿Por qué en algunos países se baila más que en otros?

-Es cultural, no a todos les enseñan a expresarse con sus cuerpos y a desarro-llar la sensibilidad ante la música. Y digo desarrollar, no tener, porque creo que to-dos tenemos esa sensibilidad.

-¿Pensás que el impulso por bai-lar es innato?

-Es probable. Todos tenemos la cues-tión del ritmo interno, no hace falta ser bailarín, uno puede sentir la música, uno nace con esa capacidad y creo que es uni-versal. Y después se cultiva. Pero después viene toda esa pavada, alguien te dice que

Neguin tiene 24 años y es el campeón mundial Red Bull de breakdance. Ganó su trono en competencias de baile de “uno contra

uno” en escenarios en forma de ring que la marca energizante montó alrededor del mundo para probar a los mejores. Hoy, consagrado como “bboy! (breakdance boy) profesional, dicta seminarios, parti-cipa de espectáculos y agranda su reper-torio de movimientos con lo que aprende alrededor del mundo. Pero antes de con-sagrarse como campeón, de rechazar una propuesta de trabajo de Madonna (“paga poco”, asegura) y de convertirse en el re-ferente obligado para los bailarines que buscan dar sus primeros pasos “quebra-dos”, Neguin era profesor de capoeira en el estado de Paraná, al sur de Brasil, don-de nació. Según Neguin, en su país, “uno aprende a ser brasileño jugando al fútbol o bailando capoeira”. Y a diferencia del noventa por ciento de los brasileños, él eligió lo segundo. Después aprendió a ser un bailarín del mundo –el breakdance nació en Estados Unidos, pero hoy se es-pandió a todo el planeta– bailando frente al monitor de la compu de algún cyber del barrio donde creció, mirando YouTube.

Fue esa red social y esa energía que sentía “danzando capoeira”, lo que ter-minó de guiarlo por el lado luminoso de su vida e ignorar algunos atajos un poco más oscuros que se desplazaban a su al-rededor como trampas. “Dos de mis her-manos fueron adictos a las drogas. Uno logró zafar pero el segundo murió en una pelea de pandillas. Nunca necesité sus-tancias de ningún tipo para encontrar la adrenalina que ellos buscaban, yo sólo necesito bailar”, explica hoy, contento de ser el orgullo de sus padres: una ama de casa y un camionero.

-¿Sentís que te construiste a vos mismo a través de la danza?

“TODOS TENEMOS LA CUESTIÓN DEL RITMO INTERNO, NO HACE FALTA SER BAILARÍN, UNO PUEDE SENTIR LA MÚSICA, UNO NACE CON ESA CAPACIDAD Y CREO QUE ES UNIVERSAL.”

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NEGUIN ,“BBOY” PROFESIONAL, AGRANDA SU

REPERTORIO DE MOVIMIENTOS CON LO QUE APRENDE

ALREDEDOR DEL MUNDO, AQUÍ EN NUEVA YORK.

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“DOS DE MIS HERMANOS FUERON ADICTOS A LAS DROGAS. UNO LOGRÓ ZAFAR PERO EL SEGUNDO MURIÓ. NUNCA NECESITÉ SUSTANCIAS DE NINGÚN TIPO PARA ENCONTRAR LA ADRENALINA QUE ELLOS BUSCABAN, YO SÓLO NECESITO BAILAR.”

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no podés moverte de cierta manera, que por tu género, tu clase social, la educación, bla bla, no podés moverte así, entonces tu entorno te va cortando esa capacidad de disfrutar. Y encima tus amigos te dicen, “¿Bailar? No, mejor vamos a tomar”, y es el fi nal de esa alegría tan sencilla, y el principio de costumbres menos sanas que sí están aprobadas por todos.

-En Argentina las clases de baile y las pistas de boliche están repletas de mujeres, no hay tantos hombres...

-Es una cuestión de esquemas men-tales. Acá en Argentina, los hombres en-tran, agarran un trago y miran mujeres, se mueven sólo un poco pero no se dedican a sentir la música ni nada. En muchos paí-ses pasa esto. Ellos por ahí están más con-centrados en dar a entender: “tengo mi di-nero, tengo mi auto, tengo recursos”. Eso es lo que quieren demostrar para ganar

chicas, y ellas bailan para mostrarse, tam-poco lo sienten tanto. Cuando el hombre se acerca desde el baile y la mujer le respon-de bailando, la energía es otra, la comuni-cación es otra. Si entendés que la danza es compartir, entendés que el acercamiento comienza por otro lado, y que no tiene que ver con el poder. Es demasiado desafi ante para algunas personas despojarse de todo y disfrutar de igual a igual.

-¿Eso lo notás más en algunos países que en otros?

-Sí, en Centroamérica y Brasil, bailar es más natural que en muchos países de Europa y en Rusia sobre todo. También es un tema de ciudades. En Nueva York, por ejemplo, está bien bailar, transpirar, moverse a lo grande, es parte de los códi-gos. En ciertos países, en cambio, me he puesto a bailar y gente de seguridad me vino a pedir que me detuviera.

-¿En dónde? ¿Por qué?-Bueno, recuerdo una vez en Holanda

y otra en Inglaterra. Si me ven bailando piensan que estoy loco, que soy canchero, y yo les pregunto: ¿es esto una pista de baile? ¿lo que suena no es música? ¿quién es el loco acá? Pero ciertos movimientos son considerados amenazantes, por lo cual, mejor no hacerlos en público. Gene-ralmente sucede en países bélicos.

-Es que hay cierta relación entre pelear y bailar, de hecho, las com-petencias de bboys se hacen en un ring y uno contra uno...

-Es cierto, pero es una pelea leal don-de gana la capacidad, la habilidad, no la violencia. Cuando un bboy de Nueva Jer-sey se enfrenta con uno de Brooklyn, tie-ne que demostrarle que puede más, que tiene más herramientas, más pasos, que es más fuerte, pero es algo de actitud, no de la danza de por sí. La danza es un re-curso más, con él se pueden expresar mu-chas cosas. De hecho, yo no bailo igual si quiero expresarle mi amor a una chica, si expreso lo bien que la estoy pasando en un boliche con amigos o si estoy jugando a bailar con mi sobrinito que va al jardín. Todas esas cosas entran en la danza, no sólo la pelea.

-¿Soñás con bailar con alguna gran fi gura del mundo de la música o la danza?

-Realmente no. Hace poco ensayé con Madonna, estuve a punto de bailar junto con ella pero no funcionó. Pagaba muy poco. Eso pasa mucho en esta industria, la gente se abusa de los sueños de los demás y terminan pagándole a bailarines súper profesionales que desgastan su cuerpo y energía en una gira, como a cualquier mesero de Nueva York, alrededor de dos mil dólares. Por eso no me entusiasmo con ese tipo de cosas, mientras pueda dis-frutar de bailar, no me importa si se trata de Madonna o de un evento under.

EL BREAKDANCER PARTICIPÓ EN BUENOS AIRES COMO JURADO DE UN

CONCURSO PARA ELEGIR EL MEJOR BAILARÍN DE LA ARGENTINA.