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INTOLERANCIA SIN CULPABLES Colombia, el país de la diversidad, con el café considerado por nacionales y extranjeros como el más suave del mundo, grandes oportunidades para invertir y crear negocios y por último considerado por expertos como el país de habla hispana como el mejor para aprender español. Sin embargo debemos ser honestos con la mano en el corazón y aceptar que aunque actualmente figuramos como el país con las personas más felices del mundo, aún son muchas las problemáticas que opacan esta imagen de un país dispuesto a olvidar su pasado y ver el futuro con optimismo hacia el progreso. Cifras alarmantes han dejado sobre la mesa los continuos problemas que se enfrenta nuestro país y poco a poco pone al ‘‘desnudo’’ otra gran problemática que siempre ha sido la sombra de Colombia. La intolerancia: aunque muy pocos la reconocen, la mayoría decidimos señalar a nuestros dirigentes sin darnos cuenta que todos hacemos parte de un círculo vicioso que afecta a todos los estratos, edades, ciudades y pueblos que pareciese no tener un final feliz. Varias cifras a lo largo de los últimos años cuatro años comprueban que la intolerancia hace parte del ‘‘pan de cada día’’ en noticias, programas de televisión y en cualquier región del país. Cali a lo largo de estos años lidera la lista de la ciudad con más casos de intolerancia, seguidas por Bogotá y Medellín. Muchos de los casos presentados en estas ciudades revelan que en todos los estratos hay graves casos de intolerancia situados en el núcleo familiar, laboral, escolar, así como en la cotidianidad de las personas. Aunque no se tiene certeza de los factores que llevan a los colombianos a convertirse en personas violentas, muchos han especulado las influencias sociales como una de las causantes para que cualquier persona, en su sano juicio pase a convertirse

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INTOLERANCIA SIN CULPABLES

Colombia, el país de la diversidad, con el café considerado por nacionales y extranjeros como el más suave del mundo, grandes oportunidades para invertir y crear negocios y por último considerado por expertos como el país de habla hispana como el mejor para aprender español. Sin embargo debemos ser honestos con la mano en el corazón y aceptar que aunque actualmente figuramos como el país con las personas más felices del mundo, aún son muchas las problemáticas que opacan esta imagen de un país dispuesto a olvidar su pasado y ver el futuro con optimismo hacia el progreso.

Cifras alarmantes han dejado sobre la mesa los continuos problemas que se enfrenta nuestro país y poco a poco pone al ‘‘desnudo’’ otra gran problemática que siempre ha sido la sombra de Colombia. La intolerancia: aunque muy pocos la reconocen, la mayoría decidimos señalar a nuestros dirigentes sin darnos cuenta que todos hacemos parte de un círculo vicioso que afecta a todos los estratos, edades, ciudades y pueblos que pareciese no tener un final feliz.

Varias cifras a lo largo de los últimos años cuatro años comprueban que la intolerancia hace parte del ‘‘pan de cada día’’ en noticias, programas de televisión y en cualquier región del país. Cali a lo largo de estos años lidera la lista de la ciudad con más casos de intolerancia, seguidas por Bogotá y Medellín. Muchos de los casos presentados en estas ciudades revelan que en todos los estratos hay graves casos de intolerancia situados en el núcleo familiar, laboral, escolar, así como en la cotidianidad de las personas.

Aunque no se tiene certeza de los factores que llevan a los colombianos a convertirse en personas violentas, muchos han especulado las influencias sociales como una de las causantes para que cualquier persona, en su sano juicio pase a convertirse en un asesino, ladrón y prófugo de la justicia. Los medios de comunicación como la televisión son un claro ejemplo, ya que a diario en su programación deja ver cómo la intolerancia hace parte de nuestra sociedad. Otro ejemplo en estos medios son las noticias en las que casi el 40 % de su contenido son producto de algún caso de intolerancia.

Muchos nos preguntaremos entonces: ¿qué es ser intolerante?, o mejor ¿soy tolerante?, ¿me altero fácilmente por cualquier circunstancia? Son preguntas que debemos hacernos para poder encontrar la solución. Ejemplos como pelearnos en el Transmilenio, colarnos en las filas, no respetar las normas y simplemente no aceptar las ideas de otro ya nos incluye en el grupo de personas intolerantes. Casos reales como el de un conductor borracho que atropelló a cuatro personas en una importante autopista en Bogotá, o un señor que asesinó a uno de sus vecinos en Medellín porque no quiso bajarle el volumen a su equipo, hacen parte de las continuas historias en las cuales podemos ser testigos o protagonistas de ello. Las medidas que se imponen por los casos anteriores van desde los 3 años hasta la cadena perpetua en el peor de los casos.

Diversas campañas han sido creadas a partir de esta problemática. Las observamos en los medios de comunicación donde por medio de ejemplos, relatos reales y animaciones crean reflexión para

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todos. Uno de los que más recordamos es de ‘‘Inteligencia vial’’, que nos hace ver, que si todos la utilizamos, salvaremos la vida de los demás, así como la nuestra.

Así que ahí está la cuestión, ¿cómo queremos ver a nuestro país?, ¿Un país tolerante o uno en el cual sus habitantes solo piensen en sí mismos? Es hora de dejar el orgullo y aceptar nuestra responsabilidad, solo así podremos ver a una Colombia tolerante, respetuosa, ejemplar para otros países donde el respeto y la tolerancia prevalezcan entre sus habitantes. Solo así podremos decir: Colombia es un país en paz.