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    S u v i d a y s u f t b o le n 1 5 0 f r a s e s

    E d w i n W i n k e l s

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    ac o en u recn oanaa en1962 y diplomado en periodismo,trabaj en el diario Het Vrije Volk(Rotterdam) antes de emigrar en1988 a Barcelona. Entr a trabajaren 1991 en El Peridico de Catalu-nyacomo redactor de deportes. Cu-bri los Juegos Olmpicos, el Tour

    de Francia y sigui, durante 12 tem-poradas, al FC Barcelona. Desde elao 2000 es reportero de informa-cin general en El Peridico de Ca-talunyay acaba de iniciar una etapacomo cronista de la ciudad de Bar-celona. Ha publicado tres libros enHolanda, dos de ellos relacionadoscon el Barga.

    Fotografa de la portada:

    O

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    Escuchando a Cruyjf

    Su vida y suftbolen 150frases

    Edwin Winkels

    ediciones

    Lectio

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    Primera edicin: noviembre de 2010

    Edwin Winkels

    Lectio Ediciones

    Edita: Lectio Ediciones

    C/ de la Violeta, 6 43800 VallsTel. 977 60 25 91

    Fax 977 61 43 57

    [email protected]

    www.lectio.es

    Diseo y composicin: Imatge-9, SL

    Correccin: Bans & Pros, Correctors

    Impresin: Romany-Valls, SA

    ISBN: 978-84-15088-03-5

    Depsito legal: B-39.841-2010

    mailto:[email protected]:[email protected]://www.lectio.es/mailto:[email protected]://www.lectio.es/http://www.lectio.es/mailto:[email protected]
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    Para Marianne, Sara, Ferrari y Joanna,cuatro vidas entre Holanda y Catalunya

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    Escuchando a Cruyff

    Introduccin

    El tren circulaba a media velocidad y se poda abrir la puerta. En lugar de las esperadas vistas de un paraso vacacional, se exhiban al lado de las vas los restos de unas vidas inhumanas. Al principio, poco despus de entrar en la ciudad, solo hubo un muro elevado, hasta quede repente aparecieron agu jeros en el hormign. Durante minutos quenos parecieron eternos, la imagen segua siendo la misma. Bajo techosde uralita brillaban bombillas que iluminaban espacios que eran todo

    en uno: comedor, cocina, dormitorio, bao... No haba agua corriente.Algunos de esos agujeros en el muro servan de inodoro: se vean tra-seros colgando para depositar los restos de una comida seguramenteno muy copiosa del da anterior que caan dos metros hacia abajo paradepositarse durante das al lado de las vas en el caluroso sol de agosto. Al final, ante el hedor que entraba, cerramos la puerta del tren, antesde que un tnel largo y oscuro liberara a tres chavales holandeses de

    17 aos de su estupor. Las casas cercanas al ferrocarril nunca son lasms lujosas, pero un barrio interminable de chabolas, en Europa, aexactamente 1.500 kilmetros de casa?

    La nauseabunda pestilencia an impregnaba el ambiente cuando,una vez fuera del tnel, a nuestra izquierda y tras las fbricas que in-vadan el primer plano, emerga el azul del Mediterrneo, y despusde una lenta curva hacia la derecha aparecan los arcos monumenta-les de la Estaci de Franca, que en el billete de tren llevaba el nombre

    de Barcelona Trmino. Punto final de un viaje de 24 horas realizadopor mochileros desde Amsterdam, va Bruselas, pasando por la Garedu Nord (en Pars), el metro hacia ParsAusterlitz, el tren nocturnopor Limoges y Toulouse hacia Cervera y Portbou (sin asiento re-servado, durmiendo en los pasillos), el cambio de tren en el Pirineo (porque ms all las vas eran ms anchas, como si tras la cordilleratodo fuese diferente al resto de Europa) y la parte final: Figueres,

    Girona y Barcelona.

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    Era el ao 1980. Johan Cruyff yjohan Neeskens acababan de dejarel FC Barcelona, pero los holandeses acudamos en masa a las costascatalanas. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Aquel barriode chabolas era La Perona, en Sant Mart, que poco despus desapa-recera bajo el constante mazazo de la modernidad, impulsada por losJuegos Olmpicos. Esa Barcelona en plena transformacin nos atraahasta tal punto que algunos holandeses decidimos instalarnos aqu de-finitivamente. Uno fue Johan Cruyff; otro, yo mismo, ambos en 1988.Por profesin y origen, entrenador y periodista, ambos de Holanda,nunca nos hemos perdido de vista en los ms de 22 aos que han transcurrido desde entonces. Una relacin meramente profesional: nohemos pisado la casa del otro nunca, ni nos llamamos para saludarnos.Hemos hablado cordialmente y nos hemos peleado. Indagando losltimos meses en los archivos, he hallado ms entrevistas, encuentrosy discusiones con Cruyff que recordaba. Bastantes para formar partede este recopilatorio de frases del Profeta del Gol, que en su pas natalya ha visto publicados ms de 20 libros sobre su figura, pero que aqu,

    adems del inters diario y fugaz por el ftbol, apenas ha dado moti-vos para un libro. Dos, tres como mucho. Y eso es muy poco para unode los grandes mitos del barcelonismo.

    Johan Cruyff ha regalado tantas frases al ftbol como victorias hadado al Barfa. Aqu solo hay 150 citas, como en el libroEscoltantGuardiolade esta misma coleccin, pero cada seguidor del Bara, delftbol, de Cruyff tendr grabada en su memoria alguna cita ms que

    no aparezca en estas pginas. Cruyff ha enriquecido y empobrecidotanto el castellano como el holands. Es tan torpe con la gramtica yla pronunciacin en ambos idiomas, como genial ha sido en el ftboluniversal. Abre la boca, por ejemplo durante el Mundial, y sus decla-raciones son escuchadas hasta en Brasil y Sudfrica. Es un profeta pla-netario, un Moiss que porta los 10 Mandamientos de Dios, aunqueen realidad l es su propio Dios, tal como le llamaban sus jugadores

    delDream Team.Despus de ms de 22 aos, ambos seguimos viviendo en Cata-lunya. Este libro tambin explica el porqu. Estaramos locos si nosmarchramos de aqu.

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    Captulo 1

    La vida,lafamiliay el otro Dios

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    Igual de flaco que siempre, Johan Cruyff ya ha cumplido los se-senta. Cerca de la edad de jubilacin, aunque l ya se retir o loretiraron a los 50 aos. Desde su traumtico despido en las entraasdel Camp Nou en 1998, el holands vive bien, muy bien. Relajado,sonriente, cercano al ftbol, pero sin el estrs que suele conllevar cuan-do se es entrenador, Cruyff puede sentarse en un silln de su segunda residencia en El Montany, en Osona, o sacar ah sus palos de golf, y

    rememorar satisfecho una vida con muchos ms momentos de felici-dad que de tristeza. Una vida increble para un chaval de un pequeobarrio obrero de Amsterdam. No es la suya una historia de un nio que, gracias a su talento, logra salir de la vida miserable en unafavelabrasilea, pero tampoco tuvo una infancia fcil.

    Naci en 1947, en la dura posguerra en Holanda, pas que intentabarecuperarse de cinco aos de invasin y violencia nazis, y cuando tena

    12 aos perdi a su padre, que posea una pequea frutera que aporta-ba lo justo a la economa familiar. Seguramente, un chico que crece en esas circunstancias construye un espritu de supervivencia, necesario,

    junto al talento, para convertirse en el mejor del mundo. Pero, pese aser el mejor de su generacin, uno de los tres o cuatro mejores en lahistoria del ftbolJohan Cruyff apenas ha cambiado. Lo conocen entodos los rincones del mundo, pero l sigue siendo una persona senci-

    lla, muy familiar, cercana, como el vecino del segundo tercera. Tiene sus puntos menos agradables, por supuesto, pero stos surgieron mscomo entrenador, cuando poda ser una persona autoritaria, poseedorsiempre de la razn. Sus jugadores le llamaban irnicamenteDios.Elotro Dios tambin ha estado siempre presente en su vida. El no creeen Dios, dice, pero cree en algo. Sobre todo desde que a los 43 aos, uno menos que la edad que tena su padre cuando muri, vio la muertede cerca. Ahora, 20 aos despus, est ms vivo que nunca.

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    Aprenden la calle; la calle es la que te ensea

    Escuchando a Cruyff

    En su Betondorp natal, entre las pequeas y modestas casitas al estede Amsterdam, el pequeo Jopie [se pronunciaLlop\ Cruyff jugaba alftbol sobre las aceras, bajo los arcos que daban paso a los patios interio-res o en medio de las calles, bastante tranquilas, sin apenas coches. Ofi-cialmente estaba prohibido jugar en la calle, pero ningn agente multabaa los chavales, que donde mejor se lo pasaban era en un pequeo camposituado detrs del colegio y sobre la gravilla de un parque infantil. Este tipo de pavimento les ense a no caerse, a mantener el equilibrio du-rante las dos horas que jugaban cada da despus del col, de cuatro a seis

    de la tarde, hora de la cena. El maestro, que tena que cerrar los accesos,siempre les dejaba jugar un poco ms all de las cinco y media, que erael horario de cierre oficial. Jugaba Jopie con su hermano mayor Henny, su amigo Rolf y algunos otros contra chavales de otros barrios. YJohan, o Jopie, siempre era el ms pequeo. A veces, los rivales que no leconocan se rean de l, hasta que empezaba con sus regates y goles. Suhermano, que era tambin un gran jugador, le pregunt una vez:

    T nunca piensas qu vas hacer antes de una jugada?No le contest Johan , porque si piensas ya llegas tarde.

    *A veces, algo debe ocurrir antes de que ocurra

    Es una frase que, en el lenguaje particular y a veces incomprensiblede Johan Cruyff, tiene otra variante: Antes de que ocurra algo, hayque evitar que ocurra.Cruyff cree en el destino, que muchas cosas enla vida pasan porque s, como esa muerte de su padre biolgico cuan-do l solo tena 12 aos. Manus Cruyff falleci de un infarto a casi lamisma edad, 44 aos, que su hijo Johan tuviese la misma dolencia en1991, pero el hijo se salv, aunque por poco. Tambin cosas del desti-

    no, segn el holands. Fue Manus que un mircoles de otoo de 1953,el da que por la tarde sola cerrar su frutera, haba acudido al Estadio

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    Olmpico de Amsterdam para ver un extraordinario partido de ft-bol, segn el cartel, entre una seleccin de la FIFA y el FC Barcelona.Y se lo contaba a Jopie, tal como le llamaban a Johan en su casa, en elcoly en el Ajax, donde empez a jugar a ftbol. Y de qu color eran

    las camisetas que llevaba el Barcelona?, le pregunt el pequeo a supadre. Azul y rojo, le contestaba. Y quin era el mejor? Se llamaKubala. Ni idea poda tener el pequeo Johan, que por aquel entoncessolo tena seis aos, que menos de 20 aos despus llegara a jugar deazulgrana. Fue una de esas cosas que ocurren antes de que realmente

    ocurran.

    Hola, pap. En casa todo va bien.Mam trabajamucho... Pero saldremos adelante"

    Es lo que el pequeo Johan siempre deca cuando pasaba en bicicle-

    ta por delante del cementerio Oosterbegraafplaats, donde est ente-rrado su padre, muy cerca del campo del Ajax y del barrio Betondorp, donde viva. Y as, segn ha confesado algunas veces, ha estado todasu vida hablando con su padre, pidindole consejos, dejndose guiar.La muerte de HermnManusCruyff marc mucho al pequeo Jopie,pese a que su madre, Petronella Afe/Draaijer, encontr pronto el apoyoy el amor del to Henk,un padrastro que para Cruyff siempre ha sidocomo un segundo padre, autntico y honesto. Henk, que adems habasido muy amigo de Manus y era utillero en el Ajax, gui a Johan y a suhermano por los difciles aos de adolescencia y estuvo hasta su muer-te, en los aos noventa, con la madre de los chavales. El fallecimientodel padre, sin embargo, complic bastante la situacin de la familia.Manus no ganaba mucho con su frutera, tuvo que compartir incluso su camioneta con dos tenderos ms, y en 1959, de repente, la madrese qued sola, con la tienda y con dos chavales adolescentes, que, poco

    tiempo ms tarde, hallaron una buena vlvula de escape en el ftbol.

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    Escuchando a Cruyff

    Mi madre siempre ha estado para nosotros, siemprehemos tenido una casa

    Petronella Bernarda Draaijer naci el 21 de agosto de 1917 y falleci

    en el 2008, a los 90 aos. Se cas con Hermn Cruyff el 18 de diciembrede 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Holanda estabaocupada por los nazis. Su hijo mayor, Henny, naci el 11 de diciembrede 1944 en lo que se conoce como el invierno de la hambruna: losalemanes, que ya vean que empezaban a perder la guerra, bloquearondurante seis semanas todo el transporte al oeste de Holanda, ah dondese hallan las grandes ciudades y la mayor parte de la poblacin. En un

    invierno adems muy duro, empezaron a escasear los alimentos y el com-bustible para calentar las casas y ms de 20.000 holandeses murieron dehambre y de fro. La familia Cruyff haba tenido que cerrar su fruteraen el barrio De Jordaan, por falta de materia prima, y Manus se dedicabaa ayudar a la resistencia, ocupndose de transportes ilegales de carne.Como recompensa, le regalaron despus de la guerra una nueva fruteraen Betondorp, el pequeo y modesto barrio a la sombra del campo delAjax, donde naci el segundo hijo, Johan, el 25 de abril de 1947. CuandoManus falleci 12 aos ms tarde, la madre, Nel, deba compaginar lafrutera con su trabajo en la lavandera del estadio del Ajax. Ella se que-daba sola, recuerda Cruyff, y, encima, con dos chavales que no eran delos ms fciles. Pero siempre estuvo para nosotros; nunca nos fall.

    Un nio debe tener unajuventud buena. Los quehacen cosas prohibidas con nios, a esos hay queeliminarlos. En eso, soy muy extremo

    Cruyff adora a los nios. Tiene seis nietos ya y las jornadas de suFundacin en las que juega al ftbol con chavales discapacitados le

    llenan de felicidad, igual que cuando abre alguno de sus campos de

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    ftbol, los Johan Cruyff Courts, en barrios deprimidos, como el pasadoverano en un peligroso suburbio de Johannesburgo. Odia leer noticiassobre abusos a menores, sobre maltrato, secuestros. La cita es textual:hay que eliminar a esa gentuza, dice. A un nio no le puedes hacer

    esas cosas, la juventud es la poca ms importante de la vida, en la quese forma la persona. Y entonces empieza Cruyff a explicar sus objeti-vos de la Fundacin. En los ltimos aos, es elprecioque hay que pagarpara una entrevista o una conversacin con Cruyff, escucharle al me-nos media hora hablar con entusiasmo de su fundacin, cuyas oficinasse encuentran a solo una manzana de su casa en Bonanova. Tambintodos los actos en los que solicitan su presencia anlisis en televisin

    o peridicos, alguna inauguracin o conferencia... hay que remune-rrselos, no en su cuenta personal, sino en la de la Fundacin. Ademsde aportar ciertas ventajas fiscales, Johan Cruyff ya no necesita todo esedinero que le sigue llegando de medio mundo. Todo por la fundacin,insiste. Intentamos ayudar a nios que sin nosotros no tendran lasmismas posibilidades en la vida. Lo queremos hacer lo mejor posible.Para eso tenemos unos grandes especialistas; yo solo me ocupo de la

    parte exterior: doy la cara, mi nombre, mi fama. Le encanta, adems,trabajar con ex deportistas de hecho, lo son casi todos los empleadosde su fundacin y educarlos a travs de su universidad, ofrecerles unaposibilidad en la dura vida real despus de acabar su carrera deportiva.

    Nos casamos muyjvenes, yo con 21 aos y Dannycon 19. Y an seguimosjuntos. Pero eso es ms mritode ella que mo"

    Admirable la mujer de un futbolista famoso que a lo largo dems de 40 aos logra pasar casi desapercibida, no estar prcticamen-

    te nunca en el primer plano. Solo en los primeros aos de noviazgoy matrimonio, Danny Coster se dejaba fotografiar con su marido y,

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    despus, con sus hijos. Era cuando los medios de comunicacin anno les atosigaban tanto. La pareja holandesa accedi a dejarse hacerreportajes en la Rambla para laRevista Barcelonista,viajando expre-samente desde su hotel de vacaciones en Mallorca. Ella, muy guapa y

    rubia, impactaba en el gris panorama franquista y lleg incluso a hacerpublicidad para una marca de pinturas. Que sigamos juntos es mritode ella, insiste Cruyff. Para convivir con un hombre que siempre estde viaje y que siempre est rodeado de gente, hay que tener una capa-cidad de aguante muy grande. Adems, con tres hijos, y unas cuantasmudanzas por el mundo... Es sabido que Danny siempre ha ejercidouna gran influencia sobre su marido, que en casa siempre ha sido ellala que manda y Caries Rexach incluso la acusaba de haberle cerrado lapuerta de su casa para siempre, que si hubiera sido solo por Johan anseguiran siendo amigos.

    Con el tiempo, Danny iba alejndose totalmente del primer planoy se contagi de una alergia crnica hacia los periodistas, de los que,con el tiempo, solo ha aceptado a unos pocos en su casa, todos msamigos que periodistas, como el cataln Joan Patsy y los holandesesFrits Barend y Jaap de Groot. Han sido los pocos, pero importantes

    confidentes de Cruyff para influir, a su manera, un poco en la opininpblica a travs de medios poderosos como TV3, el diario holands De Telegraafy la revista Voetbal International.

    En los ltimos aos de la era Laporta en el Bara, la seora Cruyff sesentaba a menudo al lado de su marido en el Camp Nou para admirarlos partidos del equipo de Guardiola, pero discreta y distante como siempre. El mismo objetivo, quedar alejadas de las pginas de los pe-

    ridicos y de las cmaras de televisin, lo han logrado siempre sus dos hijas, Chantal y Susila. Los fines de semana, en la pequea playa deSant Sebasti de Sitges, sobre todo cuando haban venido los abuelosCoster de Holanda, aquel grupo casi annimo apellidado Cruyff pa-reca una familia cualquiera jugando con los hijos y nietos en el aguatibia del Mediterrneo.

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    Johan Jordi? me pregunta elfuncionario. S,digo, Johan Jordi. Esperaba que me felicitara, peronada. Jordi es Jorge,as que su hijo se llama Jorge,

    me dice. Jordi no existe"Pero, claro, Johan Cruyff no se rindi. Acababa de regresar de H o-

    landa, donde Danny haba dado a luz a su tercer hijo, que, igual que sus dos hermanas mayores Chantal y Susila , naci por cesreaen un hospital de Amsterdam, el 9 de febrero de 1974; Danny anno se fiaba mucho de los hospitales en Barcelona. Ya haba inscrito a

    su primer y deseado hijo varn en el registro civil en Amsterdam, conesos dos nombres,Johan Jordi, y cumpli con su obligacin de pre-sentarse tambin en el registro de Barcelona. La eleccin del nombre

    Jordino fue un acto de fe catalanista, ni nada por el estilo. Llevabaapenas cinco meses en Barcelona, no saba casi nada de la lucha porla independencia. Solo nos gust el nombre, recordara despus en una inmensa biografa de 500 pginas de gran tamao que se public

    en Holanda con ocasin de su sexagsimo aniversario. El problema esque al funcionario del aparato municipal franquista ese nombre no legust nada. El hombre insista:

    El nombre deJordino existe aqu.Cruyff ya empezaba a enfadarse.

    A ver, se llamaJordi, no voy a saber yo cmo hemos llamado anuestro hijo?

    El funcionario, en aprietos ante la estrella azulgrana, le ofreca unasolucin salomnica: Si no le quiere llamarJorge,puede ponerle el nombre de George,

    eso s existe.Cruyff acab saliendo a gritos del despacho, enseando la docu-

    mentacin holandesa:Mire, seor, aqu lo pont, Jordi.Se llamaJordi, porque a su padre

    y a su madre les gustaba el nombre deJordiy por eso le han llamadoJordi.Y si usted no lo inscribe comoJohan Jordi, yo me voy a casa. Pero

    que sepa usted que yo he venido aqu a inscribir a mi hijo.

    Edwin Winkcls

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    Escuchando a Cruyff

    Cuatro das despus de que la familia Cruyff regresara a Barcelonase disputaba el partido contra el Real Madrid, en el Bernabu. El his-trico 05 , la obra magna de Cruyff en su poca azulgrana como juga-dor. Precisamente para poder disputar ese partido se haba planificado

    bien el nacimiento de Jordi, con una maniobra algo maquiavlica deRinus Michels, el entrenador azulgrana. Johan lo recordaba, en 1975,en un clebre y breve libro dedicado a Cruyff, llamadoBoem:Michelsme preguntaba: Ya que el nio vendr por cesrea, se podra escogerun da a principio de la semana? Era para que yo pudiese regresara tiempo de Holanda y jugar el domingo despus contra el Madrid. Nos jugbamos mucho, as que no me importaba. Y si lo hacemos elsbado 9?, le pregunt, porque aquel fin de semana no haba partido.Rinus esboz su tpica sonrisa, tan amplia, sin que yo entendiera bien el porqu. Resulta que el 9 de febrero era tambin el cumpleaos de

    Michels...

    Mifamilia viene en primer lugar;en todas misdecisiones*

    Frase de 1969 de un joven Cruyff que solo un ao antes se habacasado con Danny. Frase premonitoria tambin, porque se sospechaque algunas de las decisiones cruciales en la carrera del futbolista setomaron con el beneplcito de Danny; por ejemplo, parece ser que la

    esposa jug un papel importante en una sonada ausencia de Cruyffen el panorama mundial, en el Campeonato del Mundo de 1978, en Argentina, donde Holanda repetira el puesto de finalista de Ale-mania 74, para caer de nuevo ante los anfitriones. An coleaba enla mente de algunas esposas el escndalo con mujeres desnudas quehaban acompaado a los jugadores holandeses en la piscina de suhotel tras acceder a la final del Mundial de Alemania y que hizo esta-llar a la celosa Danny en clera. Corre el rumor por Holanda, inclusoms de 36 aos despus, que al regresar de Alemania Johan tuvo que

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    jurar a Danny que nunca ms se marchara para un torneo cinco oseis semanas de casa. Holanda se clasific de forma brillante para elMundial de Argentina, con participacin de Cruyff en casi todos lospartidos, pero, logrado el pase a Suramrica, dijo que no viajara. No

    dio apenas razones. Un programa de televisin reuni el apoyo delos espectadores para convencerle de no fallar a los oranje, pero ni elamable y respetado seleccionador Emst Happel lo logr, ni siquieraprometindole que solo tendra que venir despus de la primera ron-da, en la que esperaban rivales como Irn, Per y Escocia. En vano.Cruyff anunci su retirada definitiva de la seleccin, despus de haberdisputado desde su debut, 11 aos antes, solo 47 partidos, en los que

    marc 33 goles.Ms de 30 aos despus, en una entrevista en Catalunya Radio,Cruyff revel uno de los argumentos para no viajar a Argentina: unatraco a su casa, un intento de secuestro el 19 de septiembre de 1977,cuando un estibador del puerto de Rotterdam, Carlos G., un barcelo-ns de 46 aos emigrado a Holanda, se desplaz en su coche a Pedralbes, despus de haber comprado en Francia un rifle de calibre 22 concaones recortados, y sepresent en el tercer piso del nmero 64 de laCalle de Caballeros, como se llamaba la calle entonces. Danny abrila puerta y el hombre dijo que tena un paquete para Johan, que tena que entregrselo personalmente.

    Segn una de las crnicas de sucesos de aquellos das, el indivi-duo encaon al jugador, le oblig a sentarse en una silla y all le at.Fue en ese momento en que el individuo se hallaba amordazando al

    jugador cuando, en un descuido, Danny se hizo con el arma y sali

    corriendo a la escalera a la vez que gritaba en busca de socorro. Losvecinos, de esta forma alertados, y dado que Danny Cruyff no solt elarma en ningn momento, pese a ser perseguida, el desconocido fuereducido por los vecinos.

    Otra versin deca que fue Cruyff quien enga un poco al atra-cador, al pedirle que le soltara ligeramente las cuerdas, ya que lo ha-ban operado recientemente y le dola mucho. Mientras el hombre

    acceda, Danny huy escaleras hacia abajo y fue Carlos quien, en lapersecucin, perdi el arma. El rifle fue recogido por el propio Cruyff,

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    que haba logrado librarse de las cuerdas y que encaon al atracador,dicindole: Qu se siente ahora, apuntado por un arma? Durantelas semanas siguientes, la polica asign a los Cruyff vigilancia espe-cial, pero Danny ya habra hecho una peticin desesperada a Johan:

    No vayas a Argentina; no quiero estar aqu sola con los nios tantotiempo.

    Para Jordifue ms duro que para m; l estaba con

    los otrosjugadores y deba escuchar a veces que yo eraun cabrn

    No le toques a la familia. Es sagrada. Los Cruyff siempre han for-mado un clan muy unido, ahora incluso todos tienen sus casas y tra-bajo en menos de un kilmetro cuadrado de distancia en Barcelona.Solo Susila, la menos conocida de los tres hijos de Johan y Danny, se

    ha desmarcado durante dcadas un poco de la familia, buscando supropia vida en Gijn. Claro que los nios no estaban muy de acuerdocuando su padre decidi en 1988 aceptar la oferta de dirigir al Bar5a.Eran adolescentes, iban al instituto en Amsterdam, tenan ah a susamigos y algn noviete.Pero Johan no les iba a dejar atrs, todos tu-vieron que venir con los padres a Barcelona. Ahora, 22 aos despus,siguen ah, su vida es en Catalunya, aunque Jordi an ha estado dan-do tumbos por Europa para agotar sus ltimos aos de futbolista, de

    Donetsk (Ucrania) a La Valetta (Malta), pero siempre para regresardespus a su casa, en Barcelona.

    Por supuesto que al futbolista Johan le debi ilusionar que su tercerhijo fuese varn. Padres futbolistas quieren ir con sus hijos futbolistaslos sbados o domingos por la maana, desde que tienen poca edad,a los campos de ftbol para verles realizar sus pinitos en este deporte.Es el ftbol ms puro, menos contaminado, aunque ya a esa edad hay

    padres que suean que su hijo ser el gran crackdel futuro.

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    No fue fcil la vida futbolstica de Jordi Cruyff. No tena el mis-mo talento que su padre, pero saba que su apellido inconfundible,casi nico en el mundo, le perseguira siempre y podra pesar comouna losa sobre sus hombros. Jugaba en el Barga B cuando Johan le

    ascendi, en el verano de 1994, al primer equipo, con solo 20 aos.Se haba marchado Laudrup, Romrio haba regresado como un divointratable del Mundial que Brasil acababa de ganar. Delante todavaestaban Stoichkov, Txiki y el recin llegado Hagi. Jordi ya debut enla pretemporada, ante el Brondby; luego, en un encuentro de la CopaCatalana, y en la primera jornada de liga, en Gijn, ante el Sprting,disputa sus primeros 20 minutos oficiales. Lleva el dorsal 14, pero de

    nombre solo pone Jordi. Ser su nombre futbolstico, nada de Cruyff,que de se solo haba uno. No tena Jordi, por supuesto, el mismo ta-lento que su padre. Pero el problema era sobre todo otro: Est claro,al cien por cien, que para m solo ha sido un inconveniente ser hijodel entrenador, dira Jordi despus, cuando ya se haba marchado alManchester United, donde la fragilidad de una rodilla le impidi con-seguir un lugar fijo.

    Si alquien utiliza a Jordi para enfrentarse a m queseprepare, porque entonces ir con pistolas, ya que loscuchillos no sern suficientes*

    La muestra ms clara de los problemas para Jordi de ser hijo dequien es se produjo en mayo de 1996, poco antes de irse con la selec-cin holandesa a la Eurocopa en Inglaterra. Acababan de despedira su padre y quedaba el partido en casa ante el Celta de Vigo, el dadespus. Jordi, enfadadsimo y triste, molesto adems con CharlyRexach por no ser solidario con Cruyff y coger el mando, se neg aentrenar. Charly llam a Johan a casa y le dijo que su hijo no habaasistido al entrenamiento, pero que era profesional y que deba en-

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    trenarse. Ese problema ya no es problema mo, le contesto el ya exentrenador. Al final, entre los tres llegaron a un pacto: Jordi s juga-ra el partido, pero lo hara hacer desde el primer minuto, y Charlylo cambiara poco antes del final, como un homenaje a su padre.

    Jordi le reprochaba a Rexach su actitud: Le dije que no entendacmo es que segua ah, cuando en sus opiniones sobre Nez habasido siempre an ms extremo que mi padre. En el partido, Jordiayud a remontar el 20 que llevaba el Celta de ventaja; el Bar9aya ganaba por 32 y poco antes del final abandon el terreno de

    juego, antes incluso que Rexach hiciera sacar el letrero del cambio.El Camp Nou se puso en pie y el enfado hacia Josep Llus Nez, silbado y vilipendiado en la hora y media previa, estall con un grito

    unnime de Cruyff, Cruyff, Cruyff. Jordi ya no jugara nunca mspara el Bar9a.

    Har algo en relaciones pblicas. No seguir

    en el ftbol de ninguna manera. Yo no sirvo deentrenador

    Era el ao del magistral aunque doloroso Mundial para Holanda,1974; Cruyff acababa de cumplir 27 aos, an le quedaban aos de ju-gador, pero, preguntado por el futuro, tena una cosa clara: no seguiraligado a ese mundo que tanto le haba dado y, al revs, al que l haba

    dado an ms. Pero fueron palabras de un hombre joven, sin an niidea de que l, sin ftbol, no podra vivir. Adems, si haba un juga-dor que sobre el campo y en el vestuario ya ejerca de entrenador, se era Johan Cruyff. Busc incluso conflictos con entrenadores porque lsaba mejor que ellos lo que haba que hacer. Hay dos momentos his-tricos que lo reflejan: primero, su batalla contra Hennes Weisweileren el Bar9a, el tcnico alemn, muy alemn, que no quiso hacerle casoa una estrella que le haba pedido no jugar solo en la punta del ataque.

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    Resultado: el club acab despidiendo a un frustrado Weisweiler. Elsegundo episodio tuvo lugar en 1980, cuando a su regreso de EstadosUnidos Cruyff estaba sin club y entrenaba con el primer equipo delAjax para mantenerse un poco en forma. Como saba tanto de ftbol

    y tuvo mucha influencia en los jugadores, que le admiraban, la di-rectiva le nombr asesor tcnico. A finales de noviembre, el Ajax ibaperdiendo un partido en casa ante el Twente por 13 cuando Cruyff,que se encontraba en la grada junto a Danny y un jovencsimo y rubioJordi, decidi bajar al campo en medio del partido. Una cmara detelevisin lo registr a la perfeccin: abri la puerta de la valla quedaba al csped, se sent a lado del entrenador, Leo Beenhakker, que,

    visiblemente molesto, vio cmo Cruyff tomaba las riendas, empezabaa dar instrucciones, gritaba a los jugadores y gesticulaba sin parar. ElAjax acab ganando por 53.

    Aquel da, Johan Cruyff fue ms entrenador que nunca, tal vez fuesu debut oficial, aunque tardara an cinco aos en serlo de verdad.Tras dejar el ftbol en 1984, regres al ao siguiente al club de su

    juventud para ayudar al Ajax en lo que fuera. As, baj al campo deentrenamiento del Ajax e iba dando instrucciones y lecciones a los

    jugadores, pasando casi sin darse cuenta de ser jugador a ser tcnico.Pero, como no tena el ttulo oficial de entrenador, se invent el dedirector tcnico, un puesto que en aquella poca no se conoca en elftbol. La Federacin Holandesa de Ftbol, sin embargo, lo consi-der entrenador y tuvo un problema: sin diploma o ttulo, Cruyff no podra ejercer como tal. Fue en 1987 cuando la federacin decidi regalarle el ttulo por sus mritos para el ftbol holands, sin tenerque pasar por el obligado cursillo. Solo una persona se opuso, el di-rector de asuntos tcnicos de la federacin, nada menos que el propioRinus Michels, que quiso impedir que su antiguo pupilo, el jugadorque haba sido determinante en sus xitos como entrenador, fueseentrenador de esa manera. Celosfue una de las explicaciones, los mis-mos celos por los que Michels impidi tres aos despus que Cruyfffuese seleccionador de Holanda durante el Mundial de Italia. Nadie

    entendi la actitud de Michels Mister Mrmol, en Barcelona;ElGeneral, en Holanda , el inventor del ftbol total en medio mundo.

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    Michels falleci en el 2005 sin haber explicado nunca por qu intentponerle obstculos al que haba sido su hijo predilecto, el hijo que l nunca haba tenido.

    En mi trabajo hay mucha tensin que debescompensar. Suele ser con alcohol o cigarrillos. Comosolo tomo zumos, puesfumo

    Pequea mentira, porque a Cruyff tambin le gustaba alguna copitade vino, una caa de cerveza o un cubata, aunque siempre con mode-racin. El otro vicio, el de fumar, s que lo llevaba hasta los extremos.Famosa es alguna foto del vestuario del Ajax, despus de un partido,cuando el vaho del sudor y de las duchas calientes se mezcla con elhumo de un cigarrillo. En los aos setenta protagoniz una campaade publicidad de tabaco bajo en nicotina de Roxy Dual bajo el lema

    fiima con sensatez. Cruyff, todava futbolista, ofreca un mensajeclaro: A mucha gente le gusta seguir fumando un pitillo. Yo soy unode ellos. Pero, si fumas, hay que hacerlo con sensatez. As que yo fumocigarrillos bajos en alquitrn y nicotina. Y como el sabor tambin es importante, elijo Roxy Dual. Porque, de todos los cigarrillos bajos enalquitrn y nicotina, Roxy Dual es el que ms me gusta. Cruyff almenos no posaba como futbolista, sino vestido con una camisa y unaamericana de cuadros, con un paquete de color dorado en la mano

    derecha y un pitillo en los dedos de la izquierda. La campaa causun gran revuelo, sobre todo en el mundo de la sanidad y entre los an-titabaquistas. Cmo un deportista como Cruyff, un dolo para todaHolanda, poda dar tan mal ejemplo? La explicacin de Johan: Yaque fumo, pues es mejor fumar tabaco que tiene la mitad de nicotina.Nadie me puede reprochar eso, no? Fue en una poca, eso s, en que haba mucha menos conciencia que ahora sobre los efectos nocivos

    del tabaco.

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    *Todo lo que tomamos es malo: sal, azcar\ tabaco.Pero hay que hacer cosas que te gustan; si no, tedestrozas psquicamente *

    Aun as, Cruyff nunca ha sido un hombre de excesos en el consumode nada. Pese a ser de Amsterdam el reino de los coffeeshops y ser

    joven en la poca ms hippy, con una Holanda ultralibertaria a finalesde los aos sesenta aos de sexo, drogas y rock&roll, a Cruyff no sele vio nunca fumando marihuana, por ejemplo. Para eso, seguramente,el ftbol era demasiado importante para l. Ni era ni es un hombre de

    juergas nocturnas. A l lado de Danny, la autntica jefa dentro de casatambin porque Johan estaba muchsimo de viaje, sobre todo en supoca de jugador del Bara , siempre ha sido un marido muy casero,leyendo libros, rellenando crucigramas y viendo en el teletexto de sutelevisor todo tipo de resultados deportivos. A parte de lo que pas enla piscina del hotel de la concentracin holandesa justo antes de la fi-nal del Mundial en Alemania 74, con sekt(un vino espumoso alemn)y mujeres desnudas, a Cruyff no se le ha podido relacionar nunca con

    ningn otro escndalo. Es un hombre moderado, amante de la vidamediterrnea, pero tambin reacio a perder su identidad y ciertas cos-tumbres holandesas. Le siguen gustando los tpicos platos holandeses,con patatas hervidas, verdura y carne hecha en mantequilla. Cocinar,l no cocina; ni sabe, a excepcin de unos huevos fritos con beicon quesegn sus amigos son insuperables. Vicios?: ser mal perdedor, tram-poso en el juego y, hasta los 43 aos, fumador empedernido.

    Fumar no me da molestias. Creo que, si me causaraproblemas, lo dejara enseguida

    Lo dijo en 1971, 20 aos antes de tener que dejar el tabaco. Yahaba ganado una Copa de Europa con el Ajax y el escritor Godfried

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    Bomans, con la ingenuidad de un total ignorante del ftbol, le pre-guntaba sobre sus vicios.

    Veo, para mi asombro, que fumas. Eso no es malo para ti? Bueno, no s si es bueno, claro. Pero no me da molestias. Creo

    que, si algn da me causara problemas, lo dejara enseguida.Cunto fumas en un da?Bueno, unos 10 al da.Y bebes? Beber, lo hago, tal como me dice el mdico, por el bien de mi

    riego sanguneo. Una copita al da.

    Si Dios hubiese querido, yo ya no estara aqu. Aquelda pasbamos por casualidad delante de un hospital.

    El mdico me dijo: Si hubieras respirado tres vecesmsy habras muerto*

    La edad de 44 aos siempre fue una obsesin para Henny y JohanCruyff. El primero, dos aos mayor que su hermano, la alcanz antes,por supuesto. Alcanzar los 44 aos es, en casa de los Cruyff, una expresin ms apropiada que cumplir los 44 aos. Ambos pensabanque no llegaran nunca a esa edad, o que sera su punto final. Alberga-ban cierto fatalismo en sus mentes, ya estaban pensando qu sera de

    sus esposas y de sus hijos si ellos, de golpe, ya no estuviesen. Fue a los44 aos cuando muri Manus, el padre de ambos, fulminado por unataque al corazn.

    El martes 26 de febrero de 1991, Johan an tiene 43 aos, le faltandos meses para los 44. El y Danny acaban de comprar su casa nueva en Bonanova, cerca de la clnica Teknon. Dejarn atrs la casa pareadadonde han vivido los ltimos tres aos, en el Passeig deis TiHers dePedralbes, para instalarse en una blanca torre de ensueo. Adems,

    de paso venden su casa holandesa en Vinkeveen, donde ya apenas pa-

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    san tiempo. Acaban de firmar el contrato de arras cuando deciden echar un nuevo vistazo a su adquisicin, pero a la vuelta Johan se sien-te indispuesto. No es la primera vez, sufre sobre todo dolores de est-mago.

    Tiene hora el jueves de esa semana con Caries Bestit, el mdico delBarga que ejerce tambin en la clnica Asepeyo. Pero Danny decide noesperar ms y le lleva ese mismo martes a la clnica, donde los mdicos se asustan al ver al entrenador, de golpe, convertido en paciente: tiene todos los sntomas de acabar de sufrir un infarto y lo trasladan ense-guida, de urgencias, a la clnica Sant Jordi, donde deciden operarle alda siguiente y colocarle un doble bypass. Cruyff sufre una dolencia

    congnita y se le ha obstruido una arteria coronaria. Cualquier tipo deemocin o esfuerzo puede ser mortal, dicen los mdicos, encabezadospor el cardilogo Oriol Bonnn, que se extraa de la entereza del pa-ciente. Como cuando antes operaron a Ronald Koeman del tendn deAquiles y Cruyff quiso estar presente en el quirfano, ahora tambinquiere que le informen de todos los detalles de la operacin. Si hubierasido posible, ni le habran anestesiado para que hubiese podido ver laoperacin en directo. Pero la intervencin es muy complicada: durartres horas y durante media hora los mdicos le pararn el corazn paracolocar los bypasses.

    Esos das, la Guerra del Golfo est en su punto lgido. Haba co-menzado el 16 de enero con la operacin Desert Storm, una ofensi-va area de los aliados contra las tropas de Irak, que haban ocupadoKuwait en el 2000. Y el domingo 24 de febrero se inicia la ofensivaque va a resultar decisiva: un ataque por tierra, la operacin Desert

    Sabr. La noche del 26 de febrero, los tanques iraques huyen entre columnas de humo de la capital de Kuwait, donde las tropas francesas entran al da siguiente. Se acaba la Guerra del Golfo. Ese 26 y 27 defebrero, sin embargo, Barcelona solo est pendiente de la Operacin Cruyff. Y no solo Barcelona. La televisin israel, despus de informarde los ltimos pormenores de la guerra, da la noticia del ingreso hos-pitalario de Cruyff. En el Telenotciesde TV3 lo hacen al revs: Se ha

    liberado a Kuwait, arranca el presentador, pero primero damos pasoa nuestra unidad mvil ante la clnica Sant Jordi. Joan, cmo est

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    Johan? El reportero contesta que no est del todo claro, que pareceque ha sufrido un infarto, pero que est consciente en la UCI.

    Confusin en las redacciones de los peridicos catalanes de infor-macin general, donde se origina un debate. Con qu abrir? Cul

    ser el gran titular de portada?No peligra su vida? preguntan los directores a sus jefes de

    deportes. No, parece que no. O sea que, morir, no morir...No, creo que no.Pues, Kuwait entonces. Y una foto grande de Johan. Hay fotos

    de su llegada?Claro que no. Ni de Johan en la UCI, por supuesto. Solo fotos de decenas de equipos de televisin, fotgrafos y periodistas ante laspuertas de la clnica. No hay comunicado ni rueda de prensa de losmdicos. EnEl Peridico de Catalunya, adems, el jefe de fotografallega con una foto espectacular: soldados iraques se rinden ante elfotgrafo que el diario ha enviado a la guerra.

    Cruyff sobrevive finalmente a su guerra personal, sa que l, deantemano, haba dado por perdida. Pero, ahora, la medicina est masavanzada que en 1959, cuando falleci su padre. Sers ms sano que antes de la operacin, le dice su mdico. Dos semanas ms tarde, elFlaco es ms flaco que nunca. Le acaban de dar el alta, la sala de con-ferencias de la clnica es un caos, con cmaras y fotgrafos pelendosepor el mejor sitio, por una foto del tcnico. Despus de la conferenciade prensa, que dura ms del doble de los 15 minutos previstos, Cruyff

    se retira a su habitacin en la primera planta para recoger sus cosas.Tranquilamente sentado en el borde de la cama, ya comienza a bro-mear: Ya nunca os pedir un pitillo, dice. A partir de ahora, llevadencima sobre todo chicles. Con la familia desaparece por una puertatrasera, evitando las cmaras de la salida principal. No ser hasta el10 de abril que volver a los banquillos, en semifinales de la Recopaante la Juventus, que el Barija gana por 31. Un mes ms tarde, el 13 de

    mayo, elDream Teamconsigue la primera de sus cuatro ligas.

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    Es diferente cuando alguien te dice: Yo de ti nofumara,que cuando un mdico te dice: Si dejas defumar\ estaremos siempre para ti;pero, si sigues, aquno vuelvas ms

    Ms claros no podan ser los mdicos. Si siguiese fumando, Cruyffpondra de nuevo en peligro su salud, su corazn, su vida. El capt elmensaje y fue drstico. Desde que sali del quirfano, ya no toc jamsningn cigarrillo. Ni lo he echado de menos, en ningn momento,explica. Fue un cambio drstico, enorme, pasar del tabaco a los chupachups, pero sta es la manera ms fcil de decidir dejar de fumar. Sirecibes un aviso de tal calibre, no le haces caso omiso. Creo, de verdad,que hay algo que nos dirige en nuestras vidas, algo superior. Que mepasara eso no pudo ser casualidad.

    Y, de protagonizar un anuncio de una marca de cigarrillos, pas acolaborar con un espotllamativo contra el tabaco, de la Conselleria deSalut de la Generalitat. Aguanta en el aire, con sus prodigiosos pies,

    con las rodillas, los hombros y la cabeza, un paquete de tabaco. Mien-tras, suena su inconfundible voz. Soy Johan Cruyff. En mi vida, hetenido dos grandes vicios, fumar y jugar al ftbol. El ftbol me lo ha dado todo en mi vida, en cambio, fumar casi me lo quita. Y as, dedefensor de un cigarrillo light,pas a ser un jinete en su cruzada contrael tabaco, aunque segn l cada uno debe hacer lo que le parezca. Nocondena a otros por fumar, aunque ahora, como a tantos no fumadores

    y ex fumadores, le pueda molestar. Si ests en un bar donde la gentefuma, tu ropa luego huele mal. Pero eso me parece bien, prohibirlo en bares y restaurantes, aunque lo mejor sera que, si en un pueblo hay dos bares, prohibir el tabaco en uno y permitirlo en el otro. As, lagente puede elegir.

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    De las 100personas que me venan a ver;99queran algo de m. Casi nadie me quera dar algo"

    El ganador tiene muchos amigos. Cruyff tambin lo descubri:cuando era el futbolista ms famoso del mundo, le salieron amigospor debajo de cualquier piedra en cualquier calle de cualquier ciudaddel mundo. Pero l casi siempre desconfiaba, y sigue hacindolo. Sialguien quiere hacer algo con l, por ejemplo sacar un libro o hacerleuna foto para una portada en una revista, Cruyff cree que es porquequiere ganar dinero a costa de l, gracias a su fama. Siempre ha sidodesconfiado con este tema y son pocos los verdaderos amigos que hadejado entrar en su vida; y a veces fue Danny la que les cerr la puertade su casa, porque ella desconfiaba an ms.

    Cruyff, de hecho, tiene solo un gran amigo del alma, Rolf Grootenboer, que naci en el mismo barrio, que viva en su juventud a20 metros de la casa de Johan, que estaba tambin todos los das en elAjax. Aun ahora, sesenta aos despus, Grootenboer viaja a menudo a Barcelona para pasar unos das con la familia Cruyff. Asisti, por

    ejemplo, en segunda fila, el da que el FC Barcelona le entreg a suamigo Johan el ttulo de presidente de honor de la entidad. Grooten-boer es tambin uno de los amigos holandeses que cada ao celebra laNavidad en casa de los Cruyff.

    El da despus, San Esteban, les toca el turno a los amigos catalanesy espaoles. La comida, preparada por cocineros de un restaurante,siempre es muy generosa. Es lo que Johan quiere devolver, entre otras

    cosas, a sus amigos de verdad, los que no vinieron en su da a pedirlealgo, un favor, un poco de dinero, sino que ofrecieron su amistad acambio de nada, amistades que, en muchos casos, se originaron de casualidad. Amistades que, por cierto, no son eternas en todos los ca-sos, sino que se rompen cuando Cruyff cree que ha sido vctima de unengao. Que se lo pregunten a Charly Rexach.

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    Tienes que saber lo que no sabes hacer

    Parece difcil que eso lo diga Cruyff, el hombre que parece saberlotodo, o saberlo mejor que los dems. Siempre. Pero eso de dedicarse a hacer lo que uno sabe lo aprendi a base de palos, algunos muy gor-dos. Pronunci esta cita hace poco, cuando fue investido presidente de honor del Barga, ante una sala llena de invitados. Solt uno de susdiscursos, muy suyos, saltando de un tema a otro, y admiti sentirseextrao en un puesto de presidente, aunque fuese solo de honor. Por-que l, deca, lo que mejor saba hacer en esta vida era jugar al ftbol, ycuando estaba ganando ya mucho dinero, en filas del Barga en los aos

    setenta, dej que su agente, Michel Basilevitch, invirtiera casi todo sudinero en una granja de cerdos (entre otras algunas inversiones inve-rosmiles) a travs de la sociedad Grupeco de la que el futbolista eraaccionista mayoritario. Dinero que vol y que oblig a Cruyff a seguir

    jugando al ftbol ms aos de lo que esperaba, y de saldar ademsuna deuda con Hacienda de 33 millones de pesetas. De ser el jugador mejor pagado del mundo, el holands se qued sin nada, nulo, niente,

    yde ah esa gran leccin de la vida: hay que saber lo que uno hace. Y lo suyo siempre ha sido el ftbol, aunque al final lo del dinero no le haido nada mal.

    *"Nunca miro atrs, nunca

    Bueno, mirar atrs alguna vez s que mira, para aprender, porejemplo. Adems, esta frase la dijo en 1982, cuando seguramente nole gustaba nada mirar hacia atrs, hacia ese fracaso econmico que lesobrevino en 1979, hacia su forzoso regreso a los terrenos de juego para poder volver a ganar algn dinerillo y no despedirse del ftbol enbancarrota. Adems, qu otra cosa podra hacer para tener ingresos?

    Haba regresado a su Ajax de siempre, cuando pocos daban ya un duropor l, por su fsico, pero ah, a los 35 aos, volvi a triunfar como

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    antes, siendo flaco como siempre. Disfrutaba del presente, sin miraratrs. Nunca le ha gustado mirar atrs. Muchsimos han sido los ofre-cimientos de escribir y publicar su autobiografa, su nica y autnticahistoria personal. No quiero, ha sido siempre la respuesta de Cruyff,

    porque en una autobiografa hay que explicarlo absolutamente todo,sin tapujos, para ser sincero contigo mismo y con los lectores. Y eso,yo no lo quiero. No quiere, porque guarda algunos cuantos secretosque se llevar a la tumba, el da que sea. No quiere una autobiografaporque le obliga a mirar atrs. Le da bastante igual que otros lo ha-gan, que la escriban; cuando cumpli 60 aos, en 2007, en Holandasalieron hasta media docena de libros dedicados al fenmeno Cruyff.

    Acceda a otorgar entrevistas a algunos de los autores, pero con lamayora prefera no tener nada que ver. Esos libros ni le interesan ni los quiere leer.

    Toca a cualquier puerta

    Como muchos otros, no era Cruyff un futbolista aficionado a laliteratura, ni a los libros en general. Los dej despus de acabar losestudios y no los volvi a coger hasta dcadas ms tarde, para pasar elrato con novelas de espionaje o detectives, siempre y cuando no estocupado con un crucigrama. Pero al Cruyff joven los entrevistadoressiempre le preguntaban cul era el libro que se estaba leyendo, o cul

    era el ltimo que haba ledo. Y siempre contestaba lo mismo, segnrecordaba el autor Nico Scheepmaker en Cruyff, Johannes Hendrik, fe-nmeno,la obra ms aplaudida que jams se haya escrito sobre Cruyff, publicada ya en 1972. 'Toca a cualquier puerta, deca Johan, refirin-dose a una novela de 1947 (su ao de nacimiento), del autor afroame-ricano Willard Motley, Knock on Any Door, que en 1949 y en 1960fue llevada al cine. Una historia sobre un joven inmigrante italiano

    en EEUU que pasa al crimen por culpa de la pobreza. Pero, si eso lo contestaste hace un ao tambin, le deca una popular entrevistadora

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    en televisin cuando Cruyff volvi a sacar el mismo ttulo a la mismapregunta. Es que me gustaba tanto que lo estoy leyendo por segundavez. Mentira, por supuesto, pero no conoca otro ttulo.

    Me gusta trabajar,pero solo el trabajo que me gusta

    Le encanta eso, aunque parece que lo hace casi sin querer: utilizarpalabras, repetirlas y darles la vuelta en una misma frase. Y en solo 10

    palabras deja sentenciado lo que quiere decir. Ms claro, imposible. Hahabido tres pocas distintas en su vida en las que haca y hace lo que legusta. Primero, ser futbolista, el sueo de siempre, el trabajoque le hahecho famoso, rico, reconocido de por vida. Di Stefano, Pel, Cruyff,Maradona... Hasta la irrupcin de Messi, este cuarteto de los mejoresde la historia, los que marcaron una poca, era inamovible. Despus, llegara el Cruyff entrenador. Una ocupacin con ms tensin, mspoltica, con ms responsabilidad. Poda disfrutar, pero nunca le acabde convencer del todo. Una estrella quiere tener todo en su mano,pero en el banquillo Cruyff dependa, finalmente, de sus futbolistas,de los goles, de los errores. Sin embargo, volvi a marcar una poca: su

    Dream Teampermanecer en la memoria. Su filosofa sigue siendo labiblia del Barga, pero cuando en 1996, tras ocho aos de vrtigo, JoanGaspart le vino a despedir en nombre de Josep Llus Nez, Cruyffya lo tena claro: no regresara nunca ms a un banquillo. Y si tuviera

    alguna duda, ah estaba su mujer, Danny, para impedrselo. A punto decumplir su marido los 50 aos, ella quera a un hombre sano y alegreen casa, sin estrs. Y ah empez la tercera poca, que an perdura, y de la que Cruyff est disfrutando ms de lo que tal vez se hubieraimaginado. Est entregado a su fundacin, a su universidad,viaja porel mundo, opina del ftbol, juega al golf, se pasa un mes en inviernoen las islas Mauricio, se relaja en verano en su casa de El Montany,

    en las laderas del Montseny, y gana tanto o ms dinero que cuando entrenaba al Barga.

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    El humor es el entrenadorpara elpartido de la vida*

    Escuchando a Cruyff

    En realidad, no es una cita propia de Cruyff. La tena colgada, en

    un pequeo azulejo decorativo, en su impresionante casa de Vinkeveen, all por 1971, all donde, entre los bellos lagos cerca de Ams-terdam, su mujer, Danny, se encontraba algo incmoda porque todoslos domingos los domingueros acudan para poder ver a Cruyff enpersona. Error, porque justo los domingos siempre tena partido, alas dos y media de la tarde, horario habitual en la liga holandesa. Elazulejo se lo haba regalado alguien, aunque Cruyff no recordaba muy bien quin. Pero en realidad, ese humor, o el sentido del humor, nunca

    le ha acompaado mucho. Sabe rerse, incluso de s mismo, pero noes bromista.

    En la vida privada puedes ser simptico. En el

    deporte, noPues igualmente es por eso que, ni en sus incontables conferencias

    de prensa, ni en sus actos pblicos, ni en sus entrevistas en televisin,Cruyff se haya prodigado en demostrar un gran sentido del humor.Siempre ha sido un hombre bastante relajado, pero serio en el traba-

    jo, duro en las exigencias. Impecable con sus jugadores, sobre todo.

    Cruyff da miedo, dijo un joven Pep Guardiola. Otros lo confirma-ran. Ya sea como jugador o como entrenador, para el holands el ft-bol era una cosa muy seria. Poca broma.

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    La verdad nunca es exactamente como piensas quesera*

    Palabras mayores ya, con las que Johan Cruyff, futbolista, alcanzun lugar en el templo de los mayores profetas y filsofos de la his-toria. La lucha por la verdad. Lo que es la verdad o lo que debemos aceptar como verdad comenz a discutirse ya en poca de griegos yromanos. Cicern deca: As es el pueblo: juzga poco segn la verdad,sino ms segn la inspiracin del momento. O Confucio: No es laverdad lo que hace grande al hombre, sino el hombre lo que hace

    grande a la verdad. Mahatma Gandhi lo tena claro: La verdad noest en los libros. Habita en el corazn de las personas y se la debebuscar ah. Segua Gandhi, en este aspecto, la filosofa de Buda: Noaceptes lo que escuches de segunda mano, no aceptes la tradicin,no aceptes una sentencia solo porque aparece en un libro, ni porquecoincide con tu propia conviccin, ni porque lo diga el profesor. S tu propia luz. Podra ser Cruyff casi budista sin saberlo. l nunca

    sac sus verdades de los libros. De algunos profesores, s, sobre todode los que le guiaron en sus primeros aos en el ftbol: sus entrena-dores, desde Jany van der Veen en los juveniles del Ajax hasta sus dosprimeros entrenadores como profesional, Vic Buckingham y RinusMichels. Pero, al final, siempre ha prevalecido la verdad del propioJohan. Su verdad.

    En el Camp Nou tenamos una capilla. No vea yo lautilidad. Los dos equipos rezaban antes delpartido,

    pero solo uno poda ganar

    Betondorp, que traducido literalmente significapueblo de hormign,era un barrio de las afueras de Amsterdam construido en los aos 20con hormign, entonces un material de construccin muy moderno.

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    Ah haba cinco colegios y aunque la escuela laica era la ms cercanaa su casa, los padres enviaron a Johan, igual que a su hermano mayor, Henny, a la Escuela de la Biblia, un colegio protestante. No es que suspadres, nacidos en el barrio obrero de Jordaan, fuesen muy religiosos;

    todo lo contrario. En Betondorp, la poblacin estaba muy dividida. Lamitad era muy creyente: iba a misa los domingos y luego, segn la mssevera versin del protestantismo, no poda realizar ninguna actividadldica o laboral en todo el da.

    La familia Cruyff, sin embargo, se encontraba en la otra mitad,entre lospecadores, aquellos que los domingos acudan al campo delAjax, que estaba justo al otro lado de la carretera Middenweg y queatraa como un imn a los chavales y los hombres de Betondorp. No s por qu me enviaron a esa escuela, pero no me importaba, recorda-ra, Johan, despus. Si recibes educacin religiosa, con las cancionesde Navidad, algo siempre te queda. Nosotros apuntamos a nuestrostres hijos en Vinkeveen a una escuela catlica; lo vea yo como partede su desarrollo. Luego ya seran ellos quienes decidiran qu harancon lo que haban aprendido ah. Yo no voy nunca a la iglesia, pero spienso en la religin. Creo que, cuando cometo errores muy graves en

    mi vida, alguien me avisa.Y, como nunca va a la iglesia, Cruyff tampoco se ha sentado a rezar

    nunca en la capilla del Camp Nou, pese a que la tradicin ha dicta-do durante muchos aos que un prroco reuniera a la plantilla en lacapilla para bendecir la temporada que estaba a punto de comenzar.Cruyff pasa de eso. Y tiene otra cita muy parecida a la de arriba paraexpresar sus dudas sobre el tema religioso: No creo. En Espaa los

    22 jugadores se santiguan antes de comenzar el partido. Si eso ayuda-ra, los partidos acabaran siempre en empate.

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    No creo porque no soy creyente.S creo que hayalgo por all, pero por eso solo creo en lo que creo quehay por all

    Bueno, es ms o menos lo que Cruyff acaba de decir en el comen-tario anterior, pero esta vez con su estilo inconfundible, sobre todo sisus comentarios no se extraen de algn libro o una entrevista transcritaal papel de un peridico, sino cuando se le transcribe textualmente loque dice en directo, en televisin por ejemplo. Pero en quien Cruyffcree sobre todo es en s mismo, que es lo ms lgico de un tipo al que

    sus jugadores le llamaban Dios y que en la prensa fue bautizado comoel Profeta del Gol. En Holanda, adems, creen que en Catalunya sele conoce como El Salvador, un apodo que seguramente algn perio-dista holands se invent en los aos setenta, cuando Cruyff rescatalBarga. Adems, como vive en la zona alta de Barcelona, en la laderadel Tibidabo, los periodistas holandeses a veces se refieren a l como aun Mahoma que habita en su montaa y solo baja de ella si realmente

    le interesa.

    Alt padre me dijo un da:Nunca tefes de los que sesienten en la primerafila en la iglesia; son mejores los

    de la ltimaSiempre ha lamentado, Johan Cruyff, que su padre, Manus, nunca

    le viera jugar en el primer equipo del Ajax, el club de la vida de Manus,ah donde se poda pasar las pocas horas libres que le permita su tien-da de frutas y verduras. Fue Manus el hombre ms orgulloso del mun-do cuando logr apuntar a sus dos hijos en el club, que solo aceptaba a

    chavales de cierto nivel futbolstico. Normalmente, siempre haba quehacer una prueba de acceso, disputar un partidillo amistoso, pero los

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    ojeadores del Ajax ya haban visto tocar al pequeo Jopie tantas veces el baln, que estaban convencidos de que podra aportar algo al club.A mediados de los aos sesenta, cuando acababa de debutar, Cruyffrecordaba en una entrevista el triste episodio de la muerte de su padre

    a los 44 aos. Quera vender la frutera y montarse un estanco detabaco porque estaba cansado de cargar siempre con cajas tan pesadas.Yo solo tena 12 aos y estaba en una fiesta del colegio. El maestro mellam y me dijo que tena que irme a casa, que algo haba pasado, perono saba qu. Cuando llegu, delante de nuestra tienda haba una am-bulancia. Pap se ha puesto malito, me dijo mi madre. Mi hermanoy yo tuvimos que irnos a dormir a casa de los vecinos. Ah nos entera-

    mos de que nuestro padre haba muerto. Hubiese sido maravilloso sipudiera haber vivido todo esto con nosotros, aunque estoy convencidode que desde algn sitio me est viendo.

    Hay un Dios: no puedes hacer cosas malas a la gentesin ser castigado

    Las contradicciones forman parte de la vida, del pensamiento y delvocabulario de Cruyff. Debe de ser difcil, tambin, dar entrevistasdesde hace casi 50 aos sin caer en paradojas, equivocaciones y con-tradicciones. Adems, la gente evoluciona; Cruyff, tambin. Pero lode la religin siempre lo ha tenido bastante claro: Hay algo por ah,

    pero no cree en Dios. Solo lo saca de la chistera cuando est enfadado, cuando debe saldar cuentas con alguien, como aquel Samuel Jacksonen Pulp Fiction, que antes de matar a sus vctimas recitaba un prrafo,adaptado libremente, de Ezequiel 2517: El camino del justo se veasediado por todas partes por las iniquidades del egosmo y la tiranade los hombres malos. Bendito sea aquel que, en nombre de la cari-dad y de la buena voluntad, pastorea a los dbiles a travs del valle de

    la oscuridad, pues l es el verdadero protector de su hermano, el queencuentra a los nios perdidos. Y yo actuar con terribles venganzas y

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    furiosos escarmientos contra aquellos que intenten envenenar y des-truir a mis hermanos. Y sabris que soy yo, Yahv, cuando os aplique mi venganza. O sea, algo as pronunci Johan Cruyff en 1988 des-pus de que un conflicto con el presidente Ton Harmsen le oblig a

    marcharse del Ajax, donde haba combinado los puestos de directortcnico y entrenador.

    Cruyff quera ms poder, exiga una directiva profesionalizada (enel Ajax decida siempre una asamblea de socios) y acusaba a la direc-tiva de pagar demasiado poco a las grandes estrellas, como Marco vanBasten y Frank Rijkaard, que se acabaran marchando al Miln. Ante la insistencia de Cruyff, Harmsen dijo no saber nada de la promesa

    verbal que le haba hecho de renovar el contrato de Cruyff, que acaba-ra en el verano de 1988. Tras unos das de tira y afloja, el 7 de enerode aquel ao Cruyff se march, dejando atrs a una plantilla confusay pidiendo el castigo divino a Harmsen. Pocos meses despus, en elotoo de 1988, Harmsen abandon tambin el club; una investigacinde Hacienda destap irregularidades en los fichajes de algunos juga-dores y el ex presidente fue condenado a una elevada multa y a prisin

    provisional. Harmsen muri en 1998, sin que la directiva de entoncesle dedicara algunas palabras de recuerdo.

    Por qu me das la mano, Judas?

    Nunca los testigos presenciales han querido revelar exactamentequ pas aquella calurosa maana en las oscuras entraas del CampNou, donde apenas haba ventanas ni entraba nunca la luz del da.Fue Joan Gaspart, vicepresidente del Barga, que bajaba con un tre-mendo, casi insoportable peso de conciencia las escaleras a la zona devestuarios. l y Johan Cruyff eran amigos. O, al menos, se llevabanbien. Fue el nico interlocutor de la directiva que el entrenador habaaceptado desde su llegada en 1988. Con el presidente, Josep LlusNez, nunca haba habido sintona, solo peleas verbales a distancia.

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    Gaspart era diferente, segn Cruyff, que acusaba a los directivos del ftbol de estar dirigiendo los clubes solo por intereses propios. Enel hotelero Gaspart, sin embargo, pudo ver la autntica pasin por elftbol, un amor casi enfermizo por el Barga que le impeda, vctima

    de la angustia, presenciar en directo los momentos ms tensos de la

    temporada.Eran las diez menos cinco de la maana del 18 de mayo de 1996.

    Johan... empezaba Gaspart, estrechando la mano. Por qu me das la mano, Judas? Has venido para acabar con-

    migo.Cruyff ya se lo ola, el da antes del encuentro en casa con el

    Celta de Vigo, el penltimo partido de una temporada decepcionan-te, llena de tensiones. Ya haban aparecido incluso portadas con susucesor, Bobby Robson. Tres horas duraba finalmente la reunin enlos vestuarios mientras que jugadores se entrenaban sin el tcnico ho-lands. Amenazas y reproches volaban de un lado a otro, igual que al-gn taburete o silla desplegable. Fue el propio Gaspart quien, despus,revel otra frase, dursima, que le haba lanzado Cruyff en el calor dela discusin, en el barrizal de la decepcin ms profunda. Una frasemuy parecida a la que haba dedicado a Harmsen en el Ajax: Dios es

    justo y llegar un da que pagaris por esto. De hecho, ya ha comen-zado a castigaros. Gaspart relataba que Cruyff se refera a una nieta de Nez, fallecida recientemente. Le pidi que retirara sus palabras,que, si no lo haca, no haba ms remedio que despedirlo inmediata-mente. El propio Cruyff nunca ha querido dar su visin de aquellamaana, que concluy cuando a las 12:48 Joan Gaspart ley ante los

    medios de comunicacin un breve comunicado: El Ftbol Club Bar-celona ha decidido prescindir de los servicios del seor Johan Cruyff apartir de hoy mismo. Se acabaron, de mala manera, 2.936 das y 430 partidos oficiales, con 250 victorias, 97 empates y 83 derrotas. Y Dios se preguntaba qu haba fallado.

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    Solo Dios sabe cunto tiempo hemos tenido queesperar a este momento fantstico

    El 10 de marzo de 1999, cinco aos antes de que el 11M quedararelacionado para siempre con los terribles atentados en Madrid, Jo-han Cruyff recibi lo que no haba podido recibir casi tres aos antes,cuando le destituyeron el da anterior al del ltimo partido de aquellatemporada en el Camp Nou. Consiguieron, l y elDream Team, elhomenaje que se merecan, aunque en pocas convulsas, extraas. Eldo NezVan Gaal haba borrado del mapa azulgrana, en los dos

    aos anteriores, cualquier huella de Cruyff, de su legado, y ahora veancmo el Camp Nou se llenaba en una noche increblemente emotiva para despedir sobre todo a Cruyff, con tres aos de retraso. Gallina depiel, titulaban los peridicos el da despus. Una ovacin largusima,con casi 100.000 personas de pie, hizo que, tal vez por primera vezen su carrera, se viera tragar saliva a Cruyff, a ese holands fro quenunca dio muestras de gran euforia ni de cualquier tipo de emocin.

    Haba recibido un aplauso de los periodistas en su ltima conferenciade prensa, el da que le haban destituido, el 18 de mayo de 1996, y ahora le tocaba la de los culs. Esa noche, no haba divisin en aquellasgradas, no exista una lucha entre el nuismo y el cruyffismo. No huboreferndum, solo un sentido homenaje.

    Finalmente, cuando los aplausos desfallecan, Cruyff logr decirunas palabras. Las primeras, evocando a su Dios de siempre, aqulen el que no cree pero que le acompaa en los momentos ms im-portantes, y dirigindose indirectamente al palco presidencial: SoloDios sabe cunto tiempo hemos tenido que esperar a este momentofantstico.. . Aplausos. Despus, dijo una de las suyas: En nombre delos jugadores y en el mo, solo quiero deciros una cosa: disfrtate [jiV]y hasta despus del partido. Sus nietos, Jeshua y Gianluca, le entre-garon un ramo de flores.

    Luego, en un vdeo que se proyectaba en las pantallas, recordaba a

    sus jugadores. Laudrup, el artista, segn Cruyff, el traidor, segnlos culs, porque se haba marchado al Madrid, pero esa noche recibi

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    tanto calor de la aficin no era momento de reproches que casirompi a llorar. Fue, el dans, el ms aclamado, junto a Stoichkov (elms agresivo, deca Johan); Koeman (el pase ms fino); Bakero (unautntico lder); Txiki (el ms listo); Romrio, ausente (el mejor de

    todos); Amor (nunca fallaba) e incluso el famoso Romerito (si lemarca al Madrid, le hubiesen aclamado), y, al final, la familia, ah s,con cierta amargura, nimos de revancha: yerno Angoy (fue crucifi-cado) e hijo Jordi (intentaron estropearle). Y acab con una prome-sa: Vuelve elDream Team.Vuelve el espectculo.

    Y volvi elDream Team, casi al completo. Jugaba aquella nochecon el equipo titular formado por Zubizarreta, Juan Carlos, Koe-

    man, Soler, Goikoetxea, Witschge, Bakero, Begiristain, Julio Salinas,Laudrup y Stoichkov. Enfrente, el Barga holandizado de Van Gaal:Hesp, Abelardo, Frank de Boer, Reiziger, Xavi, Sergi, Luis Enrique,Cocu, Figo, Kluivert y Rivaldo. Acab el encuentro en 20 , con golesde Kluivert y Giovanni, pero eso fue lo de menos. Como tampocotuvo ninguna importancia que Louis van Gaal se refugiara rpida-mente en el vestuario cuando el rbitro, Antonio Jess Lpez Nieto,pit el final y comenz la despedida definitiva, el adis para siempre.

    Para siempre?

    Mierda, me he olvidado el chicle!

    Pocas supersticiones se le conocen a Cruyff, aunque cada jugadorde ftbol tiene sus manas. El Cruyffjugador se impona un ritmo fijo,un ritual concreto antes de cada partido: cambiarse 15 minutos antesde salir al campo, un breve masaje tres minutos antes y no salir nunca del vestuario antes de que se haya ido todo el mundo. En el ltimomomento, coger un chicle y metrselo en la boca. A la hora de sacardel centro, tarea de la que siempre se ocupaba Cruyff, primero escupael chicle y le daba una patada. Si el chicle caa en el campo del rival,

    saldra un buen partido para el Ajax. Cuando se olvid del chicle en

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    un partido ante el Spartak Trnava, en 1969, sufri una lesin. Y dosmeses antes le haba pasado lo mismo jugando la final de la Copa deEuropa contra el AC Miln. Se haba olvidado del chicle y el Ajax perdi por 4 a 1. S, reconocera Cruyff despus, durante el partido

    haba pensado algunas veces en el fallo del chicle, una omisin debidaa los nervios de jugar su primera final europea, a los 22 aos.

    La gente de Barcelona, los catalanes, no se parecen

    en nada a los espaoles. Separecen un poco a los deAmsterdam, aunque tienen bastante menos sentidodel humor. Solo si ganan al Madrid se ren mucho

    Dos citas seguidas sobre el aterrizaje del joven Johan en Barcelona.Estas son de 1974, tras poco menos de una temporada en el Barga, y

    con ellas intentaba explicar a los holandeses lo que haba encontradoaqu. Pese a estar cerca, y pese a ser los holandeses muy viajeros, Es-paa era an un pas algo extico. Buena parte de la gente, sobre todo los intelectuales, se negaba a venir de vacaciones a las costas espaolaspara nofinanciarel rgimen dictatorial de Franco. Ir a Espaa erafeo,aunque la clase obrera haca ya poco caso a esos impedimentos mora-les. El propio Cruyff ya haba viajado, con Danny y algunos amigos, tres veces a Espaa para pasar las vacaciones, antes de fichar por el Barga. Estuvieron en Malgrat de Mar, Lloret de Mar y Mallorca, todomuy distinto, muy virgen en comparacin a como son ahora. Y ah J o -han casi solo haca una cosa: jugar al ftbol en la playa con sus amigosy con gente, tambin holandeses en su mayora, que se iba sumando.

    Pero es distinto ir de vacaciones a un pas que irse a vivir. El am-biente es diferente, ya hay obligaciones, exige una mayor adaptacina las costumbres. Cruyff fue de los primeros holandeses famosos que

    se instalaban en Catalunya, aunque ms de cuatro siglos antes le haba precedido otro, llamado Adriaan Florenszoon Boeyens, nacido el 2 de

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    marzo de 1459 en Utrecht. Este sacerdote fue escogido a principiosdel siglo xvi por el emperador Maximiliano I para que educara a sunieto Carlos, hijo de Felipe el Hermoso y Juana de Castilla, ms co-nocida como Juana la Loca. El sacerdote holands acompa a Car-

    los aos despus a Espaa donde fue proclamado como rey Carlos I.Como recompensa, Adriaan Boeyens pudo instalarse enTortosa comoarzobispo, aunque, en contra de su voluntad, tambin tuvo que ejer-cer de gran inquisidor. El hombre acab siendo, durante solo un ao,el Papa Adriano VI en Roma, donde muri de manera misteriosa y

    sospechosa.Pero pese a ese precedente tan lejano en el tiempo, los holandeses

    conocan poco de Catalunya. Las famosas costas del Mediterrneoeran espaolas y fue Cruyff quien en una entrevista intent explicarque los catalanes comparta vestuario con unos cuantos no eraniguales que los espaoles, sino que eran ms serios, ms trabajadores.

    La gente en Espaa es ms alegre, tiene menosmala leche que en Holanda. Se quejan menos. Haymenos suicidios,menos problemas psquicos. Menoscriminalidad Y las ciudades son ms limpiasw

    Nunca se arrepinti la familia Cruyff de emigrar a Barcelona. Les

    gustaba la ciudad, pero tambin todo el pas. Adems, Barcelona yano era solo catalana: acababa de terminar la gran inmigracin desdeAndaluca y Cruyff, aparentemente, se impregnaba de esa alegra an-daluza que pareca reinar en las calles.

    Seguramente dijo sin conocimiento de causa aquello de los suici-dios, pero estaba seguro de que el buen tiempo influa en el nimo dela gente. Y eso de la criminalidad lo sigue manteniendo ahora: Es la

    nica ventaja de una dictadura, como aquella de Franco, que se come-ten menos crmenes. Para nosotros, Espaa era un pas muy seguro.

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    Hasta los grises velaban por su seguridad a la hora de sacar de crneren un campo de ftbol: en una histrica foto del campo de Murcia,en un partido de 1974, se ve a Cruyff de pie, entre espectadores, y enprimera fila cuatro serios policas. Los mismos grises que, por cierto,le sacaron una vez del campo cuando el rbitro le haba expulsado y lse negaba a abandonar el terreno de juego. Pero la marcha a Catalunyales fue bien a los Cruyff porque sobre todo Danny estaba cansada yadel acoso de la gente en Holanda; la fama de su marido ya no iba con ella. Los domingos vena gente a nuestra casa, a ver si vean a alguiena travs de las ventanas..., explicaba ella. Eran tontos? Los domin-gos, Johan jugaba a ftbol; nunca estaba.

    En cierto sentido,seguramente soy inmortal

    Lo dice en los dos sentidos, figurado y literal. Literal, porque l cre-

    y, durante casi toda su vida, que iba a morir a los 43 44 aos, igual que su padre Manus. Una vez superada su crisis cardiaca, justo a esaedad, para Cruyff cada ao ha sido un regalo de la vida, del destino. Yason casi 20 aos ms, 20 aos de regalo de la vida, 20 aos en los queha disfrutado ms de lo que nunca haba disfrutado antes. Se acab latensin diaria del ftbol, llegaron los nietos. Fallecan otros, su suegro,Cor Coster, y su propia madre, Nel, a los 90 aos. Buena edad ya, nada

    que lamentar. Los hijos han llegado todos a buen puerto, ms o menos.Su fundacin ha ayudado a ya no se sabe cuntos nios construyendocampos de ftbol en barrios degradados o acogiendo en su universidad.a jvenes ex deportistas para desarrollar su formacin. Todo lo quetena que hacer en la vida ya lo ha hecho, y aun as sigue vivo. Y lo seguir, seguramente, porque apenas tiene problemas de salud.

    Inmortal en el sentido figurativo lo ser por su nombre. A la esperade que Leo Messi, an demasiado joven para ser una leyenda, se unaa su lista, Johan Cruyff ya forma parte desde hace tiempo de un pe-queo grupo legendario. Para la mayora de aficionados en el mundo,

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    Escuchando a Cruyff

    el grupito lo componen solo tres. Por orden cronolgico: Pel, Cruyffy Maradona. Los espaoles siempre han querido aadir a Di Stfanoy a los franceses les gustara incluir a Zidane, pero esos tres primerosfueron los que marcaron tres increbles pocas del ftbol, tres dcadas

    consecutivas, los aos sesenta (Pel), setenta (Cruyff) y ochenta (Ma-radona). Son, adems, nombres casi irrepetibles, ni en sus pases deorigen hay muchos ms que lleven el mismo, como si, para ser estrellao un genio, uno no pudiese llamarse Da Silva, De Vries o Garca.

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    Captulo 2

    La esencia delftbol

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    Buscando opiniones de Johan Cruyff sobre el ftbol, el de antes yel de ahora, el de aqu y el de all, el de los suyos y el de los otros, sepueden encontrar muchsimas ms que las 39 aqu seleccionadas yunas cuantas ms en el captulo sobre el Barga y el Ajax, que, en suconjunto, forman una muestra bastante representativa de las ideas delProfeta del Gol. Tctica, tcnica, cerebro, visin, educacin, italianos,alemanes, holandeses, todo y todos pasan por la mente privilegiada, y

    a veces incomprensible, de un analista nato. Tiene una opinin sobrecualquier cosa relacionada con el ftbol, tiene sobre todo su propia opi-nin sobre cmo se debe o se debera jugar al ftbol, un juego pensadopara divertir a quienes lo practican y a quienes lo ven desde las gradas.No debera ser un pasatiempo de tanto sufrimiento, sino una manerade disfrutar, de olvidar un rato las otras preocupaciones. Es la cosa msimportante de las cosas que no tienen importancia, aunque escuchando

    a veces a Cruyff se podra llegar a pensar que es la cosa ms importanteque existe en el mundo. Para l, desde luego, es su vida, casi entera.Ya empezaba a hablar y filosofar sobre el ftbol a finales de los aos

    sesenta, recin cumplidos los 20. Una vez hubo salido de la calle, don-de lo aprendi, una vez superado el obligatorio paso de las categorasinfantiles, donde mejor, Cruyff lleg pronto a la cima, una montaamuy elevada desde donde comenzaba a divisar el ftbol desde otraperspectiva, como si fuese un iluminado. Pero sus impresiones no las

    quera guardar para s mismo, sino compartirlas con los mortales queno entendemos tanto del juego. Tal vez por eso el holands se hizoentrenador, para hablar, pensar y reflexionar an ms de lo que ya lohaca siendo jugador. Pocos otros sabios del baln han profundizadotanto en el juego como lo ha hecho Cruyff. Tal vez Marcelo Bielsa, Arrigo Sacchi y ltimamente otro obsesionado: Pep Guardiola. Hom-bres inteligentes, o listos, para quienes el juego no se reduce solo a ver

    rodar la pelota. Pero ninguno de ellos tiene tantas citas ya histricas ensu poder como Johan Cruyff.

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    Elftbol es sencillo; pero lo ms difcil esjugar demanera sencilla alftbol*

    Para l es fcil decirlo. Desde muy pequeo, el ftbol era sencillopara Johan Cruyff. Viva en Betondorp, el barrio a la sombra del esta-dio De Meer, el histrico campo del Ajax, donde observ los entrena-mientos del primer equipo, admirando al delantero Henk Groot, uno de sus dolos. El jugaba en la calle, primero. Los domingos sus padresle obligaron a ponerse la ropa bonita: chaquetilla y a veces corbata.Aburrido, se sentaba en la calle, daba vueltas sin sentido, hasta que su

    padre, amante del ftbol, le permita cambiarse. A los 12 aos le ins-cribieron, junto a su hermano mayor, Henny, en el Ajax, donde, igualque en la calle, siempre fue el ms pequeo. Hay fotos de sus primeros aos, de un viaje con juveniles a Bielefeld, en Alemania, donde todos los jugadores parecen ya adultos excepto uno.De Kleine {el Peque), le llamaban todos sus amigos y compaeros.

    Tambin su padre: El Peque sabe hacer de todo con la pelota, de-ca Manus orgullosamente. Johan o Jopie pareca desaparecer, con un abrigo demasiado grande, y sus piernas parecan cerillas al lado de los

    jamones impresionantes de algunos de sus compaeros. Pero, al sersiempre inferior fsicamente, aprendi a jugar de manera sencilla, apasar el baln rpido y bien, o a saltar a tiempo para evitar las entradasde los rivales. Driblar fue la supervivencia para l, pero an ms lo fuemirar continuamente dnde estaban sus compaeros y por dnde levenan los rivales. As creca en Amsterdam un tesoro que el resto de

    Holanda no conocera hasta que el 15 de noviembre de 1964 un grantalento debutara en el primer equipo del Ajax en una salida a Groningen, donde les esperaba el GVAV. El Ajax perdi por 3 a 1; Cruyffmarc el nico gol, tras un rechace del portero rival. Al da siguiente,su presencia apenas mereca una lnea en las crnicas de los peridicos,que resaltaban sobre todo su juventud.

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    Elftbol sejuega con el cerebro

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    Johan Cruyff es listo, ms que inteligente. No era un prodigio en el

    colegio, tambin porque el csped le atraa ms que el aula. Autodidac-ta en muchas cosas, ayudado en la vida por to Henk, su segundo padre,el que sera el nuevo compaero de vida de su madre, era el tpicolistillo que poda desesperar a los mayores. Tambin en el Ajax, dondealgunos jugadores treintaeros reciban instrucciones en el campo deun imberbe de 18. Cruyff miraba, hablaba, diriga, mientras el balnsegua cosido a uno de sus pies, daba igual si fuera el derecho o el

    izquierdo. Comparta la delantera con autnticos cracksde la poca:Piet Keizer, con su zurda prodigiosa, seguramente el mejor extremoizquierdo de todos los tiempos en Holanda; Sjaak Swart, por la dere-cha, y Henk Groot, junto a Cruyff, en la punta. Pronto le llamaron yael estratega sobre el terreno: tena una visin espectacular del juego,lo interpretaba antes que nadie. El cerebro, su cerebro, era solo ftbol.El mismo cerebro con el que, dos dcadas despus, revolucionara el

    ftbol como entrenador.

    La tctica decide a dnde va un baln y la tcnica,cmo llega ah*

    Tema la suerte de dominar casi a la perfeccin estos dos aspectosbsicos del ftbol. Cruyff, ya como jugador, era un gran estratega, po-da dibujar la tctica desde su posicin adelantada en el terreno de jue-go, dirigir desde el central hasta el extremo derecho. Y dispona de unatcnica endiablada, preciosa, gil. Dribl como solo uno haba hechoalguna vez en el ftbol holands antes que l, un hombre alto y espiga-do que, como futbolista, ha sido su primer y nico gran ejemplo, pese a

    que no le vio jugar mucho.Faas Wilkes era el rey del dribling,asombraba en los aos cincuenta

    con unas jugadas espectaculares que le llevaron como primer holands

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    a firmar un contrato en el extranjero, algo que le cost la expulsinde la seleccin, ya que el ftbol en Holanda era puramente amateuryestaba prohibido ganar dinero con el baln. Wilkes triunf en el Interde Miln y el Torino antes de ser el primer holands tambin en jugar

    en la liga espaola. Maravill en el Valencia, donde hubo que ampliarlas gradas del Luis Casanova por la cantidad de gente que quera ver aaquel holands errante que viva en un piso en la Malvarrosa, encima delrestaurante La Pepica, donde an conservan en las paredes fotos suyas.

    Luego, igual que Cruyff, pas una temporada en el Levante. Wilkesera de Rotterdam; Cruyff, de Amsterdam. Pero esa rivalidad tradicionalentre las mayores ciudades de Holanda no pudo restar punto alguno ala admiracin que Cruyff profesaba a quien, tambin por su carcter

    aventurero e indisciplinado, fue su gran predecesor.

    Elftbol consiste bsicamente en dos cosas. Primera:cuando tienes la pelota, debes ser capaz de pasarla

    correctamente. Segunda: cuando te la pasan, debestener la capacidad de controlarla

    Es una de las muchsimas teoras que Cruyff mencionaba y expli-caba en sus dilogos con el escritor Sergi Pmies, y que en el 2002llevaron a la publicacin del libroMe gusta elftbol.Uno de los po-qusimos libros, por cierto, que han sido publicados en Catalunya y

    en Espaa sobre el antiguo nmero 14. Mientras que en su pas natalexisten ms de una veintena de libros dedicados a Cruyff solo por su60 cumpleaos se publicaron seis , aqu el inters de explicar su viday su filosofa ha sido mucho menor.

    En 1973, Josep Mara Casanovas, el posterior editor del diarioSport,fue pionero al escribir un libro sobre Cruyff nada ms aterrizarste en Barcelona, con informacin privilegiada y detallada sobre el fichaje y los primeros meses del holands en el Barga. Pero aquel Una

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    vida por el Bargaha tenido poco seguimiento a lo largo de los aos, yeso que Cruyff siempre ha sido un foco de inters, estuviera dondeestuviera, hiciera lo que hiciera. En 1994 hizo escribirMis futbolistas

    y yoy, ms recientemente, suMe gusta elftbolfue una pequea bibliacon sus mandamientos particulares, muchos centrados en el baln, enel tipo de juego que l siempre ha promovido.

    Esta cita refleja a la perfeccin a uno de los jugadores bsicos enel sistema tctico que aplic Cruyff siempre, el cuatro, el hombre quereciba el baln y al mismo tiempo ya saba qu hacer con l. Sobre laposesin del baln se dicen muchas barbaridades, explicaba Cruyff.Tener el baln no significa tenerlo y punto. Hay que saber qu hacer

    con l. Pep Guardiola fue su mejor versin del cuatro,el jugador quesiempre saba qu hacer con el baln. Una versin que, con el tiempo,se fue perfeccionando y avanzando un poco sobre el terreno de juego,acabando en la magia de Xavi Hernndez.

    En un partido solo hay tres minutos, repartidos enfragmentos durante todo el encuentro, en los que todose decide"

    Curioso que eso lo diga precisamente Cruyff. Es verdad que un

    gol, una falta, una jugada decisiva solo ocupa una nfima parte de esos90 minutos de un partido de ftbol, pero, como entrenador, el holan-ds nunca se dedic demasiado a aprovechar al mximo esos tres mi-nutos que, segn l, son decisivos. Porque parte de esos 180 segundospodran ser las faltas o los crners, pero si algo aburra a Cruyff en losentrenamientos eran los ensayos de las jugadas de estrategia.

    Fue, en ese sentido, un tcnico de la vieja guardia; amaba dema-siado el juego colectivo, las largas jugadas de ataque y los prodigiosindividuales. A l le pareca un pecado probar fortuna con una faltaensayada. Esas eran cosas de los tcnicos que l considera que vienen

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    de la escuela terica, no de la prctica, como l; entrenadores que in-cluso han estudiado en un INEF, pero que nunca alcanzaron la cimacomo futbolistas. Hombres ms de pizarra que de la improvisacinque tanto le ha gustado siempre a Cruyff.

    Aun as, su mayor logro como entrenador del Barga lo debe elholands a dos jugadas de falta. Primero, el milagroso gol salvador deBakero en Kaiserslautern, que dio al equipo el pase agnico a la finalde Wembley. Y segundo, all, en el gran teatro del ftbol de Londres,aquel histrico 20 de mayo de 1992, en la prrroga, una falta decisi-va, gloriosa, que s tena aspecto de haber sido ensayada, aunque deuna manera muy light.Ronald Koeman, quin, si no?, iba a chutar

    la falta, a ms de 20 metros, pero antes Hristo Stoichkov le dio un pequeo toque al baln y Jos Mari Bakero lo par, colocndolo enuna posicin idnea para que el holands pudiera engaar y superarla barrera. Fueron no tres minutos, sino solo tres segundos en los quese decidi un encuentro que para el Barga significara el fin de los la-mentos histricos y de su eterno complejo de inferioridad. Por cierto,en las imgenes justo despus del gol, se ve a Cruyff saltar por las va-llas de publicidad. No para celebrarlo, qu va, porque Cruyff apenas

    celebraba victorias ni lloraba las derrotas; mientras Wembley se venaabajo, l solo pens en acercarse al csped para ordenar un cambio.

    La visin es lo ms importante. Con eso domino

    el 90% delftbol. Tocar un baln es lo menosimportante

    El concepto visin puede incluir varias cosas en una. Cruyff, elCruyffjugador, se refera a lo que vea en el campo, a cmo se movansus compaeros, a cmo les marcaban sus rivales, a dnde estaban los huecos, a dnde no haba que meterse, a cmo se situaba el portero.

    O sea, la visin es mirar y, a la vez, entender el juego. Y todo eso con el baln en los pies.

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    Elftbol es un juego de errores. Gana el que menoserrores comete*

    Una frase de 1989, aunque desde entonces Cruyff la ha repetido has-ta la saciedad. O con una pequea variacin: Son los detalles los quedeciden un partido. Sera, en realidad, una opinin ms apta para untcnico resultadista, centrado en provocar que sea el rival quien cometalos errores decisivos en lugar de apostar por las propias cualidades, ven-cer por mrito propio. Pero, curiosamente, en los aos siguientes, loshechos daran la razn a este argumento de Cruyff: de las cuatro ligas

    seguidas que gan elDream Team, entre 1991 y 1994, tres fueron deci-didas por errores garrafales del rival, aunque fuera a distancia. En 1992y 1993 fue el Real Madrid, que, yendo lder, sucumbi a la presin enTenerife y entreg el ttulo con un punto de diferencia a los azulgranas.

    En 1994, el serbio Djukic tena en sus botas el primer ttulo en lahistoria del Deportivo de La Corua cuando, en los ltimos minu-tos de una temporada vertiginosa, err ante el Valencia un penalti. El

    Barga