CAPÍTULO XII

NUEVAS IDEAS CÓSMICAS Y NUEVO MÉTODO CIENTíFICO

Opositores aJ.l escolasticismo durante la Edad Media

Ni aún durante el período en el que el escolasticismo medieval se hallaba en el cenit de su poder, faltaban movimientos hostiles al mis­mo, cuyos representantes en parte por la vía lógica, como los llamados nominalistas, y en parte por exhortaciones a la observación empírica, como Rogerio Bacon, previamente mencionado, trataron de mirar In estructura de su pensamiento. También estos movimientos, tienen muy a menudo, puntos de contacto con el misticismo con el que la Edad Media, buscó en la esfera de una vida santa, el producir un espíritu de sinceridad personal, en contraste con la piedad estrictamente formal, ,enseñada por la Iglesia. Cuando más tarde, se desacreditó el escolas­ticismo, debido a la reverencia del humanismo por la antigüedad, que­dó el campo abierto para una filosofía, en la ,que todos los elementos arriba mencionados --especulación teórica, observaciones empíricas, y misticismo tanto cristiano como del final del clasicismo-, se incluye­ron como componentes fundamentales para una nueva concepción de la existencia, de la que se desarrollaron gradualmente, nuestras mo­dernas ideas de la naturaleza y de la vida.

El primer representante importante de esta manera nueva de la naturaleza era NICOLÁS DE CUSA. Tomó su nombre de la aldea de Kue'3 o Cusa, cerca de Tréveris, donde nació en 1401. Recibió su educación de los "hermanos de la vida común" comunidad religiosa 1 que tenía una tendencia mística pronunciada, educación que tuvo un influjo decisivo, sobre toda su manera de pensar. Siguió al servicio de la Igle­sia una carrera brillante, luego que poco después entrara en ella. Llegó a ser obispo y más tarde, como cardenal, fué uno de los hombres de más crédito de la supremacía papal de la época. Como tal, actuó constantemente en interés de la humanidad y de la ilustración, opo-

1 En Deventer, Holanda. (N. ,del Trad.)

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niéndo.se ardientemente a la venta de indulgencias, juicio.s de brujas y o.tras supersticio.nes de la Iglesia 1. Murió -en Italia en 1464.

Nuevas ideas cósmicas

En el curso. de sus múltiples actividades prácticas, sin embargo.~ Cusa halló tiempo. para su o.bra de investigación, que le co.lo.ca en pri­mera fila entre lo.s espíritus guías del mundo.. Es cierto. que, en su mayo.r parte, lo.s· pro.blemas de que trata en sus numero.so.s escrito.s, so.n. teo.lógico.s, pero. en relación co.n ello., to.ca el pro.blema del lugar del ho.mbre en. la existencia, y aquí efectúa su más impo.rtante co.ntribu­ción. Aparecen sus nuevas y audaces ideas sobre la ~tructura del universo. y el lugar del ho.mbre en él, curio.samente entretejidas co.n sus reflexio.nes místicas y derivadas de las mismas. Basando. sus ideas en el co.ncepto. místico. del infinito. de lo.s neo.platónico.s, afirma que es impo.sible que el universo. tenga una fo.rma esférica co.mo. escribe Aris-

' tóteles, po.rque en tal caso. siempre sería po.sible co.ncebir que algo' existe fuera de la esfera y entonces el universo no sería ya completo.. E~ es más bien infinito y excede de toda forma y limitación. Ni en ese caso puede la tierra ser el centro del cosmos, pues el cosmos no tiene centro, pero el hombre del globo terráqueo, se imagina que se encuen­tra en el centro del cosmos y creería lo mismo del sol o de o.tra estrella, si se encontrara en alguno de ellos. Sostiehe así Gusano: la relatividad · de la observación mental. Deriva su conocimiento de ello, de lo que denomina "docta ignorantici' 2 con lo que significa que todos los con­trastes y todo cambio de la existencia es absorbido. finalmente en un absoluto. máximum, infinito e insondable como. el mismo Dios. Aristó­teles carecería de esa "docta ignorantia" y por eso c~eyó en mi mundo limitado, y en lo absoluto. de las observaciones mentales. Po.r lo demás, Cusano usó su modo de pensar, también en la sofistería teo.lógica, como po.r ejemplo en lo tocante a la naturaleza real de la Trinidad; pero. mientras que esas siItilezas, se han olvidado hace ya mucho tiempo, en cambio, por sus ideas so.bre la naturaleza, se situó en un lugar de pensador faro del comienzo. de la nueva era, co.mo. místico. casi medie­val y filóso.fo. natural casi mo.derno. Po.r o.tra' parte, ·parece que su..~· atrevidas ideas atrajeron poco. la atención, fuera de lo.s círculo.s eru­ditos; no se dieron cuenta de cuán revolucionarias eran, sobre todo, po.rque no se refirió a los detalles de nuestro sistema solar: po.r lo. tanto no. atacó la teoría de que la tierra fuera el centro de la órbita del so.l. Sin duda, su elevada posición en la Igl~sia le evitó una persecución 3

1 Era general esta. creencia corno se verá runa vez más -en mi o'bTa La Hech-l­ceria vÍ8'ta por ,wn nwcUco. (N. del Troo.)

2 DiStinta. de la ignoráncie. de los doctos de Hazzlitt. (N. del Trad.) 3 Sin embaTgo, se ¡persiguió al primado de España el nava.rro Carranza. (N.

del Trad..)

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. ·como la que luego se dirigió, contra algunos de los que dedujeron de sus teorías, las inevitables consecuencias. .

Si entonces las ideas de Nicolás de Cusa, produjeron efectos silen­ciosos, las teorías que cien años más tarde, expresó COPÉRNICO, atraje­ron la máxima atenció~. Nacido en 1473 en Thorn, en Polonia, NICOLÁS COPÉRNICO recibió su instrucción en la universidad italiana de Bologna y llegó a ser canónigo de su propia ciudad natal! donde murió en 1543. Ya en su juventud fué un gran estudiante de mate­máticas y astronomía y ya en esa edad temprana, comenzó la obra de su vida o creación de un nuevo sistema cósmico, que pudiera ser recon­ciliado con las ob~rvaciones realizadas en su propia época, acerca d~ los movimientos de los cuerpos celestes, más fácilmente que con el sistema de Aristóteles y Ptolemeo. En efecto, nunca se expliéarán satis­factoriamente sobre la base del viejo sistema solar, sus irregularidades. Copérnico descubrió un medio mejor de explicar esas irregularidades, haciendo que el sol represente el centro del sistema cósmico, en con­traste con la evidencia directa de los sentidos y dando a la tierra. entre los planetas errantes, el lugar que en el sistema antiguo se asignaba al sol. Por lo demás, Copérnico observó sin alteración dicho sistema; así hizo al sol, el centro inmóvil del universo, los planetas se movÍ:ln en círculo a su alrededor, y todo ello estaba rodeado por la esfera de ~strellas fijas, tal como se las imaginaban los antiguos. En realidad, era entonces su teoría menos subversiva que la de Cusano y, además, no carecía de precedentes en la antigüedad 2, pero aún así atrajo mucho más la atención, porque estaba en total contradicción, con lo que vemos que sucede con nuestros propios ojos. Copérnico empleó déca­das en elaborar su teoría y no se atrevió a publicarla en un libro, hasta un año antes de sú muerte. Se produjo una fuerte oposición, princi­palmente por fundamentos religiosos; tanto los protestantes como los

- jesuítas, combatieron sus enseñanzas, mientras que su influencia cientí­fica, fué muy pequeña al principio, sobre todo porque las pruebas que ofrecía, de la verdad de su nueva teoría, eran realmente muy débiles. Sin embargo, poco después de su muerte nació un pensador, que fué capaz de conciliar las ideas de Copérnico con las de Cusano y con ello fundó una teoría del universo, que se mantiene en sus principios esenciales, aún hoy día.

GIORDANO BRUNO nació en Nola, al oeste de Italia el año 1548. Siendo joven entró en un monasterio, pero lejos de contentarse con esa vida, se hizo sospechoso de herejía y se salvó escapándose. Tras ello, nunca halló un refugio permanente; excomulgado y perseguido en el mundo católico, nunca encontró consuelo en los países protestantes que visitara. . Luego de volver a Italia, cayó vÍctimá de la Inquisición y

1 Es un .error, pues lo fué de Fmuenburg, en la costa, al S. O. de Koenigs­berg. (N. del Trad.)

2 Con Aristarco de Sarnoso (N. del Trad.)

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después de muchos años· de prisión, fué condenado como hereje y que­mado en la estaca en 1600 1•

Predicó en los países que visitó en numerosas conferencias, disputas y en obras publicadas, la nueva doctrina que le costó la vida. Tomó para ello como punto de partida las especulaciones de Cusano sobre el infinito, de Lucrecio la teoría atómica, y de Copérnico el sistema solar. Sobre las ideas que basó en esas diversas concepciones, edificó luego, con una originalidad que le sitúa entre los mayores pensadores de toda época a despecho de la fantasía y misticismo con que recarga sus refle­xiones al igual que los otros filósofos del Renacimiento. Coincide con Cusano pero aún con más énfasis, Bruno sostiene lo subjetivo de la observación mental; cuando un hombre camina, el horizonte va con él, de lo que debemos deducir que no ,existe un centro universal abso­luto. Por el contrario, tunto la razón como la fe, piden un mundo infinito, infinito como el mismo Dios. Y el lugar, el movimiento y _el tiempo al igual de las impresiones mentales son relativas y dependen de la posición espacial desde la que son observados. Ni puede ser cierta la afirmación de Aristóteles respecto a lo absolutamente pasado y absolutamente . ligero; siendo ello así, no tiene sentido la vieja creen­cia de que los planetas y las estrellas fijas están alojados en esferas que rodean a la tierra; al contrario, se mueven en sus órbitas del espa­cio libremente por una fuerza interna. Y en opinión de Bruno también . es incorrecta como su sistema cósmico la teoría de Aristóteles de la materia como potencialidad en contraste a la forma que emana de la inteligencia divina; la materia es más bien lo esencial en todo. La "divina esencia" sobre la que todo se desarrolla. Para Bruno, la teoría atómica de Lucrecio y las ideas neoplatónicas de la unidad de la lIla­teria, se combinan en una visión del mundo al mismo tiempo misterio­mente vaga y muy fantástica comQ un conjunto sencillo, uno con Dios y consigo mismo, una combinación de todos los contra,stes que el pensa­miento humano ha especulado sobre ello. Tomaría mucho espacio el discutir estas ideas en detalle sobre todo porque hablando estrictamente Bruno no toca problema alguno puramente biológico. Su importancia desde el punto de vista de la historia mundial .radica en el hecho de que por vez primera elaboró o quizá más bien ,conjeturó la teoría cós­mica que ha llegado a sostenerse desde entonces en la moderna inves­tigación de la naturaleza. Su influjo ha sido grande y se le ha sentido ampliamente a través de todas las edades.

Así como en la esfera cosmológica, Bruno fué el guía de la nueva ciencia natural, de manera paralela FRANCISCO BACON (1561-1626) preparó el camino en la esfera de las leyes puras del pensamiento. Las actividades y fin de su vida, fueron en todos los aspectos' diferentes de

1 Para Annie Besant, !hay 'una metempskosis regocijante pues un hind'l1 renació en la ifilosoffa Hipatia, luego en Giordano Bruno ysu l1ltimo avatar es ella misma . . (N. del Trad.) ,

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las de -Bruno. Pero tenían una cosa en común: la inquietud, esa hÚIIJ­queda diversificada del conocimiento que era tan característica del Re­nacimiento. Nacido en Inglaterra, en un hogar refinado, Bacon, recibió una educación completa pero en edad temprana, perdió a su padre y a despecho de sus brillantes dotes y de su ambición despiadada, no tuvo mucho éxito en su caTrera oficial. No recibió nombramientos elevados hasta muy tarde en su vida y llegó a ser Lord Canciller durante el reinado de Jaime 1, al cual supo cómo adular. Pero, .poco después, fué derribado y condenado a pagar una multa por cohecho y corr.upción en su cargo y pasó en el retiro, sus últimos cinco años.

La reforma de la ciencia de Bacon

Ya en sus años juveniles, planeó Bacon el reformar completamente toda la ciencia humana. Pensaba llevar a cabo dicha reforma en una obra de grandes dimensiones denominada InstaJUratio Magna. Durante su movida vida, no encontró Bacon tiempo para realizar, ni aproxima­damente, la gran tarea que se había preparado; la "gran reforma" quP.­dó en un fragmento, del cual las dos primeras secciones -por cierto las mej ores hechas--, se denominan El avance del saber y el nuevo método. La fama de Bacon descansa principalmente sobre esta última parte; su título es elegido como un desafío directo a Aristóteles a cuya teoría del método (OrgaTUJ,m) Bacon deseaba sustituir con su propio nuevo método. El N OVUTn Organum se presenta en forma de una colec)" ción de aforismos con el fin de ilustrar desde varios puntos de vista el e,rror del modo de pensar tradicional escolástico y la exactitud de ]a nueva t~oría del pensamiento, que es necesario colocar en su lugar. Los defectos de la filosofía aristotélica, son criticados con una canti­dad de crueles y fuertes vocablos; bajo su guía, se ha llevado al pensamiento humano a ilusiones que clasifica en cuatro diferentes cate­gorías, designadas con los títulos "ídolos de la tribu, de la caverna. del 'mercado y del teatro".

Denota como ídolos de la tribu, aquellas falacias concomitantes a la humana naturaleza, la tendencia del hombre a interpretar los fenó­menos naturales según preconceptos humanos.

Los ídolos de la caverna son la tendencia individual del hombre a juzgar según su propia persona o egO'; es como si un hombre se sentara en una gruta y viera desde allí las cosas con luz unilateral.

Los ídolos del mercado, son las falacias que proceden de la vida. de comunidad humana, especialmente los errores que proceden de la in­fluencia que meras palabras ejercen sobre la mente, el influjo trastor­nante de la nomenclatura tradicional en la idea de las cosas.

Los ídolos del teatro :son aquellos producidos por el poder de la tradición, que resultan de los sistemas heredados de filosofía y la ten-

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dencia de su teoría a cautivar los sentidos. Al desarrollar más esos principios, dirige su crítica contra la filosofía de su tiempo, de una manera extraordinariamente aguda y que sirve bien para todas las épocas. ~sí expresa advertencias continuas, contra la tendencia común a mirar los fenómenos naturales como simples construcciones mecánicas como esas otras que el mismo hombre reune y separa en piezas. Al contra­rio, la naturalez~ es extremadamente complicada y debe cuidarse mu­cho de que uno adscriba a su curso de sucesos, el mismo orden y regu­laridad que al hombre gusta ordenar para sí mismo. De este error se originaron falacias tales como la' idea de que las órbitas de los ~stros tienen , que ,ser forzosamente circulares, sólo ' porque el círculo es la figura más regular. En contraste con la idea falsa y artificial ,)e la naturaleza que crea la vieja filosofía, por medio de esos modos de pensar, Bacon erige el verdadero conocimiento de la naturaleza, que se adquiere por la observación y el experimento. El hombre vence a la naturaleza obedeciendo sus leyes y aprende a comprenderla, dirigién­dole preguntas correctas. Así llega uno al método realmente científico, que adquiere conocimiento de las leyes generales de la naturaleza por la observación cuidadosa de las peculiaridades de la existencia y por una clasificación de las mismas. Bacón adjudica las esperanzas más elevadas al valor, el conocimiento de la naturaleza que así esperaba crear; a lo largo de su larga vida, jamás cesó de contemplar con apasio­nado entusiasmo, el pensamiento de los extraordinarios valores vitales que aguardaban al espíritu humano, en un conocimiento acrecentado de la verdadera esencia de la naturaleza. Podría ser alcanzado seme­jante saber, mediante un procedimiento esquemático, fijado una vez por todas, aplicable igualmente a lo alto y a lo bajo en el reino del pensamiento. Pero Bacon dió un valor que no posee, a este arte de deducción, basada en la consideración de la ' secuencia temporal de lo! fenómenos, de su presencia y ausencia y de sus relaciones numéricas, v además lo aplicó de una manera que condujo a absurdos completos.

Además, su conocimiento de la naturaleza era Ilmitado y no carecía de bastantes prejuicios, pues, por ejemplo era un opositor a Copérnico y los experim,entos que preparó, eran' primitivos. Además tampoco era matemático y por ende, 'era incapaz de emplear el razonamiento deduc­tivo inherente a esa ciencia 1. Pero 'Bacon, prestó un servicio duradero al desarrollo de la Ciencia natural, especialmente por sus activi.dades como crítico. Ya hemos mencionado que' en la época del Renacimiento a la cultura antigua en general y especialmente a lo éientífica, y sobre todo · a ' Aristóteles, se trató con uñ respeto ilimitado. Esa actitud servil y sin crítica y que amenaza arruinar toda posibilidad de ulteriores pro­gresos, es combatida por Bacon con toda la severidad de que es capaz; arroja sobre la borda, todo respeto a la antigüedad, pues considera que esa cultura ha llevado solamente a la decadencia intelectual y a

1 Ha sido oensurailo por Liebig y por Cajal '; véanse las REGLAS Y CONSEJOS de éste, :pág. 17. (N. de! Trad.)

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disputas vanas. Sostiene que los pueblos de la antigüedad, eran real­mente niños en comparación con la época de Bacon que así poseía mucho más esa experiencia que para él era el único cimiento del saber. y su otro gran servicio para el desarrollo de la ciencia y en particular de la investigación naturalista, radica en esa insistencia de la experien­cia como única madre de la ciencia. Más claramente que ninguno de sus coetáneos se dió cuenta de la necesidad de extender la ciencia de la natu­raleza, acumulando los resultados de la observación de sus objetos y de experim,entos realizados con sus potentes fuerzas, y aunque él mismo. sólo pudo dar expresión a sus ideas en esfuerzos amazacotados, sin embargo, dichas ideas por su intrínseca verdad teórica, ejercieron gran influjo en su tiempo y lo han seguido haciendo hasta los tiempos más recientes. Hasta en nuestros mismos días, J ohannsen, uno de los diri­gentes de la búsqueda en el campo de la herencia, ha reconocido clara­mente su deuda con el Organum de Bacon, como fuente de que obtuvo una idea más clara, respecto a los objetivos y métodos de la investiga­ción naturalista. Y no es ciertamente un mero accidente que el país­que dió nacimiento a Bacon, haya dirigido el camino en la gran labor de exploración, que se ha efectuado al impulsar el progreso de la biología.

Lo que así había concebido teóricamente Bacon y aquello en lo que había insistido, fué llevado con independencia del Canciller in­glés, a la realización práctica por GALILEO, el creador de las modernas físicas y astronomía y por ello tlunbién fundador de toda la moderrla' investigación naturalista y de su concepción de, los fenómenos naturales, tan fundamentalmente aleiada del aristotelismo.

GALILEO GALILEI nadó en Pisa en 1564, donde su padre disponía de un buen empleo. Desplegó dotes matemáticas y mecánicas, a una edad temprana, estudió en Pisa, primero medicina y luego matemáticas, y siendo aún muy joven, fué hecho profesor de matemáticas en Pisa primeramente y luego en Padua. En esta última ciudad, trabajó como maestro con éxito brillante durante 18 años,; al final la Universidad ya no: podía hallar sala suficiente para albergar a todos sus oyentes. Pero aún fueron más brillantes, los resultados de su tarea Científica; especialmente cuando construyó un telescopio 1 y comen,zó a estudiar con él los cuerpos celestes, sus descubrimientos astronómicos, siguieron unos a otros en rápida serie; la forma globular de la luna, los satélites del planeta Júpiter, las manchas del Sol, las fases de Venus y Mereu-' rio. Pero era imposible conciliar todos estos hechos nuevos con la­antigua teoría cósmica V por eso pronto se asoció al esquema del uni'" verso, enunclado por Copérnico y Bruno. Su gran fama le procuró· el nombramiento de brillo personal, de Astrónomo Real del gran Duque Médicis de Florencia 2 con un sueldo elevado y ninguna tarea oficial. Pero, al abandonar el servicio de la poderosa República de Venecia '",

1 HaMa. sido descubierto pOr el holandés Lippersheym. (N. deZ Trad.) 3 Era matemático de corte de Cosme II. (N. del Tra4. ) a Como ¡profesor en Padua. ,(N. del Tra4.)

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se puso bajo el influjo del pode'r de la Iglesia Romana, una circuns­tancia de lo. más peligrosa para él, pues sus nuevos descubrimientos, excitaron la amarga hostilidad de las mismas tertulias que habían con­denado a Bruno; además era un polemista violento que nunca perdonó a sus adversarios. Es una materia de conocimiento común su fin, es decir el hecho. de ser acusado ante la Inquisición a cuenta de un "diálogo" sobre el sistema solar y cómo. fué obligado, bajo amenaza de muerte, a hacer una retractación pública de su "error corpernicano" tras lo cual vivió en reclusión hasta su muerte en 1642.

Teoría de Galileo

La importancia fundamental de Galileo como filósofo. natural no. está ineramente basada en sus descubrimientos, por muy ruidosos que ellos fueron; contribuyó en un grado aún mayor al progreso científico por los principios que estableció y que han llegado a ser la base de la moderna filosofía natural. Sabemos que Aristóteles basó su teoría cósmica en el contraste entre la forma y la materia, en que se suponía que la forma era la realización de los poderes de desarrollo de la materia; cuanto más alto era el grado de su reálización, tanto más perfecta era la forma. Por eso, los astros, con sus movimientos regu­lares, tienen una forma más perfecta que 'la tierra, con sus muchas irregularidades, mientras que más allá de las esferas celestes, está el mundo. de la forma pura, Dios, origen de todas las formas, y causa, de todo cuanto acaece en el universo. Galileo, a causa de sus descu­brimientos astronómicos, se encontró de repente en conflicto con este sistema; de acuerdo a Aristóteles, el firmamento era de una regularidad inmutable en sus movimientos, porque se hallaba más cerca de la inte­ligencia divina inmutable. Pero Galileo, descubrió muchas grandes irregularidades; las manchas del sol; las lunas de Júpiter, y todo cuanto el recién inventado telescopio trajo a la luz del día, probó que el firmamento. no era el lugar de perfección y regularidad que se había supuesto. Por otra parte, el fenómeno del movimiento de los cuerpos en la tierra, obedecía a una ley de la que los ' antiguos no. poseían noción alguna. Galileo. hizo experimentos con la caída libre de los cuerpos, con los movimientos del péndulo, y con el movimiento de los cuerpos en un plano inclinado; y en todos esos , fenómenos descubrió proporciones entre pesos, duraciones del tiempo, y rapidez del movi­meinto, tan matemáticamente regulares que pudo expresarlas en forma de teoremas tan susceptibles de demostración como las viejas proposi­ciones geométricas formuladas por Euclides. Y como dice él mismo,. creó una nueva ciencia, justamente por su combinación de experimentos de ciencias naturales y de cálculo matemático. En lugar de la razón direc~ tora de Aristóteles, que en realidad no era otra cosa, sino la expresión

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de las inferencias, propias del filósofo que especula, : deducidas en su mayor parte .de hipótesis puramente culturales humanas, Galileo coloca bajo una ley común, a los fenómenos del movimiento en la superficie ue la tierra que actúa por necesidad matemática y cuyas manifestacio­nes pueden ser calculadas de . antemano,en determinadas condiciones, así como en una época anterior había sido posible calcular el ' paso ] egular de los "divinos" astros celestes. Es verdad que Galileo fu,s incapaz de hallar una ley común que gobernara los movimientos de los cuerpos celestes y de los objetos trerestres -pues había de tocar a Newton el hallarla con su ley de la gravitación-, pero Galileo esta­bleció el principio que gobierna al tratamiento científico-natural de los fenómenos terrestres, principio que expresó en la frase: "Medir lo que ¡

. pueda ser medido y hacer mensurable lo que no puede ser medido". Busca una razón mecánica para todo lo que sucede, una fuerza que pone a las cosas en movimiento. En su opinión no sirve a propósito alguno el referirse a Dios como causa de los fenómenos naturales, pues uno puede atribuir cualquier cosa a la voluntad de Dios, si no hay nece­sidad alguna bajo la misma. Según Galileo, la ciencia natural puede comparar las cosas materiales meramente entre sí y no con cosas sobre­naturales, y al mismo tiempo, hay que recordar que la naturaleza es ella misma un milagro aunque sus fenómenos tengan una explicación natural De hecho, la gravedad no es si110 una palabra que designa a algo que no conocemos; no podemos decir qué es lo que atrae las. pie­dras a la tierra. Galileo ve claramente que no tiene objeto el tratar de averiguar lo que son las fuerzas de la naturaleza; el hombre de ciencia sólo puede descubrir cómo actúan ellas.

V ictoria de Galileo sobre el Aristotelismo

Naturalmente, una revolución tan completa de los métodos y fines de la ciencia natural, com'o la llevada a cabo por Galileo, no podía penetrar de repente en las mentes humanas. Fué víctima, no sólo de la intolerancia de la Iglesia, sino también del respeto supersticioso que el Renacimiento guardaba, para cultura clásica y para Aristóteles, su principal autoridad científica. Realmente había de. pasar otro siglo,

. antes de que de todos los campos del humano saber se extirpara con éxito el aristotelismo de las ideas que se preparaban las ciencias de nues­tros días. ' Para liberar la ciencia natural, de las falacias aristotélicas, era necesario efectivamente, destruir todo el sistema de pensamiento de Aristóteles .y ello &ólo se realizó en el siglo , XVII, por sus grandes pensa­dores sistemáticos de que trataremos más adelante: Descartes, Spinoza y Leibniz. Pasaremos .ahora a un examen de lo que logró el período del Renacimiento en .la senda de la pura investigación biológica y ello no sólo en la esfera meramente descriptiva, si que también en un campo :más especulativo.