EXPRESIONES NO.3

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AÑO 1 - NÚM. 3 Tributo a Carlos Monsiváis En las letras de · Hugo Gutiérrez Vega · Juan Villoro · Rodolfo Naró · Lucinda Ruíz

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UNA PUBLICACION DE LA CATEDRA HUGO GUTIERREZ VEGA DEL CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR, UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

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Tributo a Carlos MonsiváisEn las letras de · Hugo Gutiérrez Vega · Juan Villoro · Rodolfo Naró · Lucinda Ruíz

DIRECTORIO

Alejandro Sánchez CortésDirector

Viktor BogaEditor

Gerardo ZavalaPorfirio Munguía

Fotógrafos

Gerardo HernándezDiseño Editorial

Ángel Moreno RamosMercadotecnia

Ángel Medina GarcíaAsesor Jurídico

ColaboradoresHugo Gutiérrez Vega

Juan VilloroRodolfo NaróLucinda Ruíz

SáncortezDulce María Zúñiga

William Alexander Yankes

Consejo EditorialHugo Gutiérrez Vega

Braulio PeraltaMyriam Vidriales

Humberto MusacchioPablo Boullosa

Héctor PereaEduardo de la Vega Alfaro

Viktor Boga

EXPRESIONES Cátedra Hugo Gutiérrez Vega, es una publicación bimestral. Un medio de promoción y difusión de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara.

Efraín González Luna 2520-2 Col. Arcos Vallarta, Guadalajara, Jalisco México. Tel. (33) 3616 [email protected][email protected]

Registro de publicación en trámite. Los artículos publicados son responsabilidad de sus autores.

PortadaIlustración de Carlos Monsiváis por Gerardo Hernández

SUMARIO

06 EDITORIAL

07 Londres y MonsiHUGO GUTIÉRREZ VEGA

10 Todos los HuecosJUAN VILLORO

12 Monsiváis y su Mito GenialRODOLFO NARÓ

14 Querido CarlosLUCINDA RUÍZ

15 GaleríaCARLOS VIDAL

20 Diálogos de un ImperioSÁNCORTEZ

22 Elogio de un escritor: Fernando del PasoDULCE MARÍA ZÚÑIGA

25 El Cine es PoderWILLIAM ALEXANDER YANKES

08 Amor Perdido

EDITORIAL

Expresiones edición dedicada a Carlos Monsiváis. A lo largo de su carrera, Monsiváis no sólo se dedicó a escribir más de cincuenta libros, sino que también se desempeñó como editorialista de varios medios de comunicación. Dirigió el programa radial El cine y la crítica, donde permaneció algo más que una década. Fue secretario de redacción de las revistas Medio Siglo y Estaciones, director del suplemento La cultura en México, y de Voz viva de México, colección discográfica de la UNAM.Días de guardar, Amor perdido, El crimen en el cine, Los rituales del caos, Recetario del cine mexicano, Del rancho al Internet, Aires de familia: cultura y sociedad en América Latina y Apocalipstick —su último libro—, son algunos de los títulos que forman parte de la extensa obra literaria de este escritor. Considerado como el padre de la Crónica moderna de México, género que Monsiváis redefinió en la literatura mexicana. “Las crónicas de Monsi, no son narraciones de los hechos, sino opiniones de él, que se convertían en hechos”. -Comenta Juan Villoro-.En estas páginas, nos unimos a los diversos homenajes que se le rinden por doquier en virtud del gran legado cultural que Monsiváis ha dejado al mundo literario y periodístico.

Alejandro Sánchez

Por nuestro departamento de Paddington pasaron casi todos los latinoamericanos (y algún peninsular que se escapaba de la cruel grisura

del franquismo, aunque fuera por unos días) interesados en las clamorosas manifestaciones (de todos los tipos y maneras) del neorromanticismo de los muchachos (y algunos ya no tan muchachos) del flower power. José Carlos Becerra estuvo casi un año en Londres, Carlos Monsiváis (profesor en Essex) y Sergio Pitol (maestro en Bristol) pasaban los fines de semana en nuestro flat, y José Emilio y Cristina Pacheco (radicados en Colchester) nos visitaban con frecuencia. Carlos Fuentes, Rita Macedo y Cecilia vivían en las colinas de Hampstead; Vargas Llosa merodeaba, junto con Toño Cisneros, por los rumbos habitados por los jamaiquinos y los trinitarios (gracias a ellos conseguíamos chile habanero, yuca y chayote); Fernando del Paso y Socorro (cocinera eminente) cumplían los ritos del Latin Service, de la BBC, mientras el primero se hundía en los océanos de un Palinuro mexicano. Alberto Díaz Lastra escribía una novela (no llegó a terminarla) sobre el Tabasco de Garrido, y Guillermo Cabrera Infante batallaba con un guión basado en Bajo el volcán, la gran novela de Lowry traducida genialmente al español por Raúl Ortiz. Octavio Paz llegó a Cambridge en el ’68 y frecuentemente nos veíamos en el inagotable Londres de ese momento histórico en el que se luchaba por un verdadero proyecto liberador. Muchos de los derechos conseguidos por la humanidad en los últimos años tuvieron su génesis en los sesenta y en la ciudad que les dio vida y asilo.

Fernando Curiel escribió un libro sobre las iluminaciones londinenses y Héctor Manjarrez comenzó su carrera literaria bajo las nubes de una contracultura que, más tarde, se autodestruyó y fue perseguida y calumniada por los capitostes del sistema y los puritanos (victorianos en este caso) que intentaban (y afortunadamente no lo lograron del todo) regresar a los días de la represión y de la macilenta moralina.

Con Carlos Monsiváis, el inolvidable defensor de todo lo bueno, lo inteligente y lo justo, y con nuestro prosista mayor, Sergio Pitol, íbamos los sábados primeros de cada mes a las sesiones conocidas con el nombre de all night cinema, organizadas por el National Film Theatre (cabe advertir que gobernaba Wilson, un verdadero laborista y gran defensor del welfare state que incluía el generoso patrocinio de las actividades culturales). Nos pasábamos la noche entera viendo películas de los hermanos Marx, de Buster Keaton, de Ingmar Bergman, Orson Welles, Busby Berkeley o Greta Garbo. Salíamos a la mañana neblinosa del Londres otoñal, llevando entre las manos ese tesoro incomparable que es el cine de verdad, el que se hace con intenciones artísticas y el que fortalece los testimonios fundamentales del humanismo (por estas razones, los tres amábamos el neorralismo italiano y éramos capaces de ver tres veces seguidas Il Gattopardo, del maestro Visconti). Monsi era nuestro guía y maestro. Todo lo sabía y no escatimaba sus opiniones y orientaciones. Una noche nos deslumbró con una película que he buscado inútilmente, The Last Command, interpretada por Emil Jannings, el más poderoso de los actores alemanes.

Parafraseando a don Ernesto, “Londres era una fiesta”. Muchos de los que la gozamos han muerto y los que quedamos estamos ya listos para el arrastre. La “dama de hierro” acabó con el “Estado Robin Hood” y causó un serio daño a la cultura británica.

Por eso conviene no olvidarse de los muchachos del invierno neorromántico, de la protesta estudiantil, de la experimentación artística y del proyecto liberador (“anarquista” lo llamaban los padres terribles). Pienso en ellos y, junto con Sergio Pitol, me aferro tercamente a la memoria de Monsi, hermano y maestro nuestro y de varias generaciones de buscadores de un mundo mejor.

HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Londres y Monsi

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Soy “un simple lector”. Al respecto el escritor Adolfo Castañón en su ensayo Un hombre llamado ciudad lo definió como “el último escritor público

en México”. El prolífico escritor mexicano Carlos Monsiváis, utilizó como herramientas la inteligencia y la ironía y se caracterizó como una de las voces y plumas críticas y narrativas de la época actual importantes del país. Personaje imprescindible para entender el México contemporáneo. Monsiváis se interesó por los más diversos temas; desde los más complejos, como el Movimiento de 1968, hasta personajes de la farándula como Mario Moreno, ‘Cantinflas’ o Pedro Infante, de quien se declaró admirador de su obra. Sus innovaciones técnicas y la diversidad de registros que pueden observarse en sus textos, cambió la faz del género de la crónica de manera tal, que ningún cronista mexicano posterior a él, está exento de su influencia.

El creador nato

Monsiváis nació en la Ciudad de México el 4 de mayo de 1938. Estudió Economía y Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y desde muy joven colaboró en los más importantes suplementos culturales y revistas del país. Se desempeñó como secretario de redacción de las revistas ‘Medio Siglo’ (1956-1958) y Estaciones (1957-1959). Hizo programas para Radio UNAM, como “El cine y la crítica”, que se transmitió durante más de 10 años. Además de ser director de la colección de discos Voz Viva de México, de la máxima casa de estudios. Monsiváis fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1962-1963 y 1967-1968) y del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard (1965). Su curiosidad universal, su eficaz escritura y su capacidad de síntesis le permitieron desentrañar los aspectos fundamentales de la vida cultural y política mexicana. Por lo que gran parte de su obra se ha publicado en casi todos los periódicos del país o transmitido oralmente.

Sus crónicas, género que desarrolló con pasión, se han recopilado en diversos libros entre los que destacan Principios y potestades (1969), Días de guardar (1971) y Amor perdido (1976), este último basado en algunas figuras míticas del cine, la canción popular, el sindicalismo, la militancia de izquierda, los políticos y la burguesía mexicana. De qué se ríe el licenciado (1984), Entrada libre, crónicas de la sociedad que se organiza (1987), Escenas de pudor y liviandad (1988) y Los rituales del caos (1995), son otras de sus crónicas sobre los más diversos temas. También es autor del texto narrativo Nuevo catecismo para indios remisos (1982), además la biografía Frida Kahlo: Una vida, una obra (1992). Entre sus ensayos se encuentran Características de la cultura nacional (1969) o Historias para temblar: 19 de septiembre de 1985 (1988). También es autor de la selección y el prólogo de las antologías La poesía mexicana del siglo XX (1966), Los narradores ante el público (1969), A ustedes les consta (1980) y Jorge Cuesta (1986).

Crítico agudo

Carlos Monsiváis, quien puso el dedo en la llaga de las heridas sociales con la más fina ironía y la más dramática puntera, se convirtió en ojo crítico inexorable para comprender las manifestaciones culturales del momento. Su potencia creativa que le otorgó a la crónica permitió que se le considere no sólo un subgénero o género menor, sino que fue revalorado en el ámbito literario en México. De acuerdo con sus críticos, su obra tiende a un doble registro: Los movimientos sociales y los grandes personajes, la política y el espectáculo, la cultura popular y la alta cultura. Para el autor, esta doble vertiente es inexistente pues no hay verdaderas fronteras entre tales fenómenos y contextos. De hecho, ya en su Autobiografía (elaborada a los 28 años de edad), escribió:

Amor Perdido ‘Acepté esta suerte de autobiografíacon el mezquino fin

de hacerme ver como una mezclade Albert Camus y Ringo’

Monsi.¿Quién fue Carlos Monsiváis?

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‘Acepté esta suerte de autobiografía con el mezquino fi n de hacerme ver como una mezcla de Albert Camus y Ringo’. El reconocimiento a su obra le llegó desde 1977, con el Premio Nacional de Periodismo, por el género de crónica y a la fecha se cuentan alrededor de 33 galardones, el último fue el doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Sus aportaciones a la sociedad fueron múltiples, entre ellas el Museo del Estanquillo, que partió de su propia colección privada en el que lo mismo se le rinde homenaje a caricaturistas de la talla de Gabriel Vargas, con su famosísima ‘Familia Burrón’ o Eduado del Río, ‘Rius’ o bien a grandes genios del arte.

Amante del pasado

Su colección aproximada a 12 mil objetos que le llevó más de 30 años atesorarlos, le han permitido a este recinto realizar las más diversas curadurías donde la fi gura de Monsiváis siempre está presente de una u otra forma. Entre sus recientes trabajos literarios se encuentra el ensayo Yo te bendigo, vida, sobre la vida y la obra de Amado Nervo, publicado en el 2002. Su más reciente libro, ‘Apocalipstick’ en el que muestra a la Ciudad de México como una asamblea de lugares. Desde hace varios años, Carlos Monsiváis había sostenido una batalla contra una fi brosis pulmonar que lo llevó en varias ocasiones al hospital. Era frecuente verlo en sus presentaciones con un tanque de oxígeno y sensiblemente cansado. Sin lugar a duda, una de esas últimas presentaciones inmemorables fue la denominada Diálogos Literarios donde al lado del poeta Hugo Gutiérrez Vega, dictaron un recital poético de memoria, hecho que sirvió como inauguración de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega dedicada al Periodismo Cultural y Las Letras en la Universidad de Guadalajara y, donde Monsiváis pidió que hubiera siempre un lugar para la poesía. Él como padrino y miembro del consejo de honor. Entre sus afi ciones, se encontraban sobre todo la lectura, los gatos que rondaban siempre en su domicilio de la colonia Portales, en la Ciudad de México y la cinematografía. 9

PORTADA DEL LIBRO AMOR PERDIDO DE CARLOS MONSIVÁIS EDICIONES ERA

En 1982, Monsiváis fue a Berlín Oriental, donde yo vivía. Lo esperaba con temor reverencial. Él era entonces un gurú severo, que repartía

amonestaciones o elogios según códigos herméticos. Lo había visto en conferencias y en un inolvidable diálogo con Manuel Puig (cuando se le acabaron las preguntas exclamó: “¡me siento como un periodista de El Heraldo!”). Yo era amigo de escritores que habían renunciado al suplemento que él dirigía en la revista Siempre! y lamentaba que en su calidad de árbitro de la cultura pop no apreciara lo sufi ciente a José Agustín, el escritor que decidió mi vocación. A los 26 años, encontrarme con él era más un examen que una fi esta.Una mañana lo llevé al Museo de Pérgamo. En el altar donde los dioses luchan contra los titanes encontramos una exhibición de fi sicoculturismo: hombres de torsos aceitados comparaban sus bíceps con los de las estatuas. Un momento kitsch de la Alemania socialista. “Nunca olvidaré esto”, dijo Monsiváis, que parecía haber convocado esa versión burlesca del mundo antiguo. Luego fuimos a una tienda de discos de ópera, donde mostró una insólita erudición en el género. Lo invité a un concierto de Simon & Garfunkel y me dijo que le parecían tediosos, pero sólo después de cantar 10 de sus canciones. Me

preguntó qué estaba escribiendo y le mostré una novela en proceso. Pasó una noche en vela ante mi engendro y al día siguiente me explicó con autoridad por qué era horroroso. La exactitud de sus críticas fue un gesto de generosidad que me dolió como debía, pero que no dejaré de agradecer.Pocos días después de su visita, escribí mi primera crónica. Había entrado al género que Monsiváis redefinió en la literatura mexicana. Durante los siguientes 28 años comprobaría que competir con él era imposible, no sólo porque se anticipaba a todos los temas (con excepción del futbol), sino porque había creado un subgénero para sí mismo. Las crónicas de Monsiváis no son narraciones de los hechos sino opiniones de Monsiváis que se convierten en hechos.La oralidad anticipaba y prolongaba sus textos. Es difícil leerlos sin citar una puntada, un retruécano, un dato que sólo él pescó. “Como dice Monsiváis…”, la lectura se transformaba en rumor popular. Una fotonovela tituló así los preparativos de una orgía: “Como dice Monsiváis, todo es posible cuando no hay conciencia”.¿No es extraño que un país tenga un oráculo non-stop? Monsiváis mostró que esa excentricidad es posible y adquirió rango de patrimonio nacional. Cuando la

JUAN VILLORO

Todos los Huecos

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secretaria de Educación Josefi na Vázquez Mota lo elogió por sus 70 años, el cronista respondió: “Entiendo que no me van a privatizar”.Sus comentarios eran aforismos en busca de un cronista. Pregunta: “¿Le ves posibilidades a esa revista?” Respuesta: “Si no tiene presente, ¿Cómo quieres que tenga futuro?”. Pregunta: “¿Te gustó el libro de Fulano?”. Respuesta: “No por su prosa”.Una vez le señalé el exceso lírico de un colega: su protagonista tenía pechos que “cantaban bajo la blusa”. Monsiváis no respondió, pero al día siguiente llamó para decir: “No pude dormir por tu culpa: ¡soñé que esos pechos ganaban la OTI!”.Cuando Marta Lamas le hizo una reunión por sus 60 años, se despidió de nosotros diciendo: “Me ha dado mucho gusto conocer a los amigos de Marta Lamas”. Cáustico de tiempo completo, convertía la ironía en afecto. Había sido alumno de mi padre, en un curso sobre fi losofía de la India. En un ejemplar de Amor perdido, le escribió: “Para Luis Villoro, esta prueba epistemológica de que también en San Juan hace aire”.Mantuvo una decisiva relación con Octavio Paz. Polemizaron, se separaron, volvieron a dialogar. Se ha repetido mucho la opinión del poeta sobre el cronista: “Es un hombre de ocurrencias, no de ideas”. La

vastísima y hasta ahora desconocida Obra Completa de Monsiváis es más rica en ideas de lo que hace prever su gusto por la paradoja rápida; Sin embargo, aun aceptando que su interés primordial fueran las ocurrencias, el comentario de Paz, dicho en un momento de encono, no es necesariamente derogatorio. Sólo en una utopía de la solemnidad sería posible prescindir de las ocurrencias. El siglo XVIII francés sería menos profundo sin Rousseau, pero mucho menos vital sin Voltaire. Oscar Wilde no escribió un enjundioso tratado sobre la decadencia de occidente ni una crítica de la razón pura. Sus fogonazos son los de un hombre que se divirtió para tener razón. Borges juzga que no se equivocó nunca.Recuerdo a Monsiváis en aquel momento kitsch del Museo de Pérgamo: “El socialismo realmente existente sí funciona”. Muchas cosas cambiaron desde entonces. Mi novela acabó en la basura, los fornidos hombres del socialismo se contrataron como stripers cuando cayó el Muro de Berlín y Monsiváis siguió hablando de todos los temas bajo el sol hasta que pasó lo inconcebible. “¿Cuántos huecos se necesitan para llenar el Albert Hall”, preguntaron los Beatles.Ignoramos cuántos huecos se necesitarán para llenar el vacío de Carlos Monsiváis.

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RELIEVES DEL ALTAR DE PÉRGAMO, MUSEO DE PÉRGAMO, BERLÍN

RODOLFO NARÓ

Monsiváis y su Mito Genial

Con discreción le pidió que se fuera. Era un chico que acompañaba a Mario Velázquez y, por supuesto, no estaba enterado de quién mandaba

en esa casa, sin dudarlo empujó a un gato al suelo y se sentó al pie de la cama. Al ver la escena me quedé helado. Monsiváis ni siquiera se incorporó, con su irónica puntualidad le pidió que se marchara.

Todos los sábados nos reuníamos un grupo de amigos en San Simón 58 de la Portales, a ver películas clásicas, a escuchar jazz, a conversar entre poemas de Villaurrutia o rimas de José Alfredo. Invariablemente las reuniones terminaban en su cuarto, alrededor de la cama, con Carlos recostado. La cabecera de caoba tenía ya un desgaste redondo, de tantos años de leer, corregir, comer, conversar y dormitar en esa misma posición. Detestaba el teléfono, que a cualquier hora repicaba en el buró, contestaba antes del tercer timbrazo y en muchas ocasiones, negándose a sí mismo imitaba la voz de su tía. Los sillones de la sala, el comedor, su estudio, parecían inexistentes, veinte mil libros se apilaban por todos lados. Quizá serían más, algunas veces lo escuché aumentar la cifra mientras escribía con uno de los bolígrafos ‘Paper Mate’ que compraba por docenas. Recuerdo sus manos de cirujano, suaves

y precisas, con un eterno curita en la última falange del dedo medio, para evitar el callo que se forma de tanto apoyar la pluma.

Carlos vivía rodeado de objetos, miniaturas, luchadores en escala, periódicos, revistas, antigüedades que compraba en el bazar de la Zona Rosa, al que teníamos que llegar temprano para evitar que otro marchante le ganara un grabado de Leopoldo Méndez o un desnudo, burdo y simple, de Manuel Rodríguez Lozano, de quien se consideraba su mayor coleccionista. La rutina era la misma cada sábado: después del bazar desayunábamos en el Auseba, y cuando lo cerraron nos mudamos al Vips de Hamburgo, donde pronto supieron su platillo favorito: enchiladas cottage.

Tampoco vivía solo. Además de compartir la casa con sus tíos, hermanos de su madre, convivía con doce gatos, apóstoles de su cariño. Eran ellos quienes realmente gobernaban San Simón. Merodeaban por los rincones, saltaban a su escritorio mientras él escribía, agazapados lo miraban trabajar o se dormían en su regazo. Comían de su mano, se adoraban como una gran familia. En las noches, Carlos salía al patio de la casa para meterlos a dormir. No cerraba

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“No sé, no sé explicarlo pero para míel gato tiene demasiadas cualidades,

es de una belleza cambiante, es grácil,presenta lo que decía un poeta:

‘Un gato es nuestra única posibilidadde acariciar un tigre’”.

Monsi

la puerta hasta que todos estuvieran a salvo. Los llamaba por su nombre: Siniestro, Chocorrol, Nana Nina Ricci, Rosa Luz Emburgo, Ansia de Militancia, Eva Siva, Ale Vosía, Fetiche de Peluche, Lalito Montemayor, Post Moderna, Fray Gatolomé de las Bardas y Vecino, un gato que se ganó el alias porque vivía en la casa de al lado hasta que se mudó con Monsiváis. Pronto se hizo el mejor amigo de Mito Genial, su consentido, un gatito pardo que llegó enfermo a su jardín, el mismo día en que el secretario de Hacienda, Pedro Azpe Armella, declaraba que la pobreza en México era un “mito genial”. El mismo gato que aquel amigo de Mario Velázquez había echado de la cama para poder sentarse. Mito Genial era la niña de sus ojos. Le llevaba regalos de cada uno de sus viajes, le leía para hacerlo dormir y le enseñaba el abecedario hasta el cansancio. “Usted es un gato malo, porque no me habla”. Muchas veces escuché a Carlos decirle con enfado mientras lo tenía recostado en su pecho, convencido de que pronto le respondería.

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Querido Carlos

LUCINDA RUÍZ

Querido Chick:En esta primavera de Westfield, nos llega la noticia de tu muerte. Durante tu enfermedad,

me dolían tu inconsciencia y los delirios, la ausencia de tu realidad y de tu preclara inteligencia.Le pedí a Omar verte por unos minutos; él se aferraba a la esperanza, pensaba que tal vez te pasaran a terapia intermedia, donde estarías más cómodo, y podrían entrar algunas personas. Se lo pedí también al doctor Orea, amigo generoso y hombre íntegro, quien te visitaba diariamente. Las últimas semanas me dijo que no sería posible, que estaban prohibidas las visitas y que te veía muy mal.Ahora ya sabes que hubiera querido acariciar tu frente y hablarte de cosas del espíritu; recordarte que Dios amaba a su Campeón de Biblia; decirte que te sanaras y cuánto te necesitaríamos para recomponer el país. La realidad es que nuestros dos Carlos M: Montemayor y Monsiváis, no estarán en esta etapa tan importante. Quería pedirte que escribieras tu parte de Nuestro Londres en los 60; esas regalías ayudarán a personas en necesidad extrema. Ya sé que me dirías “cuántos millones”, pero si cada uno ponemos un granito de sal... He mandado algunos correos a los amigos de entonces y ahora, pues aunque no tengamos contacto, el cariño permanece, y todos vivimos ahí en ese tiempo, pero “las cosas de palacio van despacio” y sólo tengo la generosa respuesta de Fernando del Paso. Te recuerdo en nuestro departamento londinense los meses que pasaste con nosotros, pidiendo “tamal” en cada comida. Qué mal te alimentabas entonces;

harinas y frituras eran tu deleite. Sé que tus hábitos no mejoraron hasta que te obligó la diabetes. Pienso en tus conversaciones con Hugo hasta la madrugada, a veces en nuestro cuarto, sentado al lado de la cama mientras yo dormía y, de pronto las inevitables risas estruendosas, que mi mal entendida prudencia toleraba. Cómo me enternecían tus sobresaltos cuando debía entrar a despertarte.Ahora ya sabes que la muerte, tan temida, es un ángel. The Angel of Hope de los ingleses, es el ángel de la muerte que nos toma de la mano segura y suavemente, y nos lleva por senderos de Luz a nuestro destino.Este final de la primavera en Westfield, donde se gradúa mi nieto Gabo, hay flores blancas para ti, junto al cirio que enciendo siempre en nuestras casas.Recuerdo con toda claridad tu despedida en la puerta de nuestro departamento londinense cuando regresaste a “México lindo y querido”, y no te pongas la mano en la boca para reírte y decir una frase lapidaria; ahora sabes con toda certeza que México es Mágico, y que a pesar de todos los pesares, “como México no hay dos.” Ya lo verás. Entonces creía, y lo sigo creyendo, que mis hijas son encantadoras. Iniciaste tu breve discurso de despedida pronunciando mi nombre con el peculiar acento con que imitabas a los ingleses: “Lucinda, para mí esta será una experiencia irrepetible.” Ante mi expectación, terminaste la frase: “Nunca volveré a vivir con niños.” Y te echaste a reír. Gracias por tus regalos. Gracias infinitas a Dios por tu vida.14

EXPRESIONES Galería

Bajo los puentesCarlos Vidalóleo, grafito sobre lienzo100 X 81 cm.

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Una mirada que cruza el aireCarlos Vidalóleo, grafito sobre lienzo81 X 100 cm.

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El sueño transforma las avesCarlos Vidalóleo, grafito sobre lienzo92 X 65 cm.

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La primera lluvia del añoCarlos Vidalóleo, grafito sobre lienzo81 X 100 cm.

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“Construyo mis obras a base de colores casi planos, superponiendo el color final -en este caso un amarillo-naranja-sobre fondos obscuros, mis composiciones son relativamente sencillas, en la mayoría de mis cuadros aparecen siempre letras, palabras; comienzo a

pintar sin un boceto previo, dejándome llevar por la pintura, pinto sobre caballete, y voy girando los cuadros a medida que los pinto, hasta que el cuadro se asienta y comienza un juego entre las imágenes que me pide el cuadro y la superficie donde son pintadas. Muchas imágenes quedan atrásse borran, bajo un fondo cromático falsamente uniforme.

Construir un poema visual, en el que el color juegue un papel significativo, acompañado de las figuras y letras con las que compongo el espacio pintado. Más que narrar, deseo sugerir, evocar. Todo son formas objetos portadores de conceptos, para decir, para contar los sueños, los recuerdos, el mundo exterior, que desemboque en un ejercicio plástico.

Mi obra es un fluir, en mi taller hay cuadros comenzados que terminaré en los próximos años, mirar, olvidar, soñar, contar breves historias, que inviten a mirar a dejarse llevar, perderse en su laberinto acompañados del tiempo y el azar”.

Ésta es la óptica interior de un artista completo, sensible y creativo, que hace de la materia una forma dúctil y maleable para plasmar cada sentimiento y cada sueño, sobre el lienzo de las emociones vividas.

El Sabor del Agua

CARLOS VIDAL

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CARLOS VIDAL

“Habría que saber de qué nos estamos independizando porque, por lo pronto, de la Iglesia no solamente nunca lo hemos logrado, sino

que ahora, incluso, quiere más poder”, señaló Fernando Del Paso, en referencia al Bicentenario y sus festejos, en el diálogo literario con el poeta Hugo Gutiérrez Vega. Enfatizando la eterna contienda del Estado laico.En el contexto de la confrontación entre el “cavernal” de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez y Marcelo Ebrard jefe de Gobierno del Distrito Federal, por las reformas civiles aprobadas en la capital del país, el poeta Gutiérrez Vega, señaló: “Se está dando la eterna contienda entre el pensamiento moderno y el regresivo. En el caso de Guadalajara, esa contienda es especialmente grave, porque la encabeza una personalidad tan contradictoria, agresiva, violenta, anticuada y oscurantista en el sentido estricto de la palabra, como el cardenal Sandoval. Es evidente que la Iglesia forma parte de estos ataques contra el laicismo, porque siempre le ha convenido creer que el Estado laico persigue a la religión, y es todo lo contrario: el Estado laico es el que permite y protege las religiones. Pero la Iglesia no se conforma con perder poder, sino que además insiste en cubrir el crimen”, agregó Del Paso, al recordar los hechos del padre Marcial Maciel.Hay un proyecto muy claro de una internacional conservadora en contra del Estado laico y de todos los aspectos modernizadores. En este momento, la ciudad de México es una de las más modernas del mundo; con la despenalización del aborto, el matrimonio entre homosexuales y la adopción en parejas del mismo sexo,

Diálogos de un Imperio…

SÁNCORTEZ

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FERNANDO DEL PASO Y HUGO GUTIÉRREZ VEGAFOTO: PORFIRIO MUNGUÍA

se ha puesto al lado de las grandes ciudades del mundo, no así el resto del país. Entonces, la distancia entre México y Guadalajara, por ejemplo, no solo son 500 kilómetros, sino 490 años”, mencionó Gutiérrez Vega. En diálogo sobre la creación novelística de Del Paso el poeta dice: “Quiero resaltar el valor musical de la prosa pausada, no poética; esto exige un oído de una finura que sólo gente como Rulfo, Pitol, Yáñez, Reyes y Del paso han tenido en nuestro país”.El poeta preguntó entonces sobre la génesis de la novela Noticias del Imperio. Del Paso recordó que comenzó su proyecto de historia novelada desde que trabajaba en José Trigo, cuando compraba y consultaba todos los libros disponibles sobre la época de Maximiliano en México, costumbre que siguió durante varios años para establecer el cimiento documental necesario. “A la documentación le di el papel de la tortura, y a la imaginación el de Aquiles”-comentó-.Gutiérrez Vega destacó al personaje central de la novela, Carlota, quien siempre tuvo una imaginación muy viva y aguda y logró convencer a Maximiliano de preferir el Imperio en México al reinado en Grecia, la otra opción para el príncipe de los Habsburgo.“El monólogo de Carlota es la voz de la locura, del odio, del amor y, por supuesto, de Maximiliano. En aquella época los reyes se sentían señalados por el dedo de Dios para gobernar no solo los países o imperios donde habían nacido, sino también otros. Pero el pobre Maximiliano no sabía gobernar, le encantaba ir a pasear a Cuernavaca a cazar mariposas, y de paso también cazó a la india. Le gustaba hacer giras por el

país, incluso se puso una corbata roja, símbolo de los liberales, mientras Carlota gobernaba el país. Porque ella fue la gobernadora de México durante esos años, a cargo de un imperio efímero”, completó Del Paso.Hugo Gutiérrez Vega dice- los monólogos de Carlota en Noticias del Imperio me recuerdan mucho a los de James Joyce y, como tapatío, dijo que eso le hizo también recordar que el primer traductor del autor de Ulises fue el también jalisciense Efraín González Luna, uno de los fundadores del PAN “en la época en que el PAN estaba alfabetizado”.Preguntó a su interlocutor lo qué había pasado con los conservadores de aquella época en comparación con los actuales.Para ambos, la oposición al Imperio usurpador tuvo en Juárez a su máxima figura, pero también a una generación que no ha vuelto a darse en el país, destacando a Ignacio Ramírez Calzada (El Nigromante), Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, Matías Romero. Eso contribuyó a la preservación de la República, incluso en andas cuando Juárez se llevó el archivo de la nación en carretas a una cueva de Torreón, y es tal vez la mejor de las contribuciones de un grupo que, aunque católico en su fe privada, defendió el laicismo como una de las bases más preciadas de la modernidad. Gutiérrez Vega Comparó a Del Paso como prosista a la altura de Juan Rulfo, Alfonso Reyes, Sergio Pitol, Martín Ruiz Guzmán, y lo ubicó en un lugar de honor entre ellos, porque siempre “es difícil escribir en prosa, y lo dice alguien que escribe en verso. 21

¿Qué se puede decir, sin caer en obviedades y lugares comunes, de quien se han escrito tantos excelentes estudios, a quien se le ha reconocido dentro y

fuera de su país, y ha sido celebrado con altos honores? ¿Qué decir de este escritor cuyo nombre suscita un sinnúmero de referencias, a este lúcido intelectual que se destaca en la novela, el ensayo, el teatro, la poesía, la plástica, el arte culinario?Siento que me invaden dos corrientes anímicas de distinta naturaleza: una me inclina hacia la alegría (celebrar la concesión del Premio FIL de Literatura 2007) y otra que parece arrastrarme hacia la angustia (por razones obvias: ¿qué más puedo añadir acerca de Fernando del Paso, a quien admiro como autor y respeto y quiero como persona?). Cada una de estas pulsiones me induce a escribir un texto distinto, uno objetivo de tono formal, académico, con datos curriculares verificables y otro de corte personal, con anécdotas y referencias a los años que tuve el privilegio de trabajar con Fernando del Paso en la Biblioteca Iberoamericana, a las sobremesas que me ha tocado en suerte compartir con él y con su esposa Socorro y en fin a la relación de amistad que hemos llevado durante ya algunos años... El dilema se entrecruzaba sin fatiga en mi cabeza, sin conseguir siquiera la frase inicial.La razón objetiva me dictó que comenzara estas líneas así: “Fernando del Paso nació en 1935 en la ciudad de México. Es autor, entre otros muchos libros, de cuatro novelas: José Trigo (1966), Premio Xavier Villaurrutia. Palinuro de México, Premio Novela México 1976, en 1982 Premio Rómulo Gallegos, y en 1985-86 el Premio Medicis al Mejor Libro Extranjero, en Francia. Noticias del Imperio se publicó en 1987, año en que ganó el Premio Mazatlán de Literatura. Linda 67, historia de un crimen, es una novela de corte policiaco, publicada en 1995”.Pero aquí ya empezó a darme fuertes, fortísimas descargas la otra corriente, la personal y subjetiva. ¿De verdad es tan importante en una ocasión como ésta limitarse a los datos y referencias bibliográficas

que se encuentran hasta en Internet? Basta con teclear “Fernando del Paso” en el buscador más accesible del mundo, para obtener 2’770 mil referencias, entre miles de artículos de prensa, bibliografías, biografías, entrevistas, etc. Así que no me limitaré a los datos curriculares. Me gustaría mucho más decir, por ejemplo, que Fernando del Paso es una de las personas que posee el mejor sentido del humor que yo conozca: como es un gran narrador, sabe contar los chistes con arte, y como tiene una memoria prodigiosa, conserva quizás miles en mente, pero sobre todo, atina a contarlos en el momento adecuado. Y no sólo chistes populares, también posee el ingenio de componer historias al vuelo, de deslizar en cualquier conversación la nota graciosa, de humor, muchas veces descomponiendo las palabras, a las que sabe sacarles jugo porque las conoce íntimamente y se tutea con ellas. Fernando del Paso estaría de acuerdo con el autor francés Alfred Jarry, padre de la Patafísica, quien dijo que lo único verdaderamente serio en la vida es el humor y que los juegos de palabras no son un juego.Pero aquí suena la alarma de la razón que me pregunta ¿en qué momento vas a decir que las novelas de Fernando del Paso son cumbres de la literatura? No basta con apuntar que es autor de tales títulos, hay que aclarar que se trata de obras magníficas que además de estar narradas con una cadencia y un ritmo pocas veces vistos en las letras hispánicas, exhiben un saber enciclopédico, como sólo había encontrado en la lectura de Flaubert y un trabajo con el lenguaje que recuerda a Joyce, a Lezama Lima. Desde las primeras páginas de José Trigo, el lector puede apreciar cómo su arte narrativo transfigura la realidad con poderosas e imborrables imágenes, en una literatura clarividente muy ligada a lo visual, a la iconografía. Del Paso es un acróbata de la inteligencia que reúne en su ejercicio razón e imaginación. Su gran proyecto literario abarca diversos momentos clave de la historia de México.De José Trigo, que celebró el año pasado los 40 de su aparición con una edición en Siglo XXI editores, Del

DULCE MARÍA ZÚÑIGA

Elogio de un escritor: Fernando del Paso

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Paso dijo: “José Trigo es la historia de un lenguaje con 1000 años de antigüedad, de las mitologías, el ferrocarril y sus movimientos y de México. Lo que yo pueda decir es nada. Sí se atreven a leer la novela sabrán todo y nada”. Fernando del Paso es uno de los autores que más conoce nuestro país y que más lo ha estudiado y verbalizado.México ha estado siempre en el centro de sus preocupaciones y exploraciones. Con técnicas literarias a la vez antiguas y vanguardistas, y con encendida pasión, da fuerza y consistencia a la tradición cultural del México contemporáneo, cohabitado por los indios herederos de las culturas prehispánicas y mestizos de mil razas. Franjas de la historia reciente de nuestro país han dado a este escritor los fundamentos para desarrollar, con imaginación y audacia, las obras que se han convertido en clásicos de la literatura mundial. Del Paso ha observado a México con microscopio, en sus más pequeños detalles y mínimos personajes, y también con el telescopio de una amplia perspectiva mundial.Pero aquí el ánimo personal me interrumpe y pide que diga que Fernando del Paso ha sabido encontrar el tiempo entre las largas horas dedicadas a la escritura, la lectura, las tareas que le requerían los años pasados

en Londres donde trabajaba para la BBC, o en París en Radio France Internationale, las obligaciones que asumió cuando fue Cónsul general de México en Francia, el ejercicio de la pintura y el dibujo y la atención que reclamaban sus cuatro hijos y Socorro, digo que encontró el tiempo para disfrutar de los placeres de la gastronomía: Fernando es un gourmet de buena cepa. No sólo degusta los platillos, también encuentra el encanto de la composición e invención: junto con Socorro publicó en francés Douceur et passion de la cuisine mexicaine en las Éditions de l’Aube, que contiene 151 recetas y 46 menús. Existe ya su versión en español, para delicia de nuestro paladar.No he querido dejar de mencionar que Fernando tiene un sentido del humor extraordinario, que es un gourmet selectivo, no se puede evitar decir tampoco que posee un gusto especial en la elección de los colores con que se viste (no es fortuito, ya he dicho que es un artista plástico reconocido, que ha expuesto su obra en galerías y museos, e inclusive tiene el suyo propio “Museo Fernando del Paso” en Colima, inaugurado el año 2006, donde se exhiben permanentemente las “Dos mil caras de cara al 2000”, más todas sus extensiones anuales). Fernando no pasa desapercibido cuando

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FERNANDO DEL PASO / FOTO: CORTESÍA FIL

llega a cualquier lugar vistiendo un traje amarillo o verde pistache, o una camisa rosa, o un traje blanco impecable y corbata añil. Fernando vive fascinado por el color, por los contrastes, por la paleta de mil colores.Tercera llamada de la razón que me acusa, ¿no vas a decir nada de Palinuro de México? Esa novela-prodigio que ha desmitificado grandes temas como el sexo, la escatología, el conflicto estudiantil de 1968, y citar por ejemplo a José Agustín, quien escribió:La parte correspondiente al movimiento estudiantil, es lo más profundo, más gozoso y más efectivo que se ha escrito acerca del 68…el universo de Palinuro rebasa a sus personajes y abarca algo que está muy cercano a la construcción de una nueva sensibilidad…la riqueza del lenguaje enfatiza una nueva actitud hacia la vida.El personaje Palinuro -nombre del timonel de la nave de La Eneida, de Virgilio -es un estudiante de Medicina, cuya historia se inicia a orillas del Danubio en 1918 y finaliza trágicamente en el célebre capítulo 54, que es una pieza teatral llamada “Palinuro en la escalera o el arte de la comedia. Obra en cuatro pisos con un prólogo en la planta baja, un epílogo en un desván y varios intermedios sorpresivos”, ahí Palinuro muere en el Zócalo capitalino a causa de los golpes propinados por los cuerpos policíacos en el mitin de la Plaza de las Tres Culturas del 2 de octubre de 1968. Además de la portentosa imaginación y la pirotecnia del lenguaje, de trata otra vez de una narración que implica conocimiento histórico, documental (sobre todo en Medicine) y un trabajo de escritura que le llevó diez años. Fernando declaró que cada vez que escribía una novela sufría, se aislaba, tomaba incontables cafés, se volvía irritable... lo podemos imaginar.Para no quedarnos con esta imagen de un Fernando irascible, puedo comentar que los años que trabajé en la Biblioteca Octavio Paz, han sido de los mejores en mi experiencia en la UdeG: Fernando es un Jefe ideal.Dirige sin presionar, infunde respeto naturalmente (y respeta a todos, a cada uno de los compañeros), convoca voluntades y sabe gestionar y obtener beneficios para la Biblioteca por su capacidad para argumentar y sostener una idea.

Creo que la Universidad de Guadalajara es una gran privilegiada: ¿qué mejor director podía tener esa Biblioteca? El año 2006 se le otorgó el nombramiento de Profesor Emérito, como una merecida y simbólica retribución por haber elegido a la Universidad como su institución y a Guadalajara el lugar donde ha decidido vivir.Estoy oyendo un murmullo, ése sí irritante, que me insiste: ¿Y de Noticias del Imperio, ni una palabra? No, no puede ser. Noticias del Imperio, narra la trágica aventura mexicana de Maximiliano y Carlota de Habsburgo. En 1988, con sus casi 700 páginas, la novela se convirtió en el libro más solicitado en las librerías, y en abril del 2007 fue declarada la mejor novela mexicana de los últimos 30 años, según una encuesta realizada por la revista Nexos entre 60 intelectuales y escritores.Diré cuando menos de esta obra monumental, que está dividida en tres libros: el monólogo interno de Carlota inmersa en su locura; la crónica histórica a veces irónica y a veces crítica; y la novela, que cruza y entreteje las vidas de Benito Juárez con la de los emperadores; las ambiciones de México contrapuestas a las de Francia.Sobre Noticias del Imperio, del Paso afirmaba: “Mi interés por ese periodo nació en la primaria, cuando me enteré que habíamos tenido un emperador y una emperatriz. Me vino la idea de escribir una novela sobre Maximiliano y Carlota, pero al ir documentándome descubrí que más que una tragedia personal de los emperadores me importaba recrear las intrigas internacionales, ambiciones desmedidas y mezquindades que produjeron esa tragedia. Más que el melodrama personal de Maximiliano, Carlota y Juárez, la novela es en el fondo, el melodrama histórico de Francia y México.Imposible agotar la obra monumental de un autor monumental, en unas cuantas páginas… la pretensión de estas pocas palabras era hacer el elogio de un escritor, de una persona, que los merece todos. Y, como siempre, recordar que el mayor homenaje a un autor –quizás el único válido- es leer sus libros, adentrarse en su universo.24

Las películas emocionantes cautivaron al público. Las manos seguían levantándose para hacer preguntas a los directores, escritores y

productores, quienes seguido respondían con respuestas aún más conmovedoras que las articuladas preguntas presentaban, durante las participativas sesiones de preguntas y respuestas que seguían las proyecciones. Mientras que típicamente alguien del público preguntará sobre el costo de una película, parecen olvidar que el presupuesto a menudo depende de la inventiva del individuo y de las conexiones personales. Sin embargo, prolongadas preguntas y respuestas ocasionan que a la gente se le haga tarde y que salgan corriendo por los abarrotados pasillos para alcanzar la próxima película en una de las trece salas de los modernos Regal Theaters en el centro de Los Ángeles, uno de los diversos lugares utilizados para el 16° Festival de Cine de Los Ángeles en 2010. Este festival trajo al público una mezcla fuerte de cine independiente o indies, que fueron proyectados Junio 17-27. Entre los más de 200 filmes, hubo premieres mundiales de estudios de cine, documentales, filmes narrativos, cortos y videos musicales. ¡Catorce de estos filmes fueron sólo de Latinoamérica!

El film ve al mundo desde una particular perspectiva. De la misma forma, el espectador interpreta la versión artística del cineasta desde su respectiva experiencia. Expresiones se enfocó primariamente en filmes mexicanos y latinoamericanos, pero también alcanzó a las culturas lejanas con renovada visión para cincelar la perspectiva y apreciación por lo que es nuestro.

Al entrar a la sala de cine y las luces se apagan, el filme nos pone en un trance. Las películas de nuestro país nos dan una sensación de identificación. Los recuerdos se activan. Quizá hasta nostalgia. Los filmes internacionales nos permiten viajar por el mundo sin pasaportes ni maletas. Nos sumergimos en historia política, lenguas extranjeras y culturas, convirtiéndonos así en testigos de dramas conmovedores tomados de la historia actual o de la imaginación creativa. Entendiendo que los filmes con comentarios del mundo y que las nuestras, han sido una serie de décadas turbulentas que han provisto de mucho grano para el molino artístico, en el moderno centro de Los

Ángeles, donde la mayor parte del festival tiene lugar, encontramos un banquete visual. A diferencia de los titulares de prensa y la cobertura televisiva de eventos mundiales, los filmes nos llevan más profundamente en

WILLIAM ALEXANDER YANKES

Traducción de Marisa Van Dick

PARTE I

El Cine es Poder

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la historia humana. Nos volvemos cómplices en cada una de las viñetas representadas de la vida.

Este festival de cine nos dio un particular sentido estético del pulso de los temas que envuelven al globo: tráfico de drogas, violencia urbana, secuestros, dictaduras, traumas familiares y dilemas, colapsos económicos, guerra, sistemas legales y gobiernos corruptos. Sin excluir desastres naturales… pero también nos dio historias de amor y belleza que intoxican los sentidos…

El 2010 celebra el Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia de México. Hubo un número de producciones examinando la vida mexicana desde una variedad de perspectivas. La mayor audiencia para una presentación de un filme latinoamericano se reunió para ver Revolución, un collage de 10 cortos producidos por 10 directores: Mariana Chenillo, Fernando Eimbcke, Gael García Bernal, Rodrigo García, Diego Luna, Gerardo Naranjo, Patricia Riggen, Amat Escalante, Rodrigo Plá y Carlos Reygadas. El tema que los unió era el representar la Revolución Mexicana (1910-1917) en sus manifestaciones actuales. El productor Pablo Cruz dijo: “México tiene voces poderosas (en cine), desde las más artísticas hasta las más comerciales”. Alguien en el asiento atrás de mí exclamó en respuesta, “Así es. El cine es poder”.

En R-100, dirigida por Gerardo Naranjo, la desesperación económica llevó a un hombre a cometer actos de violencia que resultaron en asesinato. Hay una escena que sugiere homenaje a uno de los escritores destacados del periodo post-revolucionario, quien escribió sobre temas revolucionarios, Juan Rulfo, y su historia “¿No oyes ladrar a los perros?” de su colección El llano en llamas. El desenlace implica

un futuro preñado de incertidumbre. En Este es mi reino, Carlos Reygadas nos lleva a una fiesta en el campo. Cada persona entre los veinte o treinta participantes habla acerca de sus propios puntos de vista. Nadie parece preguntar sobre los otros y los presentes sólo están conectados por la embriaguez. Luego estalla una gigantesca hoguera, después de que un auto es vandalizado y quemado, despertando a los ebrios juerguistas. Muestra los excesos por los que los mexicanos se burlan de la desgracia, mientras que adormecen su dolor existencial. Rodrigo García es el director de La 7th y Alvarado, un cortometraje en cámara lenta sin diálogo, enfocándose predominantemente en el centro mexicano de Los Ángeles. Una multitud de personas color marrón aparecen congeladas en el cuadro, en la pose de caminar por la calle. La imagen sugiere el tamaño de esta población inmigrante en un escenario que revela una herencia mixta. Una famosa cafetería judía está ubicada al centro de la pantalla, pero otros cuadros muestran un número de anuncios de negocios en español. A nivel de la calle, juzgando por los peatones, se muestra que México está retomando su territorio de los Estados Unidos, pero desde el segundo piso de estos rascacielos, la arquitectura es distintivamente representativa de Europa y Anglo América. Entonces el pasado irrumpe en el presente cuando jinetes fantasmales a caballo, soldados de Pancho Villa armados hasta los dientes y portando sus sombreros, galopan en el boulevard y en la banqueta en cámara lenta entre la multitud imperturbable de peatones congelados en el cuadro, yuxtaponiendo así los períodos de tiempo mientras sugiere que una de las causas tempranas que impulsaron esta masiva inmigración al norte de la frontera Mexicana, fue el conflicto México-Estados Unidos. Es un efectivo resumen visual de la historia, sin que una sola palabra haya sido pronunciada.26

PRESUNTO CULPABLE (2008)DIRECTOR: ROBERTO HERNÁNDEZ

En otro corto titulado 30-30, Rodrigo Plá combina el patriotismo con el sarcasmo e hipocresía, mientras rinde homenaje a la memoria de Pancho Villa, el norteño mexicano y libertador de los pobres. En este elocuente film el nombre del líder revolucionario es usado para una campaña política. El nieto del revolucionario, un hombre sexagenario que se parece a él, es arrastrado por el país como una figura para fines electorales. Ingenuamente prepara un discurso pero cuando se acerca el micrófono para darlo, es removido del podium. Los asesores de campaña lo utilizan para caminar a su lado en desfiles, cortar listones e inaugurar escuelas y hospitales para la gloria de los políticos. En ruta a la próxima reunión política, el nieto de Villa está cada vez más decepcionado. Le dice al chofer que se detenga. Pide que lo lleven a casa. Se da cuenta de la manipulación a la que lo han sometido y cómo los ideales de la Revolución Mexicana y los sacrificios de su ancestro han sido contaminados, palidecidos y perdidos. Este corto nos recuerda que con el paso de las generaciones cada revolución y ráfaga de idealismo atraviesan por una ruta circular similar.

Lucio, dirigida por Gael García Bernal, consiste en una reflexión acerca de los símbolos y las acciones con mensaje patriótico. El corto siguiente, La tienda de Raya, dirigida por Mariana Chenillo, muestra cómo el capitalismo moderno explota a sus sirvientes. A una empleada de un mercado de comida, le pagan con cupones para ser canjeados en la empresa, en lugar de en efectivo que pudiera liberar sus opciones. Esta cajera en sus cuarentas, es despedida porque se queja por la flagrante falta de respeto a sus derechos, mientras la mantienen dependiente del poder corporativo para su sustento. En El cura Nicolás colgado, un sacerdote es colgado a raíz que perdió su fe en Dios. Unos niños

lo rescatan de la muerte, pero su supervivencia sólo prolonga su desilusión con la realidad. Pacífico, de Diego Luna es una incongruencia a la turbulencia interna del protagonista, al buscar en su casa de playa, los sueños perdidos.

Patricia Riggen dirigió Lindo y querido, el título tomado de la famosa letra cantada por el icónico Jorge Negrete. Una pocha americanizada (méxico-americana), cumple el sueño de su padre muerto de ser enterrado en su lugar natal, al manejar hasta México con el cuerpo de su padre amarrado en el asiento trasero. Lo viste con sombrero y lentes oscuros para ocultar sus ojos sin vida. Ella sostiene su posesión más preciada, un revólver que su abuelo paterno utilizó durante la Revolución Mexicana. Pero cambia de opinión y lo deja en México donde su símbolo tangible de idealismo es más apreciado. Esta viñeta salpicada de humor, implica cómo la mayoría de los mexicanos cruzan la frontera norte a los Estados Unidos a trabajar. Los años pasan, crían familias y quedan atrapados entre las dos culturas e idiomas, lejos de su patria, su cultura y su gente – pero sus lealtades y sus corazones, nunca cruzan al norte –.

En La Bienvenida, dirigida por Fernando Eimbcke, un músico que toca desafinado la tuba, es miembro de una banda. Sus responsabilidades en casa le impiden practicar. Pero entonces, él se dedica con gran esfuerzo y sacrificio a practicar por la noche para la presentación de la banda para honrar la llegada de un político de la Ciudad de México, a este pueblo lejano. La banda espera y espera, dándose por vencidos y se marchan todos, excepto nuestro músico que se queda atrás practicando solo. La cámara mira al solitario y polvoriento camino, mientras el músico toca para el representante de gobierno que nunca llega. 27

EL INFORME TOLEDO (2008)DIRECTOR: ALBINO ALVAREZ G.

FOTO: MARCELA TABOADA

Entonces Circo, dirigida por Aaron Schock, un Americano que estaba en búsqueda de encontrar una historia mexicana para hacerla película, tropieza con un circo. Aún cuando el director admitió a Expresiones no haber pensado el tema de inestabilidad, inunda la historia—junto con resistencia. Este es un circo ambulante que viaja por todo el país en una época de gran competencia por audiencia entre las compañías de circos ambulantes. La familia que lo maneja le permite al espectador penetrar a la intimidad de la vida de circo. Desde la infancia hasta la edad adulta, la familia vive para perpetuar este negocio errante. Hay un frágil balance entre la vida en el circo como negocio y las pruebas y tribulaciones de la unidad familiar ocasionada por ella. La tenue línea entre la fuerza de la cuerda sostenida por una estaca clavada en el suelo para sostener la carpa construida para acomodar cerca de trescientas personas, capacidad que raramente se llena, es tan frágil como su supervivencia financiera y emocional – una precaria estabilidad que insinúa las múltiples cuestiones perjudiciales de México que lo devoran. La explotación de los hijos del hombre del circo, que dicho por su madre con lágrimas, “trabajan duro. Trabajan muy duro” es una opinión contrarrestada por la de su padre, un hombre analfabeta que siente que “mis hijos son trabajadores de día. Pero de noche se vuelven artistas”. La constante vida errante de gitanos se opone a la estabilidad. Construir amistades y una educación, es comparado a “vivir en una casa” y el estancamiento de espíritu que implica. Circo es una vida difícil que lleva alegría y juegos de destreza a pueblos remotos y a la gente sencilla que se disfruta de las distracciones que ofrece a los problemas de la vida. También es una metáfora para los riesgos inherentes de vivir.

El Informe Toledo, dirigido por Albino Álvarez Gómez, es una película biográfica de Francisco Toledo, un celebrado pero controversial artista quien está impregnado en la sociedad indígena oaxaqueña, que ha inspirado sus litografías expresionistas y sus esculturas abstractas, ricas en simbolismo. Su trabajo es inspirado al haber sido testigo de la difícil situación del pueblo indígena del sur de México, tradicionalmente en conflicto con el México blanco y el gobierno militar. Pero su trabajo fue también producido en Francia donde buscó refugio de las amenazas de muerte con la ventaja de la distancia, explotando su memoria emocional para el desarrollo de sus temas. Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, ambos renombrados escritores mexicanos y defensores de los oprimidos, están entre las celebridades que aparecen en este documental con

sus voces únicas en el elogio a Francisco Toledo por la franqueza, madurez y valor político que ha demostrado en su representación pictórica de los indígenas.

Presunto Culpable, dirigida por Roberto Hernández y Geoffrey Smith, es una crítica mordaz del sistema legal mexicano, sobre las condiciones carcelarias, sus cortes, sus procesos de investigación, su miserable trabajo policiaco y el sello de sus fiscales y jueces. Este documental examina la corrupción, injusticia y mal uso de poder superpuestos por los históricos conflictos raciales en lo profundo del sistema criminal legal mexicano, enfocándose en la historia de un hombre que fue acusado injustamente de asesinato, por el que inicialmente fue sentenciado a 20 años en prisión. El filme muestra la burla que los jueces hacen a la evidencia física y a la atroz indiferencia por la vida humana; especialmente cuando la vida en cuestión es la de un pobre indio mestizo. Un investigador de la policía decide arbitrariamente acusar a un hombre de un crimen. Escriben un informe del fiscal y el juez lo presenta como la verdad en el expediente judicial. “Tu fuiste y ya… Y no te hagas pendejo” es una de las líneas pronunciadas por el detective que arrestó al presunto asesino, crucificando así al acusado, exponiéndolo al encarcelamiento sin juicio, evidencia creíble o testigos intachables que la corroboren. Se requirió una cámara a cargo de estudiantes mexicanos de leyes en la Universidad de California en Berkeley para persuadir a la corte mexicana de apelaciones, para que admitieran que el proceso judicial hizo mal a un hombre inocente simplemente porque el fiscal estaba del mismo lado que el juez que acogió los prejuicios culturales de la elite del poder. Algunas cifras estadísticas se muestran en pantalla, apuntando a un 90 por ciento de falta de evidencia de culpabilidad. Este inquietante documental debería atraer la atención de los tribunales internacionales de justicia para acusar a los que están en el poder y revisar el sistema para purificarlo de la corrupción. Los urgentes cambios no pueden ocurrir solamente a través de protestas individuales, cartas, demostraciones públicas con cornetas y mantas – ni siquiera con elecciones abiertas y democráticas– sino a través de una investigación a fondo de una práctica histórica manchada por connotaciones raciales que ha estado en efecto probablemente desde la conquista de México. Me atrevo a decir que esta no es una película importante sólo por el aniversario de la Revolución Mexicana, sino para que pueda servir como esfuerzo fundamental para alterar drásticamente la forma en que el ámbito de justicia opera en México, así como en los Estados Unidos y en otros países de América.28