Fray Mocho - El Clac de Sarmiento

download Fray Mocho - El Clac de Sarmiento

of 2

Transcript of Fray Mocho - El Clac de Sarmiento

  • 7/31/2019 Fray Mocho - El Clac de Sarmiento

    1/2

    EL CLAC DE SARMIENTO.

    (Recuerdos de Entre Ros)

    Jos S. lvarez (Fray Mocho)

    Era en 1874, creo que en mayo.

    Unos cuantos muchachos que estbamos encerrados entre las cuatro paredes de aquellegendario colegio del Uruguay que tantas glorias ha dado a la poltica, a la ciencia y a lasletras argentinassupimos con gran alborozo una maana, que ese da no haba clase.

    No haber clase? Recuerdan los lectores lo que es esta noticia para un colegial?

    La muerte de un emperador, un crac en la bolsa, los amores de un papa... nada iguala enimportancia: todo es pequeo no ms ante ello !..

    Enterada la clase de la fausta noticia, vinimos a saber que se festejaba la llegada al pueblo-nada menos que a la Concepcin del Uruguay!- del excelentsimo seor Presidente de la

    Repblica, doctor don Domingo Faustino Sarmiento, personaje cuyo nombre y significado eranpara muchos de nosotros payucases que nos estbamos limando y puliendo en aquel tallerdonde tantos, entrados en nuestras mismas condiciones, haban salido transformados en gallosperfectos y totalmente desconocidos.

    Acaso nosotros nos ocupbamos del presidente, de sus ministros, ni de nadie que no fuerarelacionado con las cuatro paredes que nos encerraban, privndonos de libertad, que era nuestroanhelo? Demasiado tenamos que hacer con los titeos a los profesores, los robos de comestiblesal vecindario, las peleas caseras sobre si Mario tena ms valor que Sila o sobre si Yugurta tenauna o dos verrugas en la nariz, para ir a ocuparnos todava de presidentes y gobernadores, de lapoltica y de gente que no era colegial! Porque para nosotros no ser colegial, era algo as comoser microorganismo insignificante.

    Nuestros caudillos, los que nos apasionaban, eran hombres de la historia griega y romana,caballeros de la Edad Media, los convencionales del 93, y, finalmente, Napolen, a quien leconocamos la vida y milagros, llegando hasta inventarle frases ampulosas, de corte ciceroniano.

    Los hombres de la vida contempornea no existan para nosotros, y menos existan los delpas. Quin se iba a ocupar de ellos si no eran colegiales?

    El rector, conociendo su gente, nos reuni en el patio y nos proclam, queriendoinfiltrarnos un poco del entusiasmo que a l lo dominaba; no era para menos: tena un miedobrbaro de que lo destituyeran, como despus ocurri. A nosotros, del discurso, no nos quedsino esto: que habra salida despus que el encumbrado personaje nos visitara.

    A la una de la tarde son la campana, tocada por Vizcacha, el portero legendario, y todoscorrimos a formar en la galera. All estbamos graves, atentos, esperando la visita. De repentese abre la puerta de hierro, maciza y pesada, y aparece el encumbrado personaje seguido de unamultitud de pecheras blancas y de caballeros engalonados. Sarmiento, con su aire petulante quea la legua lo denunciaba, comenz a mirarnos y a revistamos con ojos de persona entendida. Letomamos olor a maestro de escuela, instintivamente. Tena un clac en la mano, prenda queninguno de nosotros conoca: eso, recuerdo, fue lo nico que nos llam la atencin en elPresidente de la Repblica.

    Una frase comenz a correr en las filas.

    Mir, che... qu sombrero! Dnde se pondr la cabeza?

    Ya los ojos se me llevaban la curiosidad, tal era aquella prenda de rara y de una forma no

    soada. El seor Presidente, con su aire de suficiencia, nos examinaba y miraba al rector, que,sabindolo sordo cosa que ignorbamosse vea en aprietos para hablar sin ofender su

  • 7/31/2019 Fray Mocho - El Clac de Sarmiento

    2/2

    susceptibilidad; de repente un indiscreto rayo de sol vino a quemar aquel crneo presidencial,pelado como una piedra. El personaje toc el resorte de su sombrero y, ste, al armarse,satisfizo nuestra curiosidad y nos arranc una carcajada homrica, y tras ella otra y otra.Aquello era tremendo: el rector estaba plido. Sarmiento, indignado, nos dirigi una alocucinen que nos dijo que ramos unos brbaros, dignos hijos de una provincia que degollaba a susgobernantes y donde los hombres buscaban la razn en el filo de sus dagas; que ms queestudiantes parecamos indios!

    Alguien ensay una silba: fue la seal.

    El Presidente y su comitiva traspusieron la pesada puerta en medio de una rechifla sinigual, que horas ms tarde durante la manifestacin que el gobernador Echage y su ministroFebre le haban cuidadosamente preparadose repiti, habindonos mezclado nosotros a lamanifestacin.

    El rector por poco no lloraba!

    Pasaron los das, y algunos diarios de Buenos Aires fueron al colegio. Era de ver cmonos pintaba, cmo nos pona! Nos calificaba de "horda salvaje que obedeca al ltigo del

    caudillo Jordn", y de "lobeznos que se alimentan con sangre". Y esto era lo de menos!Se atribua un mvil poltico, a lo que era slo producto de un clac presidencial; lo cierto

    es que este hecho nos ense a saber, por experiencia, cmo se escribe la historia!

    Jos S. lvarez- Naci en Gualeguaych en 1858. Finalizados sus estudios primarios ingres en el Colegio de Concepcin delUruguay, y viaj luego a Buenos Aires y de all a Paran, con una beca para la Escuela Normal de la capital entrerriana, de donde fueexpulsado por un hecho disciplinario. Retorn entonces a Buenos Aires, ingresando en la polica, que fue el primero de varios cargospblicos que desempe. Pas por las redacciones de "El Nacional" y "La Nacin", y en 1897 fund con Mayol y Pellicer la revista"Caras y Caretas".

    Sus libros, de incalculable riqueza en materia de lingstica, elementcos folklricos y costumbres, fueron "Esmeralda" (1882);"Reglamento para la Comisara de Pesquisas" (1887); "Vida de los ladrones clebres de Buenos Aires y su manera de robar" (1887);"Memorias de un vigilante" (1897); "Un viaje al Pas de los Matreros. Cinematgrafo criollo" (1897); "En el mar Austral. Croquisfueguinos" (1897); "Cuentos de Fray Mocho" (1906), y "Salero Criollo" (1920)*. Las dos ltimas, obras pstumas.

    Todos los bigrafos de Fray Mocho coinciden en sealar su estilo agudo y su sagacidad en la observacin, herencia indudable de

    una escuela periodstica.Manuel Glvez lo defini as: "como Jos Hernndez, como Sarmiento y como Mansilla, realiz la paradoja de ser un gran

    escritor que escriba mal...".

    "EL CLAC DE SARMIENTO" pertenece a su obra"Salero Criollo", volumen que incluye colaboraciones aparecidas en diarios yrevistas, algunas de ellas firmadas con el seudnimo deNemesio Machuca.