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Bogotá D.C. Nº 81, domingo 25 de septiembre de 2005 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected] Entrevista Biopiratería, saqueo a la naturaleza. 20 Corte Constitucional avala la autonomía universitaria. Editorial 18 Economía Tesis y antítesis de las fusiones bancarias en Colombia. 6 Negociaciones deberían promover el desarrollo Antes que fortalecer la competencia, la eventual unión de Telecom con Telmex o con Telefónica la debilita, pues se está abriendo el camino a la afirmación de un duopolio.. 2 Los crímenes de la Guerra Fría Desde Jonh F. Kennedy hasta Jorge Eliécer Gaitán, muchos fueron los asesinatos políticos que durante 40 años contribuyeron a congelar las relaciones internacionales y llenaron de mitos la historia mundial. 12 Investigación Microorganismos de los suelos arroceros, tolerantes al glifosato. 4 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Nuevos partidos o renovación de los viejos son las tendencias a las que le apuestan los jóvenes cuando incursionan en política. Aunque a esa edad defender un ideal de país parece extraño en Colombia, no lo es para un grupo de 100 muchachos de ocho corrientes ideológicas que participan de un diálogo reflexivo promovido por la Organización de Estados Americanos, la Universidad Nacional y el Banco Inte- ramericano de Desarrollo, para la promoción de la democracia. “Una sociedad que esconde sus conflictos termina resolviéndolos a plomo”, fue una sentencia que cuestionó a movimientos indígenas, cristianos, comunitarios, tradicionales y alternativos de derecha e izquierda que, sin renunciar a sus formas particulares de entender la administración del poder, se están preparando para escuchar al otro y construir las soluciones que reclama Colombia. P ÁG 14 Guillermo Flórez P. Un diálogo joven para una democracia madura La Universidad Nacional, garante de pluralidad, es el escenario donde se repiensa el país. En ella se reúne una muestra diversa de las corrientes ideológicas para construir nación.

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Bogotá D.C. Nº 81, domingo 25 de septiembre de 2005 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected]

EntrevistaBiopiratería, saqueo a la naturaleza.

20Corte Constitucional avala la autonomía universitaria.

Editorial18EconomíaTesis y antítesis de las fusiones bancarias en Colombia.

6

Negociaciones deberían promover el desarrolloAntes que fortalecer la competencia, la eventual unión de Telecom con Telmex o con Telefónica la debilita, pues se está abriendo el camino a la afirmación de un duopolio..

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Los crímenes de la Guerra Fría

Desde Jonh F. Kennedy hasta Jorge Eliécer Gaitán, muchos fueron los asesinatos políticos que durante 40 años contribuyeron a congelar las relaciones internacionales y llenaron de mitos la historia mundial. 12

InvestigaciónMicroorganismos de los suelos arroceros, tolerantes al glifosato.

4

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

Nuevos partidos o renovación de los viejos son las tendencias a las que le apuestan los jóvenes cuando incursionan en política. Aunque a esa edad defender un ideal de país parece extraño en Colombia, no lo es para un grupo de 100 muchachos de ocho corrientes ideológicas que participan de un diálogo reflexivo promovido por la Organización de Estados Americanos, la Universidad Nacional y el Banco Inte-ramericano de Desarrollo, para la promoción de la democracia. “Una sociedad que esconde sus conflictos termina resolviéndolos a plomo”, fue una sentencia que cuestionó a movimientos indígenas, cristianos, comunitarios, tradicionales y alternativos de derecha e izquierda que, sin renunciar a sus formas particulares de entender la administración del poder, se están preparando para escuchar al otro y construir las soluciones que reclama Colombia. PÁG 14

Guillermo Flórez P.

Un diálogo joven

para una democracia madura

La Universidad Nacional, garante de pluralidad, es el escenario donde se repiensa el país. En ella se reúne una muestra diversa de las corrientes ideológicas para construir nación.

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Página Web: http://unperiodico.unal.edu.co Versión Internet: UNDigital Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 - 316 5000 extensión: 18384 / Fax: 3165232 Edificio Uriel Gutiérrez Transv. 38 Nº 40-01, piso 5º. ISNN1657-0987

¿Cuál puede ser el futu-ro de una nación, cuyos sec-tores financiero, energético, acueducto, de telecomunica-ciones y demás están contro-lados o fuertemente influen-ciados por extranjeros?

La nación no solo la conforman su territorio, sus costumbres, su idioma, sus tradiciones sino también sus empresas construidas a través de largos y tortuosos años de esfuerzo colectivo. Las empresas hacen parte de la identidad nacional.

La historia demuestra que todas las naciones que han ocupado un puesto dig-no en el concierto internacio-nal, que han sido solidarias y mejorado la calidad de vida de sus habitantes, lo han al-canzado gracias a una gran autoestima nacional y nin-

guna a través de mesías ex-tranjeros. Ningún pueblo ha salido adelante renunciando a los mecanismos de cons-trucción colectiva de riqueza tanto material como cultural, es decir renunciando a sus empresas.

Lo anterior no significa que se le tema a la competen-cia sectorial, o que se rechace inversión extranjera, o se nie-gue la ciencia y la tecnología que puedan aportar los ex-tranjeros. Tampoco, que se deba tolerar empresas inefi-cientes y corruptas, pero la ineficiencia, la corrupción y también las virtudes, no son patrimonio exclusivo de las empresas estatales o priva-das colombianas, también se encuentra corrupción, inefi-ciencia y virtudes en el sector privado extranjero, si no re-cuérdense los recientes gran-des escándalos de corrupción en las transnacionales priva-das de telecomunicaciones, escándalos que ascienden a miles de millones de dólares.

En el caso de la posible fusión1 de Telecom y Telmex

se justifica sobre tres grandes supuestos: se dinamizará la competencia como mecanis-mo para reducir tarifas, se mejorará la calidad y amplia-rá la cobertura de los servicios de telecomunicaciones sobre la base de una transferencia tecnológica, y se presentará una gran inyección de capital no solo a Telecom sino a la economía en general.

Competencia

En América Latina, y particularmente en el norte de Suramérica, existe una tendencia a la consolidación de un duopolio integrado por Telefónica de España y Tel-mex de México con unos 100 y 97 millones de usuarios res-pectivamente, diseminados literalmente en casi todos los países de la región.

También es claro que, por tendencia natural, los duopolios tratan de pactar, por debajo de la mesa, tari-fas y calidad, y que los entes reguladores, de vigilancia y control, poco o nada pueden hacer para supervisarlos; sin

ir muy lejos, ¿los colombia-nos2 no fuimos acaso victi-mas de todo tipo de atrope-llos tarifarios por parte de las compañías duopólicas celu-lares?; ¿el Gobierno no su-frió por parte de las mismas las más diversas presiones, enmascaradas con leguleya-das, cuyo único fin era el de retrasar o impedir el ingreso de un tercer operador que garantizaría una real com-petencia, buena calidad del servicio y control tarifario? El señor Carlos Slim3, dueño de Telmex, en su reciente vi-sita a Bogotá, ya anunció el aumento, al declarar que las tarifas en Colombia eran muy “bajas”.

La posible fusión de Te-lecom con Telmex o con Te-lefónica, no fortalece la com-petencia; todo lo contrario, la debilita, puesto que se está impulsando un duopolio de facto.

Transferencia tecnológica

Tanto Telmex como Te-lefónica tienen un bajo re-

conocimiento mundial por investigación en ciencia y tecnología; son operadores de servicios de telecomuni-caciones que compran tec-nología como caja negra y la incorporan en sus filiales. La tecnología que poseen es la misma de EPM, ETB o Tele-com, que se consigue direc-tamente con los fabricantes mundiales. En el Memorando de Entendimiento no exis-te la mínima alusión sobre cómo impulsar la ciencia y tecnología, la transferencia de la misma, la necesidad de fortalecer la ingeniería nacio-nal, o la unión de voluntades para formar recurso humano nacional.

Con esta fusión no exis-tirá transferencia de tecnolo-gía por el simple y elemental hecho de que tanto Telmex como Telefónica no la gene-ran, no crean tecnología en calidad ni volumen recono-cido, no han estado ni están interesadas en impulsar la ciencia, el conocimiento o la ingeniería en los países don-de operan.

Grupo de Investigación de Teleinformática de la Universidad Nacional de

Colombia (Gitun).

Competencia, tecnología e inyección de capital no pasan de ser promesas fácilmente contraargumentables en el caso de Telecom, cuya fusión se explica por el afán de Telmex y Telefónica de repartirse el negocio de las telecomunicaciones en América Latina. Un conglomerado de empresas colombianas haría competencia viable al desventajoso duopolio que se quiere consolidar en el país.

Las telecomunicaciones colombianas: fortalecidas odesposeídas

Leonardo Cuéllar.

Las empresas de capital público como Telecom, ETB y Colombia Móvil registraron en 2004 un ingreso de US $1.750 millones, que duplica al de cualquier operador extranjero ubicado en Colombia.

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Inyección de capital

En el Memorial de En-tendimiento entre Telecom y Telmex, en virtud del cual las partes manifiestan su deseo de concurrir conjuntamen-te a través de una fusión, al negocio de suministrar servi-cios de telecomunicaciones, ésta última asume el control de la fusión con 50% más una acción, y lo ratifica: “xiv. Se estipulará que el manejo co-tidiano de los negocios de la Compañía será supervisado y controlado por Telmex”.

De acuerdo con el cita-do memorando, Telmex asu-me el control total con un aporte de capital de US $350 millones5, distribuidos en US $90 millones en especie me-diante la fusión de Telmex de Colombia S.A., y US $260 millones en efectivo. Además se le reconoce, por ejercer el control de la empresa, un “fee”, es decir una suma adi-cional del 3% de los ingresos netos, que significa una cifra promedio anual de $100.000 millones.

Razonando como cam-pesino sano, si con US $350 millones Telmex asume el control de la empresa, la otra parte, es decir Telecom, está haciendo un aporte inferior a esta cifra, entonces, ¿quién, cuándo y cómo se cuantifi-caron los aportes de Colom-bia Telecomunicaciones por una cifra inferior a US $350 millones? Más aún, en el Me-morando de Entendimiento se explicita: “Las partes con-tratarán de común acuerdo el asesor que haga un ava-lúo técnico de Telecom4 y de Telmex Colombia S.A. utili-zando el mismo método de valorización”. ¿Lo anterior no implicaría que se está acep-tando de antemano perder el control de la fusión sin tener idea de cuál es el aporte real de Colombia? ¿Se considera a priori que Telecom vale me-nos de US $350 millones?

Conglomerado para el desarrollo

Por otro lado, de acuer-do con el informe de la Con-traloría de Bogotá, el flujo de caja de Telmex sería como se indica en el cuadro anexo5. Es decir, después de cuatro años y medio Telmex no solo ha-bría recuperado la inversión inicial sino que comenzaría a recibir utilidades. Este plazo se puede reducir, aún más, si a la fusión se le incorporan servicios de valor agregado y de información, y la sinergia

pactada exclusivamente con Comcel sobre telefonía mó-vil celular. En términos más simples, antes que Colom-bia reciba capital fresco, nos convertimos en exportadores netos del mismo.

Tan reales son la entre-ga efectiva de Telecom6 como las debilidades conceptuales de las bases para la fusión: la transferencia tecnológica, la inyección de capital y el fomento de la competencia, como es el dinamismo del desarrollo de las telecomu-nicaciones, entonces surge

fija local, larga distancia na-cional e internacional, servi-cios de valor agregado, voz IP, banda ancha, televisión por cable, radiodifusión sonora, servicios celulares y servicios de información dentro de un ambiente de competencia con sentido social del capital. Dicho con otros términos, en Colombia sí existe el pulso financiero nacional, sí existe la experiencia sectorial para crear un tercer operador que enfrente de manera efectiva a Telefónica y a Telmex con las ventajas propias de la com-

Tanto Telmex como Telefónica tienen un bajísimo reconocimiento mundial por investigación, ellos son operadores de servicios, que compran tecnología como caja negra y la incorporan en sus filiales.

Paisaje de lamovilidad

MARÍA ELENA BERNALNoticia sobre la autora

Medellín 1947-Bogotá 2004. Recibió su grado en Be-llas Artes en la Universidad de los Andes en 1973, y su Maestría en Artes Plásticas y Visuales en la Universidad Nacional de Colombia en 2003. Participó en numero-sas exposiciones individuales y colectivas como el XXVIII Salón Nacional de Artistas (4º premio, 1980) y en el XXVI (mención especial,1976); la XI Bienal Internacional de Ar-te de Valparaíso (Chile, 1994) y la Bienal de Grabado en Curitiva (Brasil, 1984), entre otras. Activa académicamen-te desde 1974, y docente de la Universidad Nacional desde 1982; obtuvo su titularidad en 1997 con la pintura-ins-talación Sustancia-Despojo. Dirigió el Museo de Arte de la Universidad Nacional entre 1984 y 1990, revitalizándolo con la implementación de las áreas de Educación, Docu-mentación y Archivo. Gestó el proyecto transdisciplinario “Armero: Huellas despobla-das” (1998-2004) como ex-tensión del museo hacia la comunidad. Trabajaba con Cristóbal Schlenker en el proyecto de investigación-creación “Senderos” sobre intervenciones artísticas en el campus. En 2004, la Uni-versidad Nacional de Colom-bia le otorgó la Distinción Academia Integral Meritoria.

Noticia sobre la obraPintura-instalación,

2003

“Cada entorno, cuando lo miramos, en realidad no es sólo lo que nos rodea. Es más lo que está en aquello que evoca los pasos de ‘las pre-sencias-ausencias’ como un acto de resistencia a desapa-recer. Huellas de lo que hay debajo de las corporeidades que van dando forma a los ‘ámbitos’.

La pintura-instalación de ‘emplazamientos de luces y sombras’ sugiere una ope-ración para hacer visible lo invisible. El campo de traba-jo parte de la materia luz y sus fenómenos desde lo más precario de la cotidianidad. Entre percepciones y emo-ciones, naturaleza y artificio, surgen signos de vida. Tras las luces y sombras que se abren, repliegan y desplazan, en el tiempo apenas corto de cambios y acomodaciones, se celebran hechos, aconteci-mientos y conmemoraciones, dando paso a la construcción de memoria de los lugares, donde habitantes y transeún-tes adoptan un paisaje que les pertenece; descubrir allí la diferencia entre lo que está y no está, existir y no existir, en fin, celebrar la vida a tra-vés de lo efímero”.

La obra está ubicada en dos fachadas del Edificio Santander (Diseño Gráfico), campus universitario.

1 Memorando de Entendimiento entre Colombia Telecomunicaciones S.A. E.S.P. y Teléfonos de México S.A. C.V.2 Aquí no se está afirmando que en su momento Celumóvil y Comcel hayan realizado pactos secretos, que por eso mismo no se pueden demostrar, pero sí se presentaron

constantes abusos denunciados por los usuarios.3 El cuarto hombre más adinerado del mundo con una fortuna del orden de US $25.000 millones. 4 El patrimonio de Colombia Telecomunicaciones S.A. en el año 2004 superó los $1.17 billones, y obtuvo una utilidad neta de

$50.000 millones, después de haberle girado a Telecom en Liquidación una cantidad superior a $900.000 millones. Fuente: Contraloría de Bogotá.5 Bogotá y la integración en el mercado de las Telecomunicaciones, Contraloría de Bogotá, Pronunciamiento del Contralor de Bogotá,

Oscar González Arana6 “iii. simultáneamente con el pago del último instalamento, independientemente del saldo del ‘pasivo pensional’ y otros pasivos que existan para dicha fecha, contra la cuenta por cobrar que tiene registrada Telecom respecto de Telecom

en liquidación, los activos y todos los demás derechos objeto del Contrato de Explotación serán transferidos íntegramente en propiedad a la compañía del Proyecto.”. Fuente: Memorando de Entendimiento.

Archivo

la pregunta: ¿cómo enfrentar la evolución vertiginosa del sector de las telecomunica-ciones proporcionando unos buenos servicios, sin abusos y sin pérdida del patrimonio nacional?

La respuesta es senci-lla: las empresas de capital público, como Colombia Te-lecomunicaciones, ETB y Co-lombia Móvil, registraron en 2004 un ingreso de US $1.750 millones, que duplica al de cualquier operador extranje-ro ubicado en Colombia. El activo acumulado de EPM, ETB, Telecom y Colombia Móvil fácilmente alcanza la cifra de US $7.000 millones, y sólo ETB tiene un valor en libros, al menos de 22,5 veces superior comparado con Tel-mex Colombia S.A.

La creación del Conglo-merado Colombiano de Tele-comunicaciones, conforma-do por empresas tanto públi-cas como privadas, garantiza-ría no solo los recursos finan-cieros suficientes sino que proveería Internet, telefonía

petencia y evite los posibles despropósitos del mercado duopólico. El Conglomerado Colombiano de Telecomuni-caciones además de fortale-cer el patrimonio nacional, de defender a los usuarios, garantiza que el capital crea-do se quede en Colombia ayudando a desarrollarla.

Por supuesto, la crea-ción del Conglomerado Co-lombiano de Telecomunica-ciones tiene sus enemigos; los principales: la baja au-toestima nacional y la visión parroquial y limitada de al-gunos funcionarios y políti-cos que esperan vanamente conservar su feudo empre-sarial mientras la patria es desposeída. Las empresas colombianas de telecomuni-caciones, por sí solas, poco pueden hacer, pero unidas, pueden transformar a Co-lombia y darnos un ejemplo de grandeza, de visión e in-dicarnos el camino a seguir: el de la unión nacional con justicia social.

La historia demuestra que todas las naciones que han ocupado un puesto digno en el concierto internacional, lo han hecho gracias a una gran autoestima nacional.

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Investigación

El reporte en más de 100 países indica que el glifosato es en uno de los plaguicidas más utilizados en el mundo. Aunque pareciera, como en el caso colombiano, que este herbicida tiene un alto uso en la erradicación de cultivos ilícitos, el químico del cual se emplean entre 38 y 48 mi-llones de libras anuales, es destinado extensamente en el control de malezas en sis-temas agrícolas.

Según el Programa de Erradicación de Cultivos Ilí-citos de la Dirección Antinar-cóticos de la Policía Nacional, cerca del 10% del total del gli-fosato se emplea para la erra-dicación de plantaciones de coca y amapola, el restante es utilizado para el control total y no selectivo de las malezas en cafetales, y en

frutales como vid, plátano, banano, cítricos y palma afri-cana; también en la presiem-bra de cultivos semestrales como arroz, algodón y maíz y además para que actúe co-mo madurador en caña de azúcar.

“Mucho se ha hablado de los efectos del glifosato pero son pocas las investiga-ciones nacionales que bus-can confirmar o desmentir tales prevenciones”, afirma Cilia Leonor Fuentes, profe-sora titular de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia, quien señala cómo la mayoría de

críticas al uso del herbicida en el país se centran en los cultivos ilícitos.

Un trabajo de tesis doc-toral adelantado en la Facul-tad se enfocó en el compor-tamiento del glifosato en los suelos arroceros del Espinal (Tolima) y su actividad sobre la biota microbial del suelo. Cuatro años le permitieron determinar al ingeniero agró-nomo Jairo Cuervo, que éstos no solo no están sufriendo un proceso de esterilización, como tanto se ha afirmado públicamente, sino que ade-

más se encuentran microor-ganismos que toleran altas dosis del químico.

Microorganismos tolerantes

Un suelo con tradición de siembra de arroz y uso frecuente de plaguicidas, por más de 30 años, otro en esta-do de transición con cultivos de pastos de corte durante los últimos cinco años, y uno perteneciente al bosque semiseco tropical sin histo-rial en el uso de plaguicidas fueron los escogidos para el estudio.

“En los suelos tolimenses se concentra casi el 70% del área cultivada con el grano en Colombia, y la efectividad del glifosato para el control de malezas difíciles lo ha con-vertido en la mano derecha de los productores ”, comen-ta el candidato a doctor en Ciencias Agropecuarias de la Facultad de Agronomía de la Universidad.

El trabajo tenía como objetivo evaluar la interac-ción de la aplicación del gli-fosato en la actividad de bac-terias, hongos, actinomicetos y algas, y el análisis de su per-manencia en los suelos selec-cionados. Para ello tomaron muestras en tierras del Es-pinal con las que después se simuló, en invernadero y la-boratorio, el comportamiento del cultivo de arroz.

Uno de los resulta-dos interesantes fue el ha-llazgo de microorganismos capaces de tolerar dosis extre-madamente altas de glifosato. Fueron aislados 351 morfoti-pos de microorganismos de estos suelos, algunos de los cuales sometidos a concen-traciones extremas del her-bicida además de sobrevivir forman colonias con la que mantienen una relación sim-biótica entre organismos y plantas.

Del comportamiento en la selección inicial Cuer-vo y Fuentes escogieron 18 microorganismos cuyo nivel de tolerancia fue del 8%. En ellos aplicaron dosis des-de 0 a 14.400 miligramos de glifosato por litro, y encon-traron que a los 15 días las

poblaciones comenzaban a recuperarse, lo que indicaba su capacidad para soportar grandes concentraciones del herbicida.

Paradójicamente, mien-tras el suelo de bosque tu-vo una mayor población de microorganismos tolerantes al herbicida, el de arroz se afectó más, especialmente algunas de sus bacterias, que mostraron ser más sensibles, contrario a algunos de los actinomyectos en los cuales hallaron mayor tolerancia al compuesto.

Aplicación sin abusos

En cuanto a la adsor-ción del glifosato se encontró que el suelo con cultivo de arroz tuvo un mayor valor respecto a los otros, lo que quiere decir que mientras en bosque y pasto fue de 3 y 1,8, según el coeficiente de adsorción, en arroz fue de 17. “El suelo que tiene como uso agrícola la siembra del arroz, tiene una alta afinidad por el herbicida, lo que per-mitiría deducir una mayor tendencia de acumulación en este tipo de suelo”, anota el ingeniero Jairo Cuervo.

De igual manera, la vida media de la mineralización del glifosato sólo se pudo estimar de manera confiable para el suelo de bosque. “El herbicida tuvo una vida me-dia de 94 días; es decir que se requiere de 94 días para que la concentración inicial de glifosato aplicada en el sue-lo se mineralice en un 50%”, explican los investigadores.

Situación que no fue similar en los suelos de pasto y arroz que durante 106 días (perio-do de evaluación en esta par-te del trabajo), apenas habían degradado un 38% y 23% de la concentración inicial res-pectivamente.

Esto significa que se po-dría estar presentando una persistencia alta del glifosato ya que para los dos ciclos de cultivo al año se realizan al menos dos aplicaciones de presiembra. Es decir, se está fumigando sin que se haya degradado en su totalidad el herbicida de una aplicación anterior, lo que podría llegar a afectar en el futuro las po-blaciones de microorganis-mos del suelo; sin embargo, no se tiene claridad sobre las implicaciones de esa alta re-sidualidad del glifosato.

“Respecto a esta situa-ción –comentan–, mientras existe una gran controversia por afirmaciones del público en general, de que el glifo-sato ‘esteriliza’ el suelo y se cuestionan ampliamente las fumigaciones aéreas de cul-tivos ilícitos, la problemática podría ser más seria para los suelos arroceros, pues sobre ellos se realizan aplicacio-nes más seguidas no solo del herbicida en estudio, sino de muchos otros plaguicidas”, destacan.

Para frenar las posibles consecuencias negativas so-bre la biota microbial del sue-lo del monocultivo de arroz y del alto consumo de plaguici-das en este sistema agrícola, los investigadores recomien-dan dejar los suelos en des-canso o hacer rotaciones con otros cultivos o con pastos, algo que no es fácil pero que deben tener en cuenta los productores si desean mante-ner estas tierras consideradas como una de las más fértiles del país.

Diana Manrique Horta Unimedios

en altas dosis Tolerancia

Además de soportar extensas temporadas de calor y sequía, los suelos arroceros del Tolima resultaron ser tolerantes al glifosato, así lo concluye una investigación adelantada en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia que se centró en el comportamiento de los microorganismos, los cuales a pesar de las altas dosis mantienen una relación simbiótica con las plantas.

“En los suelos tolimenses se concentra casi el 70% del área cultivada con el grano en Colombia, y la efectividad del glifosato para el control de malezas difíciles lo ha convertido en la mano derecha de los productores”.

En el estudio se seleccionaron y evaluaron 351 morfotipos de microorganismos, de los cuales cerca de 18 resultaron ser tolerantes al glifosato.

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Análisis

Hace más de cinco años, el profesor David Sands de la Universidad de Montana es-tuvo en Colombia promocio-nando el uso del hongo Fu-sarium oxysporum como un controlador biológico de los cultivos de coca, el cual fue rechazado por el país porque se entendió que no era un controlador “natural” sino un arma biológica de guerra, a la vez que el país comprendió que esta tecnología del hon-go no era la forma de erra-dicar un problema que en sus raíces es completamente sociocultural, político y eco-nómico.

Esta iniciativa se suma-ba a la erradicación forzosa con herbicidas, en especial glifosato, que se ha ejecutado por más de 20 años en el país, con resultados igualmente decepcionantes, bien porque los cocales cambian de sitio o bien porque los cocaleros utilizan técnicas para contra-rrestar sus efectos.

Los procesos de erradi-cación de cultivos de coca en Colombia ya tienen muchos años y parecen no encontrar fin. Por más de dos décadas, el país se ha desgastado fí-sica y moralmente en tratar de encontrar soluciones a un problema que al parecer no las tiene o que por lo menos han resultado esquivas.

Y es que, al parecer, co-mo se diría desde la ciencia, el problema está mal plan-teado. ¿En realidad hay que eliminar del territorio nacio-nal las plantas de coca para terminar con los problemas de fabricación, consumo y tráfico de drogas en el mun-do? ¿Es ello posible? Es más, ¿es deseable?

Hace ya casi dos sema-nas que, en un debate en el Senado de la República, el ministro de Agricultura Luis Felipe Arias afirmó textual-mente: “... Ese cultivo mal-dito de coca se acabaría por las buenas o por las malas...”, abriendo varios interrogan-tes en quienes han meditado sobre este fenómeno a lo lar-go de los últimos años. ¿Será verdad que la coca es un cul-tivo maldito?

No. La coca fue, por más de mil años, una planta sagra-da entre las culturas ameri-canas del sur del continente. Su papel fundamental fue el de convertirse en vehículo de transmisión de conocimien-tos y en facilitadora de pro-cesos culturales de la máxima importancia para la supervi-vencia de naciones enteras. Al compás de la masticación

de la planta de coca en los mambeaderos rituales de las malocas indígenas, se acor-daban las faenas de caza y pesca, se concertaban ma-trimonios, se programaban las mingas en las chagras, se repartían territorios y se comunicaban los grandes mitos de los orígenes de las cosas, de las frutas, de los hombres; la coca era, para que lo entiendan los ministros, al-

dedor no se sientan los indí-genas en los mambeaderos sino los ejecutivos acelerados o los jóvenes rumberos, con fines distintos a los de pensar la cultura.

Entonces, la respuesta a las preguntas anteriores so-bre si hay que erradicar estas plantas del territorio nacio-nal es otro “no” rotundo, en-tre otras cosas porque ello es físicamente imposible. La co-

fenómenos de carácter so-cial o cultural, entonces se comprenderá la inutilidad de apelar a procesos tecnológi-cos de erradicación y que la solución al conflicto está en otra parte. Veamos:

En cierto sentido, da igual que las autoridades pretendan utilizar un arma biológica como el hongo Fusarium oxysporum, apli-car masivamente herbicidas como el glifosato, introducir una mariposa que se coma

las hojas de coca como la especie Eloria noyesi, inun-dar los campos cocaleros con semillas de “malezas” o cual-quier otra solución material, porque los problemas de de-manda-oferta van a persistir al igual que los desequilibrios de justicia social en el ámbito internacional y nacional que son los verdaderos detonan-tes del problema.

Se ha repetido hasta el cansancio que la produc-ción de coca es un fenómeno esencialmente de carácter social, ligado entre otras ra-

zones tanto a la pobreza rural como a la aparición y con-solidación de la dupla lati-fundio-minifundio. También se ha repetido que mientras existan consumidores habrá productores; que solo si los consumidores encuentran drogas diferentes, el proble-ma bajará de intensidad; que si en los países del norte se permite el cultivo de coca, como en el caso de la mari-huana, el problema se resol-vería en parte; o que solo si se legaliza su utilización habrá posibilidad de un futuro me-jor para Colombia.

Parte de la solución es, sin lugar a dudas, la última opción señalada: legalizar el uso de estas plantas y per-mitir que el Estado regule su producción y consumo. De esta manera se abrirían las puertas para colocarle impuestos, definir su trans-formación en infusiones de coca, materiales para medi-cina o alimentos, invertir en prevención de su utilización como narcótico, educar a la población y, en fin, adelan-tar varios procesos sociales y económicos alrededor de esta nueva agroindustria cu-ya justificación más evidente sería parar la espiral de vio-lencia en que se ha converti-do su tráfico ilegal.

Todo esto lo saben mi-llones de personas alrededor del mundo. Lo que pasa es que, de puro miedo y de puro inclinarse ante los intereses económicos que se esconden detrás de este lucrativo nego-cio, se encuentran ante estos hechos como los habitantes de aquél país de fábula que asistieron a la confección de un traje para su rey vanidoso, hecho con hilos de oro, que solo podía ser visto por quie-

nes no fueran tontos. Los sas-tres del impresionante ves-tido, que solamente querían robar el reino se aprovecha-ron de la estupidez general hasta que, un niño desde su inocencia, gritó a todo pul-món que el rey iba desnudo.

Colombia va desnuda ante el mundo. Los hilos de oro del vestido invisible son las promesas de erradicación tecnológica y la bobería ge-neral es que todos creemos que ello es posible. ¿Podrá el lector imaginar quiénes son los sastres?

Tomás León SicardAgrólogo, Ph.D.,

Profesor Asociado Ins-tituto de Estudios Am-

bientales (Idea) de la Universidad Nacional

de Colombia.

el síndrome del

rey desnudoHongos, mariposas y herbicidas:

Una “estupidez” ya histórica mantiene al país pensando que se inventará una tecnología capaz de eliminar la coca del territorio nacional, cuando lo que se elude es la realidad económica y política que mantiene enraizados los usos “malditos” de la planta.

La respuesta sobre si hay que erradicar estas plantas del territorio nacional es otro “no” rotundo, entre otras cosas porque ello es físicamente imposible. Para destruirla por completo habría que destruir también las culturas americanas..., algo que no se ha podido en más de cinco siglos de intentos.

go así como los edificios y al mismo tiempo los planes de estudio de la universidad de la gente sencilla de la selva.

Su carácter “maldito” probablemente no está en la misma planta sino en el uso que de ella hacen los hom-bres. De facilitadora de la cultura pasó a ser fuente de drogas psicoactivas que ace-leran el pulso y enfebrecen la imaginación de los adictos al dinero y a la velocidad de la vida occidental. A su alre-

ca está arraigada a la cultura como las raíces a los troncos de las plantas. Para destruir-la por completo habría que destruir también las culturas americanas..., algo que no se ha podido en más de cinco siglos de intentos.

Soluciones para tontos

Si se acepta que destruir físicamente las plantas de coca es una empresa impo-sible y que además el uso de drogas se relaciona con

Guillermo Flórez P.

Por más de 20 años la erradicación de cultivos ilícitos se ha realizado con glifosato.

La especie Eloria noyesi, se alimenta de hojas de coca.

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Entre las principales ra-zones por las cuales se fusio-nan empresas en Colombia y en el mundo se encuentran: la búsqueda de sinergias, la complementariedad de pro-ductos y servicios, la amplia-ción de la cobertura de áreas geográficas, el mejoramiento de la capacidad de competir local y externamente y, en algunos casos, mayor liqui-dez a las acciones, cuando éstas se encuentran listadas en una bolsa de valores. Sin embargo, todos estos obje-tivos deben apuntar a una única meta, que es generarle valor a sus accionistas en el largo plazo, al tiempo que se garantice la viabilidad de la empresa.

Colombia no es ajeno a la tendencia mundial de las fusiones, y teniendo en cuen-ta el grado de apertura que el país y la eventual firma del tratado de libre comercio en los próximos meses, las fusio-nes seguirán siendo las pro-tagonistas en el sector econó-mico. Con estos procesos, las compañías deberán tener un tamaño relevante, al menos, en Latinoamérica, que les permita acceder a oportuni-dades de negocios y defender su mercado local.

Recientemente se han informado fusiones impor-tantes en diversos sectores de la economía colombiana: en el sector alimenticio Inver-siones Nacional de Choco-lates con Inveralimenticias, antes Noel, para conformar un grupo de 34 compañías con sedes en Colombia y 10 países más en Norte, Centro y Suramérica. Igualmente se aprobaron las fusiones de las ocho empresas productoras de cemento pertenecientes al Grupo Empresarial Antio-queño y se informó del es-tudio de fusión entre dos de las holding del mismo grupo; Suramericana de Inversiones con Corfinversiones, siendo esta última una empresa que surgió de Corfinsura, la cual a su vez se fusionó en su ne-gocio bancario con Banco-lombia.

Como se aprecia, el movimiento ha sido impor-tante y deberá seguir siendo en sectores como telecomu-nicaciones, energía, alimen-tos procesados, transporte aéreo y terrestre, confeccio-nes, textil y comercio mino-rista, entre otros, de forma que las empresas resultantes tengan la capacidad de salir adelante en mercados que antes eran exclusivos de las empresas locales y que hoy disputan nuevos jugadores, muchos de ellos con capita-les extranjeros, que buscan mediante la eficiencia y una sólida capacidad financiera, ofrecer mejores productos y servicios por el mismo o un menor precio.

Sin embargo, no todas las fusiones son exitosas, ni todas traen beneficios para todos los grupos que interac-túan con las empresas que realizan dicho proceso.

La experiencia mundial

Sobre los resultados negativos, estudios inter-nacionales (aún no se han

realizado sobre el tema en Colombia), demuestran que el número de fusiones que crean valor para sus accionis-tas es inferior al de aquellas que terminan destruyéndolo. Las principales causas de es-tos resultados negativos son la mala planeación del pro-ceso de integración entre las empresas, sobreestimación de las sinergias, rechazo al proceso por parte de los em-pleados y clientes y pago ex-cesivo por parte de la entidad absorbente a los accionistas de la sociedad absorbida, con la consecuente incapacidad de remunerar adecuadamen-te a sus accionistas iniciales o en el peor de los casos, a las entidades financieras que apoyaron con préstamos la adquisición de las acciones.

Entre los grupos de inte-rés que se ven afectados con las fusiones están obviamen-

te los empleados –ya que casi todas conllevan disminución en el número de éstos–; los proveedores, debido a que su cliente queda con un ma-yor poder de negociación; y algunos municipios, ya que pierden ingresos tributarios al desaparecer empresas de su región por trasladarse a funcionar en otra sede.

Igualmente hay grupos que se benefician con las fu-siones exitosas, como son sus accionistas al ser propieta-rios de empresas más sólidas y con mayor capacidad de pago de dividendos, el país a través de mayores ingresos fiscales y de divisas en el caso de los exportadores, e incluso los empleados que mantie-nen sus puestos de trabajo cuando el futuro de sus em-presas independientes no garantizaba la estabilidad de éstos.

Respecto al sector ban-cario colombiano, es donde más movimientos se regis-tran, pasando de tener 30 bancos en el año 2000 a so-lo 20 en 2005. Sin embargo, la disminución por fusiones entre ellos, apenas es com-parable con cifras de otras regiones. En los Estados Uni-dos pasaron de algo más de 16.000 entidades financieras acerca de 8.000 en los últimos 25 años, para una disminu-ción del 50%, y en toda Euro-pa se observó una reducción del 30% en ese mismo plazo para llegar a unas 9.000 insti-tuciones crediticias.

La banca nacional

Los ejemplos más re-cientes de este gremio en Colombia han sido: Banco de Occidente con Banco Alia-das, Davivienda con el Banco Superior, Banco Sudameris

con Banco Tequendama, Las Villas con Ahorramas y sólo en el año 2005 se fusiona-rán las siguientes entidades financieras: Bancolombia con la Corporación Financie-ra Nacional y Suramericana (Corfinsura) y con Conavi, e igualmente sus filiales, las compañías de leasing y las fiduciarias. También lo ha-rán el Banco Colmena con el Banco Caja Social de Ahorros y la Corporación Financiera del Valle (Corfivalle) con la Corporación Financiera Co-lombiana (Corficolombiana).

Las razones para que este sector específicamente sea el que más movimientos de adquisiciones y fusiones presente son de variados orígenes: por un lado se en-cuentran las de razonamien-to económico, al encontrar entidades muy débiles para competir que son fácilmen-te adquiribles por otras de mayor solidez. Otra razón es obtener un tamaño signifi-cativo que permita apoyar eficazmente a la economía colombiana a través de crédi-tos amplios a las empresas y a los sectores que la requieran. Es importante resaltar que el patrimonio de una entidad financiera, con algunos ajus-tes, es llamado patrimonio técnico y que es a partir del tamaño de éste que se les permite otorgar créditos por montos elevados.

Un motivo adicional es poder tener la capacidad de acompañar a las empresas nacionales en sus proyectos internacionales, mediante la apertura de oficinas en el exterior o mediante el res-paldo ante bancos en otros países en representación del cliente.

En conclusión, la gran mayoría de empresas y en-tidades financieras colom-bianas deberán seguir en procesos de crecimiento o fusión, hasta que el tamaño y número de éstas se adecue a los niveles de competitividad internacional, de forma que sean sostenibles en el tiempo y puedan ampliar sus hori-zontes mas allá de las fronte-ras nacionales.

Andrés Bernal C. Vicepresidente Financiero

del Grupo Suramericana

garantía para no desaparecer

Fusiones,

La generación de utilidades a los accionistas y el beneficio en términos de créditos a las empresas, son los puntos antagónicos entre la mirada cautelosa de un académico y la optimista de un experto del sector financiero en torno a las fusiones en el sistema bancario colombiano. Implicaciones para el resto de la economía.

ArchivoEl sector bancario colombiano, es el que más fusiones registra, pasando de tener 30 bancos en el año 2000 a sólo 20 en 2005.

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Las reestructuraciones empresariales tienen dife-rentes formas y motivacio-nes. Las estrategias de cre-cimiento empresarial más conocidas son las fusiones y adquisiciones. Técnicamente una fusión es una transacción que combina dos empresas en una nueva empresa. Por otro lado, una adquisición es la compra de una empresa por parte de otra. A pesar de la diferencia formal es muy frecuente que estos concep-tos se utilicen de forma indi-ferente.

Las estrategias que mo-tivan los procesos de fusión y/o adquisición son múlti-ples. Sin embargo, para el inversionista o accionista el objetivo es el mismo, la “maximización de su valor”.

Tres son los tipos de es-trategias que pueden catego-rizar una fusión: estrategias operacionales, financieras y de conglomerado. En cuanto a las primeras, su objetivo es lograr sinergias operacio-nales que incrementen la rentabilidad a través de eco-nomías de escala. Las estrate-gias financieras consisten en adquirir empresas que están subvaloradas por inadecua-das decisiones gerenciales. Las de conglomerado com-parten intereses financieros, pero buscan realizar inver-siones en diferentes sectores económicos.

A pesar del número im-portante de fusiones y ad-quisiciones llevadas a cabo internacionalmente a partir de la década del ochenta, no existe evidencia contundente de la correlación entre fusión y mejoramiento operacional de las organizaciones en la fase posfusión1. Sin embar-go, sí se ha determinado que las fusiones desempeñan un rol importante en el sistema de gobierno corporativo de las organizaciones, mediante el monitoreo al rendimiento gerencial y, por tanto, al me-joramiento de la eficiencia corporativa.

Las características del sector financiero exigen es-trategias de crecimiento para lograr competir. La posibili-dad de generar economías de escala, compartiendo recur-sos con otras entidades para el desarrollo de actividades administrativas y operaciona-les, así como la integración de servicios financieros hacia la consolidación de una “Banca Universal”, motivan procesos como la consolidación del Grupo Aval y las fusiones de

Bancolombia, Corfinsura y Conavi; Banco Caja Social y Colmena; Banco de Occi-dente y Banco Aliadas; Banco Sudameris y Banco Tequen-dama; y Banco Davivienda y Banco Superior.

Aunque todavía no se pueden evaluar los resul-tados operacionales de las instituciones financieras re-cientemente fusionadas, un estudio de Dairo Estrada, del Banco de la República, mues-tra que a diferencia de lo que se ha encontrado para Esta-dos Unidos y algunos países europeos, las fusiones en el sistema bancario colombia-no mejoraron los índices de eficiencia de las entidades integradas2. Los aumentos en eficiencia fueron superiores en aquellos bancos que te-nían los peores índices antes de la fusión. Además, el es-tudio muestra que la conso-lidación reciente del sistema financiero no se ha reflejado en comportamientos oligo-pólicos de los bancos en el mercado de depósitos.

Si suponemos el mismo comportamiento de eficien-cia para las instituciones fu-sionadas, sumado al poten-cial de reducción de costos administrativos –el valor para las entidades fusionadas es aproximadamente de $3 bi-llones– y la tendencia positi-va en los resultados financie-ros del sector –disminución de los costos administrativos, reducción de la cartera venci-da, mejoramiento en los índi-ces de solvencia, incremento en un 60% de las utilidades: $2.9 billones en 2004–, la preocupación se centra en la definición de una regulación que permita que los benefi-cios de estos procesos de fu-sión no se concentren exclu-sivamente en los accionistas

(Shareholders) de las institu-ciones financieras, sino que se distribuyan a los demás grupos de interés (Stakehol-ders) y sectores económicos.

Las fusiones permitirán mejorar los índices de eficien-cia a través de la reducción de sus costos administrativos; sin embargo, la regulación actual no ha logrado dismi-nuir los márgenes de inter-mediación que son elevados para permitir un eficiente sistema financiero. Colombia tiene uno de los márgenes más altos de Latinoamérica y por tanto una de las menores proporciones de financiación al sector real de la economía. Los recursos, entonces, son destinados principalmente al negocio de intermediación financiera. La tendencia de esta clase de inversiones fi-nancieras dentro de los acti-vos del sector es creciente. En 1997 eran 12%; en 2000, 21%, y en 2004, 32%.

Intermediaciones, lo malo y lo feo

De otro lado, los proce-sos de fusión implican una transferencia de derechos de propiedad. Una concentra-ción de la propiedad. Son dos las preocupaciones en este sentido. En primer lugar, el impacto negativo sobre la ac-tividad bursátil colombiana. Los procesos de fusión y ad-quisición del sector financie-ro y real –Bavaria, Coltabaco, sector cementero– han redu-cido a menos de 15 accio-nes de alta bursatilidad por el retiro de la negociación en la Bolsa de Valores de Colom-bia. En segundo lugar, por la estructura de financiamiento de las empresas colombia-nas. La fuente principal de fi-nanciación es el crédito ban-cario. No existe un mercado

de capitales desarrollado que permita eficientemente el acceso a empresas en creci-miento ni el financiamiento directo de proyectos a tra-vés del mercado público de valores. Con el proceso de

fusiones las instituciones fi-nancieras incrementarán su capacidad de crecimiento y captación de recursos, pero como se comentó anterior-mente se corre el riesgo de que estos recursos no fluyan al sector real de la econo-mía, por los altos costos de intermediación, sino que se queden en actividades de es-peculación financiera como

inversiones de deuda pública –TES y Bonos Yankees–.

Aunque se comentó que los beneficios de las fusiones se concentran en los accio-nistas, es importante aclarar que estas dinámicas generan un proceso de exclusión. Son los inversionistas mayorita-rios quienes se apoderarán de la generalidad de los be-neficios de la fusión. Los in-versionistas minoritarios, ge-neralmente son “obligados” a vender sus participaciones y con ello son excluidos de las rentas que en el largo plazo genere la fusión.

En conclusión, las fu-siones y adquisiciones en el sector financiero pueden ge-nerar mejoras en eficiencia e incremento en las utilidades del sector. Sin embargo, pre-ocupa la regulación existen-te que no permite transferir eficientemente esas mejoras al sector real de la econo-mía. Estos procesos pueden incrementar el volumen de recursos que fluyen dentro del sector financiero, pero disminuir el flujo de recursos hacia el sector real. Ya sea por los altos costos de interme-diación y por la preferencia a destinar los recursos a acti-

vidades financieras “teórica-mente” con un menor riesgo y buenos márgenes de renta-bilidad.

Las fusiones permitirán mejorar la eficiencia de los costos administrativos; sin embargo, no han logrado disminuir los márgenes de intermediación para permitir un sistema financiero firme.

1 Padrino, James & Harris, Robert, “Takeovers, management replacement, and post-acquisition operating performance: some evidence from the 1980’s”, en: Corporate Governance, Mc Graw Hill, 2005. 2 Revista Dinero, No. 226, 2005.

Germán Guerrero Chaparro

Profesor y Coordi-nador del Programa de Contaduría de la

Universidad Nacional de Colombia.

¿Quién se beneficia con las fusiones

sector financiero?en el

Aunque las fusiones entre bancos han permitido la evolución positiva de ese sector, eso no se ha traducido al sector real de la economía, pues tales movimientos han estimulado la concentración de la propiedad en el país.

ArchivoEl Banco Caja Social y Colmena se fusionaron hace menos de tres meses.

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Laboral

El Doctorado de Econo-mía y el Grupo de Protección Social de la Universidad Na-cional de Colombia, en asocio con el Departamento Admi-nistrativo de Bienestar Social (Dabs) del Distrito, y la Em-bajada Francesa, finalizaron el seminario internacional, cuyo propósito fue propiciar una discusión comparativa en torno a las experiencias de distintos países, respecto a la configuración de los sis-temas de protección social, su evolución y perspectivas. Los ponentes, especialistas en el tema, expusieron una mirada alternativa a la que subyace en las políticas pú-blicas, construidas a partir del enfoque de manejo social del riesgo. Por ello, no sólo se aborda el problema desde el componente económico sino que se integra el análisis de su interacción con las regula-ridades históricas y los deter-minantes políticos.

En las ponencias se des-tacó que durante las últimas dos décadas el desarrollo de Latinoamérica ha esta-do marcado por políticas de ajuste estructural, que procu-ran un Estado mínimo, des-centralizado, de regulación, preponderancia del mercado, baja tasa de inflación, inser-ción de la economía en la ter-cera fase de la globalización que amplía los flujos de capi-tal internacional. Este ajuste repercutió en los sistemas de seguridad social. A fina-les de la década del ochenta, la presión de los organismos financieros FMI–Banco Mun-dial, en aras de restaurar el equilibrio fiscal, llevó a iden-tificar la seguridad social como causa del déficit, pero también como una fuente potencial de financiamiento y desarrollo de los mercados de capitales.

Los especialistas en Co-lombia sostuvieron que como producto de la flexibilidad de los mercados y de la aplica-ción de las reformas estruc-turales se ha incrementado la exclusión social.

En 2003 se calculó que cerca del 62% de la población se encontraba en situación de pobreza y el 23% de indi-gencia, pero lo más preocu-pante es que el 32% de los niños menores de 11 años estaba por debajo de la línea de indigencia. Estos cálcu-los contrastan con los que presenta el Departamento Nacional de Planeación que ubica la pobreza en 51,9%; de cualquier forma, preocupan-te que un país tenga más de la mitad de su población por debajo de la línea de pobreza. Este entorno está acompa-ñado por una concentración del ingreso que hace que Colombia aparezca entre los más inequitativos del mun-do, ocupa el puesto once en desigualdad.

Precariedad laboral

Ante la magnitud del problema, la comprensión de la pobreza ha sufrido un giro –el concepto de vulne-rabilidad ha reemplazado la idea de que su causa es la falta de activos–, que ha alentado la noción de que la protección social es impor-tante no sólo para ayudar a las familias desfavorecidas, sino también en la creación de un fundamento social que les permita hacer empresa. Si bien el margen de acción que tienen los países para desarrollar políticas de pro-tección es amplio, éstos se han tenido que ajustar a las políticas económicas deriva-das de los acuerdos con los organismos de crédito inter-nacional. La política social se ha convertido en el elemento que complementa el ajuste económico, con el objetivo de reducir la pobreza, pero teniendo como mira la esta-bilidad macroeconómica.

Muchas veces se olvida que la mejor protección so-cial que puede tener una na-ción es la de generar trabajo estable y bien remunerado. Pero con la flexibilización la-boral, el empleo se encuentra en una pobreza laboriosa, como aquella que se analiza-ba en las leyes españolas de pobres del siglo XVIII.

La protección social se compone de programas de aseguramiento y de asisten-

cia. Las ponencias presenta-das en el seminario muestran cómo en Latinoamérica la focalización o identificación de los pobres, los subsidios a la demanda, la discrimi-nación entre los pobres que tienen “méritos” para acce-der a los servicios y aquellos que no reúnen los requisitos, conduce a renunciar a la uni-versalidad. Así, en estados clientelistas, el ejercicio de los derechos sociales se con-cibe como una contraparte de los favores políticos.

La experiencia europea en materia de protección so-cial resultó exitosa en países que contaron con estados de bienestar, en donde los de-rechos sociales son un ele-mento central del ejercicio de la ciudadanía. Entre las ponencias presentadas en el seminario se hizo hincapié en que los modelos de pro-tección social siempre son una opción política susten-tada en acuerdos sociales, que regulan la distribución del gasto.

Deuda, yugo del gasto social

Una de las razones por las cuales la pobre-za aumenta y crece dentro de las economías de mer-cado son las dificultades para acceder al mercado de trabajo. Actualmente, el crecimiento de la pobre-za viene acompañado de una insuficiente creación

de empleos, pero también del incremento en el tiempo prolongado del desempleo. Es decir, que se está asistiendo a una pobreza laboriosa. Así, los dos espectros que marca-ron los años noventa son la pobreza ligada al empleo y la pobreza articulada con la recesión. Si bien se esperaba que con el crecimiento eco-nómico se hubiera disminui-do la pobreza, la acentuación de las desigualdades, es decir, la mala distribución del ingre-so, provocan su pervivencia.

Como se puede deducir, el sistema de protección so-cial no cumple con la función de atenuar el impacto negati-vo engendrado por esta diná-mica económica. Al contrario, al estar sujeto por restriccio-nes presupuestales –origi-nadas en el alto déficit fiscal que impone como prioridad cumplir con el pago de la deu-da–, el gasto público dismi-nuye cuando las demandas de protección se incrementan por causa del deterioro de las condiciones de vida.

Después de más de do-ce años de haber entrado en operación la reforma a la seguridad social (Ley 100 de 1993), en la que se promovía la universalidad de la protec-ción, la cobertura en salud escasamente llega a 62% de la población; en pensiones la situación es similar a la que se tenía en 1993, cobertura de 28%; y en riesgos profe-sionales la exclusión del sec-

tor informal no ha permitido mayores avances en la cober-tura. Entre las “ganancias” de este sistema de aseguramien-to, se encuentra que el carné del régimen subsidiado da sentido de pertenencia a la población vulnerable y cual-quier intento de suprimir la afiliación enfrenta un férreo rechazo de los afectados.

En las exposiciones se presentaron elementos pro-positivos para diseñar un nuevo sistema de protección social en economías de mer-cado. Entre los más relevan-tes están: mancomunar re-cursos; reflejar en los salarios las ganancias en productivi-dad; evitar que la flexibiliza-ción en el uso del trabajo se traduzca en la autorización para exonerar el pago de coti-zaciones, y cubrir a todos los trabajadores independientes sin tomar en cuenta circuito de movilidad social en el que se encuentra, lo que signifi-ca que los derechos sociales adquiridos son inmediata-mente acumulativos y trans-feribles. En otros términos, es necesario avanzar en la portabilidad del derecho, que en pocas palabras significa que el ciudadano deba ser atendido en cualquier parte del país en forma indepen-diente de la zona donde se expide el carné. Un requisito sine qua non es reconocer que los derechos no se “otor-gan”, no son un favor y no se pueden distribuir en forma clientelista.

Óscar Rodríguez SalazarDirector del Grupo de Pro-

tección Social de la Facul-tad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional.

“karma” de la seguridad social

A pesar de que la seguridad social surgió como una estrategia para reducir los índices de pobreza, la realidad es que su desarrollo en Colombia muestra con mejores argumentos la cara de la miseria. El cruce con prácticas políticas internas y los compromisos con el pago de la deuda externa condujeron a un análisis contundente del tema, durante el seminario “Crecimiento, equidad y ciudadanía: hacia un nuevo sistema de protección social”, que terminó el 22 de septiembre.

Clientelismo:Guillermo Flórez P.

Además de las extensas filas para recibir su mesada, los pensionados deben comprobar antes las entidades financieras, que están vivos.

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Nación

La guerra ha inducido a las comunidades indígenas, especialmente en el Cauca, a desempolvar sus recursos y repertorios identitarios. Los pueblos indígenas sufren la guerra desde tiempos inme-moriales y quizás por ello son a la vez más frágiles, pero están también mejor equipa-dos para resistirla. Incluso en el pasado reciente lograron sacar partido de ella, como lo atestigua la consagración de los derechos colectivos en la Constitución de 1991 bajo la fórmula de la plurietnicidad y multiculturalidad.

Tres son las razones que explican la peculiaridad in-dígena:

Propósito colectivo

La primera es su sentido de unidad y cohesión social. La comunidad indígena es un propósito colectivo –una sociedad dentro de la socie-dad–, y quiere estar al abrigo de las querellas de ésta, sin negar sus vínculos con uni-dades mayores. Está en su derecho: todo intento de sub-vertir ese orden es una tras-gresión. Los indígenas han desarrollado históricamente formas propias de rebelión y de acción colectiva, difícil-mente apropiables por otros sectores de la sociedad rural. Sus luchas están enraizadas en la tradición y no sólo en movimientos coyunturales de la economía o la política. Se reclaman herederos de las luchas de la cacica Gaitana en los albores de la colonia, del cacique Juan Tama en el siglo XVIII, del legendario Quintín Lame en el siglo XX, del sacrificado sacerdote in-dígena Alvaro Ulcué, a ma-nos de paramilitares en 1984 en Santander de Quilichao; legado que recogen las or-ganizaciones indígenas con-temporáneas: el Cric, la Onic y la Asociación de Cabildos Indígenas (Acin). El horizon-te indígena se define en tor-no a la construcción de su identidad. En estas condicio-nes todo actor amenazante (guerrilla, paramilitares, te-rratenientes, Estado), estará en relación de externalidad a las comunidades.

No es que no tengan contradicciones internas; las tienen y a menudo violen-tas, pero se dirimen desde las tradiciones y preceptos inmemoriales, y por autori-dades que son las suyas. La aversión a que su neutralidad activa, garantizada hoy por la Guardia indígena, sea consi-derada como resistencia es una salida al paso a todo in-tento de instrumentalizarlos y sobredimensionarlos, tanto por parte de la insurgencia como del Estado. Al fin y al cabo ha sido tradición tam-bién que el Estado en lugar de aglutinarlos los ha antago-nizado y fragmentado. Más

aún, en vez de ganárselos con políticas de largo plazo, al-gunas autoridades estatales, en particular las militares, los siguen hostilizando con abe-rrante miopía, por ejemplo con prácticas oprobiosas, co-mo las detenciones masivas, fundadas en imputaciones arbitrarias de informantes de dudosa o nula credibilidad, según lo constataron fiscales de la región, hace poco.

En el Norte del Cauca, departamento que concen-tra la más organizada y alta proporción de población in-dígena del país, las comuni-dades se niegan a ser fichas o combatientes de uno u otro bando. Rechazo sin ambages a la mortífera incursión de las Farc en Toribío el pasa-do mes de abril; rechazo a la pretendida protección del Ejército; rechazo hoy a los intentos de desalojo violento por parte de la fuerza públi-ca de los 2.000 comuneros y comuneras del resguardo indígena de Caloto que ocu-paron pacíficamente la finca denominada “La Empera-

triz”, que hace parte de los te-rrenos que el Gobierno se vio obligado a reconocer como indemnización, según sen-tencia de la Corte Interameri-cana de Derechos Humanos por la matanza de indígenas en la hacienda de El Nilo; sin olvidar, por supuesto, la horrenda masacre por parte de paramilitares en la región del Naya en abril de 2001. Ni adversarios ni aliados, parece pues ser la prudente consig-

na de la sabiduría indígena, que no entienden ni la insur-gencia ni el Estado.

Sentido de territorio

La segunda peculiaridad indígena es su sentido del te-rritorio. El territorio dentro

de la perspectiva indígena es una especie de santuario. Su papel simbólico está por en-cima del productivo. No es un espacio para el conflicto, no es recurso para la guerra –sentido estratégico–, sino para la vida –sentido primor-dial–. Dentro de tal territorio construyen su propia estruc-tura de poder y sus formas de justicia comunitaria, que chocan, se complementan y en todo caso se diferen-

cian de las del orden político nacional y por supuesto son ajenas a las prácticas suma-rias del mundo guerrillero o a las expeditivas del orden contrainsurgente. De ahí su clamoroso reclamo en minga “que se vayan todos los acto-res armados”.

Confianza en los valores

En tercer lugar, la fuer-za de su actitud frente a la manipulación les viene de su confianza en los valores dis-tintivos que le dan sentido a su vida en la más alta ex-presión: la cosmovisión que ordena la cotidianidad. Más que transformar, buscan con-servar y recuperar. Su sentido del tiempo es muy distinto al mesiánico de la insurgen-cia. La resistencia que se les

atribuye, no es estrictamen-te tal, ellos mismos lo dicen, es un movimiento esencial-mente defensivo. Su objetivo declarado no es convertirse en parte de la guerra, sino eludirla y, llegado el caso, so-brevivirla con dignidad. Ante la brutalidad de los guerre-ros de todos los colores que quieren romper su sistema de autoridad, su cultura y su territorio, su cosmos y sus dioses, la sociedad entera

tiene que rodearlos. Ellos ya han hecho lo suyo.

Hace meses, exhibiendo como única arma sus basto-nes, respondieron a las agre-siones incluso con el ofre-cimiento de la inmolación colectiva, con su alcalde, su escuela y su puesto de po-licía, construyendo murallas humanas heroicas e infran-queables, salvo por quienes –paras, guerrillas o a veces las mismas fuerzas del Esta-do– quieran emular en sus tácticas con los voraces terra-tenientes de siempre, o repe-tir el fiasco de los sandinistas con los misquitos. Que los dejen en paz, ejerciendo su legítimo derecho a la autode-terminación. Que ni los unos se reclamen sus protectores, ni los otros, alternativa revo-lucionaria a su miseria.

Pasados más de 500 años, la sociedad dominante aún no termina por “entender” las características del ser indígena, que en el caso de la guerra interna de Colombia pasan de lejos por las reivindicaciones, para no ser ni adversarios ni aliados.

de la guerra colombianaGonzalo Sánchez G. Profesor del Insti-

tuto de Estudios Políticos y Relacio-nes Internacionales

(Iepri) de la Univer-sidad Nacional de

Colombia.

Indígenas en las antípodas

La aversión a que su neutralidad activa sea considerada como resistencia es una salida al paso a todo intento de instrumentalizarlos y sobredimensionarlos, tanto por parte de la insurgencia como del Estado.

La Constitución de 1991 reconoce con plenitud de derechos la autonomía de los indígenas para administrar su territorio.

Las comunidades de Tierra Alta ejercieron su derecho a pronunciarse sobre los temas que les competen en un acto visto con desconfianza por el Gobierno Central.

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Sociedad

Durante las últimas dé-cadas en Colombia, las ca-racterísticas de las familias y los imaginarios acerca de su organización ideal han cam-biado. A mitad de siglo XX el ideal de familia correspondía a aquella representada por el padre proveedor, acompaña-do de una madre hogareña y la unión marital se consagra-ba mediante el matrimonio católico. En la misma épo-ca, el 70% de la población habitaba en el sector rural,

natural, la idealizan, consi-deran el hogar un como el paraíso privilegiado de la fe-licidad y apologizan el final de la sociedad como conse-cuencia de la muerte de la familia. Otras critican estas imágenes fantasmales de la familia ideal y las interpretan como parte de las transfor-maciones de las sociedades contemporáneas.

En efecto, la familia es una institución cambiante: varían sus caracterís ticas, su

La violencia intrafamiliar ha sido en Colombia, como en otras partes del mundo, una práctica tradicional, muy poco cuestionada, cobijada en creencias populares que inmovilizaban la acción del Estado. Se creía por ejemplo, que “la ropa sucia se lavaba en casa”, y que el mundo privado era ajeno a la mirada regula-dora del Estado. Esta era la al-ternativa más frecuente para educar a los hijos e hijas den-tro del hogar, o la forma iluso-ria como el hombre mantenía el respeto de su mujer y sus hijos. Si bien no había impu-nidad total del Estado ante los hechos de violencia intrafa-miliar, sí existieron múltiples estrategias alternativas que la reproducían, como la larga historia del atenuante de ira e intenso dolor exoneraba al hombre de la sanción ante la violencia contra la mujer o conocidas prácticas de peda-gogía negra.

Yolanda Puyana V. María Himelda Ramírez

Profesoras Asociadas de la Universidad Nacional de Colombia. Grupo de

Estudios de Familia. Cen-tro de Estudios Sociales

(CES) y Departamento de Trabajo Social.

1 Mayor información: [email protected] Puyana, Yolanda (comp.), 2003, Padres y madres en cinco ciudades colombianas. Cambios y permanencias, Almudena Editores, Bogotá, p.30.3 Pubiano N. y Zamudio, L., 1991, Las separaciones conyugales en Colombia, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, p. 344 Henao, M.L., 1998, “Mujeres en el mercado laboral”, en: Género, equidad y desarrollo, DNP, p.71.5 Rico, Ana, 1998, La familia colombiana al final del siglo, Dane.

el nuevo rol de la familia

Democracia,

La vida democrática en la familia a cambio de la violencia doméstica es apenas una de las transformaciones que se viene gestando en el hogar. Hacia ese concepto avanzan las políticas y prácticas, que se socializarán durante el seminario internacional “Familia, cambios y estrategias”, que realizará del 12 al 141 de octubre el Centro de Estudios Sociales (CES), y al que han sido invitados el psiquiatra español Rafael Manrique y la investigadora de la Universidad de Río de Janeiro, Clarice Peixoto, entre otros.

Al iniciarse el siglo XXI, pierde peso la familia nuclear, las mujeres y los hombres trabajan fuera del hogar y las parejas tienden a organizarse para la convivencia por consenso, ajenas a las formas legales.

El devenir de la familia

Solo en las tres últimas décadas se ha cuestionado el autoritarismo, las violencias familiares y se insiste en los derechos de la niñez y de las mujeres en el seno de la vida familiar. En los años ochenta y principio de los noventa, gra-cias a alianzas y trabajos man-comunados de investigadores, feministas y profesionales del Estado, se vislumbró como problema social y se comenzó a denunciar y cuestionar el maltrato. En la Constitución de 1991 está prohibida de ma-nera tajante este tipo de vio-lencia y, gracias a la Ley 294 de 1996, se crearon instrumentos legales para su tratamiento. Sin embargo estos cambios no son suficientes y aún son comunes prácticas tradicio-nales de castigo en la familia que generan innumerables daños a los más débiles.

En la actualidad, las familias presentan unas ca-racterísticas diferenciales en relación con el cambio. En una investigación realizada en cinco ciudades colom-bianas se concluyó que hoy entre las familias la dinámica cambiante es desigual. Per-siste una tercera parte de los hogares que aún reproducen las características tradiciona-les de las familias de los años sesenta, prima la figura del padre proveedor y la madre cuyo único proyecto vital se circunscribe al hogar. Sin em-bargo, entre la mayoría de los hogares residentes en las ciu-dades colombianas estamos construyendo modelos de ser padres y madres diferentes. Una serie de cambios en las relaciones de género conlle-van a que la mujer busque otras funciones además de la maternidad, el padre pier-de el estatus único de ser la fuente de la autoridad y son más frecuentes las expresio-nes afectivas.

En fin, asistimos en Co-lombia y en el mundo a múl-tiples cambios en la dinámica familiar que están siendo ob-jeto de la reflexión académica y de las políticas públicas a través del Estado. En 2005 he-mos hecho una alianza con el Departamento de Bienestar Social del Distrito para que a partir de los estudios sobre el devenir de las familias en el país y en otras latitudes pro-fundicemos en el análisis de su problemática, transforma-ciones y estrategias de políti-ca e intervención. Queremos incidir en que la población proponga alternativas de vi-da más democráticas en la privacidad familiar.

en 1964 el promedio de hijos por mujer era 7,4, la tasa de analfabetismo entre los adul-tos en 1951 era del 38%, y en 1964 las mujeres urbanas presentaban en promedio 3,5 años de educación y muy ba-ja participación en el merca-do laboral”2.

Al iniciarse el siglo XXI, las formas familiares varían, pierde peso la familia nuclear, la prole se reduce, las muje-res y los hombres trabajan fuera del hogar y las parejas tienden a organizarse para la convivencia por consenso, ajenas a las formas legales. En efecto, la fecundidad decreció a 3 hijos por mujer en el año 2000, las separaciones conyu-gales se han triplicado en los últimos 30 años3, las mujeres alcanzan altas tasas de parti-cipación en el trabajo (51%) y aumentan el promedio de educación de 9,85 años4. La familia nuclear desciende, y el 24% de los hogares en 1993 está compuesto por mujeres jefes de hogar con hijos5.

Persisten interpretacio-nes divergentes cuando re-flexionamos sobre la familia: unas corrientes de pensa-miento proclaman su carácter

dinámica, sus funciones, las formas de ejercer la auto-ridad, se expresa el afecto y las estrategias de sobrevi-vencia frente a las deman-das y las crisis de la socie-dad. Al mismo tiempo, los grupos familiares cumplen múltiples funciones, como la reproducción biológica, ge-neracional, la reproducción de la fuerza de trabajo y la protección de los integrantes del hogar.

Los cambios contextua-les recientes de la sociedad colombiana plantean a la academia y al Estado inte-rrogantes: ¿qué efecto tiene el conflicto armado en la fa-milias en situación de des-plazamiento?; ¿cómo están variando las formas familia-res?; ¿hacia dónde se dirigen las familias?; ¿qué relaciones entre los géneros estamos viviendo ahora que las mu-jeres cumplen papeles antes adscritos a los hombres y se demanda a éstos que desa-rrollen tareas hogareñas an-tes asignadas a las mujeres?; ¿qué conflictos intergenera-cionales están ocurriendo ahora que se cuestionan las formas drásticas de castigo y se prohíbe la violencia?

Archivo

Archivo

El padre ha perdido el estatus único de ser la fuente de la autoridad y son más frecuentes las colaboraciones en las labores del hogar.

Los cambios en las relaciones de género han conllevado a que la mujer busque otros papeles además de la maternidad.

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Medio ambiente

Agosto 29 de 2005, 05:30. Huracán Katrina, categoría 4, vientos superiores a 240 km/h. Zona de desastre: New Orleans y estados de Louisiana, Mississippi, Alabama; superficie afectada 235.000 km2, 980 muertos, 1’600.000 desplazados y refugiados, 250.000 viviendas destruidas, daño total en servicios, vías y líneas vitales. El evento natural más catastrófico en la historia del país más rico del mundo: Estados Unidos.

Aunque las pérdidas socioeconómicas y humanas de desastres por eventos naturales y antrópicos son frecuentes en los países en desarrollo, hoy estos planteamientos empiezan a hacer parte del discurso de un gobernante menos soberbio y de la reflexión de las instituciones de prevención y atención de desastres en el mundo.

El contexto para la tragedia

New Orleans, con el la-go Pontchartrain al norte, el Océano Atlántico al sur, el más caudaloso río de Norteaméri-ca, el Mississippi atravesando de norte a sur y toda el área un metro por debajo del ni-vel del mar; una ciudad que depende de diques, esclusas y sistemas de bombeo. En 2001, la comunidad científica alertó que no soportaría un hura-cán de escala superior a tres, reclamando inversión de US $500 millones para su mante-nimiento; se autorizaron US $166 millones por el gobierno federal; ahora, US $15.000 mi-llones costará su reparación estructural.

Esta región del Golfo ha tenido graves inundacio-nes por huracanes como el Betsy en 1965 y otro en 1985, y promedios de afectación por amenaza de huracán cada cuatro años e impacto directo cada 13.

Fue evidente la vulnera-bilidad “estructural y no es-tructural” en diques, represas, hospitales, edificios públicos, puentes, vías, viviendas, líneas vitales, desagües y hasta en el diseño del superdome (coli-seo cubierto); y la “funcional” por deficiencias gubernamen-tales, de protección, preven-ción y respuesta. Además, la sorprendente deprivación socioeconómica y cultural en ciudades con inocultable di-ferencia racial. Alabama, Lo-uisiana (Estado más pobre en 2003) y Mississippi aportan apenas el 3% del PIB.

El contexto ambiental está científicamente definido: evidencia de calentamiento global, incontrolada emisión

improvisación, ineficiencia y casi desdén. Es como si el Superman Syndrome (siste-ma y sociedad invulnerables) ya kriptonizado con los he-chos del 9-11, manifestara shock de respuesta. La dimen-sión de la tragedia requería reconocerla como tal; ni per-sonal ni recursos serían sufi-cientes. Con razón los deses-perados reclamos del alcalde de New Orleans, Ray Nagin, quien parecía ser el único consciente del impacto del huracán.

“Las informaciones se-ñalan que, inicialmente, no fue tan grave”, dijo el general Myers, Jefe del Estado Con-junto, excusando la vergonzo-sa demora. Al evidenciarse la

del alcantarillado, más de 100.000 barriles de combus-tibles de autos y embarcacio-nes mezclados en las calles y en el lago, fuente principal de agua potable para la ciudad. Crisis sanitaria por incre-mento en enfermedades en-démicas y diarreicas; intoxi-cación alimentaria, traumas, deshidratación, mordedura de animales (perros, serpien-tes, cocodrilos); picaduras de insectos que obligarán a vi-gilar manifestaciones virales, y riesgo de hepatitis A por aguas contaminadas; tras-tornos emocionales, psicoló-gicos y de comportamiento, casos de suicidio (ya regis-trados) e incremento en con-sumo de alcohol y fármacos.

lento, déficit cultural, despla-zamiento forzado, conflicto interno. Obliga a priorizar en mitigación, prevención y anticipación para evitar no solo los altísimos costes de la recuperación, sino la pérdida de vidas humanas, áreas es-tratégicas, bienes y bienestar que retrasan crecimiento y competitividad.

En este desastre fue do-minante el perfil burocrático y tardío de la administración de la emergencia, olvidando la obligada evaluación previa de tantos factores de vulne-rabilidad, ocultos o eviden-tes, en una sociedad orgullo-sa de su primacía mundial, que no los consideró como amplificadores del impac-

Ómar Agudelo S.*Carlos Suárez**

*Director del Centro de Estudios de Prevención de Desastres (Ceprevé)

de la Universidad Nacional de Colombia. **Investigador Ceprevé.

desastre gubernamentalKatrina:“La noción de prevención parece funcionar mejor para la guerra que para los desastres en los Estados Unidos”, argumentan dos expertos en emergencia y atención de desastres.

En este desastre fue dominante el perfil burocrático y tardío de la administración de la emergencia, olvidando la obligada evaluación de tantos factores de vulnerabilidad, en una sociedad orgullosa de su primacía mundial.

tragedia, se vio que no hubo compromiso en la cobertura y la obligatoriedad de la primera evacuación. Hubo dos tipos de damnificados: los blancos y pu-dientes que evacuaron a tiem-po en sus autos y, los negros y pobres que permanecieron en sus casas o fueron llevados al superdome, que no poseía estructura ni condiciones para albergar a tantos habitantes. Y el país estaba en vacaciones; el presidente Bush apareció en la escena del desastre al quinto día, así como los 7.000 efec-tivos de la Guardia Nacional, que debieron ser movilizados antes del impacto. No se apli-caron planes gubernamentales sectoriales de contingencia. El plan de emergencia estaba di-señado para “el más benigno de los escenarios”, agravado por el debilitamiento presu-puestal y político de la Agen-cia Federal para el Manejo del Emergencias (Fema, por sus siglas en inglés).

Consecuencias

Noventa millones de toneladas de aguas negras

Muerte, orfandad, abandono, desplazados y refugiados que lo perdieron todo. Infraes-tructura básica, industrial y agrícola destruida, 400.000 empleos perdidos, destruc-ción de patrimonio arquitec-tónico y cultural. Los costos superarán los US $200.000 millones con efecto econó-mico mundial.

Para la reflexión

El lema de la ONU en 1999 “Prevenir recompensa”, contrasta con la solicitud del presidente Bush al Congreso de un presupuesto cuatro ve-ces mayor al calculado para el reforzamiento de los di-ques colapsados por Katrina, sin contar gastos para reha-bilitación, reconstrucción e incentivos.

Contundente enseñanza para todos los países, y para aquellos como Colombia, al-tamente vulnerables al im-pacto de eventos naturales y antrópicos por sus condicio-nes de pobreza e inequidad, deterioro ambiental, corrup-ción, desempleo, crecimiento

de dióxido de carbono, inten-sificación de precipitaciones, millones de toneladas de só-lidos dispersos que aumentan las masas aéreas, la tempe-ratura y el nivel del mar. Los eventos naturales hidrome-teorológicos, entre ellos hu-racanes, serán cada vez más numerosos e intensos, espe-cialmente en ciudades coste-ras bajo el nivel del mar como New Orleans, Shangai o Ba-rranquilla. Evidencias sobran desde el año 1998 con el Mitch en Centroamérica y otros.

No obstante, la política del presidente Bush rechaza cualquier compromiso con el Protocolo de Kyoto que busca la reducción del 5% de emi-siones de carbón; sólo Estados Unidos genera, al mundo, el 25% de los gases invernadero.

El manejo de crisis

El Gobierno no previó el grave impacto de un hu-racán categoría 4-5, a pesar de las advertencias. Sorpre-sa, imprevisión, falta de pre-paración e información a comunidades, ayuda lenta,

to. En tanto, el mundo en desarrollo, por tener en su pobreza la cotidianidad de lo vulnerable, ha ido gestan-do un nuevo enfoque hacia la “gestión del riesgo”, como condición potencial existen-te y como proceso que va desde la previsión hasta la re-cuperación, analizable en sus componentes de amenaza y vulnerabilidad, y por tanto humanamente modificable. Para Estados Unidos, el aná-lisis debe acentuarse en la importancia de “lo vulnera-ble”, con independencia de la dimensión de la amenaza para controlar el impacto.

No nos exculpemos co-mo sociedades: es una ca-tástrofe global en sus cau-sas y consecuencias, que ya hizo que el presidente Bush planteara que hay que te-ner planes de contingencia y construir mejor que como estaban las cosas. Doloroso, mucho más cuando hemos visto las atrocidades de la “in-tervención preventiva” para declarar la guerra, pero no sus bondades antes de que la naturaleza reclame.

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Los estados quedaron sumidos en 90 millones de toneladas de aguas negras, 100.000 barriles de combustibles, que además contaminaron su fuente principal de agua potable.

Además de la infraestructura básica, industrial y agrícola, la ciudad perdió su patrimonio arquitectónico y cultural.

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Ensayo

Los recientes disturbios en Jartum, por motivo de la muerte en un accidente de helicóptero de John Garang, el veterano líder del Ejército de Liberación del Pueblo de Su-dán (Elps), y que acababa de ser nombrado vicepresidente de ese país tras el acuerdo de paz de enero de 2005, pone de relieve uno de los proble-mas recurrentes de la política global: la creencia de que cua-lesquiera sean las evidencias, ninguna muerte de una figura política, en un avión, un au-tomóvil o como resultado de “causas naturales”, puede ser accidental.

El gobierno de Sudán, recientemente comprometi-do en una coalición con la antigua guerrilla opositora de Garang en el sur, ha prome-tido hacer una investigación independiente, pero dadas las pasiones políticas y las sos-pechas en torno a su muerte, son pocos los que creen que esto va a resolver el asunto. Pero los sudaneses no son los únicos: la muerte de Yasser Arafat en un hospital parisino, por causas todavía no muy claras, ha llevado a muchos en el mundo árabe a creer que fue envenenado por los israelíes.

Cuando el rey Faisal de Arabia Saudita murió apuña-lado por un joven pariente enajenado en 1975, el mundo árabe se llenó de teorías de conspiración: los “rusos”, los “norteamericanos”, todo el mundo parecía estar impli-cado.

Después del que tal vez fue el asesinato más sonado de todo el siglo XX, el del pre-

sidente John F. Kennedy en Dallas en noviembre de 1963, se formó una gran industria de mitos, conspiraciones e insinuaciones, desde el tra-bajo del abogado Mark Lane (un incansable defensor de teorías alternativas en tor-no al depósito de libros y los montículos de pasto), hasta la más reciente película de Oliver Stone, JFK. Un servicio telefónico gratis llamado dial-a-conspiracy produjo incluso

Fred Halliday* Investigador

sobre el Medio Oriente y profe-

sor de Relaciones Internacionales en London School of Economics. Habla

seis idiomas y es autor de varios

libros, entre ellos The Middle East in International Rela-

tions: Power, Politics and Ideology (2005)

y 100 Myths about the Middle East

(2005).

Los asesinatos políticos

Guerra Fríaen la

Las víctimas de la era histórica entre 1945 y 1989 incluyeron a las víctimas de asesinatos, públicos y extrajudiciales, y de ejecuciones por el Estado. Fred Halliday hace un recuento de los incidentes que marcaron esa época y que siguen teniendo repercusiones en la nuestra.

Liu y Peng, opositores de los planes políticos y económicos más grandiosos de Mao, fueron arrestados, torturados, y murieron en la miseria y la oscuridad; mientras Mao vivió, sus muertes le fueron ocultadas al pueblo chino.

una versión diaria diferente de una red sin cabos suel-tos que involucraba a JFK, su hermano Bobby, Marilyn Monroe y un elenco de miles y miles.

Esta adicción a las cons-piraciones sirve de fondo y de advertencia para evaluar un tema sobre el que recien-tes investigaciones han lan-zado nueva luz: el papel del asesinato político durante la Guerra Fría.

La Guerra Fría duró más de 40 años, desde finales de la década del cuarenta hasta el colapso del comunismo centroeuropeo entre 1989 y 1991. Durante este periodo, Europa estuvo relativamente en paz (con excepción de la guerra civil griega y de algunas intermitentes cam-pañas terroristas); pero en otras partes del mundo, más de 20 millones de personas murieron en múltiples con-flictos en lo que fue conoci-do durante la mayor parte del periodo como el “tercer mundo”. En Corea y Viet-nam, en Afganistán y Guate-mala, en Angola y Nicaragua, en Camboya e Irán, la Guerra Fría recogió una devastadora cosecha.

Pero entre las zonas li-bres de violencia y los cam-pos de muerte, la Guerra Fría generó otra clase de violen-cia: los asesinatos, públicos y extrajudiciales, y las ejecu-ciones (el tema de los inten-tos de asesinato –se dice que la CIA inició cerca de 20 ope-raciones diferentes contra

El asesinato de Jhon F. Kennedy marcó un hito en la historia de los magnicidios políticos. Su muerte ha sido fuente de todo tipo de hipótesis conspiratorias.

La histeria conspiratoria se extendió hasta Asia y África con la muerte de prominentes líderes políticos como el rey Faisal, asesinado en 1975.

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EnsayoFidel Castro, a principios de los años sesenta– requeriría otro artículo). Ciertas reve-laciones de la última década plantean nuevas preguntas sobre el alcance y la natura-leza de esta clase de violen-cia, y el legado que le dejó al mundo sumido ahora en un nuevo conflicto global.

Un campo de muerte

La historia moderna está llena de asesinatos que han te-nido un impacto dramático en algunas políticas nacionales e internacionales:

• El asesinato por anarquistas de Alejandro II en 1881 desencade-nó la represión y el antisemitismo en el imperio ruso.

• La muerte a tiros del ar-chiduque Francisco Fernando en Sarajevo en junio de 1914 provocó la “gran guerra” que ahogó a Euro-pa en un mar de sangre y que inició lo que Eric Hobsbawm llamó “el siglo XX corto”.

• El asesinato del político liberal colombiano Jorge Eliécer Gaitán en 1948 (un día después de haberse reunido con una delega-ción de jóvenes hispanoamericanos que incluía a Fidel Castro, enton-ces de 21 años) fue la causa de una guerra civil –“la violencia”– que aún continúa.

• El derribo a tiros del avión en que viajaban los presidentes de Rwanda y Burundi el 6 de abril de 1994, Juvenal Habyarimana y Cyprien Ntaryamira, precipitó el genocidio de Rwanda.

Estos ejemplos se podrían multiplicar. El principio y el fin de la Guerra Fría en Europa fueron marcados por muertes políticas que tuvieron una per-tinencia directa en el enfren-tamiento global entre los dos bloques de las superpotencias:

• La muerte del político li-beral checo Jan Masaryk en marzo de 1948 al caer de una ventana del palacio de Praga –una defenestra-ción con muchos precedentes en la historia de Checoeslovaquia, y que no ha sido nunca definitivamente resuelta– marcó un paso crucial en la consolidación del gobierno comunista.

• La ejecución judicial del dictador comunista rumano Nico-lae Ceasescu y su esposa, el 25 de diciembre de 1989, después de que habían tratado de huir de un levantamiento popular, simbolizó el final del gobierno comunista en buena parte de Europa.

Durante el periodo de la Guerra Fría hubo otros ejem-plos de muertes políticas que tuvieron un profundo impacto en las políticas domésticas e internacionales:

• El asesinato del líder con-golés nacionalista Patrice Lumum-ba por un grupo de soldados, en connivencia con la CIA, en 1961.

• El asesinato del cautivo líder guerrillero Ernesto “Che” Guevara en Bolivia, bajo órdenes de la CIA, en 1967.

•La muerte del presidente chileno, Salvador Allende –aparen-temente por el suicidio con un re-vólver que le había regalado Fidel Castro–, en el golpe de Pinochet en septiembre de 1973.

Ninguno de estos inci-dentes tuvo consecuencias tan trascendentales como los de 1881, 1914 ó 1994, pero revela-ron la violencia que la confron-tación de las superpotencias sancionó fuera de sus domi-nios centrales.

Hoy en día, casi 16 años después del final de la Gue-rra Fría, ¿puede un acervo de nueva información resolver, o

sor escogido por Mao, trató de huir a la URSS después de un golpe de estado que fracasó; su prisa al usar un jet Trident sin suficiente combustible fue la causa de que se estrellara en Mongolia.

Ocho años después, las grabaciones de las comunica-ciones radiales chinas hechas por la agencia nacional de se-guridad de los Estados Unidos durante la masacre de Tianan-men, en junio de 1989, indi-can que la situación era aún más confusa de lo que parecía en ese momento, y que el ejér-cito chino tenía un claro plan deliberado para matar a los estudiantes que protestaban en la plaza central de Beijing.

A mediados de la década del 70 se inició un periodo de negociaciones entre las poten-cias de la Guerra Fría conoci-do como la “distensión”. Pe-ro también fue un momento en que los daños colaterales de muertes violentas (por lo menos en ese momento sin explicación) impactaron pro-fundamente a todos los perso-najes activos en las polémicas políticas de ese periodo:

• Orlando Letelier, el ex mi-nistro chileno de relaciones, exi-liado por el gobierno de Pinochet

en el Soas de Londres, fue asesi-nado en Phnom Penh en diciembre de 1978, en vísperas a la invasión vietnamita de Camboya.

• Ruth First, erudita y es-critora marxista surafricana, mu-rió en Maputo a causa de un paquete bomba enviado por los servicios de seguridad de Pretoria, en 1982.

Una puerta al futuro

La medida en que estas muertes y asesinatos altera-ron el curso de la Guerra Fría

Entre las zonas libres de violencia y los campos de muerte, la Guerra Fría generó otra clase de violencia: los asesinatos, públicos y extrajudiciales, y las ejecuciones (por ejemplo, se dice que la CIA inició cerca de 20 operaciones diferentes contra Fidel Castro, a principios de los años sesenta).

al menos ampliar nuestra com-prensión de estas muertes? En relación con algunos de los incidentes más espectaculares –el asesinato de Kennedy, o el accidente aéreo en el que mu-rió el presidente de Pakistán Zia ul-Haq en 1988– es poco lo que éstos han añadido a la suma de conocimientos que poseemos. La muerte del héroe de la liberación de Cabo Verde y Guinea, Amilcar Cabral en Conakry en 1973, fue atribuida en ese momento a las fuer-zas portuguesas, pero algunos sospechan ahora que fue obra de elementos del régimen anfi-trión suyo de Guinea.

Un rayo de luz

Pero sobre otros asesi-natos y muertes, durante los cuarenta años de congelación global, han sido reveladas nue-vas informaciones:

• Dag Hammarskjold, el se-cretario general de las Naciones Unidas murió el 18 de septiembre de 1961 en el Congo en un avión que se estrelló y que no fue de-rribado a tiros, como resultado de los intentos de unos agentes belgas –que se proponían separar Katanga del Congo– por obligar al avión a aterrizar a la fuerza (tal como lo informó Matthew Hughes en la London Review of Books).

• El secuestro y asesinato del líder socialista marroquí Mehdi Ben Barka en París en octubre de 1965 –cuando preparaba con los cubanos y los vietnamitas el lanzamiento de la Organización Tricontinental en La Habana– han sido con frecuencia atribuidos a la CIA y la Mossad, pero parece que él fue víctima del jefe de seguridad de Marruecos Mohamed Oufkir (muerto a su vez en un golpe frus-trado contra el rey Hasán II).

• Georgi Markov –el disi-dente búlgaro con un profundo conocimiento interno del círculo que rodeaba al veterano dictador Todor Zhivkov, que se convirtió en periodista de la BBC en Londres y que fue herido con un paraguas envenenado en el puente de Water-loo en 1978– fue asesinado por un italiano bajo contrato del servicio de inteligencia búlgaro (tal como lo reveló Sunday Times).

• Haile Selassie, el viejo em-perador etíope, fue visto por última vez cuando unos oficiales revolu-cionarios lo metían a la fuerza en un Volkswagen en 1974: ahora se sabe que su sucesor como jefe de estado, Mengistu Haile-Mariam, hizo que lo mataran en cautiverio y que su cuerpo fuera enterrado debajo del baño del palacio donde vivía el dictador militar.

Una cosecha de dolor

La biografía de Mao Tse-Tung, por Jung Chang y mi hermano Jon Halliday, contie-

ne fascinantes y macabras in-formaciones sobre la muerte de tres de los más importantes opositores de Mao en el lide-razgo del partido comunista chino: Lin Pio, Liu Shao-chi y Peng Te-huai.

Liu y Peng, opositores de los planes políticos y econó-micos más grandiosos de Mao, fueron arrestados, torturados, y murieron en la miseria y la oscuridad; mientras Mao vivió, sus muertes le fueron ocultadas al pueblo chino. Lin, en cierto momento el suce-

Publicado por la Universidad Nacional de Colombia con propósitos pedagógicos y bajo licencia académica de openDemocracy. Traducción de Nicolás Suescún.

y director del Institute for Poli-cy Studies de Washington (para quien yo trabajaba en ese momen-to) murió a causa de una bomba en su automóvil junto con su colega Ronni Moffitt, en septiembre de 1976; su asesinato fue obra de la policía secreta chilena (Dina) y extremistas derechistas cubanos y norteamericanos.

• David Holden, correspon-sal en el Medio Oriente de Sunday Times, murió en circunstancias aún no explicadas en El Cairo en sep-tiembre de 1977; la investigación de un año de su periódico conclu-yó: “Por cada posible explicación había buenas razones que demos-traban que ese no era el caso”.

• Malcom Caldwell, profe-sor de estudios del sureste asiático

es debatible. Puede que no se sepan nunca los datos com-pletos sobre algunos de estos asesinatos. También puede suceder que los incidentes con efectos a largo plazo no siempre sean los más espec-taculares:

• Mir Akbar Khyber, un comunista afgano, murió en abril de 1978 durante una manifesta-ción en Kabul; pocas personas pueden haber notado, o recuer-dan ahora, este incidente, pero fue la chispa que motivó la toma del poder comunista unos pocos días después.

• Nur Muhammad Taraki, líder comunista afgano, fue as-fixiado por su siniestro rival, Hafizullah Amín, en octubre de 1979; este incidente persuadió al ya senil Leonid Brezhnev a ordenar la invasión soviética de Afganistán en la que el mismo Amín murió… y que provocó la campaña militante jihadi de los años ochenta.

• Abdullah Azzam, líder palestino islamista, murió junto con sus dos hijos por una bomba en su automóvil en Pakistán, en 1989; de nuevo, pocos se dieron cuenta en ese momento, pero Azzam (y no su protegido de ese entonces, Osama ben Laden) controlaba las fuerzas jihadistas que habían combatido en Afga-nistán y al mismo tiempo se oponía a la extensión de la guerra islamista a otros blancos en el mundo no islámico. Organizara o no Azzam el crimen, el hecho fue que su muerte le dio el liderazgo a Osama ben Laden, y abrió así la puerta al 11 de septiembre de 2001 y a todo lo que ha seguido después.

Según un grupo de analistas de la historia política, la muerte de Jorge Eliécer Gaitán se puede explicar por el complejo juego de poderes y contrapoderes que dieron origen a la Guerra Fría.

Al menos veinte operaciones contra Fidel Castro habría iniciado el gobierno de los Estados Unidos en el periodo posterior a la década del sesenta.

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Jóvenes

A diferencia de los co-lombianos jóvenes de otras épocas, los de ahora no siem-pre heredan de sus padres el partido político, un indicio prometedor para quienes es-peran de ellos nuevas pro-puestas y no la continuidad de las maneras tradicionales de ver y manejar el país. Esto se expresa en un grupo de jóvenes de diversos partidos políticos que se dan cita en la Universidad Nacional gra-cias a una experiencia inédita de discusión que pone en el mismo espacio una muestra amplia de la diversidad po-lítica.

El abanico abarca Alter-nativa Democrática, Partido Conservador, Partido Liberal, Polo Democrático Indepen-diente, partidos uribistas y va-rios movimientos indígenas, cristianos y comunitarios. Son casi 100 jóvenes –50% hombres y 50% mujeres– que están tomando el curso “For-mación de liderazgos socia-les y políticos juveniles”. Para ellos, centro, izquierda y de-recha dejan de ser referentes espaciales y se convierten en categorías que configuran el espectro ideológico que evi-dencia maneras diferentes de entender y administrar el po-der; y aunque muchas veces estén en puntos opuestos, logran establecer un diálogo moderno que significa que no hay que matarse porque se tienen intereses distintos.

En las sesiones donde aprenden sobre filosofía po-lítica, regímenes políticos, prácticas parlamentarias y coyuntura, ocurre todo lo contrario a las convenciones de partidos, donde cada cual defiende sus tesis indepen-dientemente de si tiene o

no la razón. “Acá, por ser un escenario académico, plural y más desprevenido, escu-chan atentamente; se escu-chan mucho. En un primer momento se identifican con su partido pero desconocen lo que piensan los demás”, dice Marco Romero, director de este proyecto que realiza el Departamento de Ciencia

Política de la Universidad Nacional a partir de la con-vocatoria Capacitación para Líderes Democráticos de la Unidad para la Promoción de la Democracia de la Organi-zación de los Estados Ameri-canos y del Banco Interame-ricano de Desarrollo.

Todos coinciden en va-rias opiniones: que aunque

las ganas de hacer política son indispensables, es nece-sario tener una mayor for-mación, no exclusivamente académica, que permita un mejor desenvolvimiento y el desarrollo de proyectos co-herentes. Creen que lo más importante es trabajar por el país, es decir, que salga adelante sin importar quién

llegue al poder, y que es im-portante adelantar políticas a largo plazo. También hay muchos aspectos donde las diferencias son grandes.

Legendarios que se renuevan

Después del Frente Na-cional, liberales y conserva-dores empezaron un camino de desgaste, por eso hoy mu-chos jóvenes los ven desde el desprestigio, como “la vieja forma de hacer política”. Y mientras muchos se han ido por la vía del escepticismo o la búsqueda de alternativas en los nuevos partidos, otros le apuestan a la renovación de los partidos históricos. “Tenemos unos antecedentes sucios y ruines de politique-ría y clientelismo, pero los jó-venes tenemos que cambiar esa percepción”, dice Santia-go Soto, un conservador de la Universidad Nacional.

Los muchachos de las dos líneas, aunque se oponen en temas como la reelección y la solución al conflicto ar-mado, se encuentran en un punto fundamental: deben asumir la responsabilidad de renovar sus partidos y aban-donar las viejas prácticas; incluso cambiar esa idea he-redada de no relacionarse en-

Paula Grisales Unimedios

¿Qué están pensando nuestros

futuros políticos?Aunque se dice que muchos jóvenes colombianos viven desconectados de la política, hay otros que se han tomado en serio eso de ser “el presente y el futuro del país”. Un diálogo formador en la Universidad Nacional los prepara para construir nación en una sociedad que reclama sus propuestas.

Guillermo Flórez P.

Fotos cortesía: Marco Romero

Al inicio, estos jóvenes desconocían profundamente la ideología de los demás. Pero el diálogo les permitió conocer los argumentos ajenos y fortalecer o revaluar los propios.

En este espacio plural, para repensar el país y aportar a la solución de los problemas nacionales, se ve con preocupación que otros jóvenes no se interesen en la política nacional y sean meros espectadores.

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tre sí, “superar esa cuestión que el liberal tiene que ir en contra del conservador”, dice Fabián Rojas, un liberal de la Universidad del Rosario.

Este espacio les ha per-mitido conocer de cerca a sus contendores ideológicos en un país donde, como asegu-ra el profesor Marco Rome-ro, hay dificultad para esta-blecer un diálogo moderno basado en el reconocimiento explícito de que el otro tiene un interés y una perspectiva diferente de la lucha por el poder.

Dentro de las interven-ciones, la perspectiva indí-gena siempre se destaca por ser diferente. Su visión co-munitaria de la sociedad, la relación con la naturaleza y sus saberes ancestrales mu-chas veces sorprenden a los compañeros. Ellos llaman la atención sobre el poco avan-ce de la puesta en práctica de lo que está escrito en la Constitución de 1991.

Entre lo tradicional y lo nuevo

Contrario a lo que po-dría pensarse, los principales debates no se han dado en-tre los contendores tradicio-nales, sino entre un partido viejo y uno nuevo. La visión católica de la vida del con-servador se contrapone a la liberalidad y autonomía de pensamiento defendida por el Polo. El caso del aborto es ilustrativo. “Puede que caiga-mos en el anacronismo, pero esa es nuestra tesis, porque para nosotros la vida es pri-mordial”, dice Soto. Y Sebas-tián Romero, del Polo, res-ponde: “A diferencia de ellos, no creemos que las mujeres tienen demasiadas libertades ni están en las mismas condi-ciones que los hombres. Ellas tienen derecho a decidir có-mo y con quién tener hijos”.

¿Y si un homosexual quiere militar en el con-servatismo? “No, no podría combinar”, responden en esa corriente; sobre el mismo punto, el centro izquierda propone “un país donde to-dos quepamos”.

Lo interesante es que aunque las posturas son con-trarias, no descalifican a su contraparte. “Felicito a mis compañeros; han sido exce-lentes contendores. Además creo que un país no se pue-de pensar sin una dosis de conservadurismo”, concluye Romero, el del Polo.

Y aunque defienden las ideas de sus partidos, el pro-fesor Marco Romero explica que hay diversidad de pen-samiento en el interior de ca-da grupo. “No estamos ante militantes homogéneos que defienden sus tesis a muerte, sino que en sus propios par-tidos tienen polémicas crea-tivas, es decir, los jóvenes de hoy no están asumiendo la política desde una perspecti-va dogmática”.

Con Uribe o sin Uribe

Como reflejo del país, en otro ámbito de coyuntura, el desencuentro del grupo es grande en el tema de la re-elección y la ley de justicia y paz. A favor de la reelección están, obviamente, los uribis-tas (incluidos Cambio Radi-cal, quienes no se consideran dentro de esta corriente, sino más bien uribistas críticos),

los conservadores y el Mo-vimiento Independiente de Renovación Absoluta (Mira); aunque éste último propone que no sea inmediata sino a partir de 2010, pues “no es-tamos de acuerdo con que se movilice todo un andamia-je institucional y jurídico en función de la reelección, dis-trayendo la atención de las tres ramas del poder público”, dice Carolina Manrique.

“Las políticas del Pre-sidente han demostrado eficacia y eficiencia, y han permitido una evolución so-cioeconómica”, dice Javier Montes, uribista de Colom-bia Democrática y estudiante de la Universidad Jorge Ta-deo Lozano. Otros abogan por más tiempo para im-plementar políticas a largo plazo y conseguir objetivos como el fortalecimiento de la empresa privada, derrocar militarmente a la guerrilla y darle solución al conflicto a través de políticas basadas en la autoridad. “Para que se puedan dar necesitamos más tiempo”, dice Viviana Ortiz, de Cambio Radical.

Por otro lado, Alianza Social Indígena, Alternativa Democrática, Autoridades Indígenas de Colombia, el Partido Liberal, el Polo De-mocrático y el Movimiento Comunal y Comunitario re-saltan otros aspectos de la reelección. Aseguran, entre muchos argumentos, que es desigual porque el Presiden-te va a ser candidato en el poder, que estar ocho años en él desgastaría el proceso democrático, que acabaría el sistema de contrapesos y que es incoherente con el espíritu de la Constitución.

La ley de justicia y paz tampoco admite puntos me-dios: para unos no era po-sible negociar sin ceder un poco, para otros es demasia-do benevolente. Mientras los conservadores creen que “le permite al gobierno eliminar la impunidad”, Jesid Briñes Poloche, representante de las Autoridades Indígenas de Colombia, enfatiza que en su pueblo Pijao del Tolima, hay 110 casos de violaciones del Derecho Internacional Hu-manitario desde el año 2000: “este es el momento en que ni uno solo ha sido resuelto y con esta ley es imposible que salgan de la impunidad”.

Propuestas para el conflicto

Teniendo en cuenta que es muy probable que estos jóvenes en el futuro tengan en sus manos darle solución al conflicto, ¿cuál sería su propuesta para lograrlo? Los conservadores comulgan con la “seguridad democrática” de Uribe y proponen adop-

tar una guerra frontal que combata la “amenaza terro-rista”. En esta misma línea están Colombia Democráti-ca y Colombia Viva, quienes proponen darle continuidad al proyecto de Alternatividad Penal.

Los jóvenes del Polo y de Alternativa le apuestan a mo-dificar las estructuras socia-les que provocan la violencia y la exclusión. Alianza Social Indígena está de acuerdo con la izquierda y hace énfasis en una mejor distribución de la tierra. Cambio Radical com-bina las propuestas de la de-recha y la izquierda: primero guerra y, una vez terminada, solucionar los problemas que la originaron.

El Movimiento Comu-nal y Comunitario y el Movi-miento Independiente de Re-novación Absoluta proponen una salida negociada; lo mis-mo harían los liberales pero con la participación de un tercer interlocutor, la ONU o la OEA. Autoridades Indíge-nas de Colombia también ha-blan de una salida negociada donde ellos sean el tercer in-terlocutor.

Contrastes curiosos

Hay liberales de uni-versidades conservadoras, conservadores y uribistas de universidades liberales iden-tificadas con la izquierda y gente de izquierda de uni-versidades “gomelas”, lo que ayuda a desmitificar la idea que estas instituciones tienen necesariamente determina-das tendencias. “Los jóvenes tienen su propia lectura de las cosas y están buscando su propia manera de entender el país”, dice el profesor Marco Romero.

Les espera en las últi-mas sesiones de este curso, de un semestre, ejercicios en los que tendrán que poner-se en la piel del antagonista, como defender la campaña presidencial opuesta. “Que-remos ver, por ejemplo, a los de Alternativa y el Polo de-fendiendo la reelección y a los uribistas la candidatura de Carlos Gaviria o Antonio Navarro. Esto les permitirá pensar y reflexionar sobre lo que son, y a la vez hacer una reflexión desde el punto de vista del otro”, señala el direc-tor del proyecto.

En un país donde cues-ta tanto escuchar y construir con quien tiene ideas distin-tas, el reto de los jóvenes se-rá, entonces, no reproducir los vicios políticos que tanto han criticado y, en cambio, construir desde la democra-cia una visión plural y un es-cenario político en el que sea posible resolver las no pocas controversias y conflictos que entraña Colombia.

El Instituto de Estudios en Comunica-ción y Cultura (Ieco) realizará los días 6 y 7 de octubre la 2ª Feria de la Comunicación en la Universidad Nacional, con el propósi-to de hacer visible investigaciones, proyec-tos, prácticas y experiencias de estudios en comunicación y medios.

El objetivo es poner en escena los desarrollos alcanzados por la UN en el campo de la comunicación, para construir el insumo necesario para la formulación de las líneas de investigación de la maestría en Comunicación y Medios, promovida desde el Instituto y que deberá ser el resultado y la expresión del trabajo concreto de la Uni-versidad en los últimos años.

El evento se realizará en el Edificio de Posgrados de Ciencias Humanas, en el que los participantes podrán presentar y divulgar los resultados de sus trabajos en dos tipos de escenarios:

De reflexión

Aquí se desarrollará el seminario “Cul-tura mediática, imagen y comunicación audiovisual”, que presentará resultados de investigación; se pondrán en común las re-flexiones que surjan de proyectos, prácticas y experiencias en comunicación; se dará a conocer el estado del arte de los desarrollos de grupos, colectivos o miembros de una escuela o departamento, y se debatirá en foros y mesas de discusión. Aquí se tendrá como invitados internacionales a Renaud Lambert, Director del Observatorio Fran-cés de Medios y al profesor Antonio Fausto Neto de la Universidad do Vale do Río dos Sinos de Sao Paulo (Brasil).

De exposición

En este espacio se mostrará la pro-ducción de la Universidad en cualquier formato, lenguaje o medio de expresión, es decir, tendrán cabida exposiciones, insta-laciones, puestas en escena, proyecciones audiovisuales, realizaciones multimedia, producciones editoriales, programas de ra-dio, portales, revistas, entre otros.

Segunda Feria de la

Jueves 6 de octubre

10:00 a.m.Ponencia. “Poder mediático y resistencia, el ejemplo venezolano”, Renaud Lambert, Director del Observatorio Francés de Medios.

11:15 a.m.“Nuevos videojuegos y sus implicaciones para el conflicto en Colombia”, Carlos Germán Sandoval, Iepri.

12:00 m. Videoconferencia, “Construyendo usuarios, interfases, semiótica y cognición”, Carlos Scolari, Universidad del VIC, Barcelona (España).

2:30 p.m. “Usos periodísticos de las imágenes fotográficas, Colombia siglo XIX y XX”, Zenaida Osorio, Escuela de Diseño Gráfico.

3:15 p.m. “La narración en el cine colombiano de ficción 1950-2000”, Gabriel Alba Gutiérrez, Escuela de Cine y Televisión.

4:00 p.m.“El conflicto armado en Colombia: un análisis desde los medios de comunicación y su misión frente al terrorismo”, Marcos Leonel Cruz, Colectivo Estudiantil Brecha, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales.

Viernes 7 de octubre

9:00 a.m. Ponencia: “Efectos de las nuevas simbologías en las prácticas sociales”, Fausto Neto.

10:15 a.m. “Cine informativo de Los Acevedo 1925-1948”, Luisa Fernanda Acosta, Iepri.

11:00 a.m. “Discurso, impunidad y prensa”, Neyla Graciela Pardo Abril, Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura (Ieco).

11:45 a.m. “Historia de los noticieros en Colombia 1954-1980”, Adriana María Carrillo, Ana María Montaña y Milciades Vizcaíno, Iepri.

2:30 p.m. “Grupo de estudio en cine y filosofía KINOSOFOS”, Victor Andrés Arévalo, Departamento de Filosofía, Facultad de Ciencias Humanas.

3:00 p.m. Programa de Comunicación Escolar Prensa, Universidad Autónoma del Caribe, Martín Tapias.

3:45 p.m.“El lenguaje sonoro: un producto cultural que canaliza la construcción de sentido de las comunidades”, Ana María López Rojas, Universidad Católica Popular de Risaralda.

4:15 p.m. Foro para el cierre del evento.

Comunicación

ProgramaciónAuditorio anexo, Edificio de Posgrados

de la Facultad de Ciencias Humanas

Mayores informes: teléfono 3165000 ext: 18318, 18033. Telefax: 3165092

El profesor Romero resalta que los jóvenes tienen una necesidad de construir partidos fundados en horizontes de futuro bienintencionados.

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Política

Al examinar la hoja de vi-da de aquellos colombianos a quienes se les ha adjudicado la dirección de los altos cargos de la administración pública del país, es posible identifi-car ciertos patrones comunes en su formación académica: colegios bilingües, pregrados en prestigiosas universidades locales y estudios de postgra-do en instituciones educativas extranjeras. Es un hecho que el capital económico y cultural de estas personas desempeña un papel de primer orden en la configuración del poder pú-blico en Colombia.

Atento a esta realidad, el profesor François Serres, doc-tor en ciencia política de la Universidad París III, escribió su tesis doctoral Las élites de la administración pública en Colombia. En su investigación se muestran los criterios y pro-cesos de selección de esta élite que ocupa la dirigencia del Es-tado, así como el rol que cum-plen la formación académica y el prestigio de la universidad en la que se educa. También su origen social y los valores que la identifican. Además, a partir del trabajo, se cuestionan cier-tas creencias y prejuicios que forman parte de la percepción que tiene la opinión pública sobre la eficiencia y legitimi-dad de estos grupos.

Para socializar los resul-tados de la experiencia investi-gativa y comentarla de manera crítica, el Instituto de Estudios en Educación de la Univer-sidad Nacional y el proyecto de investigación “Criterios y prácticas de reclutamiento” realizaron el conversatorio “Formación de élites y edu-cación superior: meritocracia, equidad y competencias”, que contó con la presencia de los profesores Víctor Manuel Gó-mez, director del Instituto, y Edgar Bejarano e Iván Hernán-dez de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional.

Uno de los principales problemas de la investigación fue delimitar el grupo de estu-dio. Según Serres, cuando bus-caba a los interlocutores para entrevistar en la primera fase del trabajo, éstos no entendían a qué se refería con élites de administración pública. Ésta se define como la clase diri-gente, o en términos peyora-tivos, como la “oligarquía”. Por tal razón fue necesario dife-renciarla de la élite política o económica.

Afirma el investigador: “Los criterios para definir quiénes hacen parte de esta élite fueron un tanto empí-ricos: cercanía al poder cen-tral o al poder político, pues la diferencia jurídica entre funcionarios de carrera y de libre nombramiento y remo-ción no es definitiva en el caso colombiano”. Así mismo, para efectos metodológicos, Serres distinguió entre funcionarios económicos del nivel directivo (Ministerio de Hacienda, Ofi-cina de Planeación Nacional, Banco de la República, entre otras entidades) y el resto de los altos funcionarios de la ad-ministración pública. De igual forma tuvo en cuenta la im-portancia del cargo al interior de cada entidad.

Aquí mando yo

Las entrevistas realizadas a 131 altos funcionarios co-lombianos fueron un insumo fundamental para el trabajo,

y contribuyeron a perfilar el aspecto cualitativo del mismo. Preguntas como: ¿cuál es su re-lación con los grupos de interés o de presión?, ¿cuáles son los factores que usted considera influyeron en su nombramien-to?, fueron complementadas con un encuentro abierto con otros funcionarios de cargos medios en un panel programa-do por el investigador.

Con estos elementos y el rastreo de su formación pre-universitaria se concluyó que definitivamente las personas que ocupan cargos directivos en la administración pública no estudiaron en colegios ofi-ciales (apenas el 3,8 % lo hicie-ron); también, que el número de altos funcionarios educa-dos en colegios públicos de provincia es muy escaso.

En cuanto a las universi-dades, se identificaron a “cua-tro grandes” que proveen el capital humano que llegará a las instancias definitivas de la administración: Los Andes, Ja-veriana, Externado y Rosario; en éstas se formaron el 48,5% del total de funcionarios de los altos cargos públicos del país. Mientras que sólo el 17,5% se educó en la universidad pú-blica.

Ante esta situación, Se-rres encontró que persisten algunos prejuicios que influ-yen en la preferencia de la universidad privada por par-te de aquellas personas cuyo capital económico y cultural previo les permite proyectar un futuro profesional exitoso en la administración pública. Entre otros prejuicios están: la reputación de izquierda de la

universidad pública, el temor a paros y cierres de estas insti-tuciones, y la ausencia de una “red de amigos influyentes”.

De la misma manera fue posible inferir del trabajo el cambio de profesión de quie-nes toman las decisiones ad-ministrativas. Si hacia los años cincuenta tanto el general Ro-jas Pinilla como su sucesor, el presidente Alberto Lleras –ambos ingenieros– ocuparon las altas dignidades del Esta-do, posteriormente fueron los abogados (especialmente de la Universidad Javeriana) quie-nes detentaron el poder. Ac-tualmente son los economis-tas con estudio de posgrado en universidades norteameri-canas y pregrado en Los Andes los que parecen dirigir la buro-cracia oficial.

Sin embargo, en el con-versatorio, el profesor Iván Hernández mostró, apoyado en una investigación realizada con información compilada del Departamento Administra-tivo de la Función Pública, que se prevé un cambio en la con-formación de estas élites, don-de la Universidad Nacional, especialmente sus ingenieros, llegarán a los altos cargos.

El trabajo –que no inva-lida el del profesor Serres, por el contrario, lo complementa– señala de manera prospectiva el paulatino reconocimiento de algunos criterios de calidad académica –como los puntajes Ecaes, donde la Universidad Nacional fue la mejor– y que, según Hernández, incidirán en la configuración del poder pú-blico cuando se filtre este tipo de información hasta las altas esferas de la administración del Estado.

A este respecto, los pro-fesores Edgar Bejarano y Víc-tor Gómez, coincidieron en la necesidad de profundizar los métodos meritocráticos para la selección de estos funcio-narios, con criterios de trans-parencia y equidad. El director del Instituto de Estudios en Educación fue enfático en re-conocer que la pérdida de lide-razgo en la función pública de las universidades del Estado también se ha debido al mal manejo de las crisis en el inte-rior de estas instituciones.

Las prácticas clientelis-tas cohabitan con los criterios transparentes de selección de estas élites, según Serres. El profesor agrega: “No está de más subrayar que de la ade-cuada labor de éstas depende en buena medida el funcio-namiento eficiente del Estado y una adecuada inserción del país en el mundo globalizado”.

Yino Castellanos Unimedios

Graduados en elpoder

Las élites que ocupan los altos cargos de la administración pública del país son seleccionadas a partir de variados criterios y mecanismos de reclutamiento que incluyen su formación académica. Apartes de la investigación del profesor francés François Serres expuesta en el conversatorio: “Formación de elites y educación superior: meritocracia, equidad y competencias”, realizado en la Universidad Nacional.

Guillermo Flórez P.

Más que una pugna entre la universidad privada y la pública por el poder estatal, el estudio revela la paulatina consolidación de una élite estable en la administración oficial.

François Serres advierte que la meritocracia tiene límites, pues muchos funcionarios que alcanzan altos cargos de esta manera pronto adoptan los valores y creencias de la élite.

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Internacional

De nuevo en la última cumbre de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se ha impuesto la “diplomacia tradicional”, aquella que con-sidera a la prisa como algo “plebeyo”, la que acostumbra deambular y subsistir en ho-teles cinco estrellas; en esos mundos no generalizables, donde no existen devaluacio-nes, ni procesos inflaciona-rios; en donde no se enfrenta la incómoda presencia de los pobres.

Lo que observamos co-mo producto de este último periodo de sesiones de la organización que cumple 60 años de fundada, es producto de líderes políticos renuentes a asumir sus responsabili-dades, a esas actitudes po-pulistas que prefieren hacer lo fácil y “aceptable” en lo inmediato, en vez de lo nece-sario, urgente e importante. Es producto de burocracias aletargadas, acostumbradas a laborar con sofocante len-titud, jugosos ingresos y no-tables beneficios.

En verdad los resulta-dos no son alentadores. En la pasada cumbre de la ONU, para sintetizar de manera rá-pida un tema complejo, y de cómo lo detallara El Tiempo de Bogotá, se tenían funda-mentalmente cinco temas que abordar. Veamos sus ca-

racterísticas y un resumen de sus conclusiones.

Un tema de gran calado era la propuesta de reforma interna de la organización. Se sabe que es un tema espinosí-simo, en donde es virtual-mente imposible salir bien librado en términos políticos. La presión existe en cuanto a reestructurar el poder real de la organización: el Consejo de Seguridad.

Se trata de ampliar el “candado” que representan los votos permanentes con derecho a veto de las poten-cias que ganaron la Segunda Guerra Mundial –a las que se agregó China–. Se planteó como medular, la necesidad de incorporar establemente a dos naciones africanas, y dos latinoamericanas, al tiempo que Japón y Alemania trata-ban de hacerse de sillas in-dividuales en ese codiciado centro de poder mundial.

No se tomó una medida al respecto. Lo acordado sería la creación de una “oficina ética” a la que se dotaría de independencia. Es evidente la dudosa eficiencia de tal apartado organizacional, a no ser la de crear puestos burocráticos para los que no habría tardanza en ocupar.

Ni respuesta ni autonomía

Un segundo aspecto fue la ayuda al desarrollo. Desde 1992 con la Cumbre de la Tierra en Brasil, se ha insis-tido en que los países más desarrollados deberían des-tinar un monto de 0,7% de su producción total anual en ayuda al desarrollo. Las úni-cas naciones en hacerlo son las nórdicas. Estados Unidos se opuso furiosamente a esta iniciativa. Los representan-tes terminaron exhortando a cumplir con las Metas del Mi-lenio de la organización, y a combatir la pobreza. Retórica de la más añeja.

El tercer y cuarto aspecto están entrelazados: combate al terrorismo y mantenimien-to de la paz. Aquí se “pidió” un esfuerzo adicional a los países para lograr un acuerdo respecto a una convención contra el terrorismo interna-cional. Se omitió el derecho de los países a resistir ocu-paciones. Además se decidió constituir la Comisión para la Construcción de la Paz. Otra instancia burocrática. No se especifica número de miem-bros ni representaciones. Se

dijo que estarían presentes las naciones que más contri-buyeran con tropas y dinero.

La evidencia demos-traría que se continúa con la debilidad institucional en la lucha contra el terrorismo. Como si la intención fuera dejar pasar las cosas. Exac-tamente el criterio de impre-visiones que luego resultan muy costosas, y que a la pos-tre terminan desacreditando al organismo, al tomar posi-ciones las potencias, al mar-gen de la ONU, como sucedió con el caso de Irak en marzo de 2003.

En el fondo pareciera que se desea dejar a la or-ganización mundial sin dos elementos: a) capacidad de respuesta rápida; y, b) auto-nomía de gestión que pudie-ra garantizar resultados tan urgentes como oportunos en muchas condiciones. He allí un factor que contribuye a que la ONU sea percibida como ineficaz, aparte, desde luego de la burocracia inter-na. Pero es de señalar cómo hay potencias que predispo-nen para ello y luego termi-nan culpando a la víctima.

Los casos que pueden identificar lo anterior son varios: Somalia (1992), Bu-rundi y Ruanda (1994), Bos-nia (1995). En todos ellos las respuestas ágiles no se mani-festaron producto de la mis-ma parsimonia en la toma de decisiones y del candado que representan los poderes de veto. En todo caso no es posible que ahora se venga a señalar todo ello, precisa-mente para recortar los apor-tes a la organización, como de hecho lo ha manifestado Estados Unidos.

Compromisos pospuestos

Finalmente un quinto tema. En cuanto a derechos humanos sería substituida la desacreditada Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, por un nuevo Con-sejo de Derechos Humanos.

No se establece si esta nueva creación sería permanente, ni sus funciones, ni mandato, tamaño, o cómo estaría con-formada.

Todos esos detalles que-darán para ser discutidos en reuniones “técnicas”, para negociaciones que se espe-ra puedan finalizar antes de septiembre de 2006. Si no se logra, como es de esperarse, se pueden autorizar tantas prórrogas como sea necesa-rio. Véase la lentitud, la ca-rencia de resultados. Y sin resultados, como en otros niveles de la vida –personal, institucional, de gobierno– no puede haber credibilidad consistente. Esos postulados no conforman el código ac-tual.

Las conclusiones han sido textos generales, la am-bigüedad de buenos propó-sitos. Ello permite que todos salgan satisfechos al no ha-berse comprometido a nada, dispuestos a los brindis del cierre de actividades.

La ONU, surgida con tantas esperanzas, y de quien se esperaba fuera el actor central sobre el uso de los “dividendos de la paz” luego de finalizada la Guerra Fría, continúa en condiciones de letargo, de transición. Una transición sin llegar a ningu-na parte.

Sin embargo, la respon-sabilidad no es totalmente de la ONU. La entidad responde a la real voluntad política de los países. Es consecuencia de ello. De allí que las po-tencias más desarrolladas tengan una indispensable responsabilidad, que hasta ahora no asumen.

Seguimos presenciando retórica en lugar de compro-misos, frases hechas en lugar de programaciones de traba-jo, inculpaciones mutuas en vez de aportes sustantivos. Los cambios de fondo, que promoverían resultados ge-nuinamente eficaces, siguen esperando para mañana. Un mañana que nunca aparece.

Giovanni E. Reyes Profesor de la Facultad de Ciencias Económi-cas de la Universidad

Nacional de Colombia.

Se postergan otra vez las decisiones de fondo que la Organización de las Naciones Unidas debe tomar, y que vigorizan la percepción de que la institución ha degenerado su misión filantrópica en una burocracia de etiqueta.

Organización de Naciones Unidas

Retórica de una

reestructuración

Los asistentes a la cumbre parecen abogar por anular la capacidad de respuesta rápida y la autonomía de gestión que garantiza resultados urgentes y oportunos.

“Seguimos presenciando retórica en lugar de compromisos, frases hechas en lugar de programaciones de trabajo, inculpaciones mutuas en vez de aportes sustantivos”, dice Reyes con respecto al último periodo de sesiones de la ONU.

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Editorial

Como garantía de la autonomía uni-versitaria fue interpretada la decisión de la Corte Constitucional que declaró inexequi-ble apartes del artículo 8T4 de la Ley 812, que interpusiera la Universidad Nacional de Colombia en febrero de este año. El fallo divulgado la primera semana de septiem-bre, le permitirá a la Nacional recuperar 19 mil millones de pesos, que mantenían congelados los ministerios de Educación y Hacienda.

En Colombia, el concepto de calidad de la educación ha sido motivo de per-manente reflexión y las diversas formas de medirla son tema de enriquecedoras discusiones. El debate, en lo que a edu-cación superior se refiere, es de enorme pertinencia si tenemos en cuenta que los estudios recientes, basados en una ga-ma de indicadores concretos, revelan que ninguna de nuestras universidades figu-ra dentro de las quinientas instituciones más prestigiosas del mundo. Encontra-mos explicable que el Gobierno Nacional manifieste su inquietud al respecto y haya propuesto la aplicación de indicadores de gestión o mecanismos de medición que busquen detectar y corregir las ineficien-cias, de manera que se propenda por una mejora de la calidad.

En este contexto se expidió la Ley 812 de 2003. En el artículo 84 se contempló que, a partir de su vigencia, un porcentaje de las transferencias que reciben las uni-versidades públicas entrarían a un fondo común para repartirlo de acuerdo con indicadores proyectados, previo proceso de concertación entre los rectores con el Gobierno Nacional. Para cualquier ciu-dadano que no esté familiarizado con el concepto de autonomía universitaria, se trata de un tema intrascendente. Sin embargo, para una institución como la Universidad Nacional de Colombia, un artículo de tal naturaleza estremeció su esencia misma: la autonomía.

El núcleo de la autonomía lo consti-tuye la posibilidad real con la que deben contar las universidades para autodeter-minarse en el ámbito académico y admi-nistrativo. La autonomía implica que el quehacer universitario se autorregule de manera que no haya lugar para la inter-vención indebida de agentes externos a las instituciones mismas, a estos espacios excepcionales de creación y circulación del conocimiento dentro del pluralismo, la diversidad y la libertad de pensamiento. La autonomía incluye el manejo respon-sable de los recursos, con mayor razón si provienen del erario, de manera que la Universidad pueda cumplir con las fun-ciones de servicio público que permita a los ciudadanos el ejercicio del derecho fundamental a la educación.

La redistribución de los recursos provenientes de las transferencias que hace la Nación a las universidades, de acuerdo con los términos del artículo 84 de la mencionada ley, limitó extraordina-riamente la autonomía universitaria y le tocó sus cimientos. La Ley 812 de 2003, por medio de la cual se recortaba el 8% del presupuesto de las universidades pú-blicas, permitió la creación de una bolsa común del orden de los 100.000 millones de pesos, de los cuales la Universidad Na-cional aportó 25.000 millones, de los cua-

les hasta el momento se nos han devuelto 6.000 millones. Además, este mecanismo impidió que en 2004 la Universidad reci-biera 2.600 millones de pesos para gastos de funcionamiento.

Así, la puesta en marcha de progra-mas y la gestión de los recursos destina-dos a la realización de actividades aca-démicas, en lugar de atender a políticas institucionales propias, definidas en el plan de desarrollo de cada universidad, dependería mayormente de las decisio-nes, unilaterales del poder ejecutivo, lo que no se compadece con los preceptos de la Constitución Política.

Aceptamos que la autonomía no es absoluta, pues las instituciones no están eximidas de rendir cuentas a la sociedad sobre la ejecución de los dineros públi-cos y no consideramos una injerencia indebida responder al Gobierno Nacional sobre la utilización de los recursos que provienen del erario. Compartimos que el o la titular del Ministerio de Educación presida nuestro Consejo Superior Uni-versitario, que su delegación se haga en el Viceministro de Educación Superior, que el Gobierno Nacional participe en este organismo colegiado con sus dele-gados. Algunos lamentamos que no haya presencia del Ministerio de Hacienda en este Consejo, como la hubo hasta hace algunos años y preferiríamos que también estuviera presente el Director Nacional de Planeación. La Universidad Nacional de Colombia junto con las demás universi-dades públicas constituye un proyecto cultural y humano irrenunciable y exige la mayor atención del Gobierno Nacional. Sin embargo, la participación de éste no puede interpretarse como una distorsión que desdibuje la autonomía que la Car-ta nos otorgó, ni como una aceptación de posiciones que impliquen la implan-tación de políticas gubernamentales del momento.

La Universidad Nacional de Colom-bia reconoce que mediante la Ley 812 de 2003 se aprobó el Plan de Desarrollo del actual gobierno. Sin embargo, las conside-raciones anteriores nos llevaron a deman-dar ante la Honorable Corte Constitucio-nal el artículo 84 de esta ley. La asignación de recursos no puede condicionar la pro-puesta de desarrollo de las universidades a un plan gubernamental determinado. El alto tribunal acogió nuestros argumentos, los compartió, declaró inexequibles los apartes del artículo, pues a su entender, al igual que al nuestro, se atentó contra la autonomía universitaria. El fallo reafirmó nuestra autonomía y obviamente el be-neficio es extensivo a todo el sistema de universidades públicas.

La Universidad Nacional de Colom-bia continuará manejando sus recursos responsablemente y expresa su compro-miso con adelantar todas las acciones que conduzcan al mejoramiento de la calidad de la educación en el país. Continuará participando activamente en la identifi-cación de indicadores que respondan a la realidad y a las necesidades de la sociedad colombiana, colaborará en la consolida-ción del Sistema de Universidades Estata-les y cumplirá con la misión que se le ha confiado. Participará de manera efectiva en la definición de políticas públicas y solicitará la colaboración del Gobierno Nacional. Por supuesto, esta solicitud no significa, en modo alguno, sacrificar valo-res que le son tan caros como la autono-mía universitaria.

Ramón Fayad Rector de la Uni-versidad Nacional

de Colombia

Corte Constitucional reafirma

autonomía universitaria

Ciencia

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La “constante cosmo-lógica” fue introducida por Einstein con un alto costo: modificar sin razón física al-guna sus ecuaciones. Luego, ante el trabajo de Hubble, por el cual se supo que el Universo está en expansión, Einstein afirmó que haber forzado sus ecuaciones con esta constante había sido el “mayor error de su vida”. No obstante, en el modelo cos-mológico actual, esta cons-tante tiene una importancia fundamental.

Recién formulada la teoría especial de la relativi-dad en 1905, Albert Einstein (1879-1955) vio la necesidad de revisar otro de los grandes pilares de la física: la ley de gravitación universal de Isaac Newton (1642-1727).

Esta ley establece que entre todos los cuerpos, inde-pendiente de su naturaleza, actúa la fuerza de la grave-dad, la cual solo depende de la distancia entre los cuer-pos y de la masa de ellos, y de paso implicaba que esta fuerza era instantánea. La ley de gravitación universal era considerada uno de los logros más importantes de la mente humana, pues con su sencillez se podía explicar el movimiento, tanto de los cuerpos en la tierra, como de todos los objetos celestes, con resultados tan extraordi-narios como la predicción, en el siglo XIX, de la existencia de un nuevo planeta: Plutón.

La razón fundamental que condujo a Einstein a re-visar esta ley fue de carácter teórico y no por motivos ex-perimentales u observaciona-les. Así, el segundo postulado de Einstein de la relatividad especial, sobre la constancia de la velocidad de la luz en el vacío para cualquier observa-dor, tiene, entre otras conse-cuencias, que ninguna señal o interacción física puede viajar más rápido que la ve-locidad de la luz. Así la natu-raleza instantánea de la ley de gravitación universal de Newton se encontraba en contradicción con este prin-cipio.

En 1915 Einstein publi-ca su trabajo sobre la teoría general de la relatividad, la cual conduce a cambios aún más profundos en nuestra concepción del espacio y el tiempo, que aquellos que se habían dado con sus trabajos de 1905.

Dos célebres resultados que confirmaban su teo-ría eran: el corrimiento en el perihelio de la órbita de Mercurio y la desviación de la luz por el Sol, corroborada por Arthur Staney Eddintong (1882-1944) en 1919 en la ob-servación del eclipse total de Sol en ese año.

Hasta esta época se consideraba que el Univer-so era estático. Esta concep-ción, que ya venía desde los tiempos de Newton, estaba sustentada en las observacio-

nes astronómicas, pues salvo movimientos locales de al-gunas estrellas o sistemas de estrellas, los objetos celestes observados y estudiados has-ta entonces, aparecían fijos en la esfera celeste.

¿Cómo explicar el Universo?

La fuerza de la gravedad descrita por la ley de gravita-ción universal es una fuerza atractiva y que actúa entre todos los cuerpos del Uni-verso. ¿Cómo explicar que el Universo observado, con sus estrellas fijas, que ha existido por cientos o miles de millo-nes de años, no haya colapsa-do por efectos de esa fuerza de atracción universal?

Este fue el problema que Einstein abordó en 1915 con su teoría general de la relati-vidad, partiendo del princi-pio cosmológico: el Universo se asume isotrópico y homo-géneo, es decir, el Universo observado es el mismo, sin importar desde qué punto o en cuál dirección se esté observando. A partir de este principio, Einstein empren-

dió la tarea de resolver sus ecuaciones, modelando la materia del Universo como un fluido de partículas ho-mogéneamente distribuido en el espacio.

No obstante, ninguna de las posibles soluciones que encontró a sus ecuaciones le describía un Universo está-tico. Entonces se dio cuenta que era posible tener una so-lución estática si a sus ecua-ciones les adicionaba un tér-mino que llamó “constante cosmológica”. El costo era al-to: modificar sin razón física alguna sus ecuaciones, pero el Universo así lo exigía.

Entre tanto, la astrono-mía continúa su vertiginoso desarrollo y, en 1929, Edwin Powell Hubble (1889-1953) anuncia que todas las ga-laxias se están alejando de nosotros con velocidades proporcionales a la distancia que nos separa de ellas. Este escenario, de un Universo en expansión, era precisamente lo que una de las soluciones de las ecuaciones de Eins-tein predecía. Por esta época, Einstein comentó que haber

forzado sus ecuaciones, con una “constante cosmológica”, había sido el mayor error de su vida.

De nuevo la constante

La “constante cosmoló-gica” emerge de nuevo en el campo de la física en la déca-da de 1960 con los trabajos de Iakov Zeldovich (1914-1987). El contexto era otro, enten-der la física de las partículas elementales y las fuerzas fundamentales que rigen el micromundo: fuerte, débil y electromagnética. Las teo-rías de partículas elementa-les predicen la existencia de una energía mínima de los sistemas, llamada la energía del vacío. ¿Cómo medir esta energía? Pues en los procesos físicos usuales lo que se mide son los cambios de energía del sistema, pero no es po-sible medir su valor mínimo por definición.

Debido a una de las pre-dicciones fundamentales de la teoría especial de la relati-vidad de Einstein –la equiva-lencia masa-energía (E=mc2)-, y al principio de equivalen-

cia entre la masa inercial y la gravitacional, enunciado por Galileo Galilei (1564-1642), que establece que todos los cuerpos sobre la tierra caen con la misma aceleración, Zeldovich propuso que esa energía del vacío se podía medir gravitacionalmente. Es decir, esa energía debe ejercer fuerza gravitacional y mostró que si esta energía del vacío se consideraba como parte de la masa gravitacional del Uni-verso, entonces las ecuacio-nes de Einstein de la relativi-dad general debían contener un término que diera cuenta de esta energía y que tuviera exactamente la forma de la “constante cosmológica”, que Einstein había introducido sin justificación alguna en 1915.

La “constante cosmoló-gica” representa hoy día un papel fundamental, tanto en el contexto de la física teóri-ca, como en la astronomía, astrofísica y cosmología. En efecto, técnicas observacio-nales recientes basadas en lentes gravitacionales han permitido determinar para esta constante un valor dife-rente de cero. Las implicacio-nes de la “constante cosmo-lógica” hasta ahora se están comenzando a entender, y si sobrevive o no a los nuevos desarrollos de la ciencia, no le quitará el papel importan-te que ella ha desempeña-do en el entendimiento de nuestro Universo actual, y en este sentido “el mayor error de Einstein” en la actualidad es una de sus contribuciones más significativas.

¿el gran error de Einstein?La constante cosmológica:

La idea de un universo estático reñía con su constante expansión y la fuerza de la gravedad, dilema que Einstein solucionó al introducir la constante cosmológica, que el científico tildó como su mayor equívoco. Pero grandioso “error”, dicen los astrónomos, sin el cual hoy no se entendería el Universo.

Juan Manuel Tejeiro SarmientoProfesor Titular del

Observatorio Astronó-mico Nacional de la

Universidad Nacional de Colombia

La constante cosmológica que en principio parecía una inconsistencia de la física relativista, terminó convirtiéndose en otro éxito más de la genialidad de Einstein.

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Entrevista

El pasado 15 de septiembre, la Fundación Alejandro Ángel Es-cobar realizó una nueva versión de los Premios de Ciencia y So-lidaridad 2005, en los cuales la investigación de la Universidad Nacional de Colombia fue la más galardonada.

En la categoría Ciencias So-ciales y Humanas el premio fue otorgado al antropólogo Augus-to J. Gómez López de la Uni-versidad Nacional de Colombia, con su trabajo “Putumayo. In-dios, misión, colonos y conflic-tos. 1845-1970”. La obra se ocupa del análisis histórico acerca del avance y la expansión de la fron-tera interna, de la definición y defensa de la frontera externa en la selva oriental amazónica y, en particular, de los procesos de penetración y colonización del piedemonte del Putumayo em-prendidos desde mediados del siglo XIX.

Así mismo, Gómez, investi-gador del Centro de Estudios So-ciales (CES), profundiza en el pa-pel de las misiones y en especial de los capuchinos en la incorpo-ración de dicho piedemonte lo que, en su conjunto, construyó las bases para la progresiva y cre-ciente presencia y actuación del Estado-nación colombiano en la Amazonia, dentro de un largo, conflictivo y cruento camino ha-cia la integración, que aún no termina por consolidarse.

Por otra parte, en la catego-ría de Ciencias Exactas Físicas y Naturales el premio fue para el trabajo “Energía eléctrica a partir de las nubes de tormenta: avan-ces en el proceso de captación y almacenamiento”, adelantado por el Grupo de Investigación en Compatibilidad Electromag-nética (EMC), de la Facultad de Ingeniería, bajo la coordinación del ingeniero Francisco Román

La investigación adelantada por cerca de 20 años, ha demos-trado que es posible cosechar y utilizar la energía del campo eléc-trico producido por las nubes de tormenta (fuerza mecánica entre las cargas positivas y negativas), a través de electrodos flotantes (objetos metálicos eléctricamen-te aislados que se sumergen den-tro de un campo eléctrico) antes de que caiga el rayo.

El fenómeno conocido como “efecto corona” le ha permitido al grupo obtener cuatro paten-tes (tres registradas en Estados Unidos y una en Colombia) con enormes posibilidades industria-les para el país, debido a los bajos costos que genera la tecnología y a la aplicación inmediata.

Dentro de las menciones concedidas, la de Ciencias Socia-les y Humanas fue para el trabajo de los profesores Salomón Kal-manovitz y Enrique López Enci-so, “La agricultura colombiana en el siglo XX”. De igual manera, la investigación “Fundamentos biológicos de la percepción del habla: la extracción de regula-ridades rítmicas y estadísticas”, realizada por Juan Manuel Toro Soto, egresado de la Carrera de Psicología de la Universidad Na-cional y actual investigador del Grupo de Psicología Básica de la Universidad de Barcelona (Espa-ña), recibió la Mención en Cien-cias Exactas, Físicas y Naturales.

Premiada la investigación

en la

Universidad Nacional

UN Periódico: ¿Por qué la biopiratería debe incluir-se como tema de la agenda mundial?

Milton Thiago de Me-llo: Los recursos y conoci-mientos tradicionales que se originan en nuestros pue-blos son explotados por las grandes multinacionales sin recibir beneficio alguno. Para las industrias farmacéuticas, las plantas y animales con potencial para elaborar fár-macos son como una mina de oro, pues analizan su prin-cipio activo, lo llevan a sus laboratorios en Europa, Esta-dos Unidos y Japón, y luego venden el producto final en nuestros países a precios al-tos, sin que las comunidades tengan alguna retribución. El caso de la Amazonia es dra-mático, pues poco a poco la han ido devastando, destru-yendo con violencia su me-gadiversidad, patentada en otras naciones.

UNP: ¿Cuáles son las es-pecies de fauna silvestre más amenazadas por la biopirate-ría en este territorio?

MT: Los datos sobre la Amazonia total aún son incompletos, pero en Bra-sil, cada año, 38 millones de animales son sacados ilegal-mente de su hábitat hacia el exterior. Cifras recientes de la Red Nacional de Combate al Tráfico de Animales Silvestre (Renctas), arrojan que sólo uno de cada diez animales extraídos de su ecosistema llega vivo a tiendas de masco-tas en países del primer mun-do, y en la lista de animales en riesgo de extinción figuran 208 especies de mamíferos, reptiles, aves y peces.

Ahora suena mucho el caso de una rana que habita desde el sur de México has-ta Argentina, pero su núcleo principal es Colombia y Bra-sil. Mide casi un centímetro, es colorida y bastante vene-nosa. Se sabe que el poder anestésico de su fluido es superior al de la morfina, de ahí que los biopiratas hayan derivado de éste una colec-ción inmensa de fármacos (patentados) para combatir la hipertensión, medicamen-tos anestésicos y tranquili-

zantes. El amplio contraban-do del anfibio lo favorece su tamaño, pues en un frasco de penicilina caben hasta cinco. La secreción cutánea de este animal ha sido tra-dicionalmente utilizada por los indígenas en faenas de cacería. Ellos envenenan sus dardos poniendo la punta en el abdomen de la “ranita”, hasta crear verdaderas armas mortíferas.

Otra rana venenosa de nombre Philomedusa Byco-lor también está patentada, pero por los franceses, para obtener fármacos alucinó-genos; y medicamentos para hipertensos y cardiacos son elaborados con el veneno de culebras cascabel y botrops. El movimiento en dólares ge-nerado por la biopiratería de este último grupo de reptiles es de aproximadamente US $500 millones, y el país que tiene la más grande produc-ción de los medicamentos es Suiza.

Entre las plantas, el co-poazú es la más amenazada. La mata es nativa de la Ama-zonia brasileña y colombiana

El tráfico de conocimientos y técnicas curativas indígenas por parte de la industria farmacéutica internacional causa a los países amazónicos pérdidas anuales superiores a los US $10.000 millones. Mientras el robo de fauna y flora aumenta, la legislación se queda corta para contrarrestarlo. Acerca de la biopiratería y sus efectos devastadores se refiere el profesor de la Universidad de Brasilia Milton Thiago de Mello, uno de los líderes de la Medicina Veterinaria y Zootecnia en el mundo. UN Periódico habló con él durante su visita al país para participar en el I Congreso Internacional de Medicina y Aprovechamiento de Fauna Silvestre Neotropical, organizado por la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional.

¿De quién es lanaturaleza?

Los biopiratas identificaron la estructura química del veneno de la rana Philomedusa Bycolor gracias a la información sobre los efectos fisiológicos de esta secreción, proporcionada por comunidades indígenas y locales.

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Entrevista

De acuerdo con un informe del Grupo Investigativo de Delitos contra el Medio Am-biente de la Policía Nacional de Colombia, hasta mediados de julio del presente año se ha logrado la incautación de 7.309 aves, 27.936 reptiles, 888 mamíferos, 2.440 mo-luscos y crustáceos, y 32.403 pescados, que junto a especies de flora, madera, carbón vegetal y pieles, suman más de $15 billones. Por estos hechos la policía ha capturado a 593 personas.

Gran parte de la demanda que existe sobre estas especies proviene de las casas de moda europeas fabricantes de abrigos y chaquetas, cuya materia prima son las pieles de reptil y mamífero. La alimentación exqui-sita de los países del Medio Oriente la suplen anfibios, reptiles, insectos, alas de tiburón, anguilas, ranas, culebras y manatíes, entre otras especies de la biodiversidad colombia-na; mientras las aves exóticas, los felinos, los arácnidos y los coleópteros sacian la curiosi-dad de los coleccionistas en Estados Unidos. De acuerdo con las investigaciones de la Po-licía, estas especies están siendo afectadas también por personas vinculadas a otras ac-tividades delincuenciales como narcotráfico y lavado de dinero, etc.

Diariamente en Colombia por cada uni-dad de especie de fauna que llega al cliente final, se capturan diez en condiciones infra-humanas y criminales. Se han encontrado primates transportados dentro de termos de café, reptiles pequeños entre medias veladas, aves dentro de tubos de PVC, y anfibios den-tro de las maletas de los traficantes.

Por último aparece la no controlada in-vestigación científica o biopiratería, uno de los factores más nocivos del tráfico de espe-cies tanto de fauna como de flora. Las investi-gaciones adelantadas contra este crimen han mostrado que la mayor sustracción es reali-zada por personas extranjeras ayudadas por nacionales colombianos, quienes en muchas ocasiones experimentan en zonas declaradas de reserva natural. En Colombia junto a la Amazonia se encuentran afectados por la biopiratería el Chocó y la Zona Andina.

Modus operandi

Los delincuentes se organizan en redes de traficantes (generalmente grupos fami-liares o de allegados) lideradas por un ca-becilla, poseedor de la mayor experiencia y con los mejores contactos para establecer la infraestructura necesaria (fincas, bodegas, vehículos, etc.) que facilite su accionar. El mismo hombre es quien asigna las funciones de los otros de las bandas, por eso establece grupos de acuerdo con las tareas que debe realizar así:

• Recolectores: son habitantes de la re-gión (indígenas, campesinos, colonos) que conocen bien la topografía, las especies, sus ciclos reproductivos y el hábitat natural. El cabecilla de la red se desplaza a las zonas rurales y contrata a estas personas, indicándo las especies requeridas para la comercializa-ción y el lugar de acopio de las mismas.

• Grupos de transporte: una vez se tie-nen las especies en el sitio adaptado para su ubicación temporal, se contratan vehículos particulares (lanchas, camperos, camiones, vuelos de carga, etc.) para transportarlas a las proximidades de los centros urbanos, facili-tando su posterior distribución.

• Grupos de comercio: se encargan de las labores de distribución y comercialización dentro y fuera del país, utilizando estrategias para burlar el control de las autoridades. Fi-nalmente, el producto del ilícito se integra a un proceso de lavado de dinero con el fin de justificar su procedencia.

Así, Colombia está sufriendo el tercer tráfico más lucrativo del mundo, el de espe-cies silvestres.

y crimen organizado en Colombia.

Especies silvestres

y fue patentada por una in-dustria de Tokio, que sinte-tizó su parte activa, pero en realidad ellos de copoazú no tienen nada, solo la patente.

UNP: Siendo un asun-to de carácter mundial, ¿qué tanto se controla la biopirate-ría en nuestros países?

MT: La biopiratería es casi incontrolable, pues fun-ciona entre redes parecidas a las del narcotráfico, como asegura el estudio de Renc-tas. Brasil es uno de los focos de este flagelo, pero la ley actúa muy poco pese a que los casos de fauna y flora pa-tentadas en el exterior son innumerables, y a que el di-nero que se mueve en torno a este tráfico en el país es de un billón de dólares al año, cifra alta si se tiene en cuenta que en todo el mundo es de tres billones.

Hace ocho años, la Cá-mara de Diputados organizó una comisión para combatir la biopiratería y se propuso, mediante leyes, impedir la entrada al país de enviados de las transnacionales que vienen a recolectar material. En los casos en que se firmen convenios “legales” entre esas compañías e institucio-nes científicas brasileñas, se recomendó la compañía de un profesional local en los trabajos de investigación.

También se promueve la denuncia en todo ámbi-to, algo difícil, pues muchos mercados gigantescos como el de Belem, capital de Pará, permanecen atiborrados con frascos de penicilina y anti-bióticos que guardan en su interior fracciones de anima-les como uñas, cuernos, pelos etc., o extractos de plantas, útiles en la medicina popu-lar. Esa forma doméstica de utilización de la fauna y la

flora silvestre es aprovecha-da por los biopiratas, quienes adquieren tales ungüentos a precios irrisorios y se ahorran un camino de investigacio-nes, apropiándose también del conocimiento tradicional. Eso es biopiratería total.

Especialistas de la Uni-versidad Federal de Pará, al norte de Brasil, consideran que laboratorios de todo el mundo tienen científicos en la selva en busca de plantas con propiedades curativas, medicinales y aromáticas, pues dan por hecho que si algún día se descubre el me-dicamento para la cura del sida será en la Amazonia.

UNP: ¿Qué impide la efectividad de la legislación y la justicia contra la biopi-ratería?

MT: Teóricamente se-ría muy fácil capturar a los grandes traficantes pues son conocidos por todos en las grandes ciudades, de hecho hay nombres propios, pero la corrupción en los países en donde hay biopiratería, impi-de que esto ocurra. La policía aprehende a los pequeños o a los intermediarios, pero a los capos no.

UNP: ¿De qué manera la biopiratería se disfraza como investigación científica?

MT: Casi toda la biopi-ratería está disfrazada como investigación científica. El documento de la Cámara de Diputados es contundente. Indica, entre otros asuntos, la participación de algunas de las mejores instituciones científicas de Brasil en este delito. Todo ocurre cuando las multinacionales farma-céuticas establecen conve-nios “legales” con nuestras instituciones –siempre sin recursos gubernamentales– a cambio de grandes cuantías,

becas para los investigado-res, o recursos para comprar equipos con la condición de participar. Esto debería te-nerlo en cuenta Colombia, uno de los países más afecta-dos por la biopiratería.

El tráfico es un mal sin límites. Hay ejemplos impre-sionantes de las enormes ga-nancias que las transnacio-nales farmacéuticas esperan conseguir al patentar nuevas drogas diseñadas según la composición genética de las comunidades indígenas. Des-de hace varios años, inves-tigadores de universidades extranjeras están dedicados a la caza de las células de la sangre de estos grupos –algu-nos resistentes a la malaria o a la fiebre amarilla– para des-cubrir aquellas diferencias en sus genomas, que pudieran indicar tendencias a resistir o ser más propenso a ciertas enfermedades. En la Ama-zonia brasileña hay muchos relatos de indígenas como los Karitiana y Suruí, de quie-nes sus células, extraídas con carácter de investigación científica, están a la venta en Internet.

UNP: ¿Cómo inciden nuevas tecnologías como la nanotecnología o la biotec-nología, entre otras, en el au-mento de la biopiratería?

MT: Hay una clara inci-dencia. Los biopiratas hacen pequeños laboratorios de biotecnología en los países que van a saquear, entonces en vez de llevar la planta en-tera hasta Suiza, estados Uni-dos o Japón, en este pequeño laboratorio adelantan ciertos procesos de investigación, y como tal, son financiados con sumas importantes de dinero. Así logran enviar ma-terial parcialmente purifica-do a sus industrias.

Guillermo Flórez P.

“Con los Tratados Sobre Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio Internacional (Trips) la explotación de la biodiversidad se multiplica, pues protegen las patentes de los países de la OMC”, asegura el profesor Thiago.

Del veneno de la serpiente botrops y de la cascabel se han elaborado medicamentos para tratar la hipertensión.

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Salud

El cáncer de mama es la segunda causa de mortalidad entre las mujeres colombia-nas, al punto que dos de cada diez mueren por esta razón. Más inquietante aún resulta saber que la incidencia de la patología va en aumento, sin que puedan identificarse causas concretas, pues cál-culos del Instituto Nacional de Cancerología señalan que para este año se registrarán 5.640 nuevos casos en el país.

El interés creciente por conocer sus orígenes ha per-mitido identificar factores de riesgo genéticos, ambienta-les y hormonales, asociados pero no definitivos para su aparición. De hecho, cerca del 80% de todos los cán-ceres mamarios aparecen en mujeres sin factores de riesgo aplicables y solo el 5% ó 10% tienen origen genético.

Desde otro punto de vista, estudios sugieren una relación entre caracterís-ticas de personalidad y es-tados emocionales con la enfermedad, tema que hizo curso desde la antigüedad, cuando Hipócrates y Gale-no pensaban que las mujeres de temperamento melancó-lico estaban más expuestas al desarrollo de neoplasias que aquellas de tempera-mento sanguíneo.

La hipótesis no quedó en el vacío y ahora investigacio-nes psicosociales de países desarrollados dan por hecho que el cáncer de mama está

relacionado con lo que se ha denominado patrón de con-ducta tipo C, caracterizado en personas que expresan poco sus emociones. “Las mujeres identificadas con este patrón suelen ser sumisas, tímidas, racionales, tolerantes, poco asertivas y altruistas”, expli-ca la psicóloga Ángela María Torres, quien motivada por estos hallazgos comunes en población femenina con cán-cer de otras latitudes, aplicó un estudio de casos y contro-les para conocer la relación y proporción de la persona-lidad tipo C en las mujeres colombianas que padecen la enfermedad.

La investigación incluyó tres grupos de mujeres entre 20 y 80 años, atendidas en tres instituciones médicas de Bogotá. El primero lo integra-ban 80 mujeres de diferentes regiones diagnosticadas con cáncer de mama, el segun-do, 77 con cáncer de cuello uterino, y el tercero, 80 sanas, seleccionadas por asistir a consulta ginecológica, pero sin ninguna prescripción de enfermedad.

Luego de leer las histo-rias clínicas de las pacien-tes, Ángela María recolectó información a través de ins-trumentos validados para población colombiana, sobre tres tipos de variables: de-mográficas, médicas y factor de riesgo para ambos tipos de cáncer. De esta manera la psicóloga encontró coin-cidencias pero también dife-rencias importantes entre su estudio y los existentes.

Confirmó por ejemplo que el cáncer está relacio-nado con el aumento en la edad, y se presenta principal-

mente en mujeres mayores de 46 años, un hallazgo que valida en parte el mastólo-go del Instituto Nacional de Cancerología, Carlos Duarte, para quien signos de masas, secreciones, hundimientos de la piel o del pezón que se presenten en cualquier edad de la mujer deben ser motivo de consulta, pues “cerca del 25% de los casos de cáncer de mama están ocurriendo por debajo de los 40 años”.

El diagnóstico más fre-cuente en nuestra población es coherente con el reportado en otros países, denominado carcinoma ductual infiltrante (significa que se da en los conductos de la mama) pre-sente en el 80% de los casos, y los tratamientos a los que se someten las pacientes son los mismos, asunto importante al momento de evaluar en qué medida las condiciones médicas y de tratamiento pueden afectar su compor-tamiento.

Factores próximos

Las aproximaciones a la etiología del cáncer de mama señalan una relación estre-cha entre los genes de sus-ceptibilidad BRCA1 y BRCA2 con la enfermedad, es decir que entre el 50% y el 60% de mujeres que han heredado estos genes mutados pueden desarrollar el cáncer. Según el patólogo Germán Barbo-sa, “tales oncogenes solo se marcan en pacientes con an-tecedentes familiares claros, es decir cuando el cáncer ha estado presente en más de cuatro mujeres (madre, her-mana, hija, tía). El problema es que, de cien mujeres con cáncer solamente el 5% tiene

esa clasificación de tipo fa-miliar, entre tanto en el 95% restante el origen sigue sien-do un enigma”.

En el grupo de estudio de Ángela María se corrobo-ró; tienen madre o hermanas con cáncer de mama, lo cual a su vez se relaciona con el hecho de que el tumor tenga receptores hormonales posi-tivos. Otros factores de riesgo como la menarquia (antes de los 12 años) y la menopau-sia tardía (después de los 55 años) asociados con cambios hormonales drásticos e in-fluencia de estrógenos, así como tener menor número de embarazos y nacimien-tos, y amamantar por menos tiempo, fueron analizados dentro del estudio pero no tuvieron mayor trascenden-cia, aunque se concluyó que tener más de un hijo podría ser un factor de protección. Para el mastólogo Duran, “es-tos antecedentes no tienen un valor de riesgo mayor al 20%, de ahí que sea necesa-rio emplear métodos de diag-nóstico temprano”.

Al evaluar el consumo de alcohol como otro factor significativo para la aparición de la patología, se encontró que las mujeres con cáncer de cuello uterino eran las mayores consumidoras, se-guidas por las de cáncer de mama, mientras las sanas poco bebían.

Al relacionar el análisis anterior con los factores in-hibición emocional, control emocional, comprensión, racionalidad y necesidad de armonía que corresponden con las respuestas de frus-tración, sumisión y derrota, observadas clínicamente en

algunas pacientes con cán-cer, Ángela María logró medir la diferencia estadística de proporciones de mujeres ti-po C entre los grupos, a partir de la aplicación de la prueba Chi-cuadrado.

El resultado final seña-ló en las mujeres con cáncer de mama una puntuación en promedio más alta en los fac-tores necesidad de armonía, control emocional y repre-sión emocional, mientras el factor de racionalidad no co-rrelacionó con lo que la espe-cialista llama “constructo de patrón de conducta tipo C”.

¿Ello qué significa? “Re-chaza la hipótesis de que el patrón de conducta tipo C tiene una relación puntual con el cáncer de mama, no solo por la diferencia de pro-porciones mencionada, sino porque en las variables que finalmente determinaron el hecho de tener la enferme-dad predominan factores biológicos, aunque al ha-cer un modelo de regresión logística solo con los cinco factores del tipo C, el factor de comprensión aparece de manera importante”, aclara la psicóloga, por lo cual re-comienda seguir estudiando el tema.

En su concepto, lo que se vislumbra en las mujeres es un estilo de afrontamien-to en el que evitan que los demás se enteren de su en-fermedad, más que a un tipo de personalidad relacionada con predisposición al cáncer. Total, el tema da apertura a una controversia que permite su reformulación a partir de hallazgos en la privación de la expresión emocional.

Equipo periodístico Unimedios

Las emociones cáncer mama

Los Estados Unidos este año tendrán 250.000 nuevos casos de cáncer de mama, y para muchos psicólogos las mujeres poco expresivas de sus emociones serían las más propensas a sufrir la enfermedad. Un estudio revisa esta hipótesis en tres grupos de población femenina colombiana, desde la psicooncología.

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El 80% de los cánceres de mama aparecen en mujeres sin factores de riesgo.

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Cultura

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“Pues habrá que esperar hasta que la ciencia desarro-lle otra cosa mejor; pero, por ahora, esta es una tierra de café. ¿No ve? Esto está lleno de cafetales. Y este olor que se levanta no lo tiene nin-gún otro café en el mundo”. Y, de hecho, mientras Gonzalo acomoda su pala y extiende el poncho sobre su hombro, se ve, al fondo, un océano que nada tiene que ver con agua, sino con montañas de todos los verdes y tamaños. Se trata de la imponente pre-sencia de la Cordillera Central que de fondo se ve mientras este caficultor de Palestina (Caldas) explica por qué su región sigue siendo cafetera: “Mis ancestros vivían del café y desde que yo nací, también. Es que acá desde los 10 años los niños cogen café y lo se-guirán haciendo por mucho tiempo, porque los demás trabajos se acaban pero el café no, ese siempre dará pla-tica, algunas veces no tanta, pero da platica”.

Al escuchar a Gonzalo surgen muchas preguntas: ¿sigue siendo el café un pro-ducto importante para la economía nacional? ¿Puede hablarse aún, en una socie-dad globalizada, de cultura cafetera? ¿Ha cambiado la re-gión cafetera en cuanto a su biodiversidad, poblamiento, trazado urbano o cultivo de café? ¿Cómo impulsar el de-sarrollo de los habitantes del Eje Cafetero?

La respuesta a estas pre-guntas hace parte del trabajo que vienen adelantando los departamentales del Valle del Cauca, Risaralda, Quindío y Caldas para incluir el Paisaje Cultural Cafetero en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. El objetivo del pro-yecto, sin embargo, no con-siste en la declaratoria, sino que ésta se convierta en la excusa para pensar y apli-car estrategias al desarrollo regional. Comprometerse con el desarrollo es una ta-rea ambiciosa que requie-re del trabajo institucional, académico, ciudadano y gu-bernamental. Es por ello que estos cuatro departamentos han venido configurando un proyecto regional cuyo ob-jetivo fundamental consiste en describir y caracterizar la zona cafetera del centro-oc-cidente de Colombia desde los ámbitos natural, cultural e institucional.

En el caso específico del departamento de Caldas, un grupo interdisciplinario de investigadores de la Univer-sidad Nacional de Colombia Sede Manizales, en convenio con la Corporación Autóno-ma Regional de Caldas (Cor-pocaldas) y la Secretaría de Cultura del Departamento, es el encargado de investigar las características de la región cafetera caldense y plantear proyectos para su desarrollo.

Conocer es desarrollar

El Grupo de Investiga-ción de Caldas ha construido una metodología para ca-racterizar su zona cafetera a partir de criterios como la altitud cafetera, el paisaje ca-racterístico, la biodiversidad, la belleza escénica, el pobla-miento denso, el hábitat, las tierras heredadas, el trazado urbano, la arquitectura, las expresiones culturales, la te-nencia de la tierra, el culti-vo de cafés especiales y la institucionalidad. Se trata entonces de un análisis mor-fológico, funcional y cultural conducente a la elaboración de un mosaico de unidades homogéneas del conjunto del Paisaje Cultural Cafetero de Caldas. A partir de allí, se conformará un Área (discon-tinua) Principal de Protec-ción. Entre los insumos para este trabajo se requieren de

bases cartográficas referentes a los ecotopos cafeteros, ma-pa de suelos, zonas de vida, zonas forestales protectoras, entre otras.

El trabajo no solo se ha centrado en el ámbito inter-no-investigativo. También se ha considerado una dimen-sión externa, referente a la di-vulgación y a la participación de la ciudadanía, las institu-ciones y los especialistas en el tema. Sobre este aspecto, el Grupo ha realizado mesas de trabajo con representantes del sector gubernamental, de las instituciones (Cámara de Comercio de Manizales, Cor-pocaldas, Comité de Cafete-ros de Caldas, Secretaría de Gobierno del Departamen-to, las universidades, entre otras), y de la ciudadanía.

Otra dimensión del pro-yecto tiene que ver con la defi-nición de los lineamientos para un Plan de Manejo del Paisaje Cultural Cafetero. Se han pro-puesto dos componentes: uno institucional, que incluye la creación de un ente legal, de la normativa correspondiente, de los procesos de divulgación y comunicación y de las estra-tegias de participación ciuda-dana; el segundo es técnico y se refiere a la propuesta de un conjunto de proyectos para la sostenibilidad del paisaje en los ámbitos ambiental, social, cul-tural, turístico y económico.

De esta manera, la zona cafetera es objeto de estudio en la actualidad. En su cono-cimiento cultural, natural e institucional se fundamenta la elaboración del documen-to que se enviará, a través del Ministerio de Cultura en febrero del año entrante, a Unesco para la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero como patrimonio de la hu-manidad. La declaratoria, co-mo se dijo, es el pretexto para estudiar la zona y elaborar proyectos de desarrollo re-gional que faciliten procesos participativos de apropiación del paisaje por parte de la comunidad y para dar a co-nocer la región en el ámbito internacional. Ello implica la elaboración de un plan de manejo que se ejecutará una vez esté el proyecto desarro-llado.

Adriana María Ángel Botero

para la humanidadPaisaje cafetero

El aroma, la topografía y la arquitectura que caracterizan el Eje Cafetero no serían tan singulares sin su gente y costumbres, que hacen, incluso, hablar de una cultura cafetera. Por eso, académicos y gente de a pie coinciden en que este territorio debe ser declarado Patrimonio Mundial, en un proyecto que en poco tiempo puede ser realidad.

• Según la Unesco, los Pai-sajes Culturales son aque-llos que están constituidos por el trabajo combinado entre la naturaleza y el ser humano y expresan una amplia e íntima relación en-tre la gente y su entorno natural.

• Un Plan de Manejo o Plan Especial de Protección es un instrumento legal que contribuye al ordenamiento del territorio, a la conser-vación de los elementos patrimoniales y a la parti-cipación activa de la pobla-ción en aras de su sosteni-bilidad.

La idea de rescatar y valorar el Paisaje Cultural Cafetero surgió en 1995 en el centro de la Filial del Consejo de Monumentos de Caldas apoyado en los primeros trabajos regionales sobre patrimonio cultural, elaborados por profesores de

la Universidad Nacional Sede Manizales. Un primer documento para la declaración del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio de la Humanidad se presentó a la Unesco en 2002. Éste, se constituyó en un primer ejercicio

exploratorio elaborado por la Gobernación de Caldas y el Ministerio de Cultura.Un segundo documento para la declaración se presentó en febrero de 2005. Éste se considera una versión más amplia pero aún incompleta. Para

completarlo, delegados del Valle del Cauca, Quindío, Risaralda, Caldas y del Ministerio de Cultura se encuentran discutiendo las singularidades que caracterizan el Paisaje Cultural Cafetero.

Fotografías: Jorge H. Arango

Integrante del Grupo de Investigación del Paisaje

Cultural Cafetero de Caldas, liderado por la Universidad

Nacional de Colombia Sede Manizales, en convenio con Corpocaldas y la Secretaría

de Cultura de Caldas.

El paisaje cultural cafetero no sería el mismo sin la irrupción de los balcones verdes y la teja española de las singulares casas campesinas.

Aunque la palma de cera propia de esta región es el árbol nacional, el colorido de la vegetación que habita allí, es parte del patrimonio del Eje Cafetero.

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Arte

Desde los elementos propios de la pintura pu-ra, como la composición y el color, hasta la particular atención en las experiencias cotidianas, en el entorno ur-bano inmediato, la muestra “Retrospectiva de María Ele-na Bernal” pone en realce el proceso que la artista desa-rrolló en series temáticas, a las que las curadoras Ivonne Pini y Marta Rodríguez acu-den para retornar a la obra que ocupará un lugar pre-ponderante en las páginas del arte colombiano.

A través del montaje de la muestra se quiere hacer explícito cómo esos intere-ses se manifiestan desde su formación en la Universidad de los Andes, donde estuvo en contacto con artistas co-mo Carlos Rojas y Santiago Cárdenas. Con el primero, en las clases de composición, aprende a observar la rique-za formal de los elementos naturales. Es así como se in-cluyen algunos ejercicios de clase realizados con técnicas gráficas, donde María Elena comprende los valores de la forma, el color y la posibili-dad de la fragmentación. Con Santiago Cárdenas confirma estas experiencias, pero esa mirada se fija sobre los ob-jetos más triviales, aquellos que siempre están ahí pero que nunca miramos. Es así como la lisa superficie de un locker se convierte en super-ficie pictórica y, a través de su observación, María Ele-na conoce los prodigios de la luz y las disonancias-aso-nancias del color. También en los ejercicios de la clase de dibujo, en los trazos rápidos, comprenderá los valores de la línea y las posibilidades de la figura humana que reto-mará en los años noventa. De ahí en adelante María Elena no olvidará esas lecciones.

Marta RodríguezDirectora del Instituto

de Investigaciones Estéticas de la Uni-

versidad Nacional de Colombia.

Una estéticaposteridadpara la

Paleta urbana

Alejada ya del ámbito universitario, se detiene en los recorridos urbanos; se monta en un bus para obser-var algunas condiciones de ese desplazamiento. Enton-ces aparece una mirada que aprehende la realidad a través de fragmentos: la parte supe-rior de la puerta de un bus, la registradora o la esquina de una ventana son los motivos de su obra más temprana. A partir de ese momento la experiencia de los lockers y las flores se encamina hacia una exploración cromática y compositiva que da lugar a la serie de los Buses-Espacio público (1976-1977).

Continuando en ese interés por los fragmentos, se detiene en los espejos re-trovisores y en los reflejos, donde va a aparecer la calle. En esos reflejos María Elena encontrará una imagen en la que, según sus propias pa-labras, valora “los conceptos de atmósfera, vacío, reflejos, huellas y restos (…), tanto en lo que se tiene cerca co-mo lejos, se presta a juegos que son reversibles en pen-samiento e imagen”. Carac-terísticas que se extienden a todo su trabajo. En la serie Espejos retrovisores y reflejos (1979-1980) se dedica al gra-bado, medio que utilizará en

En uno y otro caso es la luz, su incidencia en el color y la forma, el elemento del que se sirve María Elena para hacer-nos detener ante un lugar.

Por las características de su trabajo, la muestra se encuentra expuesta en dos espacios: en la sala 1 se ex-hiben los trabajos realizados sobre formatos tradicionales; la sala 3 tiene un carácter documental donde se mues-tran registros fotográficos y videos, con los que se da cuenta de la última parte del trabajo.

La muestra se inicia con el dibujo atento de una rama, realizado seguramente como ejercicio de clase, y termina con las intervenciones en el campus, donde María Elena vuelve, cargada con muchas experiencias, a observar con atención el débil movimiento de las ramas de los árboles. Por esa observación aguda de los hechos cotidianos, cabe recordar una frase de Novalis que María Elena señaló con detenimiento en uno de los muchos libros que la acom-pañaron durante los últimos días de su vida: “Es realmente un artista el observador au-téntico: adivina la significa-ción y se dedica a presentir y retener lo que es importante en la fugaz y singular mezcla de fenómenos”.

sus siguientes series: Señas de paisaje (1980-1983) y Charcos y huellas (1982-1989), en las que explora el paisaje natural y el urbano. Los charcos y las huellas acentúan su interés por los valores abstractos de la pintura y realiza unas imá-genes que si bien presentan escenas urbanas –una esqui-na, las huellas de una llanta sobre el pavimento–, el tra-tamiento pictórico también remite a la abstracción.

A partir de 1983 hasta 1989, María Elena se dedica al paisaje natural y lo mira con los ojos de alguien que vive en un mundo urbano, en el que la complejidad de la experiencia permite crear a múltiples relaciones forma-les y conceptuales. Desde esa perspectiva, realiza variados juegos compositivos donde el color toma un valor cons-tructivo. Sus pinturas adquie-ren distintas posibilidades de desplazamiento en el espa-cio, lo que la lleva a tomar una particular conciencia de la relación entre pintura y el espacio que la contiene. En 1990, trabaja en la serie Giros de color, del plano hasta el volumen, donde se compro-mete aún más con las posi-bilidades de movilidad de la pintura; incursiona con el es-pacio tridimensional al rea-lizar las Cajas de resonancia, en las que la pintura adquiere

una materialidad cercana a la escultura.

Esta relación entre obra y espacio la lleva a incursio-nar con la instalación y con las intervenciones en el es-pacio. Es así como la serie De tal palo tal astilla (1996), donde vuelve sobre el paisa-je urbano, realiza su primera instalación. En 1997 presenta Sustancia despojo (1997) con la que opta por la Titularidad. En esta ocasión interviene la sala 3 del Museo de Arte de la Universidad Nacional, con una acción pictórica que abandona para siempre el bastidor y en la que recupe-ra el valor de la memoria, a través de la valoración de recuerdos infantiles.

Observadora auténtica

A partir de este momen-to, memoria, pintura y espa-cio se despliegan en su última serie Espectros (2001-2003) en la que María Elena inter-viene distintos lugares del campus, buscando detener al transeúnte frente a fenóme-nos lumínicos que llamen su atención y resulten significa-tivos en su vida cotidiana. Es así como celebra aconteci-mientos efímeros, como las transformaciones de la luz, o, conmemora acontecimien-tos trágicos como la muerte del profesor Jesús Bejarano.

Hasta el 15 de octubre, en el las salas 1 y 3 del Museo de Arte de la Universidad Nacional, estará abierta la muestra retrospectiva de María Elena Bernal.

Paisaje azul-sol-luz. Vertical de horizonte. De la serie Flores No 2. Enre.

Desplazamiento en ventana a media luz.