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PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD María Teresa Bazo Universidad del País Vasco, Bilbao RESUMEN. El presente artículo se enmarca en la sociología de la ancianidad. El proce- so de envejecimiento en España es uno de los procesos sociales de mayor importancia. Las personas en nuestro país están llegando progresivamente a más edad, y la mayoría en buen estado relativo de salud. La salud en el presente artículo es una autoevaluación rea- lizada por una muestra de ancianos/as de Bilbao. Las mujeres y grupos sociales de bajo estatus socioeconómico se autoperciben más negativamente. El sentimiento de soledad es la variable que muestra mayor asociación con la salud. Los problemas de salud son más frecuentes con la edad. Las personas mayores representan un grupo de riesgo. Sin embargo, en todo el mundo desarrollado, principalmente, las personas están llegando no solamente a más edad, sino muchas de ellas en mejor estado de salud (Palmore, 1976; H. Cox, 1984: 343; J. A. Brody, 1982; B. Neugarten, 1988; V. W. Marshall, 1982). Por otro lado, la imagen de los ancianos/as como enfermos, incapaces de cuidar de sí mismos, de mantener una relación amorosa y de rendir un servicio a los demás, es bastante falsa (R. Besdine, 1988). La salud es uno de los aspectos más importantes de la vida, y sobre todo en las vidas de las personas mayores, dada la influencia de esta variable en otras, como la percepción que se tiene de sí mismo/a y del mundo circundante. El estado de salud determina en qué actividades o tareas puede uno/a implicarse. Igualmente la presencia o ausencia de buena salud tiene que ver con la capa- Reis 47/89 pp. 193-223

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  • PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    Mara Teresa BazoUniversidad del Pas Vasco, Bilbao

    RESUMEN. El presente artculo se enmarca en la sociologa de la ancianidad. El proce-so de envejecimiento en Espaa es uno de los procesos sociales de mayor importancia.Las personas en nuestro pas estn llegando progresivamente a ms edad, y la mayora enbuen estado relativo de salud. La salud en el presente artculo es una autoevaluacin rea-lizada por una muestra de ancianos/as de Bilbao. Las mujeres y grupos sociales de bajoestatus socioeconmico se autoperciben ms negativamente. El sentimiento de soledad esla variable que muestra mayor asociacin con la salud.

    Los problemas de salud son ms frecuentes con la edad. Las personasmayores representan un grupo de riesgo. Sin embargo, en todo el mundodesarrollado, principalmente, las personas estn llegando no solamente a msedad, sino muchas de ellas en mejor estado de salud (Palmore, 1976; H. Cox,1984: 343; J. A. Brody, 1982; B. Neugarten, 1988; V. W. Marshall, 1982).Por otro lado, la imagen de los ancianos/as como enfermos, incapaces decuidar de s mismos, de mantener una relacin amorosa y de rendir unservicio a los dems, es bastante falsa (R. Besdine, 1988). La salud es unode los aspectos ms importantes de la vida, y sobre todo en las vidas de laspersonas mayores, dada la influencia de esta variable en otras, como lapercepcin que se tiene de s mismo/a y del mundo circundante. El estadode salud determina en qu actividades o tareas puede uno/a implicarse.Igualmente la presencia o ausencia de buena salud tiene que ver con la capa-

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  • MARA TERESA BAZO

    cidad de mantener la independencia y autonoma personal. Esos son aspectosfundamentales en la vida de una persona de cualquier edad, por su influenciaen la autoestima y la satisfaccin general.

    En el artculo se analiza el nivel de salud de la poblacin anciana deBilbao, a travs de una encuesta realizada sobre una muestra de 412 per-sonas de sesenta y cuatro y ms aos, proporcional por subgrupos de edady gnero en cada uno de los 14 distritos del municipio. El estado de saludse refiere a la percepcin que de la misma tienen los entrevistados/as.Asumiendo el concepto de salud definido en 1946 por la OMS como nonicamente la ausencia de enfermedad, sino tambin como un estado debienestar fsico, psquico y social, la medida de salud de la poblacin ancianatiene un carcter subjetivo, sentido. Sin duda es tambin importante conocerel estado de salud objetiva de tal grupo de edad; una cierta aproximacinpuede suponer la declaracin de los problemas realizada por los propiosentrevistados/as, se supone que en muchos casos en base a los diagnsticosrealizados por los mdicos. El conocimiento de las percepciones de las per-sonas es un aspecto fundamental. No se puede comprender la calidad psicol-gica de la vida de las personas, simplemente, a partir del conocimiento delas circunstancias en las que viven. Dado que la mente influye en gran me-dida en nuestra percepcin del mundo, si tratamos de explicar el sentidode bienestar de la poblacin sobre la base de las circunstancias objetivas,no llegaremos a explicar la mayor parte de lo que pretendemos (A. Campbell,1981: 2).

    En primer lugar el estudio tiene en cuenta si declaran tener o no pro-blemas de salud. En segundo lugar, estudia de qu problemas se trata, agru-pndolos segn afecten a los diferentes sistemas o aparatos del cuerpo hu-mano. En tercer lugar, se tiene en cuenta la percepcin de las consecuenciasnegativas en el bienestar de tales problemas: es decir, en qu medida im-piden al entrevistado/a realizar aquellas cosas que habitualmente desea poderhacer. Por ltimo, se tiene en cuenta la capacidad declarada por el individuopara desplazarse a pie.

    El 62 por 100 de las personas entrevistadas declara tener algn problemade salud, y un 36 por 100 de ellas que tal o tales problemas le impiden larealizacin de muchas de las actividades que desea realizar. Sumando laspersonas que dicen no sufrir problemas (aunque pueden tener alguna enfer-medad o deterioro crnicos) a las personas que declarando padecerlos noles obstaculizan severamente (total, 324 individuos), resulta que e,l 79 por 100de todos los entrevistados/as declara no tener incapacidades de importanciaque les impidan proseguir sus actividades cotidianas. Si a estos resultadosse aade que la gran mayora de los entrevistados/as (93 por 100) declarapoder desplazarse bien a pie (65 por 100) o con alguna dificultad (28 por 100),parece que el estado de salud de los ancianos/as de Bilbao es en generalrelativamente bueno. nicamente el 7 por 100 declara estar ms o menos

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    inmovilizado. Aunque los resultados no pueden ser estrictamente compa-rables, resulta interesante comprobar que los datos que H. Cox aporta sobrela salud de los ancianos/as estadounidenses coinciden en buena medida conlos datos de nuestra muestra. A pesar de la presencia de diferentes enfer-medades crnicas, aproximadamente el 80 por 100 de los ancianos/asestadounidenses no estn seriamente incapacitados/as para llevar una vidaplena y proseguir las actividades cotidianas normales (H. Cox, 1984: 101).

    Al analizar el estado de salud percibida de los ancianos/as de Bilbao,tomando como base el gnero (tabla 1), aparece que el 64 por 100 de lasmujeres declara padecer problemas de salud, mientras que los varones lodeclaran en el 58 por 100 de los casos. Las mujeres manifiestan ms quelos varones tener problemas de salud. Su percepcin de la misma parecepeor que la que tienen los varones; quiz por eso van ms al mdico, aunqueluego sean ellas las que viven ms tiempo. Otros estudios han detectadola misma tendencia (J. M. de Miguel, 1977: 120; 1985: 99). A. Campbelles uno de los autores que sealan cmo a cualquier edad las mujeres semuestran ms proclives a declarar sus problemas de salud. Teniendo encuenta la edad, aparece claramente una relacin inversa entre edad y estadode salud percibida. Todos los estudios de salud muestran un aumento de laenfermedad con la edad (Campbell, 1981): a ms edad, corresponde peorsalud. En la tercera categora se incrementa la peor percepcin para mejoraren la cuarta. Pudiera ser que a partir de los setenta y cuatro aos se sufrieraun bajn en la salud, seguido de un cierto estacionamiento de la mismaen el siguiente lustro, que llevase a los ancianos/as a sentirse relativamentemejor, para volver a caer en picado en el ltimo tramo de sus vidas. No obs-tante, an en esos ltimos aos, una no despreciable cuarta parte de ellos/asconsidera que no tiene problemas.

    Pero hay otra serie de variables, muy a tener en cuenta al analizar elestado de salud. Tomando como base el estado civil y prescindiendo de losdivorciados/as por su escasa representatividad (menos del 1 por 100 deltotal de la muestra), aparecen los solteros/as como los menos enfermos/aso como los ms optimistas en la percepcin de su salud. Resulta desta-cable la ausencia de diferencia entre casados/as y viudos/as. La categorams diferenciada y con percepcin ms positiva sera la de los solteros/asen su conjunto. Una posible explicacin estara en que la variable estadode salud est dicotomizada y que por el estado civil la poblacin se reparteequitativamente entre casados/as (45 por 100) y viudos/as (44 por 100),quedando en la categora de solteros nicamente el 10 por 100.

    Si se observan los datos relativos a la ocupacin principal (tabla 2),es de destacar la mejor percepcin respecto a la categora siguiente de losempresarios/as, directores, cuadros superiores, altos funcionarios y profe-sionales liberales. La categora, que aparece en segundo lugar como lams saludable, corresponde a los comerciantes y empresarios sin asalariados

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  • TABLA 1

    Nivel de salud percibida por gnero, edad y estado civil(En porcentajes)

    GENERO GRUPOS DE EDAD, EN AOS ESTADO CIVIL

    Nivel de salud Total Varones Mujeres 65-69 70-74 75-79 80-84 85 y ms Soltero/a Casado/a Viudo/acu

    Enfermos/as 61 58 64 57 59 64 61 74 58 62 61 SSanos/as ... * 38 42 36 42 41 35 37 26 42 38 38 >NS/NC 1 1 1 2 1 o

    TOTAI 100

    Nmero de casos (410) (163) (247) (114) (108) (89) (62) (39) (40) (186) (181)

    FUENTE: Encuesta de Ancianosas de Bilbao 1988.

  • V>1

    TABLA 2

    Nivel de salud percibida por ocupacin(En porcentajes)

    CATEGORAS OCUPACIONALES

    Nivel de salud Total

    Amasde

    casa

    Empresa-rios/as,cuadros

    superioresaltos

    funcionarios

    Emplea-dos/as,cuadrosmedios

    funcionariosTrabajadorespor cuenta

    propia

    Obreros/asespeciali-

    zados

    Obreros/assin

    especializar NS/NC

    Enfermos/as 61Sanos/as 38NS/NC 1

    TOTAL ... 100

    Nmero de casos ... (412)

    6436

    3664

    5644

    4852

    6930

    1

    65332

    5050

    >

    (166) (14) (48) (40) (73) (69) (2)

    FUENTE: Encuesta de ndanoslas de Bilbao 19S8.

  • MARA TERESA BAZO

    y trabajadores por cuenta propia. Por encima de la media aparece tambinla categora de cuadros medios, empleados y funcionarios en general. Por de-bajo de la media aparecen en primer lugar las amas de casa, seguidas ensu peor estado de salud por los obreros/as sin cualificacin y personal deservicio (compuesto en un 51 por 100 por mujeres) y de los obreros/ascualificados, capataces y personal de servicio. Las categoras ocupacionalesde ms baja cualificacin son igualmente las que peor percepcin tienende su salud. Existe una relacin directa entre ocupacin y salud, ya quelas categoras ocupacionales de mayor cualificacin y personas que tienen ohan tenido su propio pequeo negocio son las que perciben ms favora-blemente su salud. Parece igualmente que existe una relacin entre medidasobjetivas y subjetivas. Exceptuando a las amas de casas, ya que son todasmujeres y stas viven ms que los varones, aparece una relacin entre lapercepcin de los diferentes grupos profesionales y los datos objetivos cono-cidos sobre morbilidad y mortalidad diferenciales (J. M. de Miguel, 1977,1985; C. Cabirol, 1981: 96).

    La relacin de los ingresos con la salud (tabla 3) no aparece tan clara,aunque son las personas con recursos ms altos las que tienen mejor per-cepcin de su salud. Otros estudios destacan cmo las personas de ingre-sos ms bajos son ms propensas a declarar problemas de salud que lagente con ingresos ms altos. Incluso se seala cmo en general entre laspersonas ancianas, aun dndose un incremento de los problemas por la edad,si se dispone de ingresos suficientes se padece en menor medida problemasde salud, lo que deja ver la influencia sobre la misma del estatus econ-mico (R. G. Grandall, 1980: 15; J. Williamson, 1980: 231). Segn sealaJ. Williamson, es difcil medir los efectos en la salud de las enfermedadescrnicas, junto con los bajos ingresos, la soledad o la falta de amistades,pero la creciente evidencia de la influencia del estrs en la enfermedad y enla influencia mutua de la mente y el cuerpo pone de manifiesto que talesfactores juegan un importante papel en los problemas de salud de las per-sonas mayores.

    La gran mayora de los ancianos/as de Bilbao declara encontrarse enun relativo buen estado de salud. Sin embargo, existen algunas personasque declaran tener problemas. El grupo en peor estado de salud percibidaest compuesto en mayor proporcin por mujeres que por varones, porpersonas casadas y viudas que por personas solteras, por las ms ancianasque por las ms jvenes, por las categoras profesionales de menos cuali-ficacin que por las ms cualificadas, por las de menos ingresos que por lasde ms ingresos.

    En cuanto a las consecuencias que los problemas de salud tienen sobrela vida cotidiana de quienes dicen sufrirlos, el 37 por 100 dice que le impi-den realizar muchas cosas, el 30 por 100 algunas cosas, el 15 por 100 unaspocas cosas, y el 18 por 100 ninguna cosa. Es importante sealar la apro-

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    ximacin del porcentaje que declara padecer muchos inconvenientes (37por 100), con la proporcin sealada por Campbell de constituir aproxi-madamente un 30 por 100 entre las personas mayores de setenta y cincoaos en Estados Unidos. En el presente estudio, la proporcin de ese sub-grupo es del 26 por 100. Las diferencias por gnero son menos importantes,aunque aparecen las mujeres como ms pesimistas, destacando la diferenciaexistente en la percepcin ms positiva de las consecuencias. Un menorporcentaje de mujeres (15 por 100) que de varones (22 por 100) cree queno le afectan nada sus problemas. Los varones, adems de declararse menosenfermos que las mujeres, aquellos que se declaran enfermos son algo msoptimistas que las mujeres respecto a las consecuencias negativas de susproblemas de salud. Hay que recordar que la mujer suele aparecer mspropensa a declarar sus enfermedades y a considerarse enferma que el varn.

    Tomando como base el estado civil en la percepcin de las conse-cuencias negativas de los problemas de salud, resulta que son las personassolteras las que perciben su situacin algo ms negativamente (22 por 100),siendo las casadas las que tienen mejor percepcin (15 por 100). Las viudasmantienen una posicin intermedia (18 por 100). Si las personas solterasaparecan anteriormente como las menos enfermas, aquellas que se declarancomo tales aparecen como las ms pesimistas, incluso ms que las viudas.Son las que peor percepcin tienen de las consecuencias de sus problemasde salud. Campbell sugiere cmo la falta de apoyo social ntimo que elmatrimonio proporciona podra explicar, aunque sea parcialmente, los ma-yores porcentajes de malestar declarados entre los/as solteros. Otros autoresconsideran el matrimonio como una fuerza positiva para el mantenimientode la salud (W. McKain, 1969). Los grupos aparecen ms diferenciados porestado civil en la percepcin de las consecuencias de la enfermedad queen la salud percibida. Debe tenerse en cuenta la alta proporcin de mujeresentre las personas viudas (80 por 100 de todas ellas), as como la alta pro-porcin de ellas tambin entre las personas solteras (77 por 100). Las mu-jeres muestran, adems de peor salud percibida, peor percepcin de susconsecuencias que el varn.

    Si se analiza la edad, la percepcin ms positiva va unida al menor n-mero de aos, ya que el porcentaje de quienes declaran sufrir muchos incon-venientes pasa del 34 por 100 en las personas ms jvenes, al 45 por 100en las ms ancianas. Existe una relacin inversa tambin en este caso entreedad y percepcin de las consecuencias de la enfermedad. Teniendo en cuentala ocupacin, no aparece una relacin tan clara con la salud en la percepcinde las consecuencias de la enfermedad como aparece con el estado de saludpercibida. Dos categoras de entre ellas, la clase alta (25 por 100) y los/astrabajadores de cuello blanco (25 por 100) aparecen como las ms positivas,seguidas, aunque a distancia, de los obreros/as sin cualificar (30 por 100)y los/as trabajadores independientes (37 por 100). En penltimo lugar estn

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  • PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    las amas de casa (39 por 100), y en ltimo lugar, la categora correspon-diente a los obreros/as cualificados (46 por 100). Se aprecia, pues, una ciertatendencia entre las personas que se sienten enfermas, a percibirse mejoraquellas que pertenecen a categoras ocupacionales ms cualificadas. Con lavariable ingresos no se halla una clara relacin directa, aunque la tendenciaapunta a una mejor percepcin de quienes obtienen ms ingresos, siendolas dos categoras de ms bajos ingresos, compuestas en ms de cuatro quintaspartes por mujeres (85 y 87 por 100, respectivamente), las que manifiestanuna percepcin ms negativa de sus problemas de salud.

    La percepcin de las consecuencias de la enfermedad se ajusta al siguienteperfil: experimentan peor percepcin las mujeres, las personas solteras yviudas, las personas de ms edad, las categoras ocupacionales de ms bajacualificacin, y las personas que perciben menos ingresos. El perfil de losgrupos ms pesimistas o de peor percepcin de las consecuencias de susproblemas de salud coincide en buena medida (excepto en el estado civil)con el trazado al resumir la percepcin de los ancianos/as de Bilbao comosanos o enfermos. En general, los grupos que presentan un peor estado desalud vuelven a aparecer tambin entre los que se declaran ms afectados porlos problemas. El caso de las mujeres requiere un anlisis ms pormenorizado.

    En cuanto a las expectativas sobre su salud que muestran las personasentrevistadas, en su conjunto no aparecen grandes diferencias. Tienden aconcentrarse las respuestas en la posicin intermedia: el 78 por 100 esperaseguir igual de salud en las prximas semanas; un 10 por 100 espera mejorar,y un 12 por 100 teme empeorar. Por gnero no se aprecian diferencias.Por edad, el grupo de sesenta y cinco-sesenta y nueve aos es el ms opti-mista (16 por 100 de ellos espera mejorar), apareciendo el grupo de ochentay cinco y ms aos como el ms pesimista (espera empeorar el 26 por 100).Por estado civil, los solteros/as aparecen ms conservadores (el 92 por 100espera seguir igual) y los viudos/as algo ms optimistas que los casados/as(esperan mejorar el 13 y el 9 por 100, respectivamente). Por ingresos no seaprecia una clara relacin, aunque quienes ms cobran aparecen ms optimis-tas. En cuanto a la ocupacin, parece apreciarse ms optimismo y conser-vadurismo en la clase alta, empleados/as (trabajadores de cuello blanco)e independientes, apareciendo ms pesimistas los obreros/as cualificados.H. Cox (1984) considera que no se ha estudiado atentamente la psicologasocial de la enfermedad. Desde la perspectiva del interaccionismo simb-lico, gran parte de la conducta de la gente, as como su autoconcepto, estarandeterminados por los roles que asumen y las expectativas de los otros enfuncin de esos mismos roles. Desde este punto de vista se entiende quehasta cierto punto un problema de los ancianos/as es que a menudo se esperade ellos/as que asuman el rol de enfermos, seniles y dbiles, mucho antesincluso de que fisiolgicamente lleguen a tal estado. Del mismo modo aquellaspersonas que en sus ltimos aos caen enfermas puede que lf familia, el

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  • MARA TERESA BAZO

    personal sanitario y, finalmente, las propias personas no esperen ya su recu-peracin.

    Pero cules y cuntos son esos problemas que afectan a los entrevista-dos? El 62 por 100 de la muestra declara tener al mexios un problema desalud; de todos stos, un 40 por 100 declara tener, adems, un segundoproblema; y un 14 por 100 declara tener, al menos, un tercer problema ms.El total de declaraciones de problemas (los que declaran padecer uno, losque declaran dos, los que declaran tres, es de 349). Afecciones que se repartencomo sigue, por orden de importancia y agrupadas en los sistemas y aparatosdel cuerpo humano:

    Porcentajes

    Aparato osteo-articular 31Aparato circulatorio 17Aparato respiratorio 11Sistema endocrino 10Aparato digestivo 8Sistema audiovisual 8Sistema nervioso 4Aparato urogenital 3Inespecficas y otras ... 8

    Todos aquellos grupos peor posicionados en el estado de salud, o sonmujeres o estn integrados en su mayora por mujeres. Podra decirse queel hecho de ser mujer va a condicionar la percepcin de la salud y el senti-miento de su carencia a las personas ancianas? Sin embargo, aunque enfermas,las mujeres viven ms tiempo, se mueren ms tarde que los varones, y cadavez incluso con ms edad. Se tratara nicamente de un condicionamientocultural que obrara en las mujeres, hacindoles sentirse menos inhibidas quelos varones a la hora de declararse como enfermas? No es un tema sufi-cientemente estudiado. Ciertos autores se preguntan si las mujeres estnobjetivamente ms enfermas que los varones, o si lo que ocurre es que ma-nifiestan ms los sntomas (I. Alonso, 1977: 109).. En su conjunto no sonmuchas las personas ancianas que se declaran seriamente afectadas por susachaques y enfermedades, por lo que en los grupos que as lo manifiestan obransin duda factores de tipo diverso. Existen factores biolgicos y fisiolgicos:personas de ms edad (con riesgo, por tanto, de peor salud) y otras objetiva-mente ms enfermas; de carcter psicolgico y personal: carcter de ciertaspersonas, rasgos de personalidad, hipocondracos incluso; y factores sociales,porque existe una morbilidad y mortalidad diferenciales segn el estatus socio-econmico.

    Es posible que sea la soledad la que hace que ciertas personas, segn el

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  • PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    perfil trazado anteriormente, sientan ms achaques y perciban de forma msangustiosa sus problemas de salud que las personas que detentan otros ras-gos y caractersticas. La soledad aparece como un correlato de la vejez feme-nina. Al analizar el estado civil se hizo referencia al matrimonio como fuentede salud. Las tablas siguientes presentan las respuestas obtenidas a la pre-gunta tiene usted sentimiento de soledad a lo largo del da al tener encuenta las variables gnero, salud, estado civil, edad, profesin e ingresos.Un 69 por 100 de los ancianos/as de Bilbao no se siente solo nunca, aunqueel resto tiene un cierto o intenso sentimiento de soledad. Quines sonesos/as que se sienten ms solos? Por gnero (tabla 4), de nuevo son lasmujeres; ellas, que se sienten ms enfermas, se sienten tambin ms solas.Teniendo en cuenta la edad, aparece cmo los dos grupos ms jvenes sedeclaran los menos solos. Los pertenecientes al siguiente decenio setenta ycinco a ochenta y cuatro aos de edad, manifiestan sentirse ms solos queel resto de los grupos de edad. Los/as ms ancianos, los que han sobre-pasado los ochenta y cuatro, tienen el porcentaje mayor (13 por 100) deintensidad de soledad, aunque el porcentaje intermedio es el ms bajo detodos los grupos y el de ausencia de sentimiento es igual que el del grupoms joven (72 por 100). En este grupo se da una gran mayora (como entodos) de personas que no se sienten solas, pero una minora que se sientems que los dems grupos. El geriatra Claude Cabirol seala: Hemos vistoque la naturaleza y consecuencias de las enfermedades cambian con la edady que el aislamiento y la prdida de autonoma son los estigmas propiosde la cuarta edad (C. Cabirol, 1981: 114).

    Ese grupo de ancianos/as de ms edad (ochenta y cinco y ms aos), dicevivir a solas o con el cnyuge en el 23 por 100 de los casos, pero nica-mente el 13 por 100 tiene cnyuge. As, pues, aunque es con mucho elgrupo que ms vive en compaa de otras personas, de hijos principalmente(77 por 100), sin embargo puede que sea de entre ese 23 por 100 de per-sonas (mujeres en el 67 por 100 de los casos) que viven solas o con elcnyuge posiblemente mayor que ellas, las que experimentan ms la soledad,as como un conjunto de prdidas y problemas acumulados. No parece que laafirmacin de Cabirol sobre el aislamiento de la cuarta edad sea cierto comogeneralizacin en los ancianos/as de Bilbao. Incluso es, y con gran diferenciadel resto, quienes declaran recibir ms visitas de sus hijos/as (75 por 100)que las que ellos/as mismos les hacen (3 por 100). Pero tambin es ciertoque la acumulacin de circunstancias negativas puede hacerles sentirse mssolos/as, teniendo en cuenta que el sentimiento de soledad no se corres-ponde siempre (ni simplemente) con el aislamiento social. En cuanto alestado civil, las personas viudas, seguidas de las solteras, quedan fuerte-mente discriminadas con respecto a las casadas por la variable soledad. La pre-sencia del cnyuge contribuye a no experimentar soledad, e incluso cuandose experimenta es menos intensa.

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  • TABLA 4

    Frecuencia de los sentimientos de soledad experimentadosa lo largo del da por gnero, edad y estado civil

    (En porcentajes)

    GENERO GRUPOS DE EDAD, EN AOS ESTADO CIVIL

    Sentimiento de soledad Total Varones Mujeres 65-69 70-74 75-79 80-84 85 y ms Soltero/a Casado/a Viudo a

    Muchas veces 8 6 5 5 5 10 11 13 7 3 12Algunas veces 23 17 27 23 20 27 29 15 28 16 30Nunca o casi nunca 69 77 44 72 15 63 60 72 65 81 58

    TOTAI 100

    Nmero de casos (409) (162) (247) (114) (107) (89) (62) (39) (40) (185) (181)

    FUENTE: Encuesta de Ancianos/as de Bilbao 1988.

    g

  • PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    Con respecto a la ocupacin (tabla 5), se observa que a un nivel msalto en la escala ocupacional, corresponde un menor sentimiento de soledad;existe una clara relacin inversa entre ambas variables; destacan los/as tra-bajadores manuales y amas de casa como los grupos que experimentan mssoledad. De nuevo aparece el estilo de vida como teln de fondo inter-pretativo, como concepto fundamental en la explicacin de los diferentescomportamientos, sentimientos y actitudes propios del heterogneo colectivollamado tercera edad. Respecto a los ingresos (tabla 6) ocurre lo mismo,que se sienten ms solos/as quienes disponen de menos medios econmicos;soledad e ingresos se asocian inversamente. La diferencia entre enfermos/asy sanos/as son menores, pero a mayor nivel de salud se aprecia una menorsoledad. Los grupos que se sienten ms solos, cuyos porcentajes de percep-cin positiva quedan por debajo de la media, por orden de mayor a menorsoledad percibida, son: los/as de ingresos ms bajos (86 por 100 son muje-res); los viudos/as (81 por 100 son mujeres); los/as de ms edad (65 por 100mujeres); los que se sienten enfermos (63 por 100 mujeres): y sobre todolas mujeres. Tambin se observa la soledad afectando ms a las amas decasa; los solteros/as (77 por 100 mujeres); los obreros/as no cualificadosy personal de servicio (51 por 100 mujeres); los obreros/as cualificados(15 por 100 mujeres).

    De nuevo el contingente femenino aparece como abrumadoramente mayo-ritario en casi todos los grupos. Al analizar la salud percibida con las demsvariables, aparece el peso del componente femenino en aquellos grupos quese perciben como ms enfermos. Al tratar de ver si la soledad puede inducira las personas de esos grupos, principalmente mujeres, a sentirse ms enfer-mas, las variables analizadas (gnero, salud, estado civil, edad, ocupacin eingresos), resulta que discriminan de forma clara a la poblacin en gruposque experimentan mayor o menor soledad, y de nuevo los grupos resultantesse identifican con los que experimentan peor salud.

    Son los grupos que aparecen como ms enfermos los que tambin sesienten ms solos? O viceversa? Resulta difcil saber cul es la variabledependiente y cul la independiente. Incluso en la percepcin del propioestado de salud no influye una sola variable, sino toda una constelacinde variables: 1) de carcter biodemogrfico: las personas que llegan a msviejas (ms mujeres que varones) corren el riesgo de hacerlo en peor estadode salud y, adems, sin pareja; 2) de carcter cultural: educacin de la mujer,ms permisiva con la expresin de ciertos sentimientos, aunque ms repre-siva de su autorrealizacin personal; 3) de carcter socioeconmico: la ma-yora subsiste en gran medida con exiguas pensiones. Es de destacar que sila variable ingresos no muestra un carcter claramente discriminatorio conla variable salud y sus consecuencias, s resulta discriminatoria con la variablesoledad, observndose una relacin inversa entre ambas.

    Los ancianos/as no constituyen un grupo homogneo. Otros autores, ha-

    205

  • TABLA 5

    Frecuencia de los sentimientos de soledad experimentadosa lo largo del da por ocupacin

    (En porcentajes)

    Sentimientode soledad

    Muchas vecesAlgunas vecesNuca o casi nunca ...

    TOTAL

    Nmero de casos ...

    Total

    82369

    100(411)

    Amasde

    casa

    92863

    (166)

    Empresa-rios/as,cuadros

    superioresaltos

    funcionarios

    1486

    (14)

    CATEGORAS

    Emplea-dos/as,cuadrosmedios

    funcionarios

    21583

    (48)

    OCUPACIONALES

    Trabajadorespor cuenta

    propia

    28

    90

    (40)

    Obreros/asespeciali-

    zados

    12469

    (72)

    Obreros/assin

    especializar

    142561

    (69)

    NS/NC

    100

    (2)

    >

    c

    FUENTE: Encuesta de Ancianos/as de Bilbao 1988.

  • TABLA 6

    Frecuencia de los sentimientos de soledad experimentados a lo largodel da por ingresos familiares, y nivel de salud

    (En porcentajes) Oz

    OJ

    Sentimientode soledad Total

    Muchas veces 8Algunas veces 23Nunca o casi nunca ... 69

    TOTAL 100

    Nmero de casos ... (411)

    Menos de 26

    13657

    26-35

    133156

    INGRESOS FAMILIARES, EN

    36-45

    92169

    46-55

    31879

    MILES DE PESETAS AL MES

    Mas de 55

    21583

    NS/NC

    52015

    Enfermo/a

    112564

    Sano/a

    31978

    (28) (91) (127) (66) (40) (60) (252) (156)

    a

    FUENTE: Encuesta de Ancianos Jas de Bilbao 1988.

  • MARA TERESA BAZO

    ciendo referencia a las condiciones de vida de los ancianos, insisten en lasdiferencias que marca un estilo de vida que depende de la profesin ejercida,de la naturaleza de los ingresos y del tipo de actividades sociales: Se podraas describir todo tipo de ancianidades, de tal manera se agrandan las desigual-dades con la edad. Las estadsticas dicen incluso que en relacin con el con-junto de la poblacin, las desigualdades referidas a la vida material se doblandespus de los sesenta y cinco* aos (C. Cabirol, 1981: 115). Existe unproceso de somatizacin en ciertas personas como los/as trabajadores encadena que les lleva a convertir en enfermedades orgnicas los problemassurgidos en un trabajo alienante y represor de su necesidad de creatividady responsabilidad. Las mujeres, por su parte, sienten que han perdido susroles de esposa y madre sobre los que haban edificado en gran medida tantoel sentido de su vida como el de su propia identidad como personas? Logranllenar ese vaco? Con el fin de profundizar en el anlisis se ha procedido aun nuevo tratamiento de los datos realizando una neutralizacin de variablesa fin de evitar las influencias de unas sobre otras. Se trata de ver la posiblerelacin existente entre salud y gnero controlando la edad, el estado civil,la ocupacin, los ingresos y la soledad.

    Salud y soledad

    Las diferencias en cuanto a la percepcin de la salud en todos los gruposde edad entre varones y mujeres no son importantes prescindiendo delinflujo de la edad (tabla 7). No parece que el gnero discrimine de formasensible a las personas ancianas. Los varones, que van sintindose ligeramentepeor de salud conforme envejecen, experimentan de forma notoria una mejorpercepcin de sus problemas de salud en el grupo de ochenta y cinco y msaos. Las mujeres, que tambin se sienten peor con la edad, no experimentanla sbita mejora de los varones de ochenta a ochenta y cuatro aos; continanla misma tendencia, negativa, aunque las de ms de ochenta y cinco tienentambin la peor percepcin.

    Al controlar la variable estado civil (tabla 8), es preciso tener en cuentala menor representatividad del conjunto de las personas solteras, sobre todode los varones (nueve personas). Entre todas las personas casadas, la diferenciaen la salud percibida entre varones y mujeres es pequea; sin embargo, seacrecienta algo entre las personas viudas, manifestando peor percepcin lasmujeres. Sin embargo, no existen diferencias entre mujeres solteras, casadaso viudas en cuanto a la percepcin de su salud. En las mujeres, el estadocivil no parece ejercer influencia sobre su salud percibida. Tampoco losvarones muestran diferencias notables por estado civil, exceptuando los sol-teros, que son minoritarios, aunque los viudos parecen sentirse algo mejorque los casados. Puede decirse que neutralizando la variable estado civil, las

    208

  • 209

    PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    8 ~

    1 5 R 8 'Q O O O rr\< ?s i; r** ^ *-*

    ^ S

    _ ^3^ w .^ o o o

  • TABLA 8

    Relacin entre salud y gnero, controlando por el estado civil(En porcentajes)

    i*o

    PERSONAS SEGN EL ESTADO CIVIL

    Solteros/as Casados/as Viudos/as

    Nivel de salud Total Varones Mujeres Total Varones Mujeres Total Varones Mujeres

    Enfermos/as : 56 33 63 62 61 64 62 54 64Sanos/as 44 67 37 38 39 36 38 46 36

    TOTAL 100 100 100

    Nmero de casos (39) (9) (30) (185) (118) (67) (181) (35) (146)

    FUENTE: Encuesta de Ancianos/as de Bilbao 1988.

    Hm7>

  • PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    diferencias entre las personas en su salud percibida no son importantes;aparece ms asociada la salud con el gnero que con la edad.

    Controlando por la ocupacin (tabla 9), los varones muestran siernpremejor percepcin que las mujeres. Las mayores diferencias por gnero encuanto a la percepcin de la salud, se aprecian entre los/as autnomos yobreros/as sin especializar. Sin embargo, apenas existen diferencias entrelos/as cuadros medios y obreros/as especializados. Los varones se sientenmejor de salud si pertenecen a la clase alta o si son empleados (trabajadoresde cuello blanco), peor si son obreros sin cualificar y peor que ningunosi son obreros especializados. De nuevo aparecen los de esta categora ocu-pacional como afectados en su salud, ya jubilados, por el tipo de trabajodesarrollado en su vida activa. Las mujeres se sienten mejor como trabaja-doras por cuenta propia y empleadas de oficina, algo peor como amas decasa, y francamente mal como obreras sin especializar y como obreras cua-lificadas, donde se observan los porcentajes ms altos de enfermas. Pareceque ser varn o mujer influye en las diferentes percepciones de la salud,segn de qu ocupacin se trate, pero parece ms claro que la ocupacininfluye en la percepcin de la salud de las personas ancianas, sean stasvarones o mujeres.

    Controlando la variable ingresos (tabla 10) (excepto en. la primeracategora, que cuenta con cuatro varones nicamente), las diferencias entrelos varones y las mujeres en cuanto a la percepcin de la salud no sonimportantes por categoras de ingresos. Entre los varones apenas se apreciandiferencias en su salud percibida, tengan los ingresos que tengan; nicamentelos de ms ingresos aparecen claramente en un mejor estado de salud conrespecto a los de las otras categoras. En las mujeres tampoco se observa unarelacin entre los ingresos y salud. No se aprecia una mejora manifiestapor tener ms ingresos, aunque en la categora de ingresos ms altos lasmujeres presentan la mejor salud. Eliminada la posible influencia del nivelde ingresos en la percepcin de la salud, ser varn o mujer no parece marcardiferencias notables en la salud percibida de las personas ancianas de Bilbao.Por otro lado, el nivel de ingresos nicamente parece influir positivamenteen las personas de ingresos ms altos que se sienten mejor de salud que lasdems personas, y negativamente en las personas de las dos categoras deingresos ms bajos.

    Al mantener constante, la variable soledad (tabla 11) no existen dife-rencias notables de salud percibida por gnero, excepto entre aquellos/as queexperimentan el mximo grado de soledad (aunque el nmero de varonesentre esas personas es muy pequeo: 10 personas). Las diferencias con res-pecto a las mujeres es alta; ellas se consideran mucho peor que los varonesaun sintindose todos/as solos/as muchas veces. Las diferencias se aprecianfuertemente tanto para varones como para mujeres segn el grado de soledadmanifestado. Incluso las diferencias por gnero se diluyen. La salud parece

    211

  • TABLA 9

    Relacin entre salud y gnero, controlando por la ocupacin(En porcentajes)

    NJ

    Nivel de salud

    Enfermos/asSanos/as

    TOTAINmero de casos

    PERSONAS SEGN LAS DISTINTAS OCUPACIONES

    c

    Total

    3664

    100(14)

    Empresarios/as,:uadros superioresaltos funcionarios

    Varones Mujeres

    3367

    (12)

    5050

    (2)

    Total

    %44

    100(48)

    Empleados/as,cuadros medios

    funcionariosVarones

    5644

    (34)

    Mujeres

    5143

    (14)

    Trabajadores/aspor cuenta propia

    Total

    4654

    100(39)

    Varones

    4060

    (20)

    Mujeres

    5347

    (19)

    Nivel de salud

    Enfermos/asSanos/as

    TOTAL

    Nmero de casos

    Total

    6931

    100(73)

    Obreros/asespecializados

    Varones

    6832

    (62)

    Mujeres

    7327

    (11)

    Total

    6634

    100(69)

    Obreros/assin especializar

    Varones

    5941

    (34)

    Mujeres

    7327

    (69)

    FUENTE: Encuesta de Ancianos/as de Bilbao 1988.

  • PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    W J^- o (N00 1 o

    ^ I l S ~.$* r*- 1 TJ-

    .

  • TABLA 11

    Relacin entre salud y gnero, controlando por el sentimientode soledad experimentado a lo largo del da

    (En porcentajes)

    PERSONAS QUE EXPERIMENTAN SOLEDAD SEGN LA FRECUENCIA

    to

    Nivel de salud

    Enfermos/asSanos/as ... ...

    TOTAL

    Nmero de casos

    Total

    8416

    100(32)

    Muchas veces

    Varones

    7030

    (10)

    Mujeres

    919

    (22)

    Total

    6832

    100(94)

    Algunas veces

    Varones

    6535

    (27)

    Mujeres

    6931

    (67)

    Nunca

    Total

    5143

    100(283)

    o casi

    Varones

    5545

    (125)

    nunca

    Mujeres

    5842

    (158)

    H

    RESAB

    AZO

    FUENTE: Encuesta de Ancianos/as de Bilbao 1988.

  • PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

    ms relacionada con la soledad que con el gnero. Es ms determinantecmo siente un anciano/a su soledad para sentirse mejor o peor de salud(o viceversa) que ser varn o mujer, aunque las mujeres siempre y en todascircunstancias se sienten peor de salud que los varones.

    En un primer anlisis el gnero apareca como la variable discriminanteentre las personas ancianas de Bilbao, en cuanto a su salud percibida.Ahora que se ha eliminado la posible influencia de otras variables, no apa-rece una clara relacin entre gnero y salud. Sin embargo, la ocupacinejercida s parece tener relacin con la salud, tanto en los varones comoen las mujeres. Una vez ms parece que el estilo de vida asociado al tipode ocupacin ejercida determina no solamente la duracin, sino tambin lacalidad de vida de las personas. Pero sobre todo es la soledad la variable queparece mantener una estrecha relacin con la salud, sin poderse establecer,al menos por el momento, una relacin causal.

    Ante la fuerte relacin que aparece entre soledad y salud se ha procedidoa analizarla controlando las variables gnero, edad, estado civil, ocupacin eingresos, pero dicotomizando la variable soledad al agrupar las casillas mu-chas veces y algunas veces. Manteniendo constante la variable gnero (ta-bla 12), varones y mujeres se sienten en mejor estado de salud cuandono se sienten solos/as, aunque la diferencia se hace ms aguda entre lasmujeres, a favor de la mejor salud de las que nunca se sienten solas. Pareceque aun siendo ms importante la relacin entre salud y soledad que entresalud y gnero, sin embargo, el gnero parece ejercer cierta influencia, dadala mayor relacin existente entre soledad y salud percibida en las mujeresque en los varones.

    Al controlar la edad (tabla 13) se. aprecian fuertes diferencias entrelos/as que se sienten solos y los/as dems, en la percepcin de la saluden todos los grupos de edad. Salud y soledad mantienen una fuerte relacin,ya que a cualquier edad los ms solos/as son los que se sienten ms enfer-mos/as, aunque la soledad influye ms a las personas ms ancianas, pues lasdiferencias de porcentajes (tanto en las personas enfermas como en las sanas)con respecto a sentirse o no solas aumentan con la edad. A ms edad, tantoenfermas como sanas, se sienten ms solas. Analizando el conjunto de losgrupos de edad, entre quienes se sienten solos/as no se aprecian diferenciasen la percepcin de salud por edad; nicamente en aquellos/as de ochentay cinco y ms aos se incrementa ostensiblemente la peor percepcin. Entrequienes nunca se sienten solos/as tampoco se aprecian por edad diferenciasdestacables; nicamente entre los ms ancianos/as empeora tambin algola percepcin de salud. Al relacionar salud y soledad, no parece que la in-fluencia de la edad en la salud percibida sea importante, salvo en las perso-nas ms ancianas, aunque incluso entre ellas las que no se sienten solas seven mejor de salud que las otras.

    La relacin inversa entre edad y salud (a ms edad, peor salud) que se

    215

  • TABLA 12

    Relacin entre salud y soledad, controlando por el gnero(En porcentajes)

    PERSONAS CON DIFERENTES GRADOS DE SOLEDAD SEGN EL GENERO

    Nivel de salud

    Enfermos/asSanos/as

    TOTAL

    Nmero de casos

    FUENTE: Encuesta de Ancianos/as de Bilbao 1988.

    Total

    5842

    100(162)

    Varones

    Muchas yalgunasveces

    6733

    (37)

    Nuncao casinunca

    5545

    (125)

    Total

    6436

    100(247)

    Mujeres

    Muchas yalgunasveces

    7525

    (89)

    Nuncao casinunca

    5842

    (158)

    MA

    RA

    TE

    RESA

    I

    OZV

  • TABLA 13Relacin entre salud y soledad, controlando por la edad

    (En porcentajes)

    PERSONAS CON DIFERENTES GRADOS DE SOLEDAD SEGN LA EDAD (EN AOS)

    65-69 70-74 75-79

    Muchas y Nunca Muchas y Nunca Muchas y Nuncaalgunas o casi algunas o casi algunas o casi

    Nivel de salud Total veces nunca Total veces nunca Total veces nunca

    Enfermos/as 58 69 52 59 69 56 64 72 61Sanos/as 42 31 46 41 31 44 34 28 39

    TOTAL 100 100 100Nmeros de casos (114) (32) (82) (107) (26) (81) (89) (33) (56)

    80-84 85 y ms

    Muchas y Nunca Muchas y Nuncaalgunas o casi algunas o casi

    Total veces nunca Total veces nunca

    Enfermos/as 62 75 54 74 91 68Sanos/as 38 25 46 26 9 32

    TOTAL 100 100Nmero de casos (62) (24) (37) (39) (11) (28)

    FUENTE: Encuesta de Ancianos/as de Bilbao 1988.

  • MARA TERESA BAZO

    apreciaba en el primer cruce de variables y que se mantiene en buena medidaen la anterior neutralizacin de variables, aparece algo trastocada al tenerseen cuenta la soledad como variable explicativa. Ciertamente, el grupo de losms ancianos/as manifiesta peor percepcin que ninguno de su salud, tantoentre quienes se sienten solos/as como entre quienes no se sienten as. Pero esel grupo en el que ms relacin se aprecia entre salud y soledad, observn-dose la mayor diferencia en nivel de salud entre quienes se sienten solos/as.Aunque en la edad ms avanzada sta, con todo lo que conlleva en acumu-lacin de prdidas, influye en el estado de salud percibida, sin embargo,aparece ms fuerte la relacin entre soledad y salud que la existente entreedad y salud.

    Al controlar por el estado civil (tabla 14) solteros/as, casados/as yviudos/as, muestran diferencias importantes de salud percibida segn expe-rimenten o no sentimiento de soledad. Quienes ms diferencia muestran sonlos solteros/as, aunque su representatividad sea menor. Casados/as y viu-dos/as con efectivos similares muestran parecidas diferencias. De nuevo lasoledad aparece como una variable fuertemente relacionada con la salud,independientemente del estado civil. Los casados/as, no obstante, parecenligeramente ms afectados en su salud que los dems cuando se sientensolos/as, aunque la diferencia es pequea. Puede que la peor soledad seala experimentada en compaa.

    Controlando por la ocupacin (tabla 15), todas las categoras mantienendiferencias intragrupo en su percepcin de salud: entre quienes no se sientensolos/as y quienes se sienten, pero son diferencias variables segn las diver-sas categoras ocupacionales y casi siempre a favor de quienes no se sientensolos/as. Con respecto a quienes se sienten solos/as, la clase alta y los/asautnomos apenas cuentan con efectivos entre las personas solitarias. El 86y el 90 por 100, respectivamente, no se sienten nunca solos/as. No puede,pues, hablarse en estos dos casos de diferencias intragrupo en el estado desalud cuando casi ninguno/a declara sentirse solo. Respecto a las otras cuatrocategoras, son la de obreros/as cualificados, y la de amas de casa, las ocupa-ciones menos discriminadas en estado de salud por la variable soledad. La so-ledad les influye en su percepcin de la salud algo menos. Estas categorasocupacionales ejercen tambin una influencia en dicha percepcin.

    En cuanto a las diferencias intergrupo de las cuatro categoras, entre laspersonas que se sienten solas no se aprecian diferencias notables en las dis-tintas categoras. La ocupacin parece influir poco en la percepcin de lasalud. Entre quienes nunca se sienten solos/as en las seis categoras, existendiferencias entre ciertas categoras ocupacionales en cuanto a la salud perci-bida, resultando ms favorecidos (exceptuando la clase alta) los/as traba-jadores independientes, empleados/as y obreros/as sin cualificar; quedandoen la peor situacin las amas de casa y los/as obreros cualificados.

    Entre las personas que experimentan sentimientos de soledad, su estado

    218

  • 219

    PERSONAS ANCIANAS: SALUD Y SOLEDAD

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