Giner de Los Rios

41
INTRODUCCIÓN El motivo de elegir al pedagogo D. Francisco Giner de los Ríos para nuestro trabajo, es porque actualmente éste es reconocido como fundador de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), y por consiguiente resulta muy valioso y enriquecedor profundizar en el conocimiento de su obra. Cuando se nos solicitó la realización de un trabajo de investigación, tras varios días de estudio, concluimos en centrarnos en la figura de D. Francisco Giner de los Ríos. Nosotras como docentes y andaluzas, compartimos gran admiración por este pedagogo mundialmente conocido, y que además ha sido maestro de educadores. Con nuestro trabajo, pretendemos resaltar la figura del malagueño Giner de los Ríos, no solo cómo el fundador de la ILE, sino como un pedagogo que marcó la evolución de la pedagogía en tiempos posteriores. Y que dejó una extensa obra que durante mucho tiempo ha sido un referente en el ámbito educativo. Nuestro principal objetivo es poner de manifiesto la trascendencia de la obra de este filósofo, pedagogo, ensayista, profesor universitario, haciendo hincapié en su faceta de discípulo de Sanz del Río y continuador del krausismo. 1

Transcript of Giner de Los Rios

INTRODUCCIÓN

El motivo de elegir al pedagogo D. Francisco Giner de los Ríos para nuestro

trabajo, es porque actualmente éste es reconocido como fundador de la Institución

Libre de Enseñanza (ILE), y por consiguiente resulta muy valioso y enriquecedor

profundizar en el conocimiento de su obra.

Cuando se nos solicitó la realización de un trabajo de investigación, tras varios días

de estudio, concluimos en centrarnos en la figura de D. Francisco Giner de los Ríos.

Nosotras como docentes y andaluzas, compartimos gran admiración por este

pedagogo mundialmente conocido, y que además ha sido maestro de educadores.

Con nuestro trabajo, pretendemos resaltar la figura del malagueño Giner de los

Ríos, no solo cómo el fundador de la ILE, sino como un pedagogo que marcó la

evolución de la pedagogía en tiempos posteriores. Y que dejó una extensa obra que

durante mucho tiempo ha sido un referente en el ámbito educativo.

Nuestro principal objetivo es poner de manifiesto la trascendencia de la obra de

este filósofo, pedagogo, ensayista, profesor universitario, haciendo hincapié en su

faceta de discípulo de Sanz del Río y continuador del krausismo.

El propósito de Giner de los Ríos fue regenerar el país a través de las conciencias,

la revolución de las conciencias. Quería crear hombres íntegros, cultos y capaces, en

base a la idea de que los cambios los producen los hombres y las ideas, no las

rebeliones ni las guerras. Tras la guerra civil española todo lo que tenía que ver con

Giner, por su corriente de pensamiento, fue prohibido por el régimen franquista, lo

que ha hecho que se pierda gran parte de su obra. Durante la dictadura, la enseñanza

pasó a estar controlada por el régimen franquista, haciendo que la mayoría de los

seguidores de Giner desaparecieran. No obstante, existen algunos colegios en España

que están retomando los principios pedagógicos de Giner adaptados a los nuevos

tiempos.

1

1. BIOGRAFÍA DEL AUTOR

DON FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS (1839-1915)

Nace en la ciudad de Ronda en el seno de una familia acomodada, lo cual le

permite acceder a una correcta formación universitaria. Estudió Filosofía en

Barcelona y Granada, trasladándose a Madrid en 1863, donde entraría en contacto y

recibiría la influencia del profesor Sanz del Río, como se sabe introductor en España

del ideario krausista (Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832); las ideas e

influencia del krausismo marcarán para siempre tanto el pensamiento como la obra de

Giner de los Ríos. Obtiene la cátedra de Filosofía del Derecho y de Derecho

Internacional de la Universidad de Madrid. Su carácter profundamente crítico, sus

modos de enseñar y su ilimitada ilusión docente convertirán a Giner en una de las

figuras obligadas del Madrid universitario. No dudará en enfrentarse abiertamente a

ciertas ordenanzas atentatorias a la libertad de cátedra que habían sido adoptadas por

el Ministro de Fomento, Marqués de Orovio, en 1875.

Como consecuencia de sus opiniones contrarias a las disposiciones del gobierno es

expulsado de su cátedra, junto con amigos y discípulos, buena parte de los cuales

compartirán desde ese instante los sueños transformadores de Giner de los Ríos. A

raíz de los acontecimientos anteriores, pone en marcha una de las iniciativas que más

han marcado la Educación de nuestro país.

Destacó como jurisconsulto y como pensador, pero será con la fundación de la

Institución Libre de Enseñanza (ILE) cuando salga a relucir el genial pedagogo que

2

Giner llevaba dentro. Desde ese instante y hasta el final de sus días, don Francisco

Giner de los Ríos se dedicará en cuerpo y alma a poner en práctica las líneas

pedagógicas que definen la Institución: formación de hombres útiles a la sociedad,

pero sobre todo hombres capaces de concebir un ideal; coeducación y reconocimiento

explícito de la mujer en pie de igualdad con el hombre; racionalismo, libertad de

cátedra y de investigación, libertad de textos y supresión de los exámenes

memorísticos. En una palabra, una Escuela activa, neutra y no dogmática, basada en el

método científico, que abarca toda la vida del hombre y que pretende la formación de

hombres completos, abiertos a todos los ámbitos del saber humano. Giner opuso la

libertad a la autoridad. La Institución Libre de Enseñanza, se convirtió en el modelo

de calidad de enseñanza, y entre sus fundaciones destacamos el Museo Pedagógico

Nacional, las Colonias Escolares, las Residencia de Estudiantes, entre otras.

      Esos eran los sueños de Giner y su contribución a la consecución de un país de

hombres libres dirigidos por hombres libres y con preparación adecuada. Aunque la

nómina de personalidades, alumnos y profesores en algún momento relacionados con

la I.L.E. o formados directamente en ella sería interminable, basten los nombres de

Azaña, Bestéiro, Ortega, Lorca, Dalí, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez,

Buñuel, Unamuno, o Bosch Gimpera , para comprender la trascendencia que la

iniciativa de este rondeño ha tenido en la historia reciente de España.

    Tenemos que recordar en esta página a Antonio Jiménez-Landi , Premio Nacional

de Historia, recientemente fallecido (Marzo 1997), que dedicó 40 años de su vida a

una grandiosa obra, que ocupa 4 volúmenes, La institución Libre de Enseñanza y su

ambiente. Entre las muchas obras y escritos de Giner de los Ríos destacan:

Principios de Derecho natural (1875).

Estudios de Literatura y Arte (1876).

Lecciones sumarias de Psicología (1874).

Estudios jurídicos y políticos (1875).

Estudios filosóficos y religiosos (1876).

Estudios sobre educación (1886).

La persona social. Estudios y fragmentos I (1899).

La persona social. Estudios y fragmentos II (1899).

Pedagogía universitaria (1905).

3

Filosofía y Sociología: Estudios de exposición y de crítica (1904).

Resumen de Filosofía del Derecho I (1898).

2. PRINCIPIOS QUE FUNDAMENTAN SU PENSAMIENTO

El propósito de Giner de los Ríos fue regenerar el país a través de las conciencias,

la revolución de las conciencias. Quería crear hombres íntegros, cultos y capaces, en

base a la idea de que los cambios los producen los hombres y las ideas, no las

rebeliones ni las guerras.

Tras la guerra civil española todo lo que tenía que ver con Giner, por su corriente

de pensamiento, fue prohibido por el régimen franquista, lo que ha hecho que se

pierda gran parte de su obra. Durante la dictadura la enseñanza pasó a estar controlada

por el régimen franquista, haciendo que la mayoría de los seguidores de Giner

desaparecieran. No obstante, existen algunos colegios en España que están retomando

los principios pedagógicos de Giner adaptados a los nuevos tiempos. Dos axiomas

constituyen el núcleo esencial a partir del cual se despliega el pensamiento filosófico

de Francisco Giner de los Ríos: la existencia de un Ser Superior (Perfección Suma) y

la existencia del hombre como ser finito pero perfectible en un continuo devenir-

progreso.

Desde estos dos principios, la obra de Giner puede ser analizada, integrando cada

uno de los elementos dispersos de su interpretación del mundo y de la vida. Y por lo

mismo, su teoría educativa solo será bien entendida cuando se configure y desarrolle

tal interpretación desde ese núcleo esencial.

2.1 EXISTENCIA DE UN SER SUPERIOR

Para Giner, la existencia de Dios es un principio que no necesita demostración. Es

una verdad evidente. Dios es un Ser Supremo, Principio y Fin de todo lo existente.

Giner se retirará a Dios a través de sus escritos, unas veces explícita y otras

implícitamente. Y en ningún caso se planteará el problema de su existencia, el

problema para Giner será delimitar el concepto del hombre, concepto que establecerá

el concepto de Dios, ya que es a partir del hombre como encontramos qué piensa

Giner a cerca de la divinidad.

4

2.2 EL HOMBRE COMO SER FINITO

El hombre, para Giner, es un ser finito y perfectible, concepción que analiza

exhaustivamente. Este ser finito para este autor compuesto de dos elementos

esenciales: el elemento naturaleza y el elemento espíritu. Cuerpo y espíritu es una

conjunción armónica, configuran el ser hombre, que es por lo mismo un ser

intermedio. No es naturaleza pura ni espíritu puro, pero participa de ambos. Como

cuerpo-naturaleza el hombre está sujeto a las leyes de la matera.

Para dicho autor, el espíritu es un ser real y verdaderamente sustantivo,

absolutamente unido consigo mismo en forma de infinidad o conciencia, y dotado de

propia casualidad. En este sentido, Giner llama espíritu al ser coscio de sí, causa de

sus estados. Ahora bien, el hombre participa del espíritu, pero no es solo espíritu;

también cuerpo, naturaleza.

Además, como espíritu, el hombre tiene la capacidad de perfectibilidad. En cuanto

a la actividad del espíritu y del cuerpo, hace una distinción simple, afirmando que

corresponde al primero la reflexión, mientras que el cuerpo, por el contrario, se

determina en forma de una continuidad solitaria con el medio natural en que vive

subordinado a la naturaleza.

De todo lo dicho anteriormente podemos concluir con una aproximación a la idea

gineriana del hombre como ser racional, capaz de conocimiento ideal, de sentimiento

y de voluntad libre, sujeto a la ley del bien, de la verdad y de la belleza, pero al mismo

tiempo ser finito, limitado por la ignorancia, el dolor y el mal; capaz de conocimiento

científico, de creaciones artísticas y de responsabilidad moral. Necesitado del Derecho

como condición para obrar y, finalmente, ser de relación con lo absoluto.

5

3. CONTEXTO HISTÓRICO

La concepción antropológica de Giner de los Ríos se patentiza cuando

consideramos su pensamiento respecto al hombre de su tiempo, para contrastar su

ideal de humanidad con la concepción del momento presente. Sin esta consideración,

el pensamiento de dicho autor referido al hombre nos quedaría en cierta manera

limitado y caeríamos en el error, criticado por él mismo, de separar teoría de práctica.

3.1 CIENCIA, POLÍTICA Y RELIGIÓN

España, por diversas circunstancias históricas, ha mantenido un gran alejamiento

de la cultura europea, lo que ha derivado en un bajo nivel cultural. La ciencia en

España estaba en la mayor parte de los sectores oficiales apoyada, pero la intolerancia

religiosa imposibilitaba el progreso natural de la misma.

Por ello, Giner analizó las teorías doctrinarias, así como los socialistas, comunistas

y las economicistas, con la intención de conseguir la construcción de un Estado que se

desenvuelva al ritmo de Europa y reduciendo los índices de analfabetismo. Durante la

Constitución del 69, se mantendrá fiel a sus principios de respeto a la libertad y a la

tolerancia, por ello Giner y Salmerón protestan contra los principios que tal

constitución defiende, pero su protesta no fue aceptada.

Giner, por tanto, tiene una idea pesimista de la sociedad en la que vive. Más aún,

Giner dejó el catolicismo, y cuando pone en práctica su magna obra: La Institución

Libre de Enseñanza, una de sus características es la neutralidad en materia religiosa,

justificada en que las religiones confesionales dadas en la escuela dividen a los niños,

oponiéndose al ideal, tan presente en su pensamiento, de armonía de la humanidad.

6

Aula de Educación Básica de la ILE4. FUENTES DEL PENSAMIENTO GINERIANO

El pensamiento educativo de Giner está estrechamente ligado con los postulados

filosóficos. Por tanto, centraremos este apartado en las influencias filosóficas y los

antecedentes pedagógicos, que marcaron tal pensamiento.

4.1 INFLUENCIAS FILOSÓFICAS

Respecto de los principios filosóficos, Giner recibió una influencia de Krause,

Kant y Hegel. En Giner, el krausismo responde a una gran insatisfacción respecto a la

sociedad que le rodea. El krausismo ofrece al intelectual español una filosofía

asentada en el espíritu liberal, llena de una religiosidad sin dogmatismo, enemiga del

estatalismo colectivista y cimentada en el uso de la razón al servicio de la ciencia.

El hombre para Krause, logrará superar la lucha que se le plantea entre su tendencia

“al sentido, al hombre de la vida” y la tendencia del espíritu a alejarse del contacto de

la vida, que empaña las purezas de las ideas. En esta línea, Giner conecta las ideas

krausistas con su propio intento de cambio social y cultural.

El hombre krausiano es, pues, un hombre por y para Dios; pero conservando su

propia entidad, porque Dios está en el mundo pero no es el mundo. Con ello tocamos

una de las ideas fundamentales del krausismo y que sin duda influye decisivamente en

Giner. Se trata del panenteísmo, que los krausistas oponen al concepto de panteísmo.

El panenteísmo es la doctrina de todo en Dios. El krausismo, sobre todo en Giner, era

más que nada una actitud mental (de austeridad, reserva y simpatía hacia el esfuerzo

científico) y ética (la vida debe ser en todo momento expresión práctica de un ideal).

4.2 ANTECEDENTES PEDAGÓGICOS

Las ideas que sobre pedagogía y educación tiene Giner mantienen una trayectoria

7

doctrinal de siglos, a lo largo de los cuales el hombre intenta encontrar en sí mismo la

respuesta a su propia realidad existencial. Por tanto, su pensamiento pedagógico

mantiene una relación inmediata con aquellos pensadores que, sin renunciar a la

existencia de Dios, se preocupan más del hombre. No obstante, esta preocupación

repercute indirectamente en una forma de relación religiosa en la que Dios es para el

mundo “la propia alma, la esencia más honda que lo hace ser y lo mantiene en el

ser” (Agazzi, 1974). A partir de estas premisas podemos estudiar los antecedentes del

pensamiento pedagógico gineriano en una doble perspectiva: su teoría educativa y sus

propuestas pedagógicas.

Con respecto a su teoría educativa, Giner pertenece a la corriente pedagógica de

tipo humanista. Su concepto de educación integral y armónica, sus ideales de libertad

como condición para el desarrollo científico, y de fe en el hombre como realizador de

su propia plenitud, encuentran en los pedagogos del humanismo renacentista

(Erasmo, Luís Vives, Rabelais, Montaigne) hasta llegar a Comenio, Rousseau,

Pestalozzi y Froebel en pleno siglo XVIII, sus más claros orígenes. Por otro lado, con

respecto a sus propuestas pedagógicas, en Giner influyó la pedagogía francesa

contemporánea (Buisson, Pecaut, Compayré) así como la inglesa y la americana

(Spencer, Williams James, Dewey). Además, Giner aboga por la integración en la

Universidad de todos los organismos encargados de la ciencia para preparar hombres

nuevos, que expandieran su semilla por medio de la educación y no de la política.

Según la pedagogía de Giner, la relación del niño con sus padres es fundamental, y

defiende la necesidad de realizar un seguimiento de las facultades de cada alumno,

con el fin de desarrollar al máximo sus posibilidades. No obstante, analizando sus

métodos, hay que afirmar que existía en él cierta tendencia a trabajar con “los

mejores”, y en cierta medida esto ha sido la causa de que se le tachase de elitista.

Otro aspecto relevante es el uso de un método de enseñanza que toma a la

Naturaleza de modelo, que se irá configurando hasta constituir el método intuitivo

froebeliano, tan admirado y defendido por Giner, considerándolo como el “único”, y

desarrollado en la Institución Libre de Enseñanza (creada en 1876). Este proyecto era

más ambicioso que el de Pestalozzi, centrado en socorrer a los niños más humildes.

Giner, en sus orientaciones pedagógicas para la Institución desarrolló todos los

8

métodos de Pestalozzi, destacando las excursiones escolares. Pero el pedagogo que

más influenció en Giner fue Froebel, al cual tomó de modelo para la organización de

la escuela de párvulos de la Institución.

5. PRINCIPIOS PEDAGOGICOS

1. El principio fundamental es educar a sus alumnos. Para ello es primordial el

principio de la «reverencia máxima que al niño se debe». Ajena a todo particularismo

religioso, filosófico y político, se propone sembrar en la juventud, con la más absoluta

libertad, reserva en la elaboración de sus normas de vida y el respeto religioso.

2. Pretende despertar el interés de sus alumnos hacia una amplia cultura general,

para cimentar en ellos una educación profesional de acuerdo con sus aptitudes y

vocación; tiende a prepararlos para ser en su día científicos, literatos, abogados,

médicos, ingenieros, etc.; pero sobre todo personas capaces de gobernar su propia

vida y de producirla mediante el desarrollo de todas sus facultades.

3. La coeducación es un principio esencial del régimen escolar. No existe

fundamento para prohibir en la escuela que uno y otro sexo vivan como en la familia

y en la sociedad. Juzga la coeducación como uno de los resortes fundamentales para la

formación del carácter moral, e imprescindible para acabar con la actual inferioridad

de la mujer, que no empezará a desaparecer hasta que aquélla se eduque.

4.  Aspira a que sus alumnos puedan servirse de los libros como fuente de cultura;

pero no emplea los “de texto”, ni las “lecciones de memoria”, por creer que

contribuyen a petrificar el espíritu y a mecanizar el trabajo de clase, porque la función

del maestro ha de consistir en despertar y mantener vivo el interés del niño, excitando

su pensamiento, enseñando a razonar con rigor.

5. La Institución considera indispensable la activa cooperación de las familias en la

escuela, debido al natural y recíproco influjo de una en otra.

9

6. La educación elemental y la secundaria no pueden separarse. Forman un proceso

continuo que también debe extenderse a las universidades con los mismos métodos.

7. Las clases deben ser una conversación familiar e informal entre maestros y

alumnos: métodos intuitivos, realidades en vez de abstracciones, objetos en vez de

palabras.

8. La disciplina no puede basarse en castigos, sino en la idea de la corrección y la

reforma. Los juegos y otras actividades libres son la mejor oportunidad para observar

las inclinaciones de los niños.

9. Se propugna el principio de la pedagogía activa y en íntimo contacto con la vida,

principios tomados de Pestalozzi y Froebel, y que alcanzó unas dimensiones

plenamente contemporáneas por obra del educador de Manuel Bartolomé Cossío.

10. Gran interés en formar en la salud y la higiene, la depuración de los gustos

estéticos, la tolerancia, la alegría, la serenidad, la lealtad, la disposición  a vivir como

se piensa. Utiliza el juego corporal al aire libre, la relación con la naturaleza y con el

arte. Reniega del sistema de exámenes, de la emulación, de los premios y castigos y

del espionaje hacia los alumnos.

5.1 DIMENCIONES DEL PENSAMIENTO EDUCATIVO DE GINER

Educación, educador y educando son los tres conceptos claves en la teoría

educativa de Giner, y a partir de ellos, da sentido a toda su interpretación del hombre

y de la sociedad. Así pues, son tres las dimensiones que constituyen su pensamiento

educativo: la educación en función del conocimiento, la educación del sentimiento y

la educación de la voluntad.

a) La educación del conocimiento: el fin inmediato de Giner es capacitar las

facultades intelectuales para la búsqueda de la verdad y la ciencia. Por ello, la única

educación que admite es aquella que permite a cada sujeto emitir su propio juicio

sobre lo que le rodea.

b) La educación del sentimiento: el fundamento de esta educación es la educación

estética. Es indispensable facilitar a los individuos el desarrollo de su creatividad en el

10

trabajo artístico, que solo se realizará poniendo a los sujetos en contacto con las obras

de arte creadas por el hombre. Por tanto, se debe rodear a los educandos de un

ambiente de buen gusto, armónico y en equilibrio.

c) La educación de la voluntad: la voluntad de los sujetos no solo está formada por

el conocimiento de la verdad sino por el sentimiento que esta verdad produce y que

determina su conducta. En este sentido, Giner se opone a toda violencia y métodos

coercitivos, pues no se forma al niño impidiéndole su acción con prohibiciones, sino

procurando que sea él quien elija.

5.2 FINALIDADES QUE PERSIGUE SU PENSAMIENTO

Giner tenía muy claro que debía excluirse “la enseñanza confesional o dogmática”,

según su propia expresión, no solo de las escuelas del Estado, sino también de las

privadas. Desde esta perspectiva, su insistencia en la neutralidad de la educación se

enriquece con una nueva dimensión, relacionada con la vida en común.

No puede haber tolerancia sin respeto a las opiniones ajenas, aunque choquen con

nuestras convicciones más íntimas y arraigadas. Pero esa disposición no es innata,

sino que solo puede ser aprendida. La tolerancia era para Giner un valor inseparable al

hombre, por ello dice en sus Estudios sobre la educación que “si hay una educación

religiosa que deba darse es la de la tolerancia positiva, no escéptica e indiferente, de

las simpatías hacia todos los cultos y creencias”.

La Institución se propone como escuela neutral, es decir, como una escuela que

promueve un sentido religioso general de la vida y sin adelantar, en ningún caso,

verdadera confesión alguna. Ello obedece, entre otras cosas, a la decisión de mantener

a la escuela apartada de las pasiones y enfrentamientos que dividen a los hombres que

determinan tantas veces, según él por falta de educación, la aparición de un ciego

instinto de exterminio por parte de aquellos que se creen en posesión de la verdad.

Para Giner, la escuela tiene que crear un profundo sentimiento de solidaridad

humana, una convicción que haga a todo individuo algo sagrado en cuanto ser

humano, y más cercano que distante de nosotros en cuanto miembro de otra confesión

11

u otro partido. Sólo así no se lesionan los elementos centrales del humanismo integral

que se encuentran como un germen en la personalidad del niño. En tiempos en que los

maestros se parecían mucho a funcionarios vitalicios y rutinarios, la Institución tuvo

mucho interés en elevar la figura de los maestros, sacarles de la indigencia, formarles

y potenciarles al máximo. Los maestros son lo más importante, y todo lo demás se

evapora en la inutilidad si éste falta.

La vocación, severidad y honradez en la conducta y las dotes de investigación y

exposición eran los elementos a tener en cuenta, para el nombramiento de profesores

en la Institución y eran condiciones inexcusables: todo profesor podrá ser removido

cuando perdiese alguna de estas esenciales condiciones. En todas las fundaciones

derivadas del espíritu institucionista se trataba de evitar por todos los medios la

burocratización del maestro como consecuencia de los nombramientos vitalicios y la

falta de estímulos.

La figura del maestro que promovía Giner no podía poner condiciones al impulso

que surgía de él, ni trocar su labor por más o menos dinero, ni regatearle un minuto a

su compromiso moral. La intuición era tanto un don del educador como una vía de

relación del niño con el mundo. El educador asumía intuitivamente los caracteres

originales y personalísimos del discípulo e iba estimulando su desarrollo, secundando

su actividad, alimentando su maduración, dejándole hacer.

Para ello se servía de la totalidad de las plurales y complejas provocaciones que

ofrecía la vida real: la naturaleza, el arte, la familia, la industria, etcétera. Se trata de

una enseñanza activa, porque el maestro tiene por misión alumbrar y alimentar la

fuerza personal del educando; se trata también de una educación individualizada,

porque, huyendo del uniformismo, acentúa y potencia su personalidad original.

    Cossío se opone radicalmente a lo que él llama el procedimiento de estampación, el

que utiliza el prototipo de maestro poseedor de la verdad contra el alumno calladito y

neutro que injiere tal presunta verdad para luego reestamparla de memoria y mal

digerida el día del examen.

Exactamente igual, y por las mismas razones, se opone al libro de texto, cuya

deglución a fuerza de codos aplasta cuidadosamente las tentaciones de la curiosidad

12

estudiantil por la consulta de otros libros innecesarios. Para Giner y Cossío la

enseñanza debe ser lo contrario de eso: una excitación permanente a la actividad, a la

curiosidad, a la búsqueda: No enseñar las cosas, sino enseñar a hacerlas.    

6. PERSPECTIVAS ACTUALES

6.1 EL HUMANISMO GINERIANO Y LA PEDAGOGÍA HUMANISTA

CONTEMPORÁNEA

Como señalamos anteriormente, los orígenes del pensamiento de Giner, tanto

filosófico como pedagógico, y los elementos que lo integran nos llevan a denominar

su teoría educativa como una teoría de carácter humanístico. No obstante, en la teoría

educativa gineriana y en su concepción del hombre, encontramos elementos

netamente cristianos, y a su vez está impregnada por un claro matiz liberal.

Es decir, que siendo en efecto la doctrina de Giner un sistema con un cierto

carácter sincrético, esencialmente se define por estar apoyado en la realización de un

“ideal humano”, basado no tanto en la experimentación como en la proyección de la

razón, avanzando metas para el hombre, que solo por medio de la razón pueden ser

aceptadas. Para hacer tal afirmación sobre el pensamiento pedagógico de Giner, es

necesario estudiar dos aspectos fundamentales: su ubicación dentro del pensamiento

pedagógico contemporáneo y la vigencia de tal pensamiento. Por tanto, Giner

pertenece a aquella corriente pedagógica que apoyándose en un sistema de valores de

carácter espiritual, hace de la educación una industria a la que se aplican todos los

procedimientos propios de los sistemas materialistas, llámense capitalistas o

comunistas, cuya finalidad expresa es la productividad material.

Giner muere cuando la primera guerra mundial está en su apogeo. Esta realidad

histórica parece ser un argumento decisivo en contra de ese progreso continuo de la

humanidad hacia el triunfo de la razón y de la ciencia, en una situación de paz y

conocimiento. Parece que Giner se haya equivocado y con él toda una serie de

pensadores que suponían cercano el triunfo del racionalismo armónico. Giner puede

13

muy bien ser conectado con la pedagogía contemporánea en lo que se refiere al uso

que el hombre hace o ha de hacer de sus facultades y de sí mismo. Además,

considerado defensor de la libertad y de la educación integral, en función de la

totalidad del hombre, tiene una estrecha relación con la pedagogía humanista de

nuestro siglo, que sigue apoyando una educación en la que predomine el “ser” y no el

“tener” y en el que la competición no sea el fundamento del progreso.

Ciertamente, Giner puede ser entendido cuando habla de suprimir los exámenes, de

la falta de valor que tienen los títulos académicos, de la deformación que supone la

excesiva especialización, de la necesidad de atender el desarrollo del cuerpo con la

misma preocupación que a las facultades de la mente; e igualmente cuando trata la

importancia que para la vida del hombre tiene el haber recibido una educación

integral, sin coacciones ni violencias, desarrollando la personalidad de los alumnos sin

recurrir a la suplantación de la conciencia; respetando al niño e intentando hacer de

cada niño un hombre pleno. Con estos principios, enlaza con los presupuestos de la

Escuela Nueva y más adelante con las directrices de la pedagogía actual.

Además, el momento histórico que vivimos, definido sobre todo por la rapidez y

multiplicidad de la información y por el gran desarrollo de los medios tecnológicos,

determinan esencialmente la provisionalidad de los objetivos educativos no basados

en la naturaleza originaria del hombre. Por tanto, el humanismo pedagógico de Giner

tiene la característica de responder, no a un tipo de hombre determinado, de una época

determinada, sino al hombre esencial, dotado de las facultades del espíritu y capaz de

desarrollar su creatividad sobre lo que le rodea.

Y la preocupación por el niño, que a partir de Rousseau impregnó toda la

pedagogía, se transformó en preocupación por la eficacia de la educación. Pero ya no

importaba tanto el niño como finalidad, sino que la finalidad en ese caso era la

propuesta por los sistemas escolares, dependientes sin duda de los tipos de sociedad a

los que pertenecían. Por ello, de la pedagogía paidocentrista pasamos a las pedagogías

de la tecnología y de la experimentación. En cualquiera de ellas sigue siendo un factor

determinante la concepción que del hombre se tenga, la cual estará influenciada por

las necesidades que esa sociedad se plantea. De este modo, en los países desarrollados

los objetivos educativos no tendrán apenas coincidencia con los propuestos en los

países subdesarrollados.

14

Giner tiene con la pedagogía contemporánea una doble relación: la derivada de su

propia concepción del hombre y la educación, y la que se refiere a los principios

didácticos. Con respecto a la primera idea, la concepción antropológica y la educativa,

Giner puede ser relacionado con los sistemas de pensamiento definidos como

humanistas, en concreto el “humanismo personalista” y el “humanismo socialista”.

La pedagogía gineriana proyecta un mundo capaz de plenitud y perfección, en que

la educación es el instrumento viable. Pero lo cierto es que pedagogos

contemporáneos como Bernfeld, llegan a dudar de tal poder, e incluso de la propia

Pedagogía. Sobre todo, porque están manejando el concepto de “científico” en el

unívoco y exclusivo sentido de las ciencias positivas.

El utopismo gineriano determinó ciertamente un modo de enfrentar la educación y

el propio ser-hombre que ha tenido una influencia expresa en la sociedad española

postgineriana, respecto a la cual no hay diferencias en los historiadores. Giner, con su

acción directa y con la fuerza de sus principios, utópicos y revolucionarios, impulsó

todo un cambio de la sociedad española que solo las circunstancias políticas pudo

detener.

Por otro lado, existe cierta conexión entre el pensamiento de Giner y la pedagogía

derivada del “socialismo humanista”. Giner ni se firma socialista ni en sus escritos

acepta las teorías de Proudhon o de Marx. Sin embargo, en sus principios pedagógicos

hay cierta asimilación con lo que consideramos “socialismo humanista” y que Samir

Amin esclarece cuando al hablar de cultura la define como el “modo en que se

organiza la utilización de los valores de uso”, y afirma también que la utopía socialista

tiene el proyecto de una sociedad desalienada, en la que el hombre sea consciente de

sus verdaderas necesidades y no las enmascare ocultando su propia personalidad. Por

tanto, el hombre desalienado es el ideal del socialismo humanista, y aquí es donde

encontramos relación con el humanismo gineriano, aunque sus planteamientos se

apoyen en una concepción diferente del hombre.

Este socialismo humanista tiene el mismo carácter sincrético que el de Giner, en

cuanto que intenta asimilar principios a veces contradictorios. Es cierto que el término

“socialista” ha sido secuestrado por los regímenes y sistemas colectivistas marxistas

15

que comienzan con la URSS, hasta el punto de que el socialismo de Occidente tiene

que marcar sus distancias especificándose como “socialismo democrático”, el cual

enlaza con frecuencia con fuentes humanistas diversas, desde el humanismo cristiano

al “socialismo utópico”: a este pensamiento lo denominamos “socialismo humanista”,

y no “humanismo socialista”.

En este sentido, puede hablarse de socialismo humanista y pedagogía del

socialismo humanista en autores como Girardi o Freire. Con ello, el pensamiento

educativo de Giner puede situarse en la misma línea que la de los pedagogos

mencionados y a su vez mantener el carácter de “personalista”, sin que sea realmente

una contradicción.

Giner, liberal y laico, parece a su vez muy lejano al pensamiento manifiestamente

católico de otros pedagogos como Laberthonière. El hecho de que el pensador francés

afirme unas verdades reveladas y el pedagogo español se asimile a una forma de

religión natural, no significa una diferencia radical, por cuanto que para Laberthonière

“la Revelación es la manifestación de una bondad, la efusión de una gracia, mediante

la cual Dios se comunica dándonos su secreto, para permitir al hombre participar en

su vida íntima; y la verdad de Cristo contenida en el Evangelio es, por tanto, un

germen depositado en el seno de la Iglesia y, por obra de la Iglesia, en el seno de la

Humanidad, destinado a desarrollarse en la historia”.

Por su parte, para Giner, Dios está en los seres creados y existe como “principio

absoluto y supremo del mundo, de la vida y del pensamiento”; por tanto funda

también lo finito, que no es, sino divino. En ambas concepciones hay una

coincidencia: es el hombre el que tiene que conquistar su propia verdad. La pedagogía

de ambos autores se basa en el conocimiento progresivo por parte del hombre de su

propia potencialidad y en el conocimiento de los otros hombres.

Con respecto al pedagogo brasileño Pablo Freire, considerado personalista y al

mismo tiempo socialista, podemos afirmar la existencia de una serie de puntos

comunes entre su pedagogía y la gineriana. Para Freire, el hombre está capacitado

para conquistar su propia libertad, al lograr su posibilidad de juzgar y actuar

críticamente; principio que se repite en la concepción antropológica gineriana: solo el

16

hombre capaz de ejercer la razón puede contribuir al desarrollo armónico de la

humanidad. En ambos pensadores la categoría de persona es en realidad el fin que la

educación ha de proponerse conquistar.

Por otra parte, sus teorías educativas aparecen conectadas con tal realidad, de

manera que si en Freire la educación ha de servir al hombre concreto de un lugar

concreto, para Giner solo tendrá sentido una educación conectada con la vida y

proyectada para la vida.

La pedagogía freireriana, como la de Giner, ve en los hombres “personas”, con

unos valores de índole espiritual que le separan tanto de la categoría de “organismo

bioquímico”, como de “individuo proyectado a la productividad material y la

eficiencia competitiva”.

Estas conexiones de Giner con cierta pedagogía de carácter personalista y con

implicaciones del socialismo humanista nos hacen comprender su influencia en

socialistas españoles del talante de Fernando de los Ríos y Julián Besteiro (alumno de

la Institución Libre de Enseñanza). Pero al mismo tiempo, el hecho de no ser ortodoxo

en ninguna de esas dos corrientes, sino que más bien muestra un eclecticismo

aparentemente no científico, motivaron que la pedagogía de Giner fuese atacada en

nuestro país tanto por los sectores conservadores, como por los más revolucionarios.

Para educadores pertenecientes al pensamiento conservador, como el Padre

Manjón, Giner y la Institución significaban el triunfo del error y el mal, y en cambio

nada tenía que ver Giner con la pedagogía propugnada por los anarquistas, de la que

es un ejemplo Ferrer Guardia (pedagogo libertario autor de La Escuela Moderna).

No deja Giner de ser hijo de su siglo y de la clase social a la que pertenece, y aunque

sus planteamientos sean revolucionarios a largo plazo, están apoyados en un modo de

tolerancia y de respeto, que permite que sean utilizados en cierto modo por sectores

ideológicos contradictorios si no se profundiza radicalmente en sus planteamientos.

17

Fachada principal del proyecto de edificio para la «Institución libre de enseñanza en el Paseo de la Castellana de Madrid.

6.2 VIGENCIA DE SU PENSAMIENTO: LOS PRINCIPIOS DE LA LEY DE EDUCACIÓN DE 1970

Una vez analizado y reflexionado sobre el pensamiento gineriano, nos planteamos

una pregunta esencial: ¿Es Giner un educador que ha dejado de tener vigencia, o su

pensamiento ha sido capaz de traspasar el tiempo? Sin duda alguna sería necesario un

estudio exhaustivo de la realidad educativa actual para poder determinar con todo

rigor hasta que punto pervive su pensamiento. Por tanto, contrastaremos los principios

de la Ley General de Educación española de 1970, señalando las coincidencias que

mantiene con las bases fundamentales del pensamiento educativo gineriano.

Con respecto a la enseñanza primaria, conviene señalar que los proyectos de Giner

han necesitado mucho tiempo para ser llevados a cabo. El nivel primario de

educación, o Educación General Básica, tiene por finalidad impartir una formación

integral, igual para todos y adaptada a las aptitudes y capacidades de cada niño/a.

Según esta Ley, comprende ocho años de estudio (6-13 años) y está dividida en dos

etapas. En la primera (6-10) se acentúa el carácter globalizado. Y en la segunda (11-

13) existe una moderada diversificación por áreas de conocimiento, destacando las

actividades de orientación, con el objetivo de facilitar a los discentes tomar la decisión

más adecuada con respecto a sus opciones de estudio y trabajo (Datos y Cifras de la

Enseñanza en España, MEC, Madrid, 1976).

En este sentido, las ideas ginerianas con respecto a la enseñanza primaria parecen

aflorar en cada uno de los principios enunciados, más aún cuando la coeducación es

18

aceptada y la confesionalidad no está vinculada a los centros oficiales (Constitución

Española, Art. 16).

Por otro lado, esta enseñanza básica está apoyada en una enseñanza pre-escolar,

con carácter voluntario y que comprende hasta los cinco años de edad, dividida en dos

etapas: Jardín de Infancia (2-3 años) y Escuela de Párvulos (4-5 años). La

metodología que este nivel de enseñanza utiliza es un reflejo de la proyección

gineriana. El autor es el paladín del método intuitivo y al mismo tiempo el crítico más

feroz de los exámenes.

Por tanto, si analizamos los planteamientos didácticos actuales, ni el método

intuitivo es utilizado plenamente (aunque sí defendido), ni los exámenes como

pruebas educativas han variado sus características, habiéndose creado un problema

que en la época de Giner solo se apuntaba como una posibilidad: la masificación de

los alumnos/as en las aulas de clase (Coombs, 1978).

Respecto al método intuitivo, aunque es bastante conocido, su empleo en la vida

docente no lo ha sido tanto. Y aunque nació orientado a la eliminación de las palabras

por las cosas, aparece en cierta manera deformado, ya que de las palabras se ha

pasado a la imagen de las cosas y como consecuencia estamos falseando la esencia de

tal método. Por otro lado, el método cíclico es aconsejado por Giner como el más

adecuado para transmitir los contenidos de la enseñanza, iniciándose a los alumnos en

los conocimientos más elementales de todas las materias, para ir profundizando en

ellas. Con ello intentaba Giner poner en contacto al alumno con todos los campos de

la ciencia, y al mismo tiempo se creaba en él una disciplina mental que le hacía buscar

en cada momento de su aprendizaje las posibles conexiones de las ciencias entre sí.

De esta manera pretendía Giner establecer el principio de la interdisplinariedad

como necesario para la formación completa de los individuos. Actualmente, tal modo

de enseñanza es ciertamente difícil ya que las disciplinas se han multiplicado, siendo

imposible que se le den al alumno los conocimientos elementales de todas ellas desde

el comienzo de la escolarización. Además, el método cíclico conlleva una atención

decidida por los trabajos manuales desde los primeros cursos, y en este sentido, sí que

podemos afirmar que la enseñanza primaria actual está orientada siguiendo esa

dirección, siendo de gran influencia las aportaciones de pedagogos como Freinet.

19

La educación integral, tantas veces defendida por Giner, aparece propuesta en esta

ley (Art. 13), pero en ciertos aspectos no ha pasado de ser un proyecto utópico. La

masificación y la falta de espacios de recreo suficientes, determinan una deformación

de esa educación que en lo referente al cuerpo (educación física), sigue manteniendo

muchos de los vicios denunciados por Giner, entre ellos el de predominar el

intelectualismo tantas veces por él criticado.

Algo similar ocurre con el sistema de evaluación, aunque es en la Educación

Básica donde predominan las formas más racionales en cuanto el alumno no es

juzgado exclusivamente por una o varias pruebas, sino que su rendimiento es seguido

a lo largo del curso en una forma de “evaluación continua”. De esta manera el niño/a

de primaria tiene la posibilidad de recibir conocimientos de una manera global, y en

cierto modo cíclica, potenciando el desarrollo de la observación, la expresión y la

capacidad de juicio. De hecho, no es otra la meta buscada por Giner, pues en la

Institución Libre de Enseñanza se llega a un sistema educativo que suprime los

exámenes, debiendo los alumnos presentarse por su cuenta a los establecidos por la

enseñanza oficial.

Otro de los principios prácticos defendidos por Giner, la coeducación, fue

paulatinamente imponiéndose con esta ley, poniéndose una vez más de manifiesto la

pervivencia de su pensamiento y su pedagogía. En cuanto a la confesionalidad de los

centros estatales, la actual Constitución permite la enseñanza religiosa de todas

aquellas confesiones que respondan a las necesidades de los alumnos/as, siendo

voluntaria la asistencia a la enseñanza de esta asignatura (Art. 27). Con ello parecen

haberse reconocido los argumentos de Giner en torno a la libertad de enseñanza y a la

tolerancia y respeto por cualquier tipo de confesionalidad.

Con respecto a la enseñanza secundaria, Giner insistió en la necesidad de que se

iniciara a una edad más avanzada de la que se venía haciendo, y que en todo momento

mantuviese su carácter de nivel de formación general, aunque orientado a una

próxima profesionalidad. Los cual se asemeja a lo k propugna la Ley de 1970, “el

bachillerato además de continuar la formación humana de los alumnos, intensificará

20

la formación de éstos en la medida necesaria para prepararlos al acceso a los

estudios superiores o a la Formación Profesional de segundo grado y a la vida activa

en el seno de la sociedad” (Art. 21).

Con todo ello, parece evidente que los proyectos de Giner con respecto a este

grado de enseñanza no estaban asentados en el desconocimiento de la realidad, sino

que se apoyaban en una clara visión de la misma, por lo que sus principios han sido

ratificados por pedagogos y psicólogos actuales que se apoyan en sus métodos de

manera implícita mayoritariamente.

Por otro lado, en cuanto a las materias impartidas en el actual bachillerato, éstas

suponen un modo de profundizar la cultural general alcanzada en la enseñanza básica,

e incluyendo la educación física y deportiva como obligatoria. Y además existe la

posibilidad de elegir un número determinado de materias optativas de cara a la

orientación profesional que cada alumno tenga. Esta formación general se

corresponde también con las ideas ginerianas.

En cuanto a la Universidad, la Ley de 1970 señala que “La Universidad tiene por

finalidad: 1º Completar la formación integral de la juventud y prepara

profesionalmente. 2º Fomentar el progreso cultural y la investigación. 3º Contribuir

al perfeccionamiento del sistema educativo y al desarrollo social y económico del

país”. Estos fines se corresponden con la finalidad que Giner asignaba a la

Universidad, apareciendo de nuevo su pensamiento como un pensamiento vivo capaz

de realización en el momento actual.

Sin embargo, la Universidad para la que Giner escribía formaba parte de una

sociedad muy diferente a la del siglo XX, por ello su vigencia más que en la

metodología se manifiesta en los principios teóricos, tal y como ocurre en lo relativo a

la autonomía universitaria y a la formación del profesorado.

- Autonomía universitaria → según Giner condición indispensable para el

progreso de la Universidad, siguiendo dos posibles caminos: la devolución gradual de

sus atribuciones naturales a las corporaciones docentes, o la constitución provisional

de un organismo intermedio como el Consejo de Instituto de Florencia o el Colegio de

Francia. Este objetivo también se planteó en la Ley de 1970 con el fin de consolidar

21

una Universidad “formadora de hombres, realizadora de la verdad, rectora de la vida

social, creadora de cultura, forjadora y garante de la libertad” (Jesús Arellano).

- Formación del profesorado → la preocupación gineriana por la formación

pedagógica de los profesores parece haber sido asumida por esta ley, que establece en

su artículo 102 los siguientes principios:

a) Los profesores de Educación Pre-escolar y Educación General Básica la

adquirirán en las Escuelas Universitarias correspondientes.

b) Los profesores de Bachillerato, de las Escuelas Universitarias y de Formación

Profesional la obtendrán después de la titulación científica mediante cursos

intensivos dados en los Institutos de Ciencias de la Educación.

c) Los profesores de Educación Universitaria la obtendrán en los referidos Institutos

durante el periodo de Doctorado o de su actuación como Profesores Ayudantes.

En base a estos principios, se cumple uno de los proyectos más defendidos por

Giner, que imitando la pedagogía francesa, concebía unos Centros de formación para

la preparación pedagógica del profesorado de primaria, medio y universitario. En

definitiva, podemos afirmar que en la Ley de 1970 se pueden encontrar desarrolladas

muchas de las ideas ginerianas, pero este hecho, solo significa que el pensamiento

pedagógico de Giner continúa vigente. Pero todavía quedaban en estos años por

desarrollar numerosos aspectos, ya que solo cuando la Ley se integrase en la realidad

socio-económica del país, se le podría dar categoría de documento sociológico

educativo, con la garantía de la objetividad.

Por otra parte, el Estatuto de Centros Docentes y la futura Ley de Autonomía

Universitaria, serán nuevos documentos a contrastar para verificar cualquier

pensamiento educativo perteneciente al pasado. Y con ello, la Ley General de

Educación podrá ser más científicamente considerada, al determinar aquellos aspectos

que hubieran de ser atendidos por una nueva legislación. De este modo, el

pensamiento pedagógico de Giner queda abierto a nuevas consideraciones que

demuestren cómo sus principios pedagógicos todavía se siguen teniendo en cuenta en

la realidad educativa actual.

22

Biblioteca de la ILE

7. CONCLUSIONES

La elaboración de este trabajo nos ha enriquecido pedagógicamente, y nos ha

llevado a reflexionar sobre diversas cuestiones relacionadas con la situación actual de

la enseñanza: si de verdad está progresando o si todas las reformas propuestas por

diferentes leyes se han quedado en el aire sin dar paso a la innovación educativa. Y es

que actualmente todavía muchos docentes se siguen apoyando en los métodos

tradicionales tan criticados por Giner, quien hace ya dos siglos nos aportaba otros

métodos, otra forma de ver la enseñanza, que sí atiende a todas las parcelas del

conocimiento y del desarrollo.

Y aunque hoy en día se han integrado sus principios en el sistema educativo,

todavía quedan prácticas antipedagógicas dentro de las escuelas (evaluación basada

solo en exámenes, profesorado que no continua su formación permanente, etc.). Ello

choca con la enorme labor que hizo Giner de los Ríos por mejorar la enseñanza y por

hacer de los alumnos los verdaderos protagonistas de su educación.

Por otro lado, la evidente preocupación de Giner por la educación, a la que

considera esencial para conseguir el progreso de la humanidad, ha hecho que se le

otorgue una figura de maestro, reformador social y fundador. Además, su teoría

(eminentemente práctica) se mueve entre dos parámetros: la realidad dada y el modelo

ideal, es decir, Giner pretende amoldarse a la naturaleza para superarla y avanzar

hacia un futuro mejor. Sin embargo, gran parte de las propuestas de reforma gineriana

quedan aún en pie, siendo prueba de las deficiencias existentes en el desarrollo de

23

nuestra sociedad. Y cuando tales propuestas se cumplan, quedará todavía un núcleo

esencial de validez y perennidad en el pensamiento gineriano.

Finalmente, nos gustaría señalar que la elaboración de este trabajo, ha sido todo un

proceso de investigación sobre la pedagogía gineriana, que nos ha hecho reflexionar

sobre la situación del sistema educativo, sobre aquellos elementos que todavía

impiden llevar a cabo en las escuelas una enseñanza totalmente integral, que potencie

al máximo las cualidades y expectativas de cada alumno y alumna. Por tanto,

recomendamos el estudio, análisis y lectura de la obra educativa de Giner a todas

aquellas personas anhelantes de nuevos aires en la escuela, para lo cual es preciso

conocer y comprender mejor los individuos, y así progresar socioeducativamente

hacia una escuela por y para la vida, donde todos/as tengan cabida y reciban las

mismas oportunidades para aprender.

Todo ello nos lleva a reconocer como digna de admirar la gran dedicación de Giner

hacia la educación durante toda su vida, lo cual justifica que en la actualidad todavía

se le siga recordando como uno de los reformadores de la enseñanza que más ha

influido en ese recorrido que ha experimentado la educación, desde aquellos años

hasta nuestros días. Y que sin lugar a dudas, hemos de confiar que aunque aparezcan

obstáculos, entre todos conseguiremos llevar a cabo todas las reformas que Giner nos

proponía y que ya se implantaron en la Institución Libre de Enseñanza, y que gracias

a labor de instituciones como la Fundación Giner de los Ríos, siempre las tendremos

presentes para conseguir avanzar hacia un futuro que siempre puede ser mejor.

Por último, nos gustaría incluir este poema que Antonio Machado dedicó a Giner,

que refleja cuál fue el cometido de Giner a lo largo de su vida, una labor basada en

enseñar a los demás para hacer de ellos personas capaces de valerse por sí mismas y

con expectativas y metas que alcanzar para ser felices.

“Como se fue el maestro

la luz de esta mañana

me dijo: Van tres días

que mi hermano Francisco no trabaja.

24

¿Murió? ... Sólo sabemos

que se nos fue por una senda clara,

diciéndonos: Hacedme

un duelo de labores y esperanzas.”

Antonio Machado

A don Francisco Giner de los Ríos.

8. BIBLIOGRAFÍA

CAPITÁN RODRÍGUEZ, Alfonso (1980): Los humanismos pedagógicos de

Francisco Giner de los Ríos y Andrés Manjón. Secretariado de Publicaciones de

la Universidad Granada.

GARRIDO, Francisco (2001): Francisco Giner de los Ríos, creador de la Institución Libre de Enseñanza. Comares, Granada.

GÓMEZ GARCÍA, Nieves (1983): Educación y pedagogía en el pensamiento de

Giner de los Ríos, Secretaría de Universidad, D.L. Sevilla.

LÓPEZ-MORILLAS, JUAN (1988): Racionalismo pragmático: el pensamiento de Francisco Giner de los Ríos. Alianza, Madrid.

PRELLEZO GARCÍA, J. MANUEL (1975): Francisco Giner de los Ríos y la

Institución Libre de Enseñanza. Librería Ateneo Salesiano, Roma.

RODRÍGUEZ DE LECEA, Teresa (1990): Escritos sobre la Universidad española/Francisco Giner de los Ríos. Espasa Calpe, Madrid.

VÁZQUEZ ROMERO, J. Manuel (coord.) y ÁLVAREZ LÁZARO, Pedro

(2009): Francisco Giner de los Ríos: actualidad de un pensador krausista.

Marcial Pons, Ediciones de Historia, Madrid.

Páginas webs consultadas:

http://www.fundacionginer.com

http://www.colectivoginer.com

http://www.museosdeescritores.com

25