Hanslick. De lo Bello en música, Introducción

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I I,A ESTETICA SENTIMENTAL La maner¿ de tratar la estética music¿l ha sütido hasta afrgra, casi por regla general, la. sensible equivcicaciOn con- siitente gn rque se ocupbá",no ta'ntb ite averiguar lo iiue eE bello en. la música como de describir los sentimientos que ella despierüa en nosotros. Estos estudios coinciden totalmen- te con el punto de vista deflos anticuados sistemas estéticos que sólo.consideran Io hermoso en relación con los sentiririen- tos que producen, d¿ndo pie asl, según es sabido, ¿ la filoso- fí¿ de lo bello como hija del sentimiento (awlrys).ll Afilosóficas de por sí, la aplicacién de t¿les estétie¿s Clls -ás etérea de todas lzs aúes,f resulta Inoo meuos que sen- timentel y por cogsiguiente todo lo edificante que quier¿ para las ¿lm¿s sensibles, pero muy poco instructiva ¡rara el ansioso de aprenden El que quiera informarse sobre la esen- cia del arte music¿I, p(rcur¿ justámente libr¿rse del domi- nio oscuro del gentimiento y no le agrad¿ quei -según ocu- rre en la mayorfa de los tratados- se hsga refere¡cia con- tinuamente al sentimiento. //El znsia de un conocimiento lo más objetivo posible de l¿s coEas/-que caracteriza en nuestra época tod¿s IBE rarnas del *ber//debe por fuetza alcanzar también el estudio de lo bello//Ests sólo podrll satisfacerla rompiendo con un método que parte del sentimiéitto subjetivo para dar un gran psseo poético par tod¿ la periferia de l¿ materia, volvieudo fin¿l- me¡te de nuevo al sentimiento. Si no b¿ de quedar total- mente ilusorio/te¡dr6 que aproximarse al método de las ciencias.n¿turales cu&ndo menos hast¿ el punto de tratsr ile atacar a la mism¿ meteria, investigsndo Io que ella tiene de 11

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I

I,A ESTETICA SENTIMENTAL

La maner¿ de tratar la estética music¿l ha sütido hastaafrgra, casi por regla general, la. sensible equivcicaciOn con-siitente gn rque se ocupbá",no ta'ntb ite averiguar lo iiue eEbello en. la música como de describir los sentimientos queella despierüa en nosotros. Estos estudios coinciden totalmen-te con el punto de vista deflos anticuados sistemas estéticosque sólo.consideran Io hermoso en relación con los sentiririen-tos que producen, d¿ndo pie asl, según es sabido, ¿ la filoso-fí¿ de lo bello como hija del sentimiento (awlrys).ll

Afilosóficas de por sí, la aplicacién de t¿les estétie¿s Clls-ás etérea de todas lzs aúes,f resulta Inoo meuos que sen-timentel y por cogsiguiente todo lo edificante que sé quier¿para las ¿lm¿s sensibles, pero muy poco instructiva ¡rara elansioso de aprenden El que quiera informarse sobre la esen-cia del arte music¿I, p(rcur¿ justámente libr¿rse del domi-nio oscuro del gentimiento y no le agrad¿ quei

-según ocu-

rre en la mayorfa de los tratados- se hsga refere¡cia con-tinuamente al sentimiento.

//El znsia de un conocimiento lo más objetivo posible del¿s coEas/-que caracteriza en nuestra época tod¿s IBE rarnasdel *ber//debe por fuetza alcanzar también el estudio de lobello//Ests sólo podrll satisfacerla rompiendo con un métodoque parte del sentimiéitto subjetivo para dar un gran psseopoético par tod¿ la periferia de l¿ materia, volvieudo fin¿l-me¡te de nuevo al sentimiento. Si no b¿ de quedar total-mente ilusorio/te¡dr6 que aproximarse al método de lasciencias.n¿turales cu&ndo menos hast¿ el punto de tratsr ileatacar a la mism¿ meteria, investigsndo Io que ella tiene de

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Page 2: Hanslick. De lo Bello en música, Introducción

constante, obietivo, independiente de las infinitas y cambian-

tes impresiones.La investigación y las teorías estéticas de la poesía y

'lelas artes plásticas se han adelantado grandemente a las del

arte musical. Los hombres dedicados a su estudio se han des-

pojado, en su mayoría, de la ilusión de gue se habría de po-

á"" log"u" la estética de un arte determin¿da mediante la

mera ádaptación del concepto de belleza metafísico general

.(que, sin embargo, en cada rama del arte experimenta una

r""i" a" nuevas diferenciaciones). L¿ servil sumisión del es-

tetá especializado al supremo principio metafísico de una

estética general cede cada vez más campo al convencimiento

de que cada arte debe conocerse por su propia misión técnicay coriiprenderse en.función dé sl mismo. T'i "sistema" queda

poco a poco sustituído por la "investigación" que, a !u-ye?,se aferra al principio de que las leyes respecto a la belleza

de cada arte son inseparables de las características de su

material, su técnica (')..A.demás, las estéticas de las artes plásticas y de las letras'

así como sus sucedáneos prácticos o sea las crítieas de arte,parecen atenerse va a lá regla según la cual los estudios

estéticos debgn ocuparse en primer término del objeto bello

y no del suíeto susceptible.La músic¿ sola parece ineapaz todavía de locrar tal punto

de vista obietivo. Distingue severamente entre sus reglas

-""(llr*"i"X"#ll*':3:ill,J.""r1*::"i*'i"f'-i31,ii".'111s?i'#i(oiíff

"re:,t!,#;"*"H"?T}"tfJt3,t¿.P;tnt:h."de.Gr'rparzer,,quienfen romo IX. ¡. 142 ¿"'ii, oi"."-có*ft"tai, ed. orig.) dice:, "EI peor

"!"vi"io que ón Alemania podía prestarse a las .artes consrstlt--:1.:-""1;

iii"i.= -to=J*" i"¡

" a conceñto de irte. Aun si en do, m1¡ tho-t

- lo1.l-"1T:, ;ti;;il;a;Ñ ti'rn*-ent"e ií gon infinit¿mente distintas por sus medros'

I i"" -ó"'i." conilicione-s

-ioiiá'*""t'tó' q" ". ;i",rlift:;rl: *Tetl:ó""".L¡r"" p¿lmari¿rnente la diferencia fu-nda¡

;-ü ñ;;rúi;-u"¡"r" iüJ'uinl"" ¡"-aie""ión tor"e el hecho d-e qge la

í"i"lii i"titúi.t" ql"t.iÉiáb i*1"".i0" sobre los sentidos' poniendo enjueEo los nervios p""","iüJgi'íJ;;ü"-á;p""t"do el seútimiento. sólo

if""?r.-á"r"Ao mudho, éíritii*r i".tancia'hista lo espiritual, "1 t¿qlg

cuE td liter¿tura comienza despertando el concepto' imDresron¿noo so¡o

ffi :,!r'il#ffifr¡"- ii'ii"i¡*i"ñio i haciendo pirticipe lo sensu¿l sólo

#;J?"#H;;"' Aü;-'iá;;i;;'l-i*to o de'la huirillación' de. modo

ñ;;ñ;i"" de una v-ái", ,o" diametralm"Ite oouestos. Aquélla, es-

;ñúüz;¿l?; a" rJ,iaüi;í; -¿rir, ,nutá"iatización de lo espiritual".

teórico-gramaticales y las investigaciones estéticas, mante-

niendo aquéllas en los términos todo lo escuetos y compren-

sibles que sean posibles y éstas en un tono lírico seutimental

extremo.

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Iffi"'siguen haciendo de duendes a

plena luz del día. Se insiste en contemplar lo musicalmente

Lello nada más que bajo la 'faz de la impresión subietiva,

afirmándose b dliario en libros, críticas y conversaciones, que

los afectos son la única base éstética de la música y los rlni-

r# Pero precisamente esos que "tienen que ver" con la cueg-

tilón/pada nos dicen respecto a la relación' entre la músicay los sentimientos, entre determinadas obras musicales ydeterminados sentimientos, como que tampoco nada nos di-cen sobre las leyes naturales que informan la composición

ni las leyes del arte a que debe ajustarse/Sólo cuando uno se

ha acostumbrado un poco a la oscuridad en que le deian'llega a descubrir qu/en el modo de ver predominante en

m¿teria musical, los sentimientos desempeñan un papel do-ble.

Para empezar, se establece que la finalidad y el destino de

la mrisica consisten en despertar sentimientos o "sentimien-tos nobles". Y en seguida se llama sentimientos al contenidode las composiciones musicales.

Estas dos aseveraciones se parecen en que Ia una es tanequivocada como la otra.

No debe entietenernos mucho la refutación de la primera& esas dos frases, que suele encabezar la mayoría de lostratados de música. Lo bello en verdad de verdad no tiene

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esf

cos autorizados para fijar los lí¡ni

rombre¿5músiea tiene alP ver¡'tiene que ver" es una de las ex-con los sentimientos". Ese "tiene que ver" es una de las ex-

presiones características de la estética musical de hasta aho-

m6si¿;-=se los enseña- no puede entretener al én-

tendimiento por'medio de conceptos como la literatura, nipor medio de formas visibles como las artes plásticas, de

modo que su misión/debe de consistir en ejercerlos sentimientos del

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finalidad, pues es mera forma que, si bien por el contenidogue se le da puede ser empleada para las mris diversas fina-lidades, no tiene de por sí otra q-ú" oo se¿ ella -ir-"¿Si i"contemplación de lo bello genera en el espeetador seniimien-tos agradables, éstos nada importan a lo üeilo como tallpue-do perf,eetamente enseñ¿r al espectador algo üermo.so

icon eI

claro propósito de que en ello se recree, p""á o" proposito noatañe en absoluto a la belleza de ro expuesto en-sí{ro relloes y será bello, aunque no despierte sentimiento algüno, más&un, aunque nadie lo mire ni contemple, quiere decir que loes nada rr,rás que para el placer del sujeto que lo contimplepero no por obru del mismo.

No puede tampoco hablarse, ¡ror consiguiente, de una fi_nalidad en ese sentido en materia rnusical, y el hecho d; q*este arte'se halle en animada relacián épi, i"üt"*;Jütmientos, no justifica dé ni¡gi¡na manera ia afirmaciór, ."eúola cual su significado estético radiesría en tal rela"¡¿rr.-:-_

Pera investigar más detenidamente esa relación, es nece-sario que empecemos por distinguir netamente entre los con-ceptos de "sentinriento,, y ..ser;ación, cuya confusión en elhabla corriente puede pasarse por alto.

I¿ sensación es Ia percepción de determinada cualidadsensorial: de un tono, un coior. El sentimiento es el cobrarconciencia de un fomento o de un¿ traba de ,ro""t"o ;ild;de ánimo, o sea de un bienestar o de un matestar. Si simple_mente percibo con mis sentidos el olor o sabor a" urr"

"á.á,su forma, color o sonido, tengo ra sensación de esas cualida-$es; me embarga, en cambio, un sentimiento cuando la pena,la. esperanza, la alegrÍa o el odio me erevan sensiblementesobre el estado de ánimo coniente o me deprimen más alládel mismo (t).

. Lo bello ale.anza primero nuestros sentidos. Este rumbo nof9. -es

qe*icular, puesto que Io comparte con todo lo percep.tible. La sensación es el comienzi y condición ¿e ag¡aáoestético y no constituye más que la base del

""oU-i""il, qo"

(,) Los filósofos más antigu-os y los fisióIogos moder¡os coincidenen cuanto ¿ esta determitn"c.s""i*-",,ü-;ü?;ffilf 1",1"., jlll"r#ilá:i"ri1'#i*.",n1",¿"s;ili

se sabb, distingue ent"e ,""""ci-ó"e" iitJ*i. i'l*t"*"".

W-lsiempre presupone una relación y muehas veces, Ias relacio-nes más complicadas. Para despertar una sensación no hacefalta el arte; lo consigue asaso un solo.sonido, un solo color.Pero, queda dicho, que se interc¿mbian ambas expresionescaprichosamente, y en l¿s obras de más vieja data se sueleemplear generalmente el término "sensaciórr;' pa"a exBresarlo que nosotros llamamos "sentimiento',. Aquellos autoresquieren deeir, pues, que la música debe excitar nuestros sen-ümientos, llenándonos alternativamente con recogimiento,amor, júbilo y nostalgia:

Este, sin embargo, no es el destino ni de ésta ni de artealguna. El arte debe, en primer lugar, representar Io bello.

', Sorprende que los músicos y los estetas de antiguo cuñose mueven únicamente dentro del contraste entre ,,sentimien-to" e "inteligencia", como si lo principal no radicase precisa-mente en medio de ese pretendido dilema.'De la fantasía delartista surge la composición para la fantasía del oyente.

todos los fenómenos sensoriales, coincide por lo demás per-fectamente con el acto del atento escuchar, que consiste,.¡rorcierto en una contemplación sucesiva de formas sonoras. Enese sentidor,lla fant¿sía no es de ningún modo un campo Imitado:.tal como extrajo su chispa de vida de las impresir

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nes sensoriales, tal orienta sus radiaciones también,

(1) Hegel.demosüró- que el examen de las sensaciones (empleandonuestra.terminología: Ios senümientos) que despierta un arie sl min-tiene toralmente eá lo indefinido, ua"iéí¿l*"iiiición precis¿ne"t" ¿álve¡dadero contenido concreto. "io que se

"ientJ,-áice. 1o-r"á"-"-""iitá

e¡-Ia-form¿.de la slbjetividad más abstracta v p.ruti"", v'pá"1" ilñ-ir,las üEerenclas de l¿ senryci_ór_r so¡ c.gm_pletamente abstractls y no dife_¡encias del objeto mismo". (Aesthetik i, 4Z.l

el sentimiento (r) 'sino

intermedios. El término d-é:Eonüem

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mente, 'hacia la actividad intelectual y sentimental. Pero

esos no son sino tópicos fronterizos para la interpretacióncabal de lo bello.

En la contemplación pura, el oyente se deleita en la com-posición.que se ejeeuta, y el interés material debe serle aje-no. Pero la tendencia a dejar despertar afectos en sí, es pre-cisamente un interés material. L¿ acción exclusiva del en-tendimiento, a raTz de lo bello, es un proceso lógico y noestético, en tanto que una impresión dominante en el sentidodel sentimiento resulta más grave atln, puesto gue es ni másni menos que patológ:ica.

Todo eso, que la estética general ha desarrollado hace mu-cho ya, reza por igual para lo bello de todas las artes. Tra-tando, pues, a la música como arte, hay que.reconocer a lafantasía y no al sentimiento como su instancia estética. Lamodesta primera parte de la frase anterior se nos ocurreconveniente, porque dada la extraordinaria importancia quese asigna continuamente a la pacificación de las pasioneshumanas por obra de la música, en realidad muehas vecesse llega a dudar si hablando de música se hace alusión a unamedida policial, pedagógica o médica.

El error de los músicos no consiste tanto en querer vindi-car los sentimientos por igual a favor de todas las artéó, co-mo en ver en ello algo específicamente propio de la música.Según ellos, el poder y la tend-encia de despertar en el oyentelos afectos deseadcs, sería lo que distingue la música de lasdemás artes (').

Pero lo mismo gue no reconocíamos ese efecto como misiónde las artes en general, tdmpoco podemos ver en él la carac-terística específica de la música. Admitido que la fantasía es

el verdadero órgano de lo bello, se producirá en toda arteun efecto secundario orientado hacia el sentimiento. ¿No nosconmueve un gran cuadro histórico con la fuetza de una ex-

1t¡ Cuando ni siquiera se distinguía entre "sentimiento" y tsensa-

eión" mehos aun pcáia ser cuestión- de un ahondar en los matices deaquél; se entremezilaba y nivelaba a placer los sentirnientos sensori¿lese

-intélectuales, la formi crónica del estado de ánimo, y la agud¿ delafecto, la inclinación y pasión, asl como sus matices peculiares que losgriegos llam¿ban "pJthós" y los latinos moilernos, "passio", afirm-án-dose en cuanto a la música solamente que ésta era de modo especial elarte para éxaltar los sentimientos.

periencia propia? ¿No nos inducen las Vírgenes de Rafael

il recogimiento, tto despiertan los paisajes de Poussin un

""n"fo -d.

"*p".tder peregrinaies? ¿Acaso la visión de la

catedral de Estrasburgo deia de repercutir en nuestro sen-

iimientot La contestación a esas preguntas no puede ser.!q-áosa. S" aplica lo mismo a la poesía, y aun a muchas activi-dades no ástéticas, como por ejemplo, la arquitectura reli-giosa, la elocuencia. Vemos, pues, que las demás artes eier-

ó"o " ro vez lnarta influencia sobre el sentimiento' Su pre-

tentlida diferencia en principio de la mrlsica tendrla que '

basafse, por consiguiente, en un más o menos de ese efesto'

Aparte de no ser científico, ese recurso tendrla que deisr a

cid¿ cual l¿ decisión respecto a si 8e obtiene una mayor y'mÁs profunda impresión de una sonata mozartiana,

-un--d¡a--a rúuk""periano, un poema de Uhllnd o rtrr rondó de Hum'mel. Pero si ge cree que la músic¿ impresiona direstamentsel sentimiento, mientras que las demás artes sólo lo hacen

mediante conceptos, se comete igual error con otras palabrae,

pues, segrin ya-hemos visto, lo musicalmente bello sólo'debe

ocupqr a los sentimientos en segundo término¡ ocupando enprimer lugar, directamente, a la- fantasía, En los tratadosáe música se recurre infinidatt de veces a la ¿n¿logf¿ que

indudablemente existe entre la mrlsica y la arquitectura.

¿Pero jamás se le ocurrió a un arquitecto razonable decirqr¡e ta tinatidad tte la arquiteetura es la ile d-e¡ne-rtar senti-mientos, o que los sentimientos son el contenido de aquélla?

Cualquier verdadera obra de arte se comunicará de algúnmodo ón iruestro sentir, pero ninguna entrará en una rela-cién exclusiva con el mismo. No se dice, por lo tanto, nadodecisivo para el principio estético de la música, caracterizón'ilola ite un modo general por al impresión que causa en

nuestro senümiento. Tal como, a modo de eiemplo' no 8e ex-plicarla la e¿racterística del vino, emborrachándose. I,o tlni-ó impo"taote es el modo especlfico del que la mrlsic¿ senellesos atectos. En lugar de afenarse al secundario e indefi-niito efecto de los fenómenos musicales sobre los sentidos,hátase de penetrar las obras para explicar la fuerza espe-

cfñc¿ ile su efecto a través de las leyes de su propio orga-nimo. Un poeta o un pintor difícilmente se engañarfa'yacrreyendo haber dado cuenta de lo bello de su arte con sólo

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lnvestigar qué suerte de sentimientos despertó su paisaje osu drama: investigará el poder oblieator¡ó " ""oo á"i"o"ila obra susta y precisam.rrt" d" crlJl ¿"

"iogrn" oii" ,ii-nera. Er hechr¡ de que esta investigación """,iit" ; il ñ-sica, segrin veremos más a{elante,

-*¿s difícil S"" "n1;",rlmls del arte, y de que-la investigació, ; "i;;p" ;;:sical no pueda pasa-r.dá cierta p"oro-n¿i¿"a,

"""uioiir",'rñembargo; a sus críticos, ni mucho rn"nor, p"* .""ii"áiidirectamente las afectacion". ,"nti_""Lfo ¿"; il;;i;;l:mente bello, en vez-d-e presentar unas y otro todo l;;ñ;pe-ndientemente posibre y de acuer¿o cfn u¡ método cien-tÍfico.Aprttr de que er sentimiento no puede constituir una basepara reves estéticas,: caben obje¡io¡ieJiona"."oLr.l?iñi

la certeza del sentir -up..tot. Ño-iJ"li.r""¡-os sdlamentea la confusión convencio""r " ""i" á"-'i¿,t.o"t resurta posibreque nuestro sentir y nuestra imaginación queden o"i"irt"Jo,en, un sentido determinado, frecuentementl, por ñ;;, tttulos v gtras asociacio-es dé i¡"*;;;'l¿r' qi"1*r-r*ir"i,

¡obre todo tratándose de comoosicion." r¡ta"gior, ;liiJ"".iy teatrales, cometiéndose er error de adjudic¿r "J" "¡¡"iü--clón

al propio carácter de Ia mrisica. -ü

cierto es, sin em_bargo, que la ttabazón ent"e urr" piÁlus¡cal y la emociónque ella promueve no es necesariamente causal, sino que esee¡tado de ánimo cambia con el distinto ;il; ;;-;*";;nuestras experiencias e impresion., .or¡ái"r.-n* rn,irr",veces nos cuesta comprender que nuestros abuelos;;;;;;dido considerar tal o cual sucesión ae soniAos como la ex_geai{n correspondiente a precisamente ;;; ";;i ;*;:De-ello es prueba,-por ejemplo, l" "*t""o"ainaria

diferenciade la impresión que *q.n"s-"o.plri"i; de Mozart, Beet_hoven y Weber causabán "o "l áoi-o-áJl oy"ote en el mo_

19nto en que fueron novedades y la que causan en eI ánimodel oyente de nuestros días. ¡A "u¿nü,

obras de Mozart selas presentaba en su época comoil;; "p"ri;d";;;";;y atrevido que se creía posible en músilf-Al gugto.y U"ien_estar puro que emanan las sinfonías áe Eay¿n', ,"- opooi*

lo:"1""3nqges de pasión violentos, r"" i*u", crirñirll;,1;sufrimientos amargos y cauterizantes de la música de Mo_

zart ('). Veinte o treinta años después, se estableeió la mis-

ma diferencia entre Beethoven y Mozart Beethoven ocupó

entonces el lugar de Mozart como representante de la pa-

sión violent¿, arrebatadora' y Mozart avatwó hacia el clasi-

cismo olímpico de llaydn. Cada músico atento experimentaen el transcurso de una existencia un tanto prolongad¿ en

sl mismo similares transformaciones. Pero ese cambio de

la impresión sobre el sentimiento no altera en principio lavaloración musical de muchas obras que en su tiempo impre-sionaban de manera tan excitante, el deleite estético que su

originalidad y belleza producen aun en la actualidad. T'arelación entre las obras musicales y determinados estados

de ánimo no existe, pues, siempre, en todas pártes, neccsa-

riamente, .cogro algo absolutqmente obliiratorio, sino que,t'Pl

contrario, "t' infioitamente ''rnás 'mutabie -que en cualquien

otro arte. .;;' . ;.-. I'a impresión de la mrlsica en el sentimiento no tiene, por;'b tanto, la necesidad ni la exclusividad ni la constancia que

deberla presentar un fenómeno par¿ i'ustificar un principioestético.

I¡s sentimiento3 fuertes que la música despierta de su le-targo, los estados de ánimo gratos t¿nto como dolorosos enque nos envuelve semisoñadores: no queremos subestimarlosen absoluto. Es uno de los misterios más hermosos y recon-fortantes, precisamente, el que el arte pueda provocar talesemociones sin causa terrenal, como quien dice, por graciadivina. Nos oponemos únicamente a la circunstancia de que

se empleen esos hechos, de una manera no científica, a modode priucipios estéücos. Es cierto que la música puede pro-v@ar, en ¿lto grado, t¿nto el placer como el pesar. ¿Pero nolos producen en tn¿yor grado aun la ganancia del premiomayor de la loterla o Ia enfermedad mortal r'e un amigo?-Mientras se tiene inconveniente en contar un billete de lo-terla entre l¡s sinfonfas o un boletln médico entre las ober-turas, no puede tr¿tarse tampoco a efectos producidos de

(1) Se deben sobre totlo a Rochlit¿ muches de t¿Ies efirmaciones,mui iorl¡re¡de¡rtes er l¿ actuelidad, respecto ¡ le músic¿ instrument¡lde llfozart. Ese mi¡mo Bochlitz llama sl enc¡nt¿dor malu.etto cayriccia'de la son¿t¿ en b banol mo1¡m de Weber un¿ ttdusión iainternrmpidade un ¿lm¿ i¡nsionada, fuertemente agitail¿, y, sin embargp, co¡tenid¿con ¿dmir¡ble fi¡mez¿t

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Page 6: Hanslick. De lo Bello en música, Introducción

v

hecho como especialidacl estética de la mrisica o de una com-posición musical determinada. Lo importante será única-mente el modo específico del que la música produce talesafectos. En los capítulos IV y V dedicaremos a la inltuenciade la música sobre el sentimiento la mayor atención, inves-tigando los aspectos positivos de esa relación singular. AquÍ,al comienzo de nuestro trabajo, había que destacar en Ioposible, el aspecto negativo, como protesta contra un prin-cipio no científico.

El primero, según yo sepa, que atacó esa estética senti-mental en la m¡isica, es Ilerbart (') (en el noveno capltulotle su Enticlopedia). Luego de tomar posición eontra las interpretaciones sutilizadas de Ia obra de arte, dice: 'lDurantemilenios, los intérpretes de los sueños y los astrólogos nohan querido que se les dijerb que el individuo sueña porqueestá dormido, y que los astros aparecen ora aquí ora allá,porque se mueven. Del mismo modo, hay aun buenos cono-cedores de la música que hasta el día de hoy afirman quel¿ música expresa sentimientos, como si el sentimiento, queaquella aeaso provoc¿ y para cuya expresión, por lo mismo,se la puede ,emplear, fuese la base de las reglas generaiesdel contrapunto simple y doble, en que descansa su verda-dera esencia. ¿Qué habrán querido expresar los artistas an-tiguos que habían desarrollado las formas posibles de lafuga? No querlan expresar nada; sus pensamientos no seapartaban sino que penetraban la esencia íntima del arte;mas aquellos que se dedican a las tentativas de interpreta-ción altisonantes, revelan su temor ante la esencia y su pre-dilección por la apariencia". Lástima grande que Herbartno diera razones detalladas de esa oposición ocasional, y lás-tima tarnbién que al lado de esa observación brillante sehalle en su obra este y aquel desacierto, en cuanto a susapreciaciones soóre la música. De todas rn¿neras, las refe-ridas palabras, segtin veremos en seguida, no han encontra-do el eeo condigno.

NOTA: Para el efecto presente juzgamos inneces¡rio anot¿r los nom-bres de los ¿utores de la opinión que cómbatimos, puesto que no se trate

- Jl)- Johann- Friedrich llerbarü (1??6-1841), filósofo, catedrático dela Uüiversidad de Gotinga.

t¿nto de productos de convicciones individuales como de la expresiónde un modo de pensar tradicional y generalizado. Enumerareimos sólounas poc¿s cit¿s de musicógrafos antiguos y modernos, de enüre el grannrlmeio de los que se prestarían para el caso, con el fin de demostrarel amplio predominio de esos principios,

Motthesdn: "P¿ra cada melodía debemos est¿blecer como finalidadnrincipal una emoción (cuando no más de una)". (Vollkommene Kapell-foeister, P. 143.)

Neiilharilt:'rL¿ finalidad definitiv¿ de la mrisica es la de excitartodos los ¿fectos mediante me¡os sonidos y su ritmo, a pesar del mejororado¡". (Prefacio de "Temperaturtt.)

J. N. Forkel entiende Bor ¡'figures en la músic¿t' "lo mismo que siglnific¿n en la literatura y la élocuencia, es decir, expresión de las dis-tint¿s. maneras en que se m¿nifiestan l¿s sensaciones y pasionestt.(Ueber die Theorie der Musik Góttingen, 1777, p. 26.1

J. Mosel ddine la música como t'el arte de expres¿r dete¡min¡dassens¿ciones mqdiante sonidos reguladostt.

C. F. Mi¡lweli¿¡ "La música es.el arte de la expresión de,sensecionesmedi¿nte la modul¿ción de sonidos. Es el lengqa¡-e de los afeótos", elc.(Ue.ber den Geist der Tonkunqt, 2. Versuch. 1800, p. 29.)

Mrrryrg: "El objetivo que el compositor debe fiiarse para su tra-bojo, es el de imita¡ ¿ la n¿turaleza... el de promovér las pasiones se-gún su volunt¿d... e! de describir las emociones del alnra, las inclin¡-cio¡es del corazón,.fiel ¿ lavida". (Krit. Musikus, tomo I, 1?60, aprr-tado 46.)

W. fleinse:'El objeto principal de l¿ mrlsica es la imitación, o mejorücho, el despertar de pasiones". (Musik. Dialoge, 1806, p. 80.)

J. t. Engeli "Un¿ sinfoníd, un8 sonata, debe contener la ejecuci6nile una pasión, que se explaye, sin embargo, en dive¡sos sentimientoct'.(Ueber mu-sik¡lische t¿ler¿i, 1?80, p. 29.)

J. PL Kirnberger: "üria_ fr¿se melódica (tems) es una fr¿ge com-pren^:ible del lenguaje del sentimiento, que hace gentir al oyente senol-ble el est¿do de ánimo que la produjo". (Kunst des ¡einen Satzes, IItparte, p. 152.)

Pian¿: IÉxico U¡ivers¿l (2s ed.) : "La músic¿ es el arte por el ques€ erpres¿n, metli¿nte sonidos bellos, sensaeionés y est¿dos de ánimo.Es superio: a la liter¿tur¿, que sólo (t) es capaz de representa¡ eeta-dos de ánimo suscepübles para la inteligencia, ya que I¿ música ex-prera sentimientos y barnrntos absolutamente inexplicables".

El "Ié¡ico Universsl de ta Música" de G. Sahiilkg publica Ia ml¡-ma erplicación en eI ¿rtícr¡lo "Músiea',.

Koclr define l¡¡ músie¿ como "el arte de expnesar un juego egadablede lc se¡tidos medi¿nte sonidos". (Musik. Lexiko¡: Musik.)

A. A¡lré: "I¿ músic¿ es el'¿rte de producir sonidos que describen,gen€rrr¡ y sostienel emociones y pasioneS". (Lehrbueh der-Tonkunst L)

Sulzcr: t'La músics es el arti -de expresar mediante sonidos nuestr¡i¡nsioee, como el hablrr, merliante palabr¿s',. (Theorie der schdnenfü¡$e.)

t- W. Bóhm: "[¡¡ sonidos ¿rmoniosos de las cuerdas no apeian a ieintdigcúcia ¡i ¡ l¡ r¡¿ón sine q¡s rinicamente a I¿ cap¿cldad-emotlvot'.(fudyle des Schdncn der üuiik. Viena, 1880, p. 62.)

Gottftieil Webcr: L¿ música es el arte de m¿nifest¡r sentlmiento¡por medio de sonidosl (Theorie dei Tonsetzkunst. 2? ed., t. 1, p. 16.)

E- Eend;'Lc ni¡ici represente sentimientos. Cada áentidriinto !'c¡& crtdo de inino tieneu en sl y del mismo modo en l¿ mrlsica uñtom y ritpo deteminados". (Aesthetik der Tonkunst, to. I, 189?,crp.2{.) j

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Page 7: Hanslick. De lo Bello en música, Introducción

, Amaileue Autoiliilactus: .,L¿ música Eurg€ y radie¿ únic¡mente e¡cl mundo de los sentimientos y sensaciond e-spirituaieJ -láJ

sáni¿áimurlcalmente melódieos (!) noluenan para ta i'ntetigencia,-a que sólód¡.rc¡ibe y analiza l¿s senslciones... si;ro que h¿¡t¡f ii-iünli.i""tó...;(Aphorirm_en__über Musik, Leipzig, 186?, p. g29.t -

Fcrmo Bellini.. "La mrlsie¿-es-ól arté -que eriresa los sentimientos

il?i.l?:i'r'ffi por rnedio de los so¡id;'1 1¡¡"ol¿l ai

- ili";i;-'ilirá;;Fñ.Arich 'i'híerach: ',La música es el ¿rte de expresar o despertsr

r¡ntlmlentos y..estados de ánimo por medio de l¿ elec-cion t "dbiñ;¿ió,dc los sonidos". (Allgemeine Aeathetik. Berlfn. 1g46, cao. 18_ o. l0l.)A. a. Do¡nmcr.. "Misión de la músic¿: L¿ rirúsica'debe próvoca¡ ei

no¡ot¡o¡..¡entipie-ntoq,^y mediante los sentimientos; ideas.',' (Elemerrtedcr Musik, Leipzig, 1862, p. 1?4.)

Riagnio Wagner: "El órgano del corazón es el sonido. su lenp¡u¿ie¡tt¡ltlco cgn_sclente, l¿ mrisica". (Das Kunstwerk der Zikunft. -1g5b.Golsmm. Schrift. III, 99). En escritos ulteriores, l¿s definieiones déW¡gnor s9 tomqn mác nebulosas aún; entonees se ¡efiere a l¡ músie¿qogro _al "arte de la expresión" por antonomasia (Oper- unl óñ;;9er. Schriften III, B4Bi qt¡e eonü .id; ¡;t mundb,"juzeslroJ-dó:'qgmprenq.-ef I¡ eséncia de las cosaS en su' m¿nifestaeióí rñás inmedia-ki", etc. ("Beethoven". 18?0, p. 6 y eis.)

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