Historia Abierta - CDL Madrid | Colegio Profesional Historia: empezó en 1917 y acabó en 1991. El...

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CDL SEPTIEMBRE 2013 / 13 Historia I Abierta Historia Abierta NÚM. 47 SEPTIEMBRE, 2013 CONSEJO ASESOR Luis Suárez Fernández de la Real Academia de la Historia Martín Almagro-Gorbea de la Real Academia de la Historia Alfonso Bullón de Mendoza Universidad San Pablo-CEU Emilio de Diego Universidad Complutense José Andrés-Gallego Consejo Superior de Investigaciones Científicas DIRECTOR Antonio Manuel Moral Roncal EDITOR Luis Valiente CONSEJO DE REDACCIÓN Antonio Cañellas Mas Beatriz Campderá Gutiérrez Ana Rosa Domínguez Santamaría José Francisco Forniés Casals José Luis Martínez Sanz Ricardo Colmenero Martínez EN ESTE NÚMERO La vida cotidiana en la Unión Soviética Por José Luis Martínez Sanz El colapso del socialismo real en la Europa del este sovietizada Por Guillermo Á. Pérez Sánchez Memoria histórica de la URSS: el gulag Por Antonio Manuel Moral Roncal Cine e Historia Historia y Cómic Libros EDITORIAL LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE Hace unos años, Rafael Zaragoza Pelayo, investigador de la Univer- sidad de Cádiz y profesor de Enseñanza Media, publicó un sugerente análisis titulado Democracia y mercado en los textos de Bachillerato (Editorial Aduana Vieja, 2007). En el mismo, y en otros artículos, anali- zó la explicación que se daba a los principales sucesos históricos del si- glo pasado a los estudiantes de Enseñanzas Medias. Dichos textos son, en muchas ocasiones, los únicos que van a leer durante muchísimos años de su vida y que, además, se presentan como verdades incontesta- bles, que difícilmente los alumnos pueden contrastar o discutir. Anali- zados nueve manuales de Historia publicados en España quedaba claro la visión sesgada que ofrecían de lo que fue el sistema del socialismo re- al en la URSS y en la Europa del Este. Sus autores ignoraban o mitiga- ban las terribles masacres e injusticias del comunismo mientras se ala- baba todo aquello que significaba intervencionismo estatal y colectivis- mo revolucionario. El sistema democrático, en cambio, era defendido en dichos manuales solamente si sus agresores eran conceptuados como «ajenos a las demandas sociales» (es decir, religiosos, nacionalistas, conservadores, fascistas, nazis) pero las posiciones se tornaban com- prensivas cuando la democracia era víctima del socialismo real en la se- gunda mitad del siglo XX. Un manual editado por Akal, a pesar de reco- nocer que sólo entre 1929 y 1930 hubo tres millones de muertos por el hambre provocado por el régimen soviético, justificaba, en cierto modo, esas cifras subrayando los admirables resultados económicos en mate- ria industrial. Actualmente, la crisis del Estado del Bienestar en Europa ha provo- cado el resurgimiento de peligrosas utopías totalitarias que mostraron su ineficacia y su crueldad en el siglo XX. El caso más conocido ha sido el sorpresivo crecimiento electoral de Amanecer Dorado, un partido neonazi en Grecia, pero a ningún observador político se le escapa el pa- ralelo desarrollo de los partidos o corrientes ultraizquierdistas en paí- ses, como España, azotados por la crisis económica y el desencanto polí- tico. ¿Hasta qué punto esa visión sesgada que se ha ofrecido a los jóve- nes en numerosos manuales de Historia de Educación Secundaria ha influido en este crecimiento actual de opciones totalitarias claramente fracasadas en el siglo XX? Por estas circunstancias, Historia Abierta ofrece sus páginas a destacados historiadores para, de manera profesio- nal, ofrecer una visión más certera de lo que supuso el socialismo real en la Europa del Este y en el inmenso espacio soviético. Se trata de una apuesta por la Libertad y por la fe en la Democracia, como el agudo lec- tor comprenderá tras su lectura.

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CCDDLL SEPTIEMBRE 2013 // 1133Historia I Abierta

Historia AbiertaNÚM. 47 • SEPTIEMBRE, 2013

CONSEJO ASESORLuis Suárez Fernández

de la Real Academia de la HistoriaMartín Almagro-Gorbea

de la Real Academia de la HistoriaAlfonso Bullón de MendozaUniversidad San Pablo-CEU

Emilio de DiegoUniversidad ComplutenseJosé Andrés-Gallego

Consejo Superior de Investigaciones Científicas

DIRECTORAntonio Manuel Moral Roncal

EDITORLuis Valiente

CONSEJO DE REDACCIÓNAntonio Cañellas Mas

Beatriz Campderá GutiérrezAna Rosa Domínguez SantamaríaJosé Francisco Forniés Casals

José Luis Martínez SanzRicardo Colmenero Martínez

EN ESTE NÚMERO

La vida cotidiana en la Unión SoviéticaPor José Luis Martínez Sanz

El colapso del socialismo real en laEuropa del este sovietizadaPor Guillermo Á. Pérez Sánchez

Memoria histórica de la URSS: el gulagPor Antonio Manuel Moral Roncal

Cine e Historia

Historia y Cómic

Libros

EDITORIAL

LA URSS Y EL SOCIALISMO REALEN EUROPA DEL ESTEHace unos años, Rafael Zaragoza Pelayo, investigador de la Univer-

sidad de Cádiz y profesor de Enseñanza Media, publicó un sugerenteanálisis titulado Democracia y mercado en los textos de Bachillerato(Editorial Aduana Vieja, 2007). En el mismo, y en otros artículos, anali-zó la explicación que se daba a los principales sucesos históricos del si-glo pasado a los estudiantes de Enseñanzas Medias. Dichos textos son,en muchas ocasiones, los únicos que van a leer durante muchísimosaños de su vida y que, además, se presentan como verdades incontesta-bles, que difícilmente los alumnos pueden contrastar o discutir. Anali-zados nueve manuales de Historia publicados en España quedaba clarola visión sesgada que ofrecían de lo que fue el sistema del socialismo re-al en la URSS y en la Europa del Este. Sus autores ignoraban o mitiga-ban las terribles masacres e injusticias del comunismo mientras se ala-baba todo aquello que significaba intervencionismo estatal y colectivis-mo revolucionario. El sistema democrático, en cambio, era defendido endichos manuales solamente si sus agresores eran conceptuados como«ajenos a las demandas sociales» (es decir, religiosos, nacionalistas,conservadores, fascistas, nazis) pero las posiciones se tornaban com-prensivas cuando la democracia era víctima del socialismo real en la se-gunda mitad del siglo XX. Un manual editado por Akal, a pesar de reco-nocer que sólo entre 1929 y 1930 hubo tres millones de muertos por elhambre provocado por el régimen soviético, justificaba, en cierto modo,esas cifras subrayando los admirables resultados económicos en mate-ria industrial.Actualmente, la crisis del Estado del Bienestar en Europa ha provo-

cado el resurgimiento de peligrosas utopías totalitarias que mostraronsu ineficacia y su crueldad en el siglo XX. El caso más conocido ha sidoel sorpresivo crecimiento electoral de Amanecer Dorado, un partidoneo nazi en Grecia, pero a ningún observador político se le escapa el pa-ralelo desarrollo de los partidos o corrientes ultraizquierdistas en paí-ses, como España, azotados por la crisis económica y el desencanto polí-tico. ¿Hasta qué punto esa visión sesgada que se ha ofrecido a los jóve-nes en numerosos manuales de Historia de Educación Secundaria hainfluido en este crecimiento actual de opciones totalitarias claramentefracasadas en el siglo XX? Por estas circunstancias, Historia Abiertaofrece sus páginas a destacados historiadores para, de manera profesio-nal, ofrecer una visión más certera de lo que supuso el socialismo realen la Europa del Este y en el inmenso espacio soviético. Se trata de unaapuesta por la Libertad y por la fe en la Democracia, como el agudo lec-tor comprenderá tras su lectura.

REVOLUCIÓN Y ESPERANZA: LAMENTALIDAD Y EL PENSAMIENTO DEUNA SOCIEDAD

La revolución bolchevique es el he-cho más importante del siglo XX, alque convirtió en el siglo más corto dela Historia: empezó en 1917 y acabó en1991. El XX es el siglo del comunis-mo, doctrina que siguió más de un ter-cio de la Humanidad. Pero también esel siglo de la ilusión y de la gran espe-ranza: por primera vez, los pobres, losexplotados, los miserables de todo elmundo iban a ser libres, a tener vozpropia, a conducir sus propias vidas ha-cia una situación de plenitud y perfec-ción, y a dejar de estar oprimido por losricos, los poderosos, los oligarcas. Noen vano había dicho Marx que la Histo-ria es el desarrollo y la expresión de lalucha de clases. Por eso los rusos de1917 tenían una gran esperanza: iban asalvar a la Humanidad mediante la re-dención o liberación del proletariado1,y la iban a llevar a su culminación y fe-licidad absoluta.

Así fue como la vida cotidiana en laURSS se inició con ilusión y con la es-peranza en un futuro feliz. Pero se ini-ciaba con una revolución que sólo con-siguió imponerse tras una guerra civil,la cual traicionó luego los principioseconómicos del socialismo con la Nue-va Política Económica (NEP), y termi-nó con tanta depauperación y pobrezaque las hambrunas causaron más millo-nes de muertos que las purgas y los gu-lags de Stalin. Una vez más, la realidadno se correspondió con la esperanza.No obstante, la vida cotidiana en laURSS tuvo altibajos y variaciones,siendo su bisagra los años treinta y cua-renta, cuando la Gran Guerra Patria(lo que conocemos como II GuerraMundial) trajo consigo la colabora-ción, la ayuda y el dinero del capitalis-

mo anglosajón para mantener el in-menso esfuerzo2 de la guerra contra laAlemania nazi.

La vida cotidiana de una sociedadresponde a la mentalidad de esa socie-dad, a la dirección política (civil o mili-tar) que recibe, y a las circunstanciasdel momento. Hay una primera etapaen la vida cotidiana en la URSS queduró desde 1917 hasta el final de laNEP, en 1928, y que vio surgir unoscambios revolucionarios respecto a laanterior situación de la sociedad rusa.En una Rusia mayoritariamente agríco-la, el hecho de que el Estado despose-yera de sus tierras a los nobles y ricosllenó de esperanza a los campesinos,que confiaban en que en ese momentotodas las tierras iban a ser repartidas ydistribuidas entre ellos. Sin embargo,la pervivencia de la I Guerra Mundial yla aplicación de la doctrina socialista(solo el Estado puede ser dueño de losmedios de producción) acabaron conesa esperanza, y muchas tierras «sindueño» quedaron sin cultivo, lo queinició la secuencia de carestía à ham-bre à descontento social.

Ya en 1918 era visible la ruptura en-tre las facciones bolcheviques, de mo-do que en junio se constituyeron Comi-tés de campesinos pobres y obrerosagrícolas, al margen de los ya existen-tes «Soviets3 campesinos» dominadospor los campesinos de tipo medio: ha-bía que contar con los más pobres detodos para consolidar la revolución.Por eso, el primer gobierno soviéticodistribuyó 150 millones de hectáreasentre los campesinos: cuando éstos lu-chaban contra los «rusos blancos», lohacían también por sus tierras y por supropia subsistencia, siguiendo así elviejo sistema de la enfiteusis bizantina.

Fue en ese momento cuando tuvolugar el V Congreso de los Soviets (ju-

lio de 1918), en el que –además deaprobarse la primera Constitución de laURSS– se expulsó a todos los gruposque no apoyasen al gobierno de Leninen la guerra civil. Eso desató un climade terror generalizado (especialmentedesde el atentado contra Lenin por Fa-nia Kaplan –6 agosto 1918–) que confi-guró la sociedad y la vida cotidiana dela URSS durante décadas. Sin este datono puede entenderse todo lo demás.Dentro de ese contexto revolucionariose creó la Tcheka, policía secreta paradescubrir y perseguir a los enemigos dela revolución, y así preservarla con to-tal seguridad.

Durante la guerra civil, la vida diaria(especialmente en las ciudades) resultóun calvario porque escaseaban los ali-mentos, el reparto de pan era escaso ytambién el de las materias primas (laleña era vital para calefacción en elcrudísimo invierno ruso), y floreció el«mercado negro». Sin embargo, mejo-ró la moral social: disminuyeron loscrímenes y los robos (salvo hurtos decomida), desapareció la prostitución,se admitió el divorcio y la libertad derelaciones sexuales. El éxodo del cam-po a la ciudad creaba problemas de alo-jamiento y abastecimiento que los bol-cheviques procuraban remediar drásti-camente. En medio de la pobreza de vi-da generalizada se impuso como ade-lantos del nuevo régimen el orgullo deltrabajo y la cultura para todos; pero noexistía el derecho a la huelga, que seconsideraba un sabotaje contra el Esta-do y un crimen contra la sociedad so-viética. A la vez, la población rusa ca-recía de comunicación con el exterior,y la propaganda gubernamental mani-pulaba todas las informaciones en fa-vor del régimen y sus logros.

En ese momento apareció con toda sucrudeza la feroz hambruna de 1921-22,

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia II Abierta

LA VIDA COTIDIANA ENLA UNIÓN SOVIÉTICA

Por José Luis Martínez SanzUniversidad Complutense de Madrid-GHPEC

debida a varios factores: una sequía, unapésima y tardía actuación de las autori-dades para remediar la carestía y el ham-bre, y la aparición del egoísmo en obre-ros y campesinos para poder sobrevivir.Unos, por ejemplo los ferroviarios, exi-gían grano o harina a cambio de trabajary transportar granos y productos; otrosutilizaban los granos para comer y so-brevivir más que para plantar la cosechadel año siguiente. Aunque la guerra civilestaba acabando, la presencia en laURSS de tropas extranjeras y la liquida-ción de los últimos reductos contrarrevo-lucionarios hacía que la comida se desti-nase a las tropas del frente; todo ello, su-mado a los años anteriores de guerra y alcrudo invierno ruso, provocó inicial-mente la muerte por inanición de más deun millón de personas. La situación fueespecialmente grave en la región delVolga, en Crimea y todo el sur de Ucra-nia, y en el oblast de Samara (al norte deKazajstán). Fue tan horroroso que se co-nocen bastantes casos de auténtico cani-balismo, que era gravemente castigadocuando se descubría.

François Furet calculó que hubo cin-co millones de muertos; comparativa-mente, el peor resultado de cosechas enla tardía Rusia Zarista (1892), habíacausado de 375.000 a 400.000 muertes;pero a aquello siguieron años de cose-chas normales y de acumulación de re-servas, si bien es cierto que todo ellohabía ocurrido en un tiempo de paz, decomercio internacional, y de orden. Porel contrario, la hambruna de la URSSde 1921 dejó una huella imborrable entodo Occidente, tanto en los sectoresobreros (que empezaron a desconfiarde aquella revolución como remedio delos males sociales) como en los capita-listas (que vieron ahí la confirmaciónde su oposición a ella).

Además de esto, en la sociedad de laprimitiva URSS ya no había miembrosde la anterior clase dirigente: los nobleshabían huido o estaban ejecutados; lospocos burgueses que sobrevivieron a larevolución adoptaron el nombre de«trabajadores», jamás el de «empresa-rios»; la casi inexistente clase mediahabía emigrado o se había sumado a lanueva situación revolucionaria; losobreros seguían las consignas de sussoviets o comités; y los campesino es-taban desilusionados y perplejos por-que la revolución no había cumplidosus expectativas de tener tierras pro-pias. La horrible realidad de la vida co-tidiana se reflejaría en las mentalidades

sociales. A pesar del miedo a la Tche-ka, el furor revolucionario (en realidad,una mentalidad de cambios profundos)y la catástrofe socioeconómica del in-vierno de 1921-22 llevaron a muchagente a un nuevo estallido revoluciona-rio, pues eso es lo que supuso lo acaeci-do en Kronstadt: pedían más democra-cia, más independencia de las organi-zaciones obreras frente al Estado, yrestablecer las libertades revoluciona-rias, coartadas por Lenin a causa de laguerra civil.

Sin embargo, en aquella URSS seempezó a dignificar y mejorar el papelde las mujeres en todos sus aspectosantes que en el resto del Occidente eu-ropeo, pues desde la revolución obtu-vieron plena igualdad de derechos (elvoto, por ejemplo), que se fue aplican-do realmente de forma paulatina. Tam-bién allí se daría, aunque más tardía-mente, el acortamiento de las faldas,pasándose de las «tobilleras» a las «ro-dilleras»; del mismo modo, el peinadofemenino se asemejaría al masculinoempleando la raya, el fijador y dejandolas orejas libres. La mujer empezó atrabajar en la industria y otras activida-des productivas, lo que implicó pasarde ser la guardiana del hogar y la en-cargada de educar a los hijos a formarparte del mundo del trabajo; por lo mis-mo, el divorcio se implantó pronto. Laeducación en todos sus grados se abriótambién a la mujer.

Por su parte, la cultura física y el de-porte se desarrollaron extraordinaria-mente. El arte y los espectáculos seadaptaron a la revolución y sus objeti-vos; especialmente significativo era elcaso del naciente cinematógrafo. En unapalabra: los que habían vivido durante elsistema zarista veían el cambio efectivoque había experimentado la URSS; y losque no, recibían el arrasador influjo dela propaganda gubernamental. Todoello generaba confianza y paz, aunque lapobreza de vida era general.

Una segunda etapa se inició en1928, cuando Stalin puso fin a la NEPy a toda forma o apariencia de propie-dad privada, y la socialización fue ge-neral y definitiva. En ese período se au-mentó el temor4 al poder establecidoque podía volverse contra todo sospe-choso, aunque fuese inocente, comoevidenciaron las famosas purgas de los«procesos de Moscú».

Además, el período se inició con lasegunda hambruna: de nuevo en el in-vierno de 1932-33 se produjo hambru-

na en partes de la Unión Soviética, co-mo las zonas del Volga, Ucrania y elnorte de Kazajstán. Esta vez fue provo-cada principalmente por la política deStalin de poner fin a la NEP y colecti-vizar la agricultura en la Unión Soviéti-ca. Esa nueva política fue recibida conentusiasmo por la mayoría de los cam-pesinos, que no tenían propiedades, pe-ro los kulaks o propietarios se resistie-ron a ella, reaccionando a veces conviolencia y con numerosas revueltas.El Ejército Rojo las sofocó y envió alos disidentes a campos de trabajoen Siberia o los fusiló; a la vez, requisóalimentos y aumentó la cuota de ellos aentregar a las autoridades, lo que gene-ró un vacío de alimentos en las regio-nes más fértiles, y comenzó así unahambruna masiva y prolongada preci-samente en las regiones más producti-vas de la URSS. Se calcula que la can-tidad de víctimas ascendió a 3.500.000personas. Este hecho es conocido conel nombre de Holodomor.

Aunque la industrialización fue muygrande en este período (antes era casiinexistente), la URSS seguía detrás deOccidente: su producción industrialper capita era menor que la de EE.UU.,Inglaterra, Alemania, Francia y Japón.Un exponente de ello es la producciónde papel, que es fundamental en unasociedad desarrollada: la producciónde la URSS era la décima parte de la deEE.UU. Lo más indicativo es que latercera parte del Producto Interior Bru-to se reinvertía en la industria, lo cual–siguiendo el esquema de Bismarck«cañones o mantequilla»– se traducíaen unas condiciones de sacrificio y po-breza material para la población.

La austeridad y la abnegación fue-ron las circunstancias concretas de lavida cotidiana del pueblo ruso en eseperíodo, que no tuvo mejoras en el con-sumo, en la vivienda, en los alimentos,y en la ropa y ocio. Los sacrificios im-plicaban trabajo duro y salarios bajos:

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia III Abierta

El minero Aleksei Stajanov

la esperanza o la moral de la poblaciónse sostenía mediante la propaganda. En1935 se abolía el racionamiento de ali-mentos, y productos de uso y consumo(platos, estilográficas, etc.) empezabana aparecer en las tiendas. Ya en víspe-ras de la guerra mundial el nivel gene-ral de vida mejoró. Por primera vez, elsocialismo puso fin a algunos de losmales de la economía de mercado. Seestableció un mínimo nivel de vida, pordebajo del que no debería caer nadie;sin embargo, era una falacia: no habíaigualdad económica: los altos funcio-narios del Estado o del Partido(PCUS), los ingenieros, los intelectua-les del régimen, etc. percibían salariosmás altos, y tenían más posibilidadesde confort.

Un dato importante que muestra elgrado de concienciación de los trabaja-dores, y su ilusión de progreso de laURSS y –a través de ella– de toda laHumanidad, es que en 1935 el mineroAleksei Stajanov (1906-1977) incre-mentó notoriamente su producción decarbón, lo que la propaganda hizo unreferente para el país. Comparativa-mente, en EE.UU. los salarios a destajoestaban prohibidos y condenados. Du-rante la guerra, las fábricas del oeste delos Urales se trasladaron al este de lacordillera, con lo que aquella regiónconoció un mayor desarrollo técnico,que no se podía traducir en mejoras delnivel de vida por el esfuerzo de guerra.

Los extranjeros vieron que el mundoobrero se movía por emulación y com-petitividad moral –patriotismo– y nopor dinero o salarios mayores: los obre-

ros rusos creían que los adelantos eransu obra, pues nunca se había gozadotanto del progreso material y tecnológi-co. Y al no existir diferencias de claseentre los obreros y la dirección, no ha-bía envidias y existía una enorme soli-daridad entre todas las fuerzas produc-tivas. Así, la URSS ofrecía un ejemploespectacular, un ideal, al capitalismode Occidente.

Las condiciones de vida del campe-sinado, con salarios, viviendas y posi-bilidades de promoción muy inferioresa las de los trabajadores industriales,generaron un sentimiento de apatía en-tre la población que tuvo su reflejo enla baja productividad. Al mismo tiem-po la obsesión por rentabilizar la agri-cultura mediante la creación de inmen-sos koljoses que agrupaban varias alde-as no dio los frutos apetecidos; por elcontrario, las dificultades día a día en elcampo impulsaron un éxodo masivo dejóvenes hacia los centros urbanos, don-de pensaban que encontrarían con ma-yor facilidad una mejora de su estatussocioeconómico. Pero, respecto a men-talidades sociales y vida cotidiana, lograve era que la solidaridad entre traba-jadores, directores, consumidores yPartido (un sentimiento real, aunqueinculcado y potenciado por un gobier-

no dictatorial) se logró al precio del to-talitarismo: el gobierno lo dirigía todo,lo supervisaba todo, lo decidía todo. Larealidad es que no había libertad indivi-dual. No se admitía el escepticismo, nila crítica; nadie podía abandonar el paíssin autorización especial, no había sin-dicatos libres, ni prensa libre, ni liber-tad de asociación de ningún tipo. Solohabía un partido y una intolerancia to-tal a la religión5.

La realidad del período es que la vi-da cotidiana experimentó una evidentemejora, que la moral de las masas seenardeció tras vencer a la Alemania na-zi, que la fe y la convicción en el triun-fo final del socialismo se acrecentó.Pero, a la vez, el número de rusos sacri-ficados al furor revolucionario fue in-

menso durante los años de este segun-do período: burgueses liquidados, ku-laks fusilados, miembros «desviacio-nistas» del Partido purgados, «desafec-tos» o críticos condenados a trabajosforzados en gulags, etc. A pesar deello, la URSS ejerció una máxima in-fluencia en grandes sectores del mun-do, a los que servía de referente e ideal,no tanto a través de la Komintern sino–sobre todo– por su existencia mismacomo nuevo sistema económico y so-cial en un mundo convulso (pero tam-bién heroico e idealista), como era eloccidental de los años treinta.

EL FIN DE LA ILUSIÓN: REALIDADSOCIAL Y CRISIS DEL MODELO DE VIDASOVIÉTICO

El tercer período abarcaría desde laépoca de Kruschev (años 50) hasta elfinal de la URSS en 1991. Tras la IIGuerra Mundial (la Gran Guerra pa-tria) el orgullo militar soviético y lamoral del pueblo ruso por haber «ven-cido al fascismo» estaban muy altos,pero eso duró poco. Una vez que todoslos países recuperaron los niveles devida anteriores a la guerra, la URSSacrecentó sus diferencias y balancesnegativos respecto a las democracias, ylas masas rusas fueron conscientes de

que en Occidente se vivía mejor, y mu-chos quisieron marcharse de los paísesdel bloque comunista entonces existen-te para instalarse en la Europa del blo-que capitalista: el muro de Berlín(1961-1989) fue el exponente de ello.El caso de los deportistas es muy cono-cido: durante los años 50, y con motivode los encuentros de los húngaros Hon-ved o Vasas en Europa Occidental, losfutbolistas Puskas, Kocsis, Kubala,Czibor «desertaron» y se quedaron enEuropa. Y cuando había Olimpíadas oencuentros internacionales, los equiposcomunistas iban acompañados de unnúmero exagerado de «entrenadores»,generalmente del KGB, para espiarlosy evitar que desertaran.

Paralelamente había surgido un nue-

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia IV Abierta

Grupo de trabajadores de laUnión Soviética

La guerra fría embarcó a la URSS en dos graves retos: la dotaciónde todo tipo de armas nucleares y la cara carrera espacial para

adelantar a los Estados Unidos

vo y gravísimo problema para laURSS. Al extenderse el régimen comu-nista a las nuevas «democracias popu-lares» «liberadas» por el Ejército so-viético, la madre Rusia se vio obligadaa sostener la revolución mundial ennuevos lugares: la URSS financió a lospartidos y regímenes comunistas de to-do el mundo. ¡Esto es muy importan-te!: el PIB (Producto Interior Bruto, laproducción total de la Unión Soviética)no destinaba sólo a paliar las necesida-des económicas del pueblo ruso, sinotambién a sostener regímenes comunis-tas deficitarios (como el de Cuba, en

ruina acelerada desde 1991) en todo elmundo... ¡¡a pesar de ser la URSS elprimer productor mundial de casi todaslas materias primas, alimentos, produc-tos, etc..!! Lógicamente, el déficit au-mentaba y las reservas monetarias dis-minuían. La ruina estaba próxima.

De ese modo, el pueblo ruso cono-ció muchos más sacrificios que antes, yun menor consumo de bienes de usos yservicios. Por si fuera poco, la políticainternacional agresiva de la «guerrafría» embarcó a Rusia en dos graves ycarísimos ámbitos: la dotación de todotipo de armas nucleares y la costosísi-

ma carrera espacial para adelantar a losEE.UU. en la conquista del espacio ex-terior y la llegada a la Luna. Inicial-mente, los primeros éxitos en todo fue-ron rusos, hasta 1969: la llegada deEE.UU. a la Luna inclinaron a su favoresta carrera y su correspondiente pro-paganda. El pueblo ruso sufrió las con-secuencias de tan desorbitados gastos(«Más cañones, menos mantequilla»).Además, aún después de haberse aca-bado con los «caudillismos» (Italia,Alemania, Hungría, Rumanía... y Ja-pón) y deslegitimar los «autoritaris-mos» (España, Portugal, etc.), e incluso

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia V Abierta

CRONOLOGÍA DE LA URSS1917-1924: Vladimir Ilich Ulianov, «Lenin». Paz de Brest-Litovsk con Alemania.

Guerra civil (1917-1921): comunismo de guerra y NEP (1921)1922: URSS 1924: 1ª Constitución soviética.

1924-1953: Iosiv StalinExpulsión de Trotski.1928: fin de la NEP y economía socialista: el «Gosplan»Purgas. Pacto germano-soviético22 junio 1941: Alemania invade URSS, comienza la II Guerra mundial (Gran Guerra Patria)Creación del «Telón de acero» en Europa oriental: desde 1948, «democracias populares» surgen como con-secuencia de la invasión soviética.1949: creación del CAME o Comecom

1953-1957: Luchas por el poder: forman una troika Malenkov (sucedido por Kruschev), Beria y Voroshilov. A ellos sesumarían Bulganin y Kaganovich. Ascenso de Kruschev.1955: Pacto de Varsovia (contra la OTAN)1956: Crisis y disidencias en Polonia y en Hungría aplastadas con sangre.

1957-1964: Nikita Kruschev en el poder.Se acelera el crecimiento de la URSS en agricultura e industria.1959: Crisis de Berlín.Inicio de los planes septenales.1961: XX Congreso del PCUS y desestalinización. China rompe con Moscú.1962: Crisis de Cuba (misiles)

1964-1982: Leonid Breznev: nueva troika con Alexei Kosiguin y Nikolai Podgorny1968: «primavera de Praga» reprimida con violencia por los soviéticos.1969: Ostpolitik de Willy Brandt1970: Tratado con RFA: la frontera Oder-Neisse1975: Conferencia de Helsinki: aparente triunfo de la URSS.1977: 2ª Constitución soviética.1979: Invasión de Afganistán: el Vietnam ruso.

1982-1984: Yuri Andrópov1984-1985: Konstantin Chernenko: se evidencia la crisis del sistema soviético1985-1991: Mihail Gorbachov: perestroika (reestructuración) y glasnost (transparencia).

Intento populista de democratización parcial para salvar el comunismo.Tratados de reducción armas nucleares con Occidente.1989: caída del «muro de Berlín» y de los regímenes comunistas en el Este europeo.1991: Reacción de los ultracomunistas y ultrarrevolucionarios: golpe de Estado (agosto), restablecimiento ycaída de la URSS en diciembre. Nacimiento de la CEI.

RUSIA y CEI1991-1999: Boris Yeltsin. Permite en 1991 la reunificación de Alemania. Reconciliación con EE.UU y el mundo occi-

dental. Conflictos en Chechenia. Independencia Estados europeos del Este.2000-200x: Vladimir Putin. Se alterna en el poder con Dimitri Medvedev. Normalización y lenta democratización con

problemas nacionalistas. Resurgen los millonarios rusos invirtiendo en todo el mundo.

a pesar de la desestalinización y la con-dena al «culto a la personalidad» en elXX Congreso del PCUS, el que laURSS pretendiese ser la guía de la re-volución mundial y ejercer el controlde los Estados del bloque comunistaconvirtió a los sucesivos dirigentes delKremlim en autócratas totalitarios y te-midos: el KGB mantenía el ambientede terror en Rusia y sus satélites.

Ciertamente los Planes Quinquena-les6 –y el Gosplan, su agencia planifi-cadora– consiguieron éxitos notoriosde cara al exterior, pero la realidad dela vida cotidiana para obreros indus-triales, y para campesinos tanto de loskoljoses como de los sovjoses no habíamejorado gran cosa. Escasez y des-abastecimiento se fueron haciendo ca-da vez más evidentes. Y más aún tras laparticipación de la URSS en el deporteinternacional y la llegada del turismoextranjero a Rusia. Sólo durante el 8ºPlan Quinquenal (1966-1970) mejoróbastante el nivel de la vida cotidianacuando se solucionó un grave proble-ma: durante él se construyeron diez mi-llones de apartamentos, y en los dos si-guientes planes quinquenales se logróel objetivo de proporcionar a cada fa-milia un apartamento totalmente equi-pado; los alquileres seguían siendo losmás bajos del mundo, pues no habíancambiado desde hacía más de cincuen-ta años. No había allí problemas dedesahucios.

En tiempo de Kruschev hubo gravessequías. El primer productor de granodel mundo tuvo escasez y carestía, peroel dirigente soviético evitó una ham-bruna comprando trigo a EE.UU., elcual ¡lo cobró a precio de oro! De esemodo, el oro español (ya no lo era des-de 1936) y otros de diverso origen setrasvasaron de nuevo a América, sibien esta vez fueron a parar al Norte, envez del Sur del que procedían. Las ca-rencias –cada vez más generalizadas–de bienes de consumo, demandados yapor una población que conocía el nivel

de vida occidental por el cine y la tele-visión, se evidenciaban a los turistasque visitaban la Unión Soviética: ca-mareros y camareras de hoteles y resi-dencias compraban clandestinamentelos vaqueros –usados o no– y la lence-ría fina a los jóvenes y menos jóvenesturistas, asombrados éstos por el hechode que la ropa interior femenina de lasrusas fuera similar a la usada por susabuelas de los años cuarenta. El hechoque cada día se evidenciaba en Moscúy otras ciudades es la escasez y el des-abastecimiento de productos de ali-mentación y consumo, lo que se tradu-cían en largas colas ante los pocos esta-blecimientos dotados de ellas. Prontose acababan los productos, y la indig-nación popular derivaba en pequeñas(y no tan pequeñas) protestas y amoti-namientos. Las promesas de perestroi-ka (reforma, reestructuración) y glas-nost (transparencia, apertura, liberali-zación) de Gorbachov no pudieron sos-tener el edificio de un Estado y un sis-tema que se hundía.

La crisis de las embajadas y la caídadel muro de Berlín en 1989-1990 mos-traron el verdadero rostro del comunis-mo: era tan horrible que nadie lo que-ría. Y desapareció, aunque aún quedanviejos fantasmas de un pasado temido ytemible por su armamento nuclear.

NOTAS1 La palabra «proletario» proviene

del latín proles, que significa «los hi-jos». El término proletario designa aalguien con la pobreza más absoluta,pues se refiere a una persona tan pobrey mísera que su única posesión son sushijos.

2 Aunque algunos historiadores, ysobre todo Hollywood, señalen que laentrada de EE.UU. en la II G.M. cam-bió el signo de la guerra y que fueronlos norteamericanos los que derrotarona Hitler, sabemos que la realidad esmuy otra: la Alemania nazi fue derrota-da por los rusos y su enorme esfuerzode guerra. En aquella Europa vencida ydominada por los alemanes, sólo losrusos luchaban –y lo hicieron eficaz-mente– contra los amos de Europa. Poreso, en las distintas Conferencias du-rante la guerra, pedían insistentementea los aliados que abriesen un segundofrente en Europa para aliviar la enormepresión que sufría la URSS... lo que só-lo pudo ocurrir en fecha tan tardía co-mo 1944 (desembarcos de Normandía,en el norte francés, y de Provenza, en el

sur). El dato que demuestra esta verda-dera realidad es que, de todos los muer-tos aliados en la II G.M., dos terciosfueron rusos.

3 La palabra rusa «soviet» equivale ala española «comité», para designaruna dirección generalmente colegiada.

4 La TCHEKÁ cambió su nombrevarias veces: GPU desde 1922, OGPUen 1923, NKVD en 1934, MVD en 1946y en 1954 se reorganiza en KGB. Sóloen 1966 se estableció definitivamenteque la MVD se ocuparía de la policíacriminal y otros servicios estatales,mientras que la KGB sería la policíapolítica y la información del Estado.

5 Hasta Wikipedia recuerda el famo-so «juicio contra Dios» que en 1918organizó Lunachasky, acusándole de«genocidio». Aunque los defensoresdesignados por el Estado soviéticoaportaron argumentos en favor de lainocencia de Dios, su baza principalfue la petición de absolución «por gra-ve demencia y desarreglos psíquicos».Sin embargo, el tribunal dejó claro des-de el principio que no aceptaría una pe-tición de absolución debido a la extre-ma gravedad de los delitos juzgados.Al final, Dios fue declarado y senten-ciado como un tonto, y sin embargo fuefusilado: el 17 de enero de 1918, a las6.30 horas de una fría mañana, un pelo-tón de fusilamiento disparó cinco ráfa-gas de ametralladora contra el cielo deMoscú. La sentencia de muerte contraDios se había cumplido. En 1933, Lu-nacharsky fue nombrado embajador dela URSS en España, pero murió enFrancia durante el viaje: se ignora si tu-vo algo que ver con el fusilamiento delCorazón de Jesús en el Cerro de losÁngeles (24 julio 1936).

6 El Primer Plan Quinquenal duróde 1928 a 1932; el Segundo, de 1933 a1937; el Tercero, de 1938 a 1942, perofue interrumpido en 1941 por la Gue-rra Mundial. Acabada ésta, el Cuartofue de 1946 a 1950, y el Quinto de1951 a 1955. Tras la muerte de Stalinel sistema se mantuvo con el SextoPlan, de 1956 a 1960, y el Séptimo, de1961 a 1965. Tras la caída de Krus-chev (1964), prosiguió con el OctavoPlan, de 1965 a 1970; el Noveno, de1971 a 1975; el Décimo, de 1976 a1980; el Undécimo, de 1981 a 1985; elDuodécimo, de 1986 a 1990 y el Deci-motercero que empezó y terminó en1991, con el hundimiento del Estadosoviético.

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia VI Abierta

LA CRISIS TERMINAL DEL SISTEMASOVIÉTICO

«En el siglo XX, después de la gue-rra del 14, muchos estados indepen-dientes habían surgido de las ruinas delImperio habsburgués, y todos, salvoAustria, se encontraron treinta añosdespués bajo el dominio de Rusia: ¡éstaes una historia completamente inéditaen la historia centroeuropea! Siguió unlargo periodo de rebeliones antisoviéti-cas, en Polonia, en la Hungría ensan-grentada, luego en Checoslovaquia yotra vez, larga y poderosamente, en Po-lonia; no veo nada tan admirable en laEuropa de la segunda mitad del sigloXX como esa cadena dorada de rebe-liones que durante cuarenta años mina-ron el imperio del Este, lo hicieron in-gobernable y anunciaron el final de sureinado.»

Milan Kundera, El telón

El mecanismo económico inspiradoen el socialismo de tipo soviético quedurante décadas se aplicó en los paísesde la Europa del Este —Polonia, Repú-blica Democrática de Alemania, Che-coslovaquia, Hungría, Rumania y Bul-garia— y también en la tres RepúblicasBálticas —Estonia, Letonia y Litua-nia— fracasó en su empeño moderni-zador. De este modo, el mal desarrollo

socioeconómico de estas sociedadescoadyuvó al estancamiento del procesode industrialización, a la nula rentabili-dad de la agricultura, al abuso indiscri-minado de los recursos naturales con elconsecuente desprecio del medio am-biente, a la insoportable corrupción entodos los niveles de la actividad públi-ca, así como a la degradación de lascondiciones de vida y de trabajo y alconsiguiente deterioro del nivel de vidade la población1. Dicha situación so-cioeconómica y la actuación al mismotiempo de toda una serie de factores in-ternos (los partidos comunistas, la disi-dencia opositora, las iglesias y la socie-dad civil) y externos o «catalizadores»(la Unión Soviética, la Santa Sede yOccidente)2, hizo entrar en crisis termi-nal al sistema del socialismo real moti-vando la desaparición de los regímenescomunistas instalados en la zona des-pués de la Segunda Guerra Mundial.

En la década de 1980 los partidoscomunistas de obediencia soviética yano estaban en condiciones de asegurarel monolitismo político de las demo-cracias populares de la Europa del Es-te: inmersos en una fase de decadencia,estaban marcados por el estigma de ladivisión interna. Ante la pérdida de in-fluencia que venían sufriendo los parti-dos comunistas —guías de la socie-

dad— comenzó a actuar la disidencia.Este embrión de oposición sólo logró elinterés y preocupación del mundo occi-dental a partir de la segunda mitad de ladécada de los setenta, coincidiendo conla firma de los acuerdos que dieron lu-gar al Acta Final de la Conferencia deSeguridad y Cooperación en Europa deHelsinki, el 1 de agosto de 1975. Fueen este momento cuando la estrategiade la disidencia opositora comenzó areivindicar la aplicación de los dere-chos humanos para terminar con el sis-tema comunista y edificar en su lugarel Estado de Derecho. La pérdida deprotagonismo de los partidos comunis-tas y el lento pero incontenible ascensode la disidencia hizo posible el desper-tar de la sociedad civil. El último de losfactores internos se refiere a las iglesiasnacionales y al papel desempeñado porlas mismas en la crisis final del comu-nismo: de todas las iglesias de la Euro-pa del Este, sólo la Iglesia polaca fuemayoritariamente opositora.

Para que se produjera el colapso fi-nal del sistema socialista en los paísesdel Este de Europa, la acción disolven-te de las fuerzas internas en presenciacoincidió en el tiempo con la actuaciónde los factores externos o catalizado-res. Desde la llegada de Gorbachov a laSecretaría General del PCUS, se alentó

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia VII Abierta

EL COLAPSO DELSOCIALISMO REAL EN LA

EUROPA DEL ESTESOVIETIZADA

Por Guillermo Á. Pérez SánchezDepartamento de Historia Contemporánea

Instituto de Estudios EuropeosUniversidad de Valladolid

la aplicación de una reforma semejantea la soviética en los países satelizados,conforme a los postulados del «nuevopensamiento» en política exterior. Se-gún este programa, que enterraba defi-nitivamente la doctrina de soberanía li-mitada, los países aliados del Pacto deVarsovia recuperaban plena capacidadpolítica para actuar según sus propioscriterios3. Los países del Este decidie-ron aplicar al pie de la letra los postula-dos liberalizadores de Gorbachov, aun-que de manera distinta a la imaginadapor el líder soviético: rompieron con elsistema soviético y optaron por el «re-torno» al mundo libre, poniendo enmarcha el proceso de transición a la de-mocracia y a la economía de mercado.También resultó de una gran importan-cia la actuación de la Santa Sede, sobretodo a partir del pontificado de JuanPablo II. La actitud del mundo libre enrelación con la Europa del Este tam-bién entró en una nueva fase a lo largode los años ochenta, coincidiendo conel nuevo auge de la política liberal enEstados Unidos y otros países de Euro-pa Occidental, sobre todo en Gran Bre-taña y en la República Federal de Ale-mania. Este cambio estaba basado en laidea de la superioridad de Occidentesobre el bloque soviético, rechazandola posibilidad de la «convergencia» delos sistemas. Sin embargo, al coincidiren el tiempo la nueva mentalidad occi-dental sobre el mundo socialista y lasprimeras manifestaciones de la crisisterminal del sistema soviético, Occi-dente no pudo disponer de un plan pre-ciso que sirviera de apoyo y ayuda a lospaíses del Este en la hora suprema desu ruptura con el comunismo4.

LA (TRIPLE) TRANSICIÓN DE LAANTIGUA EUROPA DEL ESTE

El sistema totalitario y socialista detipo soviético impuesto en la Europadel Este —y más todavía en los paísesdel Báltico que desde la Segunda Gue-rra Mundial habían sido forzados aconstituirse en repúblicas federadas dela URSS— no era concebido por susideólogos como un mero paréntesis enla evolución de estos países. Se le pre-sentaba, por el contrario, como el siste-ma definitivo mediante el cual se logra-ría la total y radical transformación dela sociedad; ese carácter de totalidad yde universalidad hacía de él algo muydistinto de los demás regímenes dicta-toriales contemporáneos: estaba pensa-do para durar bajo la dirección supremadel Partido Comunista, convertido enel sistema de Partido-Estado5. SegúnRalf Dahrendorf, «no existe una teoríaque pueda ayudarnos a comprender laactual transición»6 en los países exso-cialistas del Este. De este modo, en elcaso de la Europa del Este la transicióny la transformación «sucede a la vez enel terreno político y el económico y su-pone cambios que afectan de forma in-mediata a la vida cotidiana de todos losciudadanos»7. En conclusión, la transi-ción en el Este de Europa ha tenido uncarácter único, no comparable a otrosprocesos de cambio ya mencionados; ycon múltiples facetas, al afectar a la es-tructura política, económica y social delos antiguos países comunistas8. Porello, se habla de una triple transforma-ción que afectaría a la cuestión nacio-nal, al marco constitucional y a la orde-nación económica; aspectos todos ellosde gran importancia a la hora de conso-

lidar en la región el Estado-nación, elcapitalismo y la democracia.

La consumación de la ruptura con elsistema socialista realmente existentesupuso también la renuncia expresa alo que Ralf Dahrendorf denomina «ter-ceras vías» utópicas, ya que, según es-te autor, «la noción de una tercera víao una vía intermedia, no solamente es-tá equivocada en teoría (porque suscitael potencial totalitario de todas las uto-pías), también es inútil en la práctica.Desde el punto de vista constitucionalsólo hay dos caminos: debemos elegirentre los sistemas y la sociedad abier-ta»9. A partir de ese momento, los anti-guos países del Este tenían por delanteuna impresionante tarea para consoli-dar sus respectivos procesos de cam-bio, condición inexcusable para alcan-zar el otro gran objetivo del «retorno»a Europa. Dicha tarea consistía, en pri-mer lugar, en transformar las estructu-ras políticas, en un doble sentido: (a)recuperando la «independencia y la so-beranía» al enterrar la doctrina de lasoberanía limitada; y (b) construyendodel Estado de Derecho conforme almodelo occidental. En un segundo mo-mento debía producirse el cambio delas estructuras económicas, según laspautas de la economía de mercado. Entercer y último lugar, en lo que respec-ta al universo de las mentalidades co-lectivas, era necesario restaurar el pro-tagonismo de la sociedad civil y recu-perar las señas de identidad sociocul-turales10.

DE NUEVO, NACIONES «EUROPEAS»«Si el mundo civilizado no quiere li-

mitarse a observar, temblando de es-panto, qué más puede ocurrir aquí…Sólo tiene una opción: no esperar desdela indiferencia.»

Václav Havel, Discursos políticos

Desde finales de los años ochenta, yen especial a partir de 1990 y 1991, yasin solución de continuidad, comenzópara los países de la Europa Central,Suroriental y Báltica una nueva etapa,la (triple) Transición, con el objetivode consolidar definitivamente en la zo-na el sistema democrático-parlamenta-rio y lograr la consiguiente moderniza-ción económica y social11. Además delos procesos de cambio, otro de losgrandes retos que se plantearon los re-volucionarios del Este y del Báltico fuelograr el «retorno de Europa» a estaparte del Viejo Continente comprome-

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia VIII Abierta

Destrucción popular del muro de Berlín

tida con los valores europeístas comu-nitarios. Este afán fue muy bien recibi-do por los responsables de las Comuni-dades Europeas, prestos a apoyar elcambio que estaban protagonizando lospaíses del antiguo bloque soviético.Los dirigentes comunitarios, por mediodel comunicado del Consejo Europeo,celebrado en Estrasburgo los días 8 y 9de diciembre de 1989, animaban a lospaíses de la Europa Central, Surorien-tal y Báltica a perseverar en el caminorecientemente iniciado hacia la liber-tad, la democracia y el respeto de losderechos humanos; prometiéndoles, almismo tiempo, todo el apoyo de lasinstituciones comunitarias en la tareade reconstrucción en la que estaban in-mersos. Ante la evolución de los acon-tecimientos en la Europa del Este, y po-co tiempo antes del colapso final delsistema del socialismo real en la zona,el grupo de países más desarrollados(G-7) acordó, en la cumbre celebradaen París en julio de 1989, delegar en laComunidad Europea, la coordinacióndel programa «Polonia-Hungría: Ayu-da a la Reestructuración Económica»(PHARE). Sin solución de continui-dad, el G-24 y las Comunidades Eu-ropeas animaban a los restantes paísesde la zona a seguir por la senda marca-da por Polonia y Hungría12.

Desde comienzos de la década delos noventa, las Comunidades Eu-ropeas no dejaron de apoyar la recons-trucción económica de los países de laantigua Europa del Este, por mediodel ya citado programa PHARE13. Asílas cosas, y ante la nueva situacióncreada en Europa, el Consejo Europeocelebrado en Dublín el 28 abril de1990 anunció su propósito de facilitarel acercamiento entre las Comunida-des y los antiguos países del Este. Envirtud de todo ello, fueron estableci-dos los denominados acuerdos espe-ciales de asociación o «acuerdos eu-ropeos». El 8 de junio de ese mismoaño, el vicepresidente de la ComisiónEuropea, Frans Andriessen, señaló enBruselas que para poder concretar losmencionados acuerdos de asociaciónlos candidatos debían manifestar conclaridad su intención de evolucionarde manera «irreversible hacia la de-mocracia efectiva con plena apertura ala economía de mercado»14; lo ante-rior se certificó con su ingreso en elConsejo de Europa. El camino hacia laintegración en las instituciones comu-nitarias quedaba expedito, de tal ma-

nera que al principiar la primera déca-da del siglo XXI estos países ingresa-ban en la «tierra prometida» de laUnión Europea.

NOTAS1Para los años vividos bajo el socia-

lismo real, véase MARTÍN DE LAGUARDIA, Ricardo y PÉREZ SÁN-CHEZ, Guillermo Á., La Europa delEste, de 1945 a nuestros días, Madrid,1995, pp. 71-158.

2Véase SOULET, Jean-François, Lamort de Lénine. L’implosion des systèmescommunistes, Paris, 1991, pp. 204-231.

3Cfr. GORBACHOV, Mijail, Peres-troika. «Mi mensaje a Rusia y al mun-do entero», Barcelona, 1990, pp. 149-157.

4Cfr. BRZEZINSKI, Zbigniew, «Lagran transformación», Política Exte-rior, nº 38 (abril-mayo 1994), p. 5.

5Cfr. HELLER, Ágnes y FEHÉR,Ferenc Fehér, El péndulo de la moder-nidad. Una lectura de la era modernadespués de la caída del comunismo,Barcelona, 1994, pp. 197-198.

6Reflexiones sobre la revolución enEuropa, Barcelona, 1991, p. 94.

7GONZÁLEZ ENRÍQUEZ, Car-men, «Peculiaridades de la transiciónhúngara a la democracia. Comparacióncon la transición española», Cuadernosdel Este, nº 8 (1993), p. 74. Dichoscambios también pueden ser presenta-dos como revolucionarios: según Ág-nes HELLER y Ferenc FEHÉR, si «latotalización de la economía y la socie-dad por un Estado totalitario fue unarevolución, ahora está en marcha otrarevolución económica y social»: DeYalta a la «Glasnost», Madrid, 1992, p.271.

8Cfr. FISHKIN, James, Democraciay deliberación. Nuevas perspectivaspara la reforma democrática, Barcelo-na, 1995, p. 120.

9Reflexiones sobre la revolución…,op. cit., 1991, pp. 79-80.

10Siempre teniendo en cuenta las pa-labras de François FEJTÖ, según lascuales, «el aprendizaje, o el reaprendi-zaje, de la democracia, no se realiza sindificultades. Las mentalidades se reve-lan infinitamente más resistentes alcambio que las instituciones»: La findes démocraties populaires. les che-mins du post-communisme, Paris,1992, pp. 516-517.

11Sobre el proceso de ruptura y pos-terior transición en los países del Este,véase PÉREZ SÁNCHEZ, Guillermo

Á., Crisis, revolución y transición en laEuropa del Este, Barcelona, 1999; ytambién MARTÍN DE LA GUARDIA,Ricardo y PÉREZ SÁNCHEZ, Guiller-mo Á., La Europa báltica. De repúbli-cas soviéticas a la integración en laUnión Europea (1991-2004), Madrid,Síntesis, 2010.

12Cfr. VV.AA., La Comunidad Eu-ropea y sus vecinos del Este, Luxem-burgo, 1991, p. 20. En mayo de 1990, yconforme a las previsiones del Plan deAcción aprobado por el G-24 y la Co-misión Europea, fueron incluidos den-tro del Programa PHARE Checoslova-quia, Rumania y Bulgaria, la RepúblicaDemocrática de Alemania y Yugosla-via, aunque la aplicación del Programaa esta último país se suspendió en elotoño de 1991 debido al conflicto béli-co desencadenado en el mismo. En re-lación a lo anterior, véase MARTÍNDE LA GUARDIA, Ricardo y PÉREZSÁNCHEZ, Guillermo Á., La EuropaBalcánica. Yugoslavia desde la Segun-da Guerra Mundial hasta nuestros dí-as, Madrid, 1997.

13Ante las dificultades que presenta-ba el proceso de transformación de losantiguos países comunistas, los diri-gentes de los países más desarrolladosfirmaron, en mayo de 1990, el protoco-lo de constitución del «Banco Europeopara la Reconstrucción y el Desarro-llo» de Europa del Este (BERD), inte-grado en la red PHARE.

14En diciembre de 1991, las Comu-nidades Europeas firmaron acuerdos deasociación con Polonia, Hungría yChecoslovaquia (después Chequia yEslovaquia lo refrendarían en octubrede 1993), que entraron en vigor al messiguiente. En noviembre de 1992, lasComunidades también firmaron dichosacuerdos de asociación con Rumania yBulgaria, que entraron en vigor en mar-zo de 1993 y febrero de 1993, respecti-vamente. En mayo de 1992 la Comuni-dad rubricó una serie de acuerdos co-merciales y de asistencia técnica y eco-nómica, como paso previo a los de aso-ciación, con Albania, Lituania, Letoniay Estonia. Posteriormente, en junio de1995 los países Bálticos firmaron di-chos acuerdos de asociación. De las an-tiguas repúblicas exyugoslavas, laUnión Europea sólo había rubricado unacuerdo de este tipo con Eslovenia enjunio de 1996, después de que estuvie-ra en vigor varios años un acuerdo decooperación global económica y finan-ciera.

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia IX Abierta

En España, el 4 de junio de 2005,Babelia –el conocido suplemento cul-tural de El País– se abría con una en-trevista a Anne Applebaum, que obtu-vo el premio Pulitzer por su historia so-bre los campos de concentración sovié-ticos, iniciados tras la revolución deoctubre de 1917. Más de 3 millones demuertos y 18 millones de esclavos ha-bía sido el resultado del famoso archi-piélago Gulag. Un libro del fotógrafoTomasz Kizny y la reedición de las me-morias del disidente demócrata Ale-xandr Solzhenitsin y Evgenia Ginzburgreabrieron el debate histórico sobre eseterrible aspecto del sistema soviético.

Gulag era el acrónimo de GlavnoiéUpravlenie Lagueréi, es decir Adminis-tración Superior de los Campos, perofue, especialmente, el término que evo-ca todo un sistema de represión y escla-

vitud, no sólo de campos de concentra-ción sino de toda una idea sobre el serhumano y el Estado. Esta catástrofe to-davía es mal conocida entre la pobla-ción rusa y fue negada, ocultada y des-preciada por intelectuales occidentales,siendo comparable al Holocausto nazi,con el cual tuvo muchos puntos en co-mún. También en la URSS hubo deten-ciones, separaciones de familiares,transporte masivo de presos, condicio-nes inhumanas, explotación física ymental, enfermedades, asesinatos, ma-tanzas, persecución a homosexuales,diferentes tipos de prisioneros, estrate-gias para sobrevivir e intentos de fuga.

EL VALOR Y LA DEPENDENCIA SOCIALDE LA IMAGEN

En una sociedad como la del sigloXXI, donde la imagen y lo audiovisual

forman parte imprescindible del siste-ma educativo y de la trasmisión de va-lores, la ausencia de imágenes del Gu-lag soviético había sido clave para ex-plicar por qué la tragedia de millonesde personas en la URSS había mereci-do menos atención que el exterminionazi. En la segunda mitad del siglo XX–y prácticamente hasta nuestros días–se divulgaron por todo el mundo foto-grafías y películas de los campos nazisy de otras tragedias contemporáneas,como los genocidios serbios, pero nose había dado esa circunstancia con loscampos soviéticos. Y lo que no se veno es real; como se dice popularmenteen nuestro país, «si no sales en televi-sión no existes».

En la URSS hubo muchos fotógra-fos y cineastas oficiales pero muy po-cas cámaras en manos privadas, comoocurría en Alemania. Tomasz Kyznyrealizó, en este sentido, un trabajo titá-nico, visitando numerosos archivos yrecopilando imágenes sobre el horrorde los campos de trabajo soviéticos,pero –lógicamente– no se han encon-trado fotografías sobre ejecuciones ma-sivas, de miles de personas famélicas,de todas las terribles circunstancias querelatan las víctimas y los supervivien-tes. Se sabe lo que ocurrió, pero la es-casez de imágenes impide su conoci-miento en la sociedad actual, de ahí laimportancia de libros como el deKyzny, Gulag (Galaxia Gutenm-berg/Círculo de Lectores, 2005). El au-tor se dedicó a recoger testimonios deantiguos prisioneros polacos repatria-dos tras la muerte de Stalin en 1986.Posteriormente, las circunstancias de laperestroika le permitieron viajar por laantigua URSS en busca de testimoniosgráficos y vestigios de un universo deenclaves perdidos y ocultos de la reali-dad soviética: especialmente sobre la

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia X Abierta

MEMORIA HISTÓRICA DE LA URSS: EL GULAG

Por Antonio Manuel Moral RoncalUniversidad de Alcalá-GHPEC

Recreación de un gulag (no se han encontrado muchas fotografías delos Campos)

modalidad comunista de los campos deconcentración.

Contemplar aquellas sombras sa-cando piedras en canteras o abriendocanales faraónicos; imaginar a esos«enemigos de la Unión Soviética»–hombre, mujeres, adolescentes, ancia-nos– trabajando a punta de fusil a trein-ta grados bajo cero, mal vestidos yabrigados, con una dieta alimentariaque rozaba la hambruna diaria, concondenas eternas que, al final, se redu-cían a uno o dos inviernos, pues esa erala esperanza de vida en muchos campa-mentos; a merced de la depravación desus guardianes, estremece el alma a to-do lector de los libros que se han publi-cado al respecto. Si el nazismo impusoel lema «El trabajo os hará libres» a laentrada de sus campos de concentra-ción, el comunismo soviético prefirió«El trabajo es el camino de regreso alhogar» en los suyos. Pocos lograronvolver, porque la mentira es la mejorarma de los injustos.

Las cifras de las víctimas son espe-luznantes: 18 millones de personas pa-saron por el Gulag entre 1929 y 1953,el periodo de mayor actividad, a losque debe añadirse unos 6 millones dedesterrados. Resulta todavía difícilconocer el número de asesinados, alno haber datos fiables y porque resultacomplicado diferenciar entre el núme-ro de víctimas por el trabajo y las ma-las condiciones de vida y el número demasacrados por orden directa de losgobernantes soviéticos. Hubo conti-nuas ejecuciones masivas antes de quelos deportados llegaran a los campos;hubo personas que murieron de ham-bre o de frío, en los trenes que lestransportaban hacia ese infierno, enlos interrogatorios tras ser detenidos,en las cárceles, etc. En todo caso, lacifra son varios millones de seres hu-manos.

Los libros sobre las experiencias delas víctimas y de sus familiares, de losfuncionarios y de los testigos, poco apoco han ido publicándose. En 2005aparecieron las memorias de EugeniaGinzburg, El vértigo, con prólogo deAntonio Muñoz Molina en España.Ginzburg fue grabando en su memoriael discurrir cotidiano de 18 años deatroz cautiverio en distintos campos denombres impronunciables para reme-morarlos en unas memorias cuya pri-mera parte circuló clandestinamentepor Rusia, a modo de obra de culto, através de copias mecanografiadas en

papel carbón. Era una mujer comunistaortodoxa, entusiasta de la Revoluciónde 1917, que nunca se perdonó habercontribuido a levantar un sistema cu-yos horrores hubo de vivir en propiapiel. La autora consigue transportar allector al día a día de los campos, a la in-fraestructura de los mismos. Le haceconocer detalles como la numeraciónde cada persona según el delito por elque había sido castigado, le hace entraren las celdas de castigo y hasta sentir elagotamiento de los duros trabajos físi-cos que se llevan a cabo. Describe losdesoladores pabellones de lactanciadonde niños de 4 años no saben hablar

porque nadie les habla ni se molestapor ellos, hijos de enemigos del pueblo.La autor intenta comprender el porquéde esos campos, sin darse cuenta deque la única lectura posible es la faltade toda lógica de ese sistema.

ERRORES DE APRECIACIÓN MÁSCOMUNES

En la segunda mitad del siglo XX,los intelectuales occidentales se nega-

ron a reconocer el Gulag por varias ra-zones, tantas como personas: para unosporque suponía reconocer que el paraí-so soviético no era tal; para otros por-que interpretaban la denuncia como unapoyo a la burguesía internacional; al-gunos porque ello suponía reconocerque su país, durante la Segunda GuerraMundial, se había aliado con un Estadogenocida y escasamente democrático;hubo incluso universitarios norteame-ricanos que se negaron a reconocer elGulag porque lo consideraron incom-patible con su postura antiReagan en ladécada de los años 80. En España, re-conozcámoslo, se negaba porque, ade-

más, parecía que se estaba dando la ra-zón a la propaganda del franquismo y,por lo tanto, resultaba preferible el si-lencio.

Actualmente, algunos historiadorestodavía creen que el Gulag empezó enlos años 30, pero los campos funciona-ron desde el inicio del régimen bolche-vique. También siguen sin comprenderla dimensión del mismo, los millonesde personas que quedaron afectadas

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LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia XI Abierta

Mapa del famoso archipiélago gulag en la Unión Soviética

«Entre los libros publicados sobre el tema destacan la memorias deEvgenia Ginzburg, El Vértigo, con prólogo de Antonio Muñoz

Molina»

–no sólo las víctimas sino sus familia-res y amigos– y su geografía, al exten-derse los campos por toda la URSS.Tampoco se aprecia en muchos manua-les de Historia Contemporánea el im-portante papel económico que tuvieronlos prisioneros y condenados como au-ténticos esclavos, en la construcción defábricas, explotación de minas, presas,carreteras, tendido ferroviario, que fueclave para el desarrollo de la zona don-de trabajaron.

Por otra parte, los intelectuales occi-dentales no tienen en cuenta el llamado«efecto Gulag», es decir, el daño que fuemás allá de lo que sufrieron los seres hu-manos en un momento concreto de su cau-tiverio. Se provocó un miedo a las institu-ciones estatales, a ser detenido impune-mente, a la policía, a expresarse libremen-te, a los amigos y vecinos, a las denunciasen el trabajo, a las miradas de extraños enla calle o en los medios de transporte, a lavida cotidiana en definitiva.

Para Anne Applebaum todavía exis-tía, a comienzos nuestro siglo, una he-rencia terrible del Gulag en el mundo:los campos de concentración de Coreadel Norte, creados bajo asesoría estali-nista, y en otros países donde la censu-ra y el silencio oficial impiden conocerla realidad carcelaria de la segunda mi-tad del siglo XX y de la actualidad.

LOS SUPUESTOS BENEFICIOSECONÓMICOS

Si para los jerarcas soviéticos, laexistencia de estos campos supuso unincentivo al desarrollo minero, indus-trial y de las comunicaciones, los re-sultados para la sociedad en su conjun-

to no fueron excesivamente importan-tes. A pesar de su insistencia en haberconseguido cubrir las necesidades ma-teriales de sus ciudadanos, en 1988, enla URSS, vivían bajo el umbral de lapobreza unos 41 millones de seres hu-manos (14,5 % de la población), aun-que recientes investigaciones aumen-tan esa cifra considerablemente. Enesa misma época, unos 400.000 ancia-nos vivían en asilos mal atendidos,mientras la demanda de residenciascontinuaba creciendo sin lograr satis-facerse. No era sin embargo un destinomuy seguro, ya que la mitad de ellosmoría en los siguientes dos años a cau-sa de diversas carencias sanitarias ysociales. En 1990 todavía había en pri-sión cerca de un millón de reclusos,mientras tres millones de minusváli-dos no contaban con prótesis necesa-rias y más de un millón de niños care-cían de cualquier tipo de amparo. Lafamosa modernización soviética seapreciaba en que el 20% del PIB segastaba en recursos armamentísticos.Afirmar que en 1991 el régimen sovié-tico se hallaba inmerso en una clarabancarrota económica, social e ideoló-gica no resulta sino la conclusión deuna verdad histórica.

¿Es este el modelo que queremos se-guir en Europa para salir de la crisis ac-tual?

2244 // SEPTIEMBRE 2013 CCDDLL

LA URSS Y EL SOCIALISMO REAL EN EUROPA DEL ESTE

Historia XII Abierta

Prisioneros en Gulag

Cartel publcitario del régimen estalinista

«Para los jerarcas soviéticos, la existencia de los campos

supuso un incentivo aldesarrollo minero, industrial y de las comunicaciones»

CCDDLL SEPTIEMBRE 2013 // 2255Historia XIII Abierta

CCIINNEE EE HHIISSTTOORRIIAACCIINNEE EE HHIISSTTOORRIIAA

Exitoso film ruso, dirigido en 2008 por Andrey Kravchuk, narra cinematográficamente la vida del almi-rante Koltchak, interpretado por Konstantin Khabenskiy, uno de los principales héroes de la flota impe-rial rusa durante la Primera Guerra Mundial y regente de la Rusia controlada por los blancos durante laGuerra Civil (1918-1920), surgida tras el golpe de Estado leninista en octubre. Casado, envió a su familiaa Francia para salvarlos de la represión soviética mientras mantenía un idilio con una mujer casada, espo-sa de otro oficial, interpretada por Elizaveta Boyarskaya. Con guión de Vladimir Valutsky y Zoya Kudr-ya, su música es creación de Gleb Matveychuk.

Una vez comenzada la Primera Guerra Mundial, Koltchak participó en diversas acciones en defensadel Báltico, a cuya flota se hallaba asignado como capitán del buque insignia. Precisamente, el filmarranca con una trepidante escena de acción bélica cuando un buque alemán persigue al comandado porel protagonista a través de un campo de minas. En 1916, a causa de sus actos de heroísmo y habilidades,se convirtió en el más joven vicealmirante de la Armada Imperial y obtuvo el mando de la flota del MarNegro, donde se distinguió nuevamente al lograr controlar este y asegurar los transportes a los ejércitosque combatían en el Caúcaso. Después de la Revolución de febrero de 1917, respaldó al Gobierno Provi-sional Ruso, confiando en que ayudaría a reforzar la moral y continuaría las operaciones militares contra

los Imperios Centrales hasta la victoria. La radicalización de la situación política le hizo, sin embargo, abandonar su mando.Debido a la Revolución de Octubre, la represión comunista y el cierre ordenado por Lenin de la Duma al perder las elecciones de no-

viembre de 1917, Koltchak aceptó convertirse en ministro de Guerra del Gobierno blanco con sede en Omsk. En noviembre de 1918, Kol-chak fue elegido «Gobernante Supremo» de Rusia, tras el asesinato de los zares por los bolcheviques. Pese a sus militares éxitos iniciales,mal apoyado por sus aliados, con un mando militar mal coordinado, tensas relaciones con la Legión Checoslovaca, perdió el apoyo de la po-blación local y de parte de sus propias tropas durante la durísima evacuación del invierno de 1919 a través de Siberia. A finales de ese año,los restos de su Ejército y cientos de miles de civiles se retiraron en desorden para escapar de la ofensiva bolchevique que tomó Omsk ennoviembre. Atrapado en el ferrocarril en la retirada y acosado por revueltas, Kolchak fue arrestado y fusilado por los bolcheviques en febre-ro de 1920.

ANTONIO MANUEL MORAL RONCAL

EL ALMIRANTE

El interés por conocer la vida y costumbres de la República Democrática Alemana (Alemania del Esteen la lengua coloquial) ha sido sujeto de una serie de largometrajes inscritos en diversos géneros. Sin du-da han logrado sorprender a las nuevas generaciones, que desconocen el contexto histórico, económico ysocial de los ya extintos países del telón de acero; pero también han supuesto una forma de entender la co-tidianidad de los mismos para aquellos que vivieron la Guerra Fría en directo y a través de los medios decomunicación.

En el terreno de la comedia es conocida la alemana Goodbye Lenin, en la que a través de un drama fa-miliar se desvela al público la decadencia de la República Democrática Alemana. De este modo se pre-senta la historia de un adolescente llamado Alexander, que tiene que realizar un auténtico montaje paraevitar que su madre, la social-comunista Christiane Kerner, muera de un shock emocional tras un largocoma. Es por ello que presentará el fin de la RDA manipulado, de tal forma que Christiane crea que todosigue igual e incluso que el Este ha triunfado sobre la República Federal Alemana.

Otra película que permite conocer la vida en al RDA, en este caso antes de sus últimos días, es la co-producción britanico-húngara La revolución de la Sra. Ratcliffe. Dirigida por el inglés Bille Eltringham,la producción sitúa al espectador en el entorno de una familia atípica de West Yorshire. El Sr. F.R. Rat-cliffe es un comunista que, en la lucha por su causa política, lleva a toda su familia a la Alemania del Este de 1968, cuando las relacionesOeste-Este seguían en un plano de máxima tensión. En el plano familiar, la Sra Doe Ratcliffe no sólo tendrá que acostumbrarse a las nuevascondiciones de vida, sino que luchará por recuperar su matrimonio y traer la normalidad a su entorno familiar.

Más allá de este contexto, que trae a colación los estereotipos de la familia de clase media británicas y el eterno conflicto de las relacio-nes marido-mujer-hijos, la propuesta de Eltringham es también reflejo del desencanto real de un hombre que creía en la utopía comunista yse encontró con el fallido proyecto de los países del Este. Tampoco es un canto a la vida occidental, de hecho hasta se permiten ironías vin-culadas a los asesinatos de JFK y Luther King JR, pero es cierto que aúna sus esfuerzos en recordar las miserias y la falta de libertades acae-cidas en la RDA.

RICARDO COLMENERO MARTÍNEZ

La revolución de la Señora Radcliffe: una comedia británica sobre la alemania del Este

2266 // SEPTIEMBRE 2013 CCDDLL Historia XIV Abierta

HHIISSTTOORRIIAA YY CCÓÓMMIICCHHIISSTTOORRIIAA YY CCÓÓMMIICC

Puede utilizarse en el aula de Enseñanzas Medias algunas escenas de este comic para explicar el im-pacto de la creación de la URSS en algunos sectores críticos europeos, en la década de los años 20 delsiglo XX. Muchas escenas del mismo se encuentran sueltas en internet.

Este álbum fue la primera historieta oficial del aventurero periodista Tintín y de su inseparable perroMilú, toda una referencia en la historia del cómic europeo del siglo XX. Publicada originalmente entreel 10 de enero de 1929 y el 8 de mayo de 1930 en Le Petit Vingtième, el suplemento juvenil del diariocatólico belga Le Vingtième Siècle, esta primera aventura del genial periodista aparece a un ritmo deunas dos páginas por semana. A pesar de ser la inicial, no por ello fue la menos peligrosa: Tintín tuvoque enfrentarse a los bolcheviques con todas sus fuerzas, pues tenía la intención de contar a sus lectorestoda la verdad sobre la vida en la Unión Soviética. Por ello, desde el principio hasta casi la última pági-na, Tintín será acosado por los agentes de la GPU soviética, los cuales intentarán asesinarlo, encarcelar-lo e incluso incorporarlo a sus fuerzas, tanto a la ida a su país como a su intento de vuelta a Bélgica.

Y en ese torbellino intenso que proporciona al álbum un ritmo trepidante se intercalan escenas cla-ve de denuncia como el engaño que diseñan los soviéticos para mostrar a comunistas ingleses las bon-dades del bolchevismo; la existencia de mendigos; el montaje de las elecciones con listas del partidoúnico bajo la amenaza de las pistolas; la visión de Moscú como un desastre donde los niños mendigos

sólo logran comida si se manifiestan fieles al régimen. Aparece también una denuncia contra el saqueo a los kulaks o campesinos con pe-queñas propiedades y el robo de tesoros artísticos por los líderes del partido. La estructura de algunas escenas se repetirá en aventuras pos-teriores, cuando, por ejemplo, Tintín se enfrente contra los gánsteres de Chicago o contra los militares japoneses invasores de China.

Tintín en el país de los soviets

REGISTRO DE TASADORES DE OBRAS DE ARTEColegio Profesional de Historiadores del Arte

El tasador de obras de arte es un profesional con una formación específica y un conocimiento amplioen Historia del Arte y de las Artes decorativas, así como de los movimientos del mercado; estos conoci-mientos le permiten catalogar y dar valor económico a las obras de arte.

Su trabajo es necesario para contratar un seguro, en repartos de sucesiones o litigios testamentarios,en la transmisión de activos de una empresa a otra, para realizar estudios de la evolución de las inversio-nes, etc.

En este Registro se podrán integrar todos aquellos que reúnan los siguientes requisitos: Ser colegiado y Licenciado en Historia del Arte.Tener una formación complementaria consistente en cursos de formación en tasación de obras de arte con una duración

superior a 300 horas en total, realizados en Universidades o en entidades de reconocido prestigio.El apartado anterior puede ser sustituido por una experiencia profesional demostrada mediante referencias de clientes o

certificación de trabajo realizado.Para formar parte del Registro, deberá solicitarlo haciendo llegar al Colegio el siguiente formulario cumplimentado, adjun-

tando curriculum vitae:

Nombre y apellidos: _______________________________________________________________________________

N.º de colegiado: ___________________________Correo electrónico: ____________________________________

Especialidad: _____________________________________________________________________________________

� Generalista � Muebles � Armas

� Pintura � Artes decorativas � Plata

� Escultura � Numismática � Joyas� Libros

Correo electrónico: [email protected]

LLIIBBRROOSSLLIIBBRROOSS

Nos encontramos ante un estudio reflexivo sobre los oríge-nes del Estado y del pensamiento jurídico-político contem-poráneo, que el autor analiza diseccionando autores tan im-portantes como Nietzsche, Antonio Maura, Hanna Arendt yFriedrich August Hayek. Precisamente, uno de los atractivosdel libro es el desarrollo que el autor hace del concepto deeducación cívica y del liberalismo no doctrinario en quienfue presidente del Gobierno y una de las figuras más impor-tantes del reinado de Alfonso XIII: Antonio Maura. Sus ide-as son una alternativa al modelo neoliberal actual, que deforma cíclica provoca las que denominó triple-C, como com-binación de crisis financiera, crisis económica y crisis decredibilidad en política económica. Sólo con educación cívi-ca, en opinión de este líder conservador, es posible conseguirsociedades más justas y solidarias, donde la cuestión antro-pocéntrica ocupe un lugar preponderante en el pensamientosocial.

Como señala su introductor, el presente volumen es uncompendio de teorías que abarcan desde el nacimiento delEstado en Nietzsche y el culto a los dioses como inicio delpensamiento intelectual, hasta el impulso historiográfico y elconcepto de Historia de España, en aras del primer liberalis-mo, así como una visión crítica de los conceptos de Historia,Contingencia y Responsabilidad en Arendt. El autor, preci-samente, resalta en el pensamiento de esta autora este últimoconcepto, que constituye un factor clave para lograr socieda-des más justas en donde los derechos humanos primen sobrelos meramente económicos. De ahí que tenga sentido intro-ducir la dialéctica entre el pensamiento neoliberal de Hayeky el neokeynesianismo que impera en muchos países occi-dentales y en vías de desarrollo, así como en economíasemergentes como en India, Rusia, China y Brasil. A comien-zos de la segunda década del siglo XXI, el mundo se encuen-tra en una lucha ideológica entre dos modelos alternativos,que pugnan por su implantación en términos de política eco-nómica a aplicar para el logro de mayores niveles de bienes-tar económico y social.

Por todo ello, muchas de las ideas expresadas en estas pá-ginas resultan de latente debate y utilidad para el momentopresente, reflexionando sobre la aportación de experienciasacaecidas en el pasado.

JAVIER PAREDES ALONSO

Francisco Javier González MartínEnsayos sobre el origen del Estado y del liberalismo contemporáneo

Ediciones FIEC-Colección Sapientia, 2012

Según Antonio Maura, «sólo con la Educación es posible conseguirsociedades más justas

y solidarias»

CCDDLL SEPTIEMBRE 2013 // 2277Historia XV Abierta

LLIIBBRROOSSLLIIBBRROOSS

En pleno debate sobre las nacionalidades europeas, esta obra supone una no-table aportación al mismo, la cual consta de dos partes. En la primera se abor-da, desde una perspectiva general, procesos a largo plazo en la formación deidentidades nacionales europeas. Paralelamente, se revisa la evolución delSacro Imperio Romano Germánico, los fenómenos protonacionalizadores enRusia, Suecia, Inglaterra y Francia, en un intento de revalorización de las an-tiguas historias nacionales, desde una perspectiva metodológica renovadadonde se incide más en la historicidad. La segunda parte del libro aborda di-versas identidades confesionales y nacionales: el problema converso en laformación de la Monarquía española, la situación confesional de ciudadesfronteras como Cádiz, la construcción de discursos socio-religiosos, el papelde los colegios menores, los factores lingüísticos en la formación de identida-des nacionales, el papel del teatro, el uso político del «orgullo nacional» en elsiglo XIX y las nociones de Estado y Nación de los carlistas, los últimos de-fensores del Antiguo Régimen.

RICARDO COLMENERO MARTÍNEZ

J.I. Ruiz Rodríguez e I. Sosa Mayor (dirs.)Identidades confesionales y construcciones nacionales en Europa (ss. XV-XIX)

Universidad de Alcalá, Obras Colectivas, 2012

Dentro de la colección de manuales para el estudio de las historias nacionalesde Europa, ha aparecido esta historia de la evolución histórica de Rusia, obradel profesor de la Universidad de Alcalá, Pedro García Martín. El lector reali-zar un recorrido exhaustivo en la formación de la identidad rusa desde el GranDucado de Moscovia hasta el Imperio de los zares. La primera parte se centraen la composición de un país de pueblos diversos con «alma rusa», un mosaicoterritorial cuyas señas de identidad han sido un espacio inmenso y un tiempolargo. Una migración antigua de tribus eslavas, tras su conversión al cristianis-mo, lograron ver nacer el principado de Kiev. La segunda parte dibuja un paisa-je blanco sobre sangre roja. Pues, bajo el amparo de mitos como la Tercera Ro-ma y la Santa Rusia, la dinastía de los Romanov entronizó un régimen autocrá-tico de honda duración en la historia europea. Durante ese proceso, la culturarusa pasó de la ortodoxia de Moscú hasta la vanguardia de San Petersburgo, queconvirtió su literatura y sus bellas artes en universales, pero la crisis de la mo-dernidad y la Primera Guerra cambiaron todo: el Imperio ruso se convertiría enla Unión Soviética, tras una dura guerra civil entre blancos y rojos.

ANTONIO MANUEL MORAL RONCAL

Pedro García MartínLa formación de Rusia

Universidad de Alcalá, textos universitarios de Humanidades

2288 // SEPTIEMBRE 2013 CCDDLL Historia XVI Abierta