Historia Reciente 22

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    25 FASCÍCULOS

    historiareciente1940 | 1950 | 1960  | 1970  | 1980  | 1990 | 2000

    LA RADICALIZACIÓN DE 1972

    LAS PRINCIPALES ALTERNATIVAS: REELECCIÓN PRESIDENCIAL, WILSON FERREIRA Y LÍBER SEREGNI

    DESDE HIROSHIMA A LAS TORRES GEMELAS

    Las elecciones

    de 1971

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    LA REELECCIÓN PRESIDENCIAL Y LA CONSTITUCIÓN DE 1967 P. 7 / DECLARACIÓN DEL MLN-

    TUPAMAROS ANTE LA CREACIÓN DEL FRENTE AMPLIO P. 9 / LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES

    DE 1971 P. 10 / EL ASESINATO DE ROQUE ARTECHE P. 14 / PASCASIO BÁEZ P. 15 / ALDO SOLARI Por

     Javier Bonilla Saus P. 14 / HACER HISTORIA, FLASEAR HISTORIA Por Félix Luna P. 16 / ETUPAMAROS

     Y DERECHOS HUMANOS Por Pablo da Silveira P. 17 / BIBLIOGRAFÍA / P. 19 CONTRATAPA. WILSON Y

    LA REPÚBLICA Por Francisco Faig Garicoïts  P. 20.

    ÍNDICE DEL FASCÍCULO

    Violencia y elecciones

    RECUADROS 

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    Las elecciones de 1971 fueronprobablemente las más críticasde la historia uruguaya. El paísllegó a esos comicios en un climade enfrentamientos y crecientepolarización. Las decisiones y

    acuerdos que definieron las di-ferentes propuestas electoralesse tomaron en medio de secues-tros, atentados, fugas carcelarias

     y violencia represiva.Los terrenos de entendimien-

    to casi habían desaparecido.Todos los actores tenían claro loque los separaba del resto, peropocos recordaban lo que teníanen común. Sin embargo, casi

    todos coincidían en atribuir una

    gran importancia a las eleccionesde noviembre. Aunque por ra-zones diferentes, esos comicioseran vistos como un evento quepodía destrabar el conflicto yllevar al país hacia un escenariomejor.

    El gobierno esperaba recibir

    en las urnas el respaldo popularque le permitiera terminar conla guerrilla y controlar la con-flictividad social. Jorge PachecoAreco estaba llegando al finalde su mandato con un nivel depopularidad relativamente alto

     y se propuso modificar la Cons-titución para poder gobernardurante un segundo período.

    En el Partido Nacional, elsurgimiento de Wilson Ferreira

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    28 de noviembre de 1971:día de desiciones truncaspara los uruguayos.

    Líber Seregni: en el lanzamientode su candidatura a presidente

    por el Frente Amplio.

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    Aldunate como líder político degran arraigo alentó las expecta-tivas de volver al gobierno. Suproyecto consistía en desarrollarpolíticas que apostaran a lastransformaciones y al diálogo,en vez de jugar todas las cartasa la represión.

    En la izquierda, el nacimientodel Frente Amplio y la inmensacapacidad de movilización quese logró generaron en muchosla esperanza de repetir la ex-periencia iniciada por SalvadorAllende en 1970: instalar por la

     vía de las urnas un gobierno deizquierda profundamente trans-formador.

    Pero las elecciones de 1971

    no resolvieron nada. Ni Pache-

    [...] las elecciones de 1971 no resolvieron nada. Ni Pacheco

    ni Wilson Ferreira (los dos candidatos con más respaldo)

    consiguieron llegar al gobierno. La izquierda tuvo un gran

    crecimiento pero quedó lejos del triunfo. El ganador fueun candidato sin votos ni partido, que carecía además de

    convicciones democráticas. Era el peor resultado posible

    y los uruguayos no demorarían en saberlo.

    co ni Wilson Ferreira (los doscandidatos con más respaldo)consiguieron llegar al gobierno.La izquierda tuvo un gran cre-cimiento pero quedó lejos deltriunfo. El ganador fue un can-didato sin votos ni partido, quecarecía además de convicciones

    democráticas. Era el peor resul-tado posible y los uruguayos nodemorarían en saberlo. La vio-lencia política llegó a su máximoen 1972. Ese año la guerrilla fuederrotada, pero los militareshabían decidido no volver a loscuarteles.

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    Violencia y elecciones

    Ñ , pero 1971 rompió todas lasmarcas. Entre comienzos de ese año y eldía de las elecciones (28 de noviembre),el MLN-Tupamaros secuestró al emba-

     jador británico Geoffrey Jackson, al fiscalde Corte Guido Berro, al presidente deUTE Ulysses Pereira Reverbel, al em-presario Ricardo Ferrés, al ex ministroCarlos Frick Davie y al industrial JorgeBerembau. El OPR-33, por su parte,

    secuestró al doctor Alfredo Cambón, alempresario Luis Fernández Lladó y al re-dactor responsable del diario El Día, JoséPereira González. Durante esos meses, elMLN también realizó atentados contradomicilios de empresarios y de jerarcaspúblicos, así como contra salas de cine

     y otros locales.Los grupos de choque de extrema de-

    recha multiplicaban los atentados contradomicilios de personas identificadas conla izquierda (los métodos más usualeseran las bombas de alquitrán y los dis-paros de armas de fuego). Varios de esos

    ataques dañaron las casas de autoridadesde la enseñanza, como el rector ÓscarMaggiolo o el decano de la Facultad deHumanidades, Arturo Ardao. En los li-ceos públicos (especialmente el Bauzá yel Suárez) se habían vuelto habituales lasbandas de militantes de extrema derechaque intimidaban o agredían a militantesde izquierda. La más visible era una or-ganización llamada Juventud Uruguayade Pie, más conocida como JUP.

    El gobierno seguía con su políticade mano dura: practicaba detencionesmasivas, clausuraba medios de prensa ysuspendía las garantías individuales. Lasacusaciones sobre torturas se sucedían

    en la prensa y en el Parlamento. Tambiéneran frecuentes las denuncias de accióncoordinada entre los grupos de extremaderecha y los servicios de seguridad delgobierno.

    El momento más duro del año llegóel 6 de setiembre, cuando ciento seis

    tupamaros escaparon del penal de Pun-ta Carretas. Para el gobierno, esa fugasignificaba perder casi todo lo que sehabía ganado en años de actividad re-presiva. El 9 de setiembre, el presidentePacheco firmó el decreto que ponía enmanos de los militares la lucha contrala guerrilla.

    En ese difícil clima se fueron deli-neando las ofertas electorales. Y todoslos partidos tomaron decisiones que, enconjunto, terminaron por conformar unpaisaje muy distinto al de los comiciosde 1966.

    En el Partido Colorado (es decir, elpartido de gobierno) las dos principalesnovedades fueron el alejamiento de laLista 99 y la decisión de Pacheco delanzarse a la reelección.

    La Lista 99, liderada por Zelmar Mi-chelini, venía teniendo fuertes choquescon el gobierno y con la mayoría delPartido Colorado. Michelini acusaba algobierno de violar la Constitución y laley, y era acusado por varios de sus co-rreligionarios de simpatizar con quienesatentaban contra las instituciones. Afines de 1970, el comité ejecutivo de laLista 99 propuso formalmente a su con-greso la ruptura con el Partido Colorado.La propuesta fue aprobada y, en enero de1971, se firmó el acuerdo que creaba elFrente del Pueblo: una coalición entre laLista 99, el Partido Demócrata Cristiano(PDC) y algunos ciudadanos indepen-dientes. El Frente del Pueblo fue, al igualque el FIdeL, uno de los embriones de losque nacería el Frente Amplio.

    La escisión de la Lista 99 (que ha-bía votado muy bien en las eleccionesanteriores) y muy especialmente el ale-

     jamiento de Michelini, (un senador conalta visibilidad en esos años) fue un golpe

    para el Partido Colorado. Pero el temano recibió demasiada atención, porquela interna empezaba a estar dominadapor el debate sobre la posible reelecciónde Pacheco.

    La propuesta de reelección inmedia-ta del presidente contrariaba una largatradición nacional. Ya la primera Cons-titución, del año 1830, establecía que “lasfunciones del Presidente durarán porcuatro años; y no podrá ser reelegidosin que medie otro tanto tiempo entresu cese y la reelección”. El principio semantuvo en las Constituciones de 1918,

    1942, 1952 y 1967. Generaciones deestudiantes de la Facultad de Derecho

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    La reelecciónpresidencial y laConstitución de 1967

    Art. 152. El Presidente y el Vicepresidentedurarán cinco años en sus funciones, y paravolver a desempeñarlas se requerirá que hayantranscurrido cinco años desde la fecha de sucese. (…)

    Art. 331. La presente Constitución podrá serreformada total o parcialmente, conforme a lossiguientes procedimientos:

    A- Por iniciativa del diez por ciento de losciudadanos inscriptos en el Registro CívicoNacional, presentando un proyecto articulado

    que se elevará al Presidente de la AsambleaGeneral, debiendo ser sometido a la decisiónpopular en la elección inmediata. (…)B- Por proyectos de reforma que reúnan dosquintos del total de componentes de la Asam-blea General, presentados al Presidente de lamisma, los que serán sometidos al plebiscitoen la primera elección que se realice.Para que el plebiscito sea afirmativo en loscasos de los incisos A) y B), se requeriráque vote por “Si” la mayoría absoluta de losciudadanos que concurran a los comicios,la que debe representar cuando menos, eltreinta y cinco por ciento del total de inscritosen el Registro Cívico Nacional.C- Los Senadores, los Representantes y elPoder Ejecutivo, podrán presentar proyectosde reforma que deberán ser aprobados pormayoría absoluta del total de los componen-tes de la Asamblea General. (…)D- La Constitución podrá ser reformada, tam-bién, por leyes constitucionales que requeri-rán para su sanción, los dos tercios del totalde componentes de cada una de las Cámarasdentro de una misma Legislatura. (…)E) Si la convocatoria del Cuerpo Electoralpara la ratificación de las enmiendas, en loscasos de los apartados A), B), C) y D), coinci-diera con alguna elección de integrantes deórganos del Estado, los ciudadanos deberánexpresar su voluntad sobre las reformas

    constitucionales, en documento separado ycon independencia de las listas de elección.Cuando las reformas se refieran a la elecciónde cargos electivos, al ser sometidas alplebiscito, simultáneamente se votará poresos cargos por el sistema propuesto y porel anterior, teniendo fuerza imperativa ladecisión plebiscitaria.

    Art. 77, inciso 5: El Presidente de la Repúblicay los miembros de la Corte Electoral no podránformar parte de comisiones o clubes políticos,ni actuar en los organismos directivos de losPartidos, ni intervenir en ninguna forma en lapropaganda política de carácter electoral.

    habían aprendido de Justino Jiménez deAréchaga que el fundamento de esa deci-sión constitucional era evitar el uso de lainfluencia oficial para lograr un ejerciciocontinuado del cargo que no conviene alrégimen democrático.

    A pesar de esa tradición, el sector

    políticamente más próximo al presidenteentendía que la situación requería unareelección. Las instituciones estaban bajoamenaza y la firmeza de Pacheco era suúltima salvaguarda. Como no había apo-

     yo parlamentario para aprobar una leyconstitucional que fuera sometida a ple-biscito, ni tampoco para convocar a unaConvención Constituyente, se propusousar el otro procedimiento previsto en laConstitución: la ratificación plebiscitariasimultánea a las elecciones nacionales.Para que el plebiscito fuera afirmativo seprecisaba el apoyo de la mayoría absoluta

    de los votantes, siempre y cuando éstosrepresentaran al menos al 35 por cientodel total de inscriptos.

    En julio de 1970 quedó integrada laUnión Nacional Reeleccionista (UNR),conformada principalmente por diri-gentes de la Unión Colorada y Batllista.El 24 de marzo de 1971, el dirigente pa-chequista Raumar Jude manifestaba a ElDiario su confianza en que se superaríael número de firmas requeridas paraconvocar a la consulta. Su pronóstico secumplió. El 14 de mayo se presentaronen el Parlamento más de cuatrocientasmil firmas recabadas por los integrantes

    de la UNR. La cifra era impresionante.Como punto de referencia, había cien milfirmas más que la cantidad de votos queobtendría el Frente Amplio a fines de eseaño. El 25 de agosto, durante un acto enPiedra Alta, Pacheco aceptó públicamen-te el ofrecimiento reeleccionista.

    Pacheco necesitaba un compañero defórmula para su intento reeleccionista, yterminó encontrándolo en el Ruralismo.Los ruralistas le estaban dando un apoyocasi incondicional y muchos eran deorigen blanco, lo que les añadía atrac-tivo electoral. Su primera elección fue

    Federico García Capurro, pero éste noaceptó y sugirió el nombre de Juan MaríaBordaberry. Según narró años después aCésar Di Candia, “le dije que la personaadecuada era Bordaberry, porque erahonrado y podía aportarle unos cuantos

     votos de los que habían pertenecido aChico Tazo”.

    Pero pocos pensaban que Pachecopudiera lograr la reelección. Para lograrlose necesitaban 700 mil votos, y cualquierobservador atento sabía que esa cifraera casi inalcanzable. Lo importante eraentonces definir una candidatura para elcaso de que Pacheco no consiguiera ser

    reelecto. El diario El Día lo expresaba

    claramente en esos días: “al no contarlos continuistas con los setecientos milsufragios necesarios para hacer posiblela reforma constitucional, la nominaciónpara el régimen vigente adquiere granimportancia”. Quien fuera candidato,tenía altas probabilidades de ser el su-

    cesor de Pacheco.El vicepresidente Alberto Abdala

    tenía aspiraciones, pero no contaba conla confianza del presidente. Buscandouna alternativa, Pacheco le ofreció lacandidatura a Manuel Flores Mora, queestaba lejos de sus posiciones políticaspero al que respetaba como un auténticobatllista. Pese a lo atractivo de la oferta,“Maneco” la rechazó. Los nombres deCarlos Pirán, Héctor Giorgi, Glauco Se-govia, Aquiles Lanza y Augusto Legnanipasaron a integrar una lista de posiblescandidatos.

    A mediados de octubre, las personasque formaban el entorno más íntimo dePacheco (entre ellos, Glauco Segovia,Adolfo Castells y Raumar Jude) llegarona la conclusión de que Bordaberry erael mejor candidato. Era un hombre deperfil bajo y sin vocación de liderazgopolítico, de modo que no iba a plantearobstáculos al proyecto de Pacheco de

     volver como candidato en 1976. Su con-dición de dirigente ruralista podía atraer

     votos del Partido Nacional. Además, suimagen de hombre tradicional y honesto(estanciero ‘progresista’ que invertía ensus praderas, católico preconciliar y

     jefe de una familia “a la antigua”) pare-cía adecuada para el electorado que sequería captar.

    También era verdad que Bordaberryestaba lejos de lo que se solía pedir a uncandidato a presidente. Tenía poca expe-riencia como legislador y como miembrodel Poder Ejecutivo (en ese momento sedesempeñaba sin mayor brillo como mi-nistro de Ganadería y Agricultura). Noera un “junta votos”, ni un negociador, niun hombre con capacidad de propuesta,ni alguien familiarizado con la internapartidaria. De hecho, ni siquiera tenía

    una identidad política clara: en 1946,cuando había votado por primera vez,lo había hecho por el colorado TomásBerreta. En 1950 había dado su voto aCésar Mayo Gutiérrez, un batllista deldiario El Día. En 1954 había apoyado aLuis Alberto de Herrera. Con la llegadade Benito Nardone a la escena política,se había integrado a sus filas y había sidoelecto senador en las elecciones de 1962.Pero había abandonado el cargo en 1964,tras el fallecimiento de su líder.Tras un análisis de sus debilidades y for-talezas, la balanza terminó por inclinarsea favor de Bordaberry. El 22 de octubre, a

    primera hora de la tarde, Glauco Segovia

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    1970

    cronología 1970  12 de febrero: el gobierno instala consejosinterventores en Secundaria y UTU. Sonclausurados El Popular, De Frente y BP Color.

      4 de marzo: la comisión permanente del PoderLegislativo levanta las medidas prontas deseguridad.

    5 de marzo: el Poder Ejecutivo reimplanta lasmedidas prontas de seguridad.

      8 de marzo: trece tupamaras se fugan de lacárcel de mujeres.

    salió de una reunión en la que habíanestado presentes Pacheco y sus princi-pales allegados. Ante los periodistas queesperaban, Segovia anunció que Bor-daberry sería el candidato a presidentepor el régimen vigente, y Jorge Sapelli elcandidato a vice.

    La legislación electoral de la épocapermitía que cada partido presentara

     varios candidatos a presi dente, quesumaban votos para competir con los

    partidos rivales pero competían inter-namente entre sí. En total, el PartidoColorado presentó siete fórmulas. Laprimera era la fórmula Pacheco–Bor-daberry, para el caso en que hubierareelección. La segunda era la fórmulaBordaberry–Sapelli, para el caso de queno la hubiera (un mismo votante podíaincluir en el sobre la papeleta a favor dela reforma constitucional, la papeletacon la fórmula Pacheco–Bordaberry

     y la papeleta Bordaberr y–Sapelli) . LaLista 15 presentaba como candidato apresidente a Jorge Batlle, que proponíaun programa económico liberalizador.

    Otras dos fórmulas eran Amílcar Vas-concellos–Manuel Flores Mora y ManuelFlores Mora–Amílcar Vasconcellos

    (existía un acuerdo entre los dos, peroel votante podía elegir a quién colocabaprimero). Luego había dos candidaturasmenores.

    Tras las elecciones de 1966, el PartidoNacional se había ido estructurando encuatro sectores: el Herrerismo tradicio-nal, encabezado por Martín Echegoyen,que se había aliado con el MovimientoPopular Nacionalista de Dardo Ortiz; elMovimiento de Rocha, que hasta 1969

    estuvo presidido por el Dr. AlbertoGallinal y luego tuvo como principalfigura al senador Carlos Julio Pereyra;el Movimiento Herrera-Heber, lideradopor Alberto Heber, y el grupo UniónNacional Blanca (UNB), orientado porWashington Beltrán.

    Este esquema estaba siendo sacudidopor el creciente protagonismo de WilsonFerreira Aldunate, que había sido electosenador por el grupo de WashingtonBeltrán pero en los años siguientes habíaadquirido personalidad propia. Ferreiraera al mismo tiempo una esperanza de

    renovación dentro del Partido Nacional y una fuente de tensiones dentro de laUnión Nacional Blanca.

    El 28 de noviembre de 1970 Ferreirafundó el movimiento “Por la Patria”.El gesto significaba una ruptura conBeltrán, pero al mismo tiempo Ferreiraquiso dar un mensaje apaciguador ypropuso la redacción de un programaúnico a ser aceptado por los diversos

    sectores. De inmediato se constituyó unacomisión encargada de redactarlo, queno llegó a mayores resultados. Mientrastanto, el Directorio resolvió modificar laCarta Orgánica para facilitar la elecciónde autoridades comunes. El gran desaf íode los blancos era mantener la unidad enun momento de polarizaciones.

    En 14 de marzo de 1970 se realiza-ron elecciones internas para designar alas nuevas autoridades partidarias. Sepresentaron dos listas: una liderada porAlberto Heber y otra por el historiadorJuan Pivel Devoto. Heber ganó por un

     voto y pasó así a presidir el Directorio.Heber aspiraba a ser candidato pre-sidencial y multiplicaba sus contactoscon los demás sectores. Pero tambiénWilson Ferreira anunció su postulaciónen un acto realizado el 31 de julio. El9 de noviembre, Ferreira le propuso aCarlos Julio Pereyra (que había recha-zado previamente una propuesta deHeber) la constitución de una fórmulacomún. Las negociaciones concluyeronel 5 de diciembre con un acuerdo entrePor la Patria y el Movimiento de Rochaque se expresó en un programa llamado

    “Nuestro compromiso con usted”. Lafórmula Ferreira-Pereyra presentó treslistas al senado: una encabezada por elpropio Pereyra, otra por WashingtonBeltrán y la tercera, correspondiente almovimiento Por la Patria, liderada porDardo Ortiz.

    “Nuestro compromiso con usted”proponía una serie de transformacionesprofundas, entre las que se incluía unareforma agraria (sobre la que Ferreirahabía trabajado en sus tiempos de minis-tro) y la nacionalización de la banca. Laspropuestas expresaban una voluntad desuperar los conflictos mediante una ac-

    titud abierta y transformadora. Frente ala insistencia pachequista en la represión

     y en el discurso anticomunista, Wilson

    Wilson Ferreira en campaña electoral.

      13 de abril: el MLN-T asesina al comisario HéctorMorán Charquero.

      29 de mayo: los Tupamaros copan el Centro deInstrucción de la Armada.

    31 de mayo: es muerto en tiroteo el tupamaro Hernán

    Pucurull y son heridos varios policías y civiles.  8 de junio: la comisión especial del Senado aprueba por

    unanimidad el informe que da por probada la existencia de torturas en dependencias policiales del Estado.

    4 de julio: el MLN-T mata al agente Armando Leses,

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    custodia en la casa del subjefe de policía de Montevideo.

    21 de julio: ola de atentados con bombas tipo molotovcontra residencias de dirigentes y militantes políticos deizquierda y personas presuntamente vinculadas con elMLN-T.

    28 de julio: los Tupamaros secuestran de su hogar al juezde instrucción de primer turno Daniel Pereyra Manelli.

    31 de julio: los Tupamaros secuestran a Dan AnthonyMitrione y Aloysio Dias Gomide.

    1º de agosto: comunicado del ministerio del Interior

    1970

    autorizando a abrir fuego sin previo aviso sobrecualquier persona sorprendida en actitud sospechosa.

    5 de agosto: el juez Pereyra Manelli es liberado.

      7 de agosto: secuestro de Claude Fly, detención deRaúl Sendic, caída de la dirección del MLN- T.

      9 de agosto: asesinato de Mitrione.  11 de agosto: la Asamblea General autoriza durante

    20 días la suspensión de garantías individualessolicitada por el Poder Ejecutivo.

      13 de setiembre: es atacado con bombas

    Ferreira intentaba hacer una defensaprogresista del orden democrático. Lanueva fórmula blanca concitó la aten-ción de muchos ciudadanos (incluidosmuchos jóvenes) que la vieron como unaoportunidad de renovación.

    Los grupos liderados por Echegoyen

     y Heber empezaron a sufrir los efectos dela atracción que ejercía Wilson Ferreira.En poco tiempo, el líder de Por la Patriacaptó a dirigentes como Walter Santo-ro, Pedro Zabalza (padre del dirigentetupamaro), Héctor Gutiérrez Ruiz yAlberto Zumarán. Para intentar frenar lapérdida de apoyos, Echegoyen y Hebercoincidieron en la necesidad de encon-trar un candidato que propusiera unapresidencia fuerte, decidida a confrontarla guerrilla y la agitación sindical. Si Wil-son Ferreira les cerraba el camino haciael centro, sólo quedaba competir por el

    espacio que ocupaba Pacheco. Pensan-do de este modo, Echegoyen y Heberofrecieron la candidatura presidencial algeneral Mario Aguerrondo. La fórmulaAguerrondo–Heber se proclamó el 1º deoctubre, en un acto celebrado frente almonumento a Luis Alberto de Herrera.La otra gran novedad de las eleccionesde 1971 fue el nacimiento del FrenteAmplio. Por primera vez en la historiadel país, la izquierda había encontradouna fórmula para votar unida. Tambiénconseguía tejer acuerdos con grupossignificativos que se escindían de lospartidos tradicionales. La época de los

    frentes puramente testimoniales, comohasta entonces había sido el FIdeL, sehabía terminado.

    En julio de 1970, la convención delPartido Demócrata Cristiano (PDC)abrió la puerta a la búsqueda de acuer-dos con otras fuerzas políticas y decidiódejar en suspenso la proclamación decandidatos. El 7 de octubre de ese año,

     varias personalidades de izquierda, entrelas que estaban Oscar Bruschera, JulioCastro, Germán D´Elía, Carlos Quijano

     y Héctor Rodríguez, hicieron un llamadodesde las páginas de Marcha a generar

    un acuerdo que sacara al país de la crisisestructural y garantizara el ejercicio delas libertades fundamentales. En enero

    de 1971, el PDC y la Lista 99 crearon elFrente del Pueblo. El 5 de febrero se apro-bó la declaración constitutiva del FrenteAmplio, firmada por esos dos grupos, elPartido Socialista, el Movimiento So-cialista, el Partido Comunista, el FIdeL,un movimiento escindido del Partido

    Nacional y liderado por Francisco Rodrí-guez Camusso, el Movimiento HerreristaLista 58, el grupo “Pregón” (dirigido porla senadora Alba Roballo, provenientedel Partido Colorado), los Grupos deAcción Unificadora (GAU), el PartidoObrero Revolucionario, el MovimientoRevolucionario Oriental y un comitérepresentativo de los ciudadanos quehabían firmado la declaración del 7 deoctubre. Pocos días más tarde se sumó laUnión Popular de Enrique Erro.

    Las fuerzas que conformaban lanueva coalición decidieron darse au-

    toridades comunes. La presidencia delFrente quedó en manos del general LíberSeregni, un militar retirado que había so-nado hasta 1970 como posible candidatodel Partido Colorado. También se acordóque el Frente Amplio se presentaría alas elecciones bajo el lema del PDC, quecumplía con las condiciones legales parapermitir la acumulación por sublemas.Paralelamente se inició una fuerte cam-paña de organización y de movilización

    que tenía como pieza clave a los reciéncreados Comités de Base.

    El Frente Amplio presentó unas“Bases programáticas de la unidad”que combinaban una fuerte afirmacióndemocrática (plena vigencia de las liber-tades y de las garantías constitucionales y

    legales), algunas ideas de cuño desarro-llista que eran básicamente una radica-lización de las propuestas de la CIDE yla CEPAL (reforma agraria, fomento delcooperativismo, nacionalización de labanca, de los grandes monopolios y delcomercio exterior) y una retórica de clarocuño izquierdista (el programa se definíacomo “antioligárquico y antiimperialista,popular y nacional”). Pero, a diferenciade lo que había hecho la Unidad Popularen Chile, el programa de gobierno delFrente Amplio no proponía la instalacióndel socialismo.

    El carácter transformador pero nosocialista del programa del Frente Am-plio llevó a que los tupamaros discutieransi merecía su apoyo o no. Finalmentedecidieron dar un apoyo crítico, en elentendido de que un gobierno frentistasería una etapa de transición hacia lasociedad socialista. Una vez definida laestrategia, la dirección del MLN-Tupa-maros decidió crear el Movimiento 26de Marzo como grupo legal dentro de

    Declaración del MLN-Tupamarosante la creación del Frente Amplio

    (…) No creemos, honestamente, que en el

    Uruguay, hoy, se pueda llegar a la revolución

     por las elecciones. No es válido trasladar la

    experiencia de otros países. En el Uruguay de

     hoy, la radio, la televisión, y el 90% de la prensa

    escrita están en poder de los capitalistas, y el

    100% está censurada. El gobierno determina

     lo que se puede informar y lo que no. Los

    oligarcas son los que detentan los ingentes

     medios económicos para financiar las costosas

    campañas electorales (...) Todo esto impide

    que se pueda hablar de una libre expresión

    de los ciudadanos, de libertad de votos.

    (…) El MLN-T entiende positivo que se forje una

    unión de fuerzas populares tan importantes, aun-

    que lamenta que esta unión se haya dado preci-

     samente con motivo de las elecciones y no antes.

    (…) Consideramos conveniente plantear nues-

    tro apoyo al Frente Amplio. (...) Lo hacemos en

    el entendido de que su tarea principal debe

     ser la movilización de las masas trabajadoras

     y de que su labor dentro de las mismas no

    empieza ni termina con las elecciones (...) La

     lucha armada y clandestina de los tupamaros

     no se detiene.

    1970

    incendiarias el domicilio del hermano delministro de Relaciones Exteriores, JuanCarlos Peirano Facio.

    14 de setiembre: atentado contra el depósitode la textil Sudamtex, contra Press Wireless ycontra Harvester por parte del MLN-T.

      18 de setiembre: se aprueba la ley queestablece sanciones para aquellos que noconcurran a votar.

      29 de setiembre: atentado contra el Bowlingde Carrasco por parte del MLN-T.

    1970

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    7 de octubre: Óscar Bruschera, Héctor Rodríguez,Germán D´Elía, Carlos Quijano y Julio Castro,entre otros, firman una declaración convocando agenerar un acuerdo político de izquierda.

    8 de octubre: ola de atentados del MLN-T contraCoca- Cola, Panamerican y General Electric y los

    editores de varios diarios.13 de noviembre: asalto del MLN-T a la CajaNacional de Préstamos Pignoraticios.

    28 de noviembre: Wilson Ferreira funda elmovimiento Por la Patria.

      5 de diciembre: acuerdo entre Por la Patria y elMovimiento de Rocha.

    14 de diciembre: el Poder Ejecutivo levantalas restricciones para el funcionamiento de lasorganizaciones políticas.

    1971  8 de enero: el MLN-T secuestra al embajadoringlés Geoffrey Jackson.

      11 de enero: el Ejecutivo solicita al Legislativo lasuspensión de garantías individuales.

      5 de febrero: se forma la coalición de izquierdaFrente Amplio.

      21 de febrero: es liberado Dias Gomide.

    2 de marzo: la policía encuentra un completoarchivo del MLN-T con fichas individuales deintegrantes de la policía y las Fuerzas Armadas.

      7 de marzo: es liberado Claude Fly.

      10 de marzo: el MLN-T secuestra al fiscal deCorte Guido Berro Oribe.

      16 de marzo: el Ejecutivo solicita al Legislativo lasuspensión de garantías individuales.

      23 de marzo: es liberado Guido Berro Oribe.

    970

    la coalición y apoyar la lista encabeza-da por Enrique Erro. Con los recursosaportados por el MLN, el Movimiento26 de Marzo consiguió editar un perió-dico (La Idea) y una revista (Cuestión).También logró integrar a su dirección a

    un grupo de intelectuales prestigiososentre los que estaban Mario Benedetti,Domingo Carlevaro y Daniel Vidart. Proel liderazgo efectivo quedó en manos delos hombres puestos por el MLN-Tupa-maros: Washington Rodríguez Belletti

     y Kimal Amir.Los Tupamaros especificaron en un

    documento las medidas que, a su juicio,debía adoptar un gobierno de izquierda.

    Esas medidas incluían la reforma agraria y la expropiación de todo emprendi-miento que hubiera alcanzado ciertotamaño: los “grandes establecimientosganaderos, grandes plantaciones ygrandes tambos”, las “grandes fábricas”,los “grandes supermercados, almace-

    nes, tiendas y mercados de carne” y losinmuebles de los “grandes propietariosde viviendas”. También se proponía laestatización del comercio exterior, delahorro y del crédito, y la expropiación sinpago de indemnización de las “grandesindustrias, comercio y bancos” en poder“total o parcial” del capital extranjero. Elobjetivo final era establecer un régimende economía central planificada.

    Campaña dura, resultadodebatidoEl año electoral terminó con la estabi-lidad económica que había logrado elgobierno de Pacheco. La producción ylas exportaciones cayeron, la inflación

    se elevó al 6 por ciento mensual en elúltimo trimestre de 1971, el déficit fiscalllegó al 30 por ciento de los egresos y elendeudamiento externo superó en un 41por ciento al de 1968. La desocupaciónaumentó al 7,6 por ciento de la poblaciónactiva. Pero el salario real se mantuvo un16 por ciento por encima del de 1968 yel monto de la jubilación media habíaaumentado un 61 por ciento en relacióna la de ese año.

    Pese a que los Tupamaros redujeronsus acciones para no perjudicar electo-ralmente al Frente Amplio, y pese a que

    el gobierno levantó las restricciones alfuncionamiento de las organizacionespolíticas, la campaña electoral se desa-rrolló en un clima de violencia. Casi adiario se reportaban atentados contralocales de todos los partidos. Tambiéneran frecuentes los enfrentamientosentre militantes frenteamplistas y sim-patizantes pachequistas. Dos personasdesaparecieron durante la campaña:Abel Ayala (estudiante y funcionario desanidad policial) y Héctor Castagnetto(que tenía dos hermanas procesadaspor integrar el MLN). También huboataques con armas de grueso calibre y

    explosivos contra domicilios de militan-tes de izquierda. El 7 de noviembre, losintegrantes de la fórmula presidencial delFrente Amplio llegaron al departamentode Rocha. En la ciudad de Castillos, elómnibus en el que viajaban Líber Seregni

     y Juan José Crottogini (su compañero defórmula) fue atacado a balazos. Uno delos disparos hirió de muerte a un niñode once años.

    A diferencia de lo que ocurría a prin-cipios de los años sesenta, ahora existíauna violencia organizada de izquierda

     y una violencia organizada de derecha.

    El país vivía bajo medidas prontas deseguridad.Gran parte de la campaña electoral

    giró en torno a la figura de Pacheco y a

    Los resultados

    de las elecciones de 1971

    PARTIDO COLORADO  681.624 41,5

    JUAN MARÍA BORDABERRY 379.515 22,8

    JORGE BATLLE 242.804 14,6

    AMÍLCAR VASCONCELLOS 48.844 2,9

    OTROS Y AL LEMA 10.461 0,6

    PARTIDO NACIONAL  668.822 40,2

    WILSON FERREIRA 439.649 26,4

    MARIO AGUERRONDO 228.569 13.7OTROS Y AL LEMA 604 0,0

    PARTIDO DEMÓCRATA CRISTIANO

    (FRENTE AMPLIO)  304.275 18,3

    LÍBER SEREGNI 1.171.020

    FIDEL (INCLUYE P. COMUNISTA)  100.211 6.0

    FRENTE DEL PUEBLO (PDC Y LISTAS 99 Y 88)  439.649 26,4

    PATRIA GRANDE (ERRO)  70.944 4,3

    FRENTE SOCIALISTA (INCLUYE P. SOCIALISTA)  439.649 26,4

    OTROS 4.457 0,3

    UNIÓN RADICAL CRISTIANA 8.844 0,5

    DANIEL PÉREZ DEL CASTILLO 439.649 26,4

    TOTAL 1.663.565 

    LEMA SUFRAGIOS % SOBRE EL TOTAL

    Fuente: Banco de Datos, Área Política y Relaciones Internacionales, FCS-Udelar.

    Renovación de todos los cargos [28/11/1971]

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    1971

    26 de marzo: proclamación de la candidatura deSeregni a la presidencia de la República.

    30 de marzo: el MLN-T secuestra por segunda veza Ulises Pereira Reverbel.

    13 de abril: el MLN-T secuestra al empresarioRicardo Ferrés.

    21 de abril: el MLN-T intenta secuestrar al dirigenteruralista Juan José Gari.

    3 de mayo: se inicia la campaña de Wilson Ferreiracon un discurso televisado.

    1971

    la reforma constitucional. Un punto dedebate particularmente intenso era laconstitucionalidad del intento reeleccio-nista. Quienes lo criticaban decían queel día de las elecciones estaría vigente laConstitución anterior, y que esa Consti-tución prohibía la reelección inmediata:

    la reforma podía intentarse, pero de seraprobada sólo podría aplicarse a partir delos siguientes comicios. Quienes defen-dían el intento apelaban al artículo 331del texto constitucional. Su argumentoera contundente, porque en el inciso E)de ese artículo está expresamente pre-

     vista la posibilidad de que se modifiqueel régimen electoral el mismo día de laselecciones.

    Pero, aun aceptando que el intentode reforma fuera constitucional, lamanera en que se quería lograrlo no loera. Casi toda la publicidad electoral del

    oficialismo tenía a Pacheco como centro.Los reeleccionistas lo presentaban comoun líder natural que tenía la autoridadnecesaria para poner orden. Una foto decampaña lo mostraba con una camisa decuello abierto, un poncho en la mano,botas y un pie sobre una roca. Bordabe-rry apenas figuraba. El 22 de noviembre,Pacheco pronunció un discurso de fuertetono electoral que fue retransmitido elmiércoles y viernes previos a las eleccio-nes. Todo eso transgredía la disposiciónconstitucional que prohíbe al presidentetoda actividad partidaria.

    En el Partido Nacional, Wilson Fe-

    rreira y su renovado programa políticoconcitaban casi toda la atención. La giraelectoral por el interior lo consolidó comolíder partidario. Ferreira era un oradorque cautivaba a su audiencia y movilizabala tradicional emotividad blanca. Un spottelevisivo lo mostraba en el monumentoa Aparicio Saravia, con la bandera na-cional detrás y diciendo: “¡Ordene, migeneral!”.

    El Frente Amplio consiguió un nivelde movilización como la izquierda uru-guaya nunca había tenido antes. La red deComités de Base y la militancia aportada

    por los partidos permitieron cubrir Mon-tevideo y varias ciudades del interior conmensajes políticos transmitidos mediantepintadas, volantes y “pegatinas”. Seregni

    14 de mayo: el MLN-T ataca a balazos en lapuerta de su residencia al empresario Alfredo RaúlDeambrosis. Se presentan en el Parlamento lasfirmas recabadas por los integrantes de la UniónNacional Reeleccionista.

      15 de mayo: atentado del MLN-T contra el Cine Lutecia.

      16 de mayo: el MLN-T secuestra al ex ministroCarlos Frick Davie.

    20 de mayo: atentados del MLN-T contra el Cine Rexy contra la casa-quinta de Jorge Peirano Facio, enColón.

    no tenía el carisma de Ferreira peroconseguía transmitir una imagen de fir-meza, honradez y compromiso. Su estilotambién le permitía actuar como figuraaglutinadora de una coalición que teníauna gran heterogeneidad interna.

    El acto de cierre de campaña delFrente Amplio, en la entonces llamadaAvenida Agraciada (hoy Avenida del Li-bertador) fue el acto político más grandeque se había realizado hasta entoncesen el país. La enorme concurrencia hizo

    creer a muchos (tanto dentro del Frentecomo afuera) que era posible una victoriaelectoral de la izquierda. En realidad, loque mostró ese acto fue que una propor-ción muy alta de los votantes frentistaseran ciudadanos movilizados capaces desalir a la calle. Los partidos tradicionalestenían una mayor proporción de sim-patizantes que no estaban dispuestos aparticipar de movilizaciones, pero igual

     votaban.El día antes de las elecciones hubo un

    intento de contrarrestar el acto de cierrede la izquierda mediante la organización

    de una “Caravana de la Democracia”.Convocada por dirigentes blancos ycolorados, la movilización también tuvoun alto número de participantes. Pero

    Wilson Ferreira pidió a sus seguidoresque no participaran y mostró su molestiacuando la caravana pasó frente a su casa

     y lo saludó con bocinazos. Para Ferreira,esa manifestación de signo puramentenegativo, centrada en consignas queexpresaban un anticomunismo primi-tivo, era exactamente lo que no habíaque hacer.

    El 28 de noviembre, las mesas recep-toras de votos se abrieron en un climacargado de tensión. Era la primera vez en

    la historia del país que se habían estable-cido sanciones para quienes no votaran.La obligatoriedad del voto estaba con-sagrada en la Constitución desde 1934,pero las sanciones sólo se establecieronen una ley del 18 de setiembre de 1970.Para el oficialismo, se trataba simple-mente de cumplir con la Constitución.Para la oposición, era una maniobrade Pacheco para forzar el voto de una“mayoría silenciosa” que sentía temorante el crecimiento de la izquierda. Laselecciones de 1971 también fueron lasprimeras en las que, según lo establecido

    en la Constitución de 1967, pudieron votar los soldados de línea.El desarrollo de los comicios fue

    complicado. Muchos circuitos tardaron

    Los uruguayos concurrieron masivamente a votar en 1971.

      7 de junio: segundo atentado contra el domiciliodel rector de la Universidad, Óscar Maggiolo,y primero contra el domicilio del decano de laFacultad de Humanidades, Arturo Ardao.

    23 de junio: la OPR-33 secuestra al Dr. AlfredoCambón.

      12 de julio: el MLN-T secuestra al industrialJorge Berembau.

      14 de julio: la Asamblea General decide levantarlas medidas prontas de seguridad.

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      18 de agosto: la OPR-33 secuestra al empresario LuisFernández Llado.

      25 de agosto: se inicia la campaña reeleccionista dePacheco.

    6 de setiembre: fuga masiva del penal de PuntaCarretas.

    9 de setiembre: liberación del embajador Jackson.Por decreto, el Poder Ejecutivo dispone que losmandos militares asuman la conducción de la luchaantisubversiva.

    17 de setiembre: Acto de Wilson Ferreira en Maroñas.

      1º de octubre: primer acto de la fórmula MarioAguerrondo- Alberto Heber.

      20 de octubre: el gobierno hace una exposiciónde material incautado por la policía en locales dela Universidad de la República.

      23 de octubre: la OPR-33 secuestra a JoséPereira González.

      7 de noviembre: atentado contra el ómnibusdonde viajaba Líber Seregni en Rocha.

      27 de noviembre: “Caravana de la Democracia”compuesta por ciudadanos blancos y colorados

    15 de julio: Pacheco reimplanta las medidas prontasde seguridad.

    17 de julio: el tupamaro Raúl Bidegain Greissing seescapa del penal de Punta Carretas.

    30 de julio: 38 guerrilleras se escapan de la cárcelde mujeres.

    4 de agosto: la OPR-33 pone bombas que destrozanel local central de la Unión Colorada y Batllista, en lacalle Mercedes 1319.

    6 de agosto: disparos contra 7 locales del FrenteAmplio.

    en ponerse en funcionamiento. Duranteel día se multiplicaron las acusaciones deun lado y de otro, que hablaban de des-trucción de listas y ataques a las mesasreceptoras. El horario de votación debióprolongarse hasta las 11 de la noche.

    Cuando empezó el conteo de votos,las dificultades se hicieron más serias.Eso se debía en parte a lo complicadode la operación, porque se estaba reali-zando simultáneamente un referéndumconstitucional y elecciones generales.

    Un mismo votante podía llegar a ponerhasta siete hojas en el sobre. Solamenteen Montevideo se habían registrado 272hojas de votación diferentes.

    A estas dificultades inevitables se su-maron incidentes que reflejaban el climade tensión que se vivía. Los delegadosde los partidos y de la Corte Electoralno se ponían de acuerdo en los criteriospara el escrutinio. En algunos circuitos,los delegados decidieron no hacer elrecuento al no haber acuerdo sobre elprocedimiento. Hubo denuncias de cir-cuitos que no entregaron el acta al Minis-

    terio del Interior tras haber concluido elescrutinio. En otros sitios, simplementehubo apagones que interrumpieron elconteo.

    La lenta llegada de los resultadosfue delineando el resultado. Dos cosasestuvieron claras desde temprano. Laprimera era que la reelección había fra-casado. Los reeleccionistas habían tenidoun gran éxito al recolectar inicialmente400 mil firmas, pero luego tuvieron difi-cultades para ampliar ese apoyo. Segúnlas cifras finales, la reforma que hubierapermitido un segundo gobierno dePacheco obtuvo 491.680 votos. Era unacantidad muy inferior a los 700 mil sufra-

    gios que se necesitaban, pero también erauna confirmación del arraigo popular delpresidente: ningún otro candidato de losque participó en las elecciones de 1971alcanzó esa cifra.

    Lo segundo que estuvo claro es que,contra las expectativas generadas alfinal de la campaña, el Frente Ampliohabía quedado muy lejos de la victoria.El escrutinio final reveló que habían

     votado por la coalición 304.275 uru-guayos. Muchos militantes frentistas

     vivieron con decepción este resultado,pero en realidad se trataba de un gran

    éxito. En solo cinco años, la izquierdahabía pasado de recibir menos del 7 porciento de los votos a recibir más del 18por ciento. Era la mejor votación en la

    historia de la izquierda uruguaya y elmayor crecimiento relativo en la historiaelectoral del país. Además se había pro-ducido otro hecho histórico: el FrenteAmplio había superado el 30 por cientode los votos en Montevideo, lo que loconvertía en la segunda fuerza electoral

    de la capital. Pero muchos frentistas sesintieron frustrados porque habían dadopor seguro que ganarían la Intendenciade Montevideo

      El lunes 29, antes de que se co-nocieran los resultados primarios, elDirectorio del Partido Nacional sostuvoque había irregularidades y denuncióla desaparición de 90 urnas. La CorteElectoral desmintió el hecho y siguióadelante con su trabajo. El martes 30 seconocieron los resultados del escrutinioprimario: el Partido Colorado estaba enprimer lugar con 575.690 votos, contra

    565.556 del Partido Nacional. La diferen-cia era inferior a 10 mil votos y quedaban200 mil votos observados por escrutar.Estaba claro que la competencia estabaentre Wilson Ferreira y Bordaberry, perola diferencia era tan exigua que no sepodía aventurar un resultado.

    Las semanas siguientes fueron deenorme tensión. El 1º de diciembre, elDirectorio del Partido Nacional conti-nuó con la denuncia de irregularidades

     y retiró su confianza al ministro delInterior. El 30 de diciembre, WilsonFerreira Aldunate denunció que existíanmás votos que votantes. Poco después, el

    Directorio del Partido Nacional pidió laanulación el acto electoral por ausenciade garantías. La Corte Electoral deses-timó la solicitud el 27 de enero. Al díasiguiente, el Partido Nacional retiró susdelegados ante la Corte.

    Llegado el mes de febrero, la CorteElectoral proclamó a Bordaberry comotriunfador de las elecciones. El PartidoColorado había recibido 681.624 votos,contra 668.882 del Partido Nacional. Ladiferencia era inferior al 1 por ciento.Wilson Ferreira había recibido muchosmás votos que Bordaberry (439 contra

    379 mil), pero los sub-lemas minoritariosdentro del Partido Colorado habían vota-do mejor que los sub-lemas minoritariosdentro del Partido Nacional .

    Zelmar Michelini y Alba Roballo: dos dirigentes colorados en la conformación del Frente Amplio.

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    1971

      30 de diciembre: el Poder Ejecutivo clausura deldiario El Eco.

    30 de diciembre: Ferreira Aldunate denuncia quehubo más votos que votantes en las eleccionesde noviembre.

      31 de diciembre: toma del aeropuerto militar dePaysandú, ocupación de Radio Faro del Litoral,

     toma del poblado de Constancia en Paysandú por elMLN-T.

    1972  27 de enero: el MLN roba de armas en la estancia“San Ramón”.

    El resultado era el peor esperable:Bordaberry había sido electo sin contarprácticamente con apoyos políticos. Losdos candidatos que habían recibido unclaro respaldo popular habían perdido.Para peor, la legitimidad del resultadoestaba afectada por sospechas de frau-

    de. Ni Wilson Ferreira ni Carlos JulioPereyra creyeron nunca en la justiciadel escrutinio.

    ¿Fue efectivamente fraudulento elresultado de 1971? Aun a la distancia,la pregunta es difícil de responder. Laacusación de que hubo más votos que

     votantes es cierta, pero el hecho pudoocurrir sin que hubiera maniobras deli-beradas. La mecánica del escrutinio eramuy compleja. Un votante podía poneren su sobre la papeleta del “Sí” a la refor-ma, una lista de candidatos nacionalespara el caso de que hubiera reelección,

    una lista de candidatos municipales parala misma hipótesis, una lista de candi-datos nacionales para el caso de que nohubiera reforma y una lista para candi-datos municipales en ese escenario (siprefería votar al lema, las cosas todavíapodían complicarse). Las distintas listasde un mismo sector tenían númerosmuy parecidos entre sí. Por ejemplo,el pachequismo usaba la lista 123 paralas autoridades nacionales en el caso deque hubiera reforma, la lista 1123 paracargos nacionales en el caso de que no lahubiera, la lista 223 para las autoridadesmunicipales con reforma y la 2123 para

    las municipales sin ella. Si alguien poníados listas iguales (por ejemplo, dos lis-tas para cargos nacionales sin reformaconstitucional), quienes participaban delescrutinio debían estar muy atentos parapercibirlo. Y una vez que las listas erancolocadas sobre la pila correspondiente,

     ya no había manera de detectar el error.El escrutinio de 1966, en el que tambiénse plebiscitaron reformas constituciona-les, había sido más sencillo porque lashojas que elegían a los miembros de uncolegiado eran fácilmente distinguiblesde las que elegían un presidente.

    En las semanas posteriores a laselecciones se realizaron otras denunciasque hacen más probable la existencia demaniobras. En el Cilindro Municipal se

    contra una eventual victoria del Frente Amplio.

    28 de noviembre: elecciones nacionales y plebiscitoconstitucional. Es electo Juan María Bordaberry.

    1º de diciembre: el Directorio del Partido Nacionaldenuncia graves irregularidades en el escrutinio yretira su confianza al ministro del Interior.

    13 de diciembre: atentado a balazos contra eledificio en donde vive Wilson Ferreira.

    14 de diciembre: por decreto se prohíbe laimpresión, distribución, comercialización y/o difusión

    de publicaciones, libros, folletos, revistas, etc.en los que se traten los temas de la violenciaarmada.

    17 de diciembre: se aprueba el Decreto25048, que crea la Junta de Comandante enJefe de las FFAA y el Estado Mayor Conjunto

    (ESMACO).  21 de diciembre: el MLN-T asesina al peón

    Pascasio Báez

      22 de diciembre: es incendiada la sede delClub del Golf de Punta Carretas.

    encontraron urnas sin vigilancia ni pre-cinto, y al menos en un terreno baldíose encontraron contenidos de urnas quenunca llegaron a la Corte. También huboproblemas con algunas urnas trasladadasdesde el interior. Todo esto hace muy

     verosímil la existencia de maniobrasdeliberadas, pero queda la cuestión desaber si fueron suficientes para alterarel resultado.

    Treinta años después de aquellos he-chos, nuevos datos parecieron confirmarla existencia de un fraude. El 6 de mayode 2002, el gobierno de Estados Unidosdesclasificó un conjunto de documentosque correspondían a la presidencia de Ri-chard Nixon. Uno de ellos, redactado porel entonces secretario de Estado HenryKissinger, mencionaba una conversaciónentre Nixon y el primer ministro británi-

    co Edward Heath. Durante esa charla, elpresidente estadounidense habría dichoque “los brasileños ayudaron a amañarla elección uruguaya”. El hecho provocó

    reacciones inmediatas. Mientras el expresidente Bordaberry descalificó ladenuncia, varios allegados a WilsonFerreira Aldunate la vieron como unaconfirmación de sus sospechas.

    Pero ese dato no puede ser conside-

    rado una prueba definitiva. En primerlugar, si efectivamente hubo fraude,es lógico pensar que fue cometido poruruguayos. Cualquier intervención debrasileños hubiera sido muy difícil deocultar. Nixon, por su parte, no es unafuente demasiado confiable: su paranoia

     y su fascinación por las conspiracioneslo hacían ver operaciones secretas aundonde no las había. Finalmente, se sabeque los informes de inteligencia debenser tomados con prudencia: es frecuenteque oficiales de inteligencia se atribuyanresultados en los que no tuvieron ningu-

    na incidencia, con el fin de mejorar supropia imagen ante sus superiores.Probablemente los uruguayos nunca

    sepamos si el resultado de las eleccio-

    Juan María Bordaberry. A su derecha, su mentor politico Jorge Pacheco.

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    nes de 1971 fue fraudulento, aunque sísabemos que hubo importantes irregu-laridades. De todas maneras, aunque elresultado final haya sido genuino, fue elpeor que podía ocurrir. Uruguay teníaun presidente sin apoyo, sin capacidadnegociadora y sin convicciones demo-

    cráticas.

    El fin de la tregua y el nuevogobiernoLos tres meses que corrieron entre eldía las elecciones y el momento en queasumió Bordaberry fueron críticos parael país.

    El 17 de diciembre, el gobierno creópor decreto la Junta de Comandanteen Jefe y el Estado Mayor Conjunto(ESMACO). La Junta de Comandantescumplía funciones de asesoramiento

    al presidente. El ESMACO, creado “atítulo experimental”, era un “órgano deestudio, asesoramiento, coordinación yplanificación necesarios a los fines de laSeguridad y Defensa nacionales”.

    Aunque la ciudadanía no lo sabíaentonces, la creación del ESMACO erael reconocimiento oficial de un grupode trabajo que había sido creado mesesantes por el general Gregorio Álvarez. Elgrupo se venía reuniendo en la Escuelade Armas del Ejército, ubicada en Cami-

    no Maldonado, y aspiraba a ser la usinade ideas de las Fuerzas Armadas. Ya acomienzos de 1971, Álvarez había escritobajo seudónimo un texto en el que afir-maba: “Las fáciles y tendenciosas acep-ciones que se han dado a las expresionesde ‘Ejército civilista’ y ‘El Ejército debe

    dedicarse a sus funciones específicas’,no nos apartan de la responsabilidad de

     velar por los intereses comunes del país.Y si la salida está en el desarrollo, osamosparafrasear a Clemenceau, establecien-do que el desarrollo es un asunto muydelicado para dejarlo en manos de loseconomistas”. Los militares ya no pen-saban solamente en ofrecer seguridadsino en impulsar políticas de desarrollo.La lógica golpista se había puesto enfuncionamiento.

    A fines de 1971, el MLN-Tupamarospuso fin a la tregua electoral. El 21 de

    diciembre, un comando que realizabaacciones en el interior asesinó al peónrural Pascasio Báez, que había encon-trado accidentalmente una “tatucera”. Aldía siguiente fue incendiada la sede delClub del Golf de Punta Carretas. El 31de diciembre, la denominada “ColumnaLeandro Gómez” del MLN ocupó RadioFaro del Litoral de la ciudad de Paysandú,un aeropuerto militar situado a tres kiló-metros y el poblado Constancia, distantediez kilómetros de la capital sanducera.

    Desde la radio emitieron una declaraciónde guerra: “Queda claro que este caminose reemprende porque el gobierno noda ni quiere otra salida. Queda, pues,exclusivamente sobre sus hombros laresponsabilidad de haber desencadenadoesta guerra civil. Y en esta guerra van a

    temblar, porque el pobrerío no tiene otracosa que perder en esta batalla que unhambre muy vieja, y ustedes, los ricos,

     van a dormir inquietos”.En enero de 1972, los Tupamaros

    asaltaron una comisaría de Montevideo y trataron de secuestrar al propietariode Radio Montecarlo y Canal 4. El 13tomaron la comisaría de Soca, se apro-piaron de armamento y mataron a dospolicías: el oficial ayudante Juan ManuelMolinari y el agente Sagunto Sánchez.También hirieron al agente José AlbertoGonzález Trías y a un civil llamado Luis

    Ballatín. El 24 de febrero secuestraronal fotógrafo policial Nelson Bardesio,a quien acusaban de ser un agente dela CIA. En ese mes también atentaroncontra el comisario José Pedro Macchi yatacaron a una patrulla militar que hacíaun control carretero.

    La violencia de extrema derechatambién se hizo sentir en ese verano.El 28 de febrero, cerca de La Tablada,apareció el cadáver de Íbero Gutiérrez,un estudiante de 22 años que militaba enel Frente Amplio. Había desaparecido desu casa dos días antes y no se había vueltoa saber de él. Quienes lo asesinaron de

    trece balazos dejaron sobre su cuerpo uncartel: “Vos también pediste perdón. Balapor bala. Muerte por muerte. ComandoCaza Tupamaros”.

    Cuando Juan María Bordaberryasumió la presidencia el 1º de marzo de1972, recibió un país muy distinto delque habían recibido sus predecesores. ElMLN se había declarado en guerra conel gobierno y multiplicaba sus acciones.En los primeros cuatro meses de la nue-

     va administración, se denunciaron casisesenta atentados sólo en Montevideo.Los militares se habían hecho fuertes en

    la lucha antiguerrillera y estaban cada vezmás inclinados a abandonar sus funcio-nes específicas. El número de efectivoscasi se había duplicado desde comienzos

    El asesinato de Roque Arteche

    La Columna 15 del MLN, conocida por “losfierreros”, estuvo integrada por quienes teníanexperiencia militar. Desde ella se planificaronasesinatos de civiles, policías y militares, yse proyectó la mayor parte de las accionesmilitares que el movimiento realizó a principiosde los año setenta. Estaba integrada por HenryEngler, Donato Marrero, Adolfo Wassen, MarioPiriz y Mauricio Rosencof.La Columna 15 ordenó el asesinato de Roque

    Arteche, de quien se desconoce la fecha exactade ejecución y el lugar de enterramiento. Arte-che había sido reclutado por los tupamaros en

    el penal de Punta Carretas, pero había violadosus normas internas.En un libro de Clara Aldrighi publicado por Trilce,Jorge Zabalza resume la historia: “Otro caso esel de Roque Arteche, un tupamaro ex delincuenteajusticiado en 1971”. Según el testimonio deZabalza, el Movimiento lo condenó a muertepor “haber robado dinero y armas en un localdel MLN”. Más adelante, Zabalza agrega: “Aquíhay otra violación de los derechos humanos.

    Era como una forma de ejercicio del poder,igualmente impune. Del poder de vida o muerteque teníamos”. 

    1972

    28 de enero: el MLN libera a Ricardo Ferrés.

    13 de febrero: el MLN copa Soca. Mueren dospolicías.

    24 de febrero: el MLN secuestra al fotógrafopolicial Nelson Bardesio.

    24 de febrero: la Corte Electoral da a conocerlas cifras definitivas de las elecciones denoviembre.

    28 de febrero: aparece el cuerpo sin vida y consignos de tortura de Ibero Gutiérrez.

      1º de marzo: asume la presidencia Juan MaríaBordaberry.

      9 de marzo: el gobierno envía al Parlamento unproyecto de ley sobre el estado de guerra interno.

      9 de abril: bombas dañan las casas de los

    senadores del Frente Amplio Zelmar Michelini yEnrique Rodríguez.

      12 de abril: segunda fuga del penal de PuntaCarretas. 15 tupamaros y 10 presos comunes.

    14 de abril: el MLN-T asesina a Acosta y Lara,Delega, Leites, Goñi y Motto.

      17 de abril: asesinatos en la seccional 20 del PartidoComunista.

      29 de abril: la OPR 33 ocupa las oficinas de la firmaManpower.

    9 de mayo: es apresado el tupamaro Mario Píriz

    Budes.  11 de mayo: la OPR 33 secuestra a Sergio

    Molaguero, que es liberado el 19 de julio.

      16 de mayo: Nelson Bardesio es liberado por el MLN.

      18 de mayo: asesinatos de Saúl Correa, Osiris

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    de los años 60. En total contaban conunos 20 mil hombres, 15 mil de los cualespertenecían al Ejército.

    Bordaberry intentó formar un go-bierno que tuviera un amplio apoyo delos partidos tradicionales. Sus primerasgestiones fueron con el Partido Colorado

     y resultaron exitosas: con la sola excep-ción del grupo liderado por el senadorVasconcellos, todos se comprometierona sostenerlo. La Lista 15 pasó a integrarel gabinete con tres ministros: Fran-cisco Forteza en Economía y Finanzas,Walter Pintos Risso en Obras Públicas

     y Julio María Sanguinetti en Educación y Cultura.

    El siguiente paso de Bordaberry fuebuscar un acuerdo con la mayoría delPartido Nacional, liderada por WilsonFerreira Aldunate. Pero Ferreira presentóunas “bases mínimas” no negociables

    que incluían la pacificación nacional,el desmantelamiento de los organismosestatales paralelos de represión (nuncareconocidos por el gobierno), la reformaagraria, la nacionalización de la banca,una ley orgánica para la enseñanza media

     y recursos para el desarrollo municipal y regional.

    Ferreira estaba exigiendo condi-ciones que hacían inviable el acuerdo.Para algunos, el líder blanco conocía lasinclinaciones políticas de Bordaberry yno quería dar legitimidad a un gobiernoque inevitablemente se volvería autori-

    tario. Para otros, Wilson estaba ofuscadoporque sentía que le habían robado lapresidencia y se proponía debilitar alnuevo gobierno.

    Todavía necesitado de apoyo parla-mentario, Bordaberry inició contactoscon los sectores minoritarios del PartidoNacional, liderados por Martín Echego-

     yen, Mario Aguerrondo, los hermanosAlberto y Mario Heber, y WashingtonBeltrán. Esos grupos tenían en conjuntocinco senadores y quince diputados, en-tre los que estaba el joven Luis AlbertoLacalle.

    Al cabo de la negociación, se llegóa un “acuerdo nacional” cerrado el 9 de junio de 1972. El acuerdo incluía unareforma de la enseñanza, una política

    Pascasio Báez estaba casado y tenía 46 años.

    Era simpatizante del Partido Nacional, perono militaba en política. Era un típico trabaja-dor rural: se ganaba la vida haciendo tareasde campo, en la construcción o reparandoalambrados.Una mañana de diciembre de 1971 salió abuscar un caballo en la estancia “Espartaco”,ubicada en la zona de Pan de Azúcar. Sinproponérselo, supo ver entre los pastos una“tatucera” construida por los tupamaros (unrefugio construido bajo tierra, que servía de es-condite y lugar de aprovisionamiento a quienesrealizaban acciones guerrilleras).Los tupamaros lo secuestraron y realizaronvarias consultas en Pan de Azúcar y Monte-video. Finalmente decidieron ejecutarlo porrazones de seguridad. La insurgencia iniciadaen nombre del pueblo se cobraba la vida de unhijo del pueblo. El 21 de diciembre, PascasioBaez recibió una inyección letal. Fue enterradoen el campo y se ocultó toda evidencia quepudiera revelar su suerte.Para el padre y la hermana de Baez, allíempezó una tragedia que luego vivirían otrosuruguayos. Primero pensaron que se había idoa trabajar a unas chacras cercanas a Montevi-deo. Después pensaron que había discutido consu esposa. Pero les extrañaba no tener noticiasde él, porque siempre escribía cuando salía atrabajar. Seis meses más tarde, su hermanaEsther se enteró por la radio del hallazgo del

    Pascasio Báez

    cuerpo. Al padre de Pascasio, el dolor le hizoperder la razón.Para Amnesty Internacional, un desaparecidoes una persona privada de libertad por agentesdel Estado, cuya suerte y paradero se ocultan.Para el Grupo de Trabajo de DesaparicionesForzosas e Involuntarias de las Naciones Uni-das, una desaparición se produce cuando “unapersona es arrestada, detenida, secuestradao bien privada de su libertad por diferentescuerpos oficiales o niveles gubernamentales;o por grupos organizados o individuales queactúan en su nombre; o con el apoyo directo oindirecto, el consentimiento o el permiso delgobierno, seguido de la negativa de revelar lasuerte o el paradero de la persona en cuestióno la negativa de reconocer su privación delibertad, poniendo así a esta persona fuera delalcance de la protección de la ley”.Varios elementos de estas definiciones secumplen en el caso de Pascasio Baez: huboprivación de libertad y hubo ocultamientode su suerte y paradero (el cuerpo fue des-cubierto más tarde por los militares, contrala decisión de los tupamaros de mantenerlooculto). También se desconoció su derecho ala vida, protegido por la Constitución y las leyesQuienes lo asesinaron no eran funcionarios delEstado, pero pertenecían a una organizaciónque rivalizaba con el Estado y quería sustituirlo,hasta el punto de tener sus propias tropas y supropia administración de justicia.

    de distribución de tierras, medidas paraestimular las exportaciones y una leyde promoción industrial. Tras recibirgarantías de que esas medidas seríanaprobadas, tres ministros blancos pasa-ron a integrar el gabinete: Luis BalpardaBlengio en Industria, Carlos Abdala enTrabajo y Francisco Mario Ubillos enTransportes.

    Bodaberry había obtenido la mayoríaque necesitaba, pero el Partido Nacionalhabía abierto un doloroso capítulo de suhistoria. Wilson Ferreira atacó duramen-te a los nacionalistas que habían dadoapoyo parlamentario al nuevo presidente

     y los llamó “blancos baratos”. Tambiénexigió que el documento del acuerdo fue-ra aprobado por el Directorio del Partido(un reclamo que no tuvo eco, porque enesa época el Directorio tenía poco pesosobre los diferentes sectores).

    El episodio ahondó el distanciamien-to entre Washington Beltrán y WilsonFerreira. Beltrán sabía que Bordaberryera un presidente sin apoyo y tenía pocaconfianza en su capacidad negociadora.También sabía que había inquietud en elejército y que la acción de la guerrilla erauna amenaza real para las instituciones.Su gran preocupación era conseguir que

    1972

    Núñez, Gaudencio Núñez y Ramón Jesús Ferreira.

    25 de mayo: muerte de Luis Carlos Batalla, militantedel Partido Demócrata Cristiano, en el batallón deInfantería número 10 de Treinta y Tres.

    27 de mayo: cae la “cárcel del Pueblo”. Son liberados

    Ulises Pereira Reverbel y Carlos Frick Davie.9 de junio: se concreta el “acuerdo nacional” entreparte del Partido Nacional y Bordaberry.

    30 de junio: se inicia una tregua entre el Ejército y los tupamaros que se prolonga hasta el 23 de julio.

      5 de julio: el MLN responde negativamente a larendición incondicional exigida por el presidente.

      10 de julio: el Parlamento aprueba la ley deseguridad del Estado.

      25 de julio: el MLN-T asesina all Coronel Artigas

    Älvarez.  18 de agosto: el MLN-T asesina al teniente Braida.

      25 de agosto: se profundizan los trabajosconjuntos en el Batallón Florida entre militares y

     tupamaros, que duran hasta el 20 de setiembre.

    1º de setiembre: detención de Sendic heridoen la cara en un tiroteo con integrantes de laMarina.

      11 de octubre: Michelini denuncia en el Senadoactos de tortura sobre cuatro médicos.

      20 de octubre: renuncia del ministro de DefensaLegnani.

    27 de octubre: es puesto en prisión Jorge Batllepor haber criticado públicamente a las fuerzasarmadas. Es liberado semanas más tarde.

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    el país llegara a las elecciones de 1976.Por eso impulsaba la creación de unamayoría parlamentaria que diera algo deestabilidad al gonbierno. Según escribiómás tarde, la coalición era necesaria“para que lo que había que realizar enun país hundido, no dejara de realizarse

    por falta de apoyo”.Mientras estas negociaciones se de-

    sarrollaban, el país seguía hundiéndoseen la confrontación y la violencia. Elsecuestro del fotógrafo policial NelsonBardesio, ocurrido en febrero, dio alugar a un escándalo político. Algunassemanas después del secuestro, los Tu-pamaros divulgaron unas supuestas actasde interrogatorio en las que Bardesio re-conocía la existencia de un escuadrón dela muerte y narraba su participación encinco atentados y en un asesinato. Bar-desio señalaba a varios altos oficiales de

    la policía como miembros del escuadrode la muerte y afirmaba que el ComandoCaza Tupamaros (CCT) era un grupoparamilitar que coordinaba sus accionescon el Ministerio del Interior.

    Las revelaciones de Bardesio cau-saron un gran impacto, especialmentedespués de que el senador Enrique Errolas leyera en el Parlamento. Pero unamayoría de legisladores entendió que setrataba de una maniobra publicitaria delos Tupamaros. El MLN respondió conun “aviso a la población” en el que anun-ciaba que el “Tribunal del Pueblo” habíacondenado a muerte, entre otros, al sub-

    comisario Óscar Delega, al capitán JorgeNader, al oficial inspector Pedro Fleitas,al coronel Walter Machado, al comisarioHugo Campos Hermida, al inspectorVíctor Castiglioni y a tres civiles (MiguelSofía, Armando Acosta y Lara, y ÁngelCrosas Cuevas). Todos ellos eran acusa-

    dos de pertenecer a los escuadrones dela muerte. En su comunicado, el MLNconvocaba “a todos los revolucionarios”a que hicieran “efectiva esta sentenciadonde, cuando y como puedan”.

    El clima se deterioraba y el nuevogobierno mostró muy rápido que estabamás preocupado por combatir a la gue-rrilla que por proteger los derechos delos ciudadanos. Durante la noche del 9de abril se cometieron varios atentadoscontra figuras de la oposición, incluyen-do un atentado con bomba en la casadel senador Zelmar Michelini y otro

    en el domicilio del senador comunistaEnrique Rodríguez. Al día siguiente fueconvocado al Parlamento el ministro deDefensa, general Enrique Magnani. Enlugar de hacerse cargo de la gravedadde los hechos, Magnani afirmó que losatentados eran parte de “una campañade desprestigio” y dijo que “los únicosculpables son las víctimas aparentes”.

    El 12 de abril, la fuga de quincetupamaros y diez presos comunes de lacárcel de Punta Carretas puso en jaquenuevamente a las autoridades y confirmóen muchos la imagen de una guerrillafuera de todo control. En esos días el

    MLN puso en marcha el “Plan Mosquito”,dirigido a saturar a las fuerzas de seguri-dad con falsas denuncias.

    La ofensiva del MLN y laradicalización del paísEl 14 de abril de 1972 fue un día negroen la historia del país. En esa fecha, elMLN lanzó una gran ofensiva con elpropósito de ejecutar a presuntos inte-grantes de los escuadrones de la muerte

     y obligar a las Fuerzas Armadas a librarel combate final.

    A las 8 de la mañana, en el cruce deRivera y Soca, un comando tupamaroasesinó al subcomisario Oscar Delega,a su chofer Carlos Leites y al agente Sa-gunto Goñi. Una hora más tarde, en LasPiedras, el capitán de corbeta ErnestoMotto fue abatido cuando salía de su

    casa. Cerca de las 11 de la mañana, dosfrancotiradores mataron al ex subse-cretario de Interior Armando Acosta yLara e hirieron a su esposa y a un custo-dio. En la operación participó el actualperiodista Samuel Blixen. Otro intentode atentado terminó en un tiroteo en elque dos tupamaros perdieron la vida.Se llamaban Nicolás Gropp y NormaCarmen Pagliano.

    En respuesta a los asesinatos, la Po-licía y el Ejército allanaron varios localesque tenían identificados. En pocas horascayeron dos casas de gran importancialogística para el MLN, ubicadas en las

    calles Amazonas y Pérez Gomar. Allíse ocultaba abundante documentación

     y una importante cifra de dinero. Enlos operativos murieron seis tupama-ros: Alberto Candán Grajales, GabrielSchroeder, Horacio Rovira, ArmandoBlanco, Luis Martirena y su esposa IdetteJiménez. También fueron capturados

     varios dirigentes, entre los que estabanJuan Almiratti y Eleuterio FernándezHuidobro.

    Al día siguiente, la Asamblea Generalaprobó la suspensión de las garantíasindividuales y el estado de guerra interno

    por treinta días. Ese instrumento con-cedía a las Fuerzas Armadas una amplialibertad para disponer de los detenidos.En las horas siguientes se sucedieronlos allanamientos, las detenciones y loscomunicados militares.

    El 17 de abril, efectivos de las FuerzasArmadas ejecutaron a ocho militantescomunistas en un local de la calle Agra-ciada. Eran Luis Alberto Mendiola, JoséRamón Abreu, Raúl Gancio, Justo W.Sena, Rubén Claudio López, Elman Mil-ton Fernández, Ricardo Walter González

     y Héctor Cervelli. Como consecuencia deuna herida recibida en la acción, también

    murió más tarde el capitán Wilfredo

    Hacer historia –es decir, profesarla, investigar-la, enseñarla, mirar el pasado e interpretarlo–parece a primera vista un ejercicio intelectualinútil. Sin embargo, es mucha la gente que hacehistoria y muchos más los que la siguen. Losproductos de quienes se dedican a ella se con-sumen en forma de libros, revistas, artículos,conferencias, cursos, y también películas, CDs,transmisiones de radio y televisión.¿Qué significa este interés que, al menos en Ar-gentina y Uruguay, se ha manifestado siemprey no parece decaer? Por de pronto, la atracciónque tiene el pasado sobre la gente demuestraque no es una cosa muerta, sino algo vivo ypleno de inspiraciones. Pero además, en elcaso de nuestros dos países, el cultivo y lafrecuentación de la historia ha servido y siguesirviendo para afirmar nuestras recíprocasidentidades, establecer puntos de referenciaen nuestra evolución, reconocernos en algunospersonajes ilustres y enorgullecernos del patri-monio que han elaborado ambos pueblos.Imaginemos a un hombre que ha perdido la

    Hacer historia, falsear la historia

    memoria: sin duda sería un mutilado mental,alguien a quien falta un atributo esencial. Lomismo ocurriría con un pueblo que ignorarao haya olvidado su propia historia: sería unconglomerado incapaz de reunirse alrededorde temas, tradiciones, figuras y recuerdoscomunes. Imposibilitado para crear eseplebiscito cotidiano que, según Renan, esuna nación.Pero en las últimas décadas está ocurriendoun fenómeno inverso e igualmente nocivo: lasobreabundancia de un supuesto saber his-tórico, la exageración en la interpretación desucesos pretéritos, la divulgación mediáticade formas de hacer historias sensacionalis-tas, extremosas o directamente mentirosas ofalsas. No es la primera vez que esto ocurre enel campo historiográfico, pero es dañino.Tan malo es olvidar la historia como manipu-larla. Pues ella tiene, como disciplina intelec-tual, su propia dignidad. En consecuencia, nodebe ponerse al servicio de ninguna ideología,ninguna facción, ningún partidismo.

     Por Félix Luna

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    Una serie de 25 fascículos publicada

    por el diario El País con el apoyo del

    Centro de Estudios Jean-François Revel.

    Dirección de proyecto

    Pablo da Silveira

    Investigación y redacción Pablo da SilveiraFrancisco FaigFélix LunaEnrique Mena SegarraMartín Peixoto

    22/25historiareciente  AsistenteJosé LópezFotografías

    Archivo de El País

    Diseño gráfico, armado y corrección

    Trocadero

    Publicación

    El País

    Impreso en El País

    Depósito legal: 334.251

    Busconi. El Partido Comunista denuncióque sus militantes habían sido asesinadosa sangre fría, mientras los mandos mili-tares decían que las muertes habían sidofruto de un enfrentamiento.

    El 18 de mayo, día del Ejército, elMLN llevó adelante un operativo que

    terminó con la vida de cuatros solda-dos rasos que custodiaban la casa desu Comandante en Jefe. Se llamabanSaúl Correa, Osiris Núñez, GaudencioNúñez y Ramón Jesús Ferreira. Segúnlas Fuerzas Armadas, los soldados fue-ron baleados mientras dormían dentrode un jeep. Según el MLN, los soldadosmurieron como respuesta a los disparosde un quinto guardia que estaba en laazotea. Los cuatro murieron sin haberusado sus armas.

    Para los militares, el asesinato desubalternos el día del Ejército significó

    un agravio al honor de la fuerza y desa-tó una fuerte reacción. El MLN, que se

     venía armando y organizando desde lostempranos años sesenta, no fue capazde resistirla y fue derrotado en menosde seis meses.

    Varios factores contribuyen a expli-car la rápida derrota de los Tupamaros.Uno de ellos es la incapacidad de lapropia guerrilla para hacer evaluacionesrealistas. Los Tupamaros sobrevaloraronsistemáticamente su propia fuerza y me-nospreciaron la fuerza de los militares.Un segundo factor es la rápida pérdida de

    apoyo popular que sufrió el MLN cuandoempezó a cometer asesinatos. La relativasimpatía que habían despertado sus pri-meros golpes se convirtió en rechazo encuanto hubo sangre. Muchos Tupamaroscayeron presos como consecuencia dedenuncias de ciudadanos anónimos.En tercer lugar, el uso sistemático de latortura por parte de las Fuerzas Armadasquebró los mecanismos de seguridad delMLN. En cuarto lugar, el Movimientosufrió al menos dos grandes defeccionesde dirigentes que se convirtieron en co-laboradores de las Fuerzas Armadas (sus

    nombres eran Amodio Pérez y MarioPíriz Budes).El 24 de mayo de 1972, las Fuerzas

    Armadas allanaron la estancia “Sparta-

    En setiembre del año 1972, el aparato militarde los tupamaros casi había desaparecido.Sendic, Fernández Huidobro, Marenales ycasi todos los líderes históricos estaban enprisión. La “Cárcel del pueblo” y los princi-pales refugios clandestinos habían caído. Losmilitantes que seguían en libertad estaban enplan de huída.

    En ese contexto, un grupo de oficiales conbase en el Batallón Florida empezó a trabajarjunto a los tupamaros presos para combatirilícitos económicos. Guerrilleros y militaresintercambiaron información sobre presuntasirregularidades y trataron de identificar a lossupuestos culpables. En el Batallón Floridase llegó a habilitar una sala para el trabajoconjunto de oficiales y tupamaros. En una

    entrevista concedida a los periodistas Caula ySilva, Ettore Pierri cuenta así lo que ocurría:“El trabajo consistía en traer información,obtenerla, estudiarla, extraer de ahí nombresde presuntos implicados en fraudes o en ilícitosy a partir de eso, instrumentar operativos cuyoobjetivo era agarrarlos presos”.

    La breve experiencia no es difícil de expli-car. Los oficiales del Florida y los tupamarosprácticamente convivían, compartían un mismodesprecio por las instituciones democráticasy una comprensión igualmente mala de losfenómenos económicos (por eso creían que lasdificultades del país se debían a la corrupción).No es raro entonces que hayan encontradopuntos de encuentro. Pero hay algo que esmuy preocupante.

    Aunque muchos detalles de esa colabora-ción se desconocen, es claro que en esa épocafueron detenidos presuntos culpables de deli-tos económicos. Fuentes tupamaras admitenque había un lazo entre sus investigacionesy esos arrestos. Rodrigo Véscovi, autor de unlibro conceptualmente confuso pero muy ricoen testimonios directos, afirma lo siguiente: “ElOperativo Fogata fue el primero que se ejecutó.Consistió en la investigación, por parte dealgunos presos políticos, de varias compañíasde seguros que actuaban de forma ilegal y ladetención, por parte de los militares, de susgerentes”. Afirmaciones similares puedenencontrarse en otras obras escritas por tupa-maros o a partir de sus testimonios.

    Los tupamaros presos, actuando de acuer-do con sus carceleros, produjeron informaciónque condujo al arresto de sospechosos que no

    Tupamaros y derechos humanos

    contarían con las garantías del debido proceso.Esto ya es suficientemente grave, pero másgrave es que, según los testimonios de lospropios tupamaros, esos detenidos fuerontorturados. Un relato particularmente aterra-dor aparece en boca de Fernández Huidobro:“Nosotros vimos torturar horriblemente a uncontador de varias empresas. Y no cantó,estaba defendiendo la plata de otros burgue-ses, pero eran sus clientes. No dijo nada. Lodeshicieron”.

    Es difícil saber qué resulta más aterrador:si la insensibilidad hacia el dolor que refleja eltono empleado o el convencimiento dogmáticode que el torturado era culpable (si no dijo nadafue porque resistió; no cabe la posibilidad deque fuera inocente). Pero lo más inquietante

    es la posible conexión entre la investigaciónprevia, las detenciones y la tortura.

    Si los tupamaros sabían que iba a haberdetenciones (como muchos testimonios loindican) hubieran debido saber que muy pro-bablemente habría torturas. Después de todo,estaban enviando gente a manos de los mismosmilitares que los habían torturado a ellos. Nohaberlo previsto sería una negligencia grave. Ysi efectivamente lo sabían, su responsabilidadsobre lo que ocurrió es mayúscula.

    El libro de Véscovi contiene el testimoniode un antiguo tupamaro, hoy desvinculado dela organización, que se llama Pedro Montero.Ese hombre fue protagonista de aquellossucesos y explica su reacción de repudio conestas palabras: “lo que no puede ser es quehubiese compañeros nuestros haciendo, diga-mos, de soporte asistencial a los torturadoresy preguntando (...) No pude participar en eso,era infame”.

    La frase no está sacada de un libro hostilal MLN, sino de una obra escrita por alguienmuy próximo a ellos. ¿Qué está queriendo decirexactamente este antiguo tupamaro?

    Los oscuros episodios de setiembre de1972 dejan planteadas preguntas incómodas.¿Sabían los tupamaros que sus investigacionessobre supuestos ilícitos iban a conducir a de-tenciones arbitrarias? ¿Previeron la posibilidadde que los detenidos fueran torturados? ¿Fueun tema de conversación con sus socios/car-celeros? Y finalmente, ¿cómo nunca hubo

    ningún comentario sobre esas palabras dePedro Montero, publicadas en un libro que seeditó en 2003 en Montevideo?

     Por Pablo da Siveira

  • 8/18/2019 Historia Reciente 22

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    cus”, en el departamento de Maldonado, yencontraron el cuerpo de Pascasio Báez.El 27 de mayo cayó uno de los símbolosmás importantes del MLN: la “Cárcel delPueblo” en la calle Juan Paullier. El 10 de

     julio de 1972, el Parlamento aprobó laLey de seguridad del Estado y del ordeninterno, que oficializó la actuación de laJusticia Militar. Año más tarde, ante laconvención del Partido Nacional, WilsonFerreira haría una autocrítica por haber

     votado esa ley: “Les dimos facultades queno se usaron para aquello que pidieron.Quizá en alguna oportunidad hayamosolvidado que para imponer la libertad,

    el arma más poderosa que el hombre hainventado es la propia libertad”.

    Negociaciones y derrotaA mediados de 1972, una gran propor-ción de los dirigentes del MLN estabanpresos en dependencias militares. Laderrota de la guerrilla no parecía lejana.Pero, en lugar de producirse el desenlace,ocurrió un extraño proceso: parte de lostupamaros presos y parte de los oficialesencargados de vigilarlos se embarcaronen negociaciones de paz. Mientras sediscutían los términos de un posibleacuerdo, Fernández Huidobro salía de la

    cárcel para discutir con sus compañeros

    de armas y el propio Raúl Sendic (elhombre más buscado del país) entraba

     y salía de los cuarteles. Del lado de losmilitares, las negociaciones eran llevadasa cabo por algunos altos oficiales queactuaban a espaldas de los mandos. Entreellos estaban Gregorio Álvarez, EstebanCristi y Ramón Trabal.

    Hacia el 26 de junio de 1972, losgenerales Cristi y Alvarez l