Historias para volar

9
HISTORIAS PARA VOLAR Jorge Dávila Vásquez

Transcript of Historias para volar

HISTORIAS PARA VOLAR

Jorge Dávila Vásquez

«Eleva nuestras mentes y endulza nuestros corazones,

en un campo colmado de animales feroces, panteras

en busca de sueños, y best ias indefensas como un

n iño».

«No sólo nos invita a eso, a

soñar, sino también a

dejar que los sueños se

adueñen de nosotros».

El libro nos acoge con la ternura y el afecto de los ángeles; y los hay de todo tipo: inquietos, curiosos, compasivos, músicos, feos, gordos, incluso escritores. Esta diversidad de querubines nos da la bienvenida, e ilumina con proximidad aquellos rostros oscurecidos por la vida, divirtiéndonos con sus ocurrencias y enterneciéndonos con sus tristezas. Son hábiles, trabajan en silencio, y le endulzan la existencia a uno que otro personaje con esa genuina humildad que sólo poseen los ángeles. Además, algunos de ellos intentan, entre cánticos y serenatas, perdurar en la memoria.

Todo bestiario que se precie de tal ha de contar con una sirena; este la tiene, y es única en su especie. Posee alas y una larga cabellera, y su cola no tiene escamas, sino pétalos. Esta encantadora criatura nos recibe en el mundo de las bestias, nos envuelve, nos escucha, porque guarda en lo más profundo de su corazón, las voces del pasado.

Por las noches, los pasillos de este museo se alumbran con la presencia de los unicornios que dejan atrás los tapices y cobran vida con sus sueños sin fin; juegan, corren e invitan a liebres, perros y ángeles a acompañarles en su diversión. La bella bestia blanquísima brilla entre las sombras de la noche, hasta que los primeros atisbos de luz del día ingresan por las ventanas del museo, entonces todos los animales regresan a los tapices.

LA BESTIA DEL ABISMO

«…Habló por ejemplo, de su oscura pelambrera,

chorreando a lo largo del cuerpo, como en esos monos

gigantes de otras épocas; de sus feroces dientes, cuya

visión se pierde en el infinito del negro rostro, indefinible

de tan horrendo; de sus manos, si se puede llamar así a

esos miembros prensiles, desmesurados como todo en ella.»

GATOS

«…Sí, en realidad, vale la pena observar a los gatos con

cuidado, sí, lo he hecho, por supuesto. Sí tan desdeñosos

y lejanos, ellos, como perdidos en una especie de

ensueño súper distante… O como si estuviesen

reportándose a lejanos y desconocidos, pero

poderosísimos amos».