Iglesia Nivariense (Febrero 16)

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Iglesia Nivariense Diócesis de Tenerife Nº 157 Febrero 2016 1€

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Iglesia Nivariense Diócesis de TenerifeNº 157

Febrero 20161 €

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GRACIAS DON DAMIÁN. ¡FELICIDADES!

Iglesia NivariensePublicación de la diócesisde TenerifeC/. San Agustín, 28.38201 La Laguna, Tenerife.

Febrero de 2016.Nº 157

Dirección:Antonio Pérez Morales

Jefe de Redacción:Carlos Pérez

Redacción:Carlos PérezAntonio Pérez

Colaboradores:Leonardo Ruiz del CastilloElsa María ÁvilaCecilia Cortacans

Fotografía:Toni CedrésAlfredo Miguel León PérezJesús RoblesCarlos Pérez

Edita:Obispado de San Cristóbal deLa Laguna

Fotomecánica e impresión:Gráficas Sabater

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D. Damián cumple 100 años. Era yo párroco deTazacorte y la víspera de San Miguel, el 28 de

Septiembre de 1984, participé en la Catedral de La Lagunaen la celebración de entrada de D. Damián como obispo denuestra Diócesis Nivariense. Unos días después, en su vistaal arciprestazgo de los Llanos de Aridane, le escuché por pri-mera vez aquello de: por ser obispo, ustedes me dicen"excelentísimo y reverendísimo", pero yo sólo seré "excelen-tísimo señor" si soy un excelente cristiano. Era su tarjeta depresentación y un aviso para todos. Detrás de este pensa-miento, está la personalidad de quien tiene como lema epis-copal "El último de todos y el servidor de todos".

Desde esa fecha de llegada a nuestra Diócesis, hasta sudespedida en julio de 1991, y aún después en su tiempo de

Obispo Emérito, quienes le hemos conocido y tratado, podemos decir con satisfacción y orgullo que, "disfru-tamos de D. Damián". Sí, todos los diocesanos de Tenerife, La Palma, La Gomera y El hierro, disfrutamoscon nuestro obispo Damián. Disfrutamos de su estilo de vida humilde y austero, marcado por la cercanía ytrato personal con todos. Disfrutamos de sus palabras sencillas y, a la vez, directas, profundas y estimulan-tes. Disfrutamos de sus acertados consejos y orientaciones, siempre marcados por la esperanza. Yo, perso-nalmente, he disfrutado de su confianza y apoyo, muy por encima de mis cualidades y merecimientos.

Disfrutamos de sus iniciativas y visión de futuro que, plasmadas en decisionesde gobierno, articularon la vida de la diócesis e impulsaron la educación en la fe delos fieles y su participación de la vida de la iglesia, así como el compromiso de loscristianos en la vida social. Disfrutamos de su capacidad para reconocer y valorarlo bueno de las personas, aun conociendo sus debilidades. Disfrutamos de su pro-fundo sentido de "la disponibilidad", virtud que nos enseñó y practicó con excelen-cia. Disfrutamos de su amabilidad y paciencia con todos, sin que por ello dejarade corregirnos cuando era necesario.

Disfrutamos de sus sabrosos "Diálogos con Santa María", comenzando poraquel sorprendente título de "Santa María del Buen Humor" y siguiendo por otros,también llamativos, como "Santa María de las tres manos". Cuando un servidor fuenombrado obispo de esta Diócesis, D. Damián me hizo el honor de componer undiálogo con "Santa María del Buen Consejo", mi devoción personal de la Virgen.Diálogos con la Virgen que D. Damián ha continuado ofreciéndonos hasta hoycomo Felicitación de Navidad.

Sí. Hemos disfrutado de D. Damián como se disfruta de las cosas buenas quellenan el alma y dejan huella. Y esto, me consta, lo comparten conmigo aquellasdiócesis que presidió D. Damián antes que la nuestra, Barbastro y Teruel-Albarrracín. Así como, los miles de personas que, a lo largo de sus 25 años comoObispo Emérito, han participado en sus continuas tandas de Ejercicios Espiritualespor toda España y algunos países de América.

Por todo ello, al cumplirse los 100 años de su nacimiento, no podemos menosque dar gracias a Dios por todos los dones que nos ha concedido por medio de lavida y el ministerio del Excelentísimo y Reverendísimo cristiano, D. DamiánIguacen Borau. Le felicitamos por su centenario y nos felicitamos nosotros porhaberle conocido y disfrutado de su persona, por haber convivido con una perso-na amable, generosa y benevolente, por haber disfrutado de "un hombre santo".

† Bernardo Álvarez Obispo Nivariense

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EL ÚLTIMO DE TODOS

Mons. D. Damián IguacenBorau nació el 12 defebrero de 1916 en

Fuencalderas, Zaragoza. Realizólos estudios eclesiásticos en elSeminario de Huesca.

CARGOS PASTORALES

Párroco en diversas parroquiasen la diócesis de Huesca de 1941 a1944 vicerrector del Seminario deHuesca de 1944 a 1948. Fue con-siliario de Jóvenes y Mujeres deAcción Católica entre 1950-1969.De 1955 a 1969 fue párroco deSan Lorenzo de Huesca entre losaños 1955-1969.

Recibió el encargo comoAdministrador Apostólico deHuesca en 1969 y fue nombradoObispo de Barbastro el 11 de octu-bre de 1970 hasta que en 1974 fuellamado a la diócesis de Teruel. En1984 fue nombrado Obispo deTenerife, cargo que desempeñóhasta el 12 de junio de 1991, cuan-do la Santa Sede aceptó su renun-cia y pasó a ser emérito.

OTROS DATOS DE INTERÉS

En la CEE ha sido miembro dela Comisión Episcopal de Liturgiade 1972 a 1981. Por otro lado, de1984 a 1993 presidió la Comisiónde Patrimonio Cultural.

En el trienio de 1975-1978formó parte de la Comisión para laVida Religiosa; de nuevo fue miem-bro de ella de 1981 a 1984.

A su edad, DamiánIguacen, es uno de losobispos más longevosde la Iglesia Católica. En2011, al preguntarlecómo se sentía ante supróximo cumpleañosrespondía brevemente:“Es una gracia de Diosque no sé cómo agrade-cérsela más que ponién-dome enteramente a suservicio”.

Los recuerdos perviven en lamente de monseñor Iguacen conuna nitidez asombrosa. Es capazde rememorar su vida deteniéndo-se en los detalles y conectando susexperiencias siempre a la luz deCristo. Su ordenación como sacer-dote es, sin lugar a dudas, uno deestos recuerdos grabados a fuego.“Después de mi bautismo, conside-ro que ha sido el día más grandede mi vida. Que el Señor se fije enuno para ser ministro de suEvangelio te confiere otra entidad.Es algo muy grande”.

El prelado emérito ha escritovarios comentarios sobre advoca-

ciones marianas. Algunos de elloshan sido reeditados debido a lagran aceptación que han tenido.Así ocurrió, por ejemplo, con dospequeños comentarios sobre lasadvocaciones marianas de SantaMaría del Buen Humor y NuestraSeñora del Silencio. En ellos, elobispo emérito de la DiócesisNivariense, hizo hincapié, por unlado, en la importancia que tienepara el cristiano afrontar la vida sinacritud y, por otro lado, la necesi-dad de hacer silencio para encon-trarse con uno mismo y con Dios.“Un cristiano no puede estar de malhumor, encarando todo desde elmal genio y desde el pesimismoporque Jesús dice: ‘Confiad hijosmíos, yo he vencido al mundo.’ Porlo tanto, si ese mundo enemigo delSeñor, del bien, de la justicia, estávencido, es que no tiene futuro.Este convencimiento es el que nosdebería reportar el buen humor.No significa, sin embargo, quelas cosas no nos importen, sinoque ningún suceso es definitivo”,indicó Iguacen.

“Cumplir años es unagracia de Dios queno sé cómo agrade-cérsela más queponiéndome entera-mente a su servicio”

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En cuanto al silencio donDamián suele señalar que esteaspecto lo relacionamos habitual-mente, de forma equivocada, conno hablar. “El silencio es saberhablar a su tiempo” –matiza. “Esimportantísimo guardar silencio

para hablar cuando se debe ysabiendo lo que se dice”.

En otra ocasión, DamiánIguacen durante una entrevistaafirmó que se consideraba ungran optimista. “Gracias a Dios losoy. El creyente, necesariamente,tiene que ser optimista. Tiene quever lo bueno que hay y lo maloque hay convertido en bueno por-que el mal no es una fatalidad, lopodemos eliminar con el bien”.

“Nuestro tiempo es éste. Elpresente, porque el futuro tampo-co está en nuestras manos. Elplan de Dios quiere que aquí,ahora, y con estos, seamos bue-

nos y hagamos todo el bien quepodamos. En vez de criticar elmal deberíamos ver qué pode-mos hacer nosotros para reme-diarlo. El Señor nos lo recuerda‘mi corazón triunfará’.

“Nuestro tiempo eséste. El plan de Diosquiere que aquí,ahora, y con estos,seamos buenos yhagamos todo elbien que podamos”

ESA MIRADA,AQUELLASMANOS-- CCaarrmmeelloo PPéérreezz --

El obispo Damián aúnlee la vida con los mis-mos ojos con que nos

miraba a nosotros, esos que tanentrenados están en abrazar a lagente desde dentro.

A menudo dicen que cuandote habla es como si para él noexistiera nadie más que tú. Noestoy de acuerdo. Lo que sucedeen realidad es que te mira comoDios te ve, busca mirarte como lohace Dios. Ocurre que en tuspalabras, en tus gestos, en losdolores que emergen desde losabismos de tu vida… en todosesos adentros el obispo Damiánsabe intuir la historia del encuen-tro entre Dios y cada hombre. Ypor eso, esa mirada.

Él sabe que pisa terrenosagrado cada vez que un hombrebusca refugio en sus ojos. Tieneclaro, a veces mucho más quequien acude a él, que es a Dios aquien añora realmente el quereniega del sol de cada mañana.Por eso acaricia con su respues-ta, prolongando así aquel abrazodel Día Primero y ese otro de laNoche Santa en que Dios searropó con nuestra carne.

Y luego están aquellasmanos. Las manos del obispoDamián son expertas en perife-rias. Las recorrió todas cuando

echó raíces en nuestras islas. Yaquellas manos suyas alcanza-ron también todas las periferiasdel corazón de los hombres.Existenciales las llaman ahora.Dolor, soledad, incomprensión,abandono, sinsentido, margina-ción… las hemos conocidodesde siempre.

Esos ojos y aquellas manosno se han marchitado en cienaños. No hay secretos, sino lapasión con que el anciano obispoDamián busca el rostro del Diosbueno que le enseñó a leer laverdad de cada historia.

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BBiibblliiooggrraaffííaa

AALLGGUUNNOOSS EESSTTUUDDIIOOSS YYLLIIBBRROOSS SSOOBBRREEEELL PPAATTRRIIMMOONNIIOOHHIISSTTÓÓRRIICCOO::

Una visita a la catacumbazaragozana, Impr. Folios 1954

Preces Laurentinas, 1964

La Basílica de S. Lorenzo deHuesca, 1969

Fuencalderas, 1979

El patrimonio cultural de laIglesia en España, La EditorialCatólica 1982

La Iglesia y Su PatrimonioCultural, Edice Madrid 1984

Directorio del PatrimonioCultural de la Iglesia, Boletín Oficialdel Obispado de Tenerife 1987

La ruta "Virgen deCandelaria": tradición, mensaje,compromiso : exhortación pasto-ral, Obispado de Tenerife 1990

Diccionario del patrimoniocultural de la iglesia, EncuentroEdiciones Madrid 1991

El arte en la liturgia (Band 47von Cuadernos Phase), Centrede Pastoral Litúrgica 1993

Diálogos con Santa María,madre de Dios, ProduccionesGráficas 1994

El Venerable FranciscoFerrer y los OperariosMisionistas: un grano de trigocaído en tierra 1997

Incondicionalidad (Band 105von Vida y misión), Edibesa 2004

Pila bautismal de la igle-sia de Fuencalderasdonde fue bautizado D.Damián Iguacen.

Iglesia parroquial de Fuencalderas.El templo se terminó en 1599. Latorre fue objeto de sucesivasreformas.

Con ocasiónde haber sidonombrado hijopredilecto deFuencalderas,y hermano mayorperpetuo de laCofradía de SanMiguel, t u v olugar una granfiesta el día 13de agosto de1 9 7 2 .

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“ NO TODO LO HEHECHO BIEN,PERO CONMALICIA PUEDODECIR QUE NO HEHECHO NADA ”

En una reciente entrevistarealizada a D. DamiánIguacen por la compañe-

ra delegada de medios de comuni-cación de la Diócesis de Huesca,Lara Acerete Halli, el obispo eméri-to repasó con brillante lucidez susrecuerdos de infancia, su vocación,sus desvelos pastorales y su pasopor nuestra diócesis.

En las primeras palabras pro-nunciadas por D. Damián en laentrevista ya sacaba a relucir subuen sentido del humor: "Sí, efecti-vamente, voy a cumplir los prime-ros cien años", indicó.

D. Damián marchó a Comillasen 1936. En plena guerra civil, con19 años fue telegrafista en primeralínea. Durante la contienda fueherido en la cara y al finalizar laguerra volvió a Huesca. El 7 dejunio de 1941 fue ordenado sacer-dote. "Mis primeros destinos comopárroco fueron Ibieca, AguasClaras, Liesa, Panzano y SantaCilia. Allí estuve muy bien. Luegome llevaron al Seminario Superiortrabajando pastoralmente junto alfamoso rector de entonces. Estuvecon él, me parece que 4 años. Noera quizás el lugar donde yo meencontrara más cómodo, aunqueestaba muy bien".

Iguacen ejerció como vicerrec-tor del Seminario y profesor de

Sagrada Teología Ascética, Místicay Pastoral desde 1944 hasta 1948."Fue estando en el Seminariocuando empecé a dar ejerciciosespirituales. Conocí a gente estu-penda. En aquella época hicimosunas experiencias muy buenasque repercutieron en toda Españaen relación, por ejemplo, a la aten-ción de enfermos. En estecampo hice todo lo que supey pude. Atendíamos sobretodo a los que estabanexiliados. Después de laguerra hubo represa-lias y había queauxiliar a los quelo necesitaban".

El hecho dehaber sidopárroco deS a nL o r e n z o ,p a t r ó nde

Huesca, significó mucho paraIguacen. "El Señor me dio muchasposibilidades ahí de atender a lagente. Una de las cosas que máséxito tuvo fue la preparación almatrimonio. En España empezó aser novedad los cursillos prematri-moniales. Pronto se extendieron yhoy día son obligatorios. De estaépoca tengo experiencias muyhermosas. Dábamos ejercicios amatrimonios y me llamaban demuchas diócesis. Esa ha sidosiempre una de mis ocupacionesprincipales. Dando ejercicios heestado en Cuba, en Argentina,Brasil, Francia, Italia..."

Igacen recordó cuando le comu-nicaron su traslado como obispo ala Diócesis de Tenerife. "Estabadando unos ejercicios a jóvenes enverano cuando se presentó el nun-cio. Al verlo le dije 'Señor Nuncio,usted por aquí...' Y él me respondió

sonriendo: 'Es que le persigo'.Luego me comentó la decisión deque el Santo Padre me traslada-ba de Teruel a Tenerife. Y yo lecontesté: 'Pues a Tenerife pues'.

El obispo emérito relató quealgunos se tomaron aquella deci-sión con cierta sorna. "Como yohabía trabajado mucho en eltema de los límites en el proble-ma entre Barbastro y Lérida,algunos me decían: 'Lo mandan aTenerife como castigo por lo queha hecho con Cataluña'. Y cuan-do llegué a la isla, los periodistascomentaban: 'Ya sabemos queviene por castigo', a lo que yocontestaba: '¡Uy! ¡Pero si venir alas Islas Afortunadas castigadoes una gracia! En la diócesis deTenerife estuve muy bien.También tuve que ir a Cuba, unmes, para dar ejercicios. Era untiempo muy difícil para este país.

EENNTTRREEVVIISSTTAA

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A los ejercicios no vino el presiden-te pero vinieron muchos jóvenes",expresó Iguacen con ironía.

Los recuerdos que posee esteobispo centenario de nuestra dió-cesis son muy buenos y su labor lanarra utilizando siempre el plural."Hicimos una labor muy importan-te, no cabe duda. A veces mepiden que regrese y yo tengo tam-bién mis añoranzas, como es nor-mal, porque fueron unos años ver-daderamente importantes. Pareceque por allí me siguen queriendo yeso yo lo valoro mucho. EnTenerife iniciamos una cosa queno se conocía. Un modo nuevo detrabajar el apostolado con jóvenesy su dimensión vocacional hacia elmatrimonio".

Otro ámbito en el que Iguacenhizo mucho hincapié fue en eltema de la conservación delPatrimonio Cultural. "En ocasionesveía que no se le daba la suficien-te relevancia y no sé por qué, yotenía una sensibilidad especialpara este campo. Se constituyóuna comisión específica para patri-monio con el fin, no solo de cuidar-lo sino hacer de él un medio deevangelización. Lo que se preten-día era que quienes se acercaran

a una obra religiosa recibieran elmensaje. Es decir, que la personano se quedara solo en la bellezaestética de la obra, sino que sesintiera evangelizada con el men-saje que hubiera detrás. Este temame gustaría que se tomara conmás garra. En el arte hay muchosmensajes positivos y espiritualesque deberíamos potenciar. No secrea arte por crear, sino paraanunciar el evangelio desde labelleza. Todo eso que nos gusta ynos agrada tiene una trascenden-cia, nos lleva a Dios".

Por último, al ser preguntadopor el balance que haría de su vida

pastoral, Iguacen respondía: "Notengo palabras para dar graciasal Señor porque desde luego nosé por qué puso en mí esa ilusiónde ser sacerdote. A través delsacerdocio he podido anunciar aDios, he ayudado a la salvaciónde las personas, he hecho feli-ces a la gente con la que he tra-tado, he podido conocer amuchos...Esa ha sido un poco milínea. He sido un pecador, sé queno todo lo he hecho bien, perocon malicia puedo decir que nohe hecho nada".

Casa natal de D.Damián en Fuencalderas Iglesia parroquial de Liesa Cuadro de S.Lorenzo (sacristía de la iglesia)

Los obispos Felipe Fernández, Bernardo Álvarez y Damián Iguacen en la consagración de la capilla de Chinguaro

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--- PASIÓN POR LA MISIÓN ----- DDoommiinnggoo NNaavvaarrrroo --

“Llegaron unos misionerosfranciscanos de

Sangüesa a mi pueblo(Fuencalderas). Tenía aproximada-mente 8-9 años. Yo ya hacía proce-siones y predicaba. El testimoniode aquellos me ilusionó. Empecé acaminar porque quería ser misio-nero. Un pastor me preguntó:¿Dónde vas? Yo le contesté: aChina o África”. Y predicó incansa-blemente el Evangelio, queriendollevar, a los más, a Cristo.

¡Cuánto bien nos ha hechoDios en su persona y su ministe-rio!. “Creí por eso hablé” es el títu-lo, tomado del apóstol Pablo, dellibro que recogía parte de su pre-dicación y escritos, como pastorde nuestra Diócesis de Tenerife.¡Cuánto bien nos ha hecho supalabra siempre cercana, su pre-dicación, sus homilías, sus medi-taciones, sus Ejercicios espiritua-les, sus escritos!. Tengo la certezade que le seguimos escuchandocon mucha atención porque, ade-más de como maestro, le hemosexperimentado como verdaderotestigo. ¡Quien arde, necesaria-mente enciende!

¡Gracias, D. Damián, por el tes-timonio de su fe, profunda, patente,viva. Por su calor humano, por sutestimonio orante y por “oler” aEvangelio “sin glosa”!. ¡Gracias porsu sencillez, austeridad y humildadde vida! ¡Gracias por llevarnos mása Cristo, por ayudarnos a vivir apa-sionadamente, incansablemente,nuestro sacerdocio!

¡Gracias, D. Damián, por supasión misionera! Siempre, comoinstrumento en manos del Señor,centrado en la predicación y elanuncio de Jesucristo y su evan-gelio, convenciendo porque losiente y vive.

Una vez nos dijo, que paraevangelizar hoy, eran necesarias,entre otras, cuatro actitudes: trans-parencia, unidad, ultimidad eincondicionalidad. La transparen-cia de la luz que arde y alumbra, laluz del testigo que vive y proclamasin miedo el Evangelio, luz de unamor desarmado, sin trastiendas,sin reticencias. Unidad, porquedesde la división, la dispersión y ladesunión, no se puede anunciar aCristo. Libres del veneno de la dis-cordia. “Nos congregó en unidad elamor de Cristo”. Ultimidad, quenos invita a entrar en la lógica delos últimos lugares, de lo menosapetecible y vistoso, de los medios“pobres” como la humildad, el diá-logo, la amabilidad, el respeto, elamor desarmado, creyendo firme-mente en su eficacia. Ultimidadque es una opción radical por lasbienaventuranzas, que nos hacepobres, mansos, sufridos, limpiosde corazón y de mirada. Que nospone más cerca de los últimos,

para el mejor servicio de los másnecesitados. Ultimidad que nosrecuerda: lo importante no somosnosotros, sino el Señor.Finalmente, la incondicionalidad.Incondicionalidad para la Iglesia.Evangelizar no es un acto indivi-dual y aislado, sino profundamenteeclesial (EN). Que no pone repa-ros, requisitos previos, condicio-nes cuando se trata de obedecer ala Santa Iglesia. Dice más bien,con plena conciencia y enteralibertad de corazón, “Aquí estoy;envíame”. Respetando, valorando,agradeciendo, admirando losdiversos modos de trabajar por laIglesia. Disponibles para dondesea necesario, para hacer lo queconvenga, o lo que digan los quetienen la autoridad en la Iglesia. Esdesapropiación, es oblación, esreparación que empuja al compro-miso, al trabajo, a la acción,poniendo el alma en tensión apos-tólica, preguntándose siempre:¿Qué quieres que haga, Señor?

D. Damián, gracias por anunciarcon el lenguaje inseparable de losgestos con las palabras y las pala-bras con los gestos. ¡Me acuerdotanto de usted! cuando Francisconos invita a una impostergable con-versión personal y pastoral, al servi-cio del mayor desafío de la Iglesia,hoy: la transformación misionera.Cuando nos invita a una nuevaetapa evangelizadora llena de fer-vor y dinamismo, que ponga comoprioridad, en todo, el anuncio. Y,doy gracias a Dios, por ser comoes: hombre de Dios, verdaderocristiano y sacerdote, buen pastor,en todo, pasión por la misión.

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“ CONSERVO SU MIRADA AMOROSAY RETENGO SU VOZ COMO UN TESORO PARA MI VIDA ”

OOLLGGAA MMAARRÍÍAA AALLEEGGRREE(Decana de la Facultad de Educación.ULL)

Olga María Alegre de laRosa es Doctora en Psicología,Catedrática de Didáctica eInvestigación Educativa yDecana de la Facultad deEducación de la Universidad deLa Laguna. Además, Alegre es laautora del libro "El último detodos. Perfil de un hombre deIglesia". Un extenso trabajo queprofundiza en la persona delobispo emérito de Tenerife.

P.-¿Cómo describiría a D. DamiánIguacen?

R.- Como el hombre de Iglesia que eli-gió como lema de su vida ser “El últi-mo de todos y el servidor de todos”.

P.- Usted ha tenido la oportuni-dad de conocerlo bien, como haquedado reflejado en su libro “Élúltimo de todos”. ¿Qué supusopara usted este trabajo?

R.- Escribir un libro dedicado a des-granar la persona de D. DamiánIguacen Borau fue una gran oportu-nidad espiritual para mí, como sirecibiera una catequesis o hicieraejercicios espirituales. A más le fuiconociendo en los distintos ángulosde su rica personalidad a través delestudio de miles de documentosanalizados como cartas pastorales,escritos, homilías y publicaciones,desde su estancia en Teruel, con elaporte de las entrevistas a perso-

nas que lo conocen, o con elanálisis psicológico que rea-licé en profundidad, medaba cuenta que entrabacomo de puntillas en untemplo o quién contemplaun bello paisaje con asombro.

P.- Si tuviera que quedarse conuna faceta de este obispo, ¿concuál sería? ¿D. Damián sacerdo-te, D. Damián escritor, D. Damiánespiritual, humano, intelectual,servicial…?

R.- Damián Pastor. Es el Pastor queconvence porque amó primero. Esel Pastor preocupado por la unióndel rebaño. Es el Pastor incondicio-nal, no es jefe, sino pastor. No se habajado nunca de la Cruz. Su cami-no diario es el de la reflexión, elsilencio y la oración. Me repitiómuchas veces la frase de S. IreneoPastor que él tanto admira: “que ennuestra religión no hay nada porencima del Amor”. La verdaderaautoridad de Damián Pastor es suamor y su humildad, que no esdebilidad, sino auténtica fortaleza.

P.- ¿Cuál cree que puede ser la razónde que haya vivido tanto tiempoconservando su lucidez tan bien?

R.- Porque Dios lo sigue necesitan-do para nosotros. Dios nos amatanto que nos lo sigue regalando yentregando. Herida de guerra en

hombre de paz. Radiotelegrafistaen primera línea de soldado y tele-grafista en primera línea de Pastor.Su naturaleza biológica le ayuda,comida frugal, mucho movimiento,lectura diaria y hacer crucigramas.El amor de Dios se derramó conregalarnos a su Hijo Jesucristo,pero con D. Damián, su siervo, nosentregó una esponja llena de aguafresca que a más la han apretado,más agua ha derramado entregan-do la vida por sus ovejas.

P.- De los aspectos que siempreha destacado D. Damián en losámbitos eclesial, familiar, huma-no, caritativo, etc., ¿cuáles creeque aún están por lograr?

R.- Sin dudarlo ni un momento: 1)Hacer realidad el Himno de laCaridad que D. Damián reza tresveces al día, 2) Hacer realidad laRuta Virgen de Candelaria, es unavergüenza que la Patrona deCanarias no tenga, como se mere-ce, por no haber existido impulsopolítico, social, ni religioso esa Rutade Peregrinación bien trazada yseñalizando el itinerario, restau-rando y dignificando esos lugareshistóricos, culturales y religiosos y

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planificando visitas y peregrinacio-nes a esos lugares de tanta impor-tancia y que en este Año de laMisericordia tendría que tenerespecial atención e impulso y 3)Hacer realidad las Preguntas claveque me hizo D. Damián al final deuna de las entrevistas: ¿La dió-cesis de Tenerife es sacramentouniversal de salvación paracuantos habitan en nuestrasislas? ¿Nuestra vida es aptapara anunciar ahora y aquí elEvangelio de Cristo?

P.- ¿Qué visión tiene D. Damiánen torno al patrimonio culturalde la Iglesia?

R.- Es un lenguaje, un medio pas-toral. Dios es la belleza y en el malsiempre hay fealdad. Los bienesdel Patrimonio histórico artístico dela Iglesia proceden de la fe, expre-san la fe de las comunidades quenos han precedido y nutren la fe.Para D. Damián es preciso saberentender su lenguaje y su pedago-gía. Son un modo excelente deevangelización. Él dijo hace años ysigue siendo actual: “Conservemosel Patrimonio legado por nuestrosantepasados, dignifiquemos loslugares de culto, los utensilios yobjetos sagrados, cultivemos elgusto y la sensibilidad artística yhagamos del arte un medio deevangelización”.

P.- ¿Qué anécdotas recuerda desu relación con D. Damián?

R.- No las puedo llamar anécdotas,más bien fueron momentos espiri-tuales de sentir el amor de Dios pormedio de mi Pastor. Recuerdocómo se divertía como un niñohaciendo los test psicológicos, enla entrevista diciéndome que no lehiciera preguntas difíciles y las lar-gas conversaciones profundaspero siempre con chispa, conhumor y risa. Dócil, bromeando conlas preguntas difíciles de los test deinteligencia y personalidad. En ellibro presento su perfil de hombre

inteligente, creativo, libre e inde-pendiente, personalidad integrada,no le interesan los halagos, presu-roso, espíritu del Magníficat, espíri-tu del Concilio. Conservo su miradaamorosa con su brazo en el mío yretengo su voz como un tesoropara mi vida. Aprendí con D.Damián que jamás puedo estarfrustrada, ni fracasada. Si amo yvivo el amor, es imposible. En suentrada a la Diócesis de Tenerifedijo: “Aquí estoy, en medio de vos-otros, como el último de todos y elservidor de todos”. Ante eso, todapersona de buena voluntad, nopuede más que quitarse el sombre-ro y dar gracias a Dios por amarnosen la persona grandiosa del BuenPastor Damián Iguacen Borau.

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D. DAMIÁN Y EL PATRIMONIO CULTURAL-- MMiigguueell ÁÁnnggeell NNaavvaarrrroo -- (Director del Archivo Histórico Diocesano)

En el año 1979, después dehaberse firmado los

Acuerdos Iglesia Estado, se cons-tituyó la Comisión Negociadorapara el Patrimonio Cultural de laIglesia, presidida por el entoncesCardenal Tarancón y nuestro obis-po emérito como uno de los doscomponentes de la misma. Para élno era novedoso el tema, yaantes, D. Damián estuvo en elgrupo redactor de un documentofundamental para la conservacióny organización de los archivosde titularidad eclesiástica; esedocumento de 1976, ha permiti-do una moderna concepción ymás profesional gestión de losfondos archivísticos.

Nuestra Diócesis asumiría estadecisión de la Plenaria de laConferencia Episcopal nueveaños después, en 1984 por decre-to episcopal del 18 de diciembre,junto a otros de carácter artístico ycultural, todavía válidos hoy endía. En ese momento , llevaba D.Damián en la Diócesis solo tres

meses, y unos cuantosmás como prsdente de larecién creada ComisiónEpiscopal del PatrimonioCultural de la Iglesia, enla cual permaneceríahasta 1993, sobrepasán-dose, a pesar de seremérito, en dos años por

petición de todos sus hermanosen el episcopado.

Si D. Damián se convirtió enreferente sobre temas de patrimo-nio cultural de la Iglesia, se debióa su visión sobre el patrimonio, elcual siempre consideró como laexpresión de fe del pueblo creyen-te. Encontrando en el arte y losarchivos un extraordinario instru-mento para la nueva evangeliza-ción, y también como medio peda-gógico para el crecimiento de fede los creyentes. En laConferencia Episcopal, ayudó asus hermanos obispos a tomarconciencia del importantísimovalor del acervo cultural del pue-blo creyente.

Empezó a organizar las jorna-das de patrimonio, así como fun-dar un taller de restauración delEpiscopado Español al servicio de

toda la Iglesia, también, publicaríadiversas obras que hoy son refe-rentes para comprender el signifi-cado de nuestro patrimonio reli-gioso; en este sentido, destaca-mos especialmente suDiccionario del patrimonio cultu-ral de la Iglesia, de un valorbibliográfico imprescindible paratodos los estudiosos de la histo-ria del arte sacro.

Al llegar a nuestra Diócesis,creaba la Delegación Diocesanade Patrimonio Cultural, aprove-chando cualquier ocasión paraeducar al mismo clero en la impor-tancia de la verdadera restaura-ción frente a la mala praxis derepintar que imperaba en nuestrasislas, así como a tomar concienciade su importancia cultural, pasto-ral y cultural. También, puso lasbases para un futuro ArchivoHistórico Diocesano, creando lacolección de microfilm de loslibros sacramentales de todas lasparroquias, y dando acceso a ellodentro de las dependencias delmismo Obispado. Para ello, conta-ría con la inestimable cooperacióndel sacerdote D. Julio GonzálezSánchez que realizó toda la micro-filmación y atención del públicoque lo requería.

El desarrollo de la preservacióny puesta en valor educativo delpatrimonio cultural de la IglesiaEspañola, y la diocesana en particu-lar, no estaría en el lugar en que noshallamos sin las bases inestimablesque D. Damián supo construir.

“Si D. Damián se con-virtió en referentesobre temas de patri-monio cultural de laIglesia, se debió a suvisión sobre el patri-monio, el cual siem-pre consideró comola expresión de fe delpueblo creyente”

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UN HOMBRE BUENO-- MMaauurriicciioo GGoonnzzáálleezz GGoonnzzáálleezz -- (Vicario Gral. en la época de D.Damián)

Los sentimientos de alegría,admiración y gratitud unen

los corazones de los fieles denuestra Diócesis al poder felicitaren estos momentos a D. DamiánIguacen, Obispo emérito de nues-tra Diócesis, al cumplir los cienaños de su nacimiento.

Cien años, ¡un siglo! - son unamplio espacio para contar y can-tar muchas cosas en la vida de unhombre bueno. Estos años hansido un escenario de grandesacontecimientos y de profundastransformaciones mundiales,nacionales, eclesiales, y sociales,y en ese escenario ha encarnado

D. Damián su papel humano,cristiano, sacerdotal y pastoral enla Iglesia. Querer trazar una sem-blanza o resaltar algún aspectode su vida larga y hermosa resul-ta una trivialidad. ¿Qué puedemanifestarse que ya no se conoz-ca? ¿Qué podemos resaltar queno se haya aplaudido? ¿Quépodemos comunicar que no haya-mos ya experimentado?

Me viene a la mente aquelloque el poeta R. Tagore pone enboca de una fuente: "Aunque una

gota de mi agua mebasta para calmar la seddel caminante, ¡con quealegría se la doy toda!"En efecto, D. Damiánno ha hecho de su vidaun conjunto de servi-

cios, sino una donación de supersona. Se entrega a cada unoen su humildad, su alegría y suministerio. De D. Damián notenemos conocimiento, tenemosexperiencia.

Por eso hablo desde mi expe-riencia. Doy gracias a Dios- y a D.Damián- haber vivido el ministeriocerca de él en esos años de suepiscopado en esta Diócesis.

Lo conocí por primera vez enlos días en que vino a predicar elquinario del Santísimo Cristo deLa Laguna. Un tiempo después,cuando el Santo Padre aceptó larenuncia del obispo D. LuisFranco Cascón a su ministerio enesta Diócesis, se hablaba en algu-nos momentos de los posibles yconvenientes sucesores en lasede Nivariense. Recuerdo queen uno de esos diálogos entreamigos, manifesté que a laDiócesis le vendría bien un obispo"algo así como D. Damián, el obis-po de Teruel".

Cual no sería después mi sor-presa y alegría cuando llegó lanoticia del nombramiento delnuevo obispo de Tenerife. No era"alguien así como D. Damián",sino D. Damián en persona, quiendaba el gran salto geográficodesde Aragón a las Islas Canarias.

Tan pronto como nuestroObispo hizo su entrada en laDiócesis, determinó hacerseinmediatamente presente en cadauna de las restantes islas. Fueronunos viajes relámpago, pero muy

significativos. Los encuentros fue-ron unos flash fotográficos quehicieron el retrato de D. Damián.Enseguida fue a la isla de LaGomera. Pocos días atrás habíatenido lugar el trágico incendio enlos montes de los Roques deAgando. Ya en San Sebastián,visitamos con el párroco D.Prudencio Redondo, la casa deuna familia que había perdido unhijo en el incendio. Recuerdo viva-mente aquel encuentro. Aquelsilencio inicial compartido, lasdolorosas palabras y lágrimas delos familiares y las cariñosas, sen-tidas y alentadoras manifestacio-nes de D. Damián expresadas ensu rostro y en sus palabras.

Después fue a La Palma. ElSr. Obispo quiso llegar hastaGarafía para visitar allí el peque-ño hogar de ancianos que lleva-ban las Hijas de la Caridad en elbarrio de Franceses. Nos condu-cía en su coche D. Pablo Álvarez,párroco de Garafía. En un deter-minado lugar nos detuvimos ybajamos para disfrutar unmomento de aquel paisaje de ver-des y vetustos pinares. Entoncesnos alcanzó un camión que lleva-ba detrás a un grupo jóvenes tra-bajadores. Bajaron un momentodel camión para saludar al nuevoObispo. Uno de aquellos chicos alsubir de nuevo al camión invitómedio en broma a D. Damián a

“En un diálogo entreamigos, manifesté quea la Diócesis le vendríabien un obispo "algoasí como D. Damián,el obispo de Teruel"

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“DADOR” DE PAZ Y CONSUELO-- GGeerraarrddoo SSoolleerr -- ( Deán del Cabildo Catedral de Lleida)

Bendigo al Señor por-que muchas veces, alo largo de mi vida de

presbítero diocesano he podidoexperimentar consuelo y pazviendo, escuchando, hablandocon D. Damián.

Cuando era párroco de San

Lorenzo de Huesca leconocí. Siendo obispode Barbastro participéen algunos retiros espiri-tuales que daba a lossacerdotes. Él hizo quefuese a dar ejerciciosespirituales a los sacer-dotes de Tenerife. Pero

el trato más intenso con él ha sidoy es en su residencia de Huesca.

En la primera tanda de ejerci-cios espirituales a los sacerdotesde Tenerife me encontré un grupode sacerdotes jóvenes que parti-cipó muy bien. Y en el diálogo

personal les preguntaba: Y tú¿por qué has querido ser sacer-dote? Y la respuesta de cada unode ellos era: D. Damián. Su ilu-sión, su espíritu de trabajo, subondad, su alegría, los ánimosque daba, el “saltar de isla a isla”,como me decían algunos.

Y en estos años de su residen-cia en Huesca, el trato personal opor teléfono ha sido muy frecuente.

Quizás es un don de Dios queel Señor le ha hecho a D. Damián,pero siempre el hablar o estar conél, ha sido un momento pacificador

que subiera con ellos. Sin pensarlo,el Sr. Obispo subió enseguida y elcamión siguió delante de nosotroscamino de Franceses. Cuando lle-gamos al barrio, mientras el camiónparaba al borde del camino y baja-ban todos, llegó nuestro coche y lagente del barrio se acercó conaplausos, creyendo que en él veníael nuevo Obispo. Mientras tanto,Don Damián, contemplaba con unapícara sonrisa "aquel recibimiento".A continuación tuvo lugar en elcomedor de la casa de los ancianosun encuentro entrañable con losacogidos y las hermanas.

En la isla del Hierro, despuésque los párrocos mostraron al obis-po algunos lugares de la isla, en lacasa del párroco de Valverde, D.Francisco Santana, antes de lacena, aquellos jóvenes sacerdotesdisfrutaron a solas, en un ambientecordial, fraterno y filial, de unencuentro distendido con el Sr.Obispo que les llegó al corazón.

En Tenerife, se repitieron estosencuentros. Esos breves y entra-ñables encuentros fueron el marcoen que quedó colocado el retrato

de la personalidad y el quehacerde D. Damián. El programa pasto-ral de D. Damián quedó expresa-do en la homilía pronunciada por élen la Catedral en la misa de suentrada en la Diócesis: "Vengo conalegría; vengo con temor; vengocon ilusión". Su ministerio pastoralsiempre fue un Ir, un Salir, unEncontrar, un Acoger. En el itinera-rio y la forma que todos conoce-mos, alabamos y agradecemos.

Se mostraba como una perso-na que parecía que le sobraba eltiempo: para acoger, para escu-char, para dialogar, para reunirse,para seguir de cerca las situacio-nes y acontecimientos de su dió

cesis; siempre con el talante decercanía, de gozo y de sabe estar.

Y por otra parte parecía comouna persona a la que siempre lefaltaba el tiempo. No derrochabaun minuto y prolongaba su trabajode estudio y preparación. Dabagusto leer y escuchar sus homilí-as, conferencias, ejercicios y escri-tos, siempre profundos, edifican-tes, precisos y bellos. Comorecuerdos perennes de su sensibi-lidad pastoral quedan en laDiócesis: la Casa Sacerdotal, laCasa de Acogida, la AsambleaDiocesana de Pastoral.

Al alegrarnos de este insólitoacontecimiento de los cien añosde vida de D. Damián, al tiempoque lo felicitamos desde lo máshondo de nuestro corazón, damosgracias al Señor por este regalo yporque a lo largo de la corta histo-ria de esta Diócesis Nivariense haquerido siempre regalarnos unos"Pastores según su Corazón". Poreste motivo podemos decir: "ElSeñor ha estado grande con nos-otros y estamos alegres".

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y me he sentido muy consolado. Alfinal de todo encuentro personal conél siempre la misma delicadeza cari-ñosa: “Muchas gracias, Gerardo”.Expresión que le sale del corazón.

A lo largo de mi vida sacerdotalya he tenido varios Obispos. Y eltrato con algunos de ellos me pro-ducía nerviosismo, pesimismo,cansancio, tristeza. Por eso no mecanso de darle gracias al Señorpor la gracia de haber conocido ytratado a D. Damián. No ha sidoobispo de mi diócesis, pero real-mente para mí, ha sido y es, comoun padre, un hermano y un amigo.

Esta experiencia personal conD. Damián me lleva a darle gra-cias al Señor, y al mismo tiempo apedirle que conceda buenos pas-tores a su Iglesia. Pastores al esti-lo de D. Damián.

Cuando leo al Papa Franciscohablar de los pastores con olor de“oveja”, el ir a las “periferias”, queno se puede “anunciar elEvangelio con cara triste”, piensoenseguida como todo eso ya lo havivido D. Damián mucho antes deque el Papa lo dijese. Y de micorazón brota como un“Magnificat”, “engradece mi almaal Señor”, porque he podido ypuedo experimentar tantosmomentos de consuelo y de pazque el Señor me concede pormedio de este padre, hermano yamigo que es D. Damián.

NUESTRO QUERIDOD.DAMIÁN-- MMªª ddeell PPiillaarr RRgguueezz --

Cuarenta y cinco añoshan pasado desde queel Santo Padre lo ha lla-

mado a ser Sucesor de losApóstoles, y muy pronto celebrare-mos, con alegría, los treinta y dosaños de la fecha en que Dios nos loha regalado como obispo para nues-tra diócesis, por tanto desde que loconocemos y queremos. Gracias porsu HUELLA.

Somos muchos los que guarda-mos en nuestro interior tantos y tantosplanteamientos que continuamenteintentaba transmitirnos. ¿Cómo nocontagiarse del sincero amor queusted tiene a la Iglesia? ¿Cómo norecordar sus característicos aparta-dos en que subdividía las actitudesque las personas podemos adoptarante cualquier tema o situación?

Somos muchos los queguardamos casettes…, foto-copias o multicopias, de loque anotábamos durante susorientaciones como pastoren sus múltiples charlas,homilías, retiros o ejercicios.¡Cómo no seguir preguntán-

donos aquella frase que ustedrepetía insistentemente cuandopersonificaba los distintos persona-jes de la pasión: “¿Soy yo, Señor?”

Comencé esta referencia escri-biendo espontáneamente:

NUESTRO.- Efectivamente,nadie se quedaba excluido ni indi-ferente durante su episcopadoentre nosotros.

QUERIDO.- El sentimiento generalentre todos fue, y es, de agradeci-miento que permanece en el tiempo.

D. DAMIÁN.- ¡Todo un don de Dios!Pero, además, es un título que ustedmismo se ha ganado practicandodía a día el lema escogido: “Servidorde todos” al darse a los demás. Mitestimonio es muy breve. Consiste

en llegar hasta usted para confirmar-le que hoy, todavía, continúo sintién-dome “servida”. Muchas gracias.

¿Cómo no valorar, estimar,guardar y agradecerle sus maria-nas felicitaciones navideñas? Amuchos nos ha encariñado conMaría y nos estimula a imitarla.

¿Cómo no valorar, estimar yagradecerle diariamente habertenido la valentía y decisión deacercarnos el Orden de lasVírgenes hasta nuestras calles dela diócesis, y concedernos la con-sagración como respuesta a la lla-mada de Dios?

En nombre de todas, gracias.Nos abrió muchas puertas amuchas personas, con el fin de quetuviéramos un encuentro más pro-fundo con Jesucristo.

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“NOS CONSAGRAMOS A UNA PERSONA,NO A UNA MISIÓN; Y ES LA PERSONA DE CRISTOLA QUE NOS DA LA MISIÓN EN LA IGLESIA”-- JJuuaann PPeeddrroo RRiivveerroo -- ((RReeccttoorr ddeell SSeemmiinnaarriioo DDiioocceessaannoo))

Si me pidieran la frase de D. Damián que másfuerte se ha prendido a mi recuerdo, aun-que me cueste vivirla y dar testimonio de

ella, es la que abre como título esta colaboración conocasión del 100 aniversario del Obispo que me orde-nó diácono y presbítero en esta Diócesis. Tal vez por-que es una frase que rompe con la expectativa comocriterio y no sitúa en verdad en la sana indiferencia dela incondicionalidad y disponibilidad total al serviciode la Iglesia y del mundo.

Cuando llegó como Obispo a nuestra Diócesis yotenía 19 años y estaba en el primer curso delSeminario Mayor (1985). Cuando el Papa le aceptóla renuncia como Obispo había sido enviado a estu-diar a la Universidad de Comillas. Todo el tiempo demi formación sacerdotal estuvo marcado por el epis-copado de Mons. Iguacen. Fueron los años de laAsamblea Diocesana, del inicio del Instituto deFormación para Laicos y de la Escuela de Agentesde Pastoral, del nacimiento de los Encuentros en laCultura, etc. Había un ambiento de ilusión generali-zada y un deseo grande de servicio incondicional a laIglesia en el ambiente. Hay una serie de recuerdosespeciales que quisiera señalar:

1. La conversación con D. Damián al enviarmea estudiar a Madrid de la que tomo el título de estasnotas. “Siéntete enviado por la Diócesis a prestareste servicio; aprovecha mucho el tiempo y disfrutade las posibilidades que te ofrecen las bibliotecas. Yreza mucho”. Aquella manera de poner la misión enmi corazón no la puedo olvidar; creo que no la olvi-daré jamás.

2. La breve frase que me dirigió, varios añosdespués de jubilarse, saliendo del coche fuera del

Monasterio de Concepcionistas de Garachico,a donde iba a dirigir Ejercicios Espirituales, enla que con tanta sencillez como claridad mesubrayó “(…) me gusta ver que estás dondeestás; no cambies”, y que me confirmó, sintener que hacerlo, en la labor como formadordel Seminario menor.

Sólo quiero recoger estas dos notas, de lasmuchas que pudiera hacer, no porque sean lasmejores ni las únicas, sino porque en el momen-to en que fueron hechas se clavaron con firme-za a mi alma.

D. Damián supo motivar con su ejemplo. Nosinvitaba a obedecer obedeciendo. Siendo fiel nospedía fidelidad. No se escandalizaba de la mediocri-dad en la que podemos vivir, porque nos enseñóque es posible reparar la mediocridad con la gene-rosidad, y esto los unos respecto de los otros. Unverdadero fundamento para la fraternidad sacerdotaly la corresponsabilidad eclesial en la misión.

Y nos enseñó a obedecer no a D. Damián, sinoal Obispo. Nos lo invitaba haciéndonos conscientesde la grandeza del pueblo de Dios a quienes tenía-mos que servir. “No se merecen el Pueblo de Diosque tenéis (…)” que es tan capaz de entender yacompañar a sus pastores, nos subrayaba. Y es ver-dad. Y la gente supo enseguida quién era y cómoera aquel Obispo tan grande como sencillo. Esagrandeza que surge en los hombres sencillos.

Cien años es un regalo de Dios, desde la pers-pectiva de quienes lo vemos desde fuera; pero es,sin duda, la cruz de los hombres fieles que carganen sus pequeños hombros los dolores y las pérdi-das de un camino largo. Son, sin duda, los 100años de un hombre santo. Por nuestra vida hapasado cercano el testimonio de un santo. Y eso,aunque no estemos a esa altura, nos ha dejadouna huella imborrable.

El último y el servidor de todos. Así fue. Así lo recuerdo.

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TESTIMONIO Y TESTIGO CREYENTEMaría José García Cabrera(OVC)

Dignidad de la persona.Acogida. Mesura.Interés. Amor hecho

vida. Nada es ajeno a Dios. Esoveo en él y aprendo de él. Sinduda, éstas y muchas otras defini-ciones me valen para aproximarmea Don Damián Iguacen Borau;bastaría y significaría todo decir,sencillamente, Don Damián.

De las numerosas expresio-nes, experiencias, dificultades,momentos, en los que él ha esta-do en el camino de la vida, mequedo con algunos que puedenser definitorios de la huella de unhombre creyente, de un sacer-dote honrado y de un Obispo deDios que se ha cruzado en nues-tras vidas; en mi vida.

En los años 80 mientras estu-diaba filología y vencía mi timidezhaciendo teatro en la facultad, cre-cía en la fe, y conocía a Jesucristodesde la experiencia de militanciaen un movimiento apostólico juve-nil: Hombres Nuevos. Era un tiem-

po de formación, de cre-cimiento, de conocer aDios, que nos quiere enel mundo, para organizar-lo según su designio,para llevar a otros a Él; yahí aparece la discreta yfirme presencia de Don

Damián: la posibilidad de trabajarla Asamblea Diocesana.

Otra estampa que tengo graba-da en la retina y en el recuerdo essu confianza en el diálogo, en laapertura, en las plataformas deformación serena y seria, el surgi-

miento de Encuentros en la cultu-ra, desde las butacas primero yprestando una mano, después,supusieron un foro de apertura.Verlo acompañado de profesores,de pintores, de laicos a los queanimaba a formarse es otra ima-gen que agradezco: él, un hombrede Iglesia, escuchaba, valoraba einterpelaba; enseñaba estando

entre los otros que opinaban dife-rente, descubría en cada uno lahuella de Dios, el hambre de Dios.

Todo esto nos lleva a la décadade los 90; con él se instauró elOrdo Virginum en nuestra diócesisen 1991, año que supuso su pasoa ser Obispo emérito. La huelladel testimonio de Don Damián memotivó a poner en sus manos unproceso de discernimiento voca-cional, pasó el tiempo y llegado elmomento ¿quién mejor que élpara ayudar, para poner nombre,responder a dudas, ser guía en elmomento de fuerte discernimientoy de opción vocacional en aquelcarisma recuperado por elVaticano II? Aun estando en esemomento por distintas diócesis deEspaña u otras partes del mundo,dando ejercicios espirituales,charlas, retiros, siempre quenecesité contrastar con él algunascuestiones fue muy accesible: supresencia en nuestra diócesis enpuntuales ocasiones, en las quesiempre vino a trabajar, favorecióque pudiera hablar con él de cre-yente a creyente: ver la huella de

Dios ahí y su respuesta; fueayuda para sacar cuanta hoja-rasca de distracción aparecía;fue consejo y acogida.

Posteriormente, en momentosde dificultad; es siempre un testi-go de las vidas ajenas y de cómonos acercamos o alejamos deDios; es testimonio de creyente,que, a pesar de lo vivido, jamás

Entrega de premio al niño ganador del concurso de dibujo. A la derecha, el Dr. Ramón Trujillo

Brindando con la Tuna de Económicas

“Fue ayudapara sacarcuanta hoja-rasca dedistracciónaparecía”

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UN OBISPO DETODOS Y PARATODOS

Tuve el privilegio deconocer y de admirarbien de cerca a D

Damián – así lo llamamos siempre- en los años que era obispo deTenerife, porque yo vivía en LaLaguna. Siempre me impresiona-ron su cercanía, su sonrisa francay abierta, su sentido del humor ysobre todo su celo pastoral y sutalante evangélico.

Hacía pocos días de su tomade posesión y al preguntarle siviviría en el Obispado, se sonrió,con aquella su sonrisa tan agrada-ble y me dijo “No hija, no, el obis-pado es muy grande y yo soy muypequeño”. Nunca le faltó el senti-do del humor.

Durante los años en que fueobispo siempre fue muy cercano ala gente, le gustaba la buena con-

versación y encontrarse con laspersonas. Siempre tenía tiempopara un saludo, una palabraamable y recordaba a cada uno ysus inquietudes. Un año nos diri-gió unos Ejercicios en laResidencia Nazaret de LaLaguna a un buen grupo de lasMisioneras Hijas de la Sagrada

Familia de Nazaret. Al terminaruna conferencia de la tarde, leofrecí acompañarlo en coche a sucasa porque había anochecido ylloviznaba. Como siempre, se son-rió y me dijo “Muchas gracias,pero no. Un obispo ha de andar apie por su ciudad para que lagente pueda acercarse, al obispa-do van pocos”. Le gustaba estarcon la gente y la gente lo sabía.

Don Damián siempre me haparecido un santo sacerdote,siempre dispuesto a servir a susfieles, un pastor de los que elPapa Francisco ha definido con“olor a oveja”. Estábamos en lasacristía hablando con él, des-pués de una hermosa celebraciónlitúrgica, cuando se acercó unachica pidiéndole una bendiciónespecial para su padre, enfermo.

“No puede salir de casa – le dijo –y lo que más siente es no poderasistir a la Eucaristía. Vivimosmuy arriba de Pedro Álvarez y elcoche no llega bien hasta mi casay él no puede caminar”. .La res-puesta de D Damián no se hizoesperar. “¿Te va bien que el miér-coles a las 11h vaya a tu casa acelebrar la Eucaristía con tupadre? “. Las lágrimas de gratitudrodaron por las mejillas de aquellamuchacha que no podía creer loque le ofrecía D Damián. Los quele escuchamos no sabíamos siestábamos en Galilea a dos milaños de distancia, tan evangélicanos sonó la respuesta.

No se me olvidan sus escritosdedicados a tantas y tan sugeren-tes advocaciones de la Virgen.Mucho tiempo he disfrutado de su“Santa María de las tres manos”entre otros.

Dios bendiga abundantementea su obispo, este obispo chiquitode estatura y de una grandeza dealma increíble. Gracias DonDamián por todo el bien que hahecho y sigue haciendo.

vive en la acomodada posición del«ya he llegado», sino que testimo-nia para mí la mejor manera dedespojarse de ropajes de falacia yde prepotencia y de revestirse conuna leve sonrisa y ligero de equi-paje ser un creyente siempreatento a la búsqueda de la volun-tad de Dios en la vida: a pie des-calzo, frente al Sagrario. Es invita-ción a orar y a contrastar esasideas, esas mociones, esas intui-ciones: orar, discernir sin precipi-tación. Gracias Don Damián. Aveces he sentido que estamos en

deuda con usted: no enjuicio, nojuzgo; reflexiono.

Gracias por hacer de ésta una

diócesis abierta, gracias por creery confiar en un laicado al que exi-gió y al que acompañó, graciaspor sus detalles de finura espiri-tual al recodar qué sombras nosentretienen en el camino. Graciaspor su credibilidad, gracias por notener jamás prisa al escuchar; gra-cias por creer y por ayudar acreer. Gracias porque de su lemahizo y hace un estilo y un sello devida: gracias porque siendo el últi-mo de todos siempre ayuda amirar a Aquél que nos escogió.Dios lo bendiga.

Entrevista realizada por Zenaido Hdez.en el nacimiento de “Diálogo Fe-Cultura”

-- CCeecciilliiaa CCoorrttaaccaannss --((MMiissiioonneerraa ddee NNaazzaarreett))

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Mi punto de vistaFELIZ CUMPLEAÑOS

Don Damián Iguacen Borau,obispo de Tenerife de 1984

a 1991 y hoy, emérito. Tuve la suer-te de que Dios me permitiera cono-cerle. No lo recuerdo con exactitud,pero llevé la administración de laEscuela de Asistentes Sociales deTenerife ubicada en la santacruceracalle de La Rosa, hasta su pase ala Universidad de La Laguna.Relevé en el cargo al Rvdo. PadreMontoliú. Creo que fue entre 1986y 1988. Tuve la primera conversa-ción con Don Damián a los pocosmeses de asumir la administraciónde la Escuela, en una de las reunio-nes periódicas que las monjas tení-an con el obispo para informarle dela gestión y las conversaciones conla Universidad, así como rendircuentas.

Don Damián entró en mi vidacuando yo pasaba por momentosde crisis en la Fe. Dios me puso ensu camino no solo para salvar esacrisis, sino para que volviera a misorígenes. La bondad del obispo, sucercanía, su sencillez, su sabercómo llegar a mi corazón con LaPalabra, fue un impacto positivo tanbrutal en mí, que cada día en losmomentos de paz y tranquilidadpara orar, solo le daba a Dios lasgracias por haber conocido a DonDamián.

Pasé algunas horas placenterasde charla con él en el obispado yotros lugares; me regaló algunosde sus libros; leí más de dos y tresveces uno: “Creí, por eso hablé”.No recuerdo si me dedicó alguno,posiblemente sí, pero los presté ynunca los pude recuperar. Uno de

los suyos “Diálogos con SantaMaría, Madre de Dios”, me lo rega-ló el Rvdo. Paco Arteaga, DelegadoEpiscopal de Cáritas por esasfechas, con esta dedicatoria:“Leonardo: Espero y deseo queeste librito de tu amigo D. Damián,te ayude para que sigas enamora-do de la Virgen. Un abrazo. Paco.15-12-94”. Ya lo creo que me ayudóy ¡cómo!. Aún me sigue ayudando,no me canso de releerlo.

Tengo una anécdota con PacoArteaga. Mi querido amigo y com-

pañero Jesús Martín Ayuso, admi-nistrador de Cáritas Diocesana deTenerife, lo solicitó el Rvdo. AntonioHernández para administrarProyecto Hombre Canarias. Noquería dejar desamparada aCáritas administrativamentehablando, ni darle una negativa alPadre Antonio. Me pidió si yopodría hacerme cargo de “las cuen-tas” de Cáritas, que solo me llevarí

an “un par de horas a la semana”.Me reuní con Paco Arteaga y

Carmen Luisa (Subdelegado porentonces y Directora de Cáritas)iniciamos conversaciones. Dossemanas más tarde ambos meconfirmaron que aceptaban mehiciese cargo de la administración,pero que debían proponérselo alobispo, pues él es el que nombra alAdministrador Diocesano deCáritas, a propuesta del Director/a.

Paco Arteaga al día siguiente,me llamó para que pasara por losServicios Generales de Cáritas. Meentregó el nombramiento por elobispo, diciéndome: “ya me podíashaber dicho que el obispo y tú osconocéis de hace tiempo y mehubieses ahorrado la preocupaciónde si el obispo te aceptaba o no,pues nosotros estábamos muyinteresados”.

Desde su cese, he podido estaren alguna de sus charlas enTenerife, pocas la verdad, pues misobligaciones como Director deCáritas no me lo han permitido,pero siempre está Don Damián enmi recuerdo y entre las personaspor las que en mis oraciones dia-rias, pido al Padre le siga bendi-ciendo cada día.

Muchas felicidades, DonDamián, por sus cien años ymuchas gracias por lo que meha dado y me sigue dando.Usted me enseñó a “leer e inter-pretar” el Evangelio, lo queJesús quería decir con sus pala-bras. Y hoy, solo hago eso en lamisión encomendada: aplicar lasenseñanzas de Jesús.

Muchas gracias a Dios y a usted.

Por Leonardo Ruiz del CastilloDirector de CÁRITAS DIOCESANA

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