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II Encuentro de Jóvenes Investigadoresen Historia Moderna. Líneas recientesde investigación en Historia Moderna

Comunicaciones

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eCOLECCiÓN ESTUDIOSEDICIONES CINCAN° 5

Esta publicación se ha realizado dentro del Grupo de Excelencia de la URJC:"La Configuración de la Monarquía Hispana a través del sistema cortesano (siglos XIII-XIX):organización política e institucional, lengua y cultura (GE-2014-020)" financiado porel Banco de Santander

IVI4lMVERSIDAD AllOtnfA,

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Las posibilidades del Catastro de Ensenada para la “historia local”: Alhaurín el Grande (Málaga) en el siglo XVIII

Jesús Rueda Solano Universidad de Málaga

[email protected]

Resumen: El Catastro de Ensenada es una fuente básica para el estudio histórico español de

mediados del siglo XVIII. Las Respuestas Generales posibilitan el conocimiento general de una localidad

o ciudad, y son abundantes las publicaciones en este sentido, pero son las Respuestas Particulares las que

ofrecen un análisis multifocal detallado, aunque son pocos los archivos que las conservan. Plantearemos

en esta comunicación las posibilidades de trabajo que resultan viables a partir de las Respuestas

Particulares de la localidad de Alhaurín el Grande (Málaga), un material inédito y prácticamente único en

la provincia de Málaga. Datos relacionados con la economía, la estructura urbana y rural, la vida

cotidiana, la sociedad, las relaciones de género, etc., serán corroborados o incluso descubiertos a través de

los datos conservados y las vías que aquí se proponen.

Palabras Clave: Catastro de Ensenada; respuestas particulares; posibilidades de trabajo; Alhaurín

el Grande; siglo XVIII

Abastract: The Catastro of Ensenada is a primary source for the historical study of the Spanish

18th century. The general answers make possible a wide knowledge of a locality or town, and there are

many publications on this matter. But the particular answers, indeed, offer a multifocal and more detailed

analysis, although there are only a few archives that conserve them. On this paper we expose the viable

study possibilities from the particular answers of the locality Alhaurín el Grande (Málaga): an unknown

and possibly unique material on the whole province of Málaga. Economy, urban and rural structure, the

daily life, society, gender relations, etc. are some of the data we shall corroborate or even discover on

account of the conserved data and the ways hereof proposed.

Keywords: Catastro of Ensenada; particular answers; study possibilities; Alhaurín el Grande; 18th

century

El siglo XVIII español constituye un objeto de estudio que no deja de sorprender

en todos sus ámbitos, ya sean aspectos culturales, religiosos, económicos, sociales o

incluso políticos. Todos ellos suponen un filón de estudio para el investigador por una

de las principales ventajas que ofrece este momento: la relativa abundancia de

documentación, de entre la que destaca principalmente el Catastro del Marqués de la

Ensenada, inagotable fuente de información.

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El análisis minucioso de sus páginas ofrece distintos niveles. El primero de ellos

es la posibilidad de conocer casi cualquier localidad en un momento histórico preciso a

través de sus Respuestas Generales, ampliamente trabajadas en prácticamente la

totalidad de la geografía española1. Esta documentación está actualmente muy difundida

gracias al Portal de Archivos Españoles (“PARES”), una iniciativa que ha permitido el

acercamiento al catastro de cualquier ciudadano interesado sin perjudicar su

conservación, pues hablamos de un material único y extraordinariamente valorado por

los investigadores del siglo ilustrado.

En un segundo nivel pueden realizarse estudios comparativos entre estas

Respuestas Generales y las Comprobaciones a las Particulares de la década de los 60,

muy dificultas y laboriosas. Pasando al tercero, los estudios serían de ámbito mucho

más local y con un nivel de complejidad variable en función del tamaño de la población,

pueden analizarse para cada pueblo las conocidas como Respuestas Particulares, las

cuales no han sido apenas trabajadas en parte porque muchas no se conservan en

nuestros Archivos Históricos.

Si las Generales ofrecen la posibilidad de conocer la localidad a grandes rasgos,

las Particulares nos permiten una reconstrucción de la misma prácticamente total, pues

en ellas se contienen datos de una brillante utilidad, tales como propiedades rústicas y

urbanas de cada vecino y localización exacta de las mismas2, ocupación de la persona,

estado civil, número de hijos, renta aproximada en cálculo anual, etc.

Fue sin duda el injusto reparto de la carga impositiva imperante en España lo

que movió a personajes ilustrados a proponer el establecimiento de la “Única

Contribución”, que generaría la documentación citada. Alcabalas, Millones, Cientos,

Tercias Reales, y el largo rosario de exacciones hacían del sistema utilizado por la

1 Por ejemplo, la colección “Alcabala del Viento” de Tabapress, que ha editado las Respuestas Generales de numerosas capitales castellanas con excelentes estudios introductorios. Destacamos, por pertenecer a nuestro ámbito, Granada (Granada 1752, según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Introducción de D Antonio Domínguez Ortiz) y Málaga (Málaga 1753, según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Introducción de D Siro Villas Tinoco). 2 Para el caso de las viviendas situadas en el casco urbano se ofrece la localización de dicha construcción en el callejero de la localidad, así como el nombre del vecino propietario de la casa o solar con que linda, lo que favorece una reconstrucción muy exacta identificando a cada vecino con su casa y situándola donde corresponde. Así se trabajaron, en el caso malagueño, por José Manuel Reina Mendoza (La vivienda en la Málaga de la Segunda Mitad del Siglo XVIII). Respecto a las propiedades rústicas, la información es más completa si cabe. En este caso podemos encontrar en las páginas del Catastro la forma del terreno, bien sea rectangular, cuadrangular, circular o irregular, adjuntándose siempre al margen un dibujo a mano alzada de la misma, así como la distancia con la localidad, la proximidad a caminos, nacimientos y conducciones de agua, plantíos, construcciones indexas al terreno, situación cardinal, etc. Como ejemplo, trabajó con estos datos Francisco Javier Gallego Roca (Morfología urbana de las poblaciones del Reino de Granada a través del Catastro del Marqués de la Ensenada).

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Hacienda de la Corona Castellana un conglomerado muy complejo y denostado por la

mayor parte de la población, pues las recaudaciones eran complejas, además de requerir

un amplio espectro de empleados administrativos, pues a más impuestos, mayor número

de personas encargadas de su administración3.

Los intentos de establecer una recaudación única, por tanto, pasaban por reducir

el número de contribuciones a las que el súbdito había de enfrentarse, lo que se vería

acompañado de un mayor control sobre éstos4 pero, además, se pretendía teóricamente

lograr un sistema más igualitario, pues el grueso de la carga fiscal recaía principalmente

en el llamado “Estado General” mientras que nobles y eclesiásticos quedaban exentos al

poseer, en la mayoría de los casos, cosechas propias y no verse obligados a recurrir a los

puestos de venta públicos, donde se cobraban la mayor parte de los gravámenes

indirectos5.

En unos años marcados por los intentos de reformas agrícolas, industriales y

comerciales, son abundantes las manifestaciones en este sentido expuestas en diversos

memoriales, como los de Belluga, Aznar, Zabala, etc., aunque la mayoría quedaran sólo

en el papel6. No obstante, y a pesar de que el más importante fue el intento de Ensenada,

esta idea de Única Contribución cuenta con algunos antecedentes, como el profet el

naçi, que data de 14537. Y, en cierto sentido, también las relaciones topográficas

realizadas en Castilla la Nueva por Felipe II entre 1575 y 1580, o los recorridos de

Pedro Esquivel para conseguir una “exacta descripción de sus pueblos”, aunque su

muerte impidiera la finalización del proyecto8, labores, en principio, no eminentemente

fiscales, aunque evidencian el interés del monarca por conocer de primera mano la

población.

3 A. MATILLA TASCÓN (1947). La Única Contribución y el Catastro de la Ensenada. Madrid, p. 15. 4 J.P. DÍAZ LÓPEZ (1995). “La Única Contribución como objetivo de la política ilustrada. La realización del Catastro de Ensenada en el Valle del Andarax”. Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 14, pp. 19-42. 5 Especialmente los Millones y los Cientos, que gravaban seis productos: vino, vinagre, aceite, carne, jabón y velas de sebo. 6 C. CREMADES GRIÑÁN (1993). “El siglo XVIII y los intentos de Reforma Hacendística”. Cuadernos de Historia Moderna, 14, pp. 29-37. 7 Tratamos aquí los precedentes más importantes que se aplicaron o intentaron aplicar en la Península Ibérica. Como testimonio primo en este aspecto encontramos al conocido Doomsday Book, realizado en Inglaterra en tiempos de Guillermo el Conquistador (1085-1086). Se trataba de un registro de las propiedades que habían sido adquiridas por los normandos tras conquistar la isla, “con indicación de datos típicamente catastrales”. Junto a él, y ya en el continente europeo, son destacables los estimi o allibramenti, desarrollados desde el siglo XIII en algunas ciudades del Norte de Italia (J. PRO RUIZ (1992). Estado, geometría y propiedad: Los orígenes del catastro en España (1715-1941)[Los catastros del Antiguo Régimen]. Madrid, p. 2.) 8 Geógrafo y matemático nacido en Alcalá de Henares (Madrid) en 1570. Cursó la carrera de artes y teología y consiguió ocupar la cátedra de matemáticas.

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El proyecto que realmente marcó las pautas de realización del Catastro de

Ensenada fue el desarrollado y puesto en marcha en Cataluña por José Patiño9 tras la

Guerra de Sucesión y los Decretos de Nueva Planta10, que introdujo un nuevo sistema

de tributación una vez eliminados los fueros11. El nuevo sistema contó con las

tempranas críticas de los contribuyentes al suponer un incremento de los impuestos

exigidos, algo que chocaba con la maltrecha situación económica derivada del

encuentro bélico. El modelo catalán, además, contó con varios factores que impidieron

la perfección del sistema catastral y contribuyeron a su fracaso, tales como la

circulación de moneda falsa, de dinerillos de cruz (1718) y la guerra con Francia (1719).

A esto habría que unir un factor más, la desafortunada actuación del Superintendente

que, ante el elevado gasto de aplicación del catastro en Cataluña, dispuso fueran los

propios pueblos quienes realizaran las informaciones catastrales12.

Llegarían años prósperos, que muchos asociaron al nuevo sistema fiscal, aunque

esto no evitó que el interés por la idea del Catastro se fuera perdiendo a causa de las

quejas de los contribuyentes, los cuales llegaron a acusar de revanchista al tributo (por

aquello de la Guerra de Sucesión), los errores administrativos y los recursos particulares

para conseguir una reducción de los cupos13.

Cabría destacar también otros intentos como el de Zabala y Auñón, quien

propuso una Única Contribución en su obra “Representación al Rey N. Señor Don

Phelipe V (que dios guarde), dirigida al más seguro aumento del real erario, y

conseguir la felicidad, mayor alivio, riqueza, y abundancia de su monarquía”, idea

tomada del catastro catalán14. Por último, destacaremos las medidas llevadas a cabo por

Bartolomé de Valencia, quien llevó a cabo un ensayo en Guadalajara, y José del

Campillo, Intendente de Zaragoza que llevó a cabo un intento formal de unificar las

9 I. PULIDO BUENO (1998). José Patiño. El inicio del gobierno político-económico ilustrado en España. Huelva, p. 14. Puede ser considerado el padre del catastro en España por el empeño que en ello mostró. 10 H. KAMEN (1974). La Guerra de Sucesión en España. 1700-1715. Barcelona, p. 35. 11 A. MATILLA TASCÓN (1947). op. cit., p. 29. 12 Esto derivó en el olvido de la finalidad principal del catastro: acabar con el fraude, pues si cada pueblo elaboraba su propia relación, los abusos y engaños estarían a la orden del día. 13 J. PRO RUIZ (1992). op. cit., p. 4. 14 Administrador y economista español que sin duda forma parte de aquellos pensadores que mostraban su desacuerdo con el sistema recaudatorio vigente, y su pensamiento a este respecto se puede resumir en una de sus célebres enunciaciones: “El alivio del vasallo y su restablecimiento es el más seguro fondo de la Real Hacienda”. Desempeñó el puesto de Superintendente General de la Pagaduría General de Juros y Mercedes, así como un cargo en el Consejo de Hacienda, lo que le sirvió para adquirir gran cantidad de conocimientos y capacidad de análisis (C. CAMARERO BULLÓN (2002). “El Catastro de Ensenada, 1745-1756: diez años de intenso trabajo y 80.000 volúmenes manuscritos”. CT: Catastro, 46, pp. 61-88.)

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Rentas Generales de forma paralela a Loynaz, quien propuso una nueva idea de

“catastro por repartimiento” conocida como “amillaramiento”15.

Recogiendo todas estas iniciativas, D Zenón de Somodevilla y Bengoechea,

natural de Alesanco (La Rioja)16 fue el alma máter del proyecto. Sería recompensado

por sus servicios a la Corona con el título de marqués de la Ensenada. Accedió al poder

en 1743, tras la muerte de José del Campillo y Cossío, Secretario de Estado de

Hacienda, Marina, Guerra e Indias, respondiendo sobre su nombramiento de una forma

que, aunque protocolaria, no se hallaba falta de humildad: “Yo no entiendo una palabra

de Hacienda, de Guerra, lo mismo con corta diferencia; el comercio de Indias no ha

sido de mi genio, y la Marina en que me he criado es lo menos que hay que saber para

lo mucho que la piedad de los reyes quieren poner a mi carga17”. De esta manera, se

abría un período donde abordó un amplio programa de reformas en la Administración y

en la Hacienda, entre las que destaca el intento por establecer “La Única”, pretendiendo

así acabar con la gran diversidad fiscal existente y establecer un impuesto único y

proporcional a la riqueza de cada cabeza de familia, la cual debería ser conocida

mediante la realización de un Catastro General18.

El 10 de octubre de 1749 el proyecto ensenadista comenzó a tomar forma,

cuando Fernando VI firmó un decreto por el que se daba luz verde al proceso de

establecimiento de una Única Contribución, consiguiéndose así lo que tanto habían

anhelado sus predecesores.

Este decreto, en principio, no causaba modificaciones en el sistema fiscal, es

decir, sólo pretendía la realización del catastro con vistas a una posible reforma. Para

ello, daba una instrucción, unos formularios y unos planes19. Ensenada sondeó el

proyecto en Guadalajara, y los resultados del mismo fueron expuestos al regente de

Barcelona y a cinco intendentes más para que mostraran su parecer al respecto. Tras

varios conflictos de entendimiento, el 24 de septiembre de 1749, éstos hallaron el 15 A. MATILLA TASCÓN (1947). op. cit., p. 56. 16 F. ABAD LEÓN (1981). El Marqués de la Ensenada. La Rioja, p. 9. 17 J.L. GÓMEZ URDÁÑEZ (2002). “Ensenada, hacendista ilustrado”. En C. CAMARERO BULLÓN (coord.). El Catastro de Ensenada: magna averiguación fiscal para alivio de los vasallos y mejor conocimiento de los Reinos (1749-1756). Madrid, pp. 83-100. 18 Una definición acertada de “catastro” es la que ofrece Francisco Javier Gallego Roca: “Es el conjunto de operaciones y trabajos científicos para describir exactamente las propiedades inmuebles de un país, y determinar la capacidad contributiva de cada inmueble, atribuyendo a éste personalidad jurídica independiente de la de su propietario”. Además, insiste en la existencia de dos tipos de catastro, el catastro “por masas de cultivo” y el “parcelario”, siendo éste último, a su juicio, el verdadero catastro (F.J. GALLEGO ROCA (1987). Morfología urbana de las poblaciones del Reino de Granada a través del Catastro del Marqués de la Ensenada. Granada, pp. 23-24.) 19 J. PRO RUIZ (1992). op. cit., p. 14.

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acuerdo en sus distensiones, y sentaron las bases de la redacción del interrogatorio y las

reglas definitivas20.

Los datos generados por la magna investigación realizada en Castilla, en

concreto, los correspondientes a las Respuestas Particulares, conservados en un

magnífico estado, lo que obedece al respeto de sus vecinos y a la buena gestión de su

Ayuntamiento, han permitido contar con una base extraordinaria para el proyecto que

presentamos, de interés significativo para Alhaurín el Grande y su comarca,

complementados con una amplia bibliografía en base a las Respuestas Generales para

localidades próximas21.

Nuestro ámbito de estudio recibió el auto general para dar inicio a los trabajos

catastrales, enviado por el intendente Campoverde, el 24 de julio de 175122, empezando

así la recogida de datos. El proceso se iniciaba con la llegada de un juez delegado, un

escribano y algunos oficiales de pluma al pueblo. Convocadas las autoridades locales, el

alcalde, los regidores y el escribano, mandaban publicitar el edicto por el que se

obligaba a los vecinos a declarar de forma personal, estando siempre presente el cura,

quien aportaba credibilidad. Al mismo tiempo, algunos peritos conocedores del lugar

fueron reunidos a fin de comprobar las declaraciones personales con las de éstos23.

La operación en el corregimiento de las Cuatro Villas de la Hoya de Málaga,

entre las cuales se encontraba Alhaurín el Grande en el setecientos, fue coordinada por

D Francisco Serrano y Frías, corregidor de estos pueblos desde 1750, quien encabezó la

comisión encargada del proceso, compuesta por tres oficiales. La documentación

generada será la base de nuestro estudio, recogida en un único volumen conocido como

“libro becerro”.

Alhaurín el Grande pertenece a la actual provincia de Málaga, por ende, al

antiguo Reino de Granada, y se sitúa en la falda norte de la Sierra de Mijas, delimitado

hasta al menos 1845 por el río Fahala y el arroyo de Blas González, a doscientas veinte

20 A. MATILLA TASCÓN (1947). op. cit., p. 63. 21 Para ejemplificarlo, podemos citar las siguientes obras: Ronda en el siglo XVIII, según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (Pedro Sierra de Cózar); Coín 1752, según el Catastro de Ensenada. Transcripciones y análisis crítico (Manuel Bermúdez Méndez y Pilar Martín Chicano); Historia de Alhaurín de la Torre en la Edad Moderna. 1489-1812 (José Manuel de Molina Bautista); El Catastro de Ensenada, 1751. Una luz en la historia de Benalmádena (José Bernal Gutiérrez y Juan Manuel Castillo Cerdán); Marbella 1752, según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Estudio introductorio (Francisco López González y Lucía Prieto Borrego). 22 M. BERMÚDEZ MÉNDEZ, y P. MARTÍN CHICANO (2007). Coín 1752 según el Catastro de Ensenada. Transcripciones y análisis crítico. Málaga, p. 50. 23 J.P. DÍAZ LÓPEZ (1995). op. cit.

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varas sobre el nivel del mar24. Su población a mediados del siglo XVIII es de

seiscientos vecinos aproximadamente25, y cuenta con unas quinientas viviendas, sujetas

la mayoría a censos perpetuos o redimibles a la Santa Iglesia Catedral de Málaga, al

Hospital de Santo Tomás, a los beneficiados de la Villa, al Condado de Frigiliana, al

Patronato de Doña María de Aranda y a otros particulares26.

No debe sorprender que la localidad se sustente sobre la agricultura y la

ganadería, pues ambas constituyen el motor económico de la España del Siglo de las

Luces, especialmente la primera. Las dos mil quinientas diez fanegas de secano y las

cien de regadío referenciadas, de todas calidades, refuerzan esta idea, así como la

existencia de nueve molinos harineros y siete de aceite. La ganadería, pues, quedaría

relegada a un segundo plano, y buena prueba de ello es que, entre las profesiones, sólo

aparece un pastor y un guardador de ganado27.

A estas actividades habría que unir otras tantas, no menos importantes. De entre

ellas, es significativa la presencia de pequeños puestos de comercio que daban salida a

los productos excedentarios, contribuyendo así al incremento de la riqueza general de la

villa, lo que traía consigo el florecimiento de nuevos mercados, quizá de importación.

No obstante, la actividad de estos establecimientos no debió ser muy significativa, pues

la inmensa mayoría de los vecinos vivía del autoabastecimiento.

El cultivo de la tierra, como se ha indicado, se erige en la base económica del

siglo XVIII tanto en Alhaurín el Grande como en la práctica totalidad del país. En

relación con ello, es necesario señalar la situación en que se encuentra el trabajador del

mundo agrícola. La inmensa mayoría no poseía una extensión de terreno cultivable, o si

la tenía, su rendimiento quedaba reducido al mero consumo familiar en el mejor de los

casos. Así, son pocos los que ostentan un terreno con una producción que permita la

24 P. MADOZ (1845). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar. Madrid, p. 599. 25 El Catastro de Ensenada se basa en unidades fiscales (vecinos), por lo que habría que calcular su cómputo con habitantes mediante el uso de un coeficiente, tarea que cuenta con cierta complejidad por la diversidad de opiniones al respecto. Para establecer un cálculo se parte de la identificación del concepto “vecino” con “familia”, debiéndose subrayar el predominio de la familia nuclear, en torno al 75 por 100 de los hogares (Véase M. MARTÍN GALÁN (1985). “Nuevos datos sobre un viejo problema: el coeficiente de conversión de vecinos en habitantes”. Revista Internacional de Sociología, 43-4, pp. 593-632). Para nuestro cálculo tomaremos como base el coeficiente 4,1, obteniéndose así una población de aproximadamente 2.500 habitantes, tal y como apuntaba D Manuel Burgos Madroñero (M. BURGOS MADROÑERO (1981). “Alhaurín el Grande. De la Edad Media al siglo XVIII”. Jábega, 34, pp. 71-80.) 26 J. CASTILLO BENÍTEZ (1996). Historia de la villa de Alhaurín el Grande (Málaga). Alhaurín el Grande, p. 153. 27 M. BURGOS MADROÑERO (1981). op. cit.

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venta del producto. Éstos son los labradores28, grandes o medianos propietarios o

arrendatarios, junto a los que encontramos los pelentrines, que eran dueños de

minifundios, aunque tendrían que añadir su fuerza de trabajo para su sustento29.

Además, no podemos olvidar a la Iglesia, poseedora de grandes latifundios que eran

arrendados.

A excepción de estos casos, el resto de vecinos dedicados al agro eran los

llamados jornaleros, contabilizados para Alhaurín en doscientos, aquellos que

trabajaban de sol a sol por un salario en ocasiones insuficiente para hacer frente al

amplio espectro de gravámenes que habían de satisfacer y que tantos, como Ensenada,

habían tratado de eliminar. El diezmo se situaría a la cabeza de dichos impuestos, siendo

de carácter general y que gravaba a todos, incluidos hidalgos y clérigos. A éste siguen

otros tantos, como las Primicias o el Voto de Santiago, que hunde sus raíces en la

supuesta ayuda que el Apóstol Santiago prestó en la mítica Batalla de Clavijo contra los

musulmanes (23 de mayo del 844)30. Junto a estas cargas, no debemos olvidar las

diversas contribuciones “voluntarias” que se entregaban a los propietarios para “caer en

gracia”31.

Los productos agrícolas no solían exceder el propio consumo familiar, en

escasas ocasiones se producían excedentes, y si los había, parte se almacenaba en los

pósitos para épocas en las que las cosechas no fueran muy productivas. El grano

acumulado se repartía entre los vecinos, aunque si ese grano se quedaba almacenado

durante un cierto tiempo se podía vender, destinándose los beneficios a mejoras

públicas en la localidad, celebración de fiestas, contratación de personal sanitario, etc.

En cuanto a los cultivos que dominaban las tierras alhaurinas, la tríada

mediterránea (trigo, vid y olivo) constituiría la base fundamental, con un uso común de

la técnica del barbecho, denominado en la época “cultivo de año y vez”. En relación a

estos productos tenemos los principales establecimientos e instalaciones: molinos,

panaderías y tabernas. Además, complementando esta producción, debieron ser

28 Las mujeres también podían acceder a la categoría de labradoras por vía hereditaria, bien de los padres o del marido. Véase J. RUEDA SOLANO (2013). “Entre la omisión y el protagonismo. La mujer enAlhaurín el Grande según las Respuestas Particulares del Catastro de Ensenada (1752)”. En P. PEZZI CRISTÓBAL (coord.). Historia(s) de Mujeres. Homenaje a María Teresa López Beltrán. Málaga, pp. 190-211. 29 P. SIERRA DE CÓZAR (2009). Ronda en el siglo XVIII según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Ronda, p. 28. 30 O. REY CASTELAO (2004). “El voto de Santiago”. En AA.VV. Santiago y la Monarquía de España (1504-1788). Madrid, pp. 101-116. 31 P. SIERRA DE CÓZAR (2009). op. cit., p. 34.

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importantes los productos frutícolas, y de ello da norte la presencia de varios arroyos en

el municipio y las referencias a extensiones de regadío en las Respuestas Generales y

Particulares, con una presencia de cien fanegas. Así, en las Respuestas Generales,

respondiendo a la pregunta número seis, se evidencia la presencia de higueras, parras,

cerezos, nogales, etc.

La ganadería, como apuntábamos, supone una menor importancia en la

economía local, muy probablemente por el elevado coste de mantenimiento del ganado.

Analizando las Respuestas Particulares hemos localizado ciertos casos en los que la

familia habitaba con animales en su propia casa, una práctica común hasta hace

relativamente poco tiempo en ámbitos rurales. No obstante, siempre son un número de

especies reducido, y normalmente se trataba de gallinas, cerdos, lechones, etc., con una

productividad claramente limitada al consumo familiar. No obstante, aparecen también

vecinos con numerosas reses de ganado y, además, coincide que son éstos quienes

tienen más propiedades, sirvientes, etc., lo que indica una clara relación entre la riqueza

y la cría y mantenimiento de numerosas cabezas de ganado. Evidentemente, de un

mantenimiento caro se deriva un producto caro, por lo que en una sociedad con

posibilidades económicas mínimas, el consumo de carne sería poco común. Dan fe de

ello las pocas carnicerías presentes en las localidades del entorno en la época (quizás

una o ninguna).

Bueyes, vacas, cerdos, terneros, caballos, pollinos y mulas conforman las

especies predominantes. De entre ellas, el ganado caballar sería el más preciado, y

jugarían un papel importante los jumentos al cumplir una función doble: por un lado,

servirían de medio de transporte y, por otro, serían muy útiles en las labores agrícolas32.

Hasta el momento, han sido analizadas las actividades principales del

denominado actualmente sector primario. No obstante, y siguiendo con esta moderna

determinación, no podemos olvidar a los sectores secundario y terciario.

Los molinos constituirían la principal industria de la época, referenciándose en

la respuesta a la pregunta número diecisiete de las Respuestas Generales seis harineros

situados en la ribera del arroyo o nacimiento de “San Antón” y otros tres en el arroyo de

“Fadala”, todos de una parada33, junto a ellos también seis los molinos de aceite

32 S.D. PÉREZ GONZÁLEZ (2007). “La ganadería y su reglamentación en las Ordenanzas Municipales de Alhaurín el Grande (1784)”. Isla de Arriarán, 30, pp. 155-174. 33 Las “paradas” se definen como las presas artificiales construidas en los ríos para embalsar agua y proporcionar una mayor fuerza motriz sobre las norias y ruedas en aquellos molinos que tenían muy poco

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existentes dentro de la población y uno a extramuros. Además de los molinos, se

localizan en la villa cuatro almonas de labrar jabón blando con una caldera cada una34.

Por otro lado, encontramos distintos oficios englobados en este sector, tales

como dos oficiales de albañil, un oficial de albeytar (veterinario), un oficial de herrero,

tres oficiales de zapateros, un oficial de sastre, un oficial de armero y cerrajero, un

oficial de tejero, un maestro de alpargatero, tres oficiales de carpintero de obra prima y

dos oficiales de carretero, a los que habría que unir los oficiales y maestros de los

molinos de pan y aceite35.

Por último, en este análisis económico de Alhaurín el Grande, el sector terciario

se vería representado por una taberna de vino y aguardiente, así como un puesto de

aguardiente más, instalado en la propia casa de su dueño. Además, existía un mesón

ubicado en las “cuatro esquinas”, dos tiendas de lienzos (habiendo en una de ellas,

además, productos de especería y droguería), una tienda de especería, dos puestos de

aceite (uno de ellos con venta también de jabón y vinagre), una única carnicería para el

abasto público36, varios tratistas de diversos productos37, un médico, un boticario y

cincuenta arrieros38.

Como cierre a este estudio general de la localidad es llamativa la presencia de

numerosas asociaciones religiosas para una población de dos mil quinientos habitantes

aproximadamente39. Testigos de la gran fervorosidad alhaurina encontramos a un

sirviente de sacristán, un organista, un sochantre, tres ermitaños, un fiscal de vara y

cuatro notarios eclesiásticos40.

Como podemos ver, a partir de las Respuestas Generales del Catastro de

Ensenada podemos obtener una información muy valiosa, si bien es cierto que aún más

lo es la contenida en las Respuestas Particulares. Se encuentran todas recogidas en un

único volumen apodado “libro becerro”, custodiado en el Archivo Municipal de

Alhaurín el Grande, con unas medidas aproximadas de 40x25 cm, en torno a mil

caudal para funcionar. La parada debe hacerse equivaler a rueda, de forma que un molino con una parada cuenta con una rueda para moler. 34 (A)rchivo (M)unicipal de (A)lhaurín el Grande. Libro de Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada. Fols. 16v, 18v y 20r. 35 A.M.A. Libro de Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada. Fol. 34r-v. 36 Ibídem. Fols. 29v y 30r-v. 37 Ibídem. Fols. 32v y 33r. 38 Ibídem. Fol. 33v. 39 J. CASTILLO BENÍTEZ (1996). op. cit., p. 155. 40 Ibídem. Fol. 37r.

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quinientos folios manuscritos por ambas caras y encuadernado en piel. Su estructura,

bajo el nombre de “Villa de Alhaurín el Grande Eclesiástico y Secular”, es la siguiente:

Cuadro 1. Estructura de la fuente documental41 1. Copia de las Respuestas Generales dadas al Catastro de Ensenada. 2. Copia de las Respuestas Particulares dadas por el Concejo, Justicia y Regimiento de esta

villa. 2.1. Resumen de todas las cantidades que de esta villa de Alhaurín su común y vecinos

anualmente paga a su majestad y otros particulares y consume en gastos precisos de su manutención.

2.2. Provechos de esta villa y su común. Respuestas Particulares. 2.3. Provechos de este Concejo. 3. Copia del libro padrón en que constan los eclesiásticos cabeza de casa que hay en esta villa

con continua habitación en ella y expresión de las familias que tienen a su cargo, según las relaciones entregadas por cada un reconocimiento que cada una se hizo en ella.

4. Abecedario de Alhaurín el Grande secular. 5. Copia del libro padrón de hacendería de vecinos y forasteros eclesiásticos en el término y

jurisdicción de esta villa de Alhaurín. 6. Pliego de censos y demás pertenecientes a eclesiásticos sobre fincas en la villa de Alhaurín el

Grande recogidas después de la remesa de la operación respectiva de ella. 7. Resumen general del libro producible del estado eclesiástico de la villa de Alhaurín el Grande

con separación de patrimonial y beneficial. 8. Copia del libro padrón de vecinos cabezas de casas, familias y personas seculares de esta villa

de Alhaurín el Grande, una de las cuatro de la Hoya de Málaga que su original se ha ejecutado del mandado del Rey Nuestro Señor.

9. Resumen de las tierras de la villa y de sus calidades, así como del producto de las mismas en Reales de Vellón.

10. Libro en donde se sientan todas las cabezas de casas de la villa de Alhaurín con sus nombres y apellidos, oficios, estado, número de hijos de dieciocho años y de menor de edad, hojas, hermanos, oficiales aprendices y criados con experiencia de la clase que son, si caballero hidalgo o de otro fuero conforme al capítulo dieciséis de la instrucción en que se incluyen las personas que tienen a su cargo los eclesiásticos y viven en su compañía mediante que de estos se ha de formar otro libro separado.

11. Abecedario de Alhaurín el Grande secular. 12. Copia del libro padrón de hacendería de vecinos y forasteros seglares del término de esta villa

de Alhaurín el Grande. 13. Pliego de censos y demás pertenecientes a seglares forasteros en la villa de Alhaurín el

Grande recogidas las relaciones después de la remesa de la operación respectiva a ella. 14. Resumen general del libro producible secular de la villa de Alhaurín el Grande. 15. Resúmenes varios: 15.1. Estado del número de medidas de tierra y sus productos en Reales de Vellón. 15.2. Productos de alquileres de casas, molinos, enajenados de la corona. 15.3. Estado de a lo que asciende en esta villa el industrial y comercial que se ha beneficiado en

ella. 15.4. Número de individuos que deben contribuir en lo personal y se han beneficiado en esta villa. 15.5. Número de ganados, producto de cada cabeza y su total en Reales de Vellón.

Toda la información contenida en la estructura suso representada permite al

investigador plantear múltiples perspectivas de estudio. Sin embargo, será necesaria una

labor de heurística en el Archivo Histórico Provincial de Málaga donde a priori, a tenor

de su cuadro de clasificación, contamos con ciento dieciséis libros relativos a la 41 Fuente: Catastro del Marqués de la Ensenada de Alhaurín el Grande.

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localidad en un lapso entre 1587 y 1908. Esta complementariedad de fuentes atenderá a

una doble función. Por un lado, completar y enriquecer datos y, por otro, salvar las

posibles dificultades que presenta el Catastro de Ensenada desde el punto de vista de las

ocultaciones, pues no olvidemos que trabajamos con una fuente eminentemente

hacendística.

La suma de datos presente deberá ser tratada de la mejor forma posible y con la

mejor organización y control. Para ello contamos hoy día con un apoyo informático

indispensable, partiendo del uso del lenguaje dBase que D Francisco Fernández

Izquierdo propusiera para las Respuestas Particulares42. Tenemos la suerte, además, de

contar en este II Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna con la

comunicación “El Catastro de Ensenada y el SIGECAH. Un ejemplo de análisis

económico”, de Laura García Juan, que promete acercarnos al uso y aprovechamiento

de este novedoso sistema que posibilita la digitalización y análisis de la información del

Catastro de Ensenada, así como simular cartografía y visualizarla43.

Centrándonos ya en las posibilidades que ofrece el catastro, surge en primer

lugar la reconstrucción prácticamente total del pueblo en cuestión44, algo hacedero

debido a su reducido tamaño. Entre otros tantos datos, encontramos en las Respuestas

Particulares las viviendas en posesión del cabeza de familia, con una descripción más o

menos detallada de ésta. Así, quedan reflejadas las medidas de la casa en varas (frente

por fondo), los cuerpos que la componen, el alzado, una sencilla descripción de sus

habitaciones y dependencias y, lo que es más interesante, la localización exacta,

incluyendo la calle y las casas o solares con que linda, apuntándose el nombre del

vecino al que pertenecía. No podemos olvidar, aunque a primera vista estas referencias

posibiliten el conocimiento de la distribución espacial de las viviendas y de otros

aspectos, las limitaciones y dificultades que presenta la fuente. Así, hemos de tener

presente posibles errores relativos a las mediciones, a la en ocasiones imprecisa

denominación de las calles lo que dificultaría su correspondencia con las actuales, y al

carácter estático de la fuente, que impide el estudio evolutivo del tema en cuestión45.

42 F. FERNÁNDEZ IZQUIERDO (1989). “Las Respuestas Particulares al Catastro de Ensenada y su explotación mediante microordenador y el lenguaje dBase”. Norba, 8-9, pp. 539-550. 43 L. GARCÍA JUAN et al. (2012). “Generación de una metodología para la gestión y recreación cartográfica a partir de información del Catastro de Ensenada”. Geofocus, 12, pp. 268-302. 44 Para el caso de Málaga resulta de marcado interés J.M. REINA MENDOZA (1986). La vivienda en la Málaga de la segunda mitad del siglo XVIII. Málaga. 45 M.B. VILLAR GARCÍA (1983). “El estudio de la vivienda en el siglo XVIII. Una propuesta de método”. Baetica, 6, pp. 307-315.

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Con objeto de subsanar las mencionadas dificultades, existe nuevamente la recurrencia a

fuentes de otra naturaleza, tales como los protocolos notariales ya citados.

Un profundo análisis de la estructura económica de Alhaurín es también posible

con los datos de que disponemos. Los rendimientos apuntados permiten el

establecimiento de una renta media por habitante, así como la riqueza total estimada de

la localidad y de los núcleos familiares, teniendo siempre muy presentes las posibles

ocultaciones. La tierra, como se apuntaba anteriormente, se erige como base económica,

aunque a raíz de estos datos cabría determinar la complementariedad de su trabajo con

el del ganado o con otros oficios no relacionados con el mundo rural. Además, quizás a

más largo plazo, podría ser viable el estudio de la evolución económica de Alhaurín el

Grande, suplementando el análisis de las Respuestas Particulares con el de las

Comprobaciones realizadas en la década de los sesenta. Un poco en la misma línea,

resulta potencialmente factible la comparación de la capacidad económica de la villa

con otros estudios realizados en localidades de la provincia, determinando así el peso de

nuestro pueblo en este sentido.

Resulta además interesante el análisis de la estructura, propiedad y rendimiento

de la tierra y el ganado, analizando la distribución de la posesión agrícola y ganadera,

atendiendo a la diferencia entre las condiciones sociales, la productividad del campo y

de las bestias, etc.46 Así existe la posibilidad de examinar el posible comercio

establecido entre la villa y otras localidades vecinas o con la propia capital, del mismo

modo que se analizarían los productos dominantes y más rentables derivados de ambos

sectores.

Los oficios aparecen detallados en la declaración de cada cabeza de familia,

indicándose éste y su rendimiento. Por tanto, su examen determinará variables como la

tendencia laboral común en la época y en la localidad, contrastándola con otras

poblaciones de la zona o de otros puntos de la geografía española. Este trabajo se puede

realizar con relativa facilidad si nos centramos en el catastro para el caso de los varones

cabeza de familia, pues en el caso de la mujer no se hace referencia a su trabajo,

independientemente que aparezca como mujer al frente del núcleo familiar o vinculada

a su marido o padres.

Las únicas mujeres de las que tenemos noticia relativa a su ocupación son

aquellas que figuran como labradoras (tres para el caso de Alhaurín el Grande) o como

46 P. PEZZI CRISTÓBAL (1997). “Producción y rendimientos agrarios en Vélez-Málaga según el Catastro”. Baetica, 19-2, pp. 149-160.

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sirvientas (contabilizadas cinco), rastreables estas últimas a través de la declaración de

la persona para quien trabaja. Sería conveniente completar este estudio con otras fuentes

pues, aunque no aparezca en el Catastro de Ensenada, será a partir del siglo XVIII

cuando la mujer se introduzca con mayor vigor en el mundo laboral externo al hogar,

ligado esto a las transformaciones económicas de dicho siglo, que trajeron consigo la

aparición de nuevos oficios en los que se contemplaban tareas adecuadas a mujeres e

incluso niños47. En concomitancia con el mundo laboral sería de gran interés el estudio

de la esclavitud y la servidumbre, cruzando los datos con fuentes como libros

sacramentales, donde se puede seguir la pista de esclavos bautizados, partidas

matrimoniales, que quizá contengan datos relacionados con el matrimonio de estos

esclavos con personas libres, o protocolos notariales, que dan norte sobre el estado del

mercado esclavista48.

Al encontrarse incluidos todos los vecinos y forasteros residentes en la localidad

a mediados del siglo XVIII, será posible la reconstrucción de familias en la misma

época, pues la estructura en la declaración del vecino en cuestión siempre es común:

marido, mujer, hijos y agregados domésticos. En este sentido, no obstante, hay que

tener en cuenta que muchas de ellas se encontraban fragmentadas por motivos diversos

(militares, necesidad económica, etc.)49 Además, el Catastro de Ensenada es un eslabón

fundamental para mediados del siglo XVIII en la elaboración de árboles genealógicos

de sus actuales vecinos, contando con la presencia de tres generaciones como mínimo

(el declarante, sus padres y sus hijos), pudiendo aparecer una cuarta y una quinta: los

nietos y biznietos, éstos últimos menos probables.

Por último, de entre las múltiples expectativas, son interesantes las

reconstrucciones de tipo social, religioso y festivo. En este sentido trabajaríamos la

estructura social de la localidad en el siglo XVIII, las festividades y el papel de los

47 P. SUÁREZ ÁLVAREZ Y A. MORÁN CORTE (2011). “Más allá del telar: el mundo del trabajo femenino en la Asturias del siglo XVIII”. El Futuro del Pasado, 2, pp. 483-498. 48 J.J. BRAVO CARO (1997). “Los esclavos de Málaga a mediados del siglo XVIII, una minoría en extinción”. Baetica, 19-2, pp. 83-108. 49 Son varias las vecinas cuyos hijos o maridos se encontraban fuera de la localidad por motivos militares, así como los hijos que experimentaban movilidad dentro de la propia familia por incapacidad económica del núcleo paterno. En relación a ello es especialmente significativo el caso de la vecina Theresa de Armellones, cuyo marido había emigrado a América para subsanar las carencias familiares, quedando ella al frente de la tienda de especería que ostentaba en la localidad y, a la vez, como cabeza de familia. Sería otra variante de estudio el rastreo de su marido en archivos americanos y el estudio de su nueva situación, ejemplificando y aportando una visión sobre la rentabilidad de la emigración en la época, así como de las relaciones familiares en la distancia (mediante el análisis de correspondencia escrita, si existiese).

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diferentes estamentos en las mismas y la presencia religiosa en la vida cotidiana de los

alhaurinos, así como la influencia de ésta sobre ellos.

En definitiva, hemos intentado en estas líneas mostrar el dilatado espectro de

alternativas que ofrece aquella fuente que ha pervivido bajo la designación de Catastro

de Ensenada, y en concreto sus Respuestas Particulares, poco interpretadas y

preservadas. Esto se realiza con el objeto de aportar ideas y temas de estudio para otros

investigadores del catastro, intentando así enriquecer el conocimiento presente hasta

ahora pero, además, debe servir esta modesta aportación para reivindicar el papel de la

denominada “historia local” como base fundamental e indiscutible para los grandes

estudios sobre la Historia de España o, en este caso, sobre el Catastro de Ensenada.

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