Impacto de Los Procesos Judiciales en Pobladores Final (1)

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IMPACTO DE LOS PROCESOS JUDICIALES EN POBLADORES QUECHUA DEL PASTAZA. PERITAJE ANTROPOLGICO

I. El peritaje

MARCO CONCEPTUAL Y METODOLGICO.

Para el presente documento,

tomamos como referencia la idea del

peritaje

antropolgico como una actividad que se mueve entre la frontera de la juricidad y de un universo normativo particular, que en este caso, es indgena (Hernandez, Cortez, et all: 2009). Dicha actividad tiene como objetivo que personas ajenas a las partes, las cuales tienen conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o profesin (antroplogos), verifiquen hechos, situaciones, comportamientos, conocimientos y actores, los pongan en conocimiento del juez, y a partir de ello, dar una opinin fundada sobre la interpretacin y apreciacin de los mismos, a fin de que dicho magistrado pueda entender, formar conviccin y delucidar una controversia a partir de estos, con mejores elementos de juicio (Guevara: 2003; Hernandez, Cortez, et all: 2009; Ixchu: 2010)

En ese sentido, la labor central de un peritaje antropolgico es la de traducir

una

situacin, comportamiento, conocimiento o actividad determinada, las cuales tienen una historia, caractersticas y particularidades definidas desde universos culturales diferentes a los que pertenece un juez. De ese modo, permitir ampliar el panorama de los juicios de valor que se apliquen sobre hechos, situaciones o actores sociales involucrados en algn litigio.

En el caso del presente peritaje es importante destacar lo siguiente. Que si bien los peritajes antropolgicos mayormente se enfocan en la idea de ser medios probatorioseficaces para activar el artculo 15 y la legislacin especial penal, por lo que se convierte en una herramienta para formar juicios respecto al condicionamiento de la cultura sobre un

inculpado que acta de manera delictuosa por un error de comprensin cultural, pasando de combatir su culpabilidad a la de combatir la anti-juridicidad de su conducta litigosa (Ariza: 2010), en este caso, el presente peritaje busca dar a conocer al juez, la realidad histrica y el universo de las normas y procedimientos del derecho indgena quechua, a la par que los impactos que se producen a partir del proceso penal en pobladores inculpados, para que el juez pueda entender, formar conviccin y dilucidar no solo esta realidad sino tambin la pertinencia o no de ejecutar un proceso penal sobre pobladores indgenas bajo las lgicas exclusivamente Estatales, puesto que dicho proceso, solo cuenta con un nico elemento jurdico (Art. 122 del Cdigo procesal) y con un instrumento de juridisprudencia vinculante especfico (Ley de rondas campesinas) los cuales son insuficientes en tanto no toman en cuenta los modelos de gobierno, justicia y aplicacin de leyes que los pueblos amaznicos tienen, as como tampoco sus concepciones culturales ni su realidad particular.

Cultura, organizacin y territorio

Los elementos que se utilizan para construir un criterio de valor sobre hechos o individuos pertenecientes a pueblos indgenas, ya no se vinculan a perspectivas que tomen en cuenta la raza, los rasgos fsicos o la normalidad mental o biolgica, sino que dichos criterios se construyen en base al conocimiento que se obtiene de la historia, la cultura y de los modos de vida ligados a dicha historia y cultura en un espacio determinado (Ariza: 2010).

Por lo tanto es importante tomar en cuenta los factores de historia, cultura, organizacin y territorio si es que queremos construir los parmetros adecuados para ejercer un juicio de valor sobre los pueblos indgenas en cuestin, pero sobre todo para construir el universo de significacin sobre el que se construye la identidad, las representaciones, los anhelos y los modos de entender y sentir la situacin de adversidad, destruccin, y abuso de los procesados. A partir de ello, entender los impactos producidos sobre sus vidas como individuos, familias, y pueblo indgena.

En el caso del presente documento se toma en cuenta que la cultura es la instancia simblica y material desde la que un pueblo organiza su identidad (Canclini: 2004), con el fin de reproducirse y construir un universo de experiencias (de poder, de

produccin, espirituales, polticos, artsticos, etc), de saberes y de valores (Ribeiro: 1971) que le permita a un individuo o un pueblo darle significado, legitimar o transformar su existencia, su mundo de vida, o la existencia de su instancia cultural e ideolgica.

A esta concepcin le sumamos la idea de que el territorio

es, en los pueblos

amaznicos el soporte de la cultura, la gobernanza y la sobre-vivencia misma de un pueblo (Chirif y Garca: 2007) quien de igual manera y por medio de su cultura, se convierte en el soporte del territorio mismo, el cual ha sido transformado, conservado o destruido por dicho pueblo en la historia o por quienes han ingresado en su territorio en un espacio de tiempo ms contemporneo.

Por otro lado, y siguiendo un poco la idea de Alimonda de que la particularidad de la ecologa de la especie humana es que sus relaciones con la naturaleza estn mediatizadas por formas de organizacin social, que reposan en dispositivos polticos para asegurar su consenso y reproduccin (Alimonda:2002) podramos plantear que el territorio se entendera tambin a partir de las articulaciones de poblamiento, usos del espacio y recursos y prcticas ecolgicas, polticas y simblicas (Escobar: 2010); en ese sentido, el espacio biodiverso, el territorio en s, se concebira principalmente como un territorio articulado a una cultura, y a prcticas de organizacin polticas, econmicas y sociales determinadas.

Es importante en ese sentido destacar cmo la cultura, la organizacin social y el territorio dentro de los pueblos amaznicos estn ligados integralmente construyendo un universo particular de valores, prcticas y smbolos que no solo dan el sentido a la existencia de dichos pueblos sino que tambin corresponden a la posibilidad de que dichos pueblos existan en s. El cambio ejercido en un punto de estas dimensiones puede traer consigo, dependiendo el modo que se haga, la mejora del bienestar de la poblacin indgena, en tanto su cultura, su organizacin y su territorio se alimente y potencie bajo la premisa del bienestar o como lo llaman los quechuas del Pastaza del Buen Vivir de su sociedad (lo cual incluye una visin holstica de bienestar en donde el territorio, la espiritualidad, la salud, la alimentacin, la convivencia pacfica y la

solidaridad estn unidos); o, por otro lado, con un cambio brusco, intrusivo, coactante, violento fsica y simblicamente, y bajo parmetros de intercambio desigual, derivar en condiciones de etnocidio, en tanto se destruira no solo su identidad cultural sino tambin se le privara del acceso y control de su territorio repercutiendo as en sus derechos humanos elementales (Stavenhagen: 2002).

Impactos desde los procesos

El presente peritaje antropolgico tiene como base para el anlisis de los impactos del proceso penal sobre pobladores quechuas, el estudio hecho por Carlos Martn

Beristan en el 2009, sobre la experiencia de las vctimas de violaciones de derechos humanos, que han llevado sus casos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y tambin sobre el conjunto de actores que intervienen en el proceso, y los desafos que se presentan en el caso de la reparacin.

Las demandas hechas a la corte, como lo plantea Beristan, representaban la ltima esperanza de que las experiencias de las vctimas sean escuchadas, de que los hechos sean investigados y que sus demandas sean tomadas en cuenta, incluyendo la responsabilidad del Estado en las violaciones sufridas. Tales demandan tambin permitieron que se pongan en marcha medidas de reparacin de variada ndole, que pueden ir desde el reconocimiento pblico de la responsabilidad por los hechos o la indemnizacin por los daos causados, hasta la investigacin y sancin a los responsables o la bsqueda de los restos de las personas desaparecidas; desde las medidas de salud o educacin, hasta la adopcin de garantas de no repeticin.

De ese modo, y siguiendo la lnea de su investigacin, el presente peritaje se plantea en el mbito de los impactos acaecidos por el proceso penal sobre el pueblo quechua:

1. Explorar las percepciones y experiencias de los diferentes actores en el proceso penal sufrido.

2. Identificar la visin, tendencia y elementos diferenciales de la respuesta de los actores y los impactos producidos. 3. Analizar los logros y desafos implicados en la dinmica de los procesos penales en poblaciones indgenas, en este caso, quechuas del Pastaza.

A partir de ello y a modo de aclaracin el presente documento entiende impactos como: las consecuencias individuales, familiares y colectivas de las violaciones de derechos (Beristan: 2009) perpetrados contra los pobladores indgenas dentro del proceso penal, los cuales constituyen una experiencia desgarradora y desequilibrante de su universo de vida.

A partir de dicha observacin se presentarn los casos de los procesados quechuas declarados inocentes, pero que estn en peligro de repetir una experiencia que ha significado sobre todo una transformacin de sus modos de vida, con repercusiones psicosociales y materiales graves para muchos de ellos, y bajo un sistema que no se ha adecuado a la complejidad de su realidad amaznica repercutiendo de manera negativa sobre el espritu de justicia y de igualdad que todo Estado se proyecta a construir y que todo ciudadano, indgena o no, espera tener.

Metodologa utilizada

Para el presente peritaje se ha realizado entrevistas a profundidad con guas estructuradas a procesados, familiares, dirigentes de federacin y autoridades, dichas guas estn construidas a partir de la codificacin realizada por la Investigacin de Beristen, y con modificaciones enfocadas a este caso particular, incluyendo en ese aspectos reflexiones en torno a la cultura, la organizacin social y los valores del territorio que como lo hemos determinado forman parte importante del contexto sobre el cual se puede entender mejor las significaciones que le dan a los impactos producidos por el proceso penal; focus groups con varias familias, con guas de entrevista construidas con la misma lgica de lo anterior- estas dos con instrumentos de recojo de informacin auditivo-. Los actores que participan de las entrevistas, fueron seleccionados en base a su experiencia dentro del proceso penal producido

entre el ao 2008

2010. En la entrevista participaron: los procesados con sus

parejas, hijos, hermanos, madres, o de manera solitaria; dicha participacin estuvo determinada en base a la disponibilidad de los familiares para presentarse en la entrevista, por lo que en muchos casos la disponibilidad fue limitada justamente por aspectos de miedo, rechazo (en caso de familias desestructuradas), y en algunos casos, la presencia efectiva, debido a que muchos de ellos no contaban con medios para poder hacerse presentes en tanto vivan apartados.

Por otro lado, se realiz observacin participante, en las comunidades de Nuevo Andoas, Porvenir, Los jardines, Titiyacu comunidad achuar que sirve como un

referente necesario para entender algunas lgicas de intercambio y conflicto que se producen en la zona-, ubicadas en el Lote 1Ab y otros espacios como Sopln, Nueva esperanza, Campo Verde ubicadas en la parte media y baja del Pastaza como

referentes de comparacin -, durante 4 meses entre octubre del 2010 hasta Enero del 2011 (aunque en algunos casos se realizaron en otros momentos del ao 2010), en los que se ha hecho el recojo de informacin para el contexto sociocultural con notas de campo y audio-; revisin del caso; estudio de otros peritajes; y recopilacin amplia de bibliografa, que incluye la revisin de los Planes de Vida de 13 comunidades Quechuas del Pastaza y el Plan de Vida del Pueblo Quechua, documentos de planificacin estratgica y de diagnstico de dichas comunidades y pueblo, construido en el ao 2010.

Para seguridad de las familias y los entrevistados debido a una evidente desconfianza sobre las consecuencias que podra tener dichas entrevistas en sus comunidad y con la empresa Pluspetrol en ellas-, se ha determinado guardar sus identidades bajo cdigos que los identifiquen particularmente: Testimonio del Procesado (TP), Testimonio del Familiar de Procesado (TFP), Apu de Federacin (AF). A estos cdigos se le agrega nmeros para identificar diferentes familias.

Por ltimo se ha utilizado en parte los cdigos que identifican impactos sociales, construidos por Beristan, y se han creado nuevos por la particularidad del caso.

II.

CONTEXTO SOCIOCULTURAL

I. RESEA HISTRICA DEL PUEBLO QUECHUA DEL PASTAZA

El poblamiento en el espacio de la selva inundable, actual biohabitat del pueblo Quechua, Achuar, Kandoshi del Pastaza, data de varios miles de aos antes de Cristo, de ese modo, algunos calculan que aproximadamente hace 5000 o 7000 a-c. se empez a cultivar la yuca (Manihott Utilissima) en la zona, luego de un proceso de domesticacin de varios milenios (Lathrap:1970 citado en Regan: 1993). No obstante, las evidencias materiales de asentamientos humanos datan de hace 2 000 a 2 500 a.c., manifestadas en cermicas encontradas en Ucayali pertenecientes a la cultura Tutishcainyo y en el ro Chambira en la zona Urarina, por el Corrientes (Lathrap:1974; Morales: 2000). Los estudios arqueolgicos en el Pastaza especficamente, indican que existan una poblacin continua desde hace 2000 ac., relacionados en aquella poca con la cultura Valdivia ubicada principalmente en la sierra y costa de Ecuador, y que se extenda hasta la zona de Chambira (Rivas, Medina, Abanto, Ro, Caldas: 2008) 1. Por aquella poca ya se haba establecido una cultura amaznica basada en la agricultura de roza y quema con la yuca como el alimento bsico (Lanning: 1974 citado en Regan: 1993), incluyendo adems ya desde esa poca, conocimiento textil, elaboracin de cermicas, el masato derivado de la yuca y ornamentos corporales.

Es as que, segn refieren varios investigadores (Denevan:1980; Myer:1988; Regan: 2009), en la zona en la cual se desenvuelven los actuales pueblos, que se ubican en el Abanico del Pastaza, y en los ros Maran, Huallaga, Ucayali, Amazonas, hasta la zona del Putumayo, existieron antes de la llegada de los espaoles, grandes sociedades ubicadas no solo en sus riberas sino tambin en las zonas interiores a estas. Segn Myer, solo el estimado para el pueblo Cocama y Omagua, ubicados en gran parte dentro del territorio de la1

Se han encontrado restos de hace 2 000 ac., en la zona de Anatico los cuales permiten pensar que exista un corredor sociocultural desde la costa Ecuatoriana hacia el Chambira (Rivas, Medina, Abanto, Ro, Caldas: 2008)

Regin, y provenientes probablemente de la selva central, era de tres millones de personas (ibid.), lo cual triplica la actual poblacin de Loreto, estimada hasta el 2005 en 983 371 habitantes2.

De ese modo, segn diversos cronistas, en la zona existan grandes cacicazgos multitnicos de cientos de miles de personas, adems de grupos tnicos acfalos y dispersos, conformados tambin por miles de personas (Regan:2009). En el Pastaza, especficamente y en direccin del Nucuray hacia el este, segn Surralls, existan principalmente los Candoa formado por tres grupos: Los Mayna, los Romaina y los Andoa, (con un total posible de 20 000 personas) que adems compartan relativamente el espacio con grupos

Zaparoanos, Muratos, Pinches y Cipitacones (Regan:2009; Surralls: 2009; Whitten: 1987).

Estos grupos se diferenciaban en ciertos aspectos culturales, como la lengua por ejemplo, pero compartan un ncleo de prcticas sociales y saberes alternativos (Regan:1993; 2009), como: la perspectiva animista3; la prctica de chamanismo o el conocimiento curativo por medio de yerbas; el sistema de roza y quema en funcin de sistemas de reciprocidad y solidaridad; las prcticas de caza y pesca; la divisin sexual del trabajo; el uso de vestimenta tejida por medio de tecnologa local; la elaboracin de cermica compleja; el consumo y preparacin diversa de alimentos y bebidas sociales; el uso efectivo de su territorio para la manutencin de grandes sociedades por medio del desarrollo

No obstante, es necesario acotar que si bien existieron grandes poblaciones estas configuraron el entorno, luego de un intercambio con el mismo de miles de aos, dentro de sus propias lgicas de uso, organizacin y relacin espiritual con la naturaleza, por lo que sus formas de asentamiento, sus modalidades orgnicas y sus sistemas culturales estaban ntimamente unidos en funcin del equilibrio con el frgil entorno en el que se ubican y por la capacidad para poder subsistir en l dentro de este equilibrio. Estas modalidades orgnicas, formas de asentamiento y formas culturales subsisten hasta hoy, pero se ven melladas y en peligro de desaparicin por los procesos sociales en los que se han visto envueltos las poblaciones indgenas en los ltimos 500 aos. 3 Este animismo, no tiene nada que ver con la idea de un pensamiento primitivo, poco evolucionado, sino, todo lo contrario, con una gnosis otra, es decir Otro Saber, cuya base epistemolgica incluye en el entendimiento del universo que los rodea, varios aspectos de la realidad (mtica, onrica, material, animal, humana) de manera integral. Es el caso por ejemplo del SUMAK KAUSAI, el Buen Vivir, el cual representa el sentido que asume el pueblo Quechua para entender Desarrollo en sus propios trminos, integrando en l: felicidad, solidaridad, buena vecindad, holganza, esfuerzo, respeto a la naturaleza, etc.

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de diversas dimensiones tcnicas sostenibles (como el uso de corrales para la crianza de tortugas, la ubicacin dispersa y la siembra rotativa) y la prctica de un intercambio comercial intenso con espacios sociales diferenciados, es decir con diversos espacios de la amazonia as como con los andes y la costa; por ltimo, el inters por el control, expansin y proteccin territorial basado en disputas constantes, y sostenida por el desarrollo de tecnologa de guerra y el mando de numerosos ejrcitos bajo el liderazgo de grandes cacicazgos o sino, en el caso de los agregados acfalos, en funcin de caciques cuyo poder se sostena en el prestigi obtenido, por la adquisicin de conocimientos msticos o guerreros los cuales les daban una legitimidad jerrquica econmica y poltica (Santos Granero: 1990)-, pero sin una autoridad absoluta y

profundamente desigual sobre los que comandaban.

Siglo XVI XVIII

El ingreso de los espaoles, a partir del XVI, alter drsticamente el paisaje social de la zona. Las enfermedades y el abuso producido por las correras, y la caza de indgenas para someterlos a servidumbre, causaron, graves daos en la poblacin, reducindola exponencialmente y causando diversos desplazamientos forzosos (Garca, Chirif, Surralls: 2002). Por otro lado, transformaron los patrones de asentamiento de muchas de las poblaciones, las cuales eran reubicadas en asentamientos nucleados al estilo occidental, por medio de reducciones. Adems causaron mayores divisionismos en la misma poblacin indgena puesto que usaron en muchos casos a algunos grupos indgenas para dar caza o controlar a otros grupos. Por ltimo, transformaron algunas de sus lgicas organizativas, econmicas y espirituales, repercutiendo en su identidad. De ese modo empiezan a convivir en es poca nuevas lgicas individuales en el caso de las reducciones seculares, con aspectos comunitarios, a la vez que la agricultura se convierte en una de las principales actividades econmicas (San Romn: 1994). Sin embargo, al

parecer, ciertos aspectos culturales y organizativos que una a los diversos pueblos y que resistieron a los cambios, sirvieron como base que permitiera una estrategia de respuesta ante la violencia y la desintegracin de su mundo, con el fin de integrarse y en muchos casos articularse entre diversos pueblos manteniendo de alguna manera sus lgicas ancestrales de asentamiento, percepcin y uso en y del territorio el cual milenaria. les perteneca por herencia

Especficamente en la zona, entre los siglos XVI

XVIII, las misiones jesuitas y

franciscanas, agruparon gran parte de las poblaciones diezmadas por las enfermedades y correras de los espaoles en busca de servidumbre. En estas misiones se utiliz la lengua quechua como lengua franca entre los indgenas y los misioneros. De ese modo se crearon las misiones de Maynas, Santo Thome de Andoas y Canelos4 por nombrar las ms importantes y que tenan

influencia en la cuenca del Pastaza-. Estad misiones agruparon a los pueblos candoa (mayna, romaina y andoa), zaparos, simigaes, quijos, achuares,

shapras, cipitaconas, muratos, pinche, arabelas congregando posiblemente a una poblacin que se extenda por el Pastaza, el Bombonaza, el Tigre, Corrientes, el Curaray, el Napo, el Nucuray, Putumayo y tal vez hasta el Maran y Huallaga (Chirif: 2002; Whitten: 1987). A partir de ello, los

indgenas acompaaban y se movilizaban de sus lugares originarios para establecerse con los misioneros o independientemente en diferentes espacios (como las ciudades de Quito, Borja, Moyobamba, o en incursiones de

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Entre los aos 1638 y 1768, especficamente en el Pastaza peruano existieron tres reducciones, dos en el Alto Pastaza y una en el Bajo. En el Alto Pastaza estaba: Santo Thome de Andoas, que un principio se ubic en el Alto Bombonaza, luego, en un segundo momento, en la zona de confluencia de este ro con el Pastaza, para pasar luego a la zona del Alto Pastaza en Per; y tambin, una reduccin espordica llamada San Joseph, conformada por poblacin Pinche, los cuales compartan el territorio con los Andoas, los Coronados, los Oas, y los Gayes. En la zona del Bajo Pastaza exista la reduccin de San Juan Evangelista de Maynas, que integraban los pocos sobrevivientes de los mainas que haban incursionado por el lago Rimachi escapando de las encomiendas (Grohs: 1974). Muy cerca de la zona en la parte alta del ro Huasaga del Per y reduciendo a indgenas muratos como se les llamaba al parecer en aquel entonces a los kandoshi, estaba la reduccin: Nuestra Seora de los Dolores Muratas, una poblacin de de 500 personas, enfrentados constantemente con los otros pueblos(ibid.). Por ltimo, a parte de estas reducciones, existieron tambin pueblos importantes en la zona del Maran, pero muy cerca al Pastaza como seria el campamento anejo (anexo) de Borja, llamado con el mismo nombre, muy cerca al Pastaza, adems de otros anejos, como San Luis de Gonzaga, San Ignacio de Loyola y Santa Teresa de Jess, a quienes tributaban los Maynas, pero en la paradjica calidad de prfugos (ibid.)

reconquista o conquista de territorio), comunicndose esta vez, por medio del idioma inga. Por otro lado, los espaoles crearon haciendas dispersas, pueblos y ciudades, en los cuales los indgenas participaban cumpliendo labores de servidumbre o en la milicia.

Este proceso de extensin del quechua, acompa y consolid el proceso de extensin del quechua pre colonial, el cual se vena gestando desde Ecuador, debido a la expansin de poblaciones quechuas (Quijos, Srayacus, etc) que se extendan en las fronteras de lo que actualmente es el Per. En ese sentido, si bien el inga o quechua fue impuesto como lengua franca dentro de la

misiones, la formacin identitaria de dicha poblacin no se debe solamente, a una aceptacin pasiva de dicho idioma o una fusin sin lgica y mecnica de diversos tipos de pueblos. Para ello hay que comprender que el quechua desde muchos siglos antes de la conquista, formaba parte de una red comercial en la floresta tropical, de ese modo, a la llegada de los espaoles este idioma se estaba consolidando en cierta zona de frontera con la amazonia ecuatoriana, puesto que haba hecho su incursin a partir de la extensin del Incanato5, desplazando, por ejemplo, en la zona de sierra ecuatoriana, al Huambisa o al Shuar como lenguas francas para relaciones de intercambio comercial con grupos amaznicos, diseminndose luego en gran parte de la zona de selva alta y baja de Ecuador (Whitten: 1987) y Per en direccin del Pastaza, Bombonaza y Curaray (ejemplificado principalmente en la poblacin de los Quechuas Quijos).

Por otro lado, esta diseminacin se dio tambin en algunas zonas del centro y norte de la amazona peruana, debido al proceso de incursin comercial desde Cuzco, extendindose hasta el nordeste de Yurimaguas (ibid.),

interconectndose posiblemente con la otra zona, en un corredor multilinge, y con el quechua formando parte de una de las tantas lenguas de intercambio comercial y sociocultural.5

Sen algunos investigadores Huayna Capac antes que Atahualpa haba ingresa por la zona, extendindose hasta Colombia. (La Torre: 1998)

Este proceso, sin embargo, no estuvo exento de conflictos. La poblacin indgena de la zona del Pastaza y el Morona, as como de la zona de Nieva y Santiago de la Montaa, se rebel constantemente contra el abuso y represin de los espaoles, y por las enfermedades que diezmaban incesantemente a la poblacin, destruyendo entre los siglos XVII y XIX, varias ciudades, pueblos y haciendas de espaoles. De esto, la ciudad ms importante destruida es la de San Francisco de Borja, fundada en 1619 (la primera ciudad de la Selva Baja) y abatida por los huambisas en el ao 1840. No obstante, las rebeliones se acompaaban de graves represalias contra las poblaciones rebeldes, lo cual las continuaba diezmando, esclavizando y en muchos casos desapareciendo del todo durante estos siglos a diversas poblaciones indgenas.

El proceso de colonizacin, que en un primer momento tiene como parmetro, la evangelizacin y conversin de los indgenas en cristianos y siervos del rey, se consolida al parecer, debido al inters de ciertos grupos por las nuevas tecnologas que traan los espaoles, como el hierro, y las armas de fuego, las cuales les era importante para el uso econmico y poltico. No obstante, con el paso del tiempo, las verdaderas intensiones de los espaoles, las cuales eran someter a las poblaciones; las enfermedades que diezmaron a millones de indgenas; el abuso cometido constantemente contra ellos, y la resistencia a cambiar ciertos patrones de libertad que posean antes de la incursin espaola, resquebrajaron las relaciones con estos pueblos, produciendo una resistencia ms violenta la cual termin siendo reprimida de manera brutal, y con un efecto desastroso en las poblacin indgena que se vio an ms reducida, sometida, cercenada de sus conocimientos ancestrales y desplazada ha espacios en los que vivan en estado de alerta guerrera, y con pocas posibilidades de seguir el proceso de su transformacin cultural dentro de la lgica de su propio espacio, lo cual se vena produciendo durante milenios.

Al parecer la aparicin del pueblo Quechua del Pastaza, se debe a cuatro factores elementales: 1) en la poca pre-colonial, la extensin de los quechuas del Ecuador impulsada por la conquista inca-, quienes se asentaron en las cuencas del Pastaza, Corrientes, Tigre, Napo y Putumayo (Chirif 2002, Whitten 1987); 2) en la colonia, la imposicin del quechua en diversos pueblos amaznicos, producida dentro de las reducciones misioneras ubicadas en las riberas del Pastaza (Santo Thome de Andoas, San Joseph y San Juan

Evangelista de Maynas) (Grohs 1974); 3) durante la colonia y los primeros siglos de la poca republicana, la unin de diversos pueblos amaznicos diezmados por la conquista espaola en respuesta a las incursiones que los Achuar y los Kandozi realizaron para expandir sus territorios, aprovechando el debilitamiento de los otros pueblos (Santos y Barclay 2007) 4) por ltimo a un proceso de consolidacin paulatina de la identidad quechua de cuenca, debida al asentamiento continuo y la construccin en conjunto de una identidad basada en la diferenciacin cultural con otros pueblos y la defensa y uso de un territorio comn.

Al parecer, los Quechuas del Pastaza, como los Quechuas Sarayacus y Canelos derivaron de este proceso de extensin y fusin, es as que su constitucin no solo se debi a que lograron adoptar una lengua comn en espordicos espacios reducidos, sino, se formaron a partir de un proceso extenso, en el que solo se cambi el idioma original por un idioma que ya se venia usando en la zona como medio de comunicacin intertnica, siguiendo adems una estrategia de sobrevivencia y adaptacin por medio de la unin de

racionalidades comunes lo que les permiti mantener, tanto una nueva lgica de relacin con las fronteras de los estados nacientes (ibid.) y las diversas etnias no asimiladas, como un vnculo con sus identidades, organizaciones y pertenencias culturales y territoriales ancestrales.

Esta situacin debe ser tomado en cuenta como un proceso de etnognesis formado dentro de tres aspectos histricos y culturales: la situacin colonial con la violencia y la aculturacin como eje articulador-, la articulacin

intertribal (en confrontacin y alianza con etnias diferentes) y los procesos de articulacin6 intratribal (en procesos de alianza y competencia entre las mismas familias o curacazgos de los quechuas amaznicos).

Cuando expulsan a los jesuitas en 1778 y las Misiones fracasan en su proceso evangelizador, en la parte norte del Pastaza para el lado del Per, al parecer, los pueblos fusionados en el proceso de colonizacin (ubicados adems en las reducciones o sus alrededores), y transformados adems por los cambios producidos por la incursin desde el Oriente de los Andes de nuevos grupos (quechuas), mantuvieron la relacin con sus espacios ancestrales de guerra y uso a modo ancestral, es decir, de manera dispersa, acfalos, y con curacazgos relativamente aislados, o instalndose en las antiguas misiones en grandes grupos, con cacicazgos minoritarios. Sin embargo, estos dos grupos (acfalos o nucleados), esta vez se interconectaban por el idioma, las relaciones de

parentesco y por la reinterpretacin paulatina de la particularidad de sus antiguas tradiciones, mitos, conocimientos msticos, guerreros, artsticos,

econmicos y naturales de la zona que ancestralmente les perteneci o por la que estaban luchando hasta la llegada de los espaoles y a la que haban incluido nuevos conocimientos. De ese modo, se consolidan como una poblacin con caractersticas racionalmente amaznicas ancestrales, con el idioma quichua, inga o quechua como lengua comn y diferencindose

culturalmente (aunque con ciertos lazos en comn) con otros grupos mayores, que haban sobrevivido con mayor poblacin a su exterminio, en esta zona. 7

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Estos procesos de articulacin que demandan una reflexin terica compleja, sern resumidos en dos conceptos antropolgicos mucho ms sencillos, procesos de Fisin (fragmentacin) y fusin (unin). 7 A partir de este periodo se empiezan a consolidar las poblaciones que actualmente conforman el espacio del Pastaza, reconfigurando el paisaje tnico de la zona. Al parecer, luego de una poca de aislamiento, empieza un proceso de expansin achuar por la zona, reubicando a la poblacin candoshi ms al sur (Uriarte: 2007) y posiblemente entrando en conflicto tanto con los andoanos como con la poblacin reducida y quechuizada (incluyendo a los andoas) que retorn a sus espacios ancestrales de manera dispersa. Santos Granero y Federica Barclay relatan el proceso diferencindose un poco de nuestra hiptesis del retorno de las etnias reducidas a los lugares ancestralmente suyos-, de una manera muy precisa y compacta: En breve, fortalecidos por la expulsin de los espaoles en 1599 las cuales les permiti liberarse del dominio espaol hasta el siglo XIX-, movilizados por recurrentes conflictos intratribales y aprovechando la desaparicin, disminucin demogrfica o debilitamiento militar de sus vecinos, los diversos grupos jbaros experimentaron un fuerte proceso de expansin que a lo largo de cuatro siglos los lev a ampliar su territorio y poblacin mucho ms all de los lmites que este tena en la poca de contacto. En este proceso los distintos grupos jvaros coloniales, entremezclados con grupos de

Mediados del Siglos XVIII - XIX

A partir de los siglos XVIII y XIX, la zona de la cuenca se insert junto con gran parte de la amazona, en la economa mercantil y extractiva, incluyendo a su poblacin en una economa de mercado regional, nacional e internacional. No obstante, las formas de colonizacin no cambiaron para ellos, puesto que siguieron siendo poblaciones sometidas dentro de nuevos patrones de explotacin y dominio externo. Al parecer las poblaciones se insertan en esos aos dentro de un nuevo rgimen relaciones econmicas y sociales de manera marginal, o, a veces, directa, sirviendo a hacendados y patronos en la explotacin del jebe, la extraccin de madera, la agricultura y la obtencin de productos por medio de la pesca y la caza en algunos casos sirviendo de fuerza colonizadora violenta; convirtindose en militares; o intercambiando productos (como la sal, el pescado salado, pieles o carne) con los mismos militares, con comerciantes de ciertos pueblos y con regatones.

Especficamente la cuenca del Pastaza adquiro importancia a mediados del siglo XIX, en funcin de dos dimensiones, primero por la reaccin geopoltica que tuvo el gobierno peruano frente a las pretensiones de Ecuador de dominar dicho espacio, con el fin de tener acceso al Maran; y segundo, debido a la importancia de la extraccin de jebe a partir de 1870.

En aquel entonces, la poblacin de la cuenca perteneca desde 1860 a la recientemente creada provincia del Alto Amazonas, cuya primera capital fue Balsapuerto, la cual cambio en 1890 por Yurimaguas debido a su importancia como eje de trnsito mercantil. Adems en esos aos se consolidaron algunas localidades como bases de aprovisionamiento y almacenamiento de productos,otras tradiciones lingsticas y culturales, fogueados por la experiencia colonial y fracturados por conflictos intratribales de carcter muchas veces aleatorio, fueron decantando nuevas identidades tnicas Shuar, Achuar, Awajn, Wampis, Canelos, Quichua, Candoshi y Shapra- cuya principal caracterstica es el compartir una fuerte cultura jvaro (Santos y Barclay: 2007).

como seran las localidades de Laguna o San Lorenzo, las cuales se conectan por el Maran con la ruta hacia Iquitos (Chirif; Garca; Surralls: 2002). Estas localidades se hicieron importantes para la conexin del comercio interno del Pastaza con el espacio Regional, el cual se iba consolidando poco a poco como entidad poltica y econmica. De ese modo la cuenca del Pastaza tom una primera importancia como zona de defensa de los intereses regionales y nacionales, insertando a la zona en la realidad de la repblica y el Estado y, como consecuencia, en el imaginario incipiente de nacin.

No obstante, la importancia de la zona, como gran parte de la amazona de Loreto adquiere relevancia principalmente, debido a existencia de recursos extractivos. De ese modo, la cuenca se convierte en una frontera en la que se inserta un frente (Santos: 1991) extractivo principalmente cauchero y

maderero8. Este perodo, es caracterizado y recordado como excesivamente violento, debido a que se continu con los desplazamientos forzosos, la desaparicin de ciertos pueblos cuyo testimonio se inserta en el cuerpo de la misma geografa, por ejemplo en el nombre que se les da algunos ros y que recuerdan el exterminio de indgenas que se realizaba en la poca9- y el trabajo forzado a los cuales muchos de estos pueblos se vieron sometidos (ibid.). En esta poca adems muchas de estas poblaciones desplazadas perdieron su identidad indgena y en muchos casos se radicaliz la confrontacin de unos

Se entiende por frontera un espacio mvil en los cuales, y en el caso de la zona del Pastaza, dos modalidades de organizacin social, poltica y econmica, no solo se confrontan sino que tambin se articulan y abandonan mutuamente de manera relativa en el tiempo, como seria el caso de la economa basada en el intercambio recproco (de materiales, productos y fuerza de trabajo) y la economa mercantil y capitalista. El frente sera la actividad econmica, poltica, demogrfica y sociocultural (articulada o condicionada muchas veces en torno a un solo producto) que se inserta dentro de de esta frontera (Santos: 1991), y que la conecta con espacios locales, regionales, nacionales e internacionales con modalidades socioculturales, econmicas y polticas diferentes. El resultado de estos dos no deriva necesariamente en la homogenizacin de las sociedades afectadas o incluidas, sino que en muchos casos las mantienen dentro de una heterogeneidad de relaciones sociales y culturales que les permiten continuar dentro de su modus vivendi a la vez que adquieren ciertas estrategias de relacin ms macro dentro de las nuevas formas de uso del espacio, las relaciones de trabajo y las nuevas formas de organizacin poltica determinadas por el frente. 9 Es el caso de Salashca en la zona Quechua Candoshi cercana a la Comunidad Nativa de Campo Verde en el Bajo Pastaza y microcuenca del Manchari, en donde se recuerda que aquel sitio es una fosa de cientos de pobladores asesinados en las correras de la poca del caucho.

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pueblos con otros, por el apoyo realizado a los patronos, por parte de cierto curacazgos, en las correras.10

Los recuerdos, de muchos de los Quechuas del Pastaza ancianos, datan de esta poca o de los relatos que les contaban sus padres de la misma. Por esos relatos se puede decir que esta poblacin se encontraba diseminada y en constante movimiento por la zona del Pastaza y hasta el Maran, espacios en los que ancestralmente se ubicaron, ya sea estacional o espordicamente los pueblos de los cuales derivaban y en los que haban extendido su parentela durante todos estos siglos.

Este movimiento se realizaban de manera voluntaria, por ejemplo, en viajes de meses de poblaciones quechuas que se encontraban por la zona de Anatico o Andoas- hasta el Huallaga con la finalidad de realizar intercambios comerciales y adquirir grandes cantidades de sal; o por medio de servidumbres con los patronos que se fueron consolidando en espacios determinados, mayormente en el Bajo Pastaza y en las riberas del Maran, los cuales movilizaron poblaciones desde Sarayacu, como sera el caso de la zona de Shiclin en el Bajo Pastaza y que incluan a colonos y mestizos. No obstante es poca la presencia de mestizos hacia el interior del Pastaza. Esta presencia, se da principalmente por el ingreso espordico de patrones, los cuales enganchaban a la poblacin del interior con el fin de someterlos al trabajo extractivo e instalndolos en poblados lejanos a su parentela. El enganche, como lo relatan algunos pobladores ancianos de Campo Verde, se realizaba mediante el pago

Sin embargo hay que tener en cuenta que el ingreso a las zonas caucheras a lo largo de Loreto, no solo se debe a la violencia que se ejerce con las poblaciones indgenas, sino tambin en muchos casos a su complicidad, debido al inters que se forja alrededor de ciertos productos importantes para el prestigio y la consolidacin econmica de los mismos. De ese modo existieron varios curacas que se insertaron en el universo de relaciones violentas desde este nuevo frente econmico impulsando a su misma parentela en las actividades de correras. Al parecer los grupos extractivos aprovechaban la lgica de fisin intratnica para lograr incorporar el principal capital de los caucheros, es decir la fuerza de trabajo indgena. Esto no quita los abusos ejercidos an con los caciques o curacas aliados ni tampoco con las correras organizadas con el fin de exterminar a las poblaciones reticentes (Barclay y Santos: 2002). Por otro lado, es importante destacar que dichas correras tambin se vuelven importantes para la expansin de algunos pueblos, en este caso, muchos curacazgos quechuas lograron ampliar sus espacios de ubicacin extendindose por ejemplo al a zona del Bajo Pastaza, hasta el Maran (resaltado gracias a una apreciacin de Alberto Chirif).

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adelantado en artculos necesarios para la poblacin como armas, cartuchos, ropa o por medio del prstamo de dinero para alcohol vendido tambin por los patrones mismos-, los cuales se apuntaban en cuadernos para determinar la cantidad de caucho o resina de leche caspi que deban traer11. Muchos de estos patrones, debido a que la diversificacin econmica demandaba cierta estacionalidad por algunos productos (ganado, frejol, tabaco, pltano, etc.), constituyeron tambin en la zona, parentela, y en algunos casos, se instalaron en algunas espacios, formando pequeos ncleos de asentamiento, que con el tiempo se uniran a los asentamientos nucleados esta vez creado por los quechuas mismos.

La consolidacin de la presencia de los patrones y mestizos, en asentamientos mas continuos, se debi principalmente a la cada del caucho, al parecer, especficamente representado por el rbol castilla (1885-1915) como el principal frente de extraccin de la zona (ibid.) , siendo reemplazado por el barbasco, palo rosa, leche caspi, balata, (Santos: 1991), y otros productos como pieles, pescado, ceras y productos agrcolas en menor medida, que determinaban la presencia de patrones o representantes de estos, en la

zona12. Por otro lado, el movimiento generado por las nuevas poblaciones instaladas en el Maran, consolid un eje comercial entre regatones

comerciantes itinerantes quienes se movilizaban realizando intercambios de productos- y la poblacin indgenas apostada de manera dispersa en las riberas del Pastaza o sus afluentes. Los regatones se movilizaban por todo el Pastaza ingresando incluso hasta la zona de ecuador.

En esta poca como relatan por medio de recuerdos algunos pobladores Quechuas, las familias quechuas continan un proceso de movilizacin itinerante milenario, con sus parentelas por las riberas del Ro, defendiendoAl parecer esta era una prctica generalizada como lo relata Regan para la zona de San Martn (Regan: 1993). 12 Al parecer la produccin de caucho derivada del rbol castilla y que era uno de los principales recursos en la zona del Pastaza, tuvo sus fluctuaciones debido a la desaparicin y reaparicin de los manchales de castilla de la zona, de ese modo, segn Santos y Barclay, los manchales desaparecidos en 1870, se regeneraron en 1980, regenerando tambin la economa del caucho en la zona (Barclay y Santos: 2002)11

territorios ancestrales, siguiendo rutas de intercambios con diversos pueblos y ciudades siguiendo, adems, las rutas extractivas- o conformando nuevos espacios con grupos familiares cada vez ms extensos y estacionales en lugares internos al Pastaza, principalmente en las diversas cochas y quebradas que se encuentran entre los grandes ros como el Morona o el Corrientes, as como en la riberas del ro Pastaza y las islas que lo conforman las cuales dinamizaban el movimiento13 y por lo tanto el flujo de relaciones tanto con poblaciones mestizas e indgenas como con el Bosque y los ros en s. Un ejemplo de ello es la estacionalidad de familias como los Butuna en la zona de la cocha Sungache conectados con el Pastaza y el Huazaga; de los Chino y Dahua, a partir de migraciones hasta la zona de Anatico en conexin con el Pastaza, Nucuray, Corrientes por la zona del actual Soplin y Sabaloyacu, Loboyacu, Cushiyacu y Trueno; o los Mucuchua en la zona de Andoas y Nuevo Andoas, sin dejar de nombrar a los Pipa, Arahuanaza, Cahuaza, Maynas, Pinches, Cariajano y otras familias ms, con quienes se formaban alianzas e intercambios en dichos sitios.

Estas familias se ubicaban principalmente en grupos locales, en algunos casos itinerante, o asentados en diversos lugares y gobernados por un curaca. En ese sentido, cada familia se ubicaba en un espacio circunscrito, con su parentela relativamente alejada, pero unidas por caminos y quebradas, con el fin de

Una caracterstica con relevancia cultural es el marco hidrogrfico de estas cuencas con numerosos cursos de agua interconectados. As las cuencas del Morona, Pastaza, Santiago y Tigre se vinculan entre s a travs de los ros menores en cuyas cabeceras o divortium aquarum el paso de un lado a otro a travs de los varaderos se da a pocos kilmetros de distancia. Todos estos ros se comunican a la vez con el Maran, y este con el Huallaga, Ucayali y Amazonas. Adems mirando hacia el norte, los ros originarios de la Cordillera Oriental del Ecuador se interconectan con las reas andinas y estas con las de la costa. La hidrografa descrita es un factor muy importante en le desarrollo cultural de la zona, especialmente por el establecimiento de redes o circuitos de intercambio de bienes, que aprovechando estas rutas de comunicacin fluvial, conectaron no solo a los grupos humanos de la Amazona, sino tambin entre los grupos de las sociedades de los Andes y la costa con la Selva, en todas las direcciones.(Rivas, Medina, Abanto, Ro, Caldas: 2008). Algunos ancianos de Soplin relatan que el movimiento de migracin que realizaban era de un ir y venir del Pastaza a Corrientes, por estas cabeceras, quebradas y cochas que se encuentran entre los dos grandes ros y los interconectan. Esta migracin que se estacionaba de un lugar a otro, era hecha con grandes familias, por medio de tcnicas de movilizacin en el bosque -como la conexin de quebradas por medio de trochas y la movilidad de canoas en el bosque-, y de hecho, por el conocimiento intenso del mismo. El movimiento de intercambio era an ms fcil de realizar, puesto que era solo una o dos personas quienes se movilizaban haciendo uso de los diversos cuerpos de agua y de los caminos construidos en el bosque.

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formar pequeos grupos econmicos sostenibles y guerreros14. Dichas familias se relacionaban con otras familias alejadas, en el espacio, pero unidas por relaciones de idioma, defensa del territorio, conocimientos ancestrales

(cosmovisin y territorialidad), mdicos, artsticos (cermica, textilera y ornamentos), tcnico-econmicos (elaboracin de herramientas y

conocimientos de caza, pesca y agricultura) y por parentesco, comunicndose e intercambiado de manera fluida con ellos a travs de los ros o caminos en el bosque o en todo caso, las relaciones con otras familias de su propio grupo cultural, tambin se basaban en conflictos, fisionndose en algunos casos, pero tambin fusionndose cuando los intereses los afectaban como pueblo o como familias ms extensas. Adems las familias tenan relaciones de parentesco ancestrales con algunos pobladores de otras etnias, como los Andoas que hasta principios del siglo XX existan en mayor nmero por la zona norte y media del Pastaza; tambin con los achuar y los candoshis formando en muchos casos, familias bi-tnicas (en algunos casos hasta tri-tnicas) que se asentaban en lugares ancestrales y que se iban integrando dentro de la

identidad quechua, o en todo caso, formando grupos de identidad bi-tnica amplios, de asentamiento aislado y ciscunscrito en ciertas zonas, como es el caso actual de Huagramona por ejemplo que tiene una poblacin quechua y achuar, o Kushilla conformada por familias quechuas y candoshis.

Siglo XX

El movimiento y el flujo de relaciones de los distintos pueblos del Pastaza, a principio del siglo XX, estuvo atravesada por el flujo de relaciones econmicas mercantiles y extractivas en el plano de los recursos maderables, el comercio de regatones y la paulatina ubicacin de poblaciones mestizas en la zona. As mismo, a mediados del siglo, el conflicto con Ecuador marca el imaginario local, regional y nacional de la zona. Antes de eso, al parecer el movimiento econmico y el intercambio cultural, no solo se diriga hacia el Maran, sino14

Al parecer esta forma de organizacin se parece mucho a las formas de organizacin candoshi y achuar como bien lo explica Surralls (Surralls:2009)

tambin surcaba y atravesaba las fronteras nacionales hacia la parte oriental de los andes ecuatorianos, teniendo relaciones de parentesco y de cultura con la poblacin quechua de Sarayacu o Canelos. Muchos pobladores actuales, an de las poblaciones del Bajo Pastaza, recuerdan que sus familiares provenan de la zona del Ecuador es el caso de la familia de un Apu de la comunidad de Nueva Unin en la zona del Bajo Pastaza.

El conflicto forma parte tanto del control territorial los recursos nacionales, como por una paulatina regionalizacin y nacionalizacin de la zona de Loreto, incentivada por su crecimiento interno y por las polticas de defensa de los lmites fronterizos del Estado Peruano. En la zona del Pastaza, que es uno de los principales corredores hidrogrficos para el ingreso de las poblaciones de los Andes Orientales de Ecuador hacia el Amazonas (en el caso de las poblaciones indgenas para el ingreso al Huallaga para la adquisicin de sal y posiblemente el acceso a los recursos del bosque y energticos del gobierno ecuatoriano) y el Atlntico, se ubicaron paulatinamente puestos militares, siendo el ms importante el de Soplin creado posiblemente en los aos 30 del siglo pasado, y ubicado casi en los lmites del Medio Pastaza. Adems la zona era transitada, desde mediados del siglo XIX por vapores de guerra (Morona, Pastaza, Napo, Putumayo)15, pero con objetivos principalmente comerciales, adems de ser reforzada por algunos buques ms modernos como el BAP Amazonas, cuya labor era respaldar al ejercito peruano, asentado en la zona en la poca del conflicto con Ecuador en los aos 40 (Santillana: 2004).

El conflicto histrico entre Per y Ecuador producido en el siglo XIX, haba dejado cierta incertidumbre de los lmites reales que dividan a estos pases, las

Tras la Guerra (con Ecuador en el siglo XIX) el Estado decidi incrementar su presencia en Loreto. Para ellos se tomaron cuatro importantes medidas: 1. La militarizacin de la region; 2. La formacin de una flota fluvial nacional incipiente; 3. La fundacin de una capitana y Factora Naval en la aldea de Iquitos; 4. La creacin de la Comisin Hidrogrfica del Amazonas El Segundo objetivo se alcanz parcialmente en 1861, cuando el Per contrato en Inglaterra la construccin de cuatro nuevas embarcaciones, las cuales llegaron a Iquitos en 1863 y 1864. Los nombres de estos vapors (Morona, Pastaza, Napo y Putumayo) constituan una afirmacin simblica de la soberana Peruana sobre los ms importantes afluentes septentrionales de los ros Maran y Amazonas disputados por Ecuador. (Barclay y Santos: 2002).

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poblaciones indgenas por el flujo de relaciones que haban antes del conflicto no identifican bien en dnde estaba dicho lmite, puesto que sus relaciones y conformaciones de pueblos traspasaban a los mismos. De ese modo, algunos ubicaban al Per desde la zona de la boca del Bombonaza, otros, a partir de su memoria oral, desde Andoas o desde la zona de Soplin por la presencia constante de dicha guarnicin. El conflicto tiene su punto ms lgido en el ao 1941, cuando los militares ecuatorianos, atacan el puesto de Soplin y son derrotados por el ejrcito peruano. El avance de este mismo se hizo hasta la zona de Puyo, actual Ecuador para luego conformar la actual frontera.

Esta guerra ha quedado en el imaginario de las poblaciones quechuas como un evento, en primer lugar, externo a ellas, pero que de alguna manera fundan su identidad como peruanos, diferencindolos de las poblaciones quechuas en su nacionalidad del Ecuador y reforzados en ello por los puestos fronterizos

colocados luego del Tratado de Ro de Janeiro el cual puso fin a la guerra. Hay algunos relatos que indican que dicho conflicto fue cruento, y que los muertos ecuatorianos bajaban en masa por la corriente del Pastaza, pudrindose muchas veces en las orillas del mismo. Por otro lado, los militares, relacionados en muchos casos con la poblacin quechua, incentivaron a que dichas poblaciones asumieran su nacionalidad dentro de una directiva particular, la de defender la frontera de la patria, lo cual de alguna manera reforzaba la divisin intraetnica de la poblacin quechua, de esta zona del Pastaza.

La mayor parte de relatos geogrficos de la zona y de los militares de esta poca, por una cuestin de incomprensin cultural, hablan de la zona como un lugar con poblaciones dispersas e incivilizadas (Santillana: 2004). Esta lectura de alguna manera y dentro de una hermenutica intercultural, comprueba que las poblaciones mantenan an el flujo de movimiento y asentamiento ancestral, dentro de las lgicas organizativas y culturales tradicionales de la amazona. Muchos pobladores adems relatan que an en aquella poca, si bien ya existan cierta relacin con poblaciones mestizas dentro un rgimen de intercambios comerciales y con ciertos cambios en las formas tradicionales de

relacin

producidos tanto por cuestiones de violencia que profundizaban

muchas veces las brechas intercomunales e intracomunales, o por dimensiones de hbitos de relacin- , las poblaciones quechuas an mantenan

conocimientos tcnicos sobre la cra de tortugas; adems, hacan uso del bosque de manera sostenible, con cazas espordicas y respetando a los espritus que habitaban ah del mismo modo la actividad pesquera o agrcola, que de alguna manera se integra con sus formas de organizacin colectiva, recproca y solidaria; tambin posean an sus conocimientos artesanales, como la elaboracin de cermicas para uso ritual o cotidiano y de confeccin de ropa tradicional con material del mismo bosque; guardaban an sus formas de organizacin clnica, en muchos casos dentro de la lgica de cacicazgos polignicos, y dentro de un uso amplio del bosque en funcin de las interconexiones hdricas o de caminos, con los cuales se lograba tener una relativa movilidad de las poblaciones a distancias considerables; por ltimo, se mantena las percepciones y conocimientos culturales y espirituales que los vinculaban con su entorno de una manera ntima, lo que deriva en otro plano de la realidad tambin, es decir hasta aquella poca, existan an la continua presencia de seres espirituales dentro de su hbitat.

Mediados del Siglo XX

Con todo ello, a partir de mediados del siglo XX, la zona comienza as un nuevo proceso de historias paralelas que se integran de manera compleja, a partir de la resistencia y agencia local, pero tambin de efectos violentos y

desestructurantes. Como hemos visto, est por un lado, la historia que se engarza con el frente extractivo maderero y que poco a poco va incluyendo el pesquero; por otro lado, el frente mercantil, con los regatones, los mestizos, las ciudades y las mismas comunidades; luego de ello empieza la presencia paulatina y en crescendo del Estado, que como hemos visto, se inserta primero por medio de puestos militares, para luego intervenir en las formas organizacionales y territoriales; la historia de entidades externas religiosas,

como los evanglicos; los procesos socioculturales y polticos de las mismas comunidades; y por ltimo, la del frente extractivo petrolero.

Esto ltimo, terminar por convertirse para las poblaciones quechuas del Pastaza, en un evento central para sus vidas y especficamente para las poblaciones quechuas de las zonas del Alto Pastaza en un elemento vertebral para las relaciones sociales tanto de la poblacin quechua como de otros actores que se suman en el transcurso del tiempo (Estado, mestizos, comerciantes, ONGs, instituciones religiosas, etc).

De ese modo es en el ao 1917 que un cauchero en la zona de Contamana encuentra brea en el bosque, lo que deriva en la incursin de los trabajos de exploracin de la Standar Oil en la Amazona. A partir de ah empieza un proceso de exploraciones en la Regin Loreto y en zonas inmediatas, como Ucayali, o en 1921 en la margen izquierda del Maran (Chirif, Garca, Surralls: 2002; Maldonado: 2001). As empezaba el proceso de avance de la frontera extractiva del Petrleo en la Regin, la cual reemplaza como protagonista a la frontera extractiva del caucho y se consolida en la zona del Pastaza a partir de los aos 70s, con la incursin de diversas entidades petroleras en funcin de bases de exploracin en el Pastaza y algunas microcuencas. De ese modo empieza una ingreso de petroleras y concesionarias, como Inselsa, Petroper, Oxy, pero que tiene como actor principal en esta poca a esta ltima.

Al parecer, en esos aos, las exploraciones se extienden por la cuenca del Pastaza, y consolidan en algunos casos el proceso de asentamientos quechuas que se vena dando poco a poco, por medio de asentamientos nucleados amplios y prolongados tanto as que continan creciendo hasta hoy16. Esto se debe tanto a la presencia de las empresas petroleras como al impulso dado por las iglesias evanglicas o adventistas que comienzan ha ingresar en la zona y16

Ahora bien hay que dejar en claro que no necesariamente la presencia de las empresas petroleras fue el motor de la nucleizacin de las comunidades, muchas comunidades se formaron lejos de las bases de exploracin y en algunos casos en zonas alejadas de las riberas de los grandes ros navegables, como es el caso de Nueva Vida (porsteriormente Alianza Copal y Soplin) ubicada en la quebrada de Tundunare entre los Ris Corrientes y Pastaza. As como esta otras comunidades se formaron lejos de dichas bases.

que se ubican en algunos casos, como en el lago Anatico, cerca de las bases de exploracin. Como lo relatan oralmente, los pobladores en un primer

momento se relacionan con las empresas petroleras como lo hacan con los comerciantes, es decir a travs de una relacin personalizada tanto en el plano de sociabilidad, como de intercambios de productos, as como se produca con los regatones, pero que ha diferencia de ellos, dichas bases instituan in situ una relacin mucho ms directa y temporalmente ms profunda.

En aquel entonces no haba leyes que determinaran la consulta previa y consentida de la poblacin y la percepcin de su ubicacin por parte de la poblacin local, al parecer se vinculada principalmente a una cuestin de vnculo comercial. Esto no quiere decir que estas poblaciones aceptaran su ingreso de manera voluntaria y consiente, sino todo lo contrario, en muchos casos17, se vieron forzados a dejar sus chacras, caminos o espacios de uso de caza y relacin espiritual con el bosque, debido al ingreso paulatino de la empresa. En ese sentido, la relativa aceptacin debido a que no hubo un levantamiento en contra de la ubicacin de las empresas- fue forzada y en funcin de una lgica de disputas territoriales en las que las petroleras tenan mejores capitales y recursos (lo que implicaba una abismal desigualdad de modos de negociacin en buenos trminos) continuando una lgica histrica de colonializacin que se podra rastrear desde la conquista.

Por otro lado, los evanglicos con el ILV, ingresan a partir de los aos 60 -70s y empiezan un procesos de reproduccin educativa por medio de la enseanza del evangelio cristiano, en escuelas, e incentiva junto con los adventistas, representado principalmente en la figura de el hermano Arqumedes, un paulatino convencimiento para que las poblaciones dispersas se nucleen y

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Un caso emblemtico es la familia quechua Mucuchua en la zona de Nuevo Andoas, que se vio desplazada por las bases de Petroper y Oxy, imponiendo luego un lmite a su extensin pues se ubicaron tercamente en la zona aledaa a estas bases y no se movieron hasta que la dinmica del la comunidad de nuevo Andoas los oblig a irse a un espacio ms alejado, fundando la comunidad de Nuevo Provenir- debido a que se les estaba desplazando de sus espacios ancestrales de uso agrcola y de caza. Otro caso es la ubicacin repentina de una base de la OXY y Petroper en el lago Anatico, en islas donde se tenan Purmas ancestrales.

empiecen a plantearse la construccin de escuelas de educacin primaria18. Arqumedes de ese modo apoya a que se formen diversas comunidades y por otro lado, vincula a estas poblaciones con el Estado, que en San Lorenzo ya haba comenzado a poner en funcionamiento una oficina de Educacin. Ese proceso adems se articula con los procesos mismos del Estado, quien haba empezado a promulgar leyes a favor de la constitucin de comunidades nativas (Ley de Comunidades Nativas y de Promocin Agropecuaria de las Regiones de Selva y Ceja de Selva de 1974. DL. 20653, cambiada luego en 1978 por la Ley 22175). De ese modo, las poblaciones quechuas, comienzan a nuclearse y ha vincularse con el Estado de una manera ms directa, primero por medio del pedido de la presencia de profesores o el apoyo para la construccin de escuelas, y en segundo lugar por medio del uso de las leyes de promocin legal, como herramientas de lucha en un primer momento, para la apropiacin de ttulos de propiedad como forma de acceso legal desde el Estado a sus tierras (Chirif y Mora: 1977), esto ltimo dentro de un movimiento social indgena articulatorio que incluye la creacin de federaciones y entidades representativas desde las mismas poblaciones indgenas, las cuales manifiestan un claro ejemplo de rearticulacin de capitales sociales dentro de lgicas indgenas para poder enfrentar por un lado, la desigualdad al que son sometidos por entidades externas, y por otro, mejorar sus fortalezas organizativas y acceder as a diversos beneficios que las comunidades en

cuestin se planteaban como importantes.

A partir de entonces, y principalmente en la zona del Alto y Medio Pastaza, comienzan a crearse algunas comunidades indgenas quechuas con escuelas primarias, accediendo, adems, a su titulacin, como un primer paso para poder apropiarse y hacer legitimo ante el Estado, algo que ya era suyo por

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A todo esto, hay que tener en cuenta que el ILV tambin formo parte del impulso de algunas organizaciones indgenas particulares de la regin, de ese modo La primera organizacin regional, de fines de los 70, Ijumnbau Chapi Shiwag, surge con el apoyo de una institucin afn al ILV, Vecnos Per, que promueve desde el aparato educativo, programas de tipo desarrollo comunal en base a la entrega de equipos bsicos (motores, radiofona), la contratacin de promotores de desarrollo integral vinculados al sector educacin (y que fueron y siguen siendo hombres de peso en el movimiento organizativo regional) y la promocin de los primeros encuentros y asambleas. (Chiriff, Garca, Surrals: 2002).

tradicin. En este aspecto es importante tomar en cuenta que empieza un nuevo ciclo de configuracin territorial, en la que las poblaciones se suman a formas de ubicacin y organicidad ajenas a su modos ancestrales de modo formal puesto que la movilidad y uso territorial contina en sus lgicas dispersas e itinerantes, pero de manera oculta-, pero que se ven impulsadas por los beneficios que traen consigo, es decir la apropiacin de capitales culturales importantes segn ellos para el acceso a nuevos recursos, la defensa de sus territorios y la reproduccin social de sus pueblos. No obstante, estas dos dimensiones, en la actualidad an estn en confrontacin, puesto que han generado poco a poco el debilitamiento de sus conocimientos ancestrales, de la autoridad tradicional y la continuidad de sus identidades quechuas19. En todo caso, solo son los movimientos indgenas encarnado en algunas de sus federaciones (quienes a su vez buscan aliados potenciales), los que permiten an el refuerzo de estos aspectos y la lucha por la resistencia y reproduccin biofsica (territorio y cuerpo) y cultural de sus pueblos.

Volviendo a la historia de las Petroleras, estas fueron asentndose en el territorio, y poco a poco fueron apropindose de espacios territoriales ancestrales. En la zona norte, uno de los principales descubrimientos de Petrleo se produce en la zona quechua de Capahuari, en el ao 1972, con la perforacin del pozo Capahuari 41-X, que luego terminara en la perforacin de 26 pozos ms (La Torre: 1998; Maldonado: 2001)20; a partir de ah y durante los19

En el caso de los evanglicos hay un poco de ambiguedad. De hecho, ellos produjeron un cambio en el imaginario de gran parte de la poblacin en funcin de sus cosmovisiones y relaciones ancestrales con el bosque, sin embargo fortalecieron el uso del idioma y la valorizacin de las identidades quechuas, dentro de nuevas formas de percepcin, lo que conlleva tambin algunos impactos socioambientales que se deberan rastrear con ms profundidad. El caso de Alianza Cristiana es interesante, en tanto que fue una de las poblaciones ms intervenidas por el Instituto, y afectadas en cierta medida por el ingreso de petroleras en un primer momento, pero que en la actualidad si bien, muchos han modificado sus formas de vincularse con el entorno, no obstante, otros mantiene n y valoran tanto el uso cotidiano de su idioma como su identidad quechua particular, debido a la promocin de profesores bilinges, la enseanza en quechua del evangelio cristiano protestante, la elaboracin de diccionarios quechuas y la recopilacin parcial de ciertas tradiciones. Por otro lado, la iglesia catlica, tambin un agente de cambios culturales profundos, y con una presencia fuerte en la zona, ha impulsado paulatinamente procesos de recuperacin de conocimientos ancestrales vinculados a la medicina natural y que de alguna manera tiene un impacto positivo en las identidades de la zona. 20 Se debe tomar en cuenta que las formas de exploracin antes de la etapa de extraccin constituyen ya un impacto en el entorno. La ssmica requiere la movilizacin de grandes contingentes de trabajadores y maquinarias, deforesta el bosque por medio de la elaboracin de trochas, y perfora cada cien metros del

aos 1978 y 1982, la OXY,

en el Lote 1AB, en donde se ubican varias

poblaciones quechuas en la zona del Pastaza, como Los Jardines, Nuevo Andoas, Andoas Viejo, Paayacu, Capahuari y Porvenir, perfor 144 pozos, de los cuales 129 fueron pozos productores (ibid).

Debido a los descubrimientos la OXY empez una inversin en el desarrollo infraestructural de la zona, pero enfocado al plano extractivo y desligado de las dimensiones culturales y naturales del espacio en donde se asienta. De ese modo se construyen grandes complejos de albergue, cientos de kilmetros de carretera que interconectan las cuencas del Pastaza, Corrientes y Tigre,

penetrando en zonas ancestrales indgenas y que en el futuro puede ser un espacio propicio para la expansin de fronteras colonizadoras- , se perforan varios kilmetros de profundidad, se instalan ms de 800 kilmetros de tuberas para movilizar el crudo hacia la costa y se instalan refineras,

aeropuertos, instituyendo una serie de cambios en el paisaje y en la vida misma de los pobladores de esta zona (La Torre: 1998; Santillana: 2004).

Hasta 1978, la produccin de la zona era exportada a Manaos - Brasil, pero luego de ello la OXY construye una estacin de recoleccin principal: Nuevo Andoas, en la cuenca del Pastaza, en el mismo lugar se instala la estacin recolectora y la planta de bombeo inicial del Ramal Norte del Oleoducto NorPeruano, de propiedad de Petroper. Desde entonces el crudo producido en el Lote 1AB es conducido por una va de 856 kilmetros con destino al Puerto Bayovar, en la costa Norte Peruana (La Torre: 1998). Se calcula que la produccin entre los aos 70, 80 y 90, represent un poco ms de 40% del crudo del Pas. Por otro lado todas estas construcciones que atraviesan el territorio quechua se hicieron sin consulta a las mismas, por lo que la modernizacin se convirti para ellos en una invasin de sus espaciosterreno escogido en donde se instalan explosivos que producen la huida de los animales y el deterioro de los suelos. Por otro lado, se construyen campamentos de trabajadores, y helipuertos. En esos aos sin ningn control de por medio y con la fiebre de los descubrimientos, se hicieron estas actividades sin parmetros legales destruyendo gran cantidad de bosque, invadiendo lugares sagrados, espacios utilizados por los indgenas e introduciendo enfermedades en la poblacin (La Torre: 1998).

ancestrales y en la transformacin de los mismos sin posibilidad de participar desde sus perspectivas en ello.

En el transcurso de estos aos, tambin se profundiz el proceso de expansin de las fronteras migratorias mestiza y por ende el flujo comercial desde esta misma, la cual derivo en una presin demogrfica y su presin sobre los recursos del bosque (La Torre: 1998) desligada con las lgicas ancestrales de la zona. La instalacin de la base en Nuevo Andoas, condujo adems a la

proliferacin de bares, espacios de diversin nocturna introduciendo en la zona enfermedades de transmisin sexual. Por otro lado, debido la movilidad ancestral en busca del aprovechamiento de recursos, y por las lgicas de movilidad impulsadas por el intercambio de productos quechua en base al parentesco, muchos pobladores quechuas de otras espacios del Pastaza y hasta del Maran, se ubicaron en la zona producto de las relaciones filiales que tenan con los pobladores ancestrales de dicho espacio. No obstante, a pesar de su ubicacin, fue en realidad un grupo de mestizos el que se consolid econmica y socialmente por medio de la economa mercantil dependiente de las actividades petroleras y de la poblacin local. De ese modo, algunos mestizos en Nuevo Andoas, fueron adquiriendo estatus diferenciados con la poblacin indgena, acumulando mayor capital econmico occidental (Belaunde:2010). Sin embargo no todos los mestizos lograron esta consolidacin, algunos otros, debido a la fluctuacin del trabajo, quedaron desempleados y se asentaron en la zona, unindose con la poblacin local, compartiendo con ellos de manera diferenciada, (debido tanto a las dificultades de entendimiento entre una y otra poblacin por razones culturales, como a la desigualdad de oportunidades para indgenas y mestizos, pues estos ltimos tienen una ventaja sobre los otros, ya que el estado incentiva y refuerza las lgicas culturales de ellos) las desventajas de vivir en una zona deteriorada ambientalmente y con instituciones gubernamentales, ausentes, disminuidas o ineficaces.

La instalacin de la base de recoleccin y la dinmica que la envolva, produjo, a partir de los aos 80s, diferencias y conflictos en las poblaciones locales, lo que llevo a que Nuevo Andoas se dividiera en dos poblaciones, una llamada Porvenir, quienes vivan en una zona un poco ms alejada y conformada 100% por quechuas, y otra la de Nuevo Andoas, conformada por una mayora de quechuas y una minora fuerte de mestizos. La base adems se interpone a la comunicacin de estas comunidades con la de Los Jardines, creada tambin en esos aos y ubicada en el otro extremo de la base. Esta comunidad, por otro lado sufri el intento de desalojo de su ubicacin actual, pues se les propuso ser reubicados en una zona construida para ellos con el fin de usar su espacio como un puerto ms, sin embargo, la poblacin hizo frente al avance de los tractores demoledores y se mantuvo en su espacio siendo solo reubicada una casa de la comunidad la cual fue destruida en ausencia de sus ocupantes-, en cuyo espacio ahora se encuentra un almacn espordico al aire libre de

metales o chatarra y un puerto. Estas poblaciones no han accedido a pesar de los intentos constantes de las mismas, a sus ttulos de propiedad y en cambio el Estado las ha ubicado espacialmente, por medio de COFOPRI, lejos de sus espacios actuales.

Con todo ello, sin embargo, las poblaciones lograron por medio de su propio esfuerzo y sus formas de organizacin particular, exigir una serie de beneficios, que les ataen por derecho, como sera las dimensiones de salud y educacin. No obstante, dichos beneficios fueron implementados de manera mediocre e ineficaz, y manteniendo modalidades culturales externas a las comunidades. Es as que a pesar de los esfuerzos de los mismos pobladores, en 1995 el mismo Estado, por medio de La Resolucin Ministerial 353-95-PRES declara al distrito de Pastaza, donde ese encontraban en aquel entonces estas comunidades, un Distrito en Extrema Pobreza, incluyendo pobreza crnica y creciente. Esto significa que est generalizado en la poblacin distrital un nivel de vida por debajo de la lnea de pobreza, sufriendo desnutricin crnica, altas tasas de analfabetismo, sin redes de agua ni desage, sin electricidad, con inasistencia

escolar, sin trabajo, etc.21 (Chirif, Garca, Surralles: 2002). El informe no hace ms que comprobar que la instalacin de una frontera extractiva en la zona quechua, se constituye como el principal factor de amenaza tanto de la superviviencia cultural y biolgica de una poblacin, as como de su seguridad alimentaria y calidad de vida.

Con el paso del tiempo, adems las poblaciones vecinas de la base y otras del Lote, como Paayacu y Alianza Topal, han identificado que no solo los recursos de sus espacios de caza y siembra se han ido agotando, deteriorando o perdiendo por las actividades, los derrames y accidentes de la empresa

petrolera, sino que adems en la rememoracin de su historia oral, relatan que los espritus del bosque han huido paulatinamente, como es el caso del Shapingo22, conocido en varios espacios amaznicos como shapshico. Este ser, llamado tambin madre de monte o sacha runa, es quien cuida a los animales, los protege o los comparte en conjunto con las poblaciones o los cazadores, y que por el ruido y la invasin, ha migrado con ellos lejos de la zona. Este acontecimiento espiritual, que se lee distinto dentro de una concepcin

occidental, tiene que ver, dentro de una visin ms amplia del entorno fsico, con el paulatino deterioro de las dimensiones espirituales y naturales de la zona, ntimamente ligadas y manifestadas en las transformaciones de identidades, formas de organizacin, modos de relacin con el espacio

ambiental y la vida misma del entorno natural violentado por los derrames de petrleo producidos por ejemplo en Capahuari, las perforaciones al suelo, las explosiones, el vertimiento de desecho txicos al ro, el ruido constante de la base durante todo el da y la noche, etc.- que los quechuas han tenido y con los que se han relacionado durante siglos, y que poco a poco se va extinguiendo

21 Esta situacin se da a pesar de que ya desde 1974 se haba creado mediante el Decreto Legislativo 21678 el canon petrolero. 22 Con una visin de desarrollo que solo toma en cuenta una forma de entender el mundo la cual se basa en entender al entorno fsico y su orden y control como el plano de la realidad preponderante, es difcil determinar el grado de impacto que significa la huida de un ser espiritual, el cual pertenece, dentro de una visin de desarrollo diferente, a un espacio complementario fundamental de lo real. Un acercamiento relativo sera medirlo dentro de los parmetros del los bienes intangibles o el Patrimonio Cultural Inmaterial, los cuales determinaran que dicha poblacin no solo esta empobrecida en el plano fsico sino que est sometida a un constante empobrecimiento cultural.

dentro de procesos de aculturacin sin oportunidad de diversificacin y neocolonizacin.

En las otras zonas del Pastaza, en la parte media principalmente, entre lo aos ochenta y noventa, se consolida el procesos de nucleizacin de las comunidades, con la respectiva legalizacin de parte de las tierras que asuman como suyas (esto dentro de una segunda ola de titulaciones y conformaciones comunitarias y federativas). Si bien como dicen los pobladores, la contaminacin de los ros y quebradas los afectaban directamente, la relacin con la empresa petrolera era un poco ms distante en esta zona aunque muchos acudan a la base con fines comerciales o en algunos casos por trabajo con algunas concesionarias realizando trabajos de elaboracin de trochas, por ejemplo. De alguna manera esta independencia se traduce en la conformacin de una Federacin Indgena: FEDIQUEP a finales de los 80 , la cual realiza un paulatino trabajo de apoyo en el plano de la legalizacin territorial por medio de titulaciones de las comunidades que la conforman, apoyando adems a otras comunidades quechuas que no estaban inscritas en ella. Las comunidades logran conseguir escuelas pblicas mayormente de primaria y se insertan poco a poco, en las modalidades organizativas que el Estado impone para reconocerlas, el cual interviene en sus formas tradicionales de organizacin, por medio de los Tenientes Gobernadores y Agentes Municipales.

Esta intervencin se manifiesta tambin, en el plano de la educacin, dentro de un sistema castellanizante que repercute fuertemente en las identidades quechuas, por otro lado, en el plano organizativo, la inclusin de nuevas autoridades debilita la organizacin ancestral e incentiva una acomodacin a lgicas ajenas de gobierno, que en un primer momento estn distantes pero que con el paso del tiempo termina por incluirlos, pero, siempre dentro de una cultura que no termina por configurarse dentro de y con los patrones

socioculturales y ambientales de la zona. Otros mbitos de intervencin que siguen a estos procesos son los que se dan por ejemplo, en el plano del ordenamiento territorial local, de ese modo, las nucleizaciones son y siguen

siendo impulsadas de manera arbitraria y predeterminada por la lgica de asentamientos nucleados dentro de modelos externos a las formas ancestrales de ubicacin. Como efecto a ello, las poblaciones terminan por incorporar pero con prcticas de dispersin escondidas a lo formal- una hermenutica colonial, que concibe a la civilizacin en funcin de estos patrones de ubicacin, rompiendo as formas organizativas y espirituales ancestrales23. Por otro lado, se recuerda que el Estado en los 90, se vincula con la poblacin entregando chalupas, medicinas, se construyen edificios u otras dimensiones bsicas pero como un favor de parte de l, lo que comienza a crear un hbito de clientelismo estatal con las poblaciones.

Por otro lado, en estos aos, la relacin ms directa con otros actores externos que se tiene en esta zona es con los regatones, los madereros y los pescadores forneos, cuyo objetivo era maximizar sus beneficios, en detrimento de las poblaciones locales. Con el paso del tiempo, grandes cantidades de peces y tortugas son depredados, lo cual tuvo como efecto la casi extincin de los mismos. En el caso de los recursos maderables, la caoba, el cedro, la moena y el tornillo entraron tambin dentro de este parmetro de extincin (Chiriff, Garca, Surralles: 2002), debido al aprovechamiento de los madereros y, como dicen los pobladores actualmente, a la prdida de importancia de sus recursos y de sus territorios dentro de la cultura misma, lo que con el tiempo a terminado siendo revertido debido al fortalecimiento paulatino desde las federaciones de las poblaciones locales, quienes poco a poco se han convertido en vigilantes independientes de la riqueza del bosque y tal vez los nicos con la voluntad para controlar la extraccin de dichos recursos, a pesar de que el Estado en los aos 90 del siglo pasado, segn una Resolucin Suprema crea el Bosque Nacional Morona, Maran, Pastaza con una extensin de 375 000

23

Hay que tener en cuenta que las relativas nucleizaciones pasadas de grandes poblaciones se dieron segn el desarrollo particular de milenos de relacin con el bosque, es decir en funcin de una planificacin paulatina basada en la experiencia y en el conocimiento milenario del mismo, que en todo caso y mayormente determinaba la consulta a los espritus y la dispersin como la lgica mas sostenible de uso y ubicacin. Las actuales formas de nuclear a las poblaciones, no tienen un planeamiento que conciba la lgica medio ambiental de la zona, sino que solo es la reproduccin de lgicas territoriales externas y en muchos casos totalmente dainas para el medio ambiente.

has con el fin paradjico de resguardar el espacio natural aun cuando dicho espacio est densamente lotificado. Ante todo esto, las poblaciones han

declarado su falta de capacitacin y su deseo de hacer uso del bosque de una manera sustentable dentro de los parmetros legales.

Por ltimo, la realidad de estas dos zonas, incluyendo la del bajo Pastaza, (sometida principalmente a la incursin de un estado que invisibiliza a las poblacin indgena, y el ingreso de madereros y pescadores indiscriminados), es impactada por el deterioro paulatino: de los conocimientos tcnicos

ancestrales, como la elaboracin de ropa y cermica, el uso sustentable del bosque, la relacin espiritual con la naturaleza, la prctica del idioma y de la cosmovisin, la construccin de sus espacios vitales como las casas hechas de madera y techo de palma reemplazadas en esos aos, principalmente en la zona del Alto Pastaza, por casas de madera con calamina y poco cuidado en su construccin- , la prdida de sus antiguas formas de reunin y diversin, en las cuales se reproducan los mitos, las canciones con significado tico y por ltimo las formas de arte que estos pueblos mantenan y que alimentaban sus capacidades creativas y espirituales. Esto de hecho con mucho mayor pronunciamiento en la zona del Alto Pastaza donde dichas dimensiones son rememoradas con vergenza, y por ende son desvalorizadas, negadas o ocultadas, lo cual demuestran un impacto en la autoestima identitaria de la poblacin.

Siglo XXI

A partir del 2000, la presencia de los madereros y pescadores comienza a ser controlada de manera paulatina y creciente; el Estado empieza a extenderse, fortalecerse, regionalizarse y configurarse en el plano de la representacin ms no en el plano institucional- en funcin de las diferencias que la realidad cultural y social de la zona le impone; se empieza una nueva dinmica de relaciones con las nuevas empresa petroleras que adquieren presencia en la zona; las federaciones entran en una etapa de fragmentacin y debilitamiento,

respondiendo a ello por medio de la adquisicin de nuevas redes de aliados y la persistencia en la lucha por la defensa de sus derechos; por ltimo, la

poblacin quechua es impactada de diferente manera en las tres zonas del Pastaza y de ese modo, a pesar de la resistencia cultural a los cambios producidos en los 40 aos de primaca del frente petrolero, la incursin de mestizos, y la articulacin a un Estado poco diverso en sus modalidades institucionales, se aceleran los procesos de desestructuracin cultural,

orgnica, econmica, natural y espiritual de la zona.

En la zona alta, en el 2000 empieza un nuevo patrn de relaciones con la empresa petrolera, primero, la OXY negocia y transfiere el Lote 1AB, sin participacin de la poblacin local, a la empresa petrolera argentina Pluspetrol Norte S.A. Esta empresa hereda los pasivos ambientales y sociales que deja la OXY y empieza un nuevo proceso de relaciones con las comunidades. De ese modo, cambia las formas de relacin con las poblaciones locales hacindose ms institucionalizadas, impulsando la presencia de nuevas concesionarias y services para el trato comercial o laboral con la poblacin, pero sin ninguna intencin de generar seguridad social estable, ni beneficios amplios para la misma, puesto que se implementa un sistema de trabajos espordicos sin posibilidad de acumular recursos ni ampliar de manera voluntaria los

beneficios sociales derivados de los seguros, por otro lado, la poblacin mantiene sus niveles de trabajo sin desarrollo tcnico y con desigualdad de gnero de ese modo los hombres crecen en el ingreso promedio recibido, pero las mujeres terminan haciendo trabajos ligados exclusivamente al plano domstico, como lavanderas o cocineras y con poco beneficio salarial.

Es as, que

empieza una modalidad despersonalizada de relaciones sociales

que solo es amainada por la presencia de relacionistas comunitarios y el apoyo de indgenas vinculados a la empresa, profundizando las transformaciones organizacionales tradicionales. Otra manera de relaciones directas es por

medio de la clnica y el apoyo dado para el transporte de indgenas hacia

Iquitos en caso de gravedad-, pero que sigue la lgica de los favores dados por esta empresa y que en muchos casos como se ha relatado en algunas sesiones de la Minga para la Vida, se basan en atenciones bsicas o en todo caso en la poca profundidad del anlisis de los males que vive la poblacin, generando una desconfianza grande en los resultados y la informacin que dan en cuanto a las enfermedades que les aquejan y el tratamiento derivado de ellas.

Empieza adems un proceso de convenios como favores hechos por la empresa a las comunidades, enfocndose principalmente en el plano infraestructural, y en funcin de compromisos incumplidos o en todo caso, constantemente aplazados u olvidados sin posibilidad de ser vigilados y fiscalizados por ninguna entidad propia o externa lo que podra manifestar la poca buena fe en la negociacin con las comunidades-. Anexo 2

Sin bien en esos aos se diluye la presencia de prostitucin en la localidad, no obstante, crecen los bares, el consumo de alcohol, - y adems los cambios culturales en los jvenes- y los centros nocturnos, debido al crecimiento de la poblacin mestiza y al cambio cultural que se comienza operar en la zona. Por otro lado, se consolidan una infraestructura comunal que caracteriza a las poblaciones como comunidades chatarra, impulsndose adems un trabajo de recoleccin de cobre ilegal para la empresa (Belaunde: 2010). La falta de recursos maderables, como la ausencia de palmas necesarias, y rboles de diversa calidad hace que las poblaciones refuercen las modalidades de construccin con materiales donados por la empresa, como calaminas o cemento, lo cual tiene como efecto en el plano cultural, la potenciacin del deterioro de su autoestima indgena en funcin de sus conocimientos ancestrales, perdiendo o abandonando adems los bienes intangibles que le permiten construir, relacionarse y hacer uso creativo y equilibrado de su territorio. Por otro lado, la lgica del trabajo y las necesidades creadas por la educacin, salud y el cambio cultural, incide en la transformacin domstica e intracomunal, cambiando las formas de vnculos sociales ancestrales que no solo se circunscriban a las personas sino a los espritus, la naturaleza y el

bosque. An as muchas de estas poblaciones resisten al deterioro de esas formas y mantienen sus organizaciones de reciprocidad y de manera oculta sus conocimientos mticos, pero que por la educacin castellanizante, la visualizacin de un desarrollo nico y occidental, y el racismo soterrado y cotidiano, en la visualizacin de los indgenas como atrasados impulsado

principalmente por el crecimiento de poder, prestigio y nmero de mestizos (ibid.), se han comenzado a ver peligrosamente en extincin por el detenimiento de su reproduccin tradicional. De hecho, su Patrimonio Cultural Inmaterial, como son, los conocimientos tcnicos, en funcin del uso creativo y sostenible del bosque (como sera la crianza de tortugas por ejemplo), la artesana, el arte y la msica, las tcnicas textiles, el diseo diverso y creativo de su arquitectura indgena, que estaban en proceso de prdida en estas comunidades de la zona norte del Pastaza, estn casi en extinsin debido al abandono de sus prcticas y solo estn latentes en la memoria de los ancianos y adultos-, siendo reemplazados por casas y edificios con poca identidad; por productos manufacturados, conseguidos por medio de intercambio

monetarios; y por conocimientos exgenos en el uso del bosque, que tienen muy poco que ver con los bienes intangibles de su cultura24.

Es importante destacar que paradjicamente el Per se convierte entre el ao 2003 y 2006 en el principal impulsor de convenios internacionales para la proteccin del Patrimonio Cultural, es as que en el 2003 forma parte de los que apoyan la Convencin Para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que en su Artculo 14 determina que los Estados deben intentar por todos los medios oportunos asegurar el reconocimiento, el respeto, y la valorizacin del patrimonio cultural inmaterial de la sociedad , adems de mantener al pblico informado de las amenazas que pesan sobre ese patrimonio. La convencin define por Patrimonio Cultural Inmaterial a los usos, representaciones, expresiones, conocimientos, tcnicas junto con los instrumentos, objetos, artefactos, y espacios culturales que le son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio inmaterial que se transmite de generacin en generacin es recreado constantemente por las comunidades y grupos en funcin de su entorno, su interaccin con la naturaleza y su historia, infundindoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo as a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana por ltimo el convenio toma en cuenta el patrimonio cultural inmaterial compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos, e individuos y de desarrollo sostenible (UNESCO: 2003). Dentro de este marco el Gobierno Peruano, es el principal gestor de entidades que pongan en funcionamiento dicho convenio, tanto as que se convierte en el ao 2006 mediante un acuerdo con la UNESCO en la sede de CRESPIAL el Centro Regional para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de Amrica Latina. Uno de los objetivos centrales de dicho Centro es promover la aplicacin y el seguimiento del convenio antes mencionado (UNESCO:2006).

24

En el plano ambiental, con el antecedente de que en el Per en el ao 1993 se crea los EIA: los Estudios de Impacto Ambiental para cualquier actividad de exploracin y extraccin, la Plus, que no entra dentro de esta categora pues sus contratos se configuran en funcin de la reglamentacin anterior a esta resolucin, termina por insertarse dentro del PAMA: Programas de

Adecuacion y Manejo Ambiental,

estudios que establecen programas de

mejora paulatina de las operaciones extractivas y explorativas, con obligaciones