INFORMACION DE EXCURSIONES TXANTREA MENDI TALDEA

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Orria z./ Hoja n.341 23/03/2014 Hora de salida 8:00h

Travesía - Zeharkaldia

Alaiza – Sta Elena – Opacua - Munain

Duración Aproximada: 5:30h.

Desnivel: 800m.

Distancia: 17,5 Km.

Material obligatorio: Vestimenta Invernal

Material recomendado: Bastones y polainas

Dificultad Técnica: Baja – Dificultad Física: Media +

Salida: 8:00 Recordamos que hay que estar federado o con seguro similar.

Sierra de Entzia y Montes de Iturrieta.

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Alaiza Recorrido de izquierda a derecha Munain

Esta vez vamos a visitar tierras desconocidas, no porque estén en el fin del mundo, sino porque apenas son visitadas y no se habla de ellas. De hecho, ocupan la zona central de Euskalerria y están al alcance de esa multitud de mendizales vascos, que pasan de largo por la autovía, viniendo de Vitoria y desviando las miradas a la cruz de Ballo, o, si lo hacen en sentido inverso, con los ojos puestos en las nieves de Gorbea y Aldamín y sacando cuentas si la punta que se ve a la derecha de éstas es Lekanda, o no. Amboto, a la derecha, queda más a desmano si se va conduciendo y la cercanía de Vitoria desvía nuestra atención de un posible contacto visual con esta zona. Además el hecho de que no haya una cima que resalte sobre el resto, pone más difícil la cuestión, de manera que es preciso plantearse una visita exclusiva, como en esta ocasión.

Por el sur, la cosa no mejora. Además de no verse estos montes, bastante tienen los pueblos de Ameskoa y Arana con sobrevivir, como para dedicarse a visitar una tierra más pobre que la suya.

Alguien puede pensar que estas cosas pasan cuando no hay nada interesante, pero no es el caso.

Camino de Opacua, el dolmen de Sorginetxe, sí recibe algunas visitas. Sin embargo la maravilla que está a su lado, en forma de bosque, hace una veintena de años pasaba desapercibida para todo el mundo y ahora, casi.

También es comprensible que una meseta fría y húmeda, donde están las poblaciones más altas de Alaba, sin industria, sin comercio y sin turismo, sea poco visitada.

Alaiza y Santa Elena al fondo

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Nuestro recorrido parte de Alaiza, y nos lleva al puerto de Luzkando, paso obligado para llegar a la pequeña cruz metálica de Santa Elena.

(1.110 m.) Desde aquí, caminaremos con poco desnivel hacia la despejada cima de Soil y después de pasar el dolmen de San Juan, llegaremos al cercano puerto del mismo nombre. A nuestra derecha queda, cercano, el pueblo más elevado de Alaba, Erroeta.

Continuando por el borde de la sierra pasaremos por diversas peñas, Las Lachas, Del cura, Redonda, monte Achuri, Peña Caída, Peña Alangua, y al llegar al monte Arrigorrista, cambiamos un poco el rumbo y descendemos hasta el puerto de Opakua (1.025) donde hay un mirador. A nuestra izquierda habremos dejado la Llanada Alavesa, donde podemos localizar cercano, un pequeño punto, Sorginetxe, y las montañas de Gorbea y Anboto cerrando el horizonte.

Desde aquí hasta nuestro destino, Munain, es todo bajada. Veremos, casi de paso, el manantial donde nace el río Zadorra, entre preciosas hayas, pero preferiremos emplear el tiempo en ver los robles, centenarios algunos, milenarios otros e impresionantes todos, que nos harán compañía hasta cerca de Munain.

Sorginetxe, solsticio de verano (A 500 m. de Arrizala)

La granja de Iturrieta

Iturrieta es una pequeña aldea de la provincia de Álava, cercana a nuestro recorrido. Se ubica en una meseta de los Montes de Iturrieta. Se accede al lugar por carreteras locales viniendo de Salvatierra tras coronar el puerto de Opakua.

El pueblo nació probablemente durante la Edad Media, pero quedó despoblado antes de 1563 por sus duras condiciones climáticas. Su antigua iglesia permaneció en pie en el lugar hasta que fue derribada en 1803. Históricamente era un barrio de la villa de Salvatierra, pero debido a su despoblamiento, el mortuorio de Iturrieta quedó incluido en la Parzonería de Entzia, un monte comunal compartido por los pueblos limítrofes.

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Durante la Segunda República Española nació el proyecto de creación de una granja experimental en Álava para la mejora del cultivo de la patata, de gran importancia en la agricultura alavesa. Este proyecto fue retomado por las autoridades franquistas tras la Guerra Civil e Iturrieta, por su altitud, que era óptima para el cultivo de la patata, fue el lugar elegido para el establecimiento de dicha granja. La finca en la que se instaló la granja fue cedida en arrendamiento por la Parzonería de Entzia

En torno a la Estación de la mejora de la patata, más conocida como Granja de Iturrieta, nació un pequeño pueblo durante los años siguientes. El pueblo cuenta con una capilla comenzada a construir en 1946 y con un Monumento al patatero que data de los años 80. La población del pueblo es muy escasa, llegó a varias decenas de habitantes en la década de 1960, pero actualmente no llega a los 10 habitantes.

Administrativamente tiene un status particular. Se encuentra situada dentro de los límites de la Parzonería de Entzia, que es una entidad local que no tiene carácter de municipio. Sin embargo, sus habitantes son tratados como vecinos de Salvatierra, aunque su pueblo no se encuentre dentro del término municipal de Salvatierra. Iturrieta no forma concejo. Situada a 972 metros sería el pueblo más alto de Álava pero carece del estatus de pueblo y ese honor corresponde al vecino Erroeta.

Desde la carretera, entrada a Iturrieta. Al fondo, el monte Soil y Santa Elena a su izquierda.

Robles de Munain y Okariz.

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Erase una vez un famoso cerdo llamado ‘Chato vitoriano’ al que le gustaba hozar en las dehesas de robles y quejigos situadas en las laderas de la sierra de Entzia. En las fechas otoñales, los cochinos eran más felices que nunca porque los campos se llenaban de bellotas, su comida favorita. Cada familia tenía un cortín donde aquellos animales, ricos en tocino, pasaban largas temporadas. Aquella carne y aquellas grasas mataron mucha hambre a mediados del siglo XX. La peste porcina acabó un día con aquel cerdo y la economía hizo lo propio con aquella forma de criarlos, una tradición que hoy sólo es rentable en las zonas del cerdo ibérico.

“Yo vi cómo los mataban a tiros por una enfermedad. Un niño no olvida algo así”, evoca Anselmo, de 50 años.

Sirva este recuerdo a aquella especie autóctona desaparecida, mejorada en Arkaute en el siglo XIX, para explicar por qué en un monte común de los pueblos alaveses de Okariz y Munain se ha conservado, lejos de la curiosidad de los montañeros y domingueros, un bosque singular.

“Vinieron unos ingleses a estudiar el fenómeno y estaban encantados, no tanto por la edad como por la vida que hay dentro de cada árbol viejo», se enorgullece Anselmo.

Los vecinos de estos pueblos dejaban crecer sus robles hasta cierta altura y los talaban. Los troncos crecían a lo ancho y por las ramas, y una buena gestión en la tala permitía coger leña para casa y para el carboneo. Alrededor, pastizales donde además del cerdo, se alimentaban la oveja y el ganado mayor. Un mundo perfecto, diseñado en la Edad Media, que se hundió en los años setenta, cuando muchos pastizales se convirtieron en tierras de cultivo y algunos árboles fueron talados.

Robles en Munain

La dehesa ha desaparecido y aquellos gigantes están rodeados hoy en día de maleza y pequeños árboles, pero muchos resisten en pie. Hace una década, fueron los naturalistas los primeros en poner sus ojos aquí. Es una zona privilegiada donde nace el Zadorra, que ha dibujado la Llanada alavesa durante millones de años.

Una asociación inglesa (que defiende los árboles centenarios 'Ancient Tree Forum') vinieron por estas tierras y con ellos expertos del Reino Unido, y hasta personas encargadas de la jardinería de la propia reina Isabel II a estudiar la zona. A los ojos de la ciencia, el bosque de Munain-Okariz es una joya desconocida llena de vida difícil de igualar en Europa y muy poco conocida que ocupa sólo unas 385 hectáreas en Munain y Okariz.

El resultado de los estudios es espectacular y el secreto está en la biodiversidad que guardan los árboles centenarios: 608 de al menos cinco siglos de antigüedad, otros de ocho siglos y alguno hasta de 1.500 años, con un perímetro medio de unos 428 centímetros. Se han hallado 103 especies de escarabajos asociados a robles centenarios. Dos de ellos están considerados como prioritarios en la directiva europea Hábitat y trece apenas son conocidos en la Península. Dos especies son nuevas para la fauna ibérica y 25 para la del País Vasco.

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En briofitos -plantas sin flores, vasos ni raíces- se han catalogado 92 especies de musgos y 19 de helechos. Muchos son de gran interés y 6 están amenazadas. En líquenes, hay 129 variedades, varias exclusivas. Sólo en hongos hay 225, algunos muy raros. En avifauna, se han encontrado 107 tipos de animales y se han registrado rastros de otros mamíferos tales como la garduña, el tejón, la gineta, el zorro, la liebre europea, el jabalí o el corzo.

Orquídeas en el camino, cerca del robledal.

Son razones de peso para valorar un paraje que está protegido como Lugar de Interés Comunitario dentro de la Sierra de Entzia. Para su visita, la Diputación ha acondicionado un sendero con balizas, que parte desde Munain, aunque los paneles que configuran la explicación pedagógica del lugar aún deberán esperar.

Son grandes y se parecen, pero cada árbol tiene su personalidad.

Hemos visitado varias veces este robledal y la última de ellas tuvimos la curiosidad de contar los árboles monumentales que veíamos en el recorrido. Salieron a la par que los dálmatas, 101. Quien tenga interés, hasta 608, puede pasar unos buenos ratos buscándolos. Cada uno que encuentre, le hará subir las pulsaciones y le producirá una gran alegría. (Al menos, eso nos ha ocurrido a nosotros)

Datos tomados de la web con comentarios propios. Fotografías: F.Pla.