Informe final de investigación presentado a ... -...

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DIAGNÓSTICO DEL NIVEL DE RECONOCIMIENTO DE LOS ESTILOS COMUNICATIVOS CORRESPONDIENTES A UNA COMUNICACIÓN ASERTIVA, PASIVA O AGRESIVA DE LOS ALUMNOS DEL PROGRAMA DE FORMACIÓN PROPEDÉUTICA (PROUDEC) DE LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN Por Marcela Aravena Vega Informe final de investigación presentado a la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales para optar al grado académico de Magíster en Comunicación Creativa, Mención Comunicación Estratégica Director de Investigación: Magíster Alicia Rey Arriagada Concepción, diciembre de 2014

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DIAGNÓSTICO DEL NIVEL DE RECONOCIMIENTO DE LOS ESTILOS

COMUNICATIVOS CORRESPONDIENTES A UNA COMUNICACIÓN

ASERTIVA, PASIVA O AGRESIVA DE LOS ALUMNOS DEL PROGRAMA

DE FORMACIÓN PROPEDÉUTICA (PROUDEC) DE LA

UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

Por Marcela Aravena Vega

Informe final de investigación presentado a la Facultad de

Comunicación, Historia y Ciencias Sociales para optar al grado

académico de Magíster en Comunicación Creativa, Mención

Comunicación Estratégica

Director de Investigación:

Magíster Alicia Rey Arriagada

Concepción, diciembre de 2014

“Debes hacer lo que te crees incapaz de hacer” Eleanor Roosevelt

Dedicatoria

A mi esposo Claudio Suárez Eriz;

A mis hijos Marcela, Constanza y Andrés;

A mi madre y hermanos;

A mi padre que está en el cielo;

A mis tíos (suegros) que están en el cielo;

A mis amigos y amigas.

Agradecimientos

Agradezco a Dios por haber guiado mis pasos durante toda mi formación y por la oportunidad que he

tenido de aprender, mejorar y de acercarme al saber.

A mi esposo Claudio por ser el pilar fundamental en mí vida y a mis hijos Marcela, Constanza y

Andrés, por tanto amor y sustento durante todo el desarrollo de mis estudios.

A mi madre y padre que me formaron en valores que me han acompañado siempre.

A mi Profesora Guía Alicia Rey, por su apoyo y palabras de aliento en cada reunión de trabajo.

Al Prof. José Manuel Merino de la Universidad de Concepción, por su incondicional apoyo y valioso

tiempo dedicado a la culminación de esta tesis.

A mis amigos profesores de la Universidad de Concepción, María Teresa Chiang, Patricia Cid,

Elizabeth Parra y Omar Salazar, por el optimismo y soporte en momentos difíciles.

A mi amiga Lorena Valencia, por su gran amistad.

INDICE

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA............ 2

1.1. Antecedentes Generales del Programa………………………………………………. 6

1.1.2. Principios…………………………………………………………………............... 8

1.1.3. Modelo del Programa………………………………………………………............. 8

1.1.4. Caracterización sociodemográfica de los estudiantes del Programa

Propedéutico………………….……………………………………………………. 9

1.1.5. Red de vinculación…………………………………………………………………. 10

1.1.6. Impacto y Rendimiento Académico……………………………………….............. 10

1.1.7. Percepción de los estudiantes……………………………………………………… 11

1.1.8. Percepción de comunidades educativas……………………………………………. 11

1.2. La Universidad de Concepción………………………………………………………. 12

1.3. Justificación del Proyecto……………………………………………………………. 13

1.4. Objetivos de la Investigación….……………………………………………............... 15

1.4.1. Objetivo General…………………………………………………………………… 15

1.4.2. Objetivos Específicos……………………………………………………………… 15

1.5. Preguntas de investigación…………………………………………………………… 16

1.6. Hipótesis……………………………………………………………………………... 17

CAPÍTULO II.: MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL……………………………

18

2.1. Antecedentes…………………………………………………………………………. 18

2.2. La comunicación como acción………………………………………………………. 19

2.3. El modelo interaccional……………………………………………………………… 21

2.4. El Modelo transaccional……………………………………………………………... 23

2.5. Teoría del Interaccionismo Simbólico……………………………………………….. 24

2.6. Habilidades Sociales y Comunicativas………………………………………………. 27

2.7. Estilos Comunicativos……………………………………………………….............. 29

2.7.1. Estilo Agresivo…………………………………………………………….............. 30

2.7.2. Estilo Pasivo……………………………………………………………….............. 31

2.7.3. Estilo Asertivo……………………………………………………………………... 32

2.7.4. Impedimentos para un comportamiento asertivo…………………………............... 33

2.7.5. Principios básicos del comportamiento asertivo…………………………………… 34

2.7.6. Ventajas del comportamiento asertivo……………………………………............... 35

2.7.7. Técnicas Asertivas…………………………………………………………………. 36

2.7.8. Estilos comunicativos en la adolescencia………………………………………….. 38

2.8. Antecedentes Empíricos……………………………………………………………... 40

CAPÍTULO III. DISEÑO METODOLÓGICO……………………………………….

45

3.1. Unidades de análisis: Población/muestra…………………………………………….. 46

3.2. Instrumento…………………………………………………………………............... 46

3.3. Recolección de datos………………………………………………………………… 49

CAPÍTULO IV: ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS……...............

50

4.1 Descripción de los resultados………………………………………………………… 50

4.2 Los estilos comunicativos…………………………………………………………….. 50

CAPÍTULO V: DISCUSIÓN……………………………………………………………

57

CAPÍTULO VI. CONCLUSIÓN Y PROYECCIONES………………………………

61

6.1 Limitaciones…………………………………………………………………............... 64

6.2 Proyecciones………………………………………………………………………….. 64

CAPÍTULO VII: REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………..

65

7.1. Referencias Bibliográficas…………………………………………………………… 65

7.2. Referencias Electrónicas……………………………………………………............... 67

7.2. Otras Referencias………...…………………………………………………............... 70

CAPÍTULO VIII: ANEXOS…………………………………………………………….

71

8.1. Carta validación instrumento………………………………………………………… 71

8.2. Cuestionario………………………………………………………………………….. 72

8.3. Tabla de frecuencia. Encuesta por sexo……………………………………................ 75

8.4. Tabla de frecuencia. Encuesta por Edad……………………………………............... 76

8.5. Tabla de frecuencia. Encuesta por Sector……………………………………………. 77

1

Resumen

Considerando las múltiples interacciones y distintos escenarios en que se desenvuelve

un estudiante, el presente estudio tiene como objetivo diagnosticar el nivel de

reconocimiento de los estilos comunicativos correspondientes a la comunicación

asertiva, pasiva o agresiva de los alumnos del Programa de Formación Propedéutica

(ProUdeC) de la Universidad de Concepción. Se aplicó un cuestionario al universo de

estudiantes del Programa. Los resultados preliminares indican que casi un 50% de

estudiantes se comunica con un estilo de comunicación asertiva, sin embargo el otro

50% necesita mejorar sus habilidades comunicativas. Por tanto, en función de estos

resultados, en las proyecciones se propone realizar un plan de acción que permita

contribuir al desarrollo sistemático de una comunicación asertiva del alumno en sus

distintos ámbitos de acción, sean estos académicos, sociales o formales en el contexto

del desarrollo de habilidades comunicativas para, asegurar la formación integral del

estudiante.

Palabras claves: comunicación asertiva, pasiva y agresiva, habilidades sociales,

estilos comunicativos

Abstract

Considering the multiple interactions and the different scenarios in which students develop,

the present study aims to diagnose the level of recognition of communicate styles

corresponding to the assertive passive or agressive communication of students from the

"programa de formación propedéutica" (propedeutical training program) from Universidad

de Concepcion. A questionary was applied to all the students from the program. The

preliminaire results showed that a almost a 50% of the students communicate with an

assertive communication however the other 50% of the students need to improve their

communicative skills. In the projeections, an action plan is proposed which will allow to

contribute in the sistematic development of an assertive communication of the students in

different fields of action, wether they are academic, social or formal in the context of

development of communicative skills. To enssure the integral upbringing of the students.

Key words: assertive, passive and agressive comunication, social skills and communicative

styles.

2

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El creciente mundo empresarial y social, cada día demanda nuevos

requerimientos, que exigen profesionales egresados de primer nivel, con habilidades

sociales y comunicativas, reflejadas en buen manejo de relaciones interpersonales.

En efecto, “el desafío ante el que se enfrenta la sociedad dice relación con el

requerimiento de orientar la formación profesional hacia el desarrollo de un conjunto

de aptitudes (conocimientos, habilidades y valores) que permitan resolver problemas

de complejidad creciente, en escenarios diversos de trabajo, de manera autónoma y

flexible” (Cabrera & González 2006:107). En esta línea, el Centro Interuniversitario

de Desarrollo (CINDA) enriquece su argumento al afirmar que “las necesidades que

presenta hoy la sociedad para su desarrollo implica contar con profesionales que se

ajusten a las características que posee el mundo del siglo XXI, que posean las

competencias y habilidades que les permitan responder a los requerimientos del

entorno laboral y profesional, que les permita una inserción pertinente y una

contribución eficaz en el desarrollo de sus comunidades” (CINDA 2009:105).

Desarrollar las habilidades sociales y comunicativas es un proceso progresivo,

que requiere permanente reforzamiento. Estas habilidades son verdaderas

herramientas que permiten a las personas a comunicarse en forma efectiva y con

mayor seguridad en los distintos ambientes de interacción, aumentando de esta

manera las posibilidades de éxito en su desempeño y relaciones interpersonales. El

concepto de reforzamiento permanente se enmarca dentro de los escenarios

cambiantes en las conductas y en las formas de comunicarse, aplicables en las

relaciones laborales, sociales y culturales.

En efecto, en este mundo más globalizado e integrado, pero a la vez

cambiante, es imposible pensar que un estudiante que llega al mundo universitario

pueda ser exitoso solamente adquiriendo habilidades y herramientas relacionadas con

su profesión. Muy por el contrario, se requiere abordar en forma científica

3

habilidades comunicativas como herramienta que le permita integrarse en forma

exitosa en su entorno. Ciertamente, “estos factores han dado pie a un nuevo

escenario para la educación superior que busca, entre otros propósitos, formar a los

individuos en un conjunto amplio de competencias que involucren conocimientos,

habilidades, destrezas y actitudes que son vitales para un buen desempeño en el actual

mundo” (Cabrera & González 2006:78).

Al mismo tiempo, cabe destacar que el estudio y el uso creciente de las

tecnologías han hecho cambiar las formas de comunicación. Comienzan a aparecen

características de un nuevo modelo comunicativo, como por ejemplo, el

acercamiento al funcionamiento en tiempo real de la comunicación, lo que impacta

en la calidad de las interacciones sociales y comunicativas (Garza, 2005). Sin

embargo, para interactuar de manera eficaz con el entorno, es importante que se

utilicen las relaciones interpersonales como instrumento para comprender e

interpretar los distintos contextos sociales y culturales. Así mismo, se debe entender

la comunicación interpersonal como fundamento de toda relación social y

comportamiento emocional. Efectivamente, en base a las emociones, Maturana

sostiene que en general los discursos racionales, por muy correctos, admirables y

perfectos que sean, no son efectivos para persuadir a otro si el que habla y el que

escucha lo hacen desde emociones diferentes (Maturana, 1991).

En el ámbito educacional, las relaciones interpersonales no se encuentran al

margen de esta realidad, en ocasiones, las diversas formas de interacción como

herramientas de entendimiento no son las más acertadas o las más efectivas. En este

sentido y entendiendo que en el proceso comunicativo debe existir la reciprocidad o

el intercambio de significados, es preciso realizar un diagnóstico que de cuenta de los

estilos comunicativos que utilizan los alumnos del Programa de Formación

Propedéutica (ProUdeC), que ingresan por primera vez una a Institución de

Educación Superior como la Universidad de Concepción, en calidad de alumnos

pasantes.

4

Así mismo, se entiende que un alumno mantiene interacciones a diario con su

entorno, con la sociedad, es decir, con grupos sociales heterogéneos. Sin embargo, en

estas interacciones, no se puede asegurar que exista una comunicación fluida y

exitosa, por el contrario, probablemente existe un escaso desarrollo de habilidades

comunicativas por parte del estudiante. Lo que tendería a obstaculizar la relación

armónica con el entorno académico y social, y además, podría incidir negativamente

en el desempeño académico y desmotivación del estudiante.

Desde esta perspectiva, es importante señalar que el desafío ante el que se

enfrenta la sociedad dice relación con el requerimiento de orientar la formación

profesional hacia el desarrollo de un conjunto de aptitudes como el conocimiento, las

habilidades sociales y finalmente los valores, que permiten resolver problemas de

complejidad creciente, en diversos escenarios, de manera independiente, pero

también flexible (Cabrera & González 2006:107).

En base a lo anterior, parece haber consenso en el sistema educacional en el

sentido de que muchos de los problemas trascendentes de la sociedad actual y de

aquellos que vendrán, los desafíos que plantean y la necesidad de formar personas

para contribuir a ella, requieren competencias en nuestros profesionales que en la

actualidad no se está contribuyendo a formar plenamente. Como resultado de esto, se

hace cada vez más evidente la fragilidad e insuficiencia de una formación profesional

centrada única y exclusivamente en el conocimiento de contenidos y competencias

especializadas (Cruch, 2012). En este sentido, se debe entender que las habilidades

sociales y comunicativas son consideradas como un recurso para interactuar con el

entorno de manera efectiva. Por tanto, es fundamental tomar conciencia y pensar en

considerar en los futuros planes de estudios, las habilidades sociales y comunicativas.

En ese sentido, es importante considerar las múltiples interacciones y distintos

escenarios en que se desenvuelve un estudiante. Dicho esto, el objetivo principal de

este estudio es diagnosticar el nivel de reconocimiento de los estilos comunicativos

5

correspondientes a una comunicación asertiva, pasiva o agresiva de los alumnos del

Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) de la Universidad de Concepción.

Toda institución de educación superior espera mejorar los estilos de

comunicación que utilizan los estudiantes con su entorno, lo que ayudará a tener

mejores relaciones interpersonales y con ello, poder contribuir a un mejor

rendimiento académico. No se debe olvidar que el éxito que pueda tener un estudiante

y futuro profesional, responde a diversos factores, lo que significa que el contar con

competencias técnico–profesionales es una condición necesaria en la actualidad. Así

mismo, el desarrollo de las habilidades sociales, y especialmente comunicativas, es

un eje que le otorga un sello distintivo al estudiante en cuanto a su desempeño

personal y social.

Sobre la base de las consideraciones anteriormente expuestas, se puede

afirmar que el desarrollo de las habilidades comunicativas es un proceso progresivo,

que requiere permanente reforzamiento. Estas habilidades son verdaderas

herramientas que permitirán a las personas y, en el contexto de este trabajo, al alumno

del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC), a desenvolverse con mayor

seguridad en los distintos escenarios, particularmente con su entorno, aumentando de

esta manera las posibilidades de éxito en su desempeño académico o estudiantil. No

debe olvidarse que normalmente se actúa enmarcado en paradigmas que permiten

interpretar la realidad, por eso la comunicación ha sido y será fundamental en todos

los tiempos, pues permite relacionarnos en forma exitosa y adaptarnos a un mundo en

constante cambio.

6

1.1. Antecedentes Generales del Programa1

El Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) es un programa orientado

a contribuir a la mejora de la equidad y calidad educativa de la educación secundaria

y superior. Su misión es entregar a la comunidad escolar regional una herramienta

que aporte al desarrollo de oportunidades concretas para la mejora de los aprendizajes

de aquellos jóvenes que, teniendo las capacidades para ser profesionales de

excelencia, están expuestos a diversas situaciones que los ubican en una franca

desventaja para ingresar y permanecer en una universidad de excelencia como la

Universidad de Concepción.

A través de un modelo ideado para el desarrollo de habilidades académicas,

que incorpora el trabajo de docentes especialistas y académicos destacados de la

Universidad, el Programa ProUdeC entrega herramientas destinadas a facilitar el

acceso y permanencia de sus estudiantes en la Universidad de Concepción.

Considerando lo anterior, su objetivo es desarrollar habilidades académicas

coherentes con los procesos de formación universitaria, en estudiantes vulnerables

provenientes del sector educacional subvencionado de la Región del Biobío, a fin de

dar sustento al proceso de formación de excelencia en el pregrado.

Del mismo modo, el Programa está dirigido a todos aquellos estudiantes

destacados que provienen de establecimientos vulnerables subvencionados de la

Región del Biobío, y que participan en la Red de Vinculación del Programa.

La Universidad de Concepción recibe anualmente en primer año, una

matrícula cercana a los 5.000 estudiantes. De esta matrícula, un 38,7% procede de la

1 (ProUdeC, 2013) Programa de Formación Propedéutica, Informe de Ejecución año 2013, Universidad

de Concepción.

7

administración municipal, un 49,1% de establecimientos particulares subvencionados

y sólo un 12,2% de la educación privada. De igual modo, respecto al ingreso familiar

per cápita, un 70% de los estudiantes proviene de los tres primeros quintiles de

ingreso, financiando su educación en gran medida a través de becas y créditos

(UDEC, 2011). Incluso, si desagregamos aún más el dato de ingreso familiar, un 26%

de los estudiantes pertenece al primer quintil, mientras que un 25,9% al segundo

quintil. Lo anterior convierte a la Universidad de Concepción en la casa de estudios

perteneciente al Consejo de Rectores que recibe la mayor cantidad de estudiantes

provenientes del sector educacional municipalizado (UDEC, 2011).

Efectivamente, al considerar los niveles de cobertura que el sistema

educacional universitario ha alcanzado el último tiempo, se puede apreciar que existe

en las universidades un nuevo estudiantado, caracterizado por jóvenes primera

generación en ingresar a la universidad, con volúmenes de capital (económico, social,

cultural) inferiores/diferentes, en promedio, a su par generacional tradicional

(Jiménez & Lagos, 2011; CINDA, 2010).

Considerando aquello, se observa cierto consenso en la literatura que indica

que la diversificación de la población estudiantil ha tenido un impacto en la

formación académica, que requiere de las instituciones de educación superior

eventuales estrategias para afrontar las carencias formativas reflejadas en el nivel de

conocimientos y disciplina que evidencian los estudiantes provenientes del sector

municipalizado. Esto se agudiza cuando se analiza a la luz de la posesión del capital

cultural y técnicas de estudio, impactando en el rendimiento académico de los

estudiantes, sobre todo en primer año (González, 2005; Díaz-Romero, 2010; Pey,

Durán & Jorquera, 2012; Dirección de Análisis Institucional y Planificación-PUC,

2012; Acuña, 2012).

Ciertamente, el nuevo estudiantado no sólo aporta diversidad al aula

universitaria, de acuerdo a su procedencia; frente a su menor dotación de capital

8

social inicial (escolaridad de los padres, disponibilidad de libros y espacios de estudio

en el hogar), también desafían a las universidades en su capacidad de incluirlos con

éxito (Díaz-Romero, 2010). Tal como lo señala UNESCO (2006, en Díaz-Romero,

2010: 83), “las tasas de éxito educativo de los estudiantes universitarios varían

significativamente según su puntaje en las pruebas de admisión y el tipo de

establecimiento de enseñanza de procedencia, variables directamente relacionadas

con el estrato socioeconómico de origen”.

1.1.2. Principios

Los principios a los que adhiere el Programa son:

1. Entendemos que una educación de calidad es necesariamente equitativa.

2. Creemos que todas las personas tiene derecho a disponer de iguales

oportunidades parar acceder a la Educación Superior.

3. La inteligencia está distribuida de manera homogénea en los distintos estratos

sociales.

4. Abordar la equidad y justicia social en Educación Superior, no sólo implica

mejorar las condiciones de acceso, sino también de permanencia y egreso.

5. El trabajo colaborativo y en redes con las familias y establecimientos

educacionales multiplica el impacto de este tipo de iniciativas en el logro de

buenos resultados académicos en contextos de vulnerabilidad.

1.1.3. Modelo del Programa

El Propedéutico UdeC se desarrolla a lo largo de tres semestres académicos,

abordando elementos de matemática universitaria, comunicación y módulos de

especialización, cuyo principal objetivo es acercar a los estudiantes a las disciplinas y

carreras universitarias, a través de tres elementos claves: la innovación, la creatividad

y el emprendimiento.

9

De forma paralela a lo anterior, los estudiantes son asesorados desde el punto

de vista vocacional y apoyados para desarrollar elementos fundamentales para el

logro del buen aprendizaje, tales como; la autoestima, el pensamiento creativo, la

tolerancia, la autonomía y el pensamiento crítico.

Todo lo anterior es llevado a cabo por destacados académicos de la

Universidad de Concepción, docentes especialistas y estudiantes tutores de pregrado.

1.1.4. Caracterización sociodemográfica de los estudiantes del Programa

Propedéutico

La gran mayoría de los estudiantes se caracteriza por provenir de

establecimientos municipales (88,4%) y de modalidad de enseñanza científico-

humanista (62%). Su grupo familiar está compuesto por tres (17,1%),cuatro (31,8%)

y cinco (28%) integrantes, para quienes en una alta proporción ambos padres están

vivos (75,8%), el padre es el jefe de hogar (57,8%) y sólo una persona tiene trabajo

remunerado (64,9%), con un rango de ingresos que en la mayoría de los casos (60%)

no supera los $288.000 mensuales.

Del mismo modo, la mayoría de los padres de los estudiantes sólo alcanzó un

nivel de escolaridad de enseñanza media o inferior (71%), situación que se reitera

respecto a sus madres (84%).

Al menos un 51,7% de los padres de los estudiantes tiene un trabajo activo,

mientras que un 19% trabaja ocasionalmente o bien está cesante (6,6%).

10

Por otro lado, respecto a la situación ocupacional de la madre, en la mayoría

de los casos, la madre de los estudiantes es dueña de casa (49,8%) o bien tiene un

trabajo remunerado (33,2%)2.

1.1.5. Red de vinculación

El programa cuenta con una red de vinculación conformada por 27

establecimientos de las comunas de Arauco, Chiguayante, Concepción, Coronel,

Florida, Hualpén, Hualqui, Lota, Penco, San Pedro de la Paz, Talcahuano, Tomé.

El trabajo desarrollado con estos establecimientos tiene un doble propósito: en

primer lugar, apoyar la trayectoria de los estudiantes que cursan el Programa; en

segundo lugar, compartir experiencias pedagógicas y levantar capacidades mutuas

vinculadas a modelos de prácticas pedagógicas y herramientas de orientación

vocacional. Para ello en cada establecimiento existe un responsable de Programa, que

coordina localmente las actividades y está en permanente contacto con la

Universidad.

1.1.6. Impacto y Rendimiento Académico

Al comparar los resultados obtenidos por los estudiantes participantes del

Programa durante los tres primeros años de enseñanza media, frente a los resultados

logrados en el primer semestre del Programa Propedéutico3, se observa que estos

últimos son significativamente más bajos que los obtenidos en sus liceos, tanto para

el área de matemática como comunicación.

2 (ProUdeC, 2013) Programa de Formación Propedéutica, Informe de Ejecución año 2013, Universidad

de Concepción.

3 Estos resultados no son concluyentes, puesto que sólo abordan el primer semestre académico de una

cohorte que aún cursa el Programa.

11

Ahora bien, los resultados logrados por los estudiantes en el primer año del

Programa, no evidencian diferencias significativas respecto al género.

Finalmente, tampoco se observan diferencias significativas respecto al ingreso

económico por familia, frente al rendimiento académico en el Programa.

1.1.7. Percepción de los estudiantes

Uno de los aspectos que los estudiantes más valoran se refiere al proceso de

enseñanza, valorando el clima de aprendizaje, los materiales y recursos utilizados y la

relación cercana con los docentes y tutores que, por ejemplo, favorece la

retroalimentación constante de las actividades de aprendizaje.

Del mismo modo, los estudiantes valoran muy positivamente, el aporte que el

Programa representa en cuanto al fortalecimiento del desempeño académico en sus

establecimientos educacionales, el acceso a la Universidad y el logro de buenos

resultados académicos como estudiantes de Pregrado.

1.1.8. Percepción de comunidades educativas

Por otro lado, tanto padres y apoderados como profesores y directivos de los

establecimientos involucrados en la iniciativa, valoran el alto interés (84,6%) de muy

de acuerdo respecto al ítem) y pertinencia (100%) de muy de acuerdo respecto al

ítem) que el programa genera en sus comunidades, en cuanto al aporte a la imagen

institucional de los establecimientos (86,4%), a las oportunidades de acceso otorgadas

a estudiantes en condición de vulnerabilidad (86,3%), y al aporte que el Programa

realiza al desarrollo del currículum escolar.

12

1.2. La Universidad de Concepción

En la convicción que la educación como proceso sociocultural, de formación y

descubridor de talentos para nuestra región, la presencia de la Universidad de

Concepción desde su fundación en el siglo pasado ha venido jugando un rol

protagónico en el desarrollo de esta región, tomando la responsabilidad de formar

sistemáticamente a lo largo del tiempo profesionales de excelencia que aporten al

avance económico y social de la región en un país con fuerte centralismo que genera

grandes desigualdades en las oportunidades. Desde esta perspectiva, la formación de

los estudiantes de la Universidad de Concepción avanza hacia una mayor calidad en

ese sello, fortaleciendo cada día no solo al mejoramiento de las habilidades “duras”

como elemento diferenciador y de éxito de sus estudiantes, sino también permitiendo

la incorporación de habilidades sociales, que prepare a los futuros profesionales del

siglo XXI, para integrarse a un mercado laboral más dinámico y donde la adquisición

de estas habilidades permitirá la adaptación e integración de los talentos que vienen

de sectores sociales más vulnerables y carentes, como es el caso de esta institución.

Por lo tanto, los alumnos que ingresan con dicha condición requieren de un trabajo

mucho más sistemático por parte de la Universidad.

13

1.3. Justificación del Proyecto

Este estudio se justifica en la medida en que los estudiantes pasan a ser

beneficiarios directos, en este caso, los alumnos del Programa de Formación

Propedéutica (ProUdeC) de la Universidad de Concepción, pues la finalidad es

realizar un diagnóstico que permita determinar el estilo comunicativo con el que los

alumnos interactúan. En efecto, cuando nos acercamos a nuestro interlocutor, existen

algunas técnicas básicas que nos permitirán llevar a cabo nuestra intención, por

ejemplo, mirar a los ojos, estar en una posición abierta, ser expresivo con nuestro

rostro y con nuestras emociones, enfocándose en el fondo, en la intención que

tenemos al comunicarnos con el otro. Es muy importante darse cuenta el estilo de

comunicación que usamos al relacionarnos y tomar conciencia de ello.

El estilo comunicativo como aprendizaje es fundamental para que el

estudiante desarrolle competencias, que le permitan interactuar con los demás de una

manera eficaz, utilizando las relaciones interpersonales como instrumento para

comprender e interpretar los distintos contextos. Así mismo, comprender la

comunicación interpersonal como fundamento de toda relación social y

comportamiento emocional. En efecto, se debe recordar que Umberto Eco (1986)

afirma que “la comunicación es institución de cultura y, por lo tanto, de relaciones

sociales”, (Eco, 1986, citado en Ferrer, 1997:50). De esta manera, el alumno estará

en condiciones de manejar los estilos de comunicación y las relaciones

interpersonales, aumentando su satisfacción personal y la de su entorno, a través de

una comunicación más directa y asertiva, empoderándose como persona, alumno y

futuro profesional.

Así mismo, de acuerdo con lo que plantea Umberto Eco (1986), las relaciones

sociales vendrían siendo la capacidad de comunicarse con el entorno. Sin embargo,

Ferrer por su parte, va más allá, pues él considera que “la sociedad actual está llena

de redes de comunicación, que se multiplican cada día, influyendo en nuestros

14

hábitos de vida tanto en lo individual como en lo colectivo; sobre lo que somos y lo

que queremos ser; ágora de nuestro tiempo, con sus voces indagadoras y sus

alfarerías simbólicas”. (Ferrer, 1997:53)

La agresividad, la pasividad y la asertividad es un estilo de comunicación, y

esta última, afirma que una persona puede solicitar en función de sus intereses

personales, todo esto sin que pase sobre los derechos o intereses de otra persona. En

este sentido, la asertividad permite considerar los derechos y también las emociones

de su interlocutor. De esta manera, la persona podrá reflexionar sobre las

consecuencias del estilo de comunicación que posee. De cualquier forma, es

importante saber que:

Ser asertivo, proporciona grandes beneficios al ser humano. Por una

parte, incrementa el autorrespeto y la satisfacción de hacer alguna

cosa con la suficiente capacidad para aumentar la confianza o

seguridad en uno mismo. Además, mejora la posición social, la

aceptación y el respeto de los demás, en el sentido de que se reconoce

la capacidad de afirmar los derechos personales (De la Plaza,

2012:83).

15

1.4. Objetivos de la Investigación

1.4.1. Objetivo General

• Diagnosticar el nivel de reconocimiento de los estilos comunicativos

correspondientes a una comunicación asertiva, pasiva o agresiva en los

alumnos del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) de la

Universidad de Concepción.

1.4.2. Objetivos Específicos

• Identificar el nivel de reconocimiento del estilo comunicativo correspondiente

a una comunicación asertiva de los alumnos del Programa de Formación

Propedéutica (ProUdeC) de la Universidad de Concepción.

• Identificar el nivel de reconocimiento del estilo comunicativo correspondiente

a una comunicación pasiva de los alumnos del Programa de Formación

Propedéutica (ProUdeC) de la Universidad de Concepción.

• Identificar el nivel de reconocimiento del estilo comunicativo correspondiente

a una comunicación agresiva de los alumnos del Programa de Formación

Propedéutica (ProUdeC) de la Universidad de Concepción.

16

1.5. Preguntas de investigación

Para el desarrollo e implementación de este proyecto, se han formulado las siguientes

preguntas de investigación:

• ¿Los alumnos del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) de la

Universidad de Concepción, reconocen estilos comunicativos correspondientes a

una comunicación asertiva?

• ¿Los alumnos del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) de la

Universidad de Concepción, reconocen estilos comunicativos correspondientes a

una comunicación pasiva?

• ¿Los alumnos del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) de la

Universidad de Concepción, reconocen estilos comunicativos correspondientes a

una comunicación agresiva?

17

1.6. Hipótesis

Los alumnos del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) de la

Universidad de Concepción, poseen un bajo nivel de reconocimiento de

habilidades comunicativas necesarias para relacionarse de manera exitosa con

su entorno.

18

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL

2.1. Antecedentes

La comunicación ha constituido un fenómeno natural e inherente al ser

humano, por tanto es un proceso fundamental en toda comunidad humana. Así, desde

el punto de vista de las teorías comunicacionales, “la comunicación es la ocupación

más importante del hombre. Todas nuestras estructuras políticas, económicas, éticas,

científicas y estéticas se basan en ella” (Ferrer, 1998:46). Sin embargo, sólo a

comienzos de este siglo se hacen esfuerzos por analizar la comunicación humana

(Rodríguez, 2004). En este sentido, para estudiar el fenómeno de la comunicación, es

importante destacar la amplitud del tema. Asimismo, es necesario conocer algunas

teorías de la comunicación, que, de una u otra manera, ayudarán a explicar este

fenómeno, generando así algunos lineamientos que permitirán conocer y comprender

la comunicación como herramienta de interacción entre las personas en diversos

escenarios.

La palabra comunicación proviene del latín communis, común, ya que al

comunicar se pretende establecer “algo en común” con alguien o, dicho de otra

forma, se trata de compartir alguna información, idea o actitud. Así lo plantea Carro

(1999). Al mismo tiempo, “para que la comunicación pueda ocurrir, se necesita un

propósito, expresado como un mensaje a transmitir. Este mensaje pasa de una fuente

(el emisor) a un receptor. El mensaje es convertido en una forma simbólica (llamada

codificación) y a través de algún medio (canal) se transmite al receptor, quien

retraduce el mensaje del emisor (decodificación). El resultado es una transferencia de

significado de una persona a otra” (Robbins, 1987:353). Entonces, se podría entender

que la comunicación está compuesta por mensajes que pueden ser verbales y no

verbales y esta es transmitida vía oral, escrita o a través de acciones o señales. Así

mismo, la comunicación puede definirse como el envío de una señal desde un

19

individuo emisor hacia un individuo receptor, de modo que se modifica el

comportamiento de éste último.

Como la comunicación se basa en la idea de poner algo en común y de

compartir, para eso es básico y necesario tener un código, una especie de reglas o

normas, que permitan que la comunicación suceda, ya sea a través de la palabra o de

la escritura y que, por tanto, puede tener distintas funciones al relacionarse y que para

todo ello, sin duda, se requiere un lenguaje común. De ello dan cuenta Watzlawick,

Beavin y Jackson en su libro “Pragmatics of Human Communication: A Study of

Interactional Patterns. Pathologies and Paradoxes”, publicado en 1965, en él platean

que:

la comunicación, en su sentido más amplio, está tan gobernada por

reglas como el lenguaje natural es determinado por su gramática y su

sintaxis. La interacción se basa en algo similar a un código, una

gramática, un cálculo, y todos sus participantes están sujetos a

obedecer, en mayor o menor medida, este cuerpo general de reglas de

la comunicación. Estas reglas están, en general, fuera de la

percatación de los participantes implicados en la interacción

(Watzlawick, Beavin & Jackson, 1965, citados en López, Parada, &

Simonetti, 2009:155).

Sin embargo, para delimitar las pretensiones y alcances de su cobertura, en

este proyecto, siguiendo a West & Turner (2005) se utiliza una clasificación que

distingue tres modelos de entendimiento, en los cuales es posible ubicar y analizar el

fenómeno de la comunicación: en este sentido se puede mencionar la comunicación

como acción, interacción y transacción (West & Turner 2005:9).

2.2. La comunicación como acción

La Teoría Matemática de la Comunicación de Shannon ha sido uno de los

aportes más destacados en el estudio de la comunicación. Esta idea se origina a partir

del cálculo de probabilidades, de la estadística y de los juegos de estrategia en el

ámbito más teórico. Luego, el sociólogo Warren Weaver, incorpora una serie de

20

aportaciones relevantes a la concepción de Shannon y en conjunto forman el texto

central de dicha teoría. De esta manera, ambos unifican una misma obra y se publica

en 1949 “La Teoría Matemática de la Comunicación” (López, et. al., 2009:61).

En el modelo de Shannon y Weaver (1949) la comunicación se concebía

como la transmisión de mensajes, entendiéndola como un proceso lineal simple y de

fácil comprensión.

La Teoría se refirió específicamente al problema de las condiciones técnicas

que permiten la transmisión de un mensaje. Este modelo fue exclusivamente

desarrollado por sus autores en el área de Ingeniería de las Telecomunicaciones y no

apuntando a estudiar sus agentes o destinatarios humanos, por tanto, toda la

conceptualización inicial de la comunicación fue impregnada por la orientación

mecanicista4 del modelo, disminuyendo los niveles de ruido en la comunicación. A

pesar de esto, marcó uno de los puntos de partida para la investigación y el desarrollo

de la comunicación humana, significando un antes y un después para la sociedad

(West & Turner, 2005).

Los componentes de la Teoría de Shannon y Weaver son: Fuente, Transmisor,

Canal, Receptor y Destino de la información. También se incluyó el Ruido como

interferencia externa del proceso.

El proceso se inicia con la FUENTE de información que produce el mensaje,

este mensaje es procesado a su vez por un TRANSMISOR transformándolo en una

señal, es decir lo codifica. En estas condiciones, el mensaje es transmitido a través de

un CANAL y cuando la señal es recibida por el RECEPTOR éste lo decodifica con la

finalidad de recuperar el mensaje inicial y finalmente llegar a su DESTINATARIO

(López, et. al, 2009:63).

4 Este punto de vista entiende la comunicación como un perfecto transmisor de un mensaje desde un

emisor hasta un receptor.

21

La Teoría se refirió específicamente al problema de las condiciones técnicas

que permiten la transmisión de un mensaje. De hecho, “el propio Shannon en su

escrito original, había establecido expresamente el carácter restringido de su posición,

atendiendo a su particular orientación profesional” (López, 1998:26).

Cabe destacar que luego Weaver, expandió la conceptualización de su

esquema, bajo la firma de ambos, al señalar que los problemas de comunicación se

podían analizar en tres niveles: El Técnico, Semántico y Pragmático (López, 1998).

El Técnico se refiere a la capacidad y precisión del emisor para enviar un mensaje; el

Semántico se refiere al significado e interpretación del mensaje y el Pragmático se

refiere a las consecuencias de la comunicación en el comportamiento de las personas.

Se puede decir, finalmente, que el modelo es muy limitado, por cuanto

menciona que solo existe un mensaje en el proceso de la comunicación, además tiene

una idea mecanicista, lo que quiere decir que la comunicación tiene un inicio y un

final. Al mismo tiempo, se puede destacar que “la comunicación es más que un

simple esfuerzo de dirección única” (West & Turner, 2005:10). Sin embargo, el

enfoque lineal de estos dos grandes científicos, trascendió ampliamente el acotado

espacio que se le había determinado en un principio, llegando a convertirse en un

referente obligatorio para el estudio de la comunicación humana y en un gran aporte

para el desarrollo de las Ciencias Sociales.

2.3. El modelo interaccional

Los procesos de interacción social establecen actos comunicativos y el origen

de este enfoque se instaura con la obra desarrollada a lo largo de la vida de Gregory

Bateson. Este autor realizó estudios antropológicos, junto a Margaret Mead,

preocupándose principalmente de identificar patrones propios de comportamiento en

contextos sociales de interacción y aprendizaje en que estos ocurren (López, et. al.,

2009:125). Del mismo modo, Schramm (1954) así lo entendía, de hecho este autor a

través del modelo interaccional de comunicación, destaca el proceso de comunicación

22

de dos direcciones. Esto quiere decir que la comunicación va de emisor a receptor y

de receptor a emisor. Este enfoque explica que una persona puede interpretar el papel

de emisor y de receptor durante una relación (Schramm, 1954, citado en West &

Turner 2005:10). Al mismo tiempo, se destaca uno de los elementos esenciales en la

comunicación interaccional, el feed-back o retroalimentación y este a su vez, puede

ser verbal o no verbal, puede ser intencional o no intencional. Esto cobra mucha

relevancia en el sentido de que a través del feed-back se puede saber si el mensaje

está siendo recibido o no (West & Turner, 2005).

De este modo, el proceso social implica a las personas y las interacciones, y

esta interacción incluye dos personas emisor-receptor, ambas juegan un papel central.

Partiendo de la base que la comunicación es compleja, dinámica y continuamente

cambiante, junto con ello, existen cambios individuales y culturales que afectan a la

comunicación. Al mismo tiempo, esta no tiene principio ni final definible (West, &

Turner, 2005:5). Así también lo asiente Dance, al representar el proceso de la

comunicación utilizando una espiral, es decir, que las experiencias comunicativas son

acumulables y que influyen por el pasado, además, enfatiza una visión no lineal del

proceso, entonces se considera un proceso que cambia a lo largo del tiempo y entre

los interactuantes (Dance, 1967, citado en West & Turner, 2005:6).

La comunicación la entendemos desde el proceso vital de producir desarrollo

y evolución. Esto es importante en la medida que se entienda que produce un tipo de

influencia en las personas y no se debe tomar como una mera herramienta de

interacción con el entorno. Desde este punto de vista, la Escuela de Palo Alto, ha

realizado un gran aporte, al señalar que la comunicación se estudia como un proceso

permanente y multidimensional, como un todo integrado, incomprensible sin el

contexto en el que tiene lugar. La definición de comunicación que se puede extraer de

la obra de estos autores es común a todos los representantes de la Escuela de Palo

Alto. En uno de los pasajes iniciales del libro de Bateson & Ruesch (1984) afirman

que “la comunicación es la matriz en la que se encajan todas las actividades

23

humanas” (Bateson & Ruesch, 1984:13, citado en Rizo, 2014:12). Dicha Escuela está

constituida por Gregori Batenson, Paul Watzlawick y Don Jackson. Estos autores

trabajan en una línea influida por aportes de la antropología y la psiquiatría,

desarrollando la pragmática de la comunicación humana.

En sus aportes, dichos autores afirman que la esencia de la comunicación

reside en procesos de relación e interacción, así mismo, mencionan que todo

comportamiento humano tiene un valor comunicativo y que los trastornos psíquicos

reflejan perturbaciones de la comunicación entre el individuo portador del síntoma y

sus allegados (López, et. al., 1995). Al mismo tiempo, como la comunicación es un

proceso social permanente, integra múltiples modos de comportamiento, tales como

la palabra, el gesto, la mirada y el espacio interindividual.

A partir de las aportaciones de las ciencias sociales al estudio de la

comunicación interpersonal, Bateson fue el más universal y menos clínico, de hecho,

él “propone un paradigma para comprender la forma en que las “ideas” interactúan

para construir la realidad” (Bateson,1984, citado en López, et al.,1995:135).

2.4. El Modelo transaccional

Este modelo de la comunicación, afirma que cuando simultáneamente

enviamos y recibimos mensajes, prestamos atención a los elementos verbales como

los no verbales, aquí cobra relevancia la comunicación no verbal, pues esta pasa a ser

tan importante como el mensaje verbal en un proceso de transacción. En este sentido

el autor explica que aunque dos personas tengan distintas experiencias, estas a veces

convergen. Al mismo tiempo, este enfoque también hace alusión al proceso activo de

comprensión. En efecto, para que la comunicación tenga lugar, las personas deben

establecer un significado compartido. Razón por la que, a modo de ejemplo, dos

personas con distintas infancias, según este modelo, llegarán a comprender sus

pasados. Para ello, se necesita que ambos comprendan e incorporen a su vida el

24

terreno de experiencia del otro. Esto quiere decir que el modelo transaccional acepta

el significado compartido. (West & Turner, 2005:12).

Es importante destacar que la teoría de la comunicación no sugiere explicar

todos los aspectos de la vida, pero es un punto de partida para ayudarnos a explicar

gran parte de ellos. De hecho, durante años los libros proclamaban la comunicación

como la panacea para todas las enfermedades relacionales, razón por la que ser capaz

de comunicarse eficazmente es altamente valorado. Así, “la comunicación es un

proceso social en que los individuos utilizan símbolos para establecer e interpretar el

significado de su entorno”. Esto implica que “la visión de la comunicación incluye

ineludiblemente la comunicación cara a cara y la comunicación mediatizada” (West

& Turner, 2005:4).

2.5. Teoría del Interaccionismo Simbólico

La teoría del Interaccionismo Simbólico fue fundada en la Escuela de

Chicago, principalmente por Herbert Blumer, (1969) considerado padre del

movimiento, quien se inspiró en los apuntes de George Mead, también sociólogo de

la Universidad de Chicago (West & Turner, 2005:81).

El Interaccionismo Simbólico es un conjunto de propuestas que sostienen,

básicamente, que los humanos se comunican a través de comportamientos, objetos y

símbolos, cuyos significados son subjetivos de acuerdo al contexto social donde estén

inmersos y a la experiencia personal que tenga cada uno con dicho signo. En efecto,

así lo proponen La Rosa & Reitzes (1993) al afirmar que la interacción simbólica es

“esencialmente….un marco de referencia para comprender cómo los humanos, de

mutuo acuerdo con otro, crean mundos simbólicos y cómo esos mundos, por su parte,

conforman el comportamiento humano” (La Rosa & Reitzes, 1993, citados en West

& Turner, 1993:80). Aquí se evidencia la atención que realiza Mead de las relaciones

entre una persona y la sociedad.

25

Respecto a esta corriente sociológica, Blumer (1969) señala que son tres las

ideas que la fundamentan: en primer lugar; las conductas de los individuos están

sujetas al significado que tengan las cosas, en segundo lugar; lo que signifiquen las

cosas para el sujeto depende de su interacción social con otros actores de su entorno y

la tercera y última idea, es que los significados dependen de la experiencia social del

sujeto (West & Turner, 2005:82-83).

De igual forma, el lenguaje es fundamental para las relaciones sociales, ya que

a través del lenguaje se construyen y transmiten las caracterizaciones sociales. Esto

quiere decir que “el mundo se construye en el lenguaje”, o sea, se construye en la

comunicación, entendida esta como la búsqueda de un sentido común y de

significación. De manera que “el lenguaje forma parte de una actividad o de una

forma de vida" (Wittgenstein, 1988:39). Por lo que no es posible que el leguaje

quede al margen de un escenario socialmente compartido. Efectivamente, "todo

proceso de comunicación, para ser eficaz, debe suponer un conjunto de abstracciones

o estandarizaciones comunes" (Schutz, 1974:288). Sin embargo, Schutz está

consciente que no es posible que las interpretaciones de las personas logren una

identificación total. Pero sí, por medio del lenguaje, se construyen y transmiten

caracterizaciones sociales.

En términos del paradigma del siglo XX, pareciera que los significados

estaban predeterminados, como todo en el mecanicismo. Sin embargo, hoy se

entiende que los significados se construyen en la interacción. Efectivamente, “se

centra en la relación entre un individuo y su sociedad” (Philipsen, 1995, citado en

West & Turner, 2005:95). El signo no tiene que ver sólo en el estricto sentido

lingüístico, porque a cada signo le corresponde un significado, si no que, el

significado se construye en la medida que la gente se comunica, es decir emerge. Por

tanto, los seres humanos son capaces de crear e interpretar significado. Esto se refiere

a que si en una conversación entre dos o más personas, éstas podrían establecer que

26

un lápiz, no es un lápiz, pues en el contexto que se utilice, se le va a reasignar un

significado. (West, R., & Turner, L., 2005). De tal manera, que ya no existe esa forma

mecánica o estructurada de ver las cosas, sino que éste, efectivamente, emerge.

Así mismo, la teoría del interaccionismo simbólico, profundiza en la

importancia de las relaciones con el entorno. Este modelo sitúa la comunicación

humana en las relaciones interpersonales y éstas muestran como cada etapa de una

relación contiene algunos de los comportamientos de cinco teorías; la reducción de la

incertidumbre (cuando una persona no sabe a quién tendrá como compañero(a) de

asiento al embarcarse en un avión, por lo que tratará de aumentar la predictibilidad),

penetración social (dependiendo de quién sea establecerá una conversación que

partirá de no íntima), interacción social (verá los costos y recompensas que esta

relación le puede traer), las dialécticas (en la posible conversación entrará en

contradicciones e impulsos) y la privacidad (ella decidirá si le cuenta cosas privadas y

la otra persona por su parte también). Todas estas teorías convergen en la búsqueda

del estudio del desarrollo de la personalidad y la dinámica de la conducta del ser

humano.

Para que podamos identificar en qué fase se encuentra una relación, se debe

poner atención en los tipos de conductas comunicacionales que cada persona tiene,

por ello se dice que la comunicación interpersonal es un proceso que incluye etapas

de desarrollo. Al mismo tiempo, comprende una fase de entrada, una fase personal y

otra de salida. Entonces vemos cómo una relación puede enriquecerse, mantenerse,

deteriorarse o incluso terminarse.

En base a lo anterior, se puede mencionar cómo las corrientes de

pensamiento, tanto del interaccionismo simbólico como la de la Escuela de Palo Alto,

comprenden la interacción y la comunicación interpersonal como fundamento de toda

relación social y comportamiento emocional (López, et. al., 1995).

27

2.6. Habilidades Sociales y Comunicativas

Para efecto de este estudio, se entiende por habilidades sociales al “conjunto

de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los

sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo

adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás y que generalmente

resuelve los problemas inmediatos de la situación” (Caballo, 2010:6).

Por otra parte, Encabo (2003) argumenta que es posible sostener que cuanto

mayor es la competencia de las personas que integran una comunidad, mayor debería

ser su grado de bienestar; de construcción social y por ende, del conocimiento

compartido y expuesto al resto de sus semejantes. De hecho, este autor sostiene que

“el ámbito educativo es el marco idóneo para alcanzar estos objetivos, es decir,

profesores, padres y/o tutores son los responsables de dotar al estudiante de

competencias para alcanzar estos objetivos a lo largo de su vida” (Encabo, 2003:64).

Así mismo,

identifica diversas competencias como es la gramatical, la

sociolingüística, la discursiva y con mayor fuerza la competencia

social. En efecto, como lo plantea el autor, ser competente socialmente

significa que existe un equilibrio entre la visión de nosotros mismos y

la retroalimentación que nos ofrece el ámbito social en el cual

estamos insertos, más aún, a la hora de trabajar educativa y

formativamente las habilidades sociales (Encabo, 2003:66).

De la misma manera, CINDA (2004), afirma que “la actual orientación de las

prácticas docentes privilegia la obtención de conocimientos teóricos y no establece

explícitamente objetivos relacionados con la formación y desarrollo de habilidades y

competencias” (CINDA, 2004:303). Así también lo asiente Barbero (2002) al

asegurar que las instituciones de educación deberían generar habilidades para la

inclusión, algo que de acuerdo a su visión, las universidades no están cumpliendo a

cabalidad (Barbero, 2002).

28

Indudablemente, sabemos que la adquisición de conocimiento es una parte

muy importante de la formación, pero no lo es todo. Vemos, entonces, que además

del mundo teórico de las aulas, el saber práctico es de enorme relevancia en los

tiempos de hoy. Efectivamente, algunos autores como Levy-Leboyer (1997) y

Goleman (1998) afirman que “las competencias se desarrollan principalmente a

través de las experiencias significativas en las cuales se deba poner en práctica estas

destrezas, por lo que la formación universitaria debiera estimular el desarrollo de

estas a través del diseño de los planes y programas de estudio” (Levy-Leboyer &

Goleman, citados en CINDA, 2004:303).

De hecho, existen algunas universidades que cada vez le otorgan más

importancia a las habilidades sociales como parte central de la formación de los

profesionales tanto en el pregrado como en el postgrado, a través de sus programas de

MBA. Por ejemplo, la Universidad Adolfo Ibáñez, ha implementado un programa de

Liderazgo Estratégico que tiene carácter obligatorio (Soto, 2012). Además, tiene un

Diplomado en Liderazgo y Coaching, en el que se imparten cursos sobre el poder de

las conversaciones, el manejo de las emociones y del cuerpo junto a normas de

comportamiento en ambientes de protocolo. Del mismo modo, la Pontificia

Universidad Católica, también ha integrado cursos de habilidades sociales a todos sus

alumnos del MBA, a través de talleres, los cuales complementan sus habilidades en

temas como el trabajo en equipo, liderazgo y comunicaciones.

Así como la sociedad del conocimiento, que en términos generales, tiene que

ver con las transformaciones sociales que se están produciendo en la sociedad

moderna, la calidad en la formación de estudiantes en el siglo XXI apuntan a la

consolidación de profesionales con conocimientos, habilidades y destrezas al servicio

de las organizaciones y del país. Por tanto, se requieren profesionales con sólidos

conocimientos en Ciencias Básicas y en sus respectivas especialidades, pero sin

perder de vista las exigencias que la sociedad actual impone. Además, hoy “somos

29

redes conectadas a un mundo de redes”, es decir, estamos en una continua

interactividad. (Castells, 2009:193).

De igual manera, “cada vez existe mayor conciencia de la forma como la

innovación científica y tecnológica está transformando el mundo del conocimiento, y

por ende se sabe que la investigación, las actividades académicas y la formación

profesional empiezan a jugar un papel distinto, para responder a las nuevas

necesidades del mundo contemporáneo” (Cabrera & González, 2006:69).

Según Ribeiro (2001), “el conocimiento no es una mera acumulación de

información, y sin competencia no hay acción” (Ribeiro, 2001:136). En efecto, hoy

la enseñanza de las habilidades sociales a los alumnos es una

competencia y responsabilidad clara de la escuela como institución,

por supuesto junto a la familia y en coordinación con otras instancias

sociales. Las y los profesores tenemos la responsabilidad y la tarea de

enseñar a convivir, a vivir-con-otros al alumnado. Si enseñamos a los

estudiantes a convivir, a mejorar sus relaciones interpersonales, a

promover su competencia personal y social, a solucionar

pacíficamente sus conflictos interpersonales, estaremos haciendo

prevención de diferentes problemas: bullying, violencia, conductas

disruptivas, indisciplina... a la vez que contribuiremos al desarrollo de

la autoestima, los valores, el autocontrol, la asertividad, etc. del

alumnado (Monjas, 2004:32).

2.7. Estilos Comunicativos

La comunicación es un ámbito básico para entender el tipo de relaciones que

se establecen con el entorno y la capacidad que ésta desarrolla para comprender y

favorecer a sus diversos actores. Al mismo tiempo, en las relaciones humanas,

también existen teorías que ayudan a entender los estilos comunicativos que las

personas adoptan. En este sentido, Duarte (2005) argumenta que “se observa con

reiterada frecuencia la dificultad que enfrentan las personas para construir maneras

comunicativas accesibles a los otros, tal vez ello resida en la diversidad de

30

representaciones que se dan sobre la realidad, pues existen tantas maneras de concebir

el mundo y sus problemáticas como sujetos existen” (Duarte, 2005). De manera que,

en ocasiones no sabemos qué tipo de personas somos o no nos damos cuenta, cuando

estamos siendo agresivos, pasivos o asertivos.

Cuando nos relacionamos con nuestro entorno, podemos hacerlo a través de

tres formas distintas; de forma agresiva, pasiva y asertiva. Se pueden apreciar las

características e incluso las consecuencias que tiene cada estilo o forma de

relacionarnos.

2.7.1. Estilo Agresivo

La persona agresiva dice todo y de cualquier manera, normalmente habla más

de la cuenta. Así mismo, defiende sus derechos con insultos, gritos y amenazas. Esta

postura la defiende Castanyer & Ortega (2014) al afirmar que “la persona agresiva

centra sus relaciones personales en la defensa a ultranza de sus propios derechos e

intereses, sin tener en cuenta los de los demás. A veces los ignora voluntariamente,

otras simplemente no tiene los recursos y habilidades necesarias para afrontar ciertas

situaciones” (Castanyer & Ortega, 2014:26). Del mismo modo, imponen sus deseos

por encima de los demás, normalmente no se puede llegar a acuerdo con ellas, porque

están enfocados en sus propios deseos y no toman en cuenta los de los demás. De esta

manera, lamentablemente, la falta de asertividad provoca conflictos que dañan a sí

mismo y a los demás, perdiendo la seguridad, el control y la capacidad de solucionar

conflictos (Gasque, 1997, citado en Flores, 2002:45).

Por otro lado, se podrá entender que la persona agresiva no gestiona a su favor

el lenguaje corporal, muy por el contrario, al parecer utiliza un tono de voz más alto y

autoritario, interrumpe a su interlocutor, se siente con el derecho de amenazar y

humillar. También se deduce que puede estar a la defensiva y por supuesto, carecer

de toda empatía. Todo esto puede llevar como consecuencia a las personas tener

31

relaciones conflictivas, deterioradas o de rechazo. Lo anterior no significa que las

personas anden sonrientes por la vida, de hecho, no siempre se tendrá el mismo

estado de ánimo, sin embargo, es posible lograr buenas relaciones con un mínimo de

amabilidad o cortesía.

2.7.2. Estilo Pasivo

La persona pasiva no se atreve a decir nada, se guarda todo lo que siente y

quisiera decir. De hecho, “el mundo está lleno de personas tímidas de diferentes

edades y condiciones sociales”, entendiendo la timidez, para efectos de esta

investigación, como “la inhibición social que experimentan las personas cuando se

relacionan con otras” (De la Plaza, 2012:57). Al mismo tiempo, Güell y Muñoz

sostienen que el estilo pasivo está relacionado “con sentimientos de culpabilidad,

ansiedad y sobre todo, con baja autoestima. Las personas pasivas siempre tienen

temor de molestar a las demás, tienen dificultad para afrontar una negativa o un

rechazo y sufren de un sentimiento de inferioridad” (Güell y Muñoz, 2000, citado en

Aguilarte, Calcurián & Ramírez, 2010:121). Normalmente no expresa deseos,

tampoco opiniones y menos sus sentimientos, por miedo, o incluso, por vergüenza.

Efectivamente, De la Plaza da cuenta de ello, al afirmar que muchas veces, quienes

sufren de timidez, perciben mucha ansiedad al momento de hablar en público (De la

Plaza, J., 2012). Generalmente, se dejan llevar por los demás y, no son capaces de

defender sus derechos, permitiendo que los demás decidan por ella. Esto hace que se

sientan mal, incomprendidos, simplemente porque no saben defender lo que quieren.

En general, la persona con un estilo de comunicación pasiva tiende a

preocuparse por el resto de las personas, es decir, por lo que les pueda pasar, por lo

que puedan pensar o incluso por lo que puedan sentir, sin importar lo que ella misma

pueda sentir o pensar. Se debe sentir apreciado por el resto y para lograr dicho

objetivo, hará lo que sea necesario. Sin embargo, “las personas pueden dejar de ser

tímidas y aprender nuevos estilos de comportamiento. Para esto deben adquirirse

32

destrezas o formas de conducirse que sean antagónicas a la timidez. Esto es,

incorporar a su repertorio conductas desenvueltas, seguras y asertivas” (De la Plaza,

2012:59).

De acuerdo al planteamiento de dicha autora, las personas pueden adquirir y

desarrollar habilidades comunicativas que le permitan desenvolverse en forma

asertiva en todos los escenarios en el que se ven enfrentadas, dejando de lado el estilo

pasivo.

2.7.3. Estilo Asertivo

La asertividad es considerada como el reflejo de las habilidades comunicativas

para expresar distintos sentimientos, como el modo de pensar, la forma de dar

opiniones, plantear ideas o simplemente dar a conocer sus creencias a otros, de una

manera efectiva y adecuada. Para Lange y Jakubowski (1976) la asertividad significa

hacer valer los derechos de las personas, “expresando lo que uno cree, siente y quiere

en forma directa honesta y de manera apropiada, respetando los derechos de la otra

persona”. (Lange y Jakubowski, 1976, citado en Flores, 2002:38) En el fondo, el

mensaje que se transmite es, “esto es lo que pienso, esto es lo que yo siento, ésta es la

forma en la que yo veo la situación” (Lange y Jakubowski, 1976, citado en Flores,

2002:38).

La persona asertiva es capaz de defender sus derechos sin ofender a los

demás. Normalmente expresan sus emociones, sus opiniones y sus deseos de forma

clara. Efectivamente, así también lo asiente De la Plaza (2012) al afirmar que la

“asertividad es un estilo de comunicación que permite expresar pensamientos,

sentimientos y opiniones en el momento oportuno, de manera desenvuelta, sin

experimentar nerviosismo, considerando los derechos de uno y de los demás” (De la

Plaza, 2012:18). Así mismo, considera las opiniones de su interlocutor, lo que les

permite alcanzar acuerdos. Esto les ayuda a mantener relaciones positivas,

33

sintiéndose seguros de sí mismo y fortalecimiento de su autoestima. Efectivamente,

Riso (2002) argumenta que el objetivo de la asertividad no es lastimar a la otra

persona, sino autoafirmarse, sentar precedentes de inconformidad e intentar modificar

el comportamiento que viola nuestros derechos. Por otra parte, el auto-respeto no se

logra destruyendo a quienes nos molestan, sino desenmascarándoles con valentía”

(Riso, 2002, citado en Naranjo, 2008:17). De hecho, este autor señala que una

persona es asertiva “cuando es capaz de ejercer y/o defender sus derechos personales,

como por ejemplo, decir «no», expresar desacuerdos, dar una opinión contraria y/o

expresar sentimientos negativos sin dejarse manipular, como hace el sumiso y sin

manipular ni violar los derechos de los demás, como hace el agresivo” (Riso,

2005:27).

2.7.4. Impedimentos para un comportamiento asertivo

Sin embargo, cuantas cosas hemos hecho, sin desearlo, para no quedar mal

con nuestro interlocutor o simplemente por temor a lo que puedan decir de nosotros.

Así mismo, sería importante, poder darse cuenta lo incapaces que somos de defender

nuestros justos derechos sin que nos alteremos. Probablemente todo esto nos llevará

a tener dificultades para relacionarnos con los demás, pues nos da terror el no ser

capaces de relacionarnos con los demás, y dejamos de comunicarnos por miedo al

ridículo o simplemente por la ignorancia. En efecto, “desafortunadamente, la falta de

asertividad provoca conflictos que dañan al individuo mismo y a las otras personas

con las que se relaciona, se pierde seguridad, control de la situación, energía y

efectividad en la solución de conflictos” (Gaque, 1997, citado en Flores, 2002:45).

Al mismo tiempo, Flores (2002) sostiene que normalmente estamos pendiente de lo

que dicen los demás o estamos temerosos de la crítica que nos puedan hacer, incluso,

vivimos con sentimientos de culpa y miedo al rechazo al dar por respuesta un no.

En ese sentido, existen tres miedos fundamentales que nos limitan en la vida,

por un lado, el miedo al fracaso, por otro, el miedo al rechazo y por último, miedo al

34

qué dirán. En este sentido, “la imagen social es un factor importante para

desenvolverse en cualquier colectividad. Cuidarla y fortalecerla puede resultar una

estrategia adaptativa, si somos auténticos y honestos al hacerlo. La dificultad

comienza cuando empezamos a creer que valemos por lo que aparentamos, y

confundimos apariencia con esencia” (Riso, 2005:109).

Al mismo tiempo, Riso (2005) argumenta que muchas veces consideramos la

asertividad, como algo en el que le dimos justo lo que queríamos o que fuimos

asertivos porque pusimos a alguien en su lugar sin medir los sentimientos que

causamos por nuestra supuesta asertividad o bien nos comportamos de cierta forma

para quedar bien socialmente. Sin embargo, nos quedamos con esta sensación que

tampoco es agradable y ésta empeorará si la acumulamos.

2.7.5. Principios básicos del comportamiento asertivo

En cualquier relación, una buena comunicación está basada en el respeto, es

decir, el ser capaz de expresar nuestra molestia sin agredir o saber decir que no, sin

herir, es una de las habilidades sociales que permite defender los derechos sin

ofender al otro. Sin embargo, “se debe reconocer que las opciones pueden ser

favorables en una situación determinada y perjudiciales en otra” (Naranjo, 2008:19).

La asertividad es para expresarse diariamente en forma segura. En este

sentido, existen derechos y principios asertivos, que permiten tener una sana

participación de los actores en las múltiples relaciones humanas, argumenta (Smith,

1987, citado en Naranjo, 2008:17). Por su parte, (Riso, 1998, citado en Ojeda,

2014:31) difiere en dos áreas de la asertividad, una en posición y otra en afectos. Por

un lado, en el área de posición incluye la capacidad de decir no, también la de

expresar desacuerdos, hacer y recibir críticas, defender derechos y manifestar

sentimientos negativos. Por otro lado, en el área de afectos, permite dar y recibir

elogios además de expresar libremente sentimientos positivos.

35

2.7.6. Ventajas del comportamiento asertivo

Es importante saber que es posible un cambio, que se pueden adquirir

herramientas de comunicación asertiva y así, transformarse en una persona segura de

sí misma. En efecto, “las definiciones de asertividad se han centrado en torno de la

expresión emocional de la autoexpresión, del autodescubrimiento y de la capacidad

de establecer valoración por sí mismo” (Flores, 2002:38). Otro punto a considerar es

el respeto por sí misma y por los demás, siendo ésta la clave de una persona asertiva.

La claridad con la que emitimos un mensaje o con la que nos expresamos nos

permitirá interactuar en un marco de confianza y respeto. De hecho, Naranjo va más

allá, pues ella afirma que “la conducta y la comunicación asertiva son habilidades que

pueden desarrollarse para mejorar la calidad de las relaciones humanas”. (Naranjo,

2008:25). Esto es importante, porque una persona asertiva se destaca del resto y

normalmente es muy apreciada por su entorno y normalmente, es un líder.

La asertividad es el punto medio entre lo que es la pasividad y la agresividad,

por lo tanto, ser asertivo implica tomar la acción sobre una situación que se pretende

cambiar. Además, no se pueden hacer juicios personales o de alguna manera dejar de

tener una visión personal de las cosas, esto quiere decir que se debe ser más objetivo.

Sin embargo, “no es fácil aprender a ser capaces de expresar lo que pensamos y

sentimos, defendiendo con decisión y firmeza nuestros derechos sin atropellar los de

los demás” (Flores, 2002:36). No obstante, siempre habrá una segunda oportunidad

para cambiar, para ser más asertivo, va a haber una oportunidad para expresarte y

para tener un diálogo asertivo. Esto tendría resultados en la medida que realicemos la

descripción de hechos concretos, al mismo tiempo, se debe manifestar los

sentimientos y por su puesto las emociones no puedan quedar fuera. De esta forma, se

puede lograr la empatía, es decir, se debe poner en el lugar del otro, de esta manera,

se le da a nuestro interlocutor la posibilidad de cambiar, de reformularse y de

hacerle ver que las relaciones con el entorno siempre podrán mejorar.

36

2.7.7. Técnicas Asertivas

Existen técnicas o recursos que están a nuestra disposición y que nos servirán

en cualquier escenario. Por tanto deben ser aprendidas para luego desarrollarlas y

finalmente aplicarlas sin temores.

Por un lado, en más de una oportunidad nos encontramos con personas a las

que les cuesta aceptar una respuesta negativa (no) y por otro, hay personas que

pretenden caerles bien a todo el mundo. En este último ejemplo, en ocasiones, a

pesar que quieren dar un no por respuesta, por distintas razones, terminan aceptando

una invitación a la que no quieren ir o accediendo a una petición o favor que no

quieren hacer. En este sentido, Riso (2005) advierte que “la necesidad de aprobación

y el consecuente temor a la evaluación negativa pueden durar toda la vida, si dejamos

que la cobardía decida por nosotros” (Riso, 2005, citado en Buela-Casal, 2002:30).

Al mismo tiempo:

la asertividad es la libertad de decidir frente a la presión de los

compañeros. Entendemos por conducta asertiva no al empeño de

lograr lo que uno quiere, sea como sea, sino la voluntad de una

persona de hacer valer sus derechos, de expresar sus opiniones, sus

sentimientos, sus deseos cuando le parezca oportuno y hacerlo de un

modo claro y sincero. Como se dijo anteriormente, la asertividad se

basa en el respeto hacia uno mismo y hacia el otro. Considerando los

derechos propios y ajenos” (Valiente & Figueroa, 2014:52).

A continuación se mencionan las siguientes técnicas: Formas de decir NO; el

Disco Rayado; el Banco de Niebla; Aserción Negativa; Aserción Positiva;

Interrogación negativa y la Flexibilidad.

37

Formas de decir NO

1. NO natural, de manera espontánea.

2. Escuchar activamente y después decir NO: se reitera lo que ha expresado la otra

persona demostrando que se entendió la petición y luego se responde el NO.

3. No razonado: se dice NO y se da una explicación sincera.

4. No temporal: sería un NO de oportunidad, por el momento, diferente al NO

definitivo.

Disco Rayado

Es muy utilizada para hacer o rechazar peticiones. Se trata de repetir una y otra vez

nuestra petición (o rechazo) hasta que es aceptada por el interlocutor.

Banco de Niebla

Se busca en la crítica o postura del otro algún criterio que nos parezca razonable y se

lo reconoce pero no se adopta ni se cambia la postura o el motivo personal.

Aserción negativa

Consiste en asumir los propios errores o defectos reconociendo las críticas y nuestra

voluntad de corregirlos sin, por ello, adoptar actitudes defensivas o ansiosas.

Aserción positiva

Consiste en asumir nuestra propias cualidades o en resaltar o elogiar las cualidades de

los demás.

Interrogación negativa

Tiende a desarrollar en los demás la crítica para obtener más información y a

discernir si son constructivas o manipulativas.

38

Flexibilidad

Intenta sintonizar o empatizar con el interlocutor en aras de adaptar la forma en que

transmitimos nuestro mensaje y obtener una respuesta o actitud favorable de su parte.

La empatía es la llave que debe abrir el planteo del mensaje, el cómo, porque

poniéndonos en el lugar del otro podemos encontrar acuerdos que pueden ser el punto

de partida para un acuerdo en la cuestión que nos interesa.

Fuente: Capítulo 4. La inteligencia emocional, la asertividad y otras habilidades sociales como estrategias para el

desarrollo profesional (Moro, 2009:83).

Entonces, al acercarnos a nuestro interlocutor, debemos saber que existen

algunas técnicas que nos permitirán llevar a cabo nuestra intensión, por ejemplo;

mirar a los ojos, estar en una posición abierta, ser expresivo con nuestro rostro y con

nuestras emociones, enfocándose en el fondo en la intensión que tenemos al

comunicarnos con el otro. Sin embargo, si nuestro mensaje es débil y poco

transparente, entonces iremos perdiendo credibilidad frente a nuestro interlocutor. Por

tanto, si se consideran algunas técnicas asertivas, éstas nos podrán ayudar a tener

mejores relaciones con nuestro entorno, particularmente al momento de dar un no

por respuesta.

2.7.8. Estilos comunicativos en la adolescencia

Según Zayas (1998) “la comunicación es el proceso que implica una acción

donde interactúan los integrantes de un grupo. Las personas no se comunican

sencillamente como individuos, sino, son portadores de determinados roles sociales”

(Zayaz,1998:7) En este sentido, en el diario vivir, los estudiantes aprenden a convivir

en grupos sociales y a desarrollar distintos estilos de vida. Así entendemos que “la

comunicación es un elemento necesario para las relaciones sociales” (Zayas, 1998:7).

Por tanto, en este interactuar social, todos merecemos ser bien tratados y también

debemos tratar bien a los demás. Por lo que desarrollar estilos asertivos, permitirá a

39

las personas mejorar sus relaciones con el entorno, expresarse mejor y defender sus

derechos de la forma más adecuada. En general los jóvenes no tienen mayores

dificultades para comunicarse, pues normalmente, son personas abiertas y muy

sociables, argumenta (Güell & Muñoz, 2000, citado en Naranjo, 2008). Al mismo

tiempo, De la Plaza (2012) nos argumenta que “siempre se debe procurar que toda

conducta desenvuelta vaya aparejada de respeto a los demás” (De la Plaza,

2012:117). En efecto, dicha autora, va más allá, pues advierte que se debe tener

prudencia y además, considerar los sentimientos de los demás a la hora de establecer

relaciones interpersonales. Sin embargo, también existen muchos adolescentes que

tienen problemas de comunicación, como por ejemplo, de retraimiento, de

inseguridad y de timidez (Naranjo, 2008:23). Por lo que “resulta imperioso que

conozcan y desarrollen habilidades de conducta y comunicación asertiva, que les

faciliten establecer y mantener relaciones interpersonales adecuadas, desarrollar sus

identidades sociales y su sentido de pertenencia, lo cual a su vez repercute

favorablemente en su autoconcepto, su autoestima y el desarrollo general de su

personalidad” (Naranjo, 2008:26).

Así mismo, en el devenir de la docencia, las relaciones humanas, cobran una

gran relevancia, pues sabemos que son fundamentales para toda actividad,

especialmente en esta área, donde existe una interacción entre muchos actores, como

autoridades de un establecimiento, los docentes, los administrativos, los mismos

alumnos, las familias y todo su entorno. En efecto, en este espacio, según Jaude

(2001) los estudiantes “observan y adquieren modelos de conducta y son gratificados

por comportarse de manera aceptable con sus compañeros y la institución” (Jaude,

2001, citado en Naranjo, 2008:23). Por lo tanto, dicho ambiente educativo,

“contribuye a aumentar el temor que puede provocar el contacto interpersonal,

especialmente cuando el estudiante se siente inseguro de sus habilidades sociales”.

Esto significa, que las habilidades sociales hoy día son consideradas muy importantes

para lograr la aceptación social (Naranjo, 2008:23).

40

2.8. Antecedentes Empíricos

Considerando que la educación, como proceso sociocultural y sistema de

formación, es fundamental para los estudiantes desde sus primeros años de estudios,

lo que genera así, una condición más justa para todos, no debemos olvidar que este

aprendizaje será para toda la vida, de ahí la relevancia del docente, pues quedará

plasmado en los alumnos, no solo los conocimientos, sino además la forma en que se

transmiten, con todo lo que ello implica, criterios, valores, actitudes y por supuesto la

ética, que probablemente en el futuro se verán reflejados en los estudiantes, cuando

sean conscientes de distinguir, por ejemplo, las forma o el estilo de las relaciones

interpersonales que mantienen con su entorno. En efecto, Berman (2006) afirma que

“mantener relaciones interpersonales basadas en consideraciones éticas de justicia y

de preocupación por los otros, y actuar con integridad, consistentemente con los

propios valores, en otras palabras es la inversión personal en el bienestar propio, de

otros y del planeta” (Berman, 2006 citado en Cruz, 2012:9).

Así mismo, Garcés (2011) en su investigación Comunicación Asertiva y

Planificación del docente, en donde pone mucho énfasis en la relación que existe

entre la comunicación asertiva y la planificación docente, afirma que “los estudios

sobre comunicación asertiva surgieron como una forma de solución ante la búsqueda

de procesos no convencionales que favorecieran la calidad de las relaciones” (Garcés,

2011 citada en Macias & Camargo, 2013:6).

Entonces, en la convicción de que el constante desarrollo y mejoramiento de

la educación, acompañado de otros factores, los estudiantes se desenvolverán

plenamente como seres socialmente responsables, lo que conllevará a avanzar con

una sociedad girando en torno al bien común. En este sentido, Navarro (2006)

sostiene que “el comportamiento socialmente responsable puede ser concebido como

aquellas conductas, que pueden darse en diferentes ámbitos, que tienen a la base una

41

intención orientada hacia el bienestar de todos y que se ejercen con una determinada

frecuencia” (Navarro, 2006 citado en Cruz, 2012:9).

En una investigación de Evaluación de la Asertividad en Estudiantes

Universitarios con bajo rendimiento académico, realizado por la Universidad

Autónoma del Estado Hidalgo, México afirma que “la calidad y cantidad de las

habilidades sociales se convierten en buenos vínculos hacia el éxito que el joven

alumno universitario consigue, partiendo de sus capacidades para evaluar en general

positivamente las situaciones y manipular de forma adecuada las relaciones

interpersonales” (Velázquez, Montgomery, Montero & Pomayala, 2008 citado en

Ortega, Garrido, Escobar, & García 2014). Así mismo, si consideramos que la

asertividad es un estilo de comunicación, y esta afirma que una persona puede

solicitar en función de sus intereses personales, sin que pase sobre los derechos o

intereses de la otra persona, pues la asertividad permite considerar los derechos y

también las emociones del interlocutor. De esta manera, la persona reflexionará sobre

las consecuencias del estilo de comunicación. Por tanto, tal y cual argumentan estos

autores, “resulta conveniente considerar si los seres humanos interactuamos

asertivamente o no, en diferentes contextos y condiciones, a fin de analizar cómo ésta

interfiere en las relaciones sociales y el desempeño individual” (Velázquez,

Montgomery, Montero & Pomayala, 2008 citado en Ortega, et. al., 2014).

De la misma manera, pero con un enfoque distinto al de la investigación

anterior, en este caso, un estudio reciente de los autores Prior, Manzano, Villar,

Caparrós, Juan, & Luz (2011) han argumentado que los “estilos comunicativos

tienen un impacto importante en la manera como las personas crean redes,

intercambian información y apoyo, colaboran en el logro de objetivos de aprendizaje,

etc. Sin embargo, a pesar de su importancia directa para el desarrollo de vínculos

sociales, e indirecta sobre el posicionamiento en las redes, la adquisición de

conocimientos, el desarrollo de habilidades, estatus y promoción profesional, son

pocas las investigaciones orientadas a conocer la manera en que los estilos

42

comunicativos influyen en los procesos de vinculación social” (Prior, Manzano,

Villar, Caparrós, Juan, & Luz, 2011:391).

Al mismo tiempo, dichos autores destacan los escasos estudios realizados,

hasta el momento, entre ellos destaca un estudio “centrado en la voluntad

comunicativa, entendida como el grado en que un individuo tiende a iniciar la

comunicación con diferentes personas (amigos, conocidos y extraños) en varios

contextos sociales (interpersonal, grupo y grandes encuentros). Los autores muestran

que los estilos comunicativos tienen un gran peso sobre diversos tipos de

comportamientos comunicacionales, como la construcción de relaciones, la

diversidad de vínculos, el liderazgo, o el aprendizaje, entre otros” (Prior, et. al.,

2011:391).

Para complementar, Ojeda (2013) ha realizado un estudio sobre los Estilos de

Comunicación que practican los Estudiantes de Enfermería entre sus pares durante su

convivencia académica en la Escuela Académico Profesional de Enfermería de la

Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Perú, dicho estudio ha arrojado como

resultado que el estilo de comunicación que utilizan los estudiantes entre sus pares en

su mayoría (66%) es asertivo, lo que indica que existen relaciones interpersonales de

comprensión y buen trato, lo que ayuda a su capacidad de adaptación al ambiente

universitario. Sin embargo, a pesar de dicho porcentaje, es importante mencionar que

también existe un gran número de estudiantes que tiene un estilo comunicativo no

asertivo, generando inconvenientes en la interacción, no solo con sus pares, sino

además con todo su entorno y futuro profesional. Por lo tanto, la autora sugiere, por

una parte, que se desarrollen estrategias que permitan velar por interrelaciones

armoniosas y pacíficas entre estudiantes, a través de una adecuada comunicación y

por otra, realizar investigaciones similares con enfoques cualitativos que ayuden a

profundizar en el tema (Ojeda, 2013).

43

Desde otra mirada, Tunjo & Vela (2011) en una investigación “El teatro como

herramienta para favorecer el aprendizaje y la comunicación asertiva”, sostienen que

“la asertividad puede ayudar a mejorar la comunicación de los niños. Además, se

resalta como la persona asertiva cuenta con unas características que le permiten

interactuar con las personas y optimizar el desarrollo en cada una de las etapas de la

vida” (Tunjo & Vela, 2011 citadas en Macias & Camargo, 2013:8).

Por otro lado cabe destacar que Garaigordobil (2006) en un artículo “Análisis

y modificación de conducta”, da a conocer los resultados de un estudio cuyo fin era

diseñar un programa de intervención grupal para adolescentes y evaluar sus efectos

en variables conductuales y cognitivas de la interacción social. Dicha intervención

fue muy positiva por cuanto, se entregaron herramientas para estimular el desarrollo

social durante la adolescencia (Garaigordobil, 2006 citada en Macias & Camargo,

2013).

También, es importante mencionar que en un Estudio Comparativo sobre la

Asertividad entre Estudiantes de México y Cuba, Flores & Lainé (2014) mencionan

que “la expresión de una respuesta asertiva está influida por la cultura en la que se

desarrolla el individuo, por el contexto situacional y psicológico, por las personas

involucradas y/o percibidas en la interacción, por las variables sociodemográficas

tales como el sexo, edad, escolaridad, nivel socioeconómico, etc. y por variables de

personalidad” (Flores & Lainé, 2014).

Por tanto, en la medida que se desarrollen y se identifiquen los momentos y

lugares oportunos para expresar opiniones, mantener distancias prudentes con los

interlocutores, usar gestos ilustrativos que permiten apoyar el discurso verbal, junto a

un tono de voz, adecuarlo, permitirá una interacción fluida y probablemente con un

feedback exitoso, en este sentido,

44

“uno de los propósitos fundamentales de la asertividad es

mejorar la comunicación entre las personas y facilitar formas

de llegar a acuerdos y a compromisos cuando las opiniones y

los intereses son opuestos. Acuerdos y compromisos en los que

se respete la integridad y los derechos de las personas,

evitando toda conducta manipuladora de la que puedan ser

víctimas las personas no asertivas” (Naranjo, 2008:16).

Con todo, la asertividad es un estilo de comunicación, y esta afirma que una

persona puede solicitar, en función de sus intereses personales, sin que ello

signifique pasar sobre los derechos o intereses de otra persona. Sin embargo, la

asertividad no solo permite considerar los derechos de otra persona, sino además las

emociones del interlocutor. De esta manera, la persona podrá reflexionar o incluso

reformular su estilo comunicativo y también, sobre las consecuencias del estilo de

comunicación que adopte.

45

CAPÍTULO III: DISEÑO METODOLÓGICO

En este capítulo se exponen los criterios metodológicos que se tomaron en

consideración para la realización de esta tesis. En primer lugar se explica el tipo de

estudio que se llevó a cabo en esta investigación. Luego, se detallan datos acerca del

universo que participó en el estudio. Después, se describen los instrumentos que se

utilizaron para obtener los resultados y las fases que se siguieron para complementar

la investigación. Finalmente, se plantea el procedimiento que se escogió para analizar

los datos.

El método que se utilizó en esta investigación es el enfoque cuantitativo, el

que utiliza la recolección y el análisis de datos para contestar preguntas de

investigación y probar hipótesis establecidas previamente, y confía en la medición

numérica, el conteo y frecuentemente en el uso de la estadística para establecer con

precisión patrones de comportamiento en una población (Hernández, Fernández-

Collado, & Baptista, 2006). Por tanto, al ser cuantitativo tendrá una visión

paradigmática positivista, definida por Comte como “aquella actitud o modo de

pensar que se atiene a lo positivo o cualidad que poseen únicamente aquellos hechos

que pueden captarse directamente por los sentidos y someterse a verificación

empírica”; conocido también como racionalista, normativo, cuantitativo, realista,

método científico, hipotético – deductivo, etc. (Comte, citado en Gómez, 2007:97).

El tipo de estudio de la investigación es descriptivo. Busca especificar las

propiedades, las características y los perfiles importantes de personas, grupos,

comunidades o cualquier otro fenómeno que se someta a análisis (Hernández R.,

Fernández C., & Baptista P., 2003), con un diseño transversal, ya que siguiendo a

Hernández (2003) recolectan datos en un solo momento, en un tiempo único. Su

propósito es describir variables y analizar su incidencia e interrelación en un

momento (Hernández, et. al., 2003).

46

Asimismo, Hernández señala que para generar conocimiento el enfoque

cuantitativo se fundamenta en el método hipotético-deductivo, considerando las

siguientes premisas:

1. Se delinean teorías y de ellas derivan hipótesis.

2. Las hipótesis se someten a prueba utilizando los diseños de investigación

apropiados.

Si los resultados corroboran las hipótesis o son consistentes con éstas, se

aporta evidencia en su favor. Si se refutan, se descartan en busca de mejores

explicaciones e hipótesis (Hernández, et. al., 2003).

3.1. Unidades de análisis: Población/muestra

La investigación no consideró muestra, pues se consideró el universo total de

alumnos de tercer año medio (224), provenientes colegios municipales del gran

Concepción y de la Provincia de Arauco, que ingresaron en agosto de 2014 al

Programa de Formación Propedéutica de la Universidad de Concepción.

3.2. Instrumento

La técnica que se utilizó para la realización de esta investigación fue la

encuesta, la cual consiste en:

El instrumento que se aplicó fue un cuestionario, que consiste en un conjunto

de preguntas respecto a una o más variables a medir (Hernández , et. al., 2003), con

aportes tomados de distintas fuentes. Así mismo, se aplicó una descripción de caso,

aportado por la Prof. Elizabeth Parra, académica de la Universidad de Concepción, el

que fue modificado, para mayor entendimiento y rápida lectura por parte del

estudiante.

47

El instrumento se solicitó y validó mediante el juicio de la académica Prof.

Elizabeth Parra de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción.

(ver anexo N°1).

El cuestionario consta de tres partes. La primera de ellas recoge datos

sociodemográficos, e integra los siguientes datos: (ver anexo N°2).

Edad

Sexo

Sector residencial

La segunda parte, está integrada por 10 preguntas orientadas a medir el nivel

de reconocimiento del estilo comunicativo en el desarrollo de actividades de su vida

cotidiana. La escala está compuesta por dos dimensiones, la primera incluye las

preguntas 1 a la 3, que reflejan actividades del contexto social, con alternativas a), b),

c) y d). Desde la pregunta 4 a la 10, se enumeran las actividades que reflejan

contexto académico, con las alternativas a), b), c) y d), que establecen el estilo

comunicativo que el estudiante reconoce en cada situación.

Las preguntas utilizadas para medir el estilo comunicativo, son las siguientes:

1. Vas a un restaurante a cenar, cuando el mozo trae lo que has pedido, te das

cuenta de que tu vaso está sucio… ¿Qué haces?

2. Estás en una larga fila para entrar al banco, llega un señor y se infiltra en la

fila, delante de ti, tú…

3. Estás en un cine viendo una película, de pronto suena el celular de una

persona y contesta, ¿tú qué haces?

48

4. Estás rindiendo un examen, y te das cuenta que tu compañero(a) está copiando

tus respuestas… ¿qué haces?

5. Si un compañero te pide tu trabajo prestado para compararlo con el suyo, tú le

respondes.

6. Un compañero te llama con un apodo que te disgusta, tú…

7. Un compañero(a) habitualmente te pide que le hagas su tarea. Decides

terminar con esta situación, ¿qué le dices?

8. Cuando estás en clases y necesitas más explicaciones.

9. Cuando te enojas con tus compañeros de curso.

10. Si tienes una conversación con 3 personas más y todos están de acuerdo en un

tema con el cual tú no estás de acuerdo.

La tercera y última parte del cuestionario, se encuentra integrada por un caso

de estudio y contempla las preguntas N° 11 y N°12.

11. ¿Cuántos actos comunicativos reconoce?

12. Identifique los estilos comunicativos que usted reconoce en el caso (pasivo-

asertivo y agresivo).

Luego del juicio de la Prof. Parra, el instrumento fue reformulado según las

sugerencias que efectuó dicha académica, quién dio su aprobación para la aplicación

del instrumento.

49

3.3. Recolección de datos

El cuestionario ya validado se testeó previamente con un grupo piloto

conformado por 10 alumnos de la carrera de Periodismo de la Facultad de Ciencias

Sociales de la Universidad de Concepción, con el objeto de evaluar el instrumento y

comprobar la correcta utilización del lenguaje escogido, extensión y aspectos

formales. Después de esta apreciación general, no se realizó ninguna modificación.

Con posterioridad, se envió a impresión la cantidad de 224 cuestionarios, los

que fueron aplicados de la siguiente forma:

Primer grupo, jueves 21 de agosto de 2014: 62 estudiantes provenientes del

gran Concepción. Segundo grupo, viernes 22 de agosto de 2014: 67 estudiantes

provenientes del gran Concepción. Tercer grupo, sábado 23 de agosto de 2014: 83

estudiantes provenientes de la Provincia de Arauco. Del total de 224 cuestionarios, se

recoge un total de 212 cuestionarios respondidos.

Al momento de aplicar el instrumento, se le explicó al estudiante en qué

consistía dicho cuestionario y el tiempo que tomaría (10 minutos aprox.). Además, se

les informó que era en forma voluntaria y anónima. Luego se ingresaron los datos en

el programa SAS, para procesarlos electrónicamente. De los 212 cuestionarios

ingresados, 204 fueron reconocidos por dicho programa. Según Chávez, (2007) la

tabulación de los datos es una técnica que emplea el investigador para procesar la

información recolectada, ello permite lograr la organización de los datos a una

variable, indicadores y reactivos.

50

CAPÍTULO IV: ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

4.1 Descripción de los resultados

Para describir el corpus, se consideró el total de la población que respondió el

cuestionario, constituida por 212 estudiantes de tercer año de enseñanza media,

pertenecientes a colegios municipales del gran Concepción y Provincia de Arauco;

éstos, son parte del Programa de Formación Propedéutica de la Universidad de

Concepción a quienes se le aplicó el cuestionario elaborado para la investigación. El

programa SAS arrojó 204 resultados, los que corresponden al 96% del total de dicho

universo. De esta cifra, 78 (38,2%) son hombres y 126 son mujeres (61,7%), (tabla

de frecuencia, ver anexo N°3), cuyas edades corresponden a 16 años (121 casos),

17 años (67 casos), 18 años (15 casos), 19 años (1 caso); es decir, 59,6%, 33% y

7,3% respectivamente (tabla de frecuencia, ver anexo N°4). Los estudiantes viven

en distintos sectores y la distribución de su residencia es muy equilibrada. Sin

embargo, los mayores porcentajes se encuentran en Concepción con el 14,6%. En

Hualpén con un 12,1%, luego Talcahuano y Coronel con un 10,1%. (tabla de

frecuencia, ver anexo N°5).

4.2 Los estilos comunicativos

La pregunta N°1 del cuestionario, Vas a un restaurante a cenar, cuando el

mozo trae lo que has pedido, te das cuenta de que tu vaso está sucio… ¿Qué

haces?, En el contexto en que está inserta esta pregunta, nos permitirá, a través de

cuatro alternativas de respuesta, conocer el estilo en que se desenvuelven los

estudiantes en una interacción social. En este caso existe un 81% que ha sido asertivo

en su respuesta. Por otro lado, se puede observar un 16% de estudiantes que

respondieron en forma pasiva, en tanto que menos del 5% ha respondido en forma

agresiva. De todas formas, cabe destacar que la diferencia observada entre el

porcentaje de asertividad es casi cinco veces mayor que el porcentaje de pasividad.

51

Probablemente, ese patrón se deba a la situación específica que se considera: pasar

un rato agradable en un restaurante. En este sentido, De la Plaza sostiene que,

“siempre se debe procurar que toda conducta desenvuelta vaya aparejada de respeto a

los demás”. Asimismo, dicha autora, advierte la necesidad de tener prudencia y

considerar los sentimientos de los demás, a la hora de establecer relaciones

interpersonales (De la Plaza, 2012:117).

En la pregunta N°2 “Estás en una larga fila para entrar al banco, llega un

señor y se infiltra en la fila, delante de ti, tú”. También insertada en un contexto

social, por un lado, nos podemos dar cuenta que el 31% de los alumnos respondió de

forma pasiva y por otro, el 61% ha sido asertivo en su respuesta, es decir, dicho

porcentaje ha optado por la alternativa: Le dices que por favor se retire porque has

estado aquí antes que él, y debe respetar la fila. Riso (2005) argumenta que en

muchas situaciones quisiéramos defendernos, pero por alguna razón desconocida

algo nos termina apaciguando, de hecho, en una misma situación de la pregunta N°2,

el autor manifiesta que probable una persona inasertiva no haga ni diga nada. Al

mismo tiempo, señala que “la lista de temores que nos impiden ser asertivos puede

ser larga y variada. Sólo para citar algunos: miedo a perder el control, miedo a ser

inadecuado, miedo a sentirse culpable, miedo a no saber qué decir, etc.” (Riso,

2005:59-60) Por lo que respecta a la diferencia de los porcentajes, se aprecia un

contraste, pero no cinco veces mayor que la anterior, solo es dos veces mayor.

En la pregunta N°3 Estás en un cine viendo una película, de pronto suena

el celular de una persona y contesta, ¿tú qué haces? También ha sido insertada en

un contexto social, sin embargo a diferencia de las dos primeras preguntas, en este

caso, un alto porcentaje (66,5%) reconoce un estilo pasivo en su respuesta, le sigue un

18,1% que responde de forma agresiva, mientras que solo un 7,8% ha respondido en

forma asertiva. Por tanto, un porcentaje significativo responde en forma pasiva, es

decir, ha optado por la tercera opción, No dices nada, aunque te disgusta que no

puedas escuchar la película. Aquí se puede observar un estilo de comunicación

52

pasiva, probablemente esto se deba a que “la mayoría de las veces somos lo que

pensamos que debemos ser o lo que hemos visto a través de nuestras familias de

origen” (De la Plaza, 2012:32), es decir, tiene que ver con la imitación de modelo.

Como consecuencia de lo anterior, la autoestima se irá mermando y se actuará de

manera sumisa. Sin embargo, la misma autora argumenta que “se puede aprender a

vivir según nuestros propios gustos y decisiones, y no por lo que dicten otros” (De la

Plaza, 2012:39). También se puede destacar que la diferencia que existe entre el

porcentaje de pasividad es tres veces mayor que el de agresividad. Sin embargo, se

observa que entre el porcentaje de pasividad y el de asertividad hay una diferencia de

cinco veces en favor del primero.

En la pregunta N°4 Estás rindiendo un examen, y te das cuenta que tu

compañero(a) está copiando tus respuestas… ¿qué haces?, se puede apreciar que

el 59,8% ha sido pasivo en su estilo de comunicación, mientras que el 30,8% ha

reconocido un estilo asertivo en su respuesta, en cambio solo el 2,4% de los alumnos

reconoció un estilo agresivo en su respuesta y un 6,8% no reconoce ningún estilo

comunicativo en una situación como la descrita en esta pregunta. En este sentido,

Naranjo (2008) argumenta que por un lado, existen muchos adolescentes que no

tienen problemas de comunicación y que en términos generales son muy sociales. Sin

embargo, también enfatiza que existen adolescentes que tienen problemas para

comunicarse, de retraimiento, de inseguridad y también de timidez, lo que a la luz de

los resultados, se convierte en un problema (Naranjo, 2008), pues podríamos pensar

que por ejemplo, el factor de timidez impida o inhiba al estudiante a comunicarse con

un estilo asertivo con su compañero, entendiendo así, el alto porcentaje de estudiantes

con una respuesta de estilo pasivo.

En la pregunta N°5 Si un compañero te pide tu trabajo prestado para

compararlo con el suyo, tú le respondes. En este caso se observa un alto

porcentaje de los estudiantes que reconoció un estilo pasivo, alcanzando un 72% de

los encuestados, en tanto los que reconocen un estilo asertivo, el porcentaje es de

53

17,1% por lo que estas diferencias son estadísticamente significativas. Por otro lado,

solo el 4,4% reconoce un estilo agresivo y el 6,3% no reconoce ningún estilo

comunicativo en esta situación. Monjas (2004), advierte que entre estudiantes; niños

y adolescentes, “hay algunos que dominan y otros que se someten o son sometidos”

(Monjas, 2004:15). En ese sentido, Valiente & Figueroa (2014) plantean que “a esta

edad la mayoría de los adolescentes quieren fundirse en el grupo y sentir que

pertenecen a él. Se vive con mucha frecuencia convencidos de que “ser diferente es

ser inferior”. Y que “estar bien” es estar como los demás. De ahí viene reconocer que

lo positivo es aprender a conciliar la igualdad básica de las personas con sus

diferencias accidentales. Todos somos iguales y, a la vez, únicos e irrepetibles”

(Valiente & Figueroa, 2014:52). Por tanto, esto podría darnos luces del por qué, en

esta respuesta, la mayoría de los estudiantes ha dado una respuesta pasiva.

En la pregunta N°6. Un compañero te llama con un apodo que te disgusta,

tú… a diferencia de la pregunta anterior, se puede observar un 59,3% de estudiantes

que reconoce un estilo asertivo, mientras que un 18,6% reconoció un estilo pasivo y

un 19,1% reconoció un estilo agresivo. El porcentaje de asertividad es muy

significativo. Efectivamente, se puede destacar que la diferencia que existe entre el

porcentaje de estudiantes que ha reconocido un estilo asertivo, es tres veces más alto,

que el porcentaje de estudiantes que reconoció un estilo pasivo y agresivo. Son

muchos los factores que pudieran haber influido en el resultado de esta pregunta, por

ejemplo, al grado de confianza que existe entre los compañeros de un curso o

variables sociodemográficas, tales como el sexo, edad, escolaridad, nivel

socioeconómico, entre otros (Flores, Lainé, 2014).

En la pregunta N°7. Un compañero(a) habitualmente te pide que le hagas

su tarea. Decides terminar con esta situación, ¿qué le dices?, En esta situación se

observa un 58% de estudiantes que reconoció un estilo de comunicación asertiva, en

tanto que un 17% reconoce un estilo pasivo y un 22% reconoce un estilo agresivo.

Es importante destacar el significativo porcentaje de asertividad que han reconocido

54

los estudiantes en su respuesta. En este caso, podría atribuirse a la capacidad de

hacerle ver al compañero que la única forma de aprender será haciendo sus propios

trabajos, sin dejar de lado, la posibilidad de que el alumno tenga desarrollada algunas

habilidades comunicativas, que le permiten transmitir, no solo en forma asertiva su

mensaje, sino además en forma positiva. Así lo asiente Velásquez, Montgomery,

Montero, Pomalaya, Dioses, Velásquez, Araki, & Reynoso (2008), al afirmar que

dentro de las habilidades sociales que poseen los jóvenes, éstos tienen la capacidad

de evaluar en general positivamente las situaciones y además, manejan de la mejor

forma las relaciones interpersonales. En este sentido, los autores van más allá, pues

ellos señalan que “resulta conveniente considerar si los seres humanos interactuamos

asertivamente o no, en diferentes contextos y condiciones, a fin de analizar cómo la

asertividad interfiere en las relaciones sociales y el desempeño individual”.

(Velázquez et al., 2008:56, citado en Garrido, Ortega, Escobar & García, 2010). Por

tanto, podríamos suponer que en ocasiones, la claridad y precisión con la que se

emiten los mensajes o con la que los jóvenes se expresan, les permite interactuar en

un marco de confianza y respeto, pero sin olvidar el contexto.

En la pregunta N°8. Cuando estás en clases y necesitas más explicaciones.

En este caso, llama considerablemente la atención, por cuanto, al igual que la

pregunta N°5, un alto porcentaje (72%) de estudiantes, reconoce un estilo asertivo, en

tanto que un (25%) ha reconocido un estilo de comunicación pasiva. Por tanto, se

podría pensar que en ciertas situaciones o contextos, se establecen distintos

comportamientos en las personas, es decir, dicho comportamiento puede ser asertivo,

agresivo o pasivo. En efecto, una persona asertiva, se siente lo suficientemente libre

para hacer preguntas, en este caso al profesor responsable de la clase, que le ayudará

a esclarecer sus dudas (Shelton & Burton, 2012).

En la pregunta N°9. Cuando te enojas con tus compañeros de curso. El

48% de estudiantes reconoció un estilo de comunicación agresiva. Le sigue un 27%

de estudiantes que reconoce un estilo pasivo, mientras que solo el 16% reconoció un

55

estilo asertivo. Al igual que en la pregunta N°8, si bien es cierto, el contexto

académico es el mismo, la situación es distinta, pues se trata una la relación con sus

pares. Ser adolescente hoy no es fácil, no es lo mismo que hace una, dos o más

décadas atrás. El grado de libertad en el que los jóvenes se manejan hoy es muy

amplio. Esto es muy positivo en muchos aspectos, sin embargo, esta apertura ha

traído como consecuencia; inseguridades, desorientaciones y dificultades para elegir

un camino o tomar decisiones basadas en valores. (De la plaza, 2012). Podemos

mencionar muchos otros factores que intervienen en la forma o estilos de

comunicaciones de los jóvenes de hoy, pero lo cierto es que, de acuerdo a lo que

argumenta Shelton & Burton (2012), los conflictos pueden ser trabajados para llegar a

un entendimiento. Toda posición se puede defender desde distintos estilos de

comunicación, sin embargo, el único estilo que regula el equilibrio entre un estilo

pasivo y agresivo, es el estilo asertivo, que permite establecer respeto mutuo,

confianza y seguridad, como base de toda relación (Shelton & Burton, 2012).

En la pregunta N°10. Si tienes una conversación con 3 personas más y

todos están de acuerdo en un tema con el cual tú no estás de acuerdo Se destaca

el alto porcentaje (84,8%) de los estudiantes que reconoció un estilo asertivo,

mientras que solo un (9,8%) reconoció un estilo pasivo de comunicación. Nos

preguntamos por qué se da esta significativa diferencia, en este caso, los autores

Valiente & Cristian (2014), han realizado un taller dirigido a Centros de Enseñanza

Secundaria y argumentan, al igual que otros autores, que “la asertividad es la libertad

de decidir frente a la presión de los compañeros. Entendemos por conducta asertiva

no al empeño de lograr lo que uno quiere, sea como sea, sino la voluntad de una

persona de hacer valer sus derechos, de expresar sus opiniones, sus sentimientos, sus

deseos cuando le parezca oportuno y hacerlo de un modo claro y sincero. La

asertividad se basa en el respeto hacia uno mismo y hacia el otro. Considerando los

derechos propios y ajenos”. (Valiente & Figueroa, 2014:52).

56

Finalmente, se en las dos últimas preguntas N°11. ¿Cuántos actos

comunicativos reconoce?. y N° 12. Identifique los estilos comunicativos que

usted reconoce en el caso (pasivo-asertivo y agresivo) del cuestionario, insertas en

un estudio de caso (ver anexo N°2), el alumno reconoce desde uno hasta siete actos

comunicativos, alcanzando un 32,9% que reconoce 4 actos comunicativos, le sigue

un 23,5% que reconoce 7 actos comunicativos, luego tenemos un 15,2% que

reconoce 5 actos comunicativos, en tanto el 10,5% reconoce 6 actos comunicativos.

Respecto de la pregunta N°12 tenemos que el 4,17% reconoce el estilo asertivo, el

45,8% reconoce el estilo pasivo, el 7,5% reconoce los tres estilos comunicativos, el

asertivo, el pasivo y el agresivo, en tanto que el 42,5% reconoce el estilo asertivo y

pasivo en el caso de estudio. Los resultados de ambas preguntas, dan cuenta de la

inferencia de los estilos comunicativos o de lo que implica no reconocer el los estilos

comunicativos con los que los estudiantes se comunican. En este sentido, Duarte

(2005) argumenta que “se observa con reiterada frecuencia la dificultad que

enfrentan las personas para construir maneras comunicativas accesibles a los otros, tal

vez ello resida en la diversidad de representaciones que se dan sobre la realidad, pues

existen tantas maneras de concebir el mundo y sus problemáticas como sujetos

existen” (Duarte, 2005). Razón por la que, probablemente, en ocasiones no sabemos

qué tipo de personas somos o no nos damos cuenta, cuando estamos siendo agresivos,

pasivos o asertivos, tal y como se menciona en los estilos comunicativos del marco

teórico de este estudio, por tanto si no se es capaz de reconocer cual es el estilo

comunicativo que cada uno posee, difícilmente podrá reconocer el estilo

comunicativo de otros. En efecto, por un lado, solo el 7,5% de los estudiantes

reconoce los tres estilos comunicativos y por otro, el estilo agresivo no es reconocido

por los estudiantes en el estudio de caso.

57

CAPÍTULO V: DISCUSIÓN

En el presente estudio, se quiere demostrar el perfil de respuesta que ha

reconocido el estudiante del Programa de Formación Propedéutica ProUdeC de la

Universidad de Concepción, por lo que se ha calculado el porcentaje para cada una de

ellas. Los resultados globales indican que casi la mitad de los estudiantes (48%)

reconoce un estilo asertivo, le sigue un 34% de estudiantes que reconoce un estilo

comunicativo pasivo. Al mismo tiempo, los resultados muestran un 13% de

estudiantes que reconoce un estilo comunicativo agresivo en sus respuestas, en tanto

que un 5% no reconoce ningún estilo de comunicación.

En las relaciones que tenemos a diario y cara a cara con nuestros

interlocutores, en ocasiones se pueden convertir en relaciones con un estilo asertivo,

pasivo o agresivo. En función de los resultados expresados, la literatura nos dice que

“el estilo comunicativo es la forma singular que posee cada persona de expresar su

comportamiento a través de las relaciones que establece en la interacción con los

demás y determina el grado de afectividad en la comunicación interpersonal” (Zayas,

2005:50) En efecto, dicho autor va más allá, al argumentar que “en la comunicación

interpersonal hay que escoger bien el momento, cada situación demanda una manera

distinta para comunicar, hay que saber cuándo, cómo se comunica y el lugar

adecuado” (Zayas, 2005:114). En este mismo sentido, Riso (2005) hace mención a

autores que hablan de una asertividad situacional, esto quiere decir que se puede ser

asertivo en una situación determinada, pero no necesariamente en otra (Riso,

2005:39). En relación a lo mismo, el estilo de comunicación utilizado por los

estudiantes, varía según cada contexto, es decir, se observa que el estilo comunicativo

ha sido situacional. Por lo que, se podría pensar que dependerá de la situación a la

que se vean enfrentados para que el estudiante adopte un estilo asertivo definido. Un

ejemplo claro de los resultados es que cuando el estudiante debe enjuiciar o valorar

estrategias utilizadas frente a estudiantes como él, es decir, frente a sus pares, se

observa que son más pasivos, probablemente esto se deba a una mal entendida

58

solidaridad entre sí o bien, se podría pensar que, tal y como lo argumenta (Sayas,

2005:44) “todas las personas tienen necesidad de sentirse aceptado, integrado,

valorado por aquellos a quienes se une”. Así mismo, “las personas tienen su estilo de

vida, su manera de hablar, su modo de comportarse, su modo de vestir, y tienen

semejanza con algunas personas”. Sin embargo, no solo tienen dichas necesidades,

sino que además, quieren sentirse valorados, para un bienestar emocional en todo su

quehacer (Sayas, 2005).

Dado el propósito de este estudio, que es diagnosticar el nivel de

reconocimiento de los estilos comunicativos de los alumnos del Programa de

Formación Propedéutica ProUdeC de la Universidad de Concepción, los hallazgos

más destacables, establecen que un porcentaje significativo reconoció un estilo

comunicativo asertivo en sus respuestas, lo que podría sorprender, entendiendo que

en nuestro modelo de sociedad los afectos y la empatía, no se verbalizan a menudo.

Por un lado, los hombres se inhiben de hacerlo por miedo a parecer débiles, y

muchas mujeres tampoco se lo permiten para que no las consideren “tontas” (De la

Plaza, 2012:161). Así mismo, (Ojeda, 2013), en un estudio sobre los Estilos de

Comunicación que practican los Estudiantes de Enfermería durante su convivencia

académica en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú, da cuenta que el

estilo de comunicación que utilizan los estudiantes entre sus pares en su mayoría

(66%) es asertivo, lo que indica que existen relaciones interpersonales de

comprensión y buen trato, lo que ayuda a su capacidad de adaptación al ambiente

universitario. Sin embargo, a pesar de este significativo porcentaje, es importante

mencionar que también existe un gran número de estudiantes que tiene un estilo

comunicativo no asertivo, lo que genera inconvenientes en la interacción, no solo

con sus pares, sino además con todo su entorno y futuro profesional. Por lo tanto, la

autora sugiere, por una parte, que se desarrollen estrategias que permitan velar por

interrelaciones armoniosas y pacíficas entre estudiantes, a través de una adecuada

comunicación y, por otra, realizar investigaciones similares con enfoques cualitativos

que ayuden a profundizar en el tema (Ojeda, 2013).

59

Al mismo tiempo, en una investigación de Evaluación de la Asertividad en

Estudiantes Universitarios con bajo rendimiento académico, realizado por la

Universidad Autónoma del Estado Hidalgo, afirma que “la calidad y cantidad de las

habilidades sociales se convierten en buenos vínculos hacia el éxito que el joven

alumno universitario consigue, partiendo de sus capacidades para evaluar en general

positivamente las situaciones y manipular de forma adecuada las relaciones

interpersonales” (Velázquez, Montgomery, Montero, Pomayala, 2008, citado en

Ortega, Garrido, Escobar y García, 2014). Del mismo modo, se considera que la

asertividad es un estilo de comunicación, y ésta consiste que una persona puede

solicitar en función de sus intereses personales, sin pasar sobre los derechos o

intereses de la otra persona. De esta manera, se entenderá que la asertividad permite

considerar los derechos y también las emociones del interlocutor. Entonces, la

persona reflexionará sobre las consecuencias del estilo de comunicación. Por tanto,

tal como argumentan estos autores, “resulta conveniente considerar si los seres

humanos interactuamos asertivamente o no, en diferentes contextos y condiciones, a

fin de analizar cómo este estilo de comunicación interfiere en las relaciones sociales

y el desempeño individual” (Velázquez, Montgomery, Montero, Pomayala, 2008,

citado en Ortega, Garrido, Escobar y García, 2014).

En base a lo anterior, la enseñanza de las habilidades sociales y

comunicativas a estudiantes es una competencia y responsabilidad de la escuela como

institución, por supuesto junto a la familia y en coordinación con otras instancias

sociales. Por ello se hace necesario que los profesores tengan la responsabilidad y la

tarea de enseñar a convivir, a vivir con otros al alumnado. Si se enseña a los

estudiantes a convivir, a mejorar sus relaciones interpersonales, a promover su

competencia personal y social, a solucionar pacíficamente sus conflictos

interpersonales, se estará haciendo prevención de diferentes problemas: bullying,

violencia, conductas disruptivas, indisciplina... a la vez que contribuiremos al

60

desarrollo de la autoestima, los valores, el autocontrol, la asertividad, etc. del

alumnado (Monjas, 2004:32). Del mismo modo,

ser asertivo, proporciona grandes beneficios al ser humano. Por una

parte, incrementa el autorrespeto y la satisfacción de hacer alguna

cosa con la suficiente capacidad para aumentar la confianza o

seguridad en uno mismo. Además, mejora la posición social, la

aceptación y el respeto de los demás, en el sentido de que se reconoce

la capacidad de afirmar los derechos personales (De la Plaza,

2012:83).

Por tanto, no solo se hace necesario desarrollar las habilidades sociales, sino

también, se hace imperioso que los alumnos reconozcan los estilos de comunicación

para ser aplicados y a la vez valorados, en el sentido de poder utilizar el estilo que les

permita tener mejores relaciones sociales en los distintos escenarios en el que se

desenvuelven.

61

CAPÍTULO VI: CONCLUSIÓN Y PROYECCIONES

Tal y como se menciona en la introducción de esta investigación; desarrollar

habilidades sociales es un proceso progresivo, que requiere permanente

reforzamiento. Estas habilidades, como la capacidad de comunicarse en forma

efectiva en todos los escenarios en que se desenvuelve un estudiante, es una

herramienta fundamental que le permite aumentar sus posibilidades de éxito en todas

sus relaciones interpersonales.

En la misma línea, es importante destacar que así como el mundo empresarial

y social, cada día exigen profesionales egresados de primera línea, con habilidades

reflejadas en buen manejo de relaciones interpersonales, es necesario recordar que, en

ocasiones, las diversas formas de interacción como herramientas de entendimiento

no son las más acertadas o las más efectivas. Por tanto, es necesario que los actores

responsables de esta tarea, pongan todo el esfuerzo para que la interacción que el

estudiante tiene a diario sea la más efectiva posible, de tal manera, que se asegure

una respuesta a la formación integral del estudiante.

Esta investigación ha buscado diagnosticar el nivel de reconocimiento de los

estilos comunicativos correspondientes a una comunicación asertiva, pasiva o

agresiva de los estudiantes del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC). El

marco teórico que ha sustentado esta investigación ha sido, la Comunicación, Ferrer

(1998), los Modelos de Entendimiento: Comunicación como Acción de Shannon y

Weaver (1949), el Modelo Interaccional, instaurado por Bateson y Mead (1976) y el

Modelo Transaccional, Bateson, (1976), la Teoría del Interaccionismo Simbólico,

Blumer, (1969) y finalmente, los estilos comunicativos, de los autores Riso (2002),

De la Plaza (2012), Naranjo (2008), entre otros.

A partir de los resultados obtenidos que se muestran en esta investigación, es

posible mencionar varios aspectos interesantes, en primer lugar, que la hipótesis

planteada se inválida debido a que el 48% de los estudiantes reconoció habilidades

62

comunicativas necesarias para relacionarse de manera exitosa con su entorno en el

diagnóstico. En segundo lugar, lo más relevante de esta investigación, es justamente

el 48% de estudiantes que reconoció y plasmó en el cuestionario, un estilo

comunicativo asertivo, porcentaje significativo, considerando el mundo de relaciones

interpersonales al que se ve enfrentado día a día el ser humano y en este caso, el

estudiante. En este sentido, se destaca que el estudiante reconoce un estilo

comunicativo de acuerdo al contexto situacional en que se da la interacción con su

entorno. En efecto, cabe señalar que “la comunicación está inmersa en la cultura de

las personas. Las actitudes, motivaciones, intereses, nivel educacional, profesión,

capacidad, experiencia, sexo, tipo de pensamiento predominante y las competencias

influyen en la calidad de las comunicaciones” (Zayas, 1990:14).

Al mismo tiempo, es importante mencionar que existen barreras

comunicativas que muchas veces impiden tener buenas relaciones interpersonales.

Estas barreras se pueden atribuir al mal uso de las palabras, a la mala interpretación, a

prejuicios que se hacen sin conocer a las personas, el no saber escuchar, a la poca o

nula capacidad de empatía hacia nuestro interlocutor, entre otras.

De esta manera, se puede reflexionar sobre las consecuencias de los estilos

comunicativos que se adoptan, sea este asertivo, agresivo o pasivo. Desde este punto

de vista, se puede señalar que en los distintos estilos de comunicación, lo más

importante, es reconocer, aplicar y valorar un estilo comunicativo asertivo. Razón por

la que, si bien es cierto, es significativo el porcentaje (48%) que ha arrojado el

diagnóstico, también existe un número sustancial de estudiantes que no reconoce un

estilo de comunicación asertiva, por tanto, es importante que los estudiantes del

Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) reciban apoyo, en forma

sistemática, para que puedan adquirir herramientas que les permita desarrollar

habilidades comunicativas, específicamente con un estilo comunicativo asertivo, el

que les podría ayudar a tomar mejores decisiones en situaciones difíciles o de

conflicto, en cuanto a qué estilo de comunicación se asumirá en ciertas situaciones,

63

porque en la convicción de que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos

sido innecesariamente agresivos, involuntariamente pasivos o afortunadamente

asertivos, sería importante, tener la capacidad de reconocer y gestionar el estilo

comunicativo con el que interactuamos con el entorno y con el que puedan ir

fortaleciendo y mejorando, cada día, en sus relaciones interpersonales. Así lo asiente

De la Plaza (2012) y Ojeda, (2013) al mencionar que subsisten todavía grandes

desafíos en el desarrollo de las habilidades comunicativas, sin embargo, en la medida

que todos los actores tengan claro que el constante desarrollo en dichas habilidades y

el mejoramiento en la formación de los estudiantes, acompañado de muchos otros

factores, esta sociedad avanzará, sin ninguna duda, por un camino más seguro.

Efectivamente, hoy día el éxito que pueda tener un estudiante en el ámbito

universitario y luego en su futuro profesional responde a diversos factores, lo que

significa que el contar con competencias técnico–profesionales es una condición

necesaria y que no está en cuestionamiento, pero no es suficiente para alcanzar un

mejor posicionamiento y competitividad en el exigente mundo en el que hoy vivimos.

El desarrollo de las habilidades comunicativas es un eje que le otorga un sello

distintivo a la persona en cuanto a su desempeño personal y social.

Las universidades y en particular, la Universidad de Concepción, debiera

preocuparse de implementar actividades académicas que no necesariamente

respondan a conjuntos de asignaturas de un plan de estudio, sino a otro tipo de

intervenciones pedagógicas que den respuesta a los requerimientos de futuras

generaciones que dan cuenta que no reconocen un estilo comunicativo asertivo y por

tanto, necesitan reforzar una interacción exitosa para enfrentar el mundo social.

El rol que ejerzan los actuales profesionales, independiente de su disciplina

y puestos de trabajo, probablemente, hará que muchas universidades en el marco del

modelo de formación por competencia flexibilicen sus mallas curriculares, con la

64

finalidad de incluir dichas intervenciones pedagógicas que promuevan habilidades

para la vida, eje fundamental en el nuevo perfil de profesionales.

6.1. Limitaciones

Este diagnóstico realizado a los alumnos del Programa de Formación

Propedéutica ProUdeC de la Universidad de Concepción fue aceptado por sus

estudiantes y aprobado por sus autoridades. También, es necesario señalar que si bien

el diagnóstico se confeccionó para identificar el nivel de reconocimiento de los estilos

comunicativos, éste podría haber arrojado resultados más específicos, por ejemplo si

se hubiese considerado el nombre del colegio al cual pertenece el estudiante, de tal

manera que se podría haber agrupado las respuestas por colegio y ver el impacto que

tiene cada colegio en la formación y desarrollo de las habilidades comunicativas en

los estudiantes, por tanto este diagnóstico, en ningún caso puede sentar las bases para

conclusiones definitivas, sin embargo, este puede dar pie para formular estudios

posteriores, con mayor alcance.

6.2. Proyecciones

Para esta investigación sería interesante, en un futuro, ampliar la muestra para

generar resultados más significativos de los obtenidos. Considerar algunas variables

socioculturales para determinar si influyen en el reconocimiento del nivel de los

estilos comunicativos. Generar un plan de acción comunicativo donde se refuerce el

estilo asertivo de los estudiantes que lo poseen y donde se trabaje en forma

sistemática con los estudiantes, que están en los estilos comunicativos pasivo y

agresivo, de tal manera que ellos desarrollen un estilo comunicativo asertivo.

65

CAPÍTULO VII: REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

7.1. Referencias Bibliográficas

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te+por+los+sentidos+y+someterse+a+verificaci%C3%B3n+emp%C3%ADrica&sour

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69

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7.3. Otras Referencias

ProUdeC. (2013). Programa de Formación Propedéutica, Informe de Ejecución año 2013,

Universidad de Concepción.

71

ANEXOS: VIII

8.1. Carta validación de instrumento

ANEXO N°1

Concepción, 19 de agosto de 2014

Profesora

Elizabeth Parra Ortíz

Facultad de Ciencias Sociales

Universidad de Concepción

Presente

Estimada Prof. Parra:

Junto con un saludarla, me dirijo a usted con motivo de solicitar su valiosa colaboración para

la validación del contenido de los ítems que conforman el instrumento que se utilizará para

diagnosticar los estilos comunicativos correspondientes a una comunicación asertiva, pasiva

o agresiva en los alumnos del Programa de Formación Propedéutica ProUdeC). Lo anterior,

con motivo de recabar la información requerida en el marco de la realización de la tesis para

optar al grado de Magister en Comunicación Creativa con mención Estratégica, titulada:

“Diagnóstico del nivel de reconocimiento de los estilos comunicativos correspondientes a

una comunicación asertiva, pasiva o agresiva de los alumnos del Programa de Formación

Propedéutica (ProUdeC) de la Universidad de Concepción”.

Por su experiencia profesional y méritos académicos me he permitido seleccionarla para la

validación de dicho instrumento. Sus observaciones y recomendaciones contribuirán para

mejorar la versión final del presente trabajo.

Junto con agradecer de antemano su valioso aporte, la saluda muy cordialmente,

Marcela Aravena Vega

Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE LA SANTÍSIMA CONCEPCIÓN

72

8.2. Cuestionario

ANEXO N°2

Concepción, 27 de agosto de 2014

Estimados estudiantes, Junto con saludarles, les solicitamos tener a bien responder el siguiente cuestionario. Este cuestionario obedece a una investigación que tiene por finalidad reconocer los estilos comunicativos que practican los alumnos del Programa de Formación Propedéutica (ProUdeC) de la Universidad de Concepción. Para tal efecto, les agradecemos su disposición. El cuestionario tiene 12 preguntas y sólo requiere 20 minutos para responder de la siguiente manera; A continuación, encontrará un conjunto de preguntas con alternativas. En este cuestionario no hay respuestas correctas o incorrectas, solo se requiere que usted pueda seleccionar del conjunto de alternativas, cuál alternativa se identifica con mayor familiaridad. El cuestionario es de carácter anónimo. Solo se requiere que usted indique en el espacio definido, edad, sexo y procedencia de colegio.

CUESTIONARIO DE RECONOCIMIENTO DE ESTILOS DE COMUNICACIÓN

Instrucciones: Encierre en un círculo la opción con la respuesta que lo represente. PRIMERA PARTE: 1. Edad…………………………………………………………………………………………………

… 2. Sexo…………………………………………………………………………………………………

… 3. Sector donde

vive…………………………………………….………………………………………

SEGUNDA PARTE:

I. LUGARES QUE FRECUENTA

1. Vas a un restaurante a cenar, cuando el mozo trae lo que has pedido, te das cuenta de que tu vaso está sucio… ¿Qué haces?

73

a) No dices nada, tú mismo lo limpias. b) Le dices al mozo que el servicio es asqueroso y no volverás más. c) Llamas al mozo y pides que por favor cambie el vaso. d) No sabes 2. Estás en una larga fila para entrar al banco, llega un señor y se infiltra en la fila, delante de ti, tú… a) Le gritas diciéndole que has llegado antes, y que no sea fresco, que espere su turno. b) Te quedas callado(a), al fin y al cabo todos serán atendidos. c) Le dices que por favor se retire porque has estado aquí antes que él. Y debe de respetar la fila. d) No sabes 3. Estás en un cine viendo una película, de pronto suena el celular de una persona y contesta, ¿tú qué haces? a) Le dices que por favor apague su celular, y que se retire porque causa desorden. b) Le reclamas, diciéndole que este no es lugar para hablar por teléfono, que sea educado. c) No le dices nada, aunque te disgusta que no puedas escuchar la película. d) No sabes

II. SITUACION SALA DE CLASES 4. Estás rindiendo un examen, y te das cuenta que tu compañero(a) está copiando tus respuestas… ¿qué haces? a) Le avisas al profesor en voz alta para que todos se enteren. b) Le dices en voz baja que por favor deje de copiar el examen porque de otra manera tendrás que acusarlo con el profesor. c) Dejas que copie, aunque sabes que estás haciendo mal. d) No sabes

5. Si un compañero te pide tu trabajo prestado para compararlo con el suyo, tú le respondes:

a) "bueno... te lo presto, somos compañeros..." b) "¡no me da la gana prestártelo!" c) "lo siento, pero no acostumbro a prestarlo" d) No sabes 6. Un compañero te llama con un apodo que te disgusta, tú… a) Te sientes molesto y le pides de manera prudente que deje de hacerlo b) Te enfureces, le dices: “¡No me molestes! ¡¿Tú eres perfecto?” c) Prefieres quedarte callado y actúas como si nada te hubiese dicho. d) No sabes 7. Un compañero(a) habitualmente te pide que le hagas su tarea. Decides terminar con esta situación, ¿qué le dices? a) Le dices que estás bastante ocupado, pero de todas formas le puedes ayudar.

74

b) Le dices que es un desconsiderado, que tú también tienes tareas por hacer, y que la haga él. c) Le dices que lo intente sólo, porque ya estás cansado de hacerle la tarea y que así nunca aprenderá. d) No sabes

8. Cuando estás en clases y necesitas más explicaciones:

a) Le consultas al profesor b) Te quedas callado c) Le consultas a un compañero d) No sabes 9. Cuando te enojas con tus compañeros de curso: a) Te sientes con libertad para expresar tu enojo b) Prefieres quedarte callado c) Dices lo que piensas, aunque al resto le moleste d) No sabes 10. Si tienes una conversación con 3 personas más y todos están de acuerdo en un tema con el cual tú no estás de acuerdo: a) Expresas tu opinión al resto b) Prefieres quedarte callado c) Te unes a la opinión de la mayoría d) No sabes

III. RESPONDA A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS A PARTIR DEL CASO

El Subdirector de un colegio estuvo trabajando intensamente para elaborar una presentación que su Director le había solicitado. Para ello tuvo que recoger información de diferentes fuentes y consultar a distintos especialistas. Cuando el director presentó el material ante el Comité Académico, mencionó en varias ocasiones el arduo trabajo que le llevó preparar el informe para establecer algunas conclusiones.

Los miembros del Comité, por su parte, de manera franca y honesta, le expresaron sus felicitaciones por el excelente trabajo y le manifestaron sus deseos de seguir trabajando con él. Una vez que el director terminó la presentación y llegó a su oficina el subdirector, se le acercó y le expresó su alegría porque el trabajo había sido de mucha utilidad. Al mismo tiempo el subdirector, a pesar que se sentía decepcionado porque el director en ningún momento hizo mención a su participación en el trabajo, prefirió callar y así evitarse un mal momento. Después de todo, el director es el Jefe y hay que respetar a la autoridad.

11. ¿Cuántos actos comunicativos reconoce?: 12. identifique los estilos comunicativos que usted reconoce en el caso (pasivo-asertivo y agresivo):

75

8.3. Encuestados por Sexo

ANEXO N°3

Tabla de Frecuencia

Sexo Frecuencia % % Acumulado

Hombre 78 38.24 38.24

Mujer 126 61.76 100.00

76

8.4. Encuestados por Edad

ANEXO N°4

Tabla de Frecuencia

Edad Frecuencia % % Acumulado

16 121 59.61 59.61

17 67 33.00 92.61

18 15 7.39 100.00

77

8.5. Encuestados por Sector

ANEXO N°5

Tabla de Frecuencia

Sector Frecuencia % % Acumulado

San Pedro de la Paz

Hualpén

Chiguayante

Concepción

Penco

Lirquén

Talcahuano

Tomé

Coronel

Arauco

Lota

Florida

15

24

17

29

17

6

20

17

20

7

13

13

7.58

12.12

8.59

14.65

8.59

3.03

10.10

8.59

10.10

3.54

6.57

6.57

7.58

19.70

28.28

42.93

51.52

54.55

64.65

73.23

83.33

86.87

93.43

100.00