INTERNACIONAL / TRIBUNA BOSTON: SIMBOLISMO DE … · nº 1017. 6–12 de ... Boston es una muestra...

1
nº 1017. 6–12 de mayo de 2013 47 Por Joaquín Roy* A cualquier visitante en Boston se le recuerda que en 1770 se pro- dujo delante de la Old State House (edificio gubernamental colonial), la llamada Boston Massacre. Fue una muestra de la represión violenta de las tropas inglesas contra las protestas antico- loniales. Los perpetradores de la nueva ma- tanza de Boston quizá no repararon que mandaron un mensaje político. Boston ocu- pa un lugar preferente en el altar de los mi- tos identitarios de Estados Unidos. La ciu- dad es Estados Unidos en esencia pura, con todas sus excelencias, carencias y contra- dicciones. Cultura, historia, experiencia in- migratoria, política se palpan con pleno sa- bor americano. Quizá por eso los asesinos decidieron segar las vidas de los marato- nianos de decenas de países que se adherían al sueño, Boston presume de un impresionante elen- co universitario, de todas clases y costos, co- bijo de conservadurismo, liberalismo y ra- dicalismo. Nada extraña que el puritano John Winthrope en 1630 sermoneara a sus con- ciudadanos acerca del destino de la urbe a convertirse en una “ciudad en la colina” (City upon a Hill), calidad de reminiscencias bí- blicas. Como mérito y cumplimento de la misión recibida, Boston presume de haber fundado la primera escuela pública de Es- tados Unidos, la Latin School de Boston (1635). Conseguir el ingreso en Harvard (la primera universidad de Estados Unidos, fun- dada en 1636) o en MIT es una proeza y ga- rantía de éxito laboral. Pero lo más identificable de Boston es su especial “parque temático” de hitos históri- cos, reales y magnificados, reverenciados y protegidos, como si de ellos dependiera la existencia de una nación que no ha sido des- de su nacimiento más que una idea. El cre- do nacional sigue estando basado en un trío fundamental: “La vida, la libertad y la bús- queda de la felicidad”. La primera deriva del derecho natural, la segunda está jurídica- mente garantizada, pero la búsqueda (que no la garantía) de la felicidad es lo que ca- balmente define la genuina idea americana, y de Boston. La forma más lógica de rastrear este códi- go es dejarse llevar por el meticulosamente señalado “sendero de la libertad” (Freedom Trail), señalado en las aceras y pavimento con losa rojiza. Inaugurado en 1951, con un recorrido de unos 4 kms., cubre 16 iconos. Se puede comenzar en el parque Boston Common y visitar el cementerio donde es- tán enterrados algunos de los líderes y fun- dadores de la nueva nación (Franklin, Adams). Luego se puede visitar la South Mee- ting House, uno de los edificios fundacio- nales del sistema deliberativo del que tan or- gullosos los norteamericanos. Luego el itinerario adecuado es encami- narse a la casa de Paul Revere (mitificado patriota de origen francés hugonote), donde se diseñó el sistema de alertar a la población acerca del lugar de penetración de las fuer- zas británicas, con el uso de señales de lin- terna: dos por mar, una por tierra. El periplo debe terminar en el monolito de Bunker Hill. Una ruta alternativa es tomar un ferry en el puerto hasta el muelle donde está amarra- do el navío USS Constitution, el más anti- guo de la Armada norteamericana, en ser- vicio desde 1797. De regreso al centro, la escala obligada debe ser el escenario del Boston Tea Party (1774), emblemática muestra de irritación de los bostonianos. Sin tratar de cruzar la ra- ya de exigir la independencia, protestaron por la imposición de tasas sobre la impor- tación del té. Taxation without representa- tion (impuestos sin representación) fue el gri- to de guerra civilizada. Pero las reticencias inglesas a responder a esta petición razo- nable terminaron con la paciencia de la po- blación e inspiraron la “revolución” que aca- bó por extenderse por todas las colonias. Por esos motivos los fundadores del actual movimiento político de tendencia contesta- tario que ha considerado la oscilación cen- trista del Partido Republicano como una des- viación consideran conveniente apropiarse de la emblemática etiqueta. No es casualidad que la va- riedad ideológica de Boston fuera la cuna de la carrera del frustrado candidato re- publicano Mitt Romney. Pa- ra equilibrar el ánimo, el día debe acabar obligadamente en Faneiul Hall, con una bien merecida cena de fres- cos productos marineros. La paradoja de Estados Unidos consiste en disfrutar de un legado de rechazo del coloniaje británico y luego conservar sus tradiciones po- líticas y normas jurídicas, para cimentar la construcción de la nueva nación en la atrac- ción de los extranjeros, cualquiera fuera su procedencia. Boston es una muestra palpa- ble. Aceptando la invitación de Edna Laza- rus inscrita en la Estatua de la Libertad (“dad- me vuestras masas hambrientas, anhelando ser libres”) las familias de los presuntos te- rroristas chechenos llegaron a Boston. La moderna y masiva bienvenida al resto del mundo mostrada por la maratón fue casti- gada por la nueva masacre de Boston. Pero el año próximo, se celebrará otra carrera, de luto por la segunda moderna masacre, pero en busca de la felicidad. *Catedrático Jean Monnet y director del Centro de la Unión Europea de la Universidad de Miami. INTERNACIONAL / TRIBUNA BOSTON: SIMBOLISMO DE UNA MODERNA MASACRE Boston ocupa un lugar preferente en el altar de los mitos identitarios de EE UU.

Transcript of INTERNACIONAL / TRIBUNA BOSTON: SIMBOLISMO DE … · nº 1017. 6–12 de ... Boston es una muestra...

nº 1017. 6–12 de mayo de 2013 47

Por Joaquín Roy*

A cualquier visitante en Boston sele recuerda que en 1770 se pro-dujo delante de la Old StateHouse (edificio gubernamental

colonial), la llamada Boston Massacre. Fueuna muestra de la represión violenta de lastropas inglesas contra las protestas antico-loniales. Los perpetradores de la nueva ma-tanza de Boston quizá no repararon quemandaron un mensaje político. Boston ocu-pa un lugar preferente en el altar de los mi-tos identitarios de Estados Unidos. La ciu-dad es Estados Unidos en esencia pura, contodas sus excelencias, carencias y contra-dicciones. Cultura, historia, experiencia in-migratoria, política se palpan con pleno sa-bor americano. Quizá por eso los asesinosdecidieron segar las vidas de los marato-nianos de decenas de países que se adherían al sueño,

Boston presume de un impresionante elen-co universitario, de todas clases y costos, co-bijo de conservadurismo, liberalismo y ra-dicalismo. Nada extraña que el puritano JohnWinthrope en 1630 sermoneara a sus con-ciudadanos acerca del destino de la urbe aconvertirse en una “ciudad en la colina” (Cityupon a Hill), calidad de reminiscencias bí-blicas. Como mérito y cumplimento de lamisión recibida, Boston presume de haberfundado la primera escuela pública de Es-tados Unidos, la Latin School de Boston(1635). Conseguir el ingreso en Harvard (laprimera universidad de Estados Unidos, fun-dada en 1636) o en MIT es una proeza y ga-rantía de éxito laboral.

Pero lo más identificable de Boston es suespecial “parque temático” de hitos históri-cos, reales y magnificados, reverenciados yprotegidos, como si de ellos dependiera laexistencia de una nación que no ha sido des-de su nacimiento más que una idea. El cre-do nacional sigue estando basado en un tríofundamental: “La vida, la libertad y la bús-

queda de la felicidad”. La primera deriva delderecho natural, la segunda está jurídica-mente garantizada, pero la búsqueda (queno la garantía) de la felicidad es lo que ca-balmente define la genuina idea americana,y de Boston.

La forma más lógica de rastrear este códi-go es dejarse llevar por el meticulosamenteseñalado “sendero de la libertad” (FreedomTrail), señalado en las aceras y pavimentocon losa rojiza. Inaugurado en 1951, con unrecorrido de unos 4 kms., cubre 16 iconos.Se puede comenzar en el parque Boston

Common y visitar el cementerio donde es-tán enterrados algunos de los líderes y fun-dadores de la nueva nación (Franklin,Adams). Luego se puede visitar la South Mee -ting House, uno de los edificios fundacio-nales del sistema deliberativo del que tan or-gullosos los norteamericanos.

Luego el itinerario adecuado es encami-narse a la casa de Paul Revere (mitificadopatriota de origen francés hugonote), dondese diseñó el sistema de alertar a la poblaciónacerca del lugar de penetración de las fuer-zas británicas, con el uso de señales de lin-terna: dos por mar, una por tierra. El periplodebe terminar en el monolito de Bunker Hill.Una ruta alternativa es tomar un ferry en elpuerto hasta el muelle donde está amarra-

do el navío USS Constitution, el más anti-guo de la Armada norteamericana, en ser-vicio desde 1797.

De regreso al centro, la escala obligadadebe ser el escenario del Boston Tea Party(1774), emblemática muestra de irritaciónde los bostonianos. Sin tratar de cruzar la ra-ya de exigir la independencia, protestaronpor la imposición de tasas sobre la impor-tación del té. Taxation without representa-tion (impuestos sin representación) fue el gri-to de guerra civilizada. Pero las reticenciasinglesas a responder a esta petición razo-nable terminaron con la paciencia de la po-blación e inspiraron la “revolución” que aca-bó por extenderse por todas las colonias.

Por esos motivos los fundadores del actualmovimiento político de tendencia contesta-tario que ha considerado la oscilación cen-trista del Partido Republicano como una des-viación consideran conveniente apropiarse

de la emblemática etiqueta.No es casualidad que la va-riedad ideológica de Bostonfuera la cuna de la carreradel frustrado candidato re-publicano Mitt Romney. Pa-ra equilibrar el ánimo, el díadebe acabar obligadamenteen Faneiul Hall, con unabien merecida cena de fres-cos productos marineros.

La paradoja de EstadosUnidos consiste en disfrutarde un legado de rechazo delcoloniaje británico y luegoconservar sus tradiciones po-

líticas y normas jurídicas, para cimentar laconstrucción de la nueva nación en la atrac-ción de los extranjeros, cualquiera fuera suprocedencia. Boston es una muestra palpa-ble. Aceptando la invitación de Edna Laza-rus inscrita en la Estatua de la Libertad (“dad-me vuestras masas hambrientas, anhelandoser libres”) las familias de los presuntos te-rroristas chechenos llegaron a Boston. Lamoderna y masiva bienvenida al resto delmundo mostrada por la maratón fue casti-gada por la nueva masacre de Boston. Peroel año próximo, se celebrará otra carrera, deluto por la segunda moderna masacre, peroen busca de la felicidad. ●*Catedrático Jean Monnet y director del Centro de la Unión

Europea de la Universidad de Miami.

INTERNACIONAL / TRIBUNA

BOSTON: SIMBOLISMO DEUNA MODERNA MASACRE

Boston ocupa un lugar preferente en el altar de los mitos identitarios de EE UU.

47 TRIBUNA ROY_54 TRIBUNA ROY.qxd 30/04/13 17:06 Página 47