Colombia anuncia proyecto de ley para regular inversión extranjera en tierras

El Gobierno colombiano presentará en el Congreso un proyecto de ley para regular la

inversión extranjera en tierras y en agroindustria, anunció este viernes el ministro de

Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Restrepo.

Restrepo observó en un foro celebrado en Medellín que "la inversión extranjera en

tierras y en agroindustria debe ser controlada y vigilada", pero "no prohibida" ni

limitada, como pretende otro acto de origen parlamentario que también se discute en

el Legislativo colombiano.

"No la podemos sacar a escobazos de Colombia cuando es sana, aporte

tecnología, genere exportaciones y amplíe el mercado interno", acotó el ministro,

que presentará el proyecto de ley el próximo martes.

De acuerdo con las cifras del Banco de la República, la inversión extranjera en

Colombia en 2011 fue de 13.200 millones de dólares, de los que apenas 150 millones

(o el 1,13 %) tuvieron como destino el sector agrario.

"El Gobierno piensa que si es sana, si se sabe quién esta llegando, qué es lo

que va a hacer, cuánta plata trae, qué experiencia tiene, qué tecnologÍa aporta,

si va a exportar, si va a atender el mercado interno, la inversión extranjera en el

agro no es vituperable", agregó.

El ministro señaló que en Colombia hay grandes extensiones de terreno que requieren

de alianzas entre la agricultura campesina y los sectores privados, tanto nacional

como internacional.

"Esas son las reglas de juego que el Gobierno considera apremiante restablecer

y es lo que vamos a plasmar en el proyecto de ley porque la inversión

extranjera, la nacional o la mixta, si es buena, si es sana, no puede quedar

proscrita del agro colombiano", insistió.

La agricultura es, junto con la minería, la innovación, la vivienda y infraestructura, uno

de los cinco sectores identificados como "locomotoras" del desarrollo por el Gobierno

del presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

Los senadores Hernán Andrade, del Partido Conservador; Juan Lozano, del Partido

de la U; y Jorge Enrique Robledo, del opositor Polo Democrático Alternativo, PDA, son

los padres del otro proyecto de ley que pide limitar lo que llaman "la extranjerización

de las tierras", con el argumento de que pone en riesgo la seguridad alimentaria

nacional.

Según cifras que han presentado en el Congreso, en la actualidad Colombia

importa el 60 % en cereales, el 60 % en leguminosas y el 50 % en oleaginosas.

El reparto de la tierra en Colombia se caracteriza por una profunda desigualdad y

altos niveles de concentración, cuando el 1,15 % de la población tiene el 52 % de la

gran propiedad rural.

Además, según el informe de desarrollo humano del Programa de las Naciones

Unidas para el Desarrollo, Pnud, hay un alto Índice de improductividad, con tan sólo

4,9 millones de hectáreas cultivadas de los 21,5 millones aptas.

'No podemos sacar a escobazos' la inversión extranjera para el agro:

minagricultura A consideración del Congreso de la República, el Gobierno presentará un

proyecto de Ley para regular la inversión extranjera en tierras y en la

agroindustria.

La iniciativa será presentada por los ministerios del Interior y de

Agricultura, destaca un comunicado de prensa oficial.

“La inversión extranjera en tierras y en agroindustria debe ser controlada y

vigilada no prohibida. No la podemos sacar a escobazos de Colombia cuando

es sana, aporte tecnología, genere exportaciones y amplíe el mercado interno”,

afirmó el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar.

El ministro señaló que con la iniciativa se busca darle claridad a las

reglas de juego y al panorama jurídico. Reiteró que la inversión extranjera

en el campo es muy baja y que hay que estimularla.

Cifras del Banco de la República indican que el año pasado llegaron 13.200

millones de dólares en inversión extranjera a Colombia de los cuales apenas

150 millones de dólares, menos del 1,5 por ciento, fueron al sector

agropecuario.

“El Gobierno piensa que si es sana, si se sabe quién está llegando, qué es lo

que va a hacer, cuánta plata trae, qué experiencia tiene, qué tecnología aporta,

si va a exportar, si va a atender el mercado interno, la inversión extranjera en el

agro no es vituperable. No le podemos cerrar en las narices las puertas de

Colombia a una inversión que puede, con los debidos controles, generar

empleo y aportar tecnología”, subrayó el funcionario.

El ministro reiteró que el proyecto que se radicará en el Congreso, respetará

integralmente el reciente fallo de inexequibilidad proferido por la Corte

Constitucional que tumbó la flexibilidad de la Unidad Agrícola Familiar (UAF).

“Pero hay otras vías alternativas que nos permiten compaginar, para asociar

la pequeña agricultura con la agricultura moderna, empresarial, con la

agricultura que requiere desarrollar el país”, indicó el jefe de la cartera

agropecuaria.

Dijo el ministro que no se puede pretender, a base de una pequeña agricultura

campesina que es respetable y que se protegerá con todo esfuerzo, pretender

desarrollar tierras inmensas, como las de la Orinoquía, que demandan entre

2 a 3 millones de pesos, para adecuar mínimamente una hectárea.

“Esas son las reglas de juego que el Gobierno considera apremiante

restablecer y es lo que vamos a plasmar en el proyecto de Ley porque la

inversión extranjera, la nacional o la mixta, si es buena, si es sana, no puede

quedar proscrita del agro colombiano”, puntualizó el ministro.

“No habrá limitaciones en inversión extranjera por diálogos de paz”

Así lo aseguró en diálogo con LA F.m. el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, quien indicó que el Gobierno no negociará con las Farc las políticas de restitución de tierras.

Así mismo indicó que este tipo de proyectos “siguen su marcha y no están en ningún tipo de negociación en La Habana”, de esta forma el Ministro aclaró que en esta fase de negociación con las Farc se va a trabajar “políticas de acceso a tierras, políticas de desarrollo rural y políticas de promoción de las condiciones de vida de la ruralidad colombiana”.

Juan Camilo Restrepo indicó que no hay limitaciones en inversión extranjera con la negociación

con las Farc, “el Gobierno está haciendo un esfuerzo legislativo para que haya claridad de que la inversión es adecuada y sin el ánimo de adquirir tierras sino de producción”. Además precisó que el tema de restitución de tierras genera procesos jurídicos, entonces “quien ha sido despojado de su tierra en los últimos 20 años. Los grandes despojadores de tierras fueron las propias Farc, paramilitares y grupos delincuenciales”.

El nuevo banquero Álvaro Saieh, presidente de CorpGroup de Chile, ha sido uno de los mayores

protagonistas de la inversión extranjera en Colombia en el último año. CorpBanca,

el negocio financiero de su grupo, se quedó con la filial del Banco Santander en

nuestro país y luego con la operación del Helm Bank, en movidas que

representaron inversiones por US$2.500 millones.

Aunque no suelta prenda sobre posibilidades concretas en el corto plazo, está claro que el interés por activos en Colombia, o que tengan que ver con nuestro país, no se detiene. Podría quedarse con las 200 estaciones de servicio que tiene Terpel en Chile y que saldrían nuevamente en venta si la Corte Suprema de ese país ratifica un fallo del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia que rechazó la oferta del grupo Quiñenco, porque ya tiene 13% del mercado de combustibles. De hecho, CorpGroup había participado en 2011 en la puja por esos activos, cuyo valor se estima en más de US$300 millones.

Otros insinúan que, dada su cercanía con el Grupo Santo Domingo –su socio en la operación del Banco Santander–, podrían empezar a darse algunas movidas entre ellos. Una, sinergias entre los negocios de medios de los dos grupos que podrían desembocar en generar economías de escala y crear un jugador regional fuerte y robusto; y, otra, en el interés por el sector agrícola que tiene Saieh y que comparte con el Grupo Santo Domingo, aunque hoy depende de los alcances del fallo de la Corte Constitucional sobre la compra de predios de las Unidades Agrícolas Familiares (UAF) y de las decisiones que tome el Congreso en materia de regular la inversión extranjera en el agro. Saieh le contó a Dinero sobre las perspectivas de Colombia y los retos que vienen. — ¿Cómo van los negocios en Colombia?

Hemos dado un importante paso como institución financiera chilena al incursionar en el mercado colombiano con la adquisición del Banco Santander Colombia hace algunos meses y ahora con la firma del acuerdo de adquisición del Helm Bank.

Es un gran e interesante desafío. Creemos que aportaremos toda la experiencia que nos ha permitido posicionarnos como un actor relevante en el sector financiero en Chile y, además de contar con socios del prestigio y la solvencia del

Grupo Santo Domingo y del International FinanceCorporation (IFC), del Banco Mundial.

— ¿Cuáles son los próximos negocios?

A su pregunta sobre futuros negocios solo puedo decirle que ellos no se anuncian, ¡¡¡se hacen!!!! En todo caso, si bien nunca nos hemos cerrado a analizar nuevas oportunidades, hoy y durante los próximos meses nuestro foco estará concentrado en consolidar la operación de estos dos bancos en Colombia y en mantener nuestro plan de crecimiento orgánico en Chile. — ¿Cómo ve el clima de inversión en el país?

Muy bien, tal como lo ven otros inversionistas de la región y del resto de las economías del mundo. Colombia vive una segunda apertura económica y exhibe niveles de inversión extranjera como porcentaje del PIB que crece sostenidamente, al menos desde el año 2000. Colombia es un país que se encuentra en una dinámica acelerada de firma de acuerdos comerciales y con una gran capacidad de crecimiento de sus exportaciones, especialmente con aquellos países con los que ha concretado convenios en el último tiempo. El crecimiento del PIB durante el segundo semestre ha sido de 4,9% y la inversión extranjera directa se ha multiplicado 5,5 veces en los últimos 12 años. Esto habla de un país que, al igual que Chile, están considerados dentro de los emergentes que liderarán el crecimiento mundial.

— ¿Cuál es la percepción que tiene sobre el comportamiento de la economía colombiana? Las oportunidades se explican por el enorme potencial de crecimiento que da el tamaño de su mercado, a sus capacidades locales y a los buenos niveles de inversión. En mi opinión, el desafío es mantener el clima de paz y estabilidad que se ha alcanzado y mejorar los niveles de competitividad y productividad laboral, entre otros retos que son comunes a países emergentes. — ¿Cuáles son los sectores que encuentra más promisorios en el mercado colombiano? Hay muchos sectores promisorios. Si consideramos dónde se concentra la inversión extranjera, podríamos decir que en orden de importancia están la minería y petróleo, la industria y luego el sector financiero. Sin embargo, si miramos el sector exportador colombiano, pasa a tener mucha relevancia la industria agrícola.

— ¿Qué tanto interés despierta Colombia entre los inversionistas chilenos?

Resulta muy atractivo, dado que muchas empresas chilenas están buscando mercados dónde invertir en la región con las cualidades y atributos del mercado colombiano. Nuestra incursión en el sector financiero y la reciente de otras empresas chilenas en el sector del retail es una confirmación de ello. — ¿Cómo ve el clima de negocios en América Latina?

Como ocurre con casi todos los bloques en el mundo, también en América Latina parece aventurado hacer diagnósticos generales. En nuestra región cada país presenta situaciones muy distintas. Sin embargo, no es sorpresa para nadie que se observa una desaceleración en el crecimiento de la región, producto del efecto de algunas políticas de ajuste adoptadas en un contexto económico mundial poco favorable.

Pulso por inversión extranjera en el agro

pasado, en la cena que el presidente Juan Manuel Santos tuvo con algunos

congresistas del Partido de la U en la casa del senador Roy Barreras, el primer

mandatario les pidió El jueves no apoyar las tres iniciativas que cursan en el

Congreso de la República y que pretenden regular la extranjerización de la

tierra en Colombia. Para el Gobierno —y así lo ha expresado el ministro de

Agricultura, Juan Camilo Restrepo— dichas iniciativas son un “pésimo mensaje

a la inversión extranjera sana y verificada”.

Llama la atención que dos de esos proyectos de reforma constitucional son de

autoría de la misma U y del Partido Conservador, miembros de la Unidad

Nacional, mientras que el otro es impulsado por el Polo Democrático. Lo cierto

es que para estas tres colectividades, el meollo del asunto tiene que ver con la

seguridad alimentaria de las futuras generaciones, en un escenario en el que,

según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la

Agricultura (FAO), en América Latina y el Caribe se vienen dando intensos

procesos de acaparamiento, concentración y extranjerización de tierras

destinadas a la producción de alimentos.

Para Fernando Soto-Baquero, oficial de políticas de la FAO, “los gobiernos

deben encontrar formas de asegurar que los procesos de concentración y

extranjerización de tierras no tengan efectos negativos sobre la seguridad

alimentaria, el empleo agrícola y el desarrollo de la agricultura familiar”. En la

actualidad, Colombia es autosostenible y es considerado uno de los 10 países

en el mundo con mayor posibilidad de aumentar su capacidad productora.

Por este motivo se ha venido convirtiendo en un atractivo punto de inversión

para transnacionales que buscan desarrollar proyectos agropecuarios de gran

escala. Un hecho que tiene diferentes puntos de vista y que ha prendido las

alarmas en algunos sectores que creen que está en juego la capacidad del

país de producir su propio alimento. El temor —y es algo que ya se está dando

en otros lugares del mundo— es que las tierras fértiles sean empleadas para la

producción de biocombustibles o que simplemente la comida sea cultivada,

extraída y luego enviada a otras naciones.

El debate está planteado, más aún cuando en el naciente proceso de paz entre

el gobierno del presidente Santos y las Farc —que arranca en firme este

jueves en La Habana (Cuba)— el tema de la tierra es el primer punto de la

agenda a abordar. Por ejemplo, para la exministra y exprecandidata

presidencial Marta Lucía Ramírez, quien ayudó a diseñar el proyecto de los

conservadores, la inversión extranjera es importante, pero no a cualquier costo:

“El Gobierno no puede sacar pecho diciendo que la inversión extranjera

continúa creciendo cuando se está poniendo en riesgo al país”, dijo.

Ramírez cree que debe regularse la adjudicación masiva de tierras, que ya se

está presentando en Colombia ante la ausencia de una normatividad clara.

Postura que el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, considera

exagerada, lo que lo ha llevado a chocar duramente con el Congreso. Hace

dos semanas, en la Comisión Primera del Senado, acusó a los legisladores

que promueven tales iniciativas de manejar un discurso similar al del vocero de

las Farc, alias Iván Márquez, en la instalación de los diálogos de paz en Oslo

(Noruega).

Sus palabras provocaron reacciones airadas, como la del senador Armando

Benedetti, de la U, quien le dijo que lo que estaba haciendo era algo “más

doloroso y más fascista” que lo que hizo Andrés Felipe Arias: “Es irresponsable

pretender vender las tierras para hacer grandes empresas y pensar que el

campesino entorpece el desarrollo y la inversión extrajera. El modelo

Carimagua es un enanito al lado de lo que quiere este ministro”.

El senador Hernán Andrade, ponente del proyecto conservador, también le

salió al paso: “El ministro sabe que en el mundo se está dando un proceso de

acumulación de tierras y no podemos permitir que vengan a comprarnos la

Orinoquia porque sí, o el Macizo Colombiano porque sí. No pretendemos

desestimular la inversión extranjera, que ha sido buena, pero también ha sido

desastrosa en algunos lugares en materia ambiental. Hay regiones desoladas y

arruinadas por no imponer los límites adecuados a esta inversión”.

El ministro Restrepo, por su parte, dice que se está dando una especie de

“xenofobia” en el Congreso, la cual tiene paralizados más de US$800 millones

en inversión. En su concepto, los proyectos que están en trámite le cierran la

puerta en las narices a la inversión extranjera, descartando que se esté

presentando un fenómeno masivo de acumulación de tierras: “El año pasado

llegaron al país US$13.200 millones de inversión extranjera directa, de la cual

sólo fueron registrados US$154 millones enfocados para el agro. Eso implica

que sólo el 1,5% de la plata que se invierte está dirigida a este renglón”, afirmó.

Para el Gobierno, en el Congreso se están presentando cifras distorsionadas.

Pero pese a este argumento, Wilson Arias, representante a la Cámara por el

Polo Democrático y autor de otra de las iniciativas que apuntan a la de

reglamentación de la extranjerización de la tierra, advierte que en Colombia ya

se está presentando este fenómeno y denuncia con nombre propio millonarias

inversiones. Se refiere, por ejemplo, el caso de la multinacional brasileña

Mónica Semillas, que creó siete filiales en el país y ya ha comprado cerca de

13.000 hectáreas, y a la multinacional Cargill, que pretende cultivar 55.000

hectáreas de soya.

Ahora, independientemente de la visión de las partes, es un hecho que en el

mundo se ha venido dando un fenómeno de acaparamiento de tierras y el

principal ejemplo de ellos es África. En países como Etiopía, Mozambique,

Zambia, Liberia y Madagascar, literalmente se han vendido o arrendado sus

territorios, acabando con su capacidad productiva alimentaria.

Coincidencialmente los compradores son los mismos: China, India y Arabia

Saudí.

En África se han vendido, arrendado o negociado desde 2001 más de 227

millones de hectáreas y, según el Banco Mundial, más del 70% de estos

contratos se hizo a partir de 2008, cuando se presentó un incremento

sustancial en los precios de la comida en la región Subsahariana. Los países

de esta región, a pesar de tener una clara vocación agrícola, tienen los más

altos índices de hambruna, según señala la FAO.

Aunque la inversión extranjera en el sector agrícola es contemplada como el

camino hacia la modernización tecnológica de los campos y la creación de

empleo en las áreas rurales, en África no ha sido así. Las multinacionales han

acaparado la tierra y, contrario a generar mano de obra, han ocasionado el

desplazamiento del campesinado, de acuerdo con un reciente informe de

Oxfam. Este fenómeno ha empezado a darse en América Latina y obligado a

países como Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina a adoptar una estricta

reglamentación.

En Colombia, el Gobierno mantiene su decisión de proteger y estimular la

inversión extranjera y ya anunció la presentación de un proyecto de ley para

reglamentar el tema agrario, que le haría contrapeso a los tres que hacen

curso en el Congreso impulsados por los partidos de la U, Conservador y Polo

Democrático. Con el tema agrario como parte de los diálogos con la guerrilla en

La Habana se espera un fuerte pulso político y al Ejecutivo le tocará jugársela

a fondo para hacerle entender al país que no se está feriando la tierra, como se

cree, y que la seguridad alimentaria de las próximas generaciones está

garantizada.

Un Conpes para garantizar la alimentación de todos

Pese a que Colombia es considerado un país autosuficiente en su producción

alimentaria, también es cierto que en los últimos 20 años no ha podido superar

una superficie agrícola de cuatro millones de hectáreas y en la actualidad

importa más de ocho millones de toneladas anuales de alimentos. En marzo de

2008, el gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe emitió el documento

Conpes 113, que contiene la política nacional de seguridad alimentaria y

nutricional con el propósito de “garantizar que toda la población colombiana

disponga, acceda y consuma alimentos de manera permanente y oportuna, en

suficiente cantidad, variedad, calidad e inocuidad”. Y el Decreto 2055 de 2009,

del entonces Ministerio de la Protección Social, creó la Comisión Intersectorial

de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Cisán). Por su parte, la Asociación

Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) ha planteado varios puntos a tener

en cuenta para garantizar la seguridad alimentaria en el país: reconocer el

aporte de la población campesina, desconcentrar la tierra y sembrarla de

comestibles, conectar la oferta y la demanda y generar desarrollo tecnológico y

seguridad.

Gobierno busca regular ingreso de inversión extranjera para el

campo

El Gobierno presentó a consideración del Congreso de la República un

proyecto de Ley para regular la inversión extranjera en tierras y en general, en

el sector agropecuario del país.

“El Gobierno no cree conveniente cerrarle en las narices la puerta a la

inversión extranjera en tierras y en agroindustria. Considera, sí, conveniente

regularla, establecer un registro riguroso de toda inversión foránea que llegue

para saber qué tecnología incorpora, qué empleo genera y qué modernización

de la actividad agropecuaria o forestal favorece", dice el ministro de Agricultura,

Juan Camilo Restrepo.

“Y si tal es el caso, se autorizará el registro de nuevas inversiones en el

agro. Tal es el sentido y el espíritu del proyecto de Ley”, afirmó el ministro,

en un comunicado de prensa.

En el proyecto se establece que la inversión extranjera en el sector

agropecuario y en tierras se permitirá sin poner en riesgo la soberanía y la

seguridad alimentaria del país.

Se regula la adquisición de predios rurales por parte de extranjeros y se

evita la apropiación indiscriminada de tierras con propósitos especulativos.

Los terrenos baldíos de la Nación sólo serán adjudicados a personas naturales

nacionales colombianos y no se otorgará derecho de usufructo sobre ellos.

En consecuencia, no se podrá solicitar la adjudicación de baldíos o conferir

el derecho de usufructo de estos terrenos a inversionistas extranjeros, precisa

el informe.

Uno de los propósitos que se persigue con la iniciativa es fomentar los

proyectos asociativos para permitir la vinculación de los propietarios de

fundos rurales con inversionistas, con unas reglas claras de protección a los

campesinos y a su propiedad, facilitando su desarrollo.

El Gobierno promoverá la inversión de capital para el desarrollo agrícola y

forestal competitivo, garantizando que sea incluyente con los pequeños y

medianos productores.

Se busca igualmente la ampliación y diversificación del mercado interno y

externo con productos de calidad; promover la generación de empleo en el

campo y garantizar el uso sostenible de los recursos naturales renovables.

El Ministerio de Agricultura será la entidad responsable de estudiar las

solicitudes de aprobación de las inversiones de capital del exterior en el sector

agropecuario bajo los siguientes criterios:

1. Contribución en el ingreso y la calidad de vida de la población campesina;

2. Contribución al incremento de la productividad en el sector agropecuario;

3. Contribución a la soberanía, seguridad y autonomía alimentaria;

4. Contribución a la generación de empleo en el campo;

5. Contribución a la investigación y transferencia de tecnología;

6. Vinculación de propietarios campesinos a los proyectos de inversión;

7. Vinculación de capitales e inversionistas nacionales a los proyectos.

En el proyecto de Ley se indica que son inversiones de capital externo en el

sector agropecuario, las inversiones directas y las de portafolio para:

1. La adquisición de la propiedad de predios rurales; salvo aquellos destinados

a vivienda rural y a la adquisición de predios de menor extensión, de

conformidad con los decretos reglamentarios que expida el Gobierno

Nacional.

2. La adquisición o participación en empresas dedicadas a la producción

de bienes agrícolas y pecuarios primarios, convertibles en alimentos para

consumo humano y animal, o en biocombustibles, o que sean igualmente

susceptibles de convertirse en insumos destinados al desarrollo de actividades

agropecuarias, incluidas aquellas materias primas que se originan en la

actividad productiva primaria y son sometidas a procesos agroindustriales para

la generación de bienes con valor agregado.

3. Destinadas al desarrollo o explotación de proyectos forestales.

Los adjudicatarios de baldíos del Incora y del Incoder, aquellos que

hubieran adquiridos sus predios con subsidio integral y los propietarios de

predios que estén sujetos al régimen parcelario podrán cooperarse o asociarse

para desarrollar proyectos productivos con inversionistas calificados.

Los inversionistas que pretendan desarrollar los proyectos asociativos, deberán

demostrar su capacidad financiera, técnica y personal que garantice la

viabilidad de los proyectos asociativos y estar calificados como tales por

el Ministerio de Agricultura.

Inversión extranjera en el sector agropecuario

La inversión extranjera en el sector agropecuario colombiano es muy

baja según lo indican las propias cifras del Banco de la República: de una

inversión total por encima de 13 mil millones de dólares en el 2011, menos del

1,5% fue en el sector agropecuario.

Colombia tiene extensiones de tierras que pueden hacerse cultivables con el

aporte derecursos humamos, técnicos y de capital.

No estamos en una situación de escasez de tierras agrícolas y pueden

desarrollarse proyectos de todas las magnitudes, que aseguren el empleo

productivo del campo y que propendan por la seguridad alimentaria.

Los nuevos imanes de la inversión

extranjera

No es un secreto que lo que más jalona la inversión extranjera directa es la

minería y el petróleo, pero existen tres sectores más que están dando la pelea.

Los sectores que impulsan la Inversión Extranjera Directa y las transacciones en

Colombia son las actividades relacionadas con el petróleo, gas, minería y metales.

Pero en los últimos años, han surgido otros sectores que han evidenciado una

evolución importante, tales como retail (comercio minorista), servicios financieros e

industria farmacéutica.

Muestras concretas son los casos de ingreso al país de empresas chilenas

pertenecientes al sector retail tales como La Polar, Easy, Falabella y en el caso

m´s reciente la compra de Carrefour por parte de Cencosud.

En servicios financieros se observan las incorporaciones del último año de

Corpbanca y Scotiabank en los bancos Santander, Helm Bank y Colpatria.

Además los recientes desembarcos de laboratorios brasileros y chilenos mediante

compras de activos, como es el caso de Eurofarma Laboratorios de Brasil, quien

adquirió la planta de producción de Shering Plough, CFR de Chile adquiriendo

Lafrancol y Blau Farmacéutica de Brasil con la compra del 51% de Laboratorios

Sumimed.

De acuerdo con Javier Rovira, gerente senior de Fusiones y Adquisiciones para

Suramérica de Ernst & Young, es evidente que, en estas nuevas tendencias, los

inversores están prestando especial atención al rol del Estado colombiano como

incentivo en la toma de decisiones por parte de los capitales privados.

Andrés Gavenda, socio de Transaction Advisory Services de Ernst & Young, indica

que las políticas de Estado que ha adoptado el gobierno colombiano en los últimos

tres mandatos han constituido un importante factor para los inversores, alentando

el desarrollo de nuevos proyectos de inversión.

Destacan que dentro de las acciones más destacadas implementadas por el

gobierno,se encuentran la apertura a los mercados internacionales a través de la

firma de tratados de libre comercio, el fortalecimiento de la seguridad jurídica,

democrática y el respeto por las instituciones.

Otra forma de evidenciar lo antes mencionado es analizando el reposicionamiento

que Colombia ha obtenido en los últimos años en el “Doing Business Index”,

elaborado por el Banco Mundial, habiendo pasado del puesto número 66 en el

2007 al puesto 42 en el 2012, entre 178 economías participantes.

Colombia se muestra en la actualidad como uno de los países emergentes que

evidencia mayor crecimiento en materia de inversión extranjera.

Insisten en inconveniencia de limitar inversión extranjera en tierras

Ministro de Agricultura cree que siempre y cuando haya control, esa puerta debe

permanecer abierta.

El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, reiteró la posición del Gobierno

sobre la importancia de la inversión extranjera en tierras en Colombia, a propósito

del proyecto de acto legislativo que hace tránsito en el Senado y que le pone

límites a esas adquisiciones.

En diálogo con ‘La W’, Restrepo recordó que hay inversión extranjera en minería,

hidrocarburos, transporte y servicios, entonces por qué no en tierra y

agroindustria. “El Gobierno piensa que sí debe haberla, que debe ser controlada y

registrada, pero no está bien que haya xenofobia en materia de inversión en

tierras en Colombia”, señaló.

El jefe de la cartera de agricultura agregó que el Gobierno comparte “el espíritu de

que haya un cierto control, registro de esa inversión, pero no la prohibición a la

inversión extranjera”.

Restrepo considera importante permitir los procesos donde el pequeño campesino

se asocie para generar economías de escala.

“El año pasado llegaron 13.200 millones de dólares de inversión extranjera directa

en Colombia. De eso, 154 millones llegaron a agricultura tierra agroindustria,

menos del 1.5%”, indicó el Ministro.

Restrepo añadió que el control que debe hacerse es para aclarar quién es el

inversionista, cuánto trae, cuál es su experiencia, cuál es la tecnología, cuál es el

empleo q va a generar, “y si satisface al país (…) que no caigamos en una

xenofobia agropecuaria”, puntualizó.

“No vamos a echar la inversión a sombrerazos”: Juan C. Restrepo

El Gobierno buscará que en el Congreso no se impongan cortapisas a la inversión extranjera en el sector rural colombiano, al tiempo

que defenderá que se haga ejerciendo algunos controles.

Juan Camilo Restrepo Salazar, ministro de Agricultura, en diálogo con este diario, dijo que es falso, como lo quieren hacer creer

algunos sectores, que el campo colombiano se está quedando en manos de los inversionistas extranjeros.

Según el funcionario, “no se puede echar a sombrerazos” a los que han confiado en el país, al tiempo que señaló que en 15 días el

Gobierno pondrá en manos del Congreso un proyecto de ley que

promueva la inversión sana.

¿El campo colombiano está quedando en manos de

extranjeros?

“Es bueno poner las cosas en sus justas dimensiones. Algunos están comparando la situación en Colombia con lo que ha sucedido

en países africanos como Etiopía y Mozambique, donde ha habido

una gigantesca inversión extranjera en las tierras. Aquí la situación es bien diferente y lo responde el Banco de la República que lleva

las cifras de la inversión extranjera. El año pasado hubo 13.200

millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) en el país de los cuales apenas 150 millones de dólares fueron a la

agricultura, a la tierra. Es decir, ni siquiera llega al 2 por ciento. El

grueso de esta inversión llega a minería, hidrocarburos, telecomunicaciones. Hay que poner las cosas en sus justas

dimensiones sin exacerbar la situación con afirmaciones que no

están respaldadas en las estadísticas”.

¿Debe haber control en estas inversiones?

“El Gobierno considera que naturalmente debe haber un control en el sentido de saber qué inversión extranjera está llegando, quiénes

son los socios, en qué se va a invertir, qué tecnología transfiere,

qué empleo genera, qué proyecto se hará. De ahí a pretender sacar a sombrerazos la inversión extranjera como algunos están

pretendiendo sería una gigantesca equivocación que el Gobierno

no la comparte”.

¿A su despacho han llegado inversionistas foráneos

interesados en consultar la compra de tierras? “A raíz de un fallo que el Gobierno respeta, pero que no comparte,

que produjo la Corte Constitucional por una precaria mayoría de 5-

4 hace algunas semanas, cuyo texto definitivo no ha salido, pero del que ya se conoce su contenido, y a raíz de varios proyectos

que andan en el Congreso, algunos haciendo gala de una

xenofobia exagerada contra la inversión extranjera en las tierras, en el campo y la agroindustria, se ha creado un clima de zozobra y

de inseguridad jurídica entre los inversionistas potenciales

extranjeros, en las últimas semanas se han presentado anuncios de congelación de inversiones del orden de 800 millones de

dólares que sería muy grave que no se hicieran pues afectan la

generación de empleo y el desarrollo de un sector como este, que es muy baja como lo demuestran las cifras”.

¿Qué piensa hacer al respecto?

“Ante este fallo de la Corte que repito, respetamos, y ante esta escalada de chauvinismo agrario, el Gobierno llevará un proyecto

de Ley en los próximos 15 días estableciendo claridad en las reglas

de juego, estableciendo seguridad en los términos jurídicos para la inversión extranjera, y clarificando que la inversión extranjera en

tierras debe tener una supervisión y un control del Estado, que

llegue para producir y desarrollar el sector. Eso lo vamos a llevar al Congreso porque nos preocupa mucho esta situación. Estamos

esperando que salga el fallo de la Corte que declaró la

inconstitucionalidad de varios artículos del Plan de Desarrollo flexibilizando las Unidades Agrícolas Familiares y su manejo.

Repito, respetamos el fallo, pero vamos a ver qué vías alternativas

podemos trazar para que haya inversión extranjera, nacional y de carácter mixto de mediana economía de escala. Esto no buscará

espantar a la inversión extranjera como vemos que hoy puede

estar ocurriendo”.

De esos 800 millones de dólares que están en el congelador,

¿para qué proyectos están dirigidos?

“Son proyectos agroindustriales, hay varios en reforestación,

planes de diseño para siembra de cereales, de caucho. Vale la pena recordar que la inversión de capital ha sido históricamente

muy pobre en el agro. Ha llegado al desarrollo de proyectos que

tienen que ver con cereales, con etanol, reforestación, que además son sectores muy generadores de empleo en zonas como los

Llanos Orientales, por mencionar uno de los casos. Por eso vamos

a corregir la situación con el proyecto de Ley, para que haya claridad en las reglas de juego”

Disparada inversión extranjera, pero no

ayuda en el desempleo

A pesar de la desaceleración de la economía global y los renovados temores por la crisis de

deuda de la zona euro, muchas compañías extranjeras continúan interesadas en hacer presencia

en América Latina que gracias a sus positivos indicadores económicos es una región atractiva

para invertir. Para nuestro país, la cuarta mayor economía de América Latina, los últimos datos

sobre inversión extranjera directa son bastante alentadores con un notable crecimiento. Entre

enero y septiembre, la inversión ascendió a US$12.796 millones, alrededor de un 16% más con respecto al mismo periodo del año anterior.

Esta inversión extranjera ha estado dirigida principalmente a la exploración y explotación de

petróleo, minería e hidrocarburos, representado alrededor del 80% de lo que ha recibido el país

durante los primeros nueve meses del año. El interés por este sector se debe al auge de la explotación de crudo y minerales enmarcado por unas mejores condiciones de seguridad.

A su vez, para los mismos meses de este año, otros sectores han visto aumentar la inversión

extranjera y las estimaciones son bastante alentadoras, el gobierno proyecta que la inversión

extranjera directa en Colombia alcanzará un récord histórico de US$17.000 millones en el 2012.

Por ejemplo, uno de los países más atraídos por el buen momento de la economía colombiana

es Chile. El mercado colombiano es el cuarto destino de las inversiones directas de capitales

chilenos en el mundo, anotando un desembolso de aproximadamente US$7.000 millones en los

últimos dos años. Dentro de esta inversión se cuenta la compra de Carrefour por US$2.600

millones por parte de la empresa Cencosud.

Otras empresas chilenas con presencia en el país son: Corpgroup, que compró recientemente a

Helm Bank por US$1.300 millones y a Santander Colombia por US$1.225 millones; Latam

Airlines, fusión de la chilena LAN y la brasileña TAM, que posee LAN Colombia y se formó

sobre la base de la aerolínea Aires que adquirió en octubre del 2010, y algunas tiendas por

departamento como Falabella, Ripley, La Polar y otras empresas en el sector siderúrgico y de

combustibles como CAP y Copec, esta última adquirió la participación mayoritaria de la

sociedad que manejaba Terpel.

Pero no solo son empresarios chilenos los interesados en el país, el empresario mexicano Carlos

Slim anunció para 2013 una inversión de US$ 1.000 millones de su compañía Claro y al

parecer tiene su interés en sectores como los energéticos e inmobiliario en Colombia. Y así; hay otros ejemplos de empresas americanas como Burger King con un plan de expansión en el país.

Mientras la inversión extranjera avanza, la generación de empleos no aumenta

considerablemente. Sin bien es cierto, la tasa de desempleo ha disminuido en los últimos 8

meses desde 12,5% registrada en enero a 9,7% en agosto, la inversión extranjera directa ha

aportado poco empleo. Según un informe sobre Inversión Mundial 2012 de la Conferencia de

Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad), Colombia es uno de los países más

atractivos para la inversión, pero hace parte del grupo en los que esta inversión tiene poco efecto en el empleo.

Y es que no hay que perder de vista que en algunos casos, la compra por parte de extranjeros de

firmas locales lleva a la eliminación de puestos de trabajo a través de integraciones con sus casas matrices.

En síntesis, el crecimiento histórico de la inversión extranjera directa debe representar una

valiosa utilidad para el país de tal manera que ayude a disminuir los índices de pobreza y

aumente la creación de empleo, así como generar otras ventajas competitivas como la transferencia de tecnología y conocimiento y la reinversión de utilidades dentro del país.

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